Comentario breve al artículo 101 de la Ley concursal española

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Universidad de las Islas Baleares
From the SelectedWorks of Anselmo M. Martinez Cañellas Pr. Dr.
2004
Comentario breve al artículo 101 de la Ley
concursal española sobre el convenio
condicionado
Anselmo M. Martinez Cañellas
Available at: http://works.bepress.com/anselmo_martinez_canellas/15/
Artículo 101. Propuestas condicionadas.
1. La propuesta que someta la eficacia del convenio a cualquier clase
de condición se tendrá por no presentada.
2. Por excepción a lo dispuesto en el apartado anterior, en caso de
concursos que se hubieran declarado conjuntamente o cuya tramitación se
hubiera acumulado, la propuesta que presente uno de los concursados
podrá condicionarse a la aprobación judicial del convenio de otro u otros.
COMENTARIO
ANSELMO MARTÍNEZ CAÑELLAS
Profesor Titular de Derecho mercantil de la Universidad de las Islas Baleares
Sumario: 1. Introducción. 2. Prohibición de propuestas condicionadas. 3.
Excepciones.
1. Introducción
El artículo 101 es una manifestación del principio de unidad de disciplina de
la regulación concursal, recogido en la Parte II de la Exposición de motivos, puesto
que trata conjuntamente cuestiones sustantivas (la limitación del contenido
sustantivo del convenio, dejando sin validez cualquier propuesta con contenido
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condicionada), junto con otra procesal, que afecta al contenido sustantivo antes
mencionado (la condición de aprobación judicial de otros convenios tramitados
cumulativamente).
Este artículo responde al principio de limitación de la autonomía de la
voluntad del convenio judicial del concurso, criterio que adopta la Ley en el artículo
100 LC, frente a la libertad de contenido de la propuesta prevista en el
Anteproyecto de Ley Concursal de 1983 y en la Propuesta de reforma de 1995.
Precisamente en el artículo 153.1 LC de esta Propuesta de reforma encuentra su
antecedente.
2. Prohibición de propuestas condicionadas
El primer párrafo prohíbe taxativamente que la propuesta de convenio
imponga condiciones a su eficacia. Y lo hace sin distinguir si la propuesta es
anticipada o no, y sin diferenciar si la misma ha sido presentada por el deudor o
por los acreedores.
Tampoco distingue entre tipos de condiciones (“cualquier clase de
condición”) por lo que deben entenderse por tales todas aquellas cláusulas
encuadrables en los supuestos de los artículos 1113 y siguientes del Código Civil:
tanto las condiciones suspensivas como resolutorias, positivas, negativas,
casuales o potestativas.
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Esta prohibición debe extenderse también a la imposición de un término a la
eficacia del convenio. En este sentido, debe entenderse que la Sección 7 ª del
Título V, tiene carácter imperativo al establecer en su artículo 133 que el convenio
adquirirá plena eficacia desde el día de su aprobación judicial. Con ello se
persigue mayor rapidez y simplicidad del proceso (pretensión expresada en el
punto X de la Exposición de Motivos), evitando que la solución a la situación de
insolvencia se extienda demasiado en el tiempo. (Algún autor defiende que el
proceso de concurso fácilmente superará el año de duración, tal y como está
configurado. BELTRÁN, Emilio. “El problema del coste del concurso de
acreedores: coste de tiempo y coste económico”, en ROJO, Ángel (dir). La reforma
de la Legislación Concursal. Madrid, 2003, p. 324).
Esta limitación de la autonomía de la voluntad de las partes (deudor y
acreedores) es congruente con el artículo 103 LC, que en su párrafo segundo
impone que la adhesión de los acreedores a la propuesta de convenio debe ser
también pura y simple.
La sanción que prevé el artículo 101 para el caso de inclusión de
condiciones es la de tener la propuesta condicionada por no presentada. Es decir,
su inadmisión a trámite por parte del juez en el mismo momento de su
presentación, conforme a lo previsto en el artículo 106 LC, si se trata de una
propuesta anticipada, o en el artículo 114 LC, si se trata de un convenio que deba
aprobarse por la Junta de acreedores. No obstante, ambos artículos permiten la
subsanación de este defecto en el plazo de tres días desde su notificación por el
juez.
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En realidad, el artículo 101 LC, no es más que una concreción de la
limitación de los contenidos posibles del convenio regulada en el artículo 100 y
obedece a una misma ratio. En el artículo 100 LC se pretende limitar el contenido
del convenio a las tradicionales quitas y esperas, limitados en la cuantía y en el
tiempo, y con excepciones detalladas, en un intento de moralizar el convenio y
proteger a los acreedores de las manipulaciones del deudor o de unos acreedores
frente a otros, que se daban conforme a la anterior regulación. (PULGAR
EZQUERRA, Juana. “Insolvencia: conservación versus liquidación”, en GARCÍA
VILLAVERDE, Rafael/ ALONSO UREBA, Alberto/ PULGAR EZQUERRA, Juana,
(dir.). Estudios sobre el Anteproyecto de Ley Concursal de 2001. Madrid, 2002, p.
89-91; y PULGAR EZQUERRA, Juana. “Las soluciones al concurso de
acreedores: el convenio y la liquidación”, en GARCÍA VILLAVERDE, Rafael/
ALONSO UREBA, Alberto/ PULGAR EZQUERRA, Juana, (dir.). Derecho
Concursal. Estudio sistemático de la Ley 22/2003 y de la Ley 8/2003, para la
Reforma Concursal. Madrid, 2003, p. 447-449). Con la limitación del artículo 101
LC se pretende llegar a una situación concreta, alternativa a la solución
liquidatoria, que no quede al albur de nuevas circunstancias desconocidas por las
partes bien en su acontecer, bien en el momento de su realización, sino que sea la
aprobación judicial la decisión que le dé eficacia, garantizando así un control
judicial del acuerdo. Convenio que debe detallar un detallado plan de pagos, que
persigue, precisamente, la seguridad de los mismos en garantía de los
acreedores, y que de someter su eficacia a condiciones, quebraría tal certidumbre.
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De lege ferenda, La prohibición de condicionar la propuesta de convenio
plantea el mismo problema que la limitación de su contenido a los términos del
artículo 100 LC: no es la mejor medida de moralización del convenio ni de
protección de los intereses de los acreedores. Este objetivo se podría haber
conseguido por vías como la extensión de la responsabilidad concursal a los
administradores y liquidadores, de derecho o de hecho, más allá de los términos
del artículo 172.3 (PULGAR EZQUERRA, Juana. “Las soluciones al concurso de
acreedores: el convenio y la liquidación”, en GARCÍA VILLAVERDE, Rafael
/ALONSO UREBA, Alberto / PULGAR EZQUERRA, Juana, (dir.). Derecho
Concursal. Estudio sistemático de la Ley 22/2003 y de la Ley 8/2003, para la
Reforma Concursal. Madrid, 2003, p.450), a supuestos en los que el convenio
implicara un sacrificio excesivo (ROJO, Ángel. “La reforma del Derecho concursal
español”, en ROJO, Ángel (dir). La reforma de la Legislación Concursal. Madrid,
2003, p. 129). Con ello se podría permitir una mayor flexibilidad en los convenios
entre deudor y acreedores, lo que facilitaría estos y evitaría en un mayor número
de supuestos la apertura de la fase de liquidación.
3. Excepciones
El legislador es consciente de la excesiva rigidez que suponen tanto la
limitación del contenido del convenio, aunque sea para dotar de mayor seguridad
a los acreedores, como la prohibición de que la eficacia del convenio pueda
condicionarse en la propuesta. Por ello, ha establecido en los artículos 99, 100 y
102 LC la posibilidad de incluir alternativas en la propuesta, así como supuestos
de excepción al contenido del artículo 100 LC si las empresas son de especial
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trascendencia para la economía, así como en el caso de continuación de la
actividad empresarial o profesional del deudor. En estos dos últimos supuestos, el
artículo 100 LC exige que el deudor presente un plan de viabilidad, que, por su
propia naturaleza, incluirá previsiones de cumplimiento de pagos dependientes de
sucesos futuros o inciertos (en su acontecer o en su plazo), es decir, condiciones.
En estos casos, de lege ferenda, debería admitirse también la posibilidad de incluir
condiciones que afecten a la eficacia del convenio, aunque ello no sea posible de
lege data, dada la redacción imperativa del párrafo primero del artículo 100 LC.
Con todo, nada impide que deudor y acreedores lleguen a acuerdos en los
que la propuesta de convenio sujete la eficacia del convenio a condición, pero se
tratarán de convenios extrajudiciales, que requerirán la aprobación de todos los
acreedores, y en los que la autonomía de la voluntad de las partes juega
libremente con los límites genéricos a la libertad contractual contenidos en el
artículo 1255 del Código Civil, es decir, la ley, la moral y el orden público. (Sobre
los convenios extrajudiciales en la Ley Concursal, PULGAR EZQUERRA, Juana.
“Las soluciones al concurso de acreedores: el convenio y la liquidación”, en
GARCÍA
VILLAVERDE,
Rafael
/ALONSO
UREBA,
Alberto
/
PULGAR
EZQUERRA, Juana, (dir.). Derecho Concursal. Estudio sistemático de la Ley
22/2003 y de la Ley 8/2003, para la Reforma Concursal. Madrid, 2003, p.440), y
que requerirán la aprobación por parte del deudor y todos los acreedores.
(Algunos autores son partidarios de la regulación de estos “convenios amistosos”.
ROJO, Ángel. “La reforma del Derecho concursal español”, en ROJO, Ángel (dir).
La reforma de la Legislación Concursal. Madrid, 2003, p. 112).
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Para finalizar, mencionar que la Ley sí admite expresamente algunas
condiciones, como son: las derivadas del acuerdo de suspensión, en caso de
recurso contra la sentencia de aprobación, contenida en el artículo 133.1 LC, la
resolución del convenio en caso de que el deudor prevea la imposibilidad de
cumplirlo, conforme al artículo 142.2 LC y las derivadas de la declaración conjunta
de concursos o de acumulación de su tramitación, a la que se refiere el párrafo
segundo del artículo 101 LC y el artículo 25 LC, a cuyo comentario nos remitimos.
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