LA SOCIEDAD DE NACIONES Y LA POLÍTICA INTERNACIONAL

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LA SOCIEDAD DE NACIONES Y LA POLÍTICA INTERNACIONAL DE
ENTREGUERRAS.
La época de entreguerras representa la liquidación de los valores
heredados del s. XIX y el comienzo de las nuevas realidades que caracterizan
al s. XX. Políticamente se inicia la decadencia de Europa como centro del
poder mundial que culminará con la II Guerra Mundial. Esta época se
caracteriza, también, por la crisis de las democracias y la aparición y
desarrollo de los fascismos europeos, por la afirmación de Estados Unidos
como nueva potencia mundial y, sobre todo, por la revolución rusa de 1917
con la constitución de la URSS, que representa la primera sociedad
organizada de acuerdo con el modelo marxista. El mundo colonial se agita y
vive alteraciones que encierran el germen de su rebelión contra el
colonialismo europeo dominante.
En el plano económico se viven, también, las consecuencias de la I
Guerra Mundial. Las nuevas condiciones de posguerra obligan a una
reordenación económica que llevarán a la grave crisis económica de 1929. En
el orden social se configura e impone la sociedad de masas con sus
manifestaciones de todo tipo.
Tensiones y enfrentamientos en todos los aspectos se producen entre
las democracias capitalistas, los fascismos y los socialismos, en un mundo
cuya situación internacional pretende estar regulada por la Sociedad de
Naciones. Sin embargo, escapando a tal regulación, la coyuntura
internacional evoluciona siguiendo una serie de virajes hacia la guerra que
desembocan en la II Guerra Mundial, conflicto que cierra esta época.
La creación de una SOCIEDAD DE NACIONES era el punto clave del plan
de paz elaborado por Wilson, contenido en el punto 14 de su declaración. Su
finalidad fundamental era garantizar la paz mundial. Al término de la Gran
Guerra, no sólo Wilson y otros políticos eran favorables a la adopción de
medidas como un primer paso en favor de la organización de la política
internacional y para la abolición de la guerra, sino que también la opinión
pública, tanto en los países beligerantes como en los neutrales, estaba a
favor del establecimiento de una Sociedad de Naciones sin tardanza, a fin de
evitar la guerra en un futuro. Se quiso que fuera una institución que por su
autoridad general e indiscutible, pudiera resolver los problemas
internacionales. En su seno deberían ratificarse todos los pactos o alianzas y
cualquiera de sus miembros que fuera agredido sería automáticamente
defendido por los demás.
Eran miembros originarios los 27 estados aliados y los 13 neutrales.
Quedaron excluidos los países vencidos, cuya admisión debería contar con
una mayoría de dos tercios. La realidad fue que los aliados nunca estuvieron
dispuestos a sacrificar su plena soberanía, ni tampoco se mostraron
partidarios de que los vencidos intervinieran en las deliberaciones. Por estas
razones la SDN se convirtió, desde su nacimiento, en una institución que
representó los intereses de los vencedores.
La acción de la Sociedad sería ejercida por una Asamblea y un Consejo
auxiliados por una Secretaría Permanente. A la Sociedad de Naciones se
ligaron organismos tales como el Tribunal Permanente de Justicia
Internacional de La Haya y la Oficina Internacional del Trabajo (OIT). La sede
la SDN se fijó en Ginebra.
La SDN pasa por una serie de etapas: la primera etapa (1920-23) es la de
su creación. Estos años están dedicados a la liquidación de los problemas
territoriales de la inmediata posguerra. En esta primera fase es importante
señalar, también, el abandono de la Sociedad por EEUU lo que supuso un
golpe muy duro para la organización. La etapa de plenitud de la SDN
correspondió a los años 1924 y 1930 período en el que se estableció un
sistema internacional de "seguridad colectiva", asentado en los acuerdos de
Locarno, la entrada de Alemania en la Sociedad, el pacto Briand-Kellogg, etc.
El último periodo (1931-45) es el período de decadencia de la Sociedad que
se muestra a través de diversas manifestaciones: paralización de la
Conferencia de Desarme, ocupación de Manchuria por Japón, la guerra de
España, la expansión alemana en Europa central, etc. En 1945 la SDN quedó
disuelta transfiriendo sus atribuciones y competencias a las Naciones Unidas.
En cuanto a la historia de las RELACIONES INTERNACIONALES, en el
período de entreguerras que podemos sintetizarlas en tres fases: la primera,
entre 1919 y 1924, son los años de las dificultades de posguerra; la segunda,
de 1924 a 1932, constituye el momento central de la seguridad colectiva, y la
tercera, desde 1933 hasta 1939, es la fase de los virajes hacia la guerra.
La primera fase está dominada por los problemas derivados de la
debilidad de la paz y las dificultades de posguerra, puesto que los tratados de
paz dejaron pendientes muchos problemas y, además, crearon otros nuevos.
Asimismo, entre los vencedores se producen enfrentamientos que obligan a
buscar soluciones. Estos problemas son tanto políticos como económicos, a
saber:
- La cuestión de las reparaciones de guerra es el problema prioritario.
Aceptado por los países aliados el principio de la responsabilidad alemana, a
Alemania se le impone el pago de los daños de guerra; ahora bien, primero se
ha de calcular lo que debe pagar, cómo debe pagarlo en cuanto a plazos y
materias, así como lo que debe cobrar cada país aliado vencedor, y también,
la cuestión de las deudas interaliadas. De esta manera, se determina en la
Conferencia de Londres de 1921 que Alemania debía pagar 132 mil millones
de marcos oro a pagar en 30 años, a repartir entre Francia, Inglaterra, Italia y
Bélgica, lo que dejaba a Alemania totalmente endeudada durante un largo
período de tiempo. Estas duras condiciones exigidas a Alemania provocarán
la división entre los aliados, Gran Bretaña y EEUU intentaron la revisión de
estas condiciones, por el contrario Francia exigía su pleno cumplimiento de
tal forma, que el problema se redujo a un problema franco-alemán. La
cuestión se agravó en el año 1923; con el pretexto de un retraso en los pagos
alemanes Francia se decide a ocupar el Ruhr.
- La cuestión del desarme: consolidar la paz, a través de una política de
desarme, mediante garantías mutuas ya estaba previsto en uno de los 14
puntos de Wilson. El Tratado de Versalles indicaba el desarme de Alemania
como precedente de un desarme general. Sin embargo, ni siquiera el
desarme alemán se llegó a producir ya que mantuvo el doble de soldados
permitido por Versalles además de unidades paramilitares de formación
prusiana.
- La cuestión de las reivindicaciones territoriales donde se plantea la
revisión de los tratados de paz por los países que estiman lesionados sus
intereses y que principalmente son: Italia reclamaba territorios que no le
habían sido concedidos en la península de Istria y la ciudad de Fiume
(Yugoslavia) que un grupo de radicales italianos llegó a ocupar; sin embargo,
las potencias aliadas obligaron a Italia a abandonar esta ciudad lo que
provocó un sentimiento de revancha entre los italianos y sus antiguos
aliados. Turquía sufre un cambio de gobierno, un nuevo estado laico y
republicano sustituye al viejo régimen del sultanato otomano que reclama la
revisión del Tratado de Sévres. Los aliados anularán este tratado y permitirán
que Turquía incorpore a su territorio Armenia, Tracia, Esmirna y Kurdistán. En
Polonia se produce el enfrentamiento entre este país y Alemania por el
reparto de Silesia. La SDN establecerá las fronteras sin llegar a satisfacer a
ninguno de los dos países.
- La cuestión del aislamiento soviético que es mantenido por los aliados
ante el temor de la expansión territorial del bolchevismo soviético. Se
despliega la política del "cordón sanitario" para aislar a la URSS y tuvo tres
aspectos: militar, con la intervención de los aliados en apoyo de los rusos
antisoviéticos; territorial, con estados-barrera integrados por los países
bálticos, Finlandia y Polonia; y diplomático, formando un "frente capitalista
unido" que cerque y aísle a la URSS. Este aislamiento se rompe con la firma
de un acuerdo comercial entre la URSS y Gran Bretaña, y el Tratado de
Rapallo en 1922 entre la URSS y Alemania.
- La cuestión de las diferencias interaliadas ya mencionadas, unido al
aislacionismo norteamericano que no aprueba el Tratado de Versalles y
rechaza el pacto de la Sociedad de Naciones no integrándose en ella. El
presidente Harding inicia una política aislacionista que le aparta de los
problemas europeos lo que debilitará a Occidente.
La segunda fase representará una política de apaciguamiento y
negociación frente a la crispada política del período anterior, favorecida por
la mejora de la situación económica, por los cambios en las principales
potencias con el establecimiento de gobiernos pacifistas y de izquierdas, por
el establecimiento de unas nuevas relaciones franco-alemanas caracterizadas
por la conciliación y el acuerdo, obra de Briand y Stressemann ministros de
asuntos exteriores de Francia y Alemania respectivamente. Las
manifestaciones más importantes de esta segunda fase son:
- El Plan Dawes: el nuevo ambiente creado en las relaciones francoalemanas permitirá que el problema de las reparaciones entre en vías de
arreglo, con la mediación norteamericana. El banquero norteamericano
Dawes, estableció que el plazo impuesto por el Tratado de Versalles debía ser
ampliado, además la cantidad se establecería en función de la coyuntura
económica alemana. Esto permitió a Alemania el cumplimiento de sus
compromisos financieros; por este motivo EEUU concedió créditos a
Alemania que contribuyeron a su recuperación económica.
- Los Acuerdos de Locarno (1925): constituyen el paso político (el
económico sería el Plan Dawes) en favor de la consolidación de una paz firme
y estable. El Protocolo del Acuerdo estableció, fundamentalmente, tres
puntos: un arbitraje internacional para resolver las diferencias y conflictos
entre las naciones, la seguridad colectiva para garantizar el arbitraje y el
desarme progresivo con el fin de evitar las guerras. Asimismo, declara que los
representantes de los gobiernos se reúnan para buscar los medios de
proteger a sus pueblos del azote de la guerra y arreglar pacíficamente los
conflictos. El principal Acuerdo de Locarno fue firmado por Francia, Gran
Bretaña, Italia, Bélgica y Alemania y por él se reconocían las fronteras de
1919 y el mantenimiento de una zona desmilitarizada a la orilla izquierda del
Rhin, además de abstenerse del uso de medios militares entre ellas, dejando
la solución de los litigios a un Tribunal de arbitraje. El "espíritu de Locarno" se
tradujo en la realización de hechos concretos como muestra del nuevo
talante conciliador y pacifista dominante en las relaciones internacionales. En
este contexto se admitió la solicitud alemana de adhesión a la Sociedad de
Naciones (1926), Renania es evacuada por ingleses y franceses con cinco
años de adelanto sobre la fecha prevista, etc.
- El Pacto Briand-Kellogg: en la primavera de 1927 Briand había dirigido
un llamamiento "a la nación americana" con vistas a provocar un acuerdo de
"renuncia a la guerra como instrumento de la política", y como forma de
intentar que los EEUU saliesen de su aislamiento y participasen en los
esfuerzos por una solución pacífica de los conflictos internacionales. Este fue
el punto de partida para la firma del Pacto Briand-Kellogg que fue firmado
por 60 países incluidos Alemania y la URSS. El Pacto es una declaración
solemne y tajante en favor de la paz que ha de procurarse por todos los
medios, y de condena y renuncia a la guerra como instrumento de las
políticas nacionales para resolver las diferencias internacionales.
La tercera fase: este firme sistema de paz internacional tenía sus grietas
y desajustes que comienzan a manifestarse desde 1929-30. El frágil equilibrio
diplomático fue alterado fundamentalmente, por las repercusiones
internacionales de la crisis económica de 1929 que afectaron directamente al
tema de las reparaciones de guerra, problema que se replantea y agrava por
el cese de los préstamos americanos a Alemania unido a la repatriación de
capitales americanos. A esto se une el fracaso de la Conferencia de Desarme
reunida en Ginebra desde 1932 a lo que contribuyó la llegada al gobierno de
Alemania de Hitler que retiró a su país de la Conferencia lo que precipitó una
política de rearme mundial. En este ambiente general, otro factor decisivo
que viene a desestabilizar la situación es la realización de la política exterior
de la Alemania nazi con sus objetivos expansionistas. Esta fase se desarrolla,
progresivamente, en tres períodos:
- La disgregación del sistema de Locarno (1933-36): las naciones
firmantes de los acuerdos de Locarno pasaron de la solidaridad a la guerra en
virtud de cuatro virajes sucesivos de sus políticas exteriores. Los cuatro
virajes provocarán que las cuatro grandes potencias salgan fuera del sistema
de Locarno y se sitúen en dos frentes opuestos y dispuestos para la guerra.
Estos virajes son los siguientes: 1º) el pacto franco-soviético de 1935 con el
que se quiebra la relación franco-alemana, 2º) las sanciones contra Italia por
la invasión de Etiopía con lo que desaparece el entendimiento anglo-italiano,
3º) el Eje Roma-Berlín de 1936, por el que la alianza entre Italia y Alemania
supone la ruptura franco-italiana y 4º) el pacto germano-soviético de 1939
que acaba con la relación anglo-alemana. Sólo permanecieron vigentes las
relaciones, por un lado entre Francia y Gran Bretaña y por otro entre Italia y
Alemania, que son la base de los bloques que se enfrentaron en la II Guerra
Mundial. Al mismo tiempo, en Extremo Oriente, Japón, que igualmente había
evolucionado hacia un régimen autoritario y militarista, desplegaba una
política exterior expansiva e imperialista desde 1930, aproximándola
internacionalmente hacia Alemania como su aliado ideológico y natural en
Europa.
- Las guerras periféricas y la formación del Eje (1936-38): En este
período se producen nuevos conflictos, que se concretan en tres guerras que
tienen como consecuencia alinear en bloques rivales y enfrentados entre sí a
las potencias con ideologías e intereses comunes, y romper definitivamente
la convivencia internacional, con el consiguiente debilitamiento de la SDN,
haciendo aparecer en el horizonte político mundial la inminente posibilidad
de una guerra general.
a) La guerra de Etiopía: Mussolini, en su afán imperialista, invade
Etiopía. La SDN le impone una serie de sanciones, lo que alejará al Duce de
sus aliados franceses e ingleses (frente al temor desencadenado por el
rearme alemán los tres países formaron un frente anti-alemán para aislar a
Alemania) aproximándose a Alemania.
b) La guerra civil de España: Esta guerra sirvió como un ensayo
para la colaboración entre las dictaduras fascistas, cooperando a imponer un
régimen totalitario en España, consolidando la alianza entre Italia y Alemania.
c) La guerra chino-japonesa: Japón, en su ansia imperialista,
intenta construir, aproximándose al ideal alemán, un "nuevo orden" en Asia
oriental. Esta invasión representa el auténtico comienzo de la Segunda
Guerra Mundial en Extremo Oriente.
En este ambiente internacional, durante 1936, Alemania establece un
sistema de alianzas que forma en torno suyo el bloque de las potencias
autoritarias: Así, Hitler reocupa y remilitariza Renania; se firma con Italia un
protocolo de amistad y solidaridad, que constituye el Eje Roma-Berlín; se
firma con Japón el Pacto Antikomintern de lucha contra el comunismo, al que
se adhieron entre otros Italia y la España franquista durante 1937-38.
- La expansión alemana y la inseguridad colectiva (1938-39): Las
consecuencias de esta agresiva política mundial se van extendiendo e
imponiendo en la vida internacional. La SdN queda debilitada y paralizada, lo
que supone, en la práctica, el final de la seguridad colectiva a la que se
contrapone la "inseguridad colectiva" que definen estos años prebélicos.
Desde 1937, Hitler inicia una política de revisión de las fronteras fijadas por
las cláusulas territoriales de 1919 en Europa central, anexionándose diversos
territorios, buscando la creación de la Gran Alemania (espacio vital). Ante
esta política expansionista y agresiva de Hitler, tanto Gran Bretaña como
Francia reaccionaron inicialmente con una política de apaciguamiento,
mientras que en EEUU se dan leyes de neutralidad. Las etapas de la
expansión alemana son:
a) El Anschluss en 1938, es decir la incorporación de Austria a
Alemania. Las tropas alemanas, una vez dominado el gobierno austriaco por
los nazis, entran en el país. La incorporación se ratificará por referéndum
popular.
b) La desmembración de Checoslovaquia: primero Hitler se
anexiona los Sudetes con el consentimiento, a través de la Conferencia de
Munich, de Francia, Inglaterra e Italia. En 1939, las tropas alemanas entran
en Praga y el Estado checoslovaco queda desecho, quedando la mayor parte
del territorio como dependiente de Alemania.
c) También en ese año Hitler obtuvo la cesión de Memel por
Lituania. Se firma el Pacto de Acero con Italia y el Pacto de No-Agresión
germano-soviético que prepara la acción y el reparto de Polonia. Frente a
esta política expansiva los países occidentales cambiaran el apaciguamiento
por la rigidez ante las incesantes y crecientes exigencias nazis.
d) La cuestión de Dantzig y la crisis polaca. Hitler reclama al
gobierno polaco la cesión de Dantzig, ciudad libre poblada por alemanes y
dirigida por nazis, y la cesión de un "corredor" a través del territorio polaco
que la una al Reich, pero que esconde la verdadera intención de ocupar
Polonia. Ésta ha firmado, en 1939, una alianza con Gran Bretaña. El 1 de
septiembre de 1939 el ejército alemán invade Polonia. Francia y Gran
Bretaña no ceden esta vez y exigen la retirada de las tropas alemanas. El día
3, con la declaración de guerra franco-británica a Alemania, da comienzo la
Segunda Guerra Mundial.
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