Alan y la teoría de la acción de Münsterberg

Anuncio
)
DIARIO DE UN COACH
26
VIGESIMOSEXTO DÍA
M
adrid, martes,
6.45 p.m. Repaso
el informe de la
sesión anterior
de coaching de
Alan antes de que llegue. Alan es un
ejecutivo joven que se define como
una persona de acción. Se mueve
por impulsos y dice que no le ha ido
nada mal ya que ocupa un puesto
relevante. Se siente satisfecho, pero
quiere seguir mejorando y llegar a
puestos de mayor nivel dentro de
su compañía. Está muy motivado y
sabe perfectamente que no está en mi
mano, sino en la suya, el conseguir
su propósito. Ha participado
en procesos de coaching y le han
resultado muy productivos. Cree
en el coaching y entiende que para
el propósito que se ha planteado le
puede venir de maravilla.
Alan y la
teoría de la
acción de
Münsterberg
Sigo leyendo el informe y leo que
comentaba lo siguiente: “Primero
actúo, y luego pienso. Me pongo a
trabajar y a solucionar problemas que
me surgen en el día a día, y cuando estoy
tranquilo en casa, hago un repaso de lo
ocurrido durante el día. Soy consciente
realmente de todo lo que he hecho,
cuando estoy tranquilo en mi casa. En
el trabajo me centro en que las cosas
funcionen”.
Su forma de actuar me ha
recordado a la teoría de Hugo
Münsterberg (1863-1916), psicólogo
experimental de la Universidad
de Harvard y alumno de Wundt,
el llamado padre de la psicología
científica. Münsterberg afirmaba que
para hacer algo no es relevante tener
un propósito de forma consciente.
Pensamos sobre algo en concreto
a partir de nuestras acciones; estas
son las que conforman nuestro
conocimiento.
Alfonso Alonso,
Miembro del Grupo de Trabajo de
Psicología y Coaching del Colegio
Oficial de Psicólogos de Madrid.
Socio Director de ADS. www.asdrh.com.
pág 80/diciembre/13
En su teoría de la acción explica
que la sensación de voluntad surge
porque nos damos cuenta de nuestra
conducta y de nuestras incipientes
tendencias a comportarnos de una
determinada manera. Lo mismo que
le sucede a Alan, que es consciente
de todo su desempeño laboral
cuando se encuentra tranquilo
en su casa. Alan no piensa y en
consecuencia actúa, sino que actúa
primero y luego se da cuenta de
todo lo que ha hecho durante el día.
Es en su casa, no durante la jornada
laboral, cuando reflexiona sobre
todo lo que ha hecho. Se puede decir
que es una persona que se centra
en el proceso (desempeñar bien su
trabajo) y no en los objetivos. Por
lo tanto, consigue lograr alcanzar
sus objetivos como consecuencia de
realizar bien su trabajo.
La teoría motora de la conciencia se
puede resumir de la siguiente forma:
CONCIENCIA
E (ESTÍMULO)
R (RESPUESTA)
PROCESO FISIOLÓGICO
Según Münsterberg, la conciencia
es un fenómeno secundario que
no desempeña ninguna función,
desde el punto de vista causal, en la
conducta.
Antes de que llegue Alan a la
sesión, tomo un libro sobre coaching
y, curiosamente, lo primero que
leo es que el coaching es acción;
sin acción no hay coaching. Asocio
rápidamente la palabra “acción”
con la “R” de la teoría motora de la
conciencia. Sonrío por un instante y
oigo el sonido del timbre. Es Alan.
Le abro la puerta, le saludo y le doy
la bienvenida. Viene motivado y con
ganas de comerse el mundo… con
mucha ilusión por seguir realizando
su proceso de coaching… Empieza
otra sesión. )
BIBLIOGRAFÍA
■■LEAHEY, T. (2005, 6º ed.). Historia de la
Psicología. Madrid: Pearson Prentice Hall.
OBSERVATORIO
de recursos
humanos
y relaciones laborales
Descargar