Nadie pone hoy en duda la necesidad de un pensamiento integral

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1º Congreso Internacional y 4º Foro de las Américas en Investigación Sobre Factores Psicosociales,
Estrés y Salud Mental en el Trabajo
Retos y perspectivas latinoamericanas para la teoría, la investigación y la intervención, en el contexto de la
globalización.
17, 18, 19, 20 de Octubre del 2012
Bogotá, Colombia
SIMPOSIO
REFLEXIONES SOBRE LOS PROCESOS PSICOSOCIALES
Germán Gómez Pérez
Facultad de Estudios Superiores-Zaragoza/UNAM
[email protected]
Abstract
It psychosocial is constituted by the cognitions and emotionality, product of the internalization of
cultural conventions in the mentality. One thing are the psychosocial aspects and another the
surrounding components. The psychosocial processes can also be called psycho-cultural.
It is not the same to refer to the "aspects" to the psychosocial psiconaturales.
But to treat both psychosocial aspects as psiconaturales, we talk about features or internal dimensions
of the people: sensorial, emotionality, perception, attributions, values, beliefs, records perceptual,
symbolizations or judgments and attitudes. Both should be treated as the plausible adverse implications
of the work.
The use of diffuse concept "psychosocial factors" perpetuates the twilight with studying the harmful
influences of the work.
Hay una polisemia sobre cómo de definen los “factores” “psicosociales”; desde entenderlos como
estados internos a las personas, hasta como eventos circundantes. Por ejemplo se considera al ruido
como riesgo físico y a la vez como elemento psicosocial.
Este uso difuso se lee en documentos programáticos internacionales como uno de la OIT:
...concepto complejo y difícil de entender, dado que se refieren a las interacciones entre el trabajo, su
medio ambiente, la satisfacción en el trabajo y las condiciones de la organización, por una parte, y por la
otra, las capacidades del trabajador, sus necesidades, su cultura y su situación personal fuera del trabajo,
todo lo cual a través de percepciones y experiencias, puede influir en la salud, el rendimiento y la
satisfacción en el trabajo.
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Desde el punto de vista en estos renglones, lo psicosocial está constituido por las cogniciones y la
emocionalidad, ambas producto del aprendizaje; son las simbolizaciones y sentimientos producto de las
internalización de las convenciones que la cultura implanta en la mentalidad de las personas.
En virtud de que el psiquismo es una dimensión interna de los individuos, por ello valdría la pena
distinguir entre los i) aspectos (o variables o elementos) psicosociales y ii) los elementos
circundantes.
A los elementos circundantes no parece haber justificación para llamarles factores o elementos o variables
o aspectos “psicosociales”. Además entre ellos están las modalidades en que se realiza el trabajo, lo que
abarca aspectos como las exigencias, demandas, cargas laborales, los ritmos de trabajo impuestos por la
maquinaria, la repetitividad, la complejidad, la duración de la jornada o el control del trabajo.
Por ello, hablar de aspectos psicosociales equivale a valorar la integridad mental (procesos
ideacional/emocionales significantes). Y valorar integridad mental no es lo mismo que valorar a la
integridad orgánica neural (especialmente cerebral).
Y ¿por qué “sociales”..?
En primer lugar cabe mencionar que lo social es todo aquello que la humanidad ha establecido como
hechos y normas de convivencialidad y que no obedecen a determinaciones sólo naturales o
biológico/químico/físicas. Los elementos o ámbitos de lo social se componen de elementos o ámbitos
como lo ético, lo estético, lo político, lo ideológico y lo económico.
Por ello y no obstante los usos comunes y tradicionales, referir a lo social no es lo mismo que referir a lo
colectivo.
Una determinada combinación de los elementos de lo social constituye la personalidad de los individuos,
y asimismo también determinadas combinaciones en la existencia de colectividades constituye los
distintos tipos de sociedades o naciones; esto último es los que propiamente forma los llamados tipos o
variedades culturales.
En realidad, reiterando también, los ámbitos de lo social son los componentes de eso que se entiende por
cultura, entendida no sólo como el mundo de lo estético.
Así, a los procesos psicosociales pudiera denominárseles también, sin ningún titubeo, procesos
psicoculturales, ya que son los elementos culturales integrados en (o expresados por) la estructura
ideacional/emocional de las personas.
Más aún, no es lo mismo referirse a los "aspectos" psicosociales que a los psiconaturales; estos últimos son
aquellos relacionados con el funcionamiento fisiológico, anatómico y endócrino del psiquismo; por
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ejemplo los receptores sensoriales, el sistema límbico, los mediadores bioquímicos neurales o la trama y
actividad neocortical misma.
Planteado de otro modo, puede decirse que lo psiconatural es el psiquismo en cuya función y génesis
interviene escasamente el aprendizaje; es el psiquismo orgánico "preprogramado" genéticamente, todo
aquello regido predominantemente tanto por el sistema límbico como por el llamado complejo reptílico,
lo que no significa decir que es refractario a lo que se aprende (y cómo).
Así, tanto si tratamos aspectos psicosociales, como psiconaturales, hablamos de características o
dimensiones internas de las personas, de los sujetos: sensorialidad, emocionalidad, percepción,
atribuciones, valores, creencias, constancias perceptuales, simbolizaciones, juicios y actitudes, entre
muchas más.
Ahora bien, por inercia llamamos “factores” a los elementos psicosociales, particularmente en relación
con el trabajo. Pero strictu sensu los procesos (o agentes, aspectos o ingredientes) psicosociales no son
factores, sólo son elementos componentes. Puede decirse que el bautismo de esos elementos
componentes como “factores” obedeció a la visión fisicalista y ecuacionista que imperó durante los años
inmediatos a la Segunda Guerra, cuando el prototipo de los emplazamientos científicos eran los de la
física, promovidos diligentemente desde el Círculo de Viena.
Tales ingredientes fueron homogeneizados a tono con las visiones empresarialistas emergentes,
igualándolos y disfrazando con ello las incompatibilidades económicas, ideológicas y políticas en un
terreno de aparente igualdad de intereses y condiciones; todos emplazados hacia la producción.
Se habló desde entonces de los “componentes” del “factor” trabajo humano como un aderezo para
tratarlo en la misma dimensión que el capital y los instrumentos de trabajo. De esa manera la
confrontación entre las clases sociales quedó homogeneizada bajo un lenguaje ecuacionista, fisicalista.
Recordemos que factores son componentes de las leyes, en las que cuentan de modo terminante las
variables (o componentes) estables que conducen a sentencias del tipo: “si p, entonces q...”
En ciencias sociales no se trata con factores, sino sólo con variables y casi nunca unicausales, o
deterministas.
Los factores en realidad son vectores causales que requieren tanto ceros absolutos como condiciones
estáticas o constantes; en otras palabras: forman parte de la formulación de leyes. Pero sucede que en
psicología sólo hay unas cuantas y todas ellas más bien pertenecientes a ese universo limítrofe de lo
fisiológico/sensorial (por ejemplo la ley de Weber y Fechner). Dicho desde otro ángulo: hablar de
factores, vectores o valencias es asunto que pertenece a los ámbitos psiconaturales.
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Recordemos que para establecer leyes se requiere instalarnos en el nivel de medición de razón, propio
de las llamadas ciencias duras o naturales y que en psicología es excepcional.
Por ello parece preferible hablar de procesos, aspectos o elementos.
La variedad de los aspectos psicosociales o psicoculturales es de un rango tanto o más complejo que el
de los psiconaturales.
Por tanto: una cosa son los elementos psicosociales y muy otra el entorno circundante, sea
medioambiental, económico, político, ideacional/institucional o laboral (visto como sobrecarga laboral,
ruido, luminosidad, monotonía o hacinamiento, entre multitud más); cada uno a su vez integrado por
componentes diversos.
En otras palabras: el entorno exterior a las personas impacta constante y diversificadamente tanto sus
elementos psicosociales como los psiconaturales.
Visto en sinopsis:
i) una cosa es el entorno, lo que podría ser preferentemente denominado simplemente como eso: el
ambiente, sea ecológico, climático, laboral, cultural o natural (según el caso a estudiar)
ii) por otro lado las dimensiones emocional/cognitivas son propiamente los procesos, agentes, aspectos
o elementos psicosociales o psicoculturales.
Por tanto deben distinguirse las consecuencias tanto plausibles como perjudiciales del trabajo; es decir,
tanto las que generan la adquisición de habilidades y destrezas, la remuneración salarial o la
satisfacción por el desempeño por un lado, así como las perjudiciales como la sub/sobrestimulación del
entorno laboral, la regulación laboral adocenante o las exigencias muscular/neurales de altos ritmos.
Todo ello, al impactar la estructura psicosocial y psiconatural de quienes trabajan, puede desembocar,
desencadenar, expresarse o traducirse en trastornos o enfermedades.
El uso difuso del concepto “factores psicosociales” conduce a una consecuencia deplorable: es un manto
de penumbra al estudiar los influjos perjudiciales del trabajo contra la integridad de la vida de quienes
trabajan.
Quizá la consecuencia principal es que ha fomentado el soslayamiento de la nocividad del entorno
laboral sobre las dimensiones psicosociales y psiconaturales de quienes trabajan; ha contribuido a que
cuando referimos los modos o grados en que los “factores psicosociales” afectan la mentalidad de los
trabajadores, confundimos características de personalidad con las condiciones circundantes de trabajo.
Agreguemos que desalienta o disuade especialmente a quienes ingresan al mundo de la investigación
psicolaboral.
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