LUZ impulsa foro agrÃ-cola nacional

LUZ impulsa foro agrÃ-cola nacional
(07-05-2010 a las 12:09:10) - - Última actualización (14-05-2010 a las 14:39:50)
El país puede convertirse en potencia agrícola. Cuenta con la tecnología y los recursos para producir comida al doble de
la población, pero hace falta lo más difícil: el diálogo entre gobierno, productores y consumidores
Johandry Alberto Hernández
El desabastecimiento de los productos de la cesta básica en Venezuela ha acabado con la paciencia de los
consumidores.
Foto: Archivo
Con sigilo y determinación, la dama sacó el litro de aceite del carrito de su vecina en el supermercado. No sintió culpa, sino
una extraña sensación de estar acostumbrándose a una especie de práctica de supervivencia alimentaria. Esta
conducta se ha vuelto rutinaria en las ventas de comida en las principales ciudades de Venezuela. El corolario es
amplio: peleas por un kilo de arroz, pasar horas en colas por un kilo de leche y madrugar para conseguir el azúcar y
lograr que el café no sea tan amargo como encontrar los alimentos del día. En el mundo de la escasez de algunos
alimentos, el más astuto -¿o el más paciente?- sobrevive.
Extrañamente, sectores contrapuestos como el gobierno, los productores y los consumidores coinciden en que el país
debe resolver de forma urgente el problema de la soberanía alimentaria y la de escasez de alimentos. Los 28 millones de
venezolanos consumen a diario 85 millardos de calorías y 2.200 toneladas de proteínas, pero a un precio muy elevado:
85% de esos alimentos son importados. Según estadísticas del Banco Central de Venezuela (BCV), el país gasta 300
dólares mensuales por persona al mes en la importación de alimentos y más que el costo, el resultado es fatídico: el
abandono de la producción agrícola nacional.
Escuche acá la explicación del presidente de Confagan, Miguel Patro, sobre las fortalezas que tiene actualmente el
sector agroindustrial.
El decano de la Facultad de Agronomía de LUZ, Werner Gutiérrez, asegura que Venezuela en los últimos 50 años no
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ha tomado con madurez las acciones necesarias para vencer la dependencia alimentaria que sufre Venezuela.
“No hemos sido capaces como país de resolver el problema agrícola”, afirma al tiempo que habla sobre un
tema complejo y necesario de consensos.
Gutiérrez alerta sobre otro asunto: el petróleo, que costea semejantes gastos nacionales, es un recurso no renovable y
algún día se acabará. Este experto cree que si no se asume el tema con la seriedad que requiere, las consecuencias
son insospechadas. El panorama mundial sobre la alimentación coincide con esta realidad, pues según estimaciones de
la Organización de Naciones Unidas (ONU) uno de los problemas más severos es la escasez de alimento. Hace apenas
algunos meses, el único país latinoamericano que podía exportar azúcar era Guatemala.
Síntomas de aliento
El vicepresidente de la Confederación de Agricultores y Ganaderos de Venezuela (Confagan), Jorge Prato, cree que el
país puede fácilmente asumir con éxito su proyecto nacional de soberanía alimentaria. Más allá del diagnóstico, Prato
cree que el problema de dependencia alimentaria no puede achacársele únicamente al gobierno del presidente Hugo
Chávez. “Desde mucho antes, ya en Venezuela habíamos perdido el camino de la producción”, asegura.
La seguridad alimentaria consiste en satisfacer las necesidades de
alimentación de la población de un país cuando lo requiera, en las
cantidades y en el lugar donde lo requierera
Según Prato, hace 20 años en el Zulia se procesaban 2 millones de litros de leche diarios, pero la producción decayó
ante la falta de apoyo del gobierno del presidente Rafael Caldera. Sin embargo, admite que en los últimos años no se
han tomado las medidas más acertadas para afrontar la crisis alimentaria en el país. “Cada quien debe asumir su
responsabilidad. Aún hay 40% de la población rural que vive en condiciones críticas”, reflexiona.
Una de las ventajas que existen en la actualidad, a juzgar por Prato, es que la soberanía alimentaria tiene rasgo
constitucional, un aspecto que nunca había sido contemplado por el sistema de justicia venezolano. Cita los artículos
305, 306 y 307 de la Constitución Nacional que ordenan el desarrollo rural para garantizar el bienestar alimentario y
señala al latifundio como una práctica contraria a los valores nacionales.
Confagan, asociación que mantiene unas cordiales relaciones con el Gobierno nacional, señala que hay algunos
aspectos positivos que pueden servir de punto de partida y motivador para impulsar la soberanía alimentaria.
El estado Zulia cuenta en la actualidad con 2.350.000 de cabezas de ganado, que garantizan una importante producción
de leche y carne para la región y el país. Además, hay un repunte en la producción de plátano y palma africana.
“En este momento tenemos alimentos y productos que hace 40 años no podíamos mostrar en el estado Zulia y
eso representa un avance”, asegura Prato. Otra de las ventajas del sector ganadero zuliano es que en 2009 no
tuvieron ningún caso de fiebre aftosa en los rebaños.
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Werner Gutiérrez: la falta diálogo es la piedra en el zapato.
Foto: Vanessa Caldera
Este ganadero ha conversado directamente con el ministro de Agricultura y Tierras y actual vicepresidente del país, Elías
Jaua, y le ha señalado que es importante admitirle al país que hay deficiencias en la producción de leche y carne.
“Esta realidad contrasta con otra: el venezolano cada año consume más carne y hay una demanda que en
estos momentos es muy difícil cubrir con producción nacional”, afirma.
El corazón del problema
Según estimaciones de asociaciones de nutricionistas internacionales, una persona requiere tres mil calorías y 80
gramos de proteínas diarias para mantenerse sano. De acuerdo con el Instituto Nacional de Estadística, Venezuela tiene
una población de 28.411.040 habitantes. De ese dato se desprende la pregunta más desafiante: ¿qué necesita
Venezuela para producir los 85 millardos de calorías y las dos mil 200 toneladas de proteínas diarias para alimentar a su
población?
Gutiérrez explica que se requieren 57 millones de hectáreas para cumplir con ese propósito. El país cuenta con 92
millones de hectáreas, es decir, territorio suficiente para alimentar al doble de la población actual. El reto más
desafiante es poder sanar a la agricultura nacional y para ello hace falta voluntad política, autopromoción de los productos
agrícolas nacionales y seguridad para los productores. Gutiérrez apuesta por el trabajo de las industrias agrícolas,
sectores académicos y el gobierno. “Necesitamos trabajar seriamente en la creación de un plan agrícola
fortalecido”.
Tal como explica el decano Gutiérrez, Venezuela tiene los requerimientos para convertirse en una potencia agrícola si
delinea un plan para los próximos 20 años. Sin embargo, el tema del valor oficial y paralelo del dólar y la urgencia de un
diálogo nacional son las piedras en el zapato para darle forma al plan de soberanía alimentaria nacional.
El decano de la Facultad de Agronomía de LUZ habla sobre el foro agrícola nacional y su trascendencia para el
desarrollo del país.
Prato dice que es desconsiderado del gobierno decir que los productores no hacen lo necesario para satisfacer la
demanda. Sin embargo, dijo que el sector agrícola y ganadero se encuentra en reestructuración desde hace dos años.
Pero cree que el encarecimiento se debe a que las importaciones agroindustriales reciben dólares preferenciales a Bs.
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2.60 pero los productores deben buscar dólares en el mercado permuta y eso hace que los alimentos suban de precio
constantemente.
“El Estado productor y controlador, así ha demostrado la historia, no podrá resolver el problema de la soberanía
alimentaria. El control de cambio se ha convertido en la gallina de los huevos de oro y urge buscar una salida al
problema, sino no podremos impulsar el desarrollo agrícola”, sentencia.
Gutiérrez, por su parte, afirma que Venezuela tiene los recursos naturales, la tecnología, profesionales y mano de obra
calificada para que Venezuela pueda en 20 años enrumbarse al desarrollo agroalimentario. Paradójicamente, el
problema ha sido la imposibilidad de instaurar un diálogo entre Gobierno, productores y consumidores.
El foro agrícola nacional
La Facultad de Agronomía de LUZ entregó hace algunos meses un proyecto en el que se delinean políticas de acción y de
orientación para que el Estado pueda emprender esta cruzada. “Hemos trabajado en este plan desde hace al
menos 20 años, tenemos toda una experiencia en investigación y toda la disposición para que la Universidad acompañe
al país en este sueño”, señala optimista el decano Gutiérrez.
Un proyecto mucho más ambicioso y complejo ha sido el que emprende LUZ desde hace meses: el impulso de un gran
foro nacional con las otras facultades de agronomía de las universidades del país junto a productores y al gobierno para
discutir y llegar a un consenso sobre las políticas agrícolas que el país necesita.
“Ojalá el Gobierno pueda dialogar, estamos tratando de propiciar un encuentro nacional porque se trata del
desarrollo de la nación y la alimentación de todos los venezolanos”, expuso Gutiérrez.
El litro de leche más caro
Sólo en el año 2009, Venezuela importó 250.000 toneladas de leche y se produjo una saturación del producto. A su vez, se
consumen 114.000 toneladas de leche en polvo. La demanda es gigantesca, pero no hay producción nacional. El
gobierno acusa a los ganaderos de producir el litro de leche más caro del mundo: Bs. 3 a puerta de corral. La paradoja
está en que es más barato comprarlo fuera. Los ganaderos, en voz de Prato, aseguran que mientras no se solucionen
las distorsiones en el mercado cambiario, será muy difícil crear ajustes. “No podemos invertir cuantiosas sumas
de dinero para perder”, expone.
¿Qué es soberanía alimentaria?
Werner Gutiérrez explica que Venezuela está al borde de un precipicio en el tema alimentario. Su diagnóstico es
revelador: “El país no tiene ni seguridad ni soberanía alimentaria y la estrategia presentada por el ministro muestra
que seguiremos alimentándonos con productos extranjeros”.
Para Gutiérrez, la seguridad alimentaria consiste en satisfacer las necesidades de alimentación de la población de un país
cuando lo requiere, en las cantidades y en el lugar donde lo requiere.
Para que un país pueda catalogarse como soberano en el ámbito de la alimentación, debe producir en su territorio, al
menos, 75% de la comida que consume. Explica que la soberanía alimentaria implica garantizarle a la población los
alimentos suficientes en las cantidades que demande y en el momento indicado. “Hay una situación de
desabastecimiento que puede incluso desesperar a la población y lo vemos a diario cuando no consigue productos
básicos”, afirma Gutiérrez. “Eso no ha sido posible en los últimos 50 años”.
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