CENTRO UNIVERSITARIO VILLANUEVA 4 Y 5 de julio del 2013 EL VOCABULARIO COMO AGENTE DE APRENDIZAJE: LA COMPETENCIA LÉXICO-SEMÁNTICA RELACIONES SEMÁNTICAS: ANTONIMIA, SINONIMIA Y POLISEMIA Fernando Carratalá Teruel LA ANTONIMIA Y SU TRATAMIENTO DIDÁCTICO La antonimia y sus clases. Se conocen como palabras antónimas aquellas que expresan ideas opuestas o contrarias; así, por ejemplo, los nombres virtud/vicio, trabajo/descanso; los adjetivos claro/oscuro, triste/alegre; los verbos recordar/olvidar, ir/venir; los adverbios antes/después, bien/mal; etc., etc. [1] Y como las relaciones de oposición entre dos palabras son de diferentes tipos, suelen distinguirse hasta tres clases de antónimos, según que entre dichas palabras se establezca una relación de complementariedad (macho/hembra), de reciprocidad (comprar/vender) o de antonimia propiamente dicha (blanco/negro). En efecto, dos palabras son complementarias cuando la negación de una supone necesariamente la afirmación de la otra; tal es el caso de los antónimos muerto/vivo -si de una persona se dice que no está muerta es porque necesariamente está viva; o a la inversa-, estimar/desestimar, etc. Y dos palabras son recíprocas cuando el significado de una implica al de la otra, como sucede con los antónimos cobrar/pagar -el hecho de que alguien cobre supone que haya otra persona que pague; y a la inversa-, dar/recibir, etc. Finalmente, dos palabras son antónimas propiamente dichas cuando entre ellas se extiende una gradación; tal es el caso de los antónimos alto/bajo -ya que lo contrario de alto no es necesariamente bajo, pues entre ambos extremos cabe la existencia de grados intermedios [2]-, caliente/frío, etc. [3] La antonimia desde una perspectiva morfológica: antónimos gramaticales y léxicos. Para obtener de una palabra su contraria, en muchas ocasiones basta con anteponerle uno de los prefijos que expresan negación, privación o inversión del significado de la palabra simple a la que se anteponen; y, en tales casos, los antónimos se llaman gramaticales. Estos prefijos son los siguientes: • • • • • • a-, an- (ante vocal)-: normal/anormal, aerobio/anaerobio. de-: poner/deponer. des-: componer/descomponer. di-: sentir/disentir. dis-: conforme/disconforme. in-, im- (ante p y ante b), i- (ante l y ante r -que se duplica-): sano/insano, pío/impío, batido/imbatido, lícito/ilícito, regular/irregular. [4] Cuando las palabras opuestas son absolutamente distintas -porque sus lexemas son diferentes-, los antónimos se llaman léxicos: bueno/malo, grueso/delgado, etc. El valor expresivo de la “atenuación”. La atenuación -o lítotes- es una figura retórica que consiste en no expresar todo lo que se quiere dar a entender, sin que por esto deje de ser bien comprendida la intención de quien habla. Y se usa generalmente negando lo contrario de aquello que se quiere afirmar; por ejemplo: “No soy tan irrazonable como parezco”. Así pues, entre los adjetivos antónimos lícito/ilícito -por ejemplo- cabrían gradaciones del tipo no ilícito/no lícito que atenúan el valor significativo de la antonimia y confieren a la expresión un indudable valor expresivo, tal y como puede comprobarse en los siguientes ejemplos: “Tu comportamiento resulta no tan ilícito como el de un delincuente”; “Tu modo de actuar me parece no tan lícito como fuera deseable”. REPERTORIO DE ACTIVIDADES PRÁCTICAS Actividad 1. Escribir las siguientes frases sustituyendo la palabra destacada en cada una de ellas por su correspondiente antónimo. Indicar, a continuación, la relación de oposición entre tales palabras (complementariedad, reciprocidad o antonimia propiamente dicha); y si se trata de antónimos gramaticales o léxicos. Tomar el ejemplo que se ofrece como punto de referencia. • • • • • Esa chica está delgada. Los hijos de Azucena son obedientes. Los atletas llegaron a la meta muy cansados. Todos los soldados de aquel pelotón eran cobardes. Mi abuelo está enfermo. Ejemplo de referencia. “El portero del edificio es viejo/joven”. viejo/joven: vocablos antónimos propiamente dichos. Antónimos léxicos. Actividad 2. Relacionar cada adjetivo -palabra compuesta por prefijación, formada con un prefijo de carácter negativo o privativo- con su correspondiente significado. Incluir después dichos adjetivos en otras tantas frases, empleados con la propiedad debida, y precisamente en la acepción reseñada. En caso de duda, consúltese el diccionario. Adjetivos: afónico,-ca, anoréxico,-ca, deforme, desalmado,-da, disléxico-ca, insepulto,-ta, imberbe, impertérrito,-ta, ilegible, irrelevante. Disponer la actividad en la forma indicada. Contexto Adjetivo ____________________________________________________________ Desproporcionado o irregular en la forma. <...> Que carece de irrelevancia o importancia. <...> Que padece dislexia, dificultad en el aprendizaje de la lectura, la escritura o el cálculo, frecuentemente asociada con trastornos de la coordinación motora y la atención, pero no de la inteligencia. <...> Que no se puede leer. <...> Que padece anorexia, falta anormal de ganas de comer, dentro de un cuadro depresivo, por lo general en mujeres adolescentes, y que puede ser muy grave. <...> Falto de voz o de sonido. <...> Dicho de una persona, que no se le infunde fácilmente terror o que nada le intimida. <...> Cruel, inhumano. <...> Dicho de un cadáver, que todavía no ha sido sepultado. <...> Dicho de un joven, que todavía no tiene barba. <...> Actividad 3. Uno de los prefijos más usados para la formación de antónimos es el de origen griego a-, que significa privación, negación, y que interviene, particularmente, en voces cultas: acéfalo,-la (del latín acephalus, y este del griego 'aképhalos': falto de cabeza), ateo,-a (del latín atheus, y este del griego 'átheos': que niega la existencia de dios), etc.; prefijo que se convierte en an- ante vocal: Anacanto (del griego 'anákanthos', sin espinas: se dice de los peces teleósteos con aletas de radios blandos y flexibles y de las cuales las abdominales están situadas debajo de las pectorales o delante de ellas), anestesia (del griego 'anaisthesía': falta o privación general o parcial de la sensibilidad, ya por efecto de un padecimiento, ya artificialmente producida), etc. Relacionar una docena de palabras en que figuren dichos prefijos (a-/an-), con anotación de su etimología y significado (siguiendo, pues, los ejemplos ofrecidos): átomo, anónimo,-ma, etc, etc. NOTAS. [1] En casos excepcionales, una misma palabra puede presentar dos acepciones antónimas; tal y como ocurre, por ejemplo, con el verbo arrendar, que significa ceder o adquirir por precio el goce o aprovechamiento temporal de cosas, obras o servicios. E incluso existen palabras compuestas del tipo vaivén (de ir y venir) -movimiento alternativo de un cuerpo que después de describir una línea vuelve a describirla, caminando en sentido contrario-; ganapierde (de ganar y perder), juego en que se conviene que pierda el ganador; etc. [2] Alto/bajo son adjetivos que forman parte del campo semántico “estatura”; como también pertenecen al mismo campo semántico, por un lado, los adjetivos -en alguna forma sinónimos de alto- corpulento, crecido, espigado, gigante, grandullón, larguirucho, talludo...; y, por otro bajo, los adjetivos -en cierto modo sinónimos de bajo- chaparro, enano, liliputiense, pigmeo, rechoncho, renacuajo, repolludo, retaco, tapón... La relación de vocablos ofrecida -que todavía se podría haber ampliado con algunos más- es suficiente para poner de manifiesto la dificultad que entraña precisar su exacto significado, tanto más si entre los teóricos sinónimos de alto y de bajo intentamos establecer las oportunas relaciones de antonimia , pues, a fin de cuentas, se trata de palabras -las de cada “serie”- que expresan ideas opuestas o contrarias entre sí. [3] Una misma palabra puede contraer distintos tipos de oposición con otras palabras. Sirva como ejemplo la palabra olvidar -dejar de tener en la memoria lo que se tenía o se debía tener-, que está en una relación de complementariedad con la palabra recordar -traer a la memoria algo-; y en una relación de reciprocidad con la palabra saber -conocer algo, o tener noticia o conocimiento de ello. [4] Formando compuestos por prefijación se emplea también la preposición sin: sinrazón -acción hecha contra justicia y fuera de lo razonable o debido-, sinvergüenza -pícaro, bribón; se dice de la persona que comete actos ilegales en provecho propio, o que incurre en inmoralidades; etc. LA SINONIMIA Y SU TRATAMIENTO DIDÁCTICO Palabras sinónimas. Las palabras conducir y guiar tienen el mismo significado; igual sucede con las palabras automóvil y coche; o con las palabras espléndido y magnífico, de muy parecido significado. Tales palabras son sinónimas, y pueden intercambiarse en una misma frase sin que se altere el sentido de ésta. Y así, en la frase “Elena conduce un automóvil espléndido”, las palabras conduce, automóvil y espléndido pueden ser reemplazadas, respectivamente, por guía, coche y magnífico, sin que cambie el sentido de aquélla: “Elena guía un coche magnífico”. La sinonimia en lengua española se extiende a las voces y acepciones que son propias de los países americanos de habla hispánica, circunstancia esta recogida en el DRAE con la marca abreviada Am ('América'); por lo que cualquiera de las dos frases anteriores, en boca de un hablante hispanoamericano, se convierte en “Elena maneja (Am) un carro (Am) excelente”, pues para dicho hablante manejar y carro tienen el mismo significado, respectivamente, que para un hablante español conducir/guiar y automóvil/coche. (El valor connotativo que acompaña al significado de las palabras permitiría, asimismo, la sustutición, en dicho contexto, de los adjetivos espléndido/magnífico por otros del tipo excelente/grandioso). Son, pues, sinónimas las palabras que, perteneciendo a una misma categoría gramatical, tienen una misma o muy parecida significación, y admiten, por tanto, la posibilidad de intercambiarse en determinadas frases: Elena conduce un automóvil espléndido Elena guía un coche magnífico Elena maneja (Am) un carro (Am) excelente ______________________________________________________ Verbos Nombres Adjerivos Sinonimia relativa. No es frecuente la sinonimia absoluta -la posibilidad de intercambiar en cualquier contexto una palabra por otra que tenga una misma o muy parecida significación-. La frase “El coche de Elena tiene un motor silencioso” no podríamos convertirla en “El coche de Elena tiene un motor callado”; y menos aún en “E1 coche de Elena tiene un motor taciturno”. Poque la sinonimia se produce no tanto entre las palabras, cuanto entre determinadas acepciones de las mismas. Y así, silencioso, en la frase “El coche de Elena tiene un motor silencioso”, significa “que no hace ruido”. Esta acepción la posee e adjetivo callado cuando se aplica a la fuerza del viento o a la agitación de las olas, para expresar su interrupción o cesación, o sea, que se dice del mar, del viento, de un volcán, etc., cuando deja de hacer ruido: “El Vesubio lleva mucho tiempo callado”. Por otra parte, nunca hay una total identidad en los significados, pues suele haber algún matiz expresivo que impide que sean conmutables unos vocablos por otros: taciturno, con el significadode callado o silencioso, se aplica al que le molesta hablar, y también al triste, melancólico o apesadumbrado. Otras veces es el nivel de habla el que hace que no resulte indistinto emplear esta palabra o aquella otra de significado equivalente o muy parecido, lo que pone de manifiesto, por otra parte, la necesidad de tener presente el registro idiomático en que se inscribe el uso de un vocablo. Y, en efecto, serán el contexto lingüístico y también las circunstancias en que se produzca la comunicación los encargados de determinar el nivel de habla que en cada caso convenga y, en consecuencia, los responsables últimos de que el hablante escoja ciertos vocablos -y no otros-, en cada momento; y, de que, por ejemplo, pueda decir: anciano, abuelo, viejo, etc. embriaguez, borrachera, intoxicación etílica, tablón, trompa, curda, pea, etc. doméstica, sirvienta, criada, marmota, etc. Y todavía existen otros muchos factores -además de los distintos niveles en su usoque impiden la sustitución de un vocablo por otro; tales como los siguientes: Un sinónimo ofrece mayor extensión que otro en su significado; por ejemplo: rehusar/ rechazar. rehusar. No querer o no aceptar algo. rechazar. Acepción 1: Dicho de un cuerpo, resistir a otro, forzándolo a retroceder en su movimiento. Acepción 2: Resistir al enemigo, obligándolo a retroceder. Acepción 3: Contradecir lo que alguien expresa o no admitir lo que propone u ofrece. Acepción 4: Denegar algo que se pide. Acepción 5: Mostrar oposición o desprecio a una persona, grupo, comunidad, etc. Acepción 6: En Biología: Producir o experimentar rechazo (inmunológico). Un vocablo puede expresar un grado mayor de afectividad que su sinónimo; por ejemplo: amor/cariño. Un vocablo figura en el habla infantil y su sinónimo en el de las personas de edad ; por rejemplo: papá/padre. Un vocablo es más culto que su sinónimo; por ejemplo:fallecimiento u óbito/muerte. Un vocablo añade un sentimiento de aprobación o censura que falta a su sinónimo; por ejemplo: avaro (avaricioso, que manifiesta afán desordenado de poseer y adquirir riquezas para atesorarlas)/económico (moderado en gastar). Un vocablo es más literario que su sinónimo; por ejemplo: bogar/remar. Un vocablo es forma jergal en relación con su sinónimo; por ejemplo: achares (de caló jachare, quemazón, tormento)/celos. La complejidad del fenómeno sinonímico puede comprobarse si acudimos, por ejemplo, a la definición que el DRAE -en la edición del 2001- ofrece de los siguientes vocablos, que, inicialmente, pueden considerarse sinónimos de abertura (acepción 2: Boca, hendidura, agujero. Acepción 3: Grieta [hendidura]): boquete. Acepción 1: Entrada estrecha de un lugar. Acepción 2: Brecha (abertura hecha en una pared). brecha. Acepción 1: Rotura o abertura irregular, especialmente en una pared o muralla. grieta. Acepción 1: Hendidura alargada que se hace en la tierra o en cualquier cuerpo sólido. Acepción 2: Hendidura poco profunda que se forma en la piel de diversas partes del cuerpo o en las membranas mucosas próximas a ella. hendidura. Corte en una superficie o en un cuerpo sólido cuando no llega a dividirlo del todo. raja. Acepción 2: Hendidura, abertura o quiebra de algo. rendija. Acepción 1: Hendidura, raja o abertura larga y estrecha que se produce en cualquier cuerpo sólido, como una pared, un tabique, etc., y lo atraviesa de parte a parte. Acepción 3: Hendidura por donde puede entrar la luz y el aire exteriores. resquebrajadura. Hendidura. resquicio. Acepción 1: Abertura que hay entre el quicio y la puerta. Acepción 2: Hendidura pequeña. REPERTORIO DE ACTIVIDADES PRÁCTICAS Actividad 1. Una vez determinado el significado de las siguientes palabras, escribir otras tantas frases que las contengan y sustituirlas después por otras, sinónimas de aquéllas, que convengan a tales contextos. Nombres: salario, cariño. Adjetivos: miserable, rápido. Verbos: fingir, suplicar. [Conviene insistir en que la sinonimia sólo se produce entre determinadas acepciones de las palabras: “Andrés tiene/posee/atesora bienes en paraísos fiscales”; pero no es aceptable la construcción *“Andrés posee sesenta años”; y menos todavía la construcción *“Andrés atesora sesenta años”, construcción que, en todo caso, podría emplearse con claro sentido metafórico (y quizá con cierta ironía)]. Actividad 2. Reemplazar, en la siguiente poesía de Gabriel y Galán, los vocablos destacados en negrita por los sinónimos que en cada caso convengan. Ara y canta Ara tranquilo, labriego, y piensa que no tan ciego fue tu destino contigo, que el campo es un buen amigo y es dulce miel su sosiego, y es salud el puro día, y estas bregas son vigor, y este ambiente es armonía, y esta luz es alegría... ¡Ara y canta, labrador! Actividad 3. Confeccionar una lista de vocablos con sus correspondientes sinónimos para hablantes hispanoamericanos (p. ej.: autobús/coche de línea = guagua, “vehículo automotor que presta servicio urbano o interurbano en un itinerario fijo” -en las Antillas-; manta -para abrigarse- = cobija; etc.); e introducir dichos vocablos propios del español de hispanoamérica en contextos apropiados. Actividad 4. [Con palabras que significan “una forma de abertura”]. [abertura. Sustantivo femenino. Acepción 1: En una superficie, hendidura o espacio libre que no llega a dividirla en dos: “La falda tiene una abertura lateral”]. Los siguientes sustantivos significan una forma de abertura: boquete, brecha, grieta, hendidura, raja, rendija, resquebrajadura, resquicio. Completar cada una de estas oraciones -una vez copiadas aparte- con el sustantivo apropiado, elegido de entre los anteriores. En caso de duda, recurrir al diccionario. Me he cortado con ese cuchillo y mire qué [...] me he hecho. Ha aparecido una [...] en la pared. Los ladrones hicieron un [...] en la puerta, pero no pudieron entrar. El hielo del estanque tenía [...] y era peligroso patinar sobre él. La artillería abrió varias [...] en la fortaleza durante el asedio. El aire se cuela por cualquier [...]. Tras el terremoto, la pared quedó llena de [...]. El aire y la luz entran por las [...] de la persiana. Actividad 5. Extraer todos los sinónimos del verbo comer que figuran en el siguiente texto de Ramón J. Sender y, con ayuda del diccionario, establecer el significado particular de cada uno de ellos, así como sus diferentes matices expresivos. La fiesta se interrumpió hacia las once y se pusieron todos a comer y a beber. E1 viejo miró el reloj y dijo que era la hora de la “carpanta”. Al parecer, llaman así a las once de la noche. Además de le hora del gusanillo, y del almuerzo, y de le comida, y la merienda, y la cena, tienen la “carpanta” de las once. Y luego dicen que los gitanos no comen. Mira los sinónimos que tienen para comer, que ya los he apuntado: tragelar, jalar, manducar, mascar, engullir, jamar, devorar, zampar, englutir, embaular, atracar, hartar, escudillar, embuchar, cebar, atiborrar; dedicarse a la bucólica, a la jamancia, a la manducancia, y muchas más expresiones que no recuerdo. [1] Actividad 6. Extraer del siguiente texto de Ramón J. Sender los sinónimos del nombre borrachera, y clasificarlos de acuerdo con el correspondiente registro lingüístico. Después ampliar cuanto sea posible la relación ofrecida por Sender. La gente bebía mucho. Para que veas cómo avanzo en el conocimiento del“slang” español, te diré los diferentes nombres que aquí tiene la borrachera, según me ha dicho mi novio, que es experto: embriaguez, melopea, pítima, pea, tablón, papalina, mona, moscorra, zorra... También la llaman “la poderosa”. Antes de cerrar esta carta, mi novio revisará esta lista de nombres de modo que puedas usarla si quieres para tus clases. Ya ves que mi léxico se enriquece. [2] Actividad 7. Explicar las “diferencias de matiz” entre las siguientes parejas de vocablos, cuando se emplean como sinónimos: odio/antipatía, gocho/cerdo, fiebre/calentura, ebúrneo/marfileño, guripa/soldado. laico/lego, can/perro, camino/atajo. SUGERENCIA DE RESPUESTAS Actividad 2. Estos son algunos posibles sinónimos de los vocablos indicados que, aunque evidentemente rompen la estructura rítmica del verso, no alteran de manera sustancial el significado de la composición poética: • • • • • verso 1: labriego/labrador. verso 3: destino/suerte, fortuna, hado. verso 5: sosiego/calma, tranquilidad, serenidad. verso 7: bregas/trabajos duros, luchas. verso 8: armonía/concordia. Actividad 3. Sinónimos del vocablo abertura integrados en contextos apropiados: • • • • • • • • Me he cortado con ese cuchillo y mire qué raja me he hecho. Ha aparecido una hendidura en la pared. Los ladrones hicieron un boquete en la puerta, pero no pudieron entrar. El hielo del estanque tenía resquebrajaduras y era peligroso patinar sobre él. La artillería abrió varias brechas en la fortaleza durante el asedio. El aire se cuela por cualquier resquicio. Tras el terremoto, la pared quedó llena de grietas. El aire y la luz entran por las rendijas de la persiana. Actividad 4. Como sinónimos del verbo comer, Sender recoge los siguientes: tragelar, jalar, manducar, mascar, engullir, jamar, devorar, zampar, englutir, embaular, atracar, hartar, escudillar, embuchar, cebar y atiborrarse. A la anterior relación hay que añadir los nombres carpanta (hambre violenta), gusanillo -presente en la expresión matar el gusanillo (satisfacer el hambre momentáneamente)- y bucólica (alimento). El DRAE no recoge los nombres jamancia (que habría que interpretar como la “acción de jamar”) y manducancia, pero sí manducación, con el significado de la “acción de manducar”. • • • • Idéntico significado que comer tienen las palabras jamar -quizá de origen gitano-, tragelar -voz caló, no incluida en el DRAE- y manducar (del latín manducare, masticar): tomar alimento. Para expresar la idea de saciar con creces el apetito se emplean como sinónimos de comer las palabras atiborrarse, atracarse y hartarse. Devorar (tragar con ansia y apresuradamente), embaular, englutir, engullir (del latín in, en, y gula, garganta: tragar la comida atropelladamente y sin masticar) y jalar (comer con mucho apetito) añaden al significado de comer un matiz de ansia, rapidez y voracidad. Un significado muy próximo tienen las palabras cebar (dar comida a los animales para aumentar su peso) y embuchar (introducir comida en el buche de un ave, para que se alimente; comer mucho, deprisa y casi sin masticar). Y sólo en términos muy relativos puede decirse que son sinónimos de comer las palabras mascar y escudillar: aquélla significa masticar; y ésta, echar en escudillas, fuentes y platos caldo u otros alimentos. • En el castellano actual, y siempre según el contexto, quizá los vocablos que se emplean con más frecuencia como sinónimos de comer sean tragar, devorar, engullir y tomar. • Actividad 5. Sinónimos de borrachera: • • • Nivel culto: embriaguez. Nivel familiar: melopea, pítima, tablón, papalina, mona, moscorra (en el País Vasco). Nivel vulgar: pea, zorra. Otros sinónimos familiares para designar a la borrachera: chispa, cogorza, merluza, perra, tajada, toña, tranca, turca, etc., etc. NOTAS. [1] Ramón J. Sender: La tesis de Nancy. Madrid, editorial Magisterio Español, 47 edición (4/1998). Colección Novelas y Cuentos, núm. 25. (Barcelona, editorial Casals, 2/2004; edición de Francisco Troya y Pilar Úcar). [2] Ídem. La voz inglesa slang empleada por Sender en el texto es equivalente a la castellana argot. LA POLISEMIA Y SU TRATAMIENTO DIDÁCTICO Polisemia, contexto lingüístico y situación comunicativa. Con la palabra banco pueden expresarse, entre otros, los siguientes significados: • • • • • • Asiento, con respaldo o sin el, en que pueden sentarse varias personas: “Los bancos de ese parque suelen estar muy limpios”. Madero grueso escuadrado que se coloca horizontalmente sobre cuatro pies y sirve como de mesa para muchas labores de carpinteros, cerrajeros, herradores y otros artesanos: “El ebanista dejó el cepillo y la garlopa en el banco”. En los mares, ríos y lagos navegables, bajo que se prolonga en una gran extensión -es decir, elevación del fondo que impide navegar a las embarcaciones: “Cuando navegaban río abajo, se toparon con un banco que les abrió una vía de agua en el casco”. Conjunto de peces que van juntos en gran número: “Los pescadores divisaron un banco de sardinas”. Establecimiento público de crédito, constituido en sociedad por acciones: “He abierto una cuenta corriente en el banco que han inaugurado en el bajo de mi casa”. Establecimiento médico donde se conservan y almacenan órganos, tejidos o líquidos fisiológicos humanos para cubrir necesidades quirúrgicas, de investigación, etc.: “El banco de sangre de ese hospital necesita urgentemente donantes”. Etc., etc. Esta propiedad que tienen algunas palabras -como banco- de presentar diversos significados se llama polisemia. Y son, por un lado, el contexto en el que una palabra está inserta -es decir, su entorno lingüístico, el conjunto de palabras que la rodean y las relaciones que entre ellas se establecen, integradas en una frase-; y, por otro, la situación -es decir, el conjunto de circunstancias no lingüísticas que rodean a la comunicación- los que permiten identificar la acepción con que tal palabra se emplea. Y así, la palabra polisémica carta tiene, en cada uno de los siguientes contextos, el significado diferente que se expresa: • • “He recibido una carta procedente de Burgos”: Papel escrito, y ordinariamente cerrado, que una persona envía a otra para comunicarse con ella. “El tahúr escondió una carta en la manga de su chaqueta”: Cada una de las cartulinas que componen la baraja. • • “Ese mesón tiene una amplia carta de vinos”: En un restaurante o establecimiento análogo, lista de platos y bebidas que se pueden elegir. “Los primitivos indígenas de las islas Marshall confeccionaron cartas de navegación”: Mapa (de la Tierra o parte de ella). Y de las anteriores acepciones, la situación comunicativa que a continuación planteamos -en este caso, el lugar en el que se produce la comunicación y las personas que en ella intervienen- es la encargada de determinar el correspondiente significado: • • En una cafetería, un camarero entrega a un comensal la carta, al tiempo que le dice: “Aquí tiene usted la carta de vinos”. (Significado de carta: "En un restaurante o establecimiento análogo, lista de platos y bebidas que se pueden elegir"). En un despacho de abogados, una secretaria está acabando de escribir a máquina una carta, mientras afirma: “Ahora mismo echo al correo esta carta”. (Significado de carta: “Papel escrito, y ordinariamente cerrado, que una persona envía a otra para comunicarse con ella”). El enriquecimiento de las posibilidades significativas de una lengua por medio de la polisemia de las palabras Multiplicidad de significados de las palabras más usuales. Que una misma palabra pueda expresar una multiplicidad de significados deriva de nuestra habitual concepción de las cosas a través de su analogía o conexión con otras; y, con ello, se evita que cada significado requiera una palabra diferente que lo exprese. Este este valor polisémico de las palabras en modo alguno dificulta la correcta comprensión de los mensajes, pues -tal y como hemos visto- el contexto en que está incluida y la situación comunicativa en que se emplea son suficientes para determinar el significado que en cada caso convenga. Por otra parte, esa capacidad que las palabras tienen de multiplicar sus significados de acuerdo con las necesidades comunicativas de los hablantes -capacidad tanto mayor cuanto más usuales resultanconvierte a la polisemia en la mayor fuente de enriquecimiento de las posibilidades significativas de un a lengua. Las 49 acepciones de la voz bajo,-ja [1], o las 57 de la voz dar [2] -recogidas en la vigésima segunda edición del DRAE, de 2001constituyen un buen ejemplo de palabras que han ido adquiriendo nuevos significados. El léxico técnico-científico y su incidencia en la ampliación de la polisemia de las palabras. Y frente a la multiplicidad de significados de las palabras de más uso, las voces técnicas y científicas suelen ser monosémicas, lo que garantiza su univocidad y confiere al léxico técnico-científico la necesaria precisión designativa que evita ambigüedades de sentido. Monosémicas son, por ejemplo, el vocablo -propio de la Zoología- Equinodermo, la voz -usada en Medicina- laringoscopia, y el acrónimo -propio de la Electrónica- radar [3]. Con todo, también el lenguaje técnico-científico es una vía nada desdeñable para el enriquecimiento de la polisemia de los vocablos, pues esa necesidad de precisión designativa a la que aludíamos hace que experimenten diferentes concreciones en razón del ámbito del saber que se apropia de ellos. Así sucede con la palabra base, por ejemplo, cuyo significado genérico -"fundamento o apoyo principal de algo"- ha sufrido las siguientes especializaciones [4]: • • • • • • • • • Arquitectura. Asiento sobre el que se pone la columna o la estatua (basa). Bioquímica. Base nitrogenada. Cada uno de los compuestos químicos nitrogenados que constituyen los ácidos nucleicos. Deportes. En el juego del béisbol, cada una de las cuatro esquinas del campo que defienden los jugadores. Geometría. Lado o cara horizontal a partir del cual se mide la altura de una figura plana o de un sólido. En algunas figuras, como el trapecio, cilindro, etc., línea o superficie paralela a aquella en que se supone que descansa. Matemáticas. Número sobre el que se construye un sistema de logaritmos: "Tabla de logaritmos en base 10". Base de numeración. Número en que se fundamenta un sistema de numeración. Química. Sustancia que en disolución aumenta la concentración de iones de hidroxilo y se combina con los ácido para formar sales. Topografía. Recta que se mide sobre el terreno y de la cual se parte en las operaciones geodésicas y topográficas. Derecho. Base de cotización. Retribución de los trabajadores con arreglo a la cual se calcula la cuota que se ha de pagar a la Seguridad Social. Base imponible. Cantidad expresiva de una capacidad económica determinada sobre la que se calcula el pago de los tributos. Base liquidable. Resultado de practicar sobre la base imponible las reducciones establecidas por la ley para cada tributo. Base reguladora. Cifra que, con base en la retribución y en el tiempo de cotización, determina la cuantía y la duración de las prestaciones de los beneficiarios de la Seguridad Social. Ley de bases. La que solo contiene las normas generales sobre una materia. Informática. Base de datos. Conjunto de datos organizado de tal modo que permita obtener con rapidez diversos tipos de información. • Milicia. Base de operaciones. Lugar donde se concentra y prepara un ejército. Base aérea. Aeropuerto militar donde las fuerzas aéreas, con el apoyo de instalaciones logísticas adecuadas, se prepara para el vuelo y el combate. Base naval. Puerto o fondeadero, abrigado y defendido, donde las fuerzas navales, con el apoyo de instalaciones logísticas adecuadas, se preparan para navegar y combatir. La contribución del lenguaje metafórico a la multiplicidad de los significados de los vocablos. Sin duda, el lenguaje metafórico es una excelente vía para ampliar la polisemia de los vocablos. Sabido es que la metáfora consiste en trasladar el sentido recto de las voces a otro figurado, en virtud de una comparación tácita; por ejemplo, llamar puñalada a la “pesadumbre grande dada de repente”. Muchas transposiciones metafóricas están originadas por razones meramente expresivas -así, por ejemplo, llamar águila a la “persona de mucha viveza y perspicacia”-; o por la necesidad de encontrar para un determinado significado un significante del que la lengua carece inicialmente -y así, por ejemplo, el significante boca se emplea para designar el significado “entrada o salida”: boca de horno, de cañón, de calle, de metro, de puerto, de río; aplícase a los ríos, usado más en plural: las bocas del Danubio, del Ródano-. Precisamente los significantes propios de partes del cuerpo humano ofrecen multitud de usos metafóricos que enriquecen considerablemente la polisemia de tales significantes. El sentido de la ironía y del humor llevan también a utilizar la metáfora para caricaturizar la realidad, que adquiere con frecuencia connotaciones grotescas o peyorativas; y así, a la cabeza se la llama coco, chola, tarro...; y se dice que la “persona torpe o necia” es un besugo; el “hombre rudo y de poco entendimiento”, un asno; el “hombre sucio, grosero o ruin”, un cerdo... Y, de esta manera, los aludidos vocablos han ampliado su polisemia con tales acepciones. Por otra parte, muchas metáforas se han lexicalizado, al incorporarse al sistema general de la lengua; tal es el caso, por ejemplo, de ariete (del latín aries,-etis, carnero), “máquina militar que se empleaba antiguamente para batir murallas, consistente en una viga larga y muy pesada, uno de cuyos extremos estaba reforzado con una pieza de hierro o bronce, labrada, por lo común, en forma de cabeza de carnero”; de pluma (del latín pluma), originariamente la “pluma de ave que, cortada convenientemente en la extremidad del cañón, servía para escribir” -hoy, la palabra pluma designa el “instrumento de metal, semejante al pico de la pluma de ave cortada para escribir, que sirve para el mismo efecto colocado en un mango de madera, hueso u otra materia”-; de columna vertebral -espinazo: “eje del neuroesqueleto de los animales vertebrados, situado a lo largo de la línea media dorsal del cuerpo y formado por una serie de huesos cortos o vértebras, dispuestos en fila y articulados entre sí”-; etc., etc. Y estas lexicalizaciones son otra vía de enriquecimiento del valor polisémico de los vocablos. Efectos humorísticos producidos por la polisemia. Suele ser frecuente jugar equívocamente con el valor polisémico de los vocablos para producir efectos cómicos, al interpretar una misma palabra -en un determinado contexto y/o situación- con diferentes significados. Quevedo -y en general los escritores conceptistas del siglo XVII- nos han legado brillantes testimonios de cómo se puede jugar con varios significados a la vez de una misma palabra, provocando las más disparatadas interpretaciones. "Salió de la cárcel con tanta honra -escribe Quevedo, en El buscón-, que le acompañaban doscientos cardenales, sino que a ninguno llamaban señoría"; frase en la que la palabra cardenal no significa "prelado de los que componen el colegio consultivo del Papa y forman el cónclave para su elección" (voz que proviene del latín cardenalis, fundamental), sino que significa "mancha amoratada, negruzca o amarillenta de la piel a consecuencia de un golpe u otra causa (voz que proviene de cárdeno, y este del latín cardinus, de carduus, cárdo). [5] REPERTORIO DE ACTIVIDADES PRÁCTICAS Actividad 1. Comentar este breve texto del académico Manuel Seco acerca de la influencia que la polisemia tiene en el enriquecimiento de las posibilidades expresivas de una lengua; e ilustrar el comentario con ejemplos adecuados. Si, como las científicas, todas las palabras del idioma tuvieran un solo significado, nos veríamos obligados a utilizar muchísimas más palabras que las que normalmente utilizamos. La limitación de nuestra memoria, unida a nuestra habitual concepción de las cosas a través de su analogía o conexión con otras, hace que nos veamos impulsados a designar un objeto cuyo nombre desconocemos por medio del nombre de otro objeto en el que nos parece ver alguna semejanza con el primero. [...] La polisemia de las palabras no es ningún inconveniente para la correcta comprensión del mensaje, pues siempre el contexto precisa suficientemente en cuál de sus acepciones está empleada la palabra. Por otra parte, la polisemia, recargando de sentidos nuevos las palabras ya existentes, es una vía muy importante para enriquecer las posibilidades de significación de la lengua al margen de la adquisición o de la creación de nuevas palabras. [6] Actividad 2. En la voz polo convergen dos palabras diferentes: una de origen latino, polus -procedente, a su vez, del griego 'pólos', eje-, y otra de origen inglés, polo -que proviene, a su vez, del tibetano pholo, pelota-. Determinar, con ayuda del diccionario, y examinando el contenido de las frases que siguen, las acepciones que corresponden a una y a otra palabra; es decir, establecer la polisemia de ambas palabras homógrafas. • • • • • • • • Las baterías de los automóviles tienen dos polos: uno positivo y otro negativo. En los imanes, los polos opuestos se atraen. Un partido de polo se divide en siete tiempos, cada uno de los cuales consta de ocho minutos. La fábrica de cerveza se ha instalado en el polo industrial recientemente inaugurado. El polo de atracción de las fiestas populares lo constituían las comparsas de moros y cristianos. La tierra es una esfera achatada por los polos. Llevaba puesto un pantalón vaquero y un polo de color azul. He comprado en una heladería un polo de limón. • • La tierra tiene dos polos: el polo Norte, Ártico o Boreal, y el polo Sur, Antártico o Austral. Los extremos de la brújula apuntan siempre hacia los polos magnéticos. Actividad 3. Muchos ilustradores de historietas gráficas han basado su humor en divertidos equívocos. En la siguiente historia se juega equívocamente con la voz polisémica silla. Interpretar, en términos semánticos, el fundamento de la comicidad de la historia; y, seguidamente, reproducirla plásticamente en cuatro viñetas, de acuerdo con la secuencia presentación (viñeta 1)/nudo (viñetas 2 y 3)/desenlace (viñeta 4). Un yóquey le pide al nuevo encargado de las cuadras que le prepare el caballo con los arreos necesarios para montarlo. Este nuevo encargado, que es hombre sin conocimiento alguno de equitación, no sabe qué arreos ponerle. Pero finalmente, tras una burda reflexión, y ante el estupor del yóquey, le ata -con cinchas- a la cabalgadura, en lugar de la silla de montar, una silla de anea que ha encontrado en un desván. NOTAS. [1] La palabra bajo,-ja, en la edición del 2001 del DRAE, cuenta con acepciones adjetivas -1 a 23-, sustantivas -24 a 36-, adverbiales -37 a 42- y preposicionales -43 a 49. [2] En cuanto a las acepciones del verbo dar, en la vigésima segunda edición del DRAE aparecen en primer lugar las transitivas -acepciones 1 a 30-; siguen, después, las acepciones intransitivas -31 a 47-; y al final van las acepciones pronominales -48 a 53. [3] La voz radar proviene del inglés radar, acrónimo de radio detecting and ranging: detección y localización por radio; y designa el "sistema que utiliza radiaciones electromagnéticas reflejadas por un objeto para determinar la localización o velocidad de este". [4] La palabra base ha ampliado considerablemente su polisemia, según puede apreciarse comparando las ediciones del DRAE de los años 1992 -la vigésima primera: pág. 192- y 2001 -la vigésima segunda; pág. 200-; edición, esta última, en la que las acepciones se han definido con extremada propiedad, precisión y rigor científico. [5] El soneto “A una nariz”, una de las más desaforadas caricaturas de Quevedo, es un extraordinario ejemplo de cómo los equívocos -que la polisemia de los vocablos posibilita- manifiestan un sorprendente ingenio verbal y una capacidad expresiva sin límites. Este soneto es de lectura obligada, como también lo es la interpretación que de él nos ofrece Fernando Lázaro Carreter en el trabajo titulado “Sobre la dificultad conceptista”, incluido en la obra Estilo barroco y personalidad creadora: Góngora, Quevedo, Lope de Vega. Madrid, Cátedra, 1992, 5.ª edición (1/1984). Colección Crítica y estudios literarios, núm. 8. [6] Manuel Seco: Gramática esencial del español. Madrid, Espasa-Calpe, 4/1995; 15.5.2. [7] Ibídem.