Poder Judicial de la Nación Sala II- Causa n°° 29.676 “González, Gustavo Marcelo s/ suspensión del proceso a prueba” Juzg. Fed. n°° 5, Sec. n°° 10 Expte. n°° 10.395/2005 Reg. n° 32.228 ////////////////nos Aires, 25 de noviembre de 2010. VISTOS Y CONSIDERANDO: I- El Dr. Pablo Matkovic, defensor oficial de Gustavo Marcelo González, interpuso recurso de apelación contra el resolutorio obrante a fs. 180/1, en cuanto dejó sin efecto la suspensión del proceso a prueba que le fuera acordada al nombrado. II- El auto recurrido se fundó en que el encausado no habría cumplido con las reglas bajo las cuales se le había concedido el beneficio, consistentes en fijar domicilio, someterse al cuidado de un patronato y la realización de trabajo social en el Centro de Gestión y Participación n° 5 del Gobierno de la Ciudad de Buenos Aires por el término de quince horas mensuales (fs. 135/42). III- Abocados los suscriptos a evaluar la cuestión traída a estudio, debe resaltarse en primer lugar que si bien la decisión mediante la cual se hizo lugar a la suspensión del proceso a prueba –adoptada con fecha 10 de octubre de 2006- fue comunicada al defensor oficial, no se hizo lo propio de forma personal con el imputado (fs. 143). Asimismo, nótese que más de seis meses después de recibir los testimonios remitidos por el Juzgado n° 5 del Fuero, el titular del Juzgado Nacional de Ejecución Penal n° 1 dispuso hacer saber a González “que en caso de incumplimiento de una de las reglas de conducta impuestas, se revocará la suspensión del juicio a prueba” (fs. 156/9). Sin embargo, el encartado tampoco fue anoticiado de ese auto, puesto que la cédula librada con tal finalidad fue devuelta sin notificar (fs. 161), lo mismo que sucedió más tarde con otra destinada a hacerle saber -ante un oficio recibido en el último tribunal mencionado por parte del Patronato de Liberados del que surgía que no había concurrido ante dicha dependencia- que debía presentarse a “brindar las explicaciones pertinentes respecto del incumplimiento de las reglas de conducta impuestas” (fs. 163/5), quedando luego paralizadas las actuaciones por alrededor de dos años (fs. 176/80). En tales condiciones, asiste razón a lo alegado por la defensa en punto a que en este caso ni siquiera se comprobó que González tuviera efectivo conocimiento de las obligaciones a su cargo, y en que “la falta de control por parte del organismo correspondiente ha quedado manifiesta (…) y se pretende remediar cuatro años después, trayendo aparejado consecuencias lesivas para el justiciable” (fs. 199/203). Es que, como lo ha afirmado la doctrina, sólo el incumplimiento reiterado y persistente (además de injustificable y deliberado) posibilitará la revocación de la suspensión acordada, incumbiendo al Estado la comprobación de la injustificada, maliciosa e irrevocable voluntad de no cumplir con la regla de conducta impuesta, para lo cual debe siempre agotar las vías para Poder Judicial de la Nación lograr el cumplimiento de las condiciones a fin de posibilitar el éxito de esta alternativa a la convencional tramitación del proceso penal y, en definitiva, a la posible condena (conf. Gustavo Vitale, “Suspensión del proceso penal a prueba”, 2da edición, Editores del Puerto, Buenos Aires, 2004, pág. 233. En similar sentido, ver Horacio J. Romero Villanueva, “Código Penal anotado: legislación complementaria”, 3era edición, Abeledo Perrot, Buenos Aires, 2008, pág. 286, apartado 5). A partir de una análoga inteligencia, los suscriptos se expidieron en un precedente en el que se examinó el régimen del artículo 18 de la ley 23.737. Se sostuvo que “el requisito de ´colaboración´ [previsto en aquella norma] no podría ser interpretado en un sentido tal que sea que le corresponde al propio afectado por la medida tomar la iniciativa de que el tratamiento se lleve a cabo. Cuando se produce alguna falla institucional por la cual el tratamiento no se realiza, la opción por la aplicación de la pena no podría entrar en consideración sin más” (ver citas en causa n° 27.505 “Fernández, Maximiliano Lorenzo s/ suspensión del proceso a prueba”, reg. n° 29.720 del 8/04/09). En definitiva, al no verificarse en el caso los extremos que justifican el reinicio del trámite del proceso y habiendo transcurrido holgadamente el plazo por el que fue fijada su suspensión en la resolución de fs. 135/43, el decisorio recurrido habrá de ser revocado, encomendándose al magistrado instructor que lleve a cabo las medidas pertinentes al efecto de evaluar si corresponde declarar extinguida la acción penal, de conformidad a lo establecido en el párrafo cuarto del artículo 76 ter del Código Penal. En virtud de lo expuesto, este Tribunal RESUELVE: REVOCAR el decisorio en crisis en cuanto fuera materia de apelación, ENCOMENDANDO al Sr. Juez de grado que proceda del modo indicado en la presente. Regístrese, hágase saber al Sr. Fiscal General y remítase a la anterior instancia, donde deberán efectuarse las restantes notificaciones a que hubiera lugar. Fdo: Martín Irurzun- Eduardo G. Farah.Nota: El Dr. Cattani no firma por hallarse en uso de licencia. Conste.Ante mi: Laura Victoria Landro. Secretaria de Cámara.-