Los crímenes por genocidio no prescriben

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El Clarí-n de Chile
Los crímenes por genocidio no prescriben
autor Ozren Agnic Krstulovic
2009-12-25 14:48:04
Las agencias noticiosas internacionales difunden el dÃ-a 24 de diciembre una interesante noticia que reproducimos al
final de estas lÃ-neas. A la información podemos agregar -refrescando la memoria- que la Segunda Guerra Mundial,
iniciada en el año 1939, con la invasión a Polonia y finalizada oficialmente el 7 de mayo de 1945 con la rendición
incondicional de la Alemania Nazi, representada para tal efecto por el heredero de Hitler, almirante Karl Doenitz.
A pesar de su calidad de Jefe de Estado y héroe de la Marina Alemana, Doenitz fue condenado a 10 años de presidio
por el tribunal aliado que, en la ciudad germana de Nuremberg, juzgó y sancionó a quienes tuvieron la calidad de
criminales de guerra por las horrendas matanzas cometidas en contra de civiles inocentes, por el único “pecado― de
pensar diferente al invasor o haber sido estigmatizados a causa de haber nacido judÃ-os, seres humanos a quienes los
nazis aplicaron la insana polÃ-tica del exterminio total.
¿Le suena al lector alguna similitud con las necias palabras del ya fallecido Gustavo Leigh Guzmán, comandante en
jefe de la Fuerza Aérea de Chile, el mismo dÃ-a 11 de septiembre de 1973? Recordemos que por cadena nacional de TV
y cual Júpiter Tonante, Leigh anunció la exterminación del cáncer marxista en Chile. Tal fue asÃ- que, salvo honrosas
excepciones, los altos mandos de nuestras fuerzas armadas lanzaron a las poblaciones, casas y calles de todo el paÃ-s
a sus cow boys uniformados, armados hasta los dientes, a la caza de civiles que habÃ-an apoyado al régimen
constitucional del Presidente Salvador Allende. Muchos fueron inmisericordemente asesinados en sus hogares, otros en
los siniestros campos habilitados para reclusión, similares a los campos nazis de Auschwitz, Sobibor, Bergen Belsen,
Jasenovac, y tantos otros difÃ-ciles de enumerar. Idearon la maquiavélica Operación Colombo para lavarse las manos
–mas no sus conciencias- tintas en sangre por el asesinato de 119 opositores a la dictadura, etc., etc., con la certeza que
sus actos quedarÃ-an sin castigo
Han  transcurrido ya muchos años de tan luctuosos sucesos, crÃ-menes que han enlutado a decenas de miles de
hogares chilenos. El poder judicial de Chile, retornado el régimen democrático, ha retomado el papel que nunca debió
abandonar. Los tribunales han juzgado y condenado a varios culpables, que hoy purgan condenas en cómodas
prisiones habilitadas para que sean recluidos y paguen sus deudas con la sociedad civil. Sin embargo, los que antaño
eran dueños de la vida, actos, propiedades y pensamiento de los chilenos, hoy claman por una “justicia justa―, misma
que ellos no tuvieron para con sus vÃ-ctimas. Recurren a todo tipo de argucias; han creado innumerables páginas Web,
sitios cibernéticos desde donde sus incondicionales esgrimen todo tipo de argumentos, sea para justificar lo injustificable
o para clamar por su pronta liberación vÃ-a indultos, aplicación de la ley de “auto amnistÃ-a― dictada por Pinochet y
contraria a toda norma del Derecho Internacional, o a razones de salud y achaques propios de la edad que avanza
implacablemente. Uno de los sitios más notorios es el creado por una organización denominada Cruzada por la
Reconciliación Nacional CREN y que el lector puede explorar con paciencia en el buscador Google revisando el link
que indicamos:
http://www.cren.cl/sitio/index.php?option=com_content&task=view&id=1226&Itemid=1
Podrán imponerse de lo que reclama el nieto del dictador,  Rodrigo GarcÃ-a Pinochet, quien exige se indulte a militares
condenados en razón de edad. También apreciarán el largo listado que publica el CREN acerca de militares, ayer en
plenitud fÃ-sica e intelectual  y hoy adultos mayores, señalando que padecen, entre otras, de enfermedades crónicas,
diabetes, hipertensiones arteriales, daño orgánico sistémico, principios de Alzheimer, artrosis, ceguera incipiente, etc.,
etc., producto de su avanzada edad actual, soslayando el hecho de que en la época, cuando cometieron el genocidio
que horrorizó al planeta, gozaban de sus plenas facultades mentales y fÃ-sicas. La relación de los condenados es larga
y solo citaremos algunos nombres más emblemáticos: Manuel Contreras Sepúlveda, general Arturo Õlvarez Sgolia,
Adolfo Walbaum, Õlvaro Corbalán Castilla, General Iturriaga Newmann, etc., etc.
Las argumentaciones que utilizan para conmover a la gente trae a la memoria la indignación general que provocaron
los alevosos crÃ-menes del campesino Jorge del Carmen Valenzuela Torres, bautizado en la época [1960] como el
Chacal de Nahueltoro, despiadado asesino a sangre frÃ-a de su conviviente Rosa Rivas y sus cinco hijos. La lentitud de
la justicia en esa época derivó en despertar compasión y simpatÃ-a popular, a tal extremo que una vez fusilado el
criminal, gentes del pueblo lo elevaron a la categorÃ-a de mártir, levantando esas pequeñas construcciones conocidas
como animitas, homenaje a ciertos difuntos objeto de devoción popular. Es obvio que los genocidas de ayer buscan
hoy despertar la compasión y solidaridad de quienes no sufrieron en carne propia las atrocidades ordenadas o
ejecutadas por ellos.
Los europeos nos acaban de dar una gran lección de lo que significa el Derecho Internacional y los acápites de las
leyes aprobadas por la inmensa mayorÃ-a de las naciones del mundo: LOS CRIMENES POR GENOCIDIO NO
PRESCRIBEN, sea cual sea la edad actual de los actores como se indica en el primer párrafo de este comentario y que
nuestros criollos genocidas saben que han sido juzgados por sus actos y en nuestros tribunales. Leamos que dice la
anunciada noticia, gran lección para los otrora señores de horca y cuchillo de la dictadura:
  “El juicio contra el presunto criminal nazi John Demjanjuk continuó hoy en Munich con el testimonio de varios
supervivientes del Holocausto [judÃ-o]. El proceso, uno de los últimos contra presuntos colaboradores del régimen nazi,
se retomó ayer, después de que a principios de mes tuviera que suspenderse temporalmente por enfermedad del
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acusado, de 89 años―.
“En la vista de hoy, un superviviente holandés del Holocausto, Jules Schelvis, de 88 años, relató su dramática
experiencia en el campo de concentración de Sobibor, en la Polonia ocupada por los alemanes durante la Segunda
Guerra Mundial (1939-45)―.
“Schelvis perdió a 18 familiares en ese campo nazi, entre ellos a su esposa, de 22 años, y a sus suegros. Otros 20
allegados fueron asesinados en el campo de exterminio de Auschwitz, según recordó en una emotiva comparecencia
ante el tribunal―.
“El querellante sobrevivió a la barbarie nazi y escribió un libro sobre los crÃ-menes cometidos por los nazis. El lunes se
escuchó el testimonio de otros muchos querellantes particulares, principalmente holandeses y todos de origen judÃ-o,
algunos de los cuales perdieron a toda su familia en Sobibor. "Para mÃ-, Sobibor es una herida dolorosa que aún no ha
cicatrizado", dijo entre sollozos un hombre de 86 años procedente de Amsterdam, que perdió a sus padres, a su
hermana y a su novia―.
"Siempre le preguntaba a mi madre por qué yo no tenÃ-a un padre con quien jugar al fútbol, como mis amigos", relató
por su parte otro hombre, de 67 años, que perdió a 74 miembros de su familia en los campos nazis―.
“Demjanjuk, apátrida pero de origen ucraniano, está acusado de haber colaborado con los nazis en el asesinato de
27.900 personas en 1943, cuando era guardia en el campo de exterminio de Sobibor―.
“Aunque padece una afección medular que podrÃ-a degenerar en leucemia, los médicos aseguran que es mental y
fÃ-sicamente apto para enfrentar el juicio, si bien no más de tres horas diarias. Como en las vistas anteriores, hoy el
acusado tuvo que ser trasladado al tribunal del distrito de Múnich en silla de ruedas y siguió el juicio tapado por mantas,
con los ojos entrecerrados―.
Una gran lección de justicia para el mundo y para Chile…No importa la edad ni la condición actual. Fue por lo que
hicieron hace más de 30 años.
Por: Ozren Agnic Krstulovic
Ingeniero Comercial y Escritor
Santiago, diciembre 24 de 2009
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