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ENTRE EL PARTIDO LIBERAL Y EL CARLISTA
DESDE EL A i r o D E 1871 AL 1 8 7 6
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UN TESTIGO l PRESENCIAL DE ELLA
MADRID
DESPACHO:
HERNANDO,
1894
ARENAL,
II
ES PROPIEDAD
:CJ TM Í I B I CARTA.
DESDE EL AÑO DE 1871 AL 1876«
CAPITULO PRIMERO.
3ausas primordiales de la guerra.—Quién era don Carlos.—La reunión de LónIres.—Primeros movimientos carlistas.—Fusilamientos en. Balanzálegui y Mon.ealegre.—.Tuntas nionárqnicas religiosas do diputados carlistas.—Sabariegos m
la Mancha—Plan de Cabrera.—Vcvey.—Estado del país.
La revolución de Setiembre que produjo ta caída de la dinastía de los
Borbon.es en España, fué causa para que los antiguos partidarios del c a r l i s mo, se c o n g r e g a s e n en Londres, á fin de t r a e r sobre la patria u n a desastrosa g u e r r a civil. En Londres estaba el general C a b r e r a , el célebre g u e r r i l l e ro de la pasada guerra civil, que terminó con el convenio de Vergara, y t a m tiien e s t a b a allí el Pretendiente, que mas t a r d e había de ser la c a u s a do los
males sin cuento que han llovido sobre el país.
Era el Pretendiente u n hijo de D. Juan dto Borbon, y por c o n s i g u i e n t e
aicto de aquel Carlos V que sostuvo sus pretensiones contra doña Isabel II;
y como q u i e r a que el don Juan había becho renuncia á sus pretendidos d e r e chos, el referido Pretendiente, que también se llama Carlos, reunió sus p a r ciales, y e n la reunión que se tuvo en Londres por el aüo de 1869, se a c o r ló el funesto plan que tantos males había de acarrear en los años p o s t e riores.
E r a don Carlos joven y ambicioso, se hallaba casado con una hija del duj u e de Módena, p r i n c i p e ' destronado de Italia, y aprovechándose del n a t u •al desconcierto que traían siempre las revoluciones, de la v a c a n t e del t r o iu y de otras causas no justificadas, principiaron en España los movimien,os carlistas, que rápidamente fueron sofocados por el general Pri.m, m ú d e n lo fusilado en Leop °1 cabecilla Balanzátegui, y ep Cataluña los sublevados
le M o n t e a l e g r e .
Sin e m b a r g o , >/.i el verano de 1870, otro cabecilla q u e había sido h « * ^
^adier del ejército, D. Vicente Sabariegos, levantó la b a n d e r a de la rebelrffl§£
ÍÜ la M a n c h a , sosteniendo «na campana en unión del antiguo cabecilla P o n Q
cuñado de Cabrera, hasta q u e los dos rebeldes s e vieron obligados á a b a n d o n a r el t e r r e n o á los soldados del gobierno.
Como los primeros conatos del movimiento carlista, no habian tenido el
éxito que se proponían sus autores, á causa de la e n e r g í a del general P r i m ,
ministro entonces de la Guerra, el mencionado partido carlista, q u e tenia entonces en Londres y París la junta directiva, apeló á otro procedimiento q u e
le favorecía m u c h o , á causa de que la revolución de S e t i e m b r e permitía la
libre y absoluta manifestación, de toda clase de opiniones. Este procedimiento
no fué otro q u e el de acudir á Ja prensa y á los distritos electorales p a r a
t r a e r á la Representación nacional, gran n ú m e r o de diputados, viniendo por
este motivo como unos setenta diputados carlistas, que á causa de las i n s t i tuciones vigentes trabajaban abiertamente en favor de su p a r t i d o .
F o r m á r o n s e con este motivo juntas m o n á r q u i c a s y religiosas e n t o d a s
las poblaciones importantes de España, y a d e m á s o t r a s juntas secretas q u e
habían de producir en definitiva la g u e r r a d e s a s t r o s a q u e vamos í m p a r c i a l mente á diseñar.
Estas j u n t a s secretas, eran dirigidas por Cabrera que permanecía en
Londres, y por todas partes se allegaban r e c u r s o s , a r m a s y demás elementos
p a r a producir el conflicto. Como el gobierno se hallaba en abierta lucha con
oirás rebeliones que estallaban aisladamente en la Península., poco a d v e r t i d o
andaba r e s p e c t o de los trabajos carlistas que á favor de las circunstancias iban
siendo cada vez más importantes, así es q u e en u n a ocurrencia que tuvo l u gar en la primavera de 1870, la g u e r r a civil q u e se p r e p a r a b a hubiera t e nido tal vez m u c h a m á s importancia de l a a u e r e a l m e n t e llegó a alcanzar
más tarde.
La ocurrencia fué la siguiente:
Había reasumido Cabrera de su ilusorio m o n a r c a , la potestad de o r g a n i zar las partidas q u e se preparaban p a r a l a s c o n t i e n d a s , y en v e r d a d q u e es
preciso convenir que la organización era bien m e d i t a d a ; pero el Pretendient e , q u e ya por aquella época principió á d a r e v i d e n t e m u e s t r a de su c a r á c t e r
díscolo y de su absoluto desconocimiento de las cosas, rompió definitivamente
con el antiguo caudillo del Maestrazgo, p o r q u e n o le pareció conveniente el
sistema contemporizador de Cabrera, y lo exoneró de los cargos con q u e lo
había investido, tomando entonces sobre é l , como r e y absoluto, la dirección
de todo. *
Su p r i m e r acto fué l l a m a r á Ve ve y (Suiza), p u n t o de su residencia, á l o s
r e p r e s e n t a n t e s de las juntas monárquicas d e E s p a ñ a , y allí entre los n u e v o s
partidarios del absolutismo, se acordó encender la g u e r r a civil t a n luego c o mo lo considerase oportuno el jefe de la minoría carlista en el d e p a r t a m e n t o
español, q u e lo era don Cándido Nocedal.
Como los acontecimientos que pasaban e n la Península, eran demasiado
graves, el partido carlista tenia a n c h o campo q u e explotar en provecho p r o pio, mucho m á s puesto que las leyes mismas le favorecían y los sucesos q u e
se desarrollaban. En dicha época, el general P r i m había sido alevosamente
asesinado en la calle del T u r c o : don Amadeo de Sa'ioya era el rey q u e o c u paba el trono español, y las pasiones políticas, el espíritu r e p u b l i c a n o - f e d e ral y las ambiciones de todos producía un caos extraordinario en la g o b e r n a ción del país. P o r consiguiente habia llegado la hora de la guerra civil.
La orden para encenderla llegó á Madrid y á los demás puntos de E s p a ña donde había de principiar desde el 15 al 17 d e Abril de 1 8 7 1 .
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CAPITULO II.
El Gobierno.— Retirada de la minoría carlista de Jas Cortes.—Levantamiento
en masa de Navarra, y las provincias Vascongadas.—La acción • de Maüaria,
Haarlo Avaquil y Urnietá.—O Iros combates.—Entrada de don Carlos. —Acoioni
de Oroquieta.—Huida do) PreletidiciUe.—Convenio do Amoroviela.
Constituía el gobierno el general Serrano como ministro de la Guerra y
don Práxedes Mateo Sagasta como ministro de la Gobernación, cumulo se s u po por el telégrafo el alarmante estado d e las provincias. El ministerio,, que
l u c h a b a á brazo partido en las C o r t e s , abrió los ojos ante la t o r m e n t a q u e se
Je venia encima, la cual no tardó en presentarse en toda su ostensión. A p o yándose c u infracciones d e ilegalidad la minoría carlista, se r e t i r ó del C o n g r e s o en la tarde del 48 de Abril dando un manifiesto al país por el que s e
apelaba á la suerte de las a r m a s ; manifiesto que se vendió y publicó p o r t o das partes.
Ilota la legalidad, la g u e r r a estalló con la violencia de las pasiones largo
t i e m p o comprimidas. Navarra y las Provincias Vascongadas se levantaron
en masa; Cataluña se llenó de partidas, y Aragón, Valencia, Asturias y alguna q u e oirá provincia respondió al l l a m a m i e n t o del nuevo P r e t e n d i e n t e . Como todos los levantamientos que tienen su origen en las influencias más 6
menos elevadas de los partidos, los carlistas se presentaron en el Norte coa
n i n g u n a organización,.agrandes masas y armados de cualquier m a n e r a ; pero
esto n o fué un inconveniente p a r a que desde luego principiase la fratricida
contienda, defendiendo unos eí principio de la libertad y otros el principio
absolutista. Elio, Carasa, Olio, Radica y otros antiguos jefes del carlismo, se
pusieron al frente del movimiento, siendo uno d e ellos el famoso cura de Sania Cruz, q u e tan tristes memorias de su espantosa crueldad ha dejado en la pasada g u e r r a .
M a t e r i a l m e n t e el levantamiento carlista de Navarra y las provincias e r a
e x t e n s o y grave; pero las operaciones principiaron con notable e n e r g í a , lib r á n d o s e especialmente la acción de Mañaria, en cuyas altas posiciones no.
h u b i e r a n subido las t r o p a s a n o ser por el arrojo é intrepidez del regimiento
del Princine, que asaltó las mas difíciles posiciones y t r i n c h e r a s de los carlistas.
D e s d e luego se conocía el e m p e ñ o de los carlistas d e h a c e r difíciles p a r a
el ejército las primeras operaciones militares, por c u a n t o seguian su antigua
y favorita táctica de hacer la g u e r r a de montana, guareciéndose p a r a ello en
los desfiladeros y a l t u r a s de aquel p a í s , en donde la naturaleza e s tan á p r o pósito para el caso; asi es, que pudieron dar algunas acciones q u e si tymn o tenían importancia material, eran de u n efecto moral b a s t a n t e g r a v e pj}£...
cuanto lograban la fatiga y el cansancio del ejército, pero este que c u a n d o
toca p e l e a r e s siempre i n c a n s a b l e , se batió b i z a r r a m e n t e en los m o n í e s de
Urnieta en H u a r l e Araquil y en otros puntos donde la sublevación carJista
iba adquiriendo no poca i m p o r t a n c i a .
Podia d e c i r s e q u e los carlistas formaban e n t o n c e s u n a masa de 2 0 á 50
mil h o m b r e s , pero mal a r m a d o s y peor disciplinados, y hasta tanto q u e el
entonces general del ejército del Norte, el bravo don DomingoMoriones q u e
como hijo del p a í s , podia t e n e r conocidos los v e r i c u e t o s y madrigueras d e
los c a r l i s t a s , no s e orientase de la importancia del movimiento, era imposible e m p r e n d e r un rápido y simultáneo a t a q u e contra los s u b l e v a d o s .
Mientras estos sucesos tenian lugar en el N o r t e , en Cataluña se había
raesto el cabecilla Gastells al frente de a l g u n a s p a r t i d a s , y Salvalls e n t r e na por la frontera con su uniforme de zuavo pontificio, y seguido de un p u ñado de hombres a t r e v i d o s , parapetándose en la alta m o n t a n a donde el e s píritu carlista corre al por igual del espíritu republicano.
En Valencia, ü o r r e g a r a y que era u n oficial del ejército, se colocó ai
frente del movimiento y con más esfuerzo q u e fortuna libró una acción c a s i
á la vista de la capital, cerca de Monte Olívete, d o n d e recibió la herida q u e
lo ha dejado m a n c o .
Tales eran los sucesos de los p r i m e r o s i n s t a n t e s del levantamiento c a r lista, cuando el 2 de Mayo de aquel año, el nuevo P r e t e n d i e n t e don Garlos
de Borbon, q u e creia seguro el triunfo de su causa, e n t r ó en E s p a ñ a q u e riendo dar en su e n t r a d a u n a doble solemnidad al dia célebre en q u e lo hacia. Desde luego se rodeó de un estado m a y o r de s u s más fieles p a r c i a l e s ,
y creyendo que b a s t a b a su presencia para que todo se allanase á su paso, se
dirigió á Oroquieta muy confiado en el triunfo de su c a u s a . Pero Oroquieta
debía producirles u n amargo desengaño. Estaba alojado en la casa del c u r a
del pueblo y leia á la sazón un periódico q u e le h a b i a n enviado d e Madrid,
cuando las p r i m e r a s d e s c a r g a s de las tropas le hicieron c o m p r e n d e r el p e l i gro en que e s t a b a . Sorprendido en aquel momento por la división de d o n
Domingo Moriones, pronto la derrota nws espantosa se estendió por las filas
carlistas, d e modo que don Garlos, herido según unos y lleno de espanto
según otros, pero h u y e n d o de cualquier modo del t e n a z e n e m i g o q u e le perseguía, apenas tuvo tiempo p a r a escapar á u ñ a de caballo, no parando hasta
que penetró por la frontera en tierra de Francia, á d o n d e el tenia refugio y
hospitalidad.
El temor, el d e s a l i e n t o , y él d e s e n g a ñ o que se a p o d e r ó de las h u e s t e s
carlistas, fué inmenso de resultas del desastre de Oroquieta; así es que h a biendo llegado al Norte por entonces el general D, Francisco Serrano p a r a
acabar en una r u d a c a m p a ñ a con los carlistas, pudo con las juntas forales
de las mismas, hacer un convenio que llevó el n o m b r e d e Amoroviela p o r
ser este el punto d o n d e se realizó. E n e s t e convenio se establecía una a m nistía p a r a los carlistas, los cuales se presentaron casi en masa á las a u toridades; pero en realidad, con el ánimo de o r g a n i z a r s e mejor y p r e s e n t a r
cuerpos regulares y bien dirigidos á las tropas disciplidadas del ejército d e
la libertad. El convenio de Amorovieta dio mucho que decir á la prensa y á la o p i nión; y como n u e s t r o ánimo no es hacer u n a historia crítica de aquellos h e chos, nos c o n t e n t a m o s con decir, que de los jefes carlistas que se l e v a n t a ron, solamente se sostuvo después del referido convenioel cabecilla Carasa,
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quien á pesar de su avanzada edad, supo sostenerse p o r b a s t a n t e tiempo
b a s t a que de nuevo y ya más aleccionados los carlistas en la experiencia
principiaron la s e g u n d a campaña de 1 8 7 1 , q u e es la que p a s a m o s á r e f e r i r .
CAPITULO III.
¡Situación de Cataluña, Aragon Valencia y Asturias.—Los cabecillas.—Principio
de la segunda campaña del Norte.—El general Elio.—Estado del ejército liberal
—Tentativa contra Pamplona.—Acciones de Monreal y Eraul.—Madrid, y los
partidos.—Decreto contra el cuerpo de Artillería.—Segunda entrada de D. Garlos.
La derrota de Oroquieta habia quebrantado el espíritu carlista, p e r o el
convenio de Amorovieta habia sido como una tregua eu que pudo organizarse
con m á s vigor y energía. A j u d a b a á esto el desacierto con que en Madrid ss
g o b e r n a b a , y la lucha de los partidos q u e era otra nueva guerra civil. D e s contento el ejército; minado e n la disciplina', que es lo que c o n s t i t u y e su
fuerza, muchos oliciales entendidos y valientes se marchaban al campo e n e migo, lo cual era.el anuncio m á s cierto d e la tormenta que se venia e n c i m a .
Sucedía además, que la campaña q u e los carlistas sostenían en Cataluña
habia sido para estos mucho más afortunada que la del Norte, y Castells por
un lado, Savalls por otro, Florens q u e habia sido Capitán del c u e r p o da
Ingenieros, y varios de menos importancia, preocupaban el á n i m o del G o b i e r n o . En Asturias, J a e s , que era u n cazador de osos, sostenía una c a i u p a fia enérgica, y por ei lado de Aragón y Valencia principiaban á sonar los
n o m b r e s de Cucala, S a u t é s , Marco de Bello y otros facciosos cabecillas que
hun dejado bastante renombre en la última g u e r r a . Por Andalucía, E x t r e m a d u r a y la Mancha, habia relámpagos más ó menos intensos, siendo C ó r doba el punto donde se alzaron a l g u n a s partidas al mando de Marco'uolL
A u n q u e en el Norte todo e s t a b a e n a p a r e n t e reposo, e r a cosa s e g u r a
q u e de un dia á otro principiarla la c a m p a n a carlista gastándose el t i e m p o
e n t r e t a n t o en buscar los medios de reconciliar á Cabrera con í ) . Carlos, lo
cual cada vez so iba haciendo m á s imposible por el carácter q u e c a d a cual
t e c i a , y por la mal aconsejada soberbia del inesperto p r e t e n d i e n t e .
Son todo, preciso es convenir, q u e la segunda campaña del Norte p r i n cipió con más sagacidad y m a e s t r í a q u e la primera. Los carlistas c o n m e nos ruido, pero mejor p r e p a r a d o s , se apoderaron de las formidables, a l t u r a s
de P e ñ a - P l a t a inmediatas á Vera, y allí establecieron, por decirlo así, cerca
de las nubes, sus repuestos, s u cuartel general y su centro de o p e r a c i o n e s .
i acuitaba aquel establecimiento militar, armas y municiones á. las g r u e s a s
p a r t i d a s q u e se levantaban, y de allí mediante lo proximidad d e la f r o n t e r a
francesa, en la que habia escasa ó n i n g u n a vigilancia, e n t r a b a » y s a l í a n tas
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a g e n t e s del p r e t e n d i e n t e , llevando á los pueblos principales de las p r o v i n cias el espíritu d e la g u e r r a , favorecida e x t r a o r d i n a r i a m e n t e por el e s t a d o
general del p a í s y por las divisiones y torpezas q u e cometían á cada paso
íos g o b e r n a n t e s que dirigían los asuntos del E s t a d o .
Merced á e s t a s circunstancias, pronto se e x t e n d i ó por toda N a v a r r a y p e r
Vizcaya, Álava y Guipúzcoa, la sedición a r m a d a ; p r e s e n t a n d o en poco
tiempo lin n ú m e r o considerable de batallones r e b e l d e s . El Baztan, las E n cartaciones, el valle de Mena, el de Hecho, y A n o s , y todos los puntos q u e
t e m a n d e r i v a c i o n e s de los Pirineos, donde' el c o n t r a b a n d o de g u e r r a ora
continuo, se s u b l e v a r o n con facilidad, y el a n t i g u o general Elío, caudillo
carlista de la p a s a d a g u e r r a civil, tomó á su c a r g o la m a r c h a de la c o n t i e n d a .
Luchaba el ejército liberal mermado por las d e s e r c i o n e s y por la p r o m e sa solemne q u e había hecho la revolución, de no p e d i r quintas al p a í s , contra un territorio que le e r a completamente enemigo; pero eu la necesidad de
emprender operaciones tuvo que apoyarse en la l í n e a d e l Arga, que es un rio
que cruzando la p a r t e inferior de Navarra por bajo d e P a m p l o n a , va á b u s car el E b r o , y r e c o n c e n t r ó sus fuerzas, á fia de e s c o g e r el núcleo que habia
de servirle de base para e m p r e n d e r ruda y e n é r g i c a m e n t e la c a m p a ñ a .
Los a g e n t e s carlistas habian mientras tanto h e c h o algunos g r a n d e s e s fuerzos p a r a a p o d e r a r s e d e Pamploua y Bilbao; pero e n el momento crítico
se habia d e s c u b i e r t o los proyectos, q u e no e r a n otros sino ganar sus g u a r niciones con p r o m e s a s y dinero, y conociendo q u e n o e r a posible conseguir
n a d a por este medio, se apoderaron de poblaciones m e n o s i m p o r t a n t e s , tales
como Tolosa, O ñ a t e , Estella y todos aquellos l u g a r e s q u e en la pasada g u e r r a civil, c o n s t i t u y e r o n el cuartel general del ejército carlista.
Don Castor A n d e c h a g a en Vizcaya, D o r r e g a r a y eu Navarra, el cual ya
estaba curado d e la herida que hubo de recibir en m o n t e Olívete, el sanguinario cura d e Santa Cruz eu Guipúzcoa, y otros cabecillas m á s ó menos importantes de Álava y de la Rioja, principiaron á asediar á la.3 tropas, librándose
algunas a c c i o n e s , q u e merced á la escabrosidad del t e r r e n o q u e d a r o n i n decisas.
Era aquello el p r i m e r ensayo de fuerzas, h a s t a q u e al fin, se dieron dos
acciones i m p o r t a n t í s i m a s , que sí bien no produjeron resultado práctico a l g u n o , d e m o s t r a r o n q u e los carlistas se hallaban m e j o r organizados q u e la
vez primera, y más dispuestos á resistir, conforme los adelantos q u e la c i e n cia moderna ha introducido en el arte de la g u e r r a . Estas dos acciones
fueron la de Monreal y E r a u l . Ocupaban los carlistas posiciones q u e la n a t u raleza habia h e c h o inespugnables, m i e n t r a s las t r o p a s lenian q u e a t a c a r á
pecho descubierto, por c u y a e a u s a , m u c h a s veces, el éxito no correspondía
ni al arrojo del soldado rft al resultado que se p r o m e t í a n los jefes e x p e r i m e n t a d o s que m a n d a b a n las operaciones.
Era e n t o n c e s general e n g e f e del ejército, el b r a v o D . Rafael Echagllé,
y esensado es decir, q u e bajo las órdenes de u n m i l i t a r t a n experto, las o p s raciones llegarían á t e n e r un g r a n éxito; pero todo plan, todo proyecto da
campaña se d e s v a n e c í a á cada paso á causa del estado de la política e a
Madrid.
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Como en este p u n t o Iucukban cada v e z m á s a b i e r t a m e n t e losTpartidos
que habian a c e p t a d o como legalidad única la revolución de S e t i e m b r e ; c o m o
a n o s querían la r e p ú b l i c a federal, otros la unitaria, otros la monarquía d e mocrática simbolizada entonces en D. Amadeo de Saboya, y cada fracción
p e d i a y proclamaba una cosa diferente, resultaba q u e n o e r a posible que el
p o d e r central se ocupase r e s u e l t a m e n t e de la g u e r r a carlista q u e c a d a v e a
t o m a b a m a y o r incremento, tanto e n el N o r t e como en Cataluña y e n el C e n t r o . Todos los dias la «Gaceta» d a b a noticia d e un motín, do u n p r o n u n c i a m i e n t o , de u n desorden. En Dos peña perros había partidas de c a n t o n a l e s , en
t o d a Andalucía y E x t r e m a d u r a no e r a reconocida por lo c o m ú n la a u t o r i d a d
del Gobierno, así es que cuando se recibió en Madrid la noticia de las a c c i o n e s de Monreal y Eraul, más parecieron desastres p a r a los h o m b r e s q u e a la
política se consagraban, q u e victorias i m p o r t a n t e s .
N o sirvió de lección á los h o m b r e s que gobernaban, el aspecto a m e n a »
z a d o r de la g u e r r a , antes al contrario, siguieron en sus contiendas y d i s c o r d i a s hasta que 1). Amadeo de S a b o y a se arrojó en brazos del p a r t i d o r a d i c a l
del q u e después de muerto el g e n e r a l P r i m era jefe reconocido D . Manuel
í i u i z Zorrilla.
El partido radical creyó q u e p o r la práctica completa d e la l i b e r t a d ,
triunfaría la libertad misma, p e r o h u b o q u e h a c e r dos cosas q u e a u m e n t a r o n
c o m p l e t a m e n t e el ya creciente ejército carlista. F u é una el d e c r e t a r u n a
q u i m a , y fué otra, declarar por medio de un decreto, q u e la oficialidad f a cultativa del cuerpo de A r t i l l e r í a , q u e d a b a excedente y fuera del e j é r c i t o .
E s t a imprudente medida dictada por 1). F e r n a n d o F e r n a n d e z d e Córdoba, m i n i s t r o entonces de la G u e r r a , produjo un resultado funesto, p u e s m u c h o s
-oficiales de Artillería se pasaron al campo carlista, llevando allí s u s conocim i e n t o s prácticos para dotar de cañones á los defensores del P r e t e n d i e n t e .
Desde luego estos montaron fábricas de fundición y escuelas p r á c t i c a s d e
a r t i l l e r o s en Estelia, Azpeitia, (Jantavieja y otros puntos, lo cual e r a n i n d i cios de q u e la g u e r r a se podría prolongar mucho mas tiempo de lo q u e los
cálculos más prudenciales iiabian i m a g i n a d o .
E n t r e tanto el P r e t e n d i e n t e 1). Carlos, q u e materialmente liabia d e s a p a recido desde la acción de Oroquieta, sin que nadie supiera su p a r a d e r o , a p a r e c i ó de nuevo en el teatro de la g u e r r a . P o r algún tiempo, se d u d ó d e q u e
fuera él, porque en cu primera c a m p a ñ a no h a b i a d a d o p r u e b a s d e p r u d e n t e
n i d e valiente; la prensa y la opinión pública, dijeron q u e el q u e venia era
u n o m u y parecido á él, por cuanto el verdadero D. Carlos habia m u e r t o , p e r o p r o n t o estos rumores se desvanecieron a n t e la realidad. El Gobierno tuvo
noticias telegráficas de que el P r e t e n d i e n t e había hecho su s e g u n d a e n t r a d a
«en E s p a ñ a , y si bien este se había e n a g e n a d o las voluntades d e m a c h o s d e
sus parciales, él se c r e y ó que podia vencer, cuando ni conocimientos t e n i a
d e la campaña que en su nombre estaban haciendo los s u y o s .
CAPITULO
IV.
Crecen las facciones catalanas.—Combates de Torre Español, do Piedras Agudas*
Al pena y Puig Oastello.—El Cojo de Cariñena.—Proclamación de la República.™
Los cuerpos trancos.—Batallas en el Norle.
Tal e r a el estado de la g u e r r a d é l a s provincias, en d o n d e de t i e m p o e l
....
— 10 —
t i e m p o se d a b a n a l g u n a s acciones y batallas, y tales los negocios que como
u n a lluvia de males caia sobre la pobre E s p a ñ a , c u a n d o nuevos acontecimientos vinieron á prevenir al Gobierno, que las diíidultades a r r e c i a b a n , y
l a s cosas d e la g u e r r a tomaban u n aspecto s u m a m e n t e a l á r m a m e .
E n Cataluña, Aragón y Valencia p r e s e n t a b a n los carlistas un aspecto
a l a r m a n t e . E s p e c i a l m e n t e en e l principado, la i n s u r r e c c i ó n había crecido
en tales t é r m i n o s que, á principios del año 1 8 7 3 , las facciones y partidas
sueltas e r a n d u e ñ a s de toda la parte montañosa de aquel pais. La facción
Valles, había sostenido un recio combate en Torre E s p a ñ o l . Saballs, H u g u e t ,
Vila de P r a t s y Guiu habían intentado apoderarse por sorpresa da San Celoni,
N a s a r r e , Catmans, Pinol y Capdevila,, r e c o m a n las llanuras d e la provincia
d e Lérida y Barcelona: Miret y Galcerán, merodeaban p o r las inmediaciones
de Vich, y todos los días se libraban acciones como l a s d e P i e d r a s Agudas, las
p r i m e r a s de Alpens y las alturas Puig de_Castello.
Los valientes militares que raás se señalaban en esta guerra de Montaña
e r a n el brigadier A r r a n d o , el bravo teniente coronel don Tomás Cubrmoty
j e l entonces c o m a n d a n t e Martínez Campos.
E n Aragón no eran t a n afortunados los carlistas. El famoso Cojo de C a riñena que se había l e v a n t a d o con numerosas p a r t i d a s , fué completamente
d e r r o t a d o en Santa Cruz de Nogueras, quedando él prisionero y gran parte
d e sus parciales; pero en Valencia, Cucala, que era un labrador de la llanura
d e Castellón, sostenía el combate de P e m a r r o y a , m i e n t r a s que Polo e r a
c o m p l e t a m e n t e batido en las primeras g a r g a n t a s del Maestrazgo.
•No e r a n solas las p a r t i d a s del Centro, Este y Norte de España, las q u e
Mamaban la a t e n c i ó n del gobierno. En Castilla "hacia s u s correrías Crisanto
Gómez, q u e tuvo q u e disolverse por la activa persecución q u e experimentó;
sucediéndole m á s tarde lo mismo á la de Apolinar Gómez. El célebre cura
d e Alcabon, don L u c i o D u e ñ a s , habia principiado a ser más afortunado l l e g a n d o h a s t a a p r o x i m a r s e á la estación de Algodor por bajo de Aranjuez,
m i e n t r a s el cabecilla Becerrea y Sabariegosen Galicia principiaban otra carap a ñ a q u e acabó e n la derrota del primero y la m u e r t e del segundo
Tal era el estado de España cuando se ¡proclamó la república en 11 d e
F e b r e r o , desapareciendo de la noche á la m a ñ a n a la dinastía de don Amadeode Saboya.
£1 cambio político que se acababa de experimentar, las medidas q u e
adoptó el gobierno republicano, el decreto por el q u e se declaraba que los
soldados dejaban d e ser soldados para no ser sino voluntarios de la nación;
los movimientos cantonales que principiaron á iniciarse en Andalucía, la
creación de c u e r p o s francos y otras medidas inspiradas^siempre por el calor
q u e producen ciertas mudanzas positivas, hicieron que la g u e r r a carlista e n
vez de disminuir tomara m a y o r incremento. Mandaba en el Norte don Dom i n g o Moriones, y fué reemplazado por don ttamon Nouvilas, yendo á C a t a taña don J u a n Contreras, q u e después fué el jefe de la insu'-e/jcion cantonal
d e Cartagena .
Cuando el primero de los generales nombrados llegó al frente del ejércitos s e encontró q u e las provincias estaban dominadas por las facciones E l
ex-jesuita Goriana cometía atrocidades por la parte d e Vizcaya, el cura d e
S a n t a C r u z , fusilaba sin compasión ni misericordia á todo liberal que caia
« a s u poder, m i e n t r a s q u e el marqués del Valdespina, Olio, P e n d a y D o r r e garay, sostenían combates, cuya importancia solo era conocida por cartas y
!
11
periódicos extranjeros, puesto q u e ios p a r t e s oficiales p e c a b a n de sumamost e lacónicos. Era d e todo punto incuestionable que el triunfo d e l a s acciones
d e Arrieta y Aranaz, d e los a t a q u e s d e Lizárraga á Azpeitia, y l a s embestid a s de nuestras tropas á las sierras del Perdón, correspondían al valor d e
n u e s t r o s soldados; pero los carlistas tenían u n auxiliar p o d e r o s o e n las e l e v a d a s posiciones q u e constantemente ocupaban, y por esta c a u s a n o se t o c a ban los resultados q u e era d e e s p e r a r .
Poco tiempo estuvo en el Norte el general Nouvilas, el cual fué r e e m p l a z a d o por el de igual clase dou Manuel Pavía y Alburquercme. E s t e p r i n c i p i ó
sus operaciones en las batallas de A y a , q u e sostuvo el g e n e r a l P r i m o de Riv e r a y la de Valtierra. Por esta época, se distinguió b r a v a m e n t e en la acción
d e No'harre el entonces coronel Loma, mientras q u e en otros p u n t o s s e b a tían las tropas en el alto de Ascárate, cumbres de Aranoz, y acción d e Aranoz una de las más sangrientas y sostenidas en aquella época.
No figuraba en ninguno d e aquellos combates el P r e t e n d i e n t e , á p e s a r
d e encontrarse en España como hemos dicho. Andando de b r e ñ a e n b r e ñ a
ó encerrado en Vera ó en las c u m b r e s de Peña P l a t a , dictaba disposiciones
á s u s errantes cortesanos, pero siempre procurando estar lejos d e l a s balas,
puesto q u e desde lo de Oroquieta no había intentado e x p o n e r s e de nuevo*
á las eventualidades de la guerra civil q u e por su causa se s o s t e n í a .
¿y*
•Cuenca ocupada por el cabecilla Sanies.--Oantavieja.—D. Alfonso y dofia Nie-"
•ves,—Movimientos federales en Alcoy, Cádiz, Sevilla y otras ciudades de AndaSucia.— Póilugnlele. —Meredon y el Feo Cariño en Castilla.—Batallas de Villar
de Canes y Boeaireute.—listado de Bilbao.
L a república se pronunció e n un sentido m á s avanzado e n ú l t i m o s de
J u n i o . El cambio de ministerio, por el q u e dejaba el poder, la fracción c o n servadora e n t r a n d o como Presidente del Poder Ejecutivo don F r a n c i s c o Pl y
Margal!, había de d a r á la guerra u n a doble importancia como d e s d e luego
t u v o l u g a r . Dejaba d e ser ministro d e la Guerra don Nicolás E s t é v a n e z , q u e
de t e n i e n t e de infantería había llegado á ocupar aquel alto p u e s t o y le
reemplazaba el mariscal de campo d o n Eugenio González Iscar. P o r u n a leyso autorizaba al gobierno con facultades extraordinarias, ley q u e a u t o r i z a ba don Nicolás Salmerón, como P r e s i d e n t e del Consejo d e Ministros, y eí 9
d e Julio se dirigía el gobierno d e la república á ta nación, d i s p u e s t o cora»
é! decia á llamar las reservas y á poner sobre las armas á cuantos por ta kf
vigente tenián el ineludible deber d e e m p u ñ a r l a s . Después d e estas m e d i t e
importantes que revelaba á las clases el incremento q u e iiafcia tomado l&
— 12 —
g u e r r a civi!, el gobierno guL-'dó la más exquisita r e s e r v a p a r a que nada m
supiera d e lo que p a s a b a e n el N o r t e , en C a t a l a n a , A r a g ó n y Valencia, p e r o
las noticias e r a n desconsoladoras.
S a n t é s , uno d e los cabecillas más célebres de la g u e r r a , habia e n t r a d o e n
Cuenca sacándola u n a fuerte contribución; de r e p e n t e se hahia presentad©
en Albacete y a u n q u e la resistencia fué heroica, tuvieron q u e ceder al n ú m e r o los voluntarios de la libertad. Toda la h u e r t a d e Valencia e r a víctima
d e la rapiña y saqueo de las facciones; Cantavieja habia quedado en poder
d e las facciones y allí establéelo la fantástica corte don Alfonso de Borbon y
E s t e y su esposa d o ñ a María de las Nieves, que iba s i e m p r e á caballo y con
boina al frente de las columnas: se formaban partidas casi en las mismas
p u e r t a s d e Madrid y todo tomaba un carácter v e r d a d e r a m e n t e serio y a l a r m a n t e para Ja causa de la libertad.
Mientras estos sucesos tenían lugar, muchas ciudades de España se proclamaban en cantones. Alcoy habia visto en su seno escenas de horror, d e
incendio y de s a n g r e y Despe'naperros cortaba la comunicación con el g o bierno c e n t r a l , merneíl á las ideas federales. L a cuestión política se c o m p l i caba más. Cádiz, Sevilla y otras ciudades de Andalucía estaban en abierta
rebelión, y el ejército que hasta enionces habia conservado la disciplina,
principió á insubordinarse, no queriendo batirse y asesinando á sus jefes y
oficiales. Este estado de cosa:;, hizo que las facciones del Norte se hicieran
d u e ñ a s de todo el territorio de las cuatro provincias, menos de la capital d e
ella, que tuvieron mayor tiempo para organizarse, q u e pudieron contar con
artillería, y por último q u e amenazaron á Logroño, Bilbao, Vitoria, P a m plona y otras ciudades liberales
La toma de P o r t u g a l e t e les din la llave de la ria do Bilbao, y desde m e diados de Julio del 7 3 , principió el bloqueo y sitio de aquella heroica plaza.
P a r a mayor colmo de males, la marina se habia insurreccionado en Cartajena, las fragatas Numancia y T e m a n amenazaban con sus cañoneras los puertos del litorial del Mediodía; y el general Martínez Campos bombardeaba y
lomaba á Valencia que se habia sublevado en favor del cantonalismo. También Sevilla caia e n poder del general Pavía.
Sin embargo de estas ventajas, las Cortes Constituyentes expidieron u n
decreto movilizando 80.000 hombro.--, de ios adscritos á la reserva, m i e n t r a s
q u e en el Norte se libraba la acción de Üyarzuu, el a t a q u e contra Tolosa y
ias batallas d a d a s delante de Estclla entre Lizárraga y el general Santa P a u ,
d e cuyas r e s u l t a s esta plaza quedó en poder de ¡os carlistas.
Habían llegado las cosas á tal estado, que las Cortes que funcionaban con
t,Atraordinaria actividad creyendo oportuno variar el ministerio, nombraron
á D . Emilio Castelar presidente de! Poder Ejecutivo, quien desde luego trató
de reorganizar el ejército, d o r a l cuerpo de Artillería la reparación debida,
sujetar todos los esfuerzos del cantonalismo y hacer un 'Gobierno de o r d e n
ara que la nación pudiera dominar la crítica situación á que se encontraba,
a r a el efecto, torio su cuidado y aieucion lo puso en Cartagena que seguia
s u b l e v a d a , m a n d a n d o allí al experimentado general D. Arseuio Martínez
Campos, q u e tan acrisolada reputación de valiente y entendido habia conquistado e n Cataluña y el Maestrazgo A Cataluña fué el geeerat Turón, y
el 1 3 de S e t i e m b r e , se e s p i d i ó una ley pidiendo nuevos cupos para ias r e s e r v a s y cien millones de pesetas para los gastos de g u e r r a .
<¡
De resultas de estas disposiciones, la guerra del Norte y de uataluña.,.
.¿¡»
S
~~ 13 —
rincipió con nueva energía y e s p e c i a l m e n t e en esta última p a r t e , hubo reísimos combates, puesto que en las Provincias la contienda fraricída t o «
maba ese carácter sumamente grave.
Mientras que en Castilla la Nueva se venció al cabecilla Merendon q u e
tanto dio que decir con sus osadas c o r r e r í a s dándole m u e r t e por último e a
la Mancha; mientras el Feo Cariño s e c u n d a b a con menos fortuna al a n t e r i o r
guerrillero, librábanse en Cataluña la acción la Castell Follil el a t a q u e d e ¡a
J u n q u e r a , y la desgraciada acción de P r a d e s , donde la columna M a t u r a n a y:
al g e n e r a l Salamanca, hicieron heroicos esfuerzos contra las facciones d e
Tristany.
A u n q u e ya por este tiempo las atrocidades d e D. Alfonso de Borbon y
Doña Nieves ios habían obligado á dejar el m a n d o de ¡as p a r t i d a s v a l e n c i a n a s , retirándose á Cataluña, puesto q u e Cuenca conservaba por largo t i e m po el r e c u e r d o de las crueldades q u e allí cometieron el hermano y la esposa
del P r e t e n d i e n t e , seguia la g u e r r a en el Centro con calor y e n c r u d e c i m i e n »
to. En poco tiempo el general Jovellar dispuso u n plan de c a m p a ñ a d a n d e
la victoriosa acción de Villar de Canes en 2 5 de Noviembre, con la cual l i b e r t ó á Morelia del bloqueo en q u e la tenia Cucala, Valles y S e g a r r a . P o cos dias después se libraba el s a n g r i e n t o combate de Bocairente, d o n d e
Santés q u e d o completamente destrozado, con lo que el General en Jefe d e
Valencia, pudo dirigirse á Ghelva, q u e e r a entonces el cuartel g e n e r a l d e
los carlistas, destruyendo allí sus a l m a c e n e s de provisiones, sus p a r q u e s y
fundiciones de cartuchos de g u e r r a .
Mas á pesar de estas ventajas, en el Norte no iban bien los a s u n t o s . L a s
s a n g r i e n t a s y terribles batallas, la de Villabona dada por el g e n e r a l L o m a
c o n t r a Lizarraga p a r a salvar á Tolosa, y la de P u e n t e de la Reina p a r a e v i t a r el asedio de Pamplona, dada por Moriones contra las fuerzas de Olio,
B o r r e g a r a y y Radica, habían demostrado q u e los carlistas p r e s e n t a b a n u n a
organización militar bien dirigida. Moriones se habia tenido q u e batir en retir a d a , y como el ejército estaba dividido e n dos cuerpos, el que o p e r a b a en
l a s m e r i n d a d e s de N a v a r r a , y o l que existia en la p a r t e de G u i p ú z c o a ,
este último tuvo que sostener una brillante batalla en los días 9 y 1 0 de D i ciembre delante de los muros de Tolosa.
C
Pero el peligro principal estaba en la situación de Bilbao, c o m p l e t a m e n t e sitiado por los carlistas, y como de la pérdida de esta plaza podía r e s u l t a r
perjuicio muy g r a n d e p a r a l a causa liberal, el Gobierno de la República o r denó q u e Moriones y sus tropas hiciesen u n a atrevida marcha por medio
del país r e b e l d e hasta colocarse en las líneas de Somorrostro, y L o m a se
dirigiese á Vizcaya por Guerníca, mientras p a r t e de sus tropas embarcabais
p a r a Caslro-Urdialcs.
Moriones hizo su movimiento de una m a n e r a admirable, llegó á S o m o r rostro imponiendo á sus enemigos y con nuevas fuerzas que se e m b a r c a r o n
e n S a n t a n d e r y en Saníona, pudo p r e s e n t a r en poco tiempo una a d m i r a b l e
linea á todas las facciones reunidas q u e se habían reconcentrado en el faino»
so Monte Abanto, teatro de los más g r a a d e s combates de la p a s a d a guerra». , f^GIA y
— 14 —
CAPÌTOLO VI.
Sitio de Bilbao.—Cartagena.—El golpe de Estado dot 3 de Enero.—Gobierno provisional.—Morionesen el Norte—Preparativos para salvar á Bilbao.—Batalla sobre las líneas de Sumorrostro.—Grandes combates en el monte Abanto.—Muerta
4e Olio y Radica.—El general Concha.—Batalla de las Muñecas.—Levantamiento del sitio de Bilbao.
Tal e r a la situación de las cosas al terminar el año de 1875. A u n q u e n a d i e dudaba del éxito de las operaciones, h a b i a u n a ansiedad cada vez más
c r e c i e n t e por la suerte de Bilbao. Esta plaza se resistía de la manera m á s heroica bajo el mando de su bravo y entendido Comandante General D. R o mualdo Castillo, y sin comunicación con ía p a r t e exterior, principiaba á
experimentar las necesidades del h a m b r e , q u e es el más temible enemigo d e
las plazas sitiadas. P e r o el temple y alma de Castillo estaban á p r u e b a d e
toda clase d e apuros, y sentía sin d e s m a y a r u n instante las bombas y b a las de los c a r l i s í a s .
P e r o no e r a n solo los de la guerra los sucesos m á s importantes q u e
o c u r r í a n en E s p a ñ a ; el gobierno conservador republicano de Castelar,
que habia t e n i d o que apelar á sistemas c o n t r a r i ó s e los de su escuela p a r a enfrenar á la demagogia, se hallaba á punto de ser absorbido por u u a
a s a m b l e a t u m u l t u a r i a , y era tan inmediato el peligro, que todas las clases
temblaban a n t e el porvenir. Cartagena seguía resistiendo y tremolaba e n
sus muros la b a n d e r a roja del cantonalismo, por lo que CasRjlar como p r e sidente de la república se hallaba e n t r e dos corrientes opuestas que no p o día c o n t r a r e s t a r .
El dia 1.° de E n e r o se habian abierto de nuevo las Cortes y desde luego se
comprendió q u e Castelar seria derrotado: su a u t o r i d a d estaba casi perdida
y la sesión del 2 de E n e r o fué la señal del e s t a d o de discordia, disolución y
a n a r q u í a en q u e se hallaban divididas las diversas fracciones republicanas.
E r a entonces capitán general de Madrid el g e n e r a l don Manuel Pavía, q u e
tan v a l i e n t e m e n t e habia combatido á la república roja, y comprendiendo este
los peligros de la situación y que solo un golpe d e audacia podia d o m i n a r l o s
conflictos q u e amenazaba á'la patria, tomó bajo su exclusiva responsabilidad
el resultado d e lo q u e pudiera ocurrir y sacando t o d a la guarnición de Madrid
de los c u a r t e l e s en la madrugada de! dia 3 ocupó los puestos estratégicos d e
la capital, y m a n d ó u n a compañía de soldados, al mando del coronel Iglesias
p a r a a r r o j a r á los diputadas "de las Cortes, y acabar de una vez con aquella
Asamblea tumultuosa.
^
Lo que pasó en el interior del palacio del Congreso, fué una escena t r e m e n d a . Los soldados dispararon algunos tiros todos al aire: los diputados r e p u blicanos unos llenos d e valor y otros de miedo, protestaron y huyeron, y so-
l á m e m e algunos supieron defender el s a n t u a r i o de las l e y e s , de aquella a g r e sión militar, pero c o m p l e t a m e n t e n e c e s a r i a . Guando Madrid d e s p e r t ó en la
mafiana del dia 3, se encontró q u e la r e p ú b l i c a acababa d e d e s a p a r e c e r d e
h e c h o : no fué necesario d i s p a r a r u n tiro p a r a que l o s voluntarios s e s o metieran.
Nombróse un Gobierno provisional en que e n t r a r a n h o m b r e s d e d i v e r sos m a t i c e s , especialmente aquellos q u e fueron los principales a u t o r e s d e la
revoluciónele Setiembre, q u e d a n d o como Presidente del Consejo de M i n i s tros el g e n e r a l Serrano, y como m i n i s t r o de Estado el señor S a g a s t a , los
cuales constituyeron, por decirlo así, la n u e v a situación. Era esta difícil y
e s p i n o s a , a u n q u e Cartagena acababa de rendirse después de h a b e r volado la
fragata Teiuan, uno de nuestros m á s hermosos buques de g u e r r a : las f a c ciones habían ido adquiriendo u n a importancia inmensa á causa d e los d e s aciertos p a s a d o s , y era preciso á todo t r a n c e combatirlas, ya p a r a e v i t a r su
crecimiento, cuanto para salvar á Bilbao que apenas le q u e d a b a n v í v e r e s p a r a
seguir e n su heroica y admirable r e s i s t e n c i a .
Se r e u n i e r o n todos los e l e m e n t o s posibles, mientras se hacia un n u e v o
llamamiento de soldados, y se dieron ó r d e n e s al g e n e r a l Moriones p a r a quo
a t a c a s e los atrincheramientos enemigos.
E s t e valiente general, conocía perfectamente lo difícil de la e m p r e s a .
Los carlistas habían tenido tiempo p a r a p a r a p e t a r s e en las g a r g a n t a s y v e r tientes del Monte Abanto, por el cual d e b i a pasar el ejército, á fin d e s a l v a r
á la invicta villa y caer sobre Portugalete y la ria de Bílbaoj pero era n e c e sario h a c e r esfuerzos colosales p a r a lograr semejante empresa.
Moriones principió las operaciones c o n ta b r a v u r a propia d e los soldados españoles, y sostuvo todo u n dia u n a sangrienta batalla p a r a r e b a sar como lo logró las líneas de S o m o r r o s t r o ; pero como estas e r a n las
primeras q u e tenían delante y había necesidad de atacarlas n u e v a m e n t e ,
conoció quo podía p e r d e r la influencia m o r a l y material del ejército, y entoncos espidió aquel célebre p a i t e , q u e hizo abrir los ojos al gobierno sob r e los peligros que amenazaba: este p a r t e decia: «Atacadas las lincas
enemigas vengan al momento refuerzos y un general.»
Era imposible detenerse a n t e t a n a l a r m a n t e aviso, y el g e n e r a l S e r r a n o , reuniendo los restos de algunas guarniciones, haciendo q u e los b a t a llones más próximos se e m b a r c a r o n pava Castro Urdíales y dando ó r d e n e s
para que l&s divisiones de Guipúzcoa dirigidas por ei general Loma, se e m barcasen en Sun Sebastian, pudo al fin llevar n u e v a s columnas al sitio
m á s peligroso de la guerra.
No había más remedio ¡que dominar el Monte Abanto y todos los valles de Vizcaya que se extendían en d e r r e d o r , y al fin pasado un b r e v e
tiempo miciar las operaciones más difíciles y más i m p o r t a n t e s de la n a s a d a
g u e r r a . ..
^,
Iba con el general Serrano el m a r i n o T o p e t e y otros h o m b r e s e n t e n d i dos y valientes, dispuestos á salvar á Bilbao, cuyos apuros crecían de d i a
en día. E s t a b a n reunidos en las a l t u r a s c a r l i s t a s , los caudillos más c é l e b r e s
y decididos que sostenían esta desacreditada c a u s a , y u n o s y otros sabían
q u e de aquella contienda dependía acaso el éxito de la g u e r r a .
El 8 5 de F e b r e r o principió el movimiento de a v a n c e , y d e s d e el p r i m e r
momento se conoció la tenaz resistencia del enemigo. Era necesario ir s u biendo sin cesar, tomando p a r a p e t o s y t r i n c h e r a s sin descanso, y el h e r o i c o
—
16
ejército n o desmayó n ivaciló un instante. L o m a avanzaba por la i z q u i e r d a .
S e r r a n o y Primo de Rivera por.el centro, y Moñones por la d e r e c h a . Todo
e l dia 2 5 duró la terrible j o r n a d a , y el 2 6 s e rectificaron y aseguraron las
posiciones conquistadas, aplazando la artillería para la nueva batalla. Esta
s e dio el 2 7 , resultando una victoria m á s , pero que costó cara. El b r a v o
general Primo de Rivera fué herido p e l i g r o s a m e n t e , Loma lo fué t a m b i é n ,
p e r o no de gravedad, el general Serrano estuvo próximo á perecer bajo la
lluvia de fuego que descendía de las a l t u r a s , p e r o al llegar la noche se c o n servaron las posiciones conquistadas á fuerza de tan admirables actos de v a lor. Especialmente lo» batallones de la marina rayaron en el m á s al''» h e roísmo.
El dia 2 8 era el destinado para el a t a q u e del monte Abanto; p e r o si bien
3a batalla fué encarnizada; si bien llegaron nuestros soldados á las primeras
casas del pueblo, no se pudo tomar del todo y quedaron los unos y los otros
e n frente, á tan corta distancia, que se h a b l a b a n de noche.
El dia 2 9 una granada diestramente dirigida, dio muerte á los dos m á s
a r d i e n t e s y armonizados caudillos del carlismo. E r a n estos Olio y Radica; el
p r i m e r o , general de la desacreditada causa q u e sostenían y jefe de las a l t u r a s que con tanto empeño como heroísmo se estaban conquistando por las
tropas, y el segundo el más valiente y temerario de los carlistas alzados e n
a r m a s . É s t e acontecimiento consternó á los soldados del Pretendiente y á
este mismo que permanecía á la espalda de aquellas formidables m o n t a n a s ,
p e r o desde luego dio á don Torcuato Mendiri la dirección de los negocios de
la c a m p a ñ a , mientras q u e ordenaba p a r a los dos jefes muertos solemnes
e x e q u i a s y un entierro suntuoso.
Las terribles batallas que se h a b í a n dado en los días 2 3 , 2 6 y 2 8 d e F e brero en los encuentros del Monte Abanto, no habian sido suficientes p a r a
desalojar á los carlistas de las más difíciles posiciones. El ejército había h e cho heroicos y admirables esfuerzos, y sin retroceder un paso, se p a r a p e t a b a n en los mismos reductos que h a b i a n conquistado al enemigo.
A causa de una lucha tan colosal, tácitamente hubo en uno y otro c a m p o una suspensión de hostilidades; pero el general Serrano que conocía l a s
g r a n d e s dificultades que había que vencer p a r a llegar á la ría de Bilbao,
llamó i n m e d i a t a m e n t e al capitán general D . Manuel de la Concha, el c u a l
e r a considerado con justicia el primero de n u e s t r o s militares e s t r a t é g i c o s ,
m i e n t r a s q u e ordenaban la formación de n u e v a s tropas, á fin de d o m i n a r ¡a
cadena d e m o n t a ñ a s q u e los separaba de la heroica Bilbao.
Era el general Concha el veterano de la p a s a d a guerra civil, y conocia
perfectamente el teatro donde estaba e m p e ñ a d a la contienda: así es que p o r
su iniciativa se suspendieron los combates diarios y parciales q u e se s o s t e nían en el Monte Abanto, y preparó su c é l e b r e y nunqa bien p o n d e r a d o
plan de c a m o a ñ a , que había de d a r por r e s u l t a d o el levantamiento dol sitio
d e Bilbao.
Concha comprendió que el ataque de frente del general S e r r a n o e x p o n í a
al ejército á perderlo todo por salvarlo todo, y entonces dispuso la m a r c h a
d e flanco a través de aquellas m o n t a ñ a s , y q u e había de r o m p e r las l í n e a s
carlistas por tres p u u t o s á la v e z .
Madurado el plan, principió el movimiento de avance; Serrano debia e m bestir á S a n Pedro Abanta para caer sobre Portugalete, y Cundía y Morlones debían p e n e t r a r por la derecha. A Bilbao no le quedaban medios de. re-v
s i s t c n c i a , y los cabecillas carlistas el m a r q u é s de Valdespina y D. Castor
A n d c c h a g a , esperaban ser dueños de la plaza de un momento á o t r o .
De n u e v o resonó el cañón en aquellas montañas, y la célebre batalla d e
las M u ñ e c a s dada por el general Concha, hizo q u e fueran rotas todas las l i n e a s carlistas, y el ejército r e b a s a s e los desfiladeros más peligrosos. D u e ñ o s
d e las posiciones del c e n t r o , era imposible la resistencia en la izquierda y en
í a d e r e c h a , y los enemigos se vieron obligados á descender p r e c i p i t a d a m e n t e hacia la ria de Bilbao para a b a n d o n a r el sitio de esta plaza, s i e m p r e c o d i ciada por los carlistas. En la última j o r n a d a de aquella serie d e combates,,
pereció el cabecilla Castor A n d e c h a g a , retirándose solo á pié d e l a n t e del
ejército liberal, y el pueblo de S a n Pedro A b a n t o quedó reducido á e s c o m bros por el efecto de la artillería.
Al d í a siguiente de estos hechos, el general S e r r a n o e n t r a b a e n P o r t u g a ltóte, Morioucs se acercaba á Bilbao, ya l i b r e de enemigos, y Concha d e s e m bocaba por las g a r g a n t a s vecinas, buscando delante de sí á los pocos e n e m i gos q u e le q u e d a b a n .
CAPITULO VIL
Reconcentración del ejército carlista en Navarra.—El plan del general Concha.—
Preparativos.—Batalla de Peña Muro.—Muerta del general en jefe.—-Eetirada.
del ejército.—La Seo de Urgel por los carlistas.—Proclamación en Sagunto á favor del Rey D. AfonsoXII.—La restauración.
La alegría de toda la España libcralfjfué i n m e n s a , en el l e v a n t a m i e n t o del
s i t i o ' d e Bilbao, y como consecuencia de aquel suceso, el general Concha
q u e d ó al frente del ejército, m i e n t r a s S e r r a n o volvia á Madrid d o n d e la política lo llamaba.
Si bien los carlistas habían quedado quebrantados de la batalla d e las
Muñecas y las demás acciones verificadas en Vizcaya, no por eso se c o n s i d e r a b a n vencidos, y llevaron la lucha al corazón de Navarra. E r a el p e n s a miento del g e n e r a l C o r r í a , escoger también este punto c o m o , t e a t r o de la
g u e r r a ; cruzar el Arga \ penetrar por P u e n t e de la Reina y cordilleras i n m e diatas á Éstella, que era la corle del P r e t e n d i e n t e ; pero los carlistas q u e h a bían comprendido la intención, se p a r a p e t a r o n de u n a manera formidable en
toda la p a r t e que hemos indicado, e s p e r a n d o 4 la defensiva el r e s u l t a d o de
los p l a n e s de Concha.
Dos meses largos necesitó este e n t e n d i d o militar, en p r e p a r a r sus medios
de a t a q u e , y en los últimos d i a s d e l m e s de Junio inició su buen c o m b i n a - \ ) \ do movimiento, si una bala infame no le hubiera privado d e la e x i s t e n c i a .
¿A
La batalla de P e ñ a Muro dada el 21 de Junio, será siempre la p á g i n a
Q
más gloriosa que cierra la vida militar de don Manuel G u t i é r r e z de la C o n e¿
cha. A v e z a b a n todas las tropas á lo alto de P e ñ a Muro, c u a n d o observó
t
18 —
aquel g e n e r a l en un cuerpo cierto movimiento d e retroceso. E n t o n c e s avanzó á las guerrillas, dio la orden de tomar á la b a y o n e t a las alturas; pero e n
el momento del triunfo cayó atravesado de una b a l a e n t r e los brazos de s u s
ayudantes.
Sin esta desgracia llorada por toda E s p a ñ a , la guerra hubiera a c a b a d o
e n aquellos d i a s , pero el destino exigía nuevos sacrificios. Retiróse el ejército con el m a y o r orden, bajo la entendida dirección del general E c h a g U e .
L a noticia de la m u e r t e del general Concha, llegó á Madrid el 2 8 de J u nio y la indignación llenó lodos los ánimos: el gobierno comprendió que e r a
preciso h a c e r un esfuerzo extraordinario y se d e c r e t ó una quinta d e 7ñ mil
hombres, y mientras tanto se propuso no e m p e ñ a r ninguna acción decisiva
que pudiera comprometer al ejército. Sin e m b a r g o , un suceso desgraciado
también h a b í a levantado el ánimo d e los c a r l i s t a s de Cataluña. La Seo de.
Urgel, ciudadela importante de la frontera, habia quedada en poder de l a s
facciones á causa de u n a venta y en el Maestrazgo renacían las facciones con
más fuerza y energía. P u e d e decirse por lo t a n t o , que la segunda acción d e
Alpens, d o u d e murió Cahrinety, y el adverso acontecimiento de la Seo, e r a n
los q u e a n i m a b a n el espíritu de las facciones c a t a l a n a s que baldan vuelto á
ser combatidas por el valiente general Martínez Campos.
Cuando ocurrió la muerte del inolvidable g e n e r a l Concha, á quien la n a ción hizo magníficos funerales, ya habia h a b i d o un cambio ministerial en
sentido conservador, q u e d a n d o , por decirlo así, d u e ñ o de la situación el g e neral Serrano y S a g a s t a . E s t e ministerio se c o n s a g r ó á restringir toda c l a se de libertades, para no dar armas á los e n e m i g o s . Organizando el ejército,
manteniéndolo á la defensa, pero preparando á la par una c a m p a ñ a i m p o r tante para la próxima p r i m a v e r a , pasó todo el otoño y p a r t e del invierno d e
1874. Creíase más seguro que n u n c a , cuando de r e p e n t e una noticia t r a s m i tida por el telégrafo, anunció un suceso e x t r a o r d i n a r i o : e r a este el q u e l a s
divisiones Despujols y Daban habían dado en S a g u n t o el grito de viva don
Alfonso XI.,
Sucedía esto el 27 de Diciembre por la t a r d e .
En seguida se supo que los generales conde de Valmaseda y M a r t í n e z
Campos, e r a n los iniciadores de la restauración d e los Borbones; que el g e neral Jovellar, en el ejército del Centro, habia s e c u n d a d o el movimiento, q u e
el ejército de Cataluña acababa de hacer lo mismo, y q u e el del Norte se encontraba próximo á seguir la bandera levantada por sus c o m p a ñ e r o s .
Aturdido el ministerio S e r r a n o , Sagasta quiso apelar á la resistencia
primero, y d e s p u é s á una lucha q u e hubiera sido s a n g r i e n t a y peligrosa;
más habiendo llegado en la tarde del 31 de Diciembre la noticia de q u e el
el ejército del Norte se habia pronunciado por D . Alfonso XÍI con el g e n e ral Quesada á la c a b e z a , explorada la guarnición de Madrid, y visto q u e e s ta se hallaba dispuesta á salir á la calle para p r o c l a m a r al Bey, el ministerio
resignó el mando y se retiró al extranjero, y al dia siguiente, 1.° de E n e r o
de Í 8 7 S , apareció el ministerio Cánovas proclamando como R e y d e España
i D. Alfonso XII.
19
—
CAPITULO YIlí.
El ejército á la defensiva.—Asedio de Pamplona.—Estado difícil en el N o r t e . El rey va á campaña.—Batallas del Carrascal y del monte Esquinza.—Libertad
de la capilal de Navarra—Laoar.—Nuevas quintas.—Plano definitivo de guerra.
Acción de Álava.
Mientras lodos estos sucesos t e n í a n l u g a r , los carlistas se habían a p r o v e c h a d o de las circunstancias, y lenian sitiada ¿ P a m p l o n a , á S a n S e b a s t i a n ,
á Hernani y á Irun. El ejército liberal se hallaba á la defensiva y u r g i a sobre
todo levantar el asedio de la capital de Navarra. P a r a esto e r a m e n e s t e r
a t r a v e s a r e! Arga, tomar P u e n t e de la Reina y pueblos inmediatos, p e n e t r a r
por el Carrascal y el monte E s q u i n z a y alturas de Santa B á r b a r a y llegar á
P a m p l o n a , que se veía muy a p u r a d a á causa de la escasez de v í v e r e s .
Ürgia la necesidad del combate, y desde luego se dispuso que el joven
Rey
Alfonso XII se pusiera al frente del ejército y principiasen la nueva
c a m p a ñ a con la m a y o r e n e r g í a . El paso del Carrascal era lo m á s difícil: los
carlistas se hallaban allí f u e r t e m e n t e a t r i n c h e r a d o s , y no habia m á s remedio
que pasar por él para llegar á P a m p l o n a . Todo el t e r r e n o se hallaba c u b i e r to d e trincheras y fuertes, y e r a necesario hacer un esfuerzo e x t r a o r d i nario para conquistar las n u e v a s y formidables posiciones. P e r o n a d a hay
difícil para el heroico y sufrido soldado español; el ejército e s t a b a deseoso
de c o m b a t i r ai lado de su joven R e y , y pronto le dio m u e s t r a d e su i m p o n derable valor.
Llegado D. AlfonsoXII al Norle, p r i n c i p i á r o n l a s operaciones. Una recia
batalla dada en las inmediaciones d e P u e n t e la Reina, hizo q u e esta p o blación cayese en poder del ejército; se pasó el Arga con el a g u a b á s t a l a
c i n t u r a ; se atacaron las a l t u r a s de S a n t a B á r b a r a , siendo c o n q u i s t a d a s á la
bayoneta; s e tomó de! mismo modo el Monte Esquinza, y el R e y mismo penetró en el Carrascal, atravesándolo victoriosamente.
Mientras esto sucedía, el g e n e r a l Moriones, por medio de u n a atrevida
m a r c h a de flanco, p e n e t r a b a en el campo de P a m p l o n a , hacia l e v a n t a r el sitio de la plaza y entraba triunfante en la misma. Todas las o p e r a c i o n e s se
h a b í a n llevado con una prontitud y u n a regularidad maravillosas, y el r e s u l tado n o podia ser más brillante.
Sin embargo, para seguir el curso de las operaciones y p e n e t r a r en Eslella, que era la corte del P r e t e n d i e n t e , se comprendió que se n e c e s i t a b a n
más f u e r z a s , tanto más c u a n t o los carlistas p a r e c í a n dispuestos á l u c h a r h a s ta lo último. Lo probaba esto la sorpresa que hicieron en L á c a r á la columna del brigadier Yergiol y las e x t e n s a s líneas q u e conservaban por el c o r a zón d e Vizcaya y Guipúzcoa.
E s c a r m e n t a d o el enemigo, s o l ó s e pensó en dos cosas por el g o b i e r n o : dar
al ejército mayor fuerza de la q u e t e n i a , y combinar u n plan g e n e r a l para
batir al enemigo e n los t r e s g r a n d e s c e n t r o s q u e constituían e l foco d e la
p u e r r a . Decretóse al efecto una quinta de 125 mil hombres, y los generales
en jefe de los tres ejércitos vinieron n u e v a m e n t e á Madrid p a r a combinar
20 —•
un plan definitivo que diera por resultado la completa paciucacion de E s p a ña. Este plan se redujo á reforzar el ejército del c e n t r o para acabar con los
carlistas de esta p a r t e , vina vez pacificado este p a í s . El mismo ejército del
Centro enseña al de Cataluña y barren las facciones del Principado, y t a m bién pacificado á su vez aquel estenso territorio t o m a n la ofensiva sobre el
Norte, cayendo todas las fuerzas del ejército español sobre las cuatro p r o vincias r e b e l d e s .
No cabia duda que este plan era de resultados seguros, y desde luego
t r a t ó de llevarse á cabo, una vez recogido el cupo de la última q u i n t a . D o s cientos c i n c u e n t a mil soldados iban á d a r cuenta de las ridiculas aspiraciones del P r e t e n d i e n t e , y pronto este n u m e r o s o ejército estuvo dispuesto para
volver á c a m p a ñ a .
Como esta debía principiar e n é r g i c a m e n t e por el Centro, el g e n e r a l Jo vellar fué el e n c a r g a d o de dirigirla, secundado por otros entendidos militares. El general Martínez Campos le auxiliaría descendiendo de C a t a l u ña con u n a fuerte división, en términos que s e g ú n la Gaceta del 30 de J u nio todas las fuerzas concurrían al p e n s a m i e n t o g e n e r a l en sus respectivas
zonas.
A n t e s de llevar adelante este plan g e n e r a l , h a b í a n ya ocurrido a c o n t e c i mientos que debemos e n u m e r a r , á ñn de conocer la importancia de las o p e raciones. Conociendo los carlistas que les llegaba su postrera hora, luchaban
frenéticamente en todas partes. En Mayo había a t a c a d o á Guetaria: la a r mada nacional bombardeaba los pueblos rebeldes de las costas de Guipúzcoa
y el valiente marino D . Victoriano Barcaiztcgui, sucumbía sobre el vapor
Colon en una. de estas funciones de g u e r r a .
La Gaceta publicada en 2 2 de dicho mes de Mayo, el reconocimiento
que hacia el R e y D . Alfonso XII, al a n t i g u o g e n e r a l y cabecilla D. Ramón
Cabrera, y m i e n t r a s en Valencia se libraba la s a n g r i e n t a acción de Alcora,
en Cataluña el g e n e r a l Martínez Campos g a n a b a la acción del Bouh, y a s maba el castillo de Miravete, que dominaba toda la ribera del E b r o .
CAPITULO IX.
íovellar y Martínez Campos.—-Ataque de Muela de Chert y Morella.—Muerte
del cabecilla Villalain.—Toma de Gantavieja.—Batalla de Treviño y alturas de
Lumbier.—Dorregaray fugitivo.—Acciones deTremp, Calaf y Giialter en Cataluña.—Sitio y conquista de La Seo de Urgel por Martines Campos.—El ejército
se dirige al Norte.—Ataque general.—BíUalIa de Villar-real y Aramayona.—San
Sebastian, Hernani.—El rey de nuevo en el teatro de la guerra.—Nuevos y victoriosos combates.
, Principiadas, p u e s , las operaciones como h e m o s dicho a n t e s , con a r r e g l o
al plan general de g u e r r a , el general e n jefe de Cataluña pernoctó ai 28 de
Jimio en Morella, después de haber levantado el bloqueo; el general M o n t e -
n e g r o e n m avance conquistó Jas formidables posiciones de Muefa de
C h e r t : el 29 el general Jovellar p e n e t r ó en el desfiladero de Monüó, d e f e n dido por Dorregaray, Gucala y Villalain: el 5 0 se inició el movimiento de
a v a n c e sobre Gantavieja, tanto por las fuerzas de Jovellar, como por las de
Martínez Campos, dándose en seguida la acción de Villafranca, d o n d e m u rió el cabecilla Villalain, Por otro lado, el general W e y l e r , batía las f a c ciones r e u n i d a s de Gamundi, Madrazo y Palles; de manera, que el dia 1.° de
Julio ya q u e d a b a establecido el cuartel general delante de C a n t a v i e j a . Esta
plaza se rindió el 6' de dicho «íes á las dos de la tarde, q u e d a n d o prisionera
toda la guarnición, el parque de Artillería y todo el material de g u e r r a .
T a n rápidas y afortunadas o p e r a c i o n e s , concluían con las facciones del
Centro, las cuales se dirigieron á la desbandada para pasar el Ebro y p e n e trar en Cataluña.
El 7 de Julio, principió á su vez en el Norte el movimiento de a v a n c e por
el Condado de Treviño, á l i n d e salvar á Vitoria, y en aquel mismo d i a se
dio u n a r u d a batalla que terminó por conquistar las posiciones de P o r t / H o .
El dia 8 , entró el general e n jefe en la capital de Álava, después de h a b e r s e
r e n o v a d o la acción en toda la línea. El día 10 llegaba el ejército á S a l v a t i e r ra, y se destacaban algunas divisiones á Sangüesa para c e r r a r el paso A las
facciones del Centro, cu tanto que siguiendo su movimiento de a v a n c e lomó
las a l t u r a s de Lumbier, se destruyeron las Conchas del e n e m i g o y el ejército pudo p e n e t r a r e n Vizcaya d e s p u é s de h a b e r dejado la provincia de Álava
limpia d e facciones.
La c a m p a ñ a no podia dar resultados más favorables, y desde q u e s e inició el movimiento general y por lo que nos queda por referir se v e r á las ventajas q u e cada dia más se iba c o n q u i s t a n d o .
Limpió el Centro de carlistas y presentándose los dispersos y r e z a g a d o s
á las a u t o r i d a d e s , toda la atención de la g u e r r a estaba lija en Cataluña d o n de debia tener lugar la segunda p a r t e de la campanil. Dorregaray con los
restos de las facciones aragonesas* y valencianas, nabia penetrado en la alia
m o n t a ñ a de Huesca y lo mismo podía caer sobre Navarra como sobre C a t a l u ñ a , p e r o los movimientos del ejército del Norte hacia S a n g ü e s a le obligaron á p e n e t r a r en este último p u n t o . Mientras tanto seguían ios ejércitos del
Centro y Cataluña en marcha victoriosa, arrollando todo lo que e n c o n t r a b a n
por d e l a n t e . Habiendo entrado las facciones por el puerto de B e n a s q u e , Martínez Campos se arrojó sobre ellos en las inmediaciones de T r e m p . Jovellar
entró por la provincia de Lérida, e n t a n t o q u e los carlistas a t a c a b a n i n f r u c tuosamente por cuarta ó quinta vez á la heroica villa de P u i g c e r d á . E n t o n ces principió la marcha el general Martínez Campos sobre la Seo de U r g e l ,
q u e e r a el g r a n baluarte de los carlistas e n Cataluña.
Mientras tanto el general Esteban se b a t i a en Calaf, daba la acción de
Gualter arrollándolo todo á su paso, el general W e y l e r y el general A r r a n d o
m a r c h a b a n en combinación hacia Ripoll y una extensa linea de combate, l i m iaba de una,vez á Cataluña de las f a c c i o n e s q u e por tanto tiempo las b a jan afligido, refugiándose estas en la alta m o n t a ñ a .
: El g e n e r a l Martínez pudo formalizar el sitio de La ¡seo de Urgel en á 7 de
Julio. En la noche del mismo dia, se apoderó de la ciudad de La S e o . Lizárraga q u e mandaba la formidable ciudadela de est;i plaza, principió el b o i i K ^
bardeo c o n t r a la población. El dia 1.° de Agosto las tropas sitiadoras t o n i a - $ á
l o » el fuerte de Solsona y la altura del Cuervo, q u e d o minaba el c a s t i l l o , Q l
€
— 22 —
Las facciones r e u n i d a s con el ánimo de s o c o r r e r l o s , atacaron por San Ceíoni,
pero fueron r e c h a z a d a s : Dorregaray q u e se h a b i a aproximado con igual iin
fué batido, y el dia 1 1 de Agosto las b a t e r í a s del ejército liberal rompieron
el fuego contra la fortaleza. Dos dias d e s p u é s , se dio la batalla de CastelCiudad por la q u e el rio que proveía de a g u a s á la cindadela, fué definitivan e n l e ocupado por las t r o p a s . Castells al frente de 5 . 0 0 0 hombres dio una
nueva embestida, y después de largos dias de u n a resistencia tenaz y desesp e r a d a se rindió la ciudadela el 26 de Agosto, quedando prisionera toda la
guarnición con Lizárraga y el obispo de Urgel á la cabeza.
Este c e r t e r o golpe acabó por completo con las facciones c a t a l a n a s , p u e s
si bien hubo d e s p u é s algunos encuentros, todos tuvieron que apelar á la t u g a
ya p r e s e n t á n d o s e á las autoridades, ya p e n e t r a n d o en Francia, ya dirigiéndose al N o r t e p o r las g a r g a n t a s de los Pirineos.
T e r m i n a d a de un modo tan glorioso esta s e g u n d a parte de! plan g e n e r a l ,
solo faltaba a c a b a r con las facciones del N o r t e , d o n d e se esperaba q u e la r e sistencia seria desesparada.
El estado de la g u e r r a en aquel último p a r a p e t o del carlismo, era f a v o rable á las a r m a s de la restauración, pero los resultados no eran definitivos.
Después de la acción de Viergol se habia conquistado el cerro de la Saladillo por el general Villegas, se habia dado la batalla de Villarreal y los combates de Valmaseda, por ¡o q u e los facciosos se vieron obligados á reple^
g a r s e hacia A r a m a y o n a ; p e r o siendo demasiado e s t e n s a la línea del ejército,
este tuvo que r e p l e g a r s e sobre Vitoria, luego q u e dio las sangrientas accio-»
nes de Vinna, los Altos del Lucero en el valle d e Carranza y el combate d e
Sierra-Emita.
E n Guipúzcoa las plazas de San Sebastian, H e r n á n ! é Irun estaban c o n t i n u a m e n t e b o m b a r d e a d a s por los carlistas; p e r o el general Blanco daba a c ciones victoriosas y diarias a fin de enviar convoyes de municiones de boca
y g u e r r a á l a s referidas poblaciones, y la escuaotra c o m b a t í a l a s plazas d e
Lequeitio, E i a n c h o v e , Zarauz, Deva y B e r m e o .
Faltaba el último esfuerzo para triunfar, y e s t e se dispuso al Iin d u r a n t e
el invierno de 1878 y 1876. Martínez Campos con el ejército victorioso de
Cataluña y el Centro, hizo una marcha á t r a v é s d e las g a r g a n t a s de los Pirineos; el Rey salió de Madrid, y dispuesto el p l a n , pronto se vieron los c a r listas e n c e r r a d o s en u n círculo de hierro. E n vano el Pretendiente publicó
proclamas á los aturdidos defensor.!», todo e r a inútil para resistir el e m p u j e
de las fuerzas combinadas.
La batalla de EstelJa librada poi Primo de R i b e r a , abrió las p u e r t a s d e
la ciudad s a g r a d a de los carlistas; Martínez Campos atacó á Peña P l a t a , Cúrate y el alto del Centinela, por la parte de Vizcaya. Son los carlistas d e r r o tados en Arbolandia y pronto las sangrientas c u m b r e s de Santiago Mendi,
aquellas cumbres que por espacio de un año h a b í a n cruzado proyectiles k
San Sebastian y H e r n a n i , cayeron en poder del ejército.
Todo c e d e , todo s u c u m b é , el Pretendiente h u y e de aquellas provincias,
que por espacio de c u a t r o años habían defendido sus pretendidos d e r e c h o s ,
y al liDj lleno de d e r r o t a , de confusión y v e r g ü e n z a e n t r a eu F r a n c i a coa a l gunos de sus más fanáticos secuaces.
Todo el inmenso material del ejército carlista quedó en poder n u e s t r o ,
Tolosa abrió las p u e r t a s , y el Rey D . Alfonso llegó hasta la misma frontera
después de tan corta como fructífera c a m p a ñ a .
-
23 —
T e r m i n a d a la g u e r r a , visitadas Jas provincias, don Alfonso XII r e g r e s ó á
Madrid con el ejército vencedor, y el 2 0 de Marzo hizo su e n t r a d a victoriosa
acompañado de los generales Quésada, Martínez Campos y d e m á s invictos
caudillos de tan heroica cont íenda. Consolidada la p a z , solo falta q u e se rest a ñ e n las heridas de la patria d e s a n g r a d a por tantos sacrificios. Nuestro* d e b e r tan solo es consagrar un t r i b u t o d e admiración al bravo y sufrido ejército español que ha sabido vencer a n a vez mus á las h u e s t e s del absolutismo.
CONCLUSIÓN,
l a s grandes batallas de que las m o n t a ñ a s del N o r t e fuesen teatro desde
el m e s de E u e r o hasta las dadas casi simultáneamente en las ínespugnables
alturas del Monte Abril en Vizcaya, y alto del Centinela en Guipúzcoa, d i e ron por resultado el término de la g u e r r a fratricida, q u e dividía á los e s p a l ó l e s , y el deseado advenimiento de la paz.
Con fecha 28 de FebrerOj el Cónsul general de E s p a ñ a en Bayona, tele
grafio al p r e s i d e n t e del Consejo de ministros e n M a d r i d , q u e el g e n e r a !
Pourcet, que m a n d a b a la división de los vizcaínos, h a b i a recibido á las doce
de la noche anterior con toda urgencia, u n a carta del jefe carlista L i z á r r a g a ,
anunciándole que vencido por la adversa fortuna, í ) . Carlos había resuelto
abandonar una lucha inútil, y pedia la generosa hospitalidad a la F r a n c i a ,
en cuyo territorio e n t r a r í a el dia 2 8 á las n u e v e de la m a ñ a n a por el p u e n t e
de Arnequí.
Al punto de e n t r a r en Francia, el Pretendiente llevaba e n pos suyo á d i versos generales q u e h a b í a n sido líeles á la c a u s a , y u n o s cuantos batallones
uc Jeseguian á la emigración. E n t r e los que iban c o n él, m a r c h a b a el y a
icho L i z á r r a g a , Velasco, Pérula y otros personajes de su e r r a n t e corte, q u e
q u e r í a n seguir en la desgracia ai q u e veía vencida su causa por tercera v e z .
No bien puso el pié en territorio extranjero, publicó un documento q u e
si bien daba a conocer su fuga y la derrota y dispersión de sus fuerzas, no
implicaba ei abandono de ninguno d e sus pretendidos d e r e c h o s .
Don Carlos decia que no habia sido vencido y que espontáneamente
y por
pura humanidad iiabia resuelto retirarse á F r a n c i a . Como este documento n o
deja de completar el pian que nos hemos p r o p u e s t o , al hacer la historia
de la g u e r r a civil, lo ponemos á continuación. Dice a s í :
«Conducido por las circunstancias á s u s p e n d e r u n a lucha inútil q u e h a bría causado males en E s p a ñ a sin provecho para la c a u s a , el Rey Carlos VII,
ha entrado v o l u n t a r i a m e n t e en Francia el 2 3 de F e b r e r o á las diez de la
m a ñ a n a , escoltado por sus guardias y por uua división e n t e r a , compuesta d e
tropas de Castilla, C a n t a b r i a , Gandesa, Valencia y A s t u r i a s .
»En la noche a n t e s , el rey dio aviso de ello al general comandante d e
la división de Ba.vona. A n t e s de atravesar la frontera, las tropas r e a l e s , e s calonadas en el camino de Valcarlos á Arnegui, hicieron los honores militar e s al rey y le a c l a m a r o n , y luego rompiendo sus a r m a s en el suelo ..ano,
siguieron á Garlos Vil al destierro.
j>En el p u e n t e Arnegui fué recibido el rey por Si. H e r t z , subperfe
de
3
— 25 —
Mauleon, y llevado en coche á este pueblo, donde M. de Nadaíllac, p r e f e c t o
de P a u , trasmitió á S. M. las disposiciones del gobierno francés r e s p e c t o de
su p e r s o n a .
»E1 acto que ha tenido por teatro el p u e n t e d e A r n e g u i es u n a p á g i n a
conmovedora de historia c o n t e m p o r á n e a , acto cumplido l i b r e m e n t e y e n
p r e s e n c i a de a u t o r i d r d e s civiles y militares francesas, que p u e d e n d a r t e s timonio.
«Los derechos del r e y q u e d a n i n t a c t o s . Don Garlos ha salido d e E s p a ñ a
sin v e r s e obligado á ello. No ha rendido sus a r m a s ni á los alfonsistas ni á
¡a F r a n c i a . Al cabo de una lucha heroica, las ha depositado v o l u n t a r i a m e n t e ,
r e s e r v a n d o así el porvenir que le p e r t e n e c e . »
No h e m o s tenido inconveniente en lomar las anteriores noticias del t e x t o
q u e publicaron los periódicos franceses, porque a p a r t e de la forma con q u e
el documento trascrito está r e d a c t a d o , r e v e l a el hecho en su p a r t e e s e n c i a l ;
e s t o e s , e n la parte histórica.
Don Carlos dejaba á España bajo una p r o t e s t a que no llegará á c u m p l i r se j a m á s , puesto que las guerras civiles no están sujetas como en otro t i e m p o , á la voluntad de .un h o m b r e , sino á la fuerza imperiosa de las c i r c u n s t n n cias q u e son las que las producen. Detrás d e sí dejaba un país e n s a n g r e n t a do, y casi desierto; pero de estos ejemplos r e g i s t r a n muchos la historia d e t o dos 'los p a i s e s .
Muchos de los batallones carlistas, se n e g a r o n á combatir l u e g o q u e llegó
la hora del desaliento, por cuyos resultados, el general carlista E g a ñ a fué
a s e s i n a d o por sus mismos soldados.
Aquellas tropas que últimamente habían sido hábilmente o r g a n i z a d a s ,
pidieron e n su mayor parte indulto al gobierno de Madrid; quien lo concedió
sin condiciones, previa entrega de las a r m a s .
Así se explica, que después de los últimos y r u d o s c o m b a t e s , la o c u p a ción del ejército liberal fuera tan rápida como segura en todo el t e r r i t o r i o
e n e m i g o . P a r q u e s , artillería, municiones, depósitos, a l m a c e n e s , todo q u e d ó
p l e n a m e n t e en nuestro poder, y con la e n t r e g a incondicional de Tolosa, todo
•el país q u e d ó en horas más bien q u e en dias rápidamente pacificados.
T e r m i n a d a la g u e r r a , p u e d e e s p e r a r s e que la paz r e m u n e r a r á p r o n t o las
p é r d i d a s materiales q u e por aquella se han e x p e r i m e n t a d o , si las discordias
d e los vencedores no estimulan á los vencidos. Las lecciones de la e x p e r i e r r cía son g r a n d e s , para que se echen en olvido las palabras q u e d e j a m o s
apuntadas.
La derrota de D. Carlos ha sido tan grande como su d e s e n g a ñ o , p u e s t o
q u e él se formó la ilusión de que bastaba su presencia p a r a c a m i n a r de e t a p a
e n etapa desde las cimas de los Pirineos hasta las orillas del M a n z a n a r e s .
Acaso, mirando los hechos con e n t e r a imparcialidad, la g u e r r a se h u b i e r a
prolongado ó hubiera terminado más p r o n t o , si el P r e t e n d i e n t e á su a m b i ción d e mando hubiera reunido m á s valor personal que el que ha d e m o s t r a do e n el sangriento y triste d r a m a de q u e hemos sido los españoles e s p e c t a d o r e s y víctimas. Sobre esta m a t e r i a , d e m o s t r a d o está que D. Carlos no ha
deseolíado ni por inteligencia ni por v a l o r , pues ningún príncipe r e b e l d e t u v a
c i r c u n s t a n c i a s tan favorables como este p a r a conseguir sus fines, y ningunat a m p o c o supo desaprovecharlas t a n t o r p e m e n t e . Lo único que ha l o g r a d o , h a
s i d o c u b r i r de luto á casi todas las familias de E s p a ñ a , y es s e g u r o , q u e loa
m u e r t o s no resucitarán por más que el P r e t e n d i e n t e a n d e hoy e r r a n t e , de
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n a c i ó n en nad&ír, buscando un asilo tranquilo q u e lo salve de la nube (te
a c r e e d o r e s q u e le p e r s i g u e n .
Y ya q u e nos ocupamos de e s t e personaje por ú l t i m a vez, creemos o p o r tuno hacer su r e s e n a biográfica, pues no todos p u e d e n apreciarla hoy con
completa e x a c t i t u d .
¿Quién e s D . Carlos? ¿Quién es el P r e t e n d i e n t e ? Pocas palabras b a s t a n
para c o n o c e r l o .
Don Carlos d e Borbon y de Este, nació en L a y b a c h (Austria) en 3 0 d e
Marzo de 1848: p o r consiguiente, hoy tiene 2 8 a ñ o s , lis su padre el ex i n fante D. J u a n de Borbon y de B r a g a n z a , hijo s e g u n d o de aquel otro D. C a r los que fué el primer P r e t e n d i e n t e a la Corona de E s p a ñ a , y que los c a r l i s t a s le dieron el título de Carlos V. Su madre es Doña María Beatriz, hija d e
Francisco IV, que fué g r a n d u q u e d e T o s c a r i a , siendo h e r m a n a por c o n s i g u i e n t e de la condesa de Chambord, esposa del r e p r e s e n t a n t e del p a r t i d o
legitimista de F r a n c i a .
El nacimiento del último p r e t e n d i e n t e al trono español, no deja de t e n e r
n o v e d a d . D. J u a n de Borbon y doña Beatriz, a t r a v e s a b a n en silla de posta
u n a tarde n e b u l o s a de! m e s d é Marzo del referido año de 1849 la población
de L a y b a c h , p a r a ir á Viena á incorporarse con su familia, cuando dicha señora sintió violentamente los dolores m a t e r n a l e s . E n t o n c e s se detuvieron, s e
metieron en una m o d e s t a posada y en ella vio la luz primera el descendiente
de Enrique Tf, c o m o dijeron los periódicos realistas franceses, y el que m á s
t a r d e habia de t r a e r males sin cuento sobre una patria que en realidad n o
es la s u y a .
Sobre las d u d a s que han surgido acerca ue ía proceuencia d e D. Carlos
pueda servir de conocimiento estos datos irrecusables, resultando q u e es e x t r a n j e r o . Cuando este vino al mundo, su m a d r e adenas tuvo con que a b r i g a r el cuerpo del futuro p r e t e n d i e n t e de la corona d e España.
No seguiremos la historia de este en su n i ñ e z , la cual está confundida
con la de su familia. Sabido es, que á la m u e r t e de F e r n a n d o Vil su h e r mano D . Carlos, q u e se consideraba con derecho á la c o r o n a , por la ley sálica, luchó siete años c o n t r a doña María Cristina de Borbon, hasta que él Con>
venio de Vergara puso término á aquella contienda. Carlos V, se retiró á
Bourges (Francia) con sus tres hijos, D . Carlos, D. J u a n y D . F e r n a n d o , y
allí renunció sus pretendidos derechos en su hijo p r i m o g é n i t o , q u e tomó ei
título de Carlos VI.
Este hizo u n a tentativa en Cataluña en 1848 y 4 9 , pudíendo decirse q u e
aquella c a m p a ñ a dirigida por el hoy general C a b r e r a , fué un notable e p i s o dio de nuestras contiendas civiles. Vencido por s e g u n d a vez el carlismo, hizo
una nueva tentiva en San Cártos de la Rápita, hasta que poco tiempo d e s u e s m u r i e r o n en Trieste y casi simultáneamente el titulado Carlos VI y su
e r m a n o don F e r n a n d o .
Quedaba pues D. J u a n , como único heredero de la familia del primer
P r e t e n d i e n t e , y d e s d e luego, trabajó p a r a reconocer á su prima doña I s a bel II, por medio d e su famoso secretario D. Enrique L a z e u ; pero fuera q u e
esto no diera resultados ó que no entrara en su cálculo el seguir con u n a s
pretensiones de todo punto fantásticas, renunció en 3 de F e b r e r o de 1868 en
su hijo primogénito I). Carlos, quien inmediatamente tomó el título de d u q u e de Madrid.
Después de e s t o , nada hay q u e referir, p o r q u e los hechos políticos q u e
E
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dejamos apuntados lo dicen todo. D. Carlos tiene hoy unos seis pies de e s t a t u r a , es de formas atléticas, y cuantos le h a n visto, 'dicen que su d e n t a d u r a
«s completamente negra de tanto fumar. E s t e se casó el 4 de F e b r e r o de 1 8 6 7 ,
con doña Margarita de Borbon, hija de la difunta d u q u e s a d e P a r r a a .
Hó aquí el modo poético con q u e un periódico pinta la vida m a t r i m o n i a l
del P r e t e n d i e n t e , antes de que se metiera en su descabellada e m p r e s a , q u e
hoy d e p l o r a n todos los españoles.
" «Ese enlace, se realizó no bajo la presión de los negocios de E s t a d o , p e r »
sí v e r d a d e r a m e n t e á la moda española y bajo el influjo del irresistible c a r i ño de los dos jóvenes.
En 1 8 6 4 , la duquesa de P a r m a llegaba á Veuecia (donde ha vivido b a s tante tiempo su hermano el conde de Borbon) con su hija Margarita y su hijo D . R o b e r t o .
La s u e r t e quiso sin duda que su palacio se encontrase j u s t a m e n t e e a
frente del habitado desde algunos años por la prineesa doña Beatriz c o n e l
joven D. Carlos.
Todos los palacios de Venecia .tienen balcones.
Cada t a r d e doña Margarita iba á respirar al balcón, pensando e n su c a r a
patria.
Cada tarde también D. Carlos i b a , s o ñ a n d o quizás con sus locas p r e t e n siones.
Las miradas bajo el poético cielo de Venecia, los suspiros p a r a la patria,
a u s e n t e , u o podían más que encontrarse. Después estas dos a l m a s h a b í a n
sin d u d a nacido la u n a para la otra, y e s t a s dos familias ilustres por s u p a sado, grandes por sus infortunios estaban destinadas á unirse p o r un l a z o
nuevo.
El 4 d e Febrero de 1867, los dos novios recibían la bendición nupcial e n
la capilla de Trolcsdorb y salieron con su madre doña Beatriz p a r a p a s a r la
luna de miel al castillo de E b e n z w e y a d , propiedad del conde d e G h a m bord.
De e s e matrimonio nacieron: doña B l a n c a (Febrero 1868), d o n J a i m e
(Junio 1870) doña Elvira (Noviembre 1872.»
¿Por q u é fatalidad, después de esta poética pintura, ha llenado d e m a t i c e s
sombríos al hombre fatal que ha cubierto de d e s a s t r e s el suelo español?
Pero no es la ocasión de consagrarnos á estas reflexiones, y sí d e p r e s e n tar á la consideración pública los merecimientos de los g e n e r a l e s q u e m á s
se han distinguido en la pasada g u e r r a .
¿Quiénes son estos? todos; pero especialmente hay q u e consignar Sos
sombres do Martínez Campos, Quesada, Moriones, Loma, Primo de R i v e r a ,
en las batallas; del general Castillo en la gloriosa defensa d e Bilbao; de B l a s co en las montañas de Guipúzcoa y Contreras en los a t a q u e s de c a b a l l e r í a .
Sobre todos hay que consagrar un r e c u e r d o de gloria, así como t a r a b i e a
sobre el m a r q u é s del Dunro, muerto d e s g r a c i a d a m e n t e en el m o m e n t o d e l
triunfo.
Conocidos los antecedentes de D. Carlos, tenemos el deber d e decir a l g o
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a c e r c a de los mejores militares q u e m a s han contribuido con sus h e r o i c o s
esfuerzos á la pacificación. La mayor parte de ellos, escoplo el general Quedada, eran c o m a n d a n t e s , tenientes coroneles y coroneles, al comienzo di? la
g u e r r a , y gracias á sus poderosos esfuerzos, han alcanzado los grados m á s
elevados de la milicia. Jefes hay, que como á Martínez Campos, se le c u e n i a m á s de sesenta y c u a t r o acciones y batallas, d u r a n t e la lucha; y a s o m b r o
s s hoy de los h o m b r e s q u e se consagran á la ciencia militar, su m a r c h a v e rificada á vanguardia del enemigo, por medio de espantosos precipicios, p a r a
icerrar á este las g a r g a n t a s del Pirineo.
También merecerá en la historia alto n o m b r e el destile del general
Moñones por las inmediaciones de S a n g ü e s a , y flanqueando el Arga, á lio.
•de caer sobre P a m p l o n a , cuando los carlistas no podían imaginarse tan a t r e vido movimiento.
Sabido es, q u e el incansable general Loma, se mantuvo en Guipúzcoa,,
sosteniendo solo contra las facciones allí c o n g r e g a d a s , y conocidos los esfuerzos del general Bianco, para aprovisionar sin d e s c a n s o ' l a s plazas fuertes d e
¡aquel punto, sosteniendo rudos y victoriosos combates para p o d e r conseguirlo.
Ante semejante resultado, nuestro deber es consignar en este r e s u m e n
¿síes hflchns. inara aue la t a l r i a reconocida s e p a tributa) les el homenaje que
jes corresponoe.
Y en efecto, la patria, como acabamos de indicar, manifestó por medio de
la espresion de las Corles y el Senado, el sentimiento público y el e n t u s i a s mo de la n a c i ó n . E n la sesión del 2 de Marzo del c o r r i e n t e año, se leyó u n a
proposición por la que se acordó se elevase al rey una respetuosa y e n t u siasta felicitación por la terminación de la g u e r r a civil, y en la q u e se dieron
las g r a c i a s al ejército y armada, que bajo iá s u p r e m a dirección d e S . M. don
Alfonso Xíl se habían hecho dignos á la gratitud de la patria por su heroico
comportamiento. La proposición fué aprobada por unanimidad y trasmitida
al ejército.
Desde principios del expresado mes de Marzo, el gobierno y el ayuntam i e n t o principiaron á ocuparse de los feslejos q u e se harían al rey y á los
soldados vencedores a su regreso á Madrid. El a y u n t a m i e n t o abrió un c r é dito d e 2 5 mil duros cou este objeto, y la diputación provincial acordó la
creación de una medalla de bronce construida de un cañón tomado al e n e m i g o , en cuyo r e v e r s o se esculpirá el lema de La provincia
de Madrid,
agradecida á sus hijos: la entrega de una uspa.la p a r a cada jefe y oficial, i n u t i lizados e n c a m p a ñ a con el misma l e m a : dos mil reales para cada soldado
inútil también lujo de la provincia, y mil para cada p a d r e de la misma a u e
t u v i e r a u n hijo m u e r t o en campaña.
Mientras esto sucedía euMadrid, en los primeros momentos, en p r o v i n cias se hacían festejos por todas p a r t e s , con motivo de la conclusión d é l a
g u e r r a . Funciones religiosas, repiques de c a m p a n a s , iluminaciones, i n a u g u raciones de obras útiles á los intereses materiales del país; hermosos arcos
¿ e triunfo, corridas de toros y de caballos, socorros considerables á los inutilizados en c a m p a n a , y á las familias de los que en ella han muerto g l o r i o s a m e n t e , mascaradas, comidas, bailes, músicas, tal era la natural e s p a n s i o n
¿el país despue¿ de los dias d e luto que acababa de t e r m i n a r .
E n tanto q u e toda España se entregaba á la alegría mas completa, el r e y
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recorría el terreno ocupado por los carlistas, para dejar s e m b r a d o s e n a q u e llos pueblos rebeldes el g e r m e n fecundo de la paz.
Cuando D. Carlos el p r e t e n d i e n t e , se dirigía e l l . ° de Marzo á Calais, eon
el fin de embarcarse p a r a I n g l a t e r r a , S. M. Don Alfonso XII e n t r a b a e a
Pamplona.
El día 3 de Marzo salió el r e y p a r a Estella en medio de frenéticas aclamaciones, deteniéndose algunos m o m e n t o s en P u e n t e de la Reina, p a r a visit a r el fuerte de San Guillermo.
El dia 4 entró e n Tafalla, tiendo recibido por un inmenso g e n t í o que se
a g o l p a b a a los balcones y calles del tránsito. E n aquel mismo m o m e n t o , don
Carlos se embarcaba en Boulogne y dejaba el suelo de la F r a n c i a .
El dia 5 llegó á Los Arcos, s u b i e n d o á la cúspide de M o n t e - J u r r a , l e a tro d e las batallas d u r a n t e la p a s a d a contienda, y en los dias p o s t e r i o r e s , siguió su marcha triunfal por todo el tfiíriíorio navarro v a s c o n g a d o .
Desde el 10 de Marzo en a d e l a n t e , los regimientos y batallones q u e constituían los ejércitos de la d e r e c h a y de la izquierda, y que debian h a c e r su
e n t r a d a triunfal en Madrid en representación de todos ios d e m á s , iban lleg a n d o á los cantones que se le t e n i a n preparados. Las e m p r e s a s de ferro-carriles, habían rebajado sus tarifas para q u e viniesen á Madrid los q u e d e s c a ían disfrutar de las fiestas de la paz, y desde el primer momento era inmensa la multitud que llegaban por las estaciones centrales del Norte y Mediodía.
El día 11 el Ayuntamiento de Madrid publicó el programa de los festejos
a c o r d a d o s por ia terminación de la g u e r r a , por el cual se disponía, q u e tan
uego como se recibiese la noticia oficial de la aproximación del r e y á la
c o r t e , se cantaría u n solemne Te-Deum en la parroquia de S a n t a María, por
el Cardenal Arzobispo de Toledo.
El dia de la entrada del rey al frente de las tropas victoriosas, el A y u n tamiento en pleno, precedido dé sus maceres, saldría á los límites del térmico municipal á recibirlo, y al pasar S. M. por el arco de triunfo erigido en la
calle Mayor j u n t o á la plaza de la Villa, el Ayuntamiento le ofrecería u n a
•corona triunfal, y desde los balcones de las casas consistoriales, se arrojarían coronas de laurel, palomas, poesías, flores y pájaros. Además de esto
se obsequiaría á la tropa con un rancho extraordinario, se r e p a r t i r í a á los
p o b r e s unos bonos de á p e s e t a y s e harían otras grandes demostraciones,
como funciones de teatros, corridas de toros y fuegos artificiales.
# Habiendo algunas dificultades para que las tropas tuvieran espacio para
desenvolverse, se acordó que S. M. el rey baria su entrada en Madrid el 20
de Marzo, siendo el orden de la carrera el siguiente: Puerta de San Vicente,
paseo del mismo n o m b r e , calle de Bailen, Plaza de los Ministerios á p a s a t
por delante del Senado, calle de la Encarnación y Biblioteca, Plaza de Isabel II, calle del Arenal, Puerta del Sol, calle de Alcalá, P a s e o s del Prado..
Botánico á la Basílica de Atocha, r e g r e s a n d o por la calle de este nombre?
P l a z a de Santa Cruz, calle d e E s p a r t e r o s , Mayor y P l a t e r í a s , Plaza de la
A r m e r í a y Palacio.
No dejaremos de consignar aquí un hecho importantísimo, antes de ser
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testigos d e la e n t r a d a triunfal del ejército en Madrid. Al s e p a r a r s e d o n
Alfonso XII del ejército en Somorrostro, el 43 de Marzo, dirigió a los s o l d a dos acampados en a q u e l p u n t o u n a enérgica alocución, por la q u e en p r i n cipio castigaba á las provincias Vascongadas con la supresión de los fueros
q u e d e antiguo v e n í a n disfrutando. No tienen otra i n t e r p r e t a c i ó n las siguientes palabras.
«Soldados: los ásperos trabajos q u e habéis soportado, las continuas l á grimas q u e v u e s t r a s honradas madres h a n v e r t i d o , el triste espectáculo d e
tantos compañeros q u e gimen en el lecho del dolor ó descansan en el seno
de la m u e r t e , todos estos males, a u n q u e espantosos, y por todo e s t r e m o la m e n t a b l e s , q u e d a n reducidos al espacio de una sola g e n e r a c i ó n : pero
fundada por vuestro heroísmo la unidad constitucional de Españ't, /¿anta las mas
remotas generaciones llegará el fruto y bendición de vuestras
victorias.»
P r e p a r a d o de e s t e modo el resultado de la c a m p a ñ a , solo q u e d a b a p a r a
su gloriosa terminación la entrada triunfal en Madrid del ejército con el r e y
¿ la cabeza y los insignes g e n e r a l e s que tantas veces lo habían dirigido á los
fiombates, á su f r e n t e .
Esta e n t r a d a tuvo l u g a r el 20 de Marzo. A ¡as diez y media de su m a ñ a n a , llegó S. M. el rey á la plaza de San Marcial, y empezó el desfile del
ejército pacificador.
Formaba la v a n g u a r d i a á cuyo frente iba el g e n e r a l Daban, los escuadrones de la escolta del general e n jefe del ejercito de la izquierda, seguido*
de los de la d e r e c h a , escuadrones que estaban c o m p u e s t o s de secciones d©
todos los regimientos del a r m a . Inmediatamente d e s p u é s , iba el rey montando
u n brioso caballo t o r d o con el n u r n e r o s o c u a r t e l r e a l , a u m e n t a d o con los oficiales generales existentes en Madrid. A c o n t i n u a c i o n m a r c h á b a n l o s Alabarderos
q u e habían a c o m p a ñ a d o al r e y al Norte, l a s cuatro c o m p a ñ í a s del- tercer r e gimiento d e Marina, y las cuatro del de la R e i n a , q u e formaban la escolta dé
S . M . A estas fuerzas seguían los miñones de Álava, los migueletes de
Guipúzcoa, los forales de Vizcaya y la contraguerilla d e Miranda.
Después de estas fuerzas, apareció las del ejército d e la izquierda, á cuyo
frente iba el g e n e r a l Quesadacon su estado m a y o r , y e l brigadier Ciria, m a n d á n d o l a brigada d e r e s e r v a , formada por los batallones de Barbastro, Ciudad
Rodrigo, el primero del R e y , el d e la r e s e r v a n ú m e r o 2 y u n a batería d e
montaña.
El general R u i z Dana, mandaba la primera división, y la primera brigada de la marina, el brigadier Garrido. Dicha b r i g a d a estaba constituida de
los batallones d e Cazadores de Alfonso XII y P u e r t o Rico, de la r e s e r v a
n ú m . 7, del provincial de Alicante y de u n a b a t e r í a de montaña. La s e g u n d a
brigada, al mando de Suances, la formaba el regimiento infantería d e la P r i n cesa, el primer bataU ..i del t e r c e r , regimiento de infantería de marina y o t r a
batería de montañs-(fjis
El g e n e r a l Catalán mandaba la segunda división, c u y a p r i m e r a b r i g a d a
al mando del brigadier Araoz, se formaba del r e g i m i e n t o infantería de M a llorca, del provincial de J a é n y de una batería de m o n t a ñ a ; la s e g u n d a b r i -
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gada iba á las órdenes del brigadier I b a r r e t a , y se componía del p r i m e r b a tallón, del regimiento de A l b u e r a , los d e las r e s e r v a s números 11 y 1 2 , u n a
h a t e r í a d e montaña y 28 cañones de diferentes calibres cogidos á los carlistas.
A e s t a s tropas seguían las del ejército de la d e r e c h a , e m p e z a n d o por
u n a sección de torales de N a v a r r a , ¡ha d e t r á s el general en jefe de dicho
ejército señor Martínez Campos y su estado m a y o r . El general T a s s a r a
m a n d a b a la división, y el brigadier Bonanza la p r i m e r a brigada, compuesta
de los batallones cazadores de C a t a l u ñ a , Cuba Arapiles, Manila y una b a t e ría de m o n t a ñ a . El brigadier Cortijo m a n d a b a la segunda brigada c o m p u e s t a
del regimiento infantería de G r a n a d a , los batallones de la r e s e r v a , l a n c e r o s
1 y 2 7 y una batería de m o n t a ñ a .
A continuación m a r c h a b a el p r i m e r regimiento de Ingenieros con su corr e s p o n d i e n t e sección de pontoneros y otra de telégrafos, conduciendo e n t r e
su material de guerra, un magnificó p u e n t e du barcas cogido á los c a r listas.
A e s t a s fuerzas seguían la artillería montada del ejército de la i z q u i e r d a ,
primero y del ejército de la d e r e c h a d e s p u é s , formando s e g u i d a m e n t e la b r i g a d a d e caballería del ejército de la izquierda, á las órdenes de! b r i g a d i e r
C o n l r e r a s , compuesta de los regimientos del R e y de ta Reina y h ú s a r e s de
P a v í a , viniendo por último la caballería del ejército de la d e r e c h a .
Tal fué el desfile del ejército victorioso, que después de las r u d a s c a m p a ñ a s q u e hemos referido recibia la recompensa generosa que la p a t r i a le
o t o r g a b a . Imposible nos es describir el entusiasmo que reinó d u r a n t e la c a r r e r a . L o s g e n e r a l e s , jefes, oficiales y soldados, i b a n abrumados de c o r o n a s ,
r a m o s d e oliva, q u e es el símbolo de la p a z , y d e ramos cié llores.
P o r todas partes nubes de p a l o m a s , versos y pájaros llovían sobre las
tropas.
La iluminación que se siguió á las solemnidades de aquel día, fué d e lo
más magnífico que ha visto Madrid.
E n la calle de Alcalá, habia dos luucs eléctricas que c r u z a b a n sus r á f a gas luminosas desde el ministerio de Hacienda á la Presidencia, i l u m i n a n d o
p o r ambos lados el magnífico arco del gusto del Renacimiento español q u e
se e n c o n t r a b a en el c e n t r o .
L a iluminación del ministerio de Hacienda se extendía p o r toda la
cornisa del edificio.
S e g u í a l e , produciendo u n portentoso efecto, la d é l a iglesia de las Cala™
t r a v a s , con diversos y caprichosos grupos d e luces de colores que i l u m i n a b a n
el precioso decorado de su fachada.
El palacio de la Presidencia habia añadido á su ya conocido título, la
inscripción de Alfonso XII.
E n el ministerio de la Guerra habia dos luces eléctricas en sus p a b e l l o nes, q u e llenaba de luces de colores diferentes sus lindos jardinillos, así c o mo la fachada del edificio.
La iluminación del palacio del m a r q u é s de Alcañices era ostentosa: d e
balcón á balcón, y á la altura del a n t e p e c h o de estos, habia una g r a n flor
de lis.
Como digno remate de las franjas de fuegos brillantes q u e por todas p a r tes r e s p l a n d e c í a n , se elevaba majestuosa y artística la p u e r t a de Alcalá, t o da cuajada de luces, que formaban escudos de a r m a s de E s p a ñ a , y t e r m i n a ba con brillantes rayos de luz, cual si f u e r a n una corona.
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u n a de las mas notables iluminaciones, ñor su b u e n g u s t o , fué sin duda
la del m a r q u é s d e Campo, situada en so paiadio del paseo de Recoletos.
También el Museo de P i n t u r a s estrenó una preciosa iluminación colocada c a p r i c h o s a m e n t e en las galerías alta y baja.
En la Casa de Moneda, en el cuartel cíe San Gil, e n las Caballerizas r e a les, en la plaza de O r i e n t e , eu el Consejo de E s t a d o , en la Diputación p r o vincial, en el Gobierno civil, en el A y u n t a m i e n t o , en los ministerios de Marina y Fomento, en el S e n a d o , en todos los edificios públicos no pudieron
exhibirse iluminaciones de más gusto ni más e x p l é n d i d a s .
La Casa de Moneda o s t e n t a b a una magnífica iluminación de t r a s p a r e n tes. En la puerta principal habia un arco en el q u e se r e p r e s e n t a b a una m a trona de elevada estatura simbolizando la Paz hollando al dios de la G u e r r a .
E! cuartel de San Francisco se hallaba a d m i r a b l e m e n t e decorado. Una d e
sus puertas e s t a b a adornado con ramaje y v a r i a s columnas, en las q u e se
leian estos n o m b r e s : «Concha, Verdii, ¿'rimo de R i v e r a , Blanco, Mariné,
Martínez Campos, Cortijo, Negron, Quesada y Morlones.» La otra p u e r t a ,
situada e n t r e el á n g u l o q u e forma este edificio y el t e m p l o de San F r a n c i s co, estaba adornada con u n gusto superior á toda ponderación. Tenia infinidad de banderas y muchos escudos de a r m a s ,
El templo de San Francisco presentaba un golpe de vista d e s l u m b r a d o r ;
infinidad de estrellas a d o r n a d a s con faro)e.s dé cristal, se veian encima de
las puertas l a t e r a l e s , y en la del centro u n a colosal c r u z de Jerusalem. T o das las cornisas estaban iluminadas por una línea de luces de colores, las
verjas cubiertas de b a n d e r a s , gallardetes v escudos; reuniendo e n t r e todas
unas 4.000 luces.
Últimamente, hubo g r a n d e s corridas de toros, funciones de teatro y f u e gos artificiales; de modo, q u e el dia 20 de Marzo y subsiguientes, fueron el
epílogo brillante y digno de la sangrienta g u e r r a q u e España a c a b a de s o s tener por la ambición de un desalentado p r e t e n d i e n t e , borrando para siemp r e , con los explendores de la paz, las s a n g r i e n t a s huellas de ¡a g u e r r a .
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