(T ) t Vera y Chilier.—FORMACIÓN DE LAS ROCAS DE CÁDIZ. 3ai adentro, Los depósitos diluvianos cubren gran parte de la provincia y en su modo de ser con respecto á la actual, estructura orográfica atestiguan fielmente los inmensos trastornos que esta parte ha sufrido en época relativamente moderna. No recubren las actuales depresiones del terreno sino lugares relativamente altos, con frecuencia las cumbres de pequeños paralelógramos entre los valles longitudinales que por regla general siguen los que fueron convexidades de los pliegmes y grandes valles transversales que en la descripción orográfica se ha visto atraviesan la provincia de parte á parte. Por lo tanto, el diluvium ocupa b o y con frecuencia las cumbres'de las colinas. En la época en que las aguas acarreaban estos depósitos, las erosiones en el terreno nuevamente plegado, no habían sido suficientes todavía para rebajar á su actual nivel las convexidades de los pliegues que hoy forman los más profundos valles, ni había aún tenido lugar el quebrantamiento que posteriormente fracturó á todos estos terrenos en ángulo recto á su dirección. Durante esta época corrían evidentemente las aguas por las concavidades de los pliegues, entonces antig'uos valles y ho} cumbres de las colinas, atestiguando que entonces era la orografía del país esencialmente distinta de lo que es actualmente. r Grande debe ser el período de tiempo que nos tiene que separar de la época diluvial, que geológicamente considerada es sólo de ayer, y que, sin embargo, ha sido suficiente para cambiar también por completo la estructura orográfica del país. Entre todas distingue al diluvium un arcilla arenácea de color rojo vivo, sin apariencia alguna de estratificación y, en general, sin cementación, acompañándola innumerables cantos rodados de cuarcitas, en general del tamaño de nueces, pero á veces del de naranjas y aun mayores. En toda la costa desde el cabo de Trafalgar á punta Candor, como entre San Roque y el convento de la Almorayma, se encuentran en este depósito innumerables cantos rodados, algunos de i n mensa magnitud, mas en el interior de la provincia desaparecen y en su lug-ar se ven cantos de distinta naturaleza. No existen estas cuarcitas en los depósitos de esta provincia y sí sólo en la de Málaga, aunque con escasez, y en Sierra Morena de donde proceden las que se ven en el litoral. Probablemente proceden de tierras al O. que han desaparecido dqrante el