DEL CINE

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ACCIÓN
CARTAS AL DIRECTOR
CATÓLICA
DEL
— ¡Hola, Luisito!... ¿Qué tal has
pasado el domingo?
— Bien. He ¡do al cine con mi hermana mayor.
— ¿AI Cine Parroquia!?
— No, porque para ir allí consumo
una asistencia y además tengo que pagar I'50 ptas de entrada. En cambio,
en el otro, yendo con los mayores, paso sin pagar.
— Asi que no das ninguna ganancia
a la empresa... Y, ¿qué tal la película?
¿ Te has divertido por lo menos?
— Sí... me ha gustado, pero... he
sufrido mucho.
<Un niño huye despavorido de su
casa porque en una discusión violenta
su padre da una bofetada a su madre.
Antes de marchar se lleva el dinero que
sus necesitados padres guardaban en
un cajón. Una banda de golfíllos de la
playa de Somorrostro se lo quieren
arrebatar y él tiene que defenderse contra todos, saliendo muy mal parado de
la refriega. Se dirige, entonces al muelle, donde trabaja su padre, se encarama a la verja y a tra vés de ella ve venir un camión dentro del cual reconoce
a su padre. Salta al suelo, sin duda para verlo pasar, pero con tan mala fortuna que, el camión, que lleva contrabando, sale disparado; el conductor no
ve al niño y este es alcanzado por el
vehículo. Gravemente herido es trasladado por su padre al Hospital, donde
fallece a los pocos momentos. Su madre que ignora lo sucedido, pues el padre no se atreve ni sabe como decírselo, creyéndole en el colegio, le prepara,
con gran ilusión, su regalo de cumpleaños: un reloj de pulsera que para él había mandado un señor a migo y un libro
que ella compra con gran sacrificio, titulado: (Aprendo a Navegar», pues Rafael, que así se llamaba el niño, quería
ser marino como su padre.
Entre tanto, se ha descubierto el
robo. La policía busca a los contrabandistas. El primero en ser detenido es el
padre de Qafael que tenía a su cargo el
puesto de vigilancia en el muelle. Este
delata a los profesionales del contrabando que son capturados tras un prolongado tiroteo, del cual logra escapar,
herido del brazo, uno de los delincuentes.
Cuando la madre se entera, al fin,
de la muerte de su hijo, corre, deshecha y desolada al lado del difunto, y
allí, en el Clínico, se desarro/la una escena conmovedora.
Sale el entierro sin otro acompañamiento que el padre y tras él toda la
pandilla de golfos de Somorrostro. Uno
de ellos, con el dinero robado a Rafael,
Voz de Malgrat. 1/2/1956. Pàgina 9
CINE
le compra un ramo de flores y le sigue
llorando todo el trayecto.
Mientras tanto, el contrabandista
escapado, parapetado tras de una esquina, acecha, pistola en mano, el paso
del féretro, dispuesto a disparar contra el padre, por haberles delatado
¡Pasé un miedo atroz!... Afortunadamente el policía llega antes de que
el malvado lograra llevar a cabo su
criminal intento.
— ¡Pues, chico, sí que fe has divertido!... Has ahorrado unas monedas
pero has pasado un mal rato. No has
salido del cine con aquella alegría y
satisfacción que sientes después de haber asistido a un espectáculo propio
para ti.
Y no es que la película a que se
refiere mi amiguito sea inmoral, no,
todo lo contrario. La consecuencia es
constructiva: <Hay un camino a la derecha». Lo lamentable es que el niño,
por su corta edad, no ha podido comprender/a buena intención del guionista y sólo ha visto el camino de la izquierda que es el que ha seguido el
protagonista, y ha debido presenciar
escenas deprimentes que han torturado
su espíritu infantil, supersensible.
Si el cine llega a ser inmoral las
consecuencias, para los menores, son
catastróficas.
Cuenta el Rdo. D. Pío Bosch Vilá,
en una conferencia dada con motivo
de la < SEMANA DE INFORMACIÓN
CINEMATOGRÁFICA', celebrada recientemente en Barcelona, que, siendo
él capellán de un colegio de religiosas
situado entre cines que exhibían grandes carteleras con sus acostumbradas
obscenidades, las cuales eran muy observadas por las alumnas del colegio,
se le acercó una pequeña, con aire de
triunfo, y le dijo: «Ahora, Padre, ya sé
de donde salen los niños, lo que no sé
es cómo entran*. Esta precoz mujercifa contaba cinco años.
El cine arrastra, subyuga, obsesiona aún a los espíritus ya formados,
tratándose pues de menores y de adolescentes el abrir prematuramente sus
ojos y despertar antes de tiempo sus
pasiones con películas torpes, peligrosas e inmorales, es un pecado contra
la humanidad.
Los padres de familia, los educadores, los religiosos, todos los que tenemos a nuestro cargo la gestación de un
mundo mejor, debemos preocuparnos
seriamente del problema del cine, y ya
que no es posible evitarlo por lo menos que los films que se proyecten sean
dignos, sanos, limpios, constructivos,
edificantes, que reflejen la verdad, la
Sr. Director de VOZ
Distinguido Sr.: De algún tiempo
a esta parte vemos, con satisfacción en
nuestra querida Villa notables mejoras
que ponen de manifiesto, una vez más,
el interés de nuestras primeras A utoridades para que Malgrat vaya adquiriendo un aspecto decoroso y bello.
Buena prueba de ello es la constante
reparación de las calles, la recogida de
estiércol, los focos luminosos en algunas calles, así como en la fachada de la
Casa Consistorial, la reciente inaguración de la Plaza de Mariano Cubi, con
su pérgola y sus cuidados jardines, etc.
Existe, no obstante un pequeño olvido en una de las calles principales de
lo que podríamos llamar 'nuestro ensanche», por tratarse de calles anchas,
con amplias aceras pobladas de árboles.
En la calle de Ramón Turró, en la
acera correspondiente ai número 25,
hay un bache producido por la ausencia
de ladrillos. Otros, en cambio, levantan
la cabeza como protestando por el
abandono en que se les tiene desde
tiempo inmemorial.
Como en esta barriada la luz anda
un tanto escasa y los cortes también se
han hecho sentir últimamente, resulta
un tanto peligroso para el transeúnte
que de noche anda distraído o no cono •
ce bien el terreno que pisa. ¡Y no digo
nada de su estado en tiempo de lluvias!
Para evitar, pues, posibles accidentes y por el mejor decoro de nuestra población, veríamos con sumo agrado su
reparación por quienes compife.
Agradeciendo su amabilidad en publicar esta modesta aspiración, en el
periódico de su digna dirección, si lo
cree oportuno, le saluda muy atentamente.
UN CELOSO MALGRATENSE
«Sólo por vía revolucionaria puede
condenarse al silencio la voz opaca de la
España vieja y retirar de la influencia pública las personas y los intereses de la
reacción demoliberal».
Ramiro LEDESMA RAMOS
belleza y la bondad: los documentales
instructivos, los históricos, los que
enaltecen un personaje heroico por su
virtud, escenas familiares
honestas,
religiosas y patrióticas, todo ello representado con arte y con alteza de
miras y no con el sólo afán lucrativo y comercial. Que surjan buenos
guionistas que hagan factible y practicable el deseo expresado por nuestro
Santo Pontífice Pío XII: < CRISTO
EN EL CINE Y EL CINE PARA
CRISTO».
M. ROSELL
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