Héctor Sandoval: "Era hora de que se terminaran los privilegios de

Héctor Sandoval: "Era hora de que se terminaran los privileg
Diario Concepción (http://www.diarioconcepcion.cl)
Héctor Sandoval: "Era hora de que se terminaran los privilegios de los
criminales" [1]
El hombre que presentó una de las querellas contra el ex CNI señaló que es una "vergüenza"
que recién en 2015 el hombre que tiene responsabilidad en la muerte de su hermano salga
del penal Punta Peuco.
Maximiliano Alarcón González
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El hallazgo de un celular en su poder sin autorización, no siendo vez primera, le costó a Álvaro Corbalan,
uno de los violadores de Derechos Humanos más mediáticos de la dictadura de Augusto Pinochet, tanto
por su jerarquía en la CNI (Central Nacional de Informaciones) y su cercanía con la farándula ochentera,
el ser trasladado de aquella habitación en el penal Punta Peuco, que contaba con elementos como
televisor y una guitarra con la que compuso una canción para una iglesia, hacia la Cárcel de Alta
Seguridad de Santiago.
"El interno Corbalán ya se encuentra en la Cárcel de Alta Seguridad, se produjo durante la mañana, y ya
ha hecho ingreso. En este momento está realizándose los chequeos médicos y estará con vigilancia
permanente. Punta Peuco no es un recinto extraordinario, los internos en dicha cárcel van a estar
sujetos a los regímenes de cualquier interno", explicó la ministra de Justicia, Javiera Blanco, ayer viernes
durante la mañana.
Álvaro Corbalán debe cumplir, hasta ahora, más de 80 años de cárcel, entre ellas cadenas perpetuas,
por su responsabilidad en delitos como la Operación Albania y el asesinato de Tucapel Jiménez.
"Era hora de que se terminaran los privilegios"
El 17 de agosto de 1981 una emboscada de miembros de la CNI, policía secreta de la dictadura, acabó
con la vida de Lisandro Sandoval Torres, hombre de 25 años nacido en Tomé. El joven militante del MIR
fue interceptado mientras caminaba solo por la población Risopatrón en Santiago, y sin considerar
nada, ni siquiera el que estuviera desarmado, fue asesinado de inmediato, en medio de la vía pública.
Recién el 1 de septiembre de 2004 llegó una condena por el crimen contra Sandoval. El juez Alejandro
Solís dictó una sentencia contra Álvaro Corbalán de 10 años y un día por su responsabilidad en el
asesinato. El ex CNI estaba a cargo del Brigada Azul, subdivisión de aquel organismo represor cuyo
objetivo era el exterminio del Movimiento de Izquierda Revolucionaria (MIR).
Esta condena, así como otras que lleva Corbalán, no habría sido posible sin el trabajo sin descanso de
familiares y personas que han solidarizado históricamente con las causas de Derechos Humanos. En el
caso de Lisandro Sandoval, su hermano Héctor Sandoval, presentó la querella y hasta el día de hoy
investiga antecedentes sobre crímenes de la dictadura que aún siguen inconclusos.
"Ya era hora de que se terminaran los privilegios de los criminales que enlutaron a este país. Era
inconcebible que con tantos años de democracia ellos tuvieran privilegios como si hubieran hecho una
hazaña, cuando lo que hicieron fue destruir las raíces de este país. Destruyeron la solidaridad social en
Chile", señaló Héctor Sandoval, que se enteró del traslado de Corbalán mientras almorzaba junto a su
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madre.
Pero Sandoval califica la situación como "una noticia que más parece una burla", sosteniendo que el
hecho en sí de ser trasladado por tener un celular es una "anécdota menor". Lo relevante, señala
Sandoval, es que criminales como Corbalán permanezcan en "centros especiales viviendo privilegios",
lo que para Sandoval es la constatación de que la justicia considera estos delitos como "de menor
cuantía".
"Que eso este sucediendo por décadas, durante gobiernos democráticos, es una muestra que la
doctrina Aylwin ha discriminado en favor de los asesinos, lo que demuestra una vez más que la
negociación para la "transición democrática" ha sido espuria, tanto como la justicia en la medida de lo
posible, una medida sin parámetro", expresó Sandoval.
Corbalán fue un hombre fundamental en las maniobras represoras de la CNI, tanto en torturas,
asesinatos y montajes. Muchos de estos excedieron incluso la "dignidad" con que se trata a los
prisioneros en una guerra.
Héctor Sandoval es drástico con su visión sobre las consecuencias que ha tenido Corbalán: "que recién
hoy este criminal vaya a cumplir condena en una cárcel es una vergüenza, una muestra de que la
justicia en Chile continúa siendo de clase o está todavía secuestrada por los poderes que prohijaron a
esta especie de militares asesinos que no conocen el honor militar".
Esto, Sandoval asegura que no lo dice sólo desde su "posición de clase", ni del dolor que Corbalán les
provocó como familia al asesinar a su hermano Lisandro, sino que considera como un deber el
denunciar que la medida tomada por Gendarmería es "una muestra de lo que existe y no debe ser. No
debe ser que un criminal serial no esté en una cárcel de alta seguridad", manifestó.
Sandoval finalizó diciendo que "son todavía muchos los ‘corbalanes’ que están impunes, y muchos
muertos que esperan por ellos, y muchos los jueces que no hacen bien su trabajo o lo evaden como en
Concepción. Todavía hay detenidos desaparecidos, todavía hay ejecutados sin culpables y sin justicia
que no olvidamos. En cambio hay señores de la Justicia que se preocupan porque en Venezuela hay un
preso golpista que está sufriendo, pobrecito".
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