Fútbol: Con gran firmeza puedo decir que el fútbol es vida. Muchas

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Fútbol:
Con gran firmeza puedo decir que el fútbol es vida. Muchas veces he sentido morir
cuando mi equipo va perdiendo, cuando parece que la esperanza de ganar es
nula, cuando cada segundo es un latido menos de tu corazón, cuando las lagrimas
están apunto de caer; es allí donde la vida empieza, donde la palabra ¡Goooool!
regresa el aliento, es allí cuando las lagrimas de tristeza se vuelven lagrimas de
alegría y el silencio es como una gran ola que llena todas las gargantas con su
voz.
Nunca me imaginé como una palabra tan pequeña uniera a tanta gente en una
sola voz y que esa pequeña palabra diera tanta felicidad. Pelé una vez dijo:
“Yo nací para el fútbol como Bethoven nació para la música”
Grandes jugadores como Pelé, nacieron jugando en la calle donde solo se juega
por diversión, donde se forjan los mejores gambeteros, el orgullo, pasión y respeto
se ganan poco a poco es la calle el mejor campo de entrenamiento, donde te
luces, donde sacas todo lo que llevas dentro, donde realizas las jugadas de tus
ídolos y donde un grande se llena de experiencia.
Si nunca has llorado al ver a tu equipo perder la final, si nunca te has sentido
impotente al querer entrar a la cancha y soñar que meterías dos goles para pode r
ser campeón, entonces no has vivido el fútbol, porque el fútbol te regala las
emocionas mas hermosa de la vida. Un partido reúne a la familia y hace que
convivas como nunca antes lo habías hecho, un partido reúne a los amigos para
vivir experiencias inolvidables, las cuales quedaran en la memoria de todos y se
reirán cuando recuerden la vez que se rasuraron pelón por haber perdido una
apuesta.
Pero lo mas triste del fútbol es cuando ves a tu jugador favorito o al equipo
completo llorar por haber perdido un partido importante, quisieras abrazarlo y
decirle: Hiciste un gran esfuerzo, me siento orgullo de ustedes. Pero en esta vida
no todo es color de rosas, si no lloramos la vida no nos sabe a nada, es como
echarle chile a los tacos pues si no pican, no nos sabe a nada.
Así es el mundo, llorar, ganar, perder, pero al final siempre hay revancha y
tenemos que levantar la cabeza al cielo y rogar por la buena suerte para poder
lograr un triunfo. Las revanchas le dan sabor al fútbol, es como golpear a alguien
que te humilló en tu propia casa enfrente de todos, las personas que tanto te aman
te hizo ver alguien impotente y por cada golpe, tu familia sufriera sin poder meter
las manos. Es en ese momento donde el orgullo te saca a flote y solo buscas
venganza, solo piensas ganar, ganar, ganar, vivir, vivir, vivir, es allí donde
escuchar miles de gargantas desgastarse sin importar quedarse sin aliento te dan
fuerzas durante 90 min., en donde lo único que piensas es darle gloria a tu afición
y la palabra “derrota” la destruyes de tu corazón con todo el odio de tu cuerpo.
Escuchar el sonido del silbato dando aviso que los 90 min. empezaron es como
saber que solo te queda poco tiempo de vida y en lo único que piensas es en morir
con honra y que cada minuto quede en la memoria de todos los aficionados de tu
equipo. Llegar al medio tiempo y ver como tu equipo pierde y sufre por los
embates de su adversario la impotencia y derrota comienzan a invadir tu alma y
mente y comienzas a clamar a los dioses del fútbol que se compadezcan de tu
escudo que ya estas harto de verlos perder, que tu corazón ya no resiste tanta
derrota y tantas lagrimas, pero tu sufrimiento no cesa ver pasar los minutos como
si fueran años sin recibir una respuesta y cada disparo a puerta es como una
puñalada que entra lentamente hasta lo mas íntimo de tu ser, es justo ese
momento donde los dioses escuchan tus ruegos y ven tu sufrimiento, y el jugador
de tu equipo que más odiabas por haberse puesto el disfraz de súper estrella,
despierta y recibe las fuerzas de los dioses, se echa el equipo al hombro y rescata
el partido, nadie puede explicar como ocurre eso, lo único que se puede explicar
es que cada partido tiene un sabor distinto, cada grito de gol deja en tu garganta
un sabor diferente lo cual provoca que cada gol sea especial.
Ver a tu equipo coronarse campeón es algo que te dejas sin palabras, mirar
escenas donde cada lágrima es como una joya que ganas después de sufrir
durante todo el torneo, cada sonrisa, cada abrazo, cada grito, cada foto es algo
que se queda en la memoria de todos, pensar que estabas a un punto de quedar
fuera de la liguilla y ahora estas celebrando lo fiesta más grande del torneo, eso es
luchar por lo que quieres y amas y es allí justo el momento donde te das cuenta
que darse por vencido no es una opción, si no solo una simple idea loca que vaga
por la mente cuando el miedo intenta apoderarse de nosotros pero es nuestra
decisión.
Rendirnos a sus pies y dejar que nos humille o mantenernos firmes y lograr
grandes hazañas dejando huella en el mundo.
Lo malo es que cada torneo es una aventura nueva y no se vive del pasado,
podrás ser campeón mil veces pero siempre buscas más, es algo de lo cual no te
puedes saciar, es un estómago sin fondo, el cual jamás se sacia y siempre busca
más, más y más.
Más de eso que te hace feliz, más de eso que te hace sentir grande, más de eso
que llena a tu afición de alegría, más de eso que hace que cada fin de semana te
pares en el campo, con tu estadio, con tu gente, esas personas que se sienten
orgullosas por ser parte de tu equipo, por ser tu afición que nunca te deja a pesar
de los malos tiempos, son ellos la causa de que algo sin importancia se vuelva tan
importante, que a pesar de que no tengas sentimientos o al menos tanto que casi
siempre el mundo se paraliza para ver el mundial, donde se vive, se respira ,
¡gracias al fútbol!
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