WHISKY ROMEO ZULU material periodístico cobertura en los medios 75 material periodístico diario Le Monde, 29 de Junio de 2005 76 material periodístico diario Le Monde, 29 de Junio de 2005 CULTURA CINE Whisky Romeo Zul , de Enrique Pi eyro. Un piloto de la compa a a rea argentina Lapa devenido actor, dirigi un film sobre un accidente que, en 1999, provoc 67 muertes. La verdadera historia de una cat strofe a rea contada por su h roe. ES UNA FIGURA común en los filmes “basados en hechos reales”. Después de que se contó la historia con los instrumentos de la ficción, se muestran, a menudo en el momento de los créditos finales, las imágenes de actualidad televisadas tomadas en el momento de los hechos reales en cuestión. Se dispone así de una garantía de veracidad, de un control de las libertades tomadas por el director de casting respecto de la realidad física de los personajes. rápidamente y a los envites aparecer claramente. Durante la segunda mitad de la década del 90 y bajo el gobierno de Carlos Menem, la Argentina conoció un crecimiento desordenado, sin haber cerrado aún las secuelas de la dictadura militar. La Fuerza Aérea es quien controla el tráfico aéreo, y son los amigos de los brigadieres quienes dirigen las nuevas compañías privadas como LAPA; mediante finanzas, los primeros cierran los ojos sobre faltas de seguridad. El procedimiento es utilizado al final del film argentino Whisky Romeo Zulu. Este título es el nombre de código de un avión de línea aérea argentina que se estrelló en el momento del despegue en Buenos Aires el 31 de agosto de 1999, provocando 67 muertos. Mientras ruedan los créditos del final, se ve un cuarentón de mirada triste, mal afeitado, que responde a las preguntas de un periodista de televisión. Fue piloto de la compañía LAPA, avisó a sus directivos que sus faltas a la seguridad los conducían derecho a una catástrofe, y comenta con tono afligido el accidente del 31 de agosto. Su rostro no solo se parece al del héroe cuyas tribulaciones venimos de seguir durante los últimos cien minutos: es el mismo, es Enrique Piñeyro. El héroe que encarna Piñeyro (quien nunca es nombrado en el film) intenta hacer respetar las reglas más elementales y a pesar de todo continúa volando. Es ahí que el director e intérprete cumple con uno de sus objetivos: las secuencias aéreas están filmadas en el interior de la cabina de un avión en vuelo y logran comunicar algo de esta magia. De su experiencia de pájaro de mal agüero, Piñeyro extrajo un guión que dirigió e interpretó, lo cual brinda a su film una resonancia inédita en el cine, en donde la veta autobiográfica es generalmente explotada en un tono intimista. Un poco como si el periodista americano Lowell Bergman, que denunciaba las malversaciones de la industria de cigarrillos, hubiese preferido dirigir El Informante y tener su propio papel en lugar de dejar el tema en llas manos del director Michael Mann y de Al Pacino. Whisky Romeo Zulu es también un retrato – a veces desmañado, a menudo atractivo – de un hombre que va contra la corriente guiado por su sentido moral, preservado de los choques más duros por su fortuna personal. El personaje es curioso, pero su modelo y autor no lo libra más que con reticencia, replegándose a menudo detrás de los lugares comunes de la ficción. Se desprende un film que logra honrar sus aspiraciones cívicas e imponer la visión muy personal de un cineasta debutante. Thomas Sotinel. Lo que Whisky Romeo Zulu pierde en esta situación inédita (la experiencia de un director, un poco de distancia con respecto al tema), el film lo gana en sinceridad y en veracidad. Ningún espectador podrá ignorar la cualidad de “personaje real” de Enrique Piñeyro y a pesar de su carácter ficticio, cada uno percibirá la carga documental de la historia. Así como este primer film dista de estar desprovisto de interés cinematográfico, la construcción dramática obedece a las leyes del cine de denuncia con una claridad que permite a los acontecimientos avanzar 77 material periodístico diario Le Monde, 29 de Junio de 2005 78 material periodístico diario Le Monde, 29 de Junio de 2005 CULTURA CINE Me interesaba que el espectador entrara al cockpit Enrique Piñeyro, actor y director de su propia historia. ¿Por qué elegió la ficción para compartir su experiencia? Pensé escribir un libro, pero estaba interesado en la comunicación masiva. Una opinión pública bien informada está mejor posicionada para presionar sobre la justicia. La justicia argentina es muy corrupta, pero el juez encargado del accidente trabajó muy bien. Es la primera vez en la historia de la aviación civil que la dirección de una compañía aérea va a ser juzgada por un tribunal penal al mismo tiempo que los responsables del tráfico aéreo, en este caso los militares. Había considerado todas las opciones- escribir un libro, dirigir un documental, pero elegí la ficción por una razón muy simple: era el mejor medio de transmitir la ira, la indignación, la impotencia, todas las emociones que sentí viendo las imágenes del accidente en la televisión, habiendo advertido por escrito que este accidente podía llegar a ocurrir. ¿Cuál es la historia de LAPA, la compañía para la cual usted piloteaba? La empresa fue creada en 1979 con dos aviones. En 1993, hubo un crecimiento explosivo de la compañía, protegida por la estructura de corrupción imperante en esa década. Fue muy fácil impedir que los pilotos se tomaran las vacaciones a las cuales tenían derecho. El piloto que se mató en el accidente tenía dos años de vacaciones atrasadas, mientras que había otros pilotos que tenían hasta seis años de vacaciones atrasadas. Esto le permitía a la empresa volar con tres tripulaciones por avión en lugar de cinco. Una parte de las economías realizadas pasaba por debajo de la mesa. ¿Por qué eligió actuar su papel? ¿Fue para revivir un período reciente de su vida? Estaba claro que no hubiese encontrado nunca un actor capaz de pilotear un 737. Me interesaba que el espectador entrara en el cockpit, que viera lo que pasa del otro lado de esta puerta siempre cerrada, y que pudiese comprender la pasión de un piloto por el vuelo. La intensidad de un vuelo real le da otra fuerza a la denuncia. Usted devino piloto después de haber estudiado medicina. ¿Por qué esta senda desviada? Yo viví mis pasiones a contrapelo del orden en el cual me surgieron. Cuando tenía tres años, sabía reconocer un Boeing 707 de un DC-8; en el colegio tomé cursos de teatro: cuando salí de la escuela, estuve en reservas de Indios del norte del país, vi la miseria y me decidí por la medicina. Ejercí cuatro años, pero enseguida empecé la especialización en medicina aeronáutica. Fui contratado por LAPA en 1988 y renuncié en 1999, dos meses antes del accidente. Durante ese tiempo, comencé a actuar, entre otras, en Garage Olimpo, de Marco Bechis y en Esperando al Mesías, de Daniel Burman. ¿Tres carreras a la vez es diletantismo? Hago todo mal. No, en realidad soy un piloto muy seguro, un médico peligroso y un actor muy profesional. ¿Usted continúa volando? No. Ninguna compañía argentina me ha querido contratar después del escándalo. He volado mucho para el rodaje del film. Tuve que volver a pasar la habilitación sobre 737, pero la obtuve en Brasil. ¿Rodó los planos de aeropuerto y de vuelo en Brasil? No, con excepción de un plano, rodamos todo en Argentina en los aeropuertos, las terminales y los galpones, sin autorización, lo que demuestra que el sistema de seguridad argentino no funciona. Estaba ahí para hacer un film, pero también podría haber sido miembro de Al-Qaeda. Yo quisiera que alguien me explique cómo se puede rodar un film en 35 mm con una actriz muy conocida (Mercedes Morán) y que no pase nada. Cuando filmamos sobre las Cataratas de Iguazú, había que describir círculos con el avión para volver cada vez al mismo lugar para rodar en dirección contraria a la precedente (contracampo?) de cada toma. Hemos volado cuatro horas en el lugar; los controladores nos preguntaban qué era lo que estábamos haciendo y les dábamos respuestas muy vagas. Pero no hemos hecho pasar un solo peso por debajo de la mesa. Hemos utilizado la ineficacia del sistema, no su corrupción. ¿Cuánto costó el film? Dos millones de dólares. Pero el primer día de rodaje en diciembre 2001 coincidió con el crack bancario argentino. El presupuesto estaba colocado en el extranjero y triplicó su valor. Es uno de los únicos aspectos positivos de esta crisis. ¿En qué está el asunto de LAPA? El jucio debería tener lugar a fin de año. La compañía quebró. Entrevista por T.S. 79 material periodístico diario Le Figaro, 29 de Junio de 2005 80 material periodístico diario Le Figaro (Francia), 29 de Junio de 2005 Ex piloto de l nea, Enrique Pi eyro denuncia en Whisky Romeo Zulu las fallas de una compa a a rea. Las alas de la integridad Emmanu le Frois El 31 de agosto de 1999, el Boeing 737 de la compañía argentina Lapa se incendiaba después de haber chocado con un terraplén en pleno centro de Buenos Aires. Sesenta y siete personas perdieron la vida en este accedente. En el Whisky Romeo Zulu, Enrique Piñeyro, actor, director y ex piloto de la compañía que había dimitido dos meses antes de la catástrofe, denuncia con su primer largometraje la corrupción y las complicidades que existían entre la Fuerza aérea argentina y la compañía Lapa para eludir de los controles de seguridad a fín de obtener mayores beneficios económicos. “Yo quería aportar mi testimonio”, explica Enrique Piñeyro. “Esta tragedia no es más que un episodio, una historia entre tantas otras que ilustra de modo dramático el desdén por la vida que parece inscripto en los genes de la sociedad argentina. Yo no quería que este drama se diluyeera en la memoria colectiva.” Testigo directo, Enrique Piñeyro que actúa de sí mismo en el film, reconstruye todos los hechos que se han desarrollado antes de “esta caída previsible, inevitable. La falta de mantenimiento de los aviones, la falta de instrucción y la fatiga crónica de los pilotos que no habían tomado vacaciones por años, todo eso representaba un cóctel letal terrible. Por otro lado, LAPA tenía una política bien experimentada. Prohibía a los pilotos tener otros empleos. Una manera de mantenerlos bajo presión, de tenerlos rehenes y de impedir que se rebelen.” Pero Enrique Piñeyro siempre había soñado con volar. “A los 3 años, podía distinguir un 707 de un DC 8”. Habría que terminar sus estudios de medicina antes de convertirse en piloto. “Mi padre había perdido a sus padres en un accidente de avión. Para él, quedaba excluida la posibilidad de que yo fuera piloto.” Con la obstinación que lo caracteriza, hizo caso omiso pero sus alas se quebraron con la caja negra del Boeing 737. “Cuando comencé a tener problemas con LAPA, me dirigí hacía mi otra pasión, la actuación. Había estudiado con el actor Lito Cruz. Después de que en 1998 Marco Bechis me dirigiera en Garage Olimpo, los papeles se fuernon sucediendo.” Apoyado por pruebas abrumadoras, Enrique Piñeyro arregla sus cuentas con “la Fuerza aérea que es una de las instituciones más corruptas de Argentina”. “Nuestro presidente, que ha visto el film, declaró públicamente que el gobierno iba a poner todo en órden para asegurar los vuelos pero mientras la Fuerza Aérea sea incapaz de administrar el espacio aéreo, los accidentes pueden ocurrir en cualquier momento.” ¿Tuvo miedo de volar en esas condiciones? “¡Un piloto que nunca tiene miedo es suicida! exclama divertido con aspecto serio. “Me negué cientos de veces a tomar los comandos cuando consideraba que el avión no estaba en regla.” A pesar de la tristeza de haber perdido amigos y colegas en el accidente del Boeing 737, se alegra de que la justicia haga finalmente su trabajo. “Por primera vez en la Argentina toda la dirección de una empresa y la autoridad aeronáutica van a tener que enfrentar un juicio penal por negligencia criminal. Yo atestiguaré en el proceso.” 81 material periodístico Cahiers du Cinema, Julio-Agosto de 2005 82 material periodístico Cahiers du Cinema, Julio-Agosto de 2005 Parar la pelota por Francois B gaudeau A la izquierda de los créditos, un montaje de imágenes extractadas de la televisión: el número uno de la compañía aérea LAPA, el Ministro argentino de Transporte, el juez de la causa del Boeing 737 accidentado en Buenos Aires, y hasta el presidente Carlos Menem acudiendo a la hoguera de chapas en esa noche dramática del 31 de agosto de 1999. Conmovedor final, que muestra en caliente un zapping condensado de la gresca nacional en la cual se inspira la ficción de Whisky Romeo Zulu. Conmovedor desfile de los originales después de ver a sus clones. Posdata de doble filo, que ratifica a posteriori la decisión de basarse en hechos reales, y a la vez clasifica de “reconstrucción” lo que acaba de suceder. Firma de una película-informativa que es mucho más que una películainformativa, y mucho menos. Único en figurar en ambas series de imágenes, documentales o de ficción, Enrique Piñeyro aparece en la televisión tal cual es, tal como habita en los planos de su película durante una hora cuarenta, en ese mismo papel de comandante de abordo (primero en la vida real y después en el cine) quien preocupado por el desarrollo de las cuestiones de seguridad, se abre miles de veces a sus superiores, los advierte no menos veces sobre el accidente al cual se exponen la tripulación y los pasajeros, y finalmente renuncia poco antes de la catástrofe. Después de lo cual, Piñeyro se vuelca al oficio de actor, carrera que ya había empezado mientras aún era piloto, y ahora se revela en esta primera película el neocineasta ideal, que para Francia sería el ex policia Olivier Marchal si su experiencia profesional no fuera ante todo un apartado de su currículum vitae. Para Piñeyro, experiencia significa, al contrario, el haber sufrido en carne propia lo que filma y el correspondiente respeto para contar lo que vivió. Los amigos del detalle encontrarán para saciarse una película a la medida de un obsesivo de la meticulosidad. ¿Falta un matafuego? No despegará. ¿Un guiño defectuoso? No despegará. ¿Tiembla bajo los pies? Alerta. El hombre no acepta el abandono progresivo de la “cultura operacional” y en la puesta en escena la muestra tal cual es. Bellos despegues live con verificaciones metódicas de todos los indicadores –¿alguna vez se han filmado los aviones de manera tan informada y sobria? Conocidos, respetados, los hechos no necesitan, para resaltar, ni del virtuosismo de una exhibición área, ni del estremeciemiento documental. Tanto en tierra como en vuelo, la cámara de Piñeyro no es estruendosa. Si acaso existe un desahogo en el deseo de hacer cine, es más bien en una disposición narrativa que trenza la investigación sobre la negligencia que llevó al accidente, las vanas advertencias de los meses precedentes, la pasión que T (su nombre de actor) sintió de adolescente por su compañera de colegio Marcela, su reencuentro con ella cuarenta años después y la posterior ruptura cuando ella, ahora gerente de la aerolínea, lo invita a retirar su queja contra la compañía. Aun rozando la gratuidad, este juego de palitos chinos temporal no llega nunca a ser ampuloso. Hay algo que mantiene retenido lo que, de haberse lanzado, podría haber tomado la velocidad insulsa de un testimonio riguroso. Mejor dicho, alguien: Enrique Piñeyro, nuevamente, como actor. Como un paracaídas desplegado a la cola del avión después del aterrizaje, él mismo frena la máquina cuyas llamas ha avivado. ¿Cómo? Siendo el actor más lánguido del mundo. Donde hay actores que dinamitan el plano, él instila ahí una fuerza blanda, versión sustractiva de la fuerza tranquila. “Destruís todo”, le reprocha Marcela, “destruís tus propios sueños de infancia de volar.” Falso: detiene el juego para que todo sea posible. Detener la actuación, quizás sea esta la primer cualidad de un actor. Ser ese ángulo muerto del plano dónde vienen a estrellarse las autopistas del sentido. Y antes que nada, detener su propia actuación; es allí donde se destaca Piñeyro, siempre un punto debajo de la interpretación. Menos que comandante, menos que justiciero en cruzada contra los malos, menos contínuamente depresivo que Bill Murray a quien se parece, menos rígido que Russel Crowe que se le parece. Sweater, jeans, mochila de profesor de inglés, cabellos un poco grasos, calvicie discreta, tirado en su silla como si fuera a deslizarse hasta caer al suelo como un charco y luego desaparecer absorbido por el piso. Aún más cerca de la ausencia: su palabra. Poco elocuente y habiendo reducido su nombre a la porción incongruente de una consonante, mantiene hoscamente su murmullo al límite de lo inaudible. Tono jamás levantado, y esta pequeña voz menos que viril que sólo los grandes (Auteuil en Francia) pueden permitirse. Una vez, sola una vez, T alza la voz. Para decir que está empeñado en esta investigación porque escuchó una y otra vez los cuarenta segundos de la grabación de la caja negra donde dos pilotos “se sabían perdidos”, y porque encontró en la palanca los tres dedos del comandante que murió intentando restablecer el avión. Es en ese momento cuando se revela la esencia de su mesura irreductible: actor por adopción, Piñeyro sigue siendo el piloto que fue. La historia que filma, el oficio que actúa le son más queridos que la película y que la actuación juntas. Cahiers du Cinéma – Julio/ Agosto 2005 83 material periodístico revista Premiere 84 material periodístico xxxxx A prop sito de Whisky Romeo Zulu Revelaciones Ex piloto de línea aérea que denunciara la corrupción de su empresa, Enrique Piñeyro escapó por poco a un monstruoso accidente. De ahí surgió su primera película. por Gaël Golen Première/ ¿Cómo nació Whishy Romeo Zulu? WHISKY ROMEO ZULU Enrique Piñeyro/ Cuando el Boeing 737 de LAPA cayó el 31 de agosto de 1999, yo estaba mirando la televisión. Acababa de suceder lo que temía desde hacía años. Lo primero que hice fue llevar al juez todos los documentos que demostraban que la empresa era responsable. Pero ningún juicio puede expresar lo que viví. Sesenta y siete personas murieron en este accidente, incluidos algunos de mis amigos; cuando uno está involucrado en una historia como esa, tiene la obligación de decir la verdad. La Historia: Un piloto de línea de la compañía argentina LAPA se niega a despegar si un avión no cumple con las condiciones de seguridad. Considerado por sus superiores como fastidioso y molesto, así como por algunos de sus colegas quienes temen perder su empleo, el comandante rebelde termina renunciando. Unos meses más tarde, un accidente de un avión de la compañía enluta al país. ¿Y por qué no un documental? La ficción es la mejor forma de transmitir emociones. Quería que el espectador sintiera la ira y la impotencia que me invadieron cuando vi las imágenes del accidente. El problema del documental, es que hubiera habido muchas imágenes del accidente y de sus consecuencias, sobre todo judiciales, pero nada de lo que llevó a este accidente. El accidente es el último capítulo de una larga historia, y es precisamente esa historia la que quería contar. Actúa su propio papel bajo su dirección en una película que produjo y escribió, ¿es el ego? Para que fuera creíble, quería un actor que supiera verdaderamente pilotear un 737; y en la Argentina, eso no es frecuente. Igual que para la producción, sabía que nadie apostaría un peso por esta película: demasiado arriesgado tanto en el aspecto financiero como en el judicial. Me di cuenta rápidamente de que era mucho más simple asumir todos los roles. Las secuencias finales, a partir de material de archivo, le dan una fuerza increíble a la película... Dudamos en incluir esas imágenes de archivo, especialmente aquellas en las que aparecía yo. La dejé porque me di cuenta que afirmaba mi punto de vista. Si le digo “soy la persona que vivió todo lo que acaban de ver”, su percepción cambia radicalmente. Un director austríaco me preguntó si era una imagen que había agregado. Pero no, soy yo, y es realmente mi historia. Eso me da una autoridad increíble. Toda la parte ficcional se convierte en algo muy complejo para el espectador, quien está obligado a repensar la película. ¿Qué es verdad? ¿Qué es mentira? Esta autenticidad da una fuerza todavía más potente a la denuncia. Y era lo que buscaba: procurar que eso no sucediera más, mantener el recuerdo de este accidente. Más real que real Es una de esas biografías en las que un actor se pone el traje del héroe común que intenta oponerse a la carrera hacia las ganancias a cualquier costo. Pero Enrique Piñeyro, en su primera película como actor-director, reinventa el género. Porque este sólido actor, visto esporádicamente en películas confidenciales, cuenta su propia historia. Y la culpabilidad de no haber evitado la catástrofe que dejó sesenta y siete victimas parece jamás dejar de atormentarlo. La película, es cierto, es imperfecta en su forma y su escritura. La parte menos convincente es la que superpone un intermedio romanesco (en parte auténtico) a la fuerza bruta de los eventos descriptos. Pero, cuando se pega a los hechos que llevaron a la catástrofe, estamos en el registro de una película social de suspense: ¿hasta dónde la compañía pondrá en peligro la seguridad de sus pasajeros haciendo volar aviones listos para el desguace? ¿Qué piloto dentro de los que no se animan a rebelarse despegará una vez demás? ¿Los responsables serán reconocidos culpables? A la hora en qué la televisión nos muestra “La ferme des célébrités”, es reconfortante ver al cine enfrentar así a la realidad. Tres buenas razones para ir Una realidad que causa (mucho) escalofrío. El tono de cine-denuncia, en desuso desde los ‘70. La satisfacción de ver a un actor pilotear realmente un Boeing 737. 85 material periodístico semanario Le Canard Enchaîné, 29 de Junio de 2005 86 material periodístico semanario Le Canard Enchaîné, 29 de Junio de 2005 semanario Le Canard Encha n , 29 de junio de 2005 LOS FILMS QUE SE PUEDEN VER ESTA SEMANA Whisky Romeo Zulu Este film meticuloso e implacable es un objeto de lo más asombroso: describe fielmente la rebelión de un comandante de a bordo argentino contra la corrupta compañía LAPA que hacía volar sus aviones descuajeringados en violación de las reglas de seguridad, hasta el accidente final del Boeing 737 matrícula WRZ el 31 de agosto de 1999. En donde la reconstrucción se reune con la realidad, en imágenes de archivos...porque el director y actor principal Enrique Piñeyro no es otro que el comandante de a bordo mismo, que renunció ¡dos meses antes del drama! Su film pedagógico y acusador no puede sino evocar el encadenamiento fatal de otros accidentes, pero constituye también un testimonio sobre la delincuencia de la sociedad argentina.- D. F. 87 material periodístico diario La Nación, 28 de Mayo de 2005 88 material periodístico diario La Razón, Jueves 21 de Abril de 2005 89 material periodístico diario Clarín, domingo 3 de Octubre de 2004 90 material periodístico diario Crónica, domingo 3 de Octubre de 2004 91 material periodístico diario La Prensa, domingo 3 de Octubre de 2004 92 material periodístico Sud Ouest (Biarritz, Francia), lunes 4 de Octubre de 2004 93 material periodístico El Diario Vasco(Biarritz, Francia), 94 material periodístico El Diario Vasco (Biarritz, Francia), domingo 3 de Octubre de 2004 95 material periodístico Sud Ouest (Biarritz, Francia), sábado 2 de Octubre de 2004 96 material periodístico Sud Ouest (Biarritz, Francia), domingo 3 de Octubre de 2004 97 material periodístico diario La Razón, 20 de Abril de 2004 98 material periodístico diario Hoy (La Plata), 21 de Abril de 2004 99 material periodístico diario Clarín, domingo 24 de Octubre de 2004 100 material periodístico diario La Nación, domingo 11 de Noviembre de 2004 101 material periodístico diario Página 12, sábado 18 de Diciembre de 2004 102 material periodístico diario Clarín (Buenos Aires), sábado 18 de Diciembre de 2004 103 material periodístico diario Crónica (Buenos Aires), sábado 18 de Diciembre de 2004 104 material periodístico diario Clarín (Buenos Aires), jueves 16 de Diciembre de 2004 105 material periodístico Diario Popular (Buenos Aires), domingo 19 de Diciembre de 2004 106 material periodístico xxxxx 107 WHISKY ROMEO ZULU material periodístico festivales 108 material periodístico festival de Biarritz, septiembre de 2004 109 material periodístico Festival Internacional de Cine de Toronto, septiembre de 2004 110 material periodístico Festival Internacional de La Habana, Diciembre de 2004 111 material periodístico New York Lincoln Center - Latinbeat, Septiembre 2004 112 material periodístico Festival Internacional de Cine Independiente de Buenos Aires, abril de 2004 113 material periodístico Semana de Cine Argentino | American Cinematheque en el Egyptian Theatre, Los Angeles, EEUU, noviembre de 2004 114 material periodístico Festival de Flanders-Gent (Bélgica), Octubre de 2004 115 material periodístico Pantalla Pinamar | encuentro de cine argentino y europeo, Diciembre de 2004 116 material periodístico World Film Festival de Bangkok, Octubre de 2004 117 material periodístico Santa BArbara Film Festival, Estados Unidos – Enero de 2005 118