Ensayo de Teoría del Conocimiento

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Ensayo de
Teoría del
Conocimiento
2014
Carolina A. Fraga y Agostina Cozzo
Carolina A. Fraga y Agostina Cozzo
4to Bachiller A
‘‘En la producción de conocimiento la razón funciona solo porque la
emoción, la imaginación, la memoria y la intuición funcionan también’’ ¿En
qué medida es esto cierto en dos áreas de conocimiento?
~~~~~
La famosa filosofa y escritora rusa Ayn Rand1 plantea que ‘‘la razón es la única
herramienta de conocimiento del hombre, la facultad que le permite percibir los hechos
de la realidad’’. Sin embargo, en la vida cotidiana es constante la intervención de otras
formas de conocimiento como la emoción, la intuición, la memoria y la imaginación en
la constante producción de conocimiento. Esto nos lleva a preguntarnos ¿La razón puede
trabajar por si sola para producir conocimiento? ¿O necesita ayuda de otras estructuras?
En este ensayo analizaremos las respuestas a estas preguntas en áreas de conocimiento
como las ciencias naturales y las matemáticas.
La razón podría considerarse indispensable y determinante al momento de la
producción de conocimiento en las distintas áreas de conocimiento. Según Mario Bunge,
la razón está construida por ‘‘conceptos, juicios y raciocinios, y no por imágenes,
sensaciones o pautas de conducta’’2. Esta forma de conocimiento es la capacidad que
poseen los seres humanos de identificar conceptos, cuestionarlos, hallar coherencia o
contradicción entre ellos y así introducir o deducir otros conceptos diferentes de los que
ya conoce.
En el caso de la matemática, se utiliza la lógica deductiva como elemento fundamental;
a través de esta, se parte de lo general y se llega a lo particular. En este tipo de lógica, si
la generalización es correcta y está comprobada, entonces también será correcta la
premisa, es decir la conclusión. Hay que tener en cuenta que estas afirmaciones son
válidas siempre y cuando se esté hablando de un mismo paradigma; si se cambia al
sistema egipcio, en el cual no existe el cero, por ejemplo, las afirmaciones podrían, o no,
variar. La metodología de la matemática, basada en la lógica deductiva, funciona por el
cumplimiento de distintos pasos: observación, formulación de la hipótesis, deducción de
una premisa y verificación de la misma, así se llega a una premisa que es univoca, a una
certeza. Se podría afirmar, entonces, que las ciencias exactas utilizan la razón pura a partir
de axiomas para producir pruebas de teoremas matemáticos. Si, por ejemplo, tomamos
cualquier número y lo multiplicamos por 2 y le sumamos 13, obtendremos siempre un
número impar. Teniendo en cuenta todo esto, se puede afirmar que la razón, por si sola y
sin la colaboración de otras formas de conocimiento, funciona exitosamente al momento
de la producción de conocimiento para las ciencias exactas.
La mayor parte de la investigación en las ciencias naturales está basada en las
matemáticas y apoyada en el pensamiento lógico, por lo que se puede afirmar que si las
matemáticas utilizan únicamente la razón entonces pasará lo mismo en las ciencias
1
‘‘La virtud del egoísmo’’ de Ayn Rand. Buenos Aires, Grito Sagrada, 2006.
2
Citado en el oral de Teoría del Conocimiento sobre razón.
3
Según la ecuación (𝑁 × 2) + 1
[1]
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4to Bachiller A
experimentales. Las ciencias naturales intentan descubrir las leyes de la naturaleza, es
decir, regularidades en el mundo natural. Con frecuencia estas son relaciones causales en
términos de “si ocurre X, entonces ocurrirá Y como resultado”. Los métodos de las
ciencias naturales, basados en la observación del mundo como medio para poner a prueba
las hipótesis acerca del mismo, están diseñados para reducir los efectos de los deseos,
expectativas y preferencias del ser humano; en otras palabras, se los considera objetivos.
En este sentido las ciencias naturales ponen énfasis en el papel de la indagación empírica:
el conocimiento científico debe poder resistir las pruebas de la experiencia y la
experimentación. Muchos autores afirman que esto puede lograrse a partir del uso
exclusivo de la razón. Es así como se establecen y verifican las leyes y teorías científicas.
Un ejemplo es la Ley Universal de Gravedad4, una ley que, como tal, está verificada y es
considerada inequívoca a partir del uso de la razón únicamente, según lo que afirman
diversos autores.
Por otro lado, muchos autores afirman que la razón por sí sola no es efectiva, sino que
necesita de otras formas de conocimiento para funcionar, debido a que la razón humana
depende de varios sistemas cerebrales, que trabajan al unísono.5 Michel Onfray afirma
que ‘‘La razón sirve a menudo para reducir en un puñado de ideas simples una realidad
más complicada de lo que se imagina a priori. La reducción racional y la planificación
suponen que lo real es racional y que lo racional puede siempre convertirse en real. Sin
embargo, existe un mundo entre esos dos universos, que se comunican bastante poco y
mantienen relaciones difíciles’’6. Diversos autores afirman que se necesita de la
imaginación y la intuición, entre otras formas de conocimiento, para poder demostrar
teoremas matemáticos o construir teorías científicas o crear nuevas hipótesis. Asimismo
establecen que las ciencias, exactas y experimentales principalmente, ofrecen
oportunidades para grandes contribuciones por parte de individuos talentosos que no
siempre pueden explicar la fuente de sus ideas, y con frecuencia las atribuyen a la
intuición, la imaginación, la memoria o la emoción: ‘‘Las ciencias son un área
sumamente creativa, que requiere que quienes la ejerzan, pongan en práctica otras
formas de conocimiento’’7.
La intuición se contrasta a menudo con la razón, ya que se considera que es conocer
sin utilizar procesos racionales. El renombrado médico psiquiatra y psicólogo suizo Carl
Gustav Jung, en su famosa obra Psychologische Typen publicada en 19218, se refirió a la
intuición como percepción a través del inconsciente, subrayando así la idea de que la
intuición suele verse como creencias que se conocen sin entender cómo se las conoce. A
4
Hace más de 300 años, Sir Isaac Newton propuso una idea revolucionaria, que ahora todos damos por hecho: que
cualquier par de objetos, sin importar su masa, ejercen una fuerza gravitacional entre sí. Esta ley representada por una
ecuación: F = G × [(m1m2)/r²] F es la fuerza gravitacional entre los dos objetos, medidos en Newtons.M1 y m2 son
las masas de los dos objetos y la r es la distancia entre ellos. G es la constante gravitacional, un número calculado en
6.672 x 10-11 N m² kg-2 Esta ley sirve para calcular el tirón gravitacional entre cualquier par de objetos, que es
particularmente útil para poner un satélite en órbita o medir el curso de la luna.
5 El Error de Descartes, de Antonio Damasio. Barcelona, Critica, 2006.
6 Antimanual de Filosofía, de Michel Onfray. Madrid, EDAF, 2007.
7Guías
para
Teoría
del
Conocimiento
del
Bachillerato
Internacional.
Disponible
en:
https://ibpublishing.ibo.org/exist/rest/app/tsm.xql?doc=d_0_tok_gui_1304_1_s&part=2&chapter=3. Consultado el: 25
de septiembre del 2014.
8 Tipos Psicológicos, Carl Gustav Jung. Buenos Aires, Sudamericana, 1954.
[2]
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partir de esta definición, muchos autores la consideran como la ‘chispa que enciende’ la
producción de conocimiento.
Teniendo esto en cuenta, se podría afirmar que esta forma de conocimiento desempeña
un papel importante en la demostración de teoremas matemáticos. ‘‘Cuando le das un
problema matemático a los chicos chiquitos, muchas veces ellos logran resolverlo de
maneras que ningún adulto había pensado antes’’9, afirma la profesora de matemática
Carina D’Albano, añade: ‘‘Ellos se guían por la intuición para resolver los problemas.
Muchas veces creo que con la escuela los estropeamos, les sacamos esa herramienta
utilísima a la hora de resolver tanto ejercicios de matemática como problemas en la vida
cotidiana. Esto no quiere decir, sin embargo, que la intuición desplace a la razón; no,
ellas trabajan juntas’’. Un ejemplo de trabajo conjunto entre la razón y la intuición es la
invención de la fórmula de suma de los términos de una sucesión aritmética.10 Teniendo
en cuenta este ejemplo, se podría afirmar que al momento de la producción de
conocimiento en las matemáticas, la intuición es una herramienta fundamental.
Algo similar se da en las ciencias experimentales. Según el fisco Fritjof Kapra, la parte
racional de la investigación en las ciencias naturales sería inútil si no estuviera
complementada por la intuición, que es la que da a los científicos nuevas ideas y los hace
más creativos. Hay diversos ejemplos históricos del trabajo conjunto entre la intuición y
la razón en la formulación de nuevas hipótesis en las ciencias naturales: la concepción de
la clasificación periódica de los elementos por Mendeleyev en 1907, la resolución de un
difícil problema matemático por Pointcaré en 1912, entre otros. En el caso de la biología,
un descubrimiento intuitivo de gran importancia fue el descubrimiento de acetilcolina por
Otto Loewis11. Estos ejemplos nos permiten analizar ampliamente la participación de la
intuición en los descubrimientos científicos, la cual parecería ser determinante.
Toda creación, artística o científica, es un problema de pensamiento. Muchos autores
consideran que la imaginación es fundamental para la resolución de este problema. Albert
Einstein dijo: “La imaginación es más importante que el conocimiento. Mientras que el
conocimiento se limita a todo lo que ahora conocemos y entendemos, la imaginación
abarca el mundo entero, todo lo que en el futuro se conocerá y entenderá”. La
imaginación se entiende, a veces, como algo asociado con la creatividad, la resolución de
problemas y la originalidad. En este caso, puede tratarse de establecer vínculos entre ideas
Entrevista realizada el día 17 de septiembre del 2014 a la profesora de matemáticas Carina D’Albano.
Gauss era un niño con grandes capacidades para las matemáticas. Por lo tanto, finalizaba los ejercicios dados por la
maestra antes que sus compañeros pudieran siquiera empezar a pensarlos. Su maestra, entonces, le dio un ejercicio
largo: tenía que sumar los primeros 100 números naturales, es decir hacer 1+2+3…+100. A los pocos minutos el niño
se acercó a su banco con la respuesta en sus manos: había descubierto que si sumaba el primer número con el último,
el segundo con el anteúltimo, y así sucesivamente, obtenía siempre el mismo número. El decidió multiplicar este
número por la división entre la cantidad de números, 100, y 2, es decir multiplicarlo por la cantidad de pares que había
obtenido (101x50), y así obtuvo la suma de los primeros 100 números naturales con la ayuda de la intuición.
11
Una noche, Otto Loewis, fisiólogo que padecía de insomnios, tuvo en duermevela una interesante idea. Según su
relato, dicha intuición le sobrevino hacia la tres de la mañana. Se levantó, escribió su contenido y se volvió a dormir.
Sin embargo, al siguiente día comprobó que era incapaz de interpretar lo que él mismo hubo escrito. A la noche
siguiente, a idéntica hora, le asaltó la misma representación mental a nuestro insomne fisiólogo. Pero en esta ocasión
no lo pensó dos veces, se fue directamente al laboratorio y realizó el experimento. Este demostraba que tras la
estimulación nerviosa se liberaban sustancias que actuaban directamente sobre el músculo cardíaco, bien estimulando
o bien inhibiendo. Así nació la teoría química de la transmisión nerviosa. ¿Qué sustancias eran las segregadas por los
nervios estimulados? Loewis no encontró dificultad en reconocer a la adrenalina como la sustancia simpática y pensó
que la parasimpática podría tratarse muy bien de acetilcolina. El aislamiento y reconocimiento de esta sustancia
identificada como acetilcolina correspondería al grupo de H.H. Dale en Cambridge.
9
10
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Carolina A. Fraga y Agostina Cozzo
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que de otro modo no estarían conectadas, a fin de resolver problemas. Esto puede ser útil
para la elaboración de modelos o la creación de teorías en las ciencias. Edgar Morin
argumenta que ‘‘La ciencia es un cuadrúpedo que camina sobre la pata del empirismo
hecha de datos, experimentación y observación; la pata de la racionalidad hecha de
teorías lógicas; la pata de la verificación; y la pata de la imaginación’’.12
En las matemáticas, al rigor deductivo y a su formalización anteceden la imaginación
como base a la creatividad matemática, es decir, la imaginación al servicio de la
concreción de nuevas teorías o conceptos y a la demostración de nuevos teoremas.
Evidentemente hay en matemáticas una labor meritoria de desarrollo formal, de pruebas
o resoluciones que sin demasiada necesidad de imaginación permiten hallar resultados.
Pero en la concepción de figuras, en la genialidad de combinar técnicas de diversos
campos o en la resolución sorpresiva de un problema, la imaginación juega un papel
importantísimo. Un ejemplo del rol que juega la imaginación en el avance de las ciencias
exactas es la invención de la computadora, una maquina capaz de realizar operaciones
matemáticas automáticamente siguiendo una lista de instrucciones13. Se podría afirmar,
entonces, que la imaginación creadora es la clave para lograr el avance matemático.
La ciencia natural es un sistema de conocimiento sobre el mundo natural, basado
principalmente en la observación y construido utilizando el trabajo en conjunto de la
razón y la imaginación. Una de las distintas modalidades de la actividad imaginativa es
la actividad onírica. Esta es un tipo de actividad imaginativa que se da durante el sueño.
En el caso de las ciencias, esta actividad puede llevar a la resolución de distintas hipótesis.
Tal es el caso del descubrimiento de la estructura de la molécula de benceno por August
Kekulé en 1896,14 el cual muestra claramente la infrecuencia de la imaginación en la
12
Citado en la guía para Teoría del Conocimiento del Bachillerato Internacional. Disponible en:
https://ibpublishing.ibo.org/exist/rest/app/tsm.xql?doc=d_0_tok_gui_1304_1_s&part=2&chapter=3. Consultado el: 25
de septiembre del 2014.
13
La conferencia de Hilbert en París consistió en un repaso a 23 problemas matemáticos que él creía podrían ser las
metas de la investigación matemática del siglo que empezaba. Estos problemas, de hecho, han estimulado gran parte
de los trabajos matemáticos del siglo XX, y cada vez que aparecen noticias de que otro de los "problemas de Hilbert"
ha sido resuelto, la comunidad matemática internacional espera los detalles con impaciencia. A pesar de la importancia
que han tenido estos problemas, un hecho que Hilbert no pudo imaginar fue la invención del ordenador
o computadora digital programable, primordial en las matemáticas del futuro. Aunque los orígenes de
las computadoras fueron las calculadoras de relojería de Pascal y Leibniz en el siglo XVII, fue Charles Babbage quien,
en la Inglaterra del siglo XIX, diseñó una máquina capaz de realizar operaciones matemáticas automáticamente
siguiendo una lista de instrucciones (programa) escritas en tarjetas o cintas. La imaginación de Babbage sobrepasó
la tecnología de su tiempo, y no fue hasta la invención del relé, la válvula de vacío y después la del transistor cuando
la computación programable a gran escala se hizo realidad. Este avance ha dado un gran impulso a ciertas ramas de las
matemáticas, como el análisis numérico y las matemáticas finitas, y ha generado nuevas áreas de investigación
matemática como el estudio de los algoritmos. Se ha convertido en una poderosa herramienta en campos tan diversos
como la teoría de números, las ecuaciones diferenciales y el álgebra abstracta. Además, el ordenador ha permitido
encontrar la solución a varios problemas matemáticos que no se habían podido resolver anteriormente, como el
problema topológico de los cuatro colores propuestos a mediados del siglo XIX.
14 A mediados del siglo XIX se conocía la fórmula molecular del benceno (C6H6), pero no cómo se disponían los
átomos en su estructura química. Entre 1857 y 1858 Friedrich August Kekulé, que por ese entonces tenía 28-29 años,
desarrolló una teoría sobre la estructura química orgánica basada en dos nociones: la tetra valencia del carbono (los
átomos de carbono tiene cuatro electrones en su última capa, así pueden formar cuatro enlaces con otros átomos) y la
capacidad de sus átomos de formar enlaces entre ellos.
Friedrich August Kekulé solía pasar las veladas charlando con su amigo y colega Hugo Mueller en Islington. A menudo
hablaban de química, luego Kekulé volvía a su casa en Clapham Common, al otro lado de la ciudad. Una noche de
verano, durante el camino de regreso a casa, Kekulé cayó en una ensoñación acompañada por el ruido de los cascos del
caballo y el movimiento del carruaje. Según él mismo cuenta, vio cómo unos átomos de carbono bailoteaban delante
de sus ojos y se combinaban entre ellos. De vez en cuando, dos átomos pequeños se unían y formaban otro átomo
mayor; un átomo grande abrazaba a dos átomos más pequeños. Átomos aún mayores se hacían con tres e incluso cuatro
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producción de conocimiento científico. Sin embargo, dicha influencia deberá ser luego
moldeada y verificada de acuerdo a los parámetros de la razón, por lo que puede hablarse
de un trabajo conjunto entre la razón y la imaginación.
La memoria, por su parte, funciona en cuatro etapas: registrar, retener, asociar y
rememorar. En el caso de la memoria a largo plazo, esta última etapa se convierte en la
más importante, ya que nos permite acceder a información que parece olvidada, pero que
en realidad permanece guardada en el inconsciente. No obstante, si bien la memoria se
refiere a conocimientos adquiridos en el pasado, se puede argumentar que incluso los
nuevos conocimientos dependen de la memoria, y están influidos por ella. Por ejemplo,
la manera en que interpretamos nuevas situaciones puede estar influida
considerablemente por la experiencia y los acontecimientos previos. De este modo,
además de ser una “unidad de almacenamiento” para el conocimiento existente, la
memoria puede ser también un mecanismo que nos permite procesar situaciones y
problemas nuevos y únicos.
En el caso de las matemáticas, a veces puede parecer que en la resolución de problemas
se utiliza solamente la razón. Sin embargo, se podría afirmar que la habilidad de la
memoria antes mencionada pone en acción a la evocación procedimental, un tipo de
memoria a largo plazo que nos permite automatizar una habilidad, la cual tiene un papel
fundamental en esta área de conocimiento. A su vez, la memoria, como se menciona
anteriormente, nos permite evocar sucesos pasados. La evocación de acontecimientos
anteriores en el caso de las ciencias exactas nos puede permitir modificar una teoría para
mejorarla, o utilizar esa misma teoría al momento de comprobar una problemática. El
análisis de un problema matemático implica la capacidad de interpretar símbolos que
previamente han sido grabados y a los cuales se enlaza un significado. La información se
recoge mediante un proceso de codificación que la transforma en representación interna
susceptible de ser introducida en la memoria. Dicho de manera más simple, sólo se
recuerdan aquellas cosas que adquieren un significado mediante el análisis previo. Es
imposible pretender que un niño recuerde aquello que no ha comprendido. Sólo se graba
una pequeña parte de las informaciones suministradas por el entorno. Cuanto más se
profundiza en el análisis, mayores son las posibilidades de retención. Por ejemplo, el
pequeño puede asociar un número con su nombre (1-uno) pero si, además, lo liga a una
cantidad de objetos, será mucho más fácil para él retener en su memoria el número. En
otras palabras, lo que memoriza es el concepto y no sólo el dibujo del número. La
memoria tiene un papel fundamental en el aprendizaje. Por ello cualquier actividad
tendiente a reforzarla será de enorme utilidad para el niño.
de los pequeños o se unían por pares; mientras todo el conjunto seguía en danza, Kekulé vio cómo los átomos más
grandes conformaban una cadena, arrastrando a los más pequeños consigo por fuera de la cadena. Cuando el conductor
gritó ¡Clapham Road!, Kekulé despertó y pasó la noche dibujando esquemas sobre lo que había soñado. Este fue el
origen de la su Teoría estructural de la química orgánica.
Siete años más tarde Kekulé tendría otro sueño (en alemán, Kekulés Traum), uno de los sueños más famosos de la
historia de la ciencia. En esta ocasión, Kekulé ya no vivía en Londres sino en Gante, Bélgica, en cuya universidad fue
profesor. Sentado en su estudio a oscuras, frente a la chimenea, seguía pensando en la estructura del benceno, aún
irresoluta. Se durmió y vio de nuevo a los átomos bailando ente sus ojos, largas filas de átomos moviéndose como
serpientes. De pronto vio cómo una de aquellas serpientes se mordía su propia cola, el famoso símbolo de la alquimia
conocido como ouroboros, la serpiente que muerde su propia cola, resolviendo así, en un sueño, el misterio de
la estructura del anillo del benceno.
[5]
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El caso de las ciencias naturales, es similar al de las matemáticas. El objeto de estudio
de las ciencias naturales en general es más concreto y más tangible que el de las
matemáticas. Esto ha favorecido un mejor contacto directo con la naturaleza que éstas
últimas. Por eso, requieren más atención, más capacidad de observación, pero exigen
menos abstracción. Sin embargo, las ciencias experimentales reclaman gran capacidad de
observación, y también hay que conjugar en ellas la reflexión y la memoria. En efecto,
hay que reflexionar sobre las propiedades, sobre los datos, etc., observados y relacionarlos
entre sí, facilitando así la labor de la memoria. Se ha de evitar el simple aprendizaje
memorístico, que exige gran esfuerzo y pronto se olvida. La memoria nos permite
rememorar una teoría anterior, la cual podemos utilizar para la explicación de un
acontecimiento. También, podemos recordar una teoría a la que le hace falta la
explicación de algún suceso y, por ende, necesita ser mejorada. La creación del modelo
atómico de Bohr15 nos permite ver como la memoria nos ayuda en las ciencias a mejorar
diferentes teorías o a explicar tópicos que estas mismas teorías no pueden explicar.
La emoción ha sido considerada a veces como una forma de conocimiento poco fiable.
Por ejemplo, se han criticado a las emociones diciendo que son obstáculos irracionales
que obstruyen el conocimiento y distorsionan nuestra imagen de la realidad. Sin embargo,
otros creen que las emociones no solo nos ayudan a entender las experiencias y los
comportamientos sociales y culturales, sino que también son una fuente de conocimientos
sociales, éticos, científicos y políticos, ya que nos ayudan a formar una comprensión del
mundo que nos rodea. Asimismo, estos autores han puesto en manifiesto de manera
reiterada la relación existente entre el conocimiento y el interés y las necesidades. José
Antonio Marina piensa que si los individuos considerados geniales pueden centrarse en
su trabajo dedicándole horas y horas es porque para ellos ‘‘los temas se ramifican sin
cesar, y no hay nada aburrido ni monótono. Cualquier cosa esta llena de interés y puede
mantenerles absortos horas y horas’’16. Por el contrario, la falta de interés y de
motivación provoca en los hombres aburrimiento y apatía. Es por ello que puede
afirmarse que la emoción tiene un papel fundamental en las ciencias, ya que impulsa a la
persona hacia la búsqueda de nuevos conocimientos. Entonces, se podría tomar como
verídica la postura de Antonio Damasio, quien afirma que ‘‘(…) tal vez la razón no sea
tan pura como la mayoría de nosotros pensamos o desearíamos que fuera, puede que las
15
En 1909, Geiger y Marsden, concretando una sugerencia de Rutherford, llevan a cabo una serie de experimentos para
los que se utilizaron láminas de oro muy delgadas y otros metales, para actuar de blancos para las partículas alfa. Se
esperaba que todas las partículas atravesaran la lámina de oro, sin embargo surgieron otros resultados. Casi todas las
partículas alfa atravesaban la lámina metálica sin ningún inconveniente, alguna sufrían desviaciones bastante grandes
al atravesar la lámina, y otra cantidad de partículas no penetraban la lámina sino que "rebotaban" y volvían a la dirección
de la cual habían partido. De este experimento se deduce el modelo de Rutherford, sin embargo, este modelo no
acordaba con la teoría del electromagnetismo (la cual explica que si las cargas eran aceleradas se irradiarían ondas
electromagnéticas y por lo tanto se perdería energía). Los electrones en el modelo atómico de Rutherford se mueven
en órbitas circulares alrededor del núcleo, por ende poseen aceleración centrípeta, por lo que irradiarían energía y su
órbita debería ser en forma de espiral cayendo hacia el núcleo del átomo. Sin embargo, esto no ocurre y este modelo
no podía explicar el por qué. Por esta razón, años más tarde Bohr propone algunas modificaciones a este modelo, donde
dice que los electrones giran alrededor del núcleo en órbitas similares a las de los planetas que giran alrededor del Sol.
Bohr examino un átomo de Hidrógeno y descubrió que el electrón podía estar en determinadas órbitas y que estas tenían
una energía determinada, por lo que denomino a las órbitas como niveles de energía. Descubrió que mientras el electrón
giraba en la órbita no ganaba ni perdía energía, el electrón cambiaría su nivel energético si el átomo absorbía o emitía
energía.
16 Citado en el cuadernillo de Teoría del conocimiento para 1 er año del programa de Diploma del Bachillerato
Internacional (2009)
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emociones y los sentimientos no sean en absoluto intrusos en el bastión de la razón (…)
determinados aspectos del proceso de la emoción y del sentimiento son indispensables
para la racionalidad’’17
Elba L. Mencier afirma que los estados anímicos pueden impulsarnos con la energía
emocional adecuada para llevar adelante con eficiencia cualquier proceso de aprendizaje
o pueden obstaculizar, o incluso invalidar, el proceso de aprendizaje. La autora establece
que hay cuatro niveles en los que nuestros estados emocionales pueden afectar nuestro
aprendizaje: en una etapa inicial (predisposición, motivación, interés), en una etapa
intermedia (perseverancia, persistencia, regularidad en el estudio), en una etapa de
obstáculos (manejo de las dificultades, de la frustración o de la adversidad), en una etapa
final (equilibrio emocional en el examen de nuestros conocimientos o en la aplicación de
los mismos).18 Estas etapas son fundamentales al momento de la producción de
conocimiento en las ciencias.
Inés M. Gómez Chacón se pregunta en su libro: ‘‘¿De qué depende el hecho de que un
niño que entra en una escuela llegue a encontrar fascinante el quehacer propio de las
matemáticas y otro, en cambio, se convierta en profundo aborrecedor de ellas para toda
su vida?’’19 Al plantearse una situación como esta, por ejemplo, puede notarse
claramente el papel que juegan las emociones. Tal como se mencionó anteriormente, los
estados anímicos pueden favorecer nuestro aprendizaje o perjudicarlo. En el caso del
primer alumno, se pueden denotar ciertas emociones tales como la alegría, el entusiasmo
o el coraje, emociones que impulsaran al alumno a atravesar todas las etapas del
aprendizaje que se ven afectadas por los estados emocionales. En el caso del segundo
alumno, puede observarse que emociones como la tristeza, el miedo, la ansiedad o la
cólera bloquean su aprendizaje totalmente, generando cierta negación hacia esta área de
conocimiento particular. Esta influencia emocional puede ser vista no solamente en
alumnos jóvenes, sino también en adultos ya sumergidos en el mundo matemático. Paul
R. Halmos plantea que: ‘‘Un matemático es una persona y tiende a sentir emociones
fuertes sobre qué parte de las matemáticas está dispuesto a soportar y, naturalmente,
emociones fuertes sobre otras personas y las clases de matemáticas que le gustan’’.20
Salvando las posibles diferencias que puedan encontrarse entre el alumno obstaculizado
frente a las matemáticas y el matemático reacio a estudiar determinadas áreas
matemáticas, las reacciones de ambos son iguales. Ambos ven obstaculizado el proceso
de aprendizaje debido a las emociones que deben afrontar, lo que imposibilita el avance
a través de los cuatro niveles de aprendizaje mencionados con anterioridad.
En las ciencias naturales, la situación es similar. Una de las personas consideradas
geniales en la historia de las ciencias experimentales es Charles Darwin. En su
autobiografía, Darwin cuenta como fue el deseo, su interés por comprender las cosas, lo
que le llevó a dedicar años enteros a reflexionar sobre cualquier problema que le pareciera
inexplicable. ‘‘(…) el amor que siento por las ciencias naturales ha sido constante y febril
17
El Error de Descartes, de Antonio Damasio. Barcelona, Critica, 2006.
Emocional
en
la
Educación’’
Disponible
en:
http://www.inteligenciaemocional.org/ie_en_la_educacion/comoinfluyenmisemociones.htm Consultado el 14 de septiembre del 2014.
19 Matemática Emocional: Los afectos en el aprendizaje matemático, de Inés M. Gómez Chacón. Barcelona, Narcea,
2000.
20 Paul R. Halmos, (1991). ‘‘¿Qué es un matemático?’’ Epsilón #20, pp. 33-40.
18‘‘Inteligencia
[7]
Carolina A. Fraga y Agostina Cozzo
4to Bachiller A
(…) Desde mi primera juventud he tenido el más intenso deseo de comprender o explicar
cualquier cosa que observara; es decir, someter todos los datos a alguna ley general.
Estas causas combinadas me han procurado la paciencia para reflexionar durante años
enteros sobre cualquier problema inexplicable. En la medida en que yo pueda juzgarlo,
no me es posible seguir a ciegas la guía de otros hombres. He intentado siempre con
firmeza mantener libre la mente, para abandonar cualquier hipótesis, por amada que
haya sido en cuanto se demuestra que los hechos se le oponen’’ 21. En este ejemplo, tal
como en el caso del alumno que encuentra fascinantes a las matemáticas, el uso de la
razón se ve impulsado por los estados anímicos que atraviesa el sujeto frente al
conocimiento de un objeto.
En conclusión, el análisis realizado parecería indicar que los avances en las ciencias,
tanto exactas como naturales, se dan gracias al trabajo conjunto entre la razón, la emoción,
la memoria, la intuición y la imaginación. Son todas estas formas de conocimiento las
que permiten que un científico se plantee un problema o hipótesis, decida llevar adelante
una investigación, encuentre una solución a esa problemática y verifique la solución
encontrada. Por ende, consideramos que estas formas de conocimiento son una
herramienta esencial para la evolución en las ciencias exactas y experimentales.
Sin embargo, a lo largo del desarrollo de la investigación nos han surgido diversos
interrogantes: ¿La situación es la misma en otras áreas de conocimiento como las ciencias
humanas o las artes, por ejemplo? ¿Tienen otras formas de conocimiento como el
lenguaje, la percepción sensorial y las creencias religiosas un papel fundamental al
momento de la producción de conocimiento? Estas preguntas exceden el alcance de este
trabajo, sin embargo podrían servir como disparadores de futuras investigaciones.
21
‘‘Autobiografía’’, de Charles Darwin. En Textos Fundamentales, págs. 39-40.
[8]
Carolina A. Fraga y Agostina Cozzo
4to Bachiller A
Fuentes:
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

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


Guías para Teoría del Conocimiento del Bachillerato Internacional. Disponible en:
https://ibpublishing.ibo.org/exist/rest/app/tsm.xql?doc=d_0_tok_gui_1304_1_s&
part=2&chapter=3. Consultado el: 25 de septiembre del 2014.
Orales interactivos sobre formas de conocimiento, Ciclo Lectivo 2014.
Antimanual de Filosofía, de Michel Onfray. Madrid, EDAF, 2007.
El Error de Descartes, de Antonio Damasio. Barcelona, Critica, 2006.
Cuadernillo de Teoría del conocimiento para 1er año del programa de Diploma del
Bachillerato Internacional, 2009.
Cuadernillo de Teoría del conocimiento para 1er año del programa de Diploma del
Bachillerato Internacional, 2014.
Carpeta de Teoría de Conocimiento 2014.
‘‘Inteligencia
Emocional
en
la
Educación’’
Disponible
en:
http://www.inteligenciaemocional.org/ie_en_la_educacion/comoinfluyenmisemociones.htm Consultado
el 14 de septiembre del 2014.
Matemática Emocional: Los afectos en el aprendizaje matemático, de Inés M.
Gómez Chacón. Barcelona, Narcea, 2000.
Paul R. Halmos, (1991). ‘‘¿Qué es un matemático?’’ Epsilón #20, pp. 33-40.
‘‘Autobiografía’’, de Charles Darwin. En Textos Fundamentales, págs. 39-40.
‘‘La virtud del egoísmo’’ de Ayn Rand. Buenos Aires, Grito Sagrada, 2006.
[9]
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