INTRODUCCIÓN Física, Energética y Móvil Perpetuo Todo arte

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Móvil Perpetuo Antes y Ahora
V. M. Brodianski
INTRODUCCIÓN
Física, Energética y Móvil Perpetuo
Todo arte falso, toda charlatanería dura solamente el tiempo que le corresponde, puesto que al fin
y al cabo se destruye a si mismo y la culminación de su desarrollo es al mismo tiempo el
comienzo de su derrumbamiento. I. Kant Al iniciar el examen de la historia del móvil perpetuo
hay que, por lo visto, comenzar por el hecho, de dónde apareció esta noción y qué precisamente
significa. La idea sobre un dispositivo que pudiera poner en movimiento las máquinas sin utilizar
ni la fuerza muscular de los hombres y los animales, ni la fuerza del viento y del agua cayente,
surgió por primera vez, por lo que se sabe, en India en el siglo XII. Sin embargo, el interés
práctico hacia ella apareció en las ciudades medievales de Europa en el siglo XIII. Esto no era
una casualidad; el motor universal, capaz de funcionar en cualquier lugar, seria de gran utilidad
para el artesano medieval. El podría poner en movimiento los fuelles, que suministraban el aire a
las fraguas y hornos, las bombas de agua, dar vueltas a los molinos, elevar cargas en las obras.
Hablando en el lenguaje actual, la creación de semejante motor permitiría dar un paso
considerable en la energética y en el desarrollo de las fuerzas productivas en general. La ciencia
medieval no estaba preparada para ayudar a estas búsquedas. Las nociones habituales para
nosotros, relacionadas con la energía y las leyes de sus transformaciones, en aquellos tiempos
todavía no existían. Por esta razón, es natural que las personas que soñaban en crear el motor
universal se apoyaban ante todo en el movimiento perpetuo que ellos vieron en la naturaleza
circundante: el movimiento del Sol, la Luna y los planetas, los flujos y reflujos de los mares, la
corriente de los ríos. Este movimiento perpetuo se llamaba móvil perpetuo natural (perpetuum
mobile naturae). La existencia de semejante movimiento perpetuo natural desde el punto de vista
medieval atestiguaba de modo irrefutable sobre la posibilidad de crear también un movimiento
perpetuo artificial «perpetuum mobile naturae». Hacía falta solamente encontrar el método de
transmisión de los fenómenos existentes en la naturaleza a las máquinas creadas artificialmente.
Como resultado de tal transferencia la palabra «perpetuum» (perpetuo) adquirió en este término
un sentido algo distinto. Con arreglo a la técnica él ya significaba no «sin fin» sino, más bien,
«ininterrumpido», «de acción constante». Era evidente que cualquier máquina artificial, creada
por el hombre, no es eterna, ella, al fin y al cabo, se desgasta. Pero mientras el motor existe, debe
funcionar constantemente. En este sentido, como denotación del motor que funciona
constantemente de por sí, 1a combinación de «perpetuum mobile artificae» ha llega hasta
nuestros días. La palabra «artificae» desapareció poco a poco, puesto que estaba claro que el
término se refiere al dispositivo artificial. Para simplificar, «móvil perpetuo» se escribe
frecuentemente en forma abreviada mpp. Haremos lo posible en evitar donde se pueda la
mención frecuente de los adjetivos «imaginario», «irrealizable» aplicados a las palabras «móvil
perpetuo» puesto que esto se sobreentiende desde el principio. Por la misma razón, la
combinación de «móvil perpetuo» en todos los sitios, comenzando por el titulo, se escribe sin
comillas. Pues, mencionan en la literatura sin comillas diablos, brujas y toda clase de espíritus del
mal, aunque se sabe perfectamente que en forma natural ellos no existen, lo mismo que el móvil
perpetuo. La noción sobre el móvil perpetuo con el tiempo cambiaba esencialmente en
correspondencia con el desarrollo de la ciencia, en particular, de la física y de los problemas que
surgieron ante la energética. En la primera etapa de desarrollo del mpp (los siglos XIII-XVIII)
sus inventores no comprendían la diferencia de principio entre el movimiento perpetuo de los
cuerpos celestes y los fenómenos relacionados con él (por ejemplo, de las mareas ascendentes) y
el movimiento por medio del cual ellos querían realizar el trabajo en los motores. Aunque
parezca extraño ahora, el problema de dónde debe tomarse este trabajo, en aquellos tiempos no
Patricio Barros
Antonio Bravo
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surgía en general. Sólo aproximadamente desde el siglo XVI, cuando poco a poco comenzó a
formarse la idea sobre cierta «fuerza» como fuente de movimiento y sobre que esta fuerza no
puede surgir de la nada, ni desaparecer sin dejar huella, aparecieron dudas sobre la posibilidad y,
luego, la convicción de la imposibilidad de crear el mpp. No obstante, como veremos en adelante,
esta opinión pertenecía a un estrecho circulo de científicos, físicos y mecánicos más calificados.
Esta noción no se hizo patrimonio común. No obstante, por decisión oficial de la Academia de
Ciencias de París en el año 1775 cesó el examen de toda clase de proyectos del móvil perpetuo.
Con esto terminó la primera etapa de la historia del mpp. La segunda etapa duró
aproximadamente hasta el último cuarto del siglo XIX. Durante este tiempo se determinó la
noción de energía, y el principio de su conservación obtuvo su formalización científica definitiva.
Se fundamentó la termodinámica, la ciencia sobre la energía y sus transformaciones. Sin
embargo, los esfuerzos de los inventores, que trabajaban en la creación de distintas variantes de
mpp, no disminuyeron. Se creó una situación interesante: la coexistencia (verdad que no pacífica,
ni mucho menos) de la ciencia y la actividad inventiva anticientífica. Esta paradoja se explicaba
por un lado, por el aumento de las exigencias planteadas a la energética, que consume mucho
combustible, y por otro, por el hecho de que el primer principio de la termodinámica (el principio
de conservación de la energía) no era suficientemente conocido por un amplio círculo de
personas, ocupadas en la técnica. En esto, en esencia, se termina la historia del llamado móvil
perpetuo de primera especie, mpp-1, los inventores del cual pretendían alterar el primer principio
de la termodinámica. Recordemos que él requiere que la cantidad total de energía, que se
suministra al motor, sea exactamente igual a la cantidad total que sale de él; la energía no puede
desaparecer, o surgir de la nada. ¡Mientras que el mpp-1 realizaría trabajo sin recibir por
completo energía del exterior! La tercera etapa de desarrollo del mpp continúa hasta hoy día. Esta
etapa se caracteriza por que los inventores actuales del mpp, a diferencia de sus colegas, que
trabajaban en los tiempos antiguos, conocen la existencia de las leyes científicas que excluyen la
posibilidad de su creación. Por eso ellos tienden a crear un mpp de otro género absolutamente
distinto. Este móvil perpetuo no debe alterar el principio de conservación de la energía, el primer
principio de la termodinámica. En este sentido todo está en orden. Poro él debe funcionar a pesar
del segundo principio de la termodinámica. Este principio limita en cierto grado la
transformación de unas formas de energía en otras. Semejante motor, a diferencia de las variantes
de mpp-1 que lo antecedían, referentes a las dos primeras etapas fue llamado móvil perpetuo de
segunda especie, mpp-2. El mpp-2 más simple sería el que recibiendo calor del medio ambiente
(por ejemplo, del agua o del aire atmosférico), lo transformara total o parcialmente en trabajo. El
permitiría pasar no sólo sin gastos de combustible orgánico o nuclear, sino que también sin la
contaminación del medio ambiente. ¡Hay por qué luchar! Pero el segundo principio de la
termodinámica prohibe esta transfo rmación. Pero cuanto esto principio es conocido y existe, a los
inventores de los mpp-2 no les queda nada más que luchar precisamente contra él. Los ataques
contra el segundo principio so llevan a cabo por ellos desde los más distintos puntos de vista:
físico, filosófico e incluso político. Esta lucha alrededor del segundo principio de la
termodinámica forma, en esencia, el contenido fundamental de la tercera etapa de la historia del
mpp. En las dos primeras etapas de la historia del mpp las discusiones alrededor de él contribuían
en determinando grado al progreso de la física, y en la segunda etapa, al desarrollo de la
termodinámica y al progreso de la energética. Es más, ambos princ ipios de la termodinámica
aparecieron de la tesis sobre la imposibilidad de la realización del móvil perpetuo. En total, estas
etapas de la historia del mpp se pueden caracterizar como movimiento de la utopía a la ciencia.
Al fin de cue ntas, el propio móvil perpetuo generó, si así puede expresarse, las tesis científicas
fundamentales que le hicieron perder los estribos y determinaron el final de su historia de muchos
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siglos. Desgraciadamente, las tentativas actuales de hacer renacer el mpp sobre una nueva base,
ya no dan, ni pueden dar, nada a la ciencia. Al contrario, ellas sólo llevan a confusiones y distraen
a las personas de una tarea verdadera. La etapa actual de la historia del móvil perpetuo se
caracteriza por las tentativas de avanzar en dirección contraria, de la ciencia a la utopía. Para
comprender todas las etapas de la historia del mpp y marchar hacia adelante es necesario
formular la definición, de lo que se hablará en adelante. Así pues, el móvil perpetuo es un
dispositivo imaginario capaz de realizar trabajo con alteración del primer (mpp-l) o del segundo
(mpp-2) principios de la termodinámica. Dediquémonos más detalladamente, tanto a estos
móviles, como a los correspondientes principios, inicialmente al primero y luego al segundo.
Patricio Barros
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