respuestas a las autoevaluaciones…………………………………. 153

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RESPUESTAS A LAS AUTOEVALUACIONES
RESPUESTAS A LAS AUTOEVALUACIONES
Después de haber desarrollado las preguntas, pase a cotejar sus
respuestas:
CAPÍTULO I.
I.
Porque a través de la argumentación jurídica se pretende dar
respuesta a uno de los problemas centrales de la aplicación judicial
a cómo justificar la elección entre las alternativas jurídicamente
posibles.
Para la justificación interna es la presentación de las premisas y la
verificación que al paso de ellas a la conclusión respete a las reglas
del pensamiento lógico. En cambio para la justificación externa, se
tiene por un lado el caso de las premisas normativas que tratan de
establecer los criterios que determinan la adecuación de la premisa
normativa al ordenamiento jurídico-penal positivo vigente. Por otro
lado se tenía la premisa fáctica que precisa los hechos que van a
ser materia de decisión judicial.
La importancia de la lógica en la estructura de la sentencia penal,
radica en estructurar racionalmente y con sentido cada uno de los
decisivos elementos, fácticos y jurídicos que integran la sentencia.
Si los elementos componentes de cada uno de los proyectos se
sentencia propuestos por las partes, y los de la sentencia definitiva
dictado por el juzgador, que tan relacionados están entre sí, no
puedan ser comprendidos sin tener presente la existencia de este
ingrediente que les otorga consistencia, y sin la cual aparecerían
deslavazados y desorganizados, convirtiéndose en algo difícilmente
comprensible y carente de sentido.
Estructura silogística en sentencia penal.- Los cientos de alegaciones
de las partes y las sentencias judiciales ofrecen inevitablemente
una estructura silogística, como exponente que es el razonamiento
deductivo y consiste en: unos hechos determinados, que se estiman
probados, se subsumen en el supuesto fáctico de una norma jurídica,
para extraer así la consecuencia prevista en ésta.
La diferencia entre la lógica formal o pura y la lógica aplicada o
dialéctica (teoría de la argumentación) es que esta última es más
práctica, es también llamada lógica jurídica, cuando se trata de
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RAZONAMIENTO JURÍDICO PENAL
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formar cada una de las premisas fácticas y jurídicas, integrantes del
silogismo fundamental. Aquí en la determinación del contenido de
cada una de estas premisas, de hecho y de derecho, es donde
empieza el debate o la división entre las partes, quienes combatirán
la posición ajena y defenderán la propia, valiéndose de cuantos
argumentos puedan utilizar, los cuales expondrán al juzgador,
tratando de convencer de que la razón está de su parte.
La idea de "silogismo" relaciona a la lógica con lo jurídico y más en
concreto con los escritos fundamentales de las partes y las
sentencias judiciales.
En puridad, al lado de las pretenciones fundamentales de cada una
de las partes, las discusiones de los litigantes en un proceso son
múltiples, concentrándose en puntos concretos y determinados,
sobre cada uno de los cuales ha de recaer el correspondiente
pronunciamiento judicial. Puede decirse que en último término, cada
una de éstas discusiones puntuales versa sobre la validez o no validez
de un determinado juicio extendido ((en sentido lógico) con relación
entre dos conceptos, sean fácticos o jurídico, de suerte tal que la
postura adoptada con respecto aquella discusión repercutirá
decisivamente en la conclusión obtenida con este razonamiento. A
su vez la consecuencia extraída de este concreto razonamiento,
ordinariamente inmerso en una cadena o secuencia de
razonamientos, condicionará las consecuencias obtenidas de tal
ilación, y así sucesivamente, hasta afectar de un modo más o menos
relevante al silogismo fundamental de la sentencia.
En cada sentencia se producen en encadenadamente múltiples
silogismo y otras operaciones de lógica pura.
Las técnicas argumentativas, son aquellas que se usan en una
contienda o controversia jurídica, en donde las partes litigantes
persiguen lograr el convencimiento y la adhesión del juzgador a
sus respetuosas tesis u opiniones, en tanto es éste quién tiene que
deducir la cuestión controvertida y quién ha de pronunciarse
motivadamente sobre lo acertado o desacertado de cada una de
tales opiniones. De lo cual infiere que las técnicas argumentativas
son empleados tanto por las partes litigantes como por el juzgador
a la hora de resolver una cuestión litigosa, al decantarse a favor de
las opiniones o argumentos utilizados por parte.
8.
El argumento es en palabras de Mans Puigarnau: "La expresión
externa del razonamiento, confrontándolo con el de otras personas,
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RESPUESTAS A LAS AUTOEVALUACIONES
con el objeto de suscitar en su ánimo la convicción de la verdad de
aquél.
El argumento puede dividirse en dos categorías: La primera prueba,
que está referida a la comprobación de la realidad de un hecho y la
segunda demostración que tiene por objeto fundamentar la validez
de la tesis.
La lógica pura, a través de los razonamientos deductivos (silogismo)
e inductivo, es instrumento de progresión en el razonamiento
contenido de la sentencia, porque su uso permite dar pasos
evidentes hacia el logro del fallo o consecuencia jurídica, de ahí que
sea factible el denominar a la lógica pura como lógica vertical
Mientras que la lógica aplicada, en tanto supone discusión y
confrontación entre las partes, que pretenden exponer sus
respectivas tesis u opiniones procurando conseguir la adhesión del
juzgador a la posición de cada parte, quien debe elegir entre una y
otra tesis, no propicia un claro avance en el curso del razonamiento
judicial contenido con la sentencia, ya que al término de cada
discusión sobre una cuestión valorativa se habrá conseguido fijar
una simple premisa fáctica o jurídica, que se inserta a su vez como
un silogismo o de una inducción, con lo que parece más apropiado
denominar la lógica aplicada como lógica horizontal.
Las diversas operaciones que entregan al enjuiciamiento, cada una
de las cuales supone a su vez la formulación de juicios individuales
y en fin limitados, pueden agruparse en dos fases, que normalmente
reciben el nombre de juicio de hecho, juicio de derecho, por la
naturaleza del material que sobre se opera .
Esta distinción básica entre juicio de hecho y juicio de derecho o
entre juicio histórico y juicio jurídico, que se corresponde con la
formación de las premisas fácticas y jurídica de toda sentencia,
supone la configuración de dos núcleos fundamentales en torno de
los cuales se ubican ordenadamente todas las cuestiones examinadas
y resueltos en la sentencia y en cuyo planteamiento y solución ha
de intervenir o bien la lógica formal o bien la lógica aplicada, según
sea el concreto problema o cuestión ventilada.
I I. El juicio de hecho, es una operación valorativa, ya que antes de
proceder a aplicar el Derecho es preciso realizar una labor de
depuración de los hechos aducidos por las partes, perfilando
exactamente aquellos sobre los que en definitiva ha de recaer el
juicio judicial a plasmar la sentencia. Esto supone la realización de
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RAZONAMIENTO JURÍDICO PENAL
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una compleja actividad valorativa, que partiendo de los hecho
alegados y a disponerlos adecuadamente fijación de los hechos
probados para facilitar luego la aplicación subsunción de la norma
jurídica correspondiente.
12. Operaciones lógicas que integran el juicio de hecho:
Los hechos alegados corno punto de partida.
La determinación de los hechos probados (valoración de la prueba).
La actividad probatoria como medio determinante de la verdad o
falsedad de los hechos alegados: Diferencias con la demostración.
La estructura lógica de razonamiento sobre valoración de la prueba.
e) La labor de comprobación de los hechos alegados partiendo de los
hechos probados.
La fijación de los hechos probados en la sentencia.
13. El juicio de derecho aparece configurado como un razonamiento
deductivo, de carácter silogístico, en el que concurre una premisa
menor, formada por el conjunto de hechos fijados, merced a la
realización del juicio de hecho, y una premisa mayor, que es la norma
jurídica aplicada a esos hechos, de cuya conexión lógica surge una
conclusión o consecuencia jurídica.
La determinación o fijación de la norma jurídica aplicable supone
un acto de elección preceptos reputados más idóneos para el caso
concreto:
"DIEZ PICASO, dice que es frecuente que los textos aplicables a
un caso puedan ser varios y que se imponga o bien una selección
entre los diversos textos, o bien, por decirlo de algún modo una
reconstrucción de la norma partiendo de los diferentes textos".
En la labor reconstructiva de la norma o del conjunto o esquema
normativo intervienen las operaciones de individualización y de
interpretación, las cuales se efectúa a un mismo tiempo. Mediante
la individualización o concreción de la norma jurídica se procura
adaptar una norma o un conjunto normativo a las particularidades
del caso concreto; y mediante la interpretación se trata de
determinar el contenido y alcance de los conceptos recogidos en
las normas jurídicas abstractas, cuando se trata de individualizarlas
para adaptarla al caso enjuiciado.
16. El silogismo fundamental de la sentencia culmina con la subsunción,
la cual es una de las principales operaciones de razonamiento lógico
realizados en la sentencia. Mediante ella se trata de comprobar si
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los hechos fijados corno probados en la sentencia coinciden con la
hipótesis fácticas recogidas en la norma jurídica, o lo que es lo
mismo, si el enunciado de los hechos probados y el enunciado de
los hechos contenidos en la norma son semejantes, con lo que ha
consecuencia jurídica prevista en dicha norma aplicable a aquellos
concretos hechos probados, quedando culminado así el silogismo
fundamental de la sentencia.
CAPÍTULO II.
La observancia de la lógica formal es un requisito necesario aunque
no suficiente para la justificación de la decisión judicial. La lógica formal,
sólo se interesa por la corrección formal del proceso de razonamiento.
El instrumento principal de verificación de la corrección formal del
razonamiento judicial es el silogismo fundamental de la sentencia. En
materia penal, este silogismo concluye afirmando la responsabilidad penal.
El silogismo de determinación de la responsabilidad penal se formula
de la siguiente manera: El antecedente de la premisa normativa del
silogismo debe expresarse mediante las categorías dogmáticas, en
especial las de la teoría del delito. El consecuente de la premisa normativa
debe expresar que corresponde responsabilidad penal y que ésta debe
ser determinada por el Juez. La formulación de la premisa fáctica debe
hacer referencia a los hechos probados.
La formulación del silogismo que se ha adoptado exige (por vía de la
premisa normativa) la enunciación expresa de los presupuestos
sustantivos de la penalidad (tipicidad, antijuridicidad, culpabilidad y
punibilidad). De esta manera, al estar enunciados estos elementos,
se evidencia la necesidad de su fundamentación, lo que es
materia de la justificación eterna. La enunciación de estos
presupuestos va ha incidir en la redacción de la sentencia, pues ésta
deberá adoptar una estructura que permita la adecuada expresión de
estos elementos y de su fundamentación.
** Nuestras respuestas al caso las conocerá luego de haber formulado
sus respuestas.
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RAZONAMIENTO JURÍDICO PENAL ACADEMIA DE LA MAGISTRATURA
CAPÍTULO III.
I.
Es la parte más importante de la Ciencia del Derecho penal.
Básicamente existen dos concepciones generales: Una que tiene
corno objeto fundamental a las proposiciones legales y otra que
tiene como parte de su objeto el Derecho positivo, pero el principal
es el establecimiento de un sistema de enunciados para la correcta
atribución de responsabilidad penal.
2.
La relación existente es que la teoría del delito constituye la
manifestación más característica y elaborada de la dogmática del
Derecho penal.
.
La teoría general del delito se ocupa de las características que debe
de tener cualquier hecho para ser considerado delito, sea este una
estafa, un homicidio o una malversación de caudales públicos.
Hay características que son comunes a todos los delitos y otras
por las que se diferencian los tipos delictivos unos de otros; un
asesinato algo distinto a una estafa o un hurto; cada uno de estos
delitos presenta peculiaridades distintas y tienen asignadas, en
principio, penas de distinta gravedad. Sin embargo tanto el asesinato,
como el hurto o la estafa tienen unas características comunes a
todos los delitos y que constituyen la esencia del concepto general
del delito.
El estudio de estas características corresponde a la TEORÍA
GENERAL DEL DELITO, es decir a la parte General del Derecho
Penal; el estudio de las concretas figuras delictivas, de las
particularidades específicas del hurto, de la agresión sexual, de la
estafa, etc., a la Parte Especial.
El "concepto dogmático del delito", considera lo que el Derecho
penal positivo considera como delito; no sólo la definición general
del mismo contenido.
En el código penal, sino todos los preceptos legales que se reficre
al delito, deduciendo las características generales comunes a todo
delito.
Los elementos o características comunes a todo delito son: La
tipicidad, la antijuricidad y la culpabilidad. En la estructura del delito
el punto de partida es siempre la tipicidad, pues sólo el hecho típico,
es decir el escrito el descrito en el tipo legal, puede servir de base
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RESPUESTAS A LAS AUTOEVALUACIONES
a posteriores valoraciones, después sigue la indagación sobre la
antijuricidad, es decir la comprobación de si el hecho típico
cometido es o no conforme a Derecho. Un hecho típico (por
ejemplo, A mata a B) no es antijurídico si existe una causa de
justificación que lo permita (por ejemplo A mata B en legítima
defensa). Una vez comprobado el hecho es típico y antijurídico, hay
que ver si el autor del hecho es o no culpable, es decir, pone
condiciones mínimas indispensables para atribuirle ese hecho y
hacerle plenamente responsable del mismo (por ejemplo si está
sano mentalmente o conoce la antijuricidad del hecho).
De lo expuesto anteriormente se puede definir al delito como "la
acción u omisión típica, antijurídica, culpable y punible", esta
definición tiene carácter secuencial, es decir el peso de la imputación
va aumentando, a medida que se pasa de una categoría a otra, por
lo que han de tratarse en cada categoría los problemas que son
propios de la misma.
4. Etapas fundamentales de la evolución del teoría del delito:
A fines del siglo IX, VON LISZT, definía al delito en su tratado de
derecho penal como "acto, contrario a derecho, culpable y
sancionado con una pena".
En 1904, el filósofo de derecho, penalista GUSTAV RADBRUCH,
demostró la imposibilidad de reducir los conceptos de acción y
omisión a un denominador común, al no haber en la omisión
movimiento corporal alguno y ser por esencial negación de una acción. _
Se desarrolla una importante transformación sistemática: " La teoría
final de la Acción". Su punto de partida era la vinculación del derecho
a las estructuras lógico-objetivas.
CLAUS DOXIN en 1970 en su monografía "Política Criminal y
Sistema del Derecho Penal", propuso desarrollar y sistematizar las
distintas categorías de la TEORÍA DEL DELITO desde el el prisma
de su función POLÍTICO CRIMINAL.
e) Más Recientemente ha surgido en Alemania un planteamiento
funcionalista de la TEORÍA DEL DELITO, en el que las distintas
categorías se contemplan desde el punto de vista de su funcionaiidad,
para el sistema social de convivencia.
5.
La teoría objetiva postula que el intérprete ha de preguntarse cuál
es la voluntad o sentido objetivo de la propia ley en el momento
actual (voluntas legis), es decir que el juicio valorativo y que la finalidad
dentro del contexto social y del ordenamiento jurídico ha hallado
expresión en el precepto concreto que se ha de interpretar.
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RAZONAMIENTO JURÍDICO PENAL ACADEMIA DE LA MAGISTRATURA
La teoría subjetiva, pregunta por la voluntad de! legislador histórico
que redactó el precepto (voluntas /egislatoris).
La interpretación auténtica la efectúa el legislador, pero no en la
fundamentación o exposición de motivos de la ley ni haciéndola
constar en los diarios de sesiones parlamentarios, sino expresando
el auténtico sentido que quiere dar a un concepto o expresión
legal en el texto de la ley propia o de otra ley distinta, y con total
fuerza vinculante por ser la propia ley la que efectúa la
interpretación.
La interpretación doctrinal es la propuesta por la doctrina científica,
que tendrá mayor peso si es doctrina unánime o claramente
dominante o mayoritaria, pero que en cualquier caso tiene el valor
de la solidez de la argumentación y su consiguiente fuerza de
convicción, hasta el punto de que, aunque un determinado periodo
la interpretación jurisprudencia) no coincida con la doctrina
dominante. O con una determinada interpretación doctrinal
minoritaria, nada impide que su capacidad de convicción determine
que a partir de otro momento sea acogida por los aplicadores del
Derecho.
La interpretación jurisprudencial, es la efectuada por los aplicados
del Derecho y en el caso de Derecho penal por los jueces y
Tribunales.
I 0. La clasificación trimembre atiende al contraste o no entre la letra
y la finalidad o voluntad de la norma, y da prioridad a esta última,
sobre la dicción literal. Así la interpretación declarativa se delimitará
a dejar constancia de que el tenor literal coincide perfectamente
con la voluntad o finalidad pretendida por la norma. La
interpretación restrictiva supone según esta perspectiva que el tenor
literal va más allá, es más amplio que la voluntad de la norma, y por
eso hay que restringir el significado literal para que abarque
solamente lo pretendido por la voluntad o finalidad de la norma.
Por último desde esta perspectiva interpretación extensiva supone
que el tenor literal se queda corto respecto de lo pretendido por
la voluntad o finalidad de la norma.
La clasificación bipartita, según esta la interpretación será extensiva
cuando, atendiendo al telos o finalidad de la ley, atribuye al tenor
de ésta absolutamente todos los significados que cabe en el sentido
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RESPUESTAS A LAS AUTOEVALUACIONES
literal posible sin excluir ninguno, en cambio será interpretación
restrictivo la que conduzca al resultado de elegir, atendiendo a la
voluntad o finalidad legal, sólo algunos de los diversos significado
en principio posibles del tenor literal, excluyendo a otros.
I I. La más extendida en el área penal es la clasificación bipartita ya que
la interpretación extensiva no rebasa el sentido literal posible de la
ley penal.
La interpretación literal suele limitarse a fijar el marco de posibles
significados semánticos de una palabra o frase " el sentido literal
posible", sin decir la última palabra sobre cuál por cuáles de los
significados posibles son los que deben de tomarse para la norma
en cuestión, sobre lo que hay que acudir en definitiva a los otros
medios de interpretación, pero el "sentido literal posible" es el
límite máximo de toda interpretación" y esto tienen en el derecho
penal una relevancia absoluta a tener del principio de legalidad,
pues cuando se trata de fundamentar o agravar la responsabilidad
penal (en sentido amplio, incluyendo todas las acciones criminales),
es decir, cuando estamos ante las normas base del Derecho Penal,
sólo es posible interpretar lo dispuesto por la ley penal, con el
tope o barrera infranqueable de su tenor literal.
La interpretación histórica no tiene generalmente carácter decisivo,
pues sobre ella domina la interpretación objetiva del sentido y
finalidad de la ley en el momento actual, pero sirve sin duda de
refuerzo a otros criterios, y en algunas ocasiones puede ser la
clave para la comprensión de preceptos cuyo significado puede
resultar dudoso o contradictorio, al menos aparentemente con
otros.
I4. La interpretación sistemática o lógico va ser decisiva en muchas
ocasiones, se basa en que los códigos suelen constituir un todo
orgánico y sistemático, siendo además sus preceptos supletorios
respecto de las leyes penales especiales, de tal forma que las palabras
y disposiciones legales están normalmente coordinadas entre sí e
integradas en un sentido general, de lo que se deduce que puede y
debe atribuirse un significado lógico a la utilización de un mismo
concepto con un determinado sentido en otros preceptos, tanto
más si se trata de preceptos próximos o integrados en una misma
división dentro de la ley o la situación de un precepto en el sistema
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RAZONAMIENTO JURÍDICO PENAL
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general de una ley.
El criterio teológico y valorativo atiende a la finalidad de la norma
(fundamentalmente la ley), a su voluntad " objetiva" en su
configuración actual y a las valoraciones implícitas o explícitas de la
misma, y en el caso de las leyes penales, a los objetivos de política
criminal que el sistema penal ha plasmado en un precepto o grupo
de preceptos a través de un determinado tenor literal, con
valoraciones y fines que se desprenden no sólo de la redacción de
los hechos típicos y de la mayor o menor gravedad de su sanción,
sino también de su puesta en relación con los principios y límites
del ius puniendi y con la orientación del conjunto de las restantes
normas penales.
Desempeña un papel fundamental el criterio del bien jurídico
protegido, el cual, a su vez es un concepto teológico, esto es que se
identifica con el fin legislativamente protegido y para cuya
averiguación frecuentemente puede servir de indicio la propia
rúbrica o la configuración de los títulos, capítulos o secciones en
los que se encuadra un precepto.
Toda interpretación ha de moverse dentro del sentido literal posible
de la norma ( en nuestro caso ley penal) que marca el límite máximo
de la interpretación. A partir de ahí toda explicación de la ley a un
supuesto semejante a los que encajan en su tenor literal por muy
similar o incluso idéntico en su sentido material, desborda la
interpretación y y entra en el campo de la analogía como
procedimiento de creación o interpretación del Derecho, y en
virtud del Principio legalidad del Derecho Penal está estrictamente
prohibida la analogía si supone creación o agravación de la
responsabilidad criminal — analogía contra el reo- mientras que es
admisible la analogía favorable al reo, es decir, la que conduzca por
similitud morfológica o de significado material, a una atenuación o
incluso exención de responsabilidad.
17. La interpretación analógica aunque un sector considera prohibida
cuando sea desfavorable al reo por identificarla con la analogía, es
perfectamente admisible en la medida en que sigue siendo
interpretación, es decir, que se mantiene dentro de los límites del
sentido literal posible y, para optar en sentido ampliatorio por
algunos de sus significados posibles, recurre a la semejanza de ese
término con otros términos de otro precepto legal que se
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RESPUESTAS A LAS AUTOEVALUACIONES
interpretan también en ese sentido amplio.
Para la aplicación de la ley es preciso en ella y en su caso la
correspondiente categoría sistemática de los supuestos reales
concretos. En la moderna orientación de la interpretación y de la
elaboración de categorías y sistematización se tiene constantemente
presente su aplicabilidad a los diversos casos reales.
Por otra parte, la concreción de la ley no se agota en la subsunción
de un caso concreto, ni siquiera en la de los casos más frecuentes
en la práctica, sino que se completa con el examen de aplicabilidad
de la norma al máximo número posible de casos, incluyendo los
supuestos límite.
La reconstrucción de los hechos, tropieza con dos clases de
limitaciones: Unas jurídicas, impuestas por las reglas formales y de
carácter garantista, que el Derecho procesal penal establece para
la fase de instrucción y para la de aportación y apreciación de la
prueba. Y otras limitaciones de carácter práctico que se derivan de
la deformación o mutilación, consciente o inconsciente de los hechos
reales por parte del juzgador y de los restantes agentes del proceso
de administración de la justicia, debido a prejuicios sobre lo que es
o no jurídico penalmente relevante o la tendencia a querer anticipar
en los hechos de solución que de antemano les parece ser justos.
La ley no se agota en el tenor legal, sino que su contenido sólo se
completa al ser concretadas aplicándole a todos los posibles casos
reales a que puede avanzar, es decir el "ámbito de la norma".
El principio indubio pro reo —en la duda favor del reo- es en su
origen y en sentido estricto en principio del Derecho procesal
penal relativo a la prueba de cuestiones fácticas, y no un principio
de interpretación de las normas penales sustantivas. Se trata de
que, si tras una actividad probatoria suficiente el juez no llega a una
convicción clara, sino que subsiste una duda no soluble sobre los
hechos o circunstancias fácticas del sujeto que son base del delito
o de la peligrosidad criminal, debe dar como no probado ese
supuesto fáctico y por lo tanto absolver, si ese hecho es fundamento
para la condena, o al menos quedarse como probada con la hipótesis
fáctica más favorable.
22.
El principio in dubio reo es concebida por un sector como un
principio general de interpretación de las leyes penales en el sentido
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RAZONAMIENTO JURÍDICO PENAL
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que si es dudoso el tenor de una disposición penal, abría que optar
siempre por la interpretación restrictiva de la responsabilidad
criminal y por tanto más favorable para el reo; si trataría de la
vertiente material del principio procesal penal in dubio pro reo,
que en materia interpretativa tiene el sentido in dubio pro liberate,
para mantener más amplio posible el ámbito de libertad del
inculpado, en virtud de la máxima odiosa sunt restringenda, favorabilia
sunt amplianda: las normas desfavorables (odiosas) deben restringirse
en su aplicación y las favorables deben ampliarse.
La llamada "apreciación o determinación alternativa de los hechos"
consiste en una solución intermedia entre la condena más dura y
una total absolución, injusta e ilógica, a la que conduciría una
aplicación demasiado rígida del principio procesal in dubio pro reo.
Se trata de que los datos existentes y las reglas lógicas indican que
un sujeto ha realizado un delito u otro pero no se puede probar
cual de los dos ha sido.
Opera con la hipótesis fáctica condenatoria pero de consecuencia
más favorable para el reo.
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