Educación Ambiental - Ministerio de Educación de Chile

Anuncio
Educación Ambiental
Año 8 / Edición Nº 12 / Junio 2010
Educación Ambiental y
Desastres Naturales
Ven y pa rticipa
Organiza:
Patrocinan:
Auspician:
REVISTA EDUCACIÓN AMBIENTAL
Año 8 / Edición Nº 12 / Junio 2010
Índice
Editorial
Voz de los
actores
6
Directora Responsable
Paula Alvear C. (CONAMA)
3
Editor General
Jaime Ugalde B. (CONAMA)
Comité Editorial
Roberto González (Conama)
Octavio Gajardo (Mineduc)
Sandra Poblete (CONAF)
Andrea Fuentealba (DGA)
Jaime Méndez (Bosque Santiago)
Futuro
Resplandor
4
Coordinación
Angélica Sáez Estay
Diseño y diagramación
Departamento de Arte
La Nación S.A.
Ilustración portada
Pilar Naturali C.
Revista Educación
Ambiental, es una
publicación del Sistema
Nacional de Certificación
de Establecimientos
Educacionales (SNCAE),
programa que desarrolla
la Comisión Nacional
del Medio Ambiente
(CONAMA), en conjunto
con la Corporación Nacional
Forestal (CONAF), el
Ministerio de Educación, la
Dirección General de Aguas
(DGA), Bosque Santiago,
y la Organización de las
Naciones Unidas para la
Educación, la Ciencia y la
Cultura (UNESCO)
El día en que Kay Kay
y Txeg Txeg volvieron
a enemistarse
Columna de Opinión
10
Prevención de
desastres naturales
14
La Experiencia
de dos Escuelas
certificadas
23
Lecciones del Terremoto
Econotas
8
12-13
Educación Ambiental e
incendios forestales
19
Puerto Octay: Un
ejemplo de cómo
enfrentar las emergencias
25
El Papel de la Educación
Ambiental ante los
Desastres Naturales
María Ignacia Benítez / Ministra del Medio Ambiente
E
l terremoto del 27 de febrero pasado volvió a recordarnos
la vulnerabilidad de nuestro territorio. Vivimos en permanente alerta por los movimientos telúricos, inundaciones,
crecidas del mar, sequías y erupciones volcánicas, entre otras
manifestaciones físicas y naturales, y cada vez que un fenómeno
de este tipo ocurre, deja tras de sí pérdida de vidas humanas,
daños materiales e interrupción de la economía.
La historia nos enseña que cada vez que algo así ocurre, Chile
se levanta, su población supera el dolor, entierra sus difuntos,
reconstruye sus viviendas, pone en marcha nuevamente las
fábricas, cicatrizan las heridas y volvemos a empezar.
Es un hecho que estos desastres de la naturaleza nos acompañarán por siempre y que debemos estar alertas, máxime si existe
un nuevo elemento que debemos considerar: los efectos que el
Cambio Climático está provocando y provocará en la geografía
de nuestro territorio. El deshielo de glaciares, el aumento de las
temperaturas en la zona central y la mayor pluviometría que se
espera para la zona sur, son elementos que deberemos tomar
en cuenta a la hora de planificar el crecimiento de las ciudades,
el desarrollo de obras de infraestructura o la instalación de
actividades industriales.
Nuestro país debe planificar con el factor riesgo, es decir,
prever la toma de decisiones ante la incertidumbre. Y en este
proceso se deben conjugar tres elementos, la búsqueda de una
mejor calidad de vida, la seguridad frente a un posible fenómeno
y el menor impacto del medio ambiente. Desde esta perspectiva,
la planificación no debe ser entonces sólo una decisión de ingeniería, sino un proceso que involucre facetas históricas, culturales,
geográficas, económicas y sobre todo educacionales.
Porque los desastres naturales no pueden adjudicarse sólo a
la mano de la naturaleza, sino también a la imprevisión humana
de instalar sus poblados y actividades en áreas potencialmente
riesgosas, o en el impacto que provoca la acción del hombre
sobre ecosistemas frágiles. Entonces, en este sentido, el papel
que cumple la educación ambiental en la prevención de riesgos
es estratégico.
La educación ambiental juega varios roles. Por un lado
los educadores deben contribuir a sensibilizar a la población
respecto del peligro que significa habitar áreas de riesgo, y por
otra, aprehender en conjunto sistemas y acciones de prevención.
Porque es más vulnerable una comunidad que ignora o desafía
el entorno en el que vive, que una conciente de los peligros
que la acechan.
Asimismo la educación ambiental fomenta y fortalece los
vínculos entre los vecinos, relaciones que juegan un papel esencial
cuando se deben enfrentar situaciones de crisis. La organización
de la comunidad y la relación que esta misma establece con las
instituciones del Estado, la identificación de liderazgos claros
y la definición previa de roles pueden salvar muchas vidas y
aminorar ostensiblemente los daños.
El diseño de la nueva institucionalidad ambiental del país releva
la Educación Ambiental como un elemento de vital importancia
en el camino hacia la sustentabilidad. En este marco, el Ministerio
de Medio Ambiente acelerará la implementación de programas
que busquen fortalecer la educación ambiental, profundizando
programas como el Sistema Nacional de Certificación Ambiental
de Establecimientos Educacionales y políticas que estimulen a las
universidades a incorporar en su gestión educativa el concepto
de “campus sustentables”. Pero también, daremos un impulso en
la educación no formal, propiciando un mayor involucramiento
de la ciudadanía en la conservación, preservación y cuidado del
medio ambiente. En ambos campos, la prevención de desastres
naturales debe ocupar un sitial preferente.
En la contingencia actual, debemos aprender de lo vivido. El
terremoto nos obligará a diseñar nuevas políticas públicas para
enfrentar el riesgo de vivir en zonas de peligro, pero también nos
debe enseñar que existe una forma distinta de relacionarse con
el medio ambiente. Y en este proceso, la educación ambiental es
un peón clave en el damero, ya que nos enseña que el impacto
de un desastre natural se puede ver aminorado sustancialmente, si conocemos el lugar dónde vivimos y si mantenemos una
relación de convivencia armónica con el entorno.
Revista Educación Ambiental
Editorial
3
Proyecto FPA financiado por Conama
Revista Educación Ambiental
Futuro Resplandor
4
Vecinos de la localidad de Doñihue, seriamente afectada por el terremoto, miran el
futuro con un rayo de luz solar y pretenden que el pueblo no sólo sea conocido por
los chamantos, sino también por el uso de energías alternativas.
Jaime Ugalde B. / Periodista de Conama
C
uentan que las seis monjas
ecuatorianas que vivían en
Doñihue, se marcharon del
pueblo tras el terremoto del pasado
27 de febrero, con la esperanza de
regresar algún día. Mientras tanto, la
feligresía tuvo que ver con dolor como
las calles de la localidad se convirtieron
en un cerro de adobes, tejas rotas y
escombros. De los 17 mil habitantes
que tiene esta comuna de la Región
de O”Higgins, unos seis mil están
damnificados y cerca de 1500 casas
tuvieron que ser demolidas.
Ubicada a escasos 30 kilómetros
de Rancagua, la localidad es famosa
por los chamantos, el aguardiente y el
chacolí, un brebaje joven, semidulce y
volteador elaborado con uva blanca.
Sin embargo, hay gente que desea
agregarle otra característica identificatoria a esta ciudad: que Doñihue
sea reconocido como un pueblo que
se mueve con la energía del sol.
Gracias al Fondo de Protección
Ambiental (FPA) de Conama, un grupo
de habitantes de la localidad trabaja
en la construcción e implementación
de una serie de artefactos solares de
uso domiciliario, con la intención de
extenderlos al resto de la comunidad.
Pero la intención va más allá, pues la
multiplicación de la energía solar permitirá
a su vez, reemplazar el uso de la leña
como combustible tradicional y evitar, al
unísono, la contaminación del aire.
“Hace unos 20 años, el río y los cerros
cercanos estaban cubiertos de árboles
–cuenta la Presidenta de la Unión Comunal de Juntas de Vecinos de Doñihue,
Jeannette Céspedes, organismo que está a
cargo de la iniciativa–, pero hoy ya queda
poco. La gente corta la vegetación para
usarla como leña, y el cambio climático
también se nota. Hace mucho más calor
y hay menos agua. Entonces, queremos
aprovechar el sol no solo para achicharrarnos, sino para convertirlo en energía
para beneficio de la familia y así a la vez,
proteger la biodiversidad”.
La iniciativa cuenta con el apoyo
técnico del Programa Bosque Modelo
de Cachapoal (BMC), organismo que
precisamente ha diagnosticado que el
uso de la leña es uno de los problemas
ambientales más extendidos en la zona,
y que está interesado en desarrollar
un modelo de manejo sustentable de
los recursos naturales presentes en la
cuenca del Río Cachapoal.
“Construiremos cocinas, hornos,
deshidratadores de fruta, colectores
solares, un biodigestor para proveer
de gas a una casa y la instalación de
paneles fotovoltaicos para el bombeo de
aguas de pozo para riego en pequeñas
propiedades agrícolas. La idea es que la
gente aprenda a construirlos, vea cómo
funcionan, y luego pueda fabricarlos por su
cuenta”, explica la profesional de Bosque
Modelo Rebeca Montenegro.
El proyecto –que se
desarrolla por segundo
año consecutivo- ha
generado alto impacto
en la comunidad. “Tenemos una extensa
lista de gente interesada en participar del
proyecto y contar con
sus artefactos”, cuenta
Jeannette. Sin embargo, como se trata de
una experiencia que
debe replicarse en el
tiempo, los beneficiarios de los productos
deben cumplir requisitos como asistencia
a las actividades de
capacitación, demostrar compromiso ambiental, tener disposición para recibir en su hogar a los
vecinos que estén interesados en conocer el funcionamiento
de los artefactos e “irradiar lo aprendido”, y por supuesto
comprometerse a reemplazar el uso de la leña como combustible.
El Jardín Infantil Chamantito ha sido uno de los beneficiarios y hoy utilizan hornos solares para sensibilizar a los
niños y niñas, y para cocinar algunos alimentos. Su directora,
Marianela Soto cuenta que junto con los niños cocinan galletas, alfajores y que incluso han elaborado mermeladas,
“y todo este trabajo se puede hacer con mucha seguridad,
sin temor que los párvulos se quemen”.
“En el caso de los deshidratadores, nosotros tenemos
muchos insumos, porque después de la cosecha de las frutas,
queda mucho desecho que se regala y la gente prepara sus
huesillos, entonces hay muchos interesados en contar con
estos artefactos. Además, es mucho más higiénico y más
rápido preparar la fruta o las verduras, incluso se puede
hacer charqui”, asegura Jeannette Céspedes.
Muchos son los beneficios que entrega la energía solar.
Sin embargo, el terremoto les permitió ver otras ventajas en
comparación con la energía tradicional. “En un sismo grande
se corta la luz, no hay gas y no se puede cocinar, se rompe
la matriz del agua potable y nos quedamos desconectados.
Nada de eso pasa con la energía solar, podemos subsistir
si tenemos energías alternativas. Por ejemplo, hay mucha
gente que se quedó sin agua después del terremoto, pero
Revista Educación Ambiental
Voz de los Actores
si tenemos paneles fotovoltaicos conectados a un pozo y
podemos extraer agua, el problema ya no existe. Con una
persona que tenga agua en la comunidad, ya la cosa es
distinta”, asegura Rebeca Montenegro.
Y Jeannette agrega otro punto. “A causa del terremoto
muchas cocinas quedaron inutilizadas. La gente preparaba
algo y cuando venía la replica, arrancaba. Entonces hay allí
un problema de seguridad. En cambio, una cocina solar se
puede instalar a la intemperie y no hay que estar pendiente
de ella. Es más, la energía solar siempre está disponible y
no se genera el stress por acumular cilindros de gas, como
ocurrió después del terremoto y tampoco suben los precios.
Es una energía limpia y libre.”
Aunque el sismo afectó el inicio de las actividades de
capacitación y ha encarecido los precios de los insumos
para elaborar los artefactos, la gente de Doñihue sabe que
el sol les está esperando.
Igual como la feligresía espera el regreso de las religiosas
que probablemente nunca retornarán. Igual como esperan
la reconstrucción de la Iglesia de la Merced, el principal
templo católico del pueblo, una iglesia que curiosamente
había sido levantada tras el terremoto de Valparaíso en
1906, sismo aquél que derribo la construcción originaria y
alrededor de la cual fue creciendo la ciudad.
La gente de Doñihue sabe que el sol y las esperanzas
estarán siempre acompañándoles, y que en la mezcla de
ambas se encuentra parte de su futuro.
5
Revista Educación Ambiental
Los Exploradores
Ambientales de Iloca
Pese al desastre que afectó al balneario de la Región del Maule, la comunidad escolar
cree que ésta es una oportunidad para impulsar la educación ambiental.
Jaime Ugalde B. / Periodista de Conama
E
l 11 de diciembre de 2009, la
comunidad de los colegios de La
Pesca, Iloca y Duao, en la Región
del Maule, estaba contenta. Junto a
otros 30 establecimientos de la Región,
recibieron de CONAMA las banderas que
los acreditaban como escuelas certificadas
ambientalmente. Sin embargo, el terremoto
y tsunami del 27 de febrero que arrasó con
los tres balnearios, se llevó también parte
de ese sueño.
Víctor Díaz, el pequeño que se hizo
famoso por pedir “zafradas” después del
desastre, estudiaba precisamente en la
escuela René León Echaiz de Iloca y junto
a sus compañeros estaba ya dando pasos
para proteger el medio ambiente de su
localidad. En más de una ocasión habían
6
limpiado la playa de los residuos que dejaban
los visitantes o de la propia basura que trae
el mar, o bien, participado de caminatas
ecológicas. Incluso algunos alumnos de
la Escuela La Pesca habían viajado hasta
La Pintana, en Santiago, para conocer la
experiencia municipal en la elaboración
de compost y lombricultura.
Hoy deben partir de cero. Luego del
terremoto las tres escuelas fueron fusionadas en una, bajo el alero del colegio
modular que fue construido por privados
en el camino que une a Iloca con Duao.
Allá llegan todas las mañanas los 152 niños
y niñas, que son transportados por un bus
municipal. La escuela no tiene nombre ni
tampoco áreas verdes, y ese es uno de los
primeros desafíos que se han planteado
los docentes. Así lo explica la Directora del
colegio Rosa Farias para quien, pese a que
el terreno donde se instala el establecimiento es arrendado y no se puede modificar
en profundidad, “queremos hacerlo más
verde, por que ahora se ve muy opaco con
el ripio que tenemos”.
Antes del sismo, la profesora Farias
era la directora de la Escuela de la Pesca,
establecimiento que lideraba la certificación ambiental en la zona. “Nuestra
preocupación por el tema nació luego
de la contaminación del Rio Mataquito
–curso fluvial que desemboca en Iloca– y
la mortandad de peces ocurrida hace unos
años. Desde allí empezamos a trabajar
con mayor profundidad con los niños los
temas de flora y fauna, y posteriormente
iniciamos la labor de construir huertas escolares en los espacios
más mínimos que había en la escuela. Luego implementamos el
taller de Pequeños Exploradores del Medioambiente, oportunidad
donde los niños y niñas trabajaron temas de reciclaje, confección
de papeleros con material en desuso, hicimos limpieza de la playa
y caminatas ecológicas”.
“Para este año –prosigue la Directora-, teníamos programado
implementar un proyecto de minimización de residuos sólidos en el
colegio, que formaba parte de un proyecto de la municipalidad de
Licantén, donde ya teníamos instaladas composteras para preparar
abono a partir de los residuos del propio colegio. Pero además,
queríamos empezar los cultivos hidropónicos en el invernadero
que estaba recién construido”
Hoy el colegio modular está funcionando a plenitud. Las aulas
acogen a niños y niñas entre kinder y sexto básico, cuentan con
sala de internet, comedor y cocina, servicios higiénicos, sala de
profesores y oficina para la Dirección. Afuera hay juegos, una
cancha de fútbol y el suficiente espacio para que los chicos se
olviden del drama sufrido.
Pese a que las preocupaciones de las profesoras y docentes
del colegio van por apoyar en la recuperación emocional y pedagógica de los alumnos, no se han olvidado del sueño verde. “Una
vez instalados en la nueva escuela, una de nuestras prioridades
ha sido cómo trasladar uno de los tres invernaderos que se salvó,
y cómo convertir este lugar en un espacio más acogedor para los
niños”, cuenta la Directora.
La jornada escolar en la escuela está retomando lentamente la
normalidad y eso se refleja en las jugarretas de los niños y niñas.
“El primer impacto fue sentir en los alumnos esa alegría inmensa
por estar vivos, estaban felices por haber sobrevivido junto a sus
familias. Sin embargo, con más calma nos damos cuenta que en el
fondo tienen mucho temor, miedo de no tener casas, y el colegio
nuevo les da mayor seguridad”, narra la Directora. Incluso para los
casos más graves tuvieron el apoyo de sicólogos y siquiatras.
Revista Educación Ambiental
Voz de los Actores
“Creo que el tema ambiental irá fluyendo de a poco, pues
pienso que este proceso va a ser más lento que el anterior, será
más dificultoso por la situación que acabamos de vivir, pero es
una oportunidad para partir de nuevo. Y me gustaría reutilizar los
residuos que generamos en el colegio..., aunque las composteras
se las llevó el mar”, cuenta esta profesora que lleva 23 años como
docente en la zona.
“Lo que sí ya tenemos claro es que este desastre es también
una oportunidad para la educación ambiental, para aprender
con los alumnos que el paisaje ha cambiado, que hay partes de
la tierra que se hundieron o que la playa está llena de escombros
y que la educación es fundamental para prevenir desastres como
el que nos afectó”, reflexiona Carla Jiménez, profesora que estuvo
a cargo de los talleres ambientales de la Escuela La Pesca y que
ahora no quiere olvidar lo ocurrido, pero si retomar sus sueños
de la educación ambiental.
Afuera el recreo llega a su fin. El “zafrada” es uno de los últimos
en dejar la polvorienta cancha de fútbol para ingresar a la sala. Sus
compañeros se despiden de un caballo que pasta en el predio vecino.
Más allá se ve el mar con su oleaje blanco y en la playa, el humo
negro de los escombros quemándose. La Pesca, Iloca y Duao no serán
lo mismo, tampoco sus habitantes, ni sus pequeños exploradores
ambientales para quienes la tarea recién comienza.
7
Columna de Opinión
Lecciones del Terremoto:
Revista Educación Ambiental
del individualismo a la
solidaridad comunitaria
8
Por Reiko Shindo, Agencia
Internacional del Japón
/ Experta a largo plazo
del proyecto Educación
Ambiental PRODEEM.
El trabajo en equipo de vecinos que comparten un mismo barrio no sólo es una
metodología válida en casos de emergencia, sino un instrumento primordial a la hora
de salvar vidas humanas y aminorar los efectos de una catástrofe.
E
l fuerte sismo que afectó Chile
el pasado 27 de febrero no sólo
nos trajo desastre, sino también
grandes lecciones. Las lecciones para
Chile ya han sido analizadas por varios
autores nacionales, sin embargo creo
que es bueno conocer un nuevo punto
de vista con la experiencia vivida en mi
país de origen, Japón.
Como deben saber, al igual que Chile,
Japón también es un país sísmico. En
cada casa existe una mochila preparada
que contiene comida, botellas de agua,
linternas, botiquín, entre otras cosas.
Cuando hay alguna emergencia, salimos de
nuestras casas con esta mochila y hemos
sido entrenados desde pequeños para
evacuar hacia los lugares dispuestos para
ello. Sin embargo, el año 1995 nos dimos
cuenta que esto no era suficiente.
Ese año un fuerte terremoto de magnitud 7,7 grados Richter azotó la parte oeste
de Japón, alrededor de la ciudad de Kobe,
la 5 ª ciudad más poblada de mi país. El
sismo, que en japonés denominamos El
Gran Terremoto de “Hanshin-Awaji dai
shinsai” nos enseñó muchas cosas… La
más notable de las lecciones tiene que
ver con la forma de relacionarnos con
nuestros vecinos frente a una tragedia.
Antes del terremoto, nos limitábamos
a evacuar nuestras casas. Sin embargo,
después de esta terrible experiencia
cambió nuestra forma de actuar desde
una evacuación hacia la colaboración
dentro del barrio.
¿Cuáles son las razones para este
cambio? Pensemos lo que pasó con la
gente que quedó atrapada dentro de
edificios colapsados? El gráfico muestra
que la mayoría de personas (98%) habían
salido antes de la llegada de bomberos
y la defensa civil, equipo profesional
encargado de los rescates.
Por personas
pasando
2%
Por equipos
de rescate
2%
Otros
1%
28%
35%
32%
Por vecinos
y amigos
Por ayuda
de familia
Por esfuerzo
de uno mismo
Esto tiene una lectura clara: la solidaridad y el trabajo en equipo formado por los
vecinos que comparten un mismo barrio, no
sólo es una metodología válida en casos de
emergencia, sino un instrumento primordial
a la hora de salvar vidas humanas y aminorar
los efectos de una catástrofe.
Al analizar esta situación, se empezaron a formar grupos comunitarios
para la prevención de desastres, con el
objetivo de que los vecinos generen una
red de apoyo.
Hace tiempo que teníamos juntas de
vecinos, sin embargo no estaban focalizadas a este tema. Antes del terremoto
de 1995, el porcentaje de cobertura
territorial para grupos comunitarios era
de 43.8% en todo el país. El año 2009,
la cobertura se incrementó en un 73.5%
en el país, mientras que en la prefectura
de Hyogo, donde se concentraron los
daños por el sismo, se llegó a un 96.1%
de cobertura.
A primera vista, parece distinto hablar
sobre desastres naturales y el cuidado
del medio ambiente. Sin embargo, si
tomamos en cuenta las metodologías
de trabajo, estos temas tienen varios
aspectos en común.
En el Proyecto Desarrollo de un Modelo
de Educación Ambiental para Fortalecer las
Capacidades Locales (PRODEEM) también
se trabaja con grupos de voluntariados
comunitarios de la Provincia de Colchagua
en la Región de O´Higgins, que se unieron
por un objetivo común: avanzar hacia el
desarrollo sustentable.
En este marco, la prevención de desastres es fundamental. Con esta mirada todavía
podemos contribuir más a la reducción de
los efectos de desastres naturales como el
que afectó a Chile recientemente.
Finalmente quisiera compartir una
página donde pueden encontrar las
“Lecciones del Gran Terremoto HanshinAwaji” donde podemos aprender y replicar
algunas experiencias en Chile.
http://www.dri.ne.jp/kensyu/pdf/jica_sp.pdf
Econotas
de Prevención de Desastres
en Naciones del Pacífico Sur
Astrid Hollander / Punto Focal, Unesco Santiago.
L
a experiencia y numerosos proyectos
han demostrado el efecto positivo
de la educación e información en
reducir los niveles de riesgo y vulnerabilidad a desastres. Niños y niñas que
saben cómo reaccionar en caso de un
terremoto, huracán o tsunami, líderes de
comunidades que han sido capacitados
en la comunicación de alertas tempranas
y comunidades enteras capacitadas en
defenderse contra los peligros naturales
y ambientales, pueden reducir el número
de víctimas y la pérdida de sus medios
de vida en casos de desastres
En este sentido, la UNESCO está
comprometida con el Marco de Acción
de Hyogo (2005 – 2015) “Aumento de
la resiliencia de las naciones y las comunidades ante los desastres” y está muy
involucrada en potenciar la conciencia
pública y la educación en desastres
naturales, dos vías imprescindibles para
ayudar a las poblaciones más vulnerables
a hacer frente a estos riesgos.
La educación para la reducción de
desastres es una labor transdisciplinaria
encaminada a divulgar conocimientos,
competencias y valores que permitan a
personas de todas las edades y condiciones,
asumir su responsabilidad en la forja de
un futuro más seguro y sostenible.
El proyecto “Mecanismos de aprendizaje adaptables sobre preparación ante
Tsunamis a nivel comunitario en Colombia,
Ecuador, Perú y Chile”, financiado por la
Comisión Europea, inició sus actividades
en julio 2009 y finalizará
en septiembre 2010. Las
actividades se realizan
en áreas seleccionadas
de la costa Pacífica
de Sudamérica de los
cuatro países, y en
Chile se implementan
en las municipalidades
de Tomé y Coronel
(Región del Bío Bío).
El proyecto trabaja con
escuelas y autoridades locales
de las áreas vulnerables seleccionados,
puesto que la escuela es considerada
el eje central de la preparación de la
comunidad para el evento de tsunami.
Además se trabaja con las instituciones
que hospedan los Centros de Alerta
de Tsunami, las agencias nacionales de
emergencias y los Ministerios de Educación
de Colombia, Ecuador, Perú y Chile, con
el fin de estimular un intercambio interinstitucional entre ellos.
El objetivo general del proyecto es
desarrollar conciencia y resistencia frente
al riesgo de tsunamis en comunidades
vulnerables y de fomentar aprendizaje
y participación comunitaria en la preparación, alerta temprana y respuesta a
tsunamis. Asimismo, se pretende inculcar
en las comunidades seleccionadas los conocimientos y las prácticas relacionadas a
la preparación ante el riesgo de tsunami,
y mejorar la cooperación y coordinación
inter-institucional.
Entre las actividades
que se realizan, se
destacan el desarrollo e implementación de módulos
educativos sobre
gestión de riesgo
de tsunami (causa
de los desastres,
terremoto, indicadores, características del
tsunami, mapas de zonas
de inundación, mapas de
rutas de evacuación, preparación,
interpretación de los mensajes y alertas,
entre otros); desarrollo y monitoreo de
planes locales de reducción de riesgo
de desastres valorando simulaciones y
simulacros, rutas de evacuación de tsunami, planes de seguridad escolar y otros;
desarrollo de ejercicios de evacuación
con las comunidades, e implementación
de talleres nacionales de mecanismos
de coordinación entre las autoridades
de defensa civil, instituciones públicas y
privadas, ONGs, agencias de asistencia
humanitaria, organizaciones regionales e
internacionales, autoridades de educación
y medios de comunicación.
Revista Educación Ambiental
UNESCO Desarrolla Planes
Más información sobre el
proyecto, Giovana Santillán:
[email protected]
9
Revista Educación Ambiental
Cataclismo del 27 de Febrero en Alto Biobío:
El día en que Kay Kay y Txeg Txeg
volvieron a enemistarse
Texto y fotografías: Javier Valencia Labarca / Encargado de Comunicaciones CONAMA Región del Biobío.
Las comunidades pehuenches del Alto Biobío creen que el origen del terremoto del
27 de febrero ocurrió porque se ha intervenido el orden de la naturaleza.
A
lgunos son más enérgicos y hasta transmiten terror
para no olvidar sus orígenes. Otros optan por un
relato sencillo y didáctico, aunque no por eso menos
clarificador. Se trata del epew o cuento, el relato mítico de Kay
Kay vilu y Txeg Txeg vilu, dos hermosas y enormes serpientes
que gobernaban en el mar y en la tierra, respectivamente, y
cuya disputa generó un cataclismo del que sobrevivió el hoy
pueblo Mapuche. Fue inevitable no recordarlo tras el terremoto
y tsunami del pasado 27 de Febrero.
Cuenta la historia que a pesar del mal genio de Kay Kay,
ésta y Txeg Txeg convivían armónicamente. Un mal día, sin su
consentimiento y, peor aún, sin agradecerle la gran recompensa obtenida en sus redes, los pescadores regresaron a sus
hogares cargando sus peces, lo que molestó a Kay Kay. Coincidentemente, Txeg Txeg pasó por su lado sin saludarla, lo que
terminó por colmarle la paciencia. Entonces, ella bajó hasta las
profundidades y comenzó a azotar su larga cola, generando
gigantescas olas que comenzaron a inundar las tierras.
Txeg Txeg se percató que el enojo de Kay Kay destruía todo
10
en tierra firme, donde miles de humanos no alcanzaban a huir
de las aguas, convirtiéndose en diversas especies de peces.
Reaccionó entonces con violencia agitando su cola, levantando así cerros y aconsejando a las personas a subir éstos. Era
la única forma de escapar de la furia de la serpiente marina.
Luego, ambos animales conversaron y se pidieron disculpas.
Un nuevo orden se establecía con una pareja de ancianos, otra
de jóvenes y una de niños; la tierra sustentaría en adelante la
vida del pueblo Mapuche, la Gente de la Tierra.
Gran expectación
Viajamos más de 400 kilómetros al Este de la ciudad de
Concepción, a la comunidad Mapuche de Ralco Lepoy, localidad
ubicada en una comuna y provincia que comparten el nombre
del río que identifica a la región: Biobío. ¿Cómo vivieron el
terremoto? ¿Qué pensaron los escolares de este gran nüyün
(temblor)? ¿Por qué murieron tantas personas en la costa del
país? ¿Recordarían a Kay Kay y Txeg Txeg?
Educación Ambiental y Multiculturalidad
Viene una época de reflexión
positiva
Las primeras semanas post terremoto,
varios profesores realizaron un recorrido
por la comunidad y la primera sensación
es que había un clima de incertidumbre,
desinformación y de reflexión, aunque
positiva. Jorge Gallina, docente de educación básica, mención intercultural en el
contexto Mapuche, fue uno de ellos.
“Cuando llegamos a visitar a algunas
familias –relata el profesor–, nos comentaban `sí, pasó, pero esto (el volcán Callaqui)
nos protegió`. Pero más allá de las
interpretaciones científicas que puedan
avalar esta afirmación de la perspectiva
de las comunidades Mapuche, “lo importante es que ocurrió la pregunta de
`por qué será`, seguido inmediatamente
de una reflexión. Ahora tendremos que
reunirnos, conversar, analizarlo con los
dirigentes, los vecinos para reflexionar
respecto qué lectura vamos a darle…
por qué, para qué pasó?”
Por otra parte, la comunidad vivió la
angustia de la incomunicación. Muchos
de sus integrantes viajan a otras regiones
a trabajar como temporeros, y como
los medios de comunicación masiva no
operan con la misma lógica que en una
ciudad que exige inmediatez, se instaló
el miedo de que a sus familiares, al estar
con personas no pehuenches, les pudo
haber tocado esta “mala suerte”.
Fue el caso de Carmen Kulpán, que
con sólo 14 años se encontraba trabajando de temporera en Curicó “en las
frutillas” y su familia no pudo saber de
ella hasta 2 semanas después, cuando
la joven regresó a su comunidad. “Allá
(en Curicó) se sintió fuerte el temblor…
me dio mucho miedo porque además
estaba sin mis papás…”.
“Acá no están instalados los medios
de comunicación como la televisión o la
radio”, explica Jorge Gallina. “Ésta funciona más bien a nivel local. La gente de
más abajo pudo sentir el temblor fuerte
(no existe para los Mapuche el concepto
de terremoto) y ellos se dieron cuenta,
con el correr de los días, de lo que ha-
bía ocurrido. Recién ahí comenzaron a
reaccionar. Lo mismo ocurrió en otros
sectores, como en el valle del Queuco
(afluente del río Biobío). La gente comenzó
a reunirse, los nguilatunes (rogativas)
fueron más masivos, estaban todos más
sensibles”.
¿Kay Kay y Txeg Txeg se pierden?
Nuestros entrevistados coincidieron
en que frente al daño que se le ha hecho
a la naturaleza es que viene este llamado
de atención. “Por eso el discurso que se
escucha es ajeno a nosotros… son ellos,
a ellos les pasó, no a nosotros, son ellos
los que intervienen la naturaleza”, nos
reitera Jorge Gallina. Ahora, en este
contexto cultural, los Lafkenches (Gente
del Mar o Lago) tendrán su explicación
de lo ocurrido, seguramente tienen otro
tipo de explicación que desconozco, pues
les tocó vivir el tsunami, pero me atrevo
a decir que debe ser muy similar”.
Pablo Viscar, del octavo básico de
la escuela G-1181 de Chenqueco, Ralco
Lepoy, recuerda que una profesora les
contó la historia de Kay Kay vilu y Txeg
Txeg vilu. “¿Y ustedes recordaron ese
relato con este gran temblor o días después de ocurrido?”, preguntamos. “No,
la verdad es que no”, fue la respuesta.
“¿Y sus padres o abuelos les comentaron
algo al respecto?”, insistimos. “No”.
Al parecer las fuerzas de ambas serpientes se han debilitado. O llegó otro
actor a cambiar la historia, o habrá que
ser más enérgicos y hasta transmitir terror
para no olvidar sus orígenes.
Revista Educación Ambiental
“Estábamos con mis papás en la veranada y de repente sentimos que tembló
fuerte. Salimos a mirar… pensamos que
era la montaña (volcán Callaqui)… Me
dio susto porque hubo derrumbes y una
laguna se secó. Pero luego seguimos
durmiendo”. Clementina Puelma, del 8º
básico de la escuela G-1181 de Chenqueco, Ralco Lepoy, nos daba la tónica de
lo que sería una serie de conversaciones
respecto del terremoto y tsunami del 27
de Febrero con alumnos y profesores. En
Alto Biobío fue sólo un temblor, fuerte,
claro, pero sólo un temblor.
Pablo Viscar y Carmen Kalpán, compañeros de curso de Clementina, coincidieron
en que “la montaña nos protegió”. Pero
¿por qué afectó más al borde costero?
“porque acá se considera que son los
huincas (chilenos) los que han intervenido el
orden de la naturaleza”, nos dijo, sin rodeos,
Damián Bustos, profesor de integración
diferencial del establecimiento.
11
Revista Educación Ambiental
EcoNotas
Un cóndor y
dos águilas
vuelven a la vida natural
La Ministra del Medio Ambiente, María Ignacia Benítez, participó junto a representantes
de la Unión de Ornitólogos AvesChile en la liberación de un cóndor y dos águilas rehabilitadas
por dicha institución benéfica, actividad que se
enmarca dentro de la celebración del Mes del
Medio Ambiente.
La puesta en libertad de las aves se realizó el
pasado 3 de junio, en las cercanías de Farellones,
en el marco del Programa Binacional del Cóndor
Andino Chile – Argentina. El ave fue equipada
con un transmisor satelital aportado por CONAF
que permitirá monitorear su reinserción en el
medio natural.
En la ocasión la ministra Benítez destacó que
el Día Mundial del Medio Ambiente (5 de junio)
“constituye una oportunidad para que cada uno
de nosotros pueda colaborar a través de pequeñas
acciones en el cuidado de nuestro ambiente, y de
esta forma, alcanzar una mejor calidad de vida
para todos los chilenos”.
12
Ministra Benítez Inició Celebración
del Mes del Medio Ambiente
Para dar inicio a las actividades del mes del Medio
Ambiente, la ministra del ramo
María Ignacia Benítez visitó la
Fundación Domingo Savio en
La Granja, para compartir con
los menores en riesgo social que
asisten a los diversos talleres
educativos y de carácter lúdico
que son impartidos en el centro
con el objeto de manejar positivamente el tiempo libre que
disponen los pequeños.
En la ocasión, la secretaria
de Estado hizo entrega de material educativo ambiental a los
menores y sus profesores, con
quienes dialogó sobre buenas
prácticas ambientales que se
pueden aplicar en los hogares
y en la misma Fundación, tales
como reutilización de residuos
domiciliarios, eficiencia energética y uso de bolsas de tela.
A la cita también concurrieron
algunas mamás de los pequeños,
quienes agradecieron la visita
de María Ignacia Benítez.
La Fundación Domingo Savio
–en honor a un santo italiano
del siglo XIX que falleció a los
15 años– trabaja con aportes de
privados en la Población Santa
Eduvigis de La Granja y atiende
a 50 menores de entre 6 y 15
años en riesgo social, a quienes
imparte talleres de manualidades, reforzamiento escolar y
actividades de recreación. Sus
mamás también participan en
módulos de artesanía y alimentación saludable.
CONAMA Celebró Día Internacional
de la Conciencia sobre el Ruido
Bajo el lema “Escucha el silencio” se conmemoró el pasado 28
de abril el “Día Internacional de la
conciencia sobre el ruido”, actividad
orientada a promover el cuidado
del medio ambiente y sensibilizar a
la comunidad sobre las molestias y
daños que el ruido puede generar
en nuestra calidad de vida.
El Director Ejecutivo de CONAMA, Álvaro Sapag Rajevic,
encabezó la ceremonia frente a
la Plaza de la Ciudadanía, en la
esquina de Nataniel con Alameda,
considerada uno de los puntos
más ruidosos de Santiago.
En la ocasión, Sapag señaló
que el ruido ambiental es uno de
los contaminantes más baratos
de producir, el que debido a sus
características suele ser subestimado. “El crecimiento de las
ciudades, la mayor demanda de
transporte público y privado y el
consiguiente aumento de la actividad industrial y comercial, incide
en un incremento de los niveles
de ruido ambiental”, indicó.
El Director Ejecutivo de CONAMA, destacó que nuestro
país cuenta con normativa para
regular las fuentes de ruido más
importantes: las fuentes fijas, como
industrias, talleres, discotecas, y las
fuentes móviles correspondientes
a vehículos, camiones, buses y
motocicletas.
Al respecto, señaló que la
Norma de Emisión de Ruidos
Molestos generados por Fuentes
Fijas de aplicación nacional, se
encuentra en proceso de revisión.
Asimismo, CONAMA coordina la
elaboración de una norma de ruido
para vehículos livianos, medianos
y motocicletas.
Econotas
La Ministra de Medio Ambiente,
María Ignacia Benítez, junto al Director de la Conama Metropolitana
Alejandro Donoso, y la Presidenta
de la Asociación de Mujeres Artistas
Visuales, María Elena Etchepare, inauguró la muestra “ReciclARTE” en
la Casa de la Cultura Anahuac del
Cerro San Cristóbal.
Se exhibieron cuadros, joyas y es-
culturas hechas en base a materiales
reciclados que elaboraron las integrantes
de la Asociación de Mujeres Artistas
Visuales, y cuyo objetivo fue mostrar
que los materiales de desecho pueden
convertirse en objetos de gran valor
artístico.
Actualmente en la Región Metropolitana se recicla en torno a un 14% pero
a través del Plan Santiago Recicla, desarrollado por
la Conama
Metropolitana, se
espera que
de aquí al
2020 esa
cifra llegue
a un 25%.
CONAMA de Los Ríos celebró
Día de la Tierra certificando
Escuela La Aguada en Corral
La celebración del Día de la Tierra
fue el marco elegido por la Dirección
Regional de CONAMA Los Ríos para
entregar la certificación ambiental
a la Escuela La Aguada de Corral,
actividad que fue encabezada por
el alcalde de la comuna, Gastón
Pérez, el Director del establecimiento,
Guillermo Buttckovich y representantes de CONAMA, la Dirección
General de Aguas y la Seremi de
Educación.
Tras la ceremonia, que
incorporó actos artísticos
con temáticas ambientales
de los alumnos y alumnas de
la Escuela, tanto el alcalde
Pérez como el director Buttckovich destacaron la presencia
de los funcionarios públicos y
valoraron la iniciativa de CONAMA
de conmemorar el día de la Tierra en
La Aguada, junto a los niños y niñas
de Corral, relevando el papel que la
educación cumple en el cuidado del
medio ambiente en Chile.
CONAMA Antofagasta
y Municipalidad de
San Pedro de Atacama
firman convenio de
certificación ambiental
municipal
Revista Educación Ambiental
Ministra del Medio Ambiente
inauguró “ReciclARTE”, primera muestra
de reciclaje artístico del país.
En ceremonia realizada en la Municipalidad de San Pedro de Atacama, el
pasado 17 de mayo, la casa consistorial
firmó junto a la Dirección Regional de
CONAMA de Antofagasta, el convenio
para dar inicio al proceso de certificación ambiental municipal, que busca
implementar prácticas sustentables en
la gestión del municipio.
La firma del acuerdo estuvo a
cargo del Director Regional de CONAMA, Andrés Sáez Astaburuaga y la
alcaldesa de San Pedro de Atacama,
Sandra Berna Martínez. La iniciativa,
pionera en la Región de Antofagasta,
pretende implementar un sistema que
promueva aspectos relativos a la gestión ambiental de dicha Municipalidad,
específicamente en planificación, toma
de decisiones, presupuesto, procedimientos administrativos, servicios
ambientales a la comunidad y en la
cultura organizacional.
En la oportunidad, el Director de
CONAMA Antofagasta, Andrés Sáez,
destacó la importancia de la firma de
este convenio de certificación; “primer
paso –dijo– para que la Municipalidad
de San Pedro de Atacama incorpore la
gestión ambiental en sus quehaceres
diarios y al mismo tiempo, un incentivo
para que otros municipios de la región
se integren al sistema.”
13
Revista Educación Ambiental
“La vinculación entre la educación ambiental y
la prevención de los
desastres naturales”
Barbara von Igel / Encargada de Educación Ambiental CONAMA Región Metropolitana. Becaria de JICA
L
a experiencia del terremoto y maremoto del 27 de febrero
vivida por Chile, es un evento traumático, que afectó a
un 80% de la población del país y que con seguridad
cambiará la forma en que habitamos y planificamos el territorio.
Cuando las amenazas naturales (terremotos, maremotos, erupciones volcánicas, etc.) repercuten en sociedades vulnerables, se
produce un desastre natural; esto es lo que ocurrió en nuestro
país. Un desastre natural se puede describir como un riesgo no
manejado, o al contrario, cuando realizamos un “manejo” de los
ingredientes del riesgo (amenazas y factores de vulnerabilidad),
entonces podemos evitar que el riesgo se convierta en desastre.
Pues entonces, para disminuir los desastres, debemos trabajar en
prevenir las amenazas, especialmente aquellas que se agudizan
por acciones humanas (inundaciones, sequías, deslizamientos),
y en reducir la vulnerabilidad.
En ese sentido, l@s educador@s ambientales tenemos un
importante desafío, que tiene relación con disminuir el riesgo
de desastre. Para ello, por un lado debemos dirigir nuestros
esfuerzos a concientizar a la población acerca de la relación que
existe entre la degradación ambiental de los ecosistemas y el
14
aumento de la vulnerabilidad de una sociedad frente al desastre
y, a la vez, de la relación que existe entre el fortalecimiento de
los vínculos comunitarios y el conocimiento del entorno y los
fenómenos naturales que afectan el territorio y la disminución
de la vulnerabilidad ante un desastre.
Lo que hoy debemos hacer es tener una mirada crítica ante
el desastre natural vivido y obtener aprendizajes del mismo.
Especialmente importante es lo que podamos aprender de
otros países que han vivido experiencias similares y han tenido
la capacidad de sobreponerse a vivencias catastróficas e incluso
han resultando fortalecidos por la misma.
La Experiencia Japonesa
Un ejemplo de ello es la ciudad de Kobe, Japón, que el año
1995 vivió el terremoto de Hanshin-Awaji, dejándola prácticamente
devastada, con un número de muertos que superó las 6.000
personas y cuantiosos daños materiales, considerándose uno de
los desastres naturales más costosos de la historia moderna. A
raíz de esta dura experiencia nacen una serie de iniciativas, que
son reflejo de una población que aspira
a la reconstrucción física, pero por sobre
todo, a la recomposición espiritual. Así,
1995 se convirtió para Japón en el primer
año de las actividades voluntarias y el 17 de
enero –día del terremoto– fue declarado
en todo el país el “Día del voluntariado y
la protección ante el fuego”. Igualmente
se desarrolló un plan de reconstrucción
para la ciudad de Kobe, que implementó
una línea de trabajo social muy potente,
promoviendo una cultura de prevención
y mitigación basada en la organización
ciudadana a nivel de barrios.
El rol de la educación ambiental en
la reducción de la vulnerabilidad
ante amenazas naturales
La ciudad vecina a Kobe, Nishinomiya,
también afectada por el terremoto, ha
desarrollado un modelo de educación
ambiental digno de imitar. Por ejemplo,
fue la primera ciudad de Japón en firmar
la “Declaración de Ciudad del Aprendizaje
Ambiental” (año 2003), que manifiesta
la intención de construir una sociedad
sustentable, con la participación y la
acción conjunta de todos los actores de
la sociedad. Esta declaración contiene un
plan de acción, que plasma principios tales
como: aprendizaje mutuo, participación
y colaboración, reciclaje, convivencia
armónica y formación de redes. En el
marco de esta declaración, se desarrollan una serie de iniciativas orientadas a
fortalecer el “aprendizaje ambiental”, las
cuales han permitido un mayor vínculo
comunitario y una mayor asociatividad
entre la sociedad civil, los empresarios,
el gobierno, las escuelas y los expertos.
Algunos de los programas que se llevan
a cabo en la ciudad de Nishinomiya,
pueden ser un importante aporte para
futuras iniciativas en Chile:
1
Programa de “Eco-tarjetas”: consiste
en promover en la comunidad los
buenos hábitos ambientales a través de
actividades ecológicas (limpieza de playas, plantación de árboles, uso de bolsa
de género, etc.) que
se premian con
“Eco-sellos”, los
que a su vez se
estampan en las
“Eco-tarjetas”.
Luego de lo grar un cierto
número de “Ecosellos”, la persona
es reconocida como
“Eco-guardián”. Este
programa logra vincular
a niños y adultos, ya que opera
entre las escuelas, comunidades y hogares, produciendo un efecto sinérgico en
la formación de la conciencia ambiental
de las personas que están a cargo del
estampado de los sellos (profesores, líderes
de organizaciones sociales, empleados
de tiendas, cajeros de supermercado,
etc.).
2
Actividades ambientales de las empresas
en establecimientos educacionales:
aproximadamente 30 empresas enseñan
a alumn@s a través del aprendizaje
experimental la relación
entre medio ambiente,
estilo de vida y
minimización de
residuos. Este
programa se ha
conver tido en
una oportunidad
para las empresas,
integrándolo
en el ámbito de la
responsabilidad social
empresarial.
3
Proyecto “Seguridad y Eco-guía”:
nace a partir de la experiencia del
terremoto de Hanshin-Awaji de 1995 y
tiene como objetivo promover la educación para la prevención de desastres
naturales y la educación ambiental. Busca
que la población aprenda, a través de
diversos recorridos por la ciudad, sobre
la historia local, naturaleza y ubicación
geográfica, no sólo para que valoren y
protejan su entorno, sino tamnién que
para que puedan enfrentar hábilmente los
embates de la naturaleza. Quienes guían
estos circuitos son “narradores”, personas
voluntarias capacitadas por expertos,
quienes transmiten a la comunidad su
experiencia y conocimientos.
Revista Educación Ambiental
Cable a Tierra
4
Reuniones de Eco-comunidad: grupo
de ciudadan@s del mismo barrio
que se organizan para tomar medidas
ambientales concretas que promuevan
el desarrollo sustentable y el vínculo comunitario. Éstas consisten por ejemplo,
en tener un huerto comunitario, realizar
campañas para promover el uso de la
bolsa de género, conocer la cultura e
historia de una zona específica del barrio
(ej. templos), entre otras.
Además de estas actividades, los
habitantes de Kobe realizaron diversas
acciones post-terremoto, cuyo objetivo
principal fue que niños y adultos pudiesen expresar sus vivencias. Así nació,
por ejemplo, el libro “Comuniquemos lo
aprendido del terremoto”, y también una
serie de comics (mangas) hecha por niños,
15
Revista Educación Ambiental
niñas y jóvenes, donde se estampa las
distintas experiencias que vivieron.
El terremoto de Kobe no sólo
cambió la forma de planificación y las políticas públicas
de Japón, sino que
cambió la forma en
que la sociedad se
comunica con su
entorno. Hoy, para
un habitante que
vive en esa ciudad,
su entorno natural,
social y cultural no
sólo es conocido,
sino que valorado. Lo
anterior, hace que esta
comunidad esté hoy menos
vulnerable ante un terremoto de
lo que lo fue hace 15 años atrás.
El SNCAE, poderosa herramienta
de educación ambiental
Así como Japón ha desarrollado diversos programas ambientales que han
logrado un cambio cultural frente a los
desastres naturales y una forma distinta de
relacionarse con el entorno, Chile cuenta
con distintos programas que pueden
desarrollar el tema de la educación para
la prevención de desastres naturales.
Uno de ellos es el Sistema Nacional de
Certificación Ambiental de Establecimientos Educacionales (SNCAE) de CONAMA,
programa de educación ambiental que
16
busca insertar la temática medio ambiental
en 3 ámbitos del quehacer educativo:
Curricular-pedagógico, Gestión
Escolar, y Relaciones con
el Entorno. Entre sus
objetivos, se destaca aquel que
busca integrar
al quehacer
educativo
los desafíos,
problemas y
oportunidades ambientales presentes
en los territorios
aledaños a los establecimientos educacionales, y de esa forma lograr
procesos educativos contextualizados
cultural y territorialmente. Así mismo, el
SNCAE busca que el establecimiento educacional genere redes con la comunidad, lo
cual implica fomentar la incorporación de
los vecinos en acciones de mejoramiento y
recuperación ambiental, en capacitaciones
y en general en todas las actividades que
promuevan la sustentabilidad (huertos
comunitarios, plazas sustentables, etc.).
Es una oportunidad para Chile contar
con el SNCAE, poderosa herramienta
de educación ambiental, que debemos
saber aprovechar hoy más que nunca,
involucrando un tema tan importante
como lo es la educación para la prevención de desastres naturales, que permitirá
promover la concientización y una mejor
comprensión del entorno inmediato en el
que los niños y sus familias habitan, como
también la comprensión de los fenómenos
naturales con los cuales debemos aprender
a convivir. Las actividades que se enmarcan
dentro del SNCAE, especialmente aquellas
que tienen relación con la comunidad
vecina, potencian los vínculos y permiten
disminuir la vulnerabilidad de la población
ante nuevas amenazas naturales.
Los desafíos para nuestro país
En Japón trabajan mancomunadamente en lograr una sociedad sustentable,
concientizando a la población en el importante rol que juegan en la prevención
de desastres naturales. Ciertamente la
resiliencia de Japón ante la catástrofe
vivida hace 15 años atrás, es un ejemplo
para nuestro país. En Chile tenemos todas
las capacidades para hacer del terremoto
reciente, una oportunidad, de la cual, al
igual que Japón, podemos salir fortalecidos. Esta debe ser una experiencia que
nos permita avanzar hacia una sociedad
sustentable, con mayores vínculos y mayor asociatividad entre el sector privado,
sector público, sociedad civil, escuelas y
expertos, que nos permita finalmente
lograr una sociedad menos vulnerable
frente a futuras amenazas naturales.
¡No debemos olvidar que los desastres
ocurren cuando las amenazas se enfrentan
a situaciones vulnerables!.
Sumando Energías
Capacidad
de Respuesta
Comunitaria
y la Importancia
de la Educación
Revista Educación Ambiental
DESASTRES NATURALES:
María Angélica Alegría Calvo / Jefa Unidad de Eficiencia Hídrica, Dirección General de Aguas, MOP.
E
l desastre provocado por el aluvión en la quebrada de
Macul en el año 1993 y más recientemente el terremoto y
los tsunamis que asolaron el 27 de febrero del 2010 a las
regiones VI, VII y VIII, afectaron de manera dramática el desarrollo
de las familias pobladoras de su entorno, pero tanto su impacto
como la respuesta no fueron uniformes: las vulnerabilidades y
capacidades de cada persona damnificada se relacionaron con su
identidad y sus condiciones sociales. Esto fue visible en términos
de género, grupos etáreos y condiciones socio económicas de
las personas, las que presentaron circunstancias que unas veces
eran similares y otras claramente diferentes.
¿Cuáles son los riegos naturales en una comunidad y qué
se puede hacer para reducirlos?, son preguntas complejas y de
urgente respuesta a medida que el recuento de pérdidas humanas
causadas por los desastres naturales crece.
¿Cómo puede la gente estar segura en un mundo donde los
riesgos van en aumento? ¿Cómo podemos saber qué cosas nos
ponen en riesgo? ¿Qué hace a las personas fuertes frente al peligro,
aún cuando éste sea difícil de ver? En esto la educación cumple
un rol fundamental, especialmente para enfrentar las distintas
etapas de estos eventos extremos: la emergencia, la superación
de la emergencia, la reconstrucción y la mitigación.
Algunos factores de riesgo son fáciles de observar mientras
que otros son obvios sólo cuando no están presentes como
lo es un sistema eficiente de comunicación para advertir a la
gente sobre la fuerza de un temporal o de la crecida de un río,
pero incluso cuando el peligro es evidente, el riesgo no es más
que una función de los peligros que existen en nuestro medio.
Educar a la población para que sea capaz de percibir o identificar los peligros a los que se encuentra expuesta o implementar
adecuadamente las medidas de prevención de los efectos de los
desastres, se vuelve una componente importante en el diseño
de las estrategias y planes de acción para enfrentarles.
La vulnerabilidad de las personas incrementa los efectos de
los peligros, exponiéndolas a un riesgo de daño mayor, lo cual
no es una “cuestión” técnica, sino social y que por tanto, debe
ser considerada en las iniciativas educacionales que se proyecten.
Las personas varían ampliamente en su exposición a los riesgos
y en su habilidad para anticiparse a ellos, así como para planear,
sobrevivir y recuperarse de los efectos de estos acontecimientos
devastadores, y ello también va a depender grandemente de la
educación asociada al tema que hayan recibido.
No es el río desbordado, sino la vulnerabilidad de las personas a los efectos del río que se ha salido de su cauce, lo que
preocupa a quienes se enfrentan a las inundaciones. Esta es
también la preocupación de las autoridades encargadas de
promover la seguridad pública.
Así como hay algunos peligros relacionados con ciertos
ambientes, la exposición de las personas a los peligros y su
capacidad de resistencia a los efectos de los mismos, están
determinados por condiciones económicas, políticas y sociales
en ambientes concretos:
• ¿Funcionan los sistemas de comunicación y electricidad
en la zona? ¿Llegan a todo el pueblo? ¿Llegan a todas las
personas?
• ¿Dónde están los albergues o los lugares de evacuación, si
es que hay? ¿Quién tiene medios de transporte adecuados
para llegar a la escuela, a los centros comunitarios, o a
otros lugares en que haya que rescatar personas o que
sirvan de refugio?
• ¿Qué pasaría si un deslizamiento de tierra destruye el lugar
en donde trabajan o viven?
17
Revista Educación Ambiental
18
• ¿Dónde está el hospital o la clínica más
cercana o el centro de cuidados de
los niños y niñas? ¿Están preparados
para las emergencias?
• ¿Cómo hacen públicas sus necesidades
las personas? ¿Cómo se organizan
políticamente o comunitariamente
para mejorar su vida?
• ¿Se conocen bien los vecinos? ¿Se
ayudan los amigos, familiares o
vecinos en caso de emergencias?
Estas son algunas de las interrogantes
que necesitan ser contestadas cuando las
personas empiezan a evaluar los peligros,
su vulnerabilidad y su capacidad para
enfrentarse a ellos y para la cual deben
estar educadas.
La evaluación de riesgos desde esta
perspectiva no sólo consiste en recoger
información sobre los patrones ambientales (¿cuándo va a haber otro Fenómeno
del Niño?), analizar la infraestructura
(¿cuán cerca están las escuelas de los
ríos? ¿Es, el hospital seguro en caso de
un terremoto?), o manejar información
socioeconómica (¿cuántos ancianos viven
aquí? ¿Cuántas personas pueden leer las
señales de emergencia?)
Aprender a evaluar riesgos significa
entender cómo se crean las condiciones
de riesgo a nivel local y quiénes son las
personas más expuestas a ellas. ¿Cuál
es la raíz de las causas de la inseguridad
como las barriadas urbanas en los sectores
bajos y planos sobrepoblados como el sur
de nuestra capital por ejemplo?
Para reducir riesgos, en vez de solo
estudiarlos y registrarlos, necesitamos
también entender cómo viven las personas
con la incertidumbre y el riesgo. ¿Qué
han hecho en el pasado las comunidades
locales para conservar el agua durante
sequías, temporales o crecidas e incluso
aluviones, o para prepararse para las
inundaciones? Esto también es materia de
aprendizaje no solo de las comunidades
involucradas sino de las autoridades que
planifican y toman decisiones.
¿Qué hacen ahora? ¿Cómo se adaptan a las sequías? ¿Cómo se las arreglan
las mujeres y los hombres pobres, con
altas tasa de mortalidad infantil, con
desempleo, con agua insalubre, servicio
eléctrico esporádico, falta de transporte
y el control limitado sobre las decisiones
que afectan directamente a sus propias
familias? ¿Hay cambios en las comunidades
que reduzcan o incrementen sus exposiciones a los peligros y desastres?
A modo de complemento con
las evaluaciones científicas
basadas en sistemas informáticos de mapeo o
levantamientos, que
a menudo carecen
de una dimensión
social, se deben
considerar además
las evaluaciones de
vulnerabilidad basadas en la comunidad;
o sea, el conocimiento
de la población local. Para el logro de
este objetivo, nuevamente interviene el
aspecto educacional.
Este tipo de evaluación de riesgo es
una herramienta vital para saber qué cosas
ponen nuestra vida en riesgo cada día y
cómo la vida de la gente puede hacerse
más segura. Los mapas de riesgo desarrollados por las personas directamente
afectadas pueden identificar problemas y
sugerir soluciones y pueden usarse para
luchar por cambios que puedan hacer sus
vidas más seguras pero para eso deben
aprender a identificar los elementos que
componen dichos mapas.
Este enfoque en la evaluación de
riesgos a nivel local no se centra en cómo
se puede ayudar a las personas después
de un desastre, sino en cómo puede
trabajar la gente en equipo para prevenir
condiciones dañinas o acontecimientos
que puedan convertirse en desastres
trágicos y destructivos. Se basa en el
análisis que resalta el conocimiento y la
capacidad de las personas miembros de
las comunidades, que a menudo resultan
olvidadas en contextos de riesgo.
Una evaluación de vulnerabilidad y
capacidad podría fijarse fundamentalmente en las necesidades del grupo social
vulnerable como un todo, en lugar de
buscar el equilibrio entre el conocimiento
de las necesidades y el conocimiento
de las destrezas y recursos de la gente,
y sería neutra respecto a cuestiones
sociales, no prestando atención a las
personas en particular, ni a las relaciones
sociales entre ellas ni a su edad u otra
característica específica. Ello,
irremediablemente va a
conducir siempre a un
tipo de investigación
ciega a cuestiones sociales que
pasa por alto las
diferencias y desigualdades que
son altamente
relevantes antes,
durante, y después
de los desastres.
Revista Educación Ambiental
Sumando Energías
El Rol de la Educación Ambiental
en la Prevención de Incendios Forestales
Fernando Maldonado P. / Ingeniero Forestal / Jefe Unidad de Prevención de Incendios Forestales, CONAF.
Para prevenir los incendios forestales, la educación ambiental juega un rol privilegiado,
pues éstos se originan principalmente por la actividad humana, manifestada en descuido
y negligencia en la manipulación de fuentes de calor en presencia de vegetación
combustible e incluso, con algún grado de intencionalidad.
U
n incendio forestal es aquél que, cualquiera sea su
origen y con peligro o daño para las personas, el medio ambiente o la propiedad y bienes materiales, se
propaga sin control en terrenos rurales a través de vegetación
leñosa, arbustiva o herbácea, viva o muerta.
De esta definición surgen algunas consideraciones. La primera,
que la amenaza o el daño no sólo es para la vegetación, sino
también afecta a las personas, tanto en sus bienes como a sus
propias vidas, o sea, provoca daños ambientales, económicos
y sociales. La segunda, es que un incendio forestal no sólo
destruye árboles, también afecta la vegetación asociada a ellos,
especies de menor tamaño, ya sea arbustos y pastizales.
Daños a la vegetación
El efecto más inmediato de un incendio forestal es la quema y
destrucción arbórea. Quemaduras en la corteza, pérdida del follaje
que retarda el crecimiento por la menor actividad fotosintética y
destrucción del cambium –esa capa vegetal que se ubica entre el
leño y la corteza–, y destrucción de las raíces subterráneas, son
algunos de los daños entre los árboles. En la vegetación arbustiva
y herbácea, en cambio, el daño generalmente es total.
La posibilidad de recuperación de la vegetación dependerá
de la intensidad calórica y de la velocidad de propagación
del incendio. Sin embargo, en cualquier caso, el proceso será
19
lento y con el riesgo permanente de ser inviable si nuevos
incendios la afectan.
Revista Educación Ambiental
Efectos sobre el suelo
Las principales consecuencias de la pérdida de la cubierta
vegetal estarán relacionadas por el efecto de las gotas de lluvia
que, al no ser amortiguadas por la falta de vegetación, golpearán
sobre el suelo descubierto, removerán y arrastrarán las partículas
más finas, sellarán los poros e impedirán la infiltración del agua,
generando con ello un proceso erosivo. De esta forma el suelo pierde
su fertilidad y su capacidad de sustentar vegetación natural.
Efectos sobre el agua
El efecto de procesos erosivos intensos provocará, además,
el derrumbe y arrastre de material sólido que embancarán el
cauce de los cursos de agua. La sedimentación, producto de
la erosión, provocará la turbiedad del agua afectando de
manera consecutiva el ambiente de los peces.
Efectos sobre la fauna
El efecto de los incendios forestales no es de
magnitud en los vertebrados de nuestra fauna
silvestre, pues la mayor parte de ellos alcanza
a escapar. No así el ganado doméstico, el que
por hallarse en la mayoría de las veces en
praderas cercadas, no logra huir a tiempo.
Por el contrario, las poblaciones de
pequeños invertebrados pueden ser las más
afectadas, ya que no logran escapar y los que
sobreviven al fuego se enfrentan después, a un
ambiente dramáticamente modificado.
Daños y efectos inmediatos y en el tiempo
Algunos de los efectos ambientales, sociales o económicos se
aprecian de inmediato. Por ejemplo, la pérdida de madera y otros
productos forestales, destrucción de viviendas, vehículos, maquinaria, cercos, muerte de ganado doméstico y pérdida de cosechas
agrícolas. Y, en los casos más trágicos, pérdida de vidas humanas.
Pero otros daños son la resultante de consecuencias de variado
tipo originadas en el incendio. Pueden presentarse incluso durante
el desastre, como el cierre de un camino a consecuencia del humo
que provoca demoras y costos en el transporte vial. Otras serán
visibles solo con el tiempo, como el aumento de los procesos de
desertificación, pérdida de productividad del suelo, desequilibrio
del ciclo del agua, embancamiento de cursos de agua, recalentamiento del ambiente por pérdida de la vegetación amortiguadora
de las radiaciones solares, menor captura de carbono y aumento
del efecto invernadero por emisiones de CO2.
Las causas de los incendios forestales
La principal causa de incendios forestales en Chile es la actividad humana, manifestada en descuidos y negligencias en la
20
manipulación de fuentes de calor en
presencia de vegetación combustible e,
incluso, por alguna forma de intencionalidad.
A diferencia de otros ecosistemas del mundo, donde incendios
forestales causados naturalmente por rayos son parte del ambiente y del desarrollo de algunos ecosistemas forestales, que,
por ejemplo, requieren calor intenso para liberar semillas, en
Chile los rayos no son parte del desarrollo vegetacional y los
incendios que originan son escasos. Además, nuestros ecosistemas no son dependientes del fuego, por el contrario son
sensibles al fuego.
El rol de la educación ambiental en la prevención
de incendios forestales
No cabe duda entonces que la principal forma de evitar que se
produzcan incendios forestales y los daños que ocasionan es influir
en las personas, sobre su conducta y sus actos. Dos formas de acción
sobre las personas son consideradas en el marco de la prevención
de incendios forestales. Ellas son la persuasión y la imposición.
La persuasión busca introducir cambios en el comportamiento
de la población, respecto a la percepción y consecuencias de los
incendios forestales, con el fin de modificar su actitud y conducta y llevarla desde
el desconocimiento, la indiferencia, los
descuidos y negligencias hacia el afecto,
el interés, la conciencia y el compromiso
con la prevención de incendios forestales,
aspectos que se expresarán en acciones
responsables cuando, por alguna circunstancia, las personas manipulen fuego en
terrenos con vegetación combustible.
Para persuadir a las personas la educación ambiental transmite enseñanzas
y conocimiento de manera directa,
personal y orientada a grupos definidos
de la población, entre los cuales prima el
sector escolar en razón a la conveniencia
de una temprana formación en los niños
de valores y respecto a la naturaleza. Este
proceso puede ser de manera formal –a
través del sistema educativo existente y
orientado a profesores y/o estudiantes– o
más general o no formal, hacia otros núcleos
de la población, por ejemplo trabajadores
forestales. También se hace educación
ambiental a través de la difusión, emitiendo
enseñanzas y mensajes a la población a
través de los medios de comunicación, ya
sea con mensajes generales e impersonales
o específicos, dirigidos a determinados
segmentos de la población.
A diferencia de la educación ambiental,
la imposición por su parte, busca cambios
en el comportamiento de las personas a
través del imperativo de normas y regulaciones establecidas y ante la amenaza de
sanciones u otra forma de reconvención.
Si bien puede darse un acatamiento a la
imposición, ello no asegura un cambio en
la percepción que las personas tengan del
problema, aspecto que sí es abordable a
través de la educación ambiental.
En Chile dos actores están fuertemente
involucrados en la promoción de actividades de educación ambiental relacionadas
con la prevención de incendios forestales.
Ellos son la Corporación Nacional Forestal
y las empresas forestales mayores. En
el caso de CONAF, su objetivo e interés
en la educación ambiental la ha relacionado estrechamente con las entidades
educacionales regionales, para organizar
durante el año la entrega de conocimiento
y enseñanzas a los profesores y también a
los estudiantes en materias relacionadas
con el impacto de los incendios forestales,
sus daños y su prevención. En esta tarea
la presencia de Forestín, símbolo de la
protección contra incendios forestales,
es un actor muy influyente sobre todo
entre los niños y niñas.
Con el objeto de sensibilizar a los estudiantes y profesores sobre la importancia
de prevenir los incendios forestales, CONAF
visita permanentemente colegios e instituciones educativas. Con estas actividades los
niños se sienten más integrados y cumplen
con mayor propiedad la tarea de transmitir
lo aprendido a sus familias y amigos, y
además, se valora en mayor medida el
bosque y su entorno. Asimismo, los profesores también reciben formación y apoyo
de Conaf de manera que puedan abordar
clases teóricas y prácticas en relación a la
educación ambiental y la prevención.
Las empresas forestales, por su parte,
también realizan acciones de educación
ambiental en el entorno rural de sus plantaciones forestales, buscando el compromiso
de los vecinos con un recurso forestal del
cual, de alguna forma, son partícipes.
Las acciones de prevención de incendios forestales en Chile desde 1980
hasta el presente, si bien no han erradicado la ocurrencia de los mismos, han
mantenido el problema dentro de un
cierto rango, con un número promedio
de 5.261 accidentes, ello pese al aumento en la población y al crecimiento
sostenido del parque automotor, dos
factores que inciden notoriamente en
los incendios en nuestro país. Esto es un
logro importante, en cual la educación
ambiental ha jugado, y seguirá jugando,
un importante papel.
Revista Educación Ambiental
Sumando Energías
21
Revista Educación Ambiental
EcoNotas
CONAMA Invita al 5° Concurso
de Cuentos Ambientales
Por quinto año consecutivo
CONAMA organiza el Concurso
de Cuentos Ambientales, evento
dirigido a estudiantes de 5º básico
a 4º medio de todo el país. Los
alumnos y alumnas deben escribir
un cuento abordando temas
como “Reciclaje”, “Protejamos
el Agua”, “Cambio Climático” y
“Calidad del Aire”, mientras que
los docentes interesados podrán
Ven y pa rticipa
Organiza:
Patrocinan:
participar con un relato referido
a la “Biodiversidad”.
El plazo para entregar los
trabajos vence el 3 de septiembre y las bases del concurso se
pueden descargar en:
www.conama.cl
Los alumnos y docentes
ganadores recibirán interesantes
premios aportados por Falabella,
Oxford y Sodimac
Subsecretaria de Transportes
Fomenta Uso de la Bicicleta
Auspician:
2010 Año de la
Diversidad Biológica
Las Naciones Unidas declararon el año 2010 como el Año
Internacional de la Diversidad Biológica. Es una celebración de
la vida en la tierra y del valor de la diversidad biológica para
nuestras vidas. El mundo está invitado a tomar acción en este
año para proteger la variedad de la vida en la tierra:
la biodiversidad.
Según Naciones Unidas, la actividad humana
está causando que la diRSITY
BIODIVE
versidad de la vida en la
Tierra se pierda a una gran
velocidad, pérdidas que son
irreversibles. Con ello nos
empobrecemos, dañamos
los ecosistemas en los cua•
•
les nosotros mismos vivimos
•
e hipotecamos nuestra
propia subsistencia. Sin
embargo, aún es tiempo
de actuar.
IS LIFE
Impulsar el uso de la bicicleta como medio de transporte
sustentable, es uno de los objetivos que ha venido desarrollando la Subsecretaría de Transportes. Con este objetivo, y en
conjunto con el Banco Mundial (GEF), se desarrolló el proyecto
“Transporte Sustentable y Calidad del Aire para Santiago”, y su
campaña de promoción denominada “CicloSantiago”, en un
intento por fomentar hábitos de movilidad sustentable entre
las personas, difundiendo las bondades del uso de la bicicleta
en el cuidado del medio ambiente y la calidad de vida.
Con este fin se publicó el “Manual de Facilitadores”, guía
destinada a profesores y monitores, con el objeto de fomentar
en su grupo-curso o taller, el uso de la bicicleta como medio de
transporte sustentable, aportando valores ambientales transversales. También ofrece actividades prácticas que propician
del aprendizaje o re-aprendizaje del ciclismo seguro.
Específicamente, se busca que los niños, niñas y jóvenes se
sumen al uso de la bicicleta de manera consciente, responsable
y respetuosa del entorno.
To celebrate the International Year of Biodiversity (IYB)
UNESCO Associated Schools network in the UK is launching
a competition to find the school that best communicates the
messages of the International Year:
celebrating the importance of biodiversity
raising awareness of the need to protect biodiversity
encouraging people to take action to help protect the irreplaceable natural wealth
around us
Your task is to devise a creative and effective campaign that can spread the IYB
messages to your local community. You can submit a poster, collage, brochure, video
or podcast. There will be two categories for the competition, one for primary schools
and one for secondary schools.
For more information about the competition see www.unesco.org.uk/iyb
or contact Leo Vincent at [email protected].
Deadline for submissions: 28th May 2010
Please send your submissions to:
IYB Competition
The UK National Commission for UNESCO
Suite 98, 3 Whitehall Court
London, SW1A 2EL
22
www.unesco.org.uk
Ver: www.cbd.int
Te invitamos a descargar el manual desde el siguiente link:
http://mnm.subtrans.cl/web/modos-no-motorizados/desacargas
Cable a Tierra
La Experiencia de dos
Escuelas certificadas
Manuel Zamora - Gilda Herrera / Profesionales CONAMA- Antofagasta.
Entrevistas a dos directores de escuelas de
Tocopilla pertenecientes al Sistema Nacional
de Certificación Ambiental de Establecimientos
Educacionales.
A
las 15.40 horas del miércoles 14 de
noviembre de 2007 la ciudad de
Tocopilla sufrió las consecuencias de
un desastre natural. Esa vez, un terremoto
de intensidad de 7,7° en la Escala de Richter
sacudió al territorio, resultando la ciudad el
punto más afectado. En el borde del mar, la
ciudad sufrió inmediatamente el temor por un
tsunami que afortunadamente nunca llegó.
Han pasado 3 años de aquel suceso
y hoy tras el reciente desastre natural
ocurrido en el sur del país, resurgen los
recuerdos de aquel día.
A diferencia del terremoto reciente,
el de Tocopilla remeció la Tierra en un día
y horario en que los colegios estaban en
clases, por eso la importancia de conocer
la experiencia vivida por algunos establecimientos en aquella ocasión. Precisamente,
para saber del aprendizaje vivido, el nivel
de preparación existente, la reacción al
fenómeno y las lecciones adquiridas,
conversamos con los docentes Roberto
Valera, director de la Escuela Pablo Neruda y Miriam Tello, directora de la Escuela
Especial Pedro Aguirre Cerda, ambas
que Tocopilla y que participan en el
Sistema Nacional de Certificación
Ambiental de CONAMA.
Roberto Valera, Director
Escuela Pablo Neruda
¿Qué significado tuvo el terremoto
del 2007 y qué consecuencias y
efectos generó en el funcionamiento del colegio que Ud. dirige?
“Como todo evento telúrico
de la magnitud del ocurrido en
Tocopilla, se transformó
en una situación traumática para los habitantes
del puerto de la que aún
no se reponen a pesar de
haber transcurrido más de dos
años. Muchas familias emigraron a otras ciudades y las que se
quedaron tuvieron inconvenientes para
el traslado diario de los niños a las escuelas
por no existir transporte público. Otro efecto
fueron las incomodidades de los alumnos
que tuvieron que vivir en “mediaguas” lo
que influía en su rendimiento escolar, esto
era agravado por índices de cesantía y los
problemas de alimentación escolar al no
tener los espacios adecuados para entregarla
en el establecimiento, situación que se fue
mejorando paulatinamente”.
Respecto a la existencia de planes de
emergencia ante este tipo de desastre natural,
y la respuesta de la comunidad educativa al
fenómeno, el profesor Valera señala:
“El establecimiento contaba y cuenta
con un Plan Integral de Seguridad con todos
los antecedentes y normativas a seguir
en siniestros tales como terremoto,
tsunamis, incendios y otros. Además
se contaban con todas las señaléticas
necesarias e implementación
Revista Educación Ambiental
LECCIONES Y APRENDIZAJES TRAS UN TERREMOTO:
para estos
casos. También existía
un Plan de
Simulacros
mensuales, los
que se realizaban
y evaluaban periódicamente. Todos respondieron
de excelente forma, en especial los alumnos
quienes estaban bien entrenados, ya que
guiados por sus profesores estuvieron
en menos de un minuto en la Zona de
Seguridad enmarcada en el patio del establecimiento. No hubo ningún accidente
a pesar de que se desprendieron los cielos
de pasillos, camino por donde tenían que
pasar para evacuar sus salas. Luego llegaron
los padres y apoderados para llevárselos
sin ningún problema”.
Y cómo fue el proceso de reconstrucción?
“Luego de reforzar las murallas
agrietadas con platinas y pernos de acero
en forma provisoria, para trabajar el año
2008, debimos compartir el edificio con
otro establecimiento educacional, en este
caso la escuela “Arturo Prat Chacón” de
similar matrícula al nuestro. En el año 2009
se procedió a la reparación definitiva del
plantel, demorando aproximadamente un
año el arreglo completo. En el presente año,
nos entregaron el edificio completamente
reparado cuyas paredes tienen el doble
grosor de las antiguas, constituyéndose
en una verdadera fortaleza, dada a la gran
cantidad de fierro y cemento inyectado tanto
en los cimientos como en las paredes”.
23
Revista Educación Ambiental
Ante la alta probabilidad de ocurrencia
de terremotos y tsunamis en el Norte
Grande ¿qué medidas ha adoptado el
establecimiento para enfrentar escenarios
de emergencia?
“Se han mantenido las medidas anteriores ya que dieron muy buen resultado,
pero se está mejorando e innovando
respecto a los tsunamis, donde se debe
salir del establecimiento, mejorando las
estrategias e implementación necesaria
para evacuar 600 personas hacia lugares
altos del puerto”.
¿Cuáles son las principales lecciones
que usted rescata del terremoto y qué
consejos entregaría a las comunidades
educativas de escuelas afectadas por el
último terremoto ocurrido en el sur de
nuestro país?
“Es evidente que la lección aprendida
con la experiencia del terremoto nos ha
servido para estar preparados en nuestros hogares y en los establecimientos
educacionales. Esto nos ayudará a evitar
desgracias mayores de las que puede
provocar una catástrofe de este tipo, estando preparados y organizados con los
elementos necesarios para sobrellevar la
traumática situación”.
Y respecto del momento post terremoto, el profesor Valera nos cuenta que
“no debemos esperar la ayuda de terceros
que generalmente demora, ya que el
caos es para todos por igual, debemos
tratar de organizarnos trabajando en
equipo para revertir la situación y luego
con apoyo externo mejorar la problemática. La reconstrucción y la vuelta a
la normalidad es muy difícil, demora un
par de años, la paciencia, perseverancia,
responsabilidad y el trabajo de toda la
comunidad educativa puede acortar el
proceso de recuperación material, social
y psicológica”.
Miriam Tello, Directora de la Escuela
Especial Pedro Aguirre Cerda
Para esta docente el terremoto del
año 2007 fue “un evento que marcó la
vida de todos los tocopillanos, probó
la preparación que tenía la comunidad
educativa ante este tipo de catástrofes,
de la que salimos felizmente airosos y sin
consecuencias negativas. Tanto el personal
docente, asistentes y especialmente los
alumnos y alumnas tuvieron un comportamiento ejemplar lo cual es tremendamente
24
valorable en nuestra Unidad Educativa por
la calidad de los alumnos y alumnas que
atiende, me refiero a sus Necesidades
Educativas Especiales”.
¿Se aplicó el Plan de emergencia
existente?
“El establecimiento contaba con un
plan de emergencia lo que se cumplió
cabalmente a pesar de la magnitud del
terremoto, razón por lo cual no ocurrieron
desgracias personales. Toda la comunidad educativa respondió de acuerdo a
lo establecido en el Plan de Emergencia
por lo tanto no se presentaron grandes
dificultades en la evacuación a pesar del
pánico que nos invadió a todos y de que
costaba mantener la calma”.
Y cuáles han sido las medidas de
seguridad que han aplicado después
del terremoto?
“Lo primero fue que la zona de seguridad de algunos cursos tuvo que modificarse; luego profundizar la educación
en los alumnos y apoderados para que
tomen conciencia de que vivimos en un
país sísmico y que estas catástrofes van a
ocurrir siempre. Además se ha solicitado la
ayuda a expertos de seguridad de bomberos
y prevencionistas para que nos asesoren
en el tema”.
¿Qué lecciones rescata de todo lo
vivido en el terremoto del año 2007?
“Una de las principales lecciones ha
sido reconocer que estamos viviendo en
un país sísmico y a partir de esta realidad
considerar las acciones de prevención con
respecto al tema, ya sea en infraestructura,
elementos de seguridad que se requieren
en la escuela y entrega de información
sobre seguridad en estos casos a alumnos
y alumnas, apoderados y personal del
establecimiento, y reestructurar el plan
de emergencia”.
¿Qué sugerencias o consejos entregaría
a las comunidades educativas afectadas
por el último terremoto ocurrido en el
sur de nuestro país?
“Es importante contar siempre con
más de un Plan de Emergencia si falla una
alternativa considerar otra. Es absolutamente necesario. Además, después de
una catástrofe de esta magnitud, realizar
terapias de contención para toda la comunidad educativa, el trauma post terremoto
es difícil vivirlo sin apoyo de profesionales
expertos, es un proceso que hay que vivirlo
y se supera lentamente”.
Y qué anécdota puede contarnos
vivida en el terremoto?
“Bueno, las clases de ese año llegaron
hasta ahí no más, y lo más divertido fue
que los alumnos dejaron sus mochilas en
el colegio hasta el año siguiente. Después
del terremoto los apoderados vinieron a
buscar a los alumnos, pero ellos ni siquiera
quisieron entrar a la sala de clases a retirar
sus mochilas y se fueron a sus hogares sin
ellas. Las recuperaron recién al año siguiente,
no querían regresar al lugar donde habían
vivido el terremoto”.
Aprendiendo de la Naturaleza
PUERTO OCTAY:
enfrentar las emergencias
En una comuna que convive con el riesgo de una posible erupción del Volcán Osorno,
sus habitantes llevan años trabajando en un plan de evacuación, el que tuvieron la
oportunidad de probar con gran éxito en el terremoto pasado.
Manuel Fuentes y Cristina Díaz / Profesionales CONAMA, / Región de Los Lagos
C
uando el pasado 27 de febrero la tierra remeció el territorio
nacional y las comunicaciones se cortaron dejando en
ascuas a los pobladores de casi todo el país, los habitantes
de la pequeña localidad de Las Cascadas, ubicada en los faldeos
del Volcán Osorno, en la comuna de Puerto Octay, pusieron
en marcha un plan de evacuación que llevan aprendiendo y
practicando hace más de diez años.
En estricto orden y sin agitación, caminaron hasta los “puntos
de seguridad” para ser evacuados por los automóviles y furgones
que les esperaban y ser transportados a lugares más seguros.
Cada familia llevaba linternas y un pequeño bolso con enseres
para afrontar un corto período de sobrevivencia: velas, fósforos,
azúcar, agua, café, ropa de abrigo, sacos de dormir y frazadas.
Los únicos que en principio actuaron fuera de control, fueron los
turistas que se encontraban en el lugar. Sin embargo, al ver la
tranquilidad de los lugareños retomaron la calma y se sumaron
al bien organizado acto de evacuación.
Revista Educación Ambiental
Un ejemplo de como
En principio se pensó que el terremoto tenía su origen en el
Volcán Osorno, ese cono perfecto colmado de nieve con que
los habitantes de Las Cascadas conviven a diario; por ello, la
Presidenta del Comité de Protección Civil de Puerto Octay, Inés
Segura Guzmán, quien a su vez es la Jefa del Departamento
de Turismo de la Municipalidad de Puerto Octay, vio con satisfacción que el trabajo realizado no ha sido en vano, ya que la
comunidad de inmediato puso en marcha el plan de evacuación
tantas veces conversado.
Una plan de evacuación ante riesgos en el que la comunidad educativa juega un rol fundamental. Así lo cuenta Viviana
Portales, Jefa del Departamento Administrativo de Educación
Municipal de Puerto Octay, quien relata que en el año 2006
fue invitada a una reunión en Las Cascadas, como parte del
“Proyecto Multinacional Andino”, (PMA-CGA) encabezado por
el geólogo Fernando Muñoz Carmona e integrado además por
25
Revista Educación Ambiental
26
el Jefe del Servicio Nacional de Geología
y Minería (SERNAGEOMIN) de Puerto
Varas, el también geólogo Jorge Muñoz.
El propósito del proyecto es trabajar en
la prevención y difusión para mantener
informada a la comunidad sobre peligros
y evacuación del villorrio.
En la oportunidad el Departamento de
Educación propuso realizar un trabajo con
20 alumnos del segundo ciclo de educación
básica de la Escuela Las Cascadas, y se
conformó el primer Grupo de Seguridad
Escolar en la comuna, cuyos alumnos
recibieron una extensa capacitación de
parte de bomberos, carabineros y personal
médico de la Posta del sector. “El Grupo
fue todo un hallazgo –comenta Viviana
Portales–, los niños aprendieron que
realizando actividades organizadas
y coordinadas se puede convivir
con el riesgo que implica vivir en
los faldeos de un volcán activo,
como es el Osorno. Se trabajó con
los niños también en su autoestima
y desarrollo personal y fueron los
estudiantes quienes llevaron el tema
a sus hogares logrando entusiasmar a
toda la familia”.
En septiembre de 2007, los expertos
volvieron al lugar y comprobaron los avances alcanzados por los padres y alumnos
en el conocimiento e interiorización de los
planes de seguridad.: “Surgió entonces la
pregunta ¿por qué no replicar la experiencia de Las Cascadas en todas las escuelas
de la comuna?, cuenta Viviana Portales,
y responde “No hubo que esperar por la
respuesta y fue así como los profesores
seleccionaron los contenidos de los Planes
y Programas de Estudio, establecidos por
el Ministerio de Educación y relacionados
con riesgos naturales, peligros geológicos,
mitigación de riesgos geológicos entre
otros de los subsectores Comprensión del
Medio Natural, Social, Artes, Lenguaje y
Comunicación y con ellos elaboraron un
programa de trabajo, que lleva su cuarto
año de ejecución y que ha ido profundizando el tema en cada escuela las que,
al inicio del año escolar presentan sus
propuestas en las que participan alumnos,
apoderados, profesores y asistentes de
la educación”
El entusiasmo desbordó el ámbito
comunal y esto motivó al SERNAGEOMIN a asumir un mayor compromiso
con los escolares de la comuna, capacitando a todos los profesores de
los subsectores involucrados en el
programa. Se han realizado talleres
en los cuales el geólogo Jorge Muñoz,
capacita a los docentes y realiza con
ellos actividades de terreno en los
faldeos del Volcán Osorno para poner
en práctica lo aprendido.
Sin embargo la experiencia no solo
es para los profesores. Se suman luego
los inspectores, secretarias, auxiliares
y manipuladoras de alimentos de cada
colegio y también los apoderados. “Conste –resalta Viviana Portales– que no se
trata de más “pega” para nadie, sino
simplemente en la profundización de un
tema que es culturalmente imprescindible
manejar por las características del lugar
en que vivimos”.
Debido al apoyo recibido por el “Proyecto Multinacional Andino” PMA-CGA
el éxito de las acciones emprendidas ha
trascendido las fronteras de la comuna,
y se ha exportado a todos los lugares
donde el Proyecto se desarrollaba (países
que están en cordón de los Andes), en
algunos de los cuales sirvió de motivación
para iniciar un trabajo similar. Incluso, en
diciembre del año 2007 Viviana Portales
participó –junto a otros docentes de los
países andinos- en la última reunión del
Proyecto que se realizó en la ciudad de
Cuzco, Perú, donde presentó el trabajo
realizado en la comuna.
Pese al reconocimiento internacional
que tiene la experiencia de Puerto Octay,
ha faltado mayor apoyo e interés por parte
de otras instituciones públicas de nuestro
país, pues hasta ahora solo cuentan con
el respaldo del municipio y de SERNAGEOMIN, y la participación de la Armada,
Carabineros, Bomberos y Asociación
Chilena de Seguridad. “Incluso la ONEMI
llegó hasta la comuna para comprobar in
situ el trabajo realizado en las escuelas, y
participó en la exposición de los trabajos en
noviembre del año 2007, pero después
no tuvimos más contacto”, relata la
profesora Portales
A pesar de ello, el programa
ha continuado año a año, pues los
docentes, los alumnos y alumnas,
padres y apoderados han comprendido que la preparación de la
comunidad es importante para enfrentar una emergencia, y ello quedó
demostrado en el terremoto del 27 de
febrero pasado. “Este es el modelo que
se necesita implementar no en muchas,
sino en todas las localidades del país”,
afirma Viviana Portales.
Así entonces, se han realizado ejercicios
de evacuación con participación de todos
los integrantes de la comunidad educativa,
en donde cada cual conoce perfectamente
el rol que debe desarrollar en el libreto
de este maravilloso programa llamado
“Estrategias para la incorporación del
conocimiento del subsuelo en la Educación
Ambiental y de Prevención”
Por todo lo anterior es que los habitantes de Las Cascadas, una vez que
tomaron conocimiento del origen del
movimiento telúrico del pasado 27 de
febrero, retornaron a sus casas con la
absoluta tranquilidad de haber puesto
en marcha con éxito lo que tanto han
planificado para enfrentar una emergencia. No obstante, están ciertos que
si muchos habitantes del país contaran
con su educación y su entrenamiento,
las víctimas del terremoto y del tsunami
habrían sido muchos menos.
Medioambiente y Escuela
prevención de desastres
Patricio Oyarzún Rojas / Coordinador de Deporte, Recreación y Seguridad Escolar / Ministerio de Educación. Fotografías: Mineduc
E
l sismo grado 8.8 que afectó a gran parte del sur y
centro de nuestro país y que vino acompañado por el
Tsunami, puso a prueba lo que tanto hemos avanzado
y que tanto nos queda por avanzar en construir un modelo
técnico y de gestión que nos permita formar a nuestras nuevas
generaciones en una cultura del autocuidado y de la prevención
en el sistema escolar.
Cuando nos vemos enfrentado a estas amenazas de origen
natural los niños, niñas y adolescentes resultan ser los más vulnerables, especialmente aquellos que forman parte del sistema
educativo. Por consecuencia la protección de éstos durante
las amenazas naturales, requieren de dos acciones prioritarias
que, aunque distintas, son inseparables: la educación para la
prevención (reducción del riesgo de desastres) y la respuesta
frente a un desastre.
El desarrollo de la Seguridad Escolar en el sistema educativo nacional comenzó con la aplicación de la Operación Deyse
(Operación de Evacuación y Seguridad Escolar) en el año 1979,
acción que promovió la respuesta frente a la emergencia y que
instaló en el común de las generaciones que participamos de
esta estrategia la lógica de la evacuación con el mínimo riesgo
de accidente, y se robustece con un trabajo más sistemático al
inicio del 2001 con la creación del “Plan Integral de Seguridad
Escolar”, el que promueve la formación de una cultura de
la prevención y el autocuidado en los estudiantes, pero que
también a su vez intenciona la implementación de acciones y
actividades de respuesta, tales como: simulacros, elaboración
de planes escolares específicos y de emergencia, técnicas para la
evaluación de daños y necesidades, capacitación a docentes, y
a los asistentes de la educación, cuestión que permite preparar
a las comunidades para enfrentar el riesgo, la prevención, una
emergencia o un desastre.
La escuela como centro protector, la capacitación del
recurso humano y profesional y la participación de todos los
actores de una comunidad escolar harán posible que se pueda
avanzar en una cultura de prevención y por consecuencia,
mitigar el desastre.
Entonces esta escuela protectora y segura, la podemos
considerar como uno de los espacios sociales más importantes donde niños, niñas y jóvenes construyen su proceso de
Revista Educación Ambiental
Lo central en la
27
Revista Educación Ambiental
socialización, su sistema de relaciones
sociales; por tanto su vida afectiva y
emocional está muy relacionada con su
comunidad educativa. Ante una situación
de crisis, en niños, niñas y adolescentes
se genera una necesidad de apoyo y
compañía, por ende el significado que
adquiere la escuela en tiempos de desastre y el que podamos restablecer el
sistema educativo tempranamente nos
posibilita que ellos y ellas cuenten con
un espacio protector y seguro en donde
jugar con sus amigos y amigas, dialogar sobre sus sentimientos, compartir
y aprender de las experiencias vividas
se sientan verdaderamente apoyados
emocionalmente.
Lo anterior se debe conjugar estableciendo un curriculum alternativo donde
se considere el estado emocional de
niñas, niños y adolescentes, pero que
también se considere la necesidad
de la no discriminación, dejando a
estos estudiantes que enfrentan
un desastre, la posibilidad escasa
de conseguir aprendizajes de
mediana calidad. Esto indudablemente lo veremos reforzado
si en la planificación alternativa
se consideran las actividades
recreativas y deportivas como
estrategias que les permitan expresar
y volcar sus vivencias, reafirmar su
identidad, su dignidad, su independen-
28
cia, pero por sobre
todo recuperar la
normalidad.
Todas las iniciativas orientadas a
reducir el riesgo y
a prevenir un desastre, dentro de
las actividades de
una escuela, contribuyen a que las
comunidades escolares se conviertan
en lugares seguros
y mejor preparados
para responder a
los efectos de cualquier amenaza. No importa si son grandes
o pequeñas, urbanas o rurales, todas las
comunidades escolares que le dediquen
esfuerzos a trabajar esta temática, están
contribuyendo positivamente con sus
propios grupos sociales y comunitarios,
como así también a la formación integral
de sus estudiantes.
Las profesoras y los profesores son
actores importantes para el desarrollo
de las comunidades y por lo tanto deben
ser profesionales dotados de ciertas
competencias técnicas que les permitan
transmitir y brindar espacios de aprendizajes relacionados con el autocuidado y
la prevención. Y en tiempo de desastre
son fundamentales en la mitigación
emocional de los estudiantes de su comunidad. La relación con los niños, niñas
y adolescentes, como también con las
madres, padres, apoderados y familia en
general, los convierten en socializadores
y promotores de la gestión del riesgo,
por tal razón debemos establecer que
cualquier estrategia e iniciativa debe ser
atendida y practicada por los docentes
permitiendo de esta forma hacer de las escuelas lugares seguros y mejor preparados
para enfrentar los desastres. Lo anterior
conlleva asumir la necesidad de instalar, en
forma periódica y sistemática, estrategias
de capacitación a estos y otros actores
para que en cada comunidad educativa
se esté reforzando en cualquier actividad
pedagógica la prevención como también
la respuesta a través de la realización de
ejercicios de evacuación en simulacros
y simulaciones de las condiciones de
emergencia de tipo diverso.
Cuando las comunidades educativas
conocen los riesgos y las amenazas a que
están expuestas, las capacidades y los
recursos con que cuentan para enfrentarlas, aumentan por sobre manera las
posibilidades de prevenir los desastres, o
por lo menos de reducir el impacto de los
mismos. Todos los esfuerzos que pueda
generar una comunidad educativa que
tengan como objetivo el autocuidado,
la prevención y la respuesta ante un
desastre, constituyen acciones formativas
integrales por la vida y una mejor
calidad de vida.
Mientras mayor sea la organización con la participación de
todos los actores para incorporar
la educación en prevención
que se da al interior de una
comunidad educativa, mayores
serán sus capacidades para
prevenir, reducir y mitigar
los factores de riesgo, y para
recuperarse de los efectos de los
desastres provocados por fenómenos naturales o por las acciones
humanas.
Descargar