92-CAS-2010 SALA DE LO PENAL DE LA CORTE SUPREMA DE JUSTICIA: San Salvador, a las nueve horas con cincuenta y cinco minutos del día veintinueve de agosto de dos mil doce. Este Tribunal conoce de los recursos de casación interpuestos en el orden que a continuación se detalla: Primeramente, figura el de los licenciados CÁNDIDO ANTONIO LINARES GUERRERO y VÍCTOR MANUEL PALMA, defensores particulares de los señores JORGE ALBERTO CASTRO RAMOS y MARIO CÉSAR MONTANO SOLÍS; en seguida, el del licencia ENRIQUE ARTURO RODRÍGUEZ MENJÍVAR, en el ejercicio de la defensa técnica del procesado JORGE ALBERTO MARTÍNEZ CAMPOS, ambos en oposición a la sentencia definitiva condenatoria, dictada por el Juzgado Especializado de Sentencia de San Salvador, a las veintiún horas del día veintitrés de diciembre de dos mil nueve, en el proceso instruido en contra de JORGE ALBERTO CASTRO RAMOS, JORGE ALBERTO MARTÍNEZ CAMPOS y MARIO CÉSAR MONTANO $OLÍS, a quienes se les atribuye la comisión de los delitos calificados como 1. HOMICIDIO AGRAVADO, tipificado en el Art. 129 No. 3, en perjuicio del señor CARMELO DE JESÚS VENTURA MONTALVO; 2. HOMICIDIO AGRAVADO IMPERFECTO, previsto en los Arts. 128, 129 No; 3, en relación al 24 y 68 del Código Penal, en perjuicio de la integridad física de NOÉ VENTURA MONTALVO, NATHALY BRIZEIDA SERVELLÓN Y JULIA ELIZABETH FERNÁNDEZ RODRÍGUS; 3. AGRUPACIONES ILÍCITAS, contemplado en el Art. 345 del Código Penal, en perjuicio de la PAZ PÚBLICA. Además, al imputado JORGE ALBERTO CASTRO RAMOS, se le atribuyó el delito de TENENCIA, PORTACIÓN O CONDUCCIÓN DE ARMAS DE GUERRA; y al imputado, JORGE ALBERTO MARTÍNEZ CAMPOS, el ilícito de TENENCIA, PORTACIÓN O CONDUCCIÓN ILEGAL O IRRESPONSABLE DE ARMA DE FUEGO, previstos respectivamente en los Arts. 346 y 346-B del Código Penal, ambos en perjuicio de la PAZ PÚBLICA. Los libelos recursivos presentados, contienen una sola causal de casación, acompañada de su debida justificación así como la solución pretendida; aunado a ello, ambos han sido presentados respetando los requisitos de impugnabilidad subjetiva y objetiva. En consecuencia y con fundamento en los Arts. 406, 407, 421, 422 y 423 todos del Código Procesal Penal, ADMÍTANSE los libelos interpuestos. I. RESULTANDO. Mediante el respectivo pronunciamiento, se decidió: "POR TANTO: De conformidad a los artículos 1, 2, 8, 11, 12, 14, 15, 75 ordinal segundo, 86 inciso tercero, 144, 181 de la Constitución de la República; artículos 1, 2, 3, 4, 5, 12, 18, 19, 30, 32, 33, 40, 44, 45, 46, 47, 58, 62, 63, 64, 65, 70, 114, 115, 116, 127, 128, 129, 345, 346, 346-B del Código Penal; artículos 1, 2, 3, 4, 9, 10, 12, 13, 15, 17, 18, 19, 42, 43, 53, 57, 87, 121, 130, 162, 184, 185, 191, 260, 324, 325, 329, 330, 345, 347, 348, 354, 356, 357, 358, 359, 361 y 44 del Código Procesal Penal, artículo 350 del Código de Familia; artículos 1, 2, 3 y 6 de la Convención sobre los Derechos del Niño; artículos 9.1, 9,2, 9.3, 9.4, 14.1, 14.2, 14.3 literales d), g) y e) y 15 del Pacto Internacional de Derechos Civiles y Políticos; artículos 7.2, 7.4, 7.5, 8.1, 8.2, literales b), e), f) y g), 8.5 y 9 de la Convención Americana sobre Derechos Humanos; artículos 10 y 11 de la Declaración Universal de Derechos Humanos; artículos 1 Inc. 3°, Lit. A), 3 y 20 de la Ley Contra el Crimen Organizado y Delitos de Realización Compleja; artículos 1, 6, 33, 35, 36, 37 y 43 de la Ley Penitenciaria y artículo 40 del Código Electoral, EN NOMBRE DE LA REPÚBLICA DE EL SALVADOR, FALLO: a. CONDÉNASE al imputado JORGE ALBERTO CASTRO RAMOS, por los delitos de HOMICIDIO AGRAVADO, tipificado en el Art. 129 No. 3, en perjuicio del señor CARMELO DE JESÚS VENTURA MONTALVO; HOMICIDIO AGRAVADO IMPERFECTO, previsto en los Arts. 128, 129 No. 3, en relación al 24 y 68 del Código Penal, en perjuicio de la integridad física de NATHALY BRIZEIDA SERVELLÓN FERNÁNDEZ; TENENCIA, PORTACIÓN O CONDUCCIÓN DE ARMAS DE GUERRA, tipificado y sancionado en el Arts. 346 del Código Penal, en perjuicio de la PAZ PÚBLICA, en concurso de delitos, a cumplir la pena de CUARENTA AÑOS DE PRISIÓN. b. CONDÉNASE al imputado JORGE ALBERTO MARTÍNEZ CAMPOS, por los delitos de HOMICIDIO AGRAVADO, tipificado en el Art. 129 No. 3, en perjuicio del señor CARMELO DE JESÚS VENTURA MONTALVO; HOMICIDIO AGRAVADO IMPERFECTO, previsto en los Arts. 128, 129 No. 3, en relación al 24 y 68 del Código Penal, en perjuicio de la integridad física de NATHALY BRIZEIDA SERVELLÓN FERNÁNDEZ; por el ilícito de TENECIA, PORTACIÓN O CONDUCCIÓN ILEGAL O IRRESPONSABLE DE ARMA DE FUEGO, previsto en el Art. 346-8 del Código Penal, en perjuicio de la PAZ PÚBLICA, en concurso de delitos, a cumplir la pena de CUARENTA AÑOS DE PRISIÓN. c. CONDÉNASE al imputado MARIO CÉSAR MONTANO SOLÍS, por los delitos de HOMICIDIO AGRAVADO, tipificado en el Art. 129 No. 3, en perjuicio del señor CARMELO DE JESÚS VENTURA MONTALVO; HOMICIDIO AGRAVADO IMPERFECTO, previsto en los Arts. 128, 129 No. 3, en relación al 24 y 68 del Código Penal, en perjuicio de la integridad física de NATHALY BRIZEIDA SERVELLÓN FERNÁNDEZ, en concurso ideal de delitos, a cumplir la pena de CUARENTA AÑOS DE PRISIÓN. d. ABSUÉLVASE a los imputados JORGE ALBERTO CASTRO RAMOS, JORGE ALBERTO MARTÍNEZ CAMPOS y MARIO CÉSAR MONTANO SOLÍS, por el delito de AGRUPACIONES ILÍCITAS, previsto y sancionado en el Art. 345 del Código Penal, en perjuicio de la PAZ PÚBLICA. e. ABSUÉLVASE a los imputados JORGE ALBERTO CASTRO RAMOS, JORGE ALBERTO MARTÍNEZ CAMPOS y MARIO CÉSAR MONTANO SOLÍS, por los delitos de HOMICIDIO AGRAVADO EN GRADO DE TENTATIVA, previsto y sancionado en el artículo 128 y 129 numeral 3 en relación al 24 y 68 del Código Penal, en perjuicio de las víctimas NOÉ VENTURA MONTALVO y JULIA ELIZABETH FERNÁNDEZ RODRÍGUEZ f. CONDÉNASE EN ABSTRACTO a los imputados JORGE ALBERTO CASTRO RAMOS, JORGE ALBERTO MARTÍNEZ CAMPOS y MARIO CÉSAR MONTANO SOLÍS, en responsabilidad civil, por el delito de HOMICIDIO AGRAVADO, previsto y sancionado en los artículos 128 y 129 numeral 3 del Código Penal, en concordancia con el Art. 1 Inc. Final, Lit. a) de la Ley Contra el Crimen Organizado y Delitos de Realización Compleja, en perjuicio de la vida del señor CARMELO DE JESÚS VENTURA MONTALVO, y por el delito de HOMICIDIO AGRAVADO EN GRADO DE TENTATIVA, previsto y sancionado en los artículos 128 y 129 numeral 3 en relación al 24 y 68 del Código Penal, en perjuicio de la víctima NATHALY BRIZEIDA SERVELLON FERNÁNDEZ. g. ABSUÉLVASE a los imputados JORGE ALBERTO CASTRO RAMOS, JORGE ALBERTO MARTÍNEZ CAMPOS Y MARIO CÉSAR MONTANO SOLÍS, en responsabilidad civil, por el delito de AGRUPACIONES ILÍCITAS, previsto y sancionado en el artículo 345 del Código Penal, en perjuicio de la PAZ PÚBLICA. h. ABSUÉLVASE a los imputados JORGE ALBERTO CASTRO RAMOS, JORGE ALBERTO MARTÍNEZ CAMPOS y MARIO CÉSAR MONTANO SOLÍS, en responsabilidad civil, por los delitos de HOMICIDIO AGRAVADO EN GRADO DE TENTATIVA, previsto y sancionado en los artículos 128 y 129 numeral 3 en relación al 24 y 68 del Código Penal, en perjuicio de la víctimas NOÉ VENTURA MONTALVO y JULIA ELIZABETH FERNÁNDEZ RODRÍGUEZ i. CONDÉNASE a los imputados JORGE ALBERTO CASTRO RAMOS, JORGE ALBERTO MARTÍNEZ CAMPOS y MARIO CÉSAR MONTANO SOLÍS, a las penas accesorias de la pérdida de los derechos de ciudadano e incapacidad para obtener toda clase de cargos y empleos públicos, penas accesorias que cesarán cuando cumplan la pena principal. j. De conformidad al Principio Constitucional de la Gratuidad de la Administración de Justicia, el suscrito Juez ABSUELVE totalmente a los imputados del pago de las costas procesales de esta instancia. k. Por lo tanto continúen los imputados JORGE ALBERTO CASTRO RAMOS, JORGE ALBERTO MARTÍNEZ CAMPOS y MARIO CÉSAR MONTANO SOLÍS, en la detención en que se encuentran, la cual se tomará prisión formal al quedar ejecutoriada esta sentencia. Para los efectos del artículo 361 inciso 2° del Código Procesal Penal, se tiene que los imputados fueron privados de su libertad el día CATORCE DE ABRIL DE DOS MIL OCHO, y cumplirán su pena el día CATORCE DE ABRIL DEL AÑO DOS MIL CUARENTA Y OCHO. l. Oportunamente remítanse las certificaciones de la presente sentencia a que se refieren los artículos 43 de la Ley Penitenciaria y 40 del Código Electoral, a la Dirección General de Centros Penales y al Director del Centro Penal de Chalatenango. m. SI no se recuriere de esta sentencia, oportunamente archívense las presentes actuaciones. n. NOTIFÍQUESE, mediante su lectura íntegra y entréguese fotocopia a las partes." (Sic) II. MOTIVOS DE CASACIÓN. Corre agregado a Fs. 536, el libelo impugnaticio de los licenciados CÁNDIDO ANTONIO LINARES GUERRERO y VÍCTOR MANUEL PALMA, defensores particulares de los señores JORGE ALBERTO CASTRO RAMOS y MARIO CÉSAR MONTANO SOLÍS, dentro del cual invocan una sola causal de casación, identificada como "FALTA E INSUFICIENTE FUNDAMENTACIÓN (SIC) DE LA SENTENCIA POR HABER INOBSERVADO EN EL FALLO LAS REGLAS DE LA SANA CRÍTICA RESPECTO A ELEMENTOS PROBATORIOS DE VALOR DECISIVO." En la presentación de este vicio, los recurrentes han expresado: "Sabemos que la fundamentación probatoria descriptiva consiste en reseñar o recoger lo importante que arroja el elemento probatorio, que al final le sirve al juzgador para establecer los hechos probados o acreditados, lo cierto es que en el caso que nos ocupa, el Juzgado Especializado de Sentencia de San Salvador, sin tener prueba directa de ninguna clase, infiere que a nuestros representados se les comprueba participación en los hechos acusados; sin embargo, es de tomar en cuenta que sólo se limita a expresar que los indicios encontrados son suficientes para arribar a esa conclusión, resaltando solamente el aspecto de que si a los acusados se les encontraron las armas que se determinó por medio de análisis balísticos que son las que participaron en el evento, entonces estas personas fueron quienes dispararon; por lo cual, nos encontramos ante una valoración muy deficiente en el sentido que los indicios probados en juicio, no solamente ubican a nuestros representados a gran distancia de donde suceden los disparos, si no que en otro municipio, al ser capturados en Tonacatepeque. Por otra parte el honorable juzgador no expresó que una de las armas decomisadas a los detenidos fue un FUSIL M-16, más las experticias balísticas hacen referencia a una carabina, lo cual difiere de lo que es un fusil, situación que fue aclarada en sala por el perito balístico JUAN JOSÉ RODRÍGUEZ PONCE, al expresar que las diferencias entre una carabina y un fusil, son que un fusil mide un metro o más, mientras que la carabina es corta y no mide más de un metro. También se determinó por medio de un análisis físico químico que las armas hablan sido disparadas, pero no se estableció en qué tiempo; así también es de indicar que el juzgador no dio ninguna atención al análisis físico-químico elaborado por la ingeniero MERCEDES ELIZABETH ARGUETA DE MARTÍNEZ, de fecha veintiuno de abril de dos mil nueve, practicado en todas y cada una de las prendas de vestir de los procesados, las que vestían el día que fueron detenidos, en los que los resultados fueron negativos a residuos de pólvora y plomo. Si nos remitimos a cada una de las evidencias encontradas en el lugar donde le dispararon a la víctima, determinamos que no se pudo encontrar ninguna huella dactilar que conllevara a establecer que los imputados hayan estado en la escena del crimen y a eso se agrega que no existió ningún testigo que presenciara los hechos (...) También existieron evidencias consistentes en casquillos y proyectiles, unos que no fueron objeto de análisis y otros que no se les determinó que hubieran sido disparados por las armas incautadas. Todo lo anterior indica que la captura de nuestros defendidos se basó en meras sospechas solamente por haberles encontrado dos armas de fuego, que ni con las pericias que se les practicó, no conllevan a establecer indicios de suficiencia para probar la participación de los acusados en estos hechos." (Sic) Posteriormente, a Fs. 540, figura la demanda planteada por el licenciado ENRIQUE ARTURO RODRIGUEZ MENIVAR, defensor particular del señor JORGE ALBERTO MARTINEZ CAMPOS, en la cual se ha formulado como único motivo de casación, la "FALTA E INSUFICIENTE (SIC) FUNDAMENTACIÓN DE LA SENTENCIA AL NO HABERSE OBSERVADO EN EL FALLO LAS REGLAS DE LA SANA CRITICA, CON RESPECTO A MEDIOS O ELEMENTOS PROBATORIOS DE VALOR DECISIVO." Como respectiva fundamentación, expone: "Respecto de la participación delictiva de mi cliente y de las otras dos personas condenadas debe notarse que ha sido imposible contar con las declaraciones de las personas que han sido víctimas y testigos a la vez, ya que ni siquiera se obtuvo en su momento procesal oportuno un reconocimiento de personas o una reconstrucción de los hechos, el juzgador solo contó para condenar a los imputados con declaración de agentes captores que en ningún momento observaron los hechos o fueron informados por las víctimas o testigos presenciales, quienes hablan disparado a los primeros, no torna en cuenta lo declarado por el médico forense que declaró sobre los disparos de contacto, en el cual especificó que dichos disparos se producen a muy corta distancia del cuerpo del occiso, por lo que a simple lectura, la forma en que se valoró dichos elementos, fue de forma simple (...) Este vicio se configura cuando se afirma como presupuesto del principio de contradicción que dos juicios opuestos entre si contradictoriamente, no pueden ser ambos verdaderos, situación que se ve claramente reflejada en los razonamientos que efectúa el A-Quo al dar por válida la autopsia y la declaración de los agentes policiales, aunado a la prueba balística; asimismo, no se contó de prueba de frotado de manos para saber si los imputados tenían en ellas residuos de bario y plomo." (Sic) III. DEL EMPLAZAMIENTO. De conformidad al Art. 428 del Código Procesal Penal, fue llamada la representación fiscal, con la finalidad que vertiera su opinión respecto de los medios impugnaticios interpuestos. Sin embargo, transcurrió el plazo legalmente establecido sin que fuera rendida su respuesta. IV. CONSIDERACIONES DE ESTA SALA. Se ha formalizado como único motivo de casación por ambas partes que ejercitan la defensa técnica, la "FALTA E INSUFICIENTE FUNDAMENTACIÓN (SIC) DE LA SENTENCIA AL NO HABERSE OBSERVADO EN EL FALLO LAS REGLAS DE LA SANA CRITICA, CON RESPECTO A MEDIOS O ELEMENTOS PROBATORIOS DE VALOR DECISIVO." Reclaman de manera común ambos recurrentes que sobre la exclusiva base de prueba referencial, fueron encontrados penalmente responsables los imputados y precisamente en ocasión de esta equivoca apreciación de las aludidas probanzas, existieron plurales errores en la causa que devinieron en una ilegítima decisión pronunciada en contra de los procesados. En relación a tales exposiciones, resulta necesario acotar que no obstante la denominación de la causal articulada, comprende este Tribunal, que el cauce del planteamiento impugnatorio se dirige a denunciar el incumplimiento del Principio de Derivación y Razón Suficiente del fallo elaborado por el A-Quo, pues en la opinión de los casacionistas, el raciocinio construido por el sentenciador no solo se encuentra alejado de las conclusiones aportadas por la realidad probatoria de las pericias y del soporte documental del proceso, sino que también que para el caso de autos no existe ningún testigo directo de los hechos. Siguiendo los términos del déficit anunciado por los impugnantes, a continuación se presenta un marco de referencia jurídico conceptual y luego se estudiará la censura de los principios que se acusan infringidos. Así, la ley de la Derivación supone que toda reflexión se constituirá por inferencias razonables deducidas de las pruebas y de la sucesión de conclusiones que en virtud de ellas se vayan determinando. De la derivación se extrae el principio lógico de razón suficiente, según el cual todo juicio para ser verdadero, necesita de una razón suficiente que justifique lo que en éste se afirma o niega con pretensión de verdad; de otra forma, se estaría ante argumentos que no corresponden a la realidad probatoria o que no conducen a la consecuencia arribada. Con base a estos conocimientos, el juez debe elaborar los raciocinios que le servirán para estructurar el sentido del fallo y en ese conjunto de ejercicios de pensamiento, no puede apartarse de los postulados de la lógica, de los conocimientos de las ciencias, ni de las máximas de la experiencia. Solo así, los argumentos desarrollados serán claros, precisos, comprensivos de todas las cuestiones discutidas y aunque breves, eficaces y lógicos; es decir, plasmar dentro del texto del pronunciamiento las justificaciones que respalden la opción inculpatoria o exculpatoria elegida por el juzgador, observando las leyes fundamentales de la coherencia y derivación. Se trata entonces de principios lógicos que permiten una consecuencia sistemática entre las ideas y los pensamientos. Esta última supone que el razonamiento Ahora bien, esta masa de conocimiento al momento del examinar, confrontar y analizar todos los elementos y órganos de prueba son aplicados por el sentenciador, pues precisamente a partir de una compleja operación intelectual el A-Quo otorga y expresa públicamente su valor probatorio y con todo ello, es dibujada la decisión condenatoria o absolutoria que se plasma a través del ejercicio de la motivación judicial. La sentencia condenatoria debe fundamentarse en auténticos actos de prueba que se constituyan como suficientes para quebrantar la presunción de inocencia, y en virtud de esto se hace necesario que el resultado de las probanzas se con certeza revelador tanto del hecho punible como de la responsabilidad del acusado. Es válido entonces, que la convicción judicial en un proceso penal se pueda formar sobre la base de una prueba de carácter indiciario, pero que debe satisfacer, al menos, dos exigencias básicas: 1) Los hechos base o indicios deben estar plenamente acreditados, es decir, se expulsa de este ámbito las meras sospechas; 2) El juzgador explicará el razonamiento a través del cual a partir de los indicios, ha llegado a la convicción sobre el acaecimiento del suceso punible y la participación del acusado. En otras palabras, se establecerá la relación entre los indicios probados y el hecho determinante de la responsabilidad penal del imputado, de acuerdo con las reglas de la experiencia y de la lógica, y arribar a la conclusión de que, si son ciertos los indicios, ha de sedo también la circunstancia de la culpabilidad de cuya fijación se trate. De acuerdo a las circunstancias en que se desenvuelve cada caso, es claro que no siempre se podrá acreditar con evidencia directa, de ahí que la importancia de esta especial probanza en el procedimiento penal radica en que, en muy variados supuestos, es el único medio de alcanzar al esclarecimiento de un delito y sus autores. Por otra parte, desde el punto de vista material es necesario que los referidos indicios cumplan una serie de requisitos; a saber: estar plenamente acreditados; ser plurales, o si resulta ser único, revestirá una potencia acreditativa; concomitantes o paralelos al evento que se pretende establecer y finalmente, que exista una interrelación, es decir, cuando se trate de varios de este tipo, se reforzarán entre sí, conformando un armónico y sólido engranaje evidencial. Todo este proceso mental, necesario para elaborar una conclusión, debe ser razonable, es decir que de manera absoluta responda a las reglas de la lógica y de la experiencia, desterrando cualquier asomo de arbitrariedad o absurdo Para el caso concreto, protestan los recurrentes por la circunstancia que el A-Quo estructuró la sentencia condenatoria con apoyo en indicios, desconociendo con ello, que esta clase de prueba no conforma un presupuesto suficiente para deducir la responsabilidad penal de los acusados. Además, acotan que el Tribunal reflexionó equivocadamente sobre las experticias físico- químicas realizadas a las armas y las prendas de vestir de los procesados, en tanto que de los resultados de ambas se colige fácilmente que éstos no participaron en la comisión de los ilícitos que se les atribuye. Una vez estudiados los autos que conforman el objeto del reclamo, resulta que la decisión dictada no adolece de las deficiencias que pretenden destacar los recurrentes, pues haciendo una evaluación conjunta de estos indicios, es decir, no considerándolos aisladamente, se produce que de éstos brota la conclusión unívoca o unitaria que permiten sustentar un cuadro fáctico idóneo para el fallo condenatorio que efectivamente se dictó en contra de los acusados. Verbigracia, las armas incautadas a los imputados, resultaron ser las mismas que fueron disparadas en la escena del crimen y las que se encontraron en el cuerpo del occiso. No obstante que la prueba de plomo y pólvora en las ropas de los indiciados arrojó una conclusión negativa, es necesario destacar que ésta es de título orientativo, no conclusiva, decisiva o contundente, su desenlace indica la mera posibilidad de que se esté en presencia de una determinada sustancia, ya que se trata de una prueba obsoleta por su inexactitud, dado que existen factores que pueden influir en la consecuencia, relacionados con el tiempo transcurrido desde la ocurrencia del hecho hasta la realización de la prueba, etc., y como ocurrió para el caso de autos, distaron aproximadamente siete días posteriores a la práctica de la experticia. El juzgador ciertamente expuso con claridad las razones por las cuales una vez examinado este tipo de prueba, es decir, sobre la base de un conjunto de indicios, llegó a un convencimiento definitivo y de certeza sobre un hecho y de igual manera indicó por qué tienen valor probatorio en relación con las circunstancias investigadas. En ese sentido, a Fs. 518 exteriorizó: "Se acreditó la participación de los procesados a criterio de este juzgador mediante certeza positiva por medio de la prueba pericial, documental y testimonial de referencia, no obstante no se contó con las víctimas y testigos directos de los hechos, pues a criterio de este juez concurrieron una pluralidad de indicios fuertes que lograron quebrantar el principio de inocencia de los justiciados, entre estos indicios concomitantes y posteriores al hecho, ya que los procesados fueron capturados dentro del radio de los hechos o sea en la misma zona geográfica territorial, en flagrancia a escasos minutos de los hechos, portando armas de fuego que mediante las pruebas periciales resultaron ser las mismas utilizadas en el escenario del delito, que en cuanto a la evidencia recolectada en la inspección, levantamiento de cadáver y autopsia, así como la evidencia recolectada y del secuestro efectuado en la captura de los procesados, resultó que de la prueba científica comparativa se concluyó ser las mismas evidencias con símil características mediante las pruebas practicadas por los peritos expertos en la materia, es decir los casquillos o vainillas recolectadas tanto en el escenario del delito, en el automotor de la víctima y de los victimarios, aparte que del Instituto de Medicina Legal al realizar la autopsia el médico forense extrajo de la víctima proyectil deformado cuyas evidencias resultaron en encamisado y fragmento de proyectual que al realizarse la balística resulta ser disparado por el arma de fuego de grueso calibre encontrados a los procesados y los restantes casquillos resultan ser disparados de las armas que poseían los procesados al momento de la captura; debe también establecerse que este juzgador observa esta prueba como irrefutable y certera sobre que las armas que se les secuestra a los ciudadanos procesados en la captura en flagrancia fueron dentro de los peritajes las mismas que se usan para la realización de la acción disvaliosa, y si bien es cierto no se contó con un testigo que expresó que vio a los ciudadanos disparar, se infiere que fueron éstos los que las utilizaron ello en vista que al momento de observar la presencia policial aceleran el vehículo del cual ya se había dado reporte al 911, del cual también al realizarse el análisis físico químico posee residuos de bario y plomo, por ende de ese vehículo se disparó en un periodo de escasos veinte a veinticinco minutos, lo cual es concordante con la acusación fiscal y lo manifestado por los testigos referenciales y acreditado con la prueba documental y pericial." Respecto del siguiente punto reclamado por los recurrentes, consistente en la incertidumbre de las armas involucradas, debe aclararse que si bien es cierto, existe una diferencia de nomenclaturas entre "carabina" y "fusil", término que fue utilizado indistintamente entre los expertos; según la evidencia incorporada se colige a partir de la cadena de custodia que lidera los autos se advierte que se trata de las mismas armas que fueron incautadas a los imputados y sometidas a las pericias correspondientes. Así pues, a pesar que ha existido una confusión en su denominación, si se logró acreditar con el grado de certeza, su participación y funcionabilidad. El Tribunal de mérito cumplió los requisitos señalados en líneas precedentes, al exponer la valoración de la prueba indiciaria no sólo se concretó a hacer un estudio individual, sino también uno global, es decir, en una consideración comprensiva de todos ellos, única forma de evitar los graves peligros que ofrece entender cada indicio en su carácter individual. En razón de todo lo anteriormente expuesto, no es posible hacer lugar al reclamo formulado por los reclamantes, en tanto que los elementos de prueba de carácter decisivo, fueron valorados de manera correcta, completa, coherente y atendiendo a los principios de la lógica. Así pues, la decisión pronunciada por el sentenciador, debe mantenerse inalterable. POR TANTO: De acuerdo a lo apuntado en los acápites precedentes, disposiciones legales citadas y artículos 50 inciso 2°, 57, 421, 422 y 427, todos del Código Procesal Penal, a nombre de la República de El Salvador, esta Sala RESUELVE: A. NO HA LUGAR a casar la sentencia de mérito. B. Remítanse las actuaciones al tribunal de origen, para los efectos legales pertinentes. NOTIFÍQUESE. -----R.M. FORTIN H.------M. TREJO-------D.L.R. GALINDO-------PRONUNCIADO POR LOS SEÑORES MAGISTRADOS QUE LO SUSCRIBEN.---ILEGIBLE----------RUBRICADAS.