Alcalá de Henares, Crónica General Las buenas historias de Alcalá parecen caernos de siglo en siglo. El siglo XVIII nos trajo la historia complutense de Portilla; el XIX, la de Esteban Azaña; el XX pasó con buenas aportaciones históricas, mas sin ninguna crónica general de la ciudad complutense. Ahora, apenas en los albores del siglo XXI, llega a nuestras manos esta excelente obra la cual, me atrevo a decir, va a ser la referencia histórica imprescindible y el libro de consulta más certero para todos aquellos que tengan curiosidad intelectual de conocer la historia milenaria, diversa, pluriétnica y multicultural de Alcalá de Henares. Quede, no obstante, para los anales y a fe de ser exactos, que la obra que hoy gozosamente abrimos debía estar terminada cuando el año 2000, y con él el siglo XX, daba sus últimas bocanadas. En aquellos entonces, cuando veníamos a descubrir que éramos casi un siglo más viejos, Ángel Pérez, en nombre de la Asociación Bibliófila y Cultural BROCAR, tuvo la delicadeza de mostrarme la maqueta de este libro, que durante algunos días –pocos, debo decir en honor a la verdad, pues la calidad de aquel prototipo captó enseguida mi atención y no tuve la fortuna de retenerlo por mucho tiempo- sufrió la lectura de quien se confiesa lego en conocimientos históricos, pero aficionado a los buenos libros. Y este es un buen libro y una excelente crónica. Para quienes, además de nuestra profesión, tenemos la atrevida afición de coger la pluma y sabemos las dificultades de sintetizar y resumir didácticamente los hechos, es un gozoso hallazgo encontrarnos con una amena, concisa, asequible y bien expuesta crónica general de una ciudad cuya historia, como la de todas las ciudades es, por definición, múltiple y compleja, variada y heterogénea, como lo es la propia estructura urbana. Una complejidad que se acrecienta, por lo demás, en un caso como el de Alcalá de Henares, urbe a la que más de una vez me he referido como una “Ciudad de Ciudades”, una síntesis urbana en cuya faz están impresos todos los modelos de ciudad que, secularmente, han constituido la historia del mundo mediterráneo, que es como decir la historia de Europa. Naturalmente, la conjunción armónica de diferentes modelos diacrónicos urbanos no es casual, sino la proyección ciudadana de las tendencias espirituales, culturales, tradicionales o económicas que periódicamente han hecho latir el corazón de la ciudad. Los dos autores que nos ofrecen esta crónica general han sabido captar lo esencial de esos latidos, tanto en su íntima circunstancia como en la demostración externa de ésta, que ahora vemos traducida en tal o cual acontecimiento o en este o aquel edificio. Decía Cervantes que la pluma es la herramienta por la que fluye el alma. Me parece que éste es el caso, porque por la pluma de los autores fluye el alma, el corazón y el sentimiento de quienes conocen muy bien a su ciudad y, por lo mismo, la aman. Como también lo hacen los amigos de BROCAR, que vuelven a regalarnos los sentidos con un buen libro y una excelente edición. Que goces, desconocido lector, como yo he gozado con este libro. Prólogo al libro “Alcalá de Henares, Crónica General”. Navidades de 2001.