Risk Doctor Briefing Gestionar la suerte © Agosto 2006, Dr David Hillson PMP FAPM [email protected] Estimado Doctor Riesgo: Me he dado cuenta de que algunas veces usted desea a la gente “Buena suerte”. ¿Por qué? ¿No es poco profesional para los practicantes de la gestión del riesgo confiar en la suerte? ¿No deberíamos gestionar el riesgo en lugar de esperar tener suerte? Por favor explíquemelo. Sinceramente Un Practicante del Riesgo, confundido Estimado practicante del riesgo: Empecemos con una definición: La Suerte es “un fenómeno impredecible y desconocido que causa un evento para obtener un resultado u otro.” Hay dos variedades: buena suerte, cuando sucede algo agradable de forma inesperada; y mala suerte, cuando tenemos una sorpresa desagradable y ocurre algo poco grato. De esta manera, la suerte es como el riesgo – un evento futuro incierto que, si ocurre, tiene sus consecuencias. Recuerda que el riesgo también tiene dos variedades: amenazas y oportunidades. Por tanto desear a alguien “Buena suerte” es lo mismo que esperar que oportunidades no planificadas le ocurran. Por supuesto, a todo el mundo le afecta la suerte, incluyendo mala y buena suerte (de la misma manera que el riesgo nos afecta a todos). Lo importante es lo que haces con ella. Hay dos áreas a considerar si vamos a ser meras víctimas de lo que la suerte nos depare. Primero, deberíamos estar preparados para la suerte, ya sea buena o mala. Si tienes una sorpresa desagradable en el trabajo, ¿qué harás? ¿No tendrás miedo, o te quedarás paralizado sin hacer nada? ¿O responderás con un plan de contingencia, quizás incluyendo elementos de gestión de crisis, recuperación de desastres o continuidad del negocio si es necesario?. Y que ocurre si tienes buena suerte, ¿te quedarás tan sorprendido que no harás nada y la perderás, o tendrás un plan de contingencia para aprovecharte de un beneficio inesperado? Como dijo Louis Pasteur, “La suerte solo favorece a la mente preparada.” O en otras palabras del filósofo romano Séneca, “La suerte es lo que ocurre cuando la preparación encuentra la oportunidad.” Segundo, no tenemos que esperar a ver lo que la suerte materializa. Podemos construir nuestra suerte. El famoso jugador de golf Gary Player dice que “Cuanto más practica, más suerte tiene.” El Arzobispo William Temple tuvo una experiencia similar, diciendo “Cuando rezo, las coincidencias ocurren, y cuando no lo hago, no ocurren.” Si descubrimos y nos enfrentamos a las raíces de la mala suerte, podemos reducir su frecuencia y gravedad. De la misma forma, encontrando y reforzando las causas de la buena suerte podemos conseguir más sorpresas agradables. Lo importante no es lo afortunado que eres, sino lo que haces con la suerte que tienes. Por tanto si, te desearé “Buena suerte” – y la sabiduría para saber cómo manejarla. Con mis mejores deseos, El Doctor Riesgo Para dar feedback sobre esta nota, o para conseguir más detalles de cómo desarrollar una gestión de riesgos efectiva, contacte al Doctor Riesgo ([email protected]), o visite su página web (www.risk-doctor.com).