Archivo: Lee el fallo de la Segunda Sala de la Corte

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Santiago, cinco de mayo de dos mil quince.
VISTOS:
En estos antecedentes RUC: 1400077827-4, RIT: O-643-2014, del Cuarto
Tribunal de Juicio Oral en lo Penal de Santiago, en Sala integrada por los jueces
José Ramón Flores Ramírez, Maria Elisa Tapia Araya y Geni Morales Espinoza,
con fecha cuatro de febrero de dos mil quince, se condenó a TAMARA SOL
MALEN FARÍAS VERGARA, a la pena de siete años de presidio mayor en su
grado mínimo y accesorias legales, en calidad de autora del delito de homicidio
calificado, en grado de frustrado, en la persona de Ronaldo Francisco Vargas
Fuentes, previsto y sancionado en el artículo 391 Nº1, circunstancia quinta, del
Código Penal, cometido en esta ciudad, el 21 de enero de 2014. Se le condenó
además, a sufrir la pena de sesenta y un días de presidio menor en su grado
mínimo, a pagar una multa de cinco unidades tributarias mensuales y accesorias
legales, en calidad de autora del delito de hurto, previsto y sancionado en el
artículo 432 en relación con el artículo 446 Nº 3, ambos del Código Penal, en
grado de consumado, en bienes de propiedad de BancoEstado, cometido en esta
ciudad, el día 21 de enero de 2014. Atendido el quantum de las penas corporales
impuestas a la sentenciada, no procede la aplicación ninguna de las penas
sustitutivas que contempla la ley 18.216. Por último, se le condenó al pago de las
costas de la causa.
En contra de dicho fallo, los abogados Nelson Miranda Urrutia y Margarita
López Rojas, en representación de la sentenciada FARÍAS VERGARA, dedujeron
recurso de nulidad que fundamentaron, en las cinco causales que se indican a
continuación, las que se invocaron en los términos que en cada caso se indica, una
en subsidio de la otra:
1).- La prevista en la letra a) del artículo 373 del Código Procesal Penal, toda vez
que en “la sentencia, se han infringido sustancialmente las garantías asegurados
por la Constitución y los tratados internacionales ratificados por Chile que se
encuentren vigentes, en particular el Principio de Legalidad resguardado en el
artículo 19 N° 3, a través de la vulneración del Ne bis in idem”;
2).- La prevista en el artículo 373 letra b) del Código Procesal Penal, toda vez que
en “la sentencia se incurrió en una errónea aplicación del derecho en lo
concerniente a la agravante de premeditación conocida …”;
3).- La prevista en el artículo 373 letra b) del Código Procesal Penal, toda vez que
en “la sentencia se incurrió en una errónea aplicación del derecho, en la
atenuante de colaboración sustancial en el esclarecimiento de los hechos …”;
4).- La prevista en el artículo 374 letra e) del Código Procesal Penal, al haberse
omitido en la sentencia los requisitos establecidos en el artículo 342 letra c) del
mismo código; y,
5).- La prevista en el artículo 374 letra e) del Código Procesal Penal, “al haberse
omitido en la sentencia los requisitos establecidos en la letra c) en relación al
artículo 297 del mismo cuerpo legal” (sic).
En consideración a la causal invocada signada con el número 1) y conforme
lo piden los recurrentes, el recurso fue remitido a la Excma. Corte Suprema, para
su conocimiento y fallo. Ese Alto Tribunal, en sentencia de diez de marzo del año
en curso, declaró inadmisible la causal principal, signada con el número 1) y la
signada con el número 2) interpuesta como subsidiaria de la anterior, razón por la
que procedió de la forma que autoriza el artículo 383 del mismo código y dispuso
se remitieran los antecedentes a esta Corte, para que previa revisión de
admisibilidad, “conozca y falle las causales subsistentes del recurso …”.
Así, entonces, de conformidad a lo resuelto por la Excma. Corte, este
tribunal de alzada deberá conocer de una impugnación cuyas causales se reseñan
precedentemente con los números 3, 4 y 5.
Con fecha 7 de abril del presente año, se declaró admisible el mencionado
recurso, realizándose con fecha 15 del mismo mes, ante esta Corte, la audiencia
respectiva para conocer del mismo. Concluida la cual, se citó para la lectura del
fallo, para el día de hoy a las 13:00 horas.
OIDOS LOS INTERVINIENTES Y CONSIDERANDO:
PRIMERO: Que el recurso de nulidad se ha concedido como un recurso de
derecho estricto al que se accede solamente en virtud de las causales y para los
fines consagrados en la ley. No constituye una instancia en que se puedan revisar
los hechos establecidos en el juicio, ni extenderse a otros aspectos que pudieran
resultar criticables del fallo, pero que no han sido materia de su presentación.
SEGUNDO: Que, el recurso de nulidad del que debe conocer esta Corte,
interpuesto por la defensa de la sentenciada Tamara Sol Farías Vergara, se funda
primeramente, en la causal de nulidad prevista en la letra b) del artículo 373 del
Código Procesal Penal que señala: “Procederá la declaración de nulidad del juicio
oral y de la sentencia:… b) Cuando, en el pronunciamiento de la sentencia, se
hubiere hecho una errónea aplicación del derecho que hubiere influido
sustancialmente en lo dispositivo del fallo.”. Se invoca esta causal, toda vez que en
concepto de los impugnantes, en la sentencia no se reconoció a favor de la
imputada, la concurrencia de la atenuante prevista en el artículo 11 N° 9 del
Código Penal, que como se sabe, establece: “Son circunstancias atenuantes: 9a. Si
se ha colaborado sustancialmente al esclarecimiento de los hechos.”.
TERCERO: Que, lo que se postula en el recurso es que la pena debió ser
inferior a la impuesta, dado que a juicio de quienes han recurrido, cabría aplicar en
favor de la imputada, la atenuante de responsabilidad penal de colaboración
sustancial que, en su concepto, la beneficia. Al reconocerse a la sentenciada la
aludida minorante, de conformidad a lo dispuesto en el artículo 68 del código
punitivo, se le debió rebajar la pena. Por lo que piden “se anule la sentencia
recurrida, para que se dicte otra de reemplazo que aplique una nueva pena en uno,
dos, o tres grados menor a la pena de presidio mayor en su grado mínimo,
correspondiente al delito de homicidio calificado en grado de frustrado, dicha
disminución que realice el tribunal de alzada, permitiría aplicar lo establecido en
la ley 18.216 artículo 15 y ss. ya que encontraríamos dentro del rango de pena
aceptado por la legislación para el cumplimiento de la sanción en una pena
sustitutiva de la prisión efectiva”.
CUARTO: Que en relación con la causal invocada, primeramente debe
dejarse establecido, que no resulta pertinente sostener que se ha incurrido en yerro
de derecho, únicamente porque el tribunal sustenta una decisión diversa a la que
pretende la parte que recurre. Como es sabido, el derecho se aplica a los hechos, y
estos últimos son los que el tribunal determina sobre la base de las evidencias que
se reúnan en el proceso. El error de derecho concurre cuando la calificación del
delito o la calificación jurídica de los hechos, no guarda relación con aquellos que
se han dado por acreditados. Luego y en relación con lo dicho, puede anticiparse
una conclusión en el sentido que la impugnación intentada no es otra cosa, que un
recurso de apelación presentado como uno de nulidad, en tanto, lo que se pretende
es la rebaja de la pena que se ha impuesto a la acusada alegando que debió ser
condenada a una menor, como autora de los delitos por los que se le acusó,
estimando como reconocida, en su favor, la minorante de responsabilidad prevista
en el artículo 11 N° 9 del Código Penal.
QUINTO: Que se debe precisar que el recurso de nulidad, fundado en la causal
que se examina, tiene por objeto, según se indica, que esta Corte invalide sólo la
sentencia y dicte otra en su reemplazo. Esta petición, tiene su fundamento en lo
dispuesto en el artículo 385 del Código Procesal Penal que, como es sabido,
establece que si la causal de nulidad impetrada no se refiriere a formalidades del
juicio ni a los hechos y circunstancias que se hubieren dado por probados, sino que
se debiere a que el fallo hubiere calificado como delito un hecho que la ley no
considerare como tal, aplicado una pena cuando no hubiere procedido aplicar pena
alguna, o impuesto una superior a la que legalmente correspondiere, podrá
invalidarse sólo la sentencia y dictarse, sin nueva audiencia pero separadamente, la
sentencia de reemplazo que se conformare a la ley.
En el caso sub judice, se sostiene por los impugnantes que tratándose de una
de las hipótesis previstas en el artículo 385, consistente en que por no estimar
como concurrente la circunstancia atenuante ya mencionada, se impuso a la
sentenciada una pena superior a la que legalmente le correspondía.
SEXTO: Que, entrando al análisis de los fundamentos del recurso de
nulidad, relativos a no haberse estimado como aplicable la atenuante de
responsabilidad de colaboración sustancial al esclarecimiento de los hechos,
contemplada en el artículo 11 N° 9 del Código Penal, se debe señalar que no existe
norma alguna que obligue a los sentenciadores a reconocer como atenuante aquella
invocada, constituyendo su reconocimiento una decisión soberana de los jueces
que adoptarán conforme al mérito de los antecedentes, de modo tal que su decisión,
en uno u otro sentido, no podría llegar a constituir un vicio de nulidad del fallo.
Así, aún en la hipótesis de estimarse que debió ser reconocida a la sentenciada la
atenuante del N° 9 del artículo 11 del Código Penal, el no hacerlo ninguna
influencia tendría, necesariamente, en lo dispositivo del fallo, toda vez que el
sentenciador no está obligado a rebajar la pena. En efecto, el artículo 68 del
Código Penal, citado por los recurrentes, establece que si “son dos o más las
circunstancias atenuantes y no hay ninguna agravante, el tribunal podrá imponer
la pena inferior en un uno, dos o tres grados al mínimo de los señalados por la ley,
según sea el número y entidad de dichas circunstancias”, lo que está indicando que
aún el estimar como concurrente la atenuante de colaboración sustancial, es una
facultad concedida al juez y, en consecuencia, no asegura la rebaja de la pena
impuesta.
SÉPTIMO: Que adicionalmente a lo que se lleva dicho, la sentencia
impugnada, se hace cargo circunstanciadamente de lo relativo a la atenuante que se
ha mencionado, así en el considerando décimo cuarto, en lo pertinente señala: “En
relación a la minorante de haber colaborado Tamara Farías sustancialmente al
esclarecimiento de los hechos, alegada por su defensa, en el juicio ella no prestó
declaración, por lo que no aportó ningún antecedente a los jueces que les
permitiera conocer su versión de los hechos, adquiriendo el tribunal la convicción
de lo que ocurrió con el cúmulo de evidencias presentadas por el persecutor y
acusadores particulares, máxime si la prueba que valora el tribunal es la que se
rinde directamente en el juicio y no aquella que ha formado parte de la
investigación, como lo sería la declaración de la acusada prestada en fiscalía, no
correspondiendo valorar la prestada ante las peritos psiquiatras, pues se hizo en
el contexto de una pericia de esa especialidad y no con el objeto de prestar una
colaboración sustancial al tribunal en el esclarecimiento de los hechos. Respecto a
que ella habría colaborado en la investigación al autorizar que se le tomaran las
pruebas con que se realizaron diversos peritajes, tampoco implicó una
colaboración sustancial aquel consentimiento, toda vez que, cuando ella autorizó
esas diligencias, ya había sido identificada, lo que ocurrió desde la perpetración
misma del ilícito al ser vista por testigos presenciales y grabada por las cámaras
de seguridad del banco, ya se había encontrado en su poder el revólver que le
había sustraído al guardia de seguridad al dispararle para quitarle la vida, se
había incautado la bicicleta que utilizó para llegar y huir del banco, como las
vestimentas que usaba al momento de ejecutar los disparos, pues le fueron
confiscadas al ser detenida por el delito flagrante de porte ilegal de arma de
fuego, respecto de las cuales se realizaron los peritajes correspondientes sin su
aquiescencia, de manera tal, que no la beneficia la atenuante contemplada en el
artículo 11 Nº 9 del Código Punitivo, rechazándose por tanto esta alegación de su
defensa”.
Luego de estos raciocinios, en lo pertinente del considerando décimo quinto,
los jueces señalan en cuanto a la determinación de la pena: “… c) Concurre una
circunstancia atenuante de responsabilidad penal respecto de los dos delitos,
atento a lo cual, en el delito de homicidio calificado, el tribunal está impedido de
aplicar el grado máximo de la pena, conforme a lo establecido por el inciso
segundo del artículo 68 del Código Punitivo, correspondiendo, en consecuencia,
aplicar la sanción de presidio mayor en su grado medio, y atento que se encuentra
en grado de desarrollo frustrado, se le impondrá la pena inmediatamente inferior
en grado, según lo ordena el artículo 51 del mismo cuerpo legal, esto es, la de
presidio mayor en su grado mínimo, dentro del cual, por la minorante que le
favorece, debe aplicarse en el mínimum, cuyo quantum se determinará en la parte
resolutiva, para lo cual se considerará la mayor extensión del mal causado a la
víctima, al haber quedado con secuela hasta el día de hoy, referente a una menor
motricidad en la mitad derecha de la lengua y alguna dificultad para hablar cien
por ciento correcto, unido a que aún permanece en tratamiento psiquiátrico por no
superar el trauma causado por la acusada con su conducta.
“En cuanto al delito de hurto, se le aplicará la pena en su mínimum, conforme con
lo dispuesto por el artículo 67 del Código en mención, fijándose su extensión en la
parte resolutiva, para lo cual se tendrá en consideración que el arma fue
recuperada”.
OCTAVO: Que en virtud de lo señalado, en relación con esta primera
causal, la circunstancia que se alega como vicio de nulidad, ninguna influencia
puede tener en lo resolutivo del fallo, lo que unido al mérito de todo lo expresado
precedentemente hace que el recurso de nulidad interpuesto, basado en ella, no
pueda prosperar, y necesariamente deba ser desestimado.
NOVENO: Que, en relación con la segunda causal que debe conocer esta
Corte, deducida en subsidio de la anterior, ella se encuentra descrita en el artículo
374 letra e) del Código Procesal Penal que indica como motivo absoluto de nulidad:
“El juicio y la sentencia serán siempre anulados: e) Cuando, en la sentencia, se
hubiere omitido alguno de los requisitos previstos en el artículo 342, letras c), d) o
e);”. A su turno, lo pertinente del artículo 342 señala: “La sentencia definitiva
contendrá:… c) La exposición clara, lógica y completa de cada uno de los hechos y
circunstancias que se dieren por probados, fueren ellos favorables o desfavorables
al acusado, y de la valoración de los medios de prueba que fundamentaren dichas
conclusiones de acuerdo con lo dispuesto en el artículo 297;”. Seguidamente, el
referido artículo 297 expresa: “Los tribunales apreciarán la prueba con libertad,
pero no podrán contradecir los principios de la lógica, las máximas de la
experiencia y los conocimientos científicamente afianzados. El tribunal deberá
hacerse cargo en su fundamentación de toda la prueba producida, incluso de aquella
que hubiere desestimado, indicando en tal caso las razones que hubiere tenido en
cuenta para hacerlo. La valoración de la prueba en la sentencia requerirá el
señalamiento del o de los medios de prueba mediante los cuales se dieren por
acreditados cada uno de los hechos y circunstancias que se dieren por probados.
Esta fundamentación deberá permitir la reproducción del razonamiento utilizado
para alcanzar las conclusiones a que llegare la sentencia.”.
DÉCIMO: Que, tal como se dijo al analizar la causal anterior, debe dejarse
establecido, que no resulta pertinente sostener que se ha incurrido en un vicio de
nulidad del juicio y de la sentencia, únicamente porque el tribunal sustenta una
decisión diversa a la que pretende la parte que recurre. Además deberá precisarse
que, como es sabido, esta Corte se encuentra impedida de volver a analizar
aquellos hechos que la sentencia da por establecidos, tal como ocurre en el caso
sub judice, cuando en el motivo cuarto de la sentencia se establece con toda
claridad el hecho que los sentenciadores “de conformidad a lo estatuido en el
artículo 297 del Código Procesal Penal han adquirido la convicción, más allá de
toda duda razonable” que se encuentra acreditado el delito investigado. Luego y en
relación con lo dicho, puede anticiparse una conclusión en el sentido que la
impugnación intentada no es otra cosa, que un recurso de apelación presentado
como uno de nulidad, situación por completo ajena a nuestro actual procedimiento
penal.
UNDÉCIMO: Que en relación a la causal invocada, los defensores
impugnantes señalan que su configuración se produce por haberse omitido una
exposición clara, lógica y completa de los hechos y circunstancias que se dieren por
probados, violentado en su valoración el principio lógico de la no contradicción.
Fundamentando la causal señalada, expresan: “… donde se produce de
manera más clara la violación al principio de no contradicción es en la
fundamentación que da el Tribunal, en el mismo considerando 8°, para desechar
la calificante de alevosía, solicitada por la fiscalía y la querellante, en la cual se
argumenta: "En el caso concreto, Tamara Farías Vergara no creo ninguna circunstancia para
protegerse de los riesgos que su conducta podía involucrar, tampoco se aprovechó del escenario
existente para dejar sin capacidad de reacción a la víctima, provocando su indefensión, al acercarse
al guardia diciéndole que le iba a realizar una consulta, toda vez que se limitó a realizar la acción que
la mayoría de los clientes ejecuta al interior del banco, según se observó en el video de las cámaras
de seguridad del mismo, exhibido en la audiencia.. .".
“Como podemos observar, de la fundamentación precedente se puede concluir,
sin duda alguna, que la acusada realiza acciones normales, propias de un
cliente, no crea ninguna circunstancia especial para protegerse de las
consecuencias que su "planificada" acción podía ocasionarle; es más, tampoco
aprovechó un escenario existente para dejar en indefensión al víctima.
“Todo lo anterior se refiere luego de señalar, para calificar la premeditación
conocida, que existió un plan determinado, que se mantuvo 44 minutos al
interior del banco observando las condiciones de seguridad, entre otras
especulaciones, sin basamento alguno.
Más adelante en su libelo, agregan los impugnantes como perjuicio
concreto que se ocasiona con la concurrencia de esta causal de nulidad, lo
siguiente: “Todo lo anterior, son conclusiones reseñadas que atentan contra las
reglas de la lógica, violando el Principio de no Contradicción, por el cual "nada
puede ser y no ser al mismo tiempo ". Encontramos en la sentencia, por una parte un
plan determinado, que sigue en el tiempo, para así fundamentar la existencia de
premeditación y, por otro lado, se establece que la encausada no crea ninguna
circunstancia favorable para su designio, de ese modo se desecha la alevosía.
“Se viola así el articulo 374 letra e), en relación con el articulo 342 letra c) que
dispone que el Tribunal debe realizar una exposición lógica, clara y completa de
cada uno de los hechos, precisamente al razonar de la forma previamente
expuesta, es un interpretación ilógica de los mismos”.
DUODÉCIMO: Que en el considerando octavo de la sentencia relativo a la
calificación jurídica, a partir de su párrafo quinto, los sentenciadores fundamentan
adecuadamente la distinción entre las calificantes de alevosía y premeditación
conocida, dejando sin sustento la imputada infracción al principio de la no
contradicción, toda vez que ninguna contradicción se aprecia, al situar dentro del
contexto en que se encuentra el pequeño párrafo de este mismo considerando, que
los impugnantes citan al formular dicha imputación. En lo pertinente, el
considerando mencionado señala lo siguiente:
“Conforme a lo resuelto en el veredicto, concurre la calificante de premeditación
conocida, la que requiere para su configuración de un plan de
acción para cometer el ilícito, que debe manifestarse en actos exteriores,
prolongarse la decisión tomada en el tiempo y la elección del medio y del lugar
apropiado para ejecutarlo.
“En relación, a tales requisitos es de claridad meridiana que Tamara Farías el 21
de enero de 2014, tomó la decisión de matar a Rolando Francisco Vargas Fuentes,
quien ejercía su trabajo de guardia de seguridad en la sucursal del BancoEstado,
de la comuna de Estación Central, a la que la acusada ingresó ese día
permaneciendo en sus dependencias, tanto en el primer piso como en el
subterráneo, sin realizar ningún trámite, observando por aproximadamente 30
minutos el funcionamiento de la misma, estando en esa oportunidad sólo la
persona del vigilante mencionado, quien se mantenía en el sector de acceso a la
oficina, luego de lo cual ella se retiró, retornando alrededor de 45 minutos más
tarde, periodo en el que mantuvo la decisión de quitarle la vida a Rolando Vargas,
para lo cual portó un revólver calibre .22, cargado con seis balas, capacidad
máxima de su cilindro, acercándose a él una vez que ingresó al banco, diciéndole
que le iba a hacer una consulta, para lo cual introdujo su mano en el bolso que
llevaba colgado, haciéndolo creer que iba a sacar un documento, pero extrajo el
revólver, con el que le disparó a corta distancia en la cara, cayendo el agredido al
suelo, ejecutando la imputada, en esas condiciones, otros tres disparos en contra
de la víctima que la impactaron en la cabeza, en el brazo y en la espalda,
quedando este último proyectil alojado en el chaleco antibalas del ofendido. Tal
secuencia de hechos, hace concurrente la calificante en comento de premeditación
conocida, toda vez que la conducta desplegada por Tamara Farías Vergara
implica un plan de acción para realizar su designio, pues una vez que tomó la
decisión de matar, la mantuvo en el tiempo, desde que concurrió hasta el lugar
elegido observando el movimiento del mismo, se retiró, y una vez que resolvió el
momento de ejecutar la acción, regresó y disparó contra Rolando Vargas Fuentes
en cuatro oportunidades con el arma de fuego que portaba, con el objeto
propuesto, quitarle la vida, lo que no consiguió solo por los socorros y auxilios
oportunos y eficaces que se le brindaron al lesionado.
“Respecto a la calificante de alevosía, que la fiscalía y acusadores particulares
estimaron concurrente, la misma no se configura, en razón que requiere que el
agente cree o se aproveche de situaciones materiales existentes que eviten todo
peligro para su persona, dejando en la indefensión o sin posibilidad de reacción a
la víctima.
“En el caso concreto, Tamara Farías Vergara no creo ninguna circunstancia para
protegerse de los riesgos que su conducta podía involucrar, tampoco se aprovechó
del escenario existente para dejar sin capacidad de reacción a la víctima,
provocando su indefensión, al acercarse al guardia diciéndole que le iba a
realizar una consulta, toda vez que se limitó a realizar la acción que la mayoría de
los clientes ejecuta al interior del banco, según se observó en el video de las
cámaras de seguridad del mismo, exhibido en la audiencia, conducta que sin duda
estaba dentro del plan por ella trazado para obtener su objetivo, cual era matarlo,
pues precisamente lo que hace a continuación es sacar el arma y disparar. Ahora
bien, en relación a que la víctima no tuvo oportunidad para reaccionar y
defenderse, es consecuencia precisa de la decisión tomada previamente de quitarle
la vida, y al observar la agente que no logró ese cometido con el primer disparo,
ejecutó los restantes con esa misma finalidad”.
DÉCIMO TERCERO: Que conforme ha quedado demostrado, a juicio de
esta Corte, la sentencia está correctamente ajustada a las disposiciones legales que
regulan su contenido y conforme lo disponen todas y cada una de las letras del
artículo 342 del Código Procesal Penal y en particular con las exigencias que
contiene la letra c) de la señalada norma. Los hechos circunstanciadamente
descritos en los considerandos del fallo impugnado, permitieron a los
sentenciadores, tal como expresamente lo señalan, alcanzar la convicción necesaria
para estimar acreditada la existencia de los hechos punibles, en los términos que se
hace en la sentencia.
Del mismo modo y respecto de la participación de la acusada, los
sentenciadores también alcanzaron convicción al adoptar la decisión de condena,
dejando constancia de ello circunstanciadamente en el fallo.
DÉCIMO CUARTO: Que, a mayor abundamiento, el motivo de nulidad
alegado por la defensa de la sentenciada, se fundamenta en que, a su juicio, la
sentencia habría vulnerado la regla lógica de la no contradicción en la valoración y
apreciación de la prueba, limitándose a expresar lo que más adelante se señala, sin
expresar en forma concreta o mínimamente precisa, cuál o cuáles de dichas normas
habrían sido trasgredidas y cómo habría ocurrido la vulneración que imputa al
fallo; de lo señalado se advierte, en forma clara, que lo que se reclama es su
disconformidad con las conclusiones a que arribó el tribunal al apreciar la prueba
conforme a la ley, y en el ejercicio de sus atribuciones propias y no la existencia de
un vicio de la naturaleza del alegado.
Así, el libelo del recurso señala: “Encontramos en la sentencia, por una
parte un plan determinado, que sigue en el tiempo, para así fundamentar la
existencia de premeditación y, por otro lado, se establece que la encausada no
crea ninguna circunstancia favorable para su designio, de ese modo se desecha
la alevosía.
“Se viola así el articulo 374 letra e), en relación con el articulo 342 letra c) que
dispone que el Tribunal debe realizar una exposición lógica, clara y completa de
cada uno de los hechos, precisamente al razonar de la forma previamente
expuesta, es un interpretación ilógica de los mismos”.
DÉCIMO QUINTO: Que con lo expresado en los motivos anteriores se
hace lógico, en sí mismo, el raciocinio de los sentenciadores a quo, sin que se
pueda estimar como vulnerado ninguno de los principios de la lógica, como el de la
no contradicción, señalado por los impugnantes. Luego, como es sencillo de
advertir, esta Corte no aprecia en el fallo, el motivo absoluto de nulidad invocado
por el impugnante.
DÉCIMO SEXTO: Que a juicio de esta Corte, los hechos
circunstanciadamente descritos en los considerandos del fallo impugnado,
permitieron a los sentenciadores, alcanzar la convicción suficiente para estimar que
Farías Vergara, intervino en calidad de autora en los hechos que se dieron por
acreditados, que constituyen jurídicamente los delitos de homicidio calificado
frustrado, previsto y sancionado en el artículo 391 Nº1, circunstancia quinta, del
Código Penal, y el de hurto consumado, previsto y sancionado en el artículo 432 en
relación con el artículo 446 Nº 3, ambos del mismo código.
Así, entonces, los sentenciadores concluyen de esta manera porque la
sentencia, precisamente, cumple en plenitud las disposiciones de la letra c) del
artículo 342 del Código Procesal Penal, por lo que no es posible concluir de
manera distinta a como lo hace el fallo impugnado.
DÉCIMO SÉPTIMO: Que lo expuesto y razonado precedentemente resulta
suficiente para rechazar el recurso interpuesto fundado en la causal analizada,
respecto del juicio oral y de la sentencia.
DÉCIMO OCTAVO: Que, en relación con la tercera y última causal de la
que debe conocer esta Corte, deducida también en subsidio de la anterior,
correspondiente a la signada como quinta en el libelo de nulidad, ella se encuentra
prevista en el artículo 374 letra e) del Código Procesal Penal, misma en que se
funda la causal anterior, pero esta vez argumentando que el tribunal “no ha
señalado los medios probatorios con los cuales acreditó los hechos por los cuales
sentenció a mi representada”. De lo anterior deberá necesariamente desprenderse,
porque nada se dice en el texto del recurso, que esta causal dice relación con el
artículo 342 letra c) y, a su vez con el artículo 297, ambos del mismo código. Toda
vez que es esta última disposición la que señala “La valoración de la prueba en la
sentencia requerirá el señalamiento del o de los medios de prueba mediante los
cuales se dieren por acreditados cada uno de los hechos y circunstancias que se
dieren por probados”, lo que coincide con las alegaciones de los recurrentes.
Para los efectos del análisis de esta causal, se deben tener por reproducidos
los motivos noveno, décimo y décimo tercero de esta sentencia, relativos a la
causal invocada precedentemente.
DÉCIMO NOVENO: Que, para el evento de acogerse el recurso por esta
causal, los recurrentes solicitan se declare la nulidad del juicio y de la sentencia,
“respecto del delito de homicidio en grado de frustrado por el cual fue
condenada nuestra representada, y considerando que el perjuicio se ocasionó en
el pronunciamiento de la sentencia, se proceda conforme a derecho para que un
tribunal oral en lo penal no inhabilitado que corresponda disponga la
realización de un nuevo juicio oral en que conozcan y fallen únicamente lo
correspondiente al hecho de la agresión a don Ronaldo Vargas Fuentes”.
VIGÉSIMO: Que en relación a la causal que se invoca, los defensores
impugnantes señalan que su configuración se produce por no haberse señalado los
medios probatorios con los cuales se acreditaron los hechos por los cuales se dictó
sentencia condenatoria.
Fundamentando la causal señalada, expresan: “El Tribunal, como se ha
señalado precedentemente dio por acreditado el siguiente hecho: “ El 21 de enero de
2014, la imputada Tamara Farías Vergara ingresó a la sucursal del BancoEstado, ubicada en Avenida
Libertador Bernardo O'Higgins N° 5199, comuna de Estación Central, aproximadamente a las 09:18 horas,
con el objeto de observar el movimiento y las condiciones del lugar a fin de poder atacar al guardia de
seguridad Ronaldo Vargas Fuentes... ".
“No se estableció qué medios de prueba, ni cuál es la argumentación para señalar
que el ingreso a la sucursal del banco, por parte la sentenciada tuvo por objeto
observar el movimiento y condiciones del lugar.
“La valoración de la prueba por parte del Tribunal está sometida a las reglas de
la sana crítica. Dicha valoración tiene asimismo como límite que no se pueden
contradecir los principios de la lógica, las máximas de la experiencia y los
conocimientos científicamente afianzados. Por tanto, la valoración de la prueba
en la sentencia requiere señalar el o los medios de prueba mediante los cuales se
acredita cada uno de los hechos y circunstancias que se dieren por probados,
situación que no ocurre en este caso”.
Más adelante señalan la forma en que se “produce el perjuicio”, expresando:
“De la prueba valorada por el Tribunal, se encuentra el video de la sucursal
bancaria, que como señala la sentencia, da cuenta de las horas relevantes en los
hechos, estas son, la hora de ingreso de la sentenciada (9:18 horas); tiempo que
permanece en el interior de la sucursal, mayoritariamente en la parte del
subterráneo; hora de salida (a las 10:03); y hora del segundo ingreso (a las
10:54), donde se realiza la agresión. La sola vista parcial de los videos con el fin
de verificar las entradas y salidas del banco por parte de doña Tamara Farías, no
permiten, ni pueden ser tomadas por el tribunal como una prueba de la intención
de la sentenciada, lo que provoca que la frase de "con el objeto de observar el movimiento
y las condiciones del lugar" carezca de fundamento en la sentencia, tornándose
simplemente una conjetura infundada, que no es parte de los hechos, y que por
tanto no permite la socialización de la sentencia, esto es que la fundamentación
permita reproducir el razonamiento utilizado por el Tribunal.
“La acreditación de hechos sin establecer medios de prueba, implica un perjuicio
a nuestra representada, toda vez que no permite que pueda impugnar dicho hecho,
ya que no existe argumentos que los sustenten. Cabe destacar que dicha
afirmación es repetida durante la sentencia para acreditar la agravante de
premeditación en el ilícito”.
VIGÉSIMO PRIMERO: Que el primer párrafo del considerando séptimo
del fallo impugnado, se refiere a la vvaloración de la prueba rendida y hecho
acreditado, señalando: “Se valoraron de acuerdo con lo prescrito en el artículo
297 del Código Procesal Penal los elementos de convicción presentados en
estrados, los que resultaron concordantes, precisos y claros en cuanto a la
dinámica de ocurrencia de los hechos materia de la acusación fiscal y de las
acusaciones particulares, pues informaron de manera detallada y secuencial la
ocurrencia de los mismos, las diligencias y pericias que se practicaron, fijaciones
fotográficas que se realizaron, especies y evidencias de interés criminalístico
recogidas en el sitio del suceso y las especies que portaba la imputada al ser
detenida, con residuos que la ubicaban en el lugar de ocurrencia de los hechos.
Luego de 16 fojas, en que detallada y circunstanciadamente se analiza cada
uno de los testimonios, antecedentes gráficos y digitales, así como las pericias, a
todo lo cual se tuvo acceso en el juicio oral, los jueces concluyen en el párrafo final
del mismo considerando séptimo, lo que sigue: “Así las cosas, toda la evidencia
incriminatoria es conteste entre sí, se complementa y ratifica sin contradicciones,
habiendo adquirido los sentenciadores más allá de toda duda razonable, la
convicción de haberse producido el siguiente hecho: “El 21 de enero de 2014, la imputada
Tamara Farías Vergara ingresó a la sucursal del BancoEstado, ubicada en Avenida Libertador Bernardo
O’Higgins N° 5199, comuna de Estación Central, aproximadamente a las 09:18 horas, con el objeto de
observar el movimiento y las condiciones del lugar a fin de poder atacar al guardia de seguridad Ronaldo
Vargas Fuentes. Mantuvo una breve conversación con éste, saliendo del lugar aproximadamente treinta
minutos después. Cerca de las 10:54 horas, ingresó por segunda vez a la sucursal, se acercó nuevamente
a Ronaldo Vargas Fuentes, y simulando que necesitaba hacerle una consulta, para distraerlo, extrajo
desde el bolso que portaba un revólver calibre 22, número de serie 25435, y le disparó a corta distancia
en cuatro oportunidades, impactándolo en la mejilla derecha, brazo izquierdo, en la base del cráneo y en
la espalda, alojándose este proyectil en el chaleco antibalas, causándole una fractura de cúpula radial
expuesta, herida en cuello complicada, tec cerrado, todas lesiones de carácter grave que habrían
resultado mortales de no mediar socorros oportunos y eficaces. Una vez ejecutada la agresión a la
víctima, la imputada le sustrajo el arma de servicio que portaba, correspondiente a un revólver, marca
Taurus, calibre 38, número de serie ZE394225 de propiedad del BancoEstado, avaluado en la suma de
$132.000, huyendo del lugar con la especie en su poder, siendo detenida momentos más tarde en la 58°
Comisaría de Carabineros de la Población Alessandri en posesión de dicha arma”.
VIGÉSIMO SEGUNDO: Que tal como los sostienen los recurrentes, la
prueba por parte del Tribunal está sometida a las reglas de la sana crítica; por lo
que dicha valoración no puede contradecir los principios de la lógica, las máximas
de la experiencia y los conocimientos científicamente afianzados. Por ello es que
la valoración de la prueba, debe señalar el o los medios de prueba mediante los
cuales se acredita cada uno de los hechos y circunstancias que se dieren por
probados, situación que resulta del todo evidente en el caso sub judice, con la
simple lectura detallada y completa del considerando referido en el motivo
anterior y que, como se dijo, conduce a dar por acreditados los hechos que
finalmente justifican la sentencia dictada en esta causa.
VIGÉSIMO TERCERO: Que en relación con esta causal, cabe reproducir
íntegramente los señalado en el motivo décimo del presente fallo. En este sentido,
no es posible para esta Corte, entrar a modificar los hechos que el tribunal dio por
establecidos y respecto de los cuales alcanzó plena convicción para condenar. Así
las cosas, resulta establecido que la imputada ingresó a la entidad bancaria donde
laboraba la víctima “con el objeto de observar el movimiento y las condiciones del
lugar a fin de poder atacar al guardia de seguridad …”; resultan innumerables los
antecedentes que se señalan en la sentencia y que fundamentan con precisión este
aspecto del hecho que los jueces estiman acreditado.
VIGÉSIMO CUARTO: Que en virtud de lo señalado, la circunstancia que
se alega como vicio de nulidad, ninguna influencia puede tener en lo resolutivo del
fallo, lo que unido al mérito de todo lo expresado precedentemente hace que el
recurso de nulidad interpuesto basado en esta causal, tampoco pueda prosperar y
deba ser desestimado.
VIGÉSIMO QUINTO: Que finalmente, la interviniente que comparece por
el Ministerio Público, pidió en estrados el rechazo del recurso de nulidad fundado
en las causales que se han indicado, por estimar que la sentencia se encuentra bien
fundada, y es muy clara y precisa, destacando el minucioso análisis que se contiene
en ella respecto de las pruebas rendidas en el juicio y la adecuada valoración que
de ella se hace en la sentencia. Agregó que en la misma se contienen las
consideraciones y razonamientos que fundamentan la decisión de condenar a la
imputada y el análisis y valoración de toda la prueba rendida, apreciándose el
adecuado razonamiento que de ella se hace. Especial mención hizo de la necesidad
de desestimar las tres causales invocadas por la defensa de la sentenciada, por
carecer completamente de fundamento. Concluye señalando, que la acreditación de
los hechos y el modo por el cual el tribunal adquiere la convicción de su ocurrencia
y de la participación de la sentenciada, conduce necesariamente a la decisión de
condena finalmente adoptada.
Por estas consideraciones y lo dispuesto, además, en los artículos 341, 352,
358, 372, 373, 374 letra c), 375, 376 y 384 del Código Procesal Penal, SE
RECHAZA el recurso de nulidad interpuesto por los abogados Nelson Miranda
Urrutia y Margarita López Rojas, en representación de la sentenciada TAMARA
SOL MALEN FARÍAS VERGARA, en contra de la sentencia de fecha cuatro de
febrero de dos mil quince, dictada en la causa RUC: 1400077827-4, RIT: O-6432014, del Cuarto Tribunal de Juicio Oral en lo Penal de Santiago, por la que se
condenó a la indicada imputada, a la pena de siete años de presidio mayor en su
grado mínimo y accesorias legales, en calidad de autora del delito de homicidio
calificado, en grado de frustrado, en la persona de Ronaldo Francisco Vargas
Fuentes, previsto y sancionado en el artículo 391 Nº1, circunstancia quinta, del
Código Penal, cometido en esta ciudad, el 21 de enero de 2014; y, a la pena de
sesenta y un días de presidio menor en su grado mínimo, multa de cinco unidades
tributarias mensuales y accesorias legales, en calidad de autora del delito de hurto,
previsto y sancionado en el artículo 432 en relación con el artículo 446 Nº 3,
ambos del Código Penal, en grado de consumado, en bienes de propiedad del
Banco Estado, cometido en esta ciudad, el día 21 de enero de 2014. Sentencia que,
consecuentemente, no es nula.
Regístrese y dese a conocer a los intervinientes en la audiencia fijada, sin
perjuicio de su notificación por el estado diario; hecho devuélvase la competencia.
N° Reforma procesal penal-763 - 2015.-
Pronunciada por la Segunda Sala de la Corte de Apelaciones de Santiago,
presidida por la Ministra señora María Rosa Kittsteiner Gentile, e integrada por el
Ministro (S) señor Tomás Gray Gariazzo y por el Abogado Integrante señor
Rodrigo Asenjo Zegers.
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