URSUNIUS, Lunes 23 de abril de 2007 página 2 Columna de opinión Cuando apenas tenía cinco años, cogí mi primer libro ―¡qué apenas tenía ilustraciones!―, estaba lleno d e palabras, frases que me transportaban cada noche a un lugar d iferente, que me convertían en cada instante en alguien diferente, ¡era camaleónica! ¡Un sueño estando despierta! ¡Una fantasía hermosa! Pero desgraciadamente me es ahora demasiado difícil leer con aquella facilidad , siempre me digo: “no tienes tiempo, debes descansar” o “después de estudiar, cómo vas a leer”, por lo que me dedico a un sustituto: entro en el ordenador, veo la televisión, ¡a pesar de que no haga nada! Mirar quizás hacía una pantalla en blanco, o una que cambia con velocidad , pues no hay nada que despierte interés. Pienso, siempre que dejo de lado un libro, en aquellas historias que mi padre me contaba y lo que sucede hoy. “Las palabras”, me decía, “requieren mayor esfuerzo que las imágenes, un trabajo constante, diario, pero cuando las aprecias, se convierten en una fuerte adicción. Leer un libro es tomar la espada y comenzar una nueva aventura. Pero la lectura requiere hábit o”. Cada cierto tiempo en los medios de comunicación aparecen encuestas sobre el nivel de lectura de los españoles, el hábito se ha perdido, pero ¿por qué? Y esto se aprecia en cualquier ámbito; antaño una imagen era demasiado cara y cada uno debía proporcionarse la suya propia, hoy… las imágenes están a la orden del día y la interpretación se ha dejado en manos de unos pocos, que ponen rostro y lugar a aquello que nosotros no deseamos ―por comodidad o aburrimiento― imaginar. Recuerdo con emoción aquellas quince noches en las que, con cierta ayuda, leí aquel libro que, para mí, será siempre el mejor. Desde el día que lo posé en la estantería se ha ido relacionando con ot ros muy variopintos, de temas totalmente opuestos, de grandes autores y de otros menos conocidos. Pero cada noche, quizás haciendo un gran esfuerzo, vuelvo a ser aquella niña que con emoción tomó un libro y viajó sin moverse de su casa. Cada noche dejo que la imaginación vuele y vivo, aprendo, siento entre las páginas de un libro… por Simoneta Laviana Suárez Porque los profes también leen. . . Apuntad las siguientes recomendaciones + “Recomiendo Frankenstein, de Mary Shelly, porque muestra cómo las personas no siempre son lo que parecen a primera vista y lo importante que es conocer su int erior. También, lo destructivo que puede llegar a ser el miedo y de las nefastas consecuencias que aparecen cuando el ser humano se cree Dios” (Mª Rosa). + “Hace ya veinte años leí El amor en los tiempos del cólera de Gabriel García Márquez y todavía lo recuerdo ¿Qué más se puede pedir a un libro?” (Choni). + “El pergamino de la seducción, de Gioconda Belli, es una novela que recrea la historia de Juana La Loca dando una visión complementaria a la que conocemos de esta mujer” (Trapi). + “En Los pápeles póstumos del club Piwick, de Charles Dickens, destaca la descripción de la vida inglesa en el siglo XVIII, con un fino humor y una extraordinaria sensibilidad ” (Paz). + “ Me encantó El guardián entre el centeno, de Sallinger, supongo que porque me metí muy dentro de la piel del protagonista cuando lo leí” (Choni). + “Todo Mafalda, de Quino, porque me encanta la visión crítica de los niños. Os lo recomiendo” (Marta). + “Razón, sentimiento y utopía, de Carmen Iglesias, es una colección de artículos y ensayos sobre la Ilustración y los principales ilustrados, y su influencia en las ideas políticas, sociales y económicas de la época contemporánea” (Paz). + “Os recomiendo Demian, de Herman Hesse, mestizaje ( como casi todos) perfecto entre lo literario y lo filosófico” (Sara). + “Los tres mosqueteros, de Alejandro Dumas, por ser una obra en la que se ensalza la amistad, la lealtad y la responsabilidad, además de ser una fabulosa novela de aventuras” (Marga). + “Psiquiatras, psicólogos y otros enfermos, de Rodrigo Muñoz Avia, por su lenguaje directo, por su frescura y porque me divertí muchísimo” (Finita). + “En general a Jorge Luis Borges, pero en concreto su Obra poética e Historia universal de la infamia, por lo que dice y por cómo lo dice” (Bego). + “Números pares, impares e idiotas, de Juan José Millás y Antonio Fraguas “Forges”, ya que habla del mundo de los números, tan complicado, incomprensible y lleno de prejuicios como el de los humanos” (Luis Díaz). + “Sin destino, de Imre Kerstész, porque es una novela, y no unas memorias, escrita d esde la mirada de un chico de quince años, los mismos que él tenía cuando fue deportado” (Nacho). + “Los espejos paralelos, de Néstor Luján, porque te engancha y porque mezcla la fantasía y el misterio con la historia y el arte” (Chendo). + “Memorias de Adriano, de Marguerite Yourcenar, ahora que está tan de moda la novela histórica…y tiene tan poca calidad… ” (Bego). + “En El tío Tungsteno. Recuerdos de un químico precoz, de Oliver Sacks, un adolescente descubre el mundo experimento a experimento y va construyendo un peculiar paraíso intelectual habitado por Lavoisier, Marie Curie, Mendeleev y su tabla de los elementos” (Luis Díaz). + “Mi planta de naranja-lima, de J. Mauro de Vasconcelos, es un libro que ocasionalmente cayó en mis manos hace t iempo y que me gusta releer… Recomiendo su lectura porque siempre nos hace bien “tocar” ot ra realidad, que en este libro descubrimos desde la sencillez y gran ternura del pequeño Ze-Zé” (Rosario). + “La sombra del águila, de Arturo Pérez-Reverte, es un libro breve, con un lenguaje actual y muy divertido, que narra de forma irónica y un tanto mordaz una ficción histórica que transcurre durante las campañas napoleónicas en Rusia en el años 1812” (Chendo). + “Si esto es un hombre, de Primo Levi, por ser uno de los primeros testimonios escritos sobre los deportados, y por su estilo analítico, sobrio, eficaz, sin concesiones al patetismo, de una sencillez y honestidad asombrosas, sin perder por ello profundidad y originalidad” (Nacho). + “¿Cómo no leer un libro que se titula Tonto, muerto, bastardo e in visible? Eso sí, tened cuidado, porque Juan José Millás conseguirá trasladaros una duda: qué es más verdad, la realidad o la imaginación; los molinos o los gigantes” (Rosana). *Que mejor frase que: “libros para ser libres’’ (Mafalda). (por Alba Fdez. y Sheila Suárez) *A las personas que se desvían de su camino para ayudar a los demás a veces se les llama caballeros o santos, y a veces también ministros, maestros y padres (El libro de las virtudes para niños). *No se ve bien sino con el corazón. Lo esencial es invisible a los ojos (El principito). *Aunque este universo poseo, Nada poseo. Pues no puedo conocer lo desconocido, si me aferro a lo conocido (El caballero de la Armadura oxidada). *Si Dios hubiera asumido un riesgo con la creación concediéndonos la libertad, entonces el mundo tendría un sentido más claro. Nuestra tarea consistiría en acabar con lo malo que hay en el mundo o, por lo menos, con lo malo que hay en nosotros mismos (El café de los filósofos muertos). *Según mi experiencia ―respondió Teabing―, el hombre llega mucho más lejos para evitar lo que teme que para alcanzar lo que desea (El Código Da Vinci). *Sólo una cosa hace que un sueño sea imposible, el miedo a fracasar... (El alquimista). *La soledad ha dejado de herirme. Mejor aún, me permite revisar, casi diría descifrar, mi pasado sin gracia…. Y he llegado a la conclusión de que las cicatrices enseñan; las caricias, también (Mario Benedetti. El porvenir de mi pasado). *Pena de mí que no cambié por amor... Los enfermos se curan en los libros y se mueren en las camas. Eso dicen unos... Algunos se mueren en los libros y renacen en la cama. Eso dicen otros...[…] Sin sentimientos, la vida no es real. […] El que olvida, muere... (Nunca miras mis manos, de Susana Pérez-Alonso) Algo para picar…