manual de formación para operadores de justicia en el ámbito del trabajo infantil y adolescente S an José, agosto de 2007 Programa Internacional para la Erradicación del Trabajo Infantil (IPEC ) O ficina Internacional del Trabajo (OIT ) Copyright © Organización Internacional del Trabajo 2008 Primera edición 2008 Las publicaciones de la Oficina Internacional del Trabajo gozan de la protección de los derechos de propiedad intelectual en virtud del protocolo 2 anexo a la Convención Universal sobre Derecho de Autor. No obstante, ciertos extractos breves de estas publicaciones pueden reproducirse sin autorización, con la condición de que se mencione la fuente. Para obtener los derechos de reproducción o de traducción, deben formularse las correspondientes solicitudes a Publicaciones de la OIT (Derechos de autor y licencias), Oficina Internacional del Trabajo, CH-1211 Ginebra 22, Suiza, o por correo electrónico a [email protected], solicitudes que serán bien acogidas. Las bibliotecas, instituciones y otros usuarios registrados ante una organización de derechos de reproducción pueden hacer copias de acuerdo con las licencias que se les hayan expedido con ese fin. En www.ifrro.org puede encontrar la organización de derechos de reproducción de su país. IPEC Manual de formación para operadores de justicia en el ámbito del trabajo infantil y adolescente. San José, Oficina Internacional del Trabajo, 2008 ISBN 978-92-2-321165-3 (impreso) ISBN 978-92-2-321166-0 (Web PDF) 14.02.1 Trabajo infantil, niños, juventud, derecho, administración de justicia, derechos del niño. Nota La presente publicación ha sido elaborada por la Sra. Paula Antezana Rimassa para el IPEC. Esta publicación de la OIT ha sido posible gracias al Proyecto Subregional Prevención y Eliminación de las Peores Formas de Trabajo Infantil en Honduras, Nicaragua, Guatemala y Costa Rica, financiado por el Gobierno de Canadá. Su contenido no refleja necesariamente las opiniones o políticas del Gobierno de Canadá, y la mención en la misma de marcas registradas, productos comerciales u organizaciones no implica que el Gobierno de Canadá los apruebe o respalde. Las denominaciones empleadas, en concordancia con la práctica seguida en las Naciones Unidas, y la forma en que aparecen presentados los datos en las publicaciones de la OIT no implican juicio alguno por parte de la Oficina Internacional del Trabajo sobre la condición jurídica de ninguno de los países, zonas o territorios citados o de sus autoridades, ni respecto de la delimitación de sus fronteras. La responsabilidad de las opiniones expresadas en los artículos, estudios y otras colaboraciones firmados incumbe exclusivamente a sus autores, y su publicación no significa que la OIT las sancione. 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Sin embargo, no hay acuerdo entre los lingüistas sobre la manera de cómo hacerlo en nuestro idioma. En tal sentido y con el fin de evitar la sobrecarga gráfica que supondría indicar en español ambos sexos, hemos optado por emplear el masculino genérico clásico, en el entendido de que todas las menciones en tal género representan siempre a hombre y mujeres, o niños y niñas. 3 M ANUAL DE FORM ACIÓN PARA OPERADORES DE JUSTICIA EN A MBITO DEL TRABAJO INFANTIL Y ADOLESCENTE 4 ÍNDICE Siglas utilizadas 7 Introducción 9 I. El papel de los operadores de justicia A. Dos conceptualizaciones opuestas acerca de la niñez y la adolescencia 1. Doctrina de la situación irregular 2. Doctrina de la protección integral B. Principios que se deben seguir en los procesos judiciales y administrativos en que participan niños, niñas y adolescentes 1. Principios derivados de la Convención sobre los Derechos del Niño a) Interés superior del niño b) No discriminación c) Efectividad d) Autonomía progresiva 11 12 12 14 17 18 18 19 20 20 2. Condición jurídica y derechos humanos del niño: Opinión consultiva de la Corte Interamericana de Derechos Humanos a. Debido proceso y garantías b. La participación del niño o niña c. Proceso administrativo d. Debido proceso 21 22 22 22 23 3. Principios aplicables en procesos laborales administrativos y judiciales en asuntos relativos al trabajo infantil y adolescente a. Principio protector 24 24 • Regla del in dubio pro operario 25 • Regla de la norma más favorable 25 • Regla de la condición más beneficiosa 25 b. Principio de irrenunciabilidad de derechos 26 c. Principio de continuidad 26 4. Principios del proceso laboral 26 5 M A N UA L D E F OR M A C IÓN PA R A OP E R A D OR E S D E J U S T I C I A E N M AT E R I A D E T R A B A J O I N FA N T I L Y A D OL E S C E N T E II. Trabajo infantil y trabajo adolescente 29 A. Antecedentes históricos 29 B. La perspectiva de los instrumentos internacionales 30 1. Edad mínima 32 2. La distinción necesaria entre trabajo infantil y trabajo adolescente 34 3. La protección de los derechos de la persona adolescente trabajadora 35 a. Condiciones de trabajo 35 b. Los trabajos peligrosos Bibliografía 41 Anexos 43 Convención sobre los Derechos del Niño Convenio (núm. 138) sobre la edad mínima de admisión al empleo, 1973, de la OIT Recomendación (núm. 146) sobre la edad mínima de admisión al empleo, 1973, de la OIT Convenio (núm. 182) sobre las peores formas de trabajo infantil, 1999, de la OIT Recomendación (núm. 190) Sobre la prohibición de las peores formas de trabajo infantil y la acción inmediata para su eliminación, 1999, de La OIT 6 37 43 64 71 77 81 SIGLAS UTILIZADAS CIDH: Corte Interamericana de Derechos Humanos CNA: Código de la Niñez y la Adolescencia CDN: Convención sobre los Derechos del Niño LPINA: Ley de Protección Integral de la Niñez y Adolescencia OIT: Organización Internacional del Trabajo 7 M A N UA L D E F OR M A C IÓN PA R A OP E R A D OR E S D E J U S T I C I A E N M AT E R I A D E T R A B A J O I N FA N T I L Y A D OL E S C E N T E 8 INTRODUCCIÓN ¿Por qué un Manual de formación para operadores de justicia en materia de trabajo infantil y adolescente? Ésa es la pregunta obligada en una época de saturación de información, en que la cantidad de documentos es mayor de la que podemos asimilar. La respuesta radica en la experiencia de capacitación en las Normas Internacionales del Trabajo a un grupo numeroso de operadores de justicia en la región de América Central y República Dominicana (primer semestre de 2007), que ha evidenciado la necesidad de contar con herramientas e instrumentos ágiles y operativos que les permita entender la temática del trabajo infantil y adolescente con el fin de poder aplicar la normativa nacional e internacional sobre la materia. También la respuesta se puede plantear desde la perspectiva de las nuevas exigencias que impone esta normativa nacional e internacional, surgida -muchas veces- desde nuevos paradigmas, a operadores de justicia que han sido formados desde paradigmas o modelos tradicionales, algunos de los cuales es preciso superar. El presente Manual pretende ser una guía para las y los operadores de justicia, donde puedan encontrar los aspectos básicos relacionados con el trabajo infantil y adolescente desde la normativa internacional: Convención sobre los Derechos del Niño, Convenios de la OIT núm.138 sobre la edad mínima de admisión al empleo y núm. 182 sobre las peores formas de trabajo infantil. Está dirigido tanto a funcionarias y funcionarios administrativos del ámbito laboral como a jueces y juezas competentes para conocer la materia laboral en sede judicial. Todos los países de la subregión han ratificado los instrumentos de derecho internacional antes mencionados y cuentan con legislación nacional específica dirigida al trabajo infantil y a la protección del trabajo adolescente. En el presente Manual no se hace un análisis de esa legislación, pues ya existen otros documentos que brindan esa información. Lo que se intenta es aportar a la aplicación de la legislación nacional e internacional, brindando los elementos básicos de los principios aplicables a los procesos en que participan personas menores de edad, y los relacionados con el tema del trabajo infantil y adolescente. 9 M A N UA L D E F OR M A C IÓN PA R A OP E R A D OR E S D E J U S T I C I A E N M AT E R I A D E T R A B A J O I N FA N T I L Y A D OL E S C E N T E Este Manual está estructurado en dos partes. La primera parte, denominada “El papel de los operadores de justicia”, contiene un resumen sobre las dos conceptualizaciones acerca de la niñez y la adolescencia: doctrina de la situación irregular y doctrina de la protección integral; y, los principios que se deben seguir en los procesos judiciales y administrativos en que participan niños, niñas y adolescentes, los cuales se presentan primero desde la perspectiva de la Convención sobre los Derechos del Niño, y luego desde el análisis que realiza la Corte Interamericana de Derechos Humanos, en el que puntualiza sobre los principios aplicables a los procesos y, finalmente, se aborda la especificidad de la materia laboral. En la segunda parte, en la que se desarrolla el tema del trabajo infantil y trabajo adolescente, se hace un recorrido de los aspectos principales derivados de la CDN y de los Convenios núms. 138 y 182. 10 I. EL PAPEL DE LOS OPERADORES DE JUSTICIA “Los jueces solemos creer que tenemos que resolver casos particulares, como si cada caso particular no tuviera alguna relación con muchos otros casos, algunos de los cuales llegan a los tribunales y otros no. En cada caso particular en que los jueces tienen que resolver, en cada situación concreta de un niño o de una mujer en la que es necesario determinar el reconocimiento de algún derecho, los jueces estamos, sin saberlo, participando en una especie de elaboración de lo que Dworkin llama un capítulo de una novela, una novela de la cual algunos capítulos ya se escribieron y otros se escribirán, sin que sepamos quiénes son los autores. Es de esta manera como se construyen los precedentes, como se establecen las analogías, como se selecciona, por ejemplo, cómo y cuándo se invocan los tratados y las convenciones internacionales para tomar decisiones particulares”1. 1. A. Ruiz: “La imagen que nos devuelve el derecho” en Derechos Universales Realidades Particulares. UNICEF, Buenos Aires, 2002, pág. 55. 11 M A N UA L D E F OR M A C IÓN PA R A OP E R A D OR E S D E J U S T I C I A E N M AT E R I A D E T R A B A J O I N FA N T I L Y A D OL E S C E N T E ¿Qué pasa cuando un órgano administrativo o judicial debe conocer alguna situación relacionada con el trabajo de las personas menores de edad? Si es en vía administrativa, lo más probable es que sea la Inspección de Trabajo la instancia encargada; si es en vía judicial, podrá serlo el juez competente para conocer de la materia laboral. Es decir, en ambos casos estamos frente a instancias jurisdiccionales cuya “especialidad” no es la niñez y la adolescencia. Entonces, estos operadores jurídicos, bien versados en su materia, probablemente tendrán dificultades para aproximarse a las especificidades del derecho de la niñez y la adolescencia. La doctrina jurídica referida a niñez y adolescencia abarca principalmente dos áreas: niñez y adolescencia y las instancias jurisdiccionales encargadas de la materia (instituciones de protección a la niñez y adolescencia, en la vía administrativa; y jueces de niñez y adolescencia o de familia, en la vía judicial); y, el campo penal, principalmente en lo que respecta a las infracciones penales cometidas por personas menores de edad. Se ha abordado poco el tema de los operadores de justicia en otras áreas, como la laboral. Es preciso, entonces, hacer una relectura del rico material que se ha producido en los dos campos anteriormente mencionados para poder establecer los principios y las características que deben observar las y los operadores de justicia que se aproximan a la niñez y adolescencia desde la perspectiva laboral. A. Dos conceptualizaciones opuestas acerca de la niñez y la adolescencia Mucho se ha hablado en estudios recientes de dos momentos clave en la conceptualización jurídica de niños, niñas y adolescentes: la doctrina de la situación irregular y la doctrina de la protección integral. Se les ha llamado dos paradigmas opuestos, entendiendo por paradigma “un conjunto de experiencias, creencias y valores que afectan la forma en que un individuo percibe la realidad y la forma en que responde a esa percepción”2. Desde la perspectiva de ambas doctrinas se podrá visualizar de manera distinta el papel del operador jurídico. 1. Doctrina de la situación irregular Según Gomes da Costa, la doctrina de la situación irregular “es la expresión jurídica del modelo latinoamericano de segregación social”3. Este modelo ha generado dos infancias: (I) la infancia escuela-familia-comunidad y (II) la infancia trabajo-calle-delito. Para la primera, las políticas sociales . 2 Véase Enciclopedia Wikipedia en http://es.wikipedia.org/wiki/Paradigma 12 3 A.C. Gomes da Costa: Niños y niñas de la calle: Vida, pasión y muerte. Documento sin fecha, no publicado. Centro Latinoamericano de Trabajo Social (CELATS), Lima. Disponible en el sitio Web del Instituto Interamericano del Niño, la Niña y Adolescentes (IIN): www.iin.oea.org/Ninos_y_ninas_de_la_calle.pdf, pág. 10. básicas funcionan como propuesta por lo menos ideal y el derecho no se aplica a ella. Para la segunda, “una legislación de menores caracterizada por el empleo sistemático de los dispositivos típicos de control social del delito (policía, justicia e institutos de internación) opera como control social de la infancia-adolescencia empobrecida”4. Esta doctrina se dirige a “los menores en situación irregular”, es decir, a los carenciados, los abandonados, los inadaptados y los infractores. Si bien es una respuesta criminológica hacia las personas menores de edad infractoras de la ley penal, en la categoría “situación irregular” también se ubica a quienes están en “estado de abandono, riesgo o peligro moral o material”, también denominados “menores en circunstancias especialmente difíciles” o “en situación de disfunción familiar”. Las reacciones estatales coactivas se dan frente a infractores o “potenciales infractores” de la ley penal, a quienes se aplican medidas terapéuticas o tutelares5. dos como “padres de familia”, y como tales, son quienes, supuestamente, saben el tipo de protección que se debe dictar, que más que una decisión jurídica se trata de medidas de corte asistencial o de otras que inclusive son de tipo represoras, sin tomar en cuenta las garantías mínimas del debido proceso. “La ‘doctrina’ de la situación irregular confunde (activa e intencionalmente) la protección de una categoría de sujetos débiles con la legitimación de formas irrestrictas de intervención coactivas sobre los mismos”6. El “Derecho de Menores” surge bajo la influencia de esta doctrina. Haciendo un juego de palabras se ha dicho que el Derecho de Menores es un Derecho Menor, en el sentido de que “quienes transitan por otras ramas mayores del Derecho califican como menor al Derecho de Menores”7, y que se trata además de una sensación de minoridad jurídica de sus protagonistas, pero también de los propios operadores “que se perciben a sí mismos como operadores de algo menor”8. En la aplicación de esas medidas, los operadores jurídicos son considera- 4 Ibid. 5 M. Beloff: “Modelo de la protección integral de los derechos del niño y de la situación irregular: un modelo para armar y otro para desarmar” en Justicia y Derechos del Niño, núm. 1. UNICEF, Santiago de Chile, 1999. 6 E. García Méndez y E. Carranza: El derecho de “menores” como derecho mayor. Documento sin fecha, no publicado. Disponible en el sitio Web del IIN: www.iin.oea.org/El_derecho_de_menores.pdf. 7 O. A. Marcón: Autonomía del derecho de menores y máquinas de escribir. Artículo sin fecha disponible en la Revista judicial del diario La Hora, Quito, en www.dlh.lahora.com.ec/paginas/judicial/PAGINAS/ D.Menores.42.htm 8 Ibid. 13 M ANUAL DE FORM ACIÓN PARA OPERADORES DE JUSTICIA EN A MBITO DEL TRABAJO INFANTIL Y ADOLESCENTE 2. Doctrina de la protección integral Es la que sustenta la Convención sobre los Derechos del Niño (CDN), que es el instrumento específico de los derechos humanos de niños, niñas y adolescentes. Parte de la premisa fundamental de que niños, niñas y adolescentes son sujetos de derecho y no meros objetos de protección. Cillero9 señala entre las características de la CDN las siguientes: • Integralidad, en el sentido de que abarca todas las dimensiones de la vida y el desarrollo de niños, niñas y adolescentes. Contiene disposiciones destinadas a reconocer y garantizar los derechos a la sobrevivencia, el desarrollo, la protección y la participación, derechos que están completamente integrados. Los derechos contemplados en la CDN son interdependientes, exigiéndose la satisfacción conjunta de ellos para la consecución efectiva del desarrollo. • La concepción del niño como sujeto de derecho. La CDN hace un reconocimiento expreso de niños, niñas y adolescentes como sujetos de derecho, en oposición a la idea predominante de niño definido a partir de su incapacidad jurídica. “En la concepción del niño como sujeto de derecho subyace, prime- ramente, la idea de igualdad jurídica, en el sentido de que todas las personas son destinatarias de las normas jurídicas y tienen capacidad de ser titulares de derechos, para luego acceder a fórmulas más perfectas, como la igualdad ante la ley o la igualdad en los derechos, que también son recogidos por la Convención”10. Se trata, además, de un sujeto de derechos dotado de una protección complementaria, pues se agregan nuevas garantías a las que corresponden a todas las personas. • El paso de las necesidades a los derechos. “Por el paso de las necesidades a los derechos se entiende un cambio de óptica en la relación del Estado y los adultos con la infancia. En lugar que el niño se vea como un mero receptor o beneficiario de la asistencia social, él es concebido como un sujeto de derecho frente al Estado y la sociedad, una persona a la que se le reconoce el derecho a ser protegido integralmente en su desarrollo y frente al cual existen obligaciones muy concretas y específicas”11. • Además, los derechos contenidos en la CDN son exigibles, es decir, los Estados se comprometen y obligan a crear garantías y mecanismos para lograr la efectividad de los derechos. . 9 M. Cillero: Infancia, autonomía y derechos. Documento sin fecha, no publicado. Disponible en: www. iin.oea.org/Infancia_autonomia_derechos.pdf 10 Ibid. 14 11 Ibid. En la Tabla Nº 1 se pueden apreciar las grandes diferencias existentes entre una ley de la situación irregular y una ley de la protección integral. Tabla Nº 1: Diferencias entre una ley de la situación irregular y una ley de la protección integral Características de una ley de la situación irregular Características de una ley de la protección integral Los niños y jóvenes aparecen como objetos de protección, no son reconocidos como sujetos de derecho sino como incapaces que requieren un abordaje especial. Por eso las leyes no son para toda la infancia y la adolescencia sino sólo para una parte: para los “menores”. Se definen los derechos de los niños y se establece que en caso de que alguno de esos derechos se encuentre amenazado o violado, es deber de la familia, de la comunidad y/o del Estado restablecer el ejercicio concreto del derecho afectado a través de mecanismos y procedimientos efectivos y eficaces tanto administrativos cuanto judiciales, si así correspondiere. Se utilizan categorías vagas, ambiguas, de difícil aprehensión desde la perspectiva del derecho, tales como “menores en situación de riesgo o peligro moral o material”, o “en situación de riesgo” o “en circunstancias especialmente difíciles” o similares, que son las que habilitan el ingreso discrecional de los “menores” al sistema de justicia especializado. Desaparecen las vagas y antijurídicas categorías de “riesgo”, “peligro moral o material”, “circunstancias especialmente difíciles”, “situación irregular”, etc. En este sistema, es el “menor” quien está en condición irregular; son sus condiciones personales, familiares y sociales las que lo convierten en un “menor en situación irregular” y por eso es objeto de intervenciones estatales coactivas tanto él como su familia. Se establece que quien se encuentra en “situación irregular” cuando el derecho de un niño o adolescente se encuentre amenazado o violado, es alguien o alguna institución del mundo adulto (familia, comunidad o Estado). La protección es de los “menores” en sí mismos; de ahí que sean “objetos de protección”. La protección es de los derechos del niño y/ o adolescente. Se trata de garantizar los derechos de todos los niños y adolescentes. 15 M ANUAL DE FORM ACIÓN PARA OPERADORES DE JUSTICIA EN A MBITO DEL TRABAJO INFANTIL Y ADOLESCENTE Esa protección frecuentemente viola o restringe derechos, porque no está pensada desde la perspectiva de los derechos. Esa protección reconoce y promueve derechos, no los viola ni restringe. Aparece la idea de la incapacidad. Ya no se trata de incapaces, medias-personas incompletas, sino de personas completas cuya única particularidad es que están creciendo. Por eso se les reconocen todos los derechos que tienen todas las personas, más un plus de derechos específicos precisamente por reconocerse el hecho de que están creciendo. La opinión del niño es irrelevante. De todos los derechos, uno que estructura la lógica de la protección integral es el derecho del niño a ser oído y a que sus opiniones sean tenidas en cuenta. En la misma lógica, se afecta la función jurisdiccional, ya que el juez de menores debe ocuparse no sólo de las cuestiones típicamente “judiciales” sino también de suplir las deficiencias de la falta de políticas sociales adecuadas. Por eso se espera que el juez actúe como un “buen padre de familia” en su misión de encargado del “patronato” del Estado sobre estos “menores en situación de riesgo o peligro moral o material”. De ahí que el juez no esté limitado por la ley y tenga facultades omnímodas de disposición e intervención sobre la familia del niño. La medida por excelencia que adoptan los juzgados –tanto para infractores de la ley penal como para víctimas o para los “protegidos”- es la privación de la libertad. Todas las medidas se adoptan por tiempo indeterminado. Se distinguen claramente las competencias de las políticas sociales de la cuestión penal. El juez, como cualquier juez, está limitado en su intervención por las garantías. La privación de libertad será una medida de último recurso, que deberá aplicarse por el tiempo más breve que proceda y, en todos los casos, por el tiempo determinado como consecuencia de la comisión de un delito grave. Tomado parcialmente de: M. Beloff: “Modelo de la protección integral de los derechos del niño y de la situación irregular: un modelo para armar y otro para desarmar” en Justicia y Derechos del Niño, núm. 1. UNICEF, Santiago de Chile, 1999. 16 B. Principios que se deben seguir en los procesos judiciales y administrativos en que participan niños, niñas y adolescentes Refiriéndose a los principios generales del Derecho, Latorre los define como “enunciados generales a los que se subordina un conjunto de soluciones particulares”12. Advierte este autor que no se debe confundir principios con normas jurídicas: “Tanto las normas como los principios son generales, pero una norma jurídica se establece para un número indeterminado de actos o de hechos y sólo rige para esos actos o hechos. Un principio, en cambio, comporta una serie indefinida de aplicaciones”13. Por su parte, Plá Rodríguez define principios como: “Líneas directrices que informan algunas normas e inspiran directa o indirectamente una serie de soluciones por lo que pueden servir para promover y encausar la aprobación de nuevas normas, orientar la interpretación de las existentes y resolver los casos no previstos”14. Algunas de las funciones de los principios pueden ser15: • Integrativa: para llenar lagunas del ordenamiento jurídico. • Interpretativa: para ayudar al intérprete a llegar a una interpretación “correcta”. • Finalística: al permitir orientarse hacia fines más amplios. • Delimitativa: cuando sirven para poner límites al actuar de la competencia legislativa, judicial y negocial. • Fundante: “al ofrecer un valor para fundar internamente al ordenamiento y dar lugar a creaciones pretorianas”16. A estas funciones habría que agregar que los principios que estructuran la Convención sobre los Derechos del Niño son derechos que permiten ejercer otros derechos y resolver conflictos entre derechos17. . 12 A. Latorre: Introducción al Derecho. Editorial Ariel, Barcelona, 1976, pág. 76. 13 Ibid. 14 A. Plá Rodríguez: Los principios del derecho del trabajo. Ediciones Depalma, Buenos Aires, 1978, pág. 9. 15 H.A. Podetti: “Los principios del derecho del trabajo” en Instituciones de Derecho del Trabajo y de la Seguridad Social, Serie G: Estudios Doctrinales, núm. 188. Instituto de Investigaciones Jurídicas, México, 1997, pág. 139. 16 Lorenzutti, citado por Podetti, op.cit. 17 M. Cillero, op.cit. 17 M A N UA L D E F OR M A C IÓN PA R A OP E R A D OR E S D E J U S T I C I A E N M AT E R I A D E T R A B A J O I N FA N T I L Y A D OL E S C E N T E 1. Principios derivados de la Convención sobre los Derechos del Niño a) Interés superior del niño El Artículo 3 de la CDN establece: 1. En todas las medidas concernientes a los niños que tomen las instituciones públicas o privadas de bienestar social, los tribunales, las autoridades administrativas o los órganos legislativos, una consideración primordial a que se atenderá será el interés superior del niño. El interés superior alude a la satisfacción de los derechos fundamentales, Cillero enfatiza este aspecto al afirmar que “el interés superior del niño es, siempre, la satisfacción de sus derechos y nunca se puede aducir un interés del niño superior a la vigencia efectiva de sus derechos”18. Es un principio de prioridad y no de exclusión de otros derechos e intereses. Constituye, además, un criterio orientador para resolver conflictos de derechos en que puedan verse involucrados niños, niñas y adolescentes. Rige y obliga expresamente al legislador, los tribunales, los órganos administrativos y los servicios de bienestar públicos y privados. Un ejemplo de aplicación del principio de interés superior lo constituye el Artículo 9, párrafo 1 de la CDN, el cual establece que los Estados velarán por que el niño no sea separado de sus padres contra la 18 Ibid. 18 “Interés superior del niño (...) implica que el desarrollo de éste y el ejercicio pleno de sus derechos deben ser considerados como criterios rectores para la elaboración de normas y la aplicación de éstas en todos los órdenes relativos a la vida del niño” Corte Interamericana de Derechos Humanos, OC-17/2002 de 28 de agosto de 2002 voluntad de éstos, excepto cuando, a reserva de revisión judicial, las autoridades competentes determinen, de conformidad con la ley y los procedimientos aplicables, que tal separación es necesaria en el interés superior del niño. Este principio está relacionado con el derecho del niño, niña y adolescente a expresar u opinión en los asuntos que les afectan. En este sentido, el Artículo 12 de la CDN estipula que: 1. Los Estados Partes garantizarán al niño, que esté en condiciones de formarse un juicio propio, el derecho de expresar su opinión libremente en todos los asuntos que afectan al niño, teniéndose debidamente en cuenta las opiniones del niño, en función de la edad y madurez del niño. 2. Con tal fin, se dará en particular al niño oportunidad de ser escuchado en todo procedimiento judicial o administrativo que afecte al niño, ya sea directamente o por medio de un representante o de un órgano apropiado, en consonancia con las normas de procedimiento de la ley nacional. La importancia de pedir y tomar en cuenta la opinión del niño, niña o adolescente es medular en la construcción jurídica del sujeto de derechos. “Es una excelente expresión del sentido con que el derecho nos construye como sujetos. Y el derecho nos construye como sujetos en la medida en que nos otorga el uso de la palabra, porque el uso de la palabra produce efectos jurídicos: se es más sujeto de derecho como mujer, o más sujeto de derecho como niño, en tanto y en cuanto el derecho haya legitimado nuestra intervención, nuestra voz, lo que otorga un lugar reconocido no sólo en el nivel de la ley sino también por el efecto que el discurso del derecho produce, tanto en la comprensión racional del mundo social en que vivimos, como en la aparición de creencias y de mitos: es en el imaginario social donde se construye el modelo que reconocemos como hombre, como mujer, como niño”19. b) No discriminación Este principio está consagrado en el Artículo 2 de la CDN: 1. Los Estados Partes respetarán los derechos enunciados en la presente Convención y asegurarán su aplicación a cada niño sujeto a su jurisdicción, sin distinción alguna, independientemente de la raza, el color, el sexo, el idioma, la religión, la opinión política o de otra índole, el origen nacional, étnico o social, la posición económica, los impedimentos físicos, el nacimiento o cualquier otra condición del niño, de sus padres o de sus representantes legales. 2. Los Estados Partes tomarán todas las medidas apropiadas para garantizar que el niño se vea protegido contra toda forma de discriminación o castigo por causa de la condición, las actividades, las opiniones expresadas o las creencias de sus padres, o sus tutores o de sus familiares. Sobre la base de la regla según la cual “se debe tratar a los iguales de modo igual y a los desiguales de un modo desigual”, es aceptada la idea de que niñas y niños deben ser sujetos privilegiados. “En el ámbito jurídico esto tiene importantes consecuencias. Por una parte el recientemente expuesto principio del interés superior del niño es una aplicación 19 A. Ruiz, op.cit, pág. 52. 19 M ANUAL DE FORM ACIÓN PARA OPERADORES DE JUSTICIA EN A MBITO DEL TRABAJO INFANTIL Y ADOLESCENTE clara de un criterio de prioridad que encuentra su fundamento último en una concepción de justicia que se funde en el reconocimiento que las desigualdades sólo son tolerables, si satisfacen, entre otras condiciones, el ‘procurar el máximo beneficio de los miembros menos aventajados de la sociedad’. La CDN, justamente pretende superar, a través del fortalecimiento de su posición jurídica, el carácter de grupo menos aventajado que tradicionalmente ha acompañado a la infancia. La segunda expresión, y más obvia, es que la no discriminación exige una igualitaria protección de los derechos de la infancia, atendiendo a sus particularidades. Los niños tienen igualdad de derechos y es deber del Estado promover la igualdad en la aplicación de ellos”20. c) Efectividad El Artículo 4 de la CDN establece: Los Estados Partes adoptarán todas las medidas administrativas, legislativas y de otra índole para dar efectividad a los derechos reconocidos en la presente Convención. En lo que respecta a los derechos económicos, sociales y culturales, los Estados Partes adoptarán esas medidas hasta el máximo de los recursos de que dispongan y, cuando sea necesario, dentro del marco de la cooperación internacional. Las disposiciones contenidas en la CDN no tienen carácter meramente declarativos, son normas vinculantes y exigibles. Por lo tanto, los Estados no sólo deben incorporar en su legislación los derechos contenidos en la CDN sino adoptar los mecanismos efectivos de garantía de los mismos. d) Autonomía progresiva El Artículo 5 de la CDN establece: Los Estados Partes respetarán las responsabilidades, los derechos y los deberes de los padres o, en su caso, de los miembros de la familia ampliada o de la comunidad, según establezca la costumbre local, de los tutores u otras personas encargadas legalmente del niño, de impartirle, en consonancia con la evolución de sus facultades, dirección y orientación apropiadas para que el niño ejerza los derechos reconocidos en la presente Convención. Este principio se puede resumir diciendo que en la medida en que niños, niñas y adolescentes adquieren capacidades cada vez mayores, disminuye su necesidad de dirección y orientación y aumenta su posibilidad de asumir responsabilidades, tomando decisiones que afectan su vida21. En virtud de este principio, se divide la infancia en niñez y adolescencia y se fija edades mínimas para diferentes 20 Ibid. 21 G. Lansdown: La evolución de las facultades del niño. Centro de Investigaciones Innocenti. UNICEF/ Save the Children, Roma, 2005, pág. 11. 20 aspectos, entre los cuales está el trabajo, en el entendido de que a partir de ciertas edades, y siempre brindando la protección adecuada, la persona menor de edad puede actuar por sí misma, ejerciendo los derechos reconocidos en la CDN. 2. Condición jurídica y derechos humanos del niño: Opinión consultiva de la Corte Interamericana de Derechos Humanos La Corte Interamericana de Derechos Humanos (CIDH) se ha referido al tema de la condición jurídica y de los derechos humanos del niño22 al contestar una consulta formulada por la Comisión Interamericana de Derechos Humanos en el sentido de que “en distintas legislaciones y prácticas de los países americanos, la vigencia de los derechos y garantías reconocidos en los artículos 8 y 25 por la Convención Americana no es plena respecto a los niños como sujetos y actores en jurisdicción penal, civil y administrativa, por asumirse que la obligación de protección por el Estado para suplir la falta de plenitud de juicio de los menores, puede hacer pasar a segundo plano dichas garantías. Eso implica que los derechos de los menores de edad a las garantías judiciales y a la protección judicial pueden ser menoscabados o restringidos”23. “Para alcanzar sus objetivos, el proceso debe reconocer y resolver los factores de desigualdad real de quienes son llevados ante la justicia. Es así como se atiende el principio de igualdad ante la ley y los tribunales y a la correlativa prohibición de discriminación. La presencia de condiciones de desigualdad real obliga a adoptar medidas de compensación que contribuyan a reducir o eliminar los obstáculos y deficiencias que impidan o reduzcan la defensa eficaz de los propios intereses. Si no existieran esos medios de compensación, ampliamente reconocidos en diversas vertientes del procedimiento, difícilmente se podría decir que quienes se encuentran en condiciones de desventaja disfrutan de un verdadero acceso a la justicia y se benefician de un debido proceso legal en condiciones de igualdad con quienes no afrontan esas desventajas.” CIDH. El derecho a la información sobre la asistencia consular en el marco de las garantías del debido proceso legal, opinión consultiva OC-16/99 de 1 de octubre de 1999, citado por CIDH, OC-17/2002. 22 Corte Interamericana de Derechos Humanos: Condición jurídica y derechos humanos del niño. Opinión consultiva OC-17/2002 del 28 de agosto de 2002 solicitada por la Comisión Interamericana de Derechos Humanos. San José, 2002. 23 Ibid. 21 M ANUAL DE FORM ACIÓN PARA OPERADORES DE JUSTICIA EN A MBITO DEL TRABAJO INFANTIL Y ADOLESCENTE a. Debido proceso y garantías En opinión de la CIDH, “las garantías consagradas en los artículos 8 y 25 de la Convención [Americana de Derechos Humanos] se reconocen a todas las personas por igual, y deben correlacionarse con los derechos específicos que estatuye, además, el artículo 19, en forma que se reflejen en cualesquiera procesos administrativos o judiciales en los que se discuta algún derecho de un niño” (párrafo 95). Pero, además, se hace un reconocimiento expreso de que las condiciones en que participa un niño en un proceso no son las mismas en que lo hace un adulto. “Si se sostuviera otra cosa se desconocería la realidad y se omitiría la adopción de medidas especiales para la protección de los niños, con grave perjuicio para estos mismos. Por lo tanto, es indispensable reconocer y respetar las diferencias de trato que corresponden a diferencias de situación, entre quienes participan en un procedimiento”. b. La participación del niño o niña Si bien la CIDH reconoce la participación del niño como un elemento fundamental en todo proceso, al entender que por niño se involucra a todas las personas menores de 18 años, considera que es evidente que “… hay una gran variedad en el grado de desarrollo físico e intelectual, en la experiencia y en la información que poseen quienes se hallan comprendidos en aquel concepto. La capacidad 22 de decisión de un niño de 3 años no es igual a la de un adolescente de 16 años. Por ello debe matizarse razonablemente el alcance de la participación del niño en los procedimientos, con el fin de lograr la protección efectiva de su interés superior, objetivo último de la normativa el Derecho Internacional de los Derechos Humanos en este dominio” (párrafo 101). “En definitiva, el aplicador del derecho, sea en el ámbito administrativo, sea en el judicial, deberá tomar en consideración las condiciones específicas del menor y su interés superior para acordar la participación de éste, según corresponda, en la determinación de sus derechos. En esta ponderación se procurará el mayor acceso del menor, en la medida de lo posible, al examen de su propio caso” (párrafo 102). c. Proceso administrativo De la opinión consultiva de la CIDH cabe resaltar los siguientes aspectos relacionados con el proceso administrativo y que son relevantes para este Manual: • Las medidas de protección que se adopten en sede administrativa deben ajustarse estrictamente a la ley. • Quienes intervengan en los procesos decisorios deben ser personas con la competencia personal y profesional necesaria para identificar las medidas aconsejables en función del niño. • Se debe permitir el desarrollo adecuado del debido proceso, reducir y limitar adecuadamente la discrecionalidad del funcionario administrativo, conforme a criterios de pertinencia y racionalidad. d. Debido proceso La CIDH realiza algunas “consideraciones acerca de diversos principios materiales y procesales cuya aplicación se actualiza en los procedimientos relativos a menores…”: • Juez natural. “La garantía de los derechos implica la existencia de medios legales idóneos para la definición y protección de aquéllos, con intervención de un órgano judicial competente, independiente e imparcial, cuya actuación se ajuste escrupulosamente a la ley, en la que se fijará, conforme a criterios de oportunidad, legitimidad y racionalidad, el ámbito de los poderes reglados de las potestades discrecionales…” (párrafo 120). • Doble instancia y recurso efectivo. “La garantía procesal anterior se complementa con la posibilidad de que exista un tribunal superior que pueda revisar las actuaciones del inferior. Esta facultad ha quedado plasmada en el artículo 8.2.h) de la Convención Americana y en el artículo 40.b inciso v) de la Convención sobre los Derechos del Niño…” (párrafo 121). • Principio de contradictorio. “En todo proceso deben concurrir determinados elementos para que exista el mayor equilibrio entre las partes, para la debida defensa de sus intereses y derechos. Esto implica, entre otras cosas, que rija el principio de contradictorio en las actuaciones, al que atienden las normas que en diversos instrumentos disponen la intervención del niño por sí o mediante representantes en los actos del proceso, la aportación de pruebas y el examen de éstas, la formulación de alegatos, entre otros…” (párrafo 132). • Principio de publicidad. “Cuando se trata de procedimientos en los que se examinan cuestiones relativas a menores de edad, que trascienden en la vida de éstos, procede fijar ciertas limitaciones al amplio principio de publicidad que rige en otros casos, no por lo que toca al acceso de las partes a las pruebas y resoluciones, sino en lo que atañe a la observación pública de los actos procesales. Estos límites atienden al interés superior del niño, en la medida en que lo preservan de apreciaciones, juicios o estigmatizaciones que pueden gravitar sobre su vida futura” (párrafo 134). • Justicia alternativa. “Las normas internacionales procuran excluir o reducir la “judicialización” de los problemas sociales que afectan a los niños, que pueden y deben 23 M ANUAL DE FORM ACIÓN PARA OPERADORES DE JUSTICIA EN A MBITO DEL TRABAJO INFANTIL Y ADOLESCENTE ser resueltos, en muchos casos, con medidas de diverso carácter, al amparo del artículo 18 de la Convención Americana, pero sin alterar o disminuir los derechos de las personas. En este sentido, son plenamente admisibles los medios alternativos de solución de las controversias que permitan la adopción de decisiones equitativas, siempre sin menoscabo de los derechos de las personas. Por ello, es preciso que se regule con especial cuidado la aplicación de estos medios alternativos en los casos en que se hallan en juego los intereses de menores de edad” (párrafo 135). 3. Principios aplicables en los procesos laborales administrativos y judiciales en asuntos relativos al trabajo infantil y adolescente Los principios derivados de la CDN y la opinión consultiva de la Corte Interamericana de Derechos Humanos permiten aproximarse a las distintas situaciones jurídicas en que esté presente una persona menor de edad desde la perspectiva de derechos que presentan esos principios. Así, se podría hacer una relectura de los principios que informan al Derecho del Trabajo, a la vez que se agregan a éstos, los principios específicos de la CDN antes mencionados. 24 El derecho laboral se sustenta en principios de gran contenido social, cuyo fin es atenuar las desigualdades reales existentes entre trabajadores y empleadores. Según algunos autores, el principio nuclear que nutre el derecho laboral es el de centralidad de la persona del trabajador, el cual se relaciona con una de las expresiones máximas en la Constitución de la Organización Internacional del Trabajo (OIT): el trabajo no es una mercancía. Entre los principios del derecho laboral están los siguientes24: principio protector y sus reglas in dubio pro operario, la regla más favorable y la condición más beneficiosa, principio de irrenunciabilidad de derechos, principio de continuidad, principio de primacía de la realidad, principio de buena fe y principio de razonabilidad. Estos principios cobran particular importancia y fuerza cuando el trabajador es una persona menor de edad, en especial los siguientes principios: a. Principio protector En virtud de este principio se procura nivelar las desigualdades existentes en una relación laboral. Estas desigualdades pueden ser por las relaciones de poder económicas entre trabajadores y empleadores o por otro tipo de desigualdades (como la desigualdad de género, por ejemplo). En el caso de las personas menores 24 Distintos tratadistas y estudiosos del derecho laboral hacen diferentes clasificaciones de los principios. En este documento se ha tomado como base la enumeración de principios contenida en: OIT/ ILANUD, Módulo de capacitación. Derecho Laboral, Programa Mujer, Justicia y Género, San José, 2001. Este Manual, a su vez, se basa en A. Plá Rodríguez: Los principios del Derecho del Trabajo, Ediciones Depalma, Buenos Aires, 1978. de edad, la desigualdad viene dada, además, en razón de la edad y de las relaciones asimétricas que esta supone. De este principio se derivan las siguientes reglas: justicia debe inclinarse por aquella interpretación o valoración que sea más favorable para la parte trabajadora. Tratándose de personas adolescentes trabajadoras, con frecuencia el operador de justicia encontrará que debe aplicar las normas laborales del Código de Trabajo, pero también aquellas contenidas en los regímenes especiales de protección de los Códigos de Niñez y Adolescencia; en estas situaciones el operador debe valorar cuál es la norma más favorable para la parte trabajadora y aplicarla. Además, también debe tener presente el marco jurídico internacional (CDN, Convenios núms. 138 y 182 de la OIT, como mínimo), en la aplicación de esta regla. • Regla del In Dubio pro Operario. En caso de duda en la interpretación de una norma, el operador de justicia debe inclinarse por aquella interpretación que sea más favorable a la parte trabajadora. Se aplica únicamente en caso de duda para apreciar mejor la prueba, los hechos relacionados con el sentido de la norma. En un estudio realizado sobre sentencias judiciales y resoluciones administrativas en materia de trabajo infantil en América Central y República Dominicana25, se encontró que en la mayoría de los casos en que una persona trabajadora adolescente presenta algún reclamo, la parte empleadora tiende a negar la relación laboral; en algunos casos los operadores de justicia resuelven a favor del empleador ante la dificultad del trabajador de probar la relación laboral y, principalmente, ante el argumento del empleador de que en realidad el servicio prestado no era realmente un trabajo “sino una ayuda”. • Regla de la norma más favorable. En caso de duda en la interpretación de una norma, el operador de • Regla de la condición más beneficiosa. Supone la existencia de una situación anterior mejor, concreta y determinada que el empleador deberá respetar. No se deben disminuir las condiciones más favorables en que pudiera hallarse la parte trabajadora. Los regímenes especiales de protección al trabajo de las personas adolescentes establecen jornadas reducidas y condiciones de trabajo que favorezcan el derecho a la salud y a la educación de la persona adolescente. Estas particularidades –que son de interés social- pueden tener un efecto . 25 IPEC: Reflexiones sobre la aplicación de los convenios de la OIT sobre trabajo infantil y sus peores formas en América Central y República Dominicana. OIT, San José, 2006. 25 M ANUAL DE FORM ACIÓN PARA OPERADORES DE JUSTICIA EN A MBITO DEL TRABAJO INFANTIL Y ADOLESCENTE negativo para el empleo de las personas adolescentes por el costo mayor que puede implicar para los empleadores. Deben ser vistas, sin embargo, como conquistas sociales e implementarse medidas compensatorias para disminuir los efectos negativos que podrían producirse para los empleadores. b. Principio de irrenunciabilidad de derechos La renuncia a los derechos mínimos establecidos en las leyes de trabajo y en los regímenes de protección especial al trabajo de las personas adolescentes implican una nulidad absoluta o total del acto. c. Principio de continuidad Según este principio, la relación laboral debe ser estable y duradera. Interpreta el anhelo por relaciones laborales regidas por un régimen de verdadera estabilidad en el empleo. Los contratos de trabajo son mutables en el tiempo y varían respecto de las condiciones iniciales para beneficio de la parte trabajadora. Los cambios de las condiciones de trabajo y el salario se contemplan como una modificación del contrato laboral. Por ejemplo, si a una persona adolescente trabajadora se le traslada de labores por alguna condición que le es particular (por estar expuesta a riesgos), esta modificación no podrá perjudicarla salarial- mente y, si se tratara de una condición temporal, podría regresar a las condiciones que más le beneficien. 4. Principios del proceso laboral De manera inseparable de los principios del derecho sustantivo, están los del proceso laboral, pues en el proceso se reproducen las mismas asimetrías que los principios del derecho laboral han querido compensar. Según Valdés del Re, “… la ley procesal laboral ha tomado nota de la naturaleza compensadora e igualadora de las normas laborales, materiales y adjetivas, introduciendo las correcciones equilibradoras a la igualdad formal de las partes a fin de procurar una igualdad sustancial”26. Es decir, los principios del derecho procesal laboral complementan aquéllos del derecho sustantivo y son una “garantía de efectividad de los derechos materiales reconocidos por el derecho del trabajo y por el derecho de la seguridad social”27. Entre los principios del proceso laboral están: oralidad, concentración, inmediatez, celeridad. Cuando la parte trabajadora es una persona menor de edad, a estos principios habría que añadir: el principio de participación de la persona menor de edad, en virtud del cual el operador está obligado a pedir 26 Valdés del Re citado por J.A. Sagardoy Bengoechea: “El proceso laboral: principios informadores” en Instituciones de derecho del trabajo y de la seguridad social. Serie G: Estudios Doctrinales, núm. 188. Universidad Autónoma de México, Instituto de Investigaciones Jurídicas, México D.F., 1997, pág. 824. 26 27 Ibid. y tomar en cuenta la opinión de la persona menor de edad y asegurarse de que ésta esté debidamente informada de las distintas actuaciones. Algunas legislaciones de los países de la región han incorporado en sus legislaciones de niñez y adolescencia principios que deben observarse en procesos administrativos o judiciales en los que participen personas menores de edad. Éste es el caso, por ejemplo, de Costa Rica y Guatemala. El Artículo 107 del Código de Niñez y Adolescencia de Costa Rica28 (CNA) consagra los derechos en procesos: CNA-CR-Art. 107. Derechos en procesos. En todo proceso o procedimiento en que e discutan disposiciones materiales de este Código, las personas menores de edad tendrán derecho a lo siguiente: a) Ser escuchados en su idioma y que su opinión y versiones sean consideradas en la resolución que se dicte. b) Contar con un traductor o intérprete y seleccionarlo cuando sea necesario. c) Acudir a las audiencias en compañía de un trabajador social, un psicólogo o cualquier otro profesional similar o una persona de su confianza. d) Recibir del juez información clara y precisa sobre el significado de cada una de las actuaciones que se desarrollen en su presencia, así como del contenido y las razones de cada decisión. e) Que todo procedimiento se desarrolle sin demora, en términos sencillos y precisos. f) La justificación y determinación de la medida de protección ordenada. En la resolución que establezca la medida de protección, la autoridad judicial o administrativa deberá explicar a la persona menor de edad, de acuerdo con su edad y madurez, el motivo por el cual se seleccionó tal medida. g) No ser ubicadas en ninguna institución pública ni privada sino mediante declaración de la autoridad competente, previo agotamiento de las demás opciones de ubicación. Queda a salvo la medida de protección de abrigo, dictada por las oficinas locales del Patronato Nacional de la Infancia. h) La discreción y reserva de las actuaciones. i) Impugnar las decisiones judiciales y administrativas, conforme a lo dispuesto en este Código. De similar manera, la Ley de Protección Integral de la Niñez y Adolescencia (LPINA)29 de Guatemala se refiere a las garantías procesales de niños, niñas y adolescentes: 28 Código de la Niñez y Adolescencia de Costa Rica. Ley Nº 7739, del 6 de enero de 1998. Publicado en La Gaceta Nº 26, del 6 de febrero de 1998. 27 M ANUAL DE FORM ACIÓN PARA OPERADORES DE JUSTICIA EN A MBITO DEL TRABAJO INFANTIL Y ADOLESCENTE LPINA-Artículo 116. Garantías procesales. La niñez y la adolescencia amenazadas o violadas en sus derechos gozarán de las siguientes garantías procesales: a) Ser escuchado en su idioma en todas las etapas del proceso y que su opinión y versiones sean tomadas en cuenta y consideradas en la resolución que dicte el juzgado, debiendo en su caso, estar presente un intérprete. b) No ser abrigado en institución pública o privada, sino mediante declaración de autoridad competente, previo a agotar las demás opciones de colocación. Asimismo, no podrán, bajo ninguna circunstancia, ser internados en instituciones destinadas a adolescentes en conflicto con la ley penal, incurriendo en responsabilidad los funcionarios que no cumplieren esta disposición. c) Asistir a las audiencias programadas, acompañado por un trabajador social, psicólogo o cualquier otro profesional similar. d) Recibir información clara y precisa en su idioma materno, sobre el significado de cada una de las actuaciones procesales que se desarrollen en su presencia, así como del contenido y las razones de cada una de las decisiones. e) Que todo procedimiento desarrollado sin demora. 28 sea f) La justificación y determinación de la medida de protección ordenada. En la resolución en la que se determine la medida de protección, el juez le deberá explicar, de acuerdo a su edad y madurez, el motivo por el cual fue seleccionada esta medida. g) Una jurisdicción especializada. h) La discreción y reserva en las actuaciones. i) Tener y seleccionar un intérprete cuando fuere el caso. j) A no ser separado de sus padres o responsables contra la voluntad de estos, excepto cuando el juez determine, previa investigación de los antecedentes, que tal separación es necesaria en el interés superior del niño, en caso en que éste sea objeto de maltrato o descuido. k) A evitar que sea revictimizado al confrontarse con su agresor en cualquier etapa del proceso. Estas garantías procesales o derechos en procesos se derivan de la Convención de los Derechos del Niño, y deben ser observadas en cualquier jurisdicción en que se diluciden asuntos que involucren a niños, niñas y adolescentes, como sería el caso de los procesos laborales, en la vía judicial o administrativa, en los cuales –ademásse deben observar los principios del proceso laboral antes mencionados. 29 Ley de Protección Integral de la Niñez y Adolescencia de Guatemala. Decreto 27-2003, del 4 de junio de 2003. II. TRABAJO INFANTIL Y TRABAJO ADOLESCENTE A. Antecedentes históricos Los primeros antecedentes de la regulación del trabajo infantil se remontan a la época de la revolución industrial, que se caracterizó por la explotación despiadada de niños y de mujeres. En 1802, se emite en Inglaterra la Moral and Health Act, dirigida a regular el trabajo de los aprendices de las parroquias, limitando la jornada a diez horas diarias. Según Cunningham, la aprobación de esta ley generó un debate sobre el trabajo infantil, pues algunas personas querían extender los efectos de la misma a otros niños trabajadores que no fueran los aprendices. Finalmente, primó la tesis de que “cualquier intervención en el campo del trabajo infantil dejara intacto el principio del trabajo libre”30, en el cual incluían el trabajo de los niños. Considerar “trabajo libre” el trabajo de los niños generó un debate que desembocó en el reconocimiento de que el trabajo infantil no era libre, sino que podría ser descrito como trabajo esclavo. En el Acta Industrial de 1833 se redujo razonablemente la extensión de la “esclavitud infantil blanca” y el trabajo de los niños menores de 13 años fue limitado a ocho horas diarias31. A nivel internacional, relata Dávalos, las primeras regulaciones se dan entre los años 1840 y 1853, época en que el industrial francés Daniel Le Grand se dirigió a los gobiernos de Francia, Reino Unido, Alemania y Suiza, instándolos a que elaboraran una ley internacional que protegiera a los trabajadores “contra el trabajo excesivo a una edad demasiado temprana, causa primera y principal de su decadencia física, de su embrutecimiento moral y de su privación de las satisfacciones de la vida familiar”32. Según este autor, en 1890 el gobierno suizo convocó a una conferencia que se llevó a cabo en Berlín, en la que participaron los principales países industrializados de Europa. Se adoptaron recomendaciones para reglamentar o prohibir el trabajo en las minas, el trabajo dominical, el trabajo de los niños y el empleo de los jóvenes y de las mujeres. Durante el Primer Congreso Internacional para la Protección Legal de los Trabajadores, celebrado en 1897 en Zurich, Suiza, el trabajo de las personas menores de edad ocupó un lugar preponderante. La Declaración de Principios de la Segunda Internacional en París contenía la prohibición de trabajar para las personas . . 30 H. Cunningham: “Los hijos de los pobres. La imagen de la Infancia desde el Siglo XVII”. Documento si fecha, no publicado. Disponible en el sitio Web del INN: www.iin.oea.org/Los_hijos_de_los_pobres. pdf 31 Ibid. 32 J. Dávalos: Derechos de los menores trabajadores, Cámara de Diputados, LVII Legislatura, Universidad Nacional Autónoma de México, Instituto de Investigaciones Jurídicas, México, 2000, pág. 14. 29 M ANUAL DE FORM ACIÓN PARA OPERADORES DE JUSTICIA EN A MBITO DEL TRABAJO INFANTIL Y ADOLESCENTE menores de 14 años y la reducción de la jornada de seis horas para los menores de 18 años33. En 1900 se constituyó la Asociación Internacional del Trabajo y en su tercera conferencia celebrada en 1913 elaboraron dos convenios: uno para regular la jornada del trabajo de las mujeres y los menores, y otro para prohibir el trabajo nocturno de los niños. En el Tratado de Versalles, aprobado en la Conferencia de Paz de 1919, en la Parte XIII se establece la creación de la Organización Internacional del Trabajo. En el Capítulo II, Principios Generales (artículo 427), figuraba el artículo 41 de la Constitución original (modificado en 1946) en el que se indicaba que el trabajo no es una mercancía, y establecía entre los procedimientos y principios de importancia, el siguiente: “6. La supresión del trabajo de los niños y la obligación de introducir en el trabajo de los jóvenes de ambos sexos las limitaciones necesarias para permitirles continuar su educación y asegurar su desarrollo físico…”34. Las regulaciones sobre el trabajo de las personas menores de edad ingresaron a los Códigos de Trabajo en forma de capítulos sobre “trabajo de mujeres y de menores”. Si bien la perspectiva de estas primeras regulaciones es de protección, se da en el marco de la doctrina de la situación irregular, supracitada, y los fines de la protección son de salubridad, moralidad e inclusive de evitar la competencia desleal (al legitimar de una u otra forma la retribución menor a niños, niñas y adolescentes). B. La perspectiva de los instrumentos internacionales Una lectura conjunta de la Convención sobre los Derechos del Niño, y los Convenios de la OIT núm.138 sobre la edad mínima de admisión al empleo y núm. 182 sobre las peores formas de trabajo infantil permite aproximarse al trabajo infantil y adolescente desde la perspectiva de los derechos de niños, niñas y adolescentes. Los Convenios núms. 138 y 182 de la OIT forman parte de la “Declaración de la OIT relativa a los principios y derechos fundamentales en el trabajo y su seguimiento” y, por lo tanto, los Miembros de la OIT, aun cuando no hayan ratificado los convenios mencionados en la Declaración, “tienen un compromiso que se deriva de su mera pertenencia a la Organización de respetar, promover y hacer realidad, de buena fe y de conformidad con la Constitución, los principios relativos a los derechos fundamentales que son objeto de esos convenios, es decir: 33 Ibid. 30 34 Citado por: K. Tapiola: “Reexamen de la cuestión del trabajo infantil a la luz del establecimiento de normas de la OIT”. En: Protección de los niños en el mundo del trabajo, OIT, Educación Obrera 1997/3, Número 108, Ginebra, 1997, pág. 3. • la libertad de asociación y la libertad sindical y el reconocimiento efectivo del derecho de negociación colectiva; • la eliminación de todas las formas de trabajo forzoso u obligatorio; • la abolición efectiva del trabajo infantil; y • la eliminación de la discriminación en materia de empleo y educación”35. La CDN consagra el derecho a la protección contra la explotación económica y contra el desempeño de cualquier trabajo que pueda ser peligroso, entorpecer la educación o ser nocivo para la salud, el desarrollo físico, mental, espiritual, moral o social. Éste es el principio general consagrado por el Artículo 32 de la CDN (véase el recuadro) aplicable a toda persona menor de 18 años. Por su parte, el Convenio de la OIT núm. 138 sobre la edad mínima de admisión al empleo estipula en su Artículo 1: Todo Miembro para el cual esté en vigor el presente Convenio se compromete a seguir una política nacional que asegure la abolición efectiva del trabajo de los niños y eleve progresivamente la edad mínima de admisión al empleo o al trabajo a un nivel que haga posible el más completo desarrollo físico y mental de los menores (los subrayados no son del original). Convención sobre los Derechos del Niño Artículo 32 1. Los Estados Partes reconocen el derecho del niño a estar protegido contra la explotación económica y contra el desempeño de cualquier trabajo que pueda ser peligroso o entorpecer su educación, o que sea nocivo para su salud o para su desarrollo físico, mental, espiritual, moral o social. 2. Los Estados Partes adoptarán medidas legislativas, administrativas, sociales y educacionales para garantizar la aplicación del presente artículo. Con ese propósito y teniendo en cuenta las disposiciones pertinentes de otros instrumentos internacionales, los Estados Partes, en particular: a) Fijarán una edad o edades mínimas para trabajar; b) Dispondrán la reglamentación apropiada de los horarios y condiciones de trabajo; c) Estipularán las penalidades u otras sanciones apropiadas para asegurar la aplicación efectiva del presente artículo”. 35 OIT: Declaración de la OIT relativa a los principios y derechos fundamentales en el trabajo y su seguimiento, 1998, Disponible en: http://www.ilo.org/dyn/declaris/DECLARATIONWEB.static_ jump?Var_Language=SP&var_pagename=DECLARATIONTEXT 31 M ANUAL DE FORM ACIÓN PARA OPERADORES DE JUSTICIA EN A MBITO DEL TRABAJO INFANTIL Y ADOLESCENTE La “abolición efectiva del trabajo de los niños” es el fin último del Convenio núm. 138. Algunas personas consideran que la CDN está “ligeramente en regresión con respecto al Convenio núm. 138, ya que no se refiere a la supresión del trabajo infantil…”36; sin embargo, la complementariedad de ambas normas permitiría suprimir esa posible “regresión”. Pero, además, el concepto de “trabajo infantil”, del cual parte el Convenio núm. 138, es aquél “que por su naturaleza o intensidad es perjudicial para la escolarización de los niños o perjudica su salud y desarrollo”37. Este concepto, por lo tanto, “excluye a todos los niños mayores de doce años que trabajan sólo unas cuantas horas a la semana y que llevan a cabo trabajos ligeros permitidos y los mayores de quince años que llevan a cabo trabajos que no califican como ‘peligrosos’”38. En el segundo párrafo del Artículo 32 de la CDN se establece que los Estados deben adoptar medidas legislativas, administrativas, sociales y educacionales para garantizar la aplicación del artículo. En particular, los Estados deben: fijar una edad o edades mínimas para trabajar, disponer la reglamentación apropiada de los horarios y condiciones de trabajo y estipular penalidades u otras sanciones apropiadas para la aplicación efectiva del artículo. Por su parte, el Artículo 1 del Convenio núm. 138 supracitado, además de la abolición efectiva del trabajo infantil, señala que los Estados deben seguir una política nacional que eleve progresivamente la edad mínima de admisión al empleo o al trabajo a un nivel que haga posible el más completo desarrollo físico y mental de los menores. De lo anterior es posible extraer las siguientes ideas: • El trabajo que llevan a cabo niños y niñas por debajo de la edad mínima y los trabajos peligrosos llevados a cabo por cualquier persona por debajo de los dieciocho años configuran el concepto de “trabajo infantil” de la OIT. • El trabajo de las personas por encima de la edad mínima y que no sea peligroso debe regularse con el fin de establecer medidas de protección adecuadas. 1. Edad mínima La edad mínima establecida en el Convenio núm. 138 “no deberá ser inferior a la edad en que cesa la obligación escolar, o en todo caso, a quince años” (Artículo 2 párrafo 3). Ésta es la 36 L. Picard: “¿Por qué nuevos instrumentos internacionales sobre el trabajo infantil?”. En: Protección de los niños en el mundo del trabajo, OIT, Educación Obrera 1997/3, Número 108, Ginebra, 1997, pág. 13. 37 OIT: Combatiendo las peores formas de trabajo infantil. Manual para Inspectores, San José, 2003, pág. 3. 32 38 OIT: La eliminación del trabajo infantil: un objetivo a nuestro alcance, Informe global con arreglo al seguimiento de la Declaración de la OIT relativa a los principios y derechos fundamentales en el trabajo, Conferencia Internacional del Trabajo 95ª reunión, 2006, Informe I (B), pág. 6. regla general que es reforzada por la Recomendación de la OIT núm. 146 sobre la edad mínima al sugerir en el párrafo 7.1 que “los Miembros deberían fijarse como objetivo la elevación progresiva a dieciséis años de la edad mínima de admisión al empleo o al trabajo fijada con arreglo al artículo 2 del Convenio sobre la edad mínima, 1973”. Una de las características del Convenio núm. 138 es su flexibilidad y, en ese sentido, establece una serie de medidas alternas que pueden ser aplicadas por los Estados de acuerdo con su realidad. Así, a la regla anteriormente mencionada le caben las siguientes excepciones: • Los países cuya economía y medios de educación estén insuficientemente desarrollados podrán, previa consulta con organizaciones de empleadores y de trabajadores, especificar inicialmente una edad mínima de catorce años. Dado el carácter excepcional de esta medida, los Estados deben declarar en las memorias si aún subsisten las razones para tal especificación, o que renuncian al derecho de seguir acogiéndose a esta excepción. • La legislación nacional podrá permitir el empleo o el trabajo de personas de trece a quince años de edad en trabajos ligeros a condición de que éstos: no sean susceptibles de perjudicar su salud o desarrollo; y, no sean de tal naturaleza que puedan perjudicar su asistencia a la escuela, su participación en programas de orientación o formación aprobados por la autoridad competente o el aprovechamiento de la enseñanza que reciben. El Estado que haya fijado la edad mínima en 14 años, en virtud de la excepción antes señalada, puede fijar la edad de doce a catorce años para los trabajos ligeros. • Se podrán conceder, por medio de permisos individuales, excepciones a la prohibición de ser admitido al empleo o de trabajar con finalidades tales como participar en representaciones artísticas. Esos permisos deben limitar el número de horas y prescribir las condiciones en que pueden llevarse a cabo (Artículo 8 párrafo 2). Sin embargo, la edad mínima de admisión a “todo tipo de trabajo que por su naturaleza o las condiciones en que se realice pueda resultar peligroso para la salud, la seguridad o la moralidad de los menores no deberá ser inferior a dieciocho años” (Artículo 3.1). No obstante, se admite la posibilidad de autorizar el empleo o trabajo a partir de la edad de dieciséis años, “siempre que queden plenamente garantizadas la salud, la seguridad y la moralidad de los adolescentes, y que éstos hayan recibido instrucción o formación profesional adecuada y específica en la rama de actividad correspondiente” (Artículo 3.2). 33 M ANUAL DE FORM ACIÓN PARA OPERADORES DE JUSTICIA EN A MBITO DEL TRABAJO INFANTIL Y ADOLESCENTE En el siguiente recuadro se resumen los aspectos más importantes con respecto a la edad mínima contenidos en el Convenio núm. 138. Edad mínima según el Convenio 138 Edad mínima general 15 años o más Trabajo ligero Trabajo peligroso NORMA 13 años 18 años* Excepción: Para los países en los que la economía y el sistema educativo están insuficientemente desarrollados 14 años 12 años 18 años* *16 años en condiciones estrictas 2. La distinción necesaria entre trabajo infantil y trabajo adolescente De las disposiciones relativas a la edad mínima, se puede concluir que hay que hacer una distinción entre trabajo infantil y trabajo adolescente. El trabajo infantil es aquél realizado por niños y niñas por debajo de la edad mínima (quince años, y para los países en vías de desarrollo catorce años) y debe ser erradicado, pues violenta los derechos de niños y niñas a la educación, la salud, la recreación, etc. El Convenio núm. 138 exceptúa los trabajos ligeros, que se distinguen por no ser susceptibles de perjudicar la salud o desarrollo ni entorpecer el derecho a la educación, que pueden ser realizados por personas entre trece y quince años o entre doce y catorce años para los países en vías de desarrollo, los cuales deben ser debidamente regulados. 34 Aparte de los trabajos ligeros –y los permisos individuales que pueden concederse para representaciones artísticas–, no puede permitirse el trabajo de las personas que tengan menos de la edad mínima. En ese sentido, las legislaciones nacionales que admitan el trabajo de niños y niñas que no alcancen la edad mínima por razones de subsistencia riñen con los instrumentos internacionales y reproducen la visión –que la CDN supera– de que la legislación es aplicable únicamente a los pobres. Ya hemos visto cómo a partir del principio de autonomía progresiva se puede dividir la infancia en niñez y adolescencia como dos grandes etapas que tienen sus propias características y de las cuales derivan derechos específicos que deben ser protegidos y garantizados. Esta distinción es particularmente importante para el tema del trabajo, pues –como ya se dijo– el trabajo infantil debe ser erradicado, mientras que el trabajo adolescente debe ser regulado y protegido. Protocolo Adicional a la Convención Americana sobre Derechos Humanos en materia de Derechos Económicos, Sociales y Culturales, “Protocolo de San Salvador” (Adoptado en San Salvador, El Salvador, el 17 de noviembre de 1988 en el 18º período ordinario de sesiones de la Asamblea General) Artículo 7. Condiciones justas, equitativas y satisfactorias de trabajo. Los Estados partes en el presente Protocolo reconocen que el derecho al trabajo al que se refiere el artículo anterior supone que toda persona goce del mismo en condiciones justas, equitativas y satisfactorias, para lo cual dichos Estados garantizarán en sus legislaciones nacionales, de manera particular: (…) f. la prohibición de trabajo nocturno o en labores insalubres o peligrosas a los menores de 18 años y, en general, de todo trabajo que pueda poner en peligro su salud, seguridad o moral. Cuando se trate de menores de 16 años, la jornada de trabajo deberá subordinarse a las disposiciones sobre educación obligatoria y en ningún caso podrá constituir un impedimento para la asistencia escolar o ser una limitación para beneficiarse de la instrucción recibida. 3. La protección de los derechos de la persona adolescente trabajadora Ya se ha mencionado que la CDN consagra el derecho a la protección contra la explotación económica que tiene todo niño, niña y adolescente. Algunas legislaciones reconocen el derecho de las personas adolescentes que han alcanzado la edad mínima de admisión al empleo a trabajar39. Este derecho supondría –no obstante– que el trabajo no vaya en detrimento de la salud, el desarrollo integral o la educación de la persona adolescente. El Protocolo Adicional a la Convención Americana sobre Derechos Humanos en materia de Derechos Económicos, Sociales y Culturales, “Protocolo de San Salvador”, en su Artículo 7 se refiere a las condiciones justas, equitativas y satisfactorias de trabajo que supone el derecho al trabajo, entre las cuales están, en el inciso f., algunas condiciones referidas al trabajo de las personas menores de edad. a. Condiciones de trabajo Las condiciones de trabajo que deben estar contempladas en un régimen de protección a los derechos de personas adolescentes trabajadoras, están establecidas en el Convenio núm. 138 y, particularmente en su Recomendación núm. 146. Se trata de aspectos mínimos que guían a las 39 Por ejemplo, el Código de la Niñez y la Adolescencia de Costa Rica establece en su Artículo 78: “El Estado reconocerá el derecho de las personas adolescentes mayores de quince años a trabajar con las restricciones que imponen este Código, los convenios internacionales y la ley. Este derecho podrá limitarse solamente cuando la actividad laboral importe riesgo, peligro para el desarrollo, la salud física, mental y emocional o cuando perturbe la asistencia regular al centro educativo. 35 M ANUAL DE FORM ACIÓN PARA OPERADORES DE JUSTICIA EN A MBITO DEL TRABAJO INFANTIL Y ADOLESCENTE legislaciones nacionales y también a la aplicación de la legislación. En virtud del párrafo 12 de la Recomendación núm. 146, las condiciones en que están empleadas las personas adolescentes deben alcanzar y mantener un “nivel satisfactorio” y les corresponde a las autoridades vigilar estas condiciones. De igual manera deben vigilar por este aspecto en los casos de personas adolescentes que reciben orientación y formación profesionales en empresas o instituciones de formación profesional o técnica. El “nivel satisfactorio” a que hace referencia la Recomendación núm. 146 habría que vincularlo con conceptos más modernos, surgidos tras la adopción del Convenio núm. 138 y su Recomendación, como es el de trabajo decente. Se ha definido trabajo decente como “trabajo productivo en condiciones de libertad, equidad, seguridad y dignidad, en el cual los derechos son protegidos y que cuenta con una remuneración adecuada y protección social”. Según Ermida40, los componentes del trabajo decente son: • trabajo productivo • con protección de derechos • con ingresos adecuados • con protección social • tripartismo y diálogo social Ésta es una definición general de trabajo decente, aplicable a toda persona, independientemente de su edad. Sin embargo, para el caso de las personas adolescentes, habría que agregar un elemento adicional referido a la protección especial, la cual se relaciona con los siguientes aspectos: • Remuneración equitativa y su protección, habida cuenta del principio “salario igual por trabajo de igual valor”. Este primer aspecto rompe la creencia, que aún está generalizada, de que se justifica una retribución menor a la persona adolescente en comparación con aquella que recibirá la persona adulta, por considerar que no “puede dar el mismo rendimiento que da una persona adulta en pleno goce de sus capacidades físicas y mentales”41, como se ha afirmado en una sentencia de un tribunal de trabajo, en una frase que refleja discriminación hacia las personas menores de edad. • Limitación estricta de las horas dedicadas al trabajo por día y por semana y la prohibición de horas extraordinarias. La jornada especial para las personas adolescentes es un elemento fundamental para proteger el derecho a la educación de la persona adolescente. Ha sido usual fijar esta jornada en seis horas diarias y treinta y seis semanales, como parámetro. 40 O. Ermida:”Trabajo decente y formación profesional”. En: Boletín Cinterfor, Nº 151, Documento sin fecha, no publicado. Disponible en: www.cinterfor.org.uy/public/spanish/region/ampro/cinterfor/ publ/boletin/151/pdf/erm.pdf 36 41 Tribunal Superior de Trabajo de Costa Rica, Nº 784 de las 8:10 horas del 28 de junio de 1985. El Protocolo de San Salvador, supracitado, es contundente al afirmar que “la jornada de trabajo deberá subordinarse a las disposiciones sobre educación obligatoria y en ningún caso podrá constituir un impedimento para la asistencia escolar o ser una limitación para beneficiarse de la instrucción recibida”. • El acceso a la enseñanza básica gratuita y a la formación profesional. El derecho a la educación no debe ser limitado en modo alguno por el trabajo. Es fundamental que las personas adolescentes cuenten con “suficiente tiempo para la enseñanza o la formación profesional”, como lo señala la Recomendación núm. 146 del Convenio núm. 138 (punto 13.1)b). • El disfrute de un mínimo de doce horas consecutivas de descanso nocturno, lo cual implica, además, la prohibición absoluta del trabajo nocturno. • El derecho al descanso semanal. • La concesión de vacaciones anuales pagadas de, por lo menos, cuatro semanas. • Garantizado el derecho a la seguridad social, incluidos los regímenes de seguros por accidentes de trabajo y enfermedades profesionales, la asistencia médica y las prestaciones de enfermedad. • La existencia de normas satisfactorias de seguridad e higiene y de instrucción y vigilancia adecuadas. Un aspecto fundamental en el régimen de protección es el referido a los trabajos peligrosos, el cual será analizado de seguido. b. Los trabajos peligrosos Ya se ha mencionado que el Convenio núm. 138 establece que la edad mínima de admisión a todo tipo de empleo o trabajo que pueda resultar peligroso no deberá ser inferior a dieciocho años. Éstos son los antecedentes de la regulación de los trabajos peligrosos del Convenio núm. 182 sobre las peores formas de trabajo infantil. Este Convenio, que es complementario al Convenio núm. 138, surge como un llamado de acción para erradicar en el menor tiempo posible las peores formas de trabajo infantil, las cuales son definidas por el Artículo 3 de la siguiente manera: a) todas las formas de esclavitud o las prácticas análogas a la esclavitud, como la venta y el trata de niños, la servidumbre por deudas y la condición de siervo, y el trabajo forzoso u obligatorio, incluido el reclutamiento forzoso u obligatorio de niños para utilizarlos en conflictos armados; 37 M ANUAL DE FORM ACIÓN PARA OPERADORES DE JUSTICIA EN A MBITO DEL TRABAJO INFANTIL Y ADOLESCENTE b) la utilización, el reclutamiento o la oferta de niños para la prostitución, la producción de pornografía o actuaciones pornográficas; c) la utilización, el reclutamiento o la oferta de niños para la realización de actividades ilícitas, en particular la producción y el tráfico de estupefacientes, tal como se definen en los tratados internacionales pertinentes, y d) el trabajo que, por su naturaleza o por las condiciones en que se lleva a cabo, es probable que dañe la salud, la seguridad o la moralidad de los niños. Los tres primeros incisos son las denominadas “incuestionablemente peores formas”, son medios de explotación económica y constituyen delitos. Fueron definidas por la comunidad internacional al aprobar el Convenio núm. 182. “Al ratificar el Convenio núm. 182, un país está aceptando estas definiciones. Posteriormente, no puede decir, que no considerará, por ejemplo, el uso de niños en prostitución como una de las peores formas de trabajo infantil. Cuando los países asisten a la implementación del Convenio núm. 182, se debe tener cuidado de no re-iniciar el debate sobre si las categorías especificadas son realmente “las peores formas” ni desafiar los contenidos del Convenio núm. 182”42. El Convenio núm. 182 enfatiza en la necesidad prioritaria de eliminar las peores formas de trabajo infantil, adoptando las medidas que sean necesarias, incluidos el establecimiento y la aplicación de sanciones penales (Artículo 7 del Convenio núm. 182). En el caso del inciso d), los llamados trabajos peligrosos también forman parte de las peores formas de trabajo infantil; sin embargo, su determinación corresponde a los países de acuerdo con su realidad nacional, pues el Convenio núm. 182 únicamente los enuncia como aquel que “por su naturaleza o por las condiciones en que se lleva a cabo, es probable que dañe la salud, la seguridad o la moralidad de los niños”. La Recomendación núm. 190 del Convenio núm. 182 señala que al determinar los trabajos peligrosos se debe tomar en consideración: a) los trabajos en que el niño queda expuesto a abusos de orden físico, psicológico o sexual; b) los trabajos que se realizan bajo tierra, bajo el agua, en alturas peligrosas o en espacios cerrados; c) los trabajos que se realizan con maquinaria, equipos y herramientas peligrosos, o que conllevan la manipulación o el transporte manual de cargas pesadas; 42 IPEC: Convenio núm.182 y trabajo infantil peligroso. Nota técnica núm. 1. Documento sin fecha, no publicado. Disponible en: http://www.oit.org.pe/ipec/documentos/trabajo_peligroso_182.pdf 38 d) los trabajos realizados en un medio insalubre en el que los niños estén expuestos, por ejemplo, a sustancias, agentes o procesos peligrosos, o bien a temperaturas o niveles de ruido o de vibraciones que sean perjudiciales para la salud, y e) los trabajos que implican condiciones especialmente difíciles, como los horarios prolongados o nocturnos, o los trabajos que retienen injustificadamente al niño en los locales del empleador. 39 M A N UA L D E F OR M A C IÓN PA R A OP E R A D OR E S D E J U S T I C I A E N M AT E R I A D E T R A B A J O I N FA N T I L Y A D OL E S C E N T E 40 BIBLIOGRAFÍA Beloff, M. (1999): “Modelo de la protección integral de los derechos del niño y de la situación irregular: un modelo para armar y otro para desarmar” en Justicia y Derechos del Niño, núm. 1. UNICEF, Santiago de Chile. Cillero, M.: Infancia, autonomía y derechos. 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ANEXOS CONVENCIÓN SOBRE LOS DERECHOS DEL NIÑO Adoptada y abierta a la firma y ratificación por la Asamblea General en su resolución 44/25, de 20 de noviembre de 1989 Entrada en vigor: 2 de septiembre de 1990, de conformidad con el artículo 49 Órgano de vigilancia Preámbulo Los Estados Partes en la presente Convención, Considerando que, de conformidad con los principios proclamados en la Carta de las Naciones Unidas, la libertad, la justicia y la paz en el mundo se basan en el reconocimiento de la dignidad intrínseca y de los derechos iguales e inalienables de todos los miembros de la familia humana, Teniendo presente que los pueblos de las Naciones Unidas han reafirmado en la Carta su fe en los derechos fundamentales del hombre y en la dignidad y el valor de la persona humana, y que han decidido promover el progreso social y elevar el nivel de vida dentro de un concepto más amplio de la libertad, Reconociendo que las Naciones Unidas han proclamado y acordado en la Declaración Universal de Derechos Humanos y en los pactos internacionales de derechos humanos, que toda persona tiene todos los derechos y libertades enunciados en ellos, sin distinción alguna, por motivos de raza, color, sexo, idioma, religión, opinión política o de otra índole, origen nacional o social, posición económica, nacimiento o cualquier otra condición, Recordando que en la Declaración Universal de Derechos Humanos las Naciones Unidas proclamaron que la infancia tiene derecho a cuidados y asistencia especiales, Convencidos de que la familia, como grupo fundamental de la sociedad y medio natural para el crecimiento y el bienestar de todos sus miembros, y en particular de los niños, debe recibir la protección y asistencia necesarias para poder asumir plenamente sus responsabilidades dentro de la comunidad, Reconociendo que el niño, para el pleno y armonioso desarrollo de su personalidad, debe crecer en el seno de la familia, en un ambiente de felicidad, amor y comprensión, Considerando que el niño debe estar plenamente preparado para una vida independiente en sociedad y ser educado en el espíritu de los ideales proclamados en la Carta de las Naciones Unidas y, en particular, 43 M ANUAL DE FORM ACIÓN PARA OPERADORES DE JUSTICIA EN A MBITO DEL TRABAJO INFANTIL Y ADOLESCENTE en un espíritu de paz, dignidad, tolerancia, libertad, igualdad y solidaridad, Teniendo presente que la necesidad de proporcionar al niño una protección especial ha sido enunciada en la Declaración de Ginebra de 1924 sobre los Derechos del Niño y en la Declaración de los Derechos del Niño adoptada por la Asamblea General el 20 de noviembre de 1959, y reconocida en la Declaración Universal de Derechos Humanos, en el Pacto Internacional de Derechos Civiles y Políticos (en particular, en los artículos 23 y 24), en el Pacto Internacional de Derechos Económicos, Sociales y Culturales (en particular, en el artículo 10) y en los estatutos e instrumentos pertinentes de los organismos especializados y de las organizaciones internacionales que se interesan en el bienestar del niño, 44 Reconociendo que en todos los países del mundo hay niños que viven en condiciones excepcionalmente difíciles y que esos niños necesitan especial consideración, Teniendo debidamente en cuenta la importancia de las tradiciones y los valores culturales de cada pueblo para la protección y el desarrollo armonioso del niño, Reconociendo la importancia de la cooperación internacional para el mejoramiento de las condiciones de vida de los niños en todos los países, en particular en los países en desarrollo, Han convenido en lo siguiente: PARTE I Artículo 1 Teniendo presente que, como se indica en la Declaración de los Derechos del Niño, “el niño, por su falta de madurez física y mental, necesita protección y cuidado especiales, incluso la debida protección legal, tanto antes como después del nacimiento”, Para los efectos de la presente Convención, se entiende por niño todo ser humano menor de dieciocho años de edad, salvo que, en virtud de la ley que le sea aplicable, haya alcanzado antes la mayoría de edad. Recordando lo dispuesto en la Declaración sobre los principios sociales y jurídicos relativos a la protección y el bienestar de los niños, con particular referencia a la adopción y la colocación en hogares de guarda, en los planos nacional e internacional; las Reglas mínimas de las Naciones Unidas para la administración de la justicia de menores (Reglas de Beijing); y la Declaración sobre la protección de la mujer y el niño en estados de emergencia o de conflicto armado, Artículo 2 1. Los Estados Partes respetarán los derechos enunciados en la presente Convención y asegurarán su aplicación a cada niño sujeto a su jurisdicción, sin distinción alguna, independientemente de la raza, el color, el sexo, el idioma, la religión, la opinión política o de otra índole, el origen nacional, étnico o social, la posición económica, los impedimentos físicos, el nacimiento o cualquier otra condición del niño, de sus padres o de sus representantes legales. 2. Los Estados Partes tomarán todas las medidas apropiadas para garantizar que el niño se vea protegido contra toda forma de discriminación o castigo por causa de la condición, las actividades, las opiniones expresadas o las creencias de sus padres, o sus tutores o de sus familiares. Artículo 3 1. En todas las medidas concernientes a los niños que tomen las instituciones públicas o privadas de bienestar social, los tribunales, las autoridades administrativas o los órganos legislativos, una consideración primordial a que se atenderá será el interés superior del niño. 2. Los Estados Partes se comprometen a asegurar al niño la protección y el cuidado que sean necesarios para su bienestar, teniendo en cuenta los derechos y deberes de sus padres, tutores u otras personas responsables de él ante la ley y, con ese fin, tomarán todas las medidas legislativas y administrativas adecuadas. 3. Los Estados Partes se asegurarán de que las instituciones, servicios y establecimientos encargados del cuidado o la protección de los niños cumplan las normas establecidas por las autoridades competentes, especialmente en materia de seguridad, sanidad, número y competencia de su personal, así como en relación con la existencia de una supervisión adecuada. Artículo 4 Los Estados Partes adoptarán todas las medidas administrativas, legislativas y de otra índole para dar efectividad a los derechos reconocidos en la presente Convención. En lo que respecta a los derechos económicos, sociales y culturales, los Estados Partes adoptarán esas medidas hasta el máximo de los recursos de que dispongan y, cuando sea necesario, dentro del marco de la cooperación internacional. Artículo 5 Los Estados Partes respetarán las responsabilidades, los derechos y los deberes de los padres o, en su caso, de los miembros de la familia ampliada o de la comunidad, según establezca la costumbre local, de los tutores u otras personas encargadas legalmente del niño de impartirle, en consonancia con la evolución de sus facultades, dirección y orientación apropiadas para que el niño ejerza los derechos reconocidos en la presente Convención. Artículo 6 1. Los Estados Partes reconocen que todo niño tiene el derecho intrínseco a la vida. 2. Los Estados Partes garantizarán en la máxima medida posible la supervivencia y el desarrollo del niño. Artículo 7 1. El niño será inscripto inmediatamente después de su nacimiento y tendrá derecho desde que nace a un nombre, a adquirir una nacionalidad y, en la me- 45 M ANUAL DE FORM ACIÓN PARA OPERADORES DE JUSTICIA EN A MBITO DEL TRABAJO INFANTIL Y ADOLESCENTE dida de lo posible, a conocer a sus padres y a ser cuidado por ellos. 2. Los Estados Partes velarán por la aplicación de estos derechos de conformidad con su legislación nacional y las obligaciones que hayan contraído en virtud de los instrumentos internacionales pertinentes en esta esfera, sobre todo cuando el niño resultara de otro modo apátrida. Artículo 8 1. Los Estados Partes se comprometen a respetar el derecho del niño a preservar su identidad, incluidos la nacionalidad, el nombre y las relaciones familiares de conformidad con la ley sin injerencias ilícitas. 2. Cuando un niño sea privado ilegalmente de algunos de los elementos de su identidad o de todos ellos, los Estados Partes deberán prestar la asistencia y protección apropiadas con miras a restablecer rápidamente su identidad. Artículo 9 1. Los Estados Partes velarán por que el niño no sea separado de sus padres contra la voluntad de éstos, excepto cuando, a reserva de revisión judicial, las autoridades competentes determinen, de conformidad con la ley y los procedimientos aplicables, que tal separación es necesaria en el interés superior del niño. Tal determinación puede ser necesaria en casos particulares, por ejemplo, en los casos en que el niño sea objeto de 46 maltrato o descuido por parte de sus padres o cuando éstos viven separados y debe adoptarse una decisión acerca del lugar de residencia del niño. 2. En cualquier procedimiento entablado de conformidad con el párrafo 1 del presente artículo, se ofrecerá a todas las partes interesadas la oportunidad de participar en él y de dar a conocer sus opiniones. 3. Los Estados Partes respetarán el derecho del niño que esté separado de uno o de ambos padres a mantener relaciones personales y contacto directo con ambos padres de modo regular, salvo si ello es contrario al interés superior del niño. 4. Cuando esa separación sea resultado de una medida adoptada por un Estado Parte, como la detención, el encarcelamiento, el exilio, la deportación o la muerte (incluido el fallecimiento debido a cualquier causa mientras la persona esté bajo la custodia del Estado) de uno de los padres del niño, o de ambos, o del niño, el Estado Parte proporcionará, cuando se le pida, a los padres, al niño o, si procede, a otro familiar, información básica acerca del paradero del familiar o familiares ausentes, a no ser que ello resultase perjudicial para el bienestar del niño. Los Estados Partes se cerciorarán, además, de que la presentación de tal petición no entrañe por sí misma consecuencias desfavorables para la persona o personas interesadas. Artículo 10 1. De conformidad con la obligación que incumbe a los Estados Partes a tenor de lo dispuesto en el párrafo 1 del artículo 9, toda solicitud hecha por un niño o por sus padres para entrar en un Estado Parte o para salir de él a los efectos de la reunión de la familia será atendida por los Estados Partes de manera positiva, humanitaria y expeditiva. Los Estados Partes garantizarán, además, que la presentación de tal petición no traerá consecuencias desfavorables para los peticionarios ni para sus familiares. 2. El niño cuyos padres residan en Estados diferentes tendrá derecho a mantener periódicamente, salvo en circunstancias excepcionales, relaciones personales y contactos directos con ambos padres. Con tal fin, y de conformidad con la obligación asumida por los Estados Partes en virtud del párrafo 1 del artículo 9, los Estados Partes respetarán el derecho del niño y de sus padres a salir de cualquier país, incluido el propio, y de entrar en su propio país. El derecho de salir de cualquier país estará sujeto solamente a las restricciones estipuladas por ley y que sean necesarias para proteger la seguridad nacional, el orden público, la salud o la moral públicas o los derechos y libertades de otras personas y que estén en consonancia con los demás derechos reconocidos por la presente Convención. Artículo 11 1. Los Estados Partes adoptarán medidas para luchar contra los traslados ilícitos de niños al extranjero y la retención ilícita de niños en el extranjero. 2. Para este fin, los Estados Partes promoverán la concertación de acuerdos bilaterales o multilaterales o la adhesión a acuerdos existentes. Artículo 12 1. Los Estados Partes garantizarán al niño que esté en condiciones de formarse un juicio propio el derecho de expresar su opinión libremente en todos los asuntos que afectan al niño, teniéndose debidamente en cuenta las opiniones del niño, en función de la edad y madurez del niño. 2. Con tal fin, se dará en particular al niño oportunidad de ser escuchado, en todo procedimiento judicial o administrativo que afecte al niño, ya sea directamente o por medio de un representante o de un órgano apropiado, en consonancia con las normas de procedimiento de la ley nacional. Artículo 13 1. El niño tendrá derecho a la libertad de expresión; ese derecho incluirá la libertad de buscar, recibir y difundir informaciones e ideas de todo tipo, sin consideración de fronteras, ya sea oralmente, por escrito o impresas, en forma artística o por cualquier otro medio elegido por el niño. 2. El ejercicio de tal derecho podrá estar sujeto a ciertas restricciones, que serán únicamente las que la ley prevea y sean necesarias: 47 M ANUAL DE FORM ACIÓN PARA OPERADORES DE JUSTICIA EN A MBITO DEL TRABAJO INFANTIL Y ADOLESCENTE a) Para el respeto de los derechos o la reputación de los demás; o b) Para la protección de la seguridad nacional o el orden público o para proteger la salud o la moral públicas. Artículo 14 1. Los Estados Partes respetarán el derecho del niño a la libertad de pensamiento, de conciencia y de religión. 2. Los Estados Partes respetarán los derechos y deberes de los padres y, en su caso, de los representantes legales, de guiar al niño en el ejercicio de su derecho de modo conforme a la evolución de sus facultades. 3. La libertad de profesar la propia religión o las propias creencias estará sujeta únicamente a las limitaciones prescritas por la ley que sean necesarias para proteger la seguridad, el orden, la moral o la salud públicos o los derechos y libertades fundamentales de los demás. Artículo 15 1. Los Estados Partes reconocen los derechos del niño a la libertad de asociación y a la libertad de celebrar reuniones pacíficas. 2. No se impondrán restricciones al ejercicio de estos derechos distintas de las establecidas de conformidad con la ley y que sean necesarias en una sociedad democrática, en interés de la seguridad nacional o pública, el orden público, la protección de la salud y la moral públicas o la protección de los derechos y libertades de los demás. 48 Artículo 16 1. Ningún niño será objeto de injerencias arbitrarias o ilegales en su vida privada, su familia, su domicilio o su correspondencia ni de ataques ilegales a su honra y a su reputación. 2. El niño tiene derecho a la protección de la ley contra esas injerencias o ataques. Artículo 17 Los Estados Partes reconocen la importante función que desempeñan los medios de comunicación y velarán por que el niño tenga acceso a información y material procedentes de diversas fuentes nacionales e internacionales, en especial la información y el material que tengan por finalidad promover su bienestar social, espiritual y moral y su salud física y mental. Con tal objeto, los Estados Partes: a) Alentarán a los medios de comunicación a difundir información y materiales de interés social y cultural para el niño, de conformidad con el espíritu del artículo 29; b) Promoverán la cooperación internacional en la producción, el intercambio y la difusión de esa información y esos materiales procedentes de diversas fuentes culturales, nacionales e internacionales; c) Alentarán la producción y difusión de libros para niños; d) Alentarán a los medios de comunicación a que tengan particularmente en cuenta las necesidades lingüísticas del niño perteneciente a un grupo minoritario o que sea indígena; e) Promoverán la elaboración de directrices apropiadas para proteger al niño contra toda información y material perjudicial para su bienestar, teniendo en cuenta las disposiciones de los artículos 13 y 18. Artículo 18 1. Los Estados Partes pondrán el máximo empeño en garantizar el reconocimiento del principio de que ambos padres tienen obligaciones comunes en lo que respecta a la crianza y el desarrollo del niño. Incumbirá a los padres o, en su caso, a los representantes legales la responsabilidad primordial de la crianza y el desarrollo del niño. Su preocupación fundamental será el interés superior del niño. 2. A los efectos de garantizar y promover los derechos enunciados en la presente Convención, los Estados Partes prestarán la asistencia apropiada a los padres y a los representantes legales para el desempeño de sus funciones en lo que respecta a la crianza del niño y velarán por la creación de instituciones, instalaciones y servicios para el cuidado de los niños. 3. Los Estados Partes adoptarán todas las medidas apropiadas para que los niños cuyos padres trabajan tengan derecho a beneficiarse de los servicios e instalaciones de guarda de niños para los que reúnan las condiciones requeridas. Artículo 19 1. Los Estados Partes adoptarán todas las medidas legislativas, administrativas, sociales y educativas apropiadas para proteger al niño contra toda forma de perjuicio o abuso físico o mental, descuido o trato negligente, malos tratos o explotación, incluido el abuso sexual, mientras el niño se encuentre bajo la custodia de los padres, de un representante legal o de cualquier otra persona que lo tenga a su cargo. 2. Esas medidas de protección deberían comprender, según corresponda, procedimientos eficaces para el establecimiento de programas sociales con objeto de proporcionar la asistencia necesaria al niño y a quienes cuidan de él, así como para otras formas de prevención y para la identificación, notificación, remisión a una institución, investigación, tratamiento y observación ulterior de los casos antes descritos de malos tratos al niño y, según corresponda, la intervención judicial. Artículo 20 1. Los niños temporal o permanentemente privados de su medio familiar, o cuyo superior interés exija que no permanezcan en ese medio, tendrán derecho a la protección y asistencia especiales del Estado. 2. Los Estados Partes garantizarán, de conformidad con sus leyes nacionales, otros tipos de cuidado para esos niños. 49 M ANUAL DE FORM ACIÓN PARA OPERADORES DE JUSTICIA EN A MBITO DEL TRABAJO INFANTIL Y ADOLESCENTE 3. Entre esos cuidados figurarán, entre otras cosas, la colocación en hogares de guarda, la kafala del derecho islámico, la adopción o de ser necesario, la colocación en instituciones adecuadas de protección de menores. Al considerar las soluciones, se prestará particular atención a la conveniencia de que haya continuidad en la educación del niño y a su origen étnico, religioso, cultural y lingüístico. Artículo 21 Los Estados Partes que reconocen o permiten el sistema de adopción cuidarán de que el interés superior del niño sea la consideración primordial y: a) Velarán por que la adopción del niño sólo sea autorizada por las autoridades competentes, las que determinarán, con arreglo a las leyes y a los procedimientos aplicables y sobre la base de toda la información pertinente y fidedigna, que la adopción es admisible en vista de la situación jurídica del niño en relación con sus padres, parientes y representantes legales y que, cuando así se requiera, las personas interesadas hayan dado con conocimiento de causa su consentimiento a la adopción sobre la base del asesoramiento que pueda ser necesario; b) Reconocerán que la adopción en otro país puede ser considerada como otro medio de cuidar del niño, en el caso de que éste no pueda ser colocado en un hogar de guarda o entregado a una familia adoptiva o 50 no pueda ser atendido de manera adecuada en el país de origen; c) Velarán por que el niño que haya de ser adoptado en otro país goce de salvaguardias y normas equivalentes a las existentes respecto de la adopción en el país de origen; d) Adoptarán todas las medidas apropiadas para garantizar que, en el caso de adopción en otro país, la colocación no dé lugar a beneficios financieros indebidos para quienes participan en ella; e) Promoverán, cuando corresponda, los objetivos del presente artículo mediante la concertación de arreglos o acuerdos bilaterales o multilaterales y se esforzarán, dentro de este marco, por garantizar que la colocación del niño en otro país se efectúe por medio de las autoridades u organismos competentes. Artículo 22 1. Los Estados Partes adoptarán medidas adecuadas para lograr que el niño que trate de obtener el estatuto de refugiado o que sea considerado refugiado de conformidad con el derecho y los procedimientos internacionales o internos aplicables reciba, tanto si está solo como si está acompañado de sus padres o de cualquier otra persona, la protección y la asistencia humanitaria adecuadas para el disfrute de los derechos pertinentes enunciados en la presente Convención y en otros instrumentos internacionales de derechos humanos o de carácter humanitario en que dichos Estados sean partes. 2. A tal efecto los Estados Partes cooperarán, en la forma que estimen apropiada, en todos los esfuerzos de las Naciones Unidas y demás organizaciones intergubernamentales competentes u organizaciones no gubernamentales que cooperen con las Naciones Unidas por proteger y ayudar a todo niño refugiado y localizar a sus padres o a otros miembros de su familia, a fin de obtener la información necesaria para que se reúna con su familia. En los casos en que no se pueda localizar a ninguno de los padres o miembros de la familia, se concederá al niño la misma protección que a cualquier otro niño privado permanente o temporalmente de su medio familiar, por cualquier motivo, como se dispone en la presente Convención. Artículo 23 1. Los Estados Partes reconocen que el niño mental o físicamente impedido deberá disfrutar de una vida plena y decente en condiciones que aseguren su dignidad, le permitan llegar a bastarse a sí mismo y faciliten la participación activa del niño en la comunidad. 2. Los Estados Partes reconocen el derecho del niño impedido a recibir cuidados especiales y alentarán y asegurarán, con sujeción a los recursos disponibles, la prestación al niño que reúna las condiciones requeridas y a los responsables de su cuidado de la asistencia que se solicite y que sea adecuada al estado del niño y a las circunstancias de sus padres o de otras personas que cuiden de él. 3. En atención a las necesidades especiales del niño impedido, la asistencia que se preste conforme al párrafo 2 del presente artículo será gratuita siempre que sea posible, habida cuenta de la situación económica de los padres o de las otras personas que cuiden del niño, y estará destinada a asegurar que el niño impedido tenga un acceso efectivo a la educación, la capacitación, los servicios sanitarios, los servicios de rehabilitación, la preparación para el empleo y las oportunidades de esparcimiento y reciba tales servicios con el objeto de que el niño logre la integración social y el desarrollo individual, incluido su desarrollo cultural y espiritual, en la máxima medida posible. 4. Los Estados Partes promoverán, con espíritu de cooperación internacional, el intercambio de información adecuada en la esfera de la atención sanitaria preventiva y del tratamiento médico, psicológico y funcional de los niños impedidos, incluida la difusión de información sobre los métodos de rehabilitación y los servicios de enseñanza y formación profesional, así como el acceso a esa información a fin de que los Estados Partes puedan mejorar su capacidad y conocimientos y ampliar su experiencia en estas esferas. A este respecto, se tendrán especialmente en cuenta las necesidades de los países en desarrollo. 51 M ANUAL DE FORM ACIÓN PARA OPERADORES DE JUSTICIA EN A MBITO DEL TRABAJO INFANTIL Y ADOLESCENTE Artículo 24 1. Los Estados Partes reconocen el derecho del niño al disfrute del más alto nivel posible de salud y a servicios para el tratamiento de las enfermedades y la rehabilitación de la salud. Los Estados Partes se esforzarán por asegurar que ningún niño sea privado de su derecho al disfrute de esos servicios sanitarios. 2. Los Estados Partes asegurarán la plena aplicación de este derecho y, en particular, adoptarán las medidas apropiadas para: a) Reducir la mortalidad infantil y en la niñez; b) Asegurar la prestación de la asistencia médica y la atención sanitaria que sean necesarias a todos los niños, haciendo hincapié en el desarrollo de la atención primaria de salud; c) Combatir las enfermedades y la malnutrición en el marco de la atención primaria de la salud mediante, entre otras cosas, la aplicación de la tecnología disponible y el suministro de alimentos nutritivos adecuados y agua potable salubre, teniendo en cuenta los peligros y riesgos de contaminación del medio ambiente; d) Asegurar atención sanitaria prenatal y postnatal apropiada a las madres; e) Asegurar que todos los sectores de la sociedad, y en particular los 52 padres y los niños, conozcan los principios básicos de la salud y la nutrición de los niños, las ventajas de la lactancia materna, la higiene y el saneamiento ambiental y las medidas de prevención de accidentes, tengan acceso a la educación pertinente y reciban apoyo en la aplicación de esos conocimientos; f) Desarrollar la atención sanitaria preventiva, la orientación a los padres y la educación y servicios en materia de planificación de la familia. 3. Los Estados Partes adoptarán todas las medidas eficaces y apropiadas posibles para abolir las prácticas tradicionales que sean perjudiciales para la salud de los niños. 4. Los Estados Partes se comprometen a promover y alentar la cooperación internacional con miras a lograr progresivamente la plena realización del derecho reconocido en el presente artículo. A este respecto, se tendrán plenamente en cuenta las necesidades de los países en desarrollo. Artículo 25 Los Estados Partes reconocen el derecho del niño que ha sido internado en un establecimiento por las autoridades competentes para los fines de atención, protección o tratamiento de su salud física o mental a un examen periódico del tratamiento a que esté sometido y de todas las demás circunstancias propias de su internación. Artículo 26 1. Los Estados Partes reconocerán a todos los niños el derecho a beneficiarse de la seguridad social, incluso del seguro social, y adoptarán las medidas necesarias para lograr la plena realización de este derecho de conformidad con su legislación nacional. 2. Las prestaciones deberían concederse, cuando corresponda, teniendo en cuenta los recursos y la situación del niño y de las personas que sean responsables del mantenimiento del niño, así como cualquier otra consideración pertinente a una solicitud de prestaciones hecha por el niño o en su nombre. Artículo 27 1. Los Estados Partes reconocen el derecho de todo niño a un nivel de vida adecuado para su desarrollo físico, mental, espiritual, moral y social. 2. A los padres u otras personas encargadas del niño les incumbe la responsabilidad primordial de proporcionar, dentro de sus posibilidades y medios económicos, las condiciones de vida que sean necesarias para el desarrollo del niño. 3. Los Estados Partes, de acuerdo con las condiciones nacionales y con arreglo a sus medios, adoptarán medidas apropiadas para ayudar a los padres y a otras personas responsables por el niño a dar efectividad a este derecho y, en caso necesario, proporcionarán asistencia material y programas de apoyo, particularmente con respecto a la nutrición, el vestuario y la vivienda. 4. Los Estados Partes tomarán todas las medidas apropiadas para asegurar el pago de la pensión alimenticia por parte de los padres u otras personas que tengan la responsabilidad financiera por el niño, tanto si viven en el Estado Parte como si viven en el extranjero. En particular, cuando la persona que tenga la responsabilidad financiera por el niño resida en un Estado diferente de aquel en que resida el niño, los Estados Partes promoverán la adhesión a los convenios internacionales o la concertación de dichos convenios, así como la concertación de cualesquiera otros arreglos apropiados. Artículo 28 1. Los Estados Partes reconocen el derecho del niño a la educación y, a fin de que se pueda ejercer progresivamente y en condiciones de igualdad de oportunidades ese derecho, deberán en particular: a) Implantar la enseñanza primaria obligatoria y gratuita para todos; b) Fomentar el desarrollo, en sus distintas formas, de la enseñanza secundaria, incluida la enseñanza general y profesional, hacer que todos los niños dispongan de ella y tengan acceso a ella y adoptar medidas apropiadas tales como la implantación de la enseñanza gratuita y la concesión de asistencia financiera en caso de necesidad; 53 M ANUAL DE FORM ACIÓN PARA OPERADORES DE JUSTICIA EN A MBITO DEL TRABAJO INFANTIL Y ADOLESCENTE c) Hacer la enseñanza superior accesible a todos, sobre la base de la capacidad, por cuantos medios sean apropiados; d) Hacer que todos los niños dispongan de información y orientación en cuestiones educacionales y profesionales y tengan acceso a ellas; e) Adoptar medidas para fomentar la asistencia regular a las escuelas y reducir las tasas de deserción escolar. 2. Los Estados Partes adoptarán cuantas medidas sean adecuadas para velar por que la disciplina escolar se administre de modo compatible con la dignidad humana del niño y de conformidad con la presente Convención. 3. Los Estados Partes fomentarán y alentarán la cooperación internacional en cuestiones de educación, en particular a fin de contribuir a eliminar la ignorancia y el analfabetismo en todo el mundo y de facilitar el acceso a los conocimientos técnicos y a los métodos modernos de enseñanza. A este respecto, se tendrán especialmente en cuenta las necesidades de los países en desarrollo. Artículo 29 1. Los Estados Partes convienen en que la educación del niño deberá estar encaminada a: a) Desarrollar la personalidad, las aptitudes y la capacidad mental y física del niño hasta el máximo de sus posibilidades; 54 b) Inculcar al niño el respeto de los derechos humanos y las libertades fundamentales y de los principios consagrados en la Carta de las Naciones Unidas; c) Inculcar al niño el respeto de sus padres, de su propia identidad cultural, de su idioma y sus valores, de los valores nacionales del país en que vive, del país de que sea originario y de las civilizaciones distintas de la suya; d) Preparar al niño para asumir una vida responsable en una sociedad libre, con espíritu de comprensión, paz, tolerancia, igualdad de los sexos y amistad entre todos los pueblos, grupos étnicos, nacionales y religiosos y personas de origen indígena; e) Inculcar al niño el respeto del medio ambiente natural. 2. Nada de lo dispuesto en el presente artículo o en el artículo 28 se interpretará como una restricción de la libertad de los particulares y de las entidades para establecer y dirigir instituciones de enseñanza, a condición de que se respeten los principios enunciados en el párrafo 1 del presente artículo y de que la educación impartida en tales instituciones se ajuste a las normas mínimas que prescriba el Estado. Artículo 30 En los Estados en que existan minorías étnicas, religiosas o lingüísticas o personas de origen indígena, no se negará a un niño que pertenezca a tales minorías o que sea indígena el derecho que le corresponde, en común con los demás miembros de su grupo, a tener su propia vida cultural, a profesar y practicar su propia religión, o a emplear su propio idioma. Artículo 31 1. Los Estados Partes reconocen el derecho del niño al descanso y el esparcimiento, al juego y a las actividades recreativas propias de su edad y a participar libremente en la vida cultural y en las artes. 2. Los Estados Partes respetarán y promoverán el derecho del niño a participar plenamente en la vida cultural y artística y propiciarán oportunidades apropiadas, en condiciones de igualdad, de participar en la vida cultural, artística, recreativa y de esparcimiento. Artículo 32 1. Los Estados Partes reconocen el derecho del niño a estar protegido contra la explotación económica y contra el desempeño de cualquier trabajo que pueda ser peligroso o entorpecer su educación, o que sea nocivo para su salud o para su desarrollo físico, mental, espiritual, moral o social. 2. Los Estados Partes adoptarán medidas legislativas, administrativas, sociales y educacionales para garantizar la aplicación del presente artículo. Con ese propósito y teniendo en cuenta las disposiciones pertinentes de otros instrumentos internacionales, los Estados Partes, en particular: a) Fijarán una edad o edades mínimas para trabajar; b) Dispondrán la reglamentación apropiada de los horarios y condiciones de trabajo; c) Estipularán las penalidades u otras sanciones apropiadas para asegurar la aplicación efectiva del presente artículo. Artículo 33 Los Estados Partes adoptarán todas las medidas apropiadas, incluidas medidas legislativas, administrativas, sociales y educacionales, para proteger a los niños contra el uso ilícito de los estupefacientes y sustancias sicotrópicas enumeradas en los tratados internacionales pertinentes, y para impedir que se utilice a niños en la producción y el tráfico ilícitos de esas sustancias. Artículo 34 Los Estados Partes se comprometen a proteger al niño contra todas las formas de explotación y abuso sexuales. Con este fin, los Estados Partes tomarán, en particular, todas las medidas de carácter nacional, bilateral y multilateral que sean necesarias para impedir: a) La incitación o la coacción para que un niño se dedique a cualquier actividad sexual ilegal; b) La explotación del niño en la prostitución u otras prácticas sexuales ilegales; 55 M ANUAL DE FORM ACIÓN PARA OPERADORES DE JUSTICIA EN A MBITO DEL TRABAJO INFANTIL Y ADOLESCENTE c) La explotación del niño en espectáculos o materiales pornográficos. Artículo 35 Los Estados Partes tomarán todas las medidas de carácter nacional, bilateral y multilateral que sean necesarias para impedir el secuestro, la venta o la trata de niños para cualquier fin o en cualquier forma. Artículo 36 Los Estados Partes protegerán al niño contra todas las demás formas de explotación que sean perjudiciales para cualquier aspecto de su bienestar. Artículo 37 Los Estados Partes velarán por que: a) Ningún niño sea sometido a torturas ni a otros tratos o penas crueles, inhumanos o degradantes. No se impondrá la pena capital ni la de prisión perpetua sin posibilidad de excarcelación por delitos cometidos por menores de 18 años de edad; b) Ningún niño sea privado de su libertad ilegal o arbitrariamente. La detención, el encarcelamiento o la prisión de un niño se llevará a cabo de conformidad con la ley y se utilizará tan sólo como medida de último recurso y durante el período más breve que proceda; c) Todo niño privado de libertad sea tratado con la humanidad y el respeto que merece la dignidad inherente a la persona humana, y de manera 56 que se tengan en cuenta las necesidades de las personas de su edad. En particular, todo niño privado de libertad estará separado de los adultos, a menos que ello se considere contrario al interés superior del niño, y tendrá derecho a mantener contacto con su familia por medio de correspondencia y de visitas, salvo en circunstancias excepcionales; d) Todo niño privado de su libertad tendrá derecho a un pronto acceso a la asistencia jurídica y otra asistencia adecuada, así como derecho a impugnar la legalidad de la privación de su libertad ante un tribunal u otra autoridad competente, independiente e imparcial y a una pronta decisión sobre dicha acción. Artículo 38 1. Los Estados Partes se comprometen a respetar y velar por que se respeten las normas del derecho internacional humanitario que les sean aplicables en los conflictos armados y que sean pertinentes para el niño. 2. Los Estados Partes adoptarán todas las medidas posibles para asegurar que las personas que aún no hayan cumplido los 15 años de edad no participen directamente en las hostilidades. 3. Los Estados Partes se abstendrán de reclutar en las fuerzas armadas a las personas que no hayan cumplido los 15 años de edad. Si reclutan personas que hayan cumplido 15 años, pero que sean menores de 18, los Estados Partes procurarán dar prioridad a los de más edad. 4. De conformidad con las obligaciones dimanadas del derecho internacional humanitario de proteger a la población civil durante los conflictos armados, los Estados Partes adoptarán todas las medidas posibles para asegurar la protección y el cuidado de los niños afectados por un conflicto armado. Artículo 39 Los Estados Partes adoptarán todas las medidas apropiadas para promover la recuperación física y psicológica y la reintegración social de todo niño víctima de: cualquier forma de abandono, explotación o abuso; tortura u otra forma de tratos o penas crueles, inhumanos o degradantes; o conflictos armados. Esa recuperación y reintegración se llevarán a cabo en un ambiente que fomente la salud, el respeto de sí mismo y la dignidad del niño. Artículo 40 1. Los Estados Partes reconocen el derecho de todo niño de quien se alegue que ha infringido las leyes penales o a quien se acuse o declare culpable de haber infringido esas leyes a ser tratado de manera acorde con el fomento de su sentido de la dignidad y el valor, que fortalezca el respeto del niño por los derechos humanos y las libertades fundamentales de terceros y en la que se tengan en cuenta la edad del niño y la importancia de promover la reintegración del niño y de que éste asuma una función constructiva en la sociedad. 2. Con este fin, y habida cuenta de las disposiciones pertinentes de los instrumentos internacionales, los Estados Partes garantizarán, en particular: a) Que no se alegue que ningún niño ha infringido las leyes penales, ni se acuse o declare culpable a ningún niño de haber infringido esas leyes, por actos u omisiones que no estaban prohibidos por las leyes nacionales o internacionales en el momento en que se cometieron; b) Que a todo niño del que se alegue que ha infringido las leyes penales o a quien se acuse de haber infringido esas leyes se le garantice, por lo menos, lo siguiente: i) Que se lo presumirá inocente mientras no se pruebe su culpabilidad conforme a la ley; ii) Que será informado sin demora y directamente o, cuando sea procedente, por intermedio de sus padres o sus representantes legales, de los cargos que pesan contra él y que dispondrá de asistencia jurídica u otra asistencia apropiada en la preparación y presentación de su defensa; iii) Que la causa será dirimida sin demora por una autoridad u órgano judicial competente, independiente e imparcial en una audiencia equitativa conforme a la ley, en presencia de un asesor jurídico u otro tipo de asesor adecuado y, a menos que se considerare que ello fuere contrario al interés superior del niño, 57 M ANUAL DE FORM ACIÓN PARA OPERADORES DE JUSTICIA EN A MBITO DEL TRABAJO INFANTIL Y ADOLESCENTE teniendo en cuenta en particular su edad o situación y a sus padres o representantes legales; iv) Que no será obligado a prestar testimonio o a declararse culpable, que podrá interrogar o hacer que se interrogue a testigos de cargo y obtener la participación y el interrogatorio de testigos de descargo en condiciones de igualdad; v) Si se considerare que ha infringido, en efecto, las leyes penales, que esta decisión y toda medida impuesta a consecuencia de ella, serán sometidas a una autoridad u órgano judicial superior competente, independiente e imparcial, conforme a la ley; vi) Que el niño contará con la asistencia gratuita de un intérprete si no comprende o no habla el idioma utilizado; vii) Que se respetará plenamente su vida privada en todas las fases del procedimiento. 3. Los Estados Partes tomarán todas las medidas apropiadas para promover el establecimiento de leyes, procedimientos, autoridades e instituciones específicos para los niños de quienes se alegue que han infringido las leyes penales o a quienes se acuse o declare culpables de haber infringido esas leyes, y en particular: 58 a) El establecimiento de una edad mínima antes de la cual se presumirá que los niños no tienen capacidad para infringir las leyes penales; b) Siempre que sea apropiado y deseable, la adopción de medidas para tratar a esos niños sin recurrir a procedimientos judiciales, en el entendimiento de que se respetarán plenamente los derechos humanos y las garantías legales. 4. Se dispondrá de diversas medidas, tales como el cuidado, las órdenes de orientación y supervisión, el asesoramiento, la libertad vigilada, la colocación en hogares de guarda, los programas de enseñanza y formación profesional, así como otras posibilidades alternativas a la internación en instituciones, para asegurar que los niños sean tratados de manera apropiada para su bienestar y que guarde proporción tanto con sus circunstancias como con la infracción. Artículo 41 Nada de lo dispuesto en la presente Convención afectará a las disposiciones que sean más conducentes a la realización de los derechos del niño y que puedan estar recogidas en: a) El derecho de un Estado Parte; o b) El derecho internacional vigente con respecto a dicho Estado. PARTE II Artículo 42 Los Estados Partes se comprometen a dar a conocer ampliamente los principios y disposiciones de la Convención por medios eficaces y apropiados, tanto a los adultos como a los niños. Artículo 43 1. Con la finalidad de examinar los progresos realizados en el cumplimiento de las obligaciones contraídas por los Estados Partes en la presente Convención, se establecerá un Comité de los Derechos del Niño que desempeñará las funciones que a continuación se estipulan. 2. El Comité estará integrado por dieciocho expertos de gran integridad moral y reconocida competencia en las esferas reguladas por la presente Convención.1/ Los miembros del Comité serán elegidos por los Estados Partes entre sus nacionales y ejercerán sus funciones a título personal, teniéndose debidamente en cuenta la distribución geográfica, así como los principales sistemas jurídicos. 3. Los miembros del Comité serán elegidos, en votación secreta, de una lista de personas designadas por los Estados Partes. Cada Estado Parte podrá designar a una persona escogida entre sus propios nacionales. 4. La elección inicial se celebrará a más tardar seis meses después de la entrada en vigor de la presente Convención y ulteriormente cada dos años. Con cua- tro meses, como mínimo, de antelación respecto de la fecha de cada elección, el Secretario General de las Naciones Unidas dirigirá una carta a los Estados Partes invitándolos a que presenten sus candidaturas en un plazo de dos meses. El Secretario General preparará después una lista en la que figurarán por orden alfabético todos los candidatos propuestos, con indicación de los Estados Partes que los hayan designado, y la comunicará a los Estados Partes en la presente Convención. 5. Las elecciones se celebrarán en una reunión de los Estados Partes convocada por el Secretario General en la Sede de las Naciones Unidas. En esa reunión, en la que la presencia de dos tercios de los Estados Partes constituirá quórum, las personas seleccionadas para formar parte del Comité serán aquellos candidatos que obtengan el mayor número de votos y una mayoría absoluta de los votos de los representantes de los Estados Partes presentes y votantes. 6. Los miembros del Comité serán elegidos por un período de cuatro años. Podrán ser reelegidos si se presenta de nuevo su candidatura. El mandato de cinco de los miembros elegidos en la primera elección expirará al cabo de dos años; inmediatamente después de efectuada la primera elección, el presidente de la reunión en que ésta se celebre elegirá por sorteo los nombres de esos cinco miembros. 7. Si un miembro del Comité fallece o dimite o declara que por cualquier otra causa no puede seguir desempeñando 59 M ANUAL DE FORM ACIÓN PARA OPERADORES DE JUSTICIA EN A MBITO DEL TRABAJO INFANTIL Y ADOLESCENTE sus funciones en el Comité, el Estado Parte que propuso a ese miembro designará entre sus propios nacionales a otro experto para ejercer el mandato hasta su término, a reserva de la aprobación del Comité. 8. El Comité reglamento. adoptará su propio 9. El Comité elegirá su Mesa por un período de dos años. 10. Las reuniones del Comité se celebrarán normalmente en la Sede de las Naciones Unidas o en cualquier otro lugar conveniente que determine el Comité. El Comité se reunirá normalmente todos los años. La duración de las reuniones del Comité será determinada y revisada, si procediera, por una reunión de los Estados Partes en la presente Convención, a reserva de la aprobación de la Asamblea General. 11. El Secretario General de las Naciones Unidas proporcionará el personal y los servicios necesarios para el desempeño eficaz de las funciones del Comité establecido en virtud de la presente Convención. 12. Previa aprobación de la Asamblea General, los miembros del Comité establecido en virtud de la presente Convención recibirán emolumentos con cargo a los fondos de las Naciones Unidas, según las condiciones que la Asamblea pueda establecer. Artículo 44 1. Los Estados Partes se comprometen a presentar al Comité, por conducto 60 del Secretario General de las Naciones Unidas, informes sobre las medidas que hayan adoptado para dar efecto a los derechos reconocidos en la Convención y sobre el progreso que hayan realizado en cuanto al goce de esos derechos: a) En el plazo de dos años a partir de la fecha en la que para cada Estado Parte haya entrado en vigor la presente Convención; b) En lo sucesivo, cada cinco años. 2. Los informes preparados en virtud del presente artículo deberán indicar las circunstancias y dificultades, si las hubiere, que afecten al grado de cumplimiento de las obligaciones derivadas de la presente Convención. Deberán asimismo, contener información suficiente para que el Comité tenga cabal comprensión de la aplicación de la Convención en el país de que se trate. 3. Los Estados Partes que hayan presentado un informe inicial completo al Comité no necesitan repetir, en sucesivos informes presentados de conformidad con lo dispuesto en el inciso b) del párrafo 1 del presente artículo, la información básica presentada anteriormente. 4. El Comité podrá pedir a los Estados Partes más información relativa a la aplicación de la Convención. 5. El Comité presentará cada dos años a la Asamblea General de las Naciones Unidas, por conducto del Consejo Económico y Social, informes sobre sus actividades. 6. Los Estados Partes darán a sus informes una amplia difusión entre el público de sus países respectivos. Artículo 45 Con objeto de fomentar la aplicación efectiva de la Convención y de estimular la cooperación internacional en la esfera regulada por la Convención: a) Los organismos especializados, el Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia y demás órganos de las Naciones Unidas tendrán derecho a estar representados en el examen de la aplicación de aquellas disposiciones de la presente Convención comprendidas en el ámbito de su mandato. El Comité podrá invitar a los organismos especializados, al Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia y a otros órganos competentes que considere apropiados a que proporcionen asesoramiento especializado sobre la aplicación de la Convención en los sectores que son de incumbencia de sus respectivos mandatos. El Comité podrá invitar a los organismos especializados, al Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia y demás órganos de las Naciones Unidas a que presenten informes sobre la aplicación de aquellas disposiciones de la presente Convención comprendidas en el ámbito de sus actividades; b) El Comité transmitirá, según estime conveniente, a los organismos especializados, al Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia y a otros ór- ganos competentes, los informes de los Estados Partes que contengan una solicitud de asesoramiento o de asistencia técnica, o en los que se indique esa necesidad, junto con las observaciones y sugerencias del Comité, si las hubiere, acerca de esas solicitudes o indicaciones; c) El Comité podrá recomendar a la Asamblea General que pida al Secretario General que efectúe, en su nombre, estudios sobre cuestiones concretas relativas a los derechos del niño; d) El Comité podrá formular sugerencias y recomendaciones generales basadas en la información recibida en virtud de los artículos 44 y 45 de la presente Convención. Dichas sugerencias y recomendaciones generales deberán transmitirse a los Estados Partes interesados y notificarse a la Asamblea General, junto con los comentarios, si los hubiere, de los Estados Partes. PARTE III Artículo 46 La presente Convención estará abierta a la firma de todos los Estados. Artículo 47 La presente Convención está sujeta a ratificación. Los instrumentos de ratificación se depositarán en poder del Secretario General de las Naciones Unidas. 61 M ANUAL DE FORM ACIÓN PARA OPERADORES DE JUSTICIA EN A MBITO DEL TRABAJO INFANTIL Y ADOLESCENTE Artículo 48 La presente Convención permanecerá abierta a la adhesión de cualquier Estado. Los instrumentos de adhesión se depositarán en poder del Secretario General de las Naciones Unidas. Artículo 49 1. La presente Convención entrará en vigor el trigésimo día siguiente a la fecha en que haya sido depositado el vigésimo instrumento de ratificación o de adhesión en poder del Secretario General de las Naciones Unidas. 2. Para cada Estado que ratifique la Convención o se adhiera a ella después de haber sido depositado el vigésimo instrumento de ratificación o de adhesión, la Convención entrará en vigor el trigésimo día después del depósito por tal Estado de su instrumento de ratificación o adhesión. Artículo 50 1. Todo Estado Parte podrá proponer una enmienda y depositarla en poder del Secretario General de las Naciones Unidas. El Secretario General comunicará la enmienda propuesta a los Estados Partes, pidiéndoles que les notifiquen si desean que se convoque una conferencia de Estados Partes con el fin de examinar la propuesta y someterla a votación. Si dentro de los cuatro meses siguientes a la fecha de esa notificación un tercio, al menos, de los Estados Partes se declara en favor de tal conferencia, el Secretario General convocará una conferencia con el 62 auspicio de las Naciones Unidas. Toda enmienda adoptada por la mayoría de Estados Partes, presentes y votantes en la conferencia, será sometida por el Secretario General a la Asamblea General de las Naciones Unidas para su aprobación. 2. Toda enmienda adoptada de conformidad con el párrafo 1 del presente artículo entrará en vigor cuando haya sido aprobada por la Asamblea General de las Naciones Unidas y aceptada por una mayoría de dos tercios de los Estados Partes. 3. Cuando las enmiendas entren en vigor serán obligatorias para los Estados Partes que las hayan aceptado, en tanto que los demás Estados Partes seguirán obligados por las disposiciones de la presente Convención y por las enmiendas anteriores que hayan aceptado. Artículo 51 1. El Secretario General de las Naciones Unidas recibirá y comunicará a todos los Estados el texto de las reservas formuladas por los Estados en el momento de la ratificación o de la adhesión. 2. No se aceptará ninguna reserva incompatible con el objeto y el propósito de la presente Convención. 3. Toda reserva podrá ser retirada en cualquier momento por medio de una notificación hecha a ese efecto y dirigida al Secretario General de las Naciones Unidas, quien informará a todos los Estados. Esa notificación surtirá efecto en la fecha de su recepción por el Secretario General. Artículo 52 Todo Estado Parte podrá denunciar la presente Convención mediante notificación hecha por escrito al Secretario General de las Naciones Unidas. La denuncia surtirá efecto un año después de la fecha en que la notificación haya sido recibida por el Secretario General. Artículo 53 Se desgina depositario de la presente Convención al Secretario General de las Naciones Unidas. Artículo 54 El original de la presente Convención, cuyos textos en árabe, chino, español, francés, inglés y ruso son igualmente auténticos, se depositará en poder del Secretario General de las Naciones Unidas. EN TESTIMONIO DE LO CUAL, los infrascritos plenipotenciarios, debidamente autorizados para ello por sus respectivos gobiernos, han firmado la presente Convención. 63 M ANUAL DE FORM ACIÓN PARA OPERADORES DE JUSTICIA EN A MBITO DEL TRABAJO INFANTIL Y ADOLESCENTE CONVENIO (NÚM. 138) SOBRE LA EDAD MÍNIMA DE ADMISIÓN AL EMPLEO, 1973, DE LA OIT La Conferencia General de la Organización Internacional del Trabajo: Convocada en Ginebra por el Consejo de Administración de la Oficina Internacional del Trabajo, y congregada en dicha ciudad el 6 junio 1973 en su quincuagésima octava reunión; Después de haber decidido adoptar diversas proposiciones relativas a la edad mínima de admisión al empleo, cuestión que constituye el cuarto punto del orden del día de la reunión; Teniendo en cuenta las disposiciones de los siguientes convenios: Convenio sobre la edad mínima (industria), 1919; Convenio sobre la edad mínima trabajo marítimo), 1920; Convenio sobre la edad mínima (agricultura),1921; Convenio sobre la edad mínima (pañoleros y fogoneros), 1921; Convenio sobre la edad mínima (trabajos no industriales), 1932; Convenio (revisado) sobre la edad mínima (trabajo marítimo), 1936; Convenio (revisado) sobre la edad mínima (industria), 1937; Convenio (revisado) sobre la edad mínima (trabajos no industriales), 1937; Convenio sobre la edad mínima (pescadores), 1959, y Convenio sobre la edad mínima (trabajo subterráneo), 1965; Considerando que ha llegado el momento de adoptar un instrumento general sobre el tema que reemplace gradualmente a los 64 actuales instrumentos, aplicables a sectores económicos limitados, con miras a lograr la total abolición del trabajo de los niños, y Después de haber decidido que dicho instrumento revista la forma de un convenio internacional, adopta, con fecha veintiséis de junio de mil novecientos setenta y tres, el presente Convenio, que podrá ser citado como el Convenio sobre la edad mínima, 1973: Artículo 1 Todo Miembro para el cual esté en vigor el presente Convenio se compromete a seguir una política nacional que asegure la abolición efectiva del trabajo de los niños y eleve progresivamente la edad mínima de admisión al empleo o al trabajo a un nivel que haga posible el más completo desarrollo físico y mental de los menores. Artículo 2 1. Todo Miembro que ratifique el presente Convenio deberá especificar, en una declaración anexa a su ratificación, la edad mínima de admisión al empleo o al trabajo en su territorio y en los medios de transporte matriculados en su territorio; a reserva de lo dispuesto en los artículos 4 a 8 del presente Convenio, ninguna persona menor de esa edad deberá ser admitida al empleo o trabajar en ocupación alguna. 2. Todo Miembro que haya ratificado el presente Convenio podrá notificar posteriormente al Director General de la Oficina Internacional del Trabajo, mediante otra declaración, que establece una edad mínima más elevada que la que fijó inicialmente. 3. La edad mínima fijada en cumplimiento de lo dispuesto en el párrafo 1 del presente artículo no deberá ser inferior a la edad en que cesa la obligación escolar, o en todo caso, a quince años. 4. No obstante las disposiciones del párrafo 3 de este artículo, el Miembro cuya economía y medios de educación estén insuficientemente desarrollados podrá, previa consulta con las organizaciones de empleadores y de trabajadores interesadas, si tales organizaciones existen, especificar inicialmente una edad mínima de catorce años. 5. Cada Miembro que haya especificado una edad mínima de catorce años con arreglo a las disposiciones del párrafo precedente deberá declarar en las memorias que presente sobre la aplicación de este Convenio, en virtud del artículo 22 de la Constitución de la Organización Internacional del Trabajo: a) que aún subsisten las razones para tal especificación, o b) que renuncia al derecho de seguir acogiéndose al párrafo 1 anterior a partir de una fecha determinada. Artículo 3 1. La edad mínima de admisión a todo tipo de empleo o trabajo que por su naturaleza o las condiciones en que se realice pueda resultar peligroso para la salud, la seguridad o la moralidad de los menores no deberá ser inferior a dieciocho años. 2. Los tipos de empleo o de trabajo a que se aplica el párrafo 1 de este artículo serán determinados por la legislación nacional o por la autoridad competente, previa consulta con las organizaciones de empleadores y de trabajadores interesadas, cuando tales organizaciones existan. 3. No obstante lo dispuesto en el párrafo 1 de este artículo, la legislación nacional o la autoridad competente, previa consulta con las organizaciones de empleadores y de trabajadores interesadas, cuando tales organizaciones existan, podrán autorizar el empleo o el trabajo a partir de la edad de dieciséis años, siempre que queden plenamente garantizadas la salud, la seguridad y la moralidad de los adolescentes, y que éstos hayan recibido instrucción o formación profesional adecuada y específica en la rama de actividad correspondiente. Artículo 4 1. Si fuere necesario, la autoridad competente, previa consulta con las organizaciones interesadas de empleadores y de trabajadores, cuando tales organizaciones existan, podrá excluir de la aplicación del presente Convenio a categorías limitadas de empleos o trabajos respecto de los cuales se presente problemas especiales e importantes de aplicación. 2. Todo Miembro que ratifique el presente Convenio deberá enumerar, en la primera memoria sobre la aplicación del 65 M ANUAL DE FORM ACIÓN PARA OPERADORES DE JUSTICIA EN A MBITO DEL TRABAJO INFANTIL Y ADOLESCENTE Convenio que presente en virtud del artículo 22 de la Constitución de la Organización Internacional del Trabajo, las categorías que haya excluido de acuerdo con lo dispuesto en el párrafo 1 de este artículo, explicando los motivos de dicha exclusión, y deberá indicar en memorias posteriores el estado de su legislación y práctica respecto de las categorías excluidas y la medida en que aplica o se propone aplicar el presente Convenio a tales categorías. 3. El presente artículo no autoriza a excluir de la aplicación del Convenio los tipos de empleo o trabajo a que se refiere el artículo 3. Artículo 5 1. El Miembro cuya economía y cuyos servicios administrativos estén insuficientemente desarrollados podrá, previa consulta con las organizaciones interesadas de empleadores y de trabajadores, cuando tales organizaciones existan, limitar inicialmente el campo de aplicación del presente Convenio. 2. Todo Miembro que se acoja al párrafo 1 del presente artículo deberá determinar, en una declaración anexa a su ratificación, las ramas de actividad económica o los tipos de empresa a los cuales aplicará las disposiciones del presente Convenio. 3. Las disposiciones del presente Convenio deberán ser aplicables, como mínimo, a: minas y canteras; industrias manufactureras; construcción; servicios de electricidad, gas y agua; saneamiento; transportes, almacenamiento 66 y comunicaciones, y plantaciones y otras explotaciones agrícolas que produzcan principalmente con destino al comercio, con exclusión de las empresas familiares o de pequeñas dimensiones que produzcan para el mercado local y que no empleen regularmente trabajadores asalariados. 4. Todo Miembro que haya limitado el campo de aplicación del presente Convenio al amparo de este artículo: a) deberá indicar en las memorias que presente en virtud del artículo 22 de la Constitución de la Organización Internacional del Trabajo la situación general del empleo o del trabajo de los menores y de los niños en las ramas de actividad que estén excluidas del campo de aplicación del presente Convenio y los progresos que haya logrado hacia una aplicación más extensa de las disposiciones del presente Convenio; b) podrá en todo momento extender el campo de aplicación mediante una declaración enviada al Director General de la Oficina Internacional del Trabajo. Artículo 6 El presente Convenio no se aplicará al trabajo efectuado por los niños o los menores en las escuelas de enseñanza general, profesional o técnica o en otras instituciones de formación ni al trabajo efectuado por personas de por lo menos catorce años de edad en las empresas, siempre que dicho trabajo se lleve a cabo según las condiciones prescritas por la autoridad competen- te, previa consulta con las organizaciones interesadas de empleadores y de trabajadores, cuando tales organizaciones existan, y sea parte integrante de: a) un curso de enseñanza o formación del que sea primordialmente responsable una escuela o institución de formación; b) un programa de formación que se desarrolle entera o fundamentalmente en una empresa y que haya sido aprobado por la autoridad competente; o c) un programa de orientación, destinado a facilitar la elección de una ocupación o de un tipo de formación. Artículo 7 1. La legislación nacional podrá permitir el empleo o el trabajo de personas de trece a quince años de edad en trabajos ligeros, a condición de que éstos: a) no sean susceptibles de perjudicar su salud o desarrollo; y b) no sean de tal naturaleza que puedan perjudicar su asistencia a la escuela, su participación en programas de orientación o formación profesional aprobados por la autoridad competente o el aprovechamiento de la enseñanza que reciben. 2. La legislación nacional podrá también permitir el empleo o el trabajo de personas de quince años de edad por lo menos, sujetas aún a la obligación escolar, en trabajos que reúnan los requisitos previstos en los apartados a) y b) del párrafo anterior. 3. La autoridad competente determinará las actividades en que podrá autorizarse el empleo o el trabajo de conformidad con los párrafos 1 y 2 del presente artículo y prescribirá el número de horas y las condiciones en que podrá llevarse a cabo dicho empleo o trabajo. 4. No obstante las disposiciones de los párrafos 1 y 2 del presente artículo, el Miembro que se haya acogido a las disposiciones del párrafo 4 del artículo 2 podrá, durante el tiempo en que continúe acogiéndose a dichas disposiciones, sustituir las edades de trece y quince años, en el párrafo 1 del presente artículo, por las edades de doce y catorce años, y la edad de quince años, en el párrafo 2 del presente artículo, por la edad de catorce años. Artículo 8 1. La autoridad competente podrá conceder, previa consulta con las organizaciones de empleadores y de trabajadores interesadas, cuando tales organizaciones existan, por medio de permisos individuales, excepciones a la prohibición de ser admitido al empleo o de trabajar que prevé el artículo 2 del presente Convenio, con finalidades tales como participar en representaciones artísticas. 2. Los permisos así concedidos limitarán el número de horas del empleo o trabajo objeto de esos permisos y prescribirán las condiciones en que puede llevarse a cabo. 67 M ANUAL DE FORM ACIÓN PARA OPERADORES DE JUSTICIA EN A MBITO DEL TRABAJO INFANTIL Y ADOLESCENTE Artículo 9 1. La autoridad competente deberá prever todas las medidas necesarias, incluso el establecimiento de sanciones apropiadas, para asegurar la aplicación efectiva de las disposiciones del presente Convenio. 2. La legislación nacional o la autoridad competente deberán determinar las personas responsables del cumplimiento de las disposiciones que den efecto al presente Convenio. 3. La legislación nacional o la autoridad competente prescribirá los registros u otros documentos que el empleador deberá llevar y tener a disposición de la autoridad competente. Estos registros deberán indicar el nombre y apellidos y la edad o fecha de nacimiento, debidamente certificados siempre que sea posible, de todas las personas menores de dieciocho años empleadas por él o que trabajen para él. Artículo 10 1. El presente Convenio modifica, en las condiciones establecidas en este artículo, el Convenio sobre la edad mínima (industria), 1919; el Convenio sobre la edad mínima (trabajo marítimo), 1920; el Convenio sobre la edad mínim (agricultura), 1921; el Convenio sobre la edad mínima (pañoleros o fogoneros), 1921; el Convenio sobre la edad mínima (trabajos no industriales), 1932; el Convenio (revisado) sobre la edad mínima (trabajo marítimo), 1936; el Convenio (revisado) sobre la edad mínima (industria), 1937; el Convenio 68 (revisado) sobre la edad mínima (trabajos no industriales), 1937; el Convenio sobre la edad mínima (pescadores), 1959, y el Convenio sobre la edad mínima (trabajo subterráneo), 1965. 2. Al entrar en vigor el presente Convenio, el Convenio (revisado) sobre la edad mínima (trabajo marítimo), 1936; el Convenio (revisado) sobre la edad mínima (industria), 1937; el Convenio (revisado) sobre la edad mínima (trabajos no industriales), 1937; el Convenio sobre la edad mínima (pescadores), 1959, y el Convenio sobre la edad mínima (trabajo subterráneo), 1965, no cesarán de estar abiertos a nuevas ratificaciones. 3. El Convenio sobre la edad mínima (industria), 1919; el Convenio sobre la edad mínima (trabajo marítimo), 1920; el Convenio sobre la edad mínima (agricultura), 1921, y el Convenio sobre la edad mínima (pañoleros y fogoneros), 1921, cesarán de estar abiertos a nuevas ratificaciones cuando todos los Estados partes en los mismos hayan dado su consentimiento a ello mediante la ratificación del presente Convenio o mediante declaración comunicado al Director General de la Oficina Internacional del Trabajo. 4. Cuando las obligaciones del presente Convenio hayan sido aceptadas: a) por un Miembro que sea parte en el Convenio (revisado) sobre la edad mínima (industria), 1937, y que haya fijado una edad mínima de admisión al empleo no inferior a quince años en virtud del artículo 2 del presente Convenio, ello implicará, ipso jure, la denuncia inmediata de ese Convenio, b) con respecto al empleo no industrial tal como se define en el Convenio sobre la edad mínima (trabajos no industriales), 1932, por un Miembro que sea parte en ese Convenio, ello implicará, ipso jure, la denuncia inmediata de ese Convenio, c) con respecto al empleo no industrial tal como se define en el Convenio (revisado) sobre la edad mínima (trabajos no industriales), 1937, por un Miembro que sea parte en ese Convenio, y siempre que la edad mínima fijada en cumplimiento del artículo 2 del presente Convenio no sea inferior a quince años, ello implicará, ipso jure, la denuncia inmediata de ese Convenio, d) con respecto al trabajo marítimo, por un Miembro que sea parte en el Convenio (revisado) sobre la edad mínima (trabajo marítimo), 1936, y siempre que se haya fijado una edad mínima no inferior a quince años en cumplimiento del artículo 2 del presente Convenio o que el Miembro especifique que el artículo 3 de este Convenio se aplica al trabajo marítimo, ello implicará, ipso jure, la denuncia inmediata de ese Convenio, e) con respecto al empleo en la pesca marítima, por un Miembro que sea parte en el Convenio sobre la edad mínima (pescadores), 1959, y siem- pre que se haya fijado una edad mínima no inferior a quince años en cumplimiento del artículo 2 del presente Convenio o que el Miembro especifique que el artículo 3 de este Convenio se aplica al empleo en la pesca marítima, ello implicará, ipso jure, la denuncia inmediata de ese Convenio, f) por un Miembro que sea parte en el Convenio sobre la edad mínima (trabajo subterráneo), 1965, y que haya fijado una edad mínima no inferior a la determinada en virtud de ese Convenio en cumplimiento del artículo 2 del presente Convenio o que especifique que tal edad se aplica al trabajo subterráneo en las minas en virtud del artículo 3 de este Convenio, ello implicará, ipso jure, la denuncia inmediata de ese Convenio, al entrar en vigor el presente Convenio. 5. La aceptación de las obligaciones del presente Convenio: a) implicará la denuncia del Convenio sobre la edad mínima (industria), 1919, de conformidad con su artículo 12, b) con respecto a la agricultura, implicará la denuncia del Convenio sobre la edad mínima (agricultura), 1921, de conformidad con su artículo 9, c) con respecto al trabajo marítimo, implicará la denuncia del Convenio sobre la edad mínima (trabajo marítimo), 1920, de conformidad con su artículo 10, y del Convenio 69 M ANUAL DE FORM ACIÓN PARA OPERADORES DE JUSTICIA EN A MBITO DEL TRABAJO INFANTIL Y ADOLESCENTE sobre la edad mínima (pañoleros y fogoneros), 1921, de conformidad con su artículo 12, al entrar en vigor el presente Convenio. Artículo 11 Las ratificaciones formales del presente Convenio serán comunicadas, para su registro, al Director General de la Oficina Internacional del Trabajo. Artículo 12 1. Este Convenio obligará únicamente a aquellos Miembros de la Organización Internacional del Trabajo cuyas ratificaciones haya registrado el Director General. 2. Entrará en vigor doce meses después de la fecha en que las ratificaciones de dos Miembros hayan sido registradas por el Director General. 3. Desde dicho momento, este Convenio entrará en vigor, para cada Miembro, doce meses después de la fecha en que haya sido registrada su ratificación. Artículo 13 1. Todo Miembro que haya ratificado este Convenio podrá denunciarlo a la expiración de un período de diez años, a partir de la fecha en que se haya puesto inicialmente en vigor, mediante un acta comunicada, para su registro, al Director General de la Oficina Internacional del Trabajo. La denuncia no surtirá efecto hasta un año después de la fecha en que se haya registrado. 70 2. Todo Miembro que haya ratificado este Convenio y que, en el plazo de un año después de la expiración del período de diez años mencionado en el párrafo precedente, no haga uso del derecho de denuncia previsto en este artículo quedará obligado durante un nuevo período de diez años, y en lo sucesivo podrá denunciar este Convenio a la expiración de cada período de diez años, en las condiciones previstas en este artículo. Artículo 14 1. El Director General de la Oficina Internacional del Trabajo notificará a todos los Miembros de la Organización Internacional del Trabajo el registro de cuantas ratificaciones, declaraciones y denuncias le comuniquen los Miembros de la Organización. 2. Al notificar a los Miembros de la Organización el registro de la segunda ratificación que le haya sido comunicada, el Director General llamará la atención de los Miembros de la Organización sobre la fecha en que entrará en vigor el presente Convenio. Artículo 15 El Director General de la Oficina Internacional del Trabajo comunicará al Secretario General de las Naciones Unidas, a los efectos del registro y de conformidad con el artículo 102 de la Carta de las Naciones Unidas, una información completa sobre todas las ratificaciones, declaraciones y actas de denuncia que haya registrado de acuerdo con los artículos precedentes. Artículo 16 Cada vez que lo estime necesario, el Consejo de Administración de la Oficina Internacional del Trabajo presentará a la Conferencia una memoria sobre la aplicación del Convenio, y considerará la conveniencia de incluir en el orden del día de la Conferencia la cuestión de su revisión total o parcial. Artículo 17 1. En caso de que la Conferencia adopte un nuevo convenio que implique una revisión total o parcial del presente, y a menos que el nuevo convenio contenga disposiciones en contrario: a) la ratificación, por un Miembro, del nuevo convenio revisor implicará, ipso jure, la denuncia inmediata de este Convenio, no obstante las disposiciones contenidas en el artículo 13, siempre que el nuevo convenio revisor haya entrado en vigor; b) a partir de la fecha en que entre en vigor el nuevo convenio revisor, el presente Convenio cesará de estar abierto a la ratificación por los Miembros. 2. Este Convenio continuará en vigor en todo caso, en su forma y contenido actuales, para los Miembros que lo hayan ratificado y no ratifiquen el convenio revisor. Artículo 18 Las versiones inglesa y francesa del texto de este Convenio son igualmente auténticas. RECOMENDACIÓN (NÚM. 146) SOBRE LA EDAD MÍNIMA DE ADMISIÓN AL EMPLEO, 1973, DE LA OIT La Conferencia General de la Organización Internacional del Trabajo: Convocada en Ginebra por el Consejo de Administración de la Oficina Internacional del Trabajo, y congregada en dicha ciudad el 6 junio 1973 en su quincuagésima octava reunión; Reconociendo que la abolición efectiva del trabajo de los niños y la elevación progresiva de la edad mínima de admisión al empleo constituyen sólo un aspecto de la protección y progreso de los niños y menores; Teniendo en cuenta la preocupación de todo el sistema de las Naciones Unidas por esa protección y progreso; Habiendo adoptado el Convenio sobre la edad mínima, 1973; Deseosa de definir algunos otros principios de política en esta materia que son objeto de la preocupación de la Organización Internacional del Trabajo; Después de haber decidido adoptar diversas proposiciones relativas a la edad mínima de admisión al empleo, cuestión que constituye el cuarto punto del orden del día de la reunión, y Después de haber decidido que dichas proposiciones revistan la forma de una 71 M ANUAL DE FORM ACIÓN PARA OPERADORES DE JUSTICIA EN A MBITO DEL TRABAJO INFANTIL Y ADOLESCENTE recomendación complementaria del Convenio sobre la edad mínima, 1973, adopta, con fecha veintiséis de junio de mil novecientos setenta y tres, la siguiente Recomendación, que podrá ser citada como la Recomendación sobre la edad mínima, 1973: I. Política Nacional 1. Para lograr el éxito de la política nacional a que alude el artículo 1 del Convenio sobre la edad mínima, 1973, las políticas y los planes nacionales de desarrollo deberían atribuir elevada prioridad a la previsión de las necesidades de los menores y a la satisfacción de dichas necesidades, así como a la extensión progresiva y coordinada de las diversas medidas necesarias para asegurar a los menores las mejores condiciones para su desarrollo físico y mental. 2. A este respecto, debería concederse la mayor atención a ciertos aspectos de la planificación y la política nacionales, tales como los siguientes: a) el firme propósito nacional de lograr el pleno empleo, de acuerdo con el Convenio y la Recomendación sobre la política del empleo, 1964, y la adopción de medidas que estimulen un desarrollo orientado a favorecer el empleo en las zonas rurales y urbanas; b) la extensión progresiva de otras medidas económicas y sociales 72 destinadas a aliviar la pobreza dondequiera que exista y a asegurar a las familias niveles de vida e ingresos tales que no sea necesario recurrir a la actividad económica de los niños; c) el desarrollo y la extensión progresiva, sin discriminación alguna, de la seguridad social y de las medidas de bienestar familiar destinadas a asegurar el mantenimiento de los niños, incluidos los subsidios por hijos; d) el desarrollo y la extensión progresiva de facilidades adecuadas de enseñanza y de orientación y formación profesionales, adaptadas por su forma y contenido a las necesidades de los menores de que se trate; e) el desarrollo y la extensión progresiva de facilidades adecuadas para la protección y el bienestar de los menores, incluidos los adolescentes que trabajan, y para favorecer su desarrollo. 3. Cuando fuere preciso, se deberían tener particularmente en cuenta las necesidades de los menores que no tienen familia o que, teniéndola, no viven con ella y de los menores migrantes que viven y viajan con sus familias. Las medidas adoptadas a tal efecto deberían incluir la concesión de becas y la formación profesional. 4. Se debería imponer y hacer cumplir la obligación de asistir a la escuela con horario completo o de participar en programas aprobados de orientación o formación profesional, por lo menos hasta la misma edad fijada para la admisión al empleo de acuerdo con lo dispuesto en el artículo 2 del Convenio sobre la edad mínima, 1973. 5. 1) Se debería pensar en medidas tales como una formación preparatoria, que no entrañe riesgos, para los tipos de empleo o trabajo respecto de los cuales la edad mínima establecida de acuerdo con lo dispuesto en el artículo 3 del Convenio sobre la edad mínima, 1973, sea superior a la fijada para el fin de la asistencia escolar obligatoria con horario completo. 2) Deberían estudiarse medidas análogas cuando las exigencias profesionales de determinada ocupación comprendan una edad mínima de admisión superior a la fijada para el fin de la asistencia escolar obligatoria con horario completo. II. Edad Mínima 6 Se debería fijar la misma edad mínima para todos los sectores de actividad económica. Convenio sobre la edad mínima, 1973. 2) En los casos en que la edad mínima de admisión al empleo o al trabajo a que se aplica el artículo 2 del Convenio sobre la edad mínima, 1973, sea aún inferior a quince años, se deberían tomar medidas urgentes para elevarla a esa cifra. 8. En los casos en que no sea factible en lo inmediato fijar una edad mínima de admisión para todos los empleos en la agricultura y actividades conexas en las zonas rurales, se debería fijar una edad mínima de admisión, por lo menos, para el trabajo en las plantaciones y en otras explotaciones agrícolas que produzcan principalmente con destino al comercio, a las que sea aplicable el párrafo 3 del artículo 5 del Convenio sobre la edad mínima, 1973. III. Empleos o Trabajos Peligrosos 9. En los casos en que la edad mínima de admisión a los tipos de empleo o de trabajo que puedan resultar peligrosos para la salud, la seguridad o la moralidad de los menores sea inferior a dieciocho años, deberían tomarse medidas urgentes para elevarla a esta cifra. 10. 7. 1) Los Miembros deberían fijarse como objetivo la elevación progresiva a dieciséis años de la edad mínima de admisión al empleo o al trabajo fijada con arreglo al artículo 2 del 1) Al determinar los tipos de empleo o trabajos a que se aplica el artículo 3 del Convenio sobre la edad mínima, 1973, se deberían tener plenamente en cuenta las normas 73 M ANUAL DE FORM ACIÓN PARA OPERADORES DE JUSTICIA EN A MBITO DEL TRABAJO INFANTIL Y ADOLESCENTE internacionales de trabajo pertinentes, como las referentes a sustancias, agentes o procesos peligrosos (incluidas las radiaciones ionizantes), las operaciones en que se alcen cargas pesadas y el trabajo subterráneo. 2) La lista de dichos tipos de empleo o trabajos debería examinarse periódicamente y revisarse en caso necesario, teniendo en cuenta, en particular los progresos científicos y tecnológicos. 11. En los casos en que, al amparo de lo dispuesto en el artículo 5 del Convenio sobre la edad mínima, 1973, no se haya fijado inmediatamente una edad mínima para ciertas ramas de actividad económica o para ciertos tipos de empresa, se deberían establecer para dichas ramas o tipos de empresa disposiciones apropiadas sobre la edad mínima para los tipos de empleo o trabajos que puedan resultar peligrosos para los menores. IV. Condiciones de Trabajo 12. 1) Se deberían tomar medidas para que las condiciones en que están empleados o trabajan los niños y los adolescentes menores de dieciocho años de edad alcancen y se mantengan a un nivel satisfactorio. Sería menester vigilar atentamente estas condiciones. 74 2) Se deberían tomar igualmente medidas para proteger y vigilar las condiciones en que los niños y los adolescentes reciben orientación y formación profesionales en las empresas, en instituciones de formación o en escuelas de formación profesional o técnica, y para establecer normas para su protección y progreso. 13. 1) En relación con la aplicación del párrafo precedente, así como al dar efecto al artículo 7, párrafo 3, del Convenio sobre la edad mínima, 1973, se debería prestar especial atención a: a) la fijación de una remuneración equitativa y su protección, habida cuenta del principio “salario igual por trabajo de igual valor”; b) la limitación estricta de las horas dedicadas al trabajo por día y por semana, y la prohibición de horas extraordinarias, de modo que quede suficiente tiempo para la enseñanza o la formación profesional (incluido el necesario para realizar los trabajos escolares en casa), para el descanso durante el día y para actividades de recreo; c) el disfrute, sin posibilidad de excepción, salvo en caso de urgencia, de un período mínimo de doce horas consecutivas de descanso nocturno y de los días habituales de descanso semanal; y de la presente Recomendación deberían figurar: d) la concesión de vacaciones anuales pagadas de, por lo menos, cuatro semanas; estas vacaciones no deberán ser en caso alguno inferiores a aquellas de que disfrutan los adultos; a) el fortalecimiento, en la medida necesaria, de la inspección del trabajo y servicios conexos, capacitando especialmente, por ejemplo, a los inspectores para descubrir los abusos que puedan producirse en el empleo o trabajo de niños y adolescentes y para suprimir dichos abusos; y e) la protección por los planes de seguridad social, incluidos los regímenes de prestaciones en caso de accidentes del trabajo y enfermedades profesionales, la asistencia médica y las prestaciones de enfermedad, cualesquiera que sean las condiciones de trabajo o de empleo; f) la existencia de normas satisfactorias de seguridad e higiene y de instrucción y vigilancia adecuadas. 2) El subpárrafo 1) de este párrafo sólo se aplicará a los jóvenes marinos en el caso de que las cuestiones en él tratadas no figuren en los convenios o recomendaciones internacionales del trabajo que se ocupan específicamente del trabajo marítimo. V. Medidas de Control 14. 1) Entre las medidas destinadas a asegurar la aplicación efectiva del Convenio sobre la edad mínima, 1973, b) el fortalecimiento de los servicios relacionados con la mejora y la inspección de la formación en las empresas. 2) Se debería atribuir gran importancia al papel que pueden desempeñar los inspectores proporcionando información y asesoramiento sobre el modo eficaz de observar las disposiciones pertinentes, así como velando por su cumplimiento. 3) La inspección del trabajo y la inspección de la formación dentro de las empresas deberían estar coordinadas estrechamente para lograr la mayor eficiencia económica; en general, los servicios de administración del trabajo deberían actuar en estrecha colaboración con los servicios encargados de la enseñanza, la formación, el bienestar y la orientación de niños y adolescentes. 15. Se debería prestar especial atención a: a) hacer cumplir las disposiciones referentes al empleo en tipos de empleo o trabajos peligrosos; 75 M ANUAL DE FORM ACIÓN PARA OPERADORES DE JUSTICIA EN A MBITO DEL TRABAJO INFANTIL Y ADOLESCENTE b) impedir, dentro de los límites en que sea obligatoria la enseñanza o la formación, el empleo o el trabajo de los niños y adolescentes durante las horas en que se dispensa la enseñanza. 16. Para facilitar la verificación de las edades, se deberían tomar las medidas siguientes: a) las autoridades públicas deberían mantener un sistema eficaz de registro de nacimientos, que debería comprender la expedición de partidas de nacimiento; b) los empleadores deberían llevar y tener a disposición de la autoridad competente registros u otros documentos en que se indiquen el nombre y apellidos y la fecha de nacimiento o la edad, debidamente certificados siempre que sea posible, no sólo de todos los menores empleados por ellos, sino también de los que reciban orientación o formación profesional en sus empresas; c) a los menores que trabajen en la vía pública, en puestos callejeros, en lugares públicos, en profesiones ambulantes o en otras circunstancias en que no se pueden controlar los registros del empleador se les deberían extender permisos u otros documentos que acrediten su elegibilidad para desempeñar esos trabajos. 76 CONVENIO (NÚM. 182) SOBRE LAS PEORES FORMAS DE TRABAJO INFANTIL, 1999, DE LA OIT La Conferencia General de la Organización Internacional del Trabajo: Convocada en Ginebra por el Consejo de Administración de la Oficina Internacional del Trabajo y congregada en dicha ciudad el 1.º de junio de 1999 en su octogésima séptima reunión; Considerando la necesidad de adoptar nuevos instrumentos para la prohibición y la eliminación de las peores formas de trabajo infantil, principal prioridad de la acción nacional e internacional, incluidas la cooperación y la asistencia internacionales, como complemento del Convenio y la Recomendación sobre la edad mínima de admisión al empleo, 1973, que siguen siendo instrumentos fundamentales sobre el trabajo infantil; Considerando que la eliminación efectiva de las peores formas de trabajo infantil requiere una acción inmediata y general que tenga en cuenta la importancia de la educación básica gratuita y la necesidad de librar de todas esas formas de trabajo a los niños afectados y asegurar su rehabilitación y su inserción social al mismo tiempo que se atiende a las necesidades de sus familias; Recordando la resolución sobre la eliminación del trabajo infantil, adoptada por la Conferencia Internacional del Trabajo en su 83.ª reunión, celebrada en 1996; Reconociendo que el trabajo infantil se debe en gran parte a la pobreza, y que la solución a largo plazo radica en un crecimiento económico sostenido conducente al progreso social, en particular a la mitigación de la pobreza y a la educación universal; Recordando la Convención sobre los Derechos del Niño adoptada por la Asamblea General de las Naciones Unidas el 20 de noviembre de 1989; Recordando la Declaración de la OIT relativa a los principios y derechos fundamentales en el trabajo y su seguimiento, adoptada por la Conferencia Internacional del Trabajo en su 86.ª reunión, celebrada en 1998; Recordando que algunas de las peores formas de trabajo infantil son objeto de otros instrumentos internacionales, en particular el Convenio sobre el trabajo forzoso, 1930, y la Convención suplementaria de las Naciones Unidas sobre la abolición de la esclavitud, la trata de esclavos y las instituciones y prácticas análogas a la esclavitud, 1956; Después de haber decidido adoptar varias proposiciones relativas al trabajo infantil, cuestión que constituye el cuarto punto del orden del día de la reunión, y Después de haber determinado que dichas proposiciones revistan la forma de un convenio internacional, adopta, con fecha 17 de junio de mil novecientos noventa y nueve, el siguiente Convenio, que podrá ser citado como el Convenio sobre las peores formas de trabajo infantil, 1999: 77 M ANUAL DE FORM ACIÓN PARA OPERADORES DE JUSTICIA EN A MBITO DEL TRABAJO INFANTIL Y ADOLESCENTE Artículo 1 Todo Miembro que ratifique el presente Convenio deberá adoptar medidas inmediatas y eficaces para conseguir la prohibición y la eliminación de las peores formas de trabajo infantil con carácter de urgencia. Artículo 2 A los efectos del presente Convenio, el término niño designa a toda persona menor de 18 años. Artículo 3 A los efectos del presente Convenio, la expresión las peores formas de trabajo infantil abarca: a) todas las formas de esclavitud o las prácticas análogas a la esclavitud, como la venta y el trata de niños, la servidumbre por deudas y la condición de siervo, y el trabajo forzoso u obligatorio, incluido el reclutamiento forzoso u obligatorio de niños para utilizarlos en conflictos armados; b) la utilización, el reclutamiento o la oferta de niños para la prostitución, la producción de pornografía o actuaciones pornográficas; c) la utilización, el reclutamiento o la oferta de niños para la realización de actividades ilícitas, en particular la producción y el tráfico de estupefacientes, tal como se definen en los tratados internacionales pertinentes, y 78 d) el trabajo que, por su naturaleza o por las condiciones en que se lleva a cabo, es probable que dañe la salud, la seguridad o la moralidad de los niños. Artículo 4 1. Los tipos de trabajo a que se refiere el artículo 3, d) deberán ser determinados por la legislación nacional o por la autoridad competente, previa consulta con las organizaciones de empleadores y de trabajadores interesadas y tomando en consideración las normas internacionales en la materia, en particular los párrafos 3 y 4 de la Recomendación sobre las peores formas de trabajo infantil, 1999. 2. La autoridad competente, previa consulta con las organizaciones de empleadores y de trabajadores interesadas, deberá localizar dónde se practican los tipos de trabajo determinados a tenor del párrafo 1 de este artículo. 3. Deberá examinarse periódicamente y, en caso necesario, revisarse la lista de los tipos de trabajo determinados a tenor del párrafo 1 de este artículo, en consulta con las organizaciones de empleadores y de trabajadores interesadas. Artículo 5 Todo Miembro, previa consulta con las organizaciones de empleadores y de trabajadores, deberá establecer o designar mecanismos apropiados para vigilar la aplicación de las disposiciones por las que se dé efecto al presente Convenio. Artículo 6 1. Todo Miembro deberá elaborar y poner en práctica programas de acción para eliminar, como medida prioritaria, las peores formas de trabajo infantil. 2. Dichos programas de acción deberán elaborarse y ponerse en práctica en consulta con las instituciones gubernamentales competentes y las organizaciones de empleadores y de trabajadores, tomando en consideración las opiniones de otros grupos interesados, según proceda. Artículo 7 1. Todo Miembro deberá adoptar cuantas medidas sean necesarias para garantizar la aplicación y el cumplimiento efectivos de las disposiciones por las que se dé efecto al presente Convenio, incluidos el establecimiento y la aplicación de sanciones penales o, según proceda, de otra índole. 2. Todo Miembro deberá adoptar, teniendo en cuenta la importancia de la educación para la eliminación del trabajo infantil, medidas efectivas y en un plazo determinado con el fin de: a) impedir la ocupación de niños en las peores formas de trabajo infantil; b) prestar la asistencia directa necesaria y adecuada para librar a los niños de las peores formas de trabajo infantil y asegurar su rehabilitación e inserción social; c) asegurar a todos los niños que hayan sido librados de las peores formas de trabajo infantil el acceso a la enseñanza básica gratuita y, cuando sea posible y adecuado, a la formación profesional; d) identificar a los niños que están particularmente expuestos a riesgos y entrar en contacto directo con ellos, y e) tener en cuenta la situación particular de las niñas. 3. Todo Miembro deberá designar la autoridad competente encargada de la aplicación de las disposiciones por las que se dé efecto al presente Convenio. Artículo 8 Los Miembros deberán tomar medidas apropiadas para ayudarse recíprocamente a fin de aplicar las disposiciones del presente Convenio por medio de una mayor cooperación y/o asistencia internacionales, incluido el apoyo al desarrollo social y económico, los programas de erradicación de la pobreza y la educación universal. Artículo 9 Las ratificaciones formales del presente Convenio serán comunicadas, para su registro, al Director General de la Oficina Internacional del Trabajo. Artículo 10 1. Este Convenio obligará únicamente a aquellos Miembros de la Organización Internacional del Trabajo cuyas ratificaciones haya registrado el Director General de la Oficina Internacional del Trabajo. 79 M ANUAL DE FORM ACIÓN PARA OPERADORES DE JUSTICIA EN A MBITO DEL TRABAJO INFANTIL Y ADOLESCENTE 2. Entrará en vigor 12 meses después de la fecha en que las ratificaciones de dos Miembros hayan sido registradas por el Director General. 3. Desde dicho momento, este Convenio entrará en vigor, para cada Miembro, 12 meses después de la fecha en que haya sido registrada su ratificación. Artículo 11 1. Todo Miembro que haya ratificado este Convenio podrá denunciarlo a la expiración de un período de diez años, a partir de la fecha en que se haya puesto inicialmente en vigor, mediante un acta comunicada, para su registro, al Director General de la Oficina Internacional del Trabajo. La denuncia no surtirá efecto hasta un año después de la fecha en que se haya registrado. 2. Todo Miembro que haya ratificado este Convenio y que, en el plazo de un año después de la expiración del período de diez años mencionado en el párrafo precedente, no haga uso del derecho de denuncia previsto en este artículo quedará obligado durante un nuevo período de diez años, y en lo sucesivo podrá denunciar este Convenio a la expiración de cada período de diez años, en las condiciones previstas en este artículo. Artículo 12 1. El Director General de la Oficina Internacional del Trabajo notificará a todos los Miembros de la Organización Internacional del Trabajo el registro de 80 cuantas ratificaciones, declaraciones y actas de denuncia le comuniquen los Miembros de la Organización. 2. Al notificar a los Miembros de la Organización el registro de la segunda ratificación que le haya sido comunicada, el Director General llamará la atención de los Miembros de la Organización sobre la fecha en que entrará en vigor el presente Convenio. Artículo 13 El Director General de la Oficina Internacional del Trabajo comunicará al Secretario General de las Naciones Unidas, a los efectos del registro y de conformidad con el artículo 102 de la Carta de las Naciones Unidas, una información completa sobre todas las ratificaciones, declaraciones y actas de denuncia que haya registrado de acuerdo con los artículos precedentes. Artículo 14 Cada vez que lo estime necesario, el Consejo de Administración de la Oficina Internacional del Trabajo presentará a la Conferencia una memoria sobre la aplicación del Convenio, y considerará la conveniencia de incluir en el orden del día de la Conferencia la cuestión de su revisión total o parcial. Artículo 15 1. En caso de que la Conferencia adopte un nuevo convenio que implique una revisión total o parcial del presente, y a menos que el nuevo convenio contenga disposiciones en contrario: a) la ratificación, por un Miembro, del nuevo convenio revisor implicará ipso jure la denuncia inmediata de este Convenio, no obstante las disposiciones contenidas en el artículo 11, siempre que el nuevo convenio revisor haya entrado en vigor; b) a partir de la fecha en que entre en vigor el nuevo convenio revisor, el presente Convenio cesará de estar abierto a la ratificación por los Miembros. 2. Este Convenio continuará en vigor en todo caso, en su forma y contenido actuales, para los Miembros que lo hayan ratificado y no ratifiquen el convenio revisor. Artículo 16 Las versiones inglesa y francesa del texto de este Convenio son igualmente auténticas. RECOMENDACIÓN (NÚM. 190) SOBRE LA PROHIBICIÓN DE LAS PEORES FORMAS DE TRABAJO INFANTIL Y LA ACCIÓN INMEDIATA PARA SU ELIMINACIÓN, 1999, DE LA OIT La Conferencia General de la Organización Internacional del Trabajo: Convocada en Ginebra por el Consejo de Administración de la Oficina Internacional del Trabajo y congregada en dicha ciudad el 1.º de junio de 1999 en su octogésima séptima reunión; Después de haber adoptado el Convenio sobre las peores formas de trabajo infantil, 1999; Después de haber decidido adoptar varias proposiciones relativas al trabajo infantil, cuestión que constituye el cuarto punto del orden del día de la reunión, y Después de haber determinado que estas proposiciones revistan la forma de una recomendación que complemente el Convenio sobre las peores formas de trabajo infantil, 1999, adopta, con fecha del dieziciete de junio de mil novecientos noventa y nueve, la siguiente Recomendación, que podrá ser citada como la Recomendación sobre las peores formas de trabajo infantil, 1999: 1. Las disposiciones de la presente Recomendación complementan las del Convenio sobre las peores formas de trabajo infantil, 1999 (en adelante 81 M ANUAL DE FORM ACIÓN PARA OPERADORES DE JUSTICIA EN A MBITO DEL TRABAJO INFANTIL Y ADOLESCENTE denominado «el Convenio»), y deberían aplicarse conjuntamente con las mismas. I. PROGRAMAS DE ACCIÓN 2. Los programas de acción mencionados en el artículo 6 del Convenio deberían elaborarse y ponerse en práctica con carácter de urgencia, en consulta con las instituciones gubernamentales competentes y las organizaciones de empleadores y de trabajadores, tomando en consideración las opiniones de los niños directamente afectados por las peores formas de trabajo infantil, de sus familias y, cuando proceda, de otros grupos interesados en la consecución de los fines del Convenio y de la presente Recomendación. Los objetivos de dichos programas deberían ser, entre otros: a) identificar y denunciar las peores formas de trabajo infantil; b) impedir la ocupación de niños en las peores formas de trabajo infantil o librarlos de ellas, protegerlos contra las represalias y garantizar su rehabilitación e inserción social con medidas que permitan atender a sus necesidades educativas, físicas y psicológicas; c) prestar especial atención: i) a los niños más pequeños; ii) a las niñas; 82 iii)al problema del trabajo oculto, en el que las niñas están particularmente expuestas a riesgos, y iv)a otros grupos de niños que sean particularmente vulnerables o tengan necesidades específicas; d) identificar las comunidades en que haya niños particularmente expuestos a riesgos, y entrar en contacto directo y trabajar con ellas, y e) informar, sensibilizar y movilizar a la opinión pública y a los grupos interesados, incluidos los niños y sus familiares. II. TRABAJO PELIGROSO 3. Al determinar y localizar dónde se practican los tipos de trabajo a que se refiere el artículo 3, d) del Convenio, debería tomarse en consideración, entre otras cosas: a) los trabajos en que el niño queda expuesto a abusos de orden físico, psicológico o sexual; b)los trabajos que se realizan bajo tierra, bajo el agua, en alturas peligrosas o en espacios cerrados; c) los trabajos que se realizan con maquinaria, equipos y herramientas peligrosos, o que conllevan la manipulación o el transporte manual de cargas pesadas; d) los trabajos realizados en un medio insalubre en el que los niños estén expuestos, por ejemplo, a sustancias, agentes o procesos peligrosos, o bien a temperaturas o niveles de ruido o de vibraciones que sean perjudiciales para la salud, y a la abolición del trabajo infantil, y en particular a la prohibición y la eliminación de sus peores formas con carácter de urgencia. e) los trabajos que implican condiciones especialmente difíciles, como los horarios prolongados o nocturnos, o los trabajos que retienen injustificadamente al niño en los locales del empleador. 2) En la medida de lo posible, la información y los datos estadísticos antes mencionados deberían incluir datos desglosados por sexo, grupo de edad, ocupación, rama de actividad económica, situación en el empleo, asistencia a la escuela y ubicación geográfica. Debería tenerse en cuenta la importancia de un sistema eficaz de registro de nacimientos, que comprenda la expedición de certificados de nacimiento. 4. Por lo que respecta a los tipos de trabajo a que se hace referencia en el apartado d) del artículo 3 del Convenio y el párrafo 3 de la presente Recomendación, la legislación nacional o la autoridad competente, previa consulta con las organizaciones de empleadores y de trabajadores interesadas, podrán autorizar el empleo o el trabajo a partir de la edad de 16 años, siempre que queden plenamente garantizadas la salud, la seguridad y la moralidad de esos niños, y que éstos hayan recibido instrucción o formación profesional adecuada y específica en la rama de actividad correspondiente. III. APLICACIÓN 5. 1) Se deberían recopilar y mantener actualizados datos estadísticos e información detallada sobre la naturaleza y el alcance del trabajo infantil, de modo que sirvan de base para determinar las prioridades de la acción nacional dirigida 3) Se deberían recopilar y mantener actualizados los datos pertinentes en materia de violación de las disposiciones nacionales sobre la prohibición y la eliminación de las peores formas de trabajo infantil. 6. La compilación y el análisis de la información y los datos a que se refiere el párrafo 5 anterior deberían llevarse a cabo sin menoscabo del derecho a la intimidad. 7. La información recopilada con arreglo a lo dispuesto en el párrafo 5 anterior debería comunicarse periódicamente a la Oficina Internacional del Trabajo. 8. Los Miembros, previa consulta con las organizaciones de empleadores y de trabajadores, deberían establecer o designar mecanismos nacionales apropiados para vigilar la aplicación de las 83 M ANUAL DE FORM ACIÓN PARA OPERADORES DE JUSTICIA EN A MBITO DEL TRABAJO INFANTIL Y ADOLESCENTE disposiciones nacionales sobre la prohibición y la eliminación de las peores formas de trabajo infantil. 9. Los Miembros deberían velar por que las autoridades competentes a quienes incumba la responsabilidad de aplicar las disposiciones nacionales sobre la prohibición y la eliminación de las peores formas de trabajo infantil colaboren entre sí y coordinen sus actividades. 10. La legislación nacional o la autoridad competente deberían determinar a quién o quiénes se atribuirá la responsabilidad en caso de incumplimiento de las disposiciones nacionales sobre la prohibición y la eliminación de las peores formas de trabajo infantil. 11. Los Miembros deberían colaborar, en la medida en que sea compatible con la legislación nacional, en los esfuerzos internacionales encaminados a prohibir y eliminar las peores formas de trabajo infantil con carácter de urgencia, mediante: 84 c) el registro de los datos de los autores de tales delitos. 12. Los Miembros deberían tomar disposiciones a fin de que se consideren actos delictivos las peores formas de trabajo infantil que se indican a continuación: a) todas las formas de esclavitud o las prácticas análogas a la esclavitud, como la venta y el tráfico de niños, la servidumbre por deudas y la condición de siervo, y el trabajo forzoso u obligatorio, incluido el reclutamiento forzoso u obligatorio de niños para utilizarlos en conflictos armados; b) la utilización, el reclutamiento o la oferta de niños para la prostitución, la producción de pornografía o actuaciones pornográficas, y a) la recopilación y el intercambio de información relativa a actos delictivos, incluidos aquellos que impliquen a redes internacionales; c) la utilización, el reclutamiento o la oferta de niños para la realización de actividades ilícitas, en particular para la producción y el tráfico de estupefacientes, tal como se definen en los tratados internacionales pertinentes, o para la realización de actividades que supongan el porte o el uso ilegales de armas de fuego u otras armas. b) la búsqueda y el procesamiento de quienes se encuentren involucrados en la venta y el tráfico de niños, o en la utilización, el reclutamiento o la oferta de niños para la realización de actividades ilícitas, la prostitución, la producción de pornografía o actuaciones pornográficas, y 13. Los Miembros deberían velar por que se impongan sanciones, incluso de carácter penal, cuando proceda, en caso de violación de las disposiciones nacionales sobre la prohibición y la eliminación de cualquiera de los tipos de trabajo a que se refiere el artículo 3, d) del Convenio. 14.Cuando proceda, los Miembros también deberían establecer con carácter de urgencia otras medidas penales, civiles o administrativas para garantizar la aplicación efectiva de las disposiciones nacionales sobre la prohibición y la eliminación de las peores formas de trabajo infantil, tales como la supervisión especial de las empresas que hayan utilizado las peores formas de trabajo infantil y, en los casos de violación reiterada, la revocación temporal o permanente de las licencias para operar. 15. Entre otras medidas encaminadas a la prohibición y la eliminación de las peores formas de trabajo infantil podrían incluirse las siguientes: a) informar, sensibilizar y movilizar al público en general y, en particular, a los dirigentes políticos nacionales y locales, los parlamentarios y las autoridades judiciales; b) hacer partícipes a las organizaciones de empleadores y de trabajadores y a las asociaciones civiles, y capacitarlas al respecto; c) impartir formación adecuada a los funcionarios públicos competentes, en especial a los inspectores y los funcionarios encargados de hacer cumplir la ley, así como a otros profesionales pertinentes; d) permitir a todo Miembro que procese en su territorio a sus nacionales que infrinjan las disposiciones nacionales sobre la prohibición y la eliminación inmediata de las peores formas de trabajo infantil, aun cuando dichas infracciones se hayan cometido fuera de su territorio; e) simplificar los procedimientos judiciales y administrativos, y velar por que sean adecuados y rápidos; f) alentar el desarrollo de políticas empresariales encaminadas a promover los fines del Convenio; g) registrar y difundir las prácticas idóneas en materia de eliminación del trabajo infantil; h) difundir, en los idiomas o dialectos que corresponda, las disposiciones jurídicas o de otra índole sobre el trabajo infantil; i) prever procedimientos de queja especiales, tomar medidas para proteger contra la discriminación y las represalias a quienes denuncien legítimamente toda violación de las disposiciones del Convenio, crear servicios telefónicos de asistencia y establecer centros de contacto o designar mediadores; j) adoptar medidas apropiadas para mejorar la infraestructura educativa y la capacitación de maestros que atiendan las necesidades de los niños y de las niñas, y k) en la medida de lo posible, tener en cuenta en los programas de acción nacionales la necesidad de: i) promover el empleo y la capacitación profesional para los padres y adultos de las familias de los niños 85 M ANUAL DE FORM ACIÓN PARA OPERADORES DE JUSTICIA EN A MBITO DEL TRABAJO INFANTIL Y ADOLESCENTE que trabajan en las condiciones referidas en el Convenio, y ii) sensibilizar a los padres sobre el problema de los niños que trabajan en esas condiciones. 16. Una mayor cooperación y/o asistencia internacional entre los Miembros destinada a prohibir y eliminar efectivamente las peores formas de trabajo infantil debería complementar los esfuerzos nacionales y podría, según proceda, desarrollarse y hacerse efectiva en consulta con las organizaciones de empleadores y de trabajadores. Esa cooperación y/o asistencia internacional debería incluir: a) la movilización de recursos para los programas nacionales o internacionales; b) la asistencia jurídica mutua; c) la asistencia técnica, incluido el intercambio de información, y d) el apoyo al desarrollo económico y social, los programas de erradicación de la pobreza y la educación universal. 86