en el ámbito del trabajo infantil y adolescente

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manual de formación para
operadores de justicia
en el ámbito del
trabajo infantil
y adolescente
S an José, agosto de 2007
Programa
Internacional
para la
Erradicación
del Trabajo
Infantil (IPEC )
O ficina Internacional del Trabajo (OIT )
Copyright © Organización Internacional del Trabajo 2008
Primera edición 2008
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de reproducción de su país.
IPEC
Manual de formación para operadores de justicia en el ámbito del trabajo infantil y adolescente.
San José, Oficina Internacional del Trabajo, 2008
ISBN 978-92-2-321165-3 (impreso)
ISBN 978-92-2-321166-0 (Web PDF)
14.02.1
Trabajo infantil, niños, juventud, derecho, administración de justicia, derechos del niño.
Nota
La presente publicación ha sido elaborada por la Sra. Paula Antezana Rimassa para el IPEC.
Esta publicación de la OIT ha sido posible gracias al Proyecto Subregional Prevención y Eliminación de las Peores Formas
de Trabajo Infantil en Honduras, Nicaragua, Guatemala y Costa Rica, financiado por el Gobierno de Canadá. Su contenido
no refleja necesariamente las opiniones o políticas del Gobierno de Canadá, y la mención en la misma de marcas registradas, productos comerciales u organizaciones no implica que el Gobierno de Canadá los apruebe o respalde.
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pueden solicitarse catálogos o listas de nuevas publicaciones a la dirección antes mencionada o por correo electrónico a:
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Impreso en Costa Rica
Fotocompuesto por: Proyectos Creativos S. A./ ileana Ondoy Jiménez
ADVERTENCIA
El uso de un lenguaje que no discrimine ni marque diferencias entre hombres y mujeres,
o niños y niñas, es una de las preocupaciones de nuestra organización. Sin embargo, no
hay acuerdo entre los lingüistas sobre la manera de cómo hacerlo en nuestro idioma. En
tal sentido y con el fin de evitar la sobrecarga gráfica que supondría indicar en español
ambos sexos, hemos optado por emplear el masculino genérico clásico, en el entendido
de que todas las menciones en tal género representan siempre a hombre y mujeres, o
niños y niñas.
3
M ANUAL DE FORM ACIÓN PARA OPERADORES DE JUSTICIA EN A MBITO DEL TRABAJO INFANTIL Y ADOLESCENTE
4
ÍNDICE
Siglas utilizadas
7
Introducción
9
I. El papel de los operadores de justicia
A. Dos conceptualizaciones opuestas acerca de la niñez y
la adolescencia
1. Doctrina de la situación irregular
2. Doctrina de la protección integral
B. Principios que se deben seguir en los procesos judiciales y
administrativos en que participan niños, niñas y adolescentes
1. Principios derivados de la Convención sobre
los Derechos del Niño
a) Interés superior del niño
b) No discriminación
c) Efectividad
d) Autonomía progresiva
11
12
12
14
17
18
18
19
20
20
2. Condición jurídica y derechos humanos del niño:
Opinión consultiva de la Corte Interamericana de
Derechos Humanos a. Debido proceso y garantías
b. La participación del niño o niña
c. Proceso administrativo
d. Debido proceso
21
22
22
22
23
3. Principios aplicables en procesos laborales administrativos y
judiciales en asuntos relativos al trabajo infantil y adolescente
a. Principio protector
24
24
• Regla del in dubio pro operario
25
• Regla de la norma más favorable
25
• Regla de la condición más beneficiosa
25
b. Principio de irrenunciabilidad de derechos
26
c. Principio de continuidad
26
4. Principios del proceso laboral
26
5
M A N UA L D E F OR M A C IÓN PA R A OP E R A D OR E S D E J U S T I C I A E N M AT E R I A D E T R A B A J O I N FA N T I L Y A D OL E S C E N T E
II. Trabajo infantil y trabajo adolescente
29
A. Antecedentes históricos
29
B. La perspectiva de los instrumentos internacionales
30
1. Edad mínima
32
2. La distinción necesaria entre trabajo infantil y trabajo adolescente 34
3. La protección de los derechos de la persona adolescente
trabajadora
35
a. Condiciones de trabajo
35
b. Los trabajos peligrosos
Bibliografía
41
Anexos
43
Convención sobre los Derechos del Niño
Convenio (núm. 138) sobre la edad mínima de
admisión al empleo, 1973, de la OIT
Recomendación (núm. 146) sobre la edad mínima de
admisión al empleo, 1973, de la OIT
Convenio (núm. 182) sobre las peores formas de trabajo infantil, 1999,
de la OIT
Recomendación (núm. 190) Sobre la prohibición de las peores
formas de trabajo infantil y la acción inmediata para su eliminación,
1999, de La OIT 6
37
43
64
71
77
81
SIGLAS UTILIZADAS
CIDH: Corte Interamericana de Derechos Humanos
CNA: Código de la Niñez y la Adolescencia
CDN: Convención sobre los Derechos del Niño
LPINA: Ley de Protección Integral de la Niñez y Adolescencia
OIT: Organización Internacional del Trabajo
7
M A N UA L D E F OR M A C IÓN PA R A OP E R A D OR E S D E J U S T I C I A E N M AT E R I A D E T R A B A J O I N FA N T I L Y A D OL E S C E N T E
8
INTRODUCCIÓN
¿Por qué un Manual de formación para operadores de justicia en materia de
trabajo infantil y adolescente? Ésa es la pregunta obligada en una época de saturación de información, en que la cantidad de documentos es mayor de la que
podemos asimilar.
La respuesta radica en la experiencia de capacitación en las Normas Internacionales del Trabajo a un grupo numeroso de operadores de justicia en la región
de América Central y República Dominicana (primer semestre de 2007), que
ha evidenciado la necesidad de contar con herramientas e instrumentos ágiles
y operativos que les permita entender la temática del trabajo infantil y adolescente con el fin de poder aplicar la normativa nacional e internacional sobre la
materia.
También la respuesta se puede plantear desde la perspectiva de las nuevas exigencias que impone esta normativa nacional e internacional, surgida -muchas
veces- desde nuevos paradigmas, a operadores de justicia que han sido formados desde paradigmas o modelos tradicionales, algunos de los cuales es preciso
superar.
El presente Manual pretende ser una guía para las y los operadores de justicia,
donde puedan encontrar los aspectos básicos relacionados con el trabajo infantil
y adolescente desde la normativa internacional: Convención sobre los Derechos
del Niño, Convenios de la OIT núm.138 sobre la edad mínima de admisión al
empleo y núm. 182 sobre las peores formas de trabajo infantil.
Está dirigido tanto a funcionarias y funcionarios administrativos del ámbito laboral como a jueces y juezas competentes para conocer la materia laboral en sede
judicial.
Todos los países de la subregión han ratificado los instrumentos de derecho
internacional antes mencionados y cuentan con legislación nacional específica
dirigida al trabajo infantil y a la protección del trabajo adolescente. En el presente Manual no se hace un análisis de esa legislación, pues ya existen otros documentos que brindan esa información. Lo que se intenta es aportar a la aplicación
de la legislación nacional e internacional, brindando los elementos básicos de
los principios aplicables a los procesos en que participan personas menores de
edad, y los relacionados con el tema del trabajo infantil y adolescente.
9
M A N UA L D E F OR M A C IÓN PA R A OP E R A D OR E S D E J U S T I C I A E N M AT E R I A D E T R A B A J O I N FA N T I L Y A D OL E S C E N T E
Este Manual está estructurado en dos partes. La primera parte, denominada “El
papel de los operadores de justicia”, contiene un resumen sobre las dos conceptualizaciones acerca de la niñez y la adolescencia: doctrina de la situación
irregular y doctrina de la protección integral; y, los principios que se deben
seguir en los procesos judiciales y administrativos en que participan niños, niñas y adolescentes, los cuales se presentan primero desde la perspectiva de la
Convención sobre los Derechos del Niño, y luego desde el análisis que realiza
la Corte Interamericana de Derechos Humanos, en el que puntualiza sobre los
principios aplicables a los procesos y, finalmente, se aborda la especificidad de
la materia laboral. En la segunda parte, en la que se desarrolla el tema del trabajo infantil y trabajo adolescente, se hace un recorrido de los aspectos principales
derivados de la CDN y de los Convenios núms. 138 y 182.
10
I. EL PAPEL DE LOS OPERADORES DE JUSTICIA
“Los jueces solemos creer que tenemos que resolver
casos particulares, como si cada caso particular no
tuviera alguna relación con muchos otros casos, algunos de los cuales llegan a los tribunales y otros no.
En cada caso particular en que los jueces tienen que
resolver, en cada situación concreta de un niño o de
una mujer en la que es necesario determinar el reconocimiento de algún derecho, los jueces estamos, sin
saberlo, participando en una especie de elaboración
de lo que Dworkin llama un capítulo de una novela,
una novela de la cual algunos capítulos ya se escribieron y otros se escribirán, sin que sepamos quiénes
son los autores. Es de esta manera como se construyen los precedentes, como se establecen las analogías,
como se selecciona, por ejemplo, cómo y cuándo se
invocan los tratados y las convenciones internacionales para tomar decisiones particulares”1.
1. A. Ruiz: “La imagen que nos devuelve el derecho” en Derechos Universales Realidades Particulares.
UNICEF, Buenos Aires, 2002, pág. 55.
11
M A N UA L D E F OR M A C IÓN PA R A OP E R A D OR E S D E J U S T I C I A E N M AT E R I A D E T R A B A J O I N FA N T I L Y A D OL E S C E N T E
¿Qué pasa cuando un órgano administrativo o judicial debe conocer alguna
situación relacionada con el trabajo de
las personas menores de edad? Si es
en vía administrativa, lo más probable
es que sea la Inspección de Trabajo la
instancia encargada; si es en vía judicial, podrá serlo el juez competente
para conocer de la materia laboral. Es
decir, en ambos casos estamos frente a
instancias jurisdiccionales cuya “especialidad” no es la niñez y la adolescencia. Entonces, estos operadores jurídicos, bien versados en su materia, probablemente tendrán dificultades para
aproximarse a las especificidades del
derecho de la niñez y la adolescencia.
La doctrina jurídica referida a niñez
y adolescencia abarca principalmente dos áreas: niñez y adolescencia y
las instancias jurisdiccionales encargadas de la materia (instituciones de
protección a la niñez y adolescencia,
en la vía administrativa; y jueces de
niñez y adolescencia o de familia,
en la vía judicial); y, el campo penal,
principalmente en lo que respecta a
las infracciones penales cometidas
por personas menores de edad. Se ha
abordado poco el tema de los operadores de justicia en otras áreas, como
la laboral.
Es preciso, entonces, hacer una relectura del rico material que se ha producido en los dos campos anteriormente
mencionados para poder establecer
los principios y las características que
deben observar las y los operadores
de justicia que se aproximan a la niñez y adolescencia desde la perspectiva laboral.
A. Dos conceptualizaciones
opuestas acerca de la niñez
y la adolescencia
Mucho se ha hablado en estudios recientes de dos momentos clave en la
conceptualización jurídica de niños,
niñas y adolescentes: la doctrina de la
situación irregular y la doctrina de la
protección integral. Se les ha llamado
dos paradigmas opuestos, entendiendo por paradigma “un conjunto de
experiencias, creencias y valores que
afectan la forma en que un individuo
percibe la realidad y la forma en que
responde a esa percepción”2. Desde
la perspectiva de ambas doctrinas se
podrá visualizar de manera distinta el
papel del operador jurídico.
1. Doctrina de la situación irregular
Según Gomes da Costa, la doctrina de
la situación irregular “es la expresión
jurídica del modelo latinoamericano
de segregación social”3. Este modelo
ha generado dos infancias: (I) la
infancia escuela-familia-comunidad
y (II) la infancia trabajo-calle-delito.
Para la primera, las políticas sociales
.
2 Véase Enciclopedia Wikipedia en http://es.wikipedia.org/wiki/Paradigma
12
3 A.C. Gomes da Costa: Niños y niñas de la calle: Vida, pasión y muerte. Documento sin fecha, no publicado.
Centro Latinoamericano de Trabajo Social (CELATS), Lima. Disponible en el sitio Web del Instituto Interamericano del Niño, la Niña y Adolescentes (IIN): www.iin.oea.org/Ninos_y_ninas_de_la_calle.pdf,
pág. 10.
básicas funcionan como propuesta
por lo menos ideal y el derecho no
se aplica a ella. Para la segunda, “una
legislación de menores caracterizada
por el empleo sistemático de los
dispositivos típicos de control social
del delito (policía, justicia e institutos
de internación) opera como control
social de la infancia-adolescencia
empobrecida”4.
Esta doctrina se dirige a “los menores en situación irregular”, es decir,
a los carenciados, los abandonados,
los inadaptados y los infractores. Si
bien es una respuesta criminológica
hacia las personas menores de edad
infractoras de la ley penal, en la categoría “situación irregular” también se
ubica a quienes están en “estado de
abandono, riesgo o peligro moral o
material”, también denominados “menores en circunstancias especialmente difíciles” o “en situación de disfunción familiar”. Las reacciones estatales
coactivas se dan frente a infractores
o “potenciales infractores” de la ley
penal, a quienes se aplican medidas
terapéuticas o tutelares5.
dos como “padres de familia”, y como
tales, son quienes, supuestamente,
saben el tipo de protección que se
debe dictar, que más que una decisión jurídica se trata de medidas de
corte asistencial o de otras que inclusive son de tipo represoras, sin tomar
en cuenta las garantías mínimas del
debido proceso. “La ‘doctrina’ de la
situación irregular confunde (activa
e intencionalmente) la protección de
una categoría de sujetos débiles con
la legitimación de formas irrestrictas
de intervención coactivas sobre los
mismos”6.
El “Derecho de Menores” surge bajo
la influencia de esta doctrina. Haciendo un juego de palabras se ha dicho
que el Derecho de Menores es un
Derecho Menor, en el sentido de que
“quienes transitan por otras ramas mayores del Derecho califican como menor al Derecho de Menores”7, y que
se trata además de una sensación de
minoridad jurídica de sus protagonistas, pero también de los propios operadores “que se perciben a sí mismos
como operadores de algo menor”8.
En la aplicación de esas medidas, los
operadores jurídicos son considera-
4 Ibid.
5 M. Beloff: “Modelo de la protección integral de los derechos del niño y de la situación irregular: un
modelo para armar y otro para desarmar” en Justicia y Derechos del Niño, núm. 1. UNICEF, Santiago de
Chile, 1999.
6 E. García Méndez y E. Carranza: El derecho de “menores” como derecho mayor. Documento sin fecha,
no publicado. Disponible en el sitio Web del IIN: www.iin.oea.org/El_derecho_de_menores.pdf.
7 O. A. Marcón: Autonomía del derecho de menores y máquinas de escribir. Artículo sin fecha disponible
en la Revista judicial del diario La Hora, Quito, en www.dlh.lahora.com.ec/paginas/judicial/PAGINAS/
D.Menores.42.htm
8 Ibid.
13
M ANUAL DE FORM ACIÓN PARA OPERADORES DE JUSTICIA EN A MBITO DEL TRABAJO INFANTIL Y ADOLESCENTE
2. Doctrina de la protección integral
Es la que sustenta la Convención sobre los Derechos del Niño (CDN),
que es el instrumento específico de
los derechos humanos de niños, niñas y adolescentes. Parte de la premisa fundamental de que niños, niñas y
adolescentes son sujetos de derecho y
no meros objetos de protección.
Cillero9 señala entre las características
de la CDN las siguientes:
• Integralidad, en el sentido de que
abarca todas las dimensiones de
la vida y el desarrollo de niños,
niñas y adolescentes. Contiene
disposiciones destinadas a reconocer y garantizar los derechos a
la sobrevivencia, el desarrollo, la
protección y la participación, derechos que están completamente
integrados. Los derechos contemplados en la CDN son interdependientes, exigiéndose la satisfacción
conjunta de ellos para la consecución efectiva del desarrollo.
• La concepción del niño como sujeto de derecho. La CDN hace un
reconocimiento expreso de niños,
niñas y adolescentes como sujetos
de derecho, en oposición a la idea
predominante de niño definido a
partir de su incapacidad jurídica.
“En la concepción del niño como
sujeto de derecho subyace, prime-
ramente, la idea de igualdad jurídica, en el sentido de que todas
las personas son destinatarias de
las normas jurídicas y tienen capacidad de ser titulares de derechos,
para luego acceder a fórmulas
más perfectas, como la igualdad
ante la ley o la igualdad en los derechos, que también son recogidos por la Convención”10. Se trata,
además, de un sujeto de derechos
dotado de una protección complementaria, pues se agregan nuevas
garantías a las que corresponden
a todas las personas.
• El paso de las necesidades a los
derechos. “Por el paso de las necesidades a los derechos se entiende
un cambio de óptica en la relación
del Estado y los adultos con la infancia. En lugar que el niño se vea
como un mero receptor o beneficiario de la asistencia social, él
es concebido como un sujeto de
derecho frente al Estado y la sociedad, una persona a la que se le reconoce el derecho a ser protegido
integralmente en su desarrollo y
frente al cual existen obligaciones
muy concretas y específicas”11.
• Además, los derechos contenidos
en la CDN son exigibles, es decir, los Estados se comprometen y
obligan a crear garantías y mecanismos para lograr la efectividad
de los derechos.
.
9 M. Cillero: Infancia, autonomía y derechos. Documento sin fecha, no publicado. Disponible en: www.
iin.oea.org/Infancia_autonomia_derechos.pdf
10 Ibid.
14
11 Ibid.
En la Tabla Nº 1 se pueden apreciar las grandes diferencias existentes entre una
ley de la situación irregular y una ley de la protección integral.
Tabla Nº 1: Diferencias entre una ley de la situación irregular y una ley de la protección integral
Características de una ley de la situación irregular
Características de una ley de la protección integral
Los niños y jóvenes aparecen como objetos de
protección, no son reconocidos como sujetos
de derecho sino como incapaces que requieren un abordaje especial. Por eso las leyes no
son para toda la infancia y la adolescencia sino
sólo para una parte: para los “menores”.
Se definen los derechos de los niños y se
establece que en caso de que alguno de
esos derechos se encuentre amenazado o
violado, es deber de la familia, de la comunidad y/o del Estado restablecer el ejercicio
concreto del derecho afectado a través de
mecanismos y procedimientos efectivos y
eficaces tanto administrativos cuanto judiciales, si así correspondiere.
Se utilizan categorías vagas, ambiguas, de difícil aprehensión desde la perspectiva del derecho, tales como “menores en situación de riesgo o peligro moral o material”, o “en situación
de riesgo” o “en circunstancias especialmente
difíciles” o similares, que son las que habilitan
el ingreso discrecional de los “menores” al sistema de justicia especializado.
Desaparecen las vagas y antijurídicas categorías de “riesgo”, “peligro moral o material”, “circunstancias especialmente difíciles”, “situación irregular”, etc.
En este sistema, es el “menor” quien está en
condición irregular; son sus condiciones personales, familiares y sociales las que lo convierten en un “menor en situación irregular” y
por eso es objeto de intervenciones estatales
coactivas tanto él como su familia.
Se establece que quien se encuentra en
“situación irregular” cuando el derecho de un
niño o adolescente se encuentre amenazado
o violado, es alguien o alguna institución
del mundo adulto (familia, comunidad o
Estado).
La protección es de los “menores” en sí mismos; de ahí que sean “objetos de protección”.
La protección es de los derechos del niño y/
o adolescente. Se trata de garantizar los derechos de todos los niños y adolescentes.
15
M ANUAL DE FORM ACIÓN PARA OPERADORES DE JUSTICIA EN A MBITO DEL TRABAJO INFANTIL Y ADOLESCENTE
Esa protección frecuentemente viola o restringe derechos, porque no está pensada desde la
perspectiva de los derechos.
Esa protección reconoce y promueve derechos, no los viola ni restringe.
Aparece la idea de la incapacidad.
Ya no se trata de incapaces, medias-personas incompletas, sino de personas completas cuya única particularidad es que están
creciendo. Por eso se les reconocen todos
los derechos que tienen todas las personas,
más un plus de derechos específicos precisamente por reconocerse el hecho de que
están creciendo.
La opinión del niño es irrelevante.
De todos los derechos, uno que estructura la lógica de la protección integral es el
derecho del niño a ser oído y a que sus
opiniones sean tenidas en cuenta.
En la misma lógica, se afecta la función jurisdiccional, ya que el juez de menores debe
ocuparse no sólo de las cuestiones típicamente “judiciales” sino también de suplir las deficiencias de la falta de políticas sociales adecuadas. Por eso se espera que el juez actúe
como un “buen padre de familia” en su misión
de encargado del “patronato” del Estado sobre
estos “menores en situación de riesgo o peligro moral o material”. De ahí que el juez no
esté limitado por la ley y tenga facultades omnímodas de disposición e intervención sobre
la familia del niño.
La medida por excelencia que adoptan los juzgados –tanto para infractores de la ley penal
como para víctimas o para los “protegidos”- es
la privación de la libertad. Todas las medidas
se adoptan por tiempo indeterminado.
Se distinguen claramente las competencias
de las políticas sociales de la cuestión
penal.
El juez, como cualquier juez, está limitado
en su intervención por las garantías.
La privación de libertad será una medida de
último recurso, que deberá aplicarse por el
tiempo más breve que proceda y, en todos
los casos, por el tiempo determinado como
consecuencia de la comisión de un delito
grave.
Tomado parcialmente de: M. Beloff: “Modelo de la protección integral de los derechos del niño y de la
situación irregular: un modelo para armar y otro para desarmar” en Justicia y Derechos del Niño, núm. 1.
UNICEF, Santiago de Chile, 1999.
16
B. Principios que se deben seguir
en los procesos judiciales
y administrativos en que
participan niños, niñas y
adolescentes
Refiriéndose a los principios generales
del Derecho, Latorre los define como
“enunciados generales a los que se
subordina un conjunto de soluciones
particulares”12. Advierte este autor que
no se debe confundir principios con
normas jurídicas: “Tanto las normas
como los principios son generales,
pero una norma jurídica se establece
para un número indeterminado de actos o de hechos y sólo rige para esos
actos o hechos. Un principio, en cambio, comporta una serie indefinida de
aplicaciones”13.
Por su parte, Plá Rodríguez define
principios como: “Líneas directrices
que informan algunas normas e inspiran directa o indirectamente una serie
de soluciones por lo que pueden servir para promover y encausar la aprobación de nuevas normas, orientar la
interpretación de las existentes y resolver los casos no previstos”14.
Algunas de las funciones de los principios pueden ser15:
• Integrativa: para llenar lagunas
del ordenamiento jurídico.
• Interpretativa: para ayudar al intérprete a llegar a una interpretación “correcta”.
• Finalística: al permitir orientarse
hacia fines más amplios.
• Delimitativa: cuando sirven para
poner límites al actuar de la
competencia legislativa, judicial y
negocial.
• Fundante: “al ofrecer un valor
para fundar internamente al ordenamiento y dar lugar a creaciones
pretorianas”16.
A estas funciones habría que agregar
que los principios que estructuran la
Convención sobre los Derechos del
Niño son derechos que permiten ejercer otros derechos y resolver conflictos entre derechos17.
.
12 A. Latorre: Introducción al Derecho. Editorial Ariel, Barcelona, 1976, pág. 76.
13 Ibid.
14 A. Plá Rodríguez: Los principios del derecho del trabajo. Ediciones Depalma, Buenos Aires, 1978, pág. 9.
15 H.A. Podetti: “Los principios del derecho del trabajo” en Instituciones de Derecho del Trabajo y de la Seguridad Social, Serie G: Estudios Doctrinales, núm. 188. Instituto de Investigaciones Jurídicas, México,
1997, pág. 139.
16 Lorenzutti, citado por Podetti, op.cit.
17 M. Cillero, op.cit.
17
M A N UA L D E F OR M A C IÓN PA R A OP E R A D OR E S D E J U S T I C I A E N M AT E R I A D E T R A B A J O I N FA N T I L Y A D OL E S C E N T E
1. Principios derivados de la Convención
sobre los Derechos del Niño
a) Interés superior del niño
El Artículo 3 de la CDN establece:
1. En todas las medidas concernientes a los niños que tomen las instituciones públicas o privadas de
bienestar social, los tribunales, las
autoridades administrativas o los
órganos legislativos, una consideración primordial a que se atenderá será el interés superior del
niño.
El interés superior alude a la satisfacción de los derechos fundamentales,
Cillero enfatiza este aspecto al afirmar
que “el interés superior del niño es,
siempre, la satisfacción de sus derechos y nunca se puede aducir un interés del niño superior a la vigencia
efectiva de sus derechos”18. Es un principio de prioridad y no de exclusión
de otros derechos e intereses. Constituye, además, un criterio orientador
para resolver conflictos de derechos
en que puedan verse involucrados
niños, niñas y adolescentes. Rige y
obliga expresamente al legislador, los
tribunales, los órganos administrativos
y los servicios de bienestar públicos
y privados. Un ejemplo de aplicación del principio de interés superior
lo constituye el Artículo 9, párrafo 1
de la CDN, el cual establece que los
Estados velarán por que el niño no
sea separado de sus padres contra la
18 Ibid.
18
“Interés superior del niño (...) implica
que el desarrollo de éste y el ejercicio
pleno de sus derechos deben ser
considerados como criterios rectores para
la elaboración de normas y la aplicación
de éstas en todos los órdenes relativos
a la vida del niño”
Corte Interamericana
de Derechos Humanos,
OC-17/2002 de 28 de agosto de 2002
voluntad de éstos, excepto cuando, a
reserva de revisión judicial, las autoridades competentes determinen, de
conformidad con la ley y los procedimientos aplicables, que tal separación
es necesaria en el interés superior del
niño.
Este principio está relacionado con el
derecho del niño, niña y adolescente
a expresar u opinión en los asuntos
que les afectan. En este sentido, el Artículo 12 de la CDN estipula que:
1. Los Estados Partes garantizarán
al niño, que esté en condiciones
de formarse un juicio propio, el
derecho de expresar su opinión libremente en todos los asuntos que
afectan al niño, teniéndose debidamente en cuenta las opiniones
del niño, en función de la edad y
madurez del niño.
2. Con tal fin, se dará en particular
al niño oportunidad de ser escuchado en todo procedimiento judicial o administrativo que afecte
al niño, ya sea directamente o por
medio de un representante o de
un órgano apropiado, en consonancia con las normas de procedimiento de la ley nacional.
La importancia de pedir y tomar en
cuenta la opinión del niño, niña o
adolescente es medular en la construcción jurídica del sujeto de derechos. “Es una excelente expresión
del sentido con que el derecho nos
construye como sujetos. Y el derecho
nos construye como sujetos en la medida en que nos otorga el uso de la
palabra, porque el uso de la palabra
produce efectos jurídicos: se es más
sujeto de derecho como mujer, o más
sujeto de derecho como niño, en tanto y en cuanto el derecho haya legitimado nuestra intervención, nuestra
voz, lo que otorga un lugar reconocido no sólo en el nivel de la ley sino
también por el efecto que el discurso del derecho produce, tanto en la
comprensión racional del mundo social en que vivimos, como en la aparición de creencias y de mitos: es en
el imaginario social donde se construye el modelo que reconocemos como
hombre, como mujer, como niño”19.
b) No discriminación
Este principio está consagrado en el
Artículo 2 de la CDN:
1. Los Estados Partes respetarán los
derechos enunciados en la presente Convención y asegurarán
su aplicación a cada niño sujeto
a su jurisdicción, sin distinción
alguna, independientemente de
la raza, el color, el sexo, el idioma,
la religión, la opinión política o
de otra índole, el origen nacional,
étnico o social, la posición económica, los impedimentos físicos, el
nacimiento o cualquier otra condición del niño, de sus padres o
de sus representantes legales.
2. Los Estados Partes tomarán todas
las medidas apropiadas para garantizar que el niño se vea protegido contra toda forma de discriminación o castigo por causa de
la condición, las actividades, las
opiniones expresadas o las creencias de sus padres, o sus tutores o
de sus familiares.
Sobre la base de la regla según la cual
“se debe tratar a los iguales de modo
igual y a los desiguales de un modo
desigual”, es aceptada la idea de
que niñas y niños deben ser sujetos
privilegiados. “En el ámbito jurídico
esto tiene importantes consecuencias.
Por una parte el recientemente
expuesto principio del interés
superior del niño es una aplicación
19 A. Ruiz, op.cit, pág. 52.
19
M ANUAL DE FORM ACIÓN PARA OPERADORES DE JUSTICIA EN A MBITO DEL TRABAJO INFANTIL Y ADOLESCENTE
clara de un criterio de prioridad que
encuentra su fundamento último en
una concepción de justicia que se
funde en el reconocimiento que las
desigualdades sólo son tolerables, si
satisfacen, entre otras condiciones,
el ‘procurar el máximo beneficio de
los miembros menos aventajados
de la sociedad’. La CDN, justamente
pretende superar, a través del
fortalecimiento de su posición jurídica,
el carácter de grupo menos aventajado
que tradicionalmente ha acompañado
a la infancia. La segunda expresión, y
más obvia, es que la no discriminación
exige una igualitaria protección de los
derechos de la infancia, atendiendo a
sus particularidades. Los niños tienen
igualdad de derechos y es deber del
Estado promover la igualdad en la
aplicación de ellos”20.
c) Efectividad
El Artículo 4 de la CDN establece:
Los Estados Partes adoptarán todas las
medidas administrativas, legislativas
y de otra índole para dar efectividad
a los derechos reconocidos en la presente Convención. En lo que respecta
a los derechos económicos, sociales y
culturales, los Estados Partes adoptarán esas medidas hasta el máximo de
los recursos de que dispongan y, cuando sea necesario, dentro del marco de
la cooperación internacional.
Las disposiciones contenidas en la
CDN no tienen carácter meramente
declarativos, son normas vinculantes
y exigibles. Por lo tanto, los Estados
no sólo deben incorporar en su legislación los derechos contenidos en
la CDN sino adoptar los mecanismos
efectivos de garantía de los mismos.
d) Autonomía progresiva
El Artículo 5 de la CDN establece:
Los Estados Partes respetarán las responsabilidades, los derechos y los deberes de los padres o, en su caso, de
los miembros de la familia ampliada o
de la comunidad, según establezca la
costumbre local, de los tutores u otras
personas encargadas legalmente del
niño, de impartirle, en consonancia
con la evolución de sus facultades, dirección y orientación apropiadas para
que el niño ejerza los derechos reconocidos en la presente Convención.
Este principio se puede resumir diciendo que en la medida en que niños, niñas y adolescentes adquieren
capacidades cada vez mayores, disminuye su necesidad de dirección y
orientación y aumenta su posibilidad
de asumir responsabilidades, tomando decisiones que afectan su vida21.
En virtud de este principio, se divide
la infancia en niñez y adolescencia y
se fija edades mínimas para diferentes
20 Ibid.
21 G. Lansdown: La evolución de las facultades del niño. Centro de Investigaciones Innocenti. UNICEF/
Save the Children, Roma, 2005, pág. 11.
20
aspectos, entre los cuales está el trabajo, en el entendido de que a partir
de ciertas edades, y siempre brindando la protección adecuada, la persona
menor de edad puede actuar por sí
misma, ejerciendo los derechos reconocidos en la CDN.
2. Condición jurídica y derechos humanos
del niño: Opinión consultiva de la
Corte Interamericana de Derechos
Humanos
La Corte Interamericana de Derechos
Humanos (CIDH) se ha referido al
tema de la condición jurídica y de los
derechos humanos del niño22 al contestar una consulta formulada por la
Comisión Interamericana de Derechos
Humanos en el sentido de que “en
distintas legislaciones y prácticas de
los países americanos, la vigencia de
los derechos y garantías reconocidos
en los artículos 8 y 25 por la Convención Americana no es plena respecto
a los niños como sujetos y actores en
jurisdicción penal, civil y administrativa, por asumirse que la obligación de
protección por el Estado para suplir
la falta de plenitud de juicio de los
menores, puede hacer pasar a segundo plano dichas garantías. Eso implica que los derechos de los menores
de edad a las garantías judiciales y a
la protección judicial pueden ser menoscabados o restringidos”23.
“Para alcanzar sus objetivos, el
proceso debe reconocer y resolver
los factores de desigualdad real
de quienes son llevados ante la
justicia. Es así como se atiende el
principio de igualdad ante la ley
y los tribunales y a la correlativa
prohibición de discriminación.
La presencia de condiciones de
desigualdad real obliga a adoptar
medidas de compensación que
contribuyan a reducir o eliminar
los obstáculos y deficiencias que
impidan o reduzcan la defensa
eficaz de los propios intereses.
Si no existieran esos medios de
compensación, ampliamente reconocidos en diversas vertientes
del procedimiento, difícilmente
se podría decir que quienes se
encuentran en condiciones de
desventaja disfrutan de un verdadero acceso a la justicia y se
benefician de un debido proceso
legal en condiciones de igualdad
con quienes no afrontan
esas desventajas.”
CIDH. El derecho a la información sobre
la asistencia consular en el marco de
las garantías del debido proceso legal,
opinión consultiva OC-16/99 de 1 de
octubre de 1999, citado por CIDH,
OC-17/2002.
22 Corte Interamericana de Derechos Humanos: Condición jurídica y derechos humanos del niño. Opinión
consultiva OC-17/2002 del 28 de agosto de 2002 solicitada por la Comisión Interamericana de Derechos
Humanos. San José, 2002.
23 Ibid.
21
M ANUAL DE FORM ACIÓN PARA OPERADORES DE JUSTICIA EN A MBITO DEL TRABAJO INFANTIL Y ADOLESCENTE
a. Debido proceso y garantías
En opinión de la CIDH, “las garantías consagradas en los artículos 8 y
25 de la Convención [Americana de
Derechos Humanos] se reconocen a
todas las personas por igual, y deben correlacionarse con los derechos
específicos que estatuye, además, el
artículo 19, en forma que se reflejen
en cualesquiera procesos administrativos o judiciales en los que se discuta
algún derecho de un niño” (párrafo
95). Pero, además, se hace un reconocimiento expreso de que las condiciones en que participa un niño en
un proceso no son las mismas en que
lo hace un adulto. “Si se sostuviera
otra cosa se desconocería la realidad
y se omitiría la adopción de medidas
especiales para la protección de los
niños, con grave perjuicio para estos
mismos. Por lo tanto, es indispensable
reconocer y respetar las diferencias de
trato que corresponden a diferencias
de situación, entre quienes participan
en un procedimiento”.
b. La participación del niño o
niña
Si bien la CIDH reconoce la participación del niño como un elemento fundamental en todo proceso, al
entender que por niño se involucra
a todas las personas menores de 18
años, considera que es evidente que
“… hay una gran variedad en el grado
de desarrollo físico e intelectual, en la
experiencia y en la información que
poseen quienes se hallan comprendidos en aquel concepto. La capacidad
22
de decisión de un niño de 3 años no
es igual a la de un adolescente de 16
años. Por ello debe matizarse razonablemente el alcance de la participación del niño en los procedimientos,
con el fin de lograr la protección efectiva de su interés superior, objetivo último de la normativa el Derecho Internacional de los Derechos Humanos
en este dominio” (párrafo 101). “En
definitiva, el aplicador del derecho,
sea en el ámbito administrativo, sea
en el judicial, deberá tomar en consideración las condiciones específicas
del menor y su interés superior para
acordar la participación de éste, según
corresponda, en la determinación de
sus derechos. En esta ponderación se
procurará el mayor acceso del menor,
en la medida de lo posible, al examen
de su propio caso” (párrafo 102).
c. Proceso administrativo
De la opinión consultiva de la CIDH
cabe resaltar los siguientes aspectos
relacionados con el proceso administrativo y que son relevantes para este
Manual:
• Las medidas de protección que
se adopten en sede administrativa
deben ajustarse estrictamente a la
ley.
• Quienes intervengan en los procesos decisorios deben ser personas con la competencia personal
y profesional necesaria para identificar las medidas aconsejables
en función del niño.
• Se debe permitir el desarrollo adecuado del debido proceso, reducir
y limitar adecuadamente la discrecionalidad del funcionario administrativo, conforme a criterios de
pertinencia y racionalidad.
d. Debido proceso
La CIDH realiza algunas “consideraciones acerca de diversos principios
materiales y procesales cuya aplicación se actualiza en los procedimientos relativos a menores…”:
• Juez natural. “La garantía de los
derechos implica la existencia de
medios legales idóneos para la
definición y protección de aquéllos, con intervención de un órgano judicial competente, independiente e imparcial, cuya actuación
se ajuste escrupulosamente a la
ley, en la que se fijará, conforme
a criterios de oportunidad, legitimidad y racionalidad, el ámbito
de los poderes reglados de las
potestades discrecionales…” (párrafo 120).
• Doble instancia y recurso efectivo.
“La garantía procesal anterior se
complementa con la posibilidad
de que exista un tribunal superior
que pueda revisar las actuaciones del inferior. Esta facultad ha
quedado plasmada en el artículo
8.2.h) de la Convención Americana y en el artículo 40.b inciso v)
de la Convención sobre los Derechos del Niño…” (párrafo 121).
• Principio de contradictorio. “En
todo proceso deben concurrir determinados elementos para que
exista el mayor equilibrio entre
las partes, para la debida defensa de sus intereses y derechos.
Esto implica, entre otras cosas,
que rija el principio de contradictorio en las actuaciones, al que
atienden las normas que en diversos instrumentos disponen la
intervención del niño por sí o
mediante representantes en los
actos del proceso, la aportación
de pruebas y el examen de éstas,
la formulación de alegatos, entre
otros…” (párrafo 132).
• Principio de publicidad. “Cuando
se trata de procedimientos en los
que se examinan cuestiones relativas a menores de edad, que
trascienden en la vida de éstos,
procede fijar ciertas limitaciones
al amplio principio de publicidad
que rige en otros casos, no por lo
que toca al acceso de las partes
a las pruebas y resoluciones, sino
en lo que atañe a la observación
pública de los actos procesales.
Estos límites atienden al interés
superior del niño, en la medida
en que lo preservan de apreciaciones, juicios o estigmatizaciones
que pueden gravitar sobre su vida
futura” (párrafo 134).
• Justicia alternativa. “Las normas
internacionales procuran excluir o
reducir la “judicialización” de los
problemas sociales que afectan a
los niños, que pueden y deben
23
M ANUAL DE FORM ACIÓN PARA OPERADORES DE JUSTICIA EN A MBITO DEL TRABAJO INFANTIL Y ADOLESCENTE
ser resueltos, en muchos casos,
con medidas de diverso carácter,
al amparo del artículo 18 de la
Convención Americana, pero sin
alterar o disminuir los derechos
de las personas. En este sentido,
son plenamente admisibles los
medios alternativos de solución
de las controversias que permitan
la adopción de decisiones equitativas, siempre sin menoscabo de
los derechos de las personas. Por
ello, es preciso que se regule con
especial cuidado la aplicación de
estos medios alternativos en los
casos en que se hallan en juego
los intereses de menores de edad”
(párrafo 135).
3. Principios aplicables en
los procesos laborales
administrativos y judiciales en
asuntos relativos al
trabajo infantil y adolescente
Los principios derivados de la CDN y
la opinión consultiva de la Corte Interamericana de Derechos Humanos
permiten aproximarse a las distintas
situaciones jurídicas en que esté presente una persona menor de edad
desde la perspectiva de derechos que
presentan esos principios. Así, se podría hacer una relectura de los principios que informan al Derecho del
Trabajo, a la vez que se agregan a
éstos, los principios específicos de la
CDN antes mencionados.
24
El derecho laboral se sustenta en principios de gran contenido social, cuyo
fin es atenuar las desigualdades reales existentes entre trabajadores y empleadores. Según algunos autores, el
principio nuclear que nutre el derecho
laboral es el de centralidad de la persona del trabajador, el cual se relaciona
con una de las expresiones máximas
en la Constitución de la Organización
Internacional del Trabajo (OIT): el trabajo no es una mercancía.
Entre los principios del derecho laboral están los siguientes24: principio
protector y sus reglas in dubio pro
operario, la regla más favorable y la
condición más beneficiosa, principio
de irrenunciabilidad de derechos,
principio de continuidad, principio de
primacía de la realidad, principio de
buena fe y principio de razonabilidad.
Estos principios cobran particular importancia y fuerza cuando el trabajador es una persona menor de edad,
en especial los siguientes principios:
a. Principio protector
En virtud de este principio se procura nivelar las desigualdades existentes en una relación laboral. Estas
desigualdades pueden ser por las
relaciones de poder económicas entre trabajadores y empleadores o por
otro tipo de desigualdades (como la
desigualdad de género, por ejemplo).
En el caso de las personas menores
24 Distintos tratadistas y estudiosos del derecho laboral hacen diferentes clasificaciones de los principios.
En este documento se ha tomado como base la enumeración de principios contenida en: OIT/ ILANUD,
Módulo de capacitación. Derecho Laboral, Programa Mujer, Justicia y Género, San José, 2001. Este Manual, a su vez, se basa en A. Plá Rodríguez: Los principios del Derecho del Trabajo, Ediciones Depalma,
Buenos Aires, 1978.
de edad, la desigualdad viene dada,
además, en razón de la edad y de las
relaciones asimétricas que esta supone. De este principio se derivan las
siguientes reglas:
justicia debe inclinarse por aquella interpretación o valoración que
sea más favorable para la parte
trabajadora. Tratándose de personas adolescentes trabajadoras,
con frecuencia el operador de justicia encontrará que debe aplicar
las normas laborales del Código
de Trabajo, pero también aquellas
contenidas en los regímenes especiales de protección de los Códigos de Niñez y Adolescencia; en
estas situaciones el operador debe
valorar cuál es la norma más favorable para la parte trabajadora
y aplicarla. Además, también debe
tener presente el marco jurídico
internacional (CDN, Convenios
núms. 138 y 182 de la OIT, como
mínimo), en la aplicación de esta
regla.
• Regla del In Dubio pro Operario.
En caso de duda en la interpretación de una norma, el operador
de justicia debe inclinarse por
aquella interpretación que sea
más favorable a la parte trabajadora. Se aplica únicamente en
caso de duda para apreciar mejor
la prueba, los hechos relacionados con el sentido de la norma.
En un estudio realizado sobre
sentencias judiciales y resoluciones administrativas en materia de
trabajo infantil en América Central
y República Dominicana25, se encontró que en la mayoría de los
casos en que una persona trabajadora adolescente presenta algún reclamo, la parte empleadora
tiende a negar la relación laboral;
en algunos casos los operadores
de justicia resuelven a favor del
empleador ante la dificultad del
trabajador de probar la relación
laboral y, principalmente, ante el
argumento del empleador de que
en realidad el servicio prestado
no era realmente un trabajo “sino
una ayuda”.
• Regla de la norma más favorable.
En caso de duda en la interpretación de una norma, el operador de
• Regla de la condición más
beneficiosa. Supone la existencia
de una situación anterior mejor,
concreta y determinada que el
empleador deberá respetar. No se
deben disminuir las condiciones
más favorables en que pudiera
hallarse la parte trabajadora.
Los regímenes especiales de protección al trabajo de las personas
adolescentes establecen jornadas
reducidas y condiciones de trabajo que favorezcan el derecho
a la salud y a la educación de la
persona adolescente. Estas particularidades –que son de interés
social- pueden tener un efecto
.
25 IPEC: Reflexiones sobre la aplicación de los convenios de la OIT sobre trabajo infantil y sus peores formas
en América Central y República Dominicana. OIT, San José, 2006.
25
M ANUAL DE FORM ACIÓN PARA OPERADORES DE JUSTICIA EN A MBITO DEL TRABAJO INFANTIL Y ADOLESCENTE
negativo para el empleo de las
personas adolescentes por el costo mayor que puede implicar para
los empleadores. Deben ser vistas, sin embargo, como conquistas
sociales e implementarse medidas
compensatorias para disminuir
los efectos negativos que podrían
producirse para los empleadores.
b. Principio de irrenunciabilidad
de derechos
La renuncia a los derechos mínimos
establecidos en las leyes de trabajo y
en los regímenes de protección especial al trabajo de las personas adolescentes implican una nulidad absoluta
o total del acto.
c. Principio de continuidad
Según este principio, la relación laboral debe ser estable y duradera. Interpreta el anhelo por relaciones laborales regidas por un régimen de verdadera estabilidad en el empleo. Los
contratos de trabajo son mutables en
el tiempo y varían respecto de las condiciones iniciales para beneficio de la
parte trabajadora. Los cambios de las
condiciones de trabajo y el salario se
contemplan como una modificación
del contrato laboral. Por ejemplo, si a
una persona adolescente trabajadora
se le traslada de labores por alguna
condición que le es particular (por
estar expuesta a riesgos), esta modificación no podrá perjudicarla salarial-
mente y, si se tratara de una condición temporal, podría regresar a las
condiciones que más le beneficien.
4. Principios del proceso laboral
De manera inseparable de los
principios del derecho sustantivo,
están los del proceso laboral, pues
en el proceso se reproducen las
mismas asimetrías que los principios
del derecho laboral han querido
compensar. Según Valdés del Re, “…
la ley procesal laboral ha tomado
nota de la naturaleza compensadora
e igualadora de las normas laborales,
materiales y adjetivas, introduciendo
las correcciones equilibradoras a la
igualdad formal de las partes a fin de
procurar una igualdad sustancial”26.
Es decir, los principios del derecho
procesal
laboral
complementan
aquéllos del derecho sustantivo y
son una “garantía de efectividad de
los derechos materiales reconocidos
por el derecho del trabajo y por el
derecho de la seguridad social”27.
Entre los principios del proceso laboral están: oralidad, concentración, inmediatez, celeridad.
Cuando la parte trabajadora es una
persona menor de edad, a estos
principios habría que añadir: el
principio de participación de la
persona menor de edad, en virtud del
cual el operador está obligado a pedir
26 Valdés del Re citado por J.A. Sagardoy Bengoechea: “El proceso laboral: principios informadores”
en Instituciones de derecho del trabajo y de la seguridad social. Serie G: Estudios Doctrinales, núm.
188. Universidad Autónoma de México, Instituto de Investigaciones Jurídicas, México D.F., 1997, pág.
824.
26
27 Ibid.
y tomar en cuenta la opinión de la
persona menor de edad y asegurarse de
que ésta esté debidamente informada
de las distintas actuaciones.
Algunas legislaciones de los países
de la región han incorporado en sus
legislaciones de niñez y adolescencia
principios que deben observarse en
procesos administrativos o judiciales
en los que participen personas menores de edad. Éste es el caso, por ejemplo, de Costa Rica y Guatemala.
El Artículo 107 del Código de Niñez
y Adolescencia de Costa Rica28 (CNA)
consagra los derechos en procesos:
CNA-CR-Art. 107. Derechos en procesos. En todo proceso o procedimiento
en que e discutan disposiciones materiales de este Código, las personas
menores de edad tendrán derecho a
lo siguiente:
a) Ser escuchados en su idioma y
que su opinión y versiones sean
consideradas en la resolución que
se dicte.
b) Contar con un traductor o intérprete y seleccionarlo cuando sea
necesario.
c) Acudir a las audiencias en compañía de un trabajador social, un
psicólogo o cualquier otro profesional similar o una persona de
su confianza.
d) Recibir del juez información clara y precisa sobre el significado de
cada una de las actuaciones que
se desarrollen en su presencia, así
como del contenido y las razones
de cada decisión.
e) Que todo procedimiento se desarrolle sin demora, en términos
sencillos y precisos.
f) La justificación y determinación
de la medida de protección
ordenada. En la resolución
que establezca la medida de
protección, la autoridad judicial
o administrativa deberá explicar
a la persona menor de edad, de
acuerdo con su edad y madurez,
el motivo por el cual se seleccionó
tal medida.
g) No ser ubicadas en ninguna
institución pública ni privada
sino mediante declaración de
la autoridad competente, previo
agotamiento de las demás
opciones de ubicación. Queda a
salvo la medida de protección de
abrigo, dictada por las oficinas
locales del Patronato Nacional de
la Infancia.
h) La discreción y reserva de las actuaciones.
i) Impugnar las decisiones judiciales y administrativas, conforme a
lo dispuesto en este Código.
De similar manera, la Ley de Protección Integral de la Niñez y Adolescencia (LPINA)29 de Guatemala se refiere
a las garantías procesales de niños, niñas y adolescentes:
28 Código de la Niñez y Adolescencia de Costa Rica. Ley Nº 7739, del 6 de enero de 1998. Publicado en
La Gaceta Nº 26, del 6 de febrero de 1998.
27
M ANUAL DE FORM ACIÓN PARA OPERADORES DE JUSTICIA EN A MBITO DEL TRABAJO INFANTIL Y ADOLESCENTE
LPINA-Artículo 116. Garantías procesales. La niñez y la adolescencia amenazadas o violadas en sus derechos
gozarán de las siguientes garantías
procesales:
a) Ser escuchado en su idioma en
todas las etapas del proceso y
que su opinión y versiones sean
tomadas en cuenta y consideradas
en la resolución que dicte el
juzgado, debiendo en su caso,
estar presente un intérprete.
b) No ser abrigado en institución
pública o privada, sino mediante
declaración de autoridad competente, previo a agotar las demás
opciones de colocación. Asimismo, no podrán, bajo ninguna
circunstancia, ser internados en
instituciones destinadas a adolescentes en conflicto con la ley
penal, incurriendo en responsabilidad los funcionarios que no
cumplieren esta disposición.
c) Asistir a las audiencias programadas, acompañado por un trabajador social, psicólogo o cualquier
otro profesional similar.
d) Recibir información clara y
precisa en su idioma materno,
sobre el significado de cada una
de las actuaciones procesales que
se desarrollen en su presencia, así
como del contenido y las razones
de cada una de las decisiones.
e) Que todo procedimiento
desarrollado sin demora.
28
sea
f) La justificación y determinación
de la medida de protección
ordenada. En la resolución en
la que se determine la medida
de protección, el juez le deberá
explicar, de acuerdo a su edad y
madurez, el motivo por el cual fue
seleccionada esta medida.
g) Una jurisdicción especializada.
h) La discreción y reserva en las
actuaciones.
i) Tener y seleccionar un intérprete
cuando fuere el caso.
j) A no ser separado de sus padres
o responsables contra la voluntad
de estos, excepto cuando el juez
determine, previa investigación
de los antecedentes, que tal
separación es necesaria en el
interés superior del niño, en caso
en que éste sea objeto de maltrato
o descuido.
k) A evitar que sea revictimizado al
confrontarse con su agresor en
cualquier etapa del proceso.
Estas garantías procesales o derechos
en procesos se derivan de la Convención de los Derechos del Niño, y deben ser observadas en cualquier jurisdicción en que se diluciden asuntos
que involucren a niños, niñas y adolescentes, como sería el caso de los
procesos laborales, en la vía judicial o
administrativa, en los cuales –ademásse deben observar los principios del
proceso laboral antes mencionados.
29 Ley de Protección Integral de la Niñez y Adolescencia de Guatemala. Decreto 27-2003, del 4 de junio
de 2003.
II. TRABAJO INFANTIL Y TRABAJO ADOLESCENTE
A. Antecedentes históricos
Los primeros antecedentes de la regulación del trabajo infantil se remontan
a la época de la revolución industrial,
que se caracterizó por la explotación
despiadada de niños y de mujeres. En
1802, se emite en Inglaterra la Moral
and Health Act, dirigida a regular el
trabajo de los aprendices de las parroquias, limitando la jornada a diez
horas diarias. Según Cunningham, la
aprobación de esta ley generó un debate sobre el trabajo infantil, pues algunas personas querían extender los
efectos de la misma a otros niños trabajadores que no fueran los aprendices. Finalmente, primó la tesis de que
“cualquier intervención en el campo
del trabajo infantil dejara intacto el
principio del trabajo libre”30, en el
cual incluían el trabajo de los niños.
Considerar “trabajo libre” el trabajo de
los niños generó un debate que desembocó en el reconocimiento de que
el trabajo infantil no era libre, sino que
podría ser descrito como trabajo esclavo. En el Acta Industrial de 1833 se redujo razonablemente la extensión de
la “esclavitud infantil blanca” y el trabajo de los niños menores de 13 años
fue limitado a ocho horas diarias31.
A nivel internacional, relata Dávalos,
las primeras regulaciones se dan entre
los años 1840 y 1853, época en que
el industrial francés Daniel Le Grand
se dirigió a los gobiernos de Francia,
Reino Unido, Alemania y Suiza, instándolos a que elaboraran una ley internacional que protegiera a los trabajadores “contra el trabajo excesivo a
una edad demasiado temprana, causa
primera y principal de su decadencia
física, de su embrutecimiento moral y
de su privación de las satisfacciones
de la vida familiar”32.
Según este autor, en 1890 el gobierno
suizo convocó a una conferencia que
se llevó a cabo en Berlín, en la que
participaron los principales países industrializados de Europa. Se adoptaron recomendaciones para reglamentar o prohibir el trabajo en las minas,
el trabajo dominical, el trabajo de los
niños y el empleo de los jóvenes y de
las mujeres. Durante el Primer Congreso Internacional para la Protección
Legal de los Trabajadores, celebrado
en 1897 en Zurich, Suiza, el trabajo de
las personas menores de edad ocupó
un lugar preponderante. La Declaración de Principios de la Segunda Internacional en París contenía la prohibición de trabajar para las personas
.
.
30 H. Cunningham: “Los hijos de los pobres. La imagen de la Infancia desde el Siglo XVII”. Documento si
fecha, no publicado. Disponible en el sitio Web del INN: www.iin.oea.org/Los_hijos_de_los_pobres.
pdf
31 Ibid.
32 J. Dávalos: Derechos de los menores trabajadores, Cámara de Diputados, LVII Legislatura, Universidad
Nacional Autónoma de México, Instituto de Investigaciones Jurídicas, México, 2000, pág. 14.
29
M ANUAL DE FORM ACIÓN PARA OPERADORES DE JUSTICIA EN A MBITO DEL TRABAJO INFANTIL Y ADOLESCENTE
menores de 14 años y la reducción
de la jornada de seis horas para los
menores de 18 años33.
En 1900 se constituyó la Asociación Internacional del Trabajo y en su tercera
conferencia celebrada en 1913 elaboraron dos convenios: uno para regular
la jornada del trabajo de las mujeres
y los menores, y otro para prohibir el
trabajo nocturno de los niños.
En el Tratado de Versalles, aprobado
en la Conferencia de Paz de 1919, en la
Parte XIII se establece la creación de la
Organización Internacional del Trabajo. En el Capítulo II, Principios Generales (artículo 427), figuraba el artículo
41 de la Constitución original (modificado en 1946) en el que se indicaba
que el trabajo no es una mercancía, y
establecía entre los procedimientos y
principios de importancia, el siguiente:
“6. La supresión del trabajo de los niños y la obligación de introducir en el
trabajo de los jóvenes de ambos sexos
las limitaciones necesarias para permitirles continuar su educación y asegurar su desarrollo físico…”34.
Las regulaciones sobre el trabajo de
las personas menores de edad ingresaron a los Códigos de Trabajo
en forma de capítulos sobre “trabajo
de mujeres y de menores”. Si bien la
perspectiva de estas primeras regulaciones es de protección, se da en el
marco de la doctrina de la situación
irregular, supracitada, y los fines de la
protección son de salubridad, moralidad e inclusive de evitar la competencia desleal (al legitimar de una u otra
forma la retribución menor a niños,
niñas y adolescentes).
B. La perspectiva de
los instrumentos internacionales
Una lectura conjunta de la Convención
sobre los Derechos del Niño, y los
Convenios de la OIT núm.138 sobre
la edad mínima de admisión al empleo
y núm. 182 sobre las peores formas
de trabajo infantil permite aproximarse
al trabajo infantil y adolescente desde
la perspectiva de los derechos de
niños, niñas y adolescentes.
Los Convenios núms. 138 y 182 de la
OIT forman parte de la “Declaración
de la OIT relativa a los principios y
derechos fundamentales en el trabajo
y su seguimiento” y, por lo tanto, los
Miembros de la OIT, aun cuando no
hayan ratificado los convenios mencionados en la Declaración, “tienen
un compromiso que se deriva de su
mera pertenencia a la Organización
de respetar, promover y hacer realidad, de buena fe y de conformidad
con la Constitución, los principios relativos a los derechos fundamentales
que son objeto de esos convenios, es
decir:
33 Ibid.
30
34 Citado por: K. Tapiola: “Reexamen de la cuestión del trabajo infantil a la luz del establecimiento de
normas de la OIT”. En: Protección de los niños en el mundo del trabajo, OIT, Educación Obrera 1997/3,
Número 108, Ginebra, 1997, pág. 3.
• la libertad de asociación y la libertad sindical y el reconocimiento
efectivo del derecho de negociación colectiva;
• la eliminación de todas las formas
de trabajo forzoso u obligatorio;
• la abolición efectiva del trabajo
infantil; y
• la eliminación de la discriminación en materia de empleo y
educación”35.
La CDN consagra el derecho a la protección contra la explotación económica y contra el desempeño de cualquier trabajo que pueda ser peligroso, entorpecer la educación o ser nocivo para la salud, el desarrollo físico,
mental, espiritual, moral o social. Éste
es el principio general consagrado
por el Artículo 32 de la CDN (véase
el recuadro) aplicable a toda persona
menor de 18 años. Por su parte, el
Convenio de la OIT núm. 138 sobre
la edad mínima de admisión al empleo estipula en su Artículo 1:
Todo Miembro para el cual esté en
vigor el presente Convenio se compromete a seguir una política nacional
que asegure la abolición efectiva del
trabajo de los niños y eleve progresivamente la edad mínima de admisión
al empleo o al trabajo a un nivel que
haga posible el más completo desarrollo físico y mental de los menores (los
subrayados no son del original).
Convención sobre los Derechos del Niño
Artículo 32
1. Los Estados Partes reconocen el
derecho del niño a estar protegido
contra la explotación económica y
contra el desempeño de cualquier
trabajo que pueda ser peligroso
o entorpecer su educación, o que
sea nocivo para su salud o para su
desarrollo físico, mental, espiritual,
moral o social.
2. Los Estados Partes adoptarán medidas legislativas, administrativas,
sociales y educacionales para garantizar la aplicación del presente artículo. Con ese propósito y teniendo en cuenta las disposiciones
pertinentes de otros instrumentos
internacionales, los Estados Partes,
en particular:
a) Fijarán una edad o edades
mínimas para trabajar;
b) Dispondrán la reglamentación apropiada de los horarios
y condiciones de trabajo;
c) Estipularán las penalidades
u otras sanciones apropiadas
para asegurar la aplicación
efectiva del presente artículo”.
35 OIT: Declaración de la OIT relativa a los principios y derechos fundamentales en el trabajo y su
seguimiento, 1998, Disponible en: http://www.ilo.org/dyn/declaris/DECLARATIONWEB.static_
jump?Var_Language=SP&var_pagename=DECLARATIONTEXT
31
M ANUAL DE FORM ACIÓN PARA OPERADORES DE JUSTICIA EN A MBITO DEL TRABAJO INFANTIL Y ADOLESCENTE
La “abolición efectiva del trabajo de
los niños” es el fin último del Convenio núm. 138. Algunas personas consideran que la CDN está “ligeramente
en regresión con respecto al Convenio núm. 138, ya que no se refiere a
la supresión del trabajo infantil…”36;
sin embargo, la complementariedad
de ambas normas permitiría suprimir
esa posible “regresión”.
Pero, además, el concepto de “trabajo
infantil”, del cual parte el Convenio
núm. 138, es aquél “que por su naturaleza o intensidad es perjudicial para
la escolarización de los niños o perjudica su salud y desarrollo”37. Este concepto, por lo tanto, “excluye a todos
los niños mayores de doce años que
trabajan sólo unas cuantas horas a la
semana y que llevan a cabo trabajos
ligeros permitidos y los mayores de
quince años que llevan a cabo trabajos
que no califican como ‘peligrosos’”38.
En el segundo párrafo del Artículo
32 de la CDN se establece que los
Estados deben adoptar medidas
legislativas, administrativas, sociales
y educacionales para garantizar la
aplicación del artículo. En particular,
los Estados deben: fijar una edad o
edades mínimas para trabajar, disponer
la reglamentación apropiada de los
horarios y condiciones de trabajo y
estipular penalidades u otras sanciones
apropiadas para la aplicación efectiva
del artículo. Por su parte, el Artículo
1 del Convenio núm. 138 supracitado,
además de la abolición efectiva del
trabajo infantil, señala que los Estados
deben seguir una política nacional
que eleve progresivamente la edad
mínima de admisión al empleo o al
trabajo a un nivel que haga posible
el más completo desarrollo físico y
mental de los menores.
De lo anterior es posible extraer las
siguientes ideas:
• El trabajo que llevan a cabo niños
y niñas por debajo de la edad mínima y los trabajos peligrosos llevados a cabo por cualquier persona por debajo de los dieciocho
años configuran el concepto de
“trabajo infantil” de la OIT.
• El trabajo de las personas por encima de la edad mínima y que no
sea peligroso debe regularse con
el fin de establecer medidas de
protección adecuadas.
1. Edad mínima
La edad mínima establecida en el
Convenio núm. 138 “no deberá ser inferior a la edad en que cesa la obligación escolar, o en todo caso, a quince
años” (Artículo 2 párrafo 3). Ésta es la
36 L. Picard: “¿Por qué nuevos instrumentos internacionales sobre el trabajo infantil?”. En: Protección de los
niños en el mundo del trabajo, OIT, Educación Obrera 1997/3, Número 108, Ginebra, 1997, pág. 13.
37 OIT: Combatiendo las peores formas de trabajo infantil. Manual para Inspectores, San José, 2003, pág. 3.
32
38 OIT: La eliminación del trabajo infantil: un objetivo a nuestro alcance, Informe global con arreglo al
seguimiento de la Declaración de la OIT relativa a los principios y derechos fundamentales en el trabajo,
Conferencia Internacional del Trabajo 95ª reunión, 2006, Informe I (B), pág. 6.
regla general que es reforzada por la
Recomendación de la OIT núm. 146
sobre la edad mínima al sugerir en el
párrafo 7.1 que “los Miembros deberían fijarse como objetivo la elevación
progresiva a dieciséis años de la edad
mínima de admisión al empleo o al
trabajo fijada con arreglo al artículo 2
del Convenio sobre la edad mínima,
1973”.
Una de las características del Convenio núm. 138 es su flexibilidad y,
en ese sentido, establece una serie
de medidas alternas que pueden ser
aplicadas por los Estados de acuerdo
con su realidad. Así, a la regla anteriormente mencionada le caben las
siguientes excepciones:
• Los países cuya economía y medios de educación estén insuficientemente desarrollados podrán, previa consulta con organizaciones de empleadores y de
trabajadores, especificar inicialmente una edad mínima de catorce años. Dado el carácter excepcional de esta medida, los Estados
deben declarar en las memorias si
aún subsisten las razones para tal
especificación, o que renuncian
al derecho de seguir acogiéndose
a esta excepción.
• La legislación nacional podrá permitir el empleo o el trabajo de
personas de trece a quince años
de edad en trabajos ligeros a condición de que éstos: no sean susceptibles de perjudicar su salud o
desarrollo; y, no sean de tal naturaleza que puedan perjudicar su
asistencia a la escuela, su participación en programas de orientación o formación aprobados
por la autoridad competente o el
aprovechamiento de la enseñanza
que reciben. El Estado que haya
fijado la edad mínima en 14 años,
en virtud de la excepción antes
señalada, puede fijar la edad de
doce a catorce años para los trabajos ligeros.
• Se podrán conceder, por medio de
permisos individuales, excepciones a la prohibición de ser admitido al empleo o de trabajar con finalidades tales como participar en
representaciones artísticas. Esos
permisos deben limitar el número
de horas y prescribir las condiciones en que pueden llevarse a cabo
(Artículo 8 párrafo 2).
Sin embargo, la edad mínima de admisión a “todo tipo de trabajo que por su
naturaleza o las condiciones en que se
realice pueda resultar peligroso para
la salud, la seguridad o la moralidad
de los menores no deberá ser inferior
a dieciocho años” (Artículo 3.1). No
obstante, se admite la posibilidad de
autorizar el empleo o trabajo a partir
de la edad de dieciséis años, “siempre
que queden plenamente garantizadas
la salud, la seguridad y la moralidad
de los adolescentes, y que éstos hayan recibido instrucción o formación
profesional adecuada y específica en
la rama de actividad correspondiente”
(Artículo 3.2).
33
M ANUAL DE FORM ACIÓN PARA OPERADORES DE JUSTICIA EN A MBITO DEL TRABAJO INFANTIL Y ADOLESCENTE
En el siguiente recuadro se resumen los aspectos más importantes con respecto
a la edad mínima contenidos en el Convenio núm. 138.
Edad mínima según el Convenio 138
Edad mínima general
15 años o más
Trabajo ligero
Trabajo peligroso
NORMA
13 años
18 años*
Excepción: Para los países en los que la economía y el sistema educativo están insuficientemente desarrollados
14 años
12 años
18 años*
*16 años en condiciones estrictas
2. La distinción necesaria entre trabajo
infantil y trabajo adolescente
De las disposiciones relativas a la
edad mínima, se puede concluir que
hay que hacer una distinción entre
trabajo infantil y trabajo adolescente.
El trabajo infantil es aquél realizado
por niños y niñas por debajo de la
edad mínima (quince años, y para los
países en vías de desarrollo catorce
años) y debe ser erradicado, pues violenta los derechos de niños y niñas a
la educación, la salud, la recreación,
etc. El Convenio núm. 138 exceptúa
los trabajos ligeros, que se distinguen
por no ser susceptibles de perjudicar
la salud o desarrollo ni entorpecer el
derecho a la educación, que pueden
ser realizados por personas entre trece y quince años o entre doce y catorce años para los países en vías de
desarrollo, los cuales deben ser debidamente regulados.
34
Aparte de los trabajos ligeros –y los
permisos individuales que pueden
concederse para representaciones artísticas–, no puede permitirse el trabajo de las personas que tengan menos
de la edad mínima. En ese sentido, las
legislaciones nacionales que admitan
el trabajo de niños y niñas que no alcancen la edad mínima por razones
de subsistencia riñen con los instrumentos internacionales y reproducen
la visión –que la CDN supera– de que
la legislación es aplicable únicamente
a los pobres.
Ya hemos visto cómo a partir del principio de autonomía progresiva se
puede dividir la infancia en niñez y
adolescencia como dos grandes etapas que tienen sus propias características y de las cuales derivan derechos
específicos que deben ser protegidos
y garantizados. Esta distinción es particularmente importante para el tema
del trabajo, pues –como ya se dijo– el
trabajo infantil debe ser erradicado,
mientras que el trabajo adolescente
debe ser regulado y protegido.
Protocolo Adicional a la Convención Americana
sobre Derechos Humanos en materia de Derechos
Económicos, Sociales y Culturales, “Protocolo de
San Salvador”
(Adoptado en San Salvador, El Salvador, el 17 de
noviembre de 1988 en el 18º período ordinario
de sesiones de la Asamblea General)
Artículo 7. Condiciones justas, equitativas y satisfactorias de trabajo.
Los Estados partes en el presente Protocolo reconocen que el derecho al trabajo al
que se refiere el artículo anterior supone
que toda persona goce del mismo en condiciones justas, equitativas y satisfactorias, para lo cual dichos Estados garantizarán en sus legislaciones nacionales, de
manera particular:
(…)
f. la prohibición de trabajo nocturno o en labores insalubres o peligrosas a los menores de 18 años
y, en general, de todo trabajo que
pueda poner en peligro su salud,
seguridad o moral. Cuando se trate de menores de 16 años, la jornada de trabajo deberá subordinarse a las disposiciones sobre educación obligatoria y en ningún caso
podrá constituir un impedimento
para la asistencia escolar o ser
una limitación para beneficiarse
de la instrucción recibida.
3. La protección de los derechos de la
persona adolescente trabajadora
Ya se ha mencionado que la CDN
consagra el derecho a la protección
contra la explotación económica que
tiene todo niño, niña y adolescente.
Algunas legislaciones reconocen el
derecho de las personas adolescentes
que han alcanzado la edad mínima de
admisión al empleo a trabajar39. Este
derecho supondría –no obstante– que
el trabajo no vaya en detrimento de la
salud, el desarrollo integral o la educación de la persona adolescente. El
Protocolo Adicional a la Convención
Americana sobre Derechos Humanos
en materia de Derechos Económicos, Sociales y Culturales, “Protocolo
de San Salvador”, en su Artículo 7 se
refiere a las condiciones justas, equitativas y satisfactorias de trabajo que
supone el derecho al trabajo, entre las
cuales están, en el inciso f., algunas
condiciones referidas al trabajo de las
personas menores de edad.
a. Condiciones de trabajo
Las condiciones de trabajo que deben
estar contempladas en un régimen
de protección a los derechos de
personas adolescentes trabajadoras,
están establecidas en el Convenio
núm. 138 y, particularmente en su
Recomendación núm. 146. Se trata
de aspectos mínimos que guían a las
39 Por ejemplo, el Código de la Niñez y la Adolescencia de Costa Rica establece en su Artículo 78: “El
Estado reconocerá el derecho de las personas adolescentes mayores de quince años a trabajar con las
restricciones que imponen este Código, los convenios internacionales y la ley. Este derecho podrá limitarse solamente cuando la actividad laboral importe riesgo, peligro para el desarrollo, la salud física,
mental y emocional o cuando perturbe la asistencia regular al centro educativo.
35
M ANUAL DE FORM ACIÓN PARA OPERADORES DE JUSTICIA EN A MBITO DEL TRABAJO INFANTIL Y ADOLESCENTE
legislaciones nacionales y también a la
aplicación de la legislación.
En virtud del párrafo 12 de la Recomendación núm. 146, las condiciones
en que están empleadas las personas
adolescentes deben alcanzar y mantener un “nivel satisfactorio” y les
corresponde a las autoridades vigilar
estas condiciones. De igual manera
deben vigilar por este aspecto en los
casos de personas adolescentes que
reciben orientación y formación profesionales en empresas o instituciones
de formación profesional o técnica.
El “nivel satisfactorio” a que hace referencia la Recomendación núm. 146
habría que vincularlo con conceptos
más modernos, surgidos tras la adopción del Convenio núm. 138 y su Recomendación, como es el de trabajo
decente. Se ha definido trabajo decente como “trabajo productivo en condiciones de libertad, equidad, seguridad
y dignidad, en el cual los derechos
son protegidos y que cuenta con una
remuneración adecuada y protección
social”. Según Ermida40, los componentes del trabajo decente son:
• trabajo productivo
• con protección de derechos
• con ingresos adecuados
• con protección social
• tripartismo y diálogo social
Ésta es una definición general de trabajo decente, aplicable a toda persona, independientemente de su edad.
Sin embargo, para el caso de las personas adolescentes, habría que agregar un elemento adicional referido a
la protección especial, la cual se relaciona con los siguientes aspectos:
• Remuneración equitativa y su protección, habida cuenta del principio “salario igual por trabajo de
igual valor”. Este primer aspecto
rompe la creencia, que aún está
generalizada, de que se justifica
una retribución menor a la persona adolescente en comparación
con aquella que recibirá la persona adulta, por considerar que no
“puede dar el mismo rendimiento que da una persona adulta en
pleno goce de sus capacidades
físicas y mentales”41, como se ha
afirmado en una sentencia de un
tribunal de trabajo, en una frase
que refleja discriminación hacia
las personas menores de edad.
• Limitación estricta de las horas
dedicadas al trabajo por día y por
semana y la prohibición de horas
extraordinarias. La jornada especial para las personas adolescentes es un elemento fundamental
para proteger el derecho a la educación de la persona adolescente.
Ha sido usual fijar esta jornada
en seis horas diarias y treinta y
seis semanales, como parámetro.
40 O. Ermida:”Trabajo decente y formación profesional”. En: Boletín Cinterfor, Nº 151, Documento sin
fecha, no publicado. Disponible en: www.cinterfor.org.uy/public/spanish/region/ampro/cinterfor/
publ/boletin/151/pdf/erm.pdf
36
41 Tribunal Superior de Trabajo de Costa Rica, Nº 784 de las 8:10 horas del 28 de junio de 1985.
El Protocolo de San Salvador,
supracitado, es contundente al
afirmar que “la jornada de trabajo deberá subordinarse a las
disposiciones sobre educación
obligatoria y en ningún caso podrá constituir un impedimento
para la asistencia escolar o ser
una limitación para beneficiarse
de la instrucción recibida”.
• El acceso a la enseñanza básica
gratuita y a la formación profesional. El derecho a la educación no
debe ser limitado en modo alguno
por el trabajo. Es fundamental que
las personas adolescentes cuenten
con “suficiente tiempo para la enseñanza o la formación profesional”, como lo señala la Recomendación núm. 146 del Convenio
núm. 138 (punto 13.1)b).
• El disfrute de un mínimo de doce
horas consecutivas de descanso
nocturno, lo cual implica, además, la prohibición absoluta del
trabajo nocturno.
• El derecho al descanso semanal.
• La concesión de vacaciones anuales pagadas de, por lo menos,
cuatro semanas.
• Garantizado el derecho a la seguridad social, incluidos los regímenes de seguros por accidentes de
trabajo y enfermedades profesionales, la asistencia médica y las
prestaciones de enfermedad.
• La existencia de normas satisfactorias de seguridad e higiene y de
instrucción y vigilancia adecuadas.
Un aspecto fundamental en el régimen de protección es el referido a los
trabajos peligrosos, el cual será analizado de seguido.
b. Los trabajos peligrosos
Ya se ha mencionado que el Convenio núm. 138 establece que la edad
mínima de admisión a todo tipo de
empleo o trabajo que pueda resultar
peligroso no deberá ser inferior a dieciocho años. Éstos son los antecedentes de la regulación de los trabajos peligrosos del Convenio núm. 182 sobre
las peores formas de trabajo infantil.
Este Convenio, que es complementario al Convenio núm. 138, surge como
un llamado de acción para erradicar
en el menor tiempo posible las peores formas de trabajo infantil, las cuales son definidas por el Artículo 3 de
la siguiente manera:
a) todas las formas de esclavitud
o las prácticas análogas a la
esclavitud, como la venta y el
trata de niños, la servidumbre
por deudas y la condición de
siervo, y el trabajo forzoso u
obligatorio, incluido el reclutamiento forzoso u obligatorio de
niños para utilizarlos en conflictos armados;
37
M ANUAL DE FORM ACIÓN PARA OPERADORES DE JUSTICIA EN A MBITO DEL TRABAJO INFANTIL Y ADOLESCENTE
b) la utilización, el reclutamiento o la oferta de niños para la
prostitución, la producción de
pornografía o actuaciones pornográficas;
c) la utilización, el reclutamiento
o la oferta de niños para la realización de actividades ilícitas,
en particular la producción y
el tráfico de estupefacientes, tal
como se definen en los tratados
internacionales pertinentes, y
d) el trabajo que, por su naturaleza o por las condiciones en que
se lleva a cabo, es probable que
dañe la salud, la seguridad o la
moralidad de los niños.
Los tres primeros incisos son las denominadas “incuestionablemente peores
formas”, son medios de explotación
económica y constituyen delitos. Fueron definidas por la comunidad internacional al aprobar el Convenio
núm. 182. “Al ratificar el Convenio
núm. 182, un país está aceptando estas definiciones. Posteriormente, no
puede decir, que no considerará, por
ejemplo, el uso de niños en prostitución como una de las peores formas
de trabajo infantil. Cuando los países
asisten a la implementación del Convenio núm. 182, se debe tener cuidado de no re-iniciar el debate sobre si
las categorías especificadas son realmente “las peores formas” ni desafiar
los contenidos del Convenio núm.
182”42. El Convenio núm. 182 enfatiza
en la necesidad prioritaria de eliminar
las peores formas de trabajo infantil,
adoptando las medidas que sean necesarias, incluidos el establecimiento
y la aplicación de sanciones penales
(Artículo 7 del Convenio núm. 182).
En el caso del inciso d), los llamados trabajos peligrosos también forman parte de las peores formas de
trabajo infantil; sin embargo, su determinación corresponde a los países
de acuerdo con su realidad nacional,
pues el Convenio núm. 182 únicamente los enuncia como aquel que
“por su naturaleza o por las condiciones en que se lleva a cabo, es probable que dañe la salud, la seguridad
o la moralidad de los niños”.
La Recomendación núm. 190 del Convenio núm. 182 señala que al determinar los trabajos peligrosos se debe
tomar en consideración:
a) los trabajos en que el niño queda expuesto a abusos de orden
físico, psicológico o sexual;
b) los trabajos que se realizan
bajo tierra, bajo el agua, en alturas peligrosas o en espacios
cerrados;
c) los trabajos que se realizan con
maquinaria, equipos y herramientas peligrosos, o que conllevan la manipulación o el
transporte manual de cargas
pesadas;
42 IPEC: Convenio núm.182 y trabajo infantil peligroso. Nota técnica núm. 1. Documento sin fecha, no
publicado. Disponible en: http://www.oit.org.pe/ipec/documentos/trabajo_peligroso_182.pdf
38
d) los trabajos realizados en un
medio insalubre en el que
los niños estén expuestos, por
ejemplo, a sustancias, agentes
o procesos peligrosos, o bien a
temperaturas o niveles de ruido
o de vibraciones que sean perjudiciales para la salud, y
e) los trabajos que implican condiciones especialmente difíciles, como los horarios prolongados o nocturnos, o los trabajos que retienen injustificadamente al niño en los locales del
empleador.
39
M A N UA L D E F OR M A C IÓN PA R A OP E R A D OR E S D E J U S T I C I A E N M AT E R I A D E T R A B A J O I N FA N T I L Y A D OL E S C E N T E
40
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ANEXOS
CONVENCIÓN SOBRE
LOS DERECHOS DEL NIÑO
Adoptada y abierta a la firma y ratificación
por la Asamblea General en su resolución
44/25, de 20 de noviembre de 1989
Entrada en vigor: 2 de septiembre de 1990,
de conformidad con el artículo 49
Órgano de vigilancia
Preámbulo
Los Estados Partes en la presente Convención,
Considerando que, de conformidad con los
principios proclamados en la Carta de las
Naciones Unidas, la libertad, la justicia y la
paz en el mundo se basan en el reconocimiento de la dignidad intrínseca y de los
derechos iguales e inalienables de todos los
miembros de la familia humana,
Teniendo presente que los pueblos de las
Naciones Unidas han reafirmado en la Carta su fe en los derechos fundamentales del
hombre y en la dignidad y el valor de la
persona humana, y que han decidido promover el progreso social y elevar el nivel
de vida dentro de un concepto más amplio
de la libertad,
Reconociendo que las Naciones Unidas han
proclamado y acordado en la Declaración
Universal de Derechos Humanos y en
los pactos internacionales de derechos
humanos, que toda persona tiene todos
los derechos y libertades enunciados en
ellos, sin distinción alguna, por motivos de
raza, color, sexo, idioma, religión, opinión
política o de otra índole, origen nacional
o social, posición económica, nacimiento o
cualquier otra condición,
Recordando que en la Declaración Universal de Derechos Humanos las Naciones
Unidas proclamaron que la infancia tiene
derecho a cuidados y asistencia especiales,
Convencidos de que la familia, como grupo
fundamental de la sociedad y medio natural
para el crecimiento y el bienestar de todos
sus miembros, y en particular de los niños,
debe recibir la protección y asistencia necesarias para poder asumir plenamente sus
responsabilidades dentro de la comunidad,
Reconociendo que el niño, para el pleno y
armonioso desarrollo de su personalidad,
debe crecer en el seno de la familia, en un
ambiente de felicidad, amor y comprensión,
Considerando que el niño debe estar plenamente preparado para una vida independiente en sociedad y ser educado en el espíritu de los ideales proclamados en la Carta de las Naciones Unidas y, en particular,
43
M ANUAL DE FORM ACIÓN PARA OPERADORES DE JUSTICIA EN A MBITO DEL TRABAJO INFANTIL Y ADOLESCENTE
en un espíritu de paz, dignidad, tolerancia,
libertad, igualdad y solidaridad,
Teniendo presente que la necesidad de
proporcionar al niño una protección especial ha sido enunciada en la Declaración
de Ginebra de 1924 sobre los Derechos del
Niño y en la Declaración de los Derechos
del Niño adoptada por la Asamblea General
el 20 de noviembre de 1959, y reconocida
en la Declaración Universal de Derechos
Humanos, en el Pacto Internacional de Derechos Civiles y Políticos (en particular, en
los artículos 23 y 24), en el Pacto Internacional de Derechos Económicos, Sociales y
Culturales (en particular, en el artículo 10)
y en los estatutos e instrumentos pertinentes de los organismos especializados y de
las organizaciones internacionales que se
interesan en el bienestar del niño,
44
Reconociendo que en todos los países del
mundo hay niños que viven en condiciones excepcionalmente difíciles y que esos
niños necesitan especial consideración,
Teniendo debidamente en cuenta la importancia de las tradiciones y los valores
culturales de cada pueblo para la protección y el desarrollo armonioso del niño,
Reconociendo la importancia de la cooperación internacional para el mejoramiento
de las condiciones de vida de los niños en
todos los países, en particular en los países
en desarrollo,
Han convenido en lo siguiente:
PARTE I
Artículo 1
Teniendo presente que, como se indica en
la Declaración de los Derechos del Niño,
“el niño, por su falta de madurez física y
mental, necesita protección y cuidado especiales, incluso la debida protección legal,
tanto antes como después del nacimiento”,
Para los efectos de la presente Convención, se entiende por niño todo ser humano menor de dieciocho años de edad,
salvo que, en virtud de la ley que le sea
aplicable, haya alcanzado antes la mayoría
de edad.
Recordando lo dispuesto en la Declaración
sobre los principios sociales y jurídicos relativos a la protección y el bienestar de los
niños, con particular referencia a la adopción y la colocación en hogares de guarda, en los planos nacional e internacional;
las Reglas mínimas de las Naciones Unidas
para la administración de la justicia de menores (Reglas de Beijing); y la Declaración
sobre la protección de la mujer y el niño
en estados de emergencia o de conflicto
armado,
Artículo 2
1. Los Estados Partes respetarán los derechos enunciados en la presente Convención y asegurarán su aplicación a
cada niño sujeto a su jurisdicción, sin
distinción alguna, independientemente de la raza, el color, el sexo, el idioma, la religión, la opinión política o de
otra índole, el origen nacional, étnico
o social, la posición económica, los
impedimentos físicos, el nacimiento o
cualquier otra condición del niño, de
sus padres o de sus representantes legales.
2. Los Estados Partes tomarán todas las
medidas apropiadas para garantizar
que el niño se vea protegido contra
toda forma de discriminación o castigo por causa de la condición, las actividades, las opiniones expresadas o las
creencias de sus padres, o sus tutores o
de sus familiares.
Artículo 3
1. En todas las medidas concernientes a
los niños que tomen las instituciones
públicas o privadas de bienestar social,
los tribunales, las autoridades administrativas o los órganos legislativos, una
consideración primordial a que se atenderá será el interés superior del niño.
2. Los Estados Partes se comprometen a
asegurar al niño la protección y el cuidado que sean necesarios para su bienestar, teniendo en cuenta los derechos
y deberes de sus padres, tutores u otras
personas responsables de él ante la ley
y, con ese fin, tomarán todas las medidas legislativas y administrativas adecuadas.
3. Los Estados Partes se asegurarán de
que las instituciones, servicios y establecimientos encargados del cuidado o
la protección de los niños cumplan las
normas establecidas por las autoridades
competentes, especialmente en materia
de seguridad, sanidad, número y competencia de su personal, así como en
relación con la existencia de una supervisión adecuada.
Artículo 4
Los Estados Partes adoptarán todas las medidas administrativas, legislativas y de otra
índole para dar efectividad a los derechos
reconocidos en la presente Convención. En
lo que respecta a los derechos económicos, sociales y culturales, los Estados Partes
adoptarán esas medidas hasta el máximo
de los recursos de que dispongan y, cuando sea necesario, dentro del marco de la
cooperación internacional.
Artículo 5
Los Estados Partes respetarán las responsabilidades, los derechos y los deberes de los
padres o, en su caso, de los miembros de la
familia ampliada o de la comunidad, según
establezca la costumbre local, de los tutores u otras personas encargadas legalmente
del niño de impartirle, en consonancia con
la evolución de sus facultades, dirección
y orientación apropiadas para que el niño
ejerza los derechos reconocidos en la presente Convención.
Artículo 6
1. Los Estados Partes reconocen que todo
niño tiene el derecho intrínseco a la
vida.
2. Los Estados Partes garantizarán en la
máxima medida posible la supervivencia y el desarrollo del niño.
Artículo 7
1. El niño será inscripto inmediatamente
después de su nacimiento y tendrá derecho desde que nace a un nombre, a
adquirir una nacionalidad y, en la me-
45
M ANUAL DE FORM ACIÓN PARA OPERADORES DE JUSTICIA EN A MBITO DEL TRABAJO INFANTIL Y ADOLESCENTE
dida de lo posible, a conocer a sus padres y a ser cuidado por ellos.
2. Los Estados Partes velarán por la aplicación de estos derechos de conformidad con su legislación nacional y las
obligaciones que hayan contraído en
virtud de los instrumentos internacionales pertinentes en esta esfera, sobre
todo cuando el niño resultara de otro
modo apátrida.
Artículo 8
1. Los Estados Partes se comprometen a
respetar el derecho del niño a preservar su identidad, incluidos la nacionalidad, el nombre y las relaciones familiares de conformidad con la ley sin
injerencias ilícitas.
2. Cuando un niño sea privado ilegalmente de algunos de los elementos de
su identidad o de todos ellos, los Estados Partes deberán prestar la asistencia
y protección apropiadas con miras a
restablecer rápidamente su identidad.
Artículo 9
1. Los Estados Partes velarán por que
el niño no sea separado de sus
padres contra la voluntad de éstos,
excepto cuando, a reserva de revisión
judicial, las autoridades competentes
determinen, de conformidad con la
ley y los procedimientos aplicables,
que tal separación es necesaria en
el interés superior del niño. Tal
determinación puede ser necesaria
en casos particulares, por ejemplo, en
los casos en que el niño sea objeto de
46
maltrato o descuido por parte de sus
padres o cuando éstos viven separados
y debe adoptarse una decisión acerca
del lugar de residencia del niño.
2. En cualquier procedimiento entablado
de conformidad con el párrafo 1 del
presente artículo, se ofrecerá a todas
las partes interesadas la oportunidad
de participar en él y de dar a conocer
sus opiniones.
3. Los Estados Partes respetarán el derecho del niño que esté separado de uno
o de ambos padres a mantener relaciones personales y contacto directo con
ambos padres de modo regular, salvo
si ello es contrario al interés superior
del niño.
4. Cuando esa separación sea resultado
de una medida adoptada por un Estado Parte, como la detención, el encarcelamiento, el exilio, la deportación
o la muerte (incluido el fallecimiento
debido a cualquier causa mientras la
persona esté bajo la custodia del Estado) de uno de los padres del niño, o
de ambos, o del niño, el Estado Parte
proporcionará, cuando se le pida, a
los padres, al niño o, si procede, a otro
familiar, información básica acerca del
paradero del familiar o familiares ausentes, a no ser que ello resultase perjudicial para el bienestar del niño. Los
Estados Partes se cerciorarán, además,
de que la presentación de tal petición
no entrañe por sí misma consecuencias desfavorables para la persona o
personas interesadas.
Artículo 10
1. De conformidad con la obligación que
incumbe a los Estados Partes a tenor de
lo dispuesto en el párrafo 1 del artículo
9, toda solicitud hecha por un niño o
por sus padres para entrar en un Estado
Parte o para salir de él a los efectos de
la reunión de la familia será atendida
por los Estados Partes de manera positiva, humanitaria y expeditiva. Los Estados Partes garantizarán, además, que
la presentación de tal petición no traerá
consecuencias desfavorables para los
peticionarios ni para sus familiares.
2. El niño cuyos padres residan en Estados
diferentes tendrá derecho a mantener
periódicamente, salvo en circunstancias
excepcionales, relaciones personales y
contactos directos con ambos padres.
Con tal fin, y de conformidad con la
obligación asumida por los Estados
Partes en virtud del párrafo 1 del artículo 9, los Estados Partes respetarán el
derecho del niño y de sus padres a salir
de cualquier país, incluido el propio, y
de entrar en su propio país. El derecho
de salir de cualquier país estará sujeto
solamente a las restricciones estipuladas por ley y que sean necesarias para
proteger la seguridad nacional, el orden
público, la salud o la moral públicas o
los derechos y libertades de otras personas y que estén en consonancia con
los demás derechos reconocidos por la
presente Convención.
Artículo 11
1. Los Estados Partes adoptarán medidas
para luchar contra los traslados ilícitos
de niños al extranjero y la retención ilícita de niños en el extranjero.
2. Para este fin, los Estados Partes promoverán la concertación de acuerdos bilaterales o multilaterales o la adhesión a
acuerdos existentes.
Artículo 12
1. Los Estados Partes garantizarán al niño
que esté en condiciones de formarse
un juicio propio el derecho de expresar su opinión libremente en todos los
asuntos que afectan al niño, teniéndose
debidamente en cuenta las opiniones
del niño, en función de la edad y madurez del niño.
2. Con tal fin, se dará en particular al niño
oportunidad de ser escuchado, en todo
procedimiento judicial o administrativo
que afecte al niño, ya sea directamente
o por medio de un representante o de
un órgano apropiado, en consonancia
con las normas de procedimiento de la
ley nacional.
Artículo 13
1. El niño tendrá derecho a la libertad de
expresión; ese derecho incluirá la libertad de buscar, recibir y difundir informaciones e ideas de todo tipo, sin
consideración de fronteras, ya sea oralmente, por escrito o impresas, en forma artística o por cualquier otro medio
elegido por el niño.
2. El ejercicio de tal derecho podrá estar
sujeto a ciertas restricciones, que serán
únicamente las que la ley prevea y sean
necesarias:
47
M ANUAL DE FORM ACIÓN PARA OPERADORES DE JUSTICIA EN A MBITO DEL TRABAJO INFANTIL Y ADOLESCENTE
a) Para el respeto de los derechos o la
reputación de los demás; o
b) Para la protección de la seguridad nacional o el orden público o para proteger la salud o la moral públicas.
Artículo 14
1. Los Estados Partes respetarán el derecho del niño a la libertad de pensamiento, de conciencia y de religión.
2. Los Estados Partes respetarán los derechos y deberes de los padres y, en su
caso, de los representantes legales, de
guiar al niño en el ejercicio de su derecho de modo conforme a la evolución
de sus facultades.
3. La libertad de profesar la propia religión o las propias creencias estará sujeta únicamente a las limitaciones prescritas por la ley que sean necesarias
para proteger la seguridad, el orden, la
moral o la salud públicos o los derechos y libertades fundamentales de los
demás.
Artículo 15
1. Los Estados Partes reconocen los derechos del niño a la libertad de asociación y a la libertad de celebrar reuniones pacíficas.
2. No se impondrán restricciones al ejercicio de estos derechos distintas de las
establecidas de conformidad con la ley
y que sean necesarias en una sociedad
democrática, en interés de la seguridad
nacional o pública, el orden público, la
protección de la salud y la moral públicas o la protección de los derechos y
libertades de los demás.
48
Artículo 16
1. Ningún niño será objeto de injerencias
arbitrarias o ilegales en su vida privada,
su familia, su domicilio o su correspondencia ni de ataques ilegales a su honra
y a su reputación.
2. El niño tiene derecho a la protección
de la ley contra esas injerencias o
ataques.
Artículo 17
Los Estados Partes reconocen la importante
función que desempeñan los medios de comunicación y velarán por que el niño tenga
acceso a información y material procedentes de diversas fuentes nacionales e internacionales, en especial la información y el
material que tengan por finalidad promover
su bienestar social, espiritual y moral y su
salud física y mental. Con tal objeto, los Estados Partes:
a) Alentarán a los medios de comunicación a difundir información y materiales de interés social y cultural para
el niño, de conformidad con el espíritu del artículo 29;
b) Promoverán la cooperación internacional en la producción, el intercambio y la difusión de esa información
y esos materiales procedentes de diversas fuentes culturales, nacionales
e internacionales;
c) Alentarán la producción y difusión
de libros para niños;
d) Alentarán a los medios de comunicación a que tengan particularmente
en cuenta las necesidades lingüísticas
del niño perteneciente a un grupo
minoritario o que sea indígena;
e) Promoverán la elaboración de directrices apropiadas para proteger al
niño contra toda información y material perjudicial para su bienestar,
teniendo en cuenta las disposiciones
de los artículos 13 y 18.
Artículo 18
1. Los Estados Partes pondrán el máximo
empeño en garantizar el reconocimiento del principio de que ambos padres
tienen obligaciones comunes en lo que
respecta a la crianza y el desarrollo del
niño. Incumbirá a los padres o, en su
caso, a los representantes legales la responsabilidad primordial de la crianza y
el desarrollo del niño. Su preocupación
fundamental será el interés superior del
niño.
2. A los efectos de garantizar y promover
los derechos enunciados en la presente
Convención, los Estados Partes prestarán la asistencia apropiada a los padres
y a los representantes legales para el
desempeño de sus funciones en lo que
respecta a la crianza del niño y velarán
por la creación de instituciones, instalaciones y servicios para el cuidado de
los niños.
3. Los Estados Partes adoptarán todas las
medidas apropiadas para que los niños
cuyos padres trabajan tengan derecho
a beneficiarse de los servicios e instalaciones de guarda de niños para los que
reúnan las condiciones requeridas.
Artículo 19
1. Los Estados Partes adoptarán todas las
medidas legislativas, administrativas,
sociales y educativas apropiadas para
proteger al niño contra toda forma de
perjuicio o abuso físico o mental, descuido o trato negligente, malos tratos o
explotación, incluido el abuso sexual,
mientras el niño se encuentre bajo la
custodia de los padres, de un representante legal o de cualquier otra persona
que lo tenga a su cargo.
2. Esas medidas de protección deberían
comprender, según corresponda, procedimientos eficaces para el establecimiento de programas sociales con objeto de proporcionar la asistencia necesaria al niño y a quienes cuidan de él, así
como para otras formas de prevención
y para la identificación, notificación,
remisión a una institución, investigación, tratamiento y observación ulterior
de los casos antes descritos de malos
tratos al niño y, según corresponda, la
intervención judicial.
Artículo 20
1. Los niños temporal o permanentemente
privados de su medio familiar, o cuyo
superior interés exija que no permanezcan en ese medio, tendrán derecho
a la protección y asistencia especiales
del Estado.
2. Los Estados Partes garantizarán, de
conformidad con sus leyes nacionales,
otros tipos de cuidado para esos
niños.
49
M ANUAL DE FORM ACIÓN PARA OPERADORES DE JUSTICIA EN A MBITO DEL TRABAJO INFANTIL Y ADOLESCENTE
3. Entre esos cuidados figurarán, entre
otras cosas, la colocación en hogares
de guarda, la kafala del derecho islámico, la adopción o de ser necesario,
la colocación en instituciones adecuadas de protección de menores. Al considerar las soluciones, se prestará particular atención a la conveniencia de
que haya continuidad en la educación
del niño y a su origen étnico, religioso,
cultural y lingüístico.
Artículo 21
Los Estados Partes que reconocen o permiten el sistema de adopción cuidarán de
que el interés superior del niño sea la consideración primordial y:
a) Velarán por que la adopción del
niño sólo sea autorizada por las autoridades competentes, las que determinarán, con arreglo a las leyes
y a los procedimientos aplicables y
sobre la base de toda la información pertinente y fidedigna, que la
adopción es admisible en vista de la
situación jurídica del niño en relación con sus padres, parientes y representantes legales y que, cuando
así se requiera, las personas interesadas hayan dado con conocimiento de causa su consentimiento a la
adopción sobre la base del asesoramiento que pueda ser necesario;
b) Reconocerán que la adopción en
otro país puede ser considerada
como otro medio de cuidar del niño,
en el caso de que éste no pueda ser
colocado en un hogar de guarda o
entregado a una familia adoptiva o
50
no pueda ser atendido de manera
adecuada en el país de origen;
c) Velarán por que el niño que haya
de ser adoptado en otro país goce
de salvaguardias y normas equivalentes a las existentes respecto de la
adopción en el país de origen;
d) Adoptarán todas las medidas apropiadas para garantizar que, en el
caso de adopción en otro país, la
colocación no dé lugar a beneficios
financieros indebidos para quienes
participan en ella;
e) Promoverán, cuando corresponda,
los objetivos del presente artículo
mediante la concertación de arreglos o acuerdos bilaterales o multilaterales y se esforzarán, dentro de
este marco, por garantizar que la
colocación del niño en otro país se
efectúe por medio de las autoridades u organismos competentes.
Artículo 22
1. Los Estados Partes adoptarán medidas
adecuadas para lograr que el niño que
trate de obtener el estatuto de refugiado o que sea considerado refugiado
de conformidad con el derecho y los
procedimientos internacionales o internos aplicables reciba, tanto si está
solo como si está acompañado de sus
padres o de cualquier otra persona, la
protección y la asistencia humanitaria
adecuadas para el disfrute de los derechos pertinentes enunciados en la
presente Convención y en otros instrumentos internacionales de derechos
humanos o de carácter humanitario en
que dichos Estados sean partes.
2. A tal efecto los Estados Partes cooperarán, en la forma que estimen apropiada, en todos los esfuerzos de las
Naciones Unidas y demás organizaciones intergubernamentales competentes
u organizaciones no gubernamentales
que cooperen con las Naciones Unidas
por proteger y ayudar a todo niño refugiado y localizar a sus padres o a otros
miembros de su familia, a fin de obtener la información necesaria para que
se reúna con su familia. En los casos en
que no se pueda localizar a ninguno de
los padres o miembros de la familia, se
concederá al niño la misma protección
que a cualquier otro niño privado permanente o temporalmente de su medio
familiar, por cualquier motivo, como se
dispone en la presente Convención.
Artículo 23
1. Los Estados Partes reconocen que el
niño mental o físicamente impedido
deberá disfrutar de una vida plena y
decente en condiciones que aseguren
su dignidad, le permitan llegar a bastarse a sí mismo y faciliten la participación
activa del niño en la comunidad.
2. Los Estados Partes reconocen el derecho del niño impedido a recibir cuidados especiales y alentarán y asegurarán,
con sujeción a los recursos disponibles,
la prestación al niño que reúna las condiciones requeridas y a los responsables de su cuidado de la asistencia que
se solicite y que sea adecuada al estado
del niño y a las circunstancias de sus
padres o de otras personas que cuiden
de él.
3. En atención a las necesidades especiales del niño impedido, la asistencia que
se preste conforme al párrafo 2 del presente artículo será gratuita siempre que
sea posible, habida cuenta de la situación económica de los padres o de las
otras personas que cuiden del niño, y
estará destinada a asegurar que el niño
impedido tenga un acceso efectivo a la
educación, la capacitación, los servicios
sanitarios, los servicios de rehabilitación, la preparación para el empleo y
las oportunidades de esparcimiento y
reciba tales servicios con el objeto de
que el niño logre la integración social y
el desarrollo individual, incluido su desarrollo cultural y espiritual, en la máxima medida posible.
4. Los Estados Partes promoverán, con
espíritu de cooperación internacional,
el intercambio de información adecuada en la esfera de la atención sanitaria
preventiva y del tratamiento médico,
psicológico y funcional de los niños
impedidos, incluida la difusión de información sobre los métodos de rehabilitación y los servicios de enseñanza
y formación profesional, así como el
acceso a esa información a fin de que
los Estados Partes puedan mejorar su
capacidad y conocimientos y ampliar
su experiencia en estas esferas. A este
respecto, se tendrán especialmente en
cuenta las necesidades de los países en
desarrollo.
51
M ANUAL DE FORM ACIÓN PARA OPERADORES DE JUSTICIA EN A MBITO DEL TRABAJO INFANTIL Y ADOLESCENTE
Artículo 24
1. Los Estados Partes reconocen el derecho del niño al disfrute del más alto
nivel posible de salud y a servicios
para el tratamiento de las enfermedades y la rehabilitación de la salud. Los
Estados Partes se esforzarán por asegurar que ningún niño sea privado de
su derecho al disfrute de esos servicios
sanitarios.
2. Los Estados Partes asegurarán la
plena aplicación de este derecho y,
en particular, adoptarán las medidas
apropiadas para:
a) Reducir la mortalidad infantil y en la
niñez;
b) Asegurar la prestación de la asistencia médica y la atención sanitaria que sean necesarias a todos los
niños, haciendo hincapié en el desarrollo de la atención primaria de
salud;
c) Combatir las enfermedades y la
malnutrición en el marco de la
atención primaria de la salud
mediante, entre otras cosas, la
aplicación de la tecnología disponible
y el suministro de alimentos
nutritivos adecuados y agua potable
salubre, teniendo en cuenta los
peligros y riesgos de contaminación
del medio ambiente;
d) Asegurar atención sanitaria prenatal
y postnatal apropiada a las madres;
e) Asegurar que todos los sectores
de la sociedad, y en particular los
52
padres y los niños, conozcan los
principios básicos de la salud y la
nutrición de los niños, las ventajas
de la lactancia materna, la higiene y
el saneamiento ambiental y las medidas de prevención de accidentes,
tengan acceso a la educación pertinente y reciban apoyo en la aplicación de esos conocimientos;
f) Desarrollar la atención sanitaria preventiva, la orientación a los padres
y la educación y servicios en materia de planificación de la familia.
3. Los Estados Partes adoptarán todas las
medidas eficaces y apropiadas posibles
para abolir las prácticas tradicionales
que sean perjudiciales para la salud de
los niños.
4. Los Estados Partes se comprometen
a promover y alentar la cooperación
internacional con miras a lograr progresivamente la plena realización del
derecho reconocido en el presente artículo. A este respecto, se tendrán plenamente en cuenta las necesidades de
los países en desarrollo.
Artículo 25
Los Estados Partes reconocen el derecho
del niño que ha sido internado en un establecimiento por las autoridades competentes para los fines de atención, protección
o tratamiento de su salud física o mental
a un examen periódico del tratamiento a
que esté sometido y de todas las demás
circunstancias propias de su internación.
Artículo 26
1. Los Estados Partes reconocerán a todos
los niños el derecho a beneficiarse de
la seguridad social, incluso del seguro
social, y adoptarán las medidas necesarias para lograr la plena realización
de este derecho de conformidad con su
legislación nacional.
2. Las prestaciones deberían concederse,
cuando corresponda, teniendo en cuenta los recursos y la situación del niño y
de las personas que sean responsables
del mantenimiento del niño, así como
cualquier otra consideración pertinente
a una solicitud de prestaciones hecha
por el niño o en su nombre.
Artículo 27
1. Los Estados Partes reconocen el derecho de todo niño a un nivel de vida
adecuado para su desarrollo físico,
mental, espiritual, moral y social.
2. A los padres u otras personas encargadas del niño les incumbe la responsabilidad primordial de proporcionar,
dentro de sus posibilidades y medios
económicos, las condiciones de vida
que sean necesarias para el desarrollo
del niño.
3. Los Estados Partes, de acuerdo con
las condiciones nacionales y con arreglo a sus medios, adoptarán medidas
apropiadas para ayudar a los padres y
a otras personas responsables por el
niño a dar efectividad a este derecho y,
en caso necesario, proporcionarán asistencia material y programas de apoyo,
particularmente con respecto a la nutrición, el vestuario y la vivienda.
4. Los Estados Partes tomarán todas las
medidas apropiadas para asegurar el
pago de la pensión alimenticia por parte de los padres u otras personas que
tengan la responsabilidad financiera
por el niño, tanto si viven en el Estado
Parte como si viven en el extranjero. En
particular, cuando la persona que tenga la responsabilidad financiera por el
niño resida en un Estado diferente de
aquel en que resida el niño, los Estados
Partes promoverán la adhesión a los
convenios internacionales o la concertación de dichos convenios, así como
la concertación de cualesquiera otros
arreglos apropiados.
Artículo 28
1. Los Estados Partes reconocen el derecho
del niño a la educación y, a fin de
que se pueda ejercer progresivamente
y en condiciones de igualdad de
oportunidades ese derecho, deberán en
particular:
a) Implantar la enseñanza primaria obligatoria y gratuita para todos;
b) Fomentar el desarrollo, en sus distintas formas, de la enseñanza secundaria, incluida la enseñanza general
y profesional, hacer que todos los
niños dispongan de ella y tengan acceso a ella y adoptar medidas apropiadas tales como la implantación de
la enseñanza gratuita y la concesión
de asistencia financiera en caso de
necesidad;
53
M ANUAL DE FORM ACIÓN PARA OPERADORES DE JUSTICIA EN A MBITO DEL TRABAJO INFANTIL Y ADOLESCENTE
c) Hacer la enseñanza superior accesible a todos, sobre la base de la capacidad, por cuantos medios sean
apropiados;
d) Hacer que todos los niños dispongan de información y orientación
en cuestiones educacionales y profesionales y tengan acceso a ellas;
e) Adoptar medidas para fomentar la
asistencia regular a las escuelas y reducir las tasas de deserción escolar.
2. Los Estados Partes adoptarán cuantas
medidas sean adecuadas para velar
por que la disciplina escolar se administre de modo compatible con la dignidad humana del niño y de conformidad con la presente Convención.
3. Los Estados Partes fomentarán y alentarán la cooperación internacional en
cuestiones de educación, en particular
a fin de contribuir a eliminar la ignorancia y el analfabetismo en todo el
mundo y de facilitar el acceso a los
conocimientos técnicos y a los métodos modernos de enseñanza. A este
respecto, se tendrán especialmente en
cuenta las necesidades de los países en
desarrollo.
Artículo 29
1. Los Estados Partes convienen en que
la educación del niño deberá estar encaminada a:
a) Desarrollar la personalidad, las aptitudes y la capacidad mental y física
del niño hasta el máximo de sus posibilidades;
54
b) Inculcar al niño el respeto de los
derechos humanos y las libertades
fundamentales y de los principios
consagrados en la Carta de las Naciones Unidas;
c) Inculcar al niño el respeto de sus
padres, de su propia identidad cultural, de su idioma y sus valores, de
los valores nacionales del país en
que vive, del país de que sea originario y de las civilizaciones distintas
de la suya;
d) Preparar al niño para asumir una
vida responsable en una sociedad
libre, con espíritu de comprensión, paz, tolerancia, igualdad de
los sexos y amistad entre todos los
pueblos, grupos étnicos, nacionales
y religiosos y personas de origen indígena;
e) Inculcar al niño el respeto del medio ambiente natural.
2. Nada de lo dispuesto en el presente
artículo o en el artículo 28 se interpretará como una restricción de la libertad
de los particulares y de las entidades
para establecer y dirigir instituciones
de enseñanza, a condición de que se
respeten los principios enunciados en
el párrafo 1 del presente artículo y de
que la educación impartida en tales
instituciones se ajuste a las normas mínimas que prescriba el Estado.
Artículo 30
En los Estados en que existan minorías
étnicas, religiosas o lingüísticas o personas de origen indígena, no se negará a un
niño que pertenezca a tales minorías o que
sea indígena el derecho que le corresponde, en común con los demás miembros de
su grupo, a tener su propia vida cultural, a
profesar y practicar su propia religión, o a
emplear su propio idioma.
Artículo 31
1. Los Estados Partes reconocen el derecho del niño al descanso y el esparcimiento, al juego y a las actividades
recreativas propias de su edad y a participar libremente en la vida cultural y
en las artes.
2. Los Estados Partes respetarán y promoverán el derecho del niño a participar
plenamente en la vida cultural y artística y propiciarán oportunidades apropiadas, en condiciones de igualdad, de
participar en la vida cultural, artística,
recreativa y de esparcimiento.
Artículo 32
1. Los Estados Partes reconocen el derecho del niño a estar protegido contra
la explotación económica y contra el
desempeño de cualquier trabajo que
pueda ser peligroso o entorpecer su
educación, o que sea nocivo para su
salud o para su desarrollo físico, mental, espiritual, moral o social.
2. Los Estados Partes adoptarán medidas
legislativas, administrativas, sociales y
educacionales para garantizar la aplicación del presente artículo. Con ese propósito y teniendo en cuenta las disposiciones pertinentes de otros instrumentos internacionales, los Estados Partes,
en particular:
a) Fijarán una edad o edades mínimas
para trabajar;
b) Dispondrán la reglamentación apropiada de los horarios y condiciones
de trabajo;
c) Estipularán las penalidades u otras
sanciones apropiadas para asegurar
la aplicación efectiva del presente artículo.
Artículo 33
Los Estados Partes adoptarán todas las medidas apropiadas, incluidas medidas legislativas, administrativas, sociales y educacionales, para proteger a los niños contra el
uso ilícito de los estupefacientes y sustancias sicotrópicas enumeradas en los tratados
internacionales pertinentes, y para impedir
que se utilice a niños en la producción y el
tráfico ilícitos de esas sustancias.
Artículo 34
Los Estados Partes se comprometen a proteger al niño contra todas las formas de explotación y abuso sexuales. Con este fin,
los Estados Partes tomarán, en particular,
todas las medidas de carácter nacional, bilateral y multilateral que sean necesarias
para impedir:
a) La incitación o la coacción para que
un niño se dedique a cualquier actividad sexual ilegal;
b) La explotación del niño en la prostitución u otras prácticas sexuales ilegales;
55
M ANUAL DE FORM ACIÓN PARA OPERADORES DE JUSTICIA EN A MBITO DEL TRABAJO INFANTIL Y ADOLESCENTE
c) La explotación del niño en espectáculos o materiales pornográficos.
Artículo 35
Los Estados Partes tomarán todas las medidas de carácter nacional, bilateral y multilateral que sean necesarias para impedir el
secuestro, la venta o la trata de niños para
cualquier fin o en cualquier forma.
Artículo 36
Los Estados Partes protegerán al niño contra todas las demás formas de explotación
que sean perjudiciales para cualquier aspecto de su bienestar.
Artículo 37
Los Estados Partes velarán por que:
a) Ningún niño sea sometido a torturas ni a otros tratos o penas crueles, inhumanos o degradantes. No
se impondrá la pena capital ni la de
prisión perpetua sin posibilidad de
excarcelación por delitos cometidos
por menores de 18 años de edad;
b) Ningún niño sea privado de su libertad ilegal o arbitrariamente. La
detención, el encarcelamiento o la
prisión de un niño se llevará a cabo
de conformidad con la ley y se utilizará tan sólo como medida de último recurso y durante el período
más breve que proceda;
c) Todo niño privado de libertad sea
tratado con la humanidad y el respeto que merece la dignidad inherente
a la persona humana, y de manera
56
que se tengan en cuenta las necesidades de las personas de su edad.
En particular, todo niño privado de
libertad estará separado de los adultos, a menos que ello se considere contrario al interés superior del
niño, y tendrá derecho a mantener
contacto con su familia por medio
de correspondencia y de visitas, salvo en circunstancias excepcionales;
d) Todo niño privado de su libertad
tendrá derecho a un pronto acceso
a la asistencia jurídica y otra asistencia adecuada, así como derecho
a impugnar la legalidad de la privación de su libertad ante un tribunal
u otra autoridad competente, independiente e imparcial y a una pronta decisión sobre dicha acción.
Artículo 38
1. Los Estados Partes se comprometen a
respetar y velar por que se respeten
las normas del derecho internacional
humanitario que les sean aplicables en
los conflictos armados y que sean pertinentes para el niño.
2. Los Estados Partes adoptarán todas las
medidas posibles para asegurar que las
personas que aún no hayan cumplido
los 15 años de edad no participen directamente en las hostilidades.
3. Los Estados Partes se abstendrán de
reclutar en las fuerzas armadas a las
personas que no hayan cumplido los
15 años de edad. Si reclutan personas
que hayan cumplido 15 años, pero
que sean menores de 18, los Estados
Partes procurarán dar prioridad a los de
más edad.
4. De conformidad con las obligaciones
dimanadas del derecho internacional
humanitario de proteger a la población
civil durante los conflictos armados, los
Estados Partes adoptarán todas las medidas posibles para asegurar la protección y el cuidado de los niños afectados por un conflicto armado.
Artículo 39
Los Estados Partes adoptarán todas las medidas apropiadas para promover la recuperación física y psicológica y la reintegración
social de todo niño víctima de: cualquier
forma de abandono, explotación o abuso;
tortura u otra forma de tratos o penas crueles, inhumanos o degradantes; o conflictos
armados. Esa recuperación y reintegración
se llevarán a cabo en un ambiente que fomente la salud, el respeto de sí mismo y la
dignidad del niño.
Artículo 40
1. Los Estados Partes reconocen el derecho de todo niño de quien se alegue
que ha infringido las leyes penales o a
quien se acuse o declare culpable de
haber infringido esas leyes a ser tratado
de manera acorde con el fomento de su
sentido de la dignidad y el valor, que
fortalezca el respeto del niño por los
derechos humanos y las libertades fundamentales de terceros y en la que se
tengan en cuenta la edad del niño y la
importancia de promover la reintegración del niño y de que éste asuma una
función constructiva en la sociedad.
2. Con este fin, y habida cuenta de las
disposiciones pertinentes de los instrumentos internacionales, los Estados
Partes garantizarán, en particular:
a) Que no se alegue que ningún niño
ha infringido las leyes penales, ni se
acuse o declare culpable a ningún
niño de haber infringido esas leyes,
por actos u omisiones que no estaban
prohibidos por las leyes nacionales
o internacionales en el momento en
que se cometieron;
b) Que a todo niño del que se alegue
que ha infringido las leyes penales o
a quien se acuse de haber infringido
esas leyes se le garantice, por lo menos, lo siguiente:
i) Que se lo presumirá inocente
mientras no se pruebe su culpabilidad conforme a la ley;
ii) Que será informado sin demora y
directamente o, cuando sea procedente, por intermedio de sus padres o sus representantes legales,
de los cargos que pesan contra él
y que dispondrá de asistencia jurídica u otra asistencia apropiada
en la preparación y presentación
de su defensa;
iii) Que la causa será dirimida sin demora por una autoridad u órgano
judicial competente, independiente
e imparcial en una audiencia equitativa conforme a la ley, en presencia de un asesor jurídico u otro tipo
de asesor adecuado y, a menos que
se considerare que ello fuere contrario al interés superior del niño,
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M ANUAL DE FORM ACIÓN PARA OPERADORES DE JUSTICIA EN A MBITO DEL TRABAJO INFANTIL Y ADOLESCENTE
teniendo en cuenta en particular
su edad o situación y a sus padres
o representantes legales;
iv) Que no será obligado a prestar
testimonio o a declararse culpable, que podrá interrogar o hacer
que se interrogue a testigos de
cargo y obtener la participación
y el interrogatorio de testigos
de descargo en condiciones de
igualdad;
v) Si se considerare que ha infringido, en efecto, las leyes penales,
que esta decisión y toda medida
impuesta a consecuencia de ella,
serán sometidas a una autoridad
u órgano judicial superior competente, independiente e imparcial, conforme a la ley;
vi) Que el niño contará con la asistencia gratuita de un intérprete si
no comprende o no habla el idioma utilizado;
vii) Que se respetará plenamente su
vida privada en todas las fases
del procedimiento.
3. Los Estados Partes tomarán todas las
medidas apropiadas para promover
el establecimiento de leyes, procedimientos, autoridades e instituciones
específicos para los niños de quienes
se alegue que han infringido las leyes
penales o a quienes se acuse o declare
culpables de haber infringido esas leyes, y en particular:
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a) El establecimiento de una edad mínima antes de la cual se presumirá
que los niños no tienen capacidad
para infringir las leyes penales;
b) Siempre que sea apropiado y deseable, la adopción de medidas
para tratar a esos niños sin recurrir
a procedimientos judiciales, en el
entendimiento de que se respetarán
plenamente los derechos humanos
y las garantías legales.
4. Se dispondrá de diversas medidas, tales
como el cuidado, las órdenes de orientación y supervisión, el asesoramiento,
la libertad vigilada, la colocación en
hogares de guarda, los programas de
enseñanza y formación profesional, así
como otras posibilidades alternativas
a la internación en instituciones, para
asegurar que los niños sean tratados de
manera apropiada para su bienestar y
que guarde proporción tanto con sus
circunstancias como con la infracción.
Artículo 41
Nada de lo dispuesto en la presente Convención afectará a las disposiciones que
sean más conducentes a la realización de
los derechos del niño y que puedan estar
recogidas en:
a) El derecho de un Estado Parte; o
b) El derecho internacional vigente
con respecto a dicho Estado.
PARTE II
Artículo 42
Los Estados Partes se comprometen a dar a
conocer ampliamente los principios y disposiciones de la Convención por medios
eficaces y apropiados, tanto a los adultos
como a los niños.
Artículo 43
1. Con la finalidad de examinar los progresos realizados en el cumplimiento
de las obligaciones contraídas por los
Estados Partes en la presente Convención, se establecerá un Comité de los
Derechos del Niño que desempeñará
las funciones que a continuación se estipulan.
2. El Comité estará integrado por dieciocho expertos de gran integridad moral
y reconocida competencia en las esferas reguladas por la presente Convención.1/ Los miembros del Comité serán
elegidos por los Estados Partes entre sus
nacionales y ejercerán sus funciones a
título personal, teniéndose debidamente
en cuenta la distribución geográfica, así
como los principales sistemas jurídicos.
3. Los miembros del Comité serán elegidos, en votación secreta, de una lista
de personas designadas por los Estados
Partes. Cada Estado Parte podrá designar a una persona escogida entre sus
propios nacionales.
4. La elección inicial se celebrará a más
tardar seis meses después de la entrada
en vigor de la presente Convención y
ulteriormente cada dos años. Con cua-
tro meses, como mínimo, de antelación
respecto de la fecha de cada elección,
el Secretario General de las Naciones
Unidas dirigirá una carta a los Estados
Partes invitándolos a que presenten sus
candidaturas en un plazo de dos meses.
El Secretario General preparará después
una lista en la que figurarán por orden
alfabético todos los candidatos propuestos, con indicación de los Estados Partes
que los hayan designado, y la comunicará a los Estados Partes en la presente
Convención.
5. Las elecciones se celebrarán en una reunión de los Estados Partes convocada
por el Secretario General en la Sede de
las Naciones Unidas. En esa reunión,
en la que la presencia de dos tercios de
los Estados Partes constituirá quórum,
las personas seleccionadas para formar
parte del Comité serán aquellos candidatos que obtengan el mayor número
de votos y una mayoría absoluta de los
votos de los representantes de los Estados Partes presentes y votantes.
6. Los miembros del Comité serán elegidos
por un período de cuatro años. Podrán
ser reelegidos si se presenta de nuevo
su candidatura. El mandato de cinco de
los miembros elegidos en la primera
elección expirará al cabo de dos años;
inmediatamente después de efectuada
la primera elección, el presidente de la
reunión en que ésta se celebre elegirá
por sorteo los nombres de esos cinco
miembros.
7. Si un miembro del Comité fallece o dimite o declara que por cualquier otra
causa no puede seguir desempeñando
59
M ANUAL DE FORM ACIÓN PARA OPERADORES DE JUSTICIA EN A MBITO DEL TRABAJO INFANTIL Y ADOLESCENTE
sus funciones en el Comité, el Estado
Parte que propuso a ese miembro designará entre sus propios nacionales a
otro experto para ejercer el mandato
hasta su término, a reserva de la aprobación del Comité.
8. El Comité
reglamento.
adoptará
su
propio
9. El Comité elegirá su Mesa por un período de dos años.
10. Las reuniones del Comité se celebrarán
normalmente en la Sede de las Naciones Unidas o en cualquier otro lugar
conveniente que determine el Comité. El Comité se reunirá normalmente todos los años. La duración de las
reuniones del Comité será determinada y revisada, si procediera, por una
reunión de los Estados Partes en la
presente Convención, a reserva de la
aprobación de la Asamblea General.
11. El Secretario General de las Naciones
Unidas proporcionará el personal y los
servicios necesarios para el desempeño eficaz de las funciones del Comité
establecido en virtud de la presente
Convención.
12. Previa aprobación de la Asamblea General, los miembros del Comité establecido en virtud de la presente Convención recibirán emolumentos con
cargo a los fondos de las Naciones
Unidas, según las condiciones que la
Asamblea pueda establecer.
Artículo 44
1. Los Estados Partes se comprometen
a presentar al Comité, por conducto
60
del Secretario General de las Naciones
Unidas, informes sobre las medidas
que hayan adoptado para dar efecto a los derechos reconocidos en la
Convención y sobre el progreso que
hayan realizado en cuanto al goce de
esos derechos:
a) En el plazo de dos años a partir de
la fecha en la que para cada Estado
Parte haya entrado en vigor la presente Convención;
b) En lo sucesivo, cada cinco años.
2. Los informes preparados en virtud del
presente artículo deberán indicar las
circunstancias y dificultades, si las hubiere, que afecten al grado de cumplimiento de las obligaciones derivadas
de la presente Convención. Deberán
asimismo, contener información suficiente para que el Comité tenga cabal
comprensión de la aplicación de la
Convención en el país de que se trate.
3. Los Estados Partes que hayan presentado un informe inicial completo al
Comité no necesitan repetir, en sucesivos informes presentados de conformidad con lo dispuesto en el inciso
b) del párrafo 1 del presente artículo,
la información básica presentada anteriormente.
4. El Comité podrá pedir a los Estados
Partes más información relativa a la
aplicación de la Convención.
5. El Comité presentará cada dos años
a la Asamblea General de las Naciones Unidas, por conducto del Consejo
Económico y Social, informes sobre
sus actividades.
6. Los Estados Partes darán a sus informes
una amplia difusión entre el público de
sus países respectivos.
Artículo 45
Con objeto de fomentar la aplicación efectiva de la Convención y de estimular la cooperación internacional en la esfera regulada por la Convención:
a) Los organismos especializados, el
Fondo de las Naciones Unidas para
la Infancia y demás órganos de las
Naciones Unidas tendrán derecho
a estar representados en el examen
de la aplicación de aquellas disposiciones de la presente Convención
comprendidas en el ámbito de su
mandato. El Comité podrá invitar
a los organismos especializados, al
Fondo de las Naciones Unidas para
la Infancia y a otros órganos competentes que considere apropiados
a que proporcionen asesoramiento
especializado sobre la aplicación de
la Convención en los sectores que
son de incumbencia de sus respectivos mandatos. El Comité podrá invitar a los organismos especializados,
al Fondo de las Naciones Unidas
para la Infancia y demás órganos de
las Naciones Unidas a que presenten informes sobre la aplicación de
aquellas disposiciones de la presente
Convención comprendidas en el ámbito de sus actividades;
b) El Comité transmitirá, según estime
conveniente, a los organismos especializados, al Fondo de las Naciones
Unidas para la Infancia y a otros ór-
ganos competentes, los informes de
los Estados Partes que contengan
una solicitud de asesoramiento o de
asistencia técnica, o en los que se indique esa necesidad, junto con las
observaciones y sugerencias del Comité, si las hubiere, acerca de esas
solicitudes o indicaciones;
c) El Comité podrá recomendar a la
Asamblea General que pida al Secretario General que efectúe, en su
nombre, estudios sobre cuestiones
concretas relativas a los derechos del
niño;
d) El Comité podrá formular sugerencias y recomendaciones generales
basadas en la información recibida
en virtud de los artículos 44 y 45 de
la presente Convención. Dichas sugerencias y recomendaciones generales deberán transmitirse a los Estados Partes interesados y notificarse a
la Asamblea General, junto con los
comentarios, si los hubiere, de los
Estados Partes.
PARTE III
Artículo 46
La presente Convención estará abierta a la
firma de todos los Estados.
Artículo 47
La presente Convención está sujeta a ratificación. Los instrumentos de ratificación se
depositarán en poder del Secretario General de las Naciones Unidas.
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M ANUAL DE FORM ACIÓN PARA OPERADORES DE JUSTICIA EN A MBITO DEL TRABAJO INFANTIL Y ADOLESCENTE
Artículo 48
La presente Convención permanecerá
abierta a la adhesión de cualquier
Estado. Los instrumentos de adhesión
se depositarán en poder del Secretario
General de las Naciones Unidas.
Artículo 49
1. La presente Convención entrará en vigor el trigésimo día siguiente a la fecha en que haya sido depositado el
vigésimo instrumento de ratificación o
de adhesión en poder del Secretario
General de las Naciones Unidas.
2. Para cada Estado que ratifique la Convención o se adhiera a ella después
de haber sido depositado el vigésimo
instrumento de ratificación o de adhesión, la Convención entrará en vigor
el trigésimo día después del depósito
por tal Estado de su instrumento de
ratificación o adhesión.
Artículo 50
1. Todo Estado Parte podrá proponer
una enmienda y depositarla en
poder del Secretario General de las
Naciones Unidas. El Secretario General
comunicará la enmienda propuesta a
los Estados Partes, pidiéndoles que les
notifiquen si desean que se convoque
una conferencia de Estados Partes
con el fin de examinar la propuesta y
someterla a votación. Si dentro de los
cuatro meses siguientes a la fecha de
esa notificación un tercio, al menos, de
los Estados Partes se declara en favor
de tal conferencia, el Secretario General
convocará una conferencia con el
62
auspicio de las Naciones Unidas. Toda
enmienda adoptada por la mayoría de
Estados Partes, presentes y votantes
en la conferencia, será sometida por
el Secretario General a la Asamblea
General de las Naciones Unidas para
su aprobación.
2. Toda enmienda adoptada de conformidad con el párrafo 1 del presente
artículo entrará en vigor cuando haya
sido aprobada por la Asamblea General de las Naciones Unidas y aceptada
por una mayoría de dos tercios de los
Estados Partes.
3. Cuando las enmiendas entren en vigor
serán obligatorias para los Estados Partes que las hayan aceptado, en tanto
que los demás Estados Partes seguirán
obligados por las disposiciones de la
presente Convención y por las enmiendas anteriores que hayan aceptado.
Artículo 51
1. El Secretario General de las Naciones
Unidas recibirá y comunicará a todos
los Estados el texto de las reservas formuladas por los Estados en el momento de la ratificación o de la adhesión.
2. No se aceptará ninguna reserva incompatible con el objeto y el propósito de
la presente Convención.
3. Toda reserva podrá ser retirada en
cualquier momento por medio de
una notificación hecha a ese efecto
y dirigida al Secretario General de
las Naciones Unidas, quien informará
a todos los Estados. Esa notificación
surtirá efecto en la fecha de su
recepción por el Secretario General.
Artículo 52
Todo Estado Parte podrá denunciar la presente Convención mediante notificación
hecha por escrito al Secretario General de
las Naciones Unidas. La denuncia surtirá
efecto un año después de la fecha en que
la notificación haya sido recibida por el Secretario General.
Artículo 53
Se desgina depositario de la presente Convención al Secretario General de las Naciones Unidas.
Artículo 54
El original de la presente Convención, cuyos textos en árabe, chino, español, francés,
inglés y ruso son igualmente auténticos, se
depositará en poder del Secretario General
de las Naciones Unidas.
EN TESTIMONIO DE LO CUAL, los infrascritos plenipotenciarios, debidamente autorizados para ello por sus respectivos gobiernos, han firmado la presente Convención.
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M ANUAL DE FORM ACIÓN PARA OPERADORES DE JUSTICIA EN A MBITO DEL TRABAJO INFANTIL Y ADOLESCENTE
CONVENIO (NÚM. 138)
SOBRE LA EDAD MÍNIMA DE ADMISIÓN AL
EMPLEO, 1973, DE LA OIT
La Conferencia General de la Organización
Internacional del Trabajo:
Convocada en Ginebra por el Consejo de
Administración de la Oficina Internacional
del Trabajo, y congregada en dicha ciudad
el 6 junio 1973 en su quincuagésima octava reunión;
Después de haber decidido adoptar diversas proposiciones relativas a la edad mínima de admisión al empleo, cuestión que
constituye el cuarto punto del orden del
día de la reunión;
Teniendo en cuenta las disposiciones de
los siguientes convenios: Convenio sobre
la edad mínima (industria), 1919; Convenio sobre la edad mínima trabajo marítimo), 1920; Convenio sobre la edad mínima (agricultura),1921; Convenio sobre
la edad mínima (pañoleros y fogoneros),
1921; Convenio sobre la edad mínima (trabajos no industriales), 1932; Convenio (revisado) sobre la edad mínima (trabajo marítimo), 1936; Convenio (revisado) sobre la
edad mínima (industria), 1937; Convenio
(revisado) sobre la edad mínima (trabajos
no industriales), 1937; Convenio sobre la
edad mínima (pescadores), 1959, y Convenio sobre la edad mínima (trabajo subterráneo), 1965;
Considerando que ha llegado el momento
de adoptar un instrumento general sobre
el tema que reemplace gradualmente a los
64
actuales instrumentos, aplicables a sectores
económicos limitados, con miras a lograr
la total abolición del trabajo de los niños,
y
Después de haber decidido que dicho instrumento revista la forma de un convenio
internacional,
adopta, con fecha veintiséis de junio de
mil novecientos setenta y tres, el presente
Convenio, que podrá ser citado como el
Convenio sobre la edad mínima, 1973:
Artículo 1
Todo Miembro para el cual esté en vigor
el presente Convenio se compromete a seguir una política nacional que asegure la
abolición efectiva del trabajo de los niños
y eleve progresivamente la edad mínima
de admisión al empleo o al trabajo a un
nivel que haga posible el más completo
desarrollo físico y mental de los menores.
Artículo 2
1. Todo Miembro que ratifique el presente Convenio deberá especificar, en una
declaración anexa a su ratificación, la
edad mínima de admisión al empleo
o al trabajo en su territorio y en los
medios de transporte matriculados en
su territorio; a reserva de lo dispuesto
en los artículos 4 a 8 del presente Convenio, ninguna persona menor de esa
edad deberá ser admitida al empleo o
trabajar en ocupación alguna.
2. Todo Miembro que haya ratificado el
presente Convenio podrá notificar
posteriormente al Director General de
la Oficina Internacional del Trabajo,
mediante otra declaración, que establece una edad mínima más elevada que
la que fijó inicialmente.
3. La edad mínima fijada en cumplimiento
de lo dispuesto en el párrafo 1 del presente artículo no deberá ser inferior a la
edad en que cesa la obligación escolar,
o en todo caso, a quince años.
4. No obstante las disposiciones del párrafo 3 de este artículo, el Miembro cuya
economía y medios de educación estén
insuficientemente desarrollados podrá,
previa consulta con las organizaciones
de empleadores y de trabajadores interesadas, si tales organizaciones existen,
especificar inicialmente una edad mínima de catorce años.
5. Cada Miembro que haya especificado
una edad mínima de catorce años con
arreglo a las disposiciones del párrafo
precedente deberá declarar en las memorias que presente sobre la aplicación
de este Convenio, en virtud del artículo
22 de la Constitución de la Organización Internacional del Trabajo:
a) que aún subsisten las razones para
tal especificación, o
b) que renuncia al derecho de seguir
acogiéndose al párrafo 1 anterior a
partir de una fecha determinada.
Artículo 3
1. La edad mínima de admisión a todo
tipo de empleo o trabajo que por su
naturaleza o las condiciones en que se
realice pueda resultar peligroso para la
salud, la seguridad o la moralidad de
los menores no deberá ser inferior a
dieciocho años.
2. Los tipos de empleo o de trabajo a que
se aplica el párrafo 1 de este artículo
serán determinados por la legislación
nacional o por la autoridad competente, previa consulta con las organizaciones de empleadores y de trabajadores
interesadas, cuando tales organizaciones existan.
3. No obstante lo dispuesto en el párrafo
1 de este artículo, la legislación nacional o la autoridad competente, previa
consulta con las organizaciones de empleadores y de trabajadores interesadas, cuando tales organizaciones existan, podrán autorizar el empleo o el
trabajo a partir de la edad de dieciséis
años, siempre que queden plenamente
garantizadas la salud, la seguridad y la
moralidad de los adolescentes, y que
éstos hayan recibido instrucción o formación profesional adecuada y específica en la rama de actividad correspondiente.
Artículo 4
1. Si fuere necesario, la autoridad competente, previa consulta con las organizaciones interesadas de empleadores y de
trabajadores, cuando tales organizaciones existan, podrá excluir de la aplicación del presente Convenio a categorías
limitadas de empleos o trabajos respecto de los cuales se presente problemas
especiales e importantes de aplicación.
2. Todo Miembro que ratifique el presente
Convenio deberá enumerar, en la primera memoria sobre la aplicación del
65
M ANUAL DE FORM ACIÓN PARA OPERADORES DE JUSTICIA EN A MBITO DEL TRABAJO INFANTIL Y ADOLESCENTE
Convenio que presente en virtud del
artículo 22 de la Constitución de la Organización Internacional del Trabajo,
las categorías que haya excluido de
acuerdo con lo dispuesto en el párrafo
1 de este artículo, explicando los motivos de dicha exclusión, y deberá indicar en memorias posteriores el estado
de su legislación y práctica respecto
de las categorías excluidas y la medida
en que aplica o se propone aplicar el
presente Convenio a tales categorías.
3. El presente artículo no autoriza a excluir de la aplicación del Convenio los
tipos de empleo o trabajo a que se refiere el artículo 3.
Artículo 5
1. El Miembro cuya economía y cuyos
servicios administrativos estén insuficientemente desarrollados podrá, previa consulta con las organizaciones interesadas de empleadores y de trabajadores, cuando tales organizaciones
existan, limitar inicialmente el campo
de aplicación del presente Convenio.
2. Todo Miembro que se acoja al párrafo 1 del presente artículo deberá determinar, en una declaración anexa a
su ratificación, las ramas de actividad
económica o los tipos de empresa a
los cuales aplicará las disposiciones
del presente Convenio.
3. Las disposiciones del presente Convenio deberán ser aplicables, como mínimo, a: minas y canteras; industrias
manufactureras; construcción; servicios de electricidad, gas y agua; saneamiento; transportes, almacenamiento
66
y comunicaciones, y plantaciones y
otras explotaciones agrícolas que produzcan principalmente con destino al
comercio, con exclusión de las empresas familiares o de pequeñas dimensiones que produzcan para el mercado
local y que no empleen regularmente
trabajadores asalariados.
4. Todo Miembro que haya limitado el
campo de aplicación del presente
Convenio al amparo de este artículo:
a) deberá indicar en las memorias que
presente en virtud del artículo 22 de
la Constitución de la Organización
Internacional del Trabajo la situación general del empleo o del trabajo de los menores y de los niños
en las ramas de actividad que estén
excluidas del campo de aplicación
del presente Convenio y los progresos que haya logrado hacia una
aplicación más extensa de las disposiciones del presente Convenio;
b) podrá en todo momento extender el
campo de aplicación mediante una
declaración enviada al Director General de la Oficina Internacional del
Trabajo.
Artículo 6
El presente Convenio no se aplicará al trabajo efectuado por los niños o los menores
en las escuelas de enseñanza general, profesional o técnica o en otras instituciones
de formación ni al trabajo efectuado por
personas de por lo menos catorce años de
edad en las empresas, siempre que dicho
trabajo se lleve a cabo según las condiciones prescritas por la autoridad competen-
te, previa consulta con las organizaciones
interesadas de empleadores y de trabajadores, cuando tales organizaciones existan, y
sea parte integrante de:
a) un curso de enseñanza o formación
del que sea primordialmente responsable una escuela o institución de
formación;
b) un programa de formación que se
desarrolle entera o fundamentalmente en una empresa y que haya sido
aprobado por la autoridad competente; o
c) un programa de orientación, destinado a facilitar la elección de una ocupación o de un tipo de formación.
Artículo 7
1. La legislación nacional podrá permitir
el empleo o el trabajo de personas de
trece a quince años de edad en trabajos
ligeros, a condición de que éstos:
a) no sean susceptibles de perjudicar
su salud o desarrollo; y
b) no sean de tal naturaleza que puedan perjudicar su asistencia a la escuela, su participación en programas
de orientación o formación profesional aprobados por la autoridad competente o el aprovechamiento de la
enseñanza que reciben.
2. La legislación nacional podrá también
permitir el empleo o el trabajo de
personas de quince años de edad por
lo menos, sujetas aún a la obligación
escolar, en trabajos que reúnan los
requisitos previstos en los apartados a)
y b) del párrafo anterior.
3. La autoridad competente determinará
las actividades en que podrá autorizarse
el empleo o el trabajo de conformidad
con los párrafos 1 y 2 del presente artículo y prescribirá el número de horas y
las condiciones en que podrá llevarse a
cabo dicho empleo o trabajo.
4. No obstante las disposiciones de los
párrafos 1 y 2 del presente artículo, el
Miembro que se haya acogido a las disposiciones del párrafo 4 del artículo 2
podrá, durante el tiempo en que continúe acogiéndose a dichas disposiciones, sustituir las edades de trece y quince años, en el párrafo 1 del presente artículo, por las edades de doce y catorce
años, y la edad de quince años, en el
párrafo 2 del presente artículo, por la
edad de catorce años.
Artículo 8
1. La autoridad competente podrá conceder, previa consulta con las organizaciones de empleadores y de trabajadores interesadas, cuando tales organizaciones existan, por medio de permisos
individuales, excepciones a la prohibición de ser admitido al empleo o de
trabajar que prevé el artículo 2 del presente Convenio, con finalidades tales
como participar en representaciones
artísticas.
2. Los permisos así concedidos limitarán
el número de horas del empleo o trabajo objeto de esos permisos y prescribirán las condiciones en que puede
llevarse a cabo.
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M ANUAL DE FORM ACIÓN PARA OPERADORES DE JUSTICIA EN A MBITO DEL TRABAJO INFANTIL Y ADOLESCENTE
Artículo 9
1. La autoridad competente deberá prever todas las medidas necesarias, incluso el establecimiento de sanciones
apropiadas, para asegurar la aplicación efectiva de las disposiciones del
presente Convenio.
2. La legislación nacional o la autoridad
competente deberán determinar las
personas responsables del cumplimiento de las disposiciones que den
efecto al presente Convenio.
3. La legislación nacional o la autoridad
competente prescribirá los registros u
otros documentos que el empleador
deberá llevar y tener a disposición de
la autoridad competente. Estos registros deberán indicar el nombre y apellidos y la edad o fecha de nacimiento,
debidamente certificados siempre que
sea posible, de todas las personas menores de dieciocho años empleadas
por él o que trabajen para él.
Artículo 10
1. El presente Convenio modifica, en las
condiciones establecidas en este artículo, el Convenio sobre la edad mínima (industria), 1919; el Convenio
sobre la edad mínima (trabajo marítimo), 1920; el Convenio sobre la edad
mínim (agricultura), 1921; el Convenio
sobre la edad mínima (pañoleros o fogoneros), 1921; el Convenio sobre la
edad mínima (trabajos no industriales),
1932; el Convenio (revisado) sobre la
edad mínima (trabajo marítimo), 1936;
el Convenio (revisado) sobre la edad
mínima (industria), 1937; el Convenio
68
(revisado) sobre la edad mínima (trabajos no industriales), 1937; el Convenio sobre la edad mínima (pescadores), 1959, y el Convenio sobre la edad
mínima (trabajo subterráneo), 1965.
2. Al entrar en vigor el presente Convenio, el Convenio (revisado) sobre la
edad mínima (trabajo marítimo), 1936;
el Convenio (revisado) sobre la edad
mínima (industria), 1937; el Convenio
(revisado) sobre la edad mínima (trabajos no industriales), 1937; el Convenio sobre la edad mínima (pescadores), 1959, y el Convenio sobre la edad
mínima (trabajo subterráneo), 1965,
no cesarán de estar abiertos a nuevas
ratificaciones.
3. El Convenio sobre la edad mínima (industria), 1919; el Convenio sobre la
edad mínima (trabajo marítimo), 1920;
el Convenio sobre la edad mínima
(agricultura), 1921, y el Convenio sobre la edad mínima (pañoleros y fogoneros), 1921, cesarán de estar abiertos
a nuevas ratificaciones cuando todos
los Estados partes en los mismos hayan dado su consentimiento a ello mediante la ratificación del presente Convenio o mediante declaración comunicado al Director General de la Oficina
Internacional del Trabajo.
4. Cuando las obligaciones del presente
Convenio hayan sido aceptadas:
a) por un Miembro que sea parte en
el Convenio (revisado) sobre la
edad mínima (industria), 1937, y
que haya fijado una edad mínima
de admisión al empleo no inferior a
quince años en virtud del artículo 2
del presente Convenio, ello implicará, ipso jure, la denuncia inmediata
de ese Convenio,
b) con respecto al empleo no industrial
tal como se define en el Convenio
sobre la edad mínima (trabajos no
industriales), 1932, por un Miembro
que sea parte en ese Convenio, ello
implicará, ipso jure, la denuncia inmediata de ese Convenio,
c) con respecto al empleo no industrial
tal como se define en el Convenio
(revisado) sobre la edad mínima (trabajos no industriales), 1937, por un
Miembro que sea parte en ese Convenio, y siempre que la edad mínima
fijada en cumplimiento del artículo
2 del presente Convenio no sea inferior a quince años, ello implicará,
ipso jure, la denuncia inmediata de
ese Convenio,
d) con respecto al trabajo marítimo,
por un Miembro que sea parte en el
Convenio (revisado) sobre la edad
mínima (trabajo marítimo), 1936, y
siempre que se haya fijado una edad
mínima no inferior a quince años en
cumplimiento del artículo 2 del presente Convenio o que el Miembro
especifique que el artículo 3 de este
Convenio se aplica al trabajo marítimo, ello implicará, ipso jure, la denuncia inmediata de ese Convenio,
e) con respecto al empleo en la pesca
marítima, por un Miembro que sea
parte en el Convenio sobre la edad
mínima (pescadores), 1959, y siem-
pre que se haya fijado una edad mínima no inferior a quince años en
cumplimiento del artículo 2 del presente Convenio o que el Miembro
especifique que el artículo 3 de este
Convenio se aplica al empleo en la
pesca marítima, ello implicará, ipso
jure, la denuncia inmediata de ese
Convenio,
f) por un Miembro que sea parte en el
Convenio sobre la edad mínima (trabajo subterráneo), 1965, y que haya
fijado una edad mínima no inferior a
la determinada en virtud de ese Convenio en cumplimiento del artículo 2
del presente Convenio o que especifique que tal edad se aplica al trabajo
subterráneo en las minas en virtud
del artículo 3 de este Convenio, ello
implicará, ipso jure, la denuncia inmediata de ese Convenio, al entrar
en vigor el presente Convenio.
5. La aceptación de las obligaciones del
presente Convenio:
a) implicará la denuncia del Convenio
sobre la edad mínima (industria),
1919, de conformidad con su artículo 12,
b) con respecto a la agricultura, implicará la denuncia del Convenio sobre
la edad mínima (agricultura), 1921,
de conformidad con su artículo 9,
c) con respecto al trabajo marítimo,
implicará la denuncia del Convenio
sobre la edad mínima (trabajo
marítimo), 1920, de conformidad
con su artículo 10, y del Convenio
69
M ANUAL DE FORM ACIÓN PARA OPERADORES DE JUSTICIA EN A MBITO DEL TRABAJO INFANTIL Y ADOLESCENTE
sobre la edad mínima (pañoleros y
fogoneros), 1921, de conformidad
con su artículo 12, al entrar en vigor
el presente Convenio.
Artículo 11
Las ratificaciones formales del presente
Convenio serán comunicadas, para su registro, al Director General de la Oficina Internacional del Trabajo.
Artículo 12
1. Este Convenio obligará únicamente a
aquellos Miembros de la Organización Internacional del Trabajo cuyas
ratificaciones haya registrado el Director General.
2. Entrará en vigor doce meses después
de la fecha en que las ratificaciones de
dos Miembros hayan sido registradas
por el Director General.
3. Desde dicho momento, este Convenio
entrará en vigor, para cada Miembro,
doce meses después de la fecha en que
haya sido registrada su ratificación.
Artículo 13
1. Todo Miembro que haya ratificado este
Convenio podrá denunciarlo a la expiración de un período de diez años, a
partir de la fecha en que se haya puesto inicialmente en vigor, mediante un
acta comunicada, para su registro, al
Director General de la Oficina Internacional del Trabajo. La denuncia no
surtirá efecto hasta un año después de
la fecha en que se haya registrado.
70
2. Todo Miembro que haya ratificado
este Convenio y que, en el plazo de
un año después de la expiración del
período de diez años mencionado en
el párrafo precedente, no haga uso del
derecho de denuncia previsto en este
artículo quedará obligado durante un
nuevo período de diez años, y en lo
sucesivo podrá denunciar este Convenio a la expiración de cada período de
diez años, en las condiciones previstas
en este artículo.
Artículo 14
1. El Director General de la Oficina Internacional del Trabajo notificará a todos
los Miembros de la Organización Internacional del Trabajo el registro de
cuantas ratificaciones, declaraciones y
denuncias le comuniquen los Miembros de la Organización.
2. Al notificar a los Miembros de la Organización el registro de la segunda ratificación que le haya sido comunicada,
el Director General llamará la atención
de los Miembros de la Organización
sobre la fecha en que entrará en vigor
el presente Convenio.
Artículo 15
El Director General de la Oficina Internacional del Trabajo comunicará al Secretario General de las Naciones Unidas, a los
efectos del registro y de conformidad con
el artículo 102 de la Carta de las Naciones
Unidas, una información completa sobre
todas las ratificaciones, declaraciones y
actas de denuncia que haya registrado de
acuerdo con los artículos precedentes.
Artículo 16
Cada vez que lo estime necesario, el Consejo de Administración de la Oficina Internacional del Trabajo presentará a la Conferencia una memoria sobre la aplicación del
Convenio, y considerará la conveniencia de
incluir en el orden del día de la Conferencia
la cuestión de su revisión total o parcial.
Artículo 17
1. En caso de que la Conferencia adopte
un nuevo convenio que implique una
revisión total o parcial del presente, y a
menos que el nuevo convenio contenga disposiciones en contrario:
a) la ratificación, por un Miembro, del
nuevo convenio revisor implicará,
ipso jure, la denuncia inmediata de
este Convenio, no obstante las disposiciones contenidas en el artículo
13, siempre que el nuevo convenio
revisor haya entrado en vigor;
b) a partir de la fecha en que entre en
vigor el nuevo convenio revisor, el
presente Convenio cesará de estar
abierto a la ratificación por los Miembros.
2. Este Convenio continuará en vigor en
todo caso, en su forma y contenido
actuales, para los Miembros que lo hayan
ratificado y no ratifiquen el convenio
revisor.
Artículo 18
Las versiones inglesa y francesa del texto de
este Convenio son igualmente auténticas.
RECOMENDACIÓN (NÚM. 146)
SOBRE LA EDAD MÍNIMA DE ADMISIÓN AL
EMPLEO, 1973, DE LA OIT
La Conferencia General de la Organización
Internacional del Trabajo:
Convocada en Ginebra por el Consejo de
Administración de la Oficina Internacional
del Trabajo, y congregada en dicha ciudad
el 6 junio 1973 en su quincuagésima octava
reunión;
Reconociendo que la abolición efectiva del
trabajo de los niños y la elevación progresiva de la edad mínima de admisión al empleo constituyen sólo un aspecto de la protección y progreso de los niños y menores;
Teniendo en cuenta la preocupación de
todo el sistema de las Naciones Unidas por
esa protección y progreso;
Habiendo adoptado el Convenio sobre la
edad mínima, 1973;
Deseosa de definir algunos otros principios
de política en esta materia que son objeto
de la preocupación de la Organización Internacional del Trabajo;
Después de haber decidido adoptar diversas proposiciones relativas a la edad mínima de admisión al empleo, cuestión que
constituye el cuarto punto del orden del día
de la reunión, y
Después de haber decidido que dichas
proposiciones revistan la forma de una
71
M ANUAL DE FORM ACIÓN PARA OPERADORES DE JUSTICIA EN A MBITO DEL TRABAJO INFANTIL Y ADOLESCENTE
recomendación
complementaria
del
Convenio sobre la edad mínima, 1973,
adopta, con fecha veintiséis de junio de
mil novecientos setenta y tres, la siguiente Recomendación, que podrá ser citada
como la Recomendación sobre la edad mínima, 1973:
I. Política Nacional
1. Para lograr el éxito de la política nacional a que alude el artículo 1 del
Convenio sobre la edad mínima, 1973,
las políticas y los planes nacionales de
desarrollo deberían atribuir elevada
prioridad a la previsión de las necesidades de los menores y a la satisfacción de dichas necesidades, así como
a la extensión progresiva y coordinada de las diversas medidas necesarias
para asegurar a los menores las mejores condiciones para su desarrollo físico y mental.
2. A este respecto, debería concederse la
mayor atención a ciertos aspectos de
la planificación y la política nacionales, tales como los siguientes:
a) el firme propósito nacional de lograr el pleno empleo, de acuerdo
con el Convenio y la Recomendación sobre la política del empleo,
1964, y la adopción de medidas
que estimulen un desarrollo orientado a favorecer el empleo en las
zonas rurales y urbanas;
b) la extensión progresiva de otras
medidas económicas y sociales
72
destinadas a aliviar la pobreza
dondequiera que exista y a asegurar
a las familias niveles de vida e
ingresos tales que no sea necesario
recurrir a la actividad económica de
los niños;
c) el desarrollo y la extensión progresiva,
sin discriminación alguna, de la
seguridad social y de las medidas
de bienestar familiar destinadas a
asegurar el mantenimiento de los
niños, incluidos los subsidios por
hijos;
d) el desarrollo y la extensión progresiva de facilidades adecuadas de
enseñanza y de orientación y formación profesionales, adaptadas
por su forma y contenido a las necesidades de los menores de que se
trate;
e) el desarrollo y la extensión progresiva de facilidades adecuadas para
la protección y el bienestar de los
menores, incluidos los adolescentes
que trabajan, y para favorecer su
desarrollo.
3. Cuando fuere preciso, se deberían
tener particularmente en cuenta las
necesidades de los menores que no
tienen familia o que, teniéndola, no
viven con ella y de los menores migrantes que viven y viajan con sus
familias. Las medidas adoptadas a tal
efecto deberían incluir la concesión de
becas y la formación profesional.
4. Se debería imponer y hacer cumplir la
obligación de asistir a la escuela con
horario completo o de participar en
programas aprobados de orientación
o formación profesional, por lo menos
hasta la misma edad fijada para la admisión al empleo de acuerdo con lo
dispuesto en el artículo 2 del Convenio
sobre la edad mínima, 1973.
5.
1) Se debería pensar en medidas tales como una formación preparatoria, que no entrañe riesgos, para
los tipos de empleo o trabajo respecto de los cuales la edad mínima establecida de acuerdo con lo
dispuesto en el artículo 3 del Convenio sobre la edad mínima, 1973,
sea superior a la fijada para el fin
de la asistencia escolar obligatoria
con horario completo.
2) Deberían estudiarse medidas análogas cuando las exigencias profesionales de determinada ocupación
comprendan una edad mínima de
admisión superior a la fijada para
el fin de la asistencia escolar obligatoria con horario completo.
II. Edad Mínima
6 Se debería fijar la misma edad mínima
para todos los sectores de actividad
económica.
Convenio sobre la edad mínima,
1973.
2) En los casos en que la edad mínima
de admisión al empleo o al trabajo a
que se aplica el artículo 2 del Convenio
sobre la edad mínima, 1973, sea aún
inferior a quince años, se deberían tomar medidas urgentes para elevarla a
esa cifra.
8. En los casos en que no sea factible en
lo inmediato fijar una edad mínima de
admisión para todos los empleos en la
agricultura y actividades conexas en
las zonas rurales, se debería fijar una
edad mínima de admisión, por lo menos, para el trabajo en las plantaciones
y en otras explotaciones agrícolas que
produzcan principalmente con destino
al comercio, a las que sea aplicable el
párrafo 3 del artículo 5 del Convenio
sobre la edad mínima, 1973.
III. Empleos o Trabajos Peligrosos
9. En los casos en que la edad mínima de
admisión a los tipos de empleo o de
trabajo que puedan resultar peligrosos
para la salud, la seguridad o la moralidad de los menores sea inferior a dieciocho años, deberían tomarse medidas
urgentes para elevarla a esta cifra.
10.
7.
1) Los Miembros deberían fijarse como
objetivo la elevación progresiva a
dieciséis años de la edad mínima
de admisión al empleo o al trabajo
fijada con arreglo al artículo 2 del
1) Al determinar los tipos de empleo
o trabajos a que se aplica el artículo 3 del Convenio sobre la edad
mínima, 1973, se deberían tener
plenamente en cuenta las normas
73
M ANUAL DE FORM ACIÓN PARA OPERADORES DE JUSTICIA EN A MBITO DEL TRABAJO INFANTIL Y ADOLESCENTE
internacionales de trabajo pertinentes, como las referentes a sustancias, agentes o procesos peligrosos (incluidas las radiaciones
ionizantes), las operaciones en
que se alcen cargas pesadas y el
trabajo subterráneo.
2) La lista de dichos tipos de empleo
o trabajos debería examinarse periódicamente y revisarse en caso
necesario, teniendo en cuenta, en
particular los progresos científicos
y tecnológicos.
11. En los casos en que, al amparo de lo
dispuesto en el artículo 5 del Convenio sobre la edad mínima, 1973, no se
haya fijado inmediatamente una edad
mínima para ciertas ramas de actividad económica o para ciertos tipos de
empresa, se deberían establecer para
dichas ramas o tipos de empresa disposiciones apropiadas sobre la edad
mínima para los tipos de empleo o trabajos que puedan resultar peligrosos
para los menores.
IV. Condiciones de Trabajo
12.
1) Se deberían tomar medidas para
que las condiciones en que están
empleados o trabajan los niños y
los adolescentes menores de dieciocho años de edad alcancen y
se mantengan a un nivel satisfactorio. Sería menester vigilar atentamente estas condiciones.
74
2) Se deberían tomar igualmente
medidas para proteger y vigilar
las condiciones en que los niños
y los adolescentes reciben orientación y formación profesionales
en las empresas, en instituciones
de formación o en escuelas de
formación profesional o técnica,
y para establecer normas para su
protección y progreso.
13.
1) En relación con la aplicación del
párrafo precedente, así como al
dar efecto al artículo 7, párrafo 3,
del Convenio sobre la edad mínima, 1973, se debería prestar especial atención a:
a) la fijación de una remuneración
equitativa y su protección, habida cuenta del principio “salario igual por trabajo de igual
valor”;
b) la limitación estricta de las horas dedicadas al trabajo por
día y por semana, y la prohibición de horas extraordinarias,
de modo que quede suficiente
tiempo para la enseñanza o la
formación profesional (incluido
el necesario para realizar los trabajos escolares en casa), para el
descanso durante el día y para
actividades de recreo;
c) el disfrute, sin posibilidad de
excepción, salvo en caso de urgencia, de un período mínimo
de doce horas consecutivas de
descanso nocturno y de los días
habituales de descanso semanal;
y de la presente Recomendación
deberían figurar:
d) la concesión de vacaciones anuales pagadas de, por lo menos,
cuatro semanas; estas vacaciones
no deberán ser en caso alguno
inferiores a aquellas de que disfrutan los adultos;
a) el fortalecimiento, en la medida necesaria, de la inspección
del trabajo y servicios conexos,
capacitando especialmente, por
ejemplo, a los inspectores para
descubrir los abusos que puedan
producirse en el empleo o trabajo de niños y adolescentes y para
suprimir dichos abusos; y
e) la protección por los planes de
seguridad social, incluidos los
regímenes de prestaciones en
caso de accidentes del trabajo y
enfermedades profesionales, la
asistencia médica y las prestaciones de enfermedad, cualesquiera
que sean las condiciones de trabajo o de empleo;
f) la existencia de normas satisfactorias de seguridad e higiene y
de instrucción y vigilancia adecuadas.
2) El subpárrafo 1) de este párrafo
sólo se aplicará a los jóvenes marinos en el caso de que las cuestiones en él tratadas no figuren en
los convenios o recomendaciones
internacionales del trabajo que se
ocupan específicamente del trabajo marítimo.
V. Medidas de Control
14.
1) Entre las medidas destinadas a asegurar la aplicación efectiva del Convenio sobre la edad mínima, 1973,
b) el fortalecimiento de los servicios relacionados con la mejora
y la inspección de la formación
en las empresas.
2) Se debería atribuir gran importancia
al papel que pueden desempeñar
los inspectores proporcionando
información y asesoramiento sobre
el modo eficaz de observar las
disposiciones pertinentes, así como
velando por su cumplimiento.
3) La inspección del trabajo y la inspección de la formación dentro de
las empresas deberían estar coordinadas estrechamente para lograr
la mayor eficiencia económica; en
general, los servicios de administración del trabajo deberían actuar
en estrecha colaboración con los
servicios encargados de la enseñanza, la formación, el bienestar y
la orientación de niños y adolescentes.
15. Se debería prestar especial atención a:
a) hacer cumplir las disposiciones referentes al empleo en tipos de empleo
o trabajos peligrosos;
75
M ANUAL DE FORM ACIÓN PARA OPERADORES DE JUSTICIA EN A MBITO DEL TRABAJO INFANTIL Y ADOLESCENTE
b) impedir, dentro de los límites en
que sea obligatoria la enseñanza o
la formación, el empleo o el trabajo
de los niños y adolescentes durante
las horas en que se dispensa la enseñanza.
16. Para facilitar la verificación de las edades, se deberían tomar las medidas siguientes:
a) las autoridades públicas deberían
mantener un sistema eficaz de registro de nacimientos, que debería
comprender la expedición de partidas de nacimiento;
b) los empleadores deberían llevar y
tener a disposición de la autoridad competente registros u otros
documentos en que se indiquen el
nombre y apellidos y la fecha de
nacimiento o la edad, debidamente
certificados siempre que sea posible, no sólo de todos los menores
empleados por ellos, sino también
de los que reciban orientación o
formación profesional en sus empresas;
c) a los menores que trabajen en la
vía pública, en puestos callejeros,
en lugares públicos, en profesiones
ambulantes o en otras circunstancias
en que no se pueden controlar
los registros del empleador se les
deberían extender permisos u
otros documentos que acrediten su
elegibilidad para desempeñar esos
trabajos.
76
CONVENIO (NÚM. 182) SOBRE LAS PEORES
FORMAS DE TRABAJO INFANTIL, 1999,
DE LA OIT
La Conferencia General de la Organización
Internacional del Trabajo:
Convocada en Ginebra por el Consejo de
Administración de la Oficina Internacional
del Trabajo y congregada en dicha ciudad
el 1.º de junio de 1999 en su octogésima
séptima reunión;
Considerando la necesidad de adoptar nuevos instrumentos para la prohibición y la
eliminación de las peores formas de trabajo
infantil, principal prioridad de la acción nacional e internacional, incluidas la cooperación y la asistencia internacionales, como
complemento del Convenio y la Recomendación sobre la edad mínima de admisión al
empleo, 1973, que siguen siendo instrumentos fundamentales sobre el trabajo infantil;
Considerando que la eliminación efectiva
de las peores formas de trabajo infantil requiere una acción inmediata y general que
tenga en cuenta la importancia de la educación básica gratuita y la necesidad de librar
de todas esas formas de trabajo a los niños
afectados y asegurar su rehabilitación y su
inserción social al mismo tiempo que se
atiende a las necesidades de sus familias;
Recordando la resolución sobre la
eliminación del trabajo infantil, adoptada
por la Conferencia Internacional del Trabajo
en su 83.ª reunión, celebrada en 1996;
Reconociendo que el trabajo infantil se debe
en gran parte a la pobreza, y que la solución
a largo plazo radica en un crecimiento
económico sostenido conducente al
progreso social, en particular a la mitigación
de la pobreza y a la educación universal;
Recordando la Convención sobre los Derechos del Niño adoptada por la Asamblea
General de las Naciones Unidas el 20 de
noviembre de 1989;
Recordando la Declaración de la OIT relativa a los principios y derechos fundamentales en el trabajo y su seguimiento, adoptada
por la Conferencia Internacional del Trabajo en su 86.ª reunión, celebrada en 1998;
Recordando que algunas de las peores formas de trabajo infantil son objeto de otros
instrumentos internacionales, en particular
el Convenio sobre el trabajo forzoso, 1930,
y la Convención suplementaria de las Naciones Unidas sobre la abolición de la esclavitud, la trata de esclavos y las instituciones y prácticas análogas a la esclavitud,
1956;
Después de haber decidido adoptar varias
proposiciones relativas al trabajo infantil,
cuestión que constituye el cuarto punto del
orden del día de la reunión, y
Después de haber determinado que dichas
proposiciones revistan la forma de un convenio internacional,
adopta, con fecha 17 de junio de mil novecientos noventa y nueve, el siguiente Convenio, que podrá ser citado como el Convenio sobre las peores formas de trabajo
infantil, 1999:
77
M ANUAL DE FORM ACIÓN PARA OPERADORES DE JUSTICIA EN A MBITO DEL TRABAJO INFANTIL Y ADOLESCENTE
Artículo 1
Todo Miembro que ratifique el presente
Convenio deberá adoptar medidas
inmediatas y eficaces para conseguir la
prohibición y la eliminación de las peores
formas de trabajo infantil con carácter de
urgencia.
Artículo 2
A los efectos del presente Convenio, el término niño designa a toda persona menor
de 18 años.
Artículo 3
A los efectos del presente Convenio, la expresión las peores formas de trabajo infantil abarca:
a) todas las formas de esclavitud o las
prácticas análogas a la esclavitud,
como la venta y el trata de niños,
la servidumbre por deudas y la condición de siervo, y el trabajo forzoso u obligatorio, incluido el reclutamiento forzoso u obligatorio de
niños para utilizarlos en conflictos
armados;
b) la utilización, el reclutamiento o la
oferta de niños para la prostitución,
la producción de pornografía o
actuaciones pornográficas;
c) la utilización, el reclutamiento o la
oferta de niños para la realización
de actividades ilícitas, en particular
la producción y el tráfico de
estupefacientes, tal como se definen
en los tratados internacionales
pertinentes, y
78
d) el trabajo que, por su naturaleza o
por las condiciones en que se lleva
a cabo, es probable que dañe la salud, la seguridad o la moralidad de
los niños.
Artículo 4
1. Los tipos de trabajo a que se refiere el
artículo 3, d) deberán ser determinados por la legislación nacional o por la
autoridad competente, previa consulta con las organizaciones de empleadores y de trabajadores interesadas y
tomando en consideración las normas
internacionales en la materia, en particular los párrafos 3 y 4 de la Recomendación sobre las peores formas de
trabajo infantil, 1999.
2. La autoridad competente, previa consulta con las organizaciones de empleadores y de trabajadores interesadas, deberá localizar dónde se practican los tipos de trabajo determinados
a tenor del párrafo 1 de este artículo.
3. Deberá examinarse periódicamente
y, en caso necesario, revisarse la lista
de los tipos de trabajo determinados
a tenor del párrafo 1 de este artículo,
en consulta con las organizaciones
de empleadores y de trabajadores
interesadas.
Artículo 5
Todo Miembro, previa consulta con las
organizaciones de empleadores y de
trabajadores, deberá establecer o designar
mecanismos apropiados para vigilar la
aplicación de las disposiciones por las que
se dé efecto al presente Convenio.
Artículo 6
1. Todo Miembro deberá elaborar y poner
en práctica programas de acción para
eliminar, como medida prioritaria, las
peores formas de trabajo infantil.
2. Dichos programas de acción deberán
elaborarse y ponerse en práctica en
consulta con las instituciones gubernamentales competentes y las organizaciones de empleadores y de trabajadores, tomando en consideración las
opiniones de otros grupos interesados,
según proceda.
Artículo 7
1. Todo Miembro deberá adoptar cuantas
medidas sean necesarias para garantizar
la aplicación y el cumplimiento efectivos de las disposiciones por las que se
dé efecto al presente Convenio, incluidos el establecimiento y la aplicación
de sanciones penales o, según proceda,
de otra índole.
2. Todo Miembro deberá adoptar, teniendo en cuenta la importancia de la educación para la eliminación del trabajo
infantil, medidas efectivas y en un plazo determinado con el fin de:
a) impedir la ocupación de niños en las
peores formas de trabajo infantil;
b) prestar la asistencia directa necesaria
y adecuada para librar a los niños de
las peores formas de trabajo infantil y
asegurar su rehabilitación e inserción
social;
c) asegurar a todos los niños que
hayan sido librados de las peores
formas de trabajo infantil el acceso
a la enseñanza básica gratuita y,
cuando sea posible y adecuado, a la
formación profesional;
d) identificar a los niños que están particularmente expuestos a riesgos y
entrar en contacto directo con ellos,
y
e) tener en cuenta la situación particular de las niñas.
3. Todo Miembro deberá designar la autoridad competente encargada de la aplicación de las disposiciones por las que
se dé efecto al presente Convenio.
Artículo 8
Los Miembros deberán tomar medidas
apropiadas para ayudarse recíprocamente
a fin de aplicar las disposiciones del presente Convenio por medio de una mayor
cooperación y/o asistencia internacionales,
incluido el apoyo al desarrollo social y económico, los programas de erradicación de
la pobreza y la educación universal.
Artículo 9
Las ratificaciones formales del presente
Convenio serán comunicadas, para su registro, al Director General de la Oficina Internacional del Trabajo.
Artículo 10
1. Este Convenio obligará únicamente a
aquellos Miembros de la Organización
Internacional del Trabajo cuyas ratificaciones haya registrado el Director
General de la Oficina Internacional del
Trabajo.
79
M ANUAL DE FORM ACIÓN PARA OPERADORES DE JUSTICIA EN A MBITO DEL TRABAJO INFANTIL Y ADOLESCENTE
2. Entrará en vigor 12 meses después de
la fecha en que las ratificaciones de
dos Miembros hayan sido registradas
por el Director General.
3. Desde dicho momento, este Convenio
entrará en vigor, para cada Miembro,
12 meses después de la fecha en que
haya sido registrada su ratificación.
Artículo 11
1. Todo Miembro que haya ratificado este
Convenio podrá denunciarlo a la expiración de un período de diez años, a
partir de la fecha en que se haya puesto inicialmente en vigor, mediante un
acta comunicada, para su registro, al
Director General de la Oficina Internacional del Trabajo. La denuncia no
surtirá efecto hasta un año después de
la fecha en que se haya registrado.
2. Todo Miembro que haya ratificado este
Convenio y que, en el plazo de un año
después de la expiración del período
de diez años mencionado en el párrafo
precedente, no haga uso del derecho
de denuncia previsto en este artículo
quedará obligado durante un nuevo
período de diez años, y en lo sucesivo
podrá denunciar este Convenio a la
expiración de cada período de diez
años, en las condiciones previstas en
este artículo.
Artículo 12
1. El Director General de la Oficina Internacional del Trabajo notificará a todos
los Miembros de la Organización Internacional del Trabajo el registro de
80
cuantas ratificaciones, declaraciones y
actas de denuncia le comuniquen los
Miembros de la Organización.
2. Al notificar a los Miembros de la Organización el registro de la segunda ratificación que le haya sido comunicada,
el Director General llamará la atención
de los Miembros de la Organización
sobre la fecha en que entrará en vigor
el presente Convenio.
Artículo 13
El Director General de la Oficina Internacional del Trabajo comunicará al Secretario General de las Naciones Unidas, a los
efectos del registro y de conformidad con
el artículo 102 de la Carta de las Naciones
Unidas, una información completa sobre
todas las ratificaciones, declaraciones y
actas de denuncia que haya registrado de
acuerdo con los artículos precedentes.
Artículo 14
Cada vez que lo estime necesario, el Consejo de Administración de la Oficina Internacional del Trabajo presentará a la Conferencia una memoria sobre la aplicación
del Convenio, y considerará la conveniencia de incluir en el orden del día de la
Conferencia la cuestión de su revisión total
o parcial.
Artículo 15
1. En caso de que la Conferencia adopte
un nuevo convenio que implique una
revisión total o parcial del presente, y
a menos que el nuevo convenio contenga disposiciones en contrario:
a) la ratificación, por un Miembro, del
nuevo convenio revisor implicará
ipso jure la denuncia inmediata de
este Convenio, no obstante las disposiciones contenidas en el artículo
11, siempre que el nuevo convenio
revisor haya entrado en vigor;
b) a partir de la fecha en que entre en
vigor el nuevo convenio revisor, el
presente Convenio cesará de estar
abierto a la ratificación por los Miembros.
2. Este Convenio continuará en vigor en
todo caso, en su forma y contenido actuales, para los Miembros que lo hayan
ratificado y no ratifiquen el convenio
revisor.
Artículo 16
Las versiones inglesa y francesa del texto de
este Convenio son igualmente auténticas.
RECOMENDACIÓN (NÚM. 190) SOBRE LA
PROHIBICIÓN DE LAS PEORES FORMAS DE
TRABAJO INFANTIL Y LA ACCIÓN INMEDIATA
PARA SU ELIMINACIÓN, 1999, DE LA OIT
La Conferencia General de la Organización
Internacional del Trabajo:
Convocada en Ginebra por el Consejo de
Administración de la Oficina Internacional
del Trabajo y congregada en dicha ciudad
el 1.º de junio de 1999 en su octogésima
séptima reunión;
Después de haber adoptado el Convenio
sobre las peores formas de trabajo
infantil, 1999;
Después de haber decidido adoptar varias
proposiciones relativas al trabajo infantil,
cuestión que constituye el cuarto punto del
orden del día de la reunión, y
Después de haber determinado que estas
proposiciones revistan la forma de una recomendación que complemente el Convenio sobre las peores formas de trabajo infantil, 1999,
adopta, con fecha del dieziciete de junio
de mil novecientos noventa y nueve, la
siguiente Recomendación, que podrá ser
citada como la Recomendación sobre las
peores formas de trabajo infantil, 1999:
1. Las disposiciones de la presente
Recomendación complementan las
del Convenio sobre las peores formas
de trabajo infantil, 1999 (en adelante
81
M ANUAL DE FORM ACIÓN PARA OPERADORES DE JUSTICIA EN A MBITO DEL TRABAJO INFANTIL Y ADOLESCENTE
denominado «el Convenio»), y
deberían aplicarse conjuntamente con
las mismas.
I. PROGRAMAS DE ACCIÓN
2. Los programas de acción mencionados
en el artículo 6 del Convenio deberían elaborarse y ponerse en práctica
con carácter de urgencia, en consulta
con las instituciones gubernamentales
competentes y las organizaciones de
empleadores y de trabajadores, tomando en consideración las opiniones de
los niños directamente afectados por
las peores formas de trabajo infantil,
de sus familias y, cuando proceda, de
otros grupos interesados en la consecución de los fines del Convenio y de
la presente Recomendación. Los objetivos de dichos programas deberían
ser, entre otros:
a) identificar y denunciar las peores
formas de trabajo infantil;
b) impedir la ocupación de niños en
las peores formas de trabajo infantil o librarlos de ellas, protegerlos
contra las represalias y garantizar
su rehabilitación e inserción social
con medidas que permitan atender
a sus necesidades educativas, físicas
y psicológicas;
c) prestar especial atención:
i) a los niños más pequeños;
ii) a las niñas;
82
iii)al problema del trabajo oculto, en
el que las niñas están particularmente expuestas a riesgos, y
iv)a otros grupos de niños que sean
particularmente vulnerables o
tengan necesidades específicas;
d) identificar las comunidades en que
haya niños particularmente expuestos a riesgos, y entrar en contacto
directo y trabajar con ellas, y
e) informar, sensibilizar y movilizar a
la opinión pública y a los grupos interesados, incluidos los niños y sus
familiares.
II. TRABAJO PELIGROSO
3. Al determinar y localizar dónde se
practican los tipos de trabajo a que se
refiere el artículo 3, d) del Convenio,
debería tomarse en consideración, entre otras cosas:
a) los trabajos en que el niño queda
expuesto a abusos de orden físico,
psicológico o sexual;
b)los trabajos que se realizan bajo tierra, bajo el agua, en alturas peligrosas o en espacios cerrados;
c) los trabajos que se realizan con maquinaria, equipos y herramientas
peligrosos, o que conllevan la manipulación o el transporte manual
de cargas pesadas;
d) los trabajos realizados en un medio
insalubre en el que los niños estén
expuestos, por ejemplo, a sustancias,
agentes o procesos peligrosos, o bien
a temperaturas o niveles de ruido o
de vibraciones que sean perjudiciales
para la salud, y
a la abolición del trabajo infantil, y
en particular a la prohibición y la
eliminación de sus peores formas
con carácter de urgencia.
e) los trabajos que implican condiciones especialmente difíciles, como los
horarios prolongados o nocturnos, o
los trabajos que retienen injustificadamente al niño en los locales del
empleador.
2) En la medida de lo posible, la información y los datos estadísticos
antes mencionados deberían incluir datos desglosados por sexo,
grupo de edad, ocupación, rama
de actividad económica, situación
en el empleo, asistencia a la escuela y ubicación geográfica. Debería
tenerse en cuenta la importancia
de un sistema eficaz de registro
de nacimientos, que comprenda la
expedición de certificados de nacimiento.
4. Por lo que respecta a los tipos de trabajo
a que se hace referencia en el apartado
d) del artículo 3 del Convenio y el
párrafo 3 de la presente Recomendación,
la legislación nacional o la autoridad
competente, previa consulta con las
organizaciones de empleadores y
de trabajadores interesadas, podrán
autorizar el empleo o el trabajo a partir
de la edad de 16 años, siempre que
queden plenamente garantizadas la
salud, la seguridad y la moralidad de
esos niños, y que éstos hayan recibido
instrucción o formación profesional
adecuada y específica en la rama de
actividad correspondiente.
III. APLICACIÓN
5.
1) Se deberían recopilar y mantener
actualizados datos estadísticos e
información detallada sobre la
naturaleza y el alcance del trabajo infantil, de modo que sirvan de
base para determinar las prioridades de la acción nacional dirigida
3) Se deberían recopilar y mantener
actualizados los datos pertinentes en materia de violación de las
disposiciones nacionales sobre la
prohibición y la eliminación de las
peores formas de trabajo infantil.
6. La compilación y el análisis de la información y los datos a que se refiere el
párrafo 5 anterior deberían llevarse a
cabo sin menoscabo del derecho a la
intimidad.
7. La información recopilada con arreglo
a lo dispuesto en el párrafo 5 anterior
debería comunicarse periódicamente a
la Oficina Internacional del Trabajo.
8. Los Miembros, previa consulta con
las organizaciones de empleadores y
de trabajadores, deberían establecer o
designar mecanismos nacionales apropiados para vigilar la aplicación de las
83
M ANUAL DE FORM ACIÓN PARA OPERADORES DE JUSTICIA EN A MBITO DEL TRABAJO INFANTIL Y ADOLESCENTE
disposiciones nacionales sobre la prohibición y la eliminación de las peores
formas de trabajo infantil.
9. Los Miembros deberían velar por que
las autoridades competentes a quienes
incumba la responsabilidad de aplicar las disposiciones nacionales sobre
la prohibición y la eliminación de las
peores formas de trabajo infantil colaboren entre sí y coordinen sus actividades.
10. La legislación nacional o la autoridad
competente deberían determinar a
quién o quiénes se atribuirá la responsabilidad en caso de incumplimiento
de las disposiciones nacionales sobre
la prohibición y la eliminación de las
peores formas de trabajo infantil.
11. Los Miembros deberían colaborar, en
la medida en que sea compatible con
la legislación nacional, en los esfuerzos internacionales encaminados a
prohibir y eliminar las peores formas
de trabajo infantil con carácter de urgencia, mediante:
84
c) el registro de los datos de los autores de tales delitos.
12. Los Miembros deberían tomar disposiciones a fin de que se consideren actos
delictivos las peores formas de trabajo
infantil que se indican a continuación:
a) todas las formas de esclavitud o
las prácticas análogas a la esclavitud, como la venta y el tráfico de
niños, la servidumbre por deudas y
la condición de siervo, y el trabajo forzoso u obligatorio, incluido el
reclutamiento forzoso u obligatorio
de niños para utilizarlos en conflictos armados;
b) la utilización, el reclutamiento o la
oferta de niños para la prostitución,
la producción de pornografía o actuaciones pornográficas, y
a) la recopilación y el intercambio de
información relativa a actos delictivos, incluidos aquellos que impliquen a redes internacionales;
c) la utilización, el reclutamiento o la
oferta de niños para la realización
de actividades ilícitas, en particular
para la producción y el tráfico de
estupefacientes, tal como se definen en los tratados internacionales
pertinentes, o para la realización de
actividades que supongan el porte
o el uso ilegales de armas de fuego
u otras armas.
b) la búsqueda y el procesamiento de
quienes se encuentren involucrados
en la venta y el tráfico de niños, o
en la utilización, el reclutamiento o
la oferta de niños para la realización
de actividades ilícitas, la prostitución, la producción de pornografía
o actuaciones pornográficas, y
13. Los Miembros deberían velar por que
se impongan sanciones, incluso de carácter penal, cuando proceda, en caso
de violación de las disposiciones nacionales sobre la prohibición y la eliminación de cualquiera de los tipos de
trabajo a que se refiere el artículo 3, d)
del Convenio.
14.Cuando proceda, los Miembros también
deberían establecer con carácter de
urgencia otras medidas penales, civiles
o administrativas para garantizar la
aplicación efectiva de las disposiciones
nacionales sobre la prohibición y
la eliminación de las peores formas
de trabajo infantil, tales como la
supervisión especial de las empresas
que hayan utilizado las peores formas
de trabajo infantil y, en los casos de
violación reiterada, la revocación
temporal o permanente de las licencias
para operar.
15. Entre otras medidas encaminadas a la
prohibición y la eliminación de las peores formas de trabajo infantil podrían
incluirse las siguientes:
a) informar, sensibilizar y movilizar al
público en general y, en particular, a
los dirigentes políticos nacionales y
locales, los parlamentarios y las autoridades judiciales;
b) hacer partícipes a las organizaciones
de empleadores y de trabajadores y
a las asociaciones civiles, y capacitarlas al respecto;
c) impartir formación adecuada a los
funcionarios públicos competentes,
en especial a los inspectores y los
funcionarios encargados de hacer
cumplir la ley, así como a otros profesionales pertinentes;
d) permitir a todo Miembro que procese
en su territorio a sus nacionales que
infrinjan las disposiciones nacionales
sobre la prohibición y la eliminación
inmediata de las peores formas de
trabajo infantil, aun cuando dichas
infracciones se hayan cometido fuera de su territorio;
e) simplificar los procedimientos judiciales y administrativos, y velar por
que sean adecuados y rápidos;
f) alentar el desarrollo de políticas empresariales encaminadas a promover
los fines del Convenio;
g) registrar y difundir las prácticas idóneas en materia de eliminación del
trabajo infantil;
h) difundir, en los idiomas o dialectos
que corresponda, las disposiciones
jurídicas o de otra índole sobre el
trabajo infantil;
i) prever procedimientos de queja especiales, tomar medidas para proteger contra la discriminación y las
represalias a quienes denuncien legítimamente toda violación de las
disposiciones del Convenio, crear
servicios telefónicos de asistencia y
establecer centros de contacto o designar mediadores;
j) adoptar medidas apropiadas para
mejorar la infraestructura educativa
y la capacitación de maestros que
atiendan las necesidades de los niños y de las niñas, y
k) en la medida de lo posible, tener en
cuenta en los programas de acción
nacionales la necesidad de:
i) promover el empleo y la capacitación profesional para los padres y
adultos de las familias de los niños
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M ANUAL DE FORM ACIÓN PARA OPERADORES DE JUSTICIA EN A MBITO DEL TRABAJO INFANTIL Y ADOLESCENTE
que trabajan en las condiciones
referidas en el Convenio, y
ii) sensibilizar a los padres sobre el
problema de los niños que trabajan en esas condiciones.
16. Una mayor cooperación y/o asistencia
internacional entre los Miembros
destinada a prohibir y eliminar
efectivamente las peores formas de
trabajo infantil debería complementar
los esfuerzos nacionales y podría,
según proceda, desarrollarse y
hacerse efectiva en consulta con
las organizaciones de empleadores
y de trabajadores. Esa cooperación
y/o asistencia internacional debería
incluir:
a) la movilización de recursos para los
programas nacionales o internacionales;
b) la asistencia jurídica mutua;
c) la asistencia técnica, incluido el intercambio de información, y
d) el apoyo al desarrollo económico y
social, los programas de erradicación
de la pobreza y la educación
universal.
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