pablo iglesias: trabajo intelec tual y compromiso historico

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PABLO IGLESIAS: TRABAJO INTELEC­
TUAL Y COMPROMISO HISTORICO
Un hombre de acción
Acercarnos a la figura de Pablo Iglesias, es, para quienes no vivimos la Repú­
blica y la guerra civil, todo un proceso de investigación, de búsqueda casi en
el vacío. Figura proscrita, maldita desde 1939, silenciada en los colegios, Uni­
versidades, centros culturales, desaparecida de los libros de historia, asesinada
pués en su doble condición del fundador del socialismo en España y hombre
ejemplar por su honestidad y el compromiso emanado de su vida.
. . . En cuanto a la instrucción, ¿cual
puede ser la de los obreros en medio
de la estrechez económica que les
impone su reducido salario? Ninguna
o poco menos. Sus cerebros, atrofia­
dos por un trabajo mecánico, embrutecedor, que no requiere el menor
ejercicio intelectual hállanse casi im­
posibilitados de recibir el menor rayo
de l uz . . . Mientras no se aligere ia
carga de trabajo, la generalidad de
los proletarios no se hallarán en situa­
ción de cultivar su inteligencia . . .
Pablo Iglesias, fundador del socialism o
en España.
. . . Para librarse, pués, los trabajado­
res de la miseria social, el envileci­
miento intelectual y la dependencia
política, precisan de todo punto des­
truir la causa que engendra estos
males, y que es sencillamente la domi­
nación económica que la clase bur­
guesa ejerce sobre ellos.“
El compromiso del intelectual
Pablo Iglesias fué, por encim a de
todo, un hom bre de a cción: en él, la
praxis superó a la creación teórica,
de ahí que esta no sea muy abun­
dante y apenas sí esté recogida en
pequeños volúmenes, que sobre todo
en los últim os años intentan sistem a­
tizarle. Mas no es esto obstáculo para
que en el presente trabajo abordem os
precisam ente esta característica de
creación intelectual y com prom iso
histórico desprendidos de la figura
cuyo centenario se conm em ora en
estos momentos, figura cuya m ejor
definición sobre los problem as de la
cultura y la manera de abordarlos,
viene dada quizá en uno de los pun­
tos trazados a la hora de abordar
„El programa socialista“ que fuera
publicado entre marzo-mayo de 1886
en el periódico d irig id o por el propio
Iglesias, „El S o cialista “ , y que damos
a continuación por cla rifica r su pen­
samiento a este respecto:
„La miseria social, el envilecimiento
intelectual y la dependencia política
de la clase asalariada, según afirma
nuestro programa, no tienen más
origen que la sujeción económica de
los obreros a la clase capitalista . . .
16
En otras ocasiones he escrito como
es en la acción donde el intelectual
suple muchas veces su condición bur­
guesa y se realiza plenamente. O
com o dentro del com prom iso del
intelectual, su fase últim a o de plena
realización es aquella en que aban­
donando la sim ple crítica como arma
revolucionaria, asume la acción revo­
lucionaria como arma crítica: es de­
cir, cam bia su „profesión intelectua l“
por la „da ció n revo lu cion aria “ , el
com prom iso h istórico con la clase y
su vanguardia política a la que desea
integrarse para transform ar el tiempo
en que se realiza y m odificar las c ir­
cunstancias estructurales engendran­
tes de una explotación económ ica y
de una cu ltura clasista y alienante.
En la sociedad capitalista que divide
las relaciones de producción entre
acum uladores de capital y desposeí­
dos del mismo creadores al tiem po de
plusvalía, igualm ente existen detenta­
dores de bienes culturales y subculturizados, form as de clases antagónicas
pués, en las que los intelectuales, en­
granados dentro de la cultura del
ocio y los privilegios dim anados de la
Por
Andrés
Sorel
misma, se oponen a los trabajadores
m arginados y „con de na do s“ también
en éste aspecto de su desarrollo.
Quienes controlan la producción en
nuestra sociedad, preocúpanse en
exceso de separar el trabajo intelec­
tual y el manual, de dom inar los me­
dios de com unicación de masas, de
aislar el ghetto cu lturalartístico (donde
trabajan y del que se aprovechan los
intelectuales) de los productos alie­
nantes destinados a las masas. Ante
estos hechos, el intelectual puede
guardar silencio — lo que le convierte
en cóm plice del sistema — u oponerse
con su com prom iso crítico o con su
propia „n e g a c ió n “ de intelectual para
transform arse en revolucionario, bus­
cando en la transform ación de la reali­
dad política y social su obra de mayor
envergadura y alcance, la culm inación
del proceso a que su Im aginación
dialéctica le ha conducido, consciente
de que solo la lucha por la libertad y
la creación de condiciones objetivas
que liberen a la clase oprim ida de sus
cadenas, pueden crear bases reales
en las que todo el pueblo, liberado de
la opresión, desarrolle une auténtica
nueva cultura, permanente, transfor­
madora y revolucionaria.
Pablo Iglesias, intelectual
en su más profunda definición
„Yo soy un producto del taller y como
tal producto del taller habré de con­
ducirme aquí, no tengo conocimientos
especiales, no tengo apenas instruc­
ción, pero si conozco lo suficiente, por
ciencia propia, para los debates que
puedan plantearse: sé lo que son los
asilos, lo que es la cárcel, lo que
es la autoridad gubernativa, lo que
es la autoridad judicial, lo que son
casi todos los organismos que fun­
cionan en la vida del Estado. Esto lo
sé por ciencia propia.“
7 de ju lio de 1910. D iscurso ante las
Cortes.
EXPRÉS ESPAÑOL / Diciem bre 1975
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