LA REVOCACIÓN DE LAS DISPOSICIONES TESTAMENTARIAS

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REPÚBLICA DE CUBA
UNIVERSIDAD DE LA HABANA
FACULTAD DE DERECHO
LA REVOCACIÓN DE LAS DISPOSICIONES
TESTAMENTARIAS
Tesis presentada en opción al grado científico de Doctor en
Ciencias Jurídicas
JULIÁN AGUSTÍN COLLADO BETANCOURT
Ciudad de La Habana
2014
REPÚBLICA DE CUBA
UNIVERSIDAD DE LA HABANA
FACULTAD DE DERECHO
LA REVOCACIÓN DE LAS DISPOSICIONES
TESTAMENTARIAS
Tesis presentada en opción al grado científico de Doctor en
Ciencias Jurídicas
Autor: Msc. Julián Agustín COLLADO BETANCOURT
Tutora: Prof. Tit. Dra.C. Caridad del Carmen VALDÉS DÍAZ
Ciudad de La Habana
2014
AGRADECIMIENTOS
“Los hombres van en dos bandos: los que
aman y fundan, los que odian y deshacen”.
José Martí.
Transcurrida ya gran parte de la vida, resulta casi imposible confeccionar
una lista de personas e instituciones a quien dar gracias por contribuir a
este resultado. Injusto e imperdonable sería un olvido involuntario. Si
eres de los que con amor has puesto un grano de arena para ayudarme a
alcanzar
este
propósito
investigativo;
créeme,
a
ti
mi
eterno
agradecimiento.
Julián.
A la memoria de mis padres 
A mi familia
A mi esposa e hijas
A mis buenos profesores
A todos mis alumnos
“El cirujano que opera con un bisturí, sabe, o
ineludiblemente debe saber, que su instrumento es
eficiente. El que verifica una operación aritmética,
una multiplicación por ejemplo, conoce con exactitud
el valor de las cifras que baraja. Multiplicando y
multiplicador deben dar un producto exacto, si no se
equivoca en la operación. En cambio, el jurista puede
hacer una construcción tan maravillosa e intachable
como falsa, si los conceptos que ha tomado como
base
son
insensiblemente
inexactos
o
están
imperceptiblemente desenfocados”.
Juan B. Vallet de Goytisolo.
SÍNTESIS:
El tema de la revocación de las disposiciones testamentarias destaca por la antigüedad
de su origen. En Roma se concibió el derecho de la persona (pater familia) a disponer
por testamento para después de la muerte y, al propio tiempo, se le reconoció el derecho
a romper (revocar) el testamento otorgado dejando sin efectos sus disposiciones.
Ejecutado el acto revocatorio, la persona regresaba al estado original intestado a partir
del cual podía otorgar nuevas disposiciones de última voluntad.
En la concepción romana disposición de última voluntad y revocación aparecían como
dos derechos perfectamente delimitados y diferenciados que, en el decursar histórico,
dada la exacerbación del principio de la autonomía de la voluntad en el ámbito del
derecho de disponer por testamento, llevó a la identificación de acto testamentario y acto
revocatorio. Se ha identificado disposición revocatoria con disposición de última voluntad,
cuando es lo cierto que la revocación de las disposiciones testamentarias es un derecho
subjetivo cuyo ejercicio determina la ineficacia voluntaria de aquellas.
Es condición científica no advertida por la doctrina el hecho de que el acto revocatorio es
un acto intervivos de efecto inmediato. Al privar de eficacia, total o parcialmente, a las
anteriores manifestaciones de última voluntad da paso al restablecimiento de la situación
a partir de la cual la persona puede decidir si se abstiene
de otorgar nuevas
disposiciones o si muta las otorgadas en un nuevo testamento e, incluso, si restituye en
su eficacia a las anteriormente revocadas.
La presente investigación aborda el estudio de la revocación de las disposiciones
testamentarias como causa de ineficacia de las mismas. Se enfocan su estudio desde la
doctrina establecida y su regulación en el derecho comparado, y se someten a crítica y
reelaboración las concepciones imperantes en aras de arrojar la luz sobre la percepción
científica
de su naturaleza jurídica. El examen busca el perfeccionamiento de su
regulación jurídica en Cuba y de la eficaz protección de los derechos subjetivos de la
persona la cual, una vez fallecida ya no podrá arrojar luz sobre sus realmente queridas
manifestaciones de última voluntad, contenidas en el testamento otorgado.
ÍNDICE.
TEMA: La revocación de las disposiciones testamentarias
INTRODUCCION.
Pág.
1
CAPITULO I.- La revocación de disposiciones testamentarias. Su tratamiento
doctrinal
I.1.- La revocación de disposiciones testamentarias en su decursar histórico
12
I.1.1.- Necesaria referencia al origen de la sucesión testamentaria en el
Derecho Romano
I.1.2.- La primigenia concepción de la revocación de disposiciones
testamentarias en el Derecho Romano. El testamentumruptum
I.1.3.- La concepción romana del testamento y de la revocación de
disposiciones testamentarias en la época feudal
I.2. La revocación de las disposiciones testamentarias, su desdefinición
12
I.2.1 Impropia conceptualización de la revocación de las disposiciones
testamentarias
I.2.2 Independencia del acto revocatorio, condición científica no advertida en
la conceptualización de la revocación. Su carácter de acto intervivos
I.2.3 Conceptualización de la revocación de disposiciones testamentarias
como derecho subjetivo
I.2.4 Características, requisitos, y
efecto del acto revocatorio de
disposiciones testamentarias. Causas de su ineficacia
I.2.5 ¿Revocación del testamento o revocación de las disposiciones
testamentarias? El problema de su correcta denominación
I.2.6 El sistema de revocación expresa en contraposición al sistema romano
de revocación tácita
I.2.7 Formas del acto revocatorio; la revocación expresa y la revocación
tácita, la revocación real o material. Extensión de la voluntad revocatoria
I.2.8 ¿Revocabilidad o irrevocabilidad de las disposiciones no patrimoniales o
atípicas?
I.2.9 La interpretación de la manifestación de voluntad revocatoria de
disposiciones testamentarias
CAPÍTULO II: La revocación de disposiciones testamentarias en el Derecho
comparado
II.1.- Inexistente conceptualización e inexacta denominación de la revocación
de disposiciones testamentarias en su regulación normativa
II.2.- Tratamiento normativo de la revocación de disposiciones testamentarias
25
II.2.1.- La revocación de las disposiciones testamentarias ejecutada por
medio de testamento y a través de documento notarial ordinario
II.2.2.- La revocación real o material, y la revocación por enajenación o
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transformación de la cosa legada; eficacia del acto revocatorio de
disposiciones testamentarias en ausencia de formalidades
II.3.- El sistema de revocación tácita y el sistema de revocación expresa; su
regulación normativa
II.4.- Tratamiento legal de la revocación de la revocación de disposiciones
testamentarias
II.5.- La esencial revocabilidad de las disposiciones testamentarias y la
revocabilidad de las disposiciones no patrimoniales o atípicas
II.6.- Inconsecuente aplicación de las normas de la interpretación de las
disposiciones testamentarias al acto revocatorio
II.7.- La actuación notarial en la instrumentación de la revocación del
testamento
CONCLUSIONES
RECOMENDACIONES
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INTRODUCCIÓN
Fue en el antiguo mundo romano donde apareció perfectamente configurada la
sucesión testamentaria. Los romanos concibieron, dada la reafirmación de la
propiedad y del individuo (paterfamilia) frente a la sociedad y el grupo familiar, la
idea de proteger la voluntad del ser humano con posterioridad a su muerte, ello
determinó la aparición del testamento y de la sucesión testamentaria. Paralelamente
al derecho de testar y disponer para después de la muerte, concibieron el derecho
del pater a romper (revocar) el testamento otorgado y privar de eficacia hacia el
futuro a las anteriores declaraciones de última voluntad. La revocación constituía el
camino de retorno al estado en que la persona podía, entonces, establecer nuevas
disposiciones testamentarias.
El acto revocatorio, en el Derecho Romano, se concibió como la contrapartida del
acto testamentario. Nadie podía quedar ligado en su voluntad por declaraciones que
sólo tendrían efectos después de su muerte; el pater en uso de su autarquía,
modificaba cuantas veces deseara en su vida sus declaraciones de última voluntad.
Así, el testamento en Roma fue considerado como un acto jurídico esencialmente
revocable.
El principio de la esencial revocabilidad de las disposiciones testamentarias,
excepto en la época del feudalismo clásico cuando se entronizaron las cláusulas
revocatorias de disposiciones futuras y las cláusulas ad cautelam, se mantuvo
incólume en el seno de las legislaciones históricas y ha llegado imperturbable hasta
la actualidad, su aceptación es universal.
El testamento, como expresión de la autonomía de la voluntad individual, constituye
la vía de ordenación de la última voluntad del causante. En tanto válido, constituye
la ley de la sucesión mortis causa y en él, dispone el destino de las relaciones de
contenido patrimonial y no patrimonial conformadoras de su herencia. El hecho de
ser concebido el testamento como un acto jurídico mortis causa, no recepticio y no
vinculante, determina su esencial revocabilidad, pues a nada se obliga el testador,
queda absolutamente libre su autonomía para, al cambiar las circunstancias o
motivaciones, mutar sus disposiciones de última voluntad.
Por ser el testamento un acto jurídico mortis causa cuya eficacia se discutirá en die
mortis, cuando el testador ya no estará para hacer valer su voluntad o arrojar luz
sobre lo realmente querido con su declaración, ha de ponerse especial cuidado en
la regulación de las causas de su ineficacia. Conforme a su origen, naturaleza y
disciplina jurídica puede hablarse de nulidad absoluta, de nulidad relativa o
anulabilidad, de caducidad y de revocación como causas de ineficacia de los
testamentos. ESPÍN CÁNOVAS, refiriéndose a la ineficacia de los testamentos,
describe la cuestión y expresa:“Así pues, bajo la expresión genérica de ineficacia
del testamento estudiamos tres diversas causas de producirse la misma: nulidad,
caducidad y revocación, que difieren grandemente entre sí. La primera procede de
defectos originarios del testamento; la segunda, de circunstancias sobrevenidas y la
tercera de la propia voluntad expresa o presunta del testador; no de defectos
originarios del testamento o de circunstancias sobrevenidas extrínsecas a la
voluntad del mismo”. 1
En la noción romana, disposición de última voluntad y revocación aparecen
perfectamente delimitadas y diferenciadas. En el decursar histórico la primigenia
idea romana de la revocación del testamento fue olvidada y se identificó a cualquier
nuevo testamento con el acto revocatorio. Por nuestra parte, entendemos que existe
una confusión terminológica en la base de tal idea, producida por la desdefinición2
de la figura en estudio, pues en realidad, a mi juicio, la revocación de las
disposiciones testamentarias otorgadas constituye un derecho subjetivo de la
persona cuyo ejercicio puede determinar la ineficacia voluntaria de las anteriores
disposiciones, aunque no necesariamente siempre la nueva voluntad expresada en
el testamento conduzca inexorablemente a la total ineficacia de lo dispuesto en
1
ESPÍN CÁNOVAS, Diego. Tratado de Derecho Civil Español. Vol. V, quinta edición, ed. Revista de
Derecho Privado, Madrid, 1978, pág. 394.
2
El término epistemológicamente expresa la idea de la conceptualización errada de los fenómenos y
de las cosas, a partir de una desacertada apreciación de los hechos y condiciones científicas que
sirven de pilares básicos a su construcción teórico-conceptual. En ese sentido se utilizará en lo
adelante, en toda la memoria escrita de la presente investigación.
testamento anterior, pues puede querer el autor del acto revocatorio conservar
alguna o algunas de las disposiciones precedentes. El acto revocatorio de
disposiciones testamentarias es un acto inter vivos, que produce su efecto desde el
momento mismo de la manifestación de voluntad revocatoria y priva de eficacia
hacia el futuro, con carácter inmediato, a las anteriores manifestaciones de última
voluntad de forma total o parcial, según sea la nueva voluntad del sujeto que
revoca.
La concepción constitucional de los derechos y deberes fundamentales es sostén y
expresión de la libertad individual, en tanto ésta ha de propiciar el desarrollo del
individuo. El derecho a la herencia, como derecho fundamental, encuentra respaldo
constitucional en el artículo 24 de la Constitución de la República de Cuba. Como
deber jurídico, el Estado ha de garantizar el pleno ejercicio y disfrute de los
derechos fundamentales de la persona, y propiciar la existencia de la armonía en la
sociedad; de allí que: “... La obligación del Estado entraña entonces el
reconocimiento legal de los derechos así como la creación de garantías materiales y
jurídicas que permitan el real ejercicio de los mismos” 3; es por ello que la regulación
normativa de un instituto jurídico ha de propender a la realización plena de los
derechos fundamentales, máxime en cuestiones tan delicadas y sensibles como la
sucesión mortis causa y la manifestación de la última voluntad del causante
contenida en el testamento.
Por lo que representa en el cumplimiento de la real voluntad del testador, el tema
reviste cardinal importancia. Al momento de entrar a valorar la eficacia de las
disposiciones testamentarias su autor ya no podrá defenderlas ni aclarar cuál era su
real intención. De no ser claras y precisas sus manifestaciones, cualquier
interpretación de las mismas
puede tergiversarlas y
provocar un resultado no
querido por él y, por tanto, la vulneración de su voluntad.
Especial cuidado ha de poner el notario, el cónsul o el personal excepcionalmente
autorizado, ante el que se testa en situaciones excepcionales al plasmar en el
testamento las pretensiones del otorgante, asentándolas en cláusulas diferenciadas
3
PRIETO VALDÉS, Martha; PÉREZ HERNÁNDEZ, Lissette. Temas de Derecho Constitucional Cubano.
Facultad de Derecho, Universidad de La Habana, versión electrónica; ed. Félix Varela, La Habana,
2000, p.150.
y redactándolas con un lenguaje claro y preciso que no deje lugar a dudas sobre la
intención revocatoria, de su alcance y extensión.
La deficiente configuración técnica y redacción de las normas contenidas en el
artículo
479
del
Código
Civil
cubano,
provoca
disímiles
y
encontradas
interpretaciones, y refleja la desdefinición de la figura de la revocación existente en
el plano doctrinal. En su texto no concibe a la revocación como un derecho subjetivo
de la persona sino como una facultad del testador, en consecuencia no identifica al
revocante como sujeto del acto revocatorio, por otra parte, desconoce que son las
disposiciones de última voluntad contenidas en el testamento las que resultan objeto
de la revocación y no el testamento en su conjunto como forma documental. Al utilizar
una fórmula oscura e imprecisa, en relación con las formalidades a seguir para la
realización de la revocación, ha dado lugar a erróneas interpretaciones en cuanto a la
obligatoriedad de utilizar, para su ejecución, el mismo tipo de testamento empleado al
otorgarse el que se pretende revocar y, por otra parte, no incluye los otros medios
jurídicos que pueden utilizarse con tal propósito. El sistema de revocación tácita,
refrendado en su apartado segundo, pone en riesgo la real voluntad querida por el
testador cuando, sin pretender revocar las disposiciones contenidas en el testamento,
este realiza un nuevo otorgamiento y modifica en poco o en nada las disposiciones de
aquel, lo complementa, o se limita a establecer disposiciones de carácter no
patrimonial pues, al no declarar expresamente su voluntad de que valgan, resultarían
revocadas. El haber establecido en un apartado distinto al segundo las disposiciones
referidas a la supervivencia de las anteriores declaraciones cuando estas no entran en
contradicción con las del nuevo testamento ha conducido, a algunos sectores de los
operadores jurídicos, al equívoco de considerar la admisión del sistema de revocación
expresa por el legislador al par del sistema de revocación tácita, dos sistemas
diametralmente opuestos. El apartado tercero es una consecuencia lógica de las
premisas enunciadas en los dos apartados anteriores y establecido para dulcificar
un tanto el sistema de revocación romano previsto en este artículo.
Atentan contra la autonomía del testador, como expresión de su libertad personal,
ellaconismo de la normativa referida a la revocación del testamento y el sistema de
revocación tácita 4 asumido por el legislador del Código Civil, al imponer la
revocación total del testamento anterior por el posterior, a menos que el testador
exprese en el último la voluntad de que valga, en todo o en parte, el anterior. La
presunción legal establecida puede traer por consecuencia que la real voluntad del
testador sea violada o desconocida, pues niega la posibilidad de coexistencia a dos
o más testamentos, por lo cual el tribunal no puede entrar a valorar la supervivencia
del anterior o de los anteriores testamentos, queda excluida cualquier actividad
interpretativa jurisprudencial de las disposiciones de estos, tal como sucedería en el
caso de un nuevo otorgamiento que tenga por objetivo fijar nuevas disposiciones o
complementar las anteriores sin afectar en nada a las precedentes; empero, ha de
tenerse en cuenta que en Cuba la jurisprudencia, no es una fuente formal del
Derecho 5.
Es criterio del autor de esta investigación que, dadas las especiales características
de la sucesión mortis-causa en general y del acto jurídico testamentario en
particular, la revocación del testamento habría requerido un tratamiento más
detallado; la economía preceptual presente en el Código Civil cubano en relación
con este instituto jurídico, se aparta del espíritu lógico sistematizador, quedaron
fuera de previsión importantes y esenciales regulaciones relativas a su concepción
como derecho subjetivo, a su carácter no recepticio, a la irrenunciabilidad del
derecho a revocar las disposiciones testamentarias otorgadas, a su naturaleza de
acto inter vivos, a la posibilidad de producirse la revocación material del testamento
ológrafo, a las cuestiones relativas a la revocabilidad o no de las disposiciones
atípicas del testamento, etc.
4
Denominamos a este sistema de revocación tácita, porque es lo acuñado por la doctrina del
Derecho de sucesiones, pero en realidad, más que de una manifestación tácita de voluntad, se trata
de una voluntad presunta, pues ella no la deduce otro sujeto de un comportamiento personal, sino
que es la ley la que establece que ese comportamiento debe interpretarse como revocación. Vid.
VALDÉS DÍAZ, Caridad del C., (Coordinadora), Derecho Civil. Parte General, ed.Félix Varela, La
Habana, 2000, p. 220.
5
FERNÁNDEZ BULTÉ deja sentado: “...En la Cuba de la Revolución está absolutamente dirimido que la
jurisprudencia o la doctrina legal no es fuente formal del Derecho; no obliga a los jueces, no impone
su imperio sobre sentencias posteriores. Los tribunales están vinculados exclusivamente a la ley y a
ella se deben, con plena capacidad de libre y responsable interpretación.” FERNÁNDEZ BULTÉ, Julio.
Teoría del Estado y el Derecho. Teoría del Derecho. Ed. Félix Varela, La Habana, 2002, p. 73.
Las reformas del Derecho Sucesorio en Latinoamérica en la regulación jurídica de la
materia objeto de investigación, no aportan ningún elemento novedoso a nuestra
normativa, por cuanto no se tuvieron en consideración por el legislador cubano, que
mantuvo la solución adoptada por el sistema revocatorio romano.Por demás, la
revocación como causa de ineficacia del acto jurídico testamentario, aún cuando es
una temática tratada en la doctrina, carece de estudios monográficos y existe, en el
entorno nacional, escasa bibliografía sobre el tema en particular, elemento que se
adiciona a las dificultades planteadas para el tratamiento y comprensión de esta
problemática.
Lo anteriormente explicado, evidencia la novedad y actualidad del tema de
investigación, toda vez que es propósito proclamado del Estado socialista cubano
perfeccionar el ordenamiento jurídico, en correspondencia con el principio martiano
de que en un país libre, el Derecho ha de ser popular, y ha de dotar a la sociedad
de normas claras, precisas y omnicomprensibles que contribuyan al logro de la
armonía jurídica, de la estabilidad, de la unidad social y familiar y a la realización
plena de los derechos fundamentales del individuo.
El perfeccionamiento de la regulación jurídica de la revocación de las disposiciones
testamentarias permitiría brindar una mayor protección al principio de conservación
máxima del testamento y de respeto a la última voluntad del testador. Investigar las
cuestiones referidas y la búsqueda de soluciones adecuadas constituye el propósito
de esta indagación.
Se tomaron como base para el análisis cuerpos legales paradigmáticos que
sirvieron de modelo a las posteriores codificaciones así el Code Napoleón 6,
prototipo de la codificación moderna; el B.G.B. 7, ganado por el prestigio de la
ciencia pandectística alemana y modelo de numerosos procesos ulteriores de
6
Código Civil de la República de Francia. Actualizado con el concurso de las personas siguientes:
Dra. MESTROT,Michèle, Profesora de la Universidad de Pau y de los Países de l'Adour; Prof. Dr.
HUALDE SÁNCHEZ, José Javier Catedrático de la Universidad del País Vasco (San Sebastián Gipuzkoa); Prof. Dr. LAROUMET, Christian, Catedrático de la Universidad de París II; Prof. Dr.
LEMOULAND, Jean-Jacques, Catedrático de la Universidad de Pau y de los Países de l'Adour. Fecha
de actualización 04/04/2006.
7
German Civil Code, BGB, of 18 August 1896. New version by promulgation of 2 January 2002 I 42,
2909; 2003, 738; last amended by statute of 4 December 2008 I 2586. Service provided by the
Federal Ministry of Justice in corporation with juris GmbH – www.juris. dePage 1 of 605.
codificación; el Código Civil español de 1888 8, puente entre los códigos
latinoamericanos y los europeos; el Código Civil chileno 9, obra magna de D. Andrés
BELLO, que introduce el Modernismo Institucional en América y constituye punto de
referencia para otros Códigos latinoamericanos; el CodiceCivile italiano 10, que abrió
perspectivas a la doctrina y la jurisprudencia de los países latinos y mediterráneos,
posibilitó el desarrollo de la ciencia jurídica; el Código Civil argentino 11, de VÉLEZ
SARSFIELD, obra monumental de la codificación civil moderna; el Código Civil
peruano de 1984 12, inspirado en la justicia social, los avances científicos y la
modernización de la aplicación del Derecho y tomado de modelo por las últimas
codificaciones del siglo XX en América y otros Códigos latinoamericanos y europeos
ineludibles en el estudio de la revocación de las disposiciones testamentarias13.
El tema de investigación resulta relevante y de gran utilidad, para el
perfeccionamiento del ordenamiento jurídico sucesorio cubano, en particular, y de
la legislación civil en general; responde a una de las principales líneas de
investigación de la Facultad de Derecho de la Universidad de Camagüey, de la
Universidad de la Habana y de la sociedad cubana en su conjunto. La presente
investigación se adscribe al Programa Territorial de Ciencias Sociales y
Humanísticas, CITMA provincial, denominado Conocimientos metodológicos y
conceptuales que contribuyan a las Ciencias Jurídicas y al Proyecto no asociado a
programas El Perfeccionamiento de las normas de Derecho Civil y de Familia en el
ordenamiento jurídico cubano.
En tal sentido se plantea el siguiente tema de investigación:
8
Código Civil del Reino de España de 6 de octubre de 1888, 16ta.edición, ed. Civitas S. A., Madrid,
1993.
9
Código Civil de la República de Chile, de 14 de diciembre de 1855, vigente desde el 1ro de enero de
1857, edición oficial actualizada al año 2000.
10
Código Civil de la República de Italia de 16 de marzo de 1942,CodiceCivile Italiano. Disponible en:
http://www.jus.unitn.it/cardozo/Obiter_Dictum/codciv/home.html.
11
Código
Civil
de
la
República
Argentina.
Disponible
en:
http://www.oas.org/dil/esp/Codigo_Civil_de_la_Republica_Argentina.pdf.
12
Código Civil de la República del Perú, promulgado por Decreto Legislativo Nº 295 de 24 de junio de
1984, en vigor desde el 14 de noviembre de 1984. Página Web elaborada por la Comisión Andina de
Juristas.
13
Sobre la Codificación y sus principales hitos, vid. PÉREZ GALLARDO, Leonardo B. “De la
Codificación Civil”, en Derecho Civil. Parte General. VALDÉS DÍAZ, Caridad del Carmen.
(Coordinadora), ed. Félix Varela, La Habana, 2005, pp. 13-80.
Tema
La revocación de las disposiciones testamentarias.
Problema científico
¿Cómo pueden resolverse, en el orden teórico normativo, los efectos negativos que
produce
la
actual
desdefinición
de
la
revocación
de
las
disposiciones
testamentarias?
Hipótesis
Definir la revocación como un derecho subjetivo, cuyo ejercicio produce efectos
inter vivos, y establecer las pautas de la correcta interpretación y regulación del acto
revocatorio, favorece la supervivencia de la real última voluntad expresada por el
testador, en consonancia con el principio de conservación del testamento.
Objetivo general
Fundamentar la necesidad de un replanteamiento teórico-conceptual y normativo de
la regulación de la revocación de disposiciones testamentarias en el Derecho civil
cubano.
Objetivos específicos
1.
Analizar el decursar histórico de la revocación de las disposiciones
testamentarias, validando su condición de derecho subjetivo independiente del
derecho a testar y con efectos inter vivos.
2.
Sistematizar las concepciones teóricas y la regulación de la revocación en el
Derecho comparado, como base para la formulación de una acertada definición
de la figura y una correcta interpretación de su naturaleza jurídica.
3.
Evaluar
la
regulación
jurídica
de
la
revocación
de
disposiciones
testamentarias en el Derecho positivo cubano, destacando los efectos prácticos
negativos de la actual desdefinición de la figura.
Objeto de estudio
La revocación de disposiciones testamentarias.
Métodos y técnicas de investigación
•
Método lógico - histórico.
A fin de realizar un análisis histórico del surgimiento y posterior desarrollo de la
concepción de la revocación de las disposiciones testamentarias, desde el Derecho
romano hasta la actualidad, centrando nuestra atención en los principales hitos de
cada etapa, sus aportes y consecuencias en las etapas posteriores, así como su
repercusión en suelo patrio, tanto en el orden teórico como normativo.
•
Método teórico-jurídico.
Con el propósito de analizar el tratamiento doctrinal y la regulación jurídica de la
revocación. Los principios teórico - doctrinales analizados permitirán establecer
críticamente las bases para el análisis de la normativa vigente reguladora de esta
institución jurídica.
•
Método exegético analítico.
En función de la emisión de juicios de validez, vigencia y eficacia de la regulación
de la revocación de las disposiciones testamentarias, a partir de la interpretación del
sentido y alcance de las normas jurídicas que regulan el objeto de la investigación,
contenidas en nuestro ordenamiento jurídico.
•
Método de Derecho comparado.
Con el objetivo de caracterizar el tratamiento de la revocación en diferentes
ordenamientos jurídicos y, a partir de ello, realizar abstracciones y generalizaciones
que permitan valorar los elementos positivos de su ordenación, señalar críticamente
sus deficiencias y retomar, en lo pertinente, sus aportes para aplicarlos a una
propuesta normativa en nuestro país.
•
Análisis de documentos.
De aplicación a la documentación y bibliografía utilizada en relación al tema, dentro
de la doctrina civilista cubana y extranjera; publicaciones, artículos de revistas, y
documentos útiles en Internet, y otros disponibles en las bases de datos
digitalizadas existentes, a fin de establecer precisiones y acceder a las
concepciones más significativas en relación con el objeto de la investigación para
acopiar elementos formativos de criterios, en función de descifrar la particular
naturaleza de la revocación.
•
Consulta a especialistas.
Al objeto de obtener información actualizada en relación con el ejercicio de la
práctica jurídica que posibilite un acercamiento a la experiencia profesional en su
vínculo con el tema objeto de la investigación. Se materializa a través de consultas
a profesionales altamente calificados o vinculados a la enseñanza del Derecho en el
ámbito nacional. Permite un acercamiento al tema objeto de la investigación desde
la realidad de los operadores del Derecho y de otros especialistas vinculados a la
docencia.
Resultados obtenidos
Académico: La obtención de un material teórico actualizado, con un adecuado
sustento bibliográfico de alto nivel científico, sobre el tema de la revocación de las
disposiciones testamentarias que puede ser utilizado para la consulta y análisis por
especialistas, operadores jurídicos y estudiantes, tanto de pregrado como de
postgrado.
Teórico-doctrinal: Se aportan los elementos teóricos que contribuyen a esclarecer
la naturaleza jurídica de la revocación de disposiciones testamentarias y a vencer la
situación de desdefinición de su concepción, en el plano científico y en el Derecho
positivo cubano.
Práctico-normativo: Se ofrecen los indicadores que coadyuvan al replanteamiento
normativo de la revocación de disposiciones testamentarias en el Derecho cubano y
su adecuada interpretación como precaución en favor de la realización plena de la
real voluntad del testador o del revocante.
Fuentes teóricas inmediatas
En
la
doctrina
romanista
(ARIAS
RAMOS,
DIHIGO
Y
LÓPEZ
TRIGO,
ERRAZURIZEGUIGUREN, FERNÁNDEZ BULTÉ, GARCÍA GARRIDO, HEINECCIO, HERNÁNDEZTEJERO, IGLESIAS, LÓPEZ
DE
RUEDA, SUMNER MAINE, MIQUEL); en la doctrina civilista
española(BLANCH NOUGUÉS, CASTÁN, COBO PLANA, DE CASTRO,
DE
COSSÍO, DÍEZ
PICAZO, GULLÓN, LACRUZBERDEJO, LALAGUNA, LORA-TAMAYO, MANRESA, MARTÍNEZ
RUIZ, RIVAS MARTÍNEZ, ROYO MARTÍNEZ, SCAEVOLA,VALLET
doctrina italiana(ALPA,
DE
DE
GOYTISOLO), en la
RUGGIERO,), en la colombiana(LAFONTPIANETTA), en la
argentina(BORDA, FERRER, MAFIA, MEDINA, RAFFO BENEGAS, RIVERA Y ZANNONI), en la
doctrina civilista patria (CLAVIJO, CLEMENTE DÍAZ,
DE
VERA SÁNCHEZ, PÉREZ
GALLARDO, VALDÉS DÍAZ, RAPA ÁLVAREZ, SÁNCHEZ ROCA, SÁNCHEZ ROMÁN, SÁNCHEZ
TOLEDO), en lo fundamental.
Capítulo I.- La revocación de disposiciones testamentarias. Su tratamiento
doctrinal
I.1.- La revocación de disposiciones testamentarias en su decursar histórico
I.1.1.- Necesaria referencia al origen de la sucesión testamentaria en el
Derecho Romano
La necesidadde ordenar y regular la transmisión del patrimonio del causante a sus
herederos determinó la aparición del derecho de sucesiones por causa de muerte el
cual, inicialmente, aparece como sucesión intestada. El surgimiento de la sucesión
testamentaria es el resultado de un largo proceso evolutivo determinado porla
individualización cada vez más creciente de la propiedad, se llega a concebir que
esta perdura aún después de la muerte de la persona y se protege la voluntad del
ser humano, como propietario, con posterioridad a su fallecimiento al considerarla
extendida más allá de ese límite.
Fue en el mundo romano, con su inusitado desarrollo de las relaciones de
propiedad, donde apareció la sucesión testamentaria o voluntaria como forma
privilegiada de sucesión 14 y constituyó la forma de delación de la herencia más
importante en el Derecho Romano 15, a tal punto que llegó a considerarse una
desgracia el fallecer intestado. En la concepción de la “hereditas” se integraban la
14
Nos explica IGLESIAS que, el testamento es una institución muy antigua y genuinamente romana y
que tanto el testamento griego, como el greco-egipcio, no poseen una institución de herederos al
estilo romano con sus consecuencias en el orden jurídico. Vid. IGLESIAS, Juan. Derecho Romano.
Duodécima edición revisada con la colaboración de Juan Iglesias-Redondo, ed. Ariel, Barcelona,
España, 1999, pp. 396-397; coincidente con IGLESIAS, en cuanto al surgimiento y evolución del
Derecho de Sucesiones y, en especial de la sucesión testamentaria, vid. FERNÁNDEZ BULTÉ, Julio.
Manual de Historia General del Estado y el Derecho; ed. Pueblo y Educación, La Habana, 1987, pp.
732-750.
15
Esta idea se encuentra, por primera vez expresada, en la Ley de las XII Tablas, en su V Tabla,
referida a las Herencias y Tutelas, ordena: “Del modo que el padre de familia disponga en
testamento de sus bienes y de la tutela de los que tenga en su poder, valga”. FERNÁNDEZ BULTÉ,
Julio; CARRERAS CUEVAS, Delio; YÁÑEZ, Rosa María. Manual de Derecho Romano. Anexo, Ley de las
XII Tablas, ed. Pueblo y Educación, 4ª reimpresión, 1991; vid.MUÑOZ MALDONADO, José.Elementos
de la Historia del Derecho Romano, fragmentos de las Leyes de las XII Tablas, tab. V De Heredit. et
Tutelis, imprenta de D. L. Amarita, Madrid, 1827, p. 237.
continuidad del culto a los antepasados y a los dioses manes, la jefatura familiar y la
transmisión de los bienes del causante; más que la transmisión del patrimonio
importaba la designación de un heres.
En las fuentes citadas por los romanistas aparecen dos definiciones de
testamento 16,
la
primera
atribuida
a
ULPIANO
y
que
expresa:
“Testamentumestmentisnostraeiustacontestatio, in id solemniterfacta ut post mortem
nostramvaleat” 17; la segunda, se atribuye a MODESTINO y apunta: “Testamentum:
Voluntatisnostrae justa sentencia de eo, quodquis post mortem suma fieri velit” 18. En
ambas es criticable su grado de generalidad. Si bien expresan la concepción de los
juristas romanos acerca del testamento, al incluir las consideraciones de que era
una declaración ante testigos, expresión de la intención o voluntad del testador
conforme a derecho, y mortis-causa, no incluyen la institución de herederos en cuya
ausencia el testamento sería nulo de pleno derecho, ello determinado por el
carácter universal de la herencia romana 19 en ella lo importante, más que la
transmisión de los bienes hereditarios, era la institución del heres quien sustituía al
16
AsíARIAS RAMOS, J. Derecho Romano. II – III, Obligaciones (fuentes, garantía, cesión y extinción).
Derecho de Familia. Derecho de Sucesiones; sexta edición, ed. Revista de Derecho Privado, Madrid,
p. 994; FERNÁNDEZ BULTÉ, Julio; CARRERAS CUEVAS, Delio; YÁÑEZ, Rosa María. Derecho Romano, op.
cit., p. 204; GARCÍA GARRIDO, Manuel J. Derecho Privado Romano. Acciones. Casos Instituciones;
primera edición abreviada, ed. Dykinson, Madrid, 1993, p. 553; IGLESIAS, Juan. Derecho Romano;
op.cit., p. 397; MIQUEL, Joan. Derecho Privado Romano; ed. Marcial Pons, ediciones jurídicas S.A.,
Madrid, 1992, p. 411;ORTOLAN, M.Explicación Histórica de las Instituciones del Emperador Justiniano,
con el texto, la traducción al frente y las explicaciones debajo de cada párrafo,precedida dela historia
de la legislación romana, desde su origen hasta la legislación moderna, y de una generalización del
Derecho Romano, según los textos conocidos antiguamente ó mas recientemente descubiertos; t.
I,Libros I y II de la Instituta, novísima quinta edición revisada y aumentada, traducida por los
Magistrados Francisco PÉREZ DE ANAYA y Melquíades PÉREZ RIVAS, librería de Leocadio López,
editor, calle del Carmen, número 13, Madrid, 1884, p. 506.
17
“El testamento es la declaración de nuestra intención hecha ante testigos, conforme a derecho y de
forma solemne, para que valga después de nuestra muerte”.
18
“El testamento es la declaración conforme a derecho que manifiesta nuestra voluntad sobre lo que
cada cual quiere que se haga después de su muerte”.
19
Sobre ello SUMMERMAINE expresa: “... Recordemos la definición ordinaria de la herencia en derecho
romano, para que el lector aprecie la fuerza de cada uno de sus términos. «Hareditasestsuccesioin
universumjusquoddefuntushabuit»,«herencia es la sucesión en el total de derechos del difunto». Que
equivale á decir; aunque la personalidad física desaparece, la legal sobrevive y pasa íntegra a sus
herederos ó coherederos, que la continúan,...”.SUMNER MAINE, Henry. El Derecho Antiguo
(AncientLaw) considerado en sus relacionescon la historia de la sociedad primitiva y con las ideas
modernas.Parte Especial; traducción del francés, cotejada con el original, por A. GUERRA, tipografía
de Alfredo Alonso, Calle del Soldado, núm. 8, Madrid, 1893, p. 10.
pater familias en la jefatura familiar y ostentaba todos sus poderes20; por otra parte,
tampoco hacen referencia al esencial principio de la revocabilidad del testamento 21.
Los romanistas han dividido la historia del testamento en tres etapas: la del Derecho
Antiguo, la del Derecho Pretoriano y la del Derecho Imperial, en las cuales éste
adoptó variadas expresiones y formalidades22.
GAYO 23, nos da la nota histórica de las formas más antiguas de testar en el Ius Civil;
éstas fueron el testamento calatiscomitiis (en la paz y la tranquilidad), otorgado
frente a los Comicios Curiados reunidos dos veces al año, presididos por el
PontífixeMaximus o por el RexSacrorum y; el improcintu 24. A estas formas, con
posterioridad, se les agregó una tercera denominada per aes et libram 25. Más tarde
20
Apunta ARIAS RAMOS refiriéndose al testamento romano: “... Cualquier deseo lícito del testador
puede ser expresado en el testamento; pero una disposición es indispensable, y sin ella no hay
testamento: la institución de herederos”. ARIAS RAMOS, J. Derecho Romano, op. cit., p. 998.
21
Los romanistas, en épocas posteriores, han incluido estos elementos en la elaboración de
definiciones relativas al testamento romano llegando a señalar, como características del testamento
romano, el ser un acto jurídico mortis-causa, unilateral y personalísimo, solemne, contentivo de la
institución de heredero (uno o varios, con carácter universal), de otras disposiciones y, el ser un acto
esencialmente revocable. Vid.DIHIGO Y LÓPEZ TRIGO, Ernesto; Derecho Romano, t. II, 2da. parte,
Facultad de Derecho, Universidad de la Habana, Ministerio de Educación Superior, 1988, p. 280;
FERNÁNDEZ BULTÉ, Julio.Derecho Romano, op. cit., p. 205; GARCÍA GARRIDO, Manuel J. Derecho
Privado Romano, op. cit., p. 554; MIQUEL, Joan. Derecho Privado Romano, op. cit., p. 412.
22
Las solemnidades exigidas en los testamentos fueron modificadas en correspondencia con cada
etapa histórica estableciéndose formas ordinarias y extraordinarias o especiales de testar. Vid. ARIAS
RAMOS, J. Derecho Romano, op. cit., p. 998.
23
La Instituta de Gayo, descubierta recientemente en un palimpsecto de la Biblioteca Capitular de
Verona, traducida por primera vez al Castellano con notas que facilitan la inteligencia del texto;
imprenta de la Sociedad Literaria y Tipográfica, calle de la Manzana, núm. 14, Madrid, 1845, p.
336.Vid. VALLET DE GOYTÍSOLO, Juan B., Panorama del Derecho de Sucesiones, t. I – Fundamentos,
1ª edición, ed. Cívitas, Madrid, 1982, pp. 961 - 964.
24
Se otorgaba ante el pueblo formado en orden de batalla, por la imposibilidad de hacerlo ante los
Comicios, para que los ciudadanos, antes de entrar en combate o antes de estallar la guerra,
pudieran testar. Se llamaba procintusa un ejército ya provisto de armas y presto a partir.Afirma
FERNÁNDEZ BULTÉ, que esta forma “... resultó una solución excepcional para que el ciudadano
pudiera testar ante el peligro de la guerra”. FERNÁNDEZ BULTÉ, Julio. Derecho Romano, op. cit., p.
205.
25
El testamento por la moneda y la balanza fue concebido para facilitar el otorgamiento a aquellos
ciudadanos que no habían testado por ninguna de las formas anteriormente referidas y se
encontraban amenazados o en peligro de una muerte inminente. En este caso, se recurría al artificio
de entender realizada una venta solemne de la familia (mancipatio) ante cinco testigos y un libripens;
al respecto comentaHEINECIO: 454. “Siendo la herencia cosa mancipi, y transfiriéndose ésta por
medio de la mancipación, se mandó que los testamentos se hiciesen per aes et libran. De ahí que se
constituía comprador de la familia aquel a quien el testador vendía la familia o la herencia delante de
cinco testigos ciudadanos romanos, delante del antestatus, y del tenedor de la balanza (libripens),
Gell. lib. 15. cap. 26, añadiendo la nuncupación solemne: «estas cosas así como están escritas en
estas tablas o ceras, así las doy, lego, testo y así vosotros, oh quirites, prestad vuestro
testimonio»,Ulp. Fragm. tit. 20. §. 9”.HEINECCIO. Elementos de Derecho Romano, traducidos y
las formas testamentarias se simplificaron y proliferaron, a fin de facilitar el
otorgamiento de los testamentos 26.El testamento romano, válido, era la Ley de la
sucesión mortis causa(lexsuccessionis) y constituyó la forma fundamental de
delación de la herencia 27; entendiéndose como un acto jurídico esencialmente
revocable.
I.1.2.-
La
primigenia
concepción de
la
revocación
de
disposiciones
testamentarias en el Derecho Romano. El Testamentumruptum
Al aparecer el testamento en Roma se reconoció a la persona el derecho de morir
intestada o con testamento. En Roma se concibió al testamento como el acto
jurídico contentivo de la expresión de la última voluntad de una persona. Esa
declaración regía su sucesión en die mortis. El testamento era expresión de la
autonomía de la voluntad, de la autarquía del pater 28. Al propio tiempo se concibió
su derecho a modificar las disposiciones testamentarias, hasta en el último
momento de su vida e incluso, de dejarlas plenamente sin efecto a través del acto
revocatorio. El testamento, perfecto en la esfera jurídica del testador desde el
instante de su otorgamiento, jamás vinculaba al otorgante con los herederos
instituidos. El genio creador romano, basado en el sentido común y fundamentado
en los intereses individualistas y autárquicos del pater familia, concibió el derecho
de éste a disponer libremente en vida para después de la muerte a través del
testamento. Como contrapartida reconoció el derecho del otorgante a dejar sin
anotados por E.F.S. con licencia; imprenta de D. Eusebio Aguado, Madrid, 1829, p. 348.Vid.Instituta
de Gayo, op. cit. 2, §. 102, p. 336.
26
Vid. ARIAS RAMOS.Derecho Romano, op. cit., pp. 996-1004.
27
Afirma CASTÁNTOBEÑAS: “El testamento puede ser considerado uno de los mayores aportes de la
civilización romana al Derecho moderno. Este tiene importancia extraordinaria en la conciencia social
de su época; así, según CICERÓN: «es el acto más grave de la vida del civil, como lo es la lex en la
órbita pública». Tanto era su valor, que respondía en un tiempo a la exigencia no ya de perpetuar la
sacra, ya que éstos eran independientes de las disposiciones de última voluntad, sino de mantener la
unidad patrimonial de la familia bajo un nuevo jefe, y tenía sus profundas raíces en la tradicional
inspiración individualista del derecho y en la sociedad romana, en la cual la certeza de la eficacia de
la propia voluntad ultra mortem se consideraba como solitium mortis”.CASTÁNTOBEÑAS, José.
Derecho Civil Español, Común y Floral. Derecho de Sucesiones; t. VI, novena edición, ed. REUS,
S.A, Madrid, 1989, p. 37.
28
El pater familia llegó a ejercer el poder de vitae et necis sobre todos los miembros del grupo
familiar.
efectos, mediante el acto revocatorio, la manifestación de última voluntad expresada
y de volver a disponer, según su albedrío, siendo tan ilimitado su derecho de
revocar como el de testar.
La doctrina tradicional encuentra el carácter esencialmente revocable de las
disposiciones testamentarias en la máxima de ULPIANO que expresa:Ambulatoria
estvoluntasdefuntiusque ad vital supremumexitum 29.
La revocación de las disposiciones testamentarias nace como un precepto de
autonomía privada, de autarquía. El derecho de revocar fue concebido con tanta
firmeza que llegó a considerarse nula toda cláusula en la cual el testador se
comprometiese a no cambiar su manifestación de última voluntad y la
estipulatiopoenae encaminada a garantizar tal compromiso.
Las manifestaciones de última voluntad contenidas en el testamento no podían ser
invalidadas con una manifestación de voluntad, contraria a las mismas, hecha de
cualquier manera. Se exigieron formas definidas y precisas para su realización. En
correspondencia con las etapas históricas del desarrollo del Derecho Romano
fueron reguladas de distinta manera por el Derecho Civil, por el Derecho Pretoriano
y por el Derecho de la época justinianea.
El IusCivile, formalista y rígido, no admitió que una simple manifestación de
voluntad del testador, contraria a la anteriormente expresada o la ruptura del
documento contentivo del testamento (tabulae), determinara la revocación. Solo era
válido, a tal efecto, el otorgamiento de un nuevo testamento 30. Sobre la base del
29
“La voluntad del causante es variable hasta el supremo momento de la muerte”. ULPIANO, 33 Sab.
D. 34, 4,4. Cit., por REINOSO BARBERO, Fernando. Los principios Generales del Derecho en la
jurisprudencia del Tribunal Supremo. Formularios de Recursos de Casación Civil, Penal, Laboral y
Apelación Contencioso Administrativa, ed. Dykinson, S. L., Madrid, 1987, p. 8. ULPIANO: 1. 4, D., de
adimendislegatis, 34, 4.
30
Al respecto GAYOen su Instituta afirmaba: “Un testamento posterior hecho conforme á derecho
rompe siempre el anterior. En este caso no importa que exista ó no heredero á virtud del último
testamento, debiendo solo tenerse presente si ha podido haberlo. De consiguiente, si alguno
instituido heredero por un testamento posterior, hecho conforme á derecho rehusare serlo; si
falleciere en vida del testador ó despues de su muerte antes de adir la herencia; si fuera escluido
por la crecion; si la condicion bajo la cual ha sido instituido heredero no se cumpliere, ó si en virtud
de la ley Julia fuere escluido de la sucesion por causa de celibato ; en todos estos casos muere
intestado el padre de familia, pues el primer testamento queda invalidado á causa de haberse roto
por el segundo, yéste queda igualmente sin fuerza por no existir heredero”.La Instituta de Gayo,...,
op. cit.,p. 336.
principio “nemopotest cum duobospluribusvetestamentisdecedere” 31, surge y se
desarrolla el sistema de revocación tácita. Se sentó el principio de que un
testamento no se revoca sino al otorgarse otro nuevo y, en correspondencia, todo
testamento posterior revoca forzosa y totalmente al anterior32.
Las nuevas condiciones socio-económicas, en la época de la República,
determinaron que las viejas concepciones del otorgamiento del testamento y su
revocación ante los comicios se modificaran.
El Derecho Pretoriano, más dúctil y omnicomprensible estableció, conforme a la
intención del testador, que la rotura de las tabulae del testamento, de sus sellos o,
el haber borrado la institución de heredero evidenciaban su propósito, así quedaba
revocado el testamento 33.
En la época del Bajo Imperio y en el Derecho Justinianeo se conocen además, otras
formas de revocación: la revocación apud acta; (TEODOSIO II y HONORIO habían
declarado caducados los testamentos a los diez años de su fecha de otorgamiento
podía, entonces, revocarse el testamento previa declaración ante la autoridad
pública y tres testigos), esta disposición no fue acogida por la compilación
justinianea y, la revocación por un testamento posterior imperfecto, regla atribuida a
TEODOSIO II y VALENTINIANO III, si en él eran instituidos los herederos abintestatos,
disposición que si se incluyó en el Corpus Iuris Civilis.
La concepción de la esencial revocabilidad del testamento en Roma estuvo
determinada por ser considerado éste un acto mortis causa y de última voluntad,
personalísimo, unilateral y contentivo de una declaración de voluntad no recepticia.
Sus características determinaron que pudiera ser revocado por el testador, en
31
“Ninguno puede morir con dos o más testamentos”.LÓPEZ DE RUEDA, José. Algunos principios y
definiciones del Derecho Romano, escogidos por el Catedrático de dicha asignatura en la
Universidad de Sevilla, Don José López de Rueda, para ilustración de su programa; op. cit., p. 23.
32
No podía mantenerse, en lo más mínimo, ninguna disposición del testamento anterior si no era
reproducida enteramente en el posterior. Era necesario otorgar un nuevo testamento con su
correspondiente institución de heredero, si el ulterior testamento, por cualquier causa, resultaba
invalidado entonces se abría la sucesión intestada.
33
Dado el caso, el pretor otorgaba la bonorumpossessio a los herederos abintestato de no existir un
testamento anterior o, ante la existencia de éste, al heredero instituido en él
(bonorumpossessiosecudum tabulas).
cualquier momento posterior a su otorgamiento y hasta su fallecimiento, mientras
conservara su capacidad para manifestar su voluntad revocatoria.
En el Derecho romano se excluyó absolutamente la sucesión mixta en base al
principio romano “Nemopotest pro parte testatus, pro parte intestatusdecedere” 34.No
fue admitida la coexistencia de testamentos, el testamento posterior siempre
revocaba al anterior. Ello determinó el nacimiento del denominado sistema de
revocación tácita o revocatorio romano. En este sistema el testamento posterior
perfecto revoca totalmente al anterior y, al no admitir la coexistencia de testamentos
impone, tajantemente, la revocación tácita de la anterior manifestación de última
voluntad 35.
En las fundamentales fuentes históricas del Derecho romano se utiliza la expresión
“testamentumruptum” (testamento roto) 36 en lugar de la actual expresión
revocación del testamento. Correspondía esta denominación al cambio de voluntad
34
“Ninguno puede morir parte testado, y en parte intestado”.LÓPEZ DE RUEDA,José. Algunos principios
y definiciones del Derecho Romano, escogidos por el Catedrático de dicha asignatura en la
Universidad de Sevilla, Don José López de Rueda, para ilustración de su programa. Lección 67,
escuelas de Artes y Oficios, Sevilla, 1916, p. 23. ERRÁZURIZ EGUIGUREN afirma que en el Derecho
Romano: “...respecto de un mismo causante, no se puede suceder en parte por testamento y en
parte por ley”, al respecto cita a POMPONIO, (Pomponio. D. 50, 17, 7) cuando expresa: "Es
naturalmente opuesto morir abintestato y con testamento" y, a ULPIANO (Ulpiano, D. 29, 2, 39),
cuando formula la máxima: "Siempre que se pueda adir la herencia por testamento, no se la
confiere abintestato"; y, añade más adelante: “Las razones que se tuvieron en cuenta para prohibir
esto fueron de toda lógica: el primitivo testamento tenía por objeto otorgar el título de heresa una
persona que, en tal virtud, pasaba a ser el jefe de la familia, a objeto de conservar en ésta su
carácter patriarcal; y si alguien ya tenía este título, el de heres, no podían aspirar al mismo los
herederos legítimos, aquellos llamados por la ley. Este principio tuvo una sola excepción: el militar
podía testar respecto de una parte de su patrimonio, abriéndose la sucesión legítima respecto de la
parte no testada”. ERRAZURIZEGUIGUREN, Maximiano. Manual de Derecho Romano.De los Bienes. De
las Obligaciones. De las Fuentes de las Obligaciones. De la Sucesión por Causa de Muerte. Derecho
Procesal Romano. Colección Manuales Jurídicos, t. II, segunda edición, ed. Jurídica de Chile, Chile,
1989, p. 355.
35
Al respecto RIVAS MARTÍNEZ expresa: “Por tanto en el Derecho Romano el testamento posterior
revocaba necesariamente de modo total al testamento anterior, aunque las disposiciones de ambos
hubieran podido resultar compatibles, pues los principios de la necesidad de la institución de
herederos y el de universalidad de esta institución no dejaban resquicio para la simultánea validez de
los dos testamentos”.RIVAS MARTÍNEZ, Juan José. Derecho de Sucesiones Común y Foral; t. II, vol.
2º, 3ra. edición, ed. Dykinson, Madrid, 2005, p. 750.
36
GAYO en su Instituta dice: “Un testamento posterior hecho conforme á derecho rompe siempre el
anterior...” GAYO. Instituta. La Instituta de Gayo..., op. cit.Libro II. § 144. Por otra parte, JUSTINIANO en
la Instituta, reproduce casi textualmente los términos de la Instituta de GAYO, expresando: “También
se rompe el testamento como consecuencias de haberse hecho después otro en las debidas
condiciones...” JUSTINIANO, Instituta. Libro II. Título 17: Sobre los modos que se invalidan los
testamentos, § 2º y § 3º. HERNÁNDEZ-TEJERO JORGE, Francisco. Las Instituciones de Justiniano,
versión española. Biblioteca Comares de Ciencia Jurídica, Colección Derecho Romano y Ciencia
Jurídica Europea, ed. Comares, Granada, 1998, pp. 112-113.
del testador expresado en un nuevo testamento perfecto, el cual dejaba sin efectos
la anterior declaración de última voluntad. El vocablo latino “ruptum” 37 era utilizado
como expresión de autonomía, de autarquía del testador este podía en cualquier
momento mudar su voluntad y otorgar nuevas disposiciones, dejar sin efecto las
anteriores o modificarlas sin tener que justificar su decisión. El término encierra la
idea de que nada puede oponerse a la revocación del testamento, debido a su
irrelevancia jurídica antes del fallecimiento del otorgante 38. El vocablo revocación,
aplicado al acto jurídico que causa la ineficacia voluntaria de las anteriores
disposiciones testamentarias, se arraiga en la doctrina y en la normativa jurídica en
la época de las codificaciones decimonónicas.
Pasa inadvertido a la doctrina, en la actualidad, el hecho de que romper el
testamento era un derecho del pater, ejercido en vida para decretar la ineficacia de
sus anteriores declaraciones de última voluntad. A partir de la ruptura del
testamento se restablecía el estado intestado a partir del cual la persona podía
volver a testar.
37
GAYO da cuenta de la posibilidad de utilizar como sinónimos los términos de irrito y roto, no
obstante señala la conveniencia de diferenciarlos y aplicar cada concepto a cada situación fáctica,
reservando la denominación de rotos a los hechos legalmente que se rompen por la voluntad del
causante al otorgar, cumpliendo los requisitos exigidos, un nuevo testamento, posición mantenida,
con posterioridad en la Instituta de JUSTINIANO. Expresa GAYO: “En tal caso se dice el testamento
irrito, aunque por otra parte sean también irritos aquellos que se han roto y aun los hechos desde un
principio contra lo prevenido por las leyes; pudiéndose llamar de la misma manera rotos los que se
han hecho irritos por la capitisdiminucion; pero como es mas conveniente distinguir á cada cosa por
su nombre particular, se dice que ciertos testamentos no están hechos conforme á derecho, que
otros, hechos legalmente, se rompen y que otros se hacen irritos”. GAYO, Instituta. Libro II. § 146.La
Instituta de Gayo,...; op. cit. p. 123.JUSTINIANO,en la Instituta sigue igual criterio: “Más en este caso se
dice que los testamentos se hacen írritos, aunque por otra parte también los que se rompen se
hacen írritos, e írritos son los que ya desde el primer momento, no se hicieron como estaba
mandado. También los testamentos que se hicieron con arreglo a lo preceptuado y después pasaron
a ser írritos como consecuencia de una disminución de capacidad podemos llamarlos rotos. Pero
como es mucho más conveniente aplicar a distintas causas nombres también distintos, se dice de
unos testamentos que no están hechos conforme a las normas establecidas y de otros que,
habiendo sido hechos como es debido, se rompen o se hacen írritos”. JUSTINIANO, Instituta. Libro II.
Título 17: Sobre los modos que se invalidan los testamentos, § 2 y § 3. HERNÁNDEZ-TEJERO JORGE,
Francisco. Las Instituciones de Justiniano,... op.cit., p. 113.
38
Al margen de las disquisiciones de si el testamento calatiscomitiis, otorgado ante los Comicios
Curiados, constituía una ley que sólo podía derogarse ante los propios comicios, lo cierto es que la
revocación del testamento otorgado había de realizarse por el testador ante ellos, como única
manera de revocar y establecer nuevas disposiciones, incluso, si el testador quería mantener alguna
de las disposiciones del testamento precedente tenía que reproducirlas íntegramente en el posterior
pues del anterior nada se salvaba.
I.1.3.- La concepción romana del testamento y de la revocación de
disposiciones testamentarias en la época feudal
En la crisis generada por la implantación del régimen feudal la ciencia jurídica
romana se eclipsa durante siglos. No obstante el derecho romano prejustinianeo,
adulterado, pervive en Occidente y subyace en el derecho de los diferentes troncos
germanos imbricado con el Derecho Canónico. FERNÁNDEZ BULTÉ explica que, el
Derecho feudal en el orden sucesorio, a excepción de la introducción de los
privilegios feudales de la masculinidad y el mayorazgo, no afectó sustancialmente la
herencia romana; y, expone la idea de que el Derecho Canónico hizo una
armonización de los sistemas sucesorios romano y germano 39; dando preferencia al
primero y preponderancia a la voluntad del sujeto en relación con la facultad de
disponer por testamento de los bienes, y hacia prevalecer la sucesión testamentaria
sobre la intestada 40; en tal sentido, el derecho de testar y el derecho de revocar el
testamento otorgado fueron poco afectados por el Derecho en la primera edad
feudal 41.
El resurgir de las ciudades europeas a partir del siglo XII, fundamentalmente
mediterráneas, marcó en el orden jurídico un hito fundamental: el renacer del
Derecho romano contenido en el Corpus Iuris Civilis del emperador Justiniano
(Institutiones, Digestum, Codex y Novellae) redescubierto por los glosadores, obra
continuada por los post glosadores o comentaristasy que produjo un impacto
39
Ello sobre la base de la concepción de que es “Dios quien hace al heredero”, idea cuyo propósito
era mantener la unidad indivisible del feudo y su continuidad.
40
Vid., FERNÁNDEZ BULTÉ,Julio.Manual de Historia General del Estado y el Derecho. Ed. Pueblo y
Educación. La Habana, 1987, pp. 748-749.
41
Reafirma la posición de FERNÁNDEZ BULTÉ, la opinión deSUMMER MAINEcuando afirma: “El
feudalismo interrumpió su desarrollo mucho menos que el de la mayor parte de las ramas del
derecho. Es indudable que se ha exagerado mucho la ruptura causada por la transición de la historia
antigua á la moderna, ó sea por la disolución del imperio romano: en muchos escritores, porque les
ha parecido molesto buscar los hilos de una trama oculta bajo seis siglos de perturbaciones; en
otros, no faltos de paciencia y capacidad, porque se lo ha vedado el vano orgullo del derecho de su
país y la repugnancia á ser deudores del romano”.SUMNER MAINE, Henry. El Derecho Antiguo
(AncientLaw) considerado en sus relacionescon la historia de la sociedad primitiva y con las ideas
modernas, op. cit., p. 6.
trascendental en el desarrollo de la ciencia jurídica, lo cual afectó no solo el resto de
la edad media sino también a la era moderna y contemporánea 42.
Reflejo, en la España feudal, de estas nuevas condiciones de la sociedad europea y
de la labor de los comentaristasfue la labor legislativa de ALFONSO X, “EL SABIO”. La
primer obra legislativa de ALFONSO X fue el Fuero Real43. En el orden de la sucesión
testamentaria se limitó a establecer las formas de los testamentos, el valor de las
disposiciones de última voluntad contenidas en el testamento y el derecho del
testador de revocarlas 44.
La obra legislativa de ALFONSO X tuvo su cima en el Código de las Siete Partidas,
obra queestuvo determinantemente influenciada por el movimiento jurídico de los
Glosadores y Post Glosadores 45. La Partida Sexta, fue reservada a la sucesión
mortis causa. ALFONSO X, puso especial empeño y cuidado en la regulación de la
sucesión testamentaria, como vía de evitar la litis y discordia entre los herederos en
pro de la paz jurídica 46. En el Título I, al referirse al testamento 47, hace un llamado
al especial cuidado que ha de poner el testador en su otorgamiento pues una vez
fallecido será que entre a valorarse su eficacia y se ejecuten las disposiciones de
42
Un interesante y bien fundamentado estudio de los avatares del Derecho Romano durante la Edad
Media y su posterior recepción en Europa hasta el siglo XIX, puede apreciarse en el Capítulo IV “Los
destinos del Derecho Romano en Oriente y Occidente”, de la obra de FERNÁNDEZ
BULTÉ;vid.FERNÁNDEZ BULTÉ, Julio.Manual de Historia General del Estado y el Derecho; op. cit., pp.
231-266.
43
También conocido como Fuero de las Leyes o Fuero de los Reyes. El Fuero Real fue redactado
entre 1252 y 1255, inspirado en el modelo Justinianeo, pretendió establecer un orden jurídico único
para todo el reino.
44
En tal sentido, en la Ley I, Título V, del Libro III, dispuso: “Todo home que fiziere su manda fágalo
por escriptode mano de los escribanos, ó de alguno de ellos que sean públicos, ó por otro escribano
que ponga su sello conoscido, que sea de creer, ó por buenas testimonias: la manda que fuere fecha
enqualquierdestasquatro guisasvalapor todo tiempo, si aquel que la fizo no ladesfiziere”, cit. pos.
FRANCISCO PACHECO,Joaquín. Comentario Histórico, Crítico y Jurídico a las Leyes de Toro, por Don
Joaquín Francisco Pacheco,t. I, imprenta de Manuel Tello, calle de Preciados, núm. 56, Madrid,
1862, p. 57.
45
Un substancial y muy bien fundamentado estudio de la recepción y renacer del Derecho Romano
en la sociedad europea a partir del siglo XII y de su posterior trascendencia puede ser consultado en
la obra de MARGADANT, Guillermo F. La Segunda vida del Derecho Romano; Miguel Ángel Porrúa,
librero editor, primera edición, México D.F., México, 1986.
46
El proemio de la Sexta Partida constituye un himno a la sucesión testamentaria. Vid.,Proemio a la
Sexta Partida. Las Siete Partidas del Rey Don Alfonso El Sabio, cotejadas con varios Códices
Antiguos por la Real Academia de la Historia, de Orden y a Expensas de S. M. Partidas Quarta,
Quinta, Sexta y Séptima, t. III, Imprenta Real, Madrid, 1807, p. 360.
47
Vid. Sexta Partida, Título I. De los Testamentos. Las Siete Partidas del Rey Don Alfonso El
Sabio...,id., p. 360.
última voluntad 48. El Código de las Siete Partidas, luego de la promulgación del
Ordenamiento de Alcalá de Henares, fue derecho vigente hasta la promulgación del
Código Civil español de 1888; el Ordenamiento en poco afectó las normas de
derecho sucesorio establecidas en las Partidas 49. El Código de las Siete Partidas,
en la Ley XXV, del Título I, de la Sexta Partida consagró el derecho del testador a
revocar el testamento otorgado hasta en el último instante de su vida, bastaba para
ello cumplir con los requisitos de un nuevo otorgamiento 50. Manda la Ley XXXIII, del
propio Título y Partida, que el testamento sólo puede ser revocado, por otro
posterior perfecto 51, requisito sin el cual no sería válido el acto revocatorio; y
contempla en la Ley VIII, la forma especial de revocar el testamento hecho ante los
hijos 52. También estipula, en su Ley XXIV, la conocida hoy como revocación
material dado el supuesto que el testador rompiera el testamento o los sellos del
testamento cerrado 53.
En las Partidas se regularon las cláusulas derogatorias de disposiciones futuras y
las adcautelam54, las que tuvieron una gran importancia y fueron muy utilizadas en
la vida jurídica hasta el siglo XIX 55. Las Siete Partidas adquirieron validez como
Derecho positivo con la promulgación, por ALFONSO XI, del Ordenamiento de Alcalá
48
De innegable ascendencia romana es la definición del testamento contenida en la Ley Primera de
la Sexta Partida,vid.id., p. 360.
49
No obstante, en cuanto a la sucesión testamentaria, introdujo una sustancial modificación al
admitir por primera vez la existencia del testamento sin institución de herederos, rompió con la
tradicional concepción romana de la institución del heredero universal sin cuya existencia el
testamento resultaba nulo. Vid., Ley Única, Título XIX, “De los Testamentos”, del Ordenamiento de
Alcalá de Henares. JORDÁN DE ASSO Y DEL RÍO, D. Ignacioy DE MANUEL Y RODRÍGUEZ, D. Miguel. El
ordenamiento de Leyes que D. Alfonso XI, hizo en las Cortes de Alcalá de Henares el año de mil
trescientos cuarenta y ocho; librería de los señores viuda e hijos de D. Antonio Calleja, Madrid, 1847,
pp. 28 - 29.
50
Enuncia la Ley: “La voluntad del home es de tal natura que se muda en muchas maneras: et por
ende ningunt home non puede facer testamento tan firme que nol pueda despues mudar quando
quisiere fasta el dia que muera, solamiente que sea en su memoria quando lo camiare, et faga otro
acabadamiente”.
51
Vid. Sexta Partida, Título I, De los Testamentos, Ley XXXIII. Las Siete Partidas del REY DON
ALFONSO,EL SABIO, ... id., p. 371.
52
Vid. Sexta Partida, Título I, De los Testamentos, Ley XXXIII, id., p. 364.
53
Vid. Sexta Partida, Título I, De los Testamentos, Ley XXIV, id., p. 372.
54
Vid. Sexta Partida. Título I, De los Testamentos, Ley XXII,id., p. 371.
55
Contra ellas reaccionó el legislador del Código Civil español; ya que implicaban la restricción del
principio de la libertad de testar.
de Henares, en 1348 56. El Ordenamiento, en cuanto al derecho sucesorio no afectó
significativamente las disposiciones de la Sexta Partida, y en nada las referidas a la
revocación del testamento 57.
Las Leyes de Toro 58 en materia de revocación del testamento parten del principio de
su esencial revocabilidad, en todo o en parte, por un testamento posterior perfecto
con las mismas solemnidades exigidas para el otorgamiento y, admite la revocación
de un testamento solemne por otro de menor solemnidad aún cuando el testamento
posterior no produjera efectos debido a la no aceptación de la herencia por el
heredero instituido 59.
La Nueva y la Novísima Recopilación de las Leyes de España 60 marcaron el
panorama jurídico civil de España hasta la promulgación del Código Civil español.
Fue habitual que el Tribunal Supremoespañol, en un siglo plenamente burgués,
aplicara, en la solución de casos, las leyes contenidas en las antiguas fuentes. El
Derecho Sucesorio y la Sucesión Testamentaria no escaparon a esta situación. La
doctrina y la jurisprudencia, desempeñaron un importante papel en la configuración
56
Mediante el Ordenamiento de Alcalá se fijó, definitivamente, el sistema normativo español y
estableció un orden de prelación entre las diferentes fuentes del Derecho que habían coexistido
hasta entonces en el Reino Castellano.
57
En cuanto a la sucesión testamentaria introdujo una sustancial modificación al admitir, por primera
vez, la existencia del testamento sin institución de herederos, al ordenar que valiesen las mandas y
las demás disposiciones hechas por el testador y rompe con la tradicional concepción romana de la
institución del heredero universal, sin cuya existencia el testamento resultaba nulo. Vid. Ley Única,
Título XIX, “De los Testamentos”, Ordenamiento de Alcalá de Henares. JORDÁN DE ASSO Y DEL RÍO, D.
Ignacioy DE MANUEL Y RODRÍGUEZ, D. Miguel. El ordenamiento de Leyes que D. Alfonso XI, hizo en las
Cortes de Alcalá de Henares el año de mil trescientos cuarenta y ocho; op. cit., pp. 28 - 29.
58
Las Cortes de Toro de 1505, fueron convocadas para jurar por reina a Doña JUANA DE CASTILLA (LA
LOCA), reina de Castilla de 1504 a 1555.
59
ÁLVAREZ POSADILLA nos da cuenta de que el testamento in scriptis podía ser revocado por su rotura,
por la rotura del sello del escribano o si se cancelaba borraba o interlineaba alguna parte sustancial
de él; el nuncupativo, cuando el testador, deliberadamente, lo rompía o cancelaba; también resultaba
revocado el testamento anterior por voluntad contraria declarada solemnemente ante testigos,
aunque no contuviere institución de herederos. Al admitir en un testamento anterior la existencia de
la cláusula derogatoria de disposiciones futuras, el testamento posterior no podía ser revocado ni en
todo, ni en parte, a menos que el testador dispusiera en el último testamento, de manera expresa, la
revocación de dicha cláusula. En cuanto al testamento otorgado a través de comisario, éste sólo
podía revocar el testamento anteriormente otorgado por el testador, o el que él hubiese otorgado en
representación del testador, si el poder otorgado por el testador le facultaba para ello, en evitación de
fraudes. ÁLVAREZ POSADILLA, Don Juan. Comentarios a las Leyes de Toro, según su espíritu y el de
la Legislación de España...; op. cit., pp. 60 – 72.
60
En el año de 1567, fue promulgada la Nueva Recopilación de las Leyes de España, de la cual se
hicieron sucesivas ediciones hasta que, dada la necesidad de adicionar nuevas leyes posteriores y
con un plan diferente de redacción y sistematización, en el año 1805 se procedió a promulgar una
nueva versión denominada Novísima Recopilación de las Leyes de España.
del Derecho civil en general y del sucesorio en particular. En cuanto a la revocación;
NAVARRO AMANDI cita un importante número de sentencias del Tribunal Supremo
Español, anteriores a la promulgación del Código Civil, sobre diversos aspectos de
la misma 61.
En esencia el plan romano de la revocación de las disposiciones testamentaria se
mantuvo durante el feudalismo excepto por la aparición, en la etapa clásica de su
desarrollo, de las cláusulas revocatorias de disposiciones futuras y las ad cautelam.
Estas cláusulas, aparecidas en la Edad Media, constituyeron frenos al derecho a
revocar y, no tenían precedentes en el Derecho romano 62. En opinión de LESSONA,
citado por SCAEVOLA: “… una y otras cláusulas son asimismo extrañas al Derecho
61
Relativas al carácter esencialmente revocable del testamento:Sentencia de 22 de junio de 1865,
sentencias de 26 de septiembre de 1862 y 18 de noviembre de 1865; sentencias de 24 de marzo de
1857, 23 de diciembre 1859 y 22 de mayo de 1876. Vid. NAVARRO AMANDI, Mario.Código Civil de
España,t. I, op. cit., p. 412; acerca del necesario cumplimiento de las formalidades exigidas para
testar en el otorgamiento de un testamento revocatorio:Sentencia de 1°. de febrero 1861; sentencias
de 26 de septiembre 1862, de 18 noviembre de 1805 y de 5 de marzo de 1866; sentencias de 5
marzo de 1866 y de 18 junio de 1866 y, sentencia 27 noviembre 1872, id., p. 531; sobre la
prevalencia de la intención revocatoria del testador aún cuando hubiese otorgado un testamento
sujeto a una cláusula derogatoria de disposiciones futuras siempre que, en el posterior, revocase
dicha cláusula expresamente: Sentencias de 7 de mayo de 1860, 1º. de octubre de 1860 y de 8
mayo de 1866; sentencia de 18 de junio de 1866 y sentencias de 7 enero de 1873, de 13 junio de
1877 y de 30 de octubre de 1877, id., pp. 532 – 533;y, otras referidas a la revocación material:
Sentencias de 1º. de febrero de 1861 y 18 de noviembre de 1861 y sentencia de 18 de septiembre
de 1865, id. p. 533.
62
Por las primeras, el testador se comprometía a no modificar su declaración de última voluntad
dándola como definitiva, ello suponía una coartación del derecho del testador a revocar el
testamento otorgado e impedía la expresión de su verdadera última voluntad. Por las segundas, el
testador se comprometía a no revocar su testamento a menos que lo hiciera utilizando en el
testamento revocatorio ciertas palabras o signos. Ejemplo de regulación de cláusulas derogatorias
de disposiciones futuras aparece normado en la Ley XXII, Título primero, de la Sexta Partida,
contenida en el Código de las Siete Partidas, Las Siete Partidas del Rey Don Alfonso El Sabio,... t.
III, op.cit., p. 371. SÁNCHEZ ROMÁN pone como ejemplo de estas cláusulas, la siguiente que solían
emplear los testadores u otra parecida: “Es mi última voluntad la expresada en este testamento, y
como tal quiero que se cumpla, y que no se modifique por cualquier testamento posterior que por mí
aparezca otorgado, a no ser que especialmente derogue éste, lo cual no se entenderá mientras no
contenga cláusula especial derogatoria del mismo que empiece con las palabras –Válgame Dios-“,
SÁNCHEZ ROMÁN, cit. pos.VALVERDE. VALVERDE Y VALVERDE, Don Calixto. Tratado de Derecho Civil
Español, Parte Especial, Derecho de Sucesión Mortis Causa; t. V, p. 149.Señala SANSO: “... En el
derecho medieval se admitía la validez de la llamada cláusula derogatoria, es decir de aquella
cláusula con la cual el testador, temiendo presiones o coartaciones, declaraba en el testamento que
cualquier testamento posterior debería considerarse como no correspondiente a su voluntad
(cláusula derogatoria absoluta) o declaraba que debería considerarse válido el testamento signado
con una particular contraseña (cláusula derogatoria relativa)”. SANSO, Benito. La Revocación en el
Derecho Privado (con especial referencia a la Revocación de las disposiciones testamentarias.);
parte II, colección Tesis Doctorales, Nº 1, cursos de doctorado, Facultad de Derecho, Universidad
Central de Venezuela, Caracas, 1970, p. 112.
Romano, pudiendo solo decirse que constituyen una creación de los comentadores,
los cuales la hicieron prevalecer, ó porque la creyeron erróneamente conforme con
dicho Derecho, ó porque la consideraron necesaria en los tiempos en que vivían” 63.
Los ordenamientos jurídicos de la época contemporánea reaccionaron contra la
existencia de estas cláusulas suprimiéndolas 64, pues representaban una grave
63
LESSONAcit. pos. SCAEVOLA. SCAEVOLA, QuintusMucius. Legislación Española, Código Civil
comentado y concordado extensamente, con arreglo a la Nueva Edición Oficial. Tomo XII, de las
Sucesiones en General. De los Testamentos. De los Testamentos Comunes. De los Testamentos
Especiales. Revocación e Ineficacia de los Testamentos. Imprenta de Ricardo Rojas, Campomanes,
8. Madrid, 1896, p. 712. Más bien parece que los comentaristas las incluyesen atendiendo a las
condiciones y necesidades de su época, no puede soslayarse el contexto histórico y la sociedad
donde desarrollaron su actividad; el feudalismo en su etapa clásica, con su régimen de
dependencias personales; las constantes amenazas, peligros, guerras, invasiones, plagas y
epidemias que asolaron a la sociedad medieval y el valor social de los juramentos y promesas
sagradas en una sociedad signada por la fe.VALLET DE GOYTISOLO encuentra la razón de su
regulación en los siguientes argumentos: “La finalidad de estas cláusulas era la de prevenir
determinadas circunstancias personales del testador, tales: su necesidad de ocultar sus verdaderas
determinaciones; el temor de influjos posteriores de las personas que le rodearon o de su debilidad
en la última enfermedad, o cualquier otro accidente que pudiera influir en que se viere compelido a
efectuar alguna disposición testamentaria que no correspondiere a su serena reflexiva y libérrima
voluntad. Para ello recurría el testador a la previsión de que el testamento que otorgaba no se
entendería revocado si el posterior no contuviese la específica cláusula derogatoria prevista al
efecto, ya sea reproducida entera o en cuanto a ciertas palabras o expresiones, señaladas como
contraseña de la verdadera voluntad derogatoria”.VALLET DE GOYTISOLO, Juan B., cit. pos.PÉREZ
GALLARDO, Leonardo B. (Coordinador). Derecho de Sucesiones. T. I, ed. Félix Varela, La Habana,
2004, p. 218-219.
64
Aún antes de las codificaciones modernas ya se habían producido reacciones contra ellas; SANSO
nos da nota de que fueron declaradas ineficaces en el Reino de Piamonte con las constituciones de
Victorio Amadeo II, de 1729, y en Francia en las Ordenanzas de Luis XV, de 1735. Vid.SANSO,
Benito, op.cit.,p 112; con similar criterio VALDÉS DÍAZ al expresar: “Estas cláusulas fueron abolidas
luego por el CodeNapoleón y por el Código austriaco, que las había aceptado primero con ciertas
restricciones, pero se mantuvieron mucho tiempo en el antiguo Derecho español, donde su origen o
germen aparece en las Partidas, y luego se desarrollan doctrinalmente y a partir de su uso en la
práctica, ya que resultaron muy frecuentes, al valorarse como garantía del cumplimiento de la
verdadera voluntad del testador. Adpero, muchas veces se convertían en verdaderos obstáculos
para que esto ocurriera, dado que el testador cambiaba de voluntad testamentaria y aún teniendo el
propósito de revocar no podía hacerlo eficazmente”. VALDÉS DÍAZ, Caridad del Carmen,en Derecho
de Sucesiones,PÉREZ GALLARDO, Leonardo B. (Coordinador), t. I, ed. Félix Varela, La Habana,
2004,t. II, op. cit., p. 148. Una bien fundamentada disertación acerca de las razones de la supresión
de estas cláusulas brinda SCAEVOLA en el comentario realizado al artículo 737, del Código Civil
español, ver en SCAEVOLA, QUINTUSMUCIUS. Legislación Española, Código Civil Comentado y
Concordado..., t. XII, op. cit.,pp. 704-712.
infracción de la libertad de testar65; por demás, el peligro que pretendían prevenir no
podía ser evitado si en su otorgamiento se coaccionaba la voluntad del testador 66.
La manifestación de voluntad del testador depende, en general, de las
circunstancias del momento de su realización. Si las disposiciones testamentarias
no fuesen revocables en todo o en parte entonces, dado el cambio de
circunstancias, el testamento no sería la real última expresión de la voluntad en él
contenida. El derecho a revocar concedido al testador es norma imperativa de orden
público 67, por ende no le es dado a los particulares renunciarla 68. En la actualidad la
única real y efectiva manera de renunciar el testador a su derecho a revocar es
abstenerse de ejercitarlo.
65
HEINECIO, en nota aclaratoria referida al principio romano de la esencial revocabilidad de las
disposiciones testamentarias, nos dice: “... Porque la testamentifacción es acto unilateral, cuya
naturaleza es que ninguno pueda imponerse a si mismo una ley, de la que no sea lícito libertarse”.
Elementos de Derecho Romano, op. cit.,not. 2, p. 164.
66
En este sentido CAMUS advierte: “Al declarar el Código sin valor estas cláusulas es verdad que se
limita en cierto sentido la libertad de disposición, pero esto se hace en obsequio de las dificultades
prácticas que pueden representar las referidas cláusulas, aparte que la facilidad que se concede
para hacer testamento garantiza perfectamente el derecho libre de testar que las legislaciones tratan
por todos los medios de mantener”. CAMUS, E. F.Código Civil Explicado, Libro Tercero, de los
Diferentes modos de Adquirir la Propiedad, de la ocupación, de la donación, de las sucesiones; ed.
Cultural S.A., La Habana, 1944, pp. 110 – 111.
67
Así fue concebida desde el Derecho romano acorde con el principio sentado por PAPINIANO, en el
Digesto, que enunciaba: Testamentifactionon privati sed publicijurisest. (La testamentifacción no es
de derecho privado sino de público). LÓPEZ DE RUEDA, José. Algunos principios y definiciones del
Derecho Romano,..., op.cit. p. 29.
68
La variedad de formas de los testamentos, concebidas en la actualidad (por las legislaciones
nacionales) para facilitar el derecho a testar en las más disímiles situaciones de la vida, constituyen
garantía suficiente al ejercicio por el testador de su derecho a revocar el testamento otorgado en
cualquier tiempo y lugar. El derecho a revocar el testamento es la más eficaz de las medidas que
aseguran la voluntad de testar e incluso, si así lo desea el testador, de no revocar su manifestación
de última voluntad. En cuanto a la libertad de revocar el testamento, nos dicen DIEZ PICAZO y
GULLÓN: “La ley protege la libertad de revocación, considerando irrelevante la declaración de
voluntad o la resolución de no revocar y ordenando, además, que se tengan por no puestas las
cláusulas derogatorias de disposiciones futuras (llamadas cláusulas ad cautelam), así como aquellas
otras en que ordene el testador que no valga la revocación si no la hiciera con ciertas palabras o
señales”.DIEZ PICAZO, Luis y GULLÓN, Antonio. Instituciones de Derecho Civil, vol. II, op. cit.,p. 577.
I.2. La revocación de las disposiciones testamentarias, su desdefinición
I.2.1.- Impropia conceptualización de la revocación de las disposiciones
testamentarias
En la época actual el principio de la esencial revocabilidad de las disposiciones
testamentarias es universalmente aceptado. Múltiples han sido en doctrina los
conceptos de revocación brindados. En sentido general, reflejan aspectos
fundamentales de la institución mas no agotan su esencia, así; MANRESA NAVARRO
conceptualiza la revocación como: “...el acto por el que queda sin valor un
testamento por voluntad del testador.” 69; según ROYOMARTÍNEZ: “... llámase
revocación a la manifestación de voluntad expresa o tácita enderezada a dejar sin
efecto una declaración anterior perfecta”. 70; nos dice
DE
DIEGO: “Es el acto por el
que el testador deroga o hace perder su fuerza al testamento por él confeccionado,
en razón de no corresponder ya a su voluntad.” 71; DIEZ-PICAZO y GULLÓN al definirla,
se cuestionan: “¿Qué es la revocación?”y, responden: “Es la declaración de
voluntad del testador por la que se determina la ineficacia del anterior negocio
jurídico testamentario. Esto quiere decir que expresa su voluntad de que aquello no
tenga eficacia, no que no la haya tenido nunca.”; más adelante precisan: “El
testamento, como sabemos y como determina el artículo 737, es un negocio
esencialmente revocable. Aunque perfecto en su celebración, no vincula nunca al
testador, quien puede, en todo momento, hacerlo ineficaz. La revocación es, pues,
69
MANRESA Y NAVARRO, José María. Comentarios al Código Civil Español. t. V, segunda edición
corregida y aumentada, imprenta de la Revista de Legislación a cargo de Bernardo Millán, Ronda de
Atocha, 15, centro, Madrid, 1905,p. 708.
70
ROYO MARTÍNEZ, Miguel. Derecho sucesorio mortis-causa.1ra., parte, Facultad de
Derecho,Universidad de La Habana, La Habana, 1991, p. 72.
71
DE DIEGO, Felipe Clemente. Instituciones de Derecho Civil. Derecho de Sucesiones,Instituciones de
Derecho Civil. Derecho de Sucesiones. T. III, Nueva Edición revisada y puesta al día por DE COSSÍO
Y CORRAL, Alfonso y GULLÓN BALLESTEROS, Antonio, Madrid, 1959, p. 264.
la ineficacia de testamento, establecida por el propio testador”. 72;DIEZ-PICAZO vuelve
sobre la definición y expresa: “Acto por el cual el otorgante de un testamento se
retracta de las disposiciones por causa de muerte contenidas en el mismo y lo deja
sin efecto”. 73; ESPÍN CÁNOVAS de manera sintética dice: “… se trata de la ineficacia
del testamento provocada por el propio testador.” 74;ALBADALEJO explica: “Otra
manera de perder su vigor el testamento es la revocación; la que, siendo éste
esencialmente revocable, puede hacerse total o parcialmente y en todo momento
por el testador, aunque haya expresado en él o fuera del mismo su resolución de
mantenerlo hasta su muerte…” 75; RIVAS MARTÍNEZ manifiesta: “Se suele definir la
revocación como la declaración de voluntad, expresa o tácita, del testador, por la
que priva de eficacia jurídica a todo o parte de un testamento anterior. (...) Es por
tanto la revocación, una declaración de voluntad del mismo testador por la que éste
determina la ineficacia del anterior negocio” 76; DE RUGIERO refiere: “El testamento,
como acto esencialmente revocable, puede revocarse por el testador total o
parcialmente, y tan esencial es este carácter, que no puede renunciarse de la
libertad de cambiar o revocar las disposiciones testamentarias (artículo 916). Puede
revocarse todo el testamento en su conjunto o una o varias de sus disposiciones; la
revocación se efectúa mediante un testamento posterior o mediante documento
autorizado por un Notario en presencia de cuatro testigos que lo suscriben, en el
que declara el testador personalmente su voluntad de revocar todo o parte del
testamento anterior (art. 917)” 77;BAQUEIRO ROJAS y BUENROSTRO BÁEZ apuntan: “En
materia sucesoria, la revocación es la acción por la cual el testador por un acto de
72
DIEZ-PICAZO, Luís y GULLÓN, Antonio. Instituciones de Derecho Civil.Vol. II, ed. Tecnos, Madrid,
1974, pp. 505-506.
73
DIEZ-PICAZO, Luís. Lecciones de Derecho Civil. Derecho de Sucesiones; Universidad de Valencia,
Facultad de Derecho, COPIGRAF-Ibiza, 52, Madrid, 9, p. 782.
74
ESPÍN CÁNOVAS, Diego. Tratado de Derecho Civil Español; op. cit., vol. V, p. 403.
75
ALBADALEJO, Manuel. Curso de Derecho Civil V, Derecho de Sucesiones.2da. edición, Librería
Bosch, Ronda Universidad 11, Barcelona, 1987,p. 368.
76
RIVAS MARTÍNEZ, Juan José.Derecho de Sucesiones Común y Foral; t. vol. 2º, op. cit., p. 733.
77
DE RUGGIERO, Roberto. Instituciones de Derecho Civil.Derecho de Obligaciones. Derecho de
Familia. Derecho Hereditario.Vol. primero, traducción de la 4ta. edición italiana, anotada y
concordada con la legislación española por Ramón Serrano Suñer y José Santa-Cruz Teijeiro, ed.
REUS (S. A.), Madrid, 1931, p. 1183.
voluntad deja sin efecto un testamento legalmente otorgado…”. 78;LAFONTPIANETTA
reseña: “Es aquella voluntad testamentaria mediante la cual una persona se retracta
y deja sin efectos lo dispuesto en testamento o testamentos anteriores,…”. 79; SANSO
explica: “La revocación del testamento constituye, por lo tanto, una manifestación de
voluntad opuesta a una precedente voluntad testamentaria y que hace que esta
última se quede, en definitiva, sin efecto”. 80En la doctrina patria,
DE
VERA nos dice:
“Llámase revocación a la manifestación de voluntad, expresa o tácita, enderezada a
dejar sin efecto una declaración anterior perfecta”81; y, VALDÉS DÍAZ argumenta: “La
revocación del testamento constituye, por tanto, una nueva manifestación de
voluntad que se opone, en todo o en parte, a una voluntad testamentaria
precedente a la cual priva de efectos. Esta voluntad revocatoria también requiere
del manifestante capacidad y debe estar exenta de vicios. Se trata de un nuevo
negocio jurídico también personalísimo, unilateral, contrario al anterior, que
funciona, al decir de SANSO, «como causa de eliminación y por ende, de ineficacia
del primero…»”82
Parten estas definiciones de concebir a la revocación como un acto de voluntad del
testador, por el cual pierde su eficacia la anterior manifestación de voluntad
testamentaria. La utilización de expresiones tales como: “determina la ineficacia”,
“queda sin valor”, “hace perder su vigor”, “se deroga”, “hace perder su fuerza”, “deja
sin efecto”, etc., reafirman la concepción de la esencial revocabilidad de
las
disposiciones de última voluntad.
En sus definiciones enuncian la forma expresa o tácita en que puede realizarse la
revocación ALBADALEJO, RIVAS MARTÍNEZ, ROYO MARTÍNEZ, DE RUGIERO,
DE
VERA y
VALDÉS DÍAZ; y hacen referencia a la extensión total o parcial de la
mismaALBADALEJO, DE RUGIERO, RIVAS MARTÍNEZ y VALDÉS DÍAZ.
78
BAQUEIRO ROJAS, Edgard Y BUENROSTRO BÁEZ, Rosalía. Derecho de Familia y Sucesiones.
Colección de textos Jurídicos Universitarios, ed. HARLA, México, p. 350.
79
LAFONTPIANETTA, Pedro. Derecho de Sucesiones, Sucesión Testamentaria y Contractual. La
Partición y Protección Sucesoral; cuarta edición, ed. Librería del Profesional, Colombia, p. 429.
80
SANSO, Benito. La Revocación en el Derecho Privado, op. cit., p. 111.
81
DE VERA SÁNCHEZ, Guillermo.Sucesión Testamentaria, Apuntes para un libro de Texto; MES,
Departamento de Textos y Materiales Didácticos, p. 32.
82
VALDÉS DÍAZ, Caridad del Carmen, en Derecho de Sucesiones; t. II, op.cit., pp. 148-149.
De
manera
impropia
utilizan
la
denominación
de
revocación
del
testamentoALBADALEJO, BAQUEIRO ROJAS y BUENROSTRO BÁEZ, DE DIEGO, DIEZ-PICAZO
y GULLÓN, ESPÍN CÁNOVAS, MANRESA NAVARRO y, RIVAS MARTÍNEZ. Decimos de
manera impropia toda vez que lo que resulta objeto de la revocación son las
disposiciones testamentarias contenidas en el testamento, no el testamento como
acto o como forma documental.
Adecuadamente utilizan el término de revocación de disposiciones testamentarias o
ideas afines
DE
RUGIERO,
DE
VERA, LAFONTPIANETTA, ROYO MARTÍNEZ, SANSO
Y
VALDÉS DÍAZ.
Conciben el acto revocatorio como una característica deltestamentoALBADALEJO, DE
RUGIERO, DIEZ-PICAZO y GULLÓN; si bien es cierto que el testamento es un acto
jurídico esencialmente revocable,la revocación constituye un acto jurídico
independiente del acto de testar por lo cual no es dable identificarle con aquel. La
utilización de expresiones tales como: “por voluntad del testador”, “acto por el que el
testador”, “declaración de voluntad del mismo testador”, etc., denotan el carácter
personalísimo del acto revocatorio y, al par, evidencian la confusión doctrinal de no
concebir al revocante como sujeto del derecho de revocar.
Se destacan por su generalidad y por abarcar aspectos esenciales de la
conceptualización de la revocación las definiciones aportadas por DE RUGIERO,RIVAS
MARTÍNEZ y VALDÉS DÍAZ.
Incompletas, en cuanto a la conceptualización de la revocación, ninguna de las
definiciones agota el complejo entramado de esta institución. Una definición que
pretenda establecer la naturaleza de la revocación, con un grado de generalidad tal
que abarque la realidad jurídica a la cual se aplica, ha de tomar en cuenta que en el
ejercicio de la autonomía de la voluntad, la revocación constituye un derecho
subjetivo (de autonomía ilimitada) materializado a través del acto jurídico
revocatorio; ha de partir de considerar el acto revocatorio como una institución
jurídica independiente y contraria al acto de testar, cuyo efecto se limita a privar de
eficacia a las anteriores disposiciones testamentarias y restablecer la situación
jurídica abintestato original y, a partir de ella el testador puede novar sus
disposiciones de última voluntad o, abstenerse de hacerlo; ha de tener en cuenta la
existencia de los dos grandes sistemas revocatorios existentes en la actualidad y
los efectos del acto revocatorio en cada uno de ellos; ha de significar su naturaleza
de acto inter vivos; ha de incluir los requisitos exigidos para su realización; ha de
contener las formas en que puede ser realizada (expresa o tácita y real o material);
por otra parte, ha de tener presente que la manifestación de la voluntad revocatoria
puede estar contenida en un nuevo testamento o en otro documento notarial
ordinario, en el caso de las legislaciones que así lo admiten, o realizarse mediante
actos del otorgante que evidencien su voluntad revocatoria; ha de reafirmar su
carácter de acto no recepticio y habría de referir sus características.
Todos los elementos señalados evidencian que la institución de la revocación de
disposiciones testamentarias ha sido insuficientemente tratada e incluso revelan
aristas que precisan de una conceptualización y fundamentación teórica de su
naturaleza jurídica.
I.2.2.- Independencia del acto revocatorio, condición científica no advertida en
la conceptualización de la revocación. Su carácter de acto intervivos
Una concepción generalizadora de la revocación ha de partir de entenderla como
acto independiente del acto de testar. Mantenemos el criterio de que en la
concepción romana original de la sucesión testamentaria, derecho de testar y
derecho de revocar (derecho de romper el testamento otorgado) fueron concebidos
como dos importantes derechos de la persona ejercidos ante los comicios curiados.
En el decursar histórico tanto se exaltó y glorificó la autonomía de la voluntad en el
derecho a disponer por testamento que se perdió de vista la igual significación del
derecho de revocar las disposiciones testamentarias otorgadas, como derecho de la
persona a restablecer el estado natural abintestato.
El derecho a revocar se subordinó e incluyó en el testamento, concibiéndose como
una característica esencial del mismo. Formulamos la tesis de que derecho de
testar y derecho de revocar las disposiciones testamentarias constituyen dos
derechos subjetivos de la persona, ejercitables a partir de la adquisición de la
capacidad para disponer por testamento. Si bien no podrá ejercerse el derecho a
revocar mientras no se ejercite el derecho a testar, ello no significa que el acto de
revocar sea una facultad derivada del derecho de testar. En la sucesión mortis
causa, el estado natural de la persona es el intestado hasta tanto adquiera la
capacidad para ejercitar el derecho de testar. Una vez adquirida la plena capacidad
jurídica para testar, la persona en el marco de su autonomía de la voluntad puede
decidir si su sucesión mortis causa será ordenada de forma testada o si fallecerá
intestada, en cuyo caso la ley dispone la sucesión. Si la persona ejercita su derecho
a disponer por testamento, podrá entonces destruir o modificar sus declaraciones
de última voluntad a partir del ejercicio de su derecho a revocarlas en cualquier
momento de su existencia.
El acto revocatorio tiene por contenido y objetivo privar de eficacia a la anterior
manifestación de voluntad testamentaria sin extender su efecto más allá de esa
declaración. En consecuencia acto testamentario y revocatorio constituyen actos
jurídicos independientes, aún en el caso de que el vehículo de expresión de la
voluntad revocatoria sea el acto testamentario. A la doctrina ha escapado esta
circunstancia, como condición no advertida, de especial connotación en la
concepción de la revocación y en su conceptualización. Invariablemente los
conceptos de revocación, en análisis, parten de la idea de que la revocación es la
declaración de voluntad o acto dirigido a dejar sin efectos la declaración
testamentaria anterior. En esencia, se concibe la revocación como una facultad
derivada del derecho de testar y se condiciona su ejercicio a la preexistencia del
otorgamiento de un testamento, cuyas disposiciones el testador no quiere mantener
o desea modificar. Lo anterior, siendo real, no es exacto. Si bien el acto revocatorio
deja sin efectos la anterior declaración de última voluntad, su fin es el de restablecer
el estado intestado original. Podría aducirse en contra de la anterior tesis que, en el
caso de los ordenamientos jurídicos regidos por el sistema de revocación tácita, el
nuevo otorgamiento en modo alguno implica el restablecimiento de la situación
abintestato original por cuanto, la revocación consiste en el establecimiento de
nuevas disposiciones de última voluntad en lugar de las anteriores. ¡Apreciación
desacertada! En tal caso la revocación aparenta ser esa nueva disposición, el
nuevo acto testamentario cuando lo cierto es que, la revocación tácita aparece
oculta tras el velo de la nueva disposición, virtualmente contenida en ella 83.
En este orden de ideas, se impone dejar sentado que, por su gravedad y
trascendencia, en el acto jurídico testamentario encuentran aplicación una serie de
reglas tendientes a garantizar la máxima protección de la última voluntad del
otorgante y se observa, de la manera más plena, el poder de la voluntad dirigido a
la creación de un efecto jurídico. El testamento es un acto perfecto en la esfera
jurídica del testador desde el mismo instante de su otorgamiento. La revocación es
su antípoda, es el poder de la voluntad del otorgante (ahora revocante), expresado
en el acto jurídico revocatorio y perfecto en su esfera jurídica desde el momento de
su realización, dirigido a destruir el efecto de las declaraciones de última voluntad
contenidas en el testamento otorgado. Es tan libre e irrenunciable el derecho de
revocar como el derecho de otorgar disposiciones de última voluntad. Utilizando un
símil, la revocación es una llave maestra jurídica que, al girarse, cierra el paso a la
eficacia jurídica de la anterior declaración de voluntad testamentaria y, al unísono,
restablece la situación intestada original de la persona.
La revocación abre el cauce al testador para establecer nuevas disposiciones de
última voluntad, si así lo estima pertinente. En esas nuevas disposiciones puede
proclamar el valor de todas o de algunas de las disposiciones del testamento
anterior, las que quedarán incorporadas per relationem al nuevo testamento.
Por
lo
antes
expresado
en
nuestra
opinión,
la
revocación
constituye,
incuestionablemente, un acto de naturaleza inter vivos, determinante de la ineficacia
de las anteriores disposiciones desde el momento mismo de su realización.
Las posiciones doctrinales se debaten entre la naturaleza de acto mortis causa o de
acto inter vivos del acto revocatorio de disposiciones testamentarias, resulta
mayoritaria la posición que lo califica como acto mortis causa 84.
83
Utilizando términos de la ciencia actual, aunque sea por un nanosegundo la situación original
intestada reaparece dando paso a la posibilidad de la persona de realizar un nuevo otorgamiento en
el cual muta sus anteriores manifestaciones de última voluntad. Las nuevas disposiciones en modo
alguno constituyen el acto revocatorio, este se encuentra implícito en el otorgamiento por disposición
de la ley.
84
En relación con la cuestión de la naturaleza de acto inter vivos o mortis causa de la revocación, nos
dice VALDÉS DÍAZ: “Se discute si el negocio jurídico revocatorio tiene carácter mortis causa, igual al
Los que sostienen la tesis del carácter mortis causa del acto jurídico revocatorio
alegan que a éste se aplican las mismas reglas que al testamento en cuanto a la
forma de realizarse, a los requisitos de capacidad y a los vicios que pueden afectar
la manifestación de voluntad y que, la revocación de las disposiciones
testamentarias tiene por objetivo dejar sin efectos las disposiciones contenidas en
un testamento otorgado con anterioridad del cual sólo se entrará a valorar su
eficacia in die mortis. Por tal razón alegan que la revocación no tiene eficacia inter
vivos pues, no elimina la eficacia del testamento sino a la muerte del testador.
Incluso llegan a concebir la existencia de un testamento revocatorio puro por el cual,
atribuyen a la revocación el carácter de acto dispositivo de bienes. En tal sentido
atribuyen al revocante tácitamente, la disposición de última voluntad de transmitir
sus bienes por la vía intestada. Entre otros, sostienen la tesis de que la revocación
constituye un acto mortis causaRIVAS MARTÍNEZ,
DE
DIEGO, DIEZ-PICAZO, GULLÓN
BALLESTEROS yMARTÍNEZ ESCOBAR 85.
de las disposiciones testamentarias que revoca, o si por el contrario debe considerarse un acto inter
vivos. En apoyo de la primera tesis, seobserva que a la revocación se aplican prácticamente las
mismas reglas que al testamento en relación con la capacidad y a los vicios que pueden afectar la
voluntad, pero además se señala que la revocación testamentaria está encaminada a dejar sin
efectos un negocio jurídico que sólo es eficaz in die mortis, por lo cual la revocación no tiene
tampoco eficacia inmediata, pues no puede operar eliminando la eficacia testamentaria sino a la
muerte del testador. (...) A contrariosensu, los que defienden la naturaleza de negocio inter vivosde
la revocación argumentan que ésta actúa directamente sobre el acto revocado desde que tiene lugar,
eliminando la voluntad existente en el acto precedente que ya no podrá imputarse al sujeto que la
manifestó, con la consiguiente irrelevancia jurídica del testamento revocado, efectos que se verifican
desde el momento mismo de la emanación del nuevo negocio, antes de la muerte del testador, pues
aunque la relevancia de la revocación de las disposiciones testamentarias se alcanza ex post, ello no
elimina el hecho de que el acto revocado haya dejado de existir antes, reconociéndose a la
revocación una eficacia ex nunc. (...) Parece más acertado, a mi juicio, el considerar a la revocación
de las disposiciones testamentarias como un acto con efecto inmediato, de carácter inter vivos, lo
que no impide en absoluto que ella misma pueda ser, a su vez, revocada por otra manifestación de
voluntad posterior”. VALDÉS DÍAZ, Caridad del Carmen. En Derecho de Sucesiones, op.cit., p.p. 149150. SANSO sostiene atinadamente la tesis de la naturaleza de acto inter vivos de la revocación,
atribuyéndole eficacia inmediata,vid.SANSO, Benito. La Revocación en el Derecho Privado... op.cit.,
p.p.116 -122.
85
RIVAS MARTÍNEZseñala: “De acuerdo con la naturaleza de acto mortis causa que debe darse a la
disposición revocatoria, hay que deducir que la revocación es acto personalísimo, que requiere la
capacidad precisa para testar, intención testatoria y una voluntad exenta de vicios”.RIVAS MARTÍNEZ,
Juan José.Derecho de Sucesiones Común y Foral, op.cit., p. 735.Comenta DEDIEGO: “La revocación
en efecto es una disposición testamentaria o de última voluntad y en tal supuesto necesita las
solemnidades del testamento en cualquiera de sus especies…”. DE DIEGO, Felipe Clemente.
Instituciones de Derecho Civil. Derecho de Sucesiones,op.cit., p.p. 265-267; por su parte DIEZPICAZO sostiene: “El art. 738 exige que la revocación se haga con las solemnidades para testar. El
hecho de considerar la revocación como un negocio jurídico testamentario y mortis causa nos lleva a
Independientemente del respeto que merecen las opiniones de tan eminentes
doctrinarios, sostenemos el criterio de que la revocación de las disposiciones
testamentarias constituye un acto jurídico de naturaleza inter vivos. El acto jurídico
revocatorio constituye un acto individual, personalísimo y no recepticio por lo cual, el
testador a nada se obliga con los terceros86.
Perfecto para el testador desde el momento de su realización constituye, además,
un acto enteramente voluntario. Su voluntariedad se materializa en la exteriorización
de la manifestación de voluntad permisiva de su conocimiento, la declaración de
voluntad constituye el elemento externo, de allí que la manifestación de la voluntad
revocatoria requiera realizarse expresa o tácitamente a través del otorgamiento de
un nuevo testamento; por medio de un documento notarial ordinario, en los
ordenamientos jurídicos que así lo admiten; o, mediante actos o acciones
intencionales del testador dirigidas a dejar sin efecto las disposiciones del
testamento anterior.
Escapa a las concepciones de estos autores la captación del hecho de que resulta
incuestionable la naturaleza de acto inter vivos de la revocación cuando la voluntad
revocatoria se manifiesta en documento notarial ordinario o se exterioriza mediante
actos y acciones del testador que demuestran esa intención. En los ordenamientos
incluir aquí los demás requisitos de testar y así ha de hacerse con las solemnidades de los
testamentos; con capacidad de testar (la posterior incapacidad impide la revocación); cumplimiento
de los demás requisitos del testamento (personalísimo: arts. 670 y sigs., etc.); y por último se
aplicará a la declaración de voluntad revocatoria el régimen de vicios del consentimiento”. DIEZPICAZO, Luís. Lecciones de Derecho Civil. Derecho de Sucesiones; Universidad de Valencia,
Facultad de Derecho, COPIGRAF-Ibiza, 52, Madrid, 9. p. 506. El propio DIEZ-PICAZO y GULLÓN
sostienen: “La revocación es una declaración unilateral del testador determinante de la ineficacia del
negocio jurídico testamentario, que constituye ella misma, un negocio jurídico testamentario y mortis
causa”. DIEZ-PICAZO, Luís y GULLÓN, Antonio. Instituciones de Derecho Civil, op.cit., p. 527. Por su
parte, MARTÍNEZ ESCOBAR afirma: “La revocación de un testamento por su naturaleza y efectos, es un
acto indiscutible de última voluntad, ya se sustituyan las disposiciones dejadas sin efecto por otras
distintas, o ya se le declare simplemente revocado, sin más aditamento, porque la consecuencia
inmediata, en este caso, sería, si sobreviene la muerte del testador, el ser llamados a la sucesión sus
herederos legítimos, por falta de herederos testamentarios”. MARTÍNEZ ESCOBAR, Manuel. Sucesiones
Testada e Intestada. T. I, autorizada la publicación, sin carácter oficial, por Decreto del Señor
Ministro de Justicia, de 24 de enero de 1946. 1947, p. 145.
86
ExpresaVALDÉS DÍAZ: “Esta nueva manifestación de voluntad es, como el testamento que revoca,
no recepticia, por lo que no sería necesaria una formalidad comunicando a terceros la misma, lo que
sería ponerles en conocimiento de la revocación de un acto de cuya existencia no tienen por qué
conocer y que es para ellos jurídicamente irrelevante antes de la muerte”. VALDÉS DÍAZ, Caridad del
Carmen. En Derecho de Sucesiones, t. II, op.cit., p. 149.
jurídicos permisivos de la revocación por medio de un documento notarial ordinario
la manifestación de voluntad se hace valer expresamente por escrito, en el
instrumento establecido, como acto inter vivos y elimina a partir del momento de la
expresión de la voluntad revocatoria (ex nunc) los efectos de las anteriores
disposiciones testamentarias.
Por otra parte, los que sostienen esta posición, no toman en cuenta que la
destrucción del testamento ológrafo o la rotura del pliego que cubre el testamento
cerrado, realizadas por el testador, impiden el conocimiento o que surta efectos
para los terceros la declaración de última voluntad contenida en el testamento.
Implícitamente, son actos que evidencian con certidumbre la existencia de la
voluntad revocatoria, no dejan lugar a dudas sobre la voluntad interna del
revocante. En estos casos el acto revocatorio se perfecciona sin estar documentada
la manifestación de voluntad. De igual forma se ha de considerar la enajenación del
bien legado o la transformación de la cosa legada por parte del testador pues, con
sus actos deliberados, revoca la anterior disposición testamentaria al privarle de
eficacia.
En los ordenamientos jurídicos que exigen la materialización de la manifestación de
la voluntad revocatoria mediante el otorgamiento de un nuevo testamento, parece
indiscutible su naturaleza jurídica mortis causa; pues, necesariamente ha de estar
contenida dicha manifestación, por mandamiento de ley, en testamento ya sea
expresa o tácitamente y en dependencia del sistema revocatorio seguido. En ellos,
la forma testamentaria es exigida como requisito esencial de validez del acto
revocatorio, por lo que tiene un valor constitutivo o ad solemnitatem. Es irrelevante
cualquier manifestación de voluntad revocatoria no expresada en un testamento 87.
87
Refieren DIEZ-PICAZO y GULLÓN: “Plasmada la voluntad en un testamento, aunque el testador
cambiara después de parecer, regiría la voluntad testamentaria y carecería de trascendencia la
voluntad que no se hubiese formalizado testamentariamente”. DIEZ-PICAZO, Luísy GULLÓN,
Antonio.Instituciones de Derecho Civil, op.cit., p. 506. En igual sentido expresa VALDÉS DÍAZ: “...un
testamento no necesariamente representa la última voluntad del testador, este calificativo sólo se
ajusta realmente al último testamento que otorgara en vida el causante de la sucesión, e incluso en
estos casos es posible que al cambio de voluntad no haya seguido una revocación del testamento,
de tal suerte que podrá ser eficaz un testamento que no corresponda realmente a la última voluntad
del finado, pues para su invalidación resultaría necesaria una nueva manifestación positiva de
voluntad, que se realice mediante el acto revocatorio”. VALDÉS DÍAZ, Caridad del Carmen. En
Derecho de Sucesiones;op. cit., p. 147. La necesidad de patentizar la voluntad revocatoria en un
De tal forma, ex lege, el testamento es la forma documental continente de la
declaración de voluntad revocatoria. Así analizada la cuestión, ha llevado a la
errónea percepción de que la revocación es un acto jurídico mortis causa pues
constituye una disposición testamentaria que sólo produce efectos a la muerte del
testador, a partir de ese momento se entraría a valorar la eficacia del testamento y
del acto revocatorio en él contenido.
Se sostiene la tesis de que el acto revocatorio, aún contenido en testamento, es de
naturaleza inter vivos. Permite sustentar esta opinión el hecho de que ya desde la
época del Derecho romano, se comprendió y se concedió al individuo el derecho de
testar, de disponer para después de su muerte, de sus bienes y de otros derechos
no patrimoniales, el individuo podía establecer la ley de su sucesión como un acto
de autonomía privada 88 y, al propio tiempo, se le reconoció el derecho de
restablecer en vida la situación original abintestato mediante la revocación de las
disposiciones testamentarias otorgadas.
Es lógico que al estar, por exigencia de ley, contenido el acto revocatorio en
testamento se exijan para su validez los mismos requisitos que para el otorgamiento
de un testamento 89 pero, no por ello su naturaleza es mortis causapues, el acto
nuevo testamento aparece reconocida en la Instituta de Justiniano al establecer en su Libro II, Título
17, párrafo 7: “Mas el testamento no se invalida porque después de haberlo hecho el testador desee
simplemente que no valga, al extremo de que si uno empezó a hacer un nuevo testamento que no
pudo acabar porque le sobrevino la muerte o que no terminó porque cambió de parecer, el primero
conserva sus efectos, ya que en un senadoconsulto dado en tiempo de Pertinax, el primer
testamento, hecho en debidas condiciones, sólo se hace írrito si el siguiente estuviese terminado y
en orden. Además, es evidente que un testamento sin terminar no es un testamento”. Vid.
HERNÁNDEZ-TEJERO JORGE, Francisco. Las Instituciones de Justiniano,... op.cit., p. 114.
88
El testamento en Roma, como en la actualidad, fue entendido como un acto individual,
personalísimo, no recepticio, ni vinculante. Consustancialmente a ese derecho de disponer y como
consecuencia de él, se concibió el derecho a revocar, a volver sobre lo dispuesto, para cuando el
otorgante, en cualquier momento de su vida lo entendiese necesario, conforme a sus designios o
dado el cambio de circunstancias motivadoras del otorgamiento, dejar sin efectos o modificar la
declaración de voluntad anteriormente expresada. Teniendo como fundamento el principio de la
variable voluntad del hombre hasta en el momento supremo de la muerte y que la manifestación de
voluntad testamentaria era no recepticia y no vinculante, se sustentó la esencial revocabilidad del
acto jurídico testamentario; de allí que fuera considerado revocable ad nutum. El genio creador
romano comprendió que el acto de disponer para después de la muerte podía ser revocado en vida
por el propio testador quien era soberano de sus bienes y arbitro de sus propios intereses. La
concepción de la esencial revocabilidad de las disposiciones testamentarias se mantuvo a través de
la historia extendiéndose hasta la actualidad.
89
Refiere SANSO: “En efecto, es natural que a la revocación se apliquen determinadas normas del
testamento por el simple hecho de que la misma es un negocio accesorio que está contenido en el
testamento. (...) Es lógico, por otra parte, que para poder revocar un testamento se debe tener una
revocatorio tiene un contenido bien definido y delimitado, dirigido a privar de eficacia
desde el momento de su realización y en la esfera jurídica del testador, las
anteriores manifestaciones de última voluntad, razón por la cual la revocación
constituye un acto de naturaleza inter vivos determinante de la irrelevancia del acto
revocado desde el momento mismo del nuevo otorgamiento 90.
En la esfera jurídica del testador la revocación elimina la eficacia de las anteriores
disposiciones testamentarias con efecto inmediato; y, si bien es cierto que la
declaración de revocación no adquiere relevancia para la generalidad sino a la
muerte del testador imponiéndose a los terceros ex post, también es incuestionable
que la misma se les impone como un acto realizado con anterioridad el cual eliminó,
desde entonces, la eficacia de la declaración de voluntad precedente destruyendo
sus expectativas 91.
Reafirma el carácter de acto inter vivos del acto jurídico revocatorio de
disposiciones testamentarias la revocación de una anterior manifestación de
voluntad revocatoria, pues demuestra que la primera revocación ya había producido
su ineficacia 92 y, cuando la revocación de la revocación es ordenada por el testador
edad superior a los dieciséis años, por cuanto para hacer el testamento que se ha de revocar es
necesario haber cumplido tal edad”.SANSO, Benito. La Revocación en el Derecho Privado..., op.
cit.,p. 117.
90
La anterior manifestación de voluntad, aunque existe, no podrá ser ejecutada, pues su autor, por
una manifestación de voluntad posterior, la priva de eficacia. Explica DE DIEGO: “Importa poco que el
testamento derogatorio siempre sea perfecto o arreglado a Derecho, llegue o no a surtir efecto, pues
no por eso deja de estar bien constatado el cambio de voluntad del testador, alma de la revocación;
tal inefectividad no puede afectar a la eficacia general y potencial de la forma revocatoria”. DE DIEGO,
Felipe Clemente. Instituciones de Derecho Civil. Derecho de Sucesiones; op.cit., p. 265; en igual
sentido ZANNONI cuando expresa: “... si el segundo testamento –se dice- pone de manifiesto una
voluntad clara de cambiar las disposiciones de última voluntad, el acto anterior queda revocado
aunque el segundo testamento no llegara a tener efectos”.ZANNONI, Eduardo A. Manual de Derecho
de las Sucesiones.4ta. edición actualizada y ampliada, ed. Astrea, Buenos Aires, Argentina,
1999,p.p. 707-708.
91
Afirma SANSO: “Si por el contrario se considera, como nosotros hemos hecho, que el acto de
revocación actúa directamente sobre el acto revocado eliminando la voluntad existente en el acto
precedente, la cual ya no será imputable al sujeto que la manifestó, es evidente que la revocación
del testamento deba considerarse como un acto inter vivos, puesto que esos efectos que le son
propios, es decir, la no imputabilidad al sujeto de la voluntad anteriormente manifestada con la
consiguiente irrelevancia jurídica del testamento revocado, se verificarán desde el momento mismo
de la emanación del nuevo testamento y, por lo tanto, antes de la muerte del testador”.SANSO,
Benito. La Revocación en el Derecho Privado; op.cit., p.p. 119-120.
92
Explica DE DIEGO: “El efecto de la revocación es dejar sin eficacia el testamento revocado, si la
revocación es total, o solo las disposiciones afectadas por ella si fuera parcial, subsistiendo esa
ineficacia aunque el testador revoque después el testamento revocatorio, a menos que declare
expresamente ser su voluntad que valga el primero”. DE DIEGO, Felipe Clemente. Instituciones de
con el fin de restablecer el valor de la manifestación de voluntad testamentaria
originalmente revocada, a todas luces y diáfanamente se demuestra que las
declaraciones revividas ya eran ineficaces, en vida del testador, desde el momento
de la primera revocación.
I.2.3.- Conceptualización de la revocación de disposiciones testamentarias
como derecho subjetivo
Normalmente no se testa con la intención de cambiar la manifestación de última
voluntad expresada. El objetivo de testar es fijar el destino jurídico de los derechos
transmisibles, de los que es titular el otorgante, para después de su muerte. Se
ejercita el derecho a testar en busca de seguridad jurídica para un tiempo posterior
a la existencia del otorgante.
Modificar la manifestación de última voluntad mediante la revocación es un derecho
concedido a la persona para, en virtud de su autonomía, ejercerlo libremente en el
momento en que, por determinadas razones o circunstancias, lo estime pertinente.
El testador a nada se encuentra obligado.
Pueden ser motivaciones determinantes de la mutación de la última voluntad
expresada y, por tanto, de la manifestación de voluntad revocatoria: el nacimiento
de nuevos herederos; el cambio de afectos; la adquisición o pérdida de bienes;
nuevas situaciones emocionales; la actitud afectiva de los herederos o legatarios
instituidos hacia el testador; la premuerte del heredero o del legatario instituido; etc.;
e, incluso, un simple capricho del testador. Este no está obligado a justificar ese
cambio en su voluntad testatoria. 93
Derecho Civil. Derecho de Sucesiones; t. III, op. cit., p. 268. Reafirma lo anterior la invaluable opinión
de SANSO, el cual considera que: “No impide la calificación de acto inter vivos el hecho de que la
misma revocación pueda a su vez ser revocada, lo que demostraría que no puede producir sus
efectos sino después de la muerte del testador, porque la posibilidad de que la revocación pueda a
su vez ser revocada no excluye que la primera revocación hubiera ya producido sus efectos de hacer
ineficaz el primer testamento”.SANSO, Benito. La Revocación en el Derecho Privado...; op. cit.,p. 120.
93
Sobre las motivaciones de la manifestación de la voluntad revocatoria vid.MANRESA Y NAVARRO,
José María. Comentarios al Código Civil Español, t. V, op. cit., p. 705.
Defendemos el criterio de que la revocación de disposiciones testamentarias
constituye un derecho subjetivo y es una situación de poder que amerita el
reconocimiento y protección del ordenamiento jurídico. Este derecho tiene por
contenido la facultad del sujeto, en correspondencia con su voluntad revocatoria, de
eliminar la eficacia de las anteriores disposiciones de última voluntad para restaurar
la situación abintestato original.
El poder que concede ese derecho ha de ser
reconocido al revocante, como titular del derecho subjetivo, y cuyo objeto o interés
difiere del interés de los sucesores testamentarios.
Tipifica la revocación un derecho subjetivo de tipo patrimonial pues, en lo
fundamental, el centro de la relación jurídica sucesoria es la transmisión del
patrimonio del causante a sus sucesores. También pueden ser objeto de la
sucesión otros derechos no patrimoniales transmisibles por causa de muerte. El
sujeto de este derecho es el revocante, titular del derecho y autor de las
disposiciones testamentarias, con personalidad y capacidad para realizar el acto
revocatorio.
El contenido del derecho subjetivo de revocar es el poder coincidente con la
facultad, que tiene el sujeto de privar de eficacia hacia el futuro las anteriores
disposiciones de última voluntad y restablecer la situación original abintestato.
En el ejercicio del derecho a revocar se integran las facultades del revocante de
privar de eficacia hacia el futuro a las anteriores disposiciones de última voluntad;
de mantener su derecho a no otorgar otras nuevas; de garantizar, a partir del
restablecimiento de la situación original abintestato, el ejercicio de su derecho de
testar mutando sus disposiciones de última voluntad; y, de preservar, mediante la
revocación de la revocación, el absoluto derecho a su libertad de testar. Una vez
conceptualizado el derecho de revocar, el ordenamiento jurídico debe prever la
protección de ese derecho y su ejercicio ilimitado.
El derecho de revocar es un tipo de derecho subjetivo de autonomía ilimitada. Dado
el carácter no recepticio y no vinculante de las declaraciones de voluntad
testamentarias, éstas pueden ser revocadas en cualquier momento de la vida del
testador ilimitadamente. El acto revocatorio se caracteriza por ser no recepticio. Lo
anterior determina la ilimitación de la revocación; en ella obra libremente la
autonomía de la voluntad y, por tal razón son inoperantes los supuestos de colisión
de derechos e inaplicables los de la buena fe y el no abuso del derecho.
I.2.4.- Características, requisitos, y efecto del acto revocatorio de
disposiciones testamentarias. Causas de su ineficacia
En nuestra opinión, por su naturaleza, el acto jurídico revocatorio de disposiciones
testamentarias se caracteriza por:
•
Ser un acto jurídico unilateral: es expresión exclusiva de la voluntad del
revocante sin integrar dicho acto la aceptación del heredero o del legatario.
•
Ser un acto jurídico individual. La generalidad de las legislaciones y doctrina
consideran al testamento como un acto jurídico individual en el que solo
puede hacerse constar la declaración de voluntad del testador, se excluye la
concurrencia de otras voluntades que pudieran influirla. No obstante, es una
realidad la existencia de ordenamientos jurídicos que dan cauce legal a la
regulación de los testamentos mancomunados o conjuntos también
denominados de hermandad 94. El testamento mancomunado es una
94
Sobre el concepto, características, formas de otorgamiento, requisitos, y revocación del
testamento mancomunado pueden ser consultados: ALFONSO RODRÍGUEZ, Elvira. El testamento
mancomunado. Revista Crítica de Derecho Inmobiliario, No. 633, marzo-abril, 1996, pp. 353462. Disponible en: http://libros-revistas-derecho.vlex.es/vid/testamento-mancomunado-326086;
Ley 1/1973, de 1 de marzo, por la que se aprueba la Compilación del Derecho Civil Foral de
Navarra. Texto publicado en BOE N.º 57 de 7 de marzo de 1973; corr. err., BOE 30/05/1974;
Ley 2/2006, de 14 de junio, de derecho civil de Galicia. Título X. De la Sucesión por causa de
muerte. Disponible en http://www.gabilos.com/leyes/ga-l2-2006.t10.html; Ley 3/1992, de 1 de
julio, de Derecho Civil Foral Vasco. Disponible en: http://www.gabilos.com/leyes/pv-l31992.l1t3.html#c1s4; BARRUETABEÑAZENEKORTA, Maite. El testamento mancomunado o de
hermandad en el Derecho Civil Vasco. Disponible en http: //euskonews.com/0583zkb;
ESPIÑEIRASOTO, Inmaculada. Un supuesto de testamento mancomunado alemán (a vueltas
sobre el carácter o no indispensable del Erbschein en España).
Disponible en
http://www.notariosyregistradores.com/doctrina/2011-testamentomancomunadoalemanerbschein.htm; GIL RODRÍGUEZ, Jacinto. El testamento mancomunado Vasco, en perspectiva de
unificación.
Disponible
en
http://www.derechocivil.ehu.es/s0125con/es/contenidos/informacion/publicaciones/es_publicac/adjuntos/GIL2011El%20testamento%
20mancomunado%20vasco,%20en%20perpectriva%20de%20unificaci%C3%83%C2%B3n.pdf;
ESPIÑEIRASOTO, Inmaculada. Estudio práctico sobre las similitudes y diferencias entre el
testamento mancomunado alemán y el mancomunado gallego. Reflexiones tras una Lectura en
Disponible
en:
Compostela.
http://www.notariosyregistradores.com/LEYESEXTRANJERAS/ARTICULOS/2013-testamentomancomunado-gallego-alema Reflexiones tras una Lectura en Compostela; Legislación Foral.
Galicia.
Disponible
en:
http://www.test.mancomunado/
Campaña_Informativa_Legado_Solidario-Galicia.htm; Legislación foral. Navarra. Disponible en:
institución arraigada en las comunidades autónomas españolas de Galicia,
Aragón, Navarra y el País Vasco y, en Alemania desde la época medieval.
Testamento mancomunado es el que se otorga por dos o más personas. En
algunos ordenamientos se refiere solo a cónyuges, pero en otros pueden ser
cónyuges o no, e incluso, puede ser otorgado por más de dos personas sin
vínculos afectivos o de familia. No tienen por qué nombrarse heredero uno al
otro, sin embargo, en la práctica es lo más habitual. Hay tres tipos de
testamentos mancomunados. El primero cuando dos personas acuden al
http://www.legadosolidario.org/legislacion-foral-navarra/; La Sucesión Testamentaria. Disponible
en:
http://www.unizar.es/derecho/derecho_aragones/progcivil/Documentos/testamentos.pdf;
Decreto Legislativo 1/2011, de 22 de marzo, del Gobierno de Aragón, por el que se aprueba,
con el título de «Código del Derecho Foral de Aragón», el Texto Refundido de las Leyes civiles
aragonesas.
Título
III,
de
la
sucesión
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the Federal Ministry of Justice in corporation with juris GmbH – www.juris. de Page 1 of 605.
Übersetzung des BürgerlichenGesetzbuchesdurcheinÜbersetzer-Team des Langenscheidt
bersetzungsservice. Translation provided by the Langenscheidt Translation Service. © 2009
juris GmbH, Saarbrücken Civil Code in the version promulgated on 2 January 2002 (Federal
Law Gazette [Bundesgesetzblatt] I, p. 42, 2909; 2003 I p. 738), last amended by Article 2 (16) of
the statute of 19 February 2007 (Federal Law Gazette [Bundesgesetzblatt] I p. 122), Disponible
en: http://www.fd.ul.pt/LinkClick.aspx?fileticket=KrjHyaFOKmw%3D&tabid=505.
notario y testan a la vez uno a continuación del otro. En ese caso el vínculo
es meramente formal. Un segundo tipo se da cuando los dos testan al mismo
tiempo, disponiendo en muchos casos del mismo patrimonio, pero sin
vincular lo que uno dispone a lo dispuesto por el otro. La tercera forma de
testar mancomunadamente se da cuando hay correspectividad, de forma que
cualquiera de los testadores no dispondría de lo suyo si el otro no hiciese a
su vez otra disposición en correspondencia con la de él. Es la forma más
compleja y la que presenta más problemas. En esta la individualidad de la
revocación se mantiene en vida de los otorgantes los que pueden, en vida
del otro, realizarla comunicándole efectivamente su decisión. Fallecido uno
de los otorgantes, resulta prohibida la revocación de las disposiciones
correspectivas. De tal forma, queda anulada la libertad de testar y el principio
de la esencial revocabilidad de las disposiciones testamentarias. Como
expresa VALENCIA CARRANZA: “Por medio de los testamentos mancomunados
se establece una especie de reciprocidad entre los otorgantes, contraria a la
naturaleza unilateral del negocio testamentario y que pugna abiertamente
con la característica fundamental de acto esencialmente revocable y libre que
es propia del testamento” 95.
•
Ser un acto jurídico revocable: Mientras el revocante conserve su capacidad
para revocar puede volver sobre su anterior manifestación de voluntad
revocatoria y revivir las manifestaciones de última voluntad anteriormente
revocadas.
•
Ser un acto jurídico inter vivos: Siendo un acto perfecto desde su realización,
en la esfera del revocante, elimina la eficacia de la anterior manifestación de
última voluntad con efecto inmediato.
•
Ser una declaración de voluntad de naturaleza no recepticia: El revocante no
está obligado a comunicar a los herederos y legatarios instituidos en el
testamento revocado una decisión que no tienen por qué conocer, al ser
jurídicamente irrelevante antes de su fallecimiento.
95
VALENCIA CARRANZA, Eleuterio. “El testamento como acto jurídico”.
http://www.juridicas.unam.mx/publica/librev/rev/podium/cont/3/cnt/cnt1.pdf.
Disponible
en:
•
Ser un acto jurídico personalísimo: La declaración de la voluntad revocatoria
sólo puede ser realizada por el revocante, titular del derecho subjetivo de
revocar 96.
A partir de las características enunciadas y atribuidas al acto revocatorio por el autor
de la investigación, este considera que constituyen requisitos de su realización los
siguientes:
1. Presupone la existencia de un acto testamentario válido, el acto revocatorio
ha de ser posterior y, encontrándose documentado, en él ha de ser
constatable la fecha y la hora de su realización. Lógicamente, si no hay
testamento precedente no tendrá lugar la revocación, pues este derecho solo
se ejercitará con la finalidad de destruir la eficacia de la manifestación de
voluntad expresada anteriormente por el testador, ahora revocante.
En cualquiera de los sistemas revocatorios se precisa de la datación
completa del acto, como medio que permita conocer
cuál disposición
prevalece.
2. El revocante ha de disfrutar de plena capacidad para realizar actos jurídicos.
Es condición y presupuesto del acto revocatorio, en tanto acto jurídico, que
el sujeto revocante pueda manifestar su voluntad de manera racional y
consciente, lo que presupone la plena capacidad para el ejercicio de los
derechos, pues de lo contrario su nueva manifestación de voluntad no sería
eficaz y se mantendría con vida el testamento anterior.
En caso de establecerse una capacidad especial para testar, a ella debe
atenerse también el acto revocatorio, pues sería ilógico que pudiendo la
persona testar no pudiera revocar sus disposiciones testamentarias.
3. La manifestación de la voluntad revocatoria ha de constar expresa o
tácitamente sin dejar lugar a dudas de tal propósito.
96
El revocante ha de conservar su plena capacidad para realizar actos jurídicos. Aún cuando el
testador se encuentre físicamente imposibilitado de ejecutar por sí mismo la revocación real o
material del testamento otorgado (cerrado u ológrafo) y ordena a una tercera persona, bajo su
supervisión, su destrucción o inutilización el acto de revocación continúa siendo personalísimo pues,
quien destruye o inutiliza sólo es un ejecutor de la libre y expresa voluntad del causante, es un
vehículo de materialización de su voluntad revocatoria.
4. Solo son revocables las disposiciones testamentarias representativas de la
voluntad eventual del testador, las que pueden ser modificadas por éste
durante su vida. No se admitiría, como regla, que la revocación recayera en
disposiciones expresadas en actos jurídicos, especialmente aquellos que
tienen una naturaleza que incide en las normas de orden público.
5. La manifestación de voluntad revocatoria ha de estar exenta de vicios.
6. Puede ser realizada a través de un nuevo testamento o por documento
notarial ordinario, (en el caso de los ordenamientos que le admiten); también
puede ser realizada sin el cumplimiento de ninguna formalidad en los
supuestos de la revocación real o material; o, por enajenación o
transformación de la cosa legada.
7. De utilizarse el testamento como vía de expresión de la voluntad revocatoria
éste ha de ser perfecto, posterior y subsistente.
8. Contenida la voluntad revocatoria en un documento notarial ordinario éste ha
de ajustarse a las formalidades y solemnidades establecidas para el
instrumento en cuestión.
El efecto inmediato de la realización del acto revocatorio es la destrucción de la
eficacia de las anteriores manifestaciones de última voluntad con su consiguiente
irrelevancia jurídica y la no imputabilidad de las mismas al sujeto que las emitió, por
lo cual retorna al estado intestado original; efecto verificado desde el momento
mismo de la emisión de la voluntad revocatoria, con carácter de acto inter vivos,
instante a partir del cual podrá mutar sus disposiciones de última voluntad.
El tema de la ineficacia testamentaria ha sido cuestión abundantemente tratada por
la doctrina 97; pero, no lo ha sido así la ineficacia del acto jurídico revocatorio de las
97
En cuanto a la ineficacia del acto jurídico en general pueden consultarse a: DIEZ-PICAZO, Luísy
GULLÓN, Antonio. Sistema de Derecho Civil; capítulo V: El Negocio Jurídico. Ineficacia del Negocio
Jurídico; vol. I, segunda edición, ed. Tecnos, Madrid, 1978, p. 632-644; LLAMBÍAS, Jorge Joaquín.
Tratado de Derecho Civil. Parte General. Personas jurídicas. Bienes. Hechos y actos jurídicos;
capítulo XVI: Nulidad y anulación de los actos jurídicos; t. II, op. cit., pp. 495-578; RIVERA, Julio
César. Instituciones de Derecho Civil, Parte General; capítulo XXXIV: Ineficacia de los actos
jurídicos; t. II3raed.actualizada, LexisNexis, ed. Abeledo-Perrot, Buenos Aires, Argentina, 2004,pp.
853-939; RUGIERO, Roberto. Instituciones de Derecho Civil.Ineficacia del negocio jurídico; vol.
Primero,op. cit., pp. 305-317; VALDÉS DÍAZ, Caridad del Carmen (Coordinadora). Derecho Civil. Parte
General. (Colectivo de autores); capítulo VIII: Ineficacia del Acto Jurídico; Facultad de Derecho,
Universidad de la Habana, La Habana, Cuba, 2000, pp. 257-269. Para la ineficacia del acto jurídico
mismas. El desconocimiento de la naturaleza de la institución ha llevado a que
doctrinalmente se consideren como causas de ineficacia del acto revocatorio las
mismas que provocan la ineficacia del testamento.
La revocación constituye causa de ineficacia voluntaria 98 de las disposiciones
testamentarias. El carácter no recepticio y no vinculante de las declaraciones de
última voluntad contenidas en el testamento determinan la ilimitación de su
revocación.
La revocación es como se ha dicho un acto jurídico en el que la autonomía de la
voluntad obra con absoluta libertad por lo que hace inoperantes los supuestos de
colisión de derechos e inaplicables los de la buena fe y el no abuso del derecho.
Si el acto jurídico revocatorio de las anteriores disposiciones testamentarias resulta
válido mantiene su eficacia aún cuando el testamento que lo contiene haya
caducado o resulten inejecutables sus disposiciones por premoriencia, incapacidad,
indignidad o renuncia del o de los sucesores instituidos en cuyo caso, queda
expedita la sucesión intestada.
El hecho de estar referido especial y únicamente el acto revocatorio de
disposiciones testamentarias al acto testamentario y, el carácter ilimitado del
derecho de la persona de revocar sus manifestaciones de última voluntad; sumados
a su naturaleza de acto inter vivos, determinan que sólo pueda encontrarse
afectado el acto revocatorio de disposiciones testamentarias por la ineficacia
derivada de la nulidad, de la anulabilidad o de la revocación; no así por la
caducidad.
testamentario pueden examinarse a: ALBADALEJO, MANUEL.Curso de Derecho Civil V, Derecho de
Sucesiones; capítulo VII: Interpretación, ejecución y pérdida de vigor del testamento, op. cit., p.p.
344-371; DE DIEGO, Felipe Clemente. Instituciones de Derecho Civil. Derecho de Sucesiones; lección
93, t. III,op. cit.; pp. 258-268; ESPÍN CÁNOVAS, Diego.Manual de Derecho Civil Español; capítulo V:
Ineficacia del testamento,... op. cit, pp. 393-408; SCAEVOLA, QuintusMucius. Legislación Española,
Código Civil Comentado y Concordado... op. cit., pp. 701-740; VALDÉS DÍAZ, Caridad del Carmen.
Derecho de Sucesiones, capítulo IX: Ineficacia Testamentaria. Pérez Gallardo, Leonardo B.
(Coordinador). Derecho de Sucesiones; t. II, op. cit., pp. 99-168; ZANNONI, Eduardo A. Manual de
Derecho de las Sucesiones, op. cit.,capítulo XIV: Ineficacia del testamento y de las disposiciones
testamentarias, pp. 697-720.
98
Nos dice VALDÉS DÍAZ: “Procede, como indica su denominación, de la propia voluntad de los sujetos
que realizan el acto y se identifica con la ineficacia en sentido estricto, en la cual el acto deja de surtir
efectos no porque carezca de los presupuestos legales exigidos para su validez, sino por causas
extrínsecas a él, que pueden ser muy diversas”. VALDÉS DÍAZ, Caridad del Carmen. En Derecho de
Sucesiones..., t. I,op. cit., p. 116.
La caducidad recae sobre los llamados derechos potestativos o facultades de
configuración o modificación de una situación jurídica 99. La caducidad del
testamento se produce por circunstancias posteriores a su otorgamiento bien por el
simple transcurso del tiempo; o, por la omisión de formalidades y solemnidades
complementarias en el plazo legalmente establecido. El testamento inicialmente
válido pierde su eficacia por las razones expuestas sin necesidad de ser
declaradas, por lo cual no producen efecto alguno sus disposiciones y su
cumplimiento no puede ser exigido por los herederos100.
En cuanto al planteamiento de esta cuestión: ¿si el acto revocatorio de
disposiciones testamentarias se encuentra contenido en un testamento especial o
extraordinario y éste caducara, recobrarían su valor las disposiciones de última
voluntad contenidas en el anterior testamento o se abriría la sucesión intestada? Se
defiende la tesis de que la caducidad no afecta la eficacia del acto revocatorio
contenido en un testamento caducado. Al ser el acto revocatorio un acto inter vivos,
determinante de la ineficacia inmediata de las anteriores declaraciones de última
voluntad, ha de entenderse plenamente eficaz; pues, desde el momento del
otorgamiento la revocación, expresa o tácita, habría desarrollado todos sus efectos
en la esfera jurídica del testador, por tanto, la caducidad no puede eliminar su
eficacia revocatoria 101. Se defiende la idea de que caducado el testamento se
99
Al decir de DIEZ PICAZO y de GULLÓN “… la caducidad protege un interés general que es el interés
comunitario en la propia certidumbre de una relación jurídica, que se encuentra pendiente de una
posible o eventual modificación. Esto explica que, frente a la prescripción, la caducidad sea
automática y el juez pueda acogerla de oficio aunque el interesado directo no la alegue”. DIEZ
PICAZO, Luis y GULLÓN, Antonio. Sistema de Derecho Civil, vol. I, op. cit., p. 513.
100
ESPÍN CÁNOVASal definirla expresa: “... la caducidad, a diferencia de la nulidad, se produce por
causas posteriores al momento del otorgamiento, consistiendo estas causas bien en el simple
transcurso del tiempo, o en la omisión de solemnidades complementarias del acto de otorgamiento
en el plazo previsto para verificarlas”. Vid.ESPÍN CÁNOVAS, Diego. Manual de Derecho Civil Español.
Sucesiones,op. cit., p. 401;RIVAS MARTÍNEZ expresa: “Como se indica al hablar en general de la
ineficacia de los testamentos (arts. 673, 674, 687, 705 y 715), la caducidad implica la carencia de
efectos jurídicos por el simple transcurso del tiempo o por esa circunstancia unida a la inobservancia
de formalidades complementarias”. RIVAS MARTÍNEZ, Juan José.Derecho de Sucesiones Común y
Foral, op. cit., p. 778.
101
SANSO refiriéndose a la revocación contenida en los testamentos sujetos a caducidad, dice: “A
propósito de la revocación contenida en tales testamentos, si está calificada como un acto de
eficacia inmediata, es evidente que considerado el testamento especial como privado de valor ex
nunc y no como nunca realizado (como establece el Código alemán), es evidente que la revocación
debe considerarse válida y, por lo tanto, eficaz y que tal validez no sea perjudicada por los llamados
abriría la sucesión intestada si la revocación ordenada en el mismo fuera total o, se
procedería a la apertura de una sucesión mixta, de haberse realizado la revocación
parcial de las disposiciones de última voluntad establecidas en el anterior
testamento.
El hecho de considerar a la revocación de disposiciones testamentarias como un
acto jurídico no vinculante, determina que la declaración de voluntad revocatoria
pueda ser a su vez revocada (revocación de la revocación de disposiciones
testamentarias) siempre que el revocante conserve integra su capacidad jurídica.
La nulidad absoluta sería aplicable al acto revocatorio cuando éste se encuentre
contenido en testamento o en otro documento notarial ordinario, siendo de
apreciación aquellas causales de nulidad referidas a las formalidades del
testamento o del documento (forma ad substantiam) las que implicarían su nulidad
total. La nulidad formal arrastraría a las disposiciones contenidas en el testamento o
en la escritura de revocación de disposiciones testamentarias y no podrían hacerse
valer. La nulidad referida a la necesaria capacidad jurídica del revocante para la
realización del acto jurídico revocatorio siempre sería total, operaría ipso iure y
nunca llegaría a convalidarse. El ejercicio de la acción de nulidad no se extingue por
prescripción y no puede sanarse ni por confirmación, ni por el transcurso del tiempo,
ya que, la voluntad de los particulares no puede dar valor jurídico a un acto
declarado nulo.
La nulidad relativa o anulabilidad se caracteriza porque el negocio jurídico produce
sus efectos desde su perfeccionamiento, efectos claudicantes, pues su eficacia se
destruye por el ejercicio de la acción de anulabilidad. Esta acción no es dada
ejercitarla al propio revocante a este, conociendo que su voluntad se encuentra
viciada, le queda el remedio jurídico de la revocación. Tomando en cuenta que la
anulabilidad se establece, además, como sanción legal imponible al acto viciado a
fin de resguardar los intereses de las personas que podrían resultar afectadas por
él, correspondería ejercitar la acción, al tener interés legítimo en el asunto, a los
herederos legales; a aquellos herederos instituidos en un testamento cuyas
términos de eficacia...”.SANSO, Benito. La Revocación en el Derecho Privado... op. cit.,p. 121,vid.
infra, tratamiento de las causas de ineficacia del acto revocatorio.
disposiciones resultaran revocadas por un posterior acto revocatorio afectado por
un supuesto vicio; y, a los herederos con acrecimiento sucesorio a su favor. La
carga de la prueba correspondería a aquellos que alegan la causa de anulabilidad.
La anulabilidad de las disposiciones revocatorias resultaría de muy difícil prueba
pues, fallecido el testador éste no podrá aclarar su voluntad ni cómo ésta resultó
viciada.
Si el acto jurídico revocatorio de disposiciones testamentarias es declarado nulo
jamás producirá el efecto revocatorio de las disposiciones de última voluntad
contenidas en el testamento revocado, por lo cual las disposiciones de aquel
mantendrían su eficacia rigiendo, a la muerte del testador, su sucesión mortis
causa.
I.2.5.- ¿Revocación del testamento o revocación de las disposiciones
testamentarias? El problema de su correcta denominación
El término testamento es utilizado en una doble acepción, como documento
contentivo de la declaración de última voluntad eventual manifestada por el
testador, definitiva en el caso de ocurrir su fallecimiento; y, como disposición de
última voluntad expresada por el otorgante en el documento que reviste las
formalidades y solemnidades exigidas por ley102.
Cada ordenamiento jurídico establece las formalidades y solemnidades exigidas a
todo tipo de testamento. La eficacia de la voluntad testatoria depende de su
102
Su fuerza imperativa está determinada por el interés del poder público de preservar la verdadera
manifestación de última voluntad del causante, exigiendo para ello la plena capacidad del testador y,
a fin de protegerle de actos que vicien su voluntad. Así, en una misma realidad jurídica, coexisten
dos dimensiones: el testamento como forma documental contentiva del acto jurídico testamentario y
la manifestación de última voluntad, por cuya expresión se constituye la relación jurídica sucesoria
testamentaria, cada una de ellas con existencia propia pero, unidas en una entidad imposible de
separar. Sobre esta dicotomía, PÉREZ GALLARDO, cuando aborda el testamento como título
sucesorio, cita a VALLET DE GOYTISOLO quien considera que el título en un sentido genérico es el
documento en que consta el derecho; agrega, refiriéndose al testamento y complementando la idea
expresada por dicho autor: “...a una sucesión o parte de ella;...”;y explica:“Por esta razón, es en ese
orden probatorio o demostrativo que hablaré del testamento como título sucesorio. Porque en un
sentido constitutivo, causal o generativo habrá que situar la manifestación de voluntad del causante,
eso sí exteriorizada a través de la forma requerida por ley, por tener ésta un valor constitutivo o ad
solemnitatem”. Vid.PÉREZ GALLARDO, Leonardo B. (coordinador). Derecho de Sucesiones, op.cit., p.
214.
expresión en un testamento y éste, para ser eficaz, ha de ajustarse a las
formalidades y solemnidades exigidas ex lege. La contravención de esa exigencia
provoca la nulidad del acto testamentario.
La forma se constituye del conjunto de requisitos y solemnidades que han de
concurrir para la eficacia del otorgamiento del testamento jugando un papel ad
solemnitatem y se rige por normas reguladoras de las formalidades y solemnidades
establecidas en la ley sustantiva o por el Derecho Notarial, entendido como Derecho
de formas. No está permitida a los particulares la modificación de dichas normas.
Las manifestaciones de última voluntad constituyen el contenido del testamento, su
contenido negocial el cual es regulado por normas de derecho sustantivo, y sobre
ellas es que recae la revocación.
En la doctrina se utilizan indistintamente los términos de revocación del testamento
y de revocación de las disposiciones testamentarias dándoles idéntico significado 103.
Lo cierto es que, en puridad y técnicamente considerado, se revocan las
disposiciones de última voluntad contenidas en el testamento, es decir, la forma
constitutiva o forma de ser. Exigiendo la ley una forma específica de solemnidad
(forma de valer), sin la cual la declaración testamentaria no llegaría a ser
perfecta 104.
103
PÉREZ GALLARDO trae a colación una interesante sentencia de la jurisprudencia argentina que
ratifica y corrobora lo aquí dicho, la misma reza: “Es interesante lo que la jurisprudencia argentina ha
dicho al respecto: «Identificar el acto jurídico de testar formal con la pieza misma de su otorgamiento,
importa una apreciación materialista que olvida que el acto jurídico es un acto del espíritu de su autor
y que no se corporiza en el papel, sino con el instrumental fin de obtener la manifestación. El
testamento no es papel, sino lo que el testador transmitió por ese medio físico; comunicación de su
voluntad mortis causa que sigue siendo la de su mente»”. (CNCiv., Sala C, Agosto 26 1980). ED, 90769). Vid.PÉREZ GALLARDO, Leonardo B. (coordinador), op.cit., p. 219.
104
En tal sentido, se comparte el criterio sostenido por SANSO en la doctrina venezolana, cuando
expresa: “En el campo específico de la revocación, por lo que se refiere a la terminología, se usan
indiferentemente las dos expresiones « revocación de la o de las disposiciones testamentarias » (así,
en efecto, dice el Código venezolano) y « revocación del testamento ». Preferimos la primera
expresión porque el término testamento es referido al documento testamentario y entonces no se
puede decir que el testamento así entendido sea objeto de la revocación o el término es referido a la
actividad negocial, la cual puede comprender dos o más disposiciones, aún manteniéndose la
unicidad del negocio. Puesto que la actividad de revocación puede obrar solamente sobre algunas
de las disposiciones testamentarias, es evidente que objeto de la revocación serán las distintas
disposiciones testamentarias y no el testamento entendido como un todo orgánico”.SANSO, Benito.
La Revocación en el Derecho Privado...; op.cit., p. 123. La única causa de ineficacia que afecta la
forma documental del testamento es la nulidad absoluta pues, la anulabilidad recae sobre el defecto
o vicio que afecta la manifestación de voluntad; la caducidad sólo interesa y destruye, como
circunstancia sobrevenida, los efectos hacia el futuro del testamento sin deshacer su contenido ni su
I.2.6.- El sistema de revocación expresa en contraposición al sistema romano
de revocación tácita
Cualquier acercamiento a la concepción de la revocación ha de tomar en cuenta los
dos grandes sistemas revocatorios existentes en la actualidad. En correspondencia
con el sistema revocatorio adoptado la declaración de voluntad revocatoria, expresa
o tácita, efectuada por el revocante tendrá diferentes consecuencias y efectos.
En la época moderna, el Code Napoleón se alzó como paradigma de la
Codificación. Nacido de la Revolución Francesa y de la ilustración liberal burguesa,
se convierte en el código por excelencia, en el cuerpo legal paradigmático de la
burguesía en el poder, e influye en todos los procesos liberales y nacionalistas de
su época y de la posteridad 105.
El Code, en su artículo 895, acogió el principio romano de la esencial revocabilidad
de las disposiciones testamentarias 106 y dispuso el derecho del testador a revocar el
testamento otorgado. En cuanto a su formalización, el artículo 1035, exigió su
realización por testamento pero, también la admitió mediante documento público
notarial107. Esta disposición rompió con los cánones establecidos desde la época
romana y fue luego utilizada por otros códigos.
forma; y, la revocación afecta el valor de las disposiciones, no el de la forma testamentaria; por
demás, la revocación requiere para su materialización el efectuarse en un nuevo testamento o
documento notarial ordinario; la manifestación de la voluntad revocatoria que no esté contenida en el
documento formal establecido por ley no sería efectiva a excepción de la revocación real o material
o, por enajenación o transformación de la cosa legada.
105
El Code sirvió de modelo a los Códigos de Argentina, Bolivia, Chile, Colombia, Costa Rica,
Ecuador, El Salvador, España, Grecia, Guatemala, Haití, Holanda, Honduras, Italia, Luisiana,
Luxemburgo, México, Perú, Portugal, al Estado de Québec, Rumania, Santo Domingo, Uruguay y
Venezuela.
106
El Código Napoleón en su artículo 895 dispuso: “El Testamento es un acto por el cual dispone el
testador, para el tiempo en que ya no existirá, del todo o parte de sus bienes, y que puede revocar”.
Código Napoleón, con las variaciones adoptadas por el Cuerpo Legislativo, el día 3 de septiembre de
1807; en la imprenta de la hija de Ibarra, Madrid, MDCCCIX, p. 163.
107
Artículo 1035.- “No podrán ser revocados los testamentos en todo o en parte sino por un
testamento posterior, o por un instrumento o acta ante escribanos que incluya la declaración de la
variación de la voluntad”. Código Napoleón… op.cit., pág. 190.
Hasta la promulgación del Code, había sido generalmente admitido el sistema
revocatorio romano. El Code, en su artículo 1036 108, considera que el testamento
anterior no es revocado a menos que el testador, expresamente, lo hiciese constar
en el testamento posterior. La norma dio paso a la posibilidad de la existencia
conjunta de varios testamentos válidos. Nació así un nuevo sistema revocatorio de
gran aceptación en las codificaciones decimonónicas y mayoritario en la
actualidad 109. A partir de entonces, las legislaciones han seguido dos sistemas
revocatorios contrapuestos. El primero (sistema de revocación tácita o romano)
considera que la nueva disposición testamentaria deja sin efectos totalmente a la
anterior110. El segundo (sistema de revocación expresa o francés) estima revocadas
sólo las disposiciones del testamento anterior incompatibles con las cláusulas del
posterior111.
El sistema de revocación tácita, se aviene con la doctrina romana. Es más sencillo y
no deja margen a dudas en cuanto a si se derogó o no la anterior manifestación de
última voluntad.
Excluye las supuestas dificultades representadas por la labor
interpretativa del testamento; pero, su gran limitación es la de considerar revocado
el testamento en su totalidad aún cuando el testador, en el posterior, sólo haya
108
Artículo 1036.- “Los testamentos posteriores que no revoquen de un modo expreso los anteriores,
no anularán de estos sino aquellas disposiciones que se encuentran incompatibles con las nuevas, o
que sean contrarias a él”. Código Napoleón… op.cit., p. 190.
109
RIVAS MARTÍNEZ al respecto comenta: “La consecuencia de lo dicho es que los Códigos modernos
llegan a una doctrina contraria a la que había establecido el Derecho Romano. En este derecho,
como hemos visto, todo testamento posterior revoca de una manera absoluta y plena el testamento
anterior. Ahora la solución es distinta: si el testador no declara de una manera expresa su voluntad
de revocar el testamento anterior, éste coexiste con el posterior en la medida en que las
disposiciones contenidas en ambos sean compatibles. Si la conciliación de las disposiciones
testamentarias no es posible, prevalece la disposición más moderna”. RIVAS MARTÍNEZ, Juan José.
Derecho de Sucesiones Común y Foral, op.cit., p. 751.
110
Siguen este sistema. Código Civil Españolart.- 739; Código Civil Federal de México art.- 1494;
Código Civil cubano art.- 479.2. La jurisprudencia española a dulcificado el original criterio rigorista
con el cual reguló el principio de revocación tácita, ello puede apreciarse en las sentencias de 22 de
marzo 1901, de 17 de junio de 1915, de 11 diciembre de 1929 y de 1 febrero 1988, consolidado por
la más reciente de 31 de diciembre de 1992; criterio adoptado por la Dirección General de los
Registros y del Notariado (RR 12 septiembre 1947 y 18 diciembre 1951 (Ref. El Derecho 1990/4761).
111
A este sistema se afilian: Código Civil Alemán, parágrafo 2258; Código Civil de la República
Argentina, art.- 3828; Código Civil de Bolivia,art. 1210; Código Civil de Chile, art. 1215; Código Civil
Costa Rica, art.- 622; Código Civil de El Salvador, art. 1145; Code Civil Franciaartículo, 1036;
Código Civil de Honduras,art.- 1160:Il CodiceCivile Italiano, art. 682; Código Civil Portugués, art.2313; Código Civil Perú, art.- 80; Código Civil de la República de Nicaragua, art.- 972; Código Civil
de la República Oriental del Uruguay,art.- 1005; Código Civil de la República de Venezuela, artículo
991.
modificado del anterior cuestiones accesorias tales como: la designación de
legados; la inclusión de bienes inexistentes al momento del otorgamiento; etc.; o,
haya realizado disposiciones no patrimoniales como las de carácter funerario,
destino del cadáver u órganos vitales, reconocimiento de hijos, etc. De esta forma,
aún contra el propósito querido y la real voluntad del testador, el testamento queda
de hecho revocado 112.
En el sistema revocatorio romano prevalece la presunción de la intención
revocatoria en detrimento de la posible real voluntad del testador. No obstante, en
una concesión a las posiciones modernas convienen, a vía de excepción, en
aceptar la sobrevivencia de las disposiciones del testamento anterior cuando el
testador manifieste de forma expresa en el posterior su voluntad de que aquél
subsista en todo o en parte.
En este sistema se presumen revocadas las disposiciones contrarias o
contradictorias del anterior por el actual 113. El deficiente asesoramiento por parte del
funcionario público ante el que se teste, el desconocimiento de las personas ante
las que se otorga testamento en circunstancias especiales o, el propio
desconocimiento del testador al elaborar un testamento cerrado u ológrafo podrían
provocar un resultado no querido por el testador al quedar sin efecto la anterior
declaración por la emisión de otra posterior, la cual, simplemente, complementa o
fija nuevas disposiciones sin afectar en nada a las precedentes.
Declarada por el testador la subsistencia de sus anteriores manifestaciones de
voluntad sería preciso determinar cuáles del primero contrarían o son incompatibles
con las del posterior; sin lugar a dudas, ello llevaría a la interpretación de las
cláusulas testamentarias por parte de los operadores jurídicos, ello supone la
misma dificultad de su interpretación planteada en el sistema de revocación francés.
112
CLEMENTE DE DIEGO sometió a crítica el sistema revocatorio adoptado por el Código Civil español
en su artículo 739, y expresa: “... el sistema del Código Civil es más sencillo, evita cuestiones y
dudas sobre si derogó o no el posterior al anterior, pero tiene un inconveniente gravísimo, y es que, a
lo mejor por un testamento que no modifique al anterior sino en muy pequeña parte o en cosa
accesoria y secundaria, quede éste revocado contra la voluntad y el verdadero propósito del
testador”. DE DIEGO, Felipe Clemente. Instituciones de Derecho Civil. Derecho de Sucesiones, op. cit.,
p. 266.
113
Así el artículo 479.2, del Código Civil cubano; el artículo 739, del Código Civil del Reino de España
y el artículo 1494 del Código Civil Mexicano para el Distrito Federal en Materia Común y para toda La
República en Materia Federal.
El sistema de revocación expresa, al entender revocadas por el testamento
posterior sólo aquellas disposiciones del anterior que le son opuestas, establece la
presunción contraria, pueden coexistir dos o más testamentos otorgados por el
testador.
En este se entienden revocadas sólo las disposiciones del testamento
primeramente otorgado contradictorias o divergentes con el ulterior. Si el testador
quiere privar de eficacia a las disposiciones de los testamentos anteriores ha de
manifestar expresamente su intención revocatoria 114.
El sistema supone la dificultad representada por la interpretación de las
disposiciones de los testamentos coexistentes al objeto de determinar cuáles son
discordantes o incompatibles (en cuyo caso surten efectos sólo las del último
testamento) y, la determinación de la extensión de la ineficacia de las cláusulas
contentivas de disposiciones similares. En este sistema juega un importantísimo
papel la interpretación de las disposiciones del testamento. Su hermenéutica,
compleja, garantiza una mayor justicia sucesoria, da mayor seguridad al testador en
el cumplimiento de sus manifestaciones de última voluntad y propicia el
cumplimiento del principio del favor testamenti, máxime si se toma en cuenta que,
cuando se entre a valorar la eficacia del testamento, ya su autor no estará para
arrojar luz sobre la voluntad querida e implícita en sus declaraciones de última
voluntad.
I.2.7 Formas del acto revocatorio; la revocación expresa y la revocación tácita,
la revocación real o material. Extensión de la voluntad revocatoria
114
Al respecto nos dice FASSI: “En principio, cuando no media revocación expresa, la voluntad
testamentaria contenida en más de un acto se suma y no se excluye, y todos los testamentos deben
ejecutarse simultáneamente. Como pauta interpretativa se considerará que no ha mediado voluntad
revocatoria y en la duda deben entenderse compatibles las disposiciones contenidas en todos los
testamentos”, cit. pos.BEATRIZ IGLESIAS, Mariana en: FERRER, Francisco A. M. y MEDINA, Graciela
(Directores). Código CivilComentado. Doctrina - Jurisprudencia – Bibliografía. Sucesiones; t. II,
artículos 3539 a 3874, ed. Rubinzal – Culzoni, Buenos Aires, 2003, p. 605.
La manifestación de la voluntad revocatoria encuentra diferentes cauces para su
expresión 115. La revocación, atendiendo a su forma, puede ser expresa o tácita; y,
real o material; y, por su extensión, total o parcial 116.
La revocación expresa consiste en la explícita declaración de voluntad del testador
de revocar total o parcialmente sus anteriores disposiciones de última voluntad. En
dicha declaración de voluntad se manifiesta de forma clara y precisa la intención
revocatoria, sin dejar lugar a dudas ni a interpretaciones; por la forma de
exteriorizarse, exige ser plasmada en un nuevo testamento o en otro documento
notarial ordinario 117.
La revocación tácita o implícita, se infiere del acto de un nuevo otorgamiento de
disposiciones de última voluntad, sin que expresamente se haga alusión a la
intención de revocar las anteriores declaraciones testamentarias; en dependencia
del sistema revocatorio seguido, puede dar lugar a la revocación total de las
anteriores manifestaciones de última voluntad contenidas en el testamento
precedente por la simple posterioridad (sistema de revocación tácita); o, pueden
resultar derogadas las disposiciones del anterior testamento incompatibles con las
contenidas en el nuevo (sistema de revocación expresa)118.
La revocación real o material se produce cuando la intención revocatoria se
manifiesta tácitamente a través de actos o acciones del testador que evidencian su
115
Nos dice RIVERA que: “La declaración de voluntad es una conducta mediante la cual se exterioriza
la voluntad del agente. (...) Esta conducta puede consistir en dichos o en hechos. (...) Los primeros
pueden ser dichos hablados (exteriorización por la palabra oral) o escritos (exteriorización por la
palabra escrita o documentada). (...) Los segundos son acciones del sujeto, (...) Excepcionalmente,
la declaración de voluntad puede hacerse por vía omisiva, esto es, el silencio”. RIVERA, Julio César.
Instituciones de Derecho Civil, Parte General;op.cit. p. 445.
116
VALDÉS DÍAZ, Caridad del Carmen. Derecho de Sucesiones, t. II, op.cit, p.153; ZANNONI, Eduardo A.
Manual de Derecho de las Sucesiones, op. cit., p. 703; DE DIEGO, Felipe Clemente. Instituciones de
Derecho Civil. Derecho de Sucesiones,op. cit., p.p. 265-267;RUGIERO, Roberto. Instituciones de
Derecho Civil, op.cit., p. 1183.
117
Entre otros, exigen un nuevo otorgamiento testamentario los Códigos Civiles, de Perú en su
artículo 799; el argentino, en su artículo 3827; el costarricense en su artículo 621 y el boliviano en su
artículo 1210, II. Admiten la revocación por nuevo testamento o por documento notarial ordinario
entre otros el Código Civil italiano, en su artículo 680 y el francés, en el artículo 1035.
118
La intención revocatoria del testador se encuentra en el tenor del testamento, tanto en la
revocación expresa como en la revocación tácita, lo que su forma de manifestarse difiere de una a
otra; porque, como dice SANSO “…en ambos casos la voluntad revocatoria está presente en el nuevo
testamento, pero mientras los efectos de la primera son claramente enunciados por el mismo
testador, los de la segunda resultan implícitamente de la comparación entre los dos
testamentos”.SANSO, Benito. La Revocación en el Derecho Privado... op.cit., p. 132.
intención de dejar sin efectos la declaración de última voluntad expresada en el
testamento otorgado. Así sucede con la destrucción material del testamento
ológrafo o la rotura del pliego que cubre un testamento cerrado (en los
ordenamientos
jurídicos
permisivos
de
esta
forma
de
testar),
realizada
intencionalmente por el testador o realizada por persona diferente, a instancias de
éste y bajo su supervisión; por la enajenación del bien legado a persona distinta del
legatario; por la transformación voluntaria, por parte del testador, de la cosa legada
convirtiéndola en otra de diferente uso, naturaleza, y denominación 119.
Algunas legislaciones y doctrinas establecen y consideran supuestos de revocación
legal 120 en tal sentido, asumen la presunción de que el testador, por sí mismo,
habría revocado la disposición hecha; tal, el caso de hijos preteridos por ignorar el
testador su existencia o, por nacer con posterioridad al otorgamiento del testamento
(hijos póstumos o cuasi-póstumos); también, por contraer matrimonio el testador
con posterioridad al otorgamiento. Al anterior criterio oponemos la tesis de que la
revocación de las disposiciones testamentarias es un derecho exclusivo y
personalísimo del testador en la esfera de su autonomía. Estos supuestos de
revocación legal habrían de ser enmarcados, en adecuada técnica jurídica, dentro
de otras causas de ineficacia testamentaria.
119
Las acciones de destruir, de enajenar o transformar, incuestionablemente y de manera implícita,
entrañan una manifestación de voluntad revocatoria del testador dirigida a dejar sin efectos la
disposición testamentaria anteriormente emitida. La destrucción del testamento ológrafo o la rotura
de la cubierta del testamento cerrado, soporte material o corpóreo de la última voluntad declarada,
impiden el conocimiento o que surta efectos para los terceros la voluntad en él contenida; de tal
forma, el otorgante en vida y por un acto inter vivos revoca la disposición de última voluntad. Similar
situación se produce cuando, en vida, el testador enajena el bien objeto del legado o lo transforma
convirtiéndole en otro de diferente naturaleza, uso y especie.
120
RUGIERO nos da cuenta del Códice y expresa: “Además de por voluntad expresa o tácita del
testador, la revocación puede tener lugar legalmente, es decir, cuando interpretando la ley la voluntad
del testador la sustituye, por estimar que el propio testador habría, en el caso dado, revocado la
disposición. (…) Estos casos de revocación legal son dos, y se refieren a la existencia de hijos del
testador que éste no hubiera tenido en cuenta en el testamento, es decir, existencia de hijos
ignorados por el testador o superveniencia de hijos posteriormente al otorgamiento del testamento”.
RUGIERO, Roberto. Instituciones de Derecho Civil,op.cit. p. 1185; de otra parte ZANNONI, refiriéndose
al Código Civil argentino expone: “Pero suele aludirse también a una suerte de revocación legal que
opera independientemente de la voluntad expresa o tácita del testador y por la cual el testamento
queda sin efecto ministerio legis.Nuestro Código Civil prevé el caso del matrimonio del testador,
posterior a su testamento (art. 3826), aunque otras legislaciones contemplan, también, el caso de
hijos sobrevenidos luego del testamento”. ZANNONI, Eduardo A. Manual de Derecho de las
Sucesiones, op.cit., p.703. Vid.Código Civil argentino artículos 3826 y 3843; Código Civil italiano,
artículo 687; Código Civil venezolano, artículo 951; Código Civil boliviano, artículo 1211; Código Civil
guatemalteco, artículo 984 y Código Civil uruguayo, artículo1004.
La revocación es causa de ineficacia voluntaria de las disposiciones testamentarias
establecida por el propio testador. Sostenemos la opinión de que en el acto
revocatorio de disposiciones testamentarias sólo es posible la apreciación de la
manifestación de voluntad revocatoria emitida por el revocante, soberano dentro de la
esfera de su autonomía 121, para disponer por acto inter vivos y en ejercicio de su
derecho subjetivo la revocación de las disposiciones de última voluntad otorgadas.
En todo caso, el legislador puede ordenar la ineficacia de las manifestaciones de
voluntad testamentarias, estableciendo las causas de ineficacia testamentaria 122 que
estime pertinentes por razones de interés público, social, familiar, etc., o sanciones a
los sucesores incapacitándoles o declarándoles indignos pero, conceptualmente no
constituyen esas presunciones revocación.
Ya desde el último tercio del siglo anterior se introdujo en la jurisprudencia y en la
doctrina el criterio de la modificación de las manifestaciones de última voluntad
expresadas por el testador en el testamento debido a la apreciación del cambio de
circunstancias o de circunstancias sobrevenidas con posterioridad al otorgamiento,
imperantes a la muerte del testador, momento en que cobrarán vigencia sus
disposiciones testamentarias.
En principio la interpretación de las disposiciones testamentarias, si fuera necesaria
realizarla, ha de partir de la manifestación de voluntad expresada por el testador y
plasmada en el testamento; cuando sus términos son claros y precisos solo cabe su
natural exégesis a fin de dar cumplimiento a la misma. De ser confusa su expresión
u oscura la terminología o los vuelos del lenguaje utilizado, entonces sería precisa
la interpretación de las disposiciones. No le está dado al intérprete ampliar el
sentido de lo dispuesto por el testador, sino aclarar su real voluntad.
121
Como ya se ha expresado el derecho de revocar es un derecho de autonomía ilimitada por lo que el
testador puede, con absoluta libertad y hasta en el último instante de su vida, revocar las disposiciones
de última voluntad otorgadas, ello se encuentra en estrecha vinculación con sus motivaciones y con
las circunstancias en que se emite la declaración de última voluntad las que pueden variar o
modificarse determinando con posterioridad el cambio de la voluntad testatoria y la revocación de las
disposiciones otorgadas; siendo el testamento no vinculante no resulta necesario que el testador,
ahora revocante, justifique el cambio de su voluntad.
122
La revocación de disposiciones testamentarias es causa de ineficacia proveniente de la propia
voluntad expresa o presunta del testador ahora revocante.
El testamento solo recoge la voluntad actual al tiempo del otorgamiento no una
voluntad futura, por lo cual buscar la real voluntad del testador o del revocante en
hechos posteriores a ese momento e incluso a su muerte constituye un
contrasentido. Acertadamente expresa VAQUERALOY: “... los cambios de voluntad del
testador posteriores al testamento y que no se hayan vehiculado mediante alguna
de las formas testamentarias legalmente establecidas carecen de relevancia a
efectos interpretativos” 123.
Luego del otorgamiento del testamento, es posible que se produzca un cambio de
circunstancias, las que podrán ser tenidas en cuenta o no por el testador, a él
siempre queda expedito el derecho a revocarlo y de disponer su última voluntad en
nuevo testamento hasta el instante mismo de su muerte, como explica MIQUEL
GONZÁLEZ: “La revocabilidad del testamento proporciona al testador un medio para
controlar el ajuste del testamento a las nuevas situaciones” 124. También puede
ocurrir que ese cambio de circunstancias se produzca en vida del testador cuando
este ha sido declarado judicialmente incapaz o, cuando ya fallecido, transcurre un
largo periodo de tiempo hasta la ejecución del testamento.
La doctrina del cambio de circunstancias parte de tomar en consideración nuevas
realidades fácticas surgidas con posterioridad al otorgamiento e, incluso, al deceso
del testador, por lo que no fueron tomadas en cuenta por él al tiempo de su
disposición. Nuevos escenarios socioeconómicos y políticos; reformas socio
jurídicas encaminadas a alcanzar la igualdad y contra cualquier forma de
discriminación en el Derecho privado, tal el caso de la igualdad de los hijos
matrimoniales, extramatrimoniales y adoptivos en el ámbito sucesorio 125; el interés
de proteger el matrimonio, las relaciones familiares y el régimen de legítimas; en
definitiva, el interés del poder público de corregir la voluntad del testador en aras de
123
VAQUERALOY, Antoni. Testamento, disposiciones a favor del cónyuge y crisis del matrimonio.
Disponible en http://www.vlex.com/vid/193184. Formato PDF, consultado en biblioteca jurídica virtual
perteneciente al Dr. Leonardo B. PÉREZ GALLARDO, p. 14.
124
MIQUEL GONZÁLEZ, José M. Notas sobre la voluntad del testador. Formato PDF, consultado en
biblioteca jurídica virtual perteneciente al Dr. Leonardo B. Pérez Gallardo,p. 181.
125
ALBADALEJOofrece un interesante y bien fundamentado análisis de la evolución de la regulación
legal de los derechos sucesorios de los hijos adoptivos en el ordenamiento jurídico español y, sus
consideraciones en cuanto a esta temática. Vid.ALBADALEJO GARCÍA, Manuel. La ley que rija al morir
el causante es la que regula la sucesión en que incida una adopción. Anuario de Derecho Civil,
fascículo II, enero-marzo, 1988, pp. 441-467.
la equidad y la justicia sucesorias en correspondencia con la realidad social126,
sustentan la pretensión del legislador y del poder público de actualizar la voluntad
testamentaria.
Múltiples figuras jurídicas se emplean por la doctrina y la jurisprudencia para
justificar la modificación de la voluntad del causante por el cambio de
circunstancias 127. Se destaca la corriente que presume que el testador hubiese
modificado su declaración de haber conocido las nuevas circunstancias. Atribuir al
testador por una presunción, la revocación de sus manifestaciones de última
voluntad, constituye en nuestra opinión un absurdo jurídico, en franca contradicción
con el principio axiomático de la sucesión testamentaria de que la postrera voluntad
es la expresada en el testamento al momento del otorgamiento.
La voluntad expresada testamentariamente es, en principio, la realmente querida
por el testador, este no podía prever las futuras realidades que modificarían el
entorno socioeconómico y legal con posterioridad, el derecho de revocarla es
exclusivo y personalísimo del testador.
126
Expresa MARTÍNEZ DE AGUIRRE: “Uno de los criterios utilizados para realizar la determinación de la
realidad social… es el que procede de las reformas legislativas, y de la consideración de que estos
responden a exigencias de la realidad social”. (...) “... se hace más segura y decisiva cuando se trata,
no de estados de conciencia nebulosos o en vías de formación, sino de tendencias o ideas que han
penetrado ya en el sistema de la legislación positiva, o han obtenido su reconocimiento, de manera
inequívoca en la ley suprema del estado”.MARTÍNEZ DE AGUIRRE, Carlos. El criterio de la realidad
social en la interpretación de las normas jurídicas. (Comentario a la sentencia del 13 de abril de
1984). Anuario de Derecho Civil, fascículo I, enero-marzo, 1985, p. 218.
127
Tratan de explicarse desde las teorías del error, de la causa, del establecimiento de presunciones
y hasta la extrapolación, del ámbito de las obligaciones al de la sucesión mortis causa, del rejuego
entre el principio pacta suntservanda y de la cláusula rebus sic stantibus. Vid., ALBADALEJO GARCÍA,
Manuel. La ley que rija al morir el causante es la que regula la sucesión en que incida una adopción.
Anuario de Derecho Civil, fascículo II, enero-marzo, 1988, pp. 441-467; IMAZZUBIAUR, Leire. Algunas
reflexiones en torno a la eficacia de las disposiciones testamentarias ante un cambio sobrevenido de
las circunstancias. Incidencias de la crisis de pareja en la atribución sucesoria otorgada con
anterioridad. Revista de derecho Privado, No. 4, julio-agosto, 2012, pp. 47-79;VAQUERALOY, Antoni.
Testamento, disposiciones a favor del cónyuge y crisis del matrimonio. Anuario de Derecho Civil, t.
LVI, fascículo I, enero-marzo, 2003, pp. 67-100; SAAVEDRA VELAZCO, Renzo E. ¿Interpretamos la
voluntad del testador o solo lo literalmente expresado en el testamento? Consideraciones desde la
óptica de la comparación jurídica. Latin American and CaribbeanLaw and EconomicsAssociation.
November, 2010. Formato PDF, pp. 1-15;MEDINA ORTIZ, Jordi. Nuevo criterio en la interpretación de
disposiciones testamentarias, introducido por el TEDH. Formato PDF, pp. 65-87.
Más nos parece que encuadraría su tratamiento como causa de ineficacia de las
disposiciones testamentarias, establecida por el legislador ante el cambio de
circunstancias y nuevas realidades sociales no existentes al momento del
otorgamiento del testamento. Situaciones que no podían ser tomadas en cuenta por
el testador. Va quedando atrás el antiguo apotegma romano de que la voluntad del
causante expresada en el testamento, es la ley por la cual en su día se regirá su
sucesión, quizás el más privado de todos los derechos. Sin ser conclusiva nuestra
opinión, pues ello requeriría de un esfuerzo indagativo que no es objeto de esta
investigación, entendemos que esta nueva realidad jurídica, podría tipificar causa de
ineficacia de las disposiciones testamentarias por disconformidad con la
leyestablecida, como excepción a la regla de la voluntad expresada en el
testamento, por el legislador ante el cambio de circunstancias o circunstancias
sobrevenidas determinadas por las nuevas realidades económicas, sociales y
familiares.
El legislador intervendría a fin de establecer una solución equilibrada en
correspondencia con las nuevas situaciones fácticas, inexistentes al momento del
otorgamiento, para favorecer la justicia y la equidad en la sucesión testamentaria.
Son múltiples los nuevos fenómenos que vertiginosamente se desarrollan e
imponen como nuevas realidades sociales que podrían afectar la concepción
romana del testamento y a las que el Derecho tendrá que dar respuesta a escala
global. Entre otras circunstancias o realidades sociales se destacan las situaciones
derivadas de las técnicas de reproducción asistida, del divorcio de hecho, de las
uniones consensuales, de la existencia de parejas del mismo sexo, de la adopción,
de la existencia de segundas familias y matrimonios de grupo, de la reducción del
número de personas consideradas legitimarias, etc.
I.2.8.- ¿Revocabilidad o irrevocabilidad de las disposiciones no patrimoniales
o atípicas?
En Roma la sucesión testamentaria tuvo una regulación legal muy detallada y la
herencia se entendió constituida por elementos patrimoniales y extrapatrimoniales.
En la actualidad, es cuestión generalmente admitida, por la doctrina y la práctica
jurídica, la inclusión en el testamento de disposiciones patrimoniales y no
patrimoniales 128. Se conoce a las primeras como contenido típico del testamento y a
las segundas, como su contenido atípico 129. En la práctica se prevé la posibilidad de
otorgar testamento contentivo de disposiciones atípicas únicamente. El contenido
atípico del testamento se constituye de manifestaciones de voluntad y de actos
jurídicos extrapatrimoniales 130.
La cuestión generada en cuanto a las disposiciones no patrimoniales o atípicas es si
ellas son revocables o no. La doctrina acepta la revocación de las disposiciones
atípicas que por su naturaleza constituyen negocios jurídicos en los que la voluntad
del declarante es autónoma para conformar los efectos queridos con su declaración
y se opone a admitir la revocación de aquellas que, por su contenido, constituyen
actos jurídicos en sentido estricto cuyos efectos se encuentran determinados por ley
sin que la voluntad del particular pueda revocarles 131.
128
Prevén expresamente la inclusión en el testamento de disposiciones atípicas el
CodiceCivile(artículo 587, segundo párrafo); el Código Civil de Bolivia (artículo 1112, aptdo. II); el
Código Civil de Perú (artículo 686, segundo párrafo) y el portugués (artículo 2179, aptdo. 2).
ElCódigo Civil venezolano reconoce tácitamente su uso en el artículo 833, cuando enuncia: “… o
hace alguna otra ordenación prevista en la ley.”
129
La cuestión de la coexistencia de disposiciones típicas y atípicas en un testamento ha sido
resuelta de antaño. PÉREZ GALLARDO resume magistralmente el tema en análisis que realiza del
contenido del acto jurídico testamentario. Vid. PÉREZ GALLARDO, Leonardo B. Derecho de
Sucesiones; t. I, capítulo V: El acto jurídico testamentario. Contenido e interpretación; op. cit., pp.
233-235.
130
Como manifiesta PÉREZ GALLARDO: “Compone el llamado contenido atípico del testamento aquel
conjunto de disposiciones suficientemente numerosas, frecuentes y representativas de los diversos
actos jurídicos que pueden formar parte de un testamento por disposición legal o por decisión propia
del testador“. PÉREZ GALLARDO, Dr. Leonardo B.id., p. 234. Las disposiciones atípicas más
frecuentemente utilizadas son el reconocimiento de hijos; el reconocimiento de deudas; la confesión
de delitos u otros actos inmorales o socialmente reprobables cometidos por el testador; la
designación de un tutor para el hijo menor o persona mayor de edad judicialmente incapacitada; el
acto de ordenar la constitución de una fundación; la exclusión de posibles herederos ab intestato, la
rehabilitación del incapaz para suceder, el otorgamiento del consentimiento para que pueda ser
utilizado, por el cónyuge supérstite, el material genético del testador tras su fallecimiento; el
otorgamiento del consentimiento para disponer de órganos, tejidos y partes del cuerpo humano con
fines médicos, humanitarios e investigativos; disposiciones sobre el destino del cadáver, así como
del lugar de enterramiento escogido y sobre los sufragios y funerales, la publicidad y conservación
post mortem de una obra del ingenio, el destino de epístolas, recuerdos, fotografías, colecciones y
otros objetos familiares de similar naturaleza.
131
Al respecto señala SANSO: “… En el mero acto jurídico, por lo tanto, no se realiza ningún precepto
de autonomía privada; no se trata de una manifestación de intención y, por tanto, en relación a él no
puede subsistir un poder de revocación, por lo menos hasta tanto la ley no lo prevea expresamente”.
SANSO, Benito. La Revocación en el Derecho Privado...; op.cit.,p. 127. En igual sentido VALDÉS DÍAZ
En particular, el reconocimiento de hijos en el testamento es considerado una
disposición no patrimonial irrevocable por su carácter extensivo a otras instituciones
del Derecho 132.
Si bien, en el ejercicio de la revocación, la autonomía de la voluntad es
prácticamente ilimitada, el reconocimiento de un hijo escapa a esa potestad del
testador, dicho reconocimiento constituye un acto jurídico de naturaleza familiar
siendo, sus preceptos reguladores, normas de orden público que los particulares no
pueden modificar y sus consecuencias repercuten en el orden jurídico familiar y
social. 133 El reconocimiento filiatorio es un acto jurídico en sentido estricto, de él se
derivan consecuencias de trascendental importancia para el estatus familiar y civil
de la persona, por tal razón, protegido por normas de carácter público en el orden
cuando afirma: “Se entiende, de manera general, que pueden ser revocables las disposiciones
atípicas que constituyen negocios jurídicos, en los cuales la voluntad del sujeto es enteramente libre
para configurar sus efectos, no así aquellas que son consideradas actos jurídicos en sentido estricto,
donde los efectos no dependen de la voluntad soberana del particular, sino están previstos y
delimitados por las normas jurídicas; respecto a ellos, por tanto, no es admisible un poder
revocatorio, salvo que la ley así lo prevea expresamente”.VALDÉS DÍAZ, Caridad del Carmen. En
Derecho de Sucesiones; op.cit.,p. 151. RIVAS MARTÍNEZ, siguiendo a PASTOR RIDRUEJO, concuerda en
que hay una serie de disposiciones que no por estar contenidas en un testamento adoptan la
naturaleza testamentaria, de tal forma, para ellas actuará el principio de revocabilidad o el de
irrevocabilidad en correspondencia de cual lo presida en su vida extratestamentaria señalando que,
para concebir como irrevocable una disposición contenida en el testamento precisa, de una parte, no
ser testamentaria típica, pudiendo adoptar vehículos o instrumentos extratestamentarios y que al
incluirse en el testamento la disposición no se desnaturalice, la forma testamentaria ha de ser
concedida a estos negocios con el objetivo de facilitarlos, mantenerlos en secreto hasta el
fallecimiento del testador o conseguir fines de economía instrumental; pero no con el objetivo de
conferirle el carácter de última voluntad del testador manifestada previamente con eficacia eventual.
De tal forma, concluye que son revocables sólo aquellas disposiciones testamentarias contentivas de
la voluntad eventual del testador, por la razón misma de ser eventuales; siendo irrevocables aquellas
que no son reflejo de esa voluntad eventual. Vid.RIVAS MARTÍNEZ, Juan José.Derecho de Sucesiones
Común y Foral, op.cit. pp. 736-737.
132
Así lo establecen el Código civil español en su artículo 741; el salvadoreño en el artículo 998,
tercer párrafo y el mexicano, para el Distrito Federal en materia común y para toda la República en
materia federal, en su artículo 369, aptdo. IV.
133
Explica VALDÉS DÍAZ: “Caso particularmente controvertido en la doctrina ha sido la delimitación de
la revocabilidad o no del reconocimiento de hijos. Siguiendo la línea de pensamiento arriba reflejada
y considerando que dicho reconocimiento constituye un acto jurídico de naturaleza familiar, el criterio
mayoritario es el de considerar que aún cuando se revoque el testamento que contiene el
reconocimiento, éste se mantiene vigente y surtirá efectos a la muerte del testador, que es cuando
proceden, en general, los efectos del negocio jurídico testamentario” VALDÉS DÍAZ, Caridad del
Carmen. En Derecho de Sucesiones, t. II, op. cit., p. 151. El hecho de considerarse irrevocable el
reconocimiento de hijos en el testamento no significa que el mismo no pueda impugnarse, como
explica RIVAS MARTÍNEZ: “… queda claro que el reconocimiento hecho en el testamento es
irrevocable, aunque no quiere decir que sea inatacable. De lo que se salva el reconocimiento
testamentario es, solo, de la revocación, no de que pueda claudicar (ser atacado) por toda clase de
causas”. RIVAS MARTÍNEZ, Juan José.Derecho de Sucesiones Común y Foral, op.cit., p. 770.
familiar
(derechos
personales
de
familia),
cuyos
efectos
se
encuentran
determinados por normas de iuscogens, por esta razón el individuo no las puede
modificar. No obstante, podría exceptuarse el caso en que hecho el reconocimiento
en el testamento el testador, con posterioridad, adquiere la certeza de que no es tal
hijo; dado este supuesto podría alegar las razones y oponer las pruebas que fuere
necesario, se considera que la revocación procedería pues el reconocimiento, en
vida del testador, aún no ha surtido efectos; por tanto, las normas de orden público
no han entrado en juego pues el hijo no ha sido inscripto y por ende, no se ha
configurado el vínculo filiatorio, ni se han aplicado las normas de familia. Por otra
parte, la filiación determina el lugar que ocupa la persona en la familia, siendo un
factor identificativo de la persona. Como categoría del estado civil es objeto de
asiento en el correspondiente registro; por la importancia del estado civil para la
sociedad sus normas son de orden público y de ellas queda excluida la autonomía
de la voluntad del particular.
I.2.9.- La interpretación de la manifestación de voluntad revocatoria de
disposiciones testamentarias
Cuando el testador emite su declaración de última voluntad lo hace pensando en
que esa sea su última voluntad, en puridad no lo hace para luego destruirla o
modificarla. El testador desea las consecuencias de sus actos y dispone la ley de su
sucesión. Esa manifestación de voluntad es eventual y con posterioridad a su
expresión, pueden surgir circunstancias o situaciones determinantes de su
mutación. Al ser la declaración de última voluntad, contenida en el testamento, un
acto jurídico unilateral no recepticio y no vinculante el testador puede en cualquier
momento cambiarla. La esencial revocabilidad de las disposiciones testamentarias
es consecuencia del reconocimiento de la libertad de testar, de la autonomía
individual en la expresión y establecimiento de la última voluntad.
A partir de la tesis que se sustenta en esta investigación, cualquier mutación de la
manifestación de la última voluntad expresada en el testamento requiere de la
previa e indubitada manifestación, expresa o tácita, de la voluntad revocatoria por la
que se declara la ineficacia de la anterior manifestación de última voluntad y, la
persona regresa al estado intestado. A partir de esta situación la persona podrá
establecer nuevas disposiciones, modificar e incluso resucitar sus declaraciones
anteriormente revocadas mediante la expresión de una nueva manifestación de
última voluntad.
Lo anteriormente afirmado tiene una especial connotación y repercusión en la
concepción de la revocación de las disposiciones testamentarias cuando el acto
revocatorio encuentra como vehículo de su expresión al acto testamentario. Se
sostiene la idea de que, en este supuesto, la única interpretación posible del acto
revocatorio es la de determinar la ineficacia de las anteriores declaraciones de
última voluntad. La mutación de la última voluntad (sea por el establecimiento de
nuevas disposiciones de última voluntad o por modificación de las anteriores) se
establece por el testador en las disposiciones contenidas en el nuevo testamento y
es sobre ellas que recae la labor de interpretación. El esclarecimiento de la real
voluntad, expresada y querida por el revocante, parte de la interpretación gramatical
y semántica de las palabras que componen el texto de la nueva manifestación de
última voluntad contenida en el testamento destinada a establecer su mutación, por
el ahora testador, y a fin de darle cumplimiento. La interpretación de esas nuevas
declaraciones de última voluntad es necesaria 134 cuando sus términos no aparecen
claramente expresados; en claro no cabe la actividad interpretativa solo la sencilla
labor de entender literalmente lo expresado,principio enunciado en la máxima
romana: “Quum in verbisnullaambiguitas es, nomdebetadmittivoluntatisquaestio.
134
Son de aplicación a la interpretación de las disposiciones testamentarias los criterios sostenidos
por DIEZ-PICAZO y GULLÓNcuandoexpresan: “La interpretación testamentaria constituye una
aplicación de los esquemas de la teoría general del negocio jurídico y es una actividad necesaria
para la puesta en práctica de la lexsuccessionis que en el testamento se contiene”.DIEZ-PICAZO,
Luísy GULLÓN, Antonio. Instituciones de Derecho Civil, Volumen II,Editorial Tecnos, Madrid, 1974. p.
566–568; por PÉREZ GALLARDO cuando al conceptualizarlaexplica:“La interpretación del acto jurídico
testamentario persigue descubrir la verdadera y real voluntad del disponente u otorgante a los fines
de que la voluntad contenida en el testamento produzca los efectos queridos y permitidos ex lege. Es
la operación con la que se persigue encontrar el auténtico sentido y alcance de la voluntad
testamentaria”. PÉREZ GALLARDO, Leonardo B., (coordinador). Derecho de Sucesiones, op. cit., p.
240; y por ROYO MARTÍNEZ, cuando al referirse al documento testamentario enfatiza: “… a través de
lo material, captamos lo espiritual: un pensamiento, una intención o una voluntad”. (…) “Como todos
los negocios jurídicos, el testamento necesita de interpretación, es decir, de una operación mental
que fácil o difícil, sencilla o compleja, ha de realizar quien desee conocer su contenido y verdadero
alcance”. ROYO MARTÍNEZ, Miguel. Derecho Sucesorio... op. cit., p.185.
In claris non fitinterpretatio”135; de allí que su hermenéutica constituye un punto
nodal en la búsqueda de la real voluntad del testador de mutar las anteriores
disposiciones, expresada en el testamento actual. La interpretación del testamento
se refiere a la hermenéutica de la expresión de la última voluntad del causante, que
fallecido el testador, ya no podrá aclarar. La finalidad de la interpretación
testamentaria es la búsqueda de la real voluntad del testador. La hermenéutica
testamentaria es fundamentalmente subjetiva, y ha de desarrollarse acorde con el
principio voluntasspectanda 136. La literalidad de la disposición testamentaria
constituye el punto de partida de la labor interpretativa y a ella ha de estarse cuando
ésta se corresponda con la real voluntad del testador. Siendo el tenor del
testamento el punto de partida de la interpretación testamentaria esta debe
orientarse en la búsqueda de la menstestantis 137, ya que es principio axiomático en
materia de hermenéutica testamentaria el establecido desde el Derecho romano
que reza: “Quummanifestissimusestsensustestatoris, verboruminterpretationusquan
tantum valeat, ut meliur sensu existat” 138. En la labor de interpretación de las
135
“Cuando no hay ambigüedad en las palabras no debe admitirse cuestión sobre la voluntad”.
(PAULO, 1 ad Herat. D. 32, 1, 25, 1). REINOSOBARBERO, Fernando. Los principios Generales del
Derecho en la jurisprudencia del Tribunal Supremo. Formularios de Recursos de Casación Civil,
Penal, Laboral y Apelación Contencioso Administrativa, ed. Dykinson, S. L., Madrid, 1987, p. 208.
136
Como expresan DIEZ-PICAZO Y GULLÓN: “… la finalidad de la interpretación testamentaria es la
búsqueda de la voluntad real del testador, lo cual quiere decir que de las dos clases posibles de
interpretación, subjetiva y objetiva, la interpretación testamentaria es básicamente subjetiva, ajustada
al principio voluntasspectanda”. DIEZ-PICAZO, Luís Y GULLÓN, Antonio. Instituciones de Derecho Civil,
op. cit., p. 566. Viene a reafirmar lo dicho PÉREZ GALLARDO al opinar: “Frente a la declaración de
voluntad del testador se impone establecer lo que él realmente quiso, dándole puntual ejecución, en
tanto la letra no traicione el espíritu de la disposición y refleje la verdadera determinación volitiva del
autor”. PÉREZ GALLARDO, Dr. Leonardo B. (Coordinador). Derecho de Sucesiones, op. cit., p. 244.
PÉREZ GALLARDO cita un conjunto La jurisprudencia española y argentina se han pronunciado
reiteradamente sobre el particular, vid. sentencias del Tribunal Supremo español de 18 de julio de
1991 (Ref. El Derecho 1991/8029); sentencia de 24 de noviembre de 1992 (Ref. El Derecho
1992/11609); sentencia de 18 de julio de 1998 (Ref. El Derecho 1998/16250). de sentencias de la
jurisprudencia argentina en las cuales se recoge idéntico principio,VID. PÉREZ GALLARDO, Leonardo B.
(Coordinador) Derecho de Sucesiones.op. cit., p. 240.
137
OpinaPÉREZ GALLARDO: “El criterio hermenéutico de la real menstestantis, encuentra su verdadero
fundamento técnico-jurídico en esta especial naturaleza y estructura del acto de última voluntad, que
obliga al intérprete a encararlo desde el ambiente del testador”.PÉREZ GALLARDO, Dr. Leonardo B.
(Coordinador). Derecho de Sucesiones,id., pp. 243-244.
138
“Cuando es manifiesta la voluntad del testador, la interpretación de las palabras del testamento
sólo vale en cuanto no contraría dicha voluntad”. (C. 6, 28, 3). REINOSO BARBERO, Fernando. Los
principios Generales del Derecho en la jurisprudencia del Tribunal Supremo. Formularios de
Recursos de Casación Civil, Penal, Laboral y Apelación Contencioso Administrativa,op. cit., p.281.
Dado el caso, de que la voluntad revocatoria no aparezca clara y expresamente manifestada o se
disperse su declaración, las diferentes cláusulas o disposiciones del testamento no deben ser
disposiciones testamentarias también es de aplicación el principio de conservación
del negocio expresado en el favor testamenti. Cuando existen dos interpretaciones
posibles debe ser preferida aquella más adecuada para la producción de efectos
por el negocio, de acuerdo con su naturaleza y el objetivo del mismo 139.
La manifestación de la voluntad revocatoria de disposiciones testamentarias no
requiere de una especial labor interpretativa cuando ésta se realiza a través de un
documento notarial ordinario, por cuanto la disposición revocatoria, en este caso,
tiene que realizarse de manera expresa y sólo puede estar referida a la revocación
absoluta de todas, de algunas o de alguna de las cláusulas de la anterior
manifestación de voluntad testamentaria, y no a su modificación pues en este
documento no es posible establecer disposiciones de última voluntad.
De manera similar ocurre en la denominada revocación real o material pues, en ella
la intención revocatoria se manifiesta tácitamente a través de los actos o de las
acciones del testador que patentizan su intención de dejar sin efectos la declaración
de última voluntad expresada en el testamento.
interpretadas aisladamente sino en conjunto, estableciendo sus nexos y relaciones, de forma tal que,
del contexto armónico de las unas y otras, se comprenda y resulte cuál ha sido la voluntad del
testador expresada en el testamento. En su Sentencia de 31 de diciembre de 1992 (Ref. El Derecho
1988/708), el Tribunal Supremo español ha dicho que: “el proceso interpretativo ha de hacerse con
un criterio subjetivista, aspirando siempre a describir la voluntad del testador, pues aunque la primera
regla del precepto legal sea la literalidad, debe acudirse, con el fin de aclarar esa voluntad, al
conjunto del documento testamentario, tratando de armonizar en lo posible las distintas cláusulas del
mismo, (...) El testamento constituye pues una unidad, donde está plasmada la voluntad del
causante en sus distintas disposiciones, siendo necesario interpretarlas integrándolas
armónicamente, en el sentido de evitar las posibles contradicciones que puedan presentarse,
producto de la separada utilización de una sola vía interpretativa (Sentencias de 6 de abril de 1992, y
las que en ellas se citan de 5 de junio de 1978, 8 de febrero de 1980, 4 de enero de 1981, 9 de
marzo de 1984, 9 de junio de 1987, 28 de abril de 1989, 30 de noviembre de 1990, 18 de julio de
1991, etcétera)”.
139
En su Sentencia de 31 de diciembre de 1992, (Ref. El Derecho 1990/4761), el Tribunal Supremo
español ha dispuesto que: “ (...) Superado un primitivo criterio rigorista de ineludible exigencia de que
la voluntad del testador en el indicado sentido había de aparecer explícita y formalmente expresada
en el testamento posterior, sin cuyo requisito en ningún caso podía pervivir total o parcialmente el
anterior, el nuevo y más flexible criterio jurisprudencial, ya iniciado en las SS 22 marzo 1901, 17 junio
1915 y 11 diciembre 1929 de esta Sala, y consolidado en la reciente de 1 febrero 1988, coincidente,
además, con el de la doctrina científica mayoritaria y con el que ya adoptó la Dirección general de los
registros y del notariado (RR 12 septiembre 1947 y 18 diciembre 1951) es el de que la "voluntad" que
se exige en el pfo. 1º art. 739 CC para dejar subsistente un testamento anterior puede ser, no sólo la
explícita o expresa en tal sentido, sino también la que se deduzca del tenor de ambos testamentos
cuando, aplicando las reglas de interpretación que establece el art. 675 del mismo cuerpo legal,
aparezca evidente la intención del testador de mantener o conservar el testamento anterior, respecto
del cual el posterior sea complementario, aclaratorio o simplemente modificativo”.
La doctrina tradicional concibe la existencia de “testamentos revocatorios puros” sin
otra declaración o disposición que la meramente revocatoria 140, identifican dicha
declaración con una disposición de última voluntad y, agregan, que tal disposición
surte plenos efectos y constituye implícitamente una manifestación tácita de
disposición de los bienes a favor de los llamados a suceder abintestato 141. La
concepción es desacertada.
Si se parte de concebir a la revocación como un derecho subjetivo y como acto inter
vivos, como lo hemos hecho nosotros, no puede hablarse de un testamento
revocatorio puro, sino de una manifestación de voluntad revocatoria total contenida
como única disposición en un testamento (vehículo de su expresión).
Resulta inadmisible considerar a la revocación total contenida en un testamento
como un acto dispositivo de última voluntad; mediante ella el testador (revocante)
no dispone su sucesión por la vía intestada sino que determina, en vida, la
ineficacia hacia el futuro de las anteriores manifestaciones, sin emitir otra
declaración. La sucesión intestada se abre sólo si la persona falleciera sin haber
otorgado nuevas disposiciones de última voluntad, en cuyo caso, si no hace uso de
su derecho de disponer por testamento entonces el poder público manda por ley la
forma en que se deferirá la herencia del causante a sus herederos legales.
140
Así CAMUS, E. F. Código Civil Explicado, Derecho de Sucesiones,op. cit.,p.111; DE DIEGO, Felipe
Clemente. Instituciones de Derecho Civil. Derecho de Sucesiones,op. cit.,p. 265; MANRESA Y
NAVARRO, Dr. José María. Comentarios al Código Civil Español, op. cit., p. 714; MARTÍNEZ ESCOBAR,
Manuel. Sucesiones Testada e Intestada, op. cit. p. 145;RIVAS MARTÍNEZ, Juan José. Derecho de
Sucesiones Común y Foral, op. cit., p.747; SANSO, Benito. La Revocación en el Derecho
Privado...op. cit.,p.133; y, SCAEVOLA,QuintusMucius. Legislación Española, Código Civil
Comentado... op. cit., p.715.
141
Así DIEZ-PICAZOal expresar: “La declaración de voluntad puramente revocatoria es una declaración
testamentaria, pues a través de ella, en definitiva, se dispone de los bienes”. DIEZ-PICAZO, Luís.
Estudios sobre la Jurisprudencia Civil, vol. II, ed. Tecnos, S.A., Madrid, 1969, p. 618; en igual
sentido, RIVAS MARTÍNEZ cuando señala: “No es preciso que el testamento posterior (que ha de ser
perfecto desde el punto de vista formal) contenga disposición alguna además de la revocatoria. Con
esta sola disposición es suficiente. En consecuencia, vale como verdadero testamento el puramente
revocatorio de otro anterior, pues, en este sentido, es un « acto de disposición de bienes». El
testamento puramente revocatorio constituye una forma determinada de disponer de los bienes a
favor de los llamados a suceder abintestato”. RIVAS MARTÍNEZ, Juan José, id., op. cit., p. 747-749.
RIVAS MARTÍNEZ cita sentencias del Tribunal Supremo español que sientan esta doctrina; la primera,
de 6 de julio de 1914 y la segunda, de 8 de julio de 1940, (a la cual DIEZ-PICAZO también dedica un
extenso comentario en su obra Estudios sobre la Jurisprudencia Civil; vol. II, ed. Tecnos, S.A.,
Madrid, 1969, p.p. 616-618).RIVAS MARTÍNEZ, Juan José,id., p. 748-749.
Principales ideas conclusivas del capítulo:
En Roma, el derecho del pater familia a romper el testamento otorgado mediante un
acto inter vivos, permitía a la persona retornar al estado intestado original a partir
del cual podía decidir si fallecía sin establecer nuevas disposiciones o realizaba un
nuevo otorgamiento, siendo tan ilimitado el derecho de revocar como el de testar.
En el decursar histórico, la doctrina perdió la percepción de que la revocación de las
disposiciones testamentarias constituye un derecho de la persona ejercido a través
del acto revocatorio con carácter inter vivos, reduciéndola a simple facultad del
testador o característica del testamento, ello ha propiciado la errónea apreciación de
su naturaleza jurídica, que ha dado lugar a la desdefinición de la institución.
El acto revocatorio es independiente del acto testamentario y posee características,
requisitos y efectos propios. Por su disciplina y naturaleza, sólo le son de aplicación
como causas de ineficacia la nulidad absoluta, la nulidad relativa y la revocación.
El sistema de revocación expresa favorece una mayor justicia sucesoria y propicia
que el testador pueda hacer valer su real última voluntad, y que se cumpla el
principio del favor testamenti.
Capítulo II: La revocación de disposiciones testamentarias en el Derecho
comparado
II.1.- Inexistente conceptualización e inexacta denominación de la revocación
de disposiciones testamentarias en su regulación normativa
Ninguno de los códigos analizados brinda una definición o acercamiento conceptual
al término de revocación. En la reglamentación de la revocación parten de reconocer
el principio de la esencial revocabilidad de las disposiciones testamentarias, el
carácter irrenunciable de la revocación, las formalidades necesarias para su
realización, las formas de la revocación, etc. De esos elementos se colige el
contenido del acto revocatorio pero en modo alguno lo conceptualizan. En este orden
de ideas se precisa dejar sentado que los Códigos no son Tratados de Derecho. No
obstante, debían incluir preceptos que, al menos, esbozaran una definición de la
revocación. Ello resulta necesario para que el común de los ciudadanos, destinatarios
de las normas jurídicas, con conocimiento de causa pueda comprender la extensión y
alcance de su derecho subjetivo de revocar las disposiciones testamentarias
otorgadas. Las leyes deben ser claras y asequibles a todos.
En doctrina, se ha ofrecido una amplia gama de conceptos de la revocación. En
líneas generales, expresan sus elementos esenciales mas no abarcan el complicado
entramado de esta institución con todas las consecuencias emanadas de su compleja
naturaleza jurídica. En consecuencia esto ha conducido a su desdefinición. Situación
que se proyecta y refleja en el diferente tratamiento legal dado a la revocación de las
disposiciones testamentarias en las particulares legislaciones nacionales. Elemento
común en ellas es la universal admisión del principio de la esencial revocabilidad de
las disposiciones testamentarias y heterogéneas las especificidades de su
regulación. Difieren en elemento tales como: el sistema revocatorio acogido, las
formas y supuestos en que puede manifestarse y materializarse el acto revocatorio,
las formalidades y solemnidades exigidas, las causas de su ineficacia, su
denominación, etc.
Expresiones tales como: “el testamento no puede ser revocado sino por otro
testamento posterior”, “el testador puede revocar libremente su testamento”, “los
testamentos sólo podrán ser revocados”,“el testamento anterior queda revocado de
pleno derecho”, “todo testamento es revocable”, “todo testamento puede ser
revocado por el testador”, etc. 142, empleadas por el legislador no explican en qué
consiste la revocación, sus efectos, las facultades del revocante, etc.
De las propias expresiones analizadas se hace evidente, en la normativa, la
concepción de la revocación como una facultad del testador o como una
característica esencial del testamento y no como un derecho subjetivo de la persona.
Invariablemente, en sus estipulaciones, los códigos en análisis tienden a igualar o a
identificar el derecho de revocar con el derecho de testar e igualan acto testamentario
y acto revocatorio. Ello se evidencia en el hecho de atribuir a la revocación el efecto
de modificar las anteriores declaraciones de última voluntad, como si ella misma
fuera una declaración de ese tipo. Pierden de vista que el efecto de la revocación es
el de determinar la ineficacia de las anteriores declaraciones y que la mutación de las
mismas se encuentra determinada por las nuevas disposiciones que establece el
testador en el nuevo testamento.
En sus regulaciones los códigos sometidos a análisis emplean la inexacta de
nominación de revocación del testamento. El término testamento se concibe con un
doble significado; se entiende por tal, el documento contentivo de la declaración de la
última voluntad manifestada por el testador; en otro sentido, el testamento se concibe
como disposición de última voluntad formulada por el testador en el documento que
sirve de soporte material y de vehículo a la manifestación de voluntad testatoria
revistiendo las formalidades y solemnidades exigidas por ley para su validez con
carácter imperativo; su exigencia se justifica por el interés del Estado de garantizar la
seguridad jurídica necesaria al testador, protegiéndole de actos que vicien su
voluntad, acreditando su plena capacidad y avalando su verdadera manifestación de
última voluntad.
142
Vid. Códigos civiles de Alemania, parágrafo 2253, Argentina art. 3827, Bolivia art. 1209. I, Brasil art.
1 969, Colombia art.1270, Costa Rica art. 621, Cuba 479.1, Ecuador art. 1257, Franciaart.
1035,Guatemala art. 982, Honduras art. 1157, mexicano para el Distrito Federal art. 1494, Nicaragua
art. 1210, Portugal art. 2311.1, Uruguay art. 998, Venezuela art. 990 y el CodiceCivile, arts. 678-682.
Forma documental y manifestación de última voluntad son dos planos diferentes del
acto testamentario convergentes en el testamento. La forma documental sirve de
soporte material a las disposiciones de última voluntad manifestadas por el testador a
cuyo tenor se constituye la relación jurídica sucesoria testamentaria. Las
formalidades y solemnidades son exigidas al testamento en cualquiera de sus tipos y
se encuentran establecidas ex lege, indefectiblemente, su violación conduce a la
nulidad del acto.
Entendido el testamento como el documento contentivo de las disposiciones de
última voluntad es obvio que, como forma documental, éste no es objeto de
revocación; en el ejercicio de la autonomía de la voluntad el testador puede modificar,
hasta el momento de su muerte, sus disposiciones de última voluntad pero, nunca
podrá dejar sin efectos la forma testamentaria utilizada para el otorgamiento
establecida con carácter ad solemnitatem.
Por otra parte, concebido el testamento como el contenido negocial del documento
éste puede estar constituido por una o varias cláusulas negociales. La revocación
puede actuar sobre todas, sobre una o sobre varias de ellas. Así entendida pueden
ser objeto de revocación las diferentes disposiciones testamentarias y no el
testamento en su conjunto. En nuestra opinión lo dicho refuerza el criterio sostenido
de que el término apropiado para designar esta institución jurídica es el de
revocación de las disposiciones testamentarias.
Aún en los casos de revocación real o material, la rotura de la cubierta del testamento
cerrado o la destrucción del testamento ológrafo, en modo alguno implican
revocación del testamento en el sentido de la forma, la rotura de la cubierta del
testamento cerrado provoca que sus disposiciones no desplieguen su eficacia al
quebrantarse la forma que las reviste y, en el caso de destrucción o rotura del
testamento ológrafo la acción está dirigida a que no pueda ser conocida la
disposición y por ende ésta no podrá ser ejecutada.
Con excepción del Código Civil italiano 143 que utiliza la denominación de revocación
de las disposiciones testamentarias, por las razones expuestas con anterioridad
técnicamente la más acertada, la mayoría de los códigos utiliza la inadecuada
denominación de revocación del testamento; así, los Códigos Civiles de Alemania,
Argentina, Bolivia, Brasil, Colombia, Costa Rica, Cuba, Ecuador, Francia, Guatemala,
Honduras, México, Nicaragua, Portugal, Uruguay y Venezuela 144; e, indistintamente,
utilizan los términos revocación del testamento y de revocación de las disposiciones
testamentarias los Códigos de Chile, El Salvador, España, Perú y Suiza 145.
143
El art. 679 del Codice, dedicado a la revocación, enuncia: “Non si può in alcun modo
rinunziareallafacoltà di revocare o mutare le disposizionitestamentarie...”. Vid., CodiceCivile, arts. 678682.
144
El BGB en su parágrafo 2253, establece: “El testador puede revocar el testamento en todas o en
algunas de sus disposiciones en todo momento”; el Código argentino expresa en su artículo 3827:
“El testamento no puede ser revocado sino por otro testamento posterior,...”; el boliviano enuncia en
su art. 1209. I: “Cualquiera puede revocar o variar su testamento cuantas veces quiera...”; el
brasileño expresa en su art. 1 969.“O testamento pode ser revogado pelo mesmo modo e forma
como pode ser feito”; el colombiano manifiesta en su art.1270: “El testamento que ha sido otorgado
válidamente no puede invalidarse sino por la revocación del testador”; el costarricense declara en su
art. 621: “El testador puede revocar libremente su testamento, en todo o en parte, por otro
testamento posterior...”; el cubano establece en su art. 479.1: “El testamento puede ser revocado en
todo o en parte,...”; el ecuatoriano dispone en su art. 1257: “El testamento que ha sido otorgado
válidamente no puede invalidarse sino por la revocación del testador”; el francés, al regular en su art.
1035: “Los testamentos sólo podrán ser revocados, total o parcialmente...”; el guatemalteco, al
manifestar en su art. 982: “El testamento no puede ser revocado en todo ni en parte sino con las
solemnidades necesarias para testar”; el hondureño formula en su art. 1157: “El testamento que ha
sido otorgado válidamente, no puede invalidarse sino por la revocación hecha por el testador” ; el
mexicano, para el Distrito Federal, al declarar en su art. 1494: “El testamento anterior queda
revocado de pleno derecho por el posterior perfecto,...”; el nicaragüense al expresar en su art. 1210:
“El testamento que ha sido otorgado válidamente no puede invalidarse sino por la revocación hecha
por el testador”; el portugués, al decir en su art. 2311.1. “O testador não pode renunciar à faculdade
de revogar, no todo ouem parte, o seu testamento”; el uruguayo al reglar en su art. 998: “Todo
testamento es revocable a voluntad del testador hasta su muerte”, y el venezolano al establecer en
su art. 990: “Todo testamento puede ser revocado por el testador, de la misma manera y con las
mismas formalidades que se requieren para testar”.
145
El Código civil de Chile establece en su art. 1001: “Todas las disposiciones testamentarias son
esencialmente revocables,...”; por otra parte en el art. 1212 expresa: “El testamento que ha sido
otorgado válidamente no puede invalidarse sino por la revocación del testador”; y agrega en su art.
1213: “El testamento solemne puede ser revocado expresamente en todo o parte, por un testamento
solemne o privilegiado”. El Código salvadoreño en sus arts. 998, 1142 y 1143, textualmente recoge las
mismas expresiones que el chileno. Por su parte el Código español en su art. 737 dice: “Todas las
disposiciones testamentarias son esencialmente revocables, aunque el testador exprese en el
testamento su voluntad o resolución de no revocarlas.”; y en el siguiente art. 738 apunta: “El
testamento no puede ser revocado en todo ni en parte sino con las solemnidades necesarias para
testar”.El Código peruano sigue la dualidad en la denominación al establecer en su art. 798: “El
testador tiene el derecho de revocar, en cualquier tiempo, sus disposiciones testamentarias.”; y,
posteriormente en su art. 799: “La revocación expresa del testamento, total o parcial, o de algunas de
sus disposiciones, sólo puede ser hecha por otro testamento, cualquiera que sea su forma”. Del mismo
modo la Ley sustantiva suiza cuando en su art. 509.1 establece: “El testamento puede ser revocado en
El Código Civil cubano, en su artículo 479.1, se apega
a la denominación de
“revocación del testamento” cuando sería, por las razones antes expuestas, más
acertado, técnico y ajustado a la realidad que designa el nomen iuris de “revocación
de las disposiciones testamentarias”.
En la actualidad, es posición unánimemente sostenida en doctrina la esencial
revocabilidad de las disposiciones de última voluntad. El principio es de orden público
y tiene tal fuerza y firmeza que, ni el propio testador puede exceptuar su ulterior
aplicación. Esta concepción es acogida por las legislaciones investigadas, las que
parten del presupuesto de que la manifestación de última voluntad actual, no tiene
por qué coincidir con la real voluntad querida en el futuro o al momento de la muerte
del testador; dependiendo la perseverancia en ella o la modificación de la misma de
las circunstancias y motivaciones posteriores al otorgamiento. Ha de tenerse en
cuenta que última voluntad sólo será aquella contenida en un testamento eficaz al
momento del fallecimiento del causante.
En sus regulaciones los códigos garantizan que el testamento sea la expresión de la
última real voluntad querida por el otorgante. Como único quedaría el testador
vinculado definitivamente a su declaración de última voluntad sería absteniéndose de
ejercitar su derecho a revocar o en el caso de haber perdido su capacidad para
revocar.
La esencial revocabilidad de las disposiciones de última voluntad y su
irrenunciabilidad, unidas a la diversidad de tipos testamentarios regulados en estas
legislaciones, constituyen garantías suficientes a la libertad de testar e incluso, de no
revocar las disposiciones testamentarias otorgadas.
El carácter irrenunciable de la revocación de las disposiciones testamentarias
otorgadas es reglado expresamente por los códigos civiles de Argentina,
Bolivia,Brasil, Costa Rica, Chile, El Salvador, España, Honduras, Italia, México, Perú,
Portugal, Uruguay y de Venezuela 146. Nada establecen al respecto los códigos civiles
cualquier momento en una de las formas prescriptas para su confección”; y,con posterioridad en el art.
510.1 expresa: “el testador puede revocar su disposición destruyendo de cualquier modo el
documento”.
146
De manera expresa norman el carácter irrenunciable de la revocación de las disposiciones
testamentarias los códigos civiles de Argentina, en su art. 3824; de Bolivia, en su art. 1209.I;deBrasil,
en su art. 1858; de Costa Rica en su art. 621; de Chile en su art. 1001; de El Salvador, en su art. 998;
de Alemania, Cuba, Colombia, Ecuador, Francia y Suiza. Se sostiene el criterio de
que estando sentados en doctrina y en la práctica jurídica el carácter esencialmente
revocable de las disposiciones testamentarias y de la irrenunciabilidad del derecho de
revocarlas, si el testador estableciese cláusula de renuncia esta no trascendería,
pues en el orden legal sería una limitación auto impuesta, destruible a voluntad, por
el propio testador, por tanto, bastaría ignorarlas o tenerlas por no puestas.
En el orden práctico, el ejercicio del derecho de revocar las disposiciones
testamentarias otorgadas dependerá en todo caso de la voluntad de la persona. Toca
a ella decidir, a su albedrío, si conserva o no la eficacia de sus disposiciones
mientras mantenga su capacidad para revocar.
Además de reconocer el carácter esencialmente revocable de las disposiciones
testamentarias y la irrenunciabilidad de la revocación resulta curioso, por haberse
superado en doctrina y en la práctica, el mantenimiento en los códigos civiles de
Chile, El Salvador, España, Honduras, Italia, Portugal y Uruguay, de preceptos
prohibitivos de la renuncia a la revocación, teniendo por no escritas en el testamento
o por anuladas las cláusulas revocatorias de disposiciones futuras y las ad cautelam;
ello constituye un reflejo de la reacción desencadenada contra las mismas en las
codificaciones modernas 147.
II.2.- Tratamiento normativo de la revocación de disposiciones testamentarias
La totalidad de los códigos analizados parten de la consideración de que el
testamento es un acto mortis causa y de última voluntad, personalísimo, unilateral y
contentivo de una declaración de voluntad no recepticia, por lo cual las
manifestaciones de última voluntad contenidas en él, no vinculan nunca al testador y,
aunque perfecto en la esfera del otorgante desde su celebración, éste puede en todo
momento de su vida hacerlo ineficaz mediante la revocación de las disposiciones
otorgadas, siempre que conserve su capacidad para ejecutar el acto revocatorio.
de España, en su art. 737; de Honduras, en su art. 982; de Italia, en su art. 679; de México, en su art.
1493; de Perú, en su art. 798; de Portugal, en su art. 2311.1; de Uruguay, en su art. 998; y, de
Venezuela, en su art. 990.
147
Vid., códigos civiles: chileno, art. 1001; de El Salvador, art. 998; de España, art. 737; de Honduras,
art. 982;el de Italia, art. 679; de Portugal, art. 2311.2y de Uruguay, art.998.
En su regulación los códigos objeto de estudio, permeados por las concepciones
doctrinales reinantes, conciben a la revocación de disposiciones testamentarias bien
como característica intrínseca del testamento o bien como facultad del testador; ello
es natural consecuencia de no entender a la revocación como un derecho subjetivo
del testador.
El principio de la esencial revocabilidad de las disposiciones testamentarias es
previsto y enunciado como característica específica del testamento por los Códigos
Civiles de Brasil, Francia, Guatemala, Italia, México, Portugal y Venezuela. La
revocabilidad de las disposiciones testamentarias constituye una particularidad del
testamento, consustancial a su otorgamiento, nada impide que el testador pueda,
mediante la revocación, privar de eficacia total o parcialmente el testamento otorgado
aún cuando, en principio, manifieste la intención de no hacerlo. No obstante, si bien
es cierto que la esencial revocabilidad es una característica del testamento, ha de
tenerse presente que la revocación, aún contenida en testamento como vehículo de
su expresión, constituye un acto jurídico inter vivos e independiente del acto de
testar.
Siguen la posición de considerar a la revocación como facultad del testador los
Códigos de Alemania, Argentina, Costa Rica, Cuba, Chile, Ecuador, El Salvador,
España, Honduras, Perú, Suiza y Uruguay 148. Así considerada la cuestión, la
148
El Código alemán en su parágrafo 2253 expresa: “el testador puede revocar el testamento…”; el
argentino en su art. 3824, precisa: “El testamento es revocable a voluntad del testador hasta su
muerte…”; el costarricense en su art. 621, expresa: “El testador puede revocar libremente su
testamento, en todo o en parte, por otro testamento posterior…”; el cubano en su art. 479.1, dispone:
“El testamento puede ser revocado en todo o en parte, con las mismas formalidades que las
exigidaspara su otorgamiento.”; el chileno en su art. 999 establece: “El testamento es un acto más o
menos solemne, en que una persona dispone del todo o de una parte de sus bienes para que tenga
pleno efecto después de sus días, conservando la facultad de revocar las disposiciones contenidas en
él, mientras viva.”; el ecuatoriano en su art. 1257, formula: “El testamento que ha sido otorgado
válidamente no puede invalidarse sino por la revocación del testador.”; el salvadoreño en su art. 998,
define: “Todas las disposiciones testamentarias son esencialmente revocables, sin embargo de que el
testador exprese en el testamento la determinación de no revocarlas...”; el español en su art. 737,
precisa: “Todas las disposiciones testamentarias son esencialmente revocables, aunque el testador
exprese en el testamento su voluntad o resolución de no revocarlas.”; el hondureño en su art. 980,
establece: “El testamento es un acto más o menos solemne en que una persona dispone del todo o de
una parte de sus bienes, para que tenga pleno efecto después de sus días, conservando la facultad de
revocar las disposiciones contenidas en él mientras viva.”; el peruano en su artículo 798, norma: “El
testador tiene el derecho de revocar, en cualquier tiempo, sus disposiciones testamentarias. Toda
declaración que haga en contrario carece de valor.”;el suizo en su art. 509.1, prescribe: “El testamento
puede ser revocado en cualquier momento en una de las formas prescritas para su confección”;y,el
normativa incurre en la errónea concepción de considerar a la revocación como una
facultad del testador. Lo cierto es que la revocación constituye un derecho subjetivo
concedido a la persona y se integra a partir de la facultad que tiene el revocante de
privar de eficacia a las anteriores disposiciones de última voluntad. Igual de equívoca
es la regulación del Código boliviano al utilizar una fórmula incluyente de ambas
concepciones refiriéndose a la revocación como característica esencial del acto
testamentario y como facultad del testador149.
II.2.1.- La revocación de las disposiciones testamentarias ejecutada por medio
de testamento y a través de documento notarial ordinario
Formalmente los códigos analizados exigen para la realización de la revocación de
las disposiciones testamentarias su plasmación en un nuevo testamento, y algunos
admiten la revocación por otro tipo de documento notarial ordinario (escritura
notarial).
Los códigos civiles de Alemania, Argentina, Bolivia, Brasil, Costa Rica, Guatemala,
México,Perú, Suiza, Uruguay y Venezuela partiendo del principio de que en derecho,
siempre que se admita, las cosas se deshacen como se hacen, de manera expresa y
terminante, ordenan la realización de la revocación por un nuevo testamento 150.
uruguayo en su art. 998, regula:“Todo testamento es revocable a voluntad del testador hasta su
muerte”.
149
El Código Civil de Bolivia, en su artículo 1112.I, especifica: “Por un acto revocable de última
voluntad una persona capaz puede declarar obligaciones o disponer de sus bienes y derechos en todo
o en parte, dentro de lo permitido por la ley, para que ese acto tenga efecto después de su muerte.”; y
por otra parte en el art. 1209.I declara: “Cualquiera puede revocar o variar su testamento cuantas
veces quiera sin que persona alguna se lo pueda impedir”.
150
En su parágrafo 2254 el BGB ordena: “La revocación es hecha por testamento”; en el art. 3827, el
Código Civil argentino explicita: “El testamento no puede ser revocado sino por otro testamento
posterior, hecho en alguna de las formas autorizadas por este Código.”; el boliviano establece en su
art. 1210. II: “Puede también el testador dejar expresamente sin efecto un testamento anterior, o
parte de él, mediante otro nuevo.”; el brasileño estipula en su art. 1969: “O testamento pode ser
revogado pelo mesmo modo e forma como pode ser feito.”; el costarricense dispone en su art. 621:
“El testador puede revocar libremente su testamento, en todo o en parte, por otro testamento
posterior.”; el guatemalteco ordena en su art. 982: “El testamento no puede ser revocado en todo ni
en parte sino con las solemnidades necesarias para testar.”; el mexicano, para el Distrito Federal,
prescribe en su art. 1494: “El testamento anterior queda revocado de pleno derecho por el posterior
perfecto, si el testador no expresa en éste su voluntad de que aquél subsista en todo o en parte.”; el
peruano manda en su art. 799: “La revocación expresa del testamento, total o parcial, o de algunas
de sus disposiciones, sólo puede ser hecha por otro testamento, cualquiera que sea su forma.”; el
De conformidad con esta posición, la anterior declaración de última voluntad queda
sin efectos por la emisión de una nueva declaración de última voluntad, expresa o
tácita, contenida en un nuevo testamento, de tal forma, atribuyen el efecto de la
revocación al nuevo otorgamiento.
De la lectura de las normas establecidas pareciera que constituye el acto revocatorio
el otorgamiento del nuevo testamento. Lo cierto es que, la revocación está contenida
en él, ya sea de manera expresa o tácita. Los códigos que siguen este enfoque no
toman en cuenta que, en la revocación realizada en testamento como vehículo de su
expresión, confluyen acto revocatorio y acto testamentario. Primero, en el tiempo, el
acto revocatorio priva de efectos a las anteriores disposiciones testamentarias y
retorna a la persona a la situación intestada preliminar. Después, la disposición de
última voluntad por la cual el otorgante, en uso de su derecho de testar, puede
establecer completamente nuevas disposiciones; modificar las anteriores y establecer
otras nuevas; disponer la resurrección de las disposiciones total o parcialmente
revocadas con anterioridad o, no establecer ninguna nueva disposición.
Al identificar acto revocatorio y acto testamentario estas legislaciones desconocen el
hecho de que la revocación parcial se constituye, en realidad, de un acto revocatorio
y de un nuevo acto testamentario dispositivo contenidos ambos en el nuevo
testamento. La revocación opera como el acto por el cual, declarada la ineficacia de
la disposición testamentaria anterior, se regresa a la situación intestada originaria. A
partir del retorno al estado abintestato, al otorgante le está permitido disponer
nuevamente por testamento y a partir de ese instante, otorgar nuevas disposiciones
de última voluntad en las que establece las modificaciones de las anteriores
incorporándolas, per relationem, al nuevo testamento, vivificándolas y dotándolas de
eficacia hacia el futuro.
De exigirse el testamento como vía de expresión de la voluntad revocatoria éste ha
de ser perfecto, posterior y subsistente y, ha de ajustarse a las formalidades y
solemnidades exigidas para el tipo testamentario que la contenga. La manifestación
suizo prescribe en su art. 509.1: El testamento puede ser revocado en todo momento en una de las
formas prescritas para su confección”; el uruguayo señala en su art. 999: “Un testamento no puede
ser revocado expresamente, sino por otro testamento.”; y el venezolano ordena en su art. 990: “Todo
testamento puede ser revocado por el testador, de la misma manera y con las mismas formalidades
que se requieren para testar”.
de voluntad revocatoria ha de estar exenta de vicios y el revocante ha de disfrutar de
plena capacidad para testar.
Los códigos civiles de Colombia, Chile, Ecuador, El Salvador y Honduras, no
establecen expresamente la forma testamentaria como vía de efectuar la revocación
aunque de lo dispuesto en su articulado se colige la exigencia formal de su
realización en otro testamento 151.
El Código civil español, en su artículo 738, utiliza la fórmula que precisa realizar la
revocación total o parcial del testamento y utilizar las solemnidades necesarias para
testar, manera ambigua, de la cual se deduce que resulta necesario un nuevo
otorgamiento contentivo de la revocación expresa o tácita del testamento anterior 152.
Admiten los códigos de Francia, Italia, Nicaragua y Portugal que la revocación
expresa pueda hacerse, además de por testamento, por otro documento notarial
ordinario (mediante escritura de revocación) 153 en él ha de constar expresamente la
voluntad revocatoria.
Partiendo de que las manifestaciones de última voluntad sólo pueden estar
contenidas en testamento, como acto mortis causa, y atendiendo al principio de la
especialidad, en la escritura de revocación no podrán establecerse disposiciones de
última voluntad. Este instrumento notarial, no adopta las formalidades legales
151
Lo dicho se corrobora en el Código Civil de Chile de la lectura del artículo 1213 cuando establece:
“El testamento solemne puede ser revocado expresamente en todo o parte, por un testamento
solemne o privilegiado”; del artículo 1214 al expresar “Si el testamento que revoca un testamento
anterior es revocado a su vez, no revive por esta revocación el primer testamento, a menos que el
testador manifieste voluntad contraria.”; o del artículo 1215 al reglar: “Un testamento no se revoca
tácitamente en todas sus partes por la existencia de otro u otros posteriores. (...) Los testamentos
posteriores que expresamente no revoquen los anteriores, dejarán subsistentes en éstos las
disposiciones que no sean incompatibles con las posteriores, o contrarias a ellas”; preceptos que, por
la influencia en las codificaciones del Código chileno, son transcriptos textualmente en los códigos
civiles de Colombia, Ecuador, El Salvador y Honduras;vid., códigos civiles de Colombia, arts. 12701273; Ecuador, arts. 1257-1260; El Salvador, arts. 1143 -1144; y Honduras, arts. 1157-1161.
152
Dispone el Código civil español en su art. 738.- “El testamento no puede ser revocado en todo ni en
parte sino con las solemnidades necesarias para testar”.
153
Establece el Código francés en su art. 1035: “Los testamentos sólo podrán ser revocados, total o
parcialmente, mediante un testamento posterior, o mediante documento público notarial en el que se
manifieste la declaración de cambio de voluntad.”;el italiano declara en su art. 680: “La
revocazioneespressapuò farsi soltanto con un nuovo testamento, o con un attoricevuto da notaio in
presenza di duetestimoni, in cui iltestatore personalmente dichiara di revocare, in tutto o in parte, la
disposizioneanteriore.”; el nicaragüense establece en su art. 1211: “El testamento solemne puede ser
revocado expresamente en todo o parte, por un testamento solemne o privilegiado o por escritura
pública.”;y el portugués expresa en su art. 2312: “A revogaçãoexpressa do testamento só pode fazerse declarando o testador, noutro testamento ouem escritura pública, que revoga no todo ouem parte o
testamento anterior”.
establecidas para el acto testamentario con carácter de requisito esencial. En
consecuencia, esta escritura sólo podrá contener la revocación expresa total o parcial
de las disposiciones testamentarias anteriores 154. Formalmente la escritura ha de
ajustarse a las exigencias establecidas para su otorgamiento en cada ordenamiento
que la admite, la manifestación de voluntad revocatoria plasmada en ella ha de estar
exenta de vicios y el revocante, para poder otorgarla, ha de conservar su plena
capacidad para realizar actos jurídicos.
La regulación de la forma de realización de la revocación en el Código Civil cubano
de 1987, merece comentario aparte 155; la expresión: “El testamento puede ser
revocado en todo o en parte, con las mismas formalidades que las exigidas para su
otorgamiento”; utilizada por el legislador en la redacción del artículo 479.1, ha
conducido en ocasiones a la errónea interpretación, por parte de los operadores
jurídicos, de que la revocación habría de realizarse utilizando la misma forma
testamentaria utilizada para el otorgamiento del testamento cuyas disposiciones se
pretenden revocar. El equívoco determinó el pronunciamiento del Tribunal Supremo
Popular en cuanto a dejar sentado que, el testamento puede ser revocado por
cualquiera de los tipos testamentarios, establecidos ex lege. Es infundado distinguir
en su valía a alguno de ellos. La Sala de lo Civil y Administrativo del alto Foro se
pronunció en este sentido en su Sentencia Nº 362, de 30 de junio de 2000, en su
segundo considerando dictaminó: “la recta interpretación de este claro precepto (del
artículo 479.1 del Código Civil) al referirse a las formalidades similares a la segunda
para el otorgamiento del testamento, evidentemente recaen en la revocación expresa
del mismo, lo que no niega lo regulado en el apartado posterior de dicho artículo
cuatrocientos setenta y nueve (…), que establece que el testamento posterior revoca
al anterior, sin distinguir la clase de testamento, de ahí que sustentar que uno notarial
no puede revocarse por otro posterior por ser ológrafo carece de sustento legal
máxime cuando para cada uno de ellos la propia Ley en sus artículos cuatrocientos
ochenta y cuatro y cuatrocientos ochenta y cinco señala los requisitos que cada una
de estas dos formas de testamentos comunes deben cumplimentar para su eficacia y
154
La realización de la revocación en escritura de revocación reafirma la tesis de que es un acto inter
vivos e independiente del acto de testar.
155
Vid., artículo 479.1del Código Civil cubano.
demostrado que el posterior otorgado por el testador se ajusta a ellos, sin lugar a
dudas dejó sin efecto legal el notarial que a su favor había adscrito el finado (…)” 156.
Es evidente, la correcta interpretación de lo regulado en el artículo 479
necesariamente ha de pasar por su relación con la regulación de los tipos de
testamentos establecidos en ley a los cuales el legislador, en su ordenación, confirió
igual mérito.
El Código Civil cubano al expresar en el apartado primero del artículo 479 que, la
revocación del testamento puede ser realizada “con las mismas formalidades que las
exigidas para su otorgamiento”, utiliza la misma fórmula inexacta y ambigua del
Código Civil español sin identificar los medios jurídicos y las formas en que ésta
puede realizarse. Es claro, una de las vías sería el otorgamiento de un nuevo
testamento en cualquiera de las formas admitidas en la ley sustantiva 157. Otra sería,
de conformidad con lo establecido en los artículos 77 y 78 del Reglamento de la Ley
de las Notarías Estatales 158, la escritura de revocación de testamento 159; la cual no
es de uso común en nuestra práctica jurídica.
El uso de este tipo de instrumento público, en nuestra opinión, estaría limitado a la
realización de la revocación total o parcial de las disposiciones testamentarias. En la
escritura de revocación no es dable establecer disposiciones de última voluntad. El
otorgamiento de una nueva manifestación de última voluntad, necesariamente, ha de
Sentencia № 362 de 30 de junio del 2000, segundo considerando, ponente Morales González.
Tribunal Supremo, Sala de lo Civil y de lo Administrativo. PÉREZ GALLARDO, Leonardo B., Código civil
de la República de Cuba.Ley № 59/1987 de 16 de julio(anotado y concordado), Colección De Iuris,
ed. ONBC, p.252.
157
Vid., arts. 483 – 491, Código Civil cubano de 1987, Ley Nº 59/1987, de 16 de julio de 1987.
158
Establece el art. 77.- En los testamentos o revocación de éstos, el Notario podrá refundir los
antecedentes expositivos con las manifestaciones de voluntad del testador, siempre que con ello no
afecte la claridad del documento. (...) La revocación total o parcial se consignará en nota al margen de
la escritura de testamento, de oficio o a instancia del testador. Y, a continuación, el art. 78 dispone: El
Notario, respecto a las escrituras a que se refiere el artículo anterior y dentro de los tres días hábiles
siguientes a su autorización, remitirá comunicación al Registro de Actos de Última Voluntad y
Declaratoria de Herederos del Ministerio de Justicia con los datos siguientes: a) Nombres y apellidos
del testador; b) Lugar de nacimiento y ciudadanía; c) Domicilio; ch) Nombre de sus padres; d) Estado
conyugal; e) Nombres y apellidos del Notario autorizante y su sede; f) Número de orden del
documento; y g) Fecha y hora de la autorización. (...) Esta comunicación deberá ser firmada y fechada
por el Notario que la expida. (...)El Notario hará constar, mediante nota en la matriz de la escritura de
testamento o de revocación, que ha remitido la comunicación a que se refiere el artículo anterior con
expresión de la fecha, el tomo y el folio de la inscripción en el citado Registro. Reglamento de la Ley
de las Notarías Estatales. Resolución Nº 70/1992, de 9 de junio, del Ministro de Justicia.
159
Se considera técnicamente más apropiada la denominación de “Escritura de Revocación” de
disposiciones testamentarias.
156
hacerse en un nuevo testamento. El efecto de la escritura de revocación es el de
provocar la ineficacia total o parcial de las disposiciones del testamento en
cuestión 160. El artículo 78 del Reglamento, impone al Notario autorizante de una
escritura de testamento o de una escritura de revocación de testamento la obligación
de remitir, en el improrrogable término de los tres días hábiles siguientes al de su
autorización, comunicación 161 a los efectos de su inscripción al Registro de Actos de
Última Voluntad y Declaratoria de Herederos del Ministerio de Justicia; además,
dejará constancia, mediante nota en la matriz de la escritura, de haber remitido dicha
comunicación y con posterioridad consignará la fecha, el tomo y el folio de la
inscripción en el referido registro.
La realización de la revocación de las disposiciones testamentarias mediante la
escritura de revocación reafirma la tesis de su carácter de acto inter vivos. La
manifestación de voluntad revocatoria se impone expresamente en el instrumento
notarial como acto inter vivos, determina la ineficacia inmediata y la irrelevancia
jurídica de las disposiciones testamentarias revocadas desde el momento mismo de
su realización.
Al establecer, en el apartado segundo de su artículo 479: “El testamento posterior
revoca al anterior...”, el Código Civil cubano inscribe en la concepción que atribuye el
efecto de la revocación al otorgamiento de un nuevo testamento. Parte de identificar
acto revocatorio con acto testamentario. En nuestro criterio, consecuencia de no
entender la revocación como un derecho subjetivo de la persona. Igualar ambos
160
Se sostiene la idea de que en la revocación de disposiciones testamentarias realizadas en escritura
de revocación no sería necesaria la intervención de testigos pues, al ser la revocación un acto inter
vivos no se encuentra sujeta a las solemnidades exigidas para el otorgamiento del testamento; en
principio este tipo de documento sólo puede contener la revocación total o parcial de las disposiciones
testamentarias contenidas en el testamento anterior; pero no puede contener nuevas disposiciones. La
revocación de disposiciones testamentarias no constituye un acto dispositivo de última voluntad y
tampoco puede ser entendida como manifestación de voluntad por la cual se disponga la sucesión
intestada, ella es la declaración de voluntad del revocante de no fallecer bajo lo estipulado por él en
las disposiciones testamentarias anteriores decretando su ineficacia. Por otra parte, justifica la
innecesariedad de la participación de testigos en el otorgamiento de éste instrumento el hecho de ser
el testamento sólo eficaz en la esfera jurídica del testador y, siendo no vinculante, no perjudica ni daña
a terceros su revocación y, tampoco implica afectación alguna al patrimonio del revocante.
161
La referida comunicación ha de contener los nombres y apellidos del otorgante; su lugar de
nacimiento y ciudadanía; domicilio; nombre de sus padres; estado conyugal; nombres y apellidos del
Notario autorizante y su sede; número de orden del documento; y, fecha y hora de la autorización,
comunicación que ha de ser firmada y fechada por el Notario autorizante.
actos por el hecho de exigir la inclusión de este último en aquel, implica atribuirle al
revocatorio el carácter mortis causa del acto testamentario. La regulación desconoce
el carácter inter vivos del acto revocatorio y conduciría a negar la eficacia del acto
revocatorio contenido en una escritura de revocación; de la revocación material; y, de
la revocación por enajenación o transformación de la cosa legada.
Tal equiparación llevaría a entender que, al acto revocatorio le son aplicables las
mismas causas de ineficacia que al acto testamentario. De otra parte, el otorgamiento
de un testamento cuya única disposición fuera la revocación total de las anteriores
manifestaciones testamentarias habría de entenderse como un acto dispositivo, por
el cual el revocante ordena su sucesión por la vía intestada. Lo cierto es que lo
dispuesto es la ineficacia de las anteriores declaraciones de última voluntad. De
ocurrir el deceso de la persona sin haber otorgado un nuevo testamento dispositivo
su sucesión se tramitaría por mandamiento de ley, no por voluntad del causante, por
las reglas de la sucesión intestada. El efecto del acto revocatorio es el de privar de
eficacia a su anterior manifestación de última voluntad, no disponer su sucesión.
II.2.2.-La revocación real o material, y la revocación por enajenación o
transformación
de
la
cosa
legada;
eficacia
del
acto
revocatorio
de
disposiciones testamentarias en ausencia de formalidades
La revocación real o material y la revocación por enajenación o transformación de la
cosa
legada
constituyen
supuestos
de
revocación
de
las
disposiciones
testamentarias en los que no media formalidad alguna. Basta para su realización la
expresión tácita de la voluntad revocatoria por medio de actos o acciones
intencionales del testador o realizados por terceras personas autorizadas por éste 162,
162
En el supuesto de encontrarse físicamente imposibilitado el testador, ahora revocante, de realizar
las acciones de romper el pliego contentivo del testamento cerrado, de inutilizar sus firmas, sellos, etc.,
o de destruir el testamento ológrafo, podría recurrir a terceras personas, las cuales en modo alguno lo
suplantarían en su manifestación de voluntad revocatoria, sino que serían el vehículo de
materialización de la expresión de su voluntad; por tanto el acto revocatorio conserva el carácter de
acto personalísimo, por ejemplo: siendo requisito formal esencial la manuscripción del testamento
ológrafo, la persona discapacitada por razón de faltarle las manos o encontrándose por alguna otra
razón imposibilitada de usarlas y no pudiendo escribir con otro miembro o parte de su cuerpo no
puede testar de manera ológrafa por tanto no podría revocar ológrafamente.
que evidencian su intención de dejar sin efectos las disposiciones testamentarias
otorgadas. Así ocurre cuando el testador rompe el pliego contentivo del testamento
cerrado o inutiliza sus sellos, firmas, etc.; cuando rompe o inutiliza de alguna otra
forma el testamento ológrafo; por la enajenación del bien legado a persona distinta
del legatario o, por la transformación voluntaria de la cosa legada convirtiéndola en
otra de diferente uso, naturaleza, y denominación.
La realización de la revocación en cualquiera de estas variantes presupone ser
personalísima, requiere del revocante la plena capacidad y, estar exento de vicios de
la voluntad su actuar. No es uniforme el tratamiento de la revocación real o material y
de la revocación por enajenación o transformación de la cosa legada en los cuerpos
legales sustantivos estudiados.
•
La revocación real o material:
Prevén supuestos de revocación real o material los Códigos de Alemania, Argentina,
Bolivia, Brasil, España, Honduras, Italia, Nicaragua, Perú, y Portugal. Por su parte los
Códigos Civiles de Chile, Colombia, Cuba, Ecuador, El Salvador, México, Suiza,
Uruguay y Venezuela nada regulan al respecto.
En general, el otorgamiento del testamento cerrado o secreto exige del testador
declarar, sin revelar el secreto de su disposición, que su manifestación de última
voluntad se encuentra contenida en el pliego sellado y cerrado que presenta al
notario autorizante ante testigos. El fedatario deja constancia, por escrito, en la
cubierta, de contener esta el testamento y, a continuación de lo escrito, se extiende el
acta de otorgamiento dando fe de lo prevenido en ley, firman los testigos y lo autoriza
el notario con su firma. Las legislaciones objeto de estudio prevén la custodia del
testamento cerrado por el notario autorizante, por el propio testador o, por una
persona de confianza a su elección.
La ruptura del pliego contentivo del testamento cerrado, su destrucción física, la
rotura de sus sellos, la inutilización de sus firmas, etc., necesariamente implican la
revocación pura y total de las manifestaciones de última voluntad contenidas en el
testamento, por lo cual sus disposiciones no podrán ser ejecutadas. Ratifica lo
expresado lo opinado por VÉLEZ SÁRSFIELD, en nota al artículo 3836, del Código Civil
argentino, cuando comentó: “no puede haber un hecho más manifiesto de la voluntad
de revocar un testamento cerrado, que romper su cubierta donde están llenadas
todas las formalidades de la ley. Ese testamento, pues, está roto.” 163
La revocación real o material del testamento secreto o cerrado es prevista
expresamente por los códigos de Alemania, Argentina, Bolivia, Brasil, España,
Honduras, Italia, Nicaragua, Perú, y Portugal. En todos los casos las legislaciones
analizadas parten del supuesto de la acción intencional por parte del testador en el
retiro de la custodia encargada al Notario o funcionario autorizado del testamento, en
la rotura de su cubierta, de sus sellos, en la realización de las enmiendas o
borraduras y raspados de las firmas que lo autorizan, etc., imputándole su rotura al
testador cuando éste aparece en ese estado en su casa, pero, admite prueba en
contrario y, en cambio, se presume no fue revocado cuando se encuentra roto en
manos de otra persona, fuera de su casa o, encontrándose el testador declarado
judicialmente incapaz.
El BGB prevé la revocación del testamento otorgado, en cualquiera de sus formas,
cuando éste es destruido por el testador intencionalmente, conforme lo establece el
parágrafo 2255 o cuando es retirado de la custodia del funcionario que oficialmente
la tiene acorde con la previsión establecida en el parágrafo 2256.
El Código Civil argentino, en su artículo 3836 164, contempla la revocación derivada de
la rotura hecha por el testador de la cubierta del testamento cerrado y, en tal caso,
dispone su invalidez como testamento ológrafo, disposición que se considera
acertada por cuanto se tiene por ineficaz la voluntad testatoria contenida en el pliego
al ser ésta el objeto de la acción revocatoria. En su artículo 3835 165, establece la
presunción de considerar revocado por el testador el testamento cerrado cuando este
es encontrado en su casa roto o cancelado, en tanto no se pruebe lo contrario.
163
VÉLEZ SÁRSFIELD, cit. pos. ZANNONI. ZANNONI, Eduardo A. Manual de Derecho de las Sucesiones,op.
cit., p. 712.
164
Artículo 3836.- La rotura hecha por el testador del pliego que encierra un testamento cerrado,
importa la revocación del testamento, aunque el pliego del testamento quede sano y reúna las
formalidades requeridas para los testamentos ológrafos.
165
Artículo 3835.- Cuando un testamento roto o cancelado se encuentra en la casa del testador, se
presume que ha sido roto o cancelado por él, mientras no se pruebe lo contrario.
El Código boliviano, en su artículo 1214 166, regula la revocación material del
testamento cerrado si el testador lo rompe, destruye o lo abre, a excepción de
resultar probado no haber sido intencional su rotura y admite prueba en contrario
cuando se demuestre que la destrucción no fue realizada intencionalmente por el
testador.
La Ley sustantiva brasileña en su artículo 1972 167, dispone tener por revocado el
testamento cuando este resulte abierto o roto por el testador o por otra persona con
su consentimiento.
El Código español, en virtud de lo preceptuado en su artículo 742 168, presume
revocado el testamento cerrado encontrado en el domicilio del testador con las
cubiertas rotas o, con sus sellos quebrantados o, borradas, raspadas o enmendadas
las firmas, y entiende, por el contrario que éste mantiene su valor cuando resulte
probado que el desperfecto ocurrió sin conocimiento, participación del testador o
encontrándose éste en estado de demencia y, especifica, además de la rotura o
destrucción, el raspado, borrado o enmienda de las firmas; admite esta presunción la
prueba contraria si se demuestra que tales acciones fueron realizadas sin
autorización ni consentimiento del testador; o, encontrándose el testador en estado
de demencia; más, precisa, se pruebe la autenticidad del testamento. Cuando el
testamento se encuentra en poder de otra persona parte el Código de entender que
el vicio provino de ella y será necesario probar su autenticidad; y, encontrándose
enteras la cubierta y los sellos pero, raspadas, borradas o enmendadas las firmas,
considera válido el testamento como no se pruebe haber sido entregado el pliego en
esta forma por el mismo testador.
De conformidad con lo establecido en su artículo 1165 169, el Código hondureño
dispone la revocación absoluta del testamento cerrado cuando su cubierta es rota por
166
Artículo 1214.- (Revocación por destrucción del testamento cerrado). El testamento cerrado se
revoca si el testador lo rompe, destruye o abre, excepto cuando se pruebe que no tuvo la intención de
revocarlo.
167
Artículo 1.972.-O testamento cerrado que o testador abrir ou dilacerar, ouforabertoou dilacerado
comseuconsentimento, haver-se-á como revogado.
168
Artículo 742.- Se presume revocado el testamento cerrado que aparezca en el domicilio del testador
con las cubiertas rotas o los sellos quebrantados, o borradas, raspadas o enmendadas las firmas que
lo autoricen (...)
169
Artículo 1165.- La rotura hecha por el testador de la cubierta de su testamento cerrado, produce la
revocación del testamento, aunque éste quede íntegro.
el testador, aunque el testamento no se destruya y en su artículo 1164 170, presume
que el testamento cerrado encontrado en la casa del testador roto o cancelado, fue
roto o cancelado por él en tanto no se pruebe lo contrario.
El CodiceCivile en el artículo 685 171, establece la revocación del testamento secreto
cuando éste es retirado de la custodia del notario o del funcionario que lo tenía bajo
su custodia, y prevé su validez como testamento ológrafo. Resulta contradictoria la
regulación establecida, pues el retiro del testamento de la custodia del notario
establece la presunción de la voluntad revocatoria del testador, sobre las
disposiciones contenidas en el testamento, ¿cómo entonces hacerlo valer si es el
mismo testamento que se pretendió revocar?; en principio, si el pliego interior del
testamento fue redactado por el testador de su puño y letra y si además se encuentra
datado y firmado por él, nada se opone a que pueda valer como testamento ológrafo
pero, resultaría indispensable que la voluntad de hacerlo valer como testamento
ológrafo se demostrara de alguna manera en aras de destruir la presunción
revocatoria evidenciada en el hecho de su retiro de la custodia del notario o
funcionario privándolo conscientemente de eficacia.
Similar regulación establece el Código peruano al considerar revocado el testamento
cerrado por el mero hecho de retirarlo, el testador, de la custodia del notario,
pudiendo tomarse como testamento ológrafo si se conserva íntegramente el pliego
interior y éste reúne los requisitos exigidos para el testamento ológrafo, acorde con lo
regulado en los artículos 802 y 803 172;
El texto del artículo 1220 173, del Código nicaragüense, dispone la revocación total del
testamento cerrado por la rotura del pliego que le cubre, aunque no se afecte la
170
Artículo 1164.-Cuando un testamento cerrado se encontrare roto o cancelado en la casa del
testador, se presume que ha sido roto o cancelado por él, mientras no se pruebe lo contrario.
171
Artículo 685.- Ilritiro del testamento segreto, a opera del testatore, dalle mani del notaio o
dell'archivistapresso cui si trova depositato (608), non importa revocazione del testamento quando la
scheda testamentaria puòvalere come testamento olografo (607).
172
Artículo 802.- El testamento cerrado queda revocado si el testador lo retira de la custodia del
notario.Artículo 803.- Tanto en el caso previsto en el artículo 802 como en el de su apertura por el
testador, el testamento cerrado vale como ológrafo si se conserva el pliego interior y éste reúne las
formalidades señaladas en la primera parte del artículo 707.
173
Artículo 1220.- La rotura hecha por el testador del pliego que encierra un testamento cerrado,
importa la revocación del testamento, aunque el pliego del testamento quede sano.
integridad del documento testamentario y en su artículo 1219 174, presume revocado
por el testador el testamento roto o cancelado encontrado en su casa mientras no se
presente prueba contraria.
La Ley sustantiva portuguesa en su artículo 2315.1 175 considera revocado el
testamento cerrado cuya cubierta sea rota o, roto en su totalidad, siendo imputable su
rotura al testador. El Código portugués no admite la revocación cuando se pruebe
que la rotura, o rasgado del testamento cerrado proviene de persona distinta al
testador o, cuando se demuestre que el testador no tenía intención de revocar o se
encontraba privado del uso de la razón, presume en su segundo apartado, la
procedencia del acto a persona distinta del testador cuando el testamento no se
encontraba en su poder al momento de la muerte.
Especifican los Códigos civiles de Argentina, Honduras, y Nicaragua 176, la no
admisión de los herederos o legatarios instituidos a intentar la prueba de las
disposiciones contenidas en el testamento cerrado cuando éste ha sido destruido
totalmente por caso fortuito o fuerza mayor. Es obvio que otorgado un testamento en
la modalidad de testamento secreto o cerrado, dada la presunción del carácter
secreto de la disposición de última voluntad contenida en el pliego interior, aunque se
conociera de su existencia, nadie podría demostrar su contenido; podría sostenerse
que se otorgó un testamento incluso, demostrarse el hecho de su otorgamiento, pero
nunca llegarían a conocerse sus disposiciones por lo cual no podría aseverarse su
contenido revocatorio.
Se caracteriza el testamento ológrafo por ser secreto, tanto en su contenido como en
su otorgamiento, de tal suerte constituye una forma de testar absolutamente privada
en la que sólo interviene el testador, sin participación, colaboración, auxilio o intrusión
de cualquier persona ajena en el texto contentivo del acto; el testamento ológrafo
174
Artículo 1219.- Cuando un testamento roto o cancelado se encuentre en la casa del testador, se
presume que ha sido roto o cancelado por él, mientras no se pruebe lo contrario, o no pueda ser
reemplazado mediante testamento expedido por el Notario o Juez competente.
175
Artículo 2315.1.- Se o testamento cerrado aparecer dilacerado oufeitoempedaços, considerar-se-á
revogado, excepto quando se prove que o facto foi practicado por pessoa diversa do testador ou que
este nãoteveintenção de o revogarou se encontrava privado do uso da razão.2. Presume-se que o
facto foipraticado por pessoa diversa do testador, se o testamento não se encontrava no espóliodeste
à data da suamorte.
176
Vid., Códigos civiles de Argentina, art. 3837; de Honduras, art. 1166 y de Nicaragua, art. 1221.
exige como requisitos formales para su eficacia el estar escrito de puño y letra por el
testador, con expresión de la fecha de su otorgamiento y ser firmado por su autor. La
eficacia del testamento ológrafo se encuentra sujeta al cumplimiento de requisitos
posteriores tales como su adveración y en algunas legislaciones a su protocolización.
El secreto y la sencillez de su elaboración constituyen sus principales ventajas y, al
propio tiempo, sus fundamentales desventajas, pues con facilidad puede ser
sustraído, ocultado, y no constituye garantía de la real voluntad testatoria. El romper,
destruir o inutilizar de cualquier otra forma el testamento ológrafo constituye
expresión tácita de la voluntad revocatoria por medio de un acto o acción intencional
del testador (ahora revocante) o realizado por terceras personas autorizadas por
éste, esos actos evidencian su intención de dejar sin efecto las disposiciones
testamentarias otorgadas. La destrucción o inutilización del testamento ológrafo,
realizada voluntariamente por el testador, en cualquier forma, implica la revocación
pura y total de las manifestaciones de última voluntad contenidas en él, por tanto sus
disposiciones no podrán ser ejecutadas.
Regulan la revocación material del testamento ológrafo, únicamente, los Códigos
civiles de Alemania, Argentina, Italia y Perú 177; cuando éste es destruido o cancelado
intencionalmente por el propio testador, o por otra persona a su pedido.
El Código Civil argentino, en su artículo 3833 178, prevé la destrucción o cancelación
del testamento ológrafo realizada por el propio testador o por terceras personas a su
instancia y dispone que de existir repetidos varios testamentos sólo se entenderá
revocado cuando se hayan destruido o cancelado todos los originales. Resulta
contradictoria tal disposición por cuanto, puede suceder que el testador no tenga en
su poder todos los originales por lo cual, la rotura o cancelación de todos no sería
posible. Se sostiene el criterio de que la rotura con intención de revocar por parte del
testador, debidamente probada, de uno solo de los ejemplares o la cancelación de
uno bastaría para probar la revocación de todos los ejemplares contentivos de una
177
Vid., Códigos civiles de Alemania, parágrafo 2255; Argentina, art. 3833; Italia, art. 684 y Perú, art.
804.
178
Artículo 3833.- La cancelación o destrucción de un testamento ológrafo, hecha por el mismo
testador, o por otra persona de su orden, importa su revocación, cuando no existe sino un solo
testamento original. Si fuesen varios, el testamento no queda revocado, mientras no se hubiesen
destruido o cancelado todos sus originales.
única voluntad testatoria, (repetida en varios documentos pero única por su
contenido) privada de efectos por el acto revocatorio materializado en uno de ellos.
El Código peruano en su artículo 804 179, establece la revocación del testamento
ológrafo si el testador lo rompe, destruye o inutiliza de cualquier otra manera.
El CodiceCivile en su artículo 684 180, considera revocado, en todo o en parte, el
testamento ológrafo cuando éste es destruido, roto o cancelado total o parcialmente
por el testador y excepciona de la revocación al testamento ológrafo cuando se
pruebe que la rotura, cancelación o destrucción procede de persona distinta al
testador.
El Código Civil cubano al no regular el tipo de testamento secreto o cerrado nada
regula acerca de su revocación real o material.
En nuestro medio jurídico la revocación real o material sería de aplicación al
testamento ológrafo pues, la cancelación o la rotura consciente de éste por el
testador, evidencia su intención revocatoria. La rotura o cancelación ha de ser
atribuible al propio testador, por su acción directa o por medio de la actuación de un
tercero bajo su orden o indicación. El efecto revocatorio se produce a partir de que el
otorgante conoce y desea, voluntaria y conscientemente, el resultado. La rotura o
destrucción total del testamento ológrafo del cual, dado su carácter secreto, sólo el
otorgante conocía su existencia implica su revocación total y nunca se llegaría a
conocer su existencia ni sus disposiciones, situación asimilable a la inexistencia del
testamento; es obvio que la sucesión se regiría por el testamento anterior de existir
este y de no ser así la sucesión se tramitaría por las reglas de la sucesión intestada.
Situaciones diferentes se
producirían cuando el testamento ológrafo fuese
encontrado: roto a la muerte del testador, en estado de lucidez, en su domicilio o
fuera de éste, o en su domicilio cuando el testador no es capaz al momento de la
muerte. A tales situaciones sería preciso dar respuesta. Se opina que de encontrarse
el testamento en el domicilio del testador, ha de presumirse la rotura proveniente de
su propia acción y, por tanto, la intención revocatoria ha de imputársele a él. En
179
Artículo 804.- El testamento ológrafo queda revocado si el testador lo rompe, destruye o inutiliza de
cualquier otra manera.
180
Artículo 684.- Il testamento olografo (602) distrutto, lacerato o cancellato, in tutto o in parte, si
considera in tutto o in parte revocato, a meno che si provi che fu distrutto, lacerato o cancellato da
persona diversa daltestatore, ovvero si provi che iltestatore non ebbel'intenzione di revocarlo.
cambio, de encontrarse el testamento roto fuera del domicilio del causante ha de
presumirse que su rotura no le es atribuible por lo cual no debe considerarse
revocado. En ambas situaciones cabría admitir, siempre, de ser posible, la prueba en
contrario. De encontrarse el testamento roto cuando el causante al momento de la
muerte no es capaz, se defiende el criterio de que ha de entenderse, que aún cuando
la rotura proceda de él, no se configura la voluntad revocatoria. El testamento
conservaría su valor pues, la realización del acto revocatorio de disposiciones
testamentarias exige del revocante el requisito del disfrute del pleno ejercicio de la
capacidad jurídica para realizar actos jurídicos.
La rotura del testamento realizada por terceros por orden del testador, cuando se
encontrase imposibilitado físicamente de hacerlo, desplegaría el efecto revocatorio
por cuanto, los terceros, solo serían el medio de ejecución de su voluntad sin llegar a
suplantarla.
La revocación de las disposiciones testamentarias contenidas en un testamento
ológrafo anterior suele efectuarse mediante el otorgamiento de un nuevo testamento
contenido en un nuevo documento pero, nada se opondría a que en el mismo pliego
del manuscrito original, a renglón seguido o en su reverso, el testador pueda plasmar
su voluntad revocatoria, total o parcial, de las anteriores manifestaciones de última
voluntad e incluso establecer como única disposición la revocación de ellas; para ello
ha de cumplir con los requisitos formales exigidos para esta forma de testar. Nada se
opone a su realización de esta manera pues, no se trata de un único testamento sino
de testamentos consecutivos con diferente rango temporal, conteniendo el último la
declaración de voluntad revocatoria del anterior 181.
Al no regular esta forma de revocación el Código Civil cubano no brinda solución al
supuesto en el cual el testamento ológrafo es otorgado en varios documentos
originales. Dado el caso, ¿bastaría la rotura o cancelación de uno de ellos por el
testador o, sería necesaria la de todos los originales? Consideramos que la respuesta
181
Reafirma lo expresado ZANNONI, cuando alega: “…el testamento posterior puede limitarse a revocar
el anterior (…) e inclusive puede redactarse en el original del testamento ológrafo que se revoca, o en
uno de sus ejemplares. Pero la disposición revocatoria que es posterior debe reunir, en tal caso, los
recaudos formales del testamento ológrafo: manuscripción, fecha y firma”. ZANNONI, Eduardo A.
Manual de Derecho de las Sucesiones,op. cit.,p. 707. En idéntico sentido RIVAS MARTÍNEZ, Juan
José.Derecho de Sucesiones Común y Foral, op. cit., p. 759.
a esta interrogante pasa por el hecho de considerar que la voluntad revocatoria
abarca a todos los originales pues, no se trata de documentos con voluntades
testatorias divergentes sino de una única e idéntica manifestación de voluntad
testatoria contenida en diferentes ejemplares originales por lo cual, la cancelación o
la rotura con voluntad revocatoria, debidamente probada, realizada por el testador del
ejemplar o de los ejemplares en su poder determinaría la ineficacia de todos, y sería
oponible, por parte interesada luego de la muerte del testador contra aquel que
pretenda la adveración del testamento ológrafo a partir de la presentación de
cualquier otro de los ejemplares subsistentes.
Demostrada la participación de mala fe de terceras personas que podrían resultar
herederas testamentarias, de existir un testamento anterior, o por la sucesión
intestada, de no existir disposición testamentaria alguna, en la destrucción o
desaparición del testamento ológrafo en el cual no han sido instituidos herederos, el
Código cubano no prevé sanción aplicable en el orden sucesorio a dicho actuar. Se
sigue el criterio de que tal proceder de los terceros (potenciales herederos) debía ser
previsto y sancionado como una causa de incapacidad para heredar, añadida a las
previstas en el artículo 469 pues, obrando de mala fe, pretenden obtener un beneficio
patrimonial ilegítimo al destruir u ocultar el testamento por el cual quedan excluidos
de la sucesión del causante.
En modo alguno implicaría revocación la destrucción o desaparición física del
testamento ológrafo. Aún cuando su existencia pueda ser aseverada, sería imposible
demostrar el cumplimiento de las formalidades exigidas para su validez y adveración,
ello determinaría que la sucesión del causante se tramitara por la existencia de un
testamento anterior, de existir éste y, en caso contrario, se procedería a la sucesión
ab intestato al ser esta una situación asimilable a la inexistencia del testamento.
• La revocación por enajenación de la cosa legada:
Implícitamente las acciones de destruir, enajenar o transformar la cosa legada
implican facultad de disposición y voluntad de extinguir la relación jurídica sucesoria a
título particular representada por el legado. La revocación por enajenación de la cosa
legada constituye un supuesto de revocación sin cumplir ninguna formalidad 182, basta
que el testador disponga de ella enajenándola para presumir revocado el
legado 183.La manifestación de voluntad revocatoria se consuma tácitamente en el
hecho o acción de enajenar, hecho materializado en vida del testador, ello confirma la
idea de su carácter inter vivos.Procede esta forma de revocación cuando el legado es
de cosa específica o que siendo de cosa genérica el género se haya agotado dentro
del patrimonio del causante.
Disponen la revocación tácita absoluta por enajenación de la cosa objeto del legado,
aún cuando ésta vuelva al dominio del testador, los Códigos de Brasil, Chile,
Ecuador, Francia, Honduras, Italia, Portugal, El Salvador y Venezuela 184.
Los Códigos civiles de Bolivia, España y Uruguay parten de aceptar la revocación
tácita del legado cuando el bien u objeto del legado es enajenado por el testador,
pero excepcionan de la revocación la enajenación hecha con pacto de retroventa,
pues presuponen que la voluntad del testador no es la de revocar el legado cuando él
mismo prevé su reincorporación a su patrimonio 185. Similares regulaciones
establecen los Códigos de México para el Distrito Federal y Guatemala, pero en ellos
a diferencia de los anteriores el legado no resulta revocado cuando el bien es
recobrado por el testador legalmente por cualquier título 186.
La Ley sustantiva Costarricense, en su artículo 626, considera la situación en que el
testador enajena el bien objeto del legado específico como una causa de caducidad
del legado 187. La regulación resulta discordante, en materia sucesoria se considera
caducidad a la causa de ineficacia del acto testamentario por el mero transcurso del
tiempo o por el incumplimiento de formalidades posteriores a su realización, la
enajenación del bien objeto del legado, en todo caso, podría asimilarse a una causa
182
Entiéndase, sin formalidades referidas a la revocación como acto jurídico porque, si el acto de
enajenación exige el cumplimiento de formalidades para su validez entonces ha de cumplir con la
fórmula establecida legalmente.
183
El bien legado puede ser enajenado por compraventa, donación o permuta.
184
Vid., el art. 1939.II del Código brasileño; el art.1135 del chileno; el art. 1184 del ecuatoriano; el art.
1038 del francés; el art. 1117 del hondureño; el art. 686 del italiano; el art. 2316.1 del portugués; el
art.1112 del salvadoreño y, el art. 955 del venezolano.
185
Vid. art. 1212 del Código Civil boliviano; el art. 869 del español y el art. 911 del uruguayo.
186
Vid. Art. 1413 del Código Civil mexicano y el art. 985 del Código guatemalteco.
187
Vid. Art. 626 del Código Civil de Costa Rica.
de inejecutabilidad de la disposición por inexistencia del bien objeto del legado en el
patrimonio del causante pero, en puridad, de lo que se trata es de una revocación
tácita impuesta por el acto dispositivo realizado por el testador.
Los Códigos civiles de Alemania, Colombia, Cuba, Perú, Nicaragua y Suiza, nada
establecen en cuanto a la revocación por enajenación de la cosa legada.
El Código Civil cubano, con excepción de los preceptos generales establecidos para
la realización de la revocación de las disposiciones testamentarias contenidos en el
artículo 479, nada prescribe en relación con la revocación por enajenación de la
cosa legada. Podría aducirse que no es preciso establecer una regulación específica
para el caso de enajenación por el testador del bien legado. El no encontrar en el
patrimonio del causante el bien objeto de la disposición del legado podría asimilarse
a la inexistencia del bien y dar lugar a la inejecución de la cláusula testamentaria que
lo contiene, no obstante esa no es la situación que genera la cuestión. Existe en
derecho una institución para el caso. Al momento del testador atribuir el legado el
bien existía en su patrimonio y lo atribuyó al legatario. Al ser el testamento un acto
jurídico no vinculante, nada obliga al testador a mantener sus disposiciones de última
voluntad por lo cual, puede en cualquier momento volver sobre ellas y revocarlas. Si
en vida el testador, consciente de su actuar, enajena el bien objeto del legado
tácitamente está haciendo uso de su derecho subjetivo de revocar la disposición de
última voluntad otorgada; por tanto se tipifica la revocación.
•
La revocación por transformación de la cosa legada en otra de forma distinta,
de diferente uso y denominación:
La revocación tácita del legado se produce también por la acción consciente del
testador cuando sus actos están dirigidos a transformar substancialmente la cosa
legada convirtiéndola en otra de forma distinta, de diferente uso y denominación. Solo
procede esta forma de revocación si el legado es de cosa específica o que, al ser de
cosa genérica el género se haya agotado dentro del patrimonio del causante. Resulta
evidente, su transformación implica la desaparición de la cosa legada del patrimonio
del testador por su conversión en otra distinta no tenida en cuenta por el testador al
realizar el otorgamiento; esto determina que, al momento de la apertura de la
sucesión, aquella no existirá entre los bienes del causante; por otra parte, la voluntad
del testador había señalado al anterior bien y no al presente, la acción de transformar
entraña una manifestación tácita de su voluntad revocatoria.
Regulan la revocación de los legados por transformación substancial de la cosa
legada convirtiéndola en otra de forma distinta, de diferente uso y denominación los
Códigos Civiles de Bolivia, Brasil, Chile, Costa Rica, Ecuador, El Salvador, España,
Honduras, Italia, Portugal, Uruguay y Venezuela 188. Sobre esta forma de revocación
nada establecen los Códigos de Alemania, Argentina, Colombia, Cuba, Francia,
Guatemala, México, Nicaragua, Perú y Suiza.
El Código Civil cubano no regula la revocación por transformación de la cosa legada
en otra de diferente naturaleza, uso y denominación; esa transformación realizada de
manera consciente e intencional por el testador, implica la desaparición de la cosa de
su patrimonio, tácitamente, su actuar constituye una manifestación de voluntad
revocatoria. Con similar criterio al sostenido en cuanto a la necesaria regulación de la
revocación por enajenación de la cosa legada, el Código Civil de 1987 debía reglar
esta forma de revocación.
En tanto no sean establecidas en el Código Civil cubano normas que regulen la
revocación por enajenación de la cosa legada o por la transformación de ésta en otra
de diferente naturaleza, uso o denominación las lagunas normativas o vacíos legales
han de ser llenados a través de la interpretación analógica de los preceptos
contenidos en el artículo 479.
No prevén normas expresas para la revocación de los legados los Códigos Civiles de
Colombia, Cuba, Perú, Nicaragua y Suiza por lo cual, necesariamente, los
operadores jurídicos han de actuar interpretando las normas generales que reglan el
derecho del testador de revocar sus anteriores disposiciones testamentarias.
Los Códigos civiles de Argentina, Bolivia, Guatemala, Italia, Uruguay y Venezuela;
establecen supuestos de revocación legal, la cual obra con entera independencia de
la voluntad expresa o tácita del testador y al ocurrir el fallecimiento del mismo;
188
Vid.,art. 1213 del Código civil boliviano; el art. 1939.1 del brasileño; el art. 1135 del chileno; el art.
626 del costarricense; el art. 1184 del ecuatoriano; el art. 1112 del salvadoreño; el art. 869.1del
español; el art. 1117 del hondureño; el art. 686 del italiano;el art. 2316.2 del portugués; el art. 946 del
uruguayo; y el art. 995 del venezolano.
quedando sin efecto las disposiciones testamentarias por mandamiento de ley 189.
Asumen estos códigos la presunción de que el propio testador, de haber conocido las
circunstancias de su origen, hubiese revocado las disposiciones testamentarias
otorgadas, tal el caso, de hijos preteridos por ignorar el testador su existencia o, por
nacer con posterioridad al otorgamiento del testamento (hijos póstumos o cuasipóstumos); por contraer matrimonio el testador con posterioridad al otorgamiento; por
haber el testador instituido nuevo heredero en la creencia de que el anteriormente
instituido había fallecido cuando en realidad le había sobrevivido y, también, en casos
de ingratitud del heredero o legatario instituido.
El Código Civil argentino prevé en el artículo 3826, la revocación en el caso de
contraer matrimonio el testador con posterioridad al otorgamiento de su testamento;
y, en su art. 3843, prevé casos de revocación por ingratitud del heredero o
legatario 190. El CodiceCivile establece los supuestos de revocación legal de las
disposiciones testamentarias como consecuencia de la existencia de hijos del
testador a los cuales éste no hubiera tenido en cuenta en el testamento, ya sea
porque ignoraba tenerlos o por supervivencia de hijos con posterioridad al
otorgamiento del testamento 191; similar posición sostiene el Código Civil venezolano
en su artículo 951 192. Los códigos de Bolivia, Guatemala y Uruguay regulan el
189
Vid., not. 120.
Establece el Código Civil argentino en su art. 3826.- “Todo testamento hecho por persona que no
esté actualmente casada, queda revocado desde que contraiga matrimonio” y en su art. 3843.- La
revocación por causa de ingratitud no puede tener lugar sino en los casos siguientes: 1 - Si el legatario
ha intentado la muerte del testador; 2 - Si ha ejercido sevicia, o cometido delito o injurias graves contra
el testador después de otorgado el testamento; 3 - Si ha hecho una injuria grave a su memoria.
191
El Codice, establece en su Art. 687.- Revocazione per sopravvenienza di figli.Le disposizioni a
titolouniversale o particolare (588), fatte da chi al tempo del testamento non aveva o ignorava di
averfigli o discendenti, sonorevocate di diritto per l'esistenza o la sopravvenienza di un figlio o
discendentelegittimo del testatore, benchépostumo, o legittimato (280 e seguenti) o adottivo (291, 314326), ovvero per ilriconoscimento di un figlionaturale (250 e seguenti). La revocazione ha luogo anche
se ilfiglio è statoconcepito al tempo del testamento, e, trattandosi di figlionaturalelegittimato, anche se è
giàstatoriconosciutodaltestatore prima del testamento e soltanto in seguitolegittimato.La revocazione
non ha inveceluogoqualorailtestatoreabbiaprovveduto al caso che esistessero o sopravvenisserofigli o
discendenti da essi. Se i figli o discendenti non vengonoallasuccessione e non si fa luogo a
rappresentazione (467 e seguenti), la disposizione ha ilsuoeffetti.
192
Establece el artículo 951 del Código Civil venezolano “Las disposiciones a título universal o
particular hechas por quien al tiempo de su testamento no tenía o ignoraba tener hijos o
descendientes, aún solamente concebidos, son revocables por la existencia o supervivencia de un
hijo, descubierta aquélla o verificada éste después de la muerte del testador, salvo que el testador
haya previsto en el mismo testamento o en otro posterior o anterior, no revocado ni siquiera
tácitamente, el caso de existencia o supervivencia de hijos o descendientes de éstos”.
190
supuesto de la revocación del testamento cuando el testador ha instituido nuevo
heredero en la creencia de que el anteriormente instituido había fallecido cuando en
realidad le ha sobrevivido, en cuyo caso subsistiría la primera institución. El Código
boliviano, en su art. 1211, establece la subsistencia conjunta de testamentos en caso
de sobrevivencia del instituido 193. El guatemalteco en su art. 984, tiene por no
otorgado el testamento posterior cuando se revocó el anterior por la falsa creencia
del testador de que el instituido había fallecido, siempre que expresamente se
contenga esta razón en el testamento posterior 194; por su parte el uruguayo prescribe
en su art. 1004 idéntica regulación. 195
En nuestra opinión el establecimiento de estas regulaciones, suerte de “revocación
legal”, es una consecuencia del desconocimiento de la naturaleza jurídica de la
revocación existente en el plano doctrinal, de no concebirla como un derecho
subjetivo de la persona en el ejercicio de su autonomía de la voluntad. La presunción
legal de que el testador, por sí mismo, de haber conocido las circunstancias habría
revocado las disposiciones de última voluntad constituye una apreciación
desacertada del legislador; a partir del presupuesto de que la voluntad testamentaria
es la declarada por el otorgante al momento de establecer en el testamento sus
disposiciones de última voluntad y, siendo entendida como un derecho subjetivo
exclusivo y personalísimo del revocante, nadie puede suplantarle en la emisión de su
manifestación de voluntad revocatoria.
193
El Código Civil boliviano en su art. 1211 establece: “Si el testamento se revoca, expresando que ha
muerto el heredero instituido en él y se nombra otro y luego resulta que el primer heredero existe o
sobrevivió al instituyente, subsistirán ambos testamentos: el primero en cuanto a la designación de
heredero y los derechos que le corresponden, y el segundo en cuanto a las mandas y otras
disposiciones.”
194
El Código guatemalteco en su art. 984 prescribe: “Cuando se ha otorgado un testamento dando
expresamente por causa la muerte del heredero instituido en el anterior, valdrá éste y se tendrá por no
otorgado aquél si resulta falsa la noticia de la muerte.”
195
En su art. 1004, el Código Civil uruguayo dispone: “Si alguno hace segundo testamento, e instituye
heredero, expresando que lo hace por creer que ha muerto el instituido en el primer testamento,
cuando realmente vive, subsistirá la primera institución”.
II.3.- El sistema de revocación tácita y el sistema de revocación expresa; su
regulación normativa
Los dos grandes sistemas revocatorios existentes encuentran expresión en los
códigos objeto de análisis, de ellos, se afilian al sistema romano o de revocación
tácita el español, el cubano, el guatemalteco y el mexicano para el Distrito Federal196.
De las expresiones utilizadas en la redacción de sus normas se patentiza la
prevalencia de la presunción, por mandamiento legal, de entender revocadas las
disposiciones testamentarias sobre la real voluntad querida por el testador. El
otorgamiento de un nuevo testamento determina, inexorablemente, la revocación de
la o de las disposiciones de última voluntad contenidas en el testamento anterior en
detrimento de la autonomía de la voluntad de la persona. El mandamiento de tener
por revocado el testamento anterior al otorgarse otro nuevo parte de la errónea
identificación del derecho de testar y del derecho de revocar. No toma en cuenta que
la revocación constituye un derecho subjetivo de la persona. Al identificar revocación
con nuevo testamento le atribuye a éste, tácitamente, el carácter de acto revocatorio.
El acto revocatorio presumido por el legislador está presente en el nuevo acto
testamentario. La revocación está implícita, por disposición de ley, en el acto de
testar y por ella pierden su eficacia las anteriores disposiciones.
El sistema presenta la ventaja de la sencillez, evita las dudas en relación con la
revocación o no de las anteriores disposiciones de última voluntad. Excluye las
supuestas dificultades de la labor interpretativa del acto revocatorio con excepción de
la dirigida al común entendimiento del sentido literal de las palabras. Esta constituye
196
El Código Civil español establece en su artículo 739: “El testamento anterior queda revocado de
derecho por el posterior perfecto, (...)”; el cubano expresa en su artículo 479.2: “El testamento
posterior revoca al anterior, (...)”;el mexicano, para el Distrito Federal, enuncia en su artículo 1494: “El
testamento anterior queda revocado de pleno derecho por el posterior perfecto, (...)”; y el guatemalteco
dispone en el artículo 983: “Todo testamento queda revocado por el otorgamiento de otro posterior
(...)”.
su más gran limitación pues, al considerar revocadas totalmente las disposiciones
testamentarias anteriores, no toma en cuenta la real voluntad querida por el testador.
El desconocimiento del testador, un deficiente asesoramiento u orientación por parte
del funcionario público ante el cual se testa o, la impericia de las personas ante la
cuales se otorga testamento en circunstancias especiales podrían determinar la
revocación total del testamento anterior aún cuando lo realmente querido fuese
complementarlo, modificarlo en cosa mínima o, añadir nuevas disposiciones sin
afectar en nada las anteriores.
Estos códigos, a vía de excepción, admiten la supervivencia, total o parcial, de las
anteriores disposiciones sólo si el testador, de manera expresa, dispone en el nuevo
testamento su intención de que éstas mantengan su validez. Se presumen siempre
revocadas las disposiciones contrarias o contradictorias del anterior por las del
actual197. ello reafirma el criterio de que la revocación es un acto inter vivos cuyo
efecto se produce desde el momento mismo de la expresión de la voluntad
revocatoria.
Los códigos acogidos al sistema de revocación expresa o francés admiten la
posibilidad de la coexistencia de varios testamentos. En éste sistema el testamento
anterior no se considera revocado a menos que el testador, expresamente, lo
manifieste en el ulterior testamento. Se presuponen revocadas las anteriores
disposiciones sólo cuando son contrarias a las del ulterior testamento. La revocación
tiene que ser manifestad expresamente cuando el testador determina dejar sin
efectos a las anteriores manifestaciones. El sistema acogido posibilita la
conservación máxima de las declaraciones de última voluntad.
El sistema revocatorio francés parte de lo que es evidente: la nueva declaración de
última voluntad no tiene efectos revocatorios. La revocación es una declaración de
197
Así se dispone en el artículo 739 del Código Civil español, cuando manda: “El testamento anterior
queda revocado de derecho por el posterior perfecto, si el testador no expresa en éste su voluntad de
que aquél subsista en todo o en parte”; en el artículo 479.2 del cubano al declarar: “El testamento
posterior revoca al anterior, excepto que el testador exprese su voluntad de que éste subsista en todo
o en parte”; en el artículo 983, del guatemalteco, al enunciar: “Todo testamento queda revocado por el
otorgamiento de otro posterior. Sin embargo, el testador puede de manera expresa dejar vigente todo
o parte del testamento anterior”; y, en el artículo 1494 del mexicano, al establecer: “El testamento
anterior queda revocado de pleno derecho por el posterior perfecto, si el testador no expresa en éste
su voluntad de que aquél subsista en todo o en parte”.
voluntad distinta, hecha por el ahora revocante, a partir de la cual podrá decidir si
deja sin efectos total o parcialmente las anteriores declaraciones de última voluntad;
por tanto, requiere ser realizada de manera expresa. Sus previsiones garantizan una
mayor justicia sucesoria, aseguran el respeto a las manifestaciones de última
voluntad y el cumplimiento del principio del favor testamenti pues, cuando se entre a
valorar la eficacia del testamento y la extensión de la revocación en él contenida ya
su autor no estará para arrojar luz sobre la real voluntad querida e implícita en sus
declaraciones de última voluntad.
Se afilian a este sistema el Código Civil alemán, el argentino, el boliviano, el
brasileño, el chileno, el colombiano, el costarricense, el ecuatoriano, el italiano, el
portugués, el peruano, el nicaragüense, el uruguayo, el salvadoreño, el suizo y el
venezolano 198.
198
El BGB en su parágrafo 2258 establece: “El testamento posterior revoca el anterior solo en las
disposiciones que le sean opuestas”; el Código Civil argentino dispone en su art. 3828: “El testamento
posterior revoca al anterior, sólo en cuanto sea incompatible con las disposiciones de éste.”; el
boliviano en su art. 1210.II expresa: “Puede también el testador dejar expresamente sin efecto un
testamento anterior, o parte de él, mediante otro nuevo. Si en los testamentos posteriores no se
revocan de manera expresa los precedentes, subsistirán en estos las disposiciones no contrarias o
incompatibles con las nuevas.”; el brasileño en su art. 1.970 prescribe:“A revogação do testamento
pode ser total ou parcial. Parágrafo único - Se parcial, ou se o testamento posterior nãocontiver
cláusula revogatóriaexpressa, o anterior subsiste emtudo que nãoforcontrárioao posterior.”; el chileno
en su art. 1215, establece: “Un testamento no se revoca tácitamente en todas sus partes por la
existencia de otro u otros posteriores. (...) Los testamentos posteriores que expresamente no revoquen
los anteriores, dejarán subsistentes en éstos las disposiciones que no sean incompatibles con las
posteriores, o contrarias a ellas.”; el colombiano en su art. 1273 señala: Un testamento no se revoca
tácitamente en todas sus partes por la existencia de otro u otros posteriores. (...) Los testamentos
posteriores que expresamente no revoquen los anteriores, dejarán subsistentes en estos las
disposiciones que no sean incompatibles con las posteriores o contrarias a ellas.”; el costarricense en
su art. 622, expresa: “Un testamento no se revoca tácitamente en todas sus partes por la existencia de
otro u otros posteriores. Los testamentos posteriores que expresamente no revoquen los anteriores,
dejarán subsistentes en estos las disposiciones que no sean incompatibles con las posteriores o
contrarias a ellas.”; el ecuatoriano en su art. 1260, norma: “Un testamento no se revoca tácitamente en
todas sus partes por la existencia de otro u otros posteriores. (...) Los testamentos posteriores que
expresamente no revoquen los anteriores, dejarán subsistentes en estos las disposiciones que no
sean incompatibles con las posteriores, o contrarias a ellas.”; el hondureño en su art. 1160, regla: “Un
testamento no se revoca tácitamente en todas sus partes por la existencia de otro u otros posteriores.
(...) Los testamentos posteriores que expresamente no revoquen los anteriores, dejarán subsistentes
en éstos las disposiciones que no sean incompatibles con las posteriores o contrarias a ellas.”; el
italiano en su art. 682 expresa: “Il testamento posteriore, che non revoca in modo espresso i
precedenti, annulla in questisoltanto le disposizioni che sono con essoincompatibili”; el portugués en su
art. 2313.1, regula:“O testamento posterior que nãorevogueexpressamente o anterior revogá-lo-á
apenas na parte em que forcom ele incompatível.”; el peruano en su art. 80, reglamenta: “El
testamento que no es revocado total y expresamente por otro posterior, subsiste en las disposiciones
compatibles con las de este último.”; el nicaragüense en su art. 972; regula: “Un testamento no se
revoca lícitamente en todas sus partes por la existencia de otro u otros posteriores. (...) Los
El sistema de revocación expresa se aviene más con las tesis que defendemos en
esta investigación. Si bien, en este sistema no se concibe a la revocación como un
derecho subjetivo de la persona, el mismo parte de reconocer efecto revocatorio sólo
a la declaración expresa del revocante de privar de eficacia a las anteriores
disposiciones de última voluntad, en sintonía con la idea defendida de que el acto
revocatorio es independiente del acto de testar.
En su concepción, el sistema revocatorio francés, parte de no identificar disposición
de última voluntad con disposición revocatoria (su contrapartida) y reafirma el criterio
que sustentamos en cuanto al carácter inter vivos del acto revocatorio ejecutado por
el revocante en el ejercicio de su derecho subjetivo.
El sistema revocatorio, de firme raíz romana, seguido por la legislación patria es
remedo del utilizado por el Código Civil español199. Se destaca el rigorismo con que
ha sido asumido en la Ley y en la práctica jurídica su aplicación. Resulta
contradictorio que el Código de 1987, mantuviera la rígida noción romanista acerca
de la revocación, máxime cuando fue el último código del siglo XX americano, con
testamentos posteriores que expresamente no revoquen los anteriores, dejarán subsistentes en éstos
las disposiciones que no sean incompatibles con las posteriores o contrarias a ellas.”; el uruguayo en
su art. 1005, prescribe: “Un testamento no se revoca tácitamente en todas sus partes por la existencia
de otro u otros posteriores. (...) Cuando éstos no revoquen expresamente los anteriores testamentos,
dejarán subsistentes las disposiciones que no sean incompatibles o contrarias a ellos.”; el salvadoreño
en su art. 1145, dispone: “Un testamento no se revoca tácitamente en todas sus partes por la
existencia de otro u otros posteriores. (...) Los testamentos posteriores que expresamente no revoquen
los anteriores, dejarán subsistentes en éstos las disposiciones que no sean incompatibles con las
posteriores, o contrarias a ellas.”; el suizo en su art. 511.1, ordena: “si el testador otorga un nuevo
testamento sin revocar expresamente el primero, la disposición posterior revoca la anterior solo en
cuanto no resulte con certeza que es un simple complemento.”; y el venezolano en su art.991,
establece: “La revocación del testamento puede ser parcial. (...) En este caso, o cuando el testamento
posterior no contiene revocatoria expresa, los anteriores testamentos subsisten en todas aquellas
disposiciones que no resulten incompatibles o contrarias a las nuevas.”
199
Hecho extensivo a la Isla de Cuba por Real Decreto de 31 de julio de 1889. Desde la época del
descubrimiento y posterior conquista imperó en la isla de Cuba el Derecho del Reino CastellanoLeonés, devenido con posterioridad Reino de España. Como dependencia colonial, la normativa
jurídica le venía a Cuba desde la metrópoli con las modificaciones de la legislación impuestas en cada
período de la historia española. Los intentos codificadores en España definitivamente fructifican en
1889, año en que ve la luz el Código Civil español, hecho extensivo a Cuba mediante el Real Decreto
de 31 de julio de 1889. Sometido a diferentes modificaciones, en sus casi cien años de vigencia, el
Código rigió en Cuba hasta la promulgación del Código Civil cubano, Ley Nº 59, de 16 de julio de
1987, vigente desde el 12 de abril de 1988. Al cese de la dominación colonial española, el gobierno
interventor norteamericano, en su Proclama de 1º de enero de 1899, dispuso mantener la fuerza legal
del Código Civil, vigencia que fuera ratificada por la Disposición Transitoria Séptima de la Constitución
de 1901; la cual en su texto prescribía: “Todas las leyes, decretos, reglamentos, órdenes y demás
disposiciones que estuvieren en vigor al promulgarse esta Constitución, continuarán observándose en
cuanto no se opongan a ella, mientras no fueren legalmente derogadas o modificadas”.
pretensiones de modernidad y tendiente, en el plano social, a dar respuesta a los
profundos cambios determinados por el establecimiento del socialismo en Cuba.
Ese criterio rígido contenido en la norma del artículo 479, se ha seguido de manera
silenciosa y no ha sido cuestionado en su justeza por la doctrina y la jurisprudencia
patria en los años de vigencia del Código, salvo por VALDÉS DÍAZ quien, al referirse al
tema, ha dicho: “A mi juicio, para lograr que efectivamente se cumpla la voluntad del
testador, deberían subsistir ambos testamentos en todo aquello que resulten
compatibles. No obstante, a pesar de las críticas a que ha sido sometida la anterior
fórmula legislativa, fue la que acogió el Código Civil cubano en su regulación de la
revocación tácita, en franco calco de su antecesor español, según se advierte de la
lectura del artículo 479.2” 200. Criterio compartido con la autora, fundamentado en lo
que se califica como justicia sucesoria y respeto a la última voluntad del causante.
La doctrina y la jurisprudencia cubanas han de favorecer la implementación del
sistema de revocación expresa y dar, a través de la actividad interpretativa de las
disposiciones contenidas en los diferentes testamentos, flexibilidad a la posición
asumida por el código. Transitar luego al sistema de revocación expresa, en defensa
de la justicia sucesoria y de la realización del principio del favor testamenti constituiría
una precaución en pro de la seguridad de la última voluntad del testador. El tener que
declarar expresamente, con conocimiento de causa, su voluntad revocatoria; excluiría
resultados indeseados por el testador.
II.4.- Tratamiento legal de
la revocación de la revocación de disposiciones
testamentarias
De los códigos examinados regulan expresamente la revocación de la revocación los
de Alemania, Argentina, Colombia, Costa Rica, Chile, Ecuador, El Salvador, España,
Honduras, Italia, México, Nicaragua, Perú, Portugal, Uruguay y Venezuela 201; y no
hacen alusión a la misma los códigos de Brasil, Cuba, Francia, Guatemala y Suiza, el
200
VALDÉS DÍAZ, Caridad del Carmen en: Derecho de Sucesiones,... id., p. 157.
Vid., códigos civiles de Alemania, parágrafo 2257; Argentina, art. 3831; Colombia, art.1272. Costa
Rica, art. 623; Chile, art. 1214; Ecuador,art. 1259; El Salvador, art.1144; España, art. 739; Honduras,
art.1159; Italia, art. 681; México, art. 1496; Nicaragua, art.1212; Perú,art.800; Portugal, art. 2314;
Uruguay art.1001; y Venezuela;art.991.
201
silencio no significa prohibición, pues en todos los casos se enuncia el derecho del
testador de revocar el testamento previamente otorgado 202, y siempre queda al
testador, en uso de la autonomía de la voluntad, su libertad de testar permitiéndole
establecer nuevas disposiciones de última voluntad e incluso restablecer en su
eficacia total o parcialmente a las anteriormente revocadas.
Los efectos de la revocación de la revocación en los códigos que expresamente la
regulan se manifiestan de dos diversas maneras. En el primer supuesto la revocación
de la revocación importa la ineficacia del anterior testamento revocatorio pero no
implica la reviviscencia del primeramente revocado o de sus disposiciones, ellas
mantendrían su ineficacia a menos que, el testador manifieste expresamente su
intención de hacerles recuperar, total o parcialmente, su eficacia en cuyo caso
surtirían plenos efectos a su muerte. Se afilian a este principio los Códigos Civiles de
Alemania, Colombia, Costa Rica, Chile, Ecuador, El Salvador, España, México,
Nicaragua, Portugal y Uruguay 203. Doctrinalmente es posición sostenida entre otros
por SCAEVOLA, RIVAS MARTÍNEZ, ROYO MARTÍNEZ y DE RUGIERO.
En esta posición resulta acertado el establecimiento de la regulación que prevé que
la revocación de un testamento revocatorio anterior no hace revivir al primeramente
revocado. No obstante, resulta preciso señalar a partir de los criterios sostenidos en
esta investigación que, la revocación es un acto independiente al de testar y tiene un
carácter inter vivos por lo cual priva de efectos hacia el futuro, con carácter
inmediato, a las anteriores manifestaciones de última voluntad. La revocación
posterior, expresa o tácita, de la primera revocación nunca podría restituir en su valor
a las disposiciones iniciales pues éstas ya habían perdido su eficacia. La revocación
por sí no restablece el valor de las disposiciones primeramente revocadas. Para que
las anteriormente revocadas recobren su vida es preciso que la persona, ejerza su
derecho de testar y ordene de manera expresa en una nueva disposición de última
voluntad la resurrección de las inicialmente revocadas.
202
Vid., Código Civil brasileño, art. 1858; cubano, art. 479.1; francés, art. 895; el guatemalteco art. 983;
y, el suizo, art. 509.1.
203
Vid., BGB, parágrafo 2257; Código Civil colombiano, art. 1272; el costarricense, art. 623; el chileno,
art. 1214; el ecuatoriano, art. 1259; el salvadoreño, 1144; el español, art. 739; el mexicano para el
Distrito Federal, art. 1496; el nicaragüense, art. 1212; el portugués, art. 2314.2; y, el uruguayo, art.
1001.
El segundo supuesto parte de considerar que la revocación de la revocación
determina directamente la resurrección de las disposiciones de última voluntad
anteriormente revocadas, las cuales renacen a la vida jurídica con la eficacia del día
de su otorgamiento a excepción de declaración expresa del testador contraria a su
restitución o que, en el testamento contentivo de la segunda revocación se
establezcan nuevas disposiciones. A partir de la presunción legal establecida la
resurrección se produce como un efecto automático de la segunda revocación,
siempre que ésta sea válida y eficaz, sin necesidad de ninguna otra declaración. Se
afilian a este principio los Códigos de Argentina, Italia, Perú y Venezuela. En doctrina
sostienen esta posición entre otros BORDA, SANSO y ZANNONI.
La concepción de este segundo grupo de códigos es un reflejo de la desdefinición de
la revocación. En primer lugar, desconocen el carácter de derecho subjetivo de la
revocación. Derecho concedido a la persona para ser ejercido por ella cuando por
determinadas motivaciones decide dejar sin efectos sus anteriores declaraciones de
última voluntad. En consecuencia establecen la presunción de considerar que la
segunda revocación resurrecciona las disposiciones anteriormente revocadas. El
legislador asume como querida por el revocante una presunción en detrimento de su
autonomía de la voluntad, establece por él una disposición de última voluntad: la
resurrección de las disposiciones de última voluntad contenidas en el anterior
testamento.
En segundo término, esta concepción pierde de vista que la revocación, es un acto
personalísimo e inter vivos, cuyo efecto inmediato es el de privar de eficacia a las
disposiciones anteriores desde el momento de su realización. A esta idea oponemos
el criterio de que la revocación de la anterior manifestación de voluntad revocatoria
en modo alguno resurrecciona las declaraciones de última voluntad anteriormente
revocadas pues, éstas resultan ineficaces desde el momento de la revocación inicial.
Las anteriores manifestaciones se restablecen en su valor, únicamente, por una
nueva disposición expresa de última voluntad en la cual el testador ordene la
restitución total o parcial de su eficacia original.
Por último, sostenemos la idea de que es enteramente desacertada en esta
concepción, la conclusión de entender que el testamento revocatorio de otro anterior
revocatorio sólo devuelve la validez al inicialmente revocado en cuanto a la ineficacia
provocada por la revocación y que nunca podrá subsanar la ineficacia padecida por
éste derivada de otras causas, por lo cual, este revive con los posibles defectos
contenidos en el otorgamiento inicial tal y como era, con su fecha y vicios originarios,
como si nunca hubiese existido el testamento revocatorio. Lo cierto es que, la
revocación como acto inter vivos causa la ineficacia de las disposiciones
testamentarias contenidas en el testamento inicial y estás sólo podrán renacer a la
vida jurídica si, previamente, la anterior manifestación de voluntad revocatoria es a su
vez revocada por una nueva revocación contenida en testamento dispositivo en el
cual se ordene, por una disposición de última voluntad, su resurrección. Quedan, por
tanto, incorporadas en el nuevo acto testamentario, per relationem, las disposiciones
del primeramente revocado. La validez documental y temporal de éstas será la del
nuevo acto testamentario, renacen sí, a la vida jurídica con la fecha del vivificante y
como parte de él. Las posibles causas de ineficacia padecidas por el acto
testamentario inicialmente revocado no pueden afectar la eficacia de las
declaraciones por cuanto ahora, per relationem, forman parte del tercer testamento y
aquellas no afectan la eficacia del actual204.
La regulación de la revocación de la revocación en los códigos objeto de estudio,
reafirma la tesis sostenida en cuanto al carácter inter vivos de la revocación. En el
primer supuesto, el uso de expresiones como: “...no revive por esta revocación el
primer testamento, a menos que el testador manifieste voluntad contraria”; “el
testamento anterior recobra su fuerza si el testador revoca después el posterior, y
declara expresamente ser su voluntad que valga el primero”; “... es revocado a su
vez, no revive por esa revocación el primer testamento, a menos que el testador
exprese su voluntad a este respecto”; etc.; evidencian como la primera revocación ya
había privado de eficacia a las anteriores declaraciones de última voluntad por lo cual
no renacen al producirse la segunda revocación. Las declaraciones primeramente
revocadas para recuperar su eficacia, precisan de la declaración expresa del
testador.
204
Lo dicho resulta de aplicación, igualmente, cuando revocándose el acto revocatorio anterior el
testador ordena que valgan las disposiciones de última voluntad contenidas en dos o más testamentos
anteriormente revocados cuyas disposiciones,per relationem, integrarían el nuevo testamento.
En la segunda hipótesis la utilización de términos como “renacen”, “hace renacer”,
“reviven”, etc., patentizan la idea de la pérdida de eficacia de las anteriores
disposiciones desde el momento de la primera revocación. Renacen tácitamente a la
vida legal, por la declaración de voluntad revocatoria de la anterior. En ambos casos,
lo hasta aquí expresado demuestra que la primera revocación ya había producido la
ineficacia de las disposiciones testamentarias revocadas inicialmente y que, las
declaraciones revividas ya eran ineficaces en vida del testador, desde el momento
mismo de la primera revocación.
El Código Civil cubano no hace alusión expresa a la revocación de la revocación. En
principio nada se opone a su realización. De conformidad con lo preceptuado en su
artículo 479.1 el testamento puede ser revocado en todo o en parte lo cual, en
conexión con lo prescrito en el apartado segundo del propio artículo, cuando expresa
que eltestamento posterior revoca al anterior, excepción hecha de la manifestación
expresa de voluntad de mantener su eficacia en todo o en parte,concreta la idea de
que la disposición revocatoria puede a su vez ser revocada por otra nueva. A partir
de la asunción del sistema de revocación tácita asumido por el Código Civil cubano,
entonces la revocación de la revocación no produciría la resurrección de la
disposición primeramente revocada salvo si el testador expresa en el último
testamento su voluntad de hacer subsistir en todo o en parte al primeramente
revocado.
Resulta de aplicación a la regulación establecida por el Código Civil cubano la crítica
realizada a los códigos que mantienen esta posición en cuanto a la expresión: “el
testamento posterior revoca al anterior excepto que el testador exprese su voluntad
de que éste subsista en todo o en parte” pues, es el acto revocatorio contenido,
expresa o tácitamente, en el nuevo acto testamentario el que priva de eficacia a la
anterior manifestación de voluntad revocatoria, siendo la expresa declaración de
última voluntad contenida en el testamento la que devuelve la eficacia a las
disposiciones testamentarias revocadas inicialmente.
II.5.- La esencial revocabilidad de las disposiciones testamentarias y la
revocabilidad de las disposiciones no patrimoniales o atípicas
En doctrina es admitida la inclusión en el testamento de disposiciones no
patrimoniales o atípicas 205; nada se opone al establecimiento en él de disposiciones
de carácter personal o de índole familiar. El contenido atípico del testamento se
compone pues de disposiciones sin contenido patrimonial constitutivas de negocios
jurídicos o, constitutivas de actos jurídicos en sentido estricto. Reconocen
expresamente la inclusión de disposiciones atípicas en el testamento los Códigos
Civiles de Bolivia, Perú, Italia y Portugal 206. El Código civil venezolano, aunque no se
pronuncia expresamente, admite su inclusión en el testamento cuando establece que
la persona puede disponer en éste de la totalidad o de parte de su patrimonio o hacer
cualquier otra ordenación siempre que sea legal 207.
Los Códigos de Alemania, Argentina, Chile, Colombia, Costa Rica, Cuba, Ecuador, El
Salvador, España, Francia, Guatemala, Honduras, México, Nicaragua, Perú, Suiza y
Uruguay.; ganados por la concepción patrimonialista del acto testamentario, no hacen
referencia expresa a la inclusión en el testamento de disposiciones de carácter no
patrimonial o atípicas, lo cual en modo alguno significa prohibición de su inclusión en
el testamento.
En cuanto a la revocación de las disposiciones atípicas, en doctrina, la cuestión en
debate es si ellas son revocables o no; en principio la doctrina admite la revocación
de las disposiciones atípicas que por su naturaleza constituyen negocios jurídicos
fundados en la autonomía de la voluntad en los cuales el declarante es libre de
determinar sus efectos, pronunciándose por no admitir la revocación de aquellas que,
por su contenido, constituyen actos jurídicos en sentido estricto cuyos efectos, al
encontrarse determinados por ley, la voluntad del particular no puede revocar.
205
Aunque en lo fundamental su contenido es patrimonial, el testamento puede ser reservorio de otras
disposiciones de carácter no patrimonial (remitir a Cap. I donde las trato), concuerdan con este criterio
entre otros DE DIEGO FELIPE, Clemente. Instituciones de Derecho Civil. Derecho de Sucesiones,op. cit.,
p. 33; PÉREZ GALLARDO, Leonardo B. Derecho de Sucesiones; t. I, cap. V, op. cit., pp. 233-235, RIVAS
MARTÍNEZ, Juan José. Derecho de Sucesiones Común y Foral, t. II, p. 108; ROYO MARTÍNEZ, Miguel.
Derecho Sucesorio, “Mortis Causa”, op. cit., p. 108; RUGIERO, Roberto. Instituciones de Derecho Civil,
t. I,op. cit., p. 1137; TORRALBA SORIANO, Vicente. Lecciones de Derecho Civil, vol.I, Barcelona, España,
1984, p. 247; y, ZANNONI, Eduardo A. Manual de Derecho de las Sucesiones.op. cit., p. 538.
206
Vid. Art. 1112.II, del Código Civil boliviano; el art. 686, del peruano; el artículo 587 del italiano; el
art. 1857.2, del brasileño; y el art. 2179. 2, del portugués.
207
Vid. artículo 833, del Código Civil venezolano.
Parten los Códigos analizados de acoger la esencial revocabilidad de las
disposiciones testamentarias, sean o no patrimoniales. El reconocimiento de la
filiación hecho en testamento constituye una disposición no patrimonial irrevocable
por su carácter extensivo a otras instituciones del derecho, al considerar dicho
reconocimiento como un acto de naturaleza familiar cuyos efectos se encuentran
determinados por normas de orden público, repercutiendo sus consecuencias en el
orden jurídico familiar y social. No obstante podría exceptuarse el caso en que
declarado en testamento el reconocimiento filiatorio el testador, con posterioridad,
adquiere la certeza de que no es tal hijo; dado este supuesto, alegando las razones y
oponiendo las pruebas que fuesen necesarias, se considera que la revocación
procedería pues el reconocimiento hecho en vida por el testador aún no ha surtido
efectos por cuanto, las normas de orden público no han entrado en juego pues la
simple declaración de la filiación no se hará efectiva hasta la muerte del causante; no
ha cobrado vigencia el reconocimiento ni su inscripción en el correspondiente registro
y, por ende, ni se ha configurado el vínculo filiatorio, ni se han aplicado las normas de
familia. Resulta contradictorio que sólo se pronuncien expresamente contrarios a la
revocación del reconocimiento de hijos los Códigos de El Salvador y de España 208.
Los criterios doctrinales en cuanto a la posibilidad de la revocación del
reconocimiento de una deuda en testamento no son neutrales, un polo sostiene la
idea de que el testamento no es un contrato, y que el propósito del testador no es
contraer en él obligación alguna sino el de disponer de sus bienes y derechos
transmisibles por lo cual, la inclusión de dicho reconocimiento en el testamento lleva
a su desnaturalización al convertirse en una disposición testamentaria típica, como es
el legado de deuda, perfectamente revocable. El otro polo sustenta la idea de su
irrevocabilidad por constituir una confesión extrajudicial y no una disposición mortis
causa en sentido estricto; la cual conllevaría al cumplimiento de una obligación
patrimonial adquirida por el testador, a satisfacer por los herederos aceptantes de la
herencia, lo cual constituiría una garantía para el acreedor. Parece más acertado el
208
Expresa el Código Civil salvadoreño en su artículo 998: “(...) El reconocimiento de un hijo no pierde
su fuerza legal aunque se revoque el testamento en que se hizo.” y el de España en su art. 741,
establece: “El reconocimiento de un hijo no pierde su fuerza legal aunque se revoque el testamento en
que se hizo o éste no contenga otras disposiciones, o sean nulas las demás que contuviere”.
criterio que sostiene su revocabilidad; por cuanto al incluirse en un testamento la
declaración de reconocimiento de deuda queda desnaturalizada transformándose en
un legado de deuda, institución típicamente testamentaria por ser contentiva de una
manifestación de última voluntad eventual.
El reconocimiento de deuda en testamento es reputado como legado de manera
expresa en los Códigos de Chile y Nicaragua. Dicho reconocimiento podría ser
revocado en cualquier momento al ser considerado como una disposición
testamentaria típica 209; los demás códigos nada regulan al respecto.
Los códigos de Nicaragua y Honduras brindan un tratamiento radical a la
revocabilidad de las disposiciones testamentarias (incluidas las disposiciones
atípicas), en ambos se ordena de manera absoluta y terminante que revocado un
testamento ninguna disposición contenida en él tendrá efecto, e incluso ordenan que
no podrán ser utilizadas como prueba en ningún proceso contra el testador210.
El Código Civil cubano, al no regular la inclusión en el testamento de disposiciones
testamentarias atípicas, nada regula en cuanto a su revocación, no obstante, en la
doctrina patria y en la práctica jurídica, se acepta su incorporación al acto
testamentario 211. Al asumir el código el sistema de revocación tácita 212, el
otorgamiento por el testador de nuevas disposiciones de última voluntad (sin declarar
que valga o valgan las anteriores) implica la revocación absoluta de las anteriores
disposiciones, y nunca llegará a conocerse cuáles disposiciones atípicas había
ordenado en el testamento primero, incluidas aquellas que en doctrina son
consideradas irrevocables, tal el caso del reconocimiento de la filiación.
Nada obsta para que el testador, en uso de su autonomía, pueda incluir en su
manifestación de última voluntad el reconocimiento de hijos e, incluso, tomando en
cuenta que el testamento puede contener disposiciones de esa única índole,
establecer exclusivamente el reconocimiento. La regulación de la revocación en el
Código Civil cubano de 1987, atenta contra el reconocimiento de hijos en testamento;
209
Vid., artículo 1133 del Código Civil chileno y 1144 del Código Civil nicaragüense.
Vid. Código Civilnicaragüense, art. 1214 y hondureño, art. 1168.
211
Así, PÉREZ GALLARDO y VALDÉS DÍAZ. Vid.PÉREZ GALLARDO, Leonardo B. Derecho de Sucesiones; t. I,
op. cit., pp. 233-235; VALDÉS DÍAZ, Caridad del Carmen. En Derecho de Sucesiones; op. cit., pp. 150151.
212
Vid. Código Civil cubano, art. 479.2 y 3.
210
se fundamenta esta afirmación, en primer lugar, porque al no reglamentar la
posibilidad de incorporar al testamento disposiciones no patrimoniales o atípicas,
nada establece en cuanto al carácter revocable o no de las mismas. Aunque en
principio es posible establecer el reconocimiento de hijos en testamento, el
ordenamiento jurídico no regula esa posibilidad. Esta previsión podría ser una
importante norma en garantía de la normativa referida a las relaciones familiares.
La imprevisión deja un enorme vacío. El legislador no tomó en cuenta que, si bien las
disposiciones de última voluntad tienen como fundamento la soberanía de la voluntad
individual, la declaración del reconocimiento de la filiación en modo alguno constituye
muestra de esa autonomía, escapa de ella y, por el contrario, su regulación es
imperativa como norma de orden público en la esfera del Derecho de Familia y del
Derecho Civil pues, afecta o puede afectar el estado civil de la persona, en particular,
su estado familiar. El reconocimiento de la filiación en testamento es aceptado como
medio de facilitar el acto e incluso de protegerlo con el secreto cuando el testador,
por determinadas razones o motivaciones, está interesado en que tal declaración, por
sus consecuencias sociales, morales y familiares, no sea conocida hasta después de
su muerte, momento en que cobraría vigencia el testamento que le contiene, pero
ello no lo desnaturaliza, seguirá siendo un acto jurídico de naturaleza familiar y no de
última voluntad, por tanto, irrevocable. La anterior afirmación no es absoluta, pues
admitiría la excepción de que la declaración de voluntad se encontrase viciada por
error, fraude o amenaza, en cuyo caso, alegando debidamente las razones de su
proceder, podría el testador ejercer su derecho de revocar esa disposición, Al ser el
testamento un acto jurídico no vinculante y no recepticio el testador, en vida, puede
revocar sus disposiciones hasta en el último momento de su existencia.
El sistema de revocación tácita, asumido por el legislador del Código, de forma
absoluta, al ordenar en el apartado 2º, del artículo 479, que: “el testamento posterior
revoca al anterior”; determina que el mero otorgamiento de un nuevo testamento
revoque totalmente el anterior; por lo cual, de esa revocación no se salva el
reconocimiento hecho en aquel; aún cuando la voluntad real del testador no fuera
revocar la filiación reconocida, sino establecer nuevas disposiciones, añadir
determinados bienes, establecer disposiciones de carácter funerario, etc. Al
fallecimiento del causante, del testamento que se entrará a valorar la eficacia será del
último otorgado en vida por el testador y sobre sus disposiciones recaerá la labor
hermenéutica; si en él no hizo referencia expresa a la conservación de las anteriores
disposiciones testamentarias o dispone la revocación total de ellas a ningún efecto se
entrarían a valorar las disposiciones anteriores; en tal caso no se haría público su
contenido y no se llegaría a conocer el reconocimiento contenido en ellas. De
acuerdo a lo prescripto por el propio apartado 2º, la revocación puede ser expresa.
En uso de la facultad revocatoria tan ampliamente atribuida al testador éste podría
revocar, mediante declaración expresa, total o parcialmente, las disposiciones de
última voluntad contenidas en el testamento, entre ellas la contentiva del
reconocimiento de la filiación. Al no regular el ordenamiento jurídico el
reconocimiento filiatorio testamentario (reconocimiento que afecta normas de orden
público), ni existir prohibición sobre su irrevocabilidad, éste queda revocado 213.
213
Otras vicisitudes acompañan el reconocimiento filiatorio realizado en testamento en el Derecho
cubano. La declaración de última voluntad contentiva del reconocimiento filiatorio configura un acto
jurídico en sentido estricto, cuyos efectos se prevén y determinan en el ordenamiento jurídico familiar
de manera imperativa conforme al interés del Estado de brindar especial protección a la institución
familiar, base de la sociedad y de su propia existencia; razón por la cual ha de ser, en primer lugar,
admitida esa declaración; a partir de la presunción iuris tantum establecida en el artículo 75, apartado
1º, del Código de Familia, la cual establece que la paternidad se presumirá cuando pueda inferirse de
la declaración del padre realizada en documento de carácter indubitado, incuestionablemente,
procedería el reconocimiento de los hijos por testamento en cualquiera de los tipos previstos en la
legislación positiva (arts. 483 al 491; Código Civil cubano de 1987, Ley Nº 51/87), toda vez que el
documento continente del mismo tiene ese carácter. Con excepción del testamento ológrafo, los
demás testamentos se equiparan al testamento notarial; una vez adverado el testamento ológrafo,
conforme a los trámites previstos en la Ley adjetiva (art.470 y sgtes., de la Ley No. 7/77; de
Procedimiento Civil, Administrativo, Laboral y Económico, de 19 de agosto de 1977.) goza de la fe
pública judicial que le dota del carácter de indubitado. Tanto un testamento común como uno especial,
constituye medio de prueba de los hechos motivadores de su otorgamiento y de su fecha, haciendo
prueba plena de las declaraciones hechas por el testador en él; pero, a más de esa eficacia
netamente probatoria que cumple, éste es el medio que ofrece el Poder Público para que las
relaciones jurídicas sucesorias, determinadas por la voluntad del causante, obtengan las garantías
necesarias y las solemnidades que objetivan su eficacia, en el cumplimiento de su última voluntad.
Todo testamento contiene también una presunción iuris tantum de veracidad, teniendo plena eficacia
en la esfera del testador desde el momento del otorgamiento y para los terceros a la muerte del
testador; no obstante, la declaración de última voluntad contentiva del reconocimiento puede ser
impugnada por el sujeto del reconocimiento o por su representante legal, sin que ello desdiga la fe
notarial, o judicial, en su caso, la cual permanecerá incólume en cuanto a la declaración del
reconocimiento; en otras palabras, la exactitud y veracidad del contenido de las manifestaciones de
última voluntad hechas por el testador no están garantizadas por la fe pública notarial o judicial; el
Notario o la autoridad judicial dotan de veracidad a la declaración hecha en su presencia en el aspecto
externo más, no puede dotar de autenticidad al contenido de la declaración hecha ante ellos por no
conocer la verdad intrínseca en esas declaraciones, ni la intención o propósito que oculte o disimule;
de manera que, dicho contenido es impugnable y destruible por los demás medios de pruebas
II.6.- Inconsecuente aplicación de las normas de la interpretación de las
disposiciones testamentarias al acto revocatorio
La no comprensión de la naturaleza jurídica de la revocación ha llevado a la doctrina
científica y legal al equívoco de entenderla como un acto jurídico mortis causa y a
identificar acto revocatorio con el acto testamentario, sin tomar en cuenta
que
revocar es disponer la ineficacia de las disposiciones testamentarias anteriores; la
mutación de la voluntad testamentaria se materializa con la expresión de una nueva
declaración de última voluntad y sobre ella es que recae la labor hermenéutica a fin
de determinar el sentido y alcance de las modificaciones.
El desacierto encuentra reflejo en la normativa jurídica; ninguno de los Códigos en
análisis establece en sus regulaciones normas que sirvan de base para la
interpretación de la manifestación de voluntad revocatoria, limitándose a señalar los
efectos del acto, de conformidad con el sistema revocatorio seguido y las formas
utilizadas para su realización. Al concebir a la revocación como una disposición de
última voluntad, aplican a ella las normas de interpretación de los testamentos o las
normas de interpretación del acto o negocio jurídico en general. Encontrándose
expresada en testamento o en otro documento notarial ordinario la única
interpretación posible del acto revocatorio es la de determinar la ineficacia de las
anteriores disposiciones de última voluntad por cuanto, la mutación de la última
voluntad se establece por el testador en sus disposiciones de última voluntad
admisibles en derecho; la indubitabilidad concedida al testamento sólo alcanza a probar la
manifestación realizada por el testador en presencia del fedatario o plasmada en el testamento
adverado ante la autoridad judicial no así a la veracidad de las declaraciones del testador.
Siendo como se ha dicho, el testamento un documento indubitado, fehaciente, auténtico debiera de
bastar y servir de base, para la inscripción de ese reconocimiento de la filiación, con todas las
consecuencias jurídicas que de él se derivan, en el Registro del Estado Civil, correspondiente. Si bien
el Código de Familia, estableció la presunción del reconocimiento de la paternidad por la declaración
del padre en documento indubitado, la posterior Ley del Registro del Estado Civil, Ley Nº 51/85, de
fecha 15 de julio de 1985, no prevé en lo absoluto esa posibilidad, tomando en cuenta el principio de
especialidad, la Ley Nº 51/85 y su Reglamento rigen el procedimiento de la inscripción de la filiación en
el Registro del Estado Civil, razón por la cual el registrador no podrá practicar la inscripción del
reconocimiento que obre en testamento. En la práctica puede realizarse el reconocimiento de hijos en
testamento, pero ese reconocimiento no tendría otro valor legal que el de una confesión extrajudicial;
claro está, al estar contenida la declaración de la filiación en un documento fehaciente, indubitado y
legítimo podría ser utilizada como prueba documental pública en un futuro proceso filiatorio, con valor
de prueba plena. La sentencia que recaiga será ejecutiva y servirá de base para la posterior
inscripción del reconocimiento, por el registrador, en el Registro del Estado Civil.
contenidas en un nuevo testamento y es sobre ellas que recae la labor de
interpretación.
Los Códigos civiles de Bolivia, España, Guatemala y Portugal destinan preceptos
específicos a la regulación de la interpretación testamentaria. El Código boliviano en
su art. 1116, establece: “Las disposiciones testamentarias se entenderán según su
expreso sentido literal. En caso de duda, la interpretación se ajustará a lo que resulte
más conforme con la intención o voluntad del testador, al tenor del testamento, en el
marco de la ley.”; el español en su art. 675, dispone: “Toda disposición testamentaria
deberá entenderse en el sentido literal de sus palabras, a no ser que aparezca
claramente que fue otra la voluntad del testador. En caso de duda se observará lo
que aparezca más conforme a la intención del testador según el tenor del mismo
testamento.”; el guatemalteco en su art. 940, prescribe: “Toda disposición
testamentaria deberá entenderse en el sentido literal de sus palabras, a no ser que
aparezca claramente que fue otra la voluntad del testador. La interpretación del
testamento no debe hacerse tomando sólo palabras o frases aisladas, sino la
totalidad de la declaración de voluntad.”; y el portugués en su art. 2187.1, ordena:
“Nainterpretação das disposiçõestestamentárias observar-se-á o que parecer mais
ajustado com a vontade do testador, conforme o contexto do testamento”. El resto de
los Códigos, en su articulado, establece una profusa regulación de normas
interpretativas casuísticamente aplicables a situaciones concretas.
En cuanto a la interpretación del acto revocatorio el Código Civil cubano, en su
artículo 479.2, se limita a establecer el supuesto de revocación tácita del testamento
anterior por el otorgamiento de otro posterior y, en su apartado tercero, a entender
revocadas las disposiciones del testamento anterior por las del posterior cuando,
declarada por el testador la intención de que valgan las anteriores, éstas son
contrapuestas a las del posterior; es obvio que se refiere a las nuevas declaraciones
de última voluntad, ello implica recurrir a la interpretación del acto jurídico
testamentario para la cual el Código Civil cubano no establece reglas especiales.
Para ello habría que remitirse al precepto general de interpretación de los actos
jurídicos contenido en el artículo 52, el mismo establece que cuando la manifestación
de la voluntad no aparece claramente expresada el proceso de su interpretación ha
de realizarse ateniéndose a la voluntad presunta del emitente, el significado habitual
de las palabras empleadas y las circunstancias en que la misma se emitió 214.
Es criterio jurisprudencial, sostenido y contenido en la Sentencia Nº 83, de 31 de
enero del 2005, quinto considerando, dictada por la Sala de lo Civil y Administrativo
del Tribunal Supremo Popular, que la interpretación del testamento solo es precisa
cuando sus términos sean ambiguos u obscuros y en tal sentido expresa: “... aunque
ha de concederse especial relevancia a la voluntad real del testador no existe razón
para acudir a criterios interpretativos para penetrar en cuál ha sido aquella, salvo en
caso de oscuridad o ambigüedad que provoque duda razonable sobre el sentido
literal de las palabras utilizadas que son las encargadas de exteriorizar y reflejar tal
voluntad, ... (...)” 215.
El sistema de revocación tácita establecido en el artículo 479.2 del Código Civil
cubano de 1987, al establecer la presunción de que el otorgamiento de un nuevo
testamento revoca totalmente al anterior, cierra el paso a cualquier labor
interpretativa de las nuevas disposiciones de última voluntad contenidas en el
testamento (excepto declaración expresa en contrario) pues, terminantemente, el
legislador ha negado esa posibilidad con todas las nefastas consecuencias que para
la salvaguarda de la real última voluntad de la persona esto puede traer 216.
Contenida en un acto testamentario, la revocación expresa total de todas las
disposiciones testamentarias anteriores, claramente expresada en su propósito
revocatorio, no admitiría más interpretación que la común exégesis gramatical de los
vocablos
de
su
expresión. Situación
diferente se
produciría
cuando,
del
establecimiento de una nueva disposición testamentaria, resultara tácitamente
revocada la anterior disposición en su totalidad o modificada la misma por ser ambas
contrapuestas, entonces sería necesaria la interpretación de la manifestación de
214
Vid.,artículo 52, del Código Civil cubano.
Tribunal Supremo, Sala de lo Civil y de lo Administrativo, Sentencia № 83, de 31 de enero del 2005.
Quinto Considerando. Ponente ARREDONDO SUÁREZ.
216
No puede perderse de vista que el sistema de revocación tácita asumido por la legislación patria
determina la revocación total del testamento anterior en detrimento de la real voluntad del testador,
cuyo verdadero deseo pudiera ser complementar el anterior, modificarlo o añadir nuevas disposiciones
que en nada afectaran a las anteriores y que el desconocimiento del otorgante, la deficiente
orientación de parte de los funcionarios o de las personas ante las que se testa motivaran la
revocación total, no querida, de las anteriores disposiciones.
215
última voluntad contenida en las nuevas disposiciones para determinar la extensión y
el alcance de la mutación de esas manifestaciones. La regla ha de ser el tenor del
propio testamento y su hermenéutica ha de ser esencialmente subjetiva, respetando
la real voluntad del testador sin que el intérprete pueda restringirla o ampliarla.
La manifestación de la voluntad revocatoria de disposiciones testamentarias
contenida en escritura de revocación no requiere de una especial labor interpretativa,
salvo la necesaria y común interpretación gramatical de sus términos, por cuanto la
disposición revocatoria, en este caso, sólo puede estar referida a la revocación
expresa, total o parcial, de la anterior manifestación de voluntad testamentaria 217.
Tampoco requiere una especial labor interpretativa la revocación real o material o,
por enajenación o transformación de la cosa legada pues, en ellas, la intención
revocatoria se manifiesta tácitamente a través de los actos o de las acciones del
testador que indican su intención revocatoria de la declaración de última voluntad
expresada en el testamento anteriormente otorgado.
II.7.- La actuación notarial en la instrumentación de la revocación del
testamento
La actuación del Notario en la configuración del acto revocatorio de las
disposiciones testamentarias exige de él una orientación acertada y profesional, ha
de precaver cualquier circunstancia que ponga en peligro la real expresión e
instrumentación de la
última voluntad querida por el testador, última voluntad
eventual manifestada y definitiva en el caso de ocurrir su fallecimiento, por cuanto el
autor de la declaración ya no estará cuando se discuta la eficacia del acto
instrumentado, momento en el cual se valorará la extensión y alcance de la
revocación. Como expresara VALLET DE GOYTISOLO, siguiendo a CARNELUTTI, lo cual
es de aplicación alacto revocatorio: “Es el Notario un consultor jurídico por
excelencia. Para hacerse cargo del valor de sus consejos no hay un ejemplo más
217
En la Escritura de revocación de disposiciones testamentarias no es posible establecer nuevas
disposiciones de última voluntad, pues en ella sólo puede estar contenida la revocación, si se
pretendiera otorgar nuevas disposiciones estas habrían de estar contenidas en un testamento.
convincente que el del testamento. Un juicio que sirve para regular la vida de los
otros después de la muerte de quién lo pronuncia, o sea, cuando no hay lugar a
reconocer el error. El que lo emite debería tener entre sus manos una balanza de
precisión. El Notario, que está a su lado, es esta balanza. Y aquí el Notario no es
sólo un consultor jurídico, sino el más alto grado, un consultor moral” 218.
En su función orientadora el Notario no puede ser un simple informador. Su
intervención excede en mucho ese carácter. El Notario es un instructor de la
persona que decide revocar sus disposiciones y acude por sus servicios
profesionales en busca de la fundamentación legal y de los medios jurídicos para
alcanzar su objetivo.
El sistema de revocación tácita asumido por el Código, un deficiente asesoramiento
por parte del notario y el desconocimiento, por parte del testador, de los efectos del
mero otorgamiento de un nuevo testamento podrían provocar un resultado no
querido por él, al dejar sin efectos la posterior declaración de voluntad a la anterior,
la cual simplemente, complementa o fija nuevas disposiciones sin afectar en nada a
la precedente. La específica actividad decavere, desplegada por el notario en la
revocación de un testamento, es de especial connotación y significado para el
otorgante en la materialización de la real voluntad deseada. A su configuración ha
de contribuir certeramente el actuar notarial en aras del cumplimiento del principio
de conservación máxima de la última voluntad del causante. El notario puede
establecer medidas precautorias que eviten conflictos y viabilizar acertadamente las
regulaciones establecidas en el artículo 479 del Código Civil, al utilizarlas
adecuadamente podría conciliar la nueva manifestación de última voluntad con las
anteriores, de forma tal que no resulten revocadas como consecuencia del sistema
de revocación tácita impuesto por el legislador. En su función fedataria y
orientadora ha de indagar hasta la saciedad la verdadera voluntad e intenciones del
testador, precaver cualquier disparidad resultante de sus manifestaciones de
voluntad e instruir a la persona sobre las consecuencias jurídicas de su declaración.
No basta la realización de las advertencias legales, es recomendable la inclusión de
218
VALLET DE GOYTISOLO, Juan B. En LORA-TAMAYO RODRÍGUEZ, Isidoro y PÉREZ GALLARDO, Leonardo
B.,(Coordinadores),Derecho Notarial, t. I, ed. Félix Varela, La Habana, 2006,p. 126.
una cláusula de estilo referida a la revocación de las disposiciones testamentarias
anteriores. En ella, con lenguaje claro y preciso, ha de plasmar la expresión de la
voluntad revocatoria y las modificaciones introducidas por las nuevas disposiciones
de última voluntad, y esclarecer su sentido y extensión. La adecuada
instrumentación de esa cláusula podría evitar posibles conflictos hermenéuticos y
salvaguardar los reales intereses del testador.
El notario ha de enfrentar la deficiente regulación de la revocación en el Código
Civil. La técnica utilizada en la redacción del artículo 479, inexacta y ambigua, al
disponer la revocación del testamento “con las mismas formalidades exigidas para
su otorgamiento”, nopuede conducir al equívoco de entender que ha de ser
empleado el mismo tipo de testamento. La exigencia ha de ser entendida en el
sentido de utilizar cualquiera de los tipos testamentarios previstos, siempre que
revista las formalidades exigidas ex lege. Nada se opone a que pueda ser utilizada
la Escritura de revocación de disposiciones testamentarias 219. Al ser acto intervivos,
en nuestra opinión, la instrumentación de la revocación en escritura no precisa de la
intervención de testigos instrumentales.
El apartado segundo, incuestionablemente, impone el sistema de revocación tácita
y establece que la nueva disposición testamentaria deja sin efectos totalmente a la
anterior, a menos que el testador expresamente, declare su voluntad de mantener la
eficacia de la disposición anterior total o parcialmente. El sistema adoptado tiene la
ventaja de la sencillez; no deja dudas en cuanto a la ineficacia del anterior
testamento y excluye posibles problemas interpretativos, al propio tiempo ello
constituye su mayor limitación pues considera revocado el testamento anterior en su
totalidad, aún cuando la real voluntad del otorgante sólo fuera modificar cuestiones
accesorias del testamento. Lo dicho obliga al notario a extremar precauciones en
aras de instrumentar la real última voluntad querida por el testador. El proceso de
instrumentación del acto testamentario y de su revocación, en apariencia sencillo,
es en extremo complejo. Si bien un negocio de otra clase puede encerrar en sí
219
Vid., artículos 77 y 78 dela Resolución Nº 70/1992, de 9 de junio, del Ministro de
Justicia.Reglamento de la Ley 50/1984, Ley de las Notarías Estatales.
mismo una litis en éste caso, ya no la habrá por haber fallecido el autor del acto y
por tanto, su real última voluntad sería quebrantada.
El apartado tercero, ha sido objeto de erróneas interpretaciones. En la práctica
notarial existe el criterio, sostenido por un sector del notariado, de que el sistema de
revocación expresa es por el cual se orienta el Código Civil cubano. En
consecuencia, dicen, el testamento anterior puede conservar su valor si sus
disposiciones no son contradictorias con las del ulterior. Interpretación errada. La
única posibilidad de subsistencia del testamento anterior, es la declaración expresa
realizada por el testador sobre su supervivencia. Admitir otra cosa sería entender
que el legislador permitió la coexistencia de testamentos, en franco absurdo con lo
regulado en el apartado anterior. El supuesto está previsto como complemento a la
disposición contenida en el segundo. Constituye una deficiencia técnica el haber
establecido en un apartado independiente la regulación que aparece en el numeral
tercero. Esta norma solo da continuidad y concluye lo enunciado en el apartado
segundo,
como
previsión
a
la
situación
en
que,
habiéndose
declarado
expresamente la supervivencia de las disposiciones contenidas en el anterior
testamento, estas entran en contradicción con las del posterior, en tal caso
prevalecen las del último testamento cuyo rango temporal es más actual. La
fórmula suaviza un tanto el sistema revocatorio romano, y brinda la posibilidad de
que aquellas conserven su valor. El análisis semántico de los presupuestos de la
norma lleva a la conclusión de que el apartado tercero es una consecuencia lógica
de las premisas establecidas en los dos apartados anteriores; afirmar lo contrario
sería atribuir al legislador el contrasentido de admitir dos sistemas revocatorios
diametralmente opuestos con las consecuencias jurídicas y efectos contrapuestos
generados en cada uno de ellos.
Atenta contra la debida actuación notarial en la instrumentación de la revocación de
las disposiciones testamentarias su consideración como trámite de menor
complejidad y el reducido término de 24 horas, establecido para su autorización en
el resuelvo primero, numeral 18, de la Resolución Nº 19/2002 220, del Ministro de
220
Vid., resuelvo primero, numeral 18, Resolución Nº 19/2002, de 22 de febrero del Ministro de
Justicia. Que establece los términos para la prestación de los servicios notariales.
Justicia. Francamente, la exigencia planteada al notario constituye en nuestra
opinión un desacierto. La instrumentación de los actos testamentario y revocatorio
por su gravedad exigen, quizás como en ningún otro acto, el desarrollo de la función
orientadora y de la actividad precautoria del notario para el esclarecimiento de su
real voluntad y a ello ha de dedicar tiempo y paciencia. La premura con la que ha de
actuar, casi convierte al notario en un simple escribano, instrumentador de una
manifestación de voluntad extremadamente compleja, y que una vez realizada fija el
destino jurídico de la sucesión del testador. Una vez fallecida la persona ya no
podrá arrojar luz sobre la voluntad expresada en su día en las disposiciones
contenidas en el testamento.
Del análisis estadístico de los actos sujetos a toma de razón por el Registro de
Actos de Última Voluntad y de Declaratoria de Herederos221, se patentiza la
importancia de la actuación notarial en la configuración de la voluntad testatoria de
las personas. En los nueve años transcurridos desde el 2005 hasta el 2013, se ha
tomado razón por el registrador de 455 685 títulos sucesorios. Resulta significativo
el hecho que de ellos corresponden a testamentos notariales 284 467, lo cual
representa un 62.42% del total de las inscripciones. Los testamentos ológrafos
ascienden solo a 80, encarnando el 0.017%, cifra prácticamente insignificante en
comparación con la de los testamentos notariales. Las declaratorias de herederos
registradas suman 171 138 representativas del 37.55% de los registros efectuados.
En los datos correspondientes a la inscripción de testamentos notariales es
observable una tendencia progresiva de asientos desde el año 2005 hasta el año
2014, que tuvo su cima en los años 2010 y 2011. Esa tendencia ha de ser tomada
en cuenta por los notarios, pues cada vez un mayor número de personas decide
ordenar su sucesión por la vía testamentaria utilizando el tipo de testamento
notarial.
Múltiples escollos acechan y amenazan la real expresión de las declaraciones de
última voluntad y de la manifestación de la voluntad revocatoria al ser
instrumentadas por lo cual, el notariado ha de extremar cuidados en su actividad de
cavere. Adoptamos como nuestro, por ser también de aplicación al acto revocatorio,
221
Vid. Anexo: Estadísticas Registro de Actos de Última Voluntad y de Declaratoria de Herederos.
el criterio sostenido por ARCE Y CERVANTES cuando expresa: “No me agradaría que,
con este conjunto de ideas expresadas a propósito de las últimas voluntades,
hubiera dejado una sensación de complejidad exagerada de estos negocios
jurídicos. Ciertamente, el hacer testamento no debe tomarse como un drama, pero
tampoco como una comedia sin importancia”222.
Principales ideas conclusivas del capítulo:
Es general, en las legislaciones estudiadas, la aceptación del principio de la esencial
revocabilidad de las disposiciones testamentarias. Reflejo de la errónea percepción
doctrinal de la naturaleza jurídica de la revocación es el hecho de que los códigos
analizados no la conciben como un derecho subjetivo de la persona e identifican acto
testamentario (mortis causa) y acto revocatorio (inter vivos), declaración de última
voluntad con disposición revocatoria.
Es dispar el tratamiento legal de la institución en los diferentes ordenamientos
jurídicos nacionales. En los códigos analizados no se concibe que la revocación,
realizada en cualquiera de las formas admitidas, constituye un acto jurídico de
naturaleza inter vivos determinante de la ineficacia, total o parcial, de las anteriores
disposiciones testamentarias desde el momento de su realización por el revocante,
que sólo pueden recuperar su eficacia si el testador ordena su resurrección en un
nuevo testamento, de las queforman parte per relationem, por lo cual, su eficacia
temporal se regirá por la fecha de este.
El sistema de revocación expresa es el mayormente aceptado, favorece la expresión
de la real última voluntad de la persona y la observancia del principio del favor
testamenti.
Ninguno de los códigos establece normas específicas para la interpretación de la
manifestación de voluntad revocatoria, la que se realizará, por tanto, conforme a las
reglas generales de la hermenéutica de los testamentos o del acto jurídico.
222
ARCE Y CERVANTES, José. Reflexión sobre el testamento. Anales de la Academia Matritense del
Notariado, t.
XXII,
vol. 2,
enero, 1983, formato PDF, disponible en
http://www.vlex.com/vid/233203.
Conclusiones
1. Se evidencia a partir del estudio histórico realizado, que la primigenia
concepción del testamentumruptum, aunque no teorizada por los
romanos, implicaba la ineficacia (revocación), por un acto inter vivos, de
las anteriores disposiciones testamentarias, retornando la persona a su
estado intestado originario, a partir del cual podía otorgar un nuevo
testamento contentivo de sus nuevas disposiciones de última voluntad.
2. El devenir histórico de la revocación muestra una tendencia uniforme en
cuanto a su admisión generalizada, primando el sistema revocatorio
romano, recibiendo el acto que deja sin efectos el testamento anterior
diferentes denominaciones hasta afianzarse el término en la etapa de la
codificación, momento en el que también empieza a considerarse como
un acto mortis causa, similar al testamento y se entroniza el sistema
revocatorio expreso.
3. Debe replantearse la concepción doctrinal de la revocación de las
disposiciones testamentarias, a partir de considerar:
 Que tiene naturaleza de acto inter vivos, nacido del derecho subjetivo de la
persona a revocar las disposiciones testamentarias que hubiera otorgado con
anterioridad.
 Que el acto revocatorio contenido a modo de disposición atípica en un nuevo
testamento, es independiente y contrario al acto de testar.
 Que revocar es un derecho subjetivo de corte patrimonial, de autonomía
ilimitada, pues nada puede oponerse a la manifestación de la voluntad
revocatoria, que a su vez constituye garantía de la libertad de testar.
 Que el efecto del acto revocatorio es el de determinar la ineficacia inmediata,
total o parcial, hacia el futuro, de las anteriores disposiciones testamentarias,
quedando apta la persona para volver a ejercitar su derecho a testar.
4. El acto revocatorio debe cumplir requisitos ineludibles, que configuran su
propia naturaleza de manifestación de voluntad, expresa o tácita,
personalísima, no recepticia, encaminada a dejar sin efectos la voluntad
anterior contenida en el testamento; en el orden subjetivo, el sujeto
revocante debe poseer capacidad suficiente para el acto, su voluntad
debe estar exenta de vicios y debe exteriorizarse a tono con la voluntad
interna del propio revocante; en el orden objetivo, esa exteriorización
puede realizarse a través de un nuevo testamento o por documento
notarial ordinario, o ser realizada sin el cumplimiento de ninguna
formalidad en los supuestos de la revocación real o material, de
enajenación o transformación de la cosa legada; de encontrarse
documentada en instrumento público la voluntad revocatoria, ha de
contener la fecha y hora de su realización; de utilizarse el testamento o la
escritura de revocación como vía de expresión, han de ajustarse a las
formalidades y solemnidades establecidas para el instrumento en
cuestión. Al acto revocatorio solo le afectan como causas de ineficacia la
nulidad y la revocación.
5. El sistema de revocación expresa es el mayoritariamente aceptado en los
cuerpos legales estudiados, es considerado superior por las ventajas que
supone al adoptar una solución que favorece una mayor justicia sucesoria
y la conservación máxima de la última voluntad del testador. Empero, el
Código Civil cubano acoge el sistema de revocación tácita, con las
negativas consecuencias que sobre la última voluntad, realmente querida
por el testador, puede ello provocar.
6. En los Códigos civiles estudiados no se aprecia uniformidad en cuanto a
la regulación de la revocación, es disímil su tratamiento que resulta casi
casuístico en cada uno de los ordenamientos jurídicos analizados; no
obstante, se evidencian algunos rasgos positivos, no generalizados, que
pudieran servir de base para el perfeccionamiento de nuestra normativa,
como la adecuada utilización de nomen iuris revocación de las
disposiciones testamentarias, la regulación de la posibilidad de revocar
una anterior manifestación de voluntad revocatoria, las previsiones de la
revocación real o material, así como algunas pautas para la interpretación
de la revocación.
7. Ninguno de los Códigos analizados establece normas específicas y detalladas
para la interpretación del acto revocatorio de disposiciones testamentarias; en
doctrina se identifica manifestación de última voluntad con manifestación de
voluntad revocatoria, por lo cual en la práctica jurídica se aplican a la revocación
las mismas reglas de interpretación que al testamento, cuando lo cierto es que la
única interpretación posible de la declaración de voluntad revocatoria es la de
determinar la ineficacia, total o parcial de las anteriores disposiciones
testamentarias.
8. La inadecuada regulación legal de la revocación de las disposiciones
testamentarias es consecuencia de la concepción errada de su naturaleza
jurídica. El deficiente régimen jurídico de la revocación de disposiciones
testamentarias en el Código Civil cubano es reflejo de esa percepción doctrinal;
ello se patentiza en:
 El apartado primero del artículo 479:

No brinda un acercamiento conceptual o definición mínima de la
revocación.

Utiliza la inadecuada denominación de revocación del testamento.

Regula la revocación como facultad del testador y no como derecho
subjetivo de la persona.

Considera como sujeto del acto revocatorio al testador y no al revocante,
titular del derecho a revocar.

Utiliza la fórmula inexacta y ambigua que expresa que la revocación ha de
realizarse con las mismas formalidades utilizadas para testar, sin definir
los medios jurídicos para su ejecución y sin tomar en cuenta su carácter
de acto inter vivos.
 En su apartado segundo:
•
Establece el sistema de revocación tácita, con negativas consecuencias
sobre la real voluntad querida por el otorgante de las disposiciones
testamentarias.
•
Considera que es el nuevo acto testamentario el que determina la
ineficacia del anterior y no el acto revocatorio, expresa o tácitamente
contenido en él.
 En su apartado tercero:

Por su forma de redacción y por haberlo establecido en un numeral
aparte, parece admitir, de manera contraria al segundo apartado, la
vigencia del sistema de revocación expresa, lo que resulta contradictorio.
9. El Código Civil cubano, ganado por una concepción patrimonialista de la
sucesión mortis causa no incluyó, en la ordenación de la sucesión
testamentaria, un precepto destinado a regular el establecimiento de
disposiciones no patrimoniales o atípicas en el testamento; en
consecuencia no se pronuncia en cuanto a su posible revocación.
RECOMENDACIONES
 En el orden normativo:
A la Comisión de Asuntos Jurídicos de la ANPP:
1. Que se modifique el artículo 479 del Código Civil cubano, en los aspectos
siguientes:
•
Acoger la denominación de “revocación de las disposiciones testamentarias”
en lugar de la empleada en el apartado primero de “revocación del
testamento”.
•
Reformular la redacción del propio apartado primero en cuanto a preceptuar,
expresamente, la posible utilización de cualquiera de los tipos de
testamentos regulados ex lege, para la realización de la revocación y en el
cual se identifiquen los demás medios jurídicos para su realización.
•
Derogar el sistema de revocación tácita acogido en el artículo 479.2 del
Código Civil, instituyendo en su lugar el sistema de revocación expresa.
•
Se adicione al artículo 469.1 del Código Civil cubano un inciso en el cual se
provea la sanción de incapacidad para heredar, para aquellas personas que
podrían resultar herederas testamentarias, de existir un testamento anterior,
o por la sucesión legal, de no existir disposición testamentaria alguna,
cuando resulte probado que han perpetrado la acción de destruir o hacer
desaparecer el testamento ológrafo con el objetivo de obtener, para sí o para
otro, un beneficio patrimonial ilegítimo o causar perjuicios a otro heredero o
causahabiente de la herencia.
•
Establecer un nuevo precepto que consagre la naturaleza inter vivos del acto
revocatorio y sus efectos.
•
Incorporar la regulación de la revocación de una anterior manifestación de
voluntad revocatoria y normar expresamente que su realización no implica la
reviviscencia de las disposiciones de última voluntad contenidas en el
testamento primeramente revocado, a menos que, el testador manifieste
expresamente, en su nueva declaración de última voluntad, la intención de
que aquellas recuperen, total o parcialmente, su eficacia.
•
Establecer normas específicas que establezcan pautas para la interpretación
del acto revocatorio.
•
Incluir un precepto destinado a regular el establecimiento en el testamento
de disposiciones no patrimoniales o atípicas así como a la irrevocabilidad de
aquellas que constituyen actos jurídicos en sentido estricto.
•
Incluir un precepto que regule la revocación por transformación o por
enajenación de la cosa legada.
•
Formular
un
precepto
sobre
la
revocación
de
las
disposiciones
testamentarias contenidas en un testamento ológrafo.
2. Hasta tanto se reformule la ambigua redacción del artículo 479.1, en cuanto a
las formalidades exigidas para efectuar la revocación de las disposiciones
testamentarias,
han
de
ser
objeto
de
divulgación
jurídica
los
pronunciamientos de la Sala de lo Civil y Administrativo del Tribunal Supremo
Popular en su Sentencia Nº 362, de 30 de junio de 2000, sobre la utilización
de cualquiera de los tipos de testamentos regulados ex lege, para la efectiva
realización de la revocación.
A la Dirección de Registros y Notarías del MINJUS:
1. Que orienten especialmente a quienes ejerzan la función notarial la
necesidad de prestar especial atención a la configuración del acto revocatorio
del testamento, y ofrecer una orientación acertada y profesional que implique
precaver cualquier circunstancia que ponga en peligro la real expresión e
instrumentación de la última manifestación de voluntad querida por el
testador y recomendar el uso de una cláusula de estilo referida a la
revocación de las disposiciones testamentarias anteriores en la cual, con
lenguaje claro y preciso, se consigne su ineficacia, total o parcial,
determinada por la expresión de la voluntad revocatoria y las modificaciones
establecidas en las nuevas disposiciones de última voluntad esclareciendo su
sentido y extensión.
2. Que se valore la posibilidad de eliminar la participación de testigos
instrumentales en el otorgamiento de la Escritura de revocación de
disposiciones testamentarias.

De orden teórico:
1. Se valore la publicación de los resultados de esta investigación y su inclusión
como material de consulta, debate y análisis para los operadores jurídicos,
especialistas, estudiantes y demás interesados en la temática.
2. Se incluyan los resultados de esta investigación en la enseñanza
pregraduada y postgraduada, siendo objeto de discusión, análisis, e
intercambio en los círculos científicos.
PRODUCCIÓN CIENTÍFICA DEL AUTOR
1. COLLADO BETANCOURT, Julián. La revocabilidad del reconocimiento filiatorio
en el testamento notarial. Justicia y Derecho, revista del Tribunal Supremo
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romano, por proscribirse de ella las citas de él, y a los que acaban de
estudiarle por las modernas Reales resoluciones que no pudieron
comprender los antiguos comentadores. Tercera impresión. Imprenta de Don
Antonio Martínez. Madrid, 1826. Edición digital fotográfica facsimilar del
original perteneciente al fondo bibliográfico de la Facultad de Derecho de la
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facsimilar del original perteneciente al fondo bibliográfico de la Facultad de
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T. I. Obra escrita y publicada por D. Mario Navarro Amandi, abogado del
ilustre Colegio de Madrid y Académico Profesor de la Matritense de
Jurisprudencia y Legislación con la colaboración de ilustrados jurisconsultos
y un prólogo del Excmo. Sr. D. Eugenio Montero Ríos. Juan Vidal, editor.
Administración, calle de Bordadores, 3, Madrid, 1880. Imprenta de Enrique
Rubiños, Plaza de la Paja, no. 10. Edición digital fotográfica facsimilar del
original perteneciente al fondo bibliográfico de la Facultad de Derecho de la
Universidad de Sevilla, Formato PDF, disponible en la Biblioteca Jurídica
virtual “Renaldo Payarés”, de la Unión Nacional de Juristas de Cuba, en la
Ciudad de Camagüey.
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_______________. Código Civil de España. Compilación metódica de
la doctrina contenida en nuestras leyes civiles vigentes con expresión de sus
orígenes, jurisprudencia del Tribunal Supremo, concordancias con los
principales Códigos de otros pueblos y comentarios. T. II. Obra escrita y
publicada por D. Mario Navarro Amandi, abogado del ilustre Colegio de
Madrid y Académico Profesor de la Matritense de Jurisprudencia y
Legislación con la colaboración de ilustrados jurisconsultos y un prólogo del
Excmo. Sr. D. Eugenio Montero Ríos. Juan Vidal, editor. Administración, calle
de Bordadores, 3, Madrid. 1880. Imprenta de Enrique Rubiños, Plaza de la
Paja, no. 10. Edición digital fotográfica facsimilar del original perteneciente al
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Formato PDF, disponible en la Biblioteca Jurídica virtual “Renaldo Payarés”,
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moderna, y de una generalización del Derecho Romano, según los textos
conocidos antiguamente ó mas recientemente descubiertos. Novísima quinta
edición revisada y aumentada, traducida por los Magistrados D. Francisco
Pérez de Anaya y D. Melquíades Pérez RivasTomo I.Libros I y II de la
Instituta. Librería de D. Leocadio López, editor, calle del Carmen, número 13,
Madrid, 1884. Edición digital, reproducción fotográfica facsimilar del original
perteneciente al fondo bibliográfico de la Biblioteca de la Facultad de
Derecho de la Universidad de Sevilla. Formato PDF, disponible en la
Biblioteca Jurídica virtual “Renaldo Payarés”, de la Unión Nacional de
Juristas de Cuba, en la Ciudad de Camagüey.
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_______________. Profesor en la Facultad de Derecho de París.
Explicación Histórica de las Instituciones del Emperador Justiniano, con el
texto, la traducción al frente y las explicaciones debajo de cada párrafo,
precedida de la historia de la legislación romana, desde su origen hasta la
legislación moderna, y de una generalización del Derecho Romano, según
los textos conocidos antiguamente ó mas recientemente descubiertos.
Novísima quinta edición revisada y aumentada, traducida por los Magistrados
D. Francisco Pérez de Anaya y D. Melquíades Pérez Rivas.Tomo II. Libros III
y IV de la Instituta. Librería de D. Leocadio López, editor, calle del Carmen,
número 13. MADRID. 1884.Edición digital, reproducción fotográfica facsimilar
del original perteneciente al fondo bibliográfico de la Biblioteca de la Facultad
de Derecho de la Universidad de Sevilla. Formato PDF, disponible en la
Biblioteca Jurídica virtual “Renaldo Payarés”, de la Unión Nacional de
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de 1887, (revisado y actualizado), 9na. ed., Ed. Porvenir S. A., San José,
1996.
8. Código Civil de la República de Cuba de 16 de julio de 1987, Ley No. 59/87,
vigente desde el 12 de abril de 1988, Divulgación del MINJUS, La Habana,
1988.
9. Código Civil de la República de Ecuador. Red de Información Jurídica.
Legislación Andina. Página Web elaborada por la Comisión Andina de
Juristas. Formato PDF, disponible en la Biblioteca Jurídica virtual “Renaldo
Payarés”, de la Unión Nacional de Juristas de Cuba, en la Ciudad de
Camagüey.
10. Código Civil de la República de El Salvador, decretado el 23 de agosto de
1859, ordenada su promulgación por Decreto Ejecutivo de 10 de abril de
1860, publicado en el Diario Oficial el 14 de abril de 1860. D.L. N° 724, del 30
de septiembre de 1999, publicado en el D.O. N° 198, Tomo 345, del 23 de
octubre de 1999.
11. Código Civil de la República de Francia, de 21 de marzo de 1804, 66ma.
Edición, PetitCodes, Dalloz, Francia, 1976 - 1977.
12. Código Civil de la República de Francia. Actualizado con el concurso de las
personas siguientes: Dra. MESTROT, Michèle, Profesora de la Universidad
de Pau y de los Países de l'Adour; Prof. Dr. HUALDE SÁNCHEZ, José Javier
Catedrático de la Universidad del País Vasco (San Sebastián - Gipuzkoa);
Prof. Dr. LAROUMET, Christian, Catedrático de la Universidad de París II;
Prof. Dr. LEMOULAND, Jean-Jacques, Catedrático de la Universidad de Pau
y de los Países de l'Adour. Fecha de actualización 04/04/2006. Formato PDF,
disponible en la Biblioteca Jurídica virtual “Renaldo Payarés”, de la Unión
Nacional de Juristas de Cuba, en la Ciudad de Camagüey.
13. Código Civil de la República de Guatemala, sancionado por Decreto-Ley Nº
106 de 14 de septiembre de 1963, en vigor desde el 1º de julio de 1964,
CENADOJ. Centro Nacional de Análisis y Documentación Judicial.
14. Código Civil de la República de Honduras, sancionado por Decreto Nº 76 de
19 de enero de 1906. Congreso Nacional de Honduras. Formato PDF,
disponible en la Biblioteca Jurídica virtual “Renaldo Payarés”, de la Unión
Nacional de Juristas de Cuba, en la Ciudad de Camagüey.
15. Código Civil de la República de Italia de 16 de marzo de 1942,CodiceCivile
Italiano.
Disponible
en:
http://www.jus.unitn.it/cardozo/Obiter_Dictum/codciv/home.html
Formato
PDF, disponible en la Biblioteca Jurídica virtual “Renaldo Payarés”, de la
Unión Nacional de Juristas de Cuba, en la Ciudad de Camagüey.
16. Código Civil de la República de Italia. CodiceCivile Italiano Libro Secondo,
DelleSuccessioni.
Disponible
en:
http://www.jus.unitn.it/cardozo/Obiter_Dictum/codciv/Lib2.htm. Formato PDF,
disponible en la Biblioteca Jurídica virtual “Renaldo Payarés”, de la Unión
Nacional de Juristas de Cuba, en la Ciudad de Camagüey.
17. Código Civil de la República de Nicaragua.Formato PDF, disponible en la
Biblioteca Jurídica virtual “Renaldo Payarés”, de la Unión Nacional de
Juristas de Cuba, en la Ciudad de Camagüey
18. Código Civil de la República de Paraguay, Ley Nº 1183, en vigor desde el 1º
de enero de 1987, tercera edición, Intercontinental Editora, Asunción, Agosto
de 1993.
19. Código Civil de la República del Perú, promulgado por Decreto Legislativo Nº
295 de 24 de junio de 1984, en vigor desde el 14 de noviembre de 1984.
Página Web elaborada por la Comisión Andina de Juristas. Formato PDF,
disponible en la Biblioteca Jurídica virtual “Renaldo Payarés”, de la Unión
Nacional de Juristas de Cuba, en la Ciudad de Camagüey.
20. Código Civil de la República de Venezuela, reformado en julio de 1982,
Gaceta Nº 2.990 Extraordinaria del 26 de Julio de 1982, Red de Información
Jurídica. Legislación Andina. Página Web elaborada por la Comisión Andina
de Juristas. Formato PDF, disponible en la Biblioteca Jurídica virtual
“Renaldo Payarés”, de la Unión Nacional de Juristas de Cuba, en la Ciudad
de Camagüey.
21. Código Civil de la República Oriental del Uruguay sancionado en 1914,
según las modificaciones y texto aprobado por la Ley 16.603. División
Estudios Legislativos. Cámara de Senadores. República Oriental del
Uruguay. Formato htm, disponible en la Biblioteca Jurídica virtual “Renaldo
Payarés”, de la Unión Nacional de Juristas de Cuba, en la Ciudad de
Camagüey.
22. Código Civil de la República Federativa de Brasil, Ley 3071 de 1ro. de enero
de 1916, 2da. edición, revisada y actualizada (hasta octubre de 1997),
Editora Revista dos Tribunais, Sao Pablo, 1997.
23. Código Civil de la República Federativa de Brasil Lei No 10.406, DE 10 DE
JANEIRO
DE
2002.
Disponible
en
:http://legislacao.planalto.gov.br/legislacao.nsf/viw_Identificacao/lei10406200
2?Opendocument Visita realizada el lunes 7 de enero de 2013.
24. Código Civil del Reino de España de 6 de octubre de 1888, 16ta. edición,
Editorial Civitas S. A., Madrid, 1993. Disponible en la Biblioteca Jurídica
virtual “Renaldo Payarés”, de la Unión Nacional de Juristas de Cuba, en la
Ciudad de Camagüey.
25. Código Civil de los Estados Unidos Mexicanos para el Distrito y Territorio
Federales en materia común y para toda la República en materia federal, de
30 de agosto de 1928, última reforma publicada DOF 31-12-2004. Formato
PDF, disponible en la Biblioteca Jurídica virtual “Renaldo Payarés”, de la
Unión Nacional de Juristas de Cuba, en la Ciudad de Camagüey.
26. Código Civil Portugués; Decreto-Lei Nº 47 344, de 25 de Novembro de 1966,
(actualizado até Dec.-Lei 323/01, de 17.12). Formato PDF, disponible en la
Biblioteca Jurídica virtual “Renaldo Payarés”, de la Unión Nacional de
Juristas de Cuba, en la Ciudad de Camagüey.
27. Código Civil Suizo, CodiceCivileSvizzero, del 10 dicembre 1907 (Stato 1°
luglio 2008).Formato PDF, disponible en la Biblioteca Jurídica virtual
“Renaldo Payarés”, de la Unión Nacional de Juristas de Cuba, en la Ciudad
de Camagüey.
28. Código Napoleón, con las variaciones adoptadas por el Cuerpo Legislativo, el
día 3 de septiembre de 1807. En la imprenta de la hija de Ibarra. Madrid
MDCCCIX. P.426. Edición digital fotográfica facsimilar del original
perteneciente al fondo bibliográfico de la Facultad de Derecho de la
Universidad de Sevilla, Formato PDF, disponible en la Biblioteca Jurídica
virtual “Renaldo Payarés”, de la Unión Nacional de Juristas de Cuba, en la
Ciudad de Camagüey.
29. Fuero Juzgo, en Latín y Castellano, cotejado con los más antiguos y
preciosos Códices por la Real Academia Española. Por Ibarra, impresor de
Cámara de S. M. Madrid, 1815. p. 231. Edición digital fotográfica facsimilar
del original perteneciente al fondo bibliográfico de la Facultad de Derecho de
la Universidad de Sevilla, Formato PDF, disponible en la Biblioteca Jurídica
virtual “Renaldo Payarés”, de la Unión Nacional de Juristas de Cuba, en la
Ciudad de Camagüey.
30. Las Siete Partidas del Rey Don Alfonso El Sabio, cotejadas con varios
Códices Antiguos por la Real Academia de la Historia, de Orden y a
Expensas de S. M. Tomo I, Partida Primera. Imprenta Real, Madrid, 1807.
p.299. Edición digital fotográfica facsimilar del original perteneciente al fondo
bibliográfico de la Facultad de Derecho de la Universidad de Sevilla,
Formato PDF, disponible en la Biblioteca Jurídica virtual “Renaldo Payarés”,
de la Unión Nacional de Juristas de Cuba, en la Ciudad de Camagüey.
31. _______________.Tomo II, Partidas Segunda y Tercera. Imprenta Real,
Madrid, 1807. p. 834. Edición digital fotográfica facsimilar del original
perteneciente al fondo bibliográfico de la Facultad de Derecho de la
Universidad de Sevilla, Formato PDF, disponible en la Biblioteca Jurídica
virtual “Renaldo Payarés”, de la Unión Nacional de Juristas de Cuba, en la
Ciudad de Camagüey.
32. _______________.Tomo III, Partidas Quarta, Quita, Sexta y Séptima.
Imprenta Real, Madrid, 1807. p. 795. Edición digital fotográfica facsimilar del
original perteneciente al fondo bibliográfico de la Facultad de Derecho de la
Universidad de Sevilla, Formato PDF, disponible en la Biblioteca Jurídica
virtual “Renaldo Payarés”, de la Unión Nacional de Juristas de Cuba, en la
Ciudad de Camagüey.
33. Ley No. 50/1984, de 28 de diciembre. Ley de las Notarías Estatales.
34. Ley Nº 51/1985 de 15 de julio, Ley del Registro del Estado Civil.
35. Ley 1/1973, de 1 de marzo, por la que se aprueba la Compilación del
Derecho Civil Foral de Navarra. Texto publicado en BOE N.º 57 de 7 de
marzo de 1973; corr. err., BOE 30/05/1974
36. Ley 2/2006, de 14 de junio, de Derecho Civil de Galicia. Título X. De la
Sucesión
por
causa
de
muerte.
Disponible
en
http://www.gabilos.com/leyes/ga-l2-2006.t10.html. Visitado el jueves 9 de
mayo de 2013.
37. Ley 3/1992, de 1 de julio, de Derecho Civil Foral Vasco. Disponible en:
http://www.gabilos.com/leyes/pv-l3-1992.l1t3.html#c1s4. Visitado el jueves 9
de mayo de 2013.
38. Novísima Recopilación de las Leyes de España, dividida en XIL Libros. En
que se reforma la Recopilación publicada por el Señor Don Felipe II, en el
año de 1567, reimpresa últimamente en el de 1775: y se incorporan las
pragmáticas, cédulas, decretos, órdenes y resoluciones Reales, y otras
providencias no recopiladas, y expedidas hasta el de 1804. Mandada formar
por el Señor Don Carlos IV. Impresa en Madrid. Año 1805. Edición digital
fotográfica facsimilar del original perteneciente al fondo bibliográfico de la
Facultad de Derecho de la Universidad de Sevilla, Formato PDF, disponible
en la Biblioteca Jurídica virtual “Renaldo Payarés”, de la Unión Nacional de
Juristas de Cuba, en la Ciudad de Camagüey.
39. Resolución Nº 157/1985, de 25 de diciembre, del Ministro de Justicia.
Reglamento de la Ley Nº 51/1985 de 15 de julio, Ley del Registro del Estado
Civil.
40. Resolución Nº 70/1992, de 9 de junio, del Ministro de Justicia. Reglamento de
la Ley 50/1984, Ley de las Notarías Estatales.
41. Resolución Nº 19/2002, de 22 de febrero del Ministro de Justicia. Que
establece los términos para la prestación de los servicios notariales.
Jurisprudencia citada
Sentencias de la Sala de lo Civil y Administrativo del Tribunal Supremo Popular de
la República de Cuba
1. Sentencia № 362 de 30 de junio del 2000, ponente MORALES GONZÁLEZ.
Tribunal Supremo, Sala de lo Civil y de lo Administrativo.
2. Sentencia № 83, de 31 de enero del 2005, ponente ARREDONDO SUÁREZ.
Tribunal Supremo, Sala de lo Civil y de lo Administrativo.
Sentencias de tribunales extranjeros
1. Sentencia No. 602/2010; del Tribunal Supremo español; siendo Ponente:
O’CALLAGHAN MUÑOZ, Xavier, Centro de Documentación Judicial, Id. Cendoj:
28079110012010100585. Disponible en: http://www.elnotario.com/egest/egest/fichero/STS-N34-16-08102010-XAVIEROCALLAGHAN.pdf. Visitado el
jueves 9 de mayo de 2013.
2. Sentencia de 18 de julio de 1991, del Tribunal Supremo español (Ref. El
Derecho 1991/8029).
3. Sentencia de 24 de noviembre de 1992, Tribunal Supremo español (Ref. El
Derecho 1992/11609)
4. Sentencia de 31 de diciembre de 1992, del Tribunal Supremo español (Ref.
El Derecho 1988/708).
5. Sentencias de 22 de marzo 1901, de 17 de junio de 1915, de 11 diciembre de
1929 y de 1 febrero 1988 y de 31 de diciembre de 1992, del Tribunal
Supremo español (Ref. El Derecho 1990/4761).
Tesis de especialidad
1. ALFARO GUILLÉN, Yanet. “Del proceso sucesorio de operaciones divisorias del
caudal hereditario: algunas consideraciones”. Tesis en opción al grado
científico de Especialista en Derecho Civil y Patrimonial de Familia, realizada
bajo la dirección de los tutoresMENDOZA DÍAZ, Dr. Juan y PÉREZ GALLARDO,
Dr. Leonardo B. La Habana, 2008.
2. FLEITAS MOLINA, Cheska. La revocabilidad de las disposiciones atípicas del
testamento. Tesis en opción al grado científico de Especialista en Derecho
Civil y Patrimonial de Familia, realizada bajo la dirección del tutor COLLADO
BETANCOURT, Msc. Julián. Camagüey, 2011.
3. MARTÍNEZ ESCOBAR,Idiana. “El negocio jurídico testamentario y sus causales
de ineficacia”. Tesis en opción al grado científico de Especialista en Derecho
Civil y Patrimonial de Familia, realizada bajo la dirección del tutor COLLADO
BETANCOURT, Msc. Julián. Camagüey, 2008.
Trabajos de Diploma
1. BRAVO DA ROSA, Irene Patricia. “La ineficacia del negocio jurídico
testamentario. Estudio de Derecho comparado entre la República de Angola
y la República de Cuba”. Trabajo de Diploma realizado en la Facultad de
Derecho de la Universidad de Camagüey, bajo la dirección del tutorCOLLADO
BETANCOURT, Msc. Julián. Camagüey, 2006.
2. CASTELLANOS RODRÍGUEZ, Isis. “La revocación de los legados y de las
disposiciones atípicas de testamento”.Trabajo de Diploma realizado en la
Facultad de Derecho de la Universidad de Camagüey, bajo la dirección del
tutor COLLADO BETANCOURTMsc. Julián. Camagüey, 2010.
3. CORTÉS ARIAS, Gisel y GALLARDO RODRÍGUEZ, Luis T. “Estudio de la sustitución
vulgar. Una visión a la luz del Derecho Sucesorio cubano”. Trabajo de
Diploma realizado en la Facultad de Derecho de la Universidad de La
Habana, bajo la dirección del tutor PÉREZ GALLARDO, Dr. Leonardo B. La
Habana, 2011.
4. HERNÁNDEZ FUSTE, Lisandra; ARENAS LÓPEZ, Maylín. “La nulidad como causa
de ineficacia del acto jurídico testamentario. Especial referencia a la
testamentiofactio activa”. Trabajo de Diploma realizado en la Facultad de
Derecho de la Universidad de Camagüey, bajo la dirección del tutor COLLADO
BETANCOURT,Msc. Julián. Camagüey, 2008.
5. LA ROSA GONZÁLEZ,Dayamí; SANZ SÁNCHEZ, Yuslima.“La Autonomía de la
voluntad y la revocación del testamento como causa de ineficacia del acto
jurídico testamentario”.Trabajo de Diploma realizado en la Facultad de
Derecho de la Universidad de Camagüey, bajo la dirección de los tutores
COLLADO BETANCOURT,Msc. Julián y BORGES LEÓN, Esp. Vivian. Camagüey,
2009.
6. MARRERO PENTÓN, Indira y JOSÉ CORTÉS, Yuri Alexandre. “La revocación
como causa de ineficacia del acto jurídico testamentario”. Trabajo de Diploma
realizado en la Facultad de Derecho de la Universidad de Camagüey, bajo la
dirección de los tutores COLLADO BETANCOURT,Msc. Julián y SANTALÓ
DÍAZ,Msc. Griselda Yamilet. Camagüey, 2008.
ANEXO
Estadísticas. Registro de Actos de Última Voluntad
y de Declaratoria de Herederos.
Total de Títulos: 2005 -2013.
455 685
Partes testamentarios:
Declaratorias
Año:
Notariales.
Ológrafos.
de herederos.
2005
26 182
18 656
2006
32 041
17 443
2007
30 336
18 428
2008
28 364
17 686
2009
32 933
8
17 998
2010
38 014
10
16 055
2011
37 021
28
19 051
2012
28 910
16
25 530
2013
30 666
18
20 291
TOTAL:
284 476
80
171 138
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