"Las diferencias físicas están en los genes", asientan

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El cerebro de un criminal es químicamente distinto al
de personas normales, dicen los que saben
Lino de la Rosa
"Las diferencias físicas están en los genes", asientan
Mi inquietud por encontrar una explicación científica que pudiera darme una razón
apropiada para entender el por qué del escandaloso comportamiento conductual
de individuos, que con la mayor sangre fría del mundo realizan los peores
desmanes criminales que a todos nos dejan paralizados de asombro por su
magnitud y por las horrendas circunstancias que los acompañan; Pero mi mente,
digo, encontró en gran parte la satisfacción que deseaba al toparme con un escrito
reciente que con el nombre de "La Mente Asesina" publicó Cristina AguayoMazzucato, artículo suyo en el que me estoy inspirando para llevar a los lectores
de este gran diario, una información al respecto que pudiera serles de alguna
utilidad.
La citada escritora, médico cirujana, empieza por decir: "Lo que la ciencia
sabe hoy en día sobre la psicología detrás de actos tan violentos, parte del
supuesto de que los agresores tienen ciertas características físicas que los hacen
propensos a cometer este tipo de actos... Una de estas diferencias físicas se
encuentra en los genes."
Y citando a la revista 'Science' que publicó (1993) un estudio que analizaba
el código genético de una familia holandesa en la que 14 de sus miembros habían
cometido graves actos violentos, encontró cambios en una proteína cerebral
("MAO") que en las personas violentas funciona menos que en personas normales
sanas."
"Esta proteína, sigue hablando la doctora, elimina de las neuronas la
adrenalina, que es un neurotransmisor que aumenta la actividad cerebral y que
está relacionado con conductas impulsivas. Este hallazgo permite suponer que el
cerebro de un asesino es químicamente distinto al de otras personas".
Y continúa: "...la búsqueda de las razones de por qué (un criminal) hizo lo
que hizo, ha dado paso a muchas teorías; desde el campo científico podemos
decir que el inicio de las pruebas de resonancia magnética funcional hizo posible
estudiar la actividad cerebral de personas despiertas. Con este método
encontraron que la función de cerebros de asesinos, tiene tres diferencias
importantes:
Primero. "Tienen una actividad disminuida en la corteza frontal, que es el
área del cerebro encargada de racionalizar las emociones, de tener capacidad de
juicio, de sentir empatía, así como de desarrollar serenidad y paciencia".
Segundo. "Tienen un incremento en la actividad del sistema límbico, que es
el área cerebral encargada de emociones primarias e impulsos, como la
agresividad".
Tercero: Los investigadores "se dieron cuenta de que estos impulsos
adquieren carácter de obsesivos, por lo que los asesinos no pueden pensar en
otra cosa".
En resumen. Según estos estudios, muchos agresores tienen pensamientos
e impulsos violentos, constantes e incontrolables y no son capaces de juzgarlos
como inapropiados, ni menos de canalizarlos.
Así, la escritora termina diciendo: "La ciencia detrás del pensamiento
criminal, parece decirnos que hay genes que predisponen; funciones cerebrales
que impulsan; y experiencias que encaminan. Pero desafortunadamente la mente
asesina sigue siendo igualmente elusiva para la ciencia, como lo es la mente de
cualquiera de nosotros..."
A este propósito, la misma investigadora sugiere que también se habría de
tomar en cuenta la influencia decisiva que dentro de la mente criminal ejercen
determinados agentes sociales externos, entre los cuales enumera aunque muy
de paso, a la familia prioritariamente, a la escuela enseguida y a la sociedad,
señalamientos que el que esto escribe ya se están ocupando de ampliar dada su
importancia, porque, digo, al hablar del "gen", como elemento principal que se
mueve en los orígenes del atrofiamiento mental que sufren personas mentalmente
alienadas, nos estamos refiriendo a esas partículas cromosomáticas, portadoras
de los caracteres hereditarios del individuo; y al decir "hereditarios", estamos
hablando de lleno de las influencias biológicas matrimoniales o genéticas en
general, que influyen en el desarrollo anímico del compuesto orgánico que ya
inicia su gestación en el vientre materno.
Por lo tanto, son los padres y no sé si también generaciones antecedentes,
los que en forma determinante influyen en el desempeño conductual a futuro de
sus hijos para bien o para mal, desde antes de su nacimiento. .
Es consecuentemente en el seno de lo familiar que se establece
normalmente sobre la base de la unión conyugal, donde se incuban desde sus
orígenes celulares los hombres y las mujeres que en un próximo o remoto futuro
serán los constructores o los destructores de una sociedad de la que los mismos
conscientemente habrán de formar parte.
Se trata entonces, de una responsabilidad fundamentalmente familiar, que a
su vez es compartida por la escuela, formadora de humanos en lo que se refiere a
los aspectos educativo y cultural de los suyos; razón por la cual, se propone
coadyuvar a moldear en la mente del niño y precisamente en esa edad suya
llamada "plástica", la figura auténtica del ciudadano responsable que lejos de
llegar a ser catastrófico destructor de su comunidad a la que pertenece, sea por el
contrario el esforzado arquitecto de la misma.
Y como la familia y la escuela, toda la sociedad en general juega o
jugamos, un papel importante en la difícil empresa de la definición de los
prototipos humanos del futuro, incluyendo muy en particular a los medios de
comunicación social, los que en el desempeño de la función que a cada uno le es
propia, tienen especial responsabilidad en este campo, particularmente la
televisión, que con la bien nutrida carga de descomunal violencia que proyecta, se
mete hasta la intimidad de la recámara de nuestros domicilios, con grave daño de
los niños, que en el cuadro de tan perniciosos estímulos colocados, sufren
mayores riesgos de involucrarse ya desde ahora en peleas y enfrentamientos que
bien pueden ser el preludio de su reconversión en agresores de su comunidad y
aun de sí mismos... Y que aun los puede conducir con el paso del tiempo, a la
realización de "hazañas" mucho más renombradas negativamente, corriendo de
este modo el riesgo de llegar a ser los "tristemente célebres" personajes de los
tiempos venideros; Sin que por éstas o semejantes palabras pueda nadie ser
considerado como profeta de infortunios.
Y menos ante la imagen todavía viva del impresionante caso del asesinato
masivo acaecido en la Universidad Tecnológica de Virginia, el que si bien a todos
nos cimbró hasta lo más íntimo, no por eso debe incitar nuestras iras contra un
individuo desviado mentalmente y por ésto más o menos culpable de lo que hizo,
sino más bien que lo acontecido debe cuestionarnos más en serio a todos, porque
todos tenemos algo qué ver en la comisión de este delito.
Definitivamente, "Cho" no es en este drama más que el hombre-signo,
víctima de la descomposición familiar, escolar y social que vivimos. Su caso
sucedido en aquel lejano lugar, a todos nos tiñó de color rojo las manos. Es la
verdad. Así lo siento.
"Cho" no nació a la criminalidad "por generación espontánea..."
De la Rosa, L. (2007, mayo 5). . El cerebro de un criminal es químicamente
distinto al de personas normales, dicen los que saben. Esto. Recuperado
noviembre 18, 2010 de http://www.oem.com.mx/esto/notas/n266007.htm
Actividad 7. Practico mi habilidad para refutar argumentos.
Lee el texto que te enviará tu asesor y responde las preguntas que se te presentan
a continuación:
¿Qué conclusión piensas que quiere defender el autor de este texto?
Describe qué estrategia utiliza al ordenar la información que presenta en su texto
para plantear su postura.
¿Expone su tesis desde el inicio o hasta el final de su argumentación?
¿Ofrece suficiente información sobre el tema para que su conclusión quede clara?
¿Menciona otras tesis opuestas a la suya?
¿Cómo refuta los argumentos contrarios a los suyos?
Señala cuál es la tesis que el autor rechaza o refuta.
Con base en la pregunta anterior, indica algunas de las razones que plantea el
autor para defender su postura.
Comenta con qué tesis estás de acuerdo y porqué. Recuerda justificar tu
respuesta en un párrafo bien estructurado.
Cuando termines, envía tu actividad al asesor para que pueda retroalimentar tu
trabajo.
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