Dictámen Nro: 0069/08 - - Expediente Nro: 22812/08/ Fecha Dictámen: 2008-04-09 Carátula: D. G.; J. R. C/ J. D. F. S/ ORDINARIO S/ COMPETENCIA Materia: Otros- - Fuero: Originarias TEXTO DICTAMEN Excmo. Tribunal: I V.E. remite estas actuaciones para que me expida respecto de la cuestión de competencia negativa planteada. La misma se suscita entre el Juzgado Civil, Comercial y de Minería N° 9 de la IIa. Circunscripción y el Juzgado Civil, Comercial y de Minería Nº 13 de la IVa. Circunscripción Judicial. El juez titular del Juzgado Nº 9, funda su incompetencia en función de que -sostiene- el objeto de la presente causa consiste en la transferencia registral de un bien inscripto a nombre del causante de los autos “R.; T. s/ sucesión ab intestato” vendido por la cónyuge supérstite, citando en su apoyo jurisprudencia de la Corte. En tanto que el juez a cargo del Juzgado Nº 13 sostiene su incompetencia en razón de que se trata, en la especie, de una cuestión contractual derivada de una obligación personal de la suscribiente. Que no hay fuero de atracción porque ni el causante ni la sucesión, ni los herederos (en su calidad de tales) son demandados en la causa, ni consta que hubieren intervenido a nombre propio, ni como estrictos herederos -recuerda que no hay declaratoria-, en los actos jurídicos que originan el presente, a los cuales resultan ajenos. No puede hablarse -dice- de la existencia de una venta de los sucesores, ni por la sucesión. En autos, el actor J. R. D. G. inicia acción sumaria (a la que se le imprimen las normas del proceso ordinario) por transferencia de automotor contra la sra. D. F. J.. Relata que en fecha 24.4.2000, la sra. I. del C. R. adquirió a la sra. D. F. J. el vehículo automotor Volkswagen -Mod. Gacel- Año 1987, patente Nº R-082522 (hoy dominio WVG 805). Posteriormente, en fecha 9.8.00 la sra. R. cedió y transfirió a su favor todos los derechos y acciones que le correspondían sobre el referido automotor. Que pese a las gestiones realizadas no pudo obtener que la sra. J. le transfiriera el vehículo a su nombre. Señala que el vehículo figura inscripto en el Registro Nacional de la Propiedad del Automotor a nombre del sr. T. R., ya fallecido, quien en vida fuera esposo de la sra. D. J.. Indica la existencia del juicio sucesorio del Sr. R. (Expte. Nº 4482/96) que tramita por ante el Juzgado Nº 7 de la ciudad de Cipolletti (hoy ante el Juzgado Nº 13), requiriendo informativa a los fines de que se requieran diversas circunstancias acerca del mismo. II Liminarmente resulta adecuado recordar que “Existe conflicto o contienda negativa cuando dos órganos judiciales declaran sucesivamente su incompetencia para conocer de un asunto determinado, lo cual puede ocurrir en el supuesto de que, declarándose incompetente el órgano ante el cual se interpone la demanda, sea de oficio o a raíz de prosperar una excepción de incompetencia, la misma declaración sea emitida por el órgano al cual se remiten las actuaciones o ante quien acude el actor”. (se. 32/02 in re Pcia. de R. N. s/ queja en: “D. A., E. y Otros c/ I.P.PV. Río Negro s/ Ordinario”, de fecha 8.5.02). Dicho lo cual corresponde adentrarse en el análisis de si es aplicable al sub lite el fuero de atracción. Al respecto se ha dicho que persiguiendo la unidad procesal se establece el denominado “fuero de atracción”, que se traduce en que el juez que entiende en el sucesorio no se limita exclusivamente a éste, sino que su conocimiento se extiende a cuestiones vinculadas a la transmisión. Ello se funda en la ostensible ventaja que deriva de centralizar todo lo relativo a la herencia, en la realización del acervo hereditario y en la distribución de los bienes. Resulta ocioso destacar que esta solución protege no solamente los intereses de los sucesores, sino que alcanza también a los terceros interesados. Esto hace, como enseñaba Chabot, “que los herederos, los legatarios, los acreedores, todos los que tengan algún derecho, no se hallen expuestos a tener que litigar en una multitud de tribunales diferentes, sea en razón del domicilio de cada uno de ellos, sea en razón de la situación de los bienes, sea por las demandas de garantía que tendrían que interponerse unos contra los otros, y de esa forma es preciso que no haya más que un solo tribunal para decidir sobre las cuestiones relativas a la sucesión aún indivisa, y este tribunal debe ser, naturalmente, el del lugar en que la sucesión se ha abierto, desde que allí los bienes y los negocios del difunto son más conocidos que en ninguna otra parte”. Debe advertirse, sin embargo, que la regla de la atracción no funciona de manera absoluta, y el mismo art. 3284 del Código civil desgrana en cuatro incisos los alcances de ella. Son acciones comprendidas en el fuero de atracción -en lo que aquí concierne- las comprendidas en el inciso 4º el cual comprende a las acciones personales de los acreedores del difunto, antes de la división de la herencia. Previo a todo, convendrá remarcar la circunstancia de que el vocablo acreedores debe ser entendido en sentido lato. (Cf. Jorge O. MAFFÍA, Manual de Derecho Sucesorio, T. I, pág. 59/60). Glosando el art. 3284 del Código Civil, la Jurisprudencia y la Doctrina han dicho que el juicio sucesorio atrae las acciones personales, pero comprende a las acciones personales pasivas, es decir, a las promovidas contra el causante o sus sucesores y no se extiende a las activas, o sea, a las que puedan ser iniciadas por la sucesión o sus herederos; el término “acreedores” utilizado por el inc. 4, debe entenderse en sentido amplio, comprensivo de todas las situaciones en que la sucesión es la demandada, aunque lo sea por un deudor, como ocurre en el juicio de consignación. Son atraídas por el juicio sucesorio las demandas: … f) por escrituración. El fuero de atracción funciona tanto respecto a las nuevas demandas que se promuevan, como a los juicios ya iniciados, aunque ya se hayan llamado los autos para sentencia. Deben tramitarse ante el Juez de la sucesión las demandas que en definitiva se refieran a bienes sucesorios y puedan incidir en la división de la herencia como así también todas aquellas que guarden relación de conexidad con el juicio sucesorio. También se ha resuelto que deben tramitarse ante el juez que entiende en él, los juicios por escrituración de dominio de inmuebles pertenecientes al de cuius. Mientras no haya cesado el estado de indivisión hereditaria mediante la partición, se mantiene el fuero de atracción del juicio sucesorio, debiendo tratarse de una partición total, pues la parcial referida a un bien del acervo hereditario, no influye sobre el fuero de atracción que subsiste hasta la división definitiva. No obstante haberse realizado la partición, subsiste, sin embargo, el fuero de atracción con respecto a la demanda por escrituración de un bien vendido por el causante (Cf. SALAS-TRIGO REPRESAS, Código civil anotado, Ed. Depalma, T. III, págs. 14/21). El fuero de atracción es una cualidad inherente a los procesos universales, es decir aquellos que versan sobre la totalidad del patrimonio, con miras a su liquidación y distribución. Los jueces que entienden en estos procesos, en virtud del fuero de atracción, tienen también competencia con respecto a aquellas cuestiones litigiosas, planteadas o a plantearse, en las que se afecte o pueda afectarse el caudal común. (Cf. PALACIO, LLAMBÍAS, ZANNONI, BORDA, PEREZ LASALA y MEDINA, APEZECHEA Y OTERO, BARBADO y MAFFIÁ). La Corte Suprema de Justicia de la Nación ha conceptualizado al fuero de atracción como: La virtualidad que tiene el juicio sucesorio de atraer, para ser resueltas por un mismo juez, un sinnúmero de acciones que suponen procesos contenciosos vinculados a las transmisión sucesoria. Es por ello que el fuero de atracción de la sucesión concierne al orden público, pues regla excepcionalmente la competencia en razón de la materia. La atracción que ejerce el fuero en que tramita el juicio universal no se funda en el carácter necesario que aquél pudiera tener sino en la economía judicial. Por ello, se ha dicho que el fundamento “… no puede ser otro que la economía judicial para la más rápida, eficaz, segura y fácil administración de justicia …” (LLAMBÍAS, Código civil Anotado). La consideración de la herencia como universalidad, y por ende la conveniencia del fuero de atracción atribuido al proceso sucesorio, aparece incontrastable en nuestro Derecho positivo, a través del juego armónico de los arts. 3279 y 3281 del Código Civil. En efecto, dispone el art. 3279: “La sucesión es la transmisión de los derechos activos y pasivos que componen la herencia de una persona muerta, a la persona que sobrevive…” y el 3281, al precisar la naturaleza del conjunto de derechos activos y pasivos transmitidos dispone que es “… un todo ideal, sin consideración a su contenido especial, ni a los objetos de esos derechos … ”. Circunscribiendo el análisis a la cuestión ventilada en el sub lite, la Doctrina ha precisado que “De conformidad con lo dispuesto por el inciso 4º del artículo 3284 del Código Civil, y porque razones de economía procesal y celeridad en el trámite de los juicios así lo aconsejan, corresponde conocer en los juicios por escrituración, transferencia de automotor y en las demandas por cumplimiento de boleto de compraventa y rescisión de boleto de compraventa, al juez donde tramita el sucesorio demandado”. En efecto, en los juicios iniciados o a iniciarse contra la sucesión, con relación a boletos de compraventa referidos a bienes del causante, corresponde conocer al juez del sucesorio. “Ello es así porque en el juicio de escrituración o de transferencia de automotor, el bien cuya traslación de dominio se persigue forma parte del acervo sucesorio por constar registralmente asentado a nombre del causante. Por ello, tratándose de una promesa de venta celebrada respecto de un bien que compone el acervo hereditario, la demanda por escrituración o transferencia de automotor es atraída por el fuero de atracción. Aun cuando la obligación cuyo cumplimiento se reclama no haya sido contraída por el causante sino iure propio por sus sucesores, y del proceso sucesorio surgiera que en él se hubiese efectuado partición de herencia, el juez del sucesorio es el competente para conocer de las causas por la venta de bienes pertenecientes a aquélla”. (Cf. Graciela MEDINA, Proceso sucesorio, T. I, Rubinzal Culzoni, Editores, págs. 36/65). III En suma, y por los motivos expuestos, soy de opinión de que V.E. debe declarar la competencia del Juzgado Civil, Comercial y de Minería Nº 13 de la IV Circunscripción Judicial, con asiento en la ciudad de Cipolletti. Es mi Dictamen. Viedma, 09 de abril de 2008. Dra. Liliana Laura Piccinini Procuradora General Poder Judicial Dictamen Nº 069/08