II Trimestre de 2010 Salud y sanidad Lección 1 (27 de marzo al 3 de Abril de 2010) ¡Alabad a Dios, fuente de toda bendición! Pr. Alfredo Padilla Chávez Versículo para Memorizar: “Bendice, alma mía, a Jehová, y bendiga todo mi ser su santo nombre” (Salmo 103:1). INTRODUCCION El “secreto” al alabar a Dios está en hacerlo con gratitud porque somos creación suya y redimidos por su sangre en la cruz. La Biblia dice: “Cantad alegres a Dios, habitantes de toda la tierra. Servid a Jehová con alegría; venid ante su presencia con regocijo. Reconoced que Jehová es Dios; El nos hizo, y no nosotros a nosotros mismos; pueblo suyo somos, y ovejas de su prado. Entrad por sus puertas con acción de gracias, por sus atrios con alabanza; alabadle, bendecid su nombre. Porque Jehová es bueno; para siempre es su misericordia, y su verdad por todas las generaciones” (Salmo 100). El propósito de la lección es mostrar que el amor, el poder y la majestad de nuestro Dios deberían conducirnos a una actitud de alabanza en toda circunstancia. I. FUENTE DE BENDICION (De Dios al Hombre) a. Dios de amor “Que nos ha librado, y nos llamó a la santa vocación; no por nuestras obras, sino según el intento suyo y por la gracia, la cual nos es dada en Cristo Jesús antes de los tiempos de los siglos” (2 Timoteo 1:9). “Antes de los tiempos de los siglos” Griego pro jrónon ainín, “antes de tiempos eternos”; “desde toda la eternidad” (BJ); es decir, antes de los largos siglos de la historia de esta tierra. El conocimiento eterno de Dios lo capacitó para hacer frente a la tragedia y la crisis del pecado antes de que éste entrara en nuestro mundo (Romanos16:25-26). Dios conoce el pasado, el presente y el futuro. Recursos Escuela Sabática © Ningún evento terrenal puede sorprenderlo. El pecado sería un ataque personal de seres creados contra la autoridad divina y por lo tanto contra el carácter de Dios. El Altísimo siempre estuvo preparado para demostrar su amor y equidad, no sólo ante un universo sin pecado sino también ante los que habían despreciado el amor divino. La única forma de ser redimidos de nuestra condición caída era por medio de la Cruz, el evento en el que Dios mismo, en nuestra humanidad, soportó el castigo por nuestros pecados. Jesús estaba dispuesto a pagarlo en nuestro favor. b. Dios de la gracia "Porque por gracia sois salvos por medio de la fe; y esto no de vosotros, pues es don de Dios; no por obras, para que nadie se gloríe" (Efesios 2:8, 9). “Por gracia. . . por medio de la fe“ Es decir, gracia de parte de Dios y fe de parte del hombre. La fe acepta la dádiva divina. Somos salvos cuando confiamos en Cristo y nos entregamos completamente a él. La fe no es la causa de nuestra salvación, sino sólo el medio. La salvación es un don gratuito que Dios ofrece al hombre, el costo de esa gracia fue pagada en la cruz del calvario cuando Jesús fue (es) nuestro sustituto. II. FUENTE DE ALABANZA (Respuesta del hombre a Dios) c. Alabanza por amor "Amarás al Señor tu Dios con todo tu corazón, y con toda tu alma, y con toda tu mente. Este es el primero y grande mandamiento" (Mateo 22:37, 38) Dios tenía el propósito de que la humanidad fuera capaz de gozar de una relación especial con él. Somos especiales, y parte de eso se revela en la relación de amor que Dios nos llama a tener con él, algo que los animales y las plantas no son capaces de experimentar. Antes de que, mediante el poder y la gracia de Cristo, una persona pueda comenzar a observar los preceptos de la ley divina, debe tener amor en el corazón (Romanos 8:3, 4). La obediencia a Dios que no nace del amor es tan imposible como inútil. Donde existe el amor para Dios, la persona automáticamente pondrá su vida en armonía con la voluntad divina como está expresada en sus mandamientos. d. Alabanza en toda circunstancia "¿Por qué te abates, OH alma mía, Y te turbas dentro de mí? Espera en Dios; porque aún he de alabarle, Salvación mía y Dios mío" (Salmo 42:5). Recursos Escuela Sabática © “Alabarle” Tenemos mucho por lo cual alabar a Dios cualesquiera que sean nuestras, luchas, cualesquiera que sean nuestros temores, nuestros dolores, nuestras pérdidas y nuestros chascos, todos tenemos mucho para agradecer a Dios. No importa cuál sea nuestra situación inmediata, tenemos la esperanza y la promesa de la vida eterna en Jesús, la esperanza y la promesa de que "ya no habrá muerte, ni habrá más llanto, ni clamor, ni dolor; porque las primeras cosas pasaron" (Apocalipsis 21:4). e. Alabanza con todo nuestro ser "Así que, hermanos, os ruego por las misericordias de Dios, que presentéis vuestros cuerpos en sacrificio vivo, santo, agradable a Dios, que es vuestro culto racional" (Romanos 12:1). “Culto” Griego latréia. Este término implica un acto de servicio religioso o de adoración. Pablo está hablando de un culto que tiene que ver con la mente, la razón, el alma, como algo diferente de lo que es externo y material. La consagración que hace el cristiano de sí mismo a una vida de pureza y santidad es un acto de culto espiritual. Ya no ofrece más animales en sacrificio, sino se ofrece a sí mismo en un acto de servicio religioso que involucra su razón. Por eso Pedro describe a los creyentes como “un sacerdocio santo, para ofrecer sacrificios espirituales aceptables a Dios por medio de Jesucristo” (1 Pedro 2:5). Este versículo atribuye un profundo significado a los principios de una vida saludable. El creyente cumple con un acto de culto espiritual al ofrecer a Dios un cuerpo santo y sano, junto con una mente consagrada y un corazón dedicado, porque al proceder así somete todo lo que hay en él a la voluntad de Dios y así abre el camino para la plena restauración en él de la imagen divina. Conservar las facultades físicas en la mejor condición posible es un acto de servicio religioso. Esto se debe a que el cristiano glorifica a Dios en su cuerpo (1Corintios 6:20; cf. 1Corintios 10:31) cuando sirve como ejemplo vivo de la gracia salvadora de Dios y participa con gran fuerza y energía en la obra de difundir el Evangelio. En esta forma fue como la corte de Babilonia contempló en Daniel y en sus compañeros “una ilustración de la bondad y beneficencia de Dios, así como del amor de Cristo” (PR 359). Sus vidas puras y su notable desarrollo físico, mental y espiritual fueron una demostración de lo que Dios hará por aquellos que se entregan a él y procuran realizar los propósitos divinos. “Racional” Griego logikós, “razonable”, “espiritual’, “lógico”. La verdadera alabanza a Dios involucra a todo el ser. Es decir, alabamos a Dios no solo en los niveles espiritual, emocional y mental, sino también con nuestros cuerpos físicos. La formación de hábitos saludables en la vida nos da claridad mental y equilibrio en todo. Recursos Escuela Sabática © CONCLUSION La alabanza a Dios se desarrolla por un aprecio de su bondad hacia nosotros. Incluye la expresión de nuestra adoración y de nuestra gratitud por medio de todo lo que pensamos, decimos y hacemos. Alfredo Padilla Chávez Pastor IASD Puente Piedra “A” RECURSOS ESCUELA SABATICA Rolando D. 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