112-1 MARA DE LO CIVIL DE LA PRIMERA SECCION DE

Anuncio
112-1
MARA DE LO CIVIL DE LA PRIMERA SECCION DE OCCIDENTE: Santa Ana, a
las catorce horas y treinta minutos del día veintinueve de julio del año dos mil once.
Vista en apelación la sentencia definitiva pronunciada a las ocho horas y veinte
minutos del día diecisiete de junio recién pasado, por el señor Juez de lo Civil del distrito
judicial de Chalchuapa, en el Juicio Ejecutivo Mercantil, promovido por el señor Juan
Vicente Cáceres Zepeda, de cuarenta y dos años de edad, Abogado, del domicilio de
Chalchuapa, contra el señor William Ernesto Ramos Alarcón, de treinta y cuatro años de
edad, Empleado y de este domicilio. Sentencia que en su fallo resuelve: ""POR TANTO:
Sobre la base de lo expuesto y de conformidad con lo dispuesto en los artículos 11 Inc. 1°,
18 y 172 Inc. 1° de la Constitución, 49 Romano II, 50 No. 1) y 54 de la ley de
Procedimientos Mercantiles, 702, 732, 766 Romano II), 767, 768 y 960 del Código de
Comercio, 417, 418, 421, 427, 429, 432, 436, 439, 593 y 598 del Código de
Procedimientos Civiles y Decreto Ejecutivo No. 1299 de fecha trece de diciembre de mil
novecientos ochenta y tres, a nombre de la República de El Salvador, FALLO: a) Declárase
que no ha lugar la excepción que señala el romano II del Art. 639 del Código de Comercio,
alegada por el demandado señor William Ernesto Ramos Alarcón, en su escrito de fs. 16 y
b) Ordénasele al referido demandado, pagarle al actor señor Juan Vicente Cáceres Zepeda,
la cantidad de cinco mil dólares, mas el interés legal del doce por ciento anual, a partir del
día once de abril de dos mil diez y las costas procesales de la instancia. Llévese adelante la
ejecución hasta su completo pago o transe. HAGASE SABER.
Han intervenido tanto en primera instancia como en ésta, los señores Juan Vicente
Cáceres Zepeda y Willian Ernesto Ramos Alarcón, en su carácter personal.
Vistos y,
Considerando:
I.- Al interponer la demanda, el Licenciado Juan Vicente Cáceres Zepeda, en lo
medular expuso: "" Que en su carácter personal demanda en juicio ejecutivo mercantil al
señor Willian Ernesto Ramos Alarcón, quien recibió de su parte la cantidad de cinco mil
dólares de los Estados Unidos de América, garantizando la obligación con una letra de
cambio si protesto desde el día diez de abril del año dos mil nueve y que hasta la fecha de
su vencimiento diez de abril del año dos mil diez, no ha cumplido con su obligación, que
en cumplimiento al Art. 733 del Código de Comercio, el día de su vencimiento le fue
presentada para su correspondiente pago y posteriormente se le ha solicitado el pago sin
poder a la fecha hacer efectiva su cancelación, que previos los trámites legales sea
condenado a cancelarle la cantidad de cinco mil dólares de los Estados Unidos de
América, intereses adeudados al tipo legal a partir del diez de abril del año dos mil diez,
mas las costas procesales. Que de conformidad a lo dispuesto en los Artículos 1365, 1416,
1417 del Código Civil: 586, 593 de Procedimientos Civiles, 623, 625, 702 y 724 del
Código de Comercio y los artículos 49 y 57 de Procedimientos Mercantiles, se le de
trámite a la demanda. Por lo expuesto pide: Se admita la demanda, se le tenga por parte,
vista la fuerza ejecutiva de la letra de cambio sin protesto que presenta como medio de
prueba, se decrete embargo en bienes del demandado, se notifique al demandado el
decreto de embargo y se lleve adelante el procedimiento para pronunciar sentencia en la
que el demandado sea condenado a pagar la cantidad de cinco mil dotares de los Estados
Unidos de América, intereses al tipo legal desde la fecha de su vencimiento, diez de abril
de dos mil diez y al respectivo pago de las costas procesales.
Por auto de fs. 2 vto. a 3 fte., se admitió la demanda, se decretó embargo en bienes
del ejecutado y se ordenó librar oficio al Pagador General Auxiliar de la Policía Nacional
Civil de San Salvador, a efecto de que retenga el porcentaje legal del salario que como
empleado de dicha institución devenga el demandado.
En resolución de fs. 4. se ordenó librar provisión al Juez Tercero de Paz de esta
ciudad, a efecto de emplazar al demandado señor Willian Ernesto Ramos Alarcón,
diligencia que no se practicó porque el demandado no reside en el lugar señalado pero, por
haberse constituido dicho demandado al Juzgado, fue debidamente emplazado tal como
consta a fs. 15 de la pieza principal, quien en escrito de fs. 16, contestó de manera negativa
la demanda, alegó la excepción de no haber firmado el documento base de la acción y pidió
se practique prueba grafo técnica en la firma que aparece en el titulo valor.
II.- En auto de fs. 18 vto. a 19 fte., se tuvo por parte al demandado, por contestada
de su parte la demanda en sentido negativo y alegada expresamente la excepción opuesta
por lo que se abrió a pruebas por ocho días el juicio, periodo en el cual el señor William
Ernesto Ramos Alarcón, presentó escrito donde pide se admita como prueba la copia
certificada por notario de su documento único de identidad para que se cotejen las firmas y
además pide que se libre oficio al Laboratorio Científico de la Policía Nacional Civil de
San Salvador, a efecto de que se practique la prueba grafotécnica que solicita.
Aparece a fs. 21 vto. a 22 fte., el auto en el que se ordenó la prueba solicitada, en el
que se le previno a las partes que propusieran peritos, habiéndose nombrado como tales a
los señores Manuel de Jesús Hernández Hernández y Víctor Wilfredo García Galicia,
mediante resolución de fs. 26 vto. a 27 fte. quienes fueron juramentados en acta de fs. 27
vto. a 28 fte.
De fs. 31 vto. a 32 fte., aparece el acta en la que consta que se realizó la práctica
de la prueba solicitada, encontrándose agregado de fs. 45 a 49, el informe del análisis en
documentoscopia realizado por los peritos antes mencionados.
De fs. 53 vto. a 56 fte., se encuentra la sentencia con la que no estuvo conforme el
señor Willian Ernesto Ramos Alarcón, por lo que apeló de la misma, en escrito de fs. 60.
III.- Admitido el recurso e introducidos los autos a este Tribunal, al expresar
agravios el apelante manifestó: "" La Juez al emitir la sentencia cuestiona la forma de
cómo se realizó el peritaje convirtiéndose en juez y parte, como si fuera perito en materia
grafotécnica, determinando ella misma el procedimiento que deben realizar las personas
que se han especializado, saben y conocen la forma de realizar los cotejos de firmas, no
existiendo una ley o manual especializado en dicha materia que diga el procedimiento a
seguir por los peritos, cada perito conoce su área y sabe a ciencia cierta en dicha materia
como proceder en determinado caso, a lo cual la juez en su criterio muy personal esta
desvirtuando, ya que ella esta haciendo en la referida sentencia un análisis meramente
técnico y no juridico. ...La jueza manifiesta que la firma que aparece en la letra de cambio
no se cotejó con otros documentos públicos, bancos o lugares oficiales, lo cual es
incongruente, la jueza no puede imponer en forma arbitraria como debe realizar el peritaje
un especialista en la rama grafotécnica, que para eso curso sus estudios y se especializó,
por lo tanto no tiene fundamento legal ni lógico el razonamiento hecho para dictar el fallo,
desconociendo cuales son para la jueza los requisitos elementales requeridos para practicar
tal diligencia...En virtud de ello la Cámara Primera de lo Civil de la Primera Sección del
Centro, en su sentencia definitiva de las 9:00 17/05/2001, expresa que "La administración
de un medio probatorio puede colegirse considerando la pertinencia y conducencia, tanto
en lo que concierne al thema decidendi como a la eficacia concreta de una prueba para
demostrar un hecho alegado por las partes. Aun cuando el demando está obligado a probar
las excepciones que invoca, debe hacerlo mediante la prueba idónea o conducente, es decir,
con apego a lo que ordenan las normas." Por el contrario la inseguridad jurídica a la que se
refiere la juez en la sentencia emitida, es la que ella misma provoca desvirtuar la prueba
pericia) practicada, quedando en total desprotección por la falta de valoración de la prueba
pericial. En consideración a lo anterior, la Cámara Tercera de lo Civil de la Primera
Sección del Centro en su sentencia definitiva de las 9:15 29/10/2002 manifiesta que: "A fin
de encontrar la verdad, el juzgador debe hacer un esfuerzo por analizar la prueba en su
contexto, utilizando la lógica y el sentido común, no en forma superficial y aislada, pues
ello conducirla a una decisión equivocada y alejada de la realidad, fuera de toda lógica."
En el presente caso, se puede ver claramente que según la jueza el peritaje "se basa
únicamente en la comparación de la firma del aceptante, con otras muestras hechas por el
mismo aceptante, cuando este sabe que no le es conveniente hacer la firma del titulo
valor", lo cual está lejos de la realidad, ya que la firma del titulo valor fue cotejada con las
firmas tanto de su Documento Unico de Identidad como del anterior, siendo
principalmente este último en el que no pudo haber hecho la firma diferente a propósito, ya
que en esa época ni se imaginaba que el demandante interpondría la demanda basado en un
titulo valor con su firma falsificada y además porque los peritos grafotécnicos no
solamente evalúan si las muestras hechas ante ellos se parecen o no a la firma del
documento, si no que evalúan la forma en que se realiza los trazos al escribir su nombre o
cualquier otra letra que lleva la firma, lo que les permite concretizar con una total certeza,
si una persona ha hecho la firma diferente a fin de desvirtuar la fuerza ejecutiva que tiene
el titulo valor base de la acción. Por lo expuesto Pido: Admitáis el presente escrito, tengáis
por expresados los agravios y se revoque la sentencia emitida por el Juzgado de lo Civil de
la ciudad de Chalchuapa por no estar apegada a derecho.
El Licenciado Juan Vicente Cáceres Zepeda al contestar agravios, en lo principal
expuso: """ Que el titulo valor que he presentado, es una prueba preconstituida, la cual no
puede ser desvirtuada por un peritaje que no se realizó con los requisitos requeridos para su
practica, ya que el articulo 350 del C. Pr. C. es taxativo al prescribir que cuando los peritos
sean nombrados para el cotejo de letras, la comparación se hará: 1° Con documentos
públicos otorgados por aquel cuya firma se coteja; o 2° Con las firmas del mismo puestas
en actuaciones judiciales; o 3°. Con otros instrumentos reconocidos o admitidos como
legítimos. Requisitos que no fueron observados por los peritos grafotécnicos nombrados
Licenciado Manuel Hernández Hernández y señor Victor Wilfredo García Galicia, quienes
al realizar el peritaje, únicamente con la comparación de la firma autógrada plasmada de su
puño y letra por el señor Willian Ernesto Ramos Alarcón, firmas y escritura manuscrita,
plasmadas por mi demandado en tres páginas de papel pautado, tamaño oficio, con fecha
diecisiete de noviembre del año dos mil diez. Además el articulo 214 del C. Pr. C.,
establece que la comprobación de letras, es semiplena prueba y si se toma como plena
prueba, tal situación me estada dejando en desprotección por la inseguridad jurídica que se
provocarla al desvirtuar la legitimidad de un titulo valor, como es el caso de la letra de
cambio sin protesto, documento base de la acción reclamada, ya que cualquier individuo
fácilmente podría sorprender la buena fe de un comerciante al firmar de forma distinta un
titulo valor, como firma los de su interés, como seria el caso de una letra de cambio sin
protesto, la cual tendría que pagar, tal es el caso que nos ocupa y además se estada
fomentando la cultura de no pago. Y por lo antes expuesto con el debido respeto Pido: 1.
Admitirme el presente escrito y darle el trámite de ley correspondiente, 2. Tengáis por
contestados los agravios planteados por el señor Willian Ernesto Ramos Alarcón y 3.
Confirmar en todo su contenido la sentencia emitida por la señora Juez de lo Civil de la
ciudad de Chalchuapa.
IV.- Realizado el estudio correspondiente y leídos los argumentos expuestos por
las partes, se hacen las siguientes consideraciones:
La razón en que sustenta la Juez a quo su fallo, se traduce en que no le merece fe el
informe rendido por los peritos señores Manuel de Jesús Hernández Hernández y Víctor
Wilfredo García Galicia, quienes dictaminaron que la firma que aparece en la letra de
cambio base de la acción no ha sido elaborada por el señor Willian Ernesto Ramos
Alarcón, razón a la que llega, al considerar que para realizar el cotejo el perito debe
procurar el mayor número de firmas indubitadas, coetáneas de la dudosa y a ser posible
realizadas en las mismas condiciones de papel, pluma, tinta y espacio disponible; que la
firma no se cotejó con otros documentos públicos bancos o lugares oficiales y el informe
de los peritos no fue elaborado con los requisitos elementales requeridos para practicar tal
diligencia, por lo que no le merece fe por la inseguridad jurídica que provocarla desvirtuar
la legitimidad de un titulo valor con un medio de prueba que se basa únicamente en la
comparación de la firma del aceptante con otras muestras hechas por el mismo aceptante,
quien sabe que no le conviene hacer la firma como supuestamente la plasmó en el titulo
valor.
Ante el argumento de la juzgadora, a efecto de una mejor ilustración y teniendo
presente que el punto objeto de la apelación, subyace en la desestimación de la prueba
pericial que para establecer la excepción comprendida en el Romano II del Art. 639 Cm.,
interpuso el demandado, es de recordar que, la prueba es el conjunto de actuaciones que
dentro de un juicio cualquiera sea su índole, se encaminan a demostrar la verdad o la
falsedad de los hechos aducidos por cada una de las partes, en defensa de sus respectivas
pretensiones litigiosas.
Dentro de la prueba, se encuentra la pericial, que ha sido definida como aquella que
se realiza para aportar al proceso las máximas de experiencia que el Juez no posee o puede
no poseer, o para facilitar la percepción y la apreciación de los hechos objeto del juicio.
También se define como el medio de prueba consistente en la declaración de conocimiento
que emite una persona que no sea sujeto necesario del proceso, acerca de los hechos y
circunstancias que se investigan, siendo indispensable poseer determinados conocimientos
cientificos, artísticos o prácticos.
Cobra importancia la prueba pericial, en cuanto sirve de soporte al juez al momento
de tomar una decisión, dado que a este le es imposible tener todo el conocimiento de las
cosas y además, le está vedado usar sus conocimientos personales sobre la materia, pues de
ser así, quedarla en entredicho la imparcialidad que debe caracterizar la administración de
justicia.
Este Tribunal estima que el criterio adoptado por la Juez a quo al prescindir del
dictamen pericial sosteniendo que la firma no se cotejó con otros documentos públicos y
que el informe de los peritos no fue elaborado con los requisitos elementales requeridos,
por lo que no le merece fe por la inseguridad jurídica es objetable, teniendo en cuenta
que en el caso en estudio, se hace necesaria la apreciación especifica del saber del perito
y para desechar tal prueba, es imprescindible valorar elementos que claramente permitan
advertir la deficiencia de la misma y no simplemente hacer conjeturas sin ninguna base,
como que cualquiera puede hacer diferente la firma según le convenga.
Ocurre en este caso que a la juzgadora no le merece fe la prueba consistente en el
cotejo pericial solicitada por el demandado, la que es pertinente para acreditar la excepción
alegada, respaldándose la juez a quo en una apreciación subjetiva de ella, contrario a la
apreciación legal que debe hacer de la misma y, además, contrario al principio general de
derecho de la buena fe, pues no se han ni siquiera esbozado consideraciones serias para
establecer parámetros de defraudación por parte del demandado; prueba que no obstante la
Juez a quo consideró que no lo es, este Tribunal basándose en el Art. 54 inciso primero
número 1), de la Ley de Procedimientos Mercantiles, considera que si tiene plena validez,
por lo que la excepción quedó demostrada, ya que, teniéndose presente que cotejar es
confrontar una cosa con otra u otras, el cotejo de practicó comparando o confrontando las
muestras de firmas y escritura manuscrita del demandado, haciendo uso los peritos de los
instrumentos que relacionan en su dictamen que consta de fs. 45 a 49 del juicio, sirviendo
de comparación la letra de cambio que se señala que ha sido firmada por el demandado,
por lo consiguiente es con este documento con el que se hizo la comparación y las firmas
proporcionadas por el señor Willian Ernesto Ramos Alarcón, para la misma.
Al respecto, este Tribunal comparte el argumento de la Cámara Tercera de lo Civil
de la Primera Sección del Centro, contenido en la Revista Lineas y Criterios
Jurisprudenciales de la Sala de lo Civil, año dos mil dos-dos mil tres, acerca de la
valoración de la prueba que dice: "A fin de encontrar la verdad, el Juzgador debe hacer un
esfuerzo por analizar las pruebas en su contexto, utilizando la lógica y el sentido común, no
en forma superficial y aislada, pues ello conducirla a una decisión equivocada y alejada de
la realidad, fuera de toda lógica."
En consecuencia, en atención a lo antes manifestado, es procedente revocar la
sentencia venida en apelación y pronunciar la conveniente, en el sentido de que se declarará
que ha lugar la excepción alegada y, de conformidad al Art. 122 del Código de
Procedimientos Mercantiles, se deberá absolver al demandado.
POR TANTO: De conformidad a lo expuesto y Arts. 1089 y 1092 Pr. C., y 122 del
Código de Procedimientos Mercantiles, A NOMBRE DE LA REPÚBLICA DE EL
SALVADOR, DIJERON: a) Revócase la sentencia definitiva venida en apelación por no
estar arreglada a derecho; b) Ha lugar la excepción interpuesta por el demandado
contemplada en el Art. 639 Romano II del Código de Comercio, c) Absuélvese al señor
Willian Ernesto Ramos Alarcón, de la demanda interpuesta en su contra por el señor Juan
Vicente Cáceres Zepeda, reclamándole el pago de la cantidad de cinco mil dólares de los
Estados Unidos de América mas intereses legales y costas procesales y d) Levántese el
embargo decretado que recae en el salario que como empleado de la Policía Nacional Civil,
devenga el referido señor Willian Ernesto Ramos Alarcón, debiendo la Juez a quo, librar
oficio al señor Pagador General Auxiliar de la referida Institución, para su conocimiento.
Condénase en costas a la parte apelada.
En su oportunidad, devuélvase la pieza principal al Juzgado de su procedencia
con certificación de esta sentencia.
HAGASE SABER.
PRONUNCIADA POR LOS SEÑORES MAGISTRADOS QUE LA SUSCRIBEN
Descargar