CONSIDERACIONES TÉCNICAS Y PATRIMONIALES SOBRE EL ESTUDIO ARQUITECTÓNICO Y DE DISEÑO DEL ACUEDUCTO DEL PADRE TEMBLEQUE Y LA RESPONSABILIDAD SOCIAL DE SU PROTECCIÓN Y DIFUSIÓN NACIONAL E INTERNACIONAL. Mesa 2: Patrimonio, tecnología y diseño ambiental con responsabilidad social. La conservación del patrimonio histórico con responsabilidad social Dr. Arq. Marcos Mejía López 1 [email protected] Mtra. en Arq. Elda Gómez Rogel [email protected] Dr. en H.A. Juan Arturo Ocaña Ponce 3 [email protected] a) Resumen. Uno de los bienes patrimoniales más importantes del inicio de la Nueva España, es el acueducto Tembleque, localizado entre los Estados de México e Hidalgo. El cual se construyó en el siglo XVI con una tecnología edificatoria entonces desconocida en todo el continente americano. A lo largo de sus más de cuarenta y dos kilómetros, tiene cuatro sistemas de arquerías significativas, la más sorprendente es la que tiene una longitud de cerca de un kilómetro. Este monumento requiere de mantenimiento constante y sobre todo de protección adecuada de forma arquitectónica, estructural e hidráulica. El presente estudio es una síntesis de una investigación realizada recientemente, donde se da a conocer el diseño, la geometría, la composición y las teorías que fueron utilizadas en la construcción de este portento, cuya responsabilidad social de su protección no solo les pertenece a las autoridades sino a la sociedad civil de todas edades. 1 Doctor Arquitecto egresado de la Universidad Politécnica de Cataluña de Barcelona, España. Profesor e investigador de la FAD de la Universidad Autónoma del Estado de México y Conservador del Patrimonio Histórico-Arquitectónico de la UAEMéx. 2 Maestra en Restauración egresada de la Universidad Nacional Autónoma de México y profesora de la línea de restauración en la Facultad de Arquitectura de la Universidad Autónoma del Estado de México. 3 Doctor en Historia del Arte egresado de la Universidad Autónoma del Estado de Morelos. Profesor e investigador de la FAD de la Universidad Autónoma del Estado de México. Director de patrimonio cultural de la UAEMéx. Abstract One of the most important patrimonial construction of the beginning of the New Spain, is the Tembleque aqueduct located between the States of Mexico and Hidalgo. Who was constructed in the 16th century by a construction technology stranger at the time in the whole American continent. Along his more than forty two kilometres, it has four systems of significant series of arches, the most surprising it is the one that has a length closely of a kilometre. This monument needs of constant maintenance and especially of suitable protection of architectural, structural and hydraulic form. The present study is a synthesis of an investigation realized recently, where there are announced the design, the geometry, the composition and the theories that were used in the construction of this wonder, which social responsibility of his protection not only they belongs to the authorities but to the civil society of all ages. b).Palabras clave: Tecnología, patrimonio, arquitectura. Key words: technology, heritage, architecture. c) Introducción. La construcción de acueductos en la Nueva España fue una tarea ardua y necesaria para llevar agua a localidades, haciendas y terrenos agropecuarios. Por lo que el manejo de este recurso natural desde su origen en los manantiales, hasta los lugares de consumo, significó importar tecnología y sistemas constructivos de Europa, en particular de Roma, se tiene el ejemplo del gran acueducto de la ciudad de Segovia. Aunque ya existían evidencias de desarrollos incipientes de acueductos prehispánicos sobre todo aztecas y mayas, con diseños un tanto diferentes, pero no menos efectivos para llevar el agua a ciudades y terrenos agrícolas, éstos sistemas de la conducción de las aguas eran construidos con piedra, barro y labrados en la roca viva. Estos no llegaron a tener un desarrollo masivo complejo y perfeccionista como lo es el caso de muchos de los acueductos construidos en las ciudades novohispánicas como Querétaro, Puebla, San Luis Potosí y Zacatecas. El caso del acueducto Tembleque, representa un desafío para su época ya que su longitud es de más de cuarenta kilómetros, además existe la gran evidencia material de la arquería mayor denominada de “Tepeyahualco” con más de un kilómetro de longitud y con una altura de más de 38 metros (Valdés, 1997: 166). (Ramírez, 1991:38). Esta obra representa un periodo de auge técnico de la ingeniería hidráulica a través de las influencias y teorías europeas en conjunción con la mano de obra indígena, con una tradición milenaria del trabajo de la piedra, reconocido ampliamente a través de la construcción de innumerables centros ceremoniales prehispánicos. Estas arquerías entonces son producto de constructores indígenas y directores de obra venidos de ultramar. Se dice según las crónicas que el Padre Fray Francisco de Tembleque fue el creador y proyectista de dicho conjunto monumental y bendijo la primera piedra y coloco una cruz al inicio de la obra que principalmente dedica a Dios. (Valdés, 1997: 37). A lo largo de este trabajo, se podrán conocer diversos aspectos de teoría, composición, arquitectura, trazo y desarrollo arquitectónico del acueducto. En la segunda fase de este documento se realiza un detallado análisis a partir de la observación en campo de las diferentes arquerías del Sistema Tembleque, (Acueducto de Zempoala) comprende: levantamiento técnico, registro del acueducto, los manantiales, los cuatro sistemas de arquerías, y algunos detalles gráficos de la arquería mayor y de ciertas cajas de agua. Es necesario mencionar que este documento hace un énfasis determinante sobre todo de la arquería de Tepeyahualco. d) Desarrollo Temático. Las condiciones arquitectónicas básicas de teoría, trazo, geometría y composición de los arcos del acueducto Tembleque. Entre los estados de Hidalgo y de México, se ubican cuatro grupos de arquerías, que conforman más de cuarenta kilómetros del complejo hidráulico denominado Acueducto de Zempoala (Valdés, 1997: 164), también conocido con el nombre del acueducto del padre Tembleque, el acueducto de forma incipiente nace en los manantiales del cerro del Tecajete en Zempola y su recorrido es a través de diferentes poblaciones y su destinación es la localidad de Otumba. El conjunto tiene una importancia histórica muy significativa, pues se ha considerado que es una de las primeras construcciones hidráulicas, con diseño de ligeros arcos de medio punto en toda América, por lo que se trata de un ícono, que contempla la fusión de la tradición constructiva del México Prehispánico con las técnicas de construcción Europeas de antecedentes Romanos. La raíz científica y arquitectónica de su diseño, trazo y composición es posible observarla en el Tratado de Sebastiano Serlio Boloñés, (Imagen 1) cuando recomienda que un acueducto es posible realizarlo a partir de arquerías de medio punto, construidas con materiales de suficiente resistencia, en este caso el material que fue la base de la construcción de la arquería mayor de Tepeyahualco que es la que nos ocupa, fue construida con roca basáltica como material único de confección de arquerías y sistema de columnas y contrafuertes (Valdés, 1997:167). El canal superior del acueducto que presenta todavía algunas partes realizadas en barro sobre todo en las paredes interiores, tiene en la sección transversal unas dimensiones de 1.40 x 1.41 metros, y el conducto del paso del agua en esta misma sección es de 0.28 x 0.33 metros (Ramírez, 1991:38). Imagen 1. Sistema de Arquerías recomendada por Vitruvio para la construcción de acueductos, respuesta tecnológica y científica de la arquitectura Romana Fuente: Tercer y cuarto libro de arquitectura de Sebastiano Serlio Boloñés, impreso en Toledo en 1552. Es también evidente la semejanza geométrica y compositiva de las arquerías de Tepeyahualco (Imagen 2) con los conjuntos hidráulicos que plantea Vitruvio, a partir de las descripciones e ilustraciones que aparecen en su Tratado de Arquitectura (Vitruvio, 1787) donde se observan arquerías de diversas alturas, muy esbeltas para salvar una serie de accidentes topográficos (barrancas), sobre estas arquerías se colocaron una serie de tuberías que conducen el agua a través de las montañas. A partir de éstas características dadas por los tratadistas los distintos elementos de ingeniería hidráulica y de arquitectura, pasaron al dominio de los entendidos del oficio. Sobre todo en la Nueva España y los maestros constructores adaptaron estos conocimientos para realizar esta gran obra. Imagen 2. Arquería de Tepeyahualco, vista desde la barranca Fuente: Fotografía Arq. Araceli Galeana Estrada. El padre Fray Francisco Tembleque, junto con sus colaboradores realizo un minucioso análisis del terreno mediante la observación de las condiciones topográficas y naturales del lugar por el que se llevaría el agua. Estudio que hasta el día de hoy es admirable por su precisión científica tomando en consideración las pendientes y el caudal del agua que tenía que correr sobre la arquería y posteriormente diseminarse a lo largo de varios canales de este sistema que fue sobretodo perfeccionista donde incluye sifones y cajas de agua como elementos técnicos que regulaban el flujo del agua. Entre las novedades tecnológicas además de la construcción de las arquerías esbeltas de piedra basáltica, también se integró material de tezontle para lograr estos elementos repetitivos (arcos) a gran escala y ligeros. Además se hizo especial énfasis en el adosamiento de contrafuertes, para soportar la carga de las arquerías en su conjunto. Existe también cerca de la barranca de entre las arquerías, abundante material de adobe (Imagen 3), que en opinión de algunos investigadores se utilizó como cimbra de esta gran estructura (Valdés, 1997:168) (Ramírez, 1991:39). Imagen 3.Restos de cimbra de adobe Fuente: Fotografía de P. Arq. Araceli Galeana Estrada Hoy día también se ha sugerido a través de este estudio de cerchas y cimbra de madera (Bassegoda, 1979: E1) para conformar las arquerías. Situación que es notable por la perfección de la manufactura de las arquerías altas y bajas pues su trazo y geometría es casi perfecto. Una de las aportaciones arqueológicas que contienen algunas piedras que integran constructivamente el acueducto de Tepeyahualco corresponden a representaciones pictóricas, las cuales son glifos de origen prehispánico, que en opinión de la Dra. Rosa Guadalupe de la Peña Virchez, (De la Peña, y A.A.V.V. 2013) tienen relación con los constructores y con los aspectos astronómicos y cosmogonía prehispánica. Al abrir paso a las nuevas construcciones técnicas, militares, civiles y religiosas novohispánicas dentro del territorio mexicano, esto trajo una transformación e integración, a las nuevas tipologías arquitectónicas e ingenieriles de origen europeo. Aunque se siguió con la tradición constructiva de la mano de obra indígena, como ha sucedido hasta nuestros días. Esta simbiosis de conocimiento dio lugar a una obra única de ingeniería hidráulica, admirable por su racionalidad, belleza y estabilidad, cumpliendo con los preceptos Vitruvianos de firmitas, utilitas y venustas. Lo que alude a una obra arquitectónica de asombrosa originalidad, destreza y maestría, digna de ser considerada parte del patrimonio nacional e internacional, por parte de la UNESCO. Al que ya se le ha enviado el expediente técnico para su reconocimiento internacional. Esto dará lugar a una responsabilidad social amplia para su cuidado, mantenimiento y perpetuación monumental. Levantamiento y registro del acueducto. Para hacer un reconocimiento del acueducto, se hicieron mediciones con tecnología láser, así como registros mediante GPS de los distintos elementos que se hallan a lo largo de los 42 kilómetros que comprende la trayectoria del mismo, tales como: cajas de agua, arquerías, sifones, cañerías en mal estado y en funcionamiento, piletas, aljibes y fuentes. Todo esto, con la finalidad de evitar que siga deteriorando el sistema del acueducto. Se hizo un seguimiento para reconocer aquellos lugares de difícil acceso como campos de sembradíos, haciendas, pendientes y ríos, que son parte del sistema del acueducto. Esta importante obra hidráulica del siglo XVI comparte territorios con el Estado de México e Hidalgo y se distinguen seis lugares importantes: Manantiales de Tecajete. Ex Hacienda de Tecajete. Arcos del Acueducto de la Hacienda de los Arcos (Arquería de Guadalupe de Arcos. El Puente Caído (Arquito Caído). Arquería Mayor. Otumba Los primeros cuatro puntos se encuentran en el estado de Hidalgo, la Arquería Mayor se encuentra entre ambos Estados y finalmente el punto final se encuentra en Otumba, Estado de México. Los manantiales El recorrido inicia al pie del cerro del Tecajete, donde están los manantiales originales del siglo XVI, estos están contenidos en pilas hechas de piedra con cal bruñida, la altura de cada uno estos pozos es variada y el espesor es de aproximadamente 50cm. En su interior aún nace el agua, que corre por una cañería a nivel de suelo y sigue su camino rumbo a Zempoala. La mayor parte de los canales del recorrido puede distinguirse a simple vista, hasta que se pierde entre los pastizales y el caudal del agua vuelve a aparecer en la Hacienda de Tecajete. Arcos del Acueducto de la Hacienda de Tecajete (Ex Hacienda Sta. Inés Amiltepec) Este conjunto comprende 59 arcos de medio punto, que emergen desde el nivel de suelo hasta una altura de 5.97m. La altura total del acueducto desde el terreno natural hasta la punta de la cañería es de 7.40 m. Su forma es simple, la mayor parte se encuentra dentro de la hacienda y alimenta un pequeño lago para el servicio de la misma. Al exterior, se encuentra la estación del Tren Honey, que anteriormente cruzaba debajo de una de las arcadas y en el extremo se encuentra una de las cajas de agua más completas del conjunto. La longitud máxima de esta arquería desde la caja de agua hasta la última arcada es de 333.57 m. Arcos del Acueducto de la Hacienda de los Arcos (Arquería de Guadalupe de Arcos) Se integra por 14 arcos de medio punto. Debido a la pendiente se construyó una caja de agua, arenero y sifón, seguido de un conjunto de arcos uniformes que atraviesan un pequeño lago y se dirigen al interior de la hacienda donde nuevamente remata en una caja de agua con arenero. Su altura mayor es de 4.6 mts. (hasta punta de cañería), y de 1.51 mts. al interior de todos los arcos. Su longitud desde el inicio del sifón hasta última arcada es de 114.2 mts. Por este acueducto ya no fluye agua. El Puente Caído (Arquito Caído) Se localiza en el pueblo de Acelotla, consta de un arco de medio punto totalmente reconstruido que atraviesa una barranca. Al pie de esta construcción se encuentran los restos del verdadero arco. Su altura mayor es de 9.57mts. desde el terreno hasta la punta de cañería, mientras al interior del arco la altura es de 7.5 mts. La longitud total de este conjunto es de 14.55 mts desde el inicio de la barranca al final de la misma. A diferencia de las otras arcadas, esta no presenta vestigios de símbolos prehispánicos. Arquería de Tepeyahualco También conocida como la arquería mayor, se localiza en la población de Santiago Tepeyahualco. Se trata de un conjunto construido para librar una gran barranca por la que atraviesa el río Papalote. Y está integrada por 70 arcos de medio punto (tomando en cuenta la doble arcada). La altura hasta la punta de la cañería es de 38.24mts. El arco de mayor altura en su interior mide 36.78 mts. (Imagen 4). Imagen 4. Arquería Mayor. Detalle de arcos centrales. Elaboración propia Elda Gómez Rogel. La extensión de las arcaduras desde la caja norte a la sur es de 908.38 mts. Es la parte más representativa del acueducto, llama la atención por su esbeltez y magnitud, que resalta a gran distancia. Al pie de los segmentos centrales se encuentran los restos de muros de adobe que fueron utilizados como material de cimbra, también se localiza una tubería de barro al nivel de la base, por la que se cree que se transportaba el agua al momento de su construcción. Acompañan a este conjunto un arenero y una caja de agua en los extremos norte y sur. (Imagen 5) Imagen 5. Cajas de agua de Arquería Mayor. Elaboración propia Elda Gómez Rogel. Otumba Por último tenemos la caja de agua que se encuentra en el pueblo de Otumba, es la más grande de todas las que existen y al igual que las anteriores sufre de daños por la acción del hombre y por la falta de mantenimiento. Quedan pocos restos de lo que fue el acueducto y apenas pueden distinguirse sus restos sobre una de las avenidas. Acompañan al acueducto otros elementos como fuentes, piletas, cajas de agua de reciente construcción areneros y lavaderos. e) Conclusiones. De los sistemas de acueductos virreinales que se localizan en México el que más destaca y en su momento fue definido como el “príncipe de los acueductos” fue el conjunto del acueducto de Zempoala, construido por Fray Francisco Tembleque en la primera mitad del Siglo XVI, fue un prodigio de la ingeniería hidráulica y de la arquitectura novohispánica, ya que aunque sus materiales de piedra de basalto y sus adherentes fabricados con mortero bruñido presagiaban ante todo humildad y pobreza finalmente se logró una magnífica construcción con un diseño peculiar que partiendo de la tecnología Romana supera a esta incluyendo también sistemas de construcción medievales dadas las proporciones y racionalidad de las arquerías de medio punto y sus contrafuertes. Por lo tanto esta obra tiene referentes del conocimiento de la hidráulica de los tratadistas Romanos, medievales y renacentistas. Los estudios realizados en el campo han demostrado que a pesar de la antigüedad de su construcción de casi 500 años las estructuras prácticamente están intactas y han resistido a diferentes fenómenos climáticos así como impactos de naturaleza sísmica y eólica. Y prácticamente lo que más los ha afectado es la acción humana, las decisiones políticas, la falta de cultura y educación de las masas, las cuales no han sabido apreciar este importante sistema hidráulico que beneficio durante 400 años a la región donde se localizan y que en los últimos 100 años ha habido un abandono (Sánchez, 2001:67) parcial total a cada una de sus partes. Finalmente la importancia de haber realizado un expediente técnico de este gran conjunto de arquitectura y de ingeniería hidráulica para su reconocimiento como PATRIMONIO CULTURAL DE LA HUMANIDAD. Al obtener dicha distinción se tendrán que tomar medidas para su conservación, (Díaz-Berrio, 2005:21) restauración (Baglioni,1988:62) así como su difusión cultural y turística a nivel mundial, con ello esta maravilla de cerca de 500 años se tratará de perpetuar en la responsabilidad social de la comunidad mexicana e internacional con el apoyo de la UNESCO. f) Bibliografía. Baglioni A. Guarnerio G. (1988), La Rehabilitación de edificios urbanos, GG, Barcelona, España. Bassegoda, Buenaventura, (1979), Atlas de Técnica Edificatoria, Ediciones Jover, Barcelona, España. De la Peña Virchez, y A.A.V.V. (2013), Expediente técnico del acueducto Tembleque entregado a la UNESCO, (Texto inédito). Díaz-Berrio Salvador, (2005), Comentarios a la Carta Internacional de Venecia, UAM ATZ, México. Ramírez de Alba, Horacio, (1991), La Construcción en el Estado de México, Gob. Estado de México, Sria. de Desarrollo Urbano y Obras Públicas. Sánchez Santoveña, Manuel, (2001), De Conservación y Restauración, Centro de Extensión Taxco, ENAP, UNAM. Serlio Boloñés, Sebastiano, (1552) Tercero y Cuarto libro de arquitectura, Casa de Iuan de Ayala, Toledo, España. Valdés, Octaviano, (1999), El Padre Tembleque, S.E. México. Vitrubio, Pollion Marco, (1787) Los Diez Libros de Architectura, Imprenta Real, Madrid, España.