El color - IES Rey Pastor

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El color
En una ocasión, observando como pintaban un coche en un taller, me preguntaba sobre
la gran cantidad de colores que debían tener almacenados. Entonces pregunté: ¿qué hace
usted con la pintura sobrante de ese color? El señor me respondió que no tenía pintura
sobrante; que él usaba sólo tres colores para obtener el color que necesitaba y que le
decía a la máquina de mezclas mediante números, la cantidad de rojo, verde y azul
necesaria. Utilizar un número para decir la cantidad de color es lo que entendemos por
digitalización del color.
Si iluminamos una pantalla con tres radiaciones lumínicas roja, verde y azul, la corteza
visual del cerebro interpretará que la escena se ilumina con blanco. Este principio se
llama el de la mezcla aditiva o principio de la tricromía.
Si proyectamos los tres focos de forma que se solapen parcialmente veremos hasta siete
zonas de diferente color. De esta forma con tres luces de la misma potencia podemos
obtener hasta siete sensaciones distintas en la retina. Esto demuestra que el color aditivo
sólo existe en el mundo de los sentidos. Cambiando la potencia de cada radiación
podemos obtener una gran cantidad de colores.
Las antiguas pantallas de tubo estaban recubiertas de granos de tres fósforos diferentes.
Esos granos formaban pequeñas tríadas que se iluminaban produciendo rojo, verde y
azul al recibir el impacto de un chorro de partículas eléctricas. Regulando la potencia
del impacto de cada rayo se obtenía una combinación diferente que daba lugar a un
color.
Cuando los puntos están muy próximos en el espacio o próximos en el tiempo, el poder
de resolución de la retina es incapaz de separar las radiaciones y se produce en la
corteza visual del cerebro las sensaciones o parámetros psíquicos que provienen de la
mezcla aditiva de las tres radiaciones.
La pantalla por lo tanto se compone de puntos llamados pixels. El color de cada pixel se
obtiene mediante tres números que indican la cantidad de rojo, de verde y de azul de la
mezcla necesaria para tener el color.
La tarjeta gráfica del ordenador es la encargada de guardar esas combinaciones que se
almacenan en forma de bytes en una memoria de la propia tarjeta. Se encarga además de
refrescar continuamente la imagen en la memoria y de asignar el color a los píxeles en
función de la cantidad de rojo, verde y azul que almacena en la memoria. En la figura
puede ver el color morado con la cantidad de rojo, verde y azul necesaria para conseguir
ese color. Al utilizar un byte para el rojo, otro para el verde y otro para el azul, el
número que podemos usar para cada uno de esos colores debe estar comprendido entre 0
y 255.
Con 1 byte = 8 bits, se consiguen 28 = 256 combinaciones o colores diferentes.
Con 2 bytes = 16 bits, 216=65536 colores diferentes.
Con 3 bytes = 24 bits y 224 (casi 17 millones) colores.
Con 32 bits se tienen más de 4000 millones de colores, exactamente 232 combinaciones
diferentes.
A partir de 24 bits se considera color verdadero puesto que es más de lo que nuestro ojo
puede distinguir.
En la imagen de la izquierda puede ver una tarjeta de video AGP, y a la derecha, el
conector RGB (Red, Green, Blue), de 15 pines, para la pantalla del ordenador. También
se llaman conectores VGA (Video Graphics Array). Sin embargo la forma universal de
llamar a este tipo de conector es HD15 (Hight Density).
El color lo verá expresado, en la pantalla de configuración del escritorio de Windows,
como número de colores posibles o números de bits que maneja la tarjeta gráfica. Si
seleccionamos colores de 32 bits en la configuración de la pantalla, la tarjeta gráfica
almacena en su memoria el color de cada punto, es decir, 32 bits o 4 bytes por punto.
El número de puntos en que se divide la pantalla se denomina resolución. Las tarjetas
suelen tener diferentes posibilidades y el usuario la configura a su capricho. Más puntos
producen imágenes de mayor definición pero más pequeñas. Personalmente utilizo 1024
x 768 pixels, y aunque puedo llegar a 2048 x 1536 los iconos pequeños me resultan
incómodos.
Evidentemente para manejar un ordenador no es necesario saber todo esto, pero nunca
está de más tener un mayor conocimiento de cómo la pantalla compone las imágenes.
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