DICCIONARIO ENCICLOPÉDICO de PROBÁTICA y DERECHO

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DICCIONARIO
ENCICLOPÉDICO
de PROBÁTICA
y DERECHO
PROBATORIO
Lluís Muñoz Sabaté
DICCIONARIO
ENCICLOPÉDICO
de PROBÁTICA
y DERECHO
PROBATORIO
Lluís Muñoz Sabaté
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Francisco Pérez de los coBos orihuel
Jesús-María silva sánchez
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DICCIONARIO
ENCICLOPÉDICO
DE PROBÁTICA Y DERECHO
PROBATORIO
Lluís Muñoz saBaTé
© Lluís Muñoz Sabaté, 2014
© Wolters Kluwer España, S.A., 2013
Edita: LA LEY
Edificio La Ley
C/ Collado Mediano, 9
28231 – Las Rozas (Madrid)
Tel.: 902 42 00 10 – Fax: 902 42 00 12
http://www.laley.es
1.ª edición: junio 2014
ISBN: 978-84-9020-341-5
Depósito Legal: M-14353-2014
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Printed in Spain
*APRECIACIÓN CONJUNTA DE LA PRUEBA
*APRECIACIÓN CONJUNTA DE LA PRUEBA
Omnia probant quod non singula.
Apreciació; Appraisal; Appréciation; Bewertung; Valutazione; Valoraçäo
La mejor manera de definir este concepto de creación jurisprudencial
sería la de renunciar a hacerlo, en la medida en que las estructuras del
pensamiento humano toman la forma de «agrupamiento», de modo que
cuando se piensa, siempre agrupamos, consciente o inconscientemente,
los elementos. De ahí que cuando un juez examina la prueba difícilmente
puede hacerlo de otra manera. Un fenómeno legítimo que sin embargo no
desdice el hecho pernicioso de algunas resoluciones judiciales que estereotipan este concepto hasta convertirlo en una mera fórmula sacramental
infringiendo el deber de motivación.
Muy interesante es a este respecto la sentencia del Tribunal Constitucional, Sala 1.ª de 19 febrero 1987 (20/1987), de la que fue ponente Francisco
Tomás y Valiente al declarar que «Este Tribunal no puede fragmentar el
resultado probatorio ni averiguar que prueba practicada de cada hecho
declarado probado por el Juez penal. Tal operación, que tendría mucho de
taumatúrgica, ni es posible psíquicamente, porque el órgano judicial penal
valora en conjunto la prueba practicada con independencia del valor que
cada Magistrado otorgue a cada prueba, ni estaría autorizada por nuestra
Ley Orgánica, ni sería compatible con la naturaleza de la jurisdicción constitucional». Aunque a veces se cita esta sentencia como avalista de la «apreciación conjunta» todo da a entender, empezando por la personalidad del
ponente, que esta referencia habría que valorarla dentro del contexto en
que se pronuncia.
Más contundente parece ser a este respecto la sentencia del Tribunal Supremo de 29 mayo 1997, Sala 1.ª, revocando la de la Audiencia de Sevilla
que había desestimado la demanda de un arquitecto por considerar que no
intervino en el proceso constructivo. A nuestro más alto Tribunal le resulta
«un tanto sorprendente que la sentencia recaída dedique tan solo cuatro
líneas del final del fundamento de derecho tercero» para decir que «del
examen de la prueba practicada, apreciada en su conjunto y conforme a
las reglas de la sana crítica, no resulta acreditado que el mismo interviniera
en la confección del proyecto, ni en la dirección y ejecución de la obra».
Es por ello que con cierta dureza termina diciendo que le parece «que
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*APRECIACIÓN CONJUNTA DE LA PRUEBA
una desestimación de demanda respecto a un codemandado merece más
argumentación y apoyo en la prueba practicada, y que es insuficiente la
referencia a la apreciación conjunta de la prueba y a la sana crítica».
Como vemos, cabría aquí aplicar los principios de la psicología de la
gestalt. Brichetti acuñó a propósito de la apreciación conjunta el símil químico de tratarse de una combinación y no de una mezcla. De ahí la resistencia de la jurisprudencia casacional a un análisis aislado, porque «tan
pronto como desaparece la descomposición del producto, desaparece éste
in totum» (Mira y López). El punto principal de la explicación gestáltica,
el que las operaciones del pensamiento no se efectúan fragmentariamente
sino que son el resultado de la organización y la reorganización, tendría
también como consecuencia el abandono, iniciado ya por Calamandrei, de
la teoría del silogismo judicial en la génesis lógica de la sentencia
VID. VALORACIÓN DE LA PRUEBA, ARGUMENTO DE PRUEBA
Orientación bibliográfica
García Casas, J. «La valoración conjunta de la prueba», Tribunales de
Justicia, 2002, 7, pp. 9 y ss.
Gorphe, F. De la apreciación de las pruebas, trad. esp. Ed. Ejea, Buenos
Aires, 1950
Jiménez Conde, F. La apreciación de la prueba legal y su impugnación,
Universidad de Salamanca, 1978
Muñoz Sabaté, Lluís, «Un palo a la apreciación conjunta», RJC, n.º 1,
1998, y Técnica Procesal, J. M. Bosch, Barcelona, 2012, pág. 53
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*ARDIDES PROCESALES
*ARDIDES PROCESALES
En su obra Enfermedad y Justicia (ed. Hispano Europea 1972) Muñoz
Sabaté explora lo que él llama las cuatro dimensiones psicológicas del proceso judicial (lúdica, dialéctica, dramática y mágica). Haciendo referencia
a la primera menciona las obras de Calamandrei Il processo come giuco y
la más impactante, Trial by combat de Therman Arnold. Puig Brutau, en su
Jurisprudencia como fuente del Derecho menciona incluso una sentencia
del Tribunal Supremo de 8 julio 1933 en la que se emplea explícitamente
la locución «combate judicial». La significancia de todo ello confirma una
conclusión harto sabida: para triunfar en un proceso las partes (o incluso el
juez) se valen de toda suerte de argucias que generalmente gravitan sobre
el tema de prueba. He aquí algunos ejemplos:
1. Propuesta de una lista de numerosos testigos de los que la mayoría
son imaginados. A fin de crear una atmósfera procesal favorable, previendo
que el juez la acotará a unos cuantos solamente.
2. Designación de terceros a quienes se les atribuye la posesión de un
documento no presentado en tiempo oportuno con el fin de que se les requiera de exhibición.
3. Aporte excesivo de documentación con fines seductivos o entre la
cual gravita desapercibidamente un hecho principal en el proceso.
4. Falsa oferta de prueba que se hace en fase procesal y que genera confianza en la contraparte desprotegiéndola de alguna iniciativa.
5. Respuesta del tercero a un requerimiento judicial a instancia de una
parte la cual es encargada de tramitarlo. Su resultancia negativa hace que
dicha parte no lo presente.
6. Juez que por sí mismo sin que medie prueba de reconocimiento se
aventura a inspeccionar un objeto litigioso cuyas conclusiones insertará a
través de otro medio.
7. Formular una pregunta capciosa a un testigo y retirarla inmediatamente
sin que pueda impedirse que su dicción cale en el inconsciente de los jurados.
8. Argumento ad ignorantiam. Falacia lógica consistente en sostener la
verdad (o falsedad) de una afirmación alegando que no existe evidencia o
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*ARDIDES PROCESALES
prueba de lo contrario, o bien alegando la incapacidad o la negativa de un
oponente a presentar pruebas convincentes de lo contrario. Quienes así
argumentan no basan su argumento en el conocimiento sino en la ignorancia. A veces se ha pretendido insertar en esta argumentación la propia
presunción de inocencia.
9. Dar comienzo al interrogatorio con preguntas «blandas» que generen
confianza y relajen los mecanismos de defensa del interrogado y dejar para
el final las preguntas «duras».
El artículo 299 LEC al disponer en su párrafo 3.º, tras el listado de los
medios de prueba, la admisión de cualquier otro medio no expresamente previsto en los apartados anteriores cuando pudiera obtenerse certeza
sobre hechos relevantes, ha sido instrumentado, aunque hasta ahora desgraciadamente sin demasiado éxito, para solicitarse por la propia parte su
declaración en juicio cuando la adversa —la única legalmente autorizada
para pedirla— ha considerado no conveniente a su estrategia no hacerlo.
Un ejemplo lo tenemos en los pleitos instados por los Bancos sobre las llamadas preferentes, en los cuales siempre resultaba psicológicamente mejor
para ellos que el juez no oyera la versión del demandado.
VID. ATMÓSFERA PROCESAL
Filmografía
La caja de música (Music Box), USA, 1989, Costa Gavras
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Como recuerda el autor de la obra, nada más difícil en un proceso
judicial que la prueba de los hechos: provare o sucumbere. O como advirtiera otro ilustre procesalista, Santiago Sentís Melendo, son muy pocos los
pleitos que se debaten solo y simplemente por cuestiones de derecho. Y
sin embargo, el interés prestado por los autores al problema de la prueba,
salvo los pertenecientes a la cultura anglosajona, ha sido en general muy
escaso, empecinados en desviar su atención solamente hacia el derecho
probatorio, que se ha convertido no pocas veces, como también añade el
profesor Muñoz Sabaté, en el peor enemigo de la probática, cuando en
puridad sus relaciones debieran ser de encaje y no de confrontación. Una
cosa es conocer las reglas del juego y otra cosa es saber jugar.
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788490
203415
www.laley.es
3652K24093
ISBN: 978-84-9020-341-5
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