ESPECIAL 8 DE MARZO María Teresa León o la melancolía de la ausencia María Teresa León es conocida como la compañera del gran poeta Rafael Alberti pero ¿qué sabemos de su aportación al mundo literario, sociocultural y político de su tiempo? Probablemente nada, y no Profesora de Secundaria y militante de CCOO debemos sentirnos culpables por ello, ya que en España se procuró - y se sigue procurando- no divulgar sus actividades. No es un caso único, lo mismo le ocurre a cientos de figuras femeninas españolas que brillaron durante la IIª República y también en el exilio. En ningún manual de texto escolar encontraremos referencias a la escritora María Teresa León, ni tampoco a ninguna de las demás mujeres que conformaron el grupo de escritoras de la Generación del 27. Anna Mellado García MARÍA TERESA LEÓN GOYRI nació en Logroño en 1903, en el seno de una familia muy acomodada. Sobrina de María Goyri y de Ramón Menéndez Pidal, tuvo una estrecha relación durante su infancia en Madrid con sus tíos y Jimena, hija del matrimonio. María Goyri fue la primera mujer universitaria oficial en España (1892) y también la primera en obtener un doctorado (1909). Hasta entonces, el acceso a la universidad española había sido exclusivamente un feudo masculino. En casa de sus tíos, Maria Teresa León conoce a los más destacados impulsadores de la Institución Libre de Enseñanza. Este entorno intelectual dejó huella en Maria Teresa León, en su concepción de la literatura y en valores éticos como la necesidad del acceso popular a la cultura o la perseverancia en la lucha por lo que se estima justo para todos. Maria Teresa León pasó su adolescencia en Burgos, donde fue casada rondando los 17 años, resultando una experiencia doblemente amarga. Al fracaso matrimonial se une la privación de la custodia de sus dos hijos cuando se separa en 1928, por imposición de la legislación española que retiraba la custodia de los hijos a la madre en caso de separación. Entre 1924 y 1928 escribe cuentos y artículos en el Diario de Burgos. Sus textos presentan ya dos constantes de su escritura: la defensa de la mujer y una acusada preocupación por los sectores sociales más desfavorecidos. En 1928, viaja a Buenos Aires, escribiendo para el Diario de Burgos y la Gaceta Literaria, una de las principales revistas españolas. En 1928 se publica su primera colección de relatos Cuentos para soñar y en 1930 La bella del mal amor. Este último título se enmarca dentro del realismo social y la tradición oral popular, respondiendo a la influencia de las investigaciones de Menéndez Pidal y de Pedro Salinas. En 1930 marcha a Madrid y se integra en el grupo de las escritoras del 27, con coetáneas como Concha Méndez, Ernestina de Champourcin o Carmen Conde. En el mismo año conoce a Rafael Alberti iniciando una inmarcesible historia de amor, de camaradería y de común entrega a la lucha sociopolítica. Entre 1932 y 1933, pensionados por la Junta para Ampliación de Estudios, León y Alberti viajan por toda Europa investigando las corrientes teatrales más vanguardistas. Al término de la experiencia europea, contraen matrimonio civil. Militantes desde 1932 en el Partido Comunista, fundan la revista Octubre. Esta publicación fue la primera manifestación del compromiso de algunos escritores de la generación del 27 y en ella colaboraron figuras destacadas como Antonio Machado, Alejo Carpentier, Luis Cernuda o Luis Buñuel. En octubre de 1934, cuando estalla la Revolución de Asturias, León y Alberti se encuentran en el Primer Congreso de Escritores Soviéticos. No pudiendo regresar a España, estrenan su primer exilio en París. María Teresa publica Rosa-fría, patinadora de la luna, obra que constituye un salto cualitativo en su escritura, influenciada por las vanguardias artísticas del momento. A petición del Socorro Rojo León y Alberti viajan en 1935 por América para informar de la situación española, recoger fondos para los mineros asturianos y buscar el apoyo de los intelectuales. En ese mismo año, María Teresa publica en México Cuentos de la España actual, una colección de relatos revolucionarios. Desde el inicio de la Guerra Civil, militan activamente en la Alianza de Intelectuales Antifascistas para la Defensa de la Cultura. La Alianza, fun- 15 ESPECIAL 8 DE MARZO dada en 1935 en París durante el I Congreso Internacional de Escritores, fue la organización que acogió a intelectuales españoles y extranjeros que colaboraban con la causa republicana. Antonio Machado, León Felipe, Pablo Neruda, Errnest Hemingway, Louis Aragon o André Malraux son solo algunas de las personalidades que se implicaron en la Alianza, de la cual Maria Teresa fue nombrada secretaria. En 1936 es fundada la revista El mono azul, siendo sus responsables grandes intelectuales de la época. Esta publicación, extinguida en 1939, constituyó el órgano de difusión de la Alianza de Intelectuales Antifascistas, animado por un nutrido elenco intelectual como Vicente Aleixandre, Luis Cernuda, Rosa Chacel, María Zambrano, Octavio Paz, Miguel Hernández, Alberti o Maria Teresa León, no solo responsable de la publicación de relatos revolucionarios, sino también de actividades relevantes como su participación en misiones culturales, discursos en el frente, las Guerrillas del teatro o el salvamento del patrimonio histórico nacional. Durante la Guerra Civil desarrolla una gran actividad literaria en torno al teatro: escribe obras dramáticas como Huelga en el puerto, artículos sobre teatro o adaptaciones teatrales. Formó parte del Teatro de Arte y Propaganda del Estado, ubicado en el teatro de la Zarzuela, donde se responsabilizó de la organización de representaciones teatrales. En 1937 el ministerio de Instrucción Pública decreta la formación del Consejo Central de Teatro, nombrando como presidente al director general de Bellas Artes, vicepresidente a Antonio Machado, vicepresidenta segunda a Maria Teresa y como secretario a Max Aub. Al recrudecerse el asedio de Madrid, el teatro de la Zarzuela fue cerrado. Maria Teresa emprendió la creación de las Guerrillas del Teatro, llevando el arte hasta las primeras líneas de fuego. En 1938, las Guerrillas, de mano de Maria Teresa habían realizado 119 representaciones. En 1959, publicaría la novela Juego limpio, homenaje a sus compañeros de teatro en el frente. 16 Otro compromiso adquirido por Maria Teresa León de gran importancia para España fue el salvamento del patrimonio artístico. En 1936 fue nombrada por Largo Caballero responsable de la Junta de Defensa y Protección del Tesoro Artístico Nacional. Intervino en los salvamentos del patrimonio de Toledo, El Escorial y del Museo del Prado. Los tesoros artísticos emprendieron también el éxodo, bajo los esmerados cuidados de un grupo de republicanos. Depositados en Ginebra, los tesoros fueron posteriormente enviados a la España franquista, con la condición de que las obras fueran reintegradas a su lugar para disfrute del pueblo español. Estas increíbles operaciones de salvamento del patrimonio fueron relatadas por Maria Teresa en La historia tiene la palabra (1944), valioso escrito que no se publicó en España hasta 28 años después. En marzo de 1939 León y Alberti parten al exilio, siendo acogidos en París por Pablo Neruda y por otra pareja singularmente parecida, el poeta Louis Aragon y la escritora Elsa Triolet. Picasso les proporciona un medio de vida como traductores de la Radio Francesa. Sin embargo a inicios de 1940, perseguidos por el Gobierno colaboracionista de Vichy, la pareja embarca rumbo a Argentina, donde pasarían 23 años. El editor Gonzalo Losada los acogió y les ayudó a establecerse. Al menos un feliz acontecimiento vino a mitigar el primer tiempo de exilio de León y Alberti, el nacimiento en 1941 de su hija Aitana. La actividad cultural y creativa del matrimonio no conoce receso alguno en el exilio, ni tampoco la militancia comunista. Maria Teresa publica Contra viento y marea, novela de denuncia política y otra colección de relatos, Morirás lejos. Infatigable, realiza programas culturales radiofónicos y televisivos, además de integrarse en el mundo del cine, dirigiendo en 1945 su primera película, La dama duende. Publica en el exilio argentino un total de diez volúmenes literarios, biografías noveladas y escritos narrativos varios como Fábulas de tiempo amargo (1962) cinco relatos breves sobre la amargura del exilio. A partir de 1962 la situación política en Argentina lleva a León y a Alberti a emprender la ruta de un nuevo exilio: Italia. Allí publica Maria Teresa un homenaje a su compañero Alberti: Menesteos, Marinero de Abril y en 1970 su obra más conocida, Memoria de la melancolía. Además de una apasionante autobiografía constituye un documento histórico de gran relevancia. Tanto en el exilio argentino, como en el italiano, la residencia de la pareja León-Alberti constituyó un importante foco de relaciones entre intelectuales y políticos, manteniendo vivo el espíritu de la lucha social y de la vanguardia artística. En 1977, legalizado el Partido Comunista, regresan por fin a España. Pero desgraciadamente Maria Teresa sufre ya graves problemas de memoria. Después de 38 años de melancólica ausencia, fueron sus pensamientos los que se ausentaron hasta su pérdida definitiva en 1988. Perduran su lucha social, su entrega personal y un nutrido corpus de creación artística que la sitúan debidamente no solo como escritora de la Generación del 27, sino como una figura relevante de la cultura española, que no debería pasar desapercibida, al menos en nuestras aulas.