Asamblea General

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A/HRC/12/27
Naciones Unidas
Asamblea General
Distr. general
22 de julio de 2009
Español
Original: inglés
Consejo de Derechos Humanos
12º período de sesiones
Tema 3 de la agenda
Promoción y protección de todos los derechos humanos,
civiles, políticos, económicos, sociales y culturales,
incluido el derecho al desarrollo
Derechos humanos y solidaridad internacional
Nota de la Alta Comisionada de las Naciones Unidas para los Derechos
Humanos *
La Alta Comisionada para los Derechos Humanos tiene el honor de presentar al
Consejo de Derechos Humanos el informe del Experto independiente sobre los derechos
humanos y la solidaridad internacional, Rudi Muhammad Rizki, nombrado con arreglo a la
resolución 2005/55 de la Comisión de Derechos Humanos, cuyo mandato se renovó con
arreglo a la resolución 7/5 del Consejo.
* Documento presentado con retraso.
GE.09-14709 (S) 151009 191009
A/HRC/12/27
Resumen
Este informe se presenta de conformidad con la resolución 9/2 del Consejo de
Derechos Humanos, en la que se pidió al Experto independiente sobre los derechos
humanos y la solidaridad internacional que continuase trabajando en la preparación de un
proyecto de declaración sobre el derecho de los pueblos y las personas a la solidaridad
internacional y que presentase al Consejo un informe sobre la aplicación de esa resolución
en su 12º período de sesiones.
El presente informe está dividido en tres secciones. En la primera de ellas, el
Experto independiente examina la solidaridad internacional como un principio del derecho
internacional humanitario; en la segunda sección, se ocupa de la solidaridad internacional
en relación con la erradicación de la pobreza, y en la tercera examina la solidaridad
internacional y la cooperación en los desastres naturales y la lucha contra las enfermedades.
El Experto independiente destaca algunos elementos del alcance, contenido y naturaleza de
las obligaciones en la promoción y protección del derecho de los pueblos y las personas a la
solidaridad internacional.
El Experto independiente concluye que hay pruebas suficientes de la existencia de
un principio de solidaridad internacional y numerosos valores públicos, políticas y normas
de derecho vinculante y no vinculante de alcance mundial, aplicados en la práctica, que
pueden respaldar la construcción de un marco normativo para los derechos humanos y la
solidaridad internacional, así como para el surgimiento de un derecho de los pueblos y las
personas a la solidaridad internacional.
2
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A/HRC/12/27
Índice
Capítulo
Párrafos
Página
I.
Introducción ............................................................................................................
1–9
4
II.
La solidaridad internacional como principio del derecho internacional
humanitario .............................................................................................................
10–25
6
Evolución, contenido, alcance y naturaleza de los derechos y obligaciones
de solidaridad..................................................................................................
10–11
6
B.
El derecho y el deber, el principio y la práctica..............................................
12–15
7
C.
Fuentes del derecho internacional...................................................................
16–18
7
D.
Opiniones sobre la solidaridad como principio de derecho internacional.......
19–20
9
E.
La cooperación internacional: un componente básico ....................................
21
9
F.
Obligaciones del Estado de respetar, proteger y realizar los derechos
humanos; responsabilidad compartida ............................................................
22
10
G.
Desarrollo sostenible y responsabilidades comunes .......................................
23
10
H.
Valores públicos globales ...............................................................................
24–25
11
La solidaridad internacional y la erradicación de la pobreza ..................................
26–34
11
A.
La solidaridad como respuesta a la pobreza....................................................
26–28
11
B.
Respuestas al cuestionario ..............................................................................
29
12
C.
Globalización, relaciones internacionales y equidad entre generaciones y
dentro de ellas .................................................................................................
30–31
12
Aplicación del derecho al desarrollo, los Objetivos de Desarrollo del
Milenio y una alianza mundial para el desarrollo ...........................................
32–34
13
La solidaridad internacional y la cooperación en los desastres naturales y la
lucha contra las enfermedades.................................................................................
35–39
14
A.
Desastres naturales..........................................................................................
35–37
14
B.
Lucha contra las enfermedades.......................................................................
38–39
15
Observaciones finales..............................................................................................
40–42
16
A.
III.
D.
IV.
V.
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3
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I.
Introducción
1.
En su primer informe (E/CN.4/2006/96), el Experto independiente analizó su
mandato con arreglo a la resolución 2005/55 de la Comisión de Derechos Humanos,
describió la orientación del mandato y la metodología, e identificó esferas concretas de
atención prioritaria en materia de solidaridad internacional, es decir, la cooperación
internacional, las respuestas mundiales a los desastres naturales, las enfermedades y las
plagas agropecuarias y los derechos de tercera generación.
2.
En su resolución 6/3, el Consejo de Derechos Humanos instó a la comunidad
internacional a que estudiase urgentemente medidas concretas para promover y consolidar
la asistencia internacional a los países en desarrollo en sus esfuerzos por lograr el desarrollo
y promover las condiciones que hicieran posible el pleno disfrute de todos los derechos
humanos. El Consejo también tuvo en cuenta la urgente necesidad de desarrollar aún más
las directrices, criterios, normas y principios encaminados a promover y proteger el derecho
de los pueblos y las personas a la solidaridad internacional.
3.
En su segundo informe (A/HRC/4/8), el Experto independiente se explayó sobre tres
esferas de atención prioritaria que se debían tener en cuenta al tratar las citadas
preocupaciones. Definió la solidaridad internacional como la unión de intereses o de
objetivos entre los países del mundo y la cohesión social entre ellos, sobre la base de la
dependencia mutua entre los Estados y otros agentes internacionales, con el fin de preservar
el orden y la supervivencia misma de la sociedad internacional, así como de alcanzar
objetivos colectivos que requieren la cooperación internacional y una acción conjunta. El
Experto independiente consideró que esta definición no se limitaba a la acción de los
Estados y destacó que la expresión "solidaridad global" era más amplia, ya que abarcaba la
relación de solidaridad entre los Estados y otros agentes, como las organizaciones
internacionales y la sociedad civil.
4.
En su resolución 7/5, el Consejo reiteró que el Experto independiente debía recabar,
en el desempeño de su mandato, las opiniones y contribuciones de los gobiernos, los
organismos de las Naciones Unidas y otras organizaciones internacionales y no
gubernamentales pertinentes.
5.
En su tercer informe (A/HRC/9/10), el Experto independiente analizó más a fondo el
concepto de la cooperación internacional y destacó las medidas preliminares que se
adoptarían para preparar un proyecto de declaración sobre el derecho de los pueblos y las
personas a la solidaridad internacional. Incluyó un cuestionario preliminar que se enviaría a
los Estados, las organizaciones internacionales y las organizaciones no gubernamentales
(ONG).
6.
En su resolución 9/2, el Consejo instó nuevamente a la comunidad internacional a
que estudiase urgentemente medidas concretas para promover y consolidar la asistencia
internacional a los países en desarrollo en sus esfuerzos por lograr el desarrollo y promover
las condiciones que hicieran posible el pleno disfrute de todos los derechos humanos.
7.
Considerando que es importante que se alcancen progresos paulatinos hacia el
establecimiento del marco jurídico de la solidaridad internacional y la cooperación, en el
presente informe el Experto independiente analiza el concepto de la solidaridad
internacional como un principio del derecho internacional humanitario, examina la
solidaridad internacional en relación con la erradicación de la pobreza y considera la
solidaridad internacional en el contexto de las esferas de atención prioritaria, esto es, las
respuestas mundiales a los desastres naturales y a las enfermedades. El Experto
independiente subraya algunos elementos del alcance, el contenido y la naturaleza de las
obligaciones relativas a la promoción y protección del derecho de los pueblos y las
4
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personas a la solidaridad internacional. Prosiguiendo la reflexión sobre su mandato y
examinando las respuestas al cuestionario, el Experto independiente pasará a interpretar la
cooperación internacional como el componente básico de la solidaridad internacional y no
como una esfera de atención específica. Del mismo modo, los derechos de tercera
generación se examinan al explicar la naturaleza de la solidaridad internacional y no como
una esfera de atención específica.
8.
Como se preveía en su tercer informe, el 7 de mayo de 2009 el Experto
independiente distribuyó un cuestionario a los Estados Miembros, los departamentos y
órganos de las Naciones Unidas, los organismos especializados y otras organizaciones
internacionales y ONG, así como a los titulares de mandatos de los procedimientos
especiales del Consejo. Las respuestas recibidas se analizaron y se tuvieron en cuenta al
presentar las opiniones del Experto independiente sobre los derechos humanos y la
solidaridad internacional en el presente informe, en la medida en que indicaban ciertas
tendencias, presentaban ideas útiles o ponían de manifiesto algunos elementos destacados.
El Experto independiente considera esencial recibir el mayor número posible de respuestas
al cuestionario, a fin de estar en condiciones de emitir opiniones bien informadas sobre la
solidaridad internacional, basándose en diversas perspectivas y prácticas. Por ende, insta a
todos los que recibieron el cuestionario a que presenten sus respuestas tan pronto como sea
posible.
9.
El Experto independiente es consciente de que el presente informe se ha redactado
en el contexto de la existencia de múltiples crisis mundiales –de combustibles, de
alimentos, y las crisis económica y financiera– que a su vez han dado primacía a la
necesidad urgente e inequívoca de la solidaridad internacional. El argumento en favor de la
solidaridad internacional como principio o, dicho más precisamente, como principio
cardinal del derecho internacional público, en particular el derecho internacional
humanitario, se ve reforzado ahora más que nunca. La interdependencia global, que da base
a los continuos procesos de mundialización, aporta numerosas ventajas a la humanidad,
pero también desventajas, como se desprende de dichas crisis. Mientras que la crisis
financiera tiene efectos importantes en todos los Estados y comunidades, quienes sufren
más sus consecuencias son los países más pobres y las personas desfavorecidas de todos los
países, ya que son los más vulnerables y los que están en peores condiciones para hacer
frente a los problemas planteados. Entre los grupos vulnerables figuran las mujeres, los
niños, las minorías, los pueblos indígenas, los migrantes, los refugiados y las personas con
discapacidad. Otro fenómeno mundial, el cambio climático, al igual que las múltiples crisis,
se vincula, como causa y como consecuencia, a las acciones individuales y colectivas
realizadas por los Estados y otros agentes, y subraya la necesidad de una solidaridad
internacional y global. En su décimo período extraordinario de sesiones, celebrado en
febrero de 2009, el Consejo instó a que se incluyera la perspectiva de los derechos humanos
en el análisis de las crisis económicas y financieras mundiales por parte de la comunidad
internacional. Los Estados no quedan exonerados de sus obligaciones en materia de
derechos humanos en épocas de crisis. Se deben adoptar medidas de solidaridad
internacional y cooperación a fin de proteger a los grupos y personas más vulnerables que
resultan afectados o amenazados más negativamente por las crisis. Un factor que puede
observarse claramente en todas las situaciones de crisis, con inclusión del cambio climático,
es el papel de los agentes no estatales; en este contexto, el Experto independiente reitera su
exhortación a la solidaridad global, que exige la cooperación entre todas las partes
interesadas: los Estados, las organizaciones internacionales y las ONG, el sector privado y
todas las personas.
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II.
La solidaridad internacional como principio del derecho
internacional humanitario
A.
Evolución, contenido, alcance y naturaleza de los derechos y
obligaciones de solidaridad
10.
Los derechos humanos colectivos fueron propuestos por primera vez en la década de
1960 por el Movimiento de los Países No Alineados. El reconocimiento del derecho de los
pueblos a la libre determinación reconfiguró el destino de la comunidad internacional de
Estados, el derecho internacional y las relaciones internacionales. La ampliación de los
derechos de los pueblos para incluir más categorías se llevaría a cabo mediante el aumento
del deber de cooperar a fin de alcanzar los objetivos de la Carta de las Naciones Unidas, en
combinación con un nuevo principio de solidaridad. De este modo, se suponía que los
deberes correlativos implícitos en los derechos humanos se transformarían en obligaciones
concretas 1 . Esas iniciativas alcanzaron su punto culminante en el decenio de 1970, cuando
se consagró en la Carta Africana de Derechos Humanos y de los Pueblos un conjunto de
derechos de los pueblos, que contenían varias obligaciones jurídicas vinculantes. Entre
otros esfuerzos posteriores figuraron el reconocimiento, entre otros, de los derechos al
desarrollo, la paz y el medio ambiente, así como los derechos de las minorías y de los
pueblos indígenas. El nuevo principio puso de relieve el reconocimiento de otros derechos,
algunos de los cuales se consagraron en disposiciones de tratados y siguieron
evolucionando a medida que eran recogidos en la legislación, las políticas y la práctica. Por
consiguiente, el principio de la solidaridad internacional está bien establecido.
11.
Los derechos de los pueblos están firmemente establecidos en el derecho
internacional 2 . Denominados también derechos de solidaridad o de tercera generación, se
han convertido en una norma jurídica de los instrumentos de derechos humanos. Están
consagrados tanto en normativas vinculantes como no vinculantes; con respecto a estas
últimas, el reto reside en la aplicación y cumplimiento efectivo de las normas. Las normas
no vinculantes deben convertirse progresivamente en derecho vinculante en los procesos
relacionados con la creación del derecho internacional. Los derechos de solidaridad se
conciben como un producto de la historia social, en el entendimiento de que, con el tiempo,
aparecerán en la comunidad internacional nuevas reclamaciones justificadas que deberán
ser tratadas y resueltas a fin de proporcionar a las personas un nivel de protección más
elevado. En lugar de funcionar mediante el empoderamiento de las personas, los derechos
colectivos funcionan a nivel de la sociedad con el objeto de asegurar beneficios públicos
que solo se pueden gozar en común por individuos que están en una situación similar, pero
que no se pueden cumplir únicamente mediante mecanismos de derechos individuales. Los
derechos colectivos han demostrado su eficacia para modificar el equilibrio de poder en las
relaciones internacionales, crear derechos ampliamente reconocidos, aunque no siempre
puestos en práctica, en el marco del derecho internacional, y para responder a los efectos
sociales de la globalización 3 . En las múltiples situaciones de crisis del mundo de hoy, la
importancia de los derechos de solidaridad es extraordinaria. Los derechos humanos, que
son por naturaleza dinámicos y están en constante evolución, deben dar cabida a nuevos
derechos, así como cada generación debe contribuir a su evolución, en consonancia con las
aspiraciones y los valores de cada época.
1
2
3
6
P. Alston (ed.), Peoples Rights, Oxford University Press, Oxford, 2001.
J. Crawford, "Some conclusions", en James Crawford (ed.), The Rights of Peoples, 1988.
B. M. Meier, "Advancing health rights in a globalized world: responding to globalization, through a
collective human right to public health", 35 Journal of Law, Medicine & Ethics, 2007.
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B.
El derecho y el deber, el principio y la práctica
12.
En un documento de trabajo presentado a la Subcomisión de Promoción y
Protección de los Derechos Humanos (E/CN.4/Sub.2/2004/43), Rui Baltazar Dos Santos
Alves sostuvo que, si la concepción de la solidaridad internacional como derecho y deber
siempre estuvo presente en esferas como el derecho internacional humanitario, no existe
ninguna razón válida para negar que también podría aplicarse en el campo de los derechos
humanos. La intervención creciente de muchos agentes cuya labor procura restaurar el
equilibrio social, por ejemplo entidades de las Naciones Unidas, ONG, empresas
transnacionales, defensores de los derechos humanos, sindicatos y particulares, se inspiran
en mayor o menor medida en el concepto de la solidaridad internacional como derecho o
deber.
13.
Los instrumentos jurídicos y de políticas que abarcan la solidaridad internacional y
la cooperación se llevan a la práctica mediante numerosos actos de cooperación
internacional que constituyen una prueba de la práctica de los Estados en consonancia con
la convicción u opinio juris. Los Estados participan colectivamente en el marco de
numerosas organizaciones mundiales, regionales y subregionales mediante arreglos
multilaterales y bilaterales, demostrando así la solidaridad como principio y en la práctica.
Además, hay una abundancia de prácticas de otras partes interesadas que, conjuntamente
con la práctica de los Estados, constituyen un enorme cuerpo de práctica efectiva, que está
en consonancia con la convicción y demuestra un reconocimiento implícito o explícito de la
solidaridad internacional como principio del derecho internacional.
14.
Aunque la mayor parte de los arreglos que orientan la práctica de la cooperación
pertenecen al derecho no vinculante (lex ferenda y políticas públicas internacionales en
lugar de lex lata), existe claramente un valor supremo de solidaridad y un sistema de
valores conexos que pueden informar la evolución progresiva del derecho internacional, el
desarrollo jurídico a nivel regional y nacional hacia un principio integrado y unificado de
solidaridad internacional, así como un nuevo derecho de los pueblos y las personas a la
solidaridad internacional.
15.
En su documento, el Sr. Dos Santos Alves expresa que el derecho a la salud (artículo
25 de la Declaración Universal), por ejemplo, ha generado un amplio movimiento de
solidaridad internacional y ha supuesto incluso el debilitamiento de otros derechos (como
los de propiedad de patentes) frente al interés más urgente y general que reviste la lucha
contra esta amenaza para la humanidad. Añadió que ejemplos similares pueden extraerse de
los debates y las medidas adoptadas en esferas tan diferentes como, por ejemplo, el
comercio mundial, la deuda de los países del tercer mundo, la protección y la defensa del
medio ambiente, la lucha contra el hambre y la pobreza, las iniciativas para crear fondos de
solidaridad, los debates sobre la función de las instituciones financieras internacionales, la
transferencia de tecnología, la forma de lograr los Objetivos de Desarrollo del Milenio y la
lucha contra el terrorismo. Concluyó que, en ese contexto, la solidaridad internacional,
como derecho y deber, es un factor esencial para realizar los derechos humanos que no
puede cuestionarse, sino que debería ser una piedra angular de la reconstrucción de las
relaciones internacionales en el siglo XXI.
C.
Fuentes del derecho internacional
16.
El reconocimiento de la solidaridad como principio está en consonancia con el
párrafo 1 del artículo 38 del Estatuto de la Corte Internacional de Justicia, en el que se
enumeran las fuentes del derecho internacional: a) las convenciones internacionales, sean
generales o particulares, que establecen reglas expresamente reconocidas por los Estados
litigantes; b) la costumbre internacional como prueba de una práctica generalmente
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aceptada como derecho; c) los principios generales de derecho reconocidos por las naciones
civilizadas; d) las decisiones judiciales y las doctrinas de los publicistas de mayor
competencia de las distintas naciones, como medio auxiliar para la determinación de las
reglas de derecho, sin perjuicio de lo dispuesto en el artículo 59. El principio de solidaridad
se podría considerar como un principio general de derecho, recogido en leyes vinculantes y
no vinculantes, y respaldado por políticas y prácticas; en determinadas esferas, se lo podría
considerar como derecho consuetudinario en vías de formación. Con un alcance limitado
aparece consagrado en disposiciones de tratados. También resultaría útil un enfoque amplio
y deliberado de la interpretación de las fuentes y una concepción del derecho internacional
como un sistema o proceso normativo, en lugar de un conjunto de reglas. "Así como el
derecho considerado como un conjunto de reglas requiere la aplicación de normas
anticuadas e inadecuadas, el derecho considerado como un proceso alienta la interpretación
y la elección de lo que resulta más compatible con los valores que tratamos de promover y
los objetivos que intentamos conseguir" 4 .
17.
En las observaciones generales del Comité de los Derechos del Niño y el Comité de
Derechos Económicos, Sociales y Culturales se detallan obligaciones específicas. En su
Observación general Nº 5, el Comité de los Derechos del Niño esbozó la obligación de los
Estados partes de adoptar medidas generales de aplicación 5 . De conformidad con el artículo
4 de la Convención sobre los Derechos del Niño, los Estados partes deben adoptar "todas
las medidas administrativas, legislativas y de otra índole para dar efectividad a los derechos
reconocidos en la presente Convención". En lo que respecta a los derechos económicos,
sociales y culturales, los Estados partes adoptarán esas medidas "hasta el máximo de los
recursos de que dispongan y, cuando sea necesario, dentro del marco de la cooperación
internacional". Como la falta de recursos puede entorpecer la plena aplicación de los
derechos económicos, sociales y culturales, el artículo incluye el concepto de realización
progresiva de tales derechos. Los Estados deben demostrar que han adoptado medidas hasta
el máximo de los recursos de que dispongan y, cuando sea necesario, que han solicitado la
cooperación internacional. Cuando ratifican la Convención, los Estados asumen la
obligación no solo de aplicarla dentro de su jurisdicción, sino también de contribuir,
mediante la cooperación internacional, a que se aplique en todo el mundo. El texto es
similar al utilizado en el Pacto Internacional de Derechos Económicos, Sociales y
Culturales, y lo mismo ocurre con su interpretación: aunque los recursos sean limitados,
sigue en pie la obligación de que el Estado parte se empeñe en asegurar el disfrute más
amplio posible de los derechos.
18.
En su resolución 8/5 sobre la promoción de un orden internacional democrático y
equitativo, el Consejo de Derechos Humanos pidió a los órganos creados en virtud de
tratados de derechos humanos, al ACNUDH, a los mecanismos del Consejo y al Comité
Asesor que, en el marco de sus respectivos mandatos, prestasen la debida atención a dicha
resolución y contribuyeran a su aplicación. El Consejo afirmó que los pueblos tienen
derecho a un orden internacional democrático y equitativo, lo que requiere, entre otras
cosas, el derecho de todo ser humano y de todos los pueblos al desarrollo, como derecho
universal e inalienable y como parte integrante de los derechos fundamentales, según se
expresa en el párrafo 3 c) de la resolución. En el párrafo 3 f), el Consejo también se refirió a
la solidaridad internacional como derecho de los pueblos y las personas, que es un
componente del derecho a un orden internacional democrático y equitativo.
4
5
8
R. Higgins, Problems and Process: International Law and How We Use It, Oxford University Press,
Oxford, 1994.
CRC/GC/2003/5.
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D.
Opiniones sobre la solidaridad como principio de derecho internacional
19.
A juicio de una de las respuestas, la solidaridad internacional es una parte esencial
de la cooperación internacional. La solidaridad internacional es definitivamente un
principio de derecho internacional y, en particular, del derecho internacional humanitario;
en el artículo 28 de la Declaración Universal de los Derechos Humanos se establece
claramente que toda persona tiene derecho a que se establezca "un orden social e
internacional" justo, y se consagra este derecho como un principio que todos los países
deben respetar. Por consiguiente, se lo considera un principio y también un derecho. Según
otra respuesta, la solidaridad internacional debe ser un principio del derecho internacional,
particularmente del derecho internacional humanitario, ya que este principio es la piedra
angular de nuestra responsabilidad de proteger a las personas y defender sus derechos. La
preservación del orden y la mera supervivencia de la sociedad internacional se deben basar
en el principio de solidaridad y asistencia recíproca, especialmente cuando un país hace
frente a un desastre natural, la pobreza y/o el terrorismo o está en una situación posterior a
un conflicto.
20.
Algunos Estados miembros conciben la solidaridad internacional como un derecho
superior que sirve de base a otros derechos, como la libertad, la igualdad y la seguridad, así
como un valor consagrado en principios destinados a servir a la persona humana, cuyo
propósito consiste en contribuir a la autonomía, la independencia y la libertad económica y
social de los países menos adelantados y, por supuesto, de sus pueblos respectivos. Como la
solidaridad se ha descrito como la ternura de los pueblos, el valor de la solidaridad
internacional es un instrumento clave para orientar la aplicación e interpretación de los
derechos humanos.
E.
La cooperación internacional: un componente básico
21.
La solidaridad internacional es la esencia de la cooperación internacional. En su
preámbulo, la Carta de las Naciones Unidas establece la importancia de los derechos
fundamentales del hombre, las libertades y la dignidad, el progreso y la elevación del nivel
de vida. En el Artículo 1 se expresa que uno de los propósitos fundamentales de las
Naciones Unidas es realizar la cooperación internacional en la solución de problemas
internacionales de carácter económico, social, cultural o humanitario, y en el desarrollo y
estímulo del respeto a los derechos humanos y a las libertades fundamentales de todos. La
necesidad de la cooperación internacional ha sido reiteradamente destacada por la
Asamblea General. En virtud del Artículo 55 de la Carta, las Naciones Unidas tienen el
deber de promover niveles de vida más elevados, trabajo permanente para todos, y
condiciones de progreso y desarrollo económico y social; la solución de problemas
internacionales de carácter económico, social y sanitario, y de otros problemas conexos; y
la cooperación internacional en el orden cultural y educativo; y el respeto universal a los
derechos humanos y a las libertades fundamentales de todos, sin hacer distinción por
motivos de raza, sexo, idioma o religión, y la efectividad de tales derechos y libertades. En
el Artículo 56 se establece que los Miembros "se comprometen a tomar medidas conjuntas
o separadamente, en cooperación con la Organización, para la realización de los propósitos
consignados en el Artículo 55". Según algunas interpretaciones, esto impone una obligación
jurídica a los Estados Miembros. A juicio de los Relatores Especiales a la Subcomisión de
Promoción y Protección de los Derechos Humanos (E/CN.4/Sub.2/2000/13), las medidas
adoptadas por los Estados Miembros, individual o colectivamente, para incumplir ese
compromiso constituyen una clara violación de los principios del jus cogens. Esta opinión
respalda el criterio de que la solidaridad y la cooperación internacionales suponen
obligaciones jurídicas de carácter primordial. Puede sostenerse asimismo que las
obligaciones basadas en la solidaridad internacional, cuando se refieren a los derechos
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humanos más fundamentales, pueden ir más allá de las fronteras de los Estados porque se
deben erga omnes (a toda la humanidad/comunidad internacional) y no es meramente una
obligación inter partes.
F.
Obligaciones del Estado de respetar, proteger y realizar los derechos
humanos; responsabilidad compartida
22.
Aunque las obligaciones de un Estado de respetar, proteger y realizar los derechos
humanos se vinculan tradicionalmente con las personas sometidas a su jurisdicción (sean
nacionales o extranjeros), en el contexto de la interdependencia mundial se hace necesario
reconocer la existencia de obligaciones estatales extraterritoriales. En lo que respecta a la
gama de acciones incluidas en la categoría de cooperación internacional, las obligaciones
relativas a la asistencia y cooperación internacionales son complementarias de la
responsabilidad primaria de los Estados de cumplir sus obligaciones nacionales en materia
de derechos humanos. La cooperación internacional se basa en la premisa de que los países
en desarrollo pueden carecer de los recursos necesarios para la plena realización de los
derechos establecidos en las convenciones. Existe una responsabilidad compartida en la que
se combinan las obligaciones nacionales de los Estados y las obligaciones de cooperación
internacional, lo que facilita la aplicación global. El reparto de responsabilidades se basa en
textos fundamentales 6 contenidos en la legislación relativa a los refugiados y los
solicitantes de asilo, que datan de muchos años atrás. En el preámbulo de la Convención
sobre el Estatuto de los Refugiados se observa que la concesión del derecho de asilo puede
resultar excesivamente onerosa para ciertos países, y que la solución satisfactoria de los
problemas cuyo alcance y carácter internacionales han sido reconocidos por las Naciones
Unidas no puede, por esto mismo, lograrse sin la solidaridad internacional. De conformidad
con el párrafo 2 del artículo 2 de la Declaración sobre el Asilo Territorial, cuando un Estado
tropiece con dificultades para dar o seguir dando asilo, los Estados, separada o
conjuntamente o por conducto de las Naciones Unidas, considerarán, con espíritu de
solidaridad internacional, las medidas procedentes para aligerar la carga de ese Estado. En
el plano regional, la Convención de la Organización de la Unión Africana que rige los
Aspectos Inherentes a los Problemas de los Refugiados de África consagra el principio de
solidaridad.
G.
Desarrollo sostenible y responsabilidades comunes
23.
En la actualidad se reconoce el desarrollo sostenible como un objetivo de la
comunidad mundial y como un principio de derecho internacional. Su concepto básico y el
conjunto de leyes, políticas y valores que abarca ofrecen amplias posibilidades para la
elaboración de obligaciones en materia de solidaridad internacional. La idea de las
responsabilidades compartidas va en este caso un paso más allá, reconociendo el principio
de responsabilidades comunes pero diferenciadas, que están consagradas en instrumentos
jurídicos internacionales que hacen referencia a las desigualdades mundiales y a la
necesidad de abordarlas de forma equitativa. Las obligaciones de cooperar se aplican a los
Estados y a todos los demás agentes. En el principio 3 de la Declaración de Nueva Delhi
sobre los principios del derecho internacional relativos al desarrollo sostenible, adoptados
por la Asociación de Derecho Internacional el 6 de abril de 2002, se expresa que "los
Estados y otras entidades competentes tienen responsabilidades comunes aunque
diferenciadas. Todos los Estados tienen la obligación de cooperar en el logro del desarrollo
6
10
Véase J. Fitzpatrick, "Temporary protection of refugees: elements of a formalized regime", 94'
American Journal of International Law, 2000.
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sostenible mundial y la protección del medio ambiente. Las organizaciones internacionales,
las empresas (en particular las empresas transnacionales), las ONG y la sociedad civil
deben colaborar en esta asociación mundial y contribuir a su éxito" (resolución 2002/3). En
el principio 5 de la Declaración de Johannesburgo sobre el desarrollo sostenible de la
Cumbre Mundial sobre el Desarrollo Sostenible se exhorta a la asunción de una
responsabilidad colectiva de promover el desarrollo sostenible –desarrollo económico,
desarrollo social y protección ambiental–, centrándose en la aplicación, según se formula en
su plan de aplicación.
H.
Valores públicos globales
24.
Desde las primeras formas de regulación laboral, y en la esfera de la gobernanza
empresarial, en constante evolución, han proliferado los códigos empresariales, las
iniciativas de ONG y directrices intergubernamentales, en los que a menudo se reconocen
ideas de justicia, equidad y solidaridad. En su informe reciente (A/HRC/11/13), el
Representante Especial del Secretario General sobre la cuestión de los derechos humanos y
las empresas transnacionales y otras empresas comerciales observó que los mismos tipos de
deficiencias y fallos de gobernanza que provocaron la actual crisis económica constituían el
entorno permisivo gracias al cual las empresas podían comportarse incorrectamente en lo
tocante a los derechos humanos, lo que requería respuestas similares tanto para la crisis
como para los comportamientos incorrectos de las empresas. Los gobiernos deberían
adoptar estrategias que reflejasen el hecho ineludible de que sus perspectivas a largo plazo
estaban estrechamente vinculadas con el bienestar de la sociedad en general. El
Representante Especial concluyó sosteniendo que el fortalecimiento del régimen
internacional de derechos humanos contra los abusos en la empresa contribuiría a la
transición universalmente deseada hacia una economía mundial más incluyente y
sostenible, y se beneficiaría de ella.
25.
En la Declaración del Milenio de las Naciones Unidas se consideró que los valores
fundamentales interrelacionados de libertad, igualdad, solidaridad, tolerancia, respeto de la
naturaleza y responsabilidad común eran esenciales para las relaciones internacionales en el
siglo XXI. La solidaridad se puede considerar como un componente esencial de la justicia,
la imparcialidad, la equidad y la igualdad.
III.
A.
La solidaridad internacional y la erradicación de la pobreza
La solidaridad como respuesta a la pobreza
26.
La pobreza es la causa básica de muchos de los problemas mundiales. Ante las
múltiples crisis y algunos de los efectos más negativos de la globalización, se necesita más
que nunca un cambio de enfoque fundamental y la incorporación de valores de fraternidad,
humanismo y solidaridad. En su preámbulo, la Declaración Universal de Derechos
Humanos expresa que dicha declaración es un ideal común por el que todos los pueblos y
naciones deben esforzarse, a fin de que tanto los individuos como las instituciones
promuevan el respeto a estos derechos y libertades y aseguren, por medidas progresivas de
carácter nacional e internacional, su reconocimiento y aplicación universales y efectivos.
27.
Desde un punto de vista colectivo, se considera que la Declaración del Milenio y los
Objetivos de Desarrollo del Milenio, la Declaración Ministerial de Doha de 2001, la
Conferencia Internacional sobre la Financiación para el Desarrollo y la Cumbre Mundial
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11
A/HRC/12/27
sobre el Desarrollo Sostenible representan un pacto mundial destinado a reducir la pobreza,
basándose en las responsabilidades comunes de la comunidad internacional 7 . Quienes
respondieron al cuestionario destacaron que la solidaridad debería ser un principio
fundamental de los esfuerzos nacionales destinados a combatir la pobreza. Se ha convertido
en un elemento indispensable de los empeños destinados a erradicar la pobreza mundial
porque la pobreza afecta al goce de los derechos humanos básicos. La solidaridad y la
cooperación son vitales para combatir el hambre y las muertes infantiles que se pueden
evitar.
28.
En el documento de trabajo antes mencionado (E/CN.4/Sub.2/2004/43), el Sr. Dos
Santos Alves expresó que la necesidad de hacer más hincapié en la solidaridad
internacional surgía a raíz de la falta de equidad que caracterizaba las relaciones
internacionales, derivada de un contexto histórico concreto en que algunos pueblos y países
se vieron privados del derecho al desarrollo. También fue el resultado de factores y
circunstancias que impedían reducir la brecha entre las condiciones de vida de los países en
desarrollo y las de los países desarrollados. Entre esos factores cabía citar las políticas en
materia de subvenciones, los diferentes tipos de condicionalidad, las políticas de ajuste
estructural elaboradas por las instituciones financieras internacionales y las políticas de
dominación.
B.
Respuestas al cuestionario
29.
En opinión de algunos de quienes respondieron al cuestionario, la solidaridad
internacional es un componente indispensable de los esfuerzos desplegados por los países
en desarrollo para realizar el derecho al desarrollo y la promoción del pleno goce por sus
pueblos de los derechos económicos, sociales y culturales. En la Declaración y Programa de
Acción de Viena se señaló que, para lograr grandes progresos en materia de derechos
humanos, se necesitaban esfuerzos renovados y sostenidos de cooperación y solidaridad
internacionales. La puesta en práctica de la solidaridad se podría mejorar centrándose en
diferentes sectores. El dar prioridad a la aplicación de los instrumentos jurídicos existentes,
el alivio de la deuda y la transferencia de tecnología permitiría mejorar la protección de los
derechos humanos. Según varias respuestas recibidas, la solidaridad internacional debería
constituir el principio básico que inspirase las relaciones entre los países desarrollados y los
países en desarrollo. Esta opinión refleja la necesidad que se siente en el actual contexto
internacional, es decir, velar por que los agentes de la sociedad civil lideren los procesos de
desarrollo, comenzando por la definición de objetivos a nivel nacional e internacional.
También proporciona elementos cualitativamente importantes de una característica
definitoria de la cooperación para el desarrollo: la idea de asociación. La creación de una
asociación para el desarrollo es, entre otras cosas, uno de los objetivos de la Declaración del
Milenio para la reducción de la pobreza.
C.
Globalización, relaciones internacionales y equidad entre generaciones
y dentro de ellas
30.
La interdependencia de las naciones y de los pueblos se debe reconocer porque la
globalización económica, principalmente mediante el comercio y la inversión
internacionales, al mismo tiempo que promueve la interdependencia y sus efectos positivos,
también puede tener los efectos opuestos de desconexión y exclusión, especialmente para
quienes sobreviven al borde del abismo. En un mundo que asiste a los procesos simultáneos
7
12
E/CN.4/Sub.2/2004/15, párr. 3.1.
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de globalización y fragmentación, la cooperación para nuestro futuro común 8 es una
condición sine qua non y requiere al mismo tiempo un nuevo enfoque en materia de
relaciones internacionales 9 . Es menester una ideología basada en el compromiso, el
globalismo y el intercambio, los intereses comunes y las perspectivas a largo plazo 10 . En el
principio 5 de la Declaración de Río sobre el Medio Ambiente y el Desarrollo se establece
que todos los Estados y todas las personas deberán cooperar en la tarea esencial de erradicar
la pobreza como requisito indispensable del desarrollo sostenible, a fin de reducir las
disparidades en los niveles de vida y responder mejor a las necesidades de la mayoría de los
pueblos del mundo.
31.
De conformidad con el principio 27 de la Declaración de Río, los Estados y las
personas deberán cooperar de buena fe y con espíritu de solidaridad en la aplicación de los
principios consagrados en esa Declaración y en el ulterior desarrollo del derecho
internacional en la esfera del desarrollo sostenible. Los principios del desarrollo sostenible,
también consagrados en algunos tratados tales como el Convenio sobre la Diversidad
Biológica y la Convención Marco de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático,
incorporan los conceptos de imparcialidad y equidad. Ellos suponen obligaciones para
todos los que integran una generación y también para los que aún no han nacido, y expresa
la idea de solidaridad con la humanidad y su hábitat ecológico. Según el principio 3 de la
Declaración de Río, el derecho al desarrollo debe ejercerse en forma tal que responda
equitativamente a las necesidades de desarrollo y ambientales de las generaciones presentes
y futuras.
D.
Aplicación del derecho al desarrollo, los Objetivos de Desarrollo del
Milenio y una alianza mundial para el desarrollo
32.
Se ha sostenido que los actuales esfuerzos en pro del derecho al desarrollo,
especialmente por parte del Grupo de Trabajo de composición abierta sobre el Derecho al
Desarrollo y el equipo especial de alto nivel sobre el ejercicio del derecho al desarrollo,
contribuyen a asegurar el logro de los Objetivos de Desarrollo del Milenio, y que el reto a
que hace frente al comunidad internacional consiste en movilizar la voluntad política y el
apoyo financiero, reorientar el comercio y las prioridades de desarrollo, fomentar la
capacidad e integrar a los asociados de la sociedad civil 11 . Tanto el logro de los Objetivos
de Desarrollo del Milenio como la realización del derecho al desarrollo, esenciales para la
erradicación de la pobreza, requieren la solidaridad internacional y la cooperación,
especialmente como se prevé en el Objetivo de Desarrollo del Milenio 8 sobre la alianza
mundial para el desarrollo.
8
9
10
11
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En su informe Our common future (Oxford University Press, Nueva York, 1987), la Comisión
Mundial sobre el Medio Ambiente y el Desarrollo identificó la pobreza como el problema más básico
al que se enfrentaban el medio ambiente, el desarrollo y el logro del desarrollo sostenible.
K. Hossain, "Sustainable development: a normative framework for evolving a more just and humane
international economic order?", en S. R. Chowdhury, E. Denters, P. de Waart (eds.), The Right to
Development in International Law, Martinus Nijhoff, Dordrecht, 1992.
I. M. Porras, "The Rio Declaration: a new basis for international cooperation", en P. Sands, Greening
International Law, Earthscan, Londres, 1993.
"El futuro del derecho al desarrollo dependerá en gran medida del grado en que los gobiernos estén
dispuestos a abordar los obstáculos prácticos que plantea la aplicación de los Objetivos de Desarrollo
del Milenio. El logro de estos Objetivos contribuirá al proceso de aplicación del derecho al desarrollo
y viceversa." S. von Schorlemer, "The right to development and the UN development goals: critical
perspectives", en C. R. Kumar y D. K. Srivastava, Human Rights and Development: Law, Policy and
Governance, City University of Hong Kong, 2006.
13
A/HRC/12/27
33.
Los Objetivos de Desarrollo del Milenio y las medidas jurídicas y de políticas
adoptadas para su logro forman parte de la sustancia de las nuevas normas jurídicas
relacionadas con la responsabilidad de terceros y el deber internacional de cooperar. Esto es
especialmente cierto en el caso del Objetivo 8, que trata de promover una alianza
internacional para el desarrollo en esferas tales como el acceso a medicamentos asequibles
y tecnologías, y cooperación para aumentar la asistencia al desarrollo a fin de cancelar la
carga de la deuda de los países pobres 12 . La reiteración de los compromisos de alcanzar los
Objetivos de Desarrollo del Milenio en varios instrumentos internacionales y la práctica
compatible con esos compromisos proporcionan una base racional para el reconocimiento
de un principio de solidaridad internacional, que en algún punto ofrecerá un sólido
argumento en favor de que dicha obligación ya ha pasado a formar parte del derecho
consuetudinario internacional. En esta esfera, la solidaridad internacional podría finalmente
ir mucho más allá del alcance de los principios generales del derecho internacional y formar
parte de la costumbre internacional.
34.
Un importante resultado de las medidas en favor del desarrollo llevadas a cabo por
los países en desarrollo se puede observar en el hecho de que esta cuestión se ha convertido
en un elemento fundamental para la comunidad internacional 13 . Aunque las declaraciones y
otros instrumentos en la esfera del desarrollo, en particular las resoluciones de la Asamblea
General, no siempre se aprueban por consenso, se les debe atribuir su debido valor porque
pueden informar la creación de principios jurídicos internacionales, ya que representan la
opinión consensuada de una gran mayoría de Estados.
IV.
La solidaridad internacional y la cooperación en los desastres
naturales y la lucha contra las enfermedades
A.
Desastres naturales
35.
El derecho internacional reconoce la responsabilidad ante las víctimas de desastres,
aunque este reconocimiento aún no es jurídicamente vinculante. Los principios
humanitarios aplicables a las situaciones de desastre constituyen una de las esferas del
desarrollo en que podría resultar más probable la conciliación de las diferencias ideológicas
y políticas a nivel mundial 14 . En lo tocante a los desastres naturales, el Comité de Derechos
Económicos, Sociales y Culturales ha expresado la opinión de que los Estados y las
organizaciones internacionales tienen la obligación individual y solidaria de cooperar en la
prestación de ayuda en casos de desastre y de asistencia humanitaria en situaciones de
emergencia 15 . Cuando se trate de prestar socorro en casos de desastre y asistencia en casos
de emergencia, deberá concederse prioridad a los derechos reconocidos en el Pacto 16 .
36.
Si bien el Estado afectado tiene la responsabilidad primordial por los esfuerzos
realizados para hacer frente a los desastres naturales dentro de su territorio, la función
desempeñada por la cooperación internacional es muy importante. La cooperación
internacional en los desastres naturales incluye medidas de prevención, preparación,
12
13
14
15
16
14
C. T. Holder, "Note: a feminist human rights approach for engendering the Millennium Development
Goals", 14 Cardozo Journal of Law & Gender, 2007.
A. Cassese, International Law, Oxford University Press, Oxford, 2005.
Véase Z. Coursen-Neff, "Preventive measures pertaining to unconventional threats to the peace, such
as natural and humanitarian disasters", 30, New York University Journal of International Law and
Policy, 1998.
Véanse E/C.12/2000/4, párr. 40 y E/C.12/1999/5, párr. 38.
E/C.12/2002/11, párr. 34.
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mitigación y recuperación y reconstrucción, en particular el fortalecimiento de la capacidad
de respuesta de los países afectados (resolución 59/212 de la Asamblea General). La
cooperación internacional también se debería fortalecer a fin de apoyar los esfuerzos
realizados por los Estados afectados a fin de hacer frente a los desastres naturales en todas
las etapas. La cooperación internacional también debería mejorar la capacidad nacional y
local, incluyendo la búsqueda y salvamento y, cuando procediera, mejorar la capacidad
regional y subregional de los países en desarrollo para prepararse y responder a los
desastres naturales, ya que de ese modo los medios podrían desplegarse desde un lugar más
próximo a donde se ha producido el desastre, con más eficacia y un costo menor.
37.
En respuesta al cuestionario, se expresó la opinión de que la elaboración del derecho
internacional reconocería a los pueblos como sujetos de derecho, con un papel bien
definido en las respuestas mundiales a los desastres. Por ejemplo, se podría elaborar una
directriz común a fin de que los pueblos ayuden a otros pueblos vecinos en épocas de
desastres, se trate de desastres naturales o creados por el hombre, con un espíritu de
hermandad universal. A lo largo del tiempo, este enfoque dual de los pueblos y los Estados
ayudándose mutuamente fortalecería el principio de solidaridad internacional.
B.
Lucha contra las enfermedades
38.
Al reconocerse la interdependencia de los derechos humanos individuales y
colectivos, se hace evidente que no siempre hay una relación de correspondencia entre el
adelanto de los derechos humanos individuales y la promoción de la salud pública. En un
mundo globalizado, el goce colectivo de la salud pública es una condición previa del
derecho humano individual a la salud, en el que los sistemas de salud pública toman a su
cargo los determinantes colectivos de la salud ajenos al control del individuo. Mediante el
derecho a la salud pública, el discurso de los derechos colectivos se puede utilizar para
complementar los derechos individuales para afirmar la igualdad y solidaridad intrínsecas
de todas las personas 17 . Ante la pandemia del VIH/SIDA, el derecho a la salud está dando
lugar a un amplio movimiento de solidaridad internacional, que exige que se le dé primacía
con respecto, por ejemplo, a los derechos de propiedad intelectual.
39.
El Reglamento Sanitario Internacional revisado, adoptado por la Organización
Mundial de la Salud (OMS) el 23 de mayo de 2005, demuestra una mayor voluntad de los
Estados miembros y de la organización de afirmar la autoridad de la OMS no solo en
cuanto a hacer frente a amenazas y brotes de enfermedades emergentes, graves y
transmisibles, sino también de establecer una base jurídica internacional más sólida para la
cooperación científica internacional a esos fines. Como el Reglamento es un instrumento
internacional jurídicamente vinculante, los Estados que son partes en él tienen la obligación
internacional de cooperar científicamente; por lo tanto, la cooperación científica
encaminada a limitar la propagación de las principales enfermedades tiene un carácter
obligatorio. El Secretario General reiteró su exhortación a la unidad internacional en
relación con el brote de gripe A (H1N1), y declaró que esto exigía la cooperación de toda la
comunidad internacional, así como su liderazgo y compromiso. Este brote representa una
importante prueba de la manera en que la OMS y sus Estados miembros aplican el
Reglamento Sanitario Internacional de 2005 a un brote epidémico peligroso. La declaración
del nivel 6 en una escala de seis puntos constituye una señal dirigida a los gobiernos, los
ministerios de salud y otros ministerios, las empresas farmacéuticas y las empresas
17
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Véase B. M. Meier, "Employing health rights for global justice: the promise of public health in
response to the insalubrious ramifications of globalization", 39, Cornell International Law Journal,
2006.
15
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comerciales, en el sentido de que se deben adoptar determinadas medidas con extrema
urgencia. Hablando ante la Asamblea Mundial de la Salud el día 18 de mayo, la Directora
General de la OMS puso de manifiesto la necesidad de equidad y solidaridad en la
respuesta a los problemas mundiales en el ámbito de la salud pública.
V.
Observaciones finales
40.
En el actual estado del mundo, alterado por toda clase de turbulencias, la
solidaridad internacional es una condición previa y suprema de la dignidad humana,
que constituye la base de todos los derechos humanos, la seguridad humana y la
supervivencia de nuestro futuro común. La cooperación internacional, que es la
esencia de la solidaridad internacional, está bien establecida en el derecho
internacional. Para el reconocimiento del derecho de los pueblos y las personas a la
solidaridad internacional, aún hay un terreno fértil que se puede explorar,
ejemplificado por una diversidad de leyes y procedimientos, políticas públicas y
acuerdos multilaterales y bilaterales que pueden interpretarse decididamente a la luz
de la justicia, la equidad y el desarrollo sostenible.
41.
Tras haber examinado el terreno jurídico, el Experto independiente concluye
que hay pruebas amplias e inequívocas de la existencia de un principio de solidaridad
internacional. Una encuesta de la esfera de la solidaridad internacional muestra la
existencia de numerosos valores, políticas, conceptos y normas públicas mundiales en
varios instrumentos internacionales de derecho y de políticas, principalmente en el
ámbito del derecho no vinculante, lex ferenda o políticas públicas internacionales, en
los que se reúnen el derecho, la ética, los ideales, la moral y las políticas. Esto
constituye un cuerpo de valores y leyes que pueden respaldar la construcción de un
marco normativo de derechos humanos y solidaridad internacional, así como la
aparición concomitante de un derecho de los pueblos y las personas a la solidaridad
internacional, basada en el principio subyacente del consenso, que orienta la creación
del derecho internacional. En menor medida, también hay un cuerpo de derecho
considerablemente más sólido, con obligaciones vinculantes de solidaridad
internacional y cooperación. Para apoyar tanto la legislación no vinculante como la
vinculante, existe un conjunto enorme de prácticas estatales y no estatales que aplican
esas obligaciones. Es necesario salvar las brechas entre el derecho no vinculante y el
vinculante, los valores y las normas, mediante una diversidad y pluralidad de procesos
jurídicos y enfoques de interpretación más amplios, reconociendo que la gobernanza
mundial depende de diversas partes interesadas que contribuyen a la creación del
derecho y las políticas internacionales.
42.
La tipología de las obligaciones de respetar, proteger y dar cumplimiento
constituye un marco útil para interpretar las disposiciones en materia de solidaridad y
cooperación internacionales. La solidaridad y la cooperación internacionales se basan
en el concepto de responsabilidad común. El concepto de responsabilidades comunes
pero diferenciadas tiene un valor potencial para el desarrollo de un derecho de los
pueblos y las personas a la solidaridad. Se puede alegar que las obligaciones basadas
en la solidaridad internacional, cuando se refieren a los derechos humanos más
fundamentales, pueden ir más allá de las fronteras de los Estados, ya que se deben
erga omnes y no inter partes.
16
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