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Programa
PRIMERA
PARTE
W. A. Mozart (1756 - 1791)
Sinfonía nº 25, en Sol menor (K183)
(APROX. 24’)
I. Allegro con brio
II. Andante
III. Menuetto
IV. Allegro
F. J. Haydn (1732 - 1809)
Sinfonía nº 103, en Mi bemol mayor
“Redoble de timbal”
(APROX. 27’)
I. Adagio - Allegro con spirito
II. Andante più tosto allegretto
III. Menuet
IV. Allegro con spirito
SEGUNDA
PARTE
L. V. Beethoven (1770 - 1827)
Sinfonía nº 4, en Si bemol mayor, op 60
(APROX. 34’)
I. Adagio - Allegro vivace
II. Adagio
III. Allegro vivace
IV. Allegro ma non troppo
DIRECTOR
Martin Haselböck
PAMPLONA
-
AUDITORIO
BALUARTE
Jueves 9 y viernes 10 de enero de 2014. 20 horas
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n la década de 1770, la sinfonía era el género musical que
mayor difusión experimentó en Austria. Viena y sus alrededores se convirtieron en el principal foco de vanguardia de la
sinfonía para orquesta; aquí mostraron sus trabajos los más
influyentes compositores del género durante estos años: Joseph y
Michael Haydn, Dittersdorf, J. G. Albrechtsberger o C. Ordóñez. Las
partituras de estos autores prepararon al público que recibiría unos
pocos años más tarde a W. A. Mozart (1756-1791) en esos mismos
auditorios. Según P. G. Downs, la modernidad de la escritura sinfónica de estos compositores se apreció en el modo en que las frases de los
temas se relacionaban entre sí generando una forma musical equilibrada y compleja.
Por otra parte, el “estilo galante”, desarrollado durante los primeros años del Clasicismo, añadió elementos influidos por el movimiento literario conocido como “Sturm und Drang”, cuyos personajes
sufrían en argumentos dramáticos y sentimentales. Muchas obras sinfónicas de estos años incorporaron ese carácter “sentimental” en sus
movimientos y la utilización del modo menor fue cada vez más habitual. Tan solo unos meses después de que Mozart compusiera su
Sinfonía nº 25 en Sol menor, publicó J. W. von Goethe la novela más
representativa del “Sturm und Drang”, “Die Leiden des jungen
Werthers” [“Las desventuras del joven Werther”], sobre el amor, la
frustración y el suicidio. Por la gravedad y la melancolía que transmite esta magnífica sinfonía de Mozart, obra de madurez pese a ser obra
de un muchacho de diecisiete años, muchos han defendido la influencia del “Sturm und Drang” en la creación de la obra.
La Sinfonía nº 25 en Sol menor K. 183 [24’] está fechada el 5 de
octubre de 1773, muy pocos meses después de que Wolfang y su padre
regresaran a Salzburgo de su tercer viaje a Italia. Padre e hijo realizaron también una breve e interesante visita a Viena justo antes de la
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composición de la sinfonía y es muy posible que la atmósfera vanguardista que se respiraba en la capital austriaca y la moda literaria del
“Sturm und Drang” se encuentren presentes en el carácter de la obra.
El uso, por vez primera, de la tonalidad “trágica” de Mozart (Sol
menor) y la estrecha relación que guardan los temas de los cuatro
movimientos, constituyen las novedades más sobresalientes de esta
genial partitura. Según B. Paumgartner, esta es la primera de las obras
maestras tempranas de cuatro movimientos y en ella se conquista una
nueva amplitud en la expresión que abarca una variada paleta de sensaciones, unas sombrías y otras luminosas.
El sentimiento dramático se muestra en el primer tema del
“Allegro con brío” inicial, tema dinámico y rítmico que la cuerda
expone en plenitud sonora y desarrolla con juegos de imitaciones. Más
tranquilo y dulce es el segundo movimiento, “Andante”, protagonizado por la cuerda y por instrumentos de viento madera como el fagot y
el oboe, que exponen sus ideas en imitación, con episodios de melancolía y de placidez. El “Minueto” que sigue es serio y abandona esa alegría del espíritu juvenil de la etapa de Salzburgo de Mozart. El trío es el
momento más luminoso y es cantado por los instrumentos de viento
madera con delicadeza inspiradora. El último movimiento es un
“Allegro” que retoma el carácter inquieto del primer movimiento, con
utilización de rápidos motivos rítmicos y un tema contundente y
solemne que alterna con episodios más ligeros, pero con un protagonismo constante de la escritura contrapuntística. B. Paumgartner considera esta sinfonía una “obra wertheriana”, repleta del apasionamiento del Sturm und Drang, la primera gran obra trágica del catálogo
de Mozart.
La década de 1770 fue también para Joseph Haydn (1732-1809) de
acercamiento al Sturm und Drang. Las sinfonías que el llamado “padre
de la sinfonía” compuso en su retiro laboral del palacio de Esterhazy
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mientras Mozart aguardaba con impaciencia la llegada de una oportunidad para abandonar Salzburgo y trasladarse a Viena, poseen ya el
equilibrio en la forma, en las estructuras melódicas y en la combinación de texturas, de las grandes obras orquestales del Clasicismo
pleno.
La culminación del estilo sinfónico de Haydn es magnífico en sus
últimas sinfonías, compuestas para los famosos conciertos de
Salomon en Londres. Ya habían fallecido Mozart, con quien Haydn
había mantenido una estrecha amistad, y el Príncipe Nicolás de
Esterházy, patrón del compositor durante varias décadas. Haydn había
conseguido la libertad y participaba en la rica vida musical londinense.
J. P. Salomon (1745-1815) era un famoso violinista y empresario
alemán que intuyó el éxito que conseguiría Haydn en Londres.
Consiguió contratar al compositor austriaco en 1791, que se sintió
entusiasmado en el ambiente cosmopolita y moderno de la capital
inglesa. El exigente y preparado público inglés recibió a Haydn con
honores; fue aplaudido en la corte, le fue concedido un doctorado
honorífico por la Universidad de Oxford, conoció a los personajes más
influyentes y se comprometió a componer doce sinfonías que se
representarían en dos temporadas (1791-1792 y 1794-1795). Con
sesenta años cumplidos, Joseph Haydn consiguió crear doce grandes
sinfonías en poquísimo tiempo, anticipando el trabajo que muy pocos
años después realizó su discípulo Beethoven. Como escribe P. G.
Downs, “todas estas sinfonías son maravillas de frescura, de inspiración,
tan ricas en detalles de orquestación y en elaborados procedimientos contrapuntísticos como en inventiva formal”.
La penúltima sinfonía del catálogo de Haydn (nº 104) está en la
tonalidad de Mi bemol mayor y lleva el título de “El redoble de timbal”
debido al solo de timbales con que comienza [27’]. Fue estrenada el 2
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de marzo de 1795 en el cuarto “Opera Concert” de Londres y el público la acogió con entusiasmo. Con una grandísima orquesta para la
época, que en el estreno contó con sesenta instrumentistas, Haydn,
desde el pianoforte, y Viotti, el concertino, compartieron la dirección
de la obra. Tras una sombría introducción que para algunos musicólogos guarda relación con la melodía del “Dies Irae” de la misa de difuntos y que contiene ciertas ambigüedades, sigue la explosión del
“Allegro con spirito”, más ligero y contundente, con temas relacionados con material melódico de la introducción. El segundo movimiento “Andante più tosto Allegretto” está estructurado en forma de variaciones sobre dos temas, uno en tono mayor y otro en tono menor, que
se alternan. Según M. Vignal, la naturaleza folclórica de estos temas es
evidente y se puede inspirar en alguna marcha lenta de origen eslavo,
anunciando ya a Schubert o a Mahler.
El tercer movimiento es un “Minueto” con aires populares y un
trío que protagonizan los instrumentos de viento madera. La obra termina triunfalmente con un “Allegro con spirito” que prepara la llegada del Beethoven de las sinfonías. Está construido sobre un único e
inspirado tema que se desarrolla y cambia a lo largo del movimiento
con un brillante tratamiento de los motivos rítmicos, de las texturas y
de las modulaciones tonales. Para M. Vignal, no hay duda en que
Beethoven aprendió de esta partitura “a escribir los largos movimientos
sobre un tema único sin que decaiga la atención y evitando al máximo las
repeticiones textuales”.
La música de Haydn fue un influyente modelo para el joven L. V.
Beethoven (1770-1827), quien recibió algunas lecciones del maestro
austriaco durante los primeros meses que pasó en Viena después de
salir de su Bonn natal. Parece que Haydn, ya mayor, con la mente en
sus proyectos londinenses, no prestó la atención que su discípulo
Beethoven necesitaba. Lo que sí sabemos es que Haydn adivinó el
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talento del compositor alemán; en unos escritos del flautista L.
Drouet, confidente de Beethoven, Haydn dijo a su discípulo: “haréis
más de lo que habéis hecho hasta el momento, tendréis pensamientos que
nadie ha tenido todavía, no sacrificaréis jamás (y haréis bien) un bello
pensamiento a una regla tiránica, pero sacrificaréis las reglas a vuestra
fantasía; ya que me dais la impresión de ser un hombre que tiene muchas
cabezas, muchos corazones, muchas almas…”.
Un Haydn anciano, en sus últimos años de vida, pudo asistir a los
estrenos de las primeras cuatro sinfonías de aquel discípulo poco
satisfecho con las clases de su maestro. En realidad, las primeras sinfonías de Beethoven conservan el número de instrumentos de la
orquesta que utilizó su maestro; pero F. R. Tranchefort considera que
la concepción y el tratamiento de la orquesta de Beethoven son nuevos: “comienza a ejercer un “pensamiento” orquestal que procede por bloques sonoros y que realiza en función de los timbres”. También hay que
señalar que el modelo compositivo de Haydn basado en el desarrollo
de motivos melódicos y rítmicos, fue utilizado y desarrollado por
Beethoven hasta configurar obras de dimensiones nunca escuchadas
con anterioridad.
La Sinfonía nº 4 en Si bemol mayor op. 60 [34’] fue compuesta
durante el verano de 1806 y se estrenó en marzo del año siguiente en
Viena, en casa del Príncipe Lobkowitz. De naturaleza optimista, esta
sinfonía nació durante una época relativamente feliz de Beethoven,
enamorado de la condesa Teresa von Brunswick. La obra comienza con
una introducción lenta “Adagio”, la más larga que escribió, cuyo
carácter misterioso contrasta con la alegría del “Allegro vivace” al que
precede. Con la decisiva aportación expresiva de los timbales, juegos
imitativos entre las diversas familias instrumentales y un colorido
orquestal imaginativo e innovador, este movimiento es un comienzo
triunfal para una sinfonía que no debería considerarse “obra menor”
jamás. Del “Adagio” que se escucha a continuación dijo Berlioz que
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sobrepasaba “todo lo que la imaginación más ardiente pueda soñar como
ternura y voluptuosidad pura”. El tercer movimiento es un doble scherzo que lleva la indicación “Allegro vivace”. Dinámico y con juegos rítmicos y de dinámicas, se trata de una pieza original y sutil en cuanto al
tratamiento de los motivos en las diferentes secciones orquestales. La
partitura finaliza con un “Allegro ma non troppo” muy ligero, de virtuosismo melódico y orquestal.
Mar García Goñi
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di re c t or
Martin Haselböck
Fundador y Director Musical de la Wiener Akademie Orchester,
de Viena
Director Musical de la Orquesta Barroca Música Angélica,
Los Ángeles
Director Titular del Festival Liszt de Raiding, Austria.
El director austriaco Martin Haselböck pertenece
a una famosa familia de músicos. Al principio de su
carrera, tras los estudios en Viena y París y recibir
numerosos premios y becas, ganó una reputación internacional como
solista de órgano, trabajando con directores como Claudio Abbado,
Lorin Maazel, Wolfgang Sawallisch, Riccardo Muti y muchos otros.
Varios compositores contemporáneos como Ernst Krenek, Alfred
Schnittke, Cristóbal Halffter y Gilbert Amy han compuesto y dedicado
obras para Martin Haselböck. Sus grabaciones como organista le han
aportado numerosos premios, entre ellos el Deutscher
Schallplattenpreis, el Diapason d’Or y el Premio Liszt de Hungría. Como
solista ha publicado más de 50 CDs, incluyendo el reciente e importante lanzamiento de las obras completas para Órgano de Franz Liszt.
En marzo de 2011, junto con otros organistas destacados como
Gillian Weir, Olivier Latry y Ludger Lohmann, Martin Haselböck
realiza en el concierto de gala de inauguración del nuevo órgano de la
prestigiosa sala de conciertos de Viena Musikverein. En el mismo año
interpreta también el Concierto para órgano de Hindemith con la
Orquesta Sinfónica de Viena y Fabio Luisi.
La inmersión de Martin Haselböck en el gran repertorio de
música sacra clásica a través de su papel como Organista de la Corte de
Viena, le inspiró a fundar en 1985 la formación Wiener Akademie
Orchester con instrumentos originales de época barroca. Además de
realizar una serie anual de conciertos en el Musikverein de Viena, él y
su orquesta son invitados habituales y artistas residentes en salas de
conciertos y producciones de ópera de todo el mundo. En junio de
2010, la Orquesta celebró su 25 aniversario con la interpretación de la
Novena Sinfonía de Beethoven en el Musikverein.
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di re c t or | Martin Haselböck
Martin Haselböck disfruta de una intensa carrera como director
invitado con las orquestas más prestigiosas del mundo. Ha dirigido la
Orquesta Sinfónica de Viena, Gewandhaus de Leipzig, Deutsches
Symphonie-Orchester de Berlín, Dresdner Philharmonie, la Orquesta
Giuseppe Verdi de Milán, la Orquesta Nacional de España, de Hungría,
de la República Checa, Estonia, Eslovaquia y Eslovenia, la Orquesta
Nacional de Lyon, la Real Orquesta Filarmónica de Flandes, entre
muchas otras, y dirige un ciclo anual de las obras clásicas Vienesas con
la Sinfónica de Hamburgo. En Estados Unidos y Canadá sus compromisos como director le han llevado a dirigir conciertos con la
Filarmónica de Los Ángeles, la Orquesta de Filadelfia, Pittsburgh,
Washington, San Francisco, Detroit, la Orquesta Sinfónica de Toronto
y la Saint Paul Chamber Orchestra. Durante el año 2010 Martin
Haselböck ha dirigido numerosas orquestas en Europa, Norte
América y Asia incluyendo su debut con la Sinfónica de Vancouver, la
Orquesta Sinfónica de Sydney y la Orquesta Filarmónica de Malasia.
En 2014 va a volver a dirigir la Filarmónica de Malasia y hará su debut
con la Orquesta Staatskapelle Weimar.
Martin Haselböck también ha disfrutado de una distinguida
carrera como director de ópera desde su debut en el Festival Handel
de Göttingen . Fue el primero en llevar a escena nuevas producciones
de las óperas del genial Mozart con instrumentos de época, en 1991 su
producción de Don Giovanni fue galardonada con el Premio Mozart de
la ciudad de Praga. Desde el año 2000 ha dirigido catorce nuevas producciones en los festivales de Salzburgo, Schwetzingen, Viena y en los
Teatros de Opera de Hamburgo, Hannover, Colonia y Halle. Hizo su
debut en el Teatro Colon de Buenos Aires dirigiendo la opera Rinaldo
de Handel. En 2007 fue nombrado Director Artístico del Festival
Reinsberg en la Baja Austria, donde ha dirigido aclamadas producciones de Der Freischütz, Fidelio, Hänsel y Gretel y Acis y Galatea.
Martin Haselböck ha sido galardonado con muchas condecoraciones y premios, entre ellos la Cruz de Honor de Austria para la
Ciencia y el Arte (Österreichische das Ehrenkreuz für Wissenschaft
und Kunst), El premio Mozart de Praga en 1991 y el Premio Liszt de
Hungría en el 2011 y 2012.
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or q u e s ta
Orquesta Sinfónica
de Navarra
La actual OSN, la
orquesta profesional en
activo más antigua de
España fue fundada por Pablo Sarasate en 1879. La OSN Abarca el más
amplio repertorio, colabora habitualmente con solistas y directores de
renombre mundial y es considerada una de las mejores orquestas del
panorama español, asiduamente invitada a salas de conciertos y festivales del máximo rango nacional e internacional, entre los que cabe
destacar en los últimos años las reiteradas invitaciones al Théâtre des
Champs Elysées y al Théâtre du Châtelet de París, así como su reciente gira para Universal Music por las principales salas de concierto de
capitales europeas (Konzerthaus, Concertgebow, Gasteig, Smetana
Saal, Festpielhaus-Baden Baden, etc.). Su integral de la obra de
Sarasate por Naxos con la violinista Tianwa Yang ha sido unánimemente alabada por la crítica internacional. En la actualidad la OSN
tiene como Director Titular y Artístico al maestro Antoni Wit y como
Director Asociado al maestro Cristóbal Soler.
La Orquesta mantiene un ciclo de temporada en Pamplona y
Tudela con más de 2.200 abonados. También es colaboradora habitual
en temporadas de ópera y representaciones líricas en Pamplona,
Bilbao, resto de España y en el extranjero.
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or q u e s ta | Orquesta Sinfónica de Navarra
La Orquesta Sinfónica de Navarra recibe subvenciones del
Gobierno de Navarra y del Ayuntamiento de Pamplona y está patrocinada por empresas privadas tales como Diario de Navarra, Gas Natural
Fenosa y “la Caixa”.
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or q u e s ta s i n f ó n ic a d e n ava r ra
Director titular y artístico: Antoni Wit
Director asociado: Cristóbal Soler
Director honorario: Ernest Martínez-Izquierdo
Violines I
Violonchelos
Trompas
Vicent Balaguer
Anna Siwek
Daniel Menéndez
Catalina García-Mina
David Pérez
Nathalie Gaillard
Enrico Ragazzo
Aratz Uría
Edurne Ciriaco
Nikola Takov
Daniel Sádaba
Herwig Coryn
Tomasz Przylecki
Aritz Gómez
Lara Vidal
Carlos Frutuoso
Dorota Pukownik
Julián Cano
Aritz García de Albéniz
Daniel Mazarrota
Jon Lizaso
Trompetas
Contrabajos
Carlos Gomis
Ibai Izquierdo
Piotr Antoni Piotrowski
Fco. Javier Fernández
Gian Luca Mangiarotti
Javier Odriozola
Violines II
Flautas
Maite Ciriaco
Anna Radomska
Inés de Madrazo
Grazyna Romanczuk
Fermín Ansó
Lourdes González
Tibor Molnar
Pilartxo Ibáñez
Angelo Vieni
Xavier Relats
Ricardo González
Timbales
Oboes
Juan Manuel Crespo
Iker Nausía
Clarinetes
Javier Inglés
Elisa López
Violas
Jerzy Wojtysiak
Fco. Javier Gómez
Malgorzata Tkaczyk
Irantzu Sarriguren
Jose Ramón Rodríguez
Iustina V. Bumbu
Robert Pajewski
Fagotes
José Lozano
Ferrán Tamarit
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da l a no ta
Queremos una Orquesta de la máxima calidad, que ofrezca una programación cada vez más abierta y variada, accesible y asequible para todo
tipo de públicos.
Ello sólo será posible con el apoyo y la generosidad de los amantes de
la música que quieran sentirse herederos de quienes en 1879 fundaron la
que hoy, 134 años después, podemos llamar con orgullo la Orquesta de
Navarra.
Ayúdanos a hacer posible nuestra ambición convirtiéndote en Socio
Preferente de la Orquesta Sinfónica de Navarra.
MIEMBROS
ENTIDADES
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DE
LA
FUNDACIÓN
PATROCINADORAS
PABLO
SARASATE
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da l a no ta
SOCIO
SOCIOS
BENEFACTOR
PREFERENTES
PRESTISSIMO
HOTEL MAISONNAVE
VIVACE
FUNDACIÓN FUENTES DUTOR
BODEGAS CASTILLO DE MONJARDÍN
ALLEGRO
www.lokliza.com
ALAIZ IRUÑA, SL
La Fundación Pablo Sarasate agradece también el generoso apoyo de
los numerosos socios preferentes en la categoría de Adagio.
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CONCIERTO
PAMPLONA-
AUDITORIO
BALUARTE
30 y 31 de enero de 2014 - 20 h.
TUDELA-
TEATRO
GAZTAMBIDE
1 de febrero de 2014 - 20,30 h.
J. Gaztambide (1822-1870)
Una vieja: Obertura
(APROX. 7’)
J. Gómez (1886-1973)
Intermezzo
(APROX. 8’)
J. Gómez (1886-1973)
Suite en La
(APROX. 21’)
T. Bretón (1850-1923)
En la Alhambra
(APROX. 8’)
M. Falla (1876-1946)
El amor brujo (versión sinfónica, 1925)
(APROX. 27’)
SOLISTA
Sara Salado, cantaora
DIRECTOR
Cristóbal Soler
Depósito Legal: NA-606/2011
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