FÁTIMA, AYER Y HOY

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FÁTIMA, AYER Y HOY
El artículo que sigue fue tomado del discurso proferido por el Padre Nicholas
Gruner en la abertura de la Conferencia “Fátima: Nuestra Última Oportunidad” realizada
en Roma del 14 a 18 de mayo de 2012. El Padre Gruner está a frente de uno de los
mayores Apostolados de Fátima del mundo y publica la revista The Fatima Crusader, que
es la publicación más divulgada de su Apostolado. El Apostolado lanzó ahora el Fatima
TV en Roma y en la área de Lácio, y la Fátima TV WorldWide en el Internet (Ver más
detalles en la página 78).
En este artículo extraído de su discurso, el Padre Gruner señala la importancia de
Fátima para nuestra vida de hoy, aunque el Mensaje urgente de Nuestra Señora haya
comenzado en Fátima, Portugal, hace ya 95 años.
por el Padre Nicholas Gruner, S.T.L., S.T.D. (Cand.)
¡Buen día, y qué Dios los bendiga! Me gustaría comenzar con un Avemaría,
porque sé cómo Nuestra Señora soluciona mi falta de preparación o de capacidad
suficiente (Se reza el Avemaría).
Las apariciones de Fátima sucedieron ya hace mucho tiempo, a los ojos de
mucha gente. Fue exactamente hace 95 años que, el día 13 de mayo (ayer), Nuestra
Señora apareció por primera vez. Y hay personas que piensan que tal vez haya algo más
reciente de que un Mensaje ya con 95 años. Pero el hecho es que este Mensaje, como
afirmó el Papa Juan Pablo II, es más relevante y más urgente hoy que lo era cuando
Nuestra Señora apareció por primera vez en aquel lugar. Me gustaría rever un poco de
aquello que Nuestra Señora hizo, para poder comprender de qué modo el Mensaje se
refiere a nosotros y a nuestro tiempo.
El Papa Benedicto XV pidió a la Virgen Santísima que le mostrase el camino
para salir de la Primera Guerra Mundial. En ese entonces, el tiempo de la primera
aparición de Nuestra Señora en Fátima, en mayo de 1917, el Papa Benedicto XV ya era
Papa durante casi tres años. Y, antes de esto, había tenido una gran experiencia como
diplomático del Vaticano. El intentó todo lo que sabía para traer la paz al mundo en su
tiempo. Hasta reconoció que era imposible; que sólo los esfuerzos humanos no
bastaban, y que él necesitaba de la ayuda del Cielo para obtenerla.
Escribió, pues, sobre este asunto, en una carta que dirigió al Cardenal Vicario de
Roma, y él mismo no se cansó de instar a Nuestra Señora, para que Ella le mostrase el
camino cierto. Fue el 5 de mayo de 1917. Y ocho días más tarde, el 13 de este mes de
mayo, la Virgen Santísima descendió a Fátima. Y volvió a descender durante seis
meses, para explicar lo que tenía que hacer, y que no había otro camino – que ni algún
nuevo mensaje de alguien más o de cualquier otro lugar podría contradecir o sustituir
este Mensaje que Ella había confiada a los Pastorcitos en Fátima. El Mensaje en sí
mismo es muy simple; pero, habiendo trabajado en esto durante 35 años, es asombroso
a mí cuantas disculpas los hombres – tanto en el clero como en el laicado – tienen para
no obedecerlo.
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http://www.fatima.org/span/crusader/cr102/cr102pg02.pdf
El Cardenal Renato Martino, del Vaticano, en la
Conferencia de 2012 sobre Fátima con el Padre
Nicholas Gruner.
El Padre Paul Kramer, el Padre Gruner y el
Cardenal Martino, que tiene en la mano el libro del
Padre Kramer, El suicidio de alterar la Fe en la
Liturgia.
Algunos de los Obispos que Asistieron la Conferencia “Fátima: Nuestra Última Oportunidad”
(A la izquierda, encima) Los Obispos Maipan, Malzaire, Andreazza, Mosconi, Obispo Vera Plasencia. (a la
izquierda, abajo) (Dr. Peter McNelis, Coordinador del Workshop de los Obispos) El Arzobispo Datubara, Los
Obispos Thakur y Ghebremedhin, el Arzobispo Barwa, e los Obispos Khoarai, Ponnumuthan, Hombach y
Borwah.
El Patriarca Capucci, un Arzobispo de la
Palestina, con el Padre Gruner.
Los Obispos Mosconi, Khoarai y Andreazza; el
Obispo Vera Plasencia, en sus vestes episcopales
especiales, usadas en la Audiencia Pontificia.
2
http://www.fatima.org/span/crusader/cr102/cr102pg02.pdf
Los Miembros del Parlamento y los votantes
tienen una obligación para con los niños por nacer
Me recuerdo de cuando escribí a los Miembros del Parlamento de Canadá sobre
la Constitución – que era necesario que diesen atención y protegiesen los niños por
nacer en la nueva Constitución de 1981. Y, aunque mi carta fuese muy simple, estuve
muy sorprendido que cómo pudo ella ser tan mal interpretada. Así, resolví escribir otra
vez, ahora una carta cortísima: “Estimado Señor, Miembro del Parlamento: Si Su
Excelencia no protege los niños por nacer, irá al Infierno”. Entonces ellos
comprendieron. Y eso era, en su esencia, el Mensaje del Papa Pio XI en su Encíclica, al
decir que los legisladores no tienen como simple opción, antes una obligación, de
proteger los niños por nascer, los inocentes.
Es su obligación. Ante Dios, no hay partidos políticos que los disculpen. Ellos
tomaron en manos la obligación de proteger los niños por nascer, de proteger todos los
inocentes con leyes y sanciones apropiadas, tal como el Papa Pio XI señaló en su
Encíclica Casti Connubii en 1930. Y esa regla no cambia sólo por haber pasado tantos
años.
Semejantemente, el Mensaje de Fátima es algo que Nuestra Señora dijo al Santo
Padre y a los Obispos – que, al aceptar el cargo de Papa y de Obispo, aceptaron también
esa tarea, esa responsabilidad de Le obedecer a este respecto, porque no hay ningún otro
medio además de eso.
No podemos llamar Bien al Mal
ni llamar Mal al Bien
Fue ya hace unos 15 años que yo escribí un tratado – a lo que nunca respondió
nadie, ni aun un teólogo. Ahora yo no estoy aquí para juzgar nadie – ni el Papa, ni un
Obispo, ni algún padre, ni alguien más. A excepción de cuando oigo confesiones, no es
mi deber juzgar nadie. Pero sí, he apuntado cuidadosamente la orden moral objetiva que
las Sagradas Escrituras nos enseñan: que nosotros no podemos llamar Bien al Mal, ni
llamar Mal al Bien. Y, en la orden moral objetiva, es un pecado mortal, es un asunto
gravemente serio no obedecer a la orden que Nuestra Señora de Fátima dio al Papa y a
los Obispos para consagrar a Rusia de modo que Ella especificó.
Me doy cuenta que esta afirmación es ‘políticamente incorrecta’. Esta
afirmación no es cosa que sea popular. Conozco teólogos que son progresistas, y
conozco otros que, siendo muy tradicionales, tienen una opinión contraria. Pero todavía
no hubo nadie que respondiese al argumento que yo había presentado, a pesar de que
yo lo hubiese hecho público muchas veces a lo largo de los años en que he divulgado el
Mensaje de Fátima.
Aunque yo había estudiado el asunto extensivamente y hecho sobre él mucha
investigación, me tratan de la misma manera que el Mensaje de Fátima. “No hagan caso
de él, y él desaparecerá”. “No hagan caso de Nuestra Señora de Fátima y Ella
desaparezca”. “Si no hacemos caso de estos hechos, de estos argumentos y de estas
razones, la Señora y Su Mensaje simplemente desaparecerán”. Pero Nuestra Señora de
Fátima y Su Mensaje no desaparecerán. Los comentadores de los eventos que ahora
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están sucediendo en el mundo pueden ver que, ciertamente, los castigos de la guerra y
del hambre (anunciados en Fátima) no desaparecerán en un futuro próximo.
Los Media esconden de Ustedes
toda la verdad
La Virgen Santísima nos dio un Mensaje de cómo tener la paz en el mundo; y
que sólo Ella nos podrá ayudar. Pero tal vez les falte, a Ustedes, alguna perspectiva.
Podrán decirme: “Hasta ahora no sucedió nada verdaderamente dramático”. Pero eso es
porque los comentadores, los periódicos, los editores, y las personas a quienes la mayor
parte del mundo realmente presta atención – las personas que hablan en la televisión, en
la prensa establecida, y así en adelante – no les están dando toda la verdad.
Las personas que están siendo pagas por el enemigo no llamarán nuestra
atención al hecho de que, desde que la familia humana despreció el Mensaje de Nuestra
Señora, ha sido 1.686.570.000 (¡más que mil millones y medio!) de muertes violentas
como resultado directo de haber ignorado Nuestra Señora de Fátima.
Y los media no nos han dado una tal perspectiva. En estos 95 años en que se
ignoró a Nuestra Señora de Fátima tuvimos que pagar un precio terrible; pero, por
mucho mal que hubiese sido, ese precio será doblado o a triplicado en los años
próximos, si continuamos a ignorar Nuestra Señora por mucho más tiempo. Hace
algunos meses, la populación mundial ultrapasaba los siete mil millones de personas.
Dicen las Sagradas Escrituras, y otras profecías también lo dicen, que entre uno y dos
tercios de la Humanidad – será diezmado en la guerra que vendrá.
No sé lo que será necesario para despertarnos; tal vez tengamos que ver este
asunto en la NBC o en la CBS o leer algún comentador en el New York Times para
finalmente tomarlo a serio. Y tal vez digamos a nosotros mismos que estamos tomando
a serio el Mensaje de Fátima; pero yo pienso que no la tomamos suficientemente a
serio. Es que tenemos muchas prioridades; a veces me pregunto cómo es que voy a
pasar el día, entre lo que debo hacer hoy desde que me levanto y hago mi lectura, hago
mi trabajo, y hablo con personas que Dios quiere que yo hable, y así en adelante. Cada
día tiene sólo 24 horas, y estoy cierto que mi vida no es tan ocupada como la de los
Obispos y la del Papa. Debemos hacer del Mensaje de Fátima la prioridad número uno.
¡DEBEMOS gritar las verdades
de Dios a los cuatro vientos!
No hay nada más serio, nada más importante, nada más urgente que el Mensaje
que Nuestra Señora nos dejó en Fátima. Y esto es algo que yo no sé cómo decir. Estoy a
recordarme de una carta que recibí de un Obispo anciano hace muchos años. Pienso que
él estaba en Ottawa. Y lo que él me decía en su carta era, básicamente: “Señor Padre
Gruner, si no hubiese levantando tanto la voz, si no hubiese gritado con nosotros, tal vez
habríamos empezado a prestarle atención”.
Yo le contestó, diciendo: “Mucho le agradezco su interés y su advertencia. Pero
si puede decirme como podré hacer mejor de lo que estoy haciendo para atraer la
atención, estaría yo muy satisfecho en hacerlo. Detesto gritar con las personas, detesto
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http://www.fatima.org/span/crusader/cr102/cr102pg02.pdf
levantar la voz, tanto como detesto llamar la atención a mi persona, pero no hay otro
modo de hacerlo con respecto a este Mensaje de Fátima”.
No hay nada más importante. Ayer, estuvimos en esta Marcha para la Vida
aquí en Roma, y además de más que 1,5 mil millones de bebés asesinados por el aborto,
78 millones más personas son muertos en guerras, o entonces asesinatos por Gobiernos
– no sólo en Rusia y en China sino también en otras partes del mundo, 238 millones
más personas. Números catastróficos, y que nos llevan a pensar que – como dijo el Papa
Pio X – vivimos en los días anteriores a la venida del Anticristo.
¡Debemos parar y pensar!
El número espantoso de asesinatos hechos por Gobiernos, que legalizan el
asesinato y hacen guerra mortal contra sus propios ciudadanos y otras naciones, llevó a
casi 1.700 millones de personas que han sufrido muertes violentas e injustas en los
últimos 100 años. Y estas catástrofes continúan.
¡Estamos a atravesar
el Apocalipsis AHORA!
El Papa Benedicto XVI, cuando aún era el Cardenal Ratzinger, se refirió al
Mensaje de Fátima como siendo basado en las Sagradas Escrituras. Indicó él que
nosotros hoy vivimos atravesando los tiempos del Apocalipsis. Y, aunque podamos
estar distraídos con todas las cosas, desde los periódicos diarios hasta películas nuevas o
cualquier cosa que nos entretenga, tales cosas están sucediendo a nuestra alrededor y
están sucediendo todos los días. Y están sucediendo de un modo tal que es difícil negar
que estemos viviendo en el Apocalipsis. Si no estamos viviendo en aquel tiempo
profetizado como siendo lo que precede inmediatamente la venida del Anticristo, tiene
que ser el peor ensayo de este tiempo que el mundo ha visto hasta ahora.
Mirando apenas a la Iglesia católica, por ejemplo, la única ocasión, en la historia
de la Iglesia, que se aproxima de nuestro tiempo fue la Crisis Ariana, en que 90% de los
Obispos eran arianos. Y muy pocos Obispos se levantaron para defender la Fe. Y
sucedió que el mayor de ellos todos, San Atanasio, llegó a ser excomulgado por el Papa
en el año 357. No fue realmente excomulgado, porque, tal como la Iglesia reconoció
siempre y Santo Tomás señaló, la ley no es una cosa que el legislador solo dice; la ley
es la ordenación de la razón, es para el bien común.
La ley de la Iglesia, hasta nuestros días, señala que nadie puede ser castigado si
no cometió un crimen. Por lo tanto, como San Atanasio se levantaba a favor de la Fe,
estaba defendiendo la Fe, lo que era su deber, no podía ser castigado por hacer eso, aun
si el Papa pronunciase una sentencia de excomunión. Efectivamente, Liberio se
arrepintió de su acto, pero Liberio fue el primer Papa que no fue canonizado desde el
tiempo de San Pedro hasta el año 357.
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http://www.fatima.org/span/crusader/cr102/cr102pg02.pdf
Tema el juicio de Dios
antes del juicio de los hombres
Está bien recordarnos que no debemos tener miedo de los juicios de los hombres
SI estamos del buen lado, si hacemos lo que Dios quiere que hagamos. Es un principio
que debemos tener presente en la memoria; también debemos comprender que la
profecía es una función en la Iglesia, es una función que nunca desaparecerá, es una
función que debe ser respectada, tanto como los cargos apostólicos deben también ser
respectados.
Como San Pablo nos dice en la Epístola a los Efesios, la Iglesia está edificada
sobre los fundamentos de los Apóstoles y de los profetas, y no sólo de los Apóstoles. El
papel de la profecía es esencial.
Las Sagradas Escrituras nos dicen que no debemos extinguir el Espíritu, que no
debemos despreciar la profecía, pero que debemos probar todas las cosas y retener lo
que es bueno. Es por eso que he promovido el Mensaje de Fátima, no sólo porque es
único entre todos los Mensajes, sino también, por supuesto, porque fue aprobado por la
Iglesia.
El papel de la Jerarquía
es probar, juzgar y OBEDECER
a una profecía aprobada
Tal como el Padre Joseph de Sainte Marie señaló aquí en Roma – fue él que
escribió el discurso para el Papa, cuando él fue a Fátima en 1982 – “Corresponde a la
Jerarquía juzgar y probar si el profeta dice la verdad; pero a partir del momento en que
la Jerarquía reconoce que el mensaje viene de Dios, entonces el Papa mismo y los
Obispos tienen la obligación de obedecer, no al profeta, sino a Dios, Que les habla a
través del profeta”.
Tal obligación es primordial. No es para nosotros decir: “Estoy diciendo al Papa
lo que debe hacer”, No. Pero Nuestra Señora de Fátima está diciéndole lo que debe
hacer. No hago más que explicar lo que eso significa, y respondo a las objeciones de los
teólogos u otras personas que no han tenido tiempo para pensar en esto. Así, volviendo
a 1917: Nuestra Señora aparece, viene dando un Mensaje que muestra a la Humanidad
el camino a la paz. Le pidieron insistentemente que viese. Ella vino y explicó. Y
después, en los 95 años siguientes, nosotros básicamente la hemos ignorado.
Participa a Mis ministros
En 1931, Nuestro Señor explicó al Papa y a los Obispos una lección de historia.
Dijo:“Participa a Mis ministros que, en vista de seguir el ejemplo del Rey de Francia en
la dilación de la ejecución de Mi petición, también lo han de seguir en la aflicción”. ¿De
qué ejemplo está hablando, relativo al Rey de Francia?
El 17 de junio de 1689, Nuestro Señor habló a Santa Margarita María,
pidiéndole que dijese al Rey de Francia que consagrase el País al Sagrado Corazón de
Jesús. Pero los Reyes de Francia – y hubo después tres desde aquel día – todos ellos
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http://www.fatima.org/span/crusader/cr102/cr102pg02.pdf
ignoraron la Profecía de Santa Margarita María y la orden que Nuestro Señor había
dado por medio de Santa Margarita María – que, ya aún viva, era conocida como santa.
Aunque estuviese bien escondida, su fama de santidad era bien conocida entre sus
contemporáneos.
Y así, por haber ignorado aquel Mensaje, pagaron con la vida misma. El 17 de
junio de 1789 – pasados precisamente 100 años después de ese día – el Rey de Francia
era despojado de su autoridad por el Tercer Estado. Tres semanas después, la
Revolución Francesa comenzaba abiertamente el 14 de julio de 1789, con la tomada de
la Bastilla. El 21 de enero de 1794, el Rey fue degollado por los soldados de la
Revolución.
Nuestro Señor hace referencia a esto cuando dice: “Participa a Mis ministros
que, en vista de seguir el ejemplo del Rey de Francia en la dilación de la ejecución de
Mi petición, también lo han de seguir en la aflicción”. Hasta ahora, básicamente, el Papa
y los Obispos que lo rodean han ignorado, han demorado, han dado disculpa tras
disculpa. Creo que ya las oí todas. Y como ya probamos en estas conferencias y en
nuestras publicaciones, ninguna de estas disculpas es convincente. Realmente, no hay
disculpa para no hacerlo; pero hasta ahora, no han hecho esta elección.
Tenemos aquí, por lo tanto, una elección a hacer. Claro que no somos el Papa,
ninguno de nosotros puede dar órdenes al Papa. Sólo él tiene la autoridad para dar
órdenes a los Obispos de la Santa Iglesia. Pero nosotros no estamos privados de
recursos; hablaremos de esto en otra conferencia. Pero el castigo de la desobediencia no
es sólo para el Papa.
Como dijo el Papa Benedicto XVI mismo, cuando habló en Fátima hace dos
años: “Lo que está predicho en el Secreto es la Pasión de la Iglesia – y, sí, hay una
persecución al Papa. Pero el Papa está en el seno de la Iglesia y, así siendo, no es sólo el
Papa que sufre la Pasión que allí viene, es también toda la Iglesia”. Por lo tanto, aunque
haya una distinción en los cargos, somos todos miembros de la Iglesia, de la única y
verdadera Iglesia de Cristo, la Iglesia católica. Y tenemos un papel a desempeñar para
alcanzar la obediencia a Nuestra Señora de Fátima.
Un Ángel prepara los pastorcitos para
la venida de Nuestra Señora de Fátima
En la Primavera de 1916, cuando el Ángel apareció por primera vez, para
preparar los pastorcitos, vino sobre los árboles. Fue después de una lluvia ligera. Y
aparece como un joven de cerca de 15 años; fue así que él les apareció. Tenía una fuerza
tremenda, y apareció a la frente de ellos y dijo: ¡“No temais! Soy el Ángel de la Paz.
Rezad conmigo”. Y entonces se prostró en el suelo y enseñó los pastorcitos a hacer lo
mismo. “Rezad así”, dijo. Y los pastorcitos se prostraron en el suelo, con la testa
tocando el suelo, y él recitó esta oración, que ellos después repitieron:
“Dios mío! Yo creo, adoro, espero y os amo. Os pido perdón por los
que no creen, no adoran, no esperan y no os aman”.
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El Ángel dijo esta oración tres veces y recomendó a los pastorcitos que
continuasen a rezar así; después, desapareció. Durante todo el día, ellos rezaron con la
testa tocando el suelo, adorando a Dios y pidiendo misericordia para los pecadores.
Fue para ellos un acontecimiento muy impresionante, y no hablaron de esto a
nadie; pero, pasado algún tiempo, su fervor disminuía. En el verano, cuando estaba más
calor al medio-día, habían puesto las ovejas en el estabulo y fueron a jugar a un pozo
cerca de 50 metros de la casa de Lucía. Y el Ángel vino por segunda vez y les dijo:
“Qué hacéis? Rezad, rezad mucho. Ofreced constantemente al Altísimo, oraciones y
sacrificios”.
Fue entonces que, por primera vez, Lucía habló con él y preguntó: ¿“Cómo nos
hemos de sacrificar”? Y el Ángel respondió: “En todo lo que podáis, ofreced a Dios un
sacrifico…Sobre todo, aceptad y soportad, con sumisión, el sufrimiento que el Señor os
envíe”. Y así, los pastorcitos renovaron su fervor y rezaban como el Ángel les había
enseñado.
En otoño de 1916 el Ángel vino por tercera vez, y ahora trayendo el Santísimo
Sacramento, con la Hostia en una mano y un cáliz con el Preciosísimo Sangre en la otra
mano. Vino ante ellos en el lugar del Cabeço donde en la Primavera había rezado con
ellos por primera vez.
Les mandó nuevamente que se prostrasen, con la frente tocando el suelo, y rezar
esta oración de adoración ante el Santísimo Sacramento. Ellos repitieron tres veces la
oración después de él:
“Santísima Trinidad, Padre, Hijo, Espíritu Santo, yo Os adoro
profundamente y Os ofrezco el preciosísimo Cuerpo, Sangre, Alma y
Divinidad de Nuestro Señor Jesucristo, presente en todos los sagrarios de la
tierra, en reparación de los ultrajes, sacrilegios e indiferencias con que El
mismo es ofendido. Y por los méritos infinitos de su Santísimo Corazón y
del Inmaculado Corazón de María, Os pido la conversión de los pobres
pecadores”.
El Ángel los hizo rezar esta oración tres veces y después les dio la Santa
Comunión. Lucía ya había recibido la Primera Comunión, y por eso recibió la Hostia en
la lengua, por supuesto; y el Ángel dio el Preciosísimo Sangre del cáliz a Jacinta y
Francisco. Fue la primera de dos Comuniones que Francisco recibió antes de morir. Dos
Comuniones sólo lo hicieron bienaventurado, lo hicieron santo, evidentemente con su
colaboración con la gracia de Dios. Jacinta tampoco pudo recibir muchas veces la
Sagrada Comunión, pero también fue beatificada. Hablaremos de esto más adelante, a la
medida que esta semana avanza.
Por lo tanto todos nosotros podemos rezar. En efecto, en aquella ocasión en
agosto de 1931, cuando Lucía oyó: “Participa a Mis ministros”, la oración que Lucía no
pronunció era: “El Papa tiene, ciertamente, la elección entre obedecer y no obedecer.
Pero nosotros no tenemos esa elección: ¿qué podemos hacer a la luz de la rechaza del
Papa en obedecer”? No preguntó eso directamente, pero esta pregunta que no hizo,
puede comprenderse a partir de la respuesta de Jesús. Jesús dijo: “Nunca es tarde para
recurrir a Jesús y a María”.
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No podemos hacer la Consagración de Rusia que Nuestra Señora pidió sin el
Papa. Nosotros amamos el Papa y lo respectamos. En verdad, esta orden para consagrar
a Rusia que les fue dada, a él y a los Obispos, exaltará su prestigio de una forma que la
Iglesia nunca habrá visto antes.
Cuando el mundo verá que la paz llegó a toda parte, que esta matanza de más de
1.500 millones de personas llegará al fin – sólo porque el Papa finalmente obedeció –
cuando esto sea visto por todo el mundo, todos verán cuan realmente importante es la
autoridad que Dios dio al Papa y a los Obispos.
NUNCA es tarde
para recurrir a Jesús y a María
No somos el Papa, pero hasta ahora el Papa ha decidido no obedecer. Así, la
pregunta no hablada de Lucía es ésta: ¿“Y nosotros? ¿Será culpa nuestra? ¿Qué
podemos hacer sobre el Papa no escuchando al Mensaje de Nuestra Señora o no
obedeciendo a esta orden”? Y Nuestro Señor contesta esta pregunta no verbalizada,
diciendo: “Nunca es tarde para recurrir a Jesús y a María”.
El Poder del Santísimo Rosario
Así, lo que podemos hacer, como Sus hijos, es rezar y hacer sacrificios.
Efectivamente, Lucía nos dijo que, en nuestro tiempo, Dios concedió un tal poder al
Rosario – mayor poder que lo que el Rosario tuvo en épocas pasadas – que no hay
problema en el mundo, nacional o internacional, físico o moral, que no pueda ser
resuelto por el Rosario. El mayor problema que el mundo tiene hoy, aunque no se da
cuenta de esto, es conseguir que el Papa haga la Consagración de Rusia. Por lo tanto,
hasta este problema – por mayor que sea – puede ser resuelto por el Rosario.
El San Padre Pio decía que debemos rezar el Rosario y que hiciésemos con que
otras personas rezasen el Rosario. Todos nosotros podemos rezar el Rosario: todos
nosotros podemos hacer con que otras personas recen el Rosario con nosotros; todos
nosotros podemos animar otras personas a rezar el Rosario. El 13 de julio de 1917,
cuando Nuestra Señora apareció, dijo: “Rezad el Rosario” y que “Sólo Nuestra Señora
del Rosario les podrá ayudar”. Estaba a decirnos que debemos hacer con que el Rosario
sea rezado, porque sólo Ella, sólo Nuestra Señora y el Rosario nos pueden ayudar, y,
como es evidente, Ella nos ayudará si rezamos el Rosario.
“Yo soy la Señora del Rosario”
Como ya dije, fue el 13 de mayo de 1917 que la Virgen Santísima apareció. Era
un día de sol, era Domingo, y ellos vieron un relámpago. Era un día sin nubes, pero
pensaron que este relámpago anunciaba una tormenta que se aproximaba. Comenzaron a
juntar las ovejas, para protegerlas de la tormenta. Entonces vieron un segundo
relámpago, y poco después vieron Nuestra Señora de pie en una nube, encima de una
encina. Nuestra Señora les dijo: “No tengáis miedo. No os voy a hacer daño”.
Los pastorcitos se aproximaron, y Lucía dijo a Nuestra Señora que “Francisco no
La ve”. Y Ella dijo: “Diga a Francisco que rece el Rosario”. Él tomó el Rosario del
bolso y comenzó a rezarlo, y entonces, también él puso ver Nuestra Señora. Francisco
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http://www.fatima.org/span/crusader/cr102/cr102pg02.pdf
nunca La oía, pero podía verla. Lucía preguntó: “De donde es Usted”? Y la Señora
respondió: “Soy del Cielo. Después os diré Quien soy”. Entonces Lucía preguntó: “Y
yo, ¿también voy al Cielo? “Sí, irás”. “Y, Jacinta”? “También”. ¿“Y Francisco”?
Después de un breve silencio, la Señora contestó: “También; pero tiene que rezar
muchos Rosarios”.
Nuestra Señora, que había estado de manos puestas, abrió entonces las manos.
Venía una luz de la palma de Sus manos y cayó en los corazones de los tres pastorcitos.
A esta luz, ellos se vieron a sí mismos en la presencia de Dios y les fue dada una
muestra del Cielo. A esa luz, Francisco, aunque no pudiese oír, comprendió muy
profundamente que Dios estaba muy triste, que Dios se entristecía debido a los pecados
de la Humanidad. Francisco, de este momento en adelante, quería consolar a Dios. El
quería hacer reparación a Dios por los pecados de los hombres. Uno de los grandes
Mensajes de Fátima es la necesidad de reparación, que tenemos que hacer reparación a
Dios por los pecados del Hombre.
El Papa Juan Pablo II dijo, cuando vino a Fátima:
“El mundo ha caminado en la dirección opuesta a la que es indicada
por el Mensaje de Fátima”.
El pecado se ha institucionalizado
Desde las apariciones de Nuestra Señora en 1917, el pecado se ha hecho
institucionalizado, el pecado se ha establecido a sí mismo. Una cosa es un hombre o una
mujer pecando una vez u otra, pero es otra cosa muchísimo más seria el pecado siendo
institucionalizado y establecido.
Vemos esto hoy en cosas como el aborto y la homosexualidad. Yo sé que hubo
abortos en todas las épocas, pero fue sólo en nuestro tiempo que fue institucionalizado,
que hay unas llamadas leyes – que, es claro, no pueden ser verdaderas leyes – unas
llamadas leyes que protegen los asesinos, que protegen las personas que cometen el
crimen del aborto de los que protestan contra él.
El pecado se ha institucionalizado. Si vamos a juzgar un hombre o una mujer,
los juzgamos por sus hábitos; no los juzgamos por un caso en particular. Si alguien
estaba cansado o irritado en un determinado día y dijo una cosa que no debería haber
dicho, pero generalmente es muy amable, simpático y agradable, no decimos de él que
es una persona mala. Del mismo modo, no juzgamos un país ni las personas por una
falta ocasional. Juzgamos las personas por sus hábitos y juzgamos las naciones y las
sociedades por sus instituciones.
El hecho de que la esclavitud estaba institucionalizada hace siglos fue
considerado una mancha negra sobre aquella sociedad. Mucho peor que la esclavitud es
el aborto. Mucho peor de la esclavitud es proteger el acto criminal de la
homosexualidad. En mi país, hasta 1968 era un crimen practicar un acto homosexual. La
disculpa que vino en aquel entonces dada por el Primer Ministro, que se decía católico,
era que no se debería criminalizar lo que se pasa en el cuarto de cama. Pero
efectivamente, ahora – según “la ley” – es un crimen denunciar el crimen de la
homosexualidad.
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http://www.fatima.org/span/crusader/cr102/cr102pg02.pdf
O somos por Dios
o contra Dios
En estas cosas no hay medio camino. O somos por Dios o somos contra Él. Y,
como el Papa Juan Pablo II dijo en Fátima, la sociedad ha evolucionado en contra del
Mensaje de Fátima. Sor Lucía nos dijo en 1957 que Nuestra Señora está triste. ¿Y por
qué está triste? Sor Lucía dijo muy simplemente al Padre Fuentes: “La Santísima Virgen
está muy triste, porque nadie hace caso a su Mensaje, ni los buenos ni los malos”.
Se comprende que los malos no presten atención al Mensaje. Después de todo,
son malos. Pero Lucía incluye las personas buenas en esta censura: “La Santísima
Virgen está muy triste, porque nadie hace caso a su Mensaje, ni los buenos ni los
malos”. Es por eso que Ella está triste.
Es por eso que, cuando Nuestra Señora fue despreciada en 1952, por no haber
hecha la debida Consagración de Rusia, una imagen suya en Siracusa lloró. Y yo vi
muchas fotos de imágenes de Nuestra Señora llorando lágrimas de sangre. Por no
obedecer a Nuestra Señora de Fátima, la Humanidad está cosechando un castigo
tremendo, como la Humanidad nunca vio antes.
Los que sobreviven
tendrán envidia de los muertos
El Cardenal Ratzinger dijo al Embajador de la Filipinas que el Mensaje de Akita,
que es aprobado por la Iglesia, es esencialmente idéntico al Mensaje de Fátima. Nuestra
Señora apareció el 13 de octubre de 1973 para decir que dentro de poco vendrá un
tiempo en que Cardenal se opondrá a Cardenal y Obispo se opondrá a Obispo, que los
sacerdotes que veneran la Santísima Virgen serán atacados por sus hermanos en el
sacerdocio, y que la Humanidad verá un castigo peor que el diluvio, y que este castigo
será tan malo que los que sobreviven – y serán una minoría de la Humanidad – tendrán
envidia de los muertos.
La ÚNICA solución es la
Consagración de RUSIA
Todo esto aún podría ser evitado, pero con una condición – que la Consagración
de Rusia fuese hecha, y hecha a tiempo. Es esto el Mensaje que tenemos aquí esta
semana. Intenté, sin duda, reducirla a lo más simple que pude para una alocución
introductora; y hice afirmaciones que para algunos de Ustedes, sin duda, son
exageradas. Estoy preparado a contestar sus preguntas en las sesiones de preguntas y
respuestas.
Los caminos de Dios
no son nuestros caminos
Parte del problema con el Mensaje de Fátima es que parece demasiado simple.
Parte de él es porque hay quien diga: “Bueno, ¿cómo puede ser confiada la paz del
mundo a un Mensaje tan simple, o a tales pastorcitos, campesinos tan simples”? Los
caminos de Dios no son nuestros caminos. Dios da más valor a los sacrificios de los
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simples, a los campesinos u otros de cualquier clase de vida, más que quien tiene mucha
inteligencia o mucha riqueza o mucho poder o mucho prestigio ante los hombres.
Debemos procurar nuestro honor en Dios, como Nuestra Señora dijo, pero los Fariseos
prefieren antes buscar el honor entre los hombres.
Hagamos a nosotros mismos las siguientes preguntas:
 ¿Haremos del Mensaje de Nuestra Señora de Fátima nuestra prioridad número
uno?
 ¿Escucharemos?
 ¿Haremos con que otros escuchen?
 ¿Aprenderemos?
 ¿Reflexionemos sobre esto?
 ¿Actuaremos?
Nuestra Señora está triste porque ni los buenos ni los malos prestan atención a
Su Mensaje. Nuestra Señora fue despreciada. Frère Michel me dijo que, en su opinión,
la Consagración de Rusia no será hecha mientras el Tercer Secreto no sea revelado a la
Iglesia. Dijo que Nuestra Señora fue insultada y deshonrada por los funcionarios del
Vaticano que desobedecieron Su orden para divulgar el Tercer Secreto en 1960. Y
mientras el Secreto (esto es, todo el Secreto) no sea revelado, Dios no concederá la
gracia de la Consagración de Rusia hasta que se haga reparación suficiente por este
insulto, esta desobediencia. Y la revelación completa del Secreto es la única reparación
que Dios aceptará. Frère Michel, que vino a nuestra primera conferencia en 1985, en el
Vaticano mismo, escribió los tres libros más completos sobre Fátima. Se basó en las
investigaciones del Padre Alonso, cuyos libros, a propósito, aún están por publicar, a
pesar de haber estado listos para ser publicados desde 1975. Muchos de los 24
volúmenes del Padre Alonso, con más de 5000 documentos sobre Fátima, aún están por
publicar.
¿Si el Tercer Secreto fue revelado en junio de 2000 en su totalidad, por qué
continúan a ocultar eses documentos? Tanto los Superiores Claretianos como el Obispo
de Fátima tienen eses volúmenes, pero aún están inaccesibles al público.
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El Padre Gruner dando su alocución sobre
el Triplo Secreto de Fátima
Muchas batallas se ganaron
a través del control de información
Aún hoy las personas no tienen conocimiento, por ejemplo, de que el ataque a
Pearl Harbor por los japoneses no era un secreto. Los americanos habían descifrado el
código japonés y sabían la hora, el día y el local exactos del ataque. Pero el Presidente
de los Estados Unidos ocultó esta información de sus Generales y de sus Almirantes en
Pearl Harbor, para que el ataque tuviese lugar. El Presidente Roosevelt (FDR), que era
en ese entonces el Presidente, hizo esto porque quería que el ataque tomase lugar,
porque él quería entrar en guerra contra Japón y contra Alemania.
Se puede decir que la guerra fue comenzada por el Presidente de los Estados
Unidos guardando un secreto. No estoy inventando esto. Pueden encontrar esta
documentación en muchos sitios. Ya leí libros sobre esto. Pero no estoy aquí para hablar
del Presidente Roosevelt. Mi objetivo es hablar en la necesidad de tener la información
que necesitamos, especialmente ahora que estamos a ser atacados – estamos en una
guerra hasta el fin. Necesitamos el Tercer Secreto en su totalidad para protegernos.
Como San Pablo nos dijo, nuestra guerra no es contra carne y sangre, sino contra
principados y poderes y los dirigentes del mundo de las tinieblas. Esta guerra no está
sólo a ser hecha por el demonio y por los ángeles caídos que trabajan con él; la guerra
también es hecha por hombres y mujeres que son enemigos de la Iglesia. Estos seres
humanos están haciendo esto ahora mismo – o sea, son seres humanos que trabajan para
el demonio y luchan deliberadamente contra Dios y Nuestra Señora.
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No son los únicos, pero es cierto que hay masones que prestan culto al demonio
en el grado 33, como refirió el Papa León XIII. Los masones han declarado guerra a
Dios y a la Iglesia desde 1730. Los masones han infiltrado profundamente la Iglesia
católica, incluyendo el Vaticano mismo, en los últimos 50 años.
Me encontré con el Padre Francesco Putti, que publicó los nombres de 12
Cardenales que eran masones. El Padre Putti comenzó su artículo nombrando el
Cardenal, decía lo que él había hecho, y después concluía el artículo de esta manera. “el
Cardenal fulano de tal es masón. Entró en la Masonería el día tal, esto es su nombre de
código, esto es su número”.
Fui a verlo un día, porque él había escrito una cosa parecida sobre el Cardenal
Garrone. El Cardenal Garrone era un Cardenal francés, y el Padre Putti no acabó su
artículo de la misma manera. En vez de esto, escribió que, si el Cardenal Garrone
hubiese recibido del satanás mismo o del jefe de los masones la misión de destruir la
enseñanza católica en todo el mundo, no podría haber hecho un mejor trabajo.
Pregunté: “Señor Padre, parece indicar que él es masón, pero no llega a decir
eso”. Y él replicó: “Es verdad, porque no tengo documentos sobre él. Tengo
documentos sobre centenas de sacerdotes y Obispos, pero no los publico porque muchos
de ellos han reconocido el error que cometieron y desistieron, pero los que identifico
como masones no han desistido”.
Una vez el Padre Putti fue amenazado, por lo menos indirectamente, en una
comunicación a la prensa, que decía que el Vaticano estaba pensando en excomulgarlo.
Entonces el Padre Putti convocó una conferencia de prensa y dijo: “Hasta ahora, sólo
publiqué los hechos, pero si yo soy excomulgado, voy a publicar la documentación”.
El próximo día, hubo una comunicación a la prensa del Vaticano, diciendo que
no habría cualquier intención de excomulgar el Padre Putti. Me refiero a esto, no porque
sea agradable hablar de cómo algunos Cardenales y Obispos – y, evidentemente,
algunos padres – son miembros de la secta masónica, pero porque ellos se opusieron a
Fátima desde el principio.
Fue el Administrador de Fátima – más precisamente, el Administrador masónico
de Ourém – que puso en la cárcel los pastorcitos, que los amenaza de muerte, que los
amenazó de fritarlos en aceite. La oposición a Fátima era más abierta en aquel tiempo;
hoy es mucho más sutil. No obstante, la oposición a Fátima es verdadera. En efecto, el
ataque indirecto que hacen es mucho más eficaz. Hablé a un Deputado del Parlamento
Europeo que no estaba consciente de la necesidad de la Consagración de Rusia – lo que
indica la eficacia que el demonio ha tenido en esconder el Mensaje de Fátima.
Fátima, el Rosario
y el Escapulario
silenciados en los púlpitos
En primer lugar, no oímos hablar de Fátima en nuestras escuelas, en nuestros
púlpitos, ni siquiera del pedido para rezar el Rosario, o el pedido para usar el
Escapulario marrón de Nuestra Señora de Monte Carmelo. Ni estas cosas son
generalmente mencionadas de nuestros púlpitos. Y si son, es excepcionalmente. Pero si
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consideramos que hace 400 mil sacerdotes en la Iglesia católica, que hay 2.500 diócesis
en la Iglesia católica – ¿cuántos hablan regularmente de Fátima, cuántos periódicos
hablan de ella? Las únicas veces que la veo en la comunicación social es cuando hay
alguna historia diciendo que la Consagración está hecha y que el Tercer Secreto fue
revelado. Además de eso, no hablan de Fátima y tampoco hablan del Mensaje.
Existe una oposición a Fátima
Por lo tanto, hay una fuerte oposición a Fátima. Hay hasta una oposición muy
fuerte a Fátima. Gran parte de esta oposición es de personas ignorantes, que no saben
más, pero otra es dirigida por influencia masónica dentro de la Iglesia católica, a partir
de fuentes que no se esperaban. Es por eso que necesitamos hablar de estas cosas,
porque nunca ganaremos la batalla si no sepamos lo que los enemigos van a hacer. Y no
vamos a ganar la batalla si no tengamos la información de que Fátima no es una opción,
es obligatoria. Fátima no es una opción, es algo que todos nosotros debemos conocer.
Pero el Mensaje de Fátima
se dirige a todos los seres humanos
Como dijo el Papa Juan Pablo II, “El Mensaje de Fátima se dirige a todos los
seres humanos”. Mirando a mí mismo y a cada uno de Ustedes, a veces pienso que
todos estamos tentados a decir a nosotros mismos: ¿“Qué más puedo hacer, que soy
apenas Fulano de Tal, sólo tengo esta pequeña porción del viñedo del Señor – sea esa
pequeña parte una Diócesis o una parroquia, o un pequeño grey de cinco personas, o
hasta una familia de dos – que puedo hacer”?
Hay mucha cosa que puede hacer, y durante esta conferencia hablaremos sobre
esto. Gracias por su presencia, y apreciamos sus preguntas y participación, para que
también puedan hacerse tan comprometidos como cualquier uno a promover este
urgente Mensaje de Fátima y a acelerar el Triunfo del Inmaculado Corazón de María. El
tiempo está acabándose, y hay mucho que hacer.
Que Dios los bendiga!
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