DAÑOS Y PERJUICIOS CON MOTIVO DE LA SUSPENSIÓN EN EL

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170790. I.3o.C.655 C. Tribunales Colegiados de Circuito. Novena Época. Semanario Judicial de la Federación y su Gaceta. Tomo XXVI, Diciembre de 2007, Pág. 1705.
DAÑOS Y PERJUICIOS CON MOTIVO DE LA SUSPENSIÓN EN EL JUICIO DE
AMPARO. SUPUESTOS PARA FIJAR LA GARANTÍA. Conforme al sentido literal del
artículo 125 de la Ley de Amparo, cuando sea procedente la suspensión pero pueda ocasionar
daño o perjuicio a tercero, se concederá si el quejoso otorga garantía suficiente para
responder por los que con esa medida cautelar se ocasionaren si no obtiene sentencia
favorable en el juicio de amparo; y se determina que cuando con la suspensión puedan
afectarse los derechos del tercero perjudicado que no sean estimables en dinero, el juzgador
de amparo fijará discrecionalmente el importe de la garantía respectiva. También se establece
la posibilidad de que cuando no se afecten esos derechos, no se fije esa garantía, al indicarse
en ese enunciado la procedencia de aquélla cuando la suspensión "pueda ocasionar daños o
perjuicios ..." y proporciona la cobertura legal para que el juzgador examine en cada caso
cuándo se surte esa hipótesis. Así, cuando se trata de la materia judicial civil el juzgador está
obligado a determinar en qué estadio procesal se encuentra el juicio del que emanan el acto
reclamado cuya suspensión se decide, pues si se trata de aquellos en que se ejecuta una
sentencia que es cosa juzgada, los daños y perjuicios que puedan ocasionarse con la
suspensión del acto reclamado deben determinarse sobre la base de la depreciación o pérdida
del valor adquisitivo de la cantidad que debe ingresar al patrimonio del ejecutante vencedor.
En cambio, cuando la suspensión de los actos reclamados surge respecto de una providencia
dictada en el procedimiento judicial que no ha sido resuelto en definitiva debe ponderarse que
no existe un derecho declarado judicialmente de modo firme sino que ese es el resultado del
procedimiento mismo y es necesario tomar en cuenta que el proceso judicial civil entraña, por
regla general, la existencia de partes con pretensiones opuestas y el alcance de las
prestaciones concretas que se reclaman se definen en función del carácter de actor,
demandado o tercero que intervenga en el mismo. Así las cosas, el monto de la garantía debe
determinarse con base en los datos que arroja cada caso como resulta de determinar la cuantía
del negocio y si existe condena en cantidad líquida o los ingresos que dejan de percibirse por
quien tiene derecho a ello con motivo de la concesión de la suspensión. De ese modo, la
pretensión de condena que promueve el actor frente al demandado no resuelta en sentencia
ejecutoria no puede servir de parámetro para determinar el quántum de la garantía cuando
este último, al promover el juicio de amparo en contra de una determinación dictada en el
proceso solicita la suspensión del acto reclamado, porque aunque constituye un indicio del
monto de la posible procedencia de la condena que se dicte en el juicio, también existe la
posibilidad procesal de que el reo resulte absuelto de lo que se le reclama. Cuando es el actor
quien ocurre al juicio de amparo indirecto, debe ponderarse que resulta la parte procesal que
pretende obtener una condena en ese juicio y que su posición en el proceso implica que el
monto de lo reclamado no sirva de parámetro objetivo para determinar la garantía respectiva;
es así, ya que aunque el juicio de amparo se retardara en su resolución, los daños y perjuicios
que se originen al tercero perjudicado no podrían provenir de la determinación del monto de
lo reclamado, pues la finalidad del proceso civil en relación con el reo no es la obtención de
una condena a su favor sino a su cargo o en otro caso, lo que puede pretenderse es la
absolución de lo reclamado, salvo que exista una determinación judicial que le beneficie y
que implica, por ejemplo, la entrada a su peculio de una determinada cantidad de dinero
proveniente de la sanción pecuniaria que se impone al perito tercero en discordia por no
rendir su dictamen en la audiencia de pruebas a que se refiere el artículo 348 del Código de
Procedimientos Civiles para el Distrito Federal o la prevista en el diverso 357 del mismo
ordenamiento cuando se retarda el procedimiento con motivo del desahogo de la prueba
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testimonial. Entonces, resulta que en ciertos casos el monto de las prestaciones reclamadas en
el juicio no puede ser el dato determinante del monto de la garantía necesaria para gozar de la
suspensión cuya base resulta por regla general de una sentencia que es cosa juzgada, de la
declaración de un derecho provisional o del carácter preconstituido de una prueba que
permite determinar el monto de los daños y perjuicios que pueden llegar a causarse, sino que
debe provenir de la naturaleza de la violación alegada y de la incidencia del otorgamiento de
la medida cautelar sobre los derechos patrimoniales de la contraria, lo cual, atendiendo a que
se trata de la transgresión a derechos sustantivos o procesales que afectan el ejercicio pleno
de aquéllos, implica que el juzgador al pronunciarse sobre la garantía tome en cuenta tal
aspecto y la parte procesal a quien afectaría la ejecución del acto reclamado así como la
posición de la otra parte que está interesada en la ejecución del mismo. Los artículos 2108,
2109 y 2110 del Código Civil Federal, contienen conceptos indispensables para establecer en
el caso de la concesión de las medidas cautelares en el juicio de amparo, si existe una
relación de causalidad entre la concesión de la suspensión y los daños y perjuicios que
podrían causarse al tercero perjudicado con esa determinación o existen datos que den certeza
o un grado mayor de probabilidad de que se producirán, pues de ser así deberá fijar la
garantía respectiva y, en caso contrario deberá otorgar la suspensión del acto sin ella; por
ende, no puede sostenerse como regla general una relación lógica y necesaria entre el
otorgamiento de la medida cautelar y los daños y perjuicios que puedan causarse al tercero
perjudicado con esa determinación, sino que hay hipótesis en que concedida esa medida no
trascienda al ámbito patrimonial del tercero perjudicado, como resulta de aquellos casos en
que dentro del juicio se afectan derechos sustantivos o existen violaciones procesales de
grado predominante o superior que por sí mismas no se traducen en un daño o perjuicio al
derecho patrimonial del tercero perjudicado y atañen a cuestiones intraprocesales que resultan
en una dilación del procedimiento y su resolución respectiva, como el que se refiere al
examen de la contabilidad de la parte actora, pues no debe perderse de vista que si es la parte
demandada quien la ofrece, a fin de acreditar un hecho impeditivo de la acción, de no
prosperar el amparo promovido por su contraria, la prueba se desahogará y estará en
condiciones de cumplir y ejercer su facultad de libertad probatoria que se reflejará en la
absolución de lo reclamado o en su caso en el pago del monto de la condena resultante. En
cambio, si el juicio de amparo prospera, la prueba no se desahogará como se propuso y con
ello se logrará el justo equilibrio entre el interés de la parte que ofreció la prueba y que
solicita se reciba en el proceso y el que proviene de la parte actora de que ese acto procesal
no se lleve a cabo sino hasta que exista un pronunciamiento definitivo sobre la
constitucionalidad de ese acto. Así las cosas, se demuestra que la suspensión del acto
reclamado cuando se refiere a la recepción de una prueba a cargo del actor en el proceso civil
que involucra la afectación de derechos sustantivos no puede reportar un daño o perjuicio
concreto al demandado tercero perjudicado, pues éste no pretende en el juicio la obtención de
una condena sino la absolución de lo que se le reclama o una condena de pago menor a la
exigida, lo cual implica que con la concesión de la suspensión sólo para que no se dicte
sentencia no produce una afectación a su patrimonio sino al principio de celeridad procesal
que, por sí mismo, no genera un daño o perjuicio concreto, incluso en aquellos casos en que
resulte absuelta de las prestaciones planteadas y con la declaración de una condena en costas
a su favor, pues ese derecho del cobro de costas no atañe a una cuestión sustantiva o principal
sino que se genera con motivo del proceso mismo.
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170790. I.3o.C.655 C. Tribunales Colegiados de Circuito. Novena Época. Semanario Judicial de la Federación y su Gaceta. Tomo XXVI, Diciembre de 2007, Pág. 1705.
TERCER TRIBUNAL COLEGIADO EN MATERIA CIVIL DEL PRIMER CIRCUITO.
Amparo en revisión 168/2007. Administradora de Bienes Centrales, S.A. y otra. 3 de julio de
2007. Unanimidad de votos. Ponente: Neófito López Ramos. Secretario: José Luis Evaristo
Villegas.
Amparo en revisión 173/2007. Ecología Laboratorios y Consultoría de México, S.A. de C.V.
3 de julio de 2007. Unanimidad de votos. Ponente: Neófito López Ramos. Secretaria: Greta
Lozada Amezcua.
Queja 59/2007. Duroplast Holding de México, S.A. de C.V. 12 de septiembre de 2007.
Unanimidad de votos. Ponente: Neófito López Ramos. Secretaria: Greta Lozada Amezcua.
Amparo en revisión 268/2007. Leonardo Sebastián Cruz López. 4 de octubre de 2007.
Unanimidad de votos. Ponente: Neófito López Ramos. Secretaria: Greta Lozada Amezcua.
Por ejecutoria de fecha 12 de noviembre de 2008, la Primera Sala declaró improcedente la
contradicción de tesis 119/2008-PS en que participó el presente criterio.
El criterio contenido en esta tesis contendió en la contradicción de tesis 112/2007-PS,
resuelta por la Primera Sala de la Suprema Corte de Justicia de la Nación en su sesión
celebrada el catorce de mayo de dos mil ocho, en la cual se determinó que no existe la
contradicción de criterios sustentados, por el Tercer Tribunal Colegiado en Materia Civil del
Primer Circuito, por el contrario que sí existe contradicción de tesis entre los criterios
sustentados por el Segundo Tribunal Colegiado en Materias Penal y Civil del Cuarto
Circuito, actualmente en Materia Civil y el Tercer Tribunal Colegiado en Materia Civil del
Primer Circuito. De esta contradicción de tesis derivó la tesis 1a./J. 55/2008, que aparece
publicada en el Semanario Judicial de la Federación y su Gaceta, Novena Época, Tomo
XXVIII, octubre de 2008, página 146, con el rubro: "GARANTÍA. SU MONTO DEBE
FIJARSE DISCRECIONALMENTE EN TÉRMINOS DEL ARTÍCULO 125, SEGUNDO
PÁRRAFO, DE LA LEY DE AMPARO, CUANDO SE CONCEDE LA SUSPENSIÓN
CONTRA ACTOS INTRAPROCESALES RELACIONADOS CON LA PERSONALIDAD
Y ELLO RETARDA LA EMISIÓN DE LA RESOLUCIÓN EN EL JUICIO NATURAL."
Notas:
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