Diario Administrativo Nro 103 – 22.03.2016 La responsabilidad disciplinaria del personal contratado Por Ignacio Leonidas Rebaudi1 En un trabajo anterior2 mencioné el hecho auspicioso de que en el orden nacional se pretende poner quicio al desborde de contrataciones de empleo público a término, tarea no exenta de riesgos. Mencioné que según doctrina de la Corte Federal3 una rescisión o no renovación de un contrato de empleo público a término, a pesar de no reconocerle estabilidad propia al empleado, puede dar lugar a indemnización si se ven frustradas sus legítimas expectativas a la permanencia laboral. Consecuentemente, en el caso de que esta circunstancia concurra con hechos de indisciplina, para disipar el riesgo de reclamos por rubros indemnizatorios podría resultar insuficiente acudir a la aplicación de las cláusulas contractuales, siendo entonces necesario fundar la medida segregativa en la declaración de responsabilidades disciplinarias. Esta necesidad colisiona frontalmente con la doctrina de la PTN4 en el sentido de que los agentes contratados no podrían ser pasivamente legitimados como sumariados, por lo que tampoco podrían ejercer en el sumario su defensa. Más aún, según esta tesis los agentes contratados no sólo que no podrían ser parte en el sumario, sino que tampoco les sería aplicable el régimen disciplinario. Sostiene así la PTN que la ley que regula el empleo público condicionaría la aplicación de dicho régimen a una norma reglamentaria que no ha sido dictada, por lo que “dichas reglamentaciones constituyen un requisito esencial para tomar operatividad” su “extensión” a los agentes contratados, el que supuestamente, en principio, sólo habría sido previsto para el personal que revista en el régimen de estabilidad, solución que ha merecido la crítica de la doctrina. Un análisis adecuado acerca del régimen disciplinario aplicable al personal contratado debería permitir responder, por separado, las siguientes cuestiones: I) ¿Cuándo se incurre en responsabilidad disciplinaria?; II) ¿Quién es competente para determinarla?; III) ¿Qué procedimiento debe utilizarse?; IV) ¿Qué medidas y sanciones pueden ser aplicadas? I. ¿Cuándo incurre en responsabilidad disciplinaria el personal contratado? La ley de empleo público 5 regula los deberes, prohibiciones e incompatibilidades de los empleados sin distinciones y para todo el personal con relación de empleo: planta permanente, contratada o de gabinete. Así, pues, los deberes descriptos en los Arts. 23 a 25 del Cap. V de la ley son también aplicables al personal contratado. Entonces, donde hay un deber su incumplimiento genera una responsabilidad, que aquí llamamos responsabilidad disciplinaria. II. ¿Quién es competente para declarar su responsabilidad disciplinaria? El Cap VII de la ley -Régimen Disciplinario- en Arts. 27 a 38 se refiere a: a) principios constitucionales aplicables -legalidad, non bis inidem, y debido proceso adjetivo-; b) sanciones aplicables y causales que las autorizan; c) normas procedimentales -autonomía de la acción disciplinaria, sanciones directas y medidas preventivas-; d) plazos para la acción disciplinaria; y e) autoridad competente y regulación del procedimiento de investigación. Al referirse al principio de legalidad6 se estableció que al personal contratado y de gabinete se le aplicaran los preceptos del capítulo según lo determine la reglamentación. Fundándose en ello la PTN entendió que no sería operativa la extensión a éstos del régimen disciplinario al desconocerse cuáles preceptos y en qué condiciones pueden aplicarse. Considero que no debe soslayarse que la ley se estaba refiriendo al principio de legalidad, por lo que no podría suponerse que se estaba refiriendo a materias ajenas a la zona de reserva de la ley, y tanto menos si se trata de atribuciones que constitucionalmente han sido conferidas al Presidente de la Nación como jefe de la Administración dentro de su propia zona de reserva: la potestad sancionatoria7. Véase, por caso, que si la ley remite a la norma reglamentaria para la determinación de la autoridad competente, ello es una previsión inútil pues de cualquier modo se trata de competencias propias del Presidente 8. Sin 1 Abogado (UBA) y Secretario de Instrucción en la Dirección de Sumarios del Ministerio de Relaciones Exteriores y Culto. REBAUDI, Ignacio L., “Contrataciones y rescisiones contractuales en el empleo público” [en línea]. DPI, Bs.As., 2016. Diario Administrativo N° (completar cita y link) 3 CSJN in re “Ramos, J. L. c/ Estado Nacional (ARA) s/ Indemn. Despido” de 6/04/2010, entre otros. 4 Dictámenes de la Procuración del Tesoro de la Nación 270:217, 261:112, entre otros. 5 Ley Marco de Regulación del Empleo Público (LMREP) aprobada por ley 25.164. 6 Art. 27 de la LMREP 7 Considerando 2° del Decreto 467/1999 que aprobó el Reglamento de Investigaciones Administrativas. 8 GARCÍA PULLÉS, F. “Régimen de Empleo Público en la Administración Nacional”. Abeledo-Perrot. 2° ed. Buenos Aires, 2010. Págs. 380 y 381 sobre Art. 38 LMREP, y pág. 384 cita Dict. 167:641 sobre el paralelismo de las formas. 2 distinguir el régimen escalafonario, la norma reglamentaria distribuyó jerárquicamente en distintos órganos la competencia para declarar responsabilidades disciplinarias, según la gravedad de la falta cometida, pero normas especiales pueden alterar este criterio 9. En consecuencia, el órgano competente para declarar responsabilidades disciplinarias de agentes de la planta permanente, también lo es para declarar la de los contratados, a menos que normas especiales dispusiesen lo contrario. III. ¿Qué procedimiento se debe utilizar para decretarla? Un análisis equivalente me conduce a concluir que tampoco hay diferencias en cuanto al procedimiento de investigaciones aplicable a agentes de planta permanente y agentes contratados10, pues sin una norma especial que disponga lo contrario habrá de aplicarse el mismo reglamento. Si acaso existiera alguna duda, véase que el Reglamento de Investigaciones Administrativas expresamente aclara que su aplicación es extensiva a todo aquel que carezca de un régimen especial en materia de investigaciones 11. IV. ¿Qué medidas y sanciones pueden ser aplicadas? A distinta solución me conduce el análisis del acápite. No cabe duda que normar las medidas y sanciones pertenece a la zona de reserva de la ley (principio de legalidad). Aquí sí coincido con la PTN pues ninguna pena puede aplicarse si el legislador la condicionó a una reglamentación que aún no se dictó. Además, en cuanto al punto, no es irrazonable regular especialmente la situación de los agentes contratados, puesto que el carácter a término del contrato puede incidir radicalmente en las sanciones a ser aplicadas. Por caso, careciendo de estabilidad propia hay menos razones para sostener su permanencia, al tiempo que tampoco tiene sentido aplicar sanciones suspensivas cuya duración exceda los términos del contrato. En definitiva, por vía reglamentaria podría preverse qué causales autorizan las sanciones admitidas por ley12. ¿De lo expuesto se colige que sin sanción disponible la autoridad competente no puede declarar la responsabilidad disciplinaria? Como vimos supra la respuesta negativa se impone. Más aún, la reglamentación admite un caso en el que corresponde declarar responsabilidades disciplinarias sin que ello esté destinado a la aplicación de una sanción13. ¿De ello se desprende que no existe un procedimiento aplicable y que los agentes contratados no pueden ser legitimados pasivamente frente a la acción disciplinaria? La respuesta también debería ser negativa pues frente a la potestad constitucional de ejercer la acción disciplinaria se opone el derecho humano a la tutela administrativa, el derecho de defensa y a ser oído, de todo lo cual se desprende, necesariamente, que para que pueda ser ejercida la potestad disciplinaria, el agente presuntamente incurso en falta debe ser legitimado pasivamente. V. La propuesta. Consecuentemente, la realidad actual es propicia para que hasta tanto el Poder Ejecutivo no dicte una norma reglamentaria específica, hecho que sería por demás auspicioso, la PTN podría revisar su doctrina a efectos de no privar a la Administración de su acción disciplinaria ante el personal contratado, interpretando que resultaría válido legitimar pasivamente a estos agentes y permitirles ejercer su defensa en el marco de un sumario, cuyo resultado podría dar lugar a la declaración de su responsabilidad disciplinaria aún cuando ello podría significar no aplicarles sanción alguna. No obstante, tal declaración podría ser válidamente utilizada para resolver el vínculo contractual a la luz de la normativa que es propia de dicho régimen. 9 Tal es el caso cuando se concentra en un órgano la competencia para clausurar sumarios No se investiga a personas (que podría calificarse como desvío de poder) sino hechos, y resultaría inapropiado para ello seguir dos procedimientos diferentes cuando estuviesen involucrados al mismo tiempo agentes de planta permanente y contratados. 11 Art. 1° del Regl. Investigaciones Administrativas (Dto. 467/1999). En el mismo sentido GARCÍA PULLÉS, Fernando. Cit. Pág 309. 12 Tampoco sería irrazonable suponer que reglamentariamente se regule de un modo distinto el modo de aplicar las sanciones directas, las medidas preventivas que pudieran disponerse y los plazos para el ejercicio de la acción disciplinaria. 13 En Art. 27 de regl. a LMREP se prevé que aún cesada la relación de empleo el sumario deberá continuarse hasta su resolución y si surgiera responsabilidad deberá dejarse constancia en el legajo del ex agente de la sanción que le hubiere correspondido. Otros casos análogos en REBAUDI, Ignacio L. “La inaplicabilidad de la sanción disciplinaria desproporcionada” [en línea]. DPI, Bs.As, 2014. En Diario Administrativo N° 31, disponible en http://dpicuantico.com/2014/08/19/diario-administrativo-nro-31-19-08-2014/ 10