Discurso completo del Primer Ministro de Israel ante las Naciones

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Discurso completo del Primer Ministro
de Israel ante las Naciones Unidas
Damas y caballeros, Israel ha extendido su mano en
paz desde el momento en que fue establecida 63 años
atrás. En nombre de Israel y el pueblo judío, yo
extiendo esa mano nuevamente hoy. Yo la extiendo
al pueblo de Egipto y Jordania, con renovada amistad
para vecinos con quienes hemos hecho la paz. Yo la
extiendo al pueblo de Turquía, con respeto y buena
voluntad. Yo la extiendo al pueblo de Libia y Túnez,
con admiración por aquellos que están intentando
construir un futuro democrático. Yo la extiendo a los
otros pueblos del Norte de África y la Península
Arábiga, con quienes queremos forjar un nuevo
comienzo. Yo la extiendo al pueblo de Siria, Líbano e
Irán, con sobrecogimiento por la valentía de aquellos
combatiendo la brutal represión.
Pero muy especialmente, yo extiendo mi mano al
pueblo palestino, con quienes buscamos una paz justa
y duradera.
Damas y caballeros, en Israel nuestra esperanza
por la paz nunca se desvanece. Nuestros científicos,
doctores e innovadores aplican su genio para mejorar
el mundo de mañana. Nuestros artistas, nuestros
escritores enriquecen el legado de la humanidad.
Ahora, yo sé que esta no es exactamente la imagen
de Israel que es a menudo retratada en esta sala.
Después de todo, fue aquí en 1975 que el antiguo
anhelo de mi pueblo por restaurar nuestra vida
nacional en nuestra antigua patria bíblica - fue
entonces que esto fue nombrado vergonzosamente
como racismo. Y fue aquí en 1980, justo aquí, que el
histórico acuerdo de paz entre Israel y Egipto no fue
elogiado; fue denunciado. Y es aquí, año tras año que
Israel es injustamente señalada para condena. Es
acusada para condena más a menudo que todas las
naciones del mundo combinadas. Veintiuna de las 27
resoluciones de la Asamblea General condenan a
Israel, la única democracia verdadera en el Medio
Oriente.
Bueno, esta es una parte desafortunada de la
institución ONU. Es el teatro del absurdo. No
solamente muestra a Israel como el villano; a menudo
muestra a villanos reales en importantes roles: la Libia
de Gadafi presidio la Comisión de Derechos
Humanos de la ONU; el Irak de Saddam encabezó el
Comité de la ONU sobre Desarme. Ustedes podrían
decir: Eso es el pasado. Bueno, quien esta lo que esta
sucediendo ahora - precisamente ahora, hoy, el
Líbano controlado por Hebilla ahora preside el
Consejo de Seguridad de la ONU. Esto significa, en
efecto, que una organización terrorista preside el
organismo al que le es confiado garantizar la
seguridad del mundo.
Ustedes no podrían inventar algo así.
Entonces aquí en la ONU, las mayorías
automáticas pueden decidir cualquier cosa. Ellas
pueden decidir que el sol se ponga en el occidente.
Pero ellas también pueden decidir –ellas han
decidido– que el Muro Occidental en Jerusalem, el
lugar más santo del Judaísmo, es territorio palestino
ocupado.
Y aun aquí en la Asamblea General, la verdad
puede a veces abrirse paso. En 1984 cuando yo fui
nombrado embajador de Israel ante las Naciones
Unidas, yo visité al Gran Rabino de Lubavich. Él me
dijo –y damas y caballeros, yo no quiero que ninguno
de ustedes sea ofendido debido a la experiencia
personal de servir aquí, yo sé que hay muchos
hombres y mujeres honorables, muchas personas
capaces y decentes sirviendo aquí a sus naciones–.
Pero aquí esta lo que me dijo el Rebbe. Él me dijo, «tú
estarás sirviendo en una casa de muchas mentiras».
Y luego él dijo, «recuerda que incluso en el lugar más
oscuro, la luz de una única vela puede ser vista lejos
y clara».
Hoy yo espero que la luz de la verdad brille,
aunque sea sólo por unos pocos minutos, en una sala
que durante mucho tiempo ha sido un lugar de
oscuridad para mi país. Entonces, como Primer
Ministro de Israel, yo no vine aquí para ganar
aplausos. Yo vine aquí para hablar la verdad. La
verdad es - la verdad es que Israel quiere paz. La
verdad es que yo quiero paz. La verdad es que en el
Medio Oriente en todos los tiempos, pero
especialmente durante estos días turbulentos, la paz
debe estar anclada en la seguridad. La verdad es que
nosotros no podemos alcanzar la paz a través de
resoluciones de la ONU, sino sólo a través de
negociaciones directas entre las partes. La verdad es
que hasta ahora los palestinos se han rehusado a
negociar. La verdad es que Israel quiere la paz con
un Estado palestino, pero los palestinos quieren un
Estado sin paz. Y la verdad es que ustedes no deben
permitir que eso suceda.
Damas y caballeros, cuando yo vine por primera
vez aquí 27 años atrás, el mundo estaba dividido entre
Oriente y Occidente. Desde entonces terminó la
Guerra Fría, grandes civilizaciones han ascendido de
siglos de sopor, cientos de millones han sido sacados
de la pobreza, incontables más van a seguir, y lo
destacable es que hasta ahora este monumental
cambio histórico ha ocurrido en gran parte en forma
pacífica. Pero una malignidad está ahora creciendo
entre Oriente y Occidente que amenaza a la paz de
todos. Busca no liberar sino esclavizar, no construir
sino destruir. Esa malignidad es el Islam militante.
Se envuelve en el manto de una gran fe, pero asesina
a judíos, cristianos y musulmanes por igual con
implacable imparcialidad. El ataque del 11 de
septiembre mató a miles de americanos, y dejó las
torres gemelas en ruinas ardientes. Anoche yo
deposité una ofrenda floral en el monumento al 11/
S. Fue profundamente conmovedor. Pero cuando yo
estaba yendo allí, una cosa se repetía en mi mente:
las atroces palabras del presidente de Irán en este
podio ayer. Él dio a entender que el 11/S fue una
conspiración americana. Algunos de ustedes
abandonaron esta sala. Todos ustedes debieron
haberlo hecho.
Desde el 11/S, los militantes islamistas
masacraron a otros incontables inocentes - en Londres
y Madrid, en Bagdad y Mumbai, en Tel Aviv y
Jerusalem, en cada parte de Israel. Yo creo que el
peligro más grande que enfrenta nuestro mundo es
que este fanatismo se arme con armas nucleares. Y
esto es precisamente lo que está intentando hacer Irán.
¿Pueden ustedes imaginar a ese hombre que
despotricó aquí ayer?, ¿pueden imaginarlo armado
con armas nucleares? La comunidad internacional
debe detener a Irán antes que sea demasiado tarde.
Si Irán no es detenido, nosotros enfrentaremos el
espectro del terrorismo nuclear, y la Primavera Árabe
podría pronto convertirse en un Invierno Iraní.
Eso sería una tragedia. Millones de árabes han
tomado las calles para reemplazar tiranía con libertad,
y nadie se beneficiaría más que Israel si aquellos
comprometidos con la libertad y la paz prevalecieran.
Esta es mi ferviente esperanza. Pero como el
Primer Ministro de Israel, yo no puedo arriesgar el
futuro del Estado judío bajo ilusiones. Los líderes
debemos ver la realidad como es, no como debe ser.
Nosotros debemos hacer lo mejor que podamos para
formar el futuro, pero nosotros no podemos hacer
desaparecer con solo desearlo los peligros del
presente. Y el mundo alrededor de los israelíes se está
volviendo definitivamente más peligroso. El Islam
militante ya ha tomado el poder en Líbano y Gaza.
Está determinado a despedazar los tratados de paz
entre Israel y Egipto y entre Israel y Jordania. Ha
envenenado muchas mentes árabes contra los judíos
e Israel, contra América y el Occidente. Se opone no
a las políticas de Israel sino a la existencia de Israel.
Ahora, algunos argumentan que la difusión del
Islam militante, especialmente en estos tiempos
turbulentos - si ustedes quieren retrasarlo, ellos
argumentan, Israel debe apresurarse a hacer
concesiones, ha asumir compromisos territoriales. Y
esta teoría suena simple. Básicamente es así:
Abandonen el territorio, y la paz será promovida. Los
moderados serán fortalecidos, los radicales serán
mantenidos a raya. Y no se preocupen por los
fastidiosos detalles de cómo se defenderá Israel de
hecho; las tropas internacionales harán el trabajo.
Estas personas me dicen constantemente: Sólo haz
una oferta amplia y todo funcionará.
Ustedes saben, hay sólo un problema con esa
teoría. Nosotros la hemos intentado y no ha
funcionado. En el año 2000 Israel hizo una oferta de
paz amplia que reunía prácticamente todas las
exigencias palestinas. Arafat la rechazó. Los
palestinos entonces lanzaron un ataque terrorista que
se cobró mil vidas israelíes.
El Primer Ministro Olmera luego hizo una oferta
aun más amplia, en el año 2008. El Presidente Abbas
ni siquiera respondió a ella.
Pero Israel hizo más que sólo hacer ofertas
amplias. Nosotros realmente abandonamos territorio.
Nosotros nos retiramos de Líbano en el 2000 y de cada
pulgada cuadrada de Gaza en el 2005. Eso no calmó
a la tormenta islámica, la tormenta islámica militante
que nos amenaza. Sólo acercó más la tormenta y la
hizo más fuerte.
Hezbollah y Hamas dispararon miles de cohetes
contra nuestras ciudades desde los mismos territorios
que nosotros evacuamos. Vean, cuando Israel dejo
Líbano y Gaza, los moderados no derrotaron a los
radicales, los moderados fueron devorados por los
radicales. Y yo lamento decir que las tropas
internacionales como la UNIFIL en Libano y la
EUBAM en Gaza no detuvieron a los radicales para
que no ataquen Israel.
Nosotros dejamos Gaza esperando paz.
Nosotros no congelamos los asentamientos en
Gaza, nosotros los arrancamos. Nosotros hicimos
exactamente lo que la teoría dice: Salgan, regresen a
las fronteras de 1967, desmantelen los asentamientos.
Y yo no creo que la gente recuerde cuán lejos
fuimos para lograr esto. Nosotros arrancamos a miles
de personas de sus hogares. Nosotros sacamos a los
niños de sus escuelas y sus jardines de infantes.
Nosotros arrasamos las sinagogas. Nosotros, incluso,
mudamos a los seres amados de sus tumbas. Y luego,
habiendo hecho todo eso, nosotros dimos las llaves
de Gaza al Presidente Abbas.
Ahora la teoría dice que todo debe funcionar, y el
Presidente Abbas y la Autoridad Palestina ahora
podrían construir un Estado pacífico en Gaza. Ustedes
pueden recordar que el mundo entero aplaudió. Ellos
aplaudieron nuestra retirada como un acto de gran
estadismo. Fue un atrevido acto de paz.
Entonces yo quiero preguntarles, ¿alguno de
ustedes, alguno de ustedes, traería el peligro tan cerca
de sus ciudades, de sus familias? ¿Actuarían ustedes
tan temerariamente con las vidas de sus ciudadanos?
Los israelíes estamos preparados para tener un Estado
palestino en Cisjordania, pero nosotros no estamos
preparados para tener otra Gaza allí. Y ese es el
motivo por el cual necesitamos tener acuerdos de
seguridad reales, los cuales los palestinos
simplemente se rehúsan a negociar con nosotros.
Los israelíes recordamos las amargas lecciones de
Gaza. Muchos de los críticos de Israel las ignoran.
Ellos aconsejan en forma irresponsable a Israel que
ande este mismo peligroso camino nuevamente.
Ustedes leen lo que estas personas dicen y es como si
nada hubiera sucedido - solo repitiendo el mismo
consejo, las mismas fórmulas como si nada de esto
sucedió.
Y estos críticos continúan presionando a Israel
para que haga concesiones de gran alcance sin
asegurar primero la seguridad de Israel. Ellos elogian
a aquellos que alimentan inconscientemente al
insaciable cocodrilo del Islam militante como audaces
estadistas. Ellos caracterizan como enemigos de la paz
a aquellos de nosotros que insistimos en que primero
tenemos que erigir una fuerte barrera para mantener
fuera al cocodrilo, o muy al menos atascar una barra
de hierro entre sus fauces abiertas.
Entonces frente a las etiquetas y los libelos, Israel
debe elegir el mejor consejo. Mejor una mala prensa
que un buen elogio, y mejor aun sería una prensa justa
cuyo sentido de la historia se extienda más allá del
desayuno, y la cual reconozca las legítimas
preocupaciones de seguridad de Israel.
Yo creo que en negociaciones de paz serias, estas
necesidades y preocupaciones pueden ser
apropiadamente encaradas, pero ellas no serán
encaradas sin negociaciones. Y las necesidades son
muchas, debido a que Israel es un país tan pequeño.
Sin Judea y Samaria, Cisjordania, Israel toda es de 9
millas de ancho.
Yo quiero ponerlo en perspectiva para ustedes,
debido a que todos ustedes están en la ciudad. Eso es
unos dos tercios de la longitud de Manhattan. Es la
distancia entre Battery Park y la Universidad de
Columbia. Y no se olviden que la gente que vive en
Brooklyn y New Jersey es considerablemente más
amable que algunos de los vecinos de Israel.
Entonces cómo ustedes, ¿cómo protegen ustedes
tan pequeño país, rodeado por gente juramentada en
su destrucción y armada hasta los dientes por Irán?
Obviamente ustedes no pueden defenderlo desde
dentro de ese estrecho espacio únicamente. Israel
necesita mayor profundidad estratégica, y ese es
exactamente el motivo por el cual la Resolución 242
del Consejo de Seguridad no requirió que Israel
abandone todos los territorios que capturó en la
Guerra de los Seis Días. Hablo acerca de retirada de
territorios, a fronteras seguras y defendibles. Y para
defenderse, Israel debe, por lo tanto, mantener una
presencia israelí a largo plazo en aéreas estratégicas
críticas en Cisjordania.
Yo expliqué esto al Presidente Abbas. Él respondió
que si un Estado palestino iba a ser un país soberano,
nunca podría aceptar tales arreglos. ¿Por qué no?
América ha tenido tropas en Japón, Alemania y Corea
del Sur por más de medio siglo. Inglaterra ha tenido
una base aérea en Chipre. Francia tiene fuerzas en
tres naciones africanas independientes. Ninguno de
estos Estados afirma que ellos son países no
soberanos.
Y hay muchos otros temas vitales de seguridad
que también deben ser encarados. Tomemos el tema
del espacio aéreo. Nuevamente, las pequeñas
dimensiones de Israel crean enormes problemas de
seguridad. América puede ser cruzada en avión en
seis horas. Volar a través de Israel lleva tres minutos.
¿Entonces el pequeño espacio aéreo de Israel va a ser
cortado a la mitad y dado a un Estado palestino que
no está en paz con Israel?
Nuestro principal aeropuerto internacional está a
unos pocos kilómetros de distancia de Cisjordania.
Sin paz, nuestros aviones se volverán blancos de
misiles anti-aéreos colocados en el Estado palestino
adyacente. ¿Y cómo detendremos el contrabando
dentro de Cisjordania? No es simplemente
Cisjordania, son las montañas de Cisjordania.
Dominan precisamente la planicie costera donde la
mayoría de la población de Israel se asienta. ¿Cómo
podríamos evitar el contrabando dentro de estas
montañas de aquellos misiles que podrían ser
disparados sobre nuestras ciudades?
Yo traigo estos problemas debido a que no son
problemas teóricos. Ellos son muy reales. Y para los
israelíes son temas de vida o muerte. Todas estas
potenciales grietas en la seguridad de Israel deben
ser selladas en un acuerdo de paz antes que sea
declarado un Estado palestino, no después, debido a
que si ustedes lo dejan para después, ellas no serán
selladas. Y estos problemas explotarán en nuestra cara
y explotará la paz.
Los palestinos deben primero hacer la paz con
Israel y luego obtener su Estado. Pero yo también
quiero decirles esto a ustedes. Después que tal
acuerdo de paz sea firmado, Israel no será el último
país en dar la bienvenida a un Estado palestino como
un nuevo miembro de las Naciones Unidas. Nosotros
seremos el primero.
Y hay una cosa más. Hamas ha estado violando el
derecho internacional reteniendo a nuestro soldado
Gilad Schalit, cautivo durante cinco años. Ellos no le
han dado ni siquiera una visita de la Cruz Roja. Él es
retenido en un calabozo, en la oscuridad, contra todas
las normas internacionales. Gilad Schalit es el hijo de
Aviva y Noam Schalit. Él es el nieto de Zvi Schalit,
quien escapó del Holocausto al venir, en la década
de 1930, como un muchacho a la tierra de Israel. Gilad
Schalit es el hijo de toda familia israelí. Toda nación
representada aquí debe exigir su liberación inmediata.
Si ustedes quieren aprobar una resolución acerca del
Medio Oriente hoy, esa es la resolución que ustedes
deben aprobar.
Damas y caballeros, el año pasado en la
Universidad de Bar-Ilan en Israel, este año en la
Knesset y en el Congreso americano, yo articulé mi
visión para la paz en la cual un Estado palestino
desmilitarizado reconoce al Estado judío. SÍ, EL
ESTADO JUDÍO. Después de todo este es el
organismo que reconoció al Estado judío 64 años atrás.
Ahora, ¿no piensan ustedes que es hora que los
palestinos hagan lo mismo?
El Estado judío de Israel siempre protegerá los
derechos de todas sus minorías, incluidos los más de
un millón de ciudadanos árabes de Israel. Yo desearía
poder decir lo mismo acerca de un futuro Estado
palestino, porque como los funcionarios palestinos
dejaron en claro el otro día –de hecho, yo creo que
ellos lo hicieron aquí mismo en New York– ellos
dijeron que el Estado palestino no permitirá ningún
judío en el. Ellos serán libres de judíos - judenrein.
Eso es limpieza étnica. Hay leyes hoy en Ramallah
que hacen punible a través de la muerte la venta de
tierra a los judíos. Eso es racismo. Y ustedes saben a
qué ley evoca esto.
Israel no tiene intenciones ni nada que se le parezca
de cambiar el carácter democrático de nuestro Estado.
Nosotros sólo no queremos que los palestinos intenten
cambiar el carácter judío de nuestro Estado. Nosotros
queremos que renuncien, nosotros queremos que ellos
renuncien a la fantasía de inundar a Israel con
millones de palestinos.
El Presidente Abbas recién se paró aquí, y él dijo
que el centro del conflicto israelí-palestino son los
asentamientos. Bueno, eso es extraño. Nuestro
conflicto ha durado por casi medio siglo antes que
hubiera un solo asentamiento en Cisjordania.
Entonces si lo que el Presidente Abbas está diciendo
era cierto, entonces él - yo supongo que los
asentamientos acerca de los que él está hablando son
Tel Aviv, Haifa, Jaffa, Beber Seba.
Quizás eso es lo que él quiso decir el otro día
cuando dijo que Israel ha estado ocupando tierra
palestina durante 63 años. Él no dijo desde 1967; él
dijo desde 1948. Yo espero que alguien se moleste en
hacerle a él esta pregunta debido a que ilustra una
simple verdad: el centro del conflicto no son los
asentamientos. Los asentamientos son un resultado
del conflicto.
Los asentamientos es un tema que tiene que ser
encarado y resuelto en el curso de negociaciones. Pero
el centro del conflicto siempre ha sido y
desafortunadamente continúa siendo el rechazo de
los palestinos a reconocer un Estado judío en
cualquier frontera.
Yo pienso que es hora que la dirigencia palestina
reconozca lo que todo líder internacional serio ha
reconocido, desde Lord Balfour y Lloyd George en
1917, al Presidente Truman en 1948, al Presidente
Obama sólo dos días atrás aquí mismo: Israel es el
Estado judío.
Presidente Abbas, deje de dar vueltas sobre este
tema. Reconozca al Estado judío y haga la paz con
nosotros. En tal paz genuina, Israel está preparada
para asumir dolorosos compromisos.
Nosotros creemos que los palestinos no deben ser
ni los ciudadanos de Israel ni sus súbditos.
Ellos deben vivir en un Estado libre, propio. Pero
ellos deben estar listos, como nosotros, para el
compromiso. Y nosotros sabremos que ellos están
listos para el compromiso y para la paz cuando ellos
comiencen a tomar seriamente los requerimientos de
seguridad de Israel y cuando ellos dejen de negar
nuestra conexión histórica con nuestra antigua patria.
Yo a menudo los escucho a ellos acusar a Israel de
judaizar Jerusalem. Eso es como acusar a América de
americanizar Washington, o a los ingleses de
anglicanizar Londres. ¿Ustedes saben por qué
nosotros somos llamados «judíos»? Porque venimos
de Judea.
En mi oficina en Jerusalem hay un sello antiguo.
Es un anillo de sello de un funcionario judío de la
época de la Biblia. El sello fue encontrado justo al lado
del Muro Occidental y se retrotrae a 2700 años atrás,
a la época del Rey Jizkiah. Ahora hay un nombre del
funcionario inscripto en el anillo en hebreo. Su
nombre era Netanyahu. Ese es mi apellido.
Mi primer nombre, Benjamín, se retrotrae unos mil
años antes a Benjamín –Binyamin– el hijo de Iacob,
quien fue también conocido como Israel. Iacob y sus
12 hijos anduvieron estas mismas colinas de Judea y
Samaria 4000 años atrás, y ha habido continua
presencia judía en la tierra desde entonces.
Y en cuanto a aquellos judíos que fueron exiliados
de nuestra tierra, ellos nunca dejaron de soñar con
volver: los judíos en España, en la víspera de su
expulsión; los judíos en Ucrania, huyendo de los
pogroms; los judíos luchando en el ghetto de
Varsovia, mientas los nazis estaban rodeándolo. Ellos
nunca dejaron de rezar, ellos nunca dejaron de
anhelar. Ellos susurraron: El año próximo en
Jerusalem. El año próximo en la tierra prometida.
Como el Primer Ministro de Israel, yo hablo por
unas cien generaciones de judíos que estuvieron
dispersos a través de las tierras, que sufrieron cada
mal bajo el sol, pero que nunca renunciaron a la
esperanza de restablecer su vida nacional en el único
y solo Estado judío. Damas y caballeros, yo continúo
esperando que el Presidente Abbas sea mi socio en la
paz. Yo he trabajado duro para promover esa paz. El
día que asumí el cargo, yo pedí negociaciones directas
sin precondiciones. El Presidente Abbas no respondió.
Yo delinee una visión de paz de dos Estados para
dos pueblos. Él aun no respondió. Yo quité cientos
de barricadas y puestos de control para facilitar la
libertad de movimientos en las zonas palestinas; esto
facilitó un fantástico crecimiento en la economía
palestina. Pero nuevamente, ninguna respuesta. Yo
tomé el paso sin precedentes de congelar las nuevas
construcciones en los asentamientos durante 10
meses. Ningún primer ministro hizo eso antes, jamás.
Una vez más ustedes aplauden, pero no hubo
respuesta. Ninguna respuesta.
En los últimos meses, funcionarios americanos han
promovido ideas para recomenzar las conversaciones
de paz. Hubo cosas en aquellas ideas acerca de
fronteras que no me gustaron. Hubo cosas allí acerca
del Estado judío que yo estoy seguro que a los
palestinos no les gustaron.
Pero con todas mis reservas, yo estuve dispuesto
a avanzar sobre estas ideas americanas.
Presidente Abbas, ¿por qué usted no se une a mi?
Nosotros tenemos que dejar de negociar acerca de las
negociaciones. Sigamos simplemente adelante con
ello. Negociemos la paz.
Yo pasé años defendiendo a Israel en el campo de
batalla. Yo pasé décadas defendiendo a Israel en el
tribunal de la opinión pública. Presidente Abbas,
usted ha dedicado su vida a promover la causa
palestina. ¿Debe este conflicto continuar por
generaciones, o podremos nosotros, nuestros hijos y
nuestros nietos hablar en los años por delante acerca
de cómo nosotros encontramos una forma de
terminarlo? A eso debemos apuntar, y eso es lo que
yo creo que nosotros podemos conseguir.
En dos años y medio, nosotros nos reunimos en
Jerusalem sólo una vez, aun cuando mi puerta ha
estado siempre abierta para usted. Si usted lo desea,
yo iré a Ramallah. De hecho, yo tengo una sugerencia
mejor. Ambos hemos recién volado miles de millas a
New York. Ahora estamos en la misma ciudad.
Nosotros estamos en el mismo edificio. Entonces
reunámonos aquí hoy en las Naciones Unidas. ¿Quién
está aquí para detenernos? ¿Qué hay aquí que nos
detenga? Si nosotros queremos genuinamente la paz,
¿qué hay aquí que nos detenga de reunirnos hoy y
comenzar las negociaciones de paz?
Y yo sugiero que nosotros hablemos abierta y
honestamente. Escuchémonos uno al otro. Hagamos,
como decimos en el Medio Oriente, hablemos
«dugri». Eso significa francamente. Yo le diré a usted
mis necesidades y preocupaciones. Usted me dirá las
suyas. Y con la ayuda de D’s encontraremos la base
común para la paz.
Hay un viejo refrán árabe que dice que usted no
puede aplaudir con una mano. Bueno, lo mismo
ocurre con la paz. Yo no puedo hacer la paz solo. Yo
no puedo hacer la paz sin usted.
Presidente Abbas, yo extiendo mi mano –la mano
de Israel– en paz. Yo espero que usted tome esa mano.
Ambos somos los hijos de Abraham. Mi pueblo lo
llama Abraham. Su pueblo lo llama Ibrahim. Nosotros
compartimos el mismo patriarca. Nosotros moramos
en la misma tierra. Nuestros destinos están
entrelazados. Realicemos la visión de Isaías (Isaías
9:1 en Hebreo): «El pueblo que camina en la oscuridad
verá una gran luz». Que esa luz sea la luz de la paz.
(FUENTE: OFICINA DEL P RIMER MINISTRO DEL ESTADO DE I SRAEL,
B INYAMIN N ETANYAHU - TRADUCCIÓN DE LA TRANSCRIPCIÓN:
M ARCELA LUBCZANSKI PARA EL BLOG DE OSA FILIAL CÓRDOBA )
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