maqueta jose 29/3/2005 13:33 Página 82 De regreso a Friedman: maximización de beneficios… De regreso a Friedman: maximización de beneficios y mejora social1 artículo Bryan W. Husted. Codirector de la Cátedra de Ética Empresarial de la Asociación de Antiguos Alumnos del Instituto de Empresa José de Jesús Salazar. Profesor de Económia en el ITESM (México) En este trabajo se analiza la situación de aquellas empresas que cuentan con dos objetivos: la maximización de los beneficios y la mejora social. Mediante la comparación de los casos de altruismo, coacción y estrategia, se utilizan herramientas de análisis económico para definir el nivel óptimo de producto social que se debe llevar a cabo en cada caso. Se muestra cómo es más conveniente para la empresa actuar estratégicamente que bajo coacción o por mero altruismo a la hora de acometer inversiones de responsabilidad social corporativa. Durante bastante tiempo, Milton Friedman2 ha sido considerado como el “villano” por un gran número de autores preocupados por la responsabilidad social empresarial. Para Friedman no hay duda sobre cuál debe ser la única e irrenunciable responsabilidad de la empresa: maximizar los beneficios dentro del marco legal. Obviamente, esta forma de pensar suele ir en contra de los principios que inspiran buena parte de la literatura que examina el impacto de los negocios en la sociedad3. Aunque algunos investigadores han encontrado, por ejemplo, que las inversiones de empresas privadas dirigidas a la mejora del medio ambiente han significado un impacto positivo sobre sus resultados financieros4, esto no parece satisfacer a quienes siguen la corriente de Friedman. En efecto, sus seguidores continúan argumentando que, aunque esta inversión de la empresa puede ser compatible con la obtención de utilidades bajo condiciones especiales, no necesariamente lo es con la maximización de beneficios y, por ende, con la creación de mayor riqueza para los accionistas. La propuesta que se analiza en este trabajo trata de ubicar la contribución social de la empresa dentro de la lógica de Friedman y examina las condiciones bajo las cuales la maximización de beneficios y la mejora social son congruentes y 82 compatibles. Somos conscientes de la restricción identificada por Jensen: “Es lógicamente imposible maximizar en más de una dimensión al mismo tiempo, a menos que las dimensiones sean transformaciones monótonas de otra”5. En nuestro caso, esto implica que las utilidades y la mejora social no pueden ser maximizadas simultáneamente. En otras palabras, existe cierto trade-off entre beneficios y mejora social. Constituyen una excepción aquellos casos en los cuales ambos objetivos puedan alcanzarse al mismo tiempo, es decir, aquellas inversiones en proyectos sociales necesarios para alcanzar la maximización de utilidades. Nuestro problema es determinar las condiciones que este requisito impone sobre la ciudadanía corporativa y los proyectos de responsabilidad social. Aunque el concepto de desempeño o resultado de las acciones de responsabilidad social corporativa (DSC) ha sido definido de diferentes formas, seguiremos el enfoque de Preston6 y Clarkson7, quienes lo conciben como “el impacto del comportamiento de la empresa en la sociedad”. Empleando herramientas de análisis económico, este artículo explora las condiciones bajo las cuales el desempeño social corporativo es consistente con la maximización de valor para los accionistas. Asimismo, trataremos de establecer los factores que pueden ayudar a desarrollar una nueva vía de Revista de Empresa Nº11 Enero - Marzo 2005 maqueta jose 29/3/2005 13:33 Página 83 De regreso a Friedman: maximización de beneficios… investigación dentro del campo de estudio de la empresa y su relación con la sociedad. Por último, se exponen algunos argumentos sobre la conveniencia para la empresa de acometer inversiones orientadas a resolver problemas sociales y sobre la cantidad óptima de producto social que debe ser producido por la empresa. Se desarrolla este objetivo analizando tres diferentes motivaciones en la orientación de la contribución social de la empresa: altruista, coactiva y estratégica. En cada caso teórico se estudiará el comportamiento de los costes y de los beneficios, así como las utilidades resultantes. El caso de la responsabilidad social altruista En general, la decisión de acometer una inversión social por parte de la empresa puede provenir –al igual que la de cualquier individuo– de dos tipos de motivaciones: altruista y/o egoísta. En la literatura económica, en la teoría del comportamiento racional y en la teoría de la empresa se ha tratado el comportamiento altruista y egoísta de diferentes formas. Para la teoría del comportamiento racional, el individuo altruista deriva utilidad tanto de su propio consumo como del llevado a cabo por otros individuos. En el caso egoísta, la utilidad es derivada únicamente del propio consumo. Becker8 y Jensen9 han demostrado formalmente que los comportamientos altruistas y egoístas no son inconsistentes con la idea de que los individuos desean siempre maximizar la utilidad. Becker muestra que, dados unos ingresos equivalentes, el individuo altruista puede lograr mayor utilidad que la obtenida por el individuo egoísta. El individuo altruista deriva utilidad tanto de su propio consumo como del ajeno Basados en la teoría de la empresa, Friedman y Baumol y Blackman10 han criticado diferentes formas de altruismo corporativo, responsabilidad social y ciudadanía corporativa. Dada la relevancia de sus planteamientos, del eco que han tenido en la literatura reciente y en la propia empresa, www.revistadeempresa.com desarrollaremos algunos de sus argumentos con mayor detalle. Una vez sintetizadas las principales líneas definitorias de su enfoque, analizaremos la decisión de inversión en proyectos de responsabilidad social que producen bienes sociales que no son valorados por el mercado. Friedman cuestiona la capacidad de los administradores de empresas para conocer el interés social. Así, se pregunta lo siguiente: Si los hombres de negocios tienen una responsabilidad social que no sea la de maximizar las utilidades de los accionistas, ¿cómo pueden saber cuál es ésta? ¿Pueden los individuos decidir sobre cuáles son los intereses sociales? ¿Pueden decidir hasta qué punto es justificado el que tanto ellos como sus accionistas sirvan al interés social?. De hecho, para Friedman, los administradores de empresa deben maximizar el valor de ésta para los accionistas en una competencia libre de fraude o incumplimiento de la ley. Asuntos que vayan más allá de esto caen dentro del campo de decisión de aquellos que fueron elegidos libremente para promover el bienestar colectivo. Baumol y Blackman11 consideran como una amenaza para la propia democracia el hecho de que, desde el ámbito empresarial y de negocios, se utilicen sus recursos para resolver problemas sociales. Desafortunadamente, estos autores adoptan una visión simple de la eficacia del gobierno e ignoran su realidad y los fallos que éste puede experimentar en su función. Baumol y Blackman también llaman la atención sobre la amenaza que supone para una empresa en competencia perfecta el hecho de llevar a cabo acciones altruistas. En los mercados perfectamente competitivos (o aquellos en los cuales la libertad de entrada los hace perfectamente accesibles), una empresa participante perderá alguna porción de mercado ante rivales más eficientes si ésta se dedica a actividades banales, que nada aportan a su productividad. Para los autores citados, “el mercado interpreta automáticamente cualquier gasto de la empresa distribuido en acciones filantrópicas como un acto superfluo”. Dicho acto reduce la 83 maqueta jose 29/3/2005 13:33 Página 84 De regreso a Friedman: maximización de beneficios… competitividad de la empresa y puede llevarla eventualmente hasta su quiebra o a ser adquirida por otra más eficiente. La capacidad de la empresa para realizar voluntariamente inversiones de responsabilidad social no orientadas hacia la maximización de beneficios se explica, necesariamente, por alguna forma de poder de mercado de que disfruta la empresa. Para ilustrar estas consideraciones, nos podemos apoyar en algunos ejemplos recientes. Merck anunció en 1987 que donaría Mectizan, un medicamento indicado para combatir cierto tipo de ceguera, muy útil para países del tercer mundo afectados especialmente por este mal. La decisión de Merck conllevó algunos beneficios: el prestigio entre sus trabajadores y el reconocimiento de la comunidad. Sin embargo, diez años después se cuestionó la rentabilidad en el largo plazo para Merck del desarrollo del Mectizan. En la primera parte del apéndice analítico se representa gráficamente la evolución de costes y beneficios, desde una perspectiva altruista, en la inversión social óptima. Una empresa altruista no tiene por qué obtener de manera prioritaria la máxima utilidad social de su inversión en proyectos sociales La medición de la contribución de la empresa a la sociedad (que nosotros llamaremos “producto social”) depende de cada proyecto específico. Por ejemplo, un proyecto de responsabilidad social empresarial puede aumentar el ingreso laboral esperado de los beneficiarios de un programa de becas escolares. Por su parte, un proyecto para reducir la contaminación puede evitar ciertas enfermedades y, con ello, aumentar la productividad de los miembros de una comunidad. En el primer caso, el producto social sería la diferencia de ingreso lograda a través del programa de becas; en el segundo, la reducción en la morbilidad, el aumento en la esperanza de vida o simplemente la reducción de los días de incapacidad laboral dada la reducción 84 en enfermedades de los trabajadores, claramente relacionadas con la contaminación de referencia. Otros proyectos pueden involucrar otro tipo de productos sociales, cuyas dimensiones podrían ser obtenidas a través de métodos de medición ad hoc. Muchos de estos métodos son ampliamente aplicados en el campo de análisis de coste-beneficio de proyectos sociales llevados a cabo por gobiernos y organizaciones internacionales como el Banco Mundial12. En principio, puede esperarse que incluso las empresas con proyectos altruistas que ejercen la responsabilidad social recibirán beneficios adicionales materializados en un aumento de sus ventas, un compromiso más estrecho de sus trabajadores o una mejor reputación. Sin embargo, en la medida en que el producto social también aumente, esperamos que ese impacto positivo en el beneficio directo para la empresa vaya reduciéndose progresivamente. Asimismo, nuevos incrementos en el producto social no producirán nuevas mejoras en la posición competitiva de la empresa. De la misma manera que medimos el beneficio económico como diferencia entre los ingresos y los costes, una empresa puede calcular su utilidad derivada de la contribución social como la diferencia entre los beneficios recibidos (mayores ventas, sobreprecios, reducción de costes, etcétera.) y los gastos en los que incurre para producir cierto nivel de producto social. Dado que una empresa altruista no está preocupada por optimizar beneficios y costes sociales, no tiene por qué obtener de manera prioritaria la máxima utilidad social de su inversión en proyectos sociales. Como esta empresa no está preocupada por el impacto de su contribución social sobre su reputación, podría llegar a realizar inversiones sociales que lleven al producto social más allá de su nivel deseable. Un nivel de este producto menor que ese umbral podría no ser suficiente para eliminar riesgos sociales que, a la postre, podrían afectar al resultado de la propia empresa. Por su parte, niveles que estuvieran por encima de ese umbral supondrían que la empresa estaría desviando recursos que podrían ser invertidos en actividades más productivas, sin exponerse a riesgos indeseables derivados del deterioro social. Es Revista de Empresa Nº11 Enero - Marzo 2005 maqueta jose 29/3/2005 13:33 Página 85 De regreso a Friedman: maximización de beneficios… teóricamente posible –aunque en la realidad poco probable– que una empresa altruista busque alcanzar un nivel de producto social que se encuentre entre la cantidad deseable y la cantidad óptima de éste, pero en ningún caso se esperaría encontrar una situación en la que se tuviera como objetivo estar por encima de la cantidad óptima, en la que la utilidad derivada de la inversión social fuera negativa y donde ya el individuo altruista no pudiera derivar utilidad alguna de la mejora de otro individuo, ya que esta última no existiría más allá de este punto. Una inversión así no sería altruista, sino tonta. También la madre Teresa se tomaba su tiempo para comer y dormir. El caso de la responsabilidad social bajo coacción La empresa, como agente económico, tiene por objetivo prioritario la maximización de sus beneficios. Para alcanzar este objetivo utiliza recursos de la sociedad: tierra, trabajo y capital. La forma en que la empresa utiliza estos recursos y los administra determina el alcance de su objetivo primario, ya que su subsistencia y su crecimiento están condicionados por la estabilidad de la sociedad en la que opera. En el caso coactivo, la empresa reconoce que sus actividades económicas pueden significar también externalidades negativas o positivas que afectan o benefician a terceros. Cuando estas externalidades son negativas, los problemas políticos, sociales, económicos o ambientales demandan la atención de un regulador independiente que trabaje para lograr una solución eficiente para la empresa y la comunidad. El ejemplo más común de este tipo de problema es la contaminación ambiental, ante la cual el gobierno aplica impuestos específicos o fija a las empresas un nivel tope de emisión. Ante esta situación, la empresa responde o bien internalizando los costes provocados –asunto que requiere una alta definición en los derechos de propiedad (algo difícil ante recursos libres)– o bien no llegando a provocar éstos sobre terceros. Muchos problemas sociales y ambientales ejercen una influencia directa sobre el bienestar de la empresa. Si ésta contamina, puede ser multada o incluso clausurada; si es indiferente a la pobreza y a www.revistadeempresa.com la inestabilidad social que la rodean, verá incrementarse el riesgo de su operación, así como el coste financiero de ésta, lo cual reduciría sus márgenes. Si la empresa no se preocupa por entrenar adecuadamente a su personal o incluso por la calidad de la educación en la sociedad de la cual extrae su fuerza de trabajo y a la cual dedica partes importantes de su producción, tarde o temprano su productividad y competitividad se verán afectadas –y con ello, sus beneficios–. Consecuentemente, la empresa, en muchos casos, se ve coaccionada a invertir en causas sociales para así sobrevivir y crecer. Este caso corresponde al de la empresa defensiva en la escala de desempeño social propuesta por Clarkson13 y cuyo comportamiento social responde al menos al requerido por la ley y las expectativas sociales. Un ejemplo de este caso lo encontramos en un estudio de empresas maquiladoras localizadas en México; Vasquez y Cueva14 concluyen que la principal motivación de estas empresas para invertir en tecnologías anticontaminantes fue el cumplimiento de la regulación. Estas empresas corresponden al caso de responsabilidad social bajo coacción. Desde esta perspectiva, la decisión de cuánto producto social ofrecer depende de una comparación entre los beneficios reportados y los niveles de inversión implicados15. Los beneficios derivados de cumplir con estos mínimos legales o esperados por la comunidad llevarían a no ser multados, demandados o sujetos a boicots por parte de los consumidores u otros grupos relacionados con la empresa (stakeholders). La empresa alcanza el máximo de utilidad social cuando iguala el incremento de beneficio derivado de producir una unidad adicional de producto social con el incremento en el coste de producirlo. En la segunda parte del apéndice analítico se ilustran estas consideraciones. El caso de la responsabilidad social estratégica El caso anterior reflejaba la situación de una empresa que acomete una inversión social bajo coacción, sin la cual no estaría dispuesta a realizar dicha inversión. Ahora se considerará el caso de las 85 maqueta jose 29/3/2005 13:33 Página 86 De regreso a Friedman: maximización de beneficios… inversiones sociales motivadas por un planteamiento estratégico, es decir, donde se busca de manera sistemática generar beneficios adicionales para la empresa (granjearse buena reputación, diferenciar productos, atraer a personal mejor cualificado, etc.) y una mayor utilidad. El diseño de la estrategia, en este caso, puede concretarse en la búsqueda de un mejor posicionamiento con respecto a la competencia o a la obtención de nuevos recursos y competencias. El enfoque estratégico es consistente con el principio de eficiencia, que sugiere evitar cualquier derroche en un mercado perfectamente accesible16 y de competencia perfecta. Baumol17 reconoce que las empresas pueden involucrarse en proyectos sociales congruentes con el proceder egoísta, o basado en el propio interés, en la medida en que éstos mejoren su productividad y lleven a mayores niveles de utilidad. Burke y Logsdon18 argumentan que la responsabilidad social de la empresa puede generar beneficios económicos si los proyectos que se llevan a cabo reúnen las siguientes condiciones: · Se encuentran alineados con la misión de la empresa. · Son altamente específicos y están relacionados con los intereses de los stakeholders que interactúan con la empresa, ya sea para apoyarla o censurarla. · Son innovadores, permitiendo a la empresa incluso anticiparse en la identificación de los problemas y las oportunidades que el entorno social pudiera plantearle. · Son visibles para su grupo de interés. · Son voluntarios. Según Reinhardt19, existen al menos tres circunstancias bajo las cuales una empresa puede involucrarse en actividades que beneficien al medio ambiente o a la sociedad y que, al mismo tiempo, aumenten sus beneficios esperados: cuando existe la posibilidad de una interacción estratégica basada en la intervención gubernamental; cuando llevan a diferenciar productos; y cuando propician la reducción de costes. La interacción social planteada de manera estratégica es particularmente relevante, 86 ya que muchas innovaciones sociales y ambientales pueden llegar a aumentar los costes en relación con los de la competencia. La regulación gubernamental puede ayudar significativamente a las empresas con ventaja en costes a cumplir con la regulación y competir contra los rivales que no disfrutan de dicha ventaja. Un ejemplo del enfoque estratégico de la responsabilidad social son las empresas que deciden apoyar a la comunidad otorgando becas escolares o ejecutando proyectos de formación técnica. En estos casos, la reputación social de las empresas mejora; podrán contar con una mayor disponibilidad de mano de obra cualificada; y podrán ver aumentada su productividad en el largo plazo. Estos beneficios son más fácilmente alcanzables cuando los proyectos que se realizan permiten desarrollar habilidades específicas, útiles para la empresa que los promueve, pero difícilmente aplicables para su competencia. Al principio, cuando la empresa empieza a invertir En la medida en que la inversión social llega a más gente, el rendimiento marginal se irá reduciendo socialmente, los rendimientos marginales de los recursos asignados tenderán a ser altamente productivos y la reputación de la empresa y otros beneficios derivados aumentarán rápidamente. Sin embargo, en la medida en que la inversión social amplíe su alcance y llegue a más gente, el rendimiento marginal se irá reduciendo: la mejora en reputación será cada vez más pequeña, la empresa estará ya bien posicionada y habrá sido capaz de atraer al personal requerido. Adicionalmente, para la sociedad en su conjunto se habrá llegado a un punto en el cual la oferta de nuevos técnicos no encuentra una demanda paralela, creando costes de eficiencia en la asignación de recursos. En este nivel, la propia empresa deja de obtener beneficios adicionales. Ciertamente, no es tarea fácil para las empresas hacer aumentar la riqueza de los accionistas y, al mismo tiempo, cumplir con las responsabilidades Revista de Empresa Nº11 Enero - Marzo 2005 maqueta jose 29/3/2005 13:33 Página 87 De regreso a Friedman: maximización de beneficios… sociales relacionadas con sus grupos de interés. Aun así, la experiencia nos muestra que cada vez son más las empresas que buscan nuevas formas de alcanzar rentabilidad económica y un buen desempeño social. Las inversiones sociales pueden actuar como un catalizador de la innovación20. Por ejemplo, el Bank of Boston, ahora parte de Fleet Boston Financial Corporation, desarrolló el First Community Bank (FCB) como un medio para llegar a grupos sociales de bajos ingresos, tradicionalmente excluidos del sistema financiero. El FCB ha llegado a nuevos clientes, cuenta ahora con 47 sucursales y con algo más de 1.500 millones de dólares en depósitos. El FCB no sólo ha contribuido al desarrollo económico regional, sino que, además, es una institución rentable dentro del grupo Fleet Boston. Adicionalmente, esta unidad de negocio ha servido al grupo para experimentar con una serie de innovaciones, como son los cajeros automáticos multilingües, productos para quienes acuden a un banco por primera vez, inversiones en áreas marginadas y ejecutivos de desarrollo comunitario21. Este ejemplo es especialmente idóneo para ilustrar cómo las inversiones sociales de las empresas pueden ser un vehículo de innovación tecnológica y administrativa y un medio para desarrollar nuevas competencias. En la tercera parte del apéndice analítico se representa gráficamente cómo una inversión social realizada con criterios estratégicos puede alcanzar su óptimo. Algunos estudios han mostrado que existen beneficios específicos que, surgiendo de la actividad social de la empresa, le permiten mejorar su desempeño financiero, tanto directa como indirectamente22. Adicionalmente, estudios que revisan los efectos en las relaciones de la empresa con los stakeholders han confirmado que un enfoque estratégico dirigido hacia estos grupos puede traer efectos positivos en los resultados económicos23. Así, en la medida en que aumenta el producto social, sus beneficios marginales se reducirán, tanto si hablamos de la ventaja competitiva que esta inversión da a la empresa como del beneficio que produce a la sociedad. Del análisis realizado podemos deducir que un mismo tamaño de inversión representa para la empresa un mayor beneficio bajo el planteamiento www.revistadeempresa.com estratégico que bajo el enfoque de coacción. Dada la posibilidad de sufrir una merma de su reputación por violar alguna ley o por presión social, es común encontrar que éstas diseñen estrategias de inversión social, esperando así conseguir beneficios adicionales o reduciendo los riesgos de incurrir en multas, penalizaciones, demandas o deterioros de su reputación, mediante un mínimo de cumplimiento de los niveles exigidos. En la cuarta parte del apéndice analítico se plantea un desarrollo formal de estas consideraciones. La empresa interesada por ir configurando una acción de responsabilidad social compuesta de proyectos estratégicos buscará, ceteris paribus, involucrarse en proyectos que reduzcan los costes o bien que aumenten los beneficios (algo que puede conseguirse, por ejemplo, incrementando la publicidad relacionada con sus proyectos sociales). Por su parte, la autoridad reguladora, en su intento por incrementar el nivel de bienestar social, podría ayudar a la empresa a implementar ese tipo de proyectos, dado que así aumentaría el producto social. Estos resultados son importantes en la medida en que motivan a la empresa a ejercer su responsabilidad social, llevando a reducir los problemas sociales. El caso estratégico provee así de una justificación para que las empresas privadas sean proactivas y contemplen en su presupuesto un plan de acción social, aun antes de iniciar un nuevo negocio. Comparando la empresa estratégica con la altruista, estos cambios en los costes y en los beneficios pueden ocurrir o no, pero es menos probable que en el caso anterior, dado que la intención primaria no es la obtención de utilidad.A diferencia de la empresa estratégica, la altruista no busca maximizar la utilidad por dólar gastado, sino que persigue llevar el producto social a un nivel cercano o igual al producto socialmente deseable. Aun así, pueden existir circunstancias en las cuales el nivel de éste coincida con el óptimo. Conclusiones Podemos extraer algunas lecciones de la propuesta de este trabajo: 87 maqueta jose 29/3/2005 13:33 Página 88 De regreso a Friedman: maximización de beneficios… 1. Parece existir una ventaja para la empresa en actuar de manera estratégica, más que altruistamente o reaccionando ante algún tipo de coacción jurídica o social. 2. El enfoque estratégico de la inversión en responsabilidad social incrementa el producto social de la empresa comparado con la inversión altruista o bajo coacción. Claramente, el caso estratégico es superior al coactivo en términos tanto de beneficios sociales como de beneficios para la empresa. Pero ¿qué sucede con el caso altruista? Algunos expertos en ética empresarial han argumentado a favor del altruismo corporativo, según el cual la empresa es gestionada para aumentar el beneficio de otros grupos relacionados (stakeholders) más que de los accionistas (stockholders)24. Se ha visto que ese enfoque puede llevar a un mayor producto social (aunque probablemente también a menores beneficios sociales para la empresa). Este hecho nos hace pensar que el producto social es mayor y más permanente en el largo plazo cuando la comunidad empresarial ejerce una responsabilidad social estratégica. Desde este enfoque, los incentivos se alinean de tal forma que la empresa está motivada a aumentar su contribución social. Existen claras evidencias de la respuesta positiva que los administradores adoptan ante dichos incentivos, asumiendo un enfoque estratégico para la gestión de la responsabilidad social y de los diferentes grupos relacionados con la empresa25. De esta forma, parece que puede ser más motivador para muchas empresas apelar al factor estratégico que al meramente altruista a la hora de impulsar prácticas de responsabilidad social.Aunque, caso por caso, el producto social de la empresa altruista podría llegar a ser mayor que el de la empresa estratégica, el producto social agregado en el largo plazo será mayor con la visión estratégica. Dados los beneficios potenciales para la empresa y la sociedad derivados de la responsabilidad social estratégica, se debería realizar un mayor estudio de las condiciones particulares bajo las cuales los proyectos sociales generan utilidades para la empresa. En cierto sentido, este trabajo muestra la conveniencia de considerar la inversión en 88 responsabilidad social en la misma categoría que muchas otras inversiones de la empresa en las cuales los beneficios de ésta y de la sociedad difieren.Tal es el caso de la adquisición de conocimiento y el entrenamiento en el trabajo, las cuales son inversiones que comúnmente han sido asociadas con el llamado problema del free-rider26, dada la incapacidad de la empresa para obtener todos los beneficios creados por sus inversiones en algunas actividades. Las inversiones en investigación y desarrollo tecnológico e incluso en publicidad suelen crear beneficios que no son enteramente apropiables por la empresa. Quizá el problema del free-rider sea mayor en el caso de las inversiones en responsabilidad social, pero la cuestión esencial es la misma. Las empresas continúan invirtiendo en todo tipo de proyectos, aun cuando éstos impliquen algún grado de incertidumbre en cuanto a la capacidad que la empresa tendrá en extraer de ellas todos los beneficios que produzcan. La inversión en proyectos de responsabilidad social no es diferente. De la consideración de estas conclusiones y de sus implicaciones se deduce la necesidad de seguir estudiando algunos temas que quedan abiertos y que se sintetizan en cinco puntos: · El análisis realizado supone que las decisiones estratégicas llevan a cambios en las curvas de costes y beneficios. En realidad, en un mundo altamente complejo e incierto, esto no tiene por qué ser así. · El comportamiento altruista y el estratégico pueden coincidir ocasionalmente y puede resultar difícil determinar cuándo una inversión es de naturaleza altruista o estratégica. De hecho, en este artículo se ha hablado de la empresa altruista o estratégica como casos extremos. Las empresas que participan en proyectos de responsabilidad social pueden reunir una combinación de motivos para actuar: algunos podrían ser altruistas; otros, de orientación coactiva; y otros, de naturaleza estratégica. Este hecho podría llevarnos a construir escalas para medir cada una de estas orientaciones para una empresa dada. Revista de Empresa Nº11 Enero - Marzo 2005 maqueta jose 29/3/2005 13:33 Página 89 De regreso a Friedman: maximización de beneficios… · Este modelo supone que las empresas operan en un ambiente legal en el cual los derechos de propiedad están bien definidos y protegidos. En ambientes donde no fuera así, los cambios esperados en las curvas de costes y beneficios pueden no ocurrir en la forma esperada. Lo anterior da la pauta para seguir profundizando en las condiciones legales y/o culturales bajo las cuales el modelo opera adecuadamente. · Las decisiones altruistas podrían también ocasionar desplazamientos de las curvas de costes y beneficio en mayor medida que en el caso estratégico. Así, el modelo debe ser concebido como una manera de entender algunos casos significativos, pero ante el cual puede haber excepciones que éste no alcanza a cubrir. · Este modelo es estático y no de naturaleza dinámica. Una vez que la empresa decide invertir en un proyecto de responsabilidad social, debe tener en cuenta la estructura de mercado, las ventajas de ser la primera en actuar, la posibilidad de imitación, etc.27. Por desgracia, la exploración de estas posibilidades dinámicas va más allá del alcance de este artículo. Desde nuestro punto de vista, una implicación importante de este modelo es que muchas de las investigaciones en el campo de la relación existente entre los resultados sociales y económicos de la empresa pueden estar mal orientadas. Los estudios que han revisado esta relación han obtenido resultados mixtos y contradictorios28. Las diferentes formas según las cuales la empresa puede ser motivada a llevar a cabo proyectos de responsabilidad social sugieren que sólo en el caso estratégico se esperaría cierta rentabilidad, pero no así en el caso altruista o bajo coacción. En estos últimos, la rentabilidad puede ser positiva, negativa o mixta, como lo confirma la literatura actual. Opinamos que sería bueno abordar una investigación futura orientada a determinar no sólo cuánta inversión en causas sociales realiza la empresa, sino también cuántas de éstas se llevan a cabo conforme a un enfoque estratégico para alcanzar utilidades para la propia empresa. También www.revistadeempresa.com es necesario desarrollar métodos que permitan medir adecuadamente los costes, beneficios y niveles de producto social. Aunque los conceptos y herramientas desarrollados en el campo de análisis de coste-beneficio podrían resultar de gran utilidad en este sentido, prácticamente no han sido utilizados en el tipo de proyectos a pequeña escala que se contemplan en este trabajo. Para algunos, el enfoque del análisis presentado en este trabajo puede constituir un paso atrás en el pensamiento sobre la responsabilidad social de la empresa y la administración de los stakeholders. En lugar de contemplar la responsabilidad social de la empresa como una oportunidad estratégica, prefieren centrarse en los derechos y obligaciones de la empresa para con la sociedad en general y para con los stakeholders en particular29. Nuestra opinión es que los deberes de la empresa para con los accionistas siguen estando vigentes (a reserva de los deberes para con los stakeholders). El compromiso para cumplir con ambos sólo puede ser alcanzado de manera creativa, innovando y no sólo sacrificando las utilidades de los accionistas. Ayudar a encontrar los caminos que lleven a lograr estas metas conjuntas significaría una gran contribución, tanto para la sociedad como para las empresas. Apéndice analítico Primera parte: empresa altruista El caso de la empresa altruista puede observarse gráficamente en la figura 1. La empresa desea aumentar el producto social (Xs), que está representado a lo largo del eje horizontal y es una medida concreta de la contribución de la empresa a la sociedad. Este producto social hace referencia a los impactos sociales del comportamiento empresarial y contempla la producción de bienes o la eliminación de males, que benefician a la comunidad (calidad ambiental, educación, salud, etc.). El producto social ha sido definido como las unidades producidas de bienes sociales y unidades de satisfacción para los stakeholders, es decir, grupos que apoyan o censuran la actividad de la empresa relacionada con la producción de estos bienes. 89 maqueta jose 29/3/2005 13:33 Página 90 De regreso a Friedman: maximización de beneficios… FIGURA 1 Inversión social óptima en el caso de la empresa altruista La empresa tiene que hacer frente tanto a una curva de costes sociales como a una curva de beneficios sociales. La curva de costes sociales (Ccs) representa la cantidad gastada por la empresa a cada nivel de producto social. También indica el coste para la empresa de ofrecer unidades adicionales de producto social para la comunidad. El eje vertical representa la inversión social de la empresa –el valor de los recursos destinados por la empresa para producir productos sociales–. Siguiendo los supuestos tradicionales del análisis microeconómico de las decisiones de la empresa30, puede deducirse que la curva de coste social se caracteriza por rendimientos marginales decrecientes, dado que la producción opera en el largo plazo. En este sentido, esperaríamos que las primeras unidades de producto social fueran realizadas a un menor coste y, análogamente, las subsiguientes fueran más costosas (dados los rendimientos decrecientes). Las primeras unidades son las fácilmente alcanzables, ya que pueden ser obtenidas con un esfuerzo mínimo. Esta situación es muy habitual en el caso de la protección del medio ambiente. Cuando no se está haciendo nada, existen métodos sencillos y relativamente baratos que las empresas pueden emplear para reducir su impacto ambiental31. El coste de unidades sucesivas de producto social resulta marginalmente más caro, hasta alcanzar un punto de producto social 90 potencial (Xsp). Este punto puede corresponder a cero emisiones contaminantes (o cien por cien de alfabetización, en otro caso). Más allá de este punto, la empresa puede gastar más y más en eliminar la contaminación del ambiente o el analfabetismo, sin ver ninguna mejora en el producto social. La curva de beneficio social (Bcs) se refiere a la valoración de los beneficios que la empresa espera obtener de los aumentos de producto social. Esta curva refleja el cambio en el ingreso total que la empresa recibe como resultado del gasto en inversiones sociales. Las dimensiones de este beneficio dependerán de cada proyecto que se ejecute, por lo que será necesario diseñar métodos de evaluación ad hoc para medir estos beneficios. La curva Bcs no es el beneficio social producido por el bienestar económico, sino el beneficio privado que la empresa obtiene por su producción de bienes sociales. Éstos pueden incluir el incremento en las ventas o la capacidad para cobrar un sobreprecio o reducir costes: todo lo que sea debido (directamente y exclusivamente imputable) a los proyectos de responsabilidad social. Dependiendo del tipo de proyecto de responsabilidad social en el que la empresa invierta, el punto de maximización de beneficios (máxima diferencia entre la curva Ccs y Bcs) para la empresa ocurrirá en algún punto al lado izquierdo del nivel de producto social potencial o incluso al nivel de éste. En el caso altruista, la meta podría ser la de alcanzar el nivel Xsp, en el cual la cantidad correspondiente a la diferencia entre el coste y el beneficio es cero. De hecho, que la empresa continuara invirtiendo en la solución de algún problema social más allá de Xsp podría ser visto negativamente, y los beneficios de la empresa decrecerían. Dado el alto coste generalmente implícito en alcanzar Xsp, la cantidad óptima de producto social deseable no es necesariamente aquella que elimina por completo la contaminación, ni el analfabetismo, ni la pobreza, etc., sino aquella que permite a la sociedad mantener al menos un estado mínimo que consiga hacerlos compatibles con el desarrollo de la actividad económica. Esta cantidad será definida Revista de Empresa Nº11 Enero - Marzo 2005 maqueta jose 29/3/2005 13:33 Página 91 De regreso a Friedman: maximización de beneficios… como Xsd o producto socialmente deseable. Idealmente, Xsd tomaría la forma de una norma legal, democráticamente instituida en un ambiente de individuos simétricamente informados. Sin embargo, los estándares legales tienden a caer, en realidad, a la izquierda de Xsd y, por tanto, también de Xsp, cuando éstos no son coincidentes. La medición, definición y alcance del nivel objetivo Xsd es algo que dependerá de cada caso y que puede cambiar diametralmente de sociedad a sociedad. Variará en diferentes contextos, y el nivel deseable podría ser más ambicioso en países desarrollados que en países en desarrollo. Es éste un tema en el que queda todavía mucho por investigar. Segunda parte: empresa bajo coacción En la figura 2 se ilustran los elementos de decisión y los niveles de producción social esperada en el caso de la empresa que ejerce una responsabilidad social bajo coacción. Para la empresa, el nivel óptimo de producto social es Xs*, donde ésta maximiza el retorno sobre su inversión (a). Xs* es el punto en el cual las pendientes a las tangentes sobre las curvas de coste y beneficios son iguales. En otras palabras, el incremento del beneficio producido por una unidad adicional de producto social es igual al incremento en el coste de producirla. Al alcanzar este punto, la empresa maximiza sus utilidades sociales (πcs = b – a). Tanto la empresa como la autoridad reguladora pueden considerar esta solución como óptima. La empresa buscará alcanzar este punto con el fin de obtener la mayor utilidad o incurrir en el menor coste neto posible. Por su parte, el Gobierno fijará reglas que promuevan la inversión social de las empresas para llegar a este punto y producir el máximo beneficio social o el menor coste social neto. La condición de optimización en el caso de responsabilidad social bajo coacción es la siguiente: BMcs = CMcs (δΒ/δXs) = (δC/δXs) En la fórmula, BMcs es el beneficio marginal de una unidad adicional de producto social; y CMcs es el coste marginal de una unidad adicional de producto social. Tercera parte: empresa estratégica En este caso, la nueva condición de optimización es la siguiente: BMEcs = CMEcs (δBE/δXs) = (δCE/δXs) FIGURA 2 FIGURA 3 Inversión social óptima en el caso de responsabilidad social bajo coacción Inversión social óptima en el caso de responsabilidad social estratégica www.revistadeempresa.com 91 maqueta jose 29/3/2005 13:33 Página 92 De regreso a Friedman: maximización de beneficios… En la fórmula, BMEcs es el beneficio marginal estratégico de una unidad adicional de producto social; y CMEcs es el coste marginal estratégico de una unidad adicional de producto social. La figura muestra que, en el caso estratégico, existen beneficios adicionales que las empresas extraen de un nivel dado de producto social y que no son alcanzados por la empresa que actúa bajo coacción o por altruismo. Estos beneficios pueden venir, por ejemplo, de una estrategia claramente orientada a diferenciar el producto, la cual permite a la empresa cargar un sobreprecio, incrementar las ventas o reducir costes. Estos últimos pueden bajar, por ejemplo, cuando la empresa ve aumentada su capacidad de atraer empleados mejor cualificados y así incrementar la productividad laboral. La curva de costes puede desplazarse ante innovaciones que reduzcan el coste de producir el bien social. Esperamos que esto suceda con mayor probabilidad en este caso que en el altruista o en el coactivo. Cualquier cambio de esta índole reflejará también los costes de generar dichas innovaciones. Nuevamente, esperaríamos que esta curva bajo el enfoque estratégico fuera prácticamente vertical al nivel de Xsp, dado que a este nivel se alcanza el máximo de producto social, que es el mismo en los tres casos. La cantidad óptima de producto social se alcanza cuando las pendientes de las curvas de costes y beneficios estratégicos son iguales. En la medida en que los beneficios de la inversión social aumentan (el caso estratégico mueve la curva de beneficios hacia arriba) y los costes de invertir socialmente descienden (el caso estratégico mueve la curva de costes hacia abajo) debido a un mejor diseño de la estrategia social, la cantidad óptima de producto social aumentará. Cuarta parte: comparación entre motivaciones En el análisis siguiente es importante recordar que hemos considerando el caso de los rendimientos marginales decrecientes en el uso de los factores de producción y que las funciones de producción sólo exhiben el nivel relevante de producto en el largo plazo. Ni otro tipo de retornos ni la consideración de producción a corto plazo se incorporan aquí, 92 dado que, en principio, se intenta establecer el caso básico (a partir de aquí, se pueden desarrollar análisis comparativos para casos más particulares). Se empezará por definir las funciones que representan las curvas de coste social y beneficio social bajo coacción: función de costes: Ccs = D1xλ , donde λ > 1; D1 > 0; función de beneficios: Bcs = A1xα, donde 0 < α < 1; A1 > 0; x = unidades de producto social A1 y D1 son los coeficientes del caso de coacción, mientras que α y λ son exponentes que adoptan valores constantes. A1 es el coeficiente de la relación que se da entre el producto social y los beneficios sociales de la empresa, mientras que D1 es el coeficiente de la relación entre el producto social y el coste de los proyectos sociales que lleva a cabo la empresa. La forma matemática de las ecuaciones propuestas de coste social y beneficio social ha sido empleada para describir fenómenos similares32. Como se recordará del análisis gráfico, la maximización de utilidades o la minimización del coste neto suceden al nivel de producto social que iguala las pendientes de las funciones de costes y beneficios totales. En el caso de coacción, podemos obtener ese nivel de producto social igualando las primeras derivadas de ambas funciones. Se muestran a continuación el procedimiento y el resultado: Ccs´= Bcs´; Ccs´= D1λxλ−1; Bcs´= A1αxα−1; D1λxλ−1 = A1αxα−1; 1 = (D1λ/Α1α) xλ−α; x* = (A1α/D1λ)1/( λ−α). Así, el nivel de producto social que maximiza las utilidades que la empresa deriva de su ejercicio de la Revista de Empresa Nº11 Enero - Marzo 2005 maqueta jose 29/3/2005 13:33 Página 93 De regreso a Friedman: maximización de beneficios… responsabilidad social bajo coacción es x1* = (A1α/D1λ)1/( λ−α). En el caso de responsabilidad social estratégica, las funciones de referencia serían las siguientes: función de costes: Ccs = D2xλ; donde λ > 1; D1 > D2 > 0; función de beneficios: Bcs = A2xα; donde 0 < α < 1; A2 > A1 > 0; así, x2* = (A2α/D2λ)1/( λ−α). Si la relación entre los coeficientes constantes (A, D, α, λ) se mantiene como se ha supuesto, podremos ver que x2* > x1*. Adicionalmente, la empresa estratégica alcanzará un mayor nivel de producto social que la empresa que lo hace sólo por coacción. Estos resultados ilustran formalmente lo que se había propuesto antes intuitiva y gráficamente. Asimismo, permiten verificar el comportamiento de las utilidades derivadas de su participación en diferentes proyectos de responsabilidad social y modificar su estrategia tratando de lograr una mezcla de proyectos que le lleven a optimizar el rendimiento privado y social de su inversión en este rubro. Fichas biográficas Bryan Husted es Doctor en Administración de Empresas por la Universidad de California en Berkeley y CoDirector de la Cátedra de Ética Empresarial de la Asociación de Antiguos Alumnos del Instituto de Empresa y Profesor de Administración y Dirección de Empresas del Instituto Tecnológico y de Estudios Superiores de Monterrey. Es autor de diversos artículos sobre ética empresarial y responsabilidad social en Organization Science, Journal of International Business Studies, Business Ethics Quarterly, Long Range Planning, Business & Society, y Journal of Business Ethics. [email protected] José de Jesús Salazar Cantú es Máster en Economía por la Universidad Autónoma de Nuevo León (UANL), www.revistadeempresa.com Profesor de Economía en el Instituto Tecnológico y de Estudios Superiores de Monterrey (ITESM) y alumno del Doctorado en Ciencias Sociales del Instituto de Investigaciones Sociales de la UANL. Es coautor del libro “Microeconomía con Aplicaciones a Latinoamérica” (2004). También ha publicado artículos sobre economía internacional en las revistas; Comercio Exterior y Econofinanzas. Es miembro de la Cátedra de Investigación: Oportunidades de la Empresa Mexicana en Mercados Internacionales de Poder Adquisitivo Limitado, de la Escuela de Graduados en Administración y Dirección de Empresas del ITESM. [email protected] Bibliografía Agle, B.R.; Mitchell, R.K; Sonnenfeld, J.A. (1999). “Who matters to CEOs: An investigation of stakeholder attributes and salience, corporate performance, and CEO values” en Academy of Management Journal. (42, 5, 507-525). Baumol, W.J. (1991). “(Almost) perfect competition (contestability) and business ethics” en Baumol, W.J. y Blackman, S.A.B. (eds.). 1-23). Baumol, W.J. y Blackman, S.A.B. (eds.) (1991). Perfect markets and easy virtue: Business ethics and the invisible hand. Cambridge: Blackwell Publishers. Becker, G. 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Los autores también desean agradecer a los revisores anónimos del JMS sus acertados comentarios. Esta investigación fue posible gracias al apoyo del Consejo Nacional de Ciencia y Tecnología y a la Cátedra de Investigación: Oportunidades de la Empresa 1 94 Mexicana en Mercados Internacionales de Poder Adquisitivo Limitado, auspiciada por el ITESM, campus Monterrey. La traducción se hizo con el permiso de Journal of Management Studies. 2 Friedman, M. (1962). 3 Davis, K. (1983). 4 Waddock, S. y Graves, S.B. (1997). 5 Jensen, M.C. (2002). 6 Preston, L.E. (1988). 7 Clarkson, M.B.E. (1995). 8 Becker, G. (1976). 9 Jensen, M.C. (1998). 10 Baumol,W.J. y Blackman, S.A.B. (eds.) (1991). 11 Baumol,W.J. y Blackman, S.A.B. (eds.) (1991). Revista de Empresa Nº11 Enero - Marzo 2005 maqueta jose 29/3/2005 13:33 Página 95 De regreso a Friedman: maximización de beneficios… 12 Entre estos métodos, identificados por Mishan, E.J. (1988), destacamos los costes evitados, los precios hedonistas, los costes de viaje, la valoración contingente y las tasas sociales de descuento. 13 Clarkson, M.B.E. (1995). 14 Vasquez, B.I. y Cueva,T.E. (2002). 15 McWilliams, A. y Siegel, D. (2001). 16 Hemos traducido el término contestable, del inglés, por “accesible”, ya que hace referencia a un concepto económico bien conocido y ampliamente utilizado. Hace mención del mercado caracterizado por tener unas barreras de entrada muy bajas y, por tanto, ser muy accesible para los participantes potenciales. Para un desarrollo más completo del término y de sus implicaciones, véase, por ejemplo, Measuring the International Contestabiliy of Markets: a conceptual approach, de Graham, E. y Lawrence, R., publicado por la OCDE, París, 1996. Nota del editor. 17 Baumol,W.J. (1991). 18 Burke, L. y Logsdon, J.M. (1996). 19 Reinhardt, F. (1999). 20 Kanter, R.M. (1999). 21 Kanter, R.M. (1999). 22 Waddock, S. y Graves, S.B. (1997). Burke L. y Logsdon, J.M. (1996). 23 Jones,T.M. (1995). Berman, S.L.;Wicks,A.C.; Kotha, S; Jones,T.M. (1999). Ogden, S. y Watson, R. (1999). www.revistadeempresa.com Bowie, N.E. (1991). Evan, W.M. y Freeman, R.E. (1988). Donaldson,T. y Preston, L.E. (1995). 25 Agle, B.R.; Mitchell, R.K; Sonnenfeld, J.A. (1999). Berman, S.L.;Wicks,A.C.; Kotha, S; Jones,T.M. (1999). Fry, L.W.; Keim, G.D; Meiners, R.E. (1982). Navarro, P. (1988). Ogden, S. y Watson, R. (1999). 26 El free-rider es el clásico agente beneficiado de la acción de los otros, aun cuando él no sacrifica esfuerzo alguno para obtener dicho beneficio. En el caso mencionado, si una empresa entrena a un trabajador y otra de la misma industria lo contrata ya entrenado, la primera no obtiene los beneficios esperados, y la segunda los obtiene sin haber invertido en dicha capacitación. 27 Tirole, J. (1988). 28 Waddock, S. y Graves, S.B. (1997). Margolis, J.D. y Walsh, J.P. (2001). 29 Donaldson,T. y Preston, L.E. (1995). 30 Existen muchos textos de teoría microeconómica que exponen las bases de este análisis, en particular pueden consultarse el capítulo 8 de Ferguson y Gould (1980). 31 Hart, S.L. (1995). 32 Layard, P.R.G. y Walters, A.A. (1978). 24 95