Ocho Relaciones Filiales, Efectos Fraternales: El Muro

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"Ocho Relaciones Filiales, Efectos Fraternales: El Muro"
(*) Mesa Cuerpo Y Masoquismo. Jornadas De Escuela “cuerpo, Síntoma, Goces”, Escuela Freudiana De Buenos Aires, 6, 7
Y 8 De Octubre De 2006.
Mónica Fudín
‘ ...capaz de sentarse sobre tu corazón y ver como te mueres durante un año sin que se le
cierre esa sonrisa de la cara...” García Lorca – La Casa de Bernarda Alba
Asi describe García Lorca a través del personaje de la criada, a la protagonista y personaje
principal de esta maravillosa obra que nos da la posibilidad de pensar cuestiones de filiación
madre e hija y entre hermanas cuando la cosa no viene bien barajada. Cuando se enmarañan
de tal modo que el odio hace su juego mortífero ensañándose con el amor en la trama familiar
sin poder sus miembros armar otra historia: la propia Cuando las vidas quedan tapiadas entre
cuatro paredes.
He tomado esta obra como un testimonio mas, de esos que se nos aparecen en la clínica, en
lo que llamamos la vida real, donde las relaciones entre los personajes madres, hijas,
hermanas se tornan devastadoras, ahí donde una madre quiere ir mas allá de su función. Alli
donde según Winnicott no se pueden establecer “ relaciones suficientemente buenas” con los
pares de la vida adulta, en esa subcultura alternativa con valores propios, que constituyen los
hermanos.
García Lorca y Freud convergen como vecinos temporales de una sociedad victoriana
decadente subsumida por un imperio romano de fe, ignorancia y opresión, donde cada uno
describe lo suyo. Garcia Lorca escribe desde un pequeño pueblo de España “que ni siquiera
rio tiene...”. y Freud realiza sus investigaciones en el ombligo de la Europa reformista.
La trama...
Bernarda es una viuda reciente a la que le queda por triste herencia solo hijas mujeres, en
una casa habitada por su madre dementizada, una criada de toda la vida Poncia y una
empleada domestica. La hija de su primer matrimonio Angustias es prometida en matrimonio a
Pepe el Romano, un hombre fantasma que se allega a ésta en función de su herencia, pero
que la visita nocturna la realiza subrepticiamente a Adela la mas joven de las hermanas quien
no escatima a la hora de provocarlo y seducirlo.
A la muerte de este 2do marido Bernarda con quien ha tenido tres hijas mas, impone un
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riguroso luto. “en ocho años que dure el luto no ha de entrar el viento de la calle...hacemos
cuenta que nos han tapiado con ladrillos puertas y ventanas...” luto tan riguroso que ni
siquiera podrán salir de la casa cuatro hijas en edad de merecer. Tapiadas las puertas del
corazón, un infierno se desata. Cualquier viento avivará el fuego de las pasiones para quienes
deben obedecer el mandato de cancelar orificios.
Los gozos y las sombras, los duelos y el sacrificio
Bernarda establece una diferencia entre Angustias la hija del primer matrimonio por tener
herencia, refiriéndose a las otras “ como las otras pan y uva por herencia” y le niega a
Martirio la mayor del 2do matrimonio, la unión con Humanes “por ser ganan” un pobre
labriego. “...los pobres son como animales frente a un plato de garbanzos “ Dueña y Señora
compromete a Angustias con Pepe El Romano, personaje que desencadenará la tragedia
familiar. Ser el preferido, no se enlaza solo a la conflictiva edípica sino a la fraterna donde se
reavivan fantasías de robo, muerte del semejante, lugar excluyente del otro, el hijo
privilegiado, heredero de las miradas y confirmaciones parentales.
Connotando los vínculos y alianzas conyugales en su familia, una madre que no dona su falta
y no brinda la filiación al padre de la falta engloba a sus propias hijas en su familia de origen,
en una posición narcisista.
Adela la menor de las hermanas no resigna tapiar su deseo y acude a cada encuentro con
Pepe, generándose un clima de intrigas fraternas donde el sacrificio produce a las víctimas,
condenadas a un irresponsable lugar pasivo.
El acto decidido que se da en Adela dispuesta a llevar su acción al límite, afrontando las
consecuencias del desafío, intentando fallidamente ser un sujeto responsable, causado por un
deseo que la divide, no toda ofrendada al goce materno, y sintiendo la posible e inminente
pérdida de Pepe casándose con Angustias, pierde la vida misma “- he visto la muerte debajo
de estos techos y he salido a buscar lo era mío ,lo que me pertenecía...” – dice- entre llantos y
desafíos No puede dejar de probar los elixires del diablo en la venganza y la pasión recupera
un fuerte goce infantil. La humillación que queda del lado del masoquismo hace que Adela no
quiera ser colocada en un lugar de objeto deyecto, aun a riesgo de muerte para salir de alli.
La función fraterna se va transformando a lo largo de la vida familiar, y según winnicott
conlleva una función de reciprocidad, colaboración, asistencia y defensa del otro generacional
que permite modelos de identificación entre hermanos. En esta casa las hermanas se ven
permanentemente confrontadas, acuciadas en el ideal materno. Es Poncia quien no deja de
advertir a su patrona acerca de los hechos que se suceden “no son malas, solo son mujeres
sin hombres”:, entre madre e hijas y las consecuencias de una disciplina superyoica.
Bernarda con obstinación y arbitrariedad enfatiza “- no necesitan novios- y rechaza todas las
críticas ubicando a Poncia en su lugar “de confianza no, me sirves y te pago...”
Tampoco es escuchada su madre Maria Josefa esa abuela dementizada a quien esconden en
el altillo que no deja de vociferar “...¡ déjenme salir”... enunciando asi el anhelo común de
escapar a la reclusión impuesto
Bernarda Alba rebaja la diferencia sexual en la tragedia filial sostenida en la trayectoria
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cultural de la época ‘aguja e hilo para las hembras, látigo y mula para el varón, eso tiene la
gente que nace con posibles”.... y asi somete a sus hijas vivir conforme ese sentido sin dar
lugar a lo que cada generación trae y opone a la anterior. La madre proyecta su yo ideal de
hija en el fondo del espejo, fracaso constitutivo de la operación simbólica de la castración que
permite desplegar la singularidad, respondiendo no hay eso que tu dices.
Bernarda madre absoluta, exceptuada de la castración del Otro porta para la fantasmagoría
de los espectros de la casa un falo, representado en ese bastón que la sostiene y esgrime
contra sus hijas, sin perder ni un pedacito de su ser ni posibilitar el duelo.
En la feminidad de sus retoños, ante el enigma del goce femenino ve lo insensato, indigno y
escandaloso de ese goce, rechazando todo lo que simbolice deseo. Ante una revuelta en la
calle, exige para con una apaleada vecina convertida en madre soltera “que maten a una
madre soltera y pongan brasas en el lugar del pecado” . Asi el insulto, la injuria hacen
referencia a un hijo que no es el resultado del goce materno, sino efecto del estrago cuando el
goce del Otro arriesga la vital descendencia.
El Ideal del yo que se pone al servicio de la sublimación, en la singularidad de Bernarda falla
en un siniestro plan para sus hijas “se casaran con alguien que las merezca” haciéndolas
preparar trabajosamente el ajuar de la boda aun cuando han de pasar ocho años impuestos al
duelo antes de poder mirar a un hombre. Ya no hay nombre del padre al que apelar para
hacer una salida tradicional para estas hijas.
Este padre, presente en tanto hombre en la obra es recordado por Magdalena, la criada en su
decir- “Antonio Maria Benavides, ya no me levantarás mas las enaguas en la puerta del
corral, yo soy la que mas te ha querido de las que te sirvieron...”
Bernarda no permite a Angustias usar maquillaje, ni peguntarse acerca de lo que ese hombre
siente con respecto a ella - “cada una sabe lo que piensa por dentro, yo no me meto en los
corazones, pero quiero fachada y armonía familiar” – le responde cuando se pregunta por el
deseo del otro. Mientras que en su temporalidad detenida su prometido no deja de enamorar a
Adela y a Martirio, omnipresente objeto de deseo de las hermanas.
En su segunda viudez, la casa de Bernarda se cierra ante la promesa vacía de
realizar un duelo que está lejos de efectuarse. Pulsión de Muerte que hace su juego sacando
a las hijas de la vida invitando a pasajes al acto. Expulsa por decreto el interés por el mundo
externo, y también la exogamia, “nos undiremos en un mar de luto” condena ante la
desgracia ¿ Si bien el duelo se caracteriza como la manifestación de un tipo de inercia
libidinal, se deben asociar la remanencia de la experiencia de castración, dependiendo
tambien de los recursos de los que dispone el ideal del yo y pone al servicio de la sublimacion.
El trabajo de duelo que tiene por objetivo atenuar el dolor de la perdida de un objeto tiende
aquí a fracasar, especialmente porque quien puede aliviarlo y sostenerlo encarna como
Bernarda una ley caprichosa, un Otro gozador.
En el Reverso del Psicoanálisis, clase del 11 de Marzo de 1970, Lacan dice “...El papel de la
madre es el deseo de la madre. Esto es capital. El deseo de la madre no es algo que pueda
soportarse tal cual, que pueda resultarles indiferente. Siempre produce estragos. Es estar
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dentro de la boca del cocodrilo, eso es la madre. No se sabe que mosca puede llegar a picarle
de repente va y cierra la boca. Eso es el deseo de la madre.
Exceso de goce desbocado que circulará como un torbellino. Sus frases cortantes y severas
demuestran que para ella no está permitido que el proceso del duelo se resuelva ni se
exprese pasando por la palabra. “a sentarse!!”, - a Callar!”- ...No llore!” Su tiranía acentúa
el silencio y el dolor que se acrecienta, impidiendo ligar impresiones traumatizantes, y se
hace presente un super yo sádico que propicia dentro de ese encierro, un dolor que como dice
Lacan es solo presente... Colmadas de rituales y actos compulsivos que afectan la
cotidianeidad de estas hijas, largas horas rezando rosarios, confeccionando diariamente
ajuares que permanecerán en los baúles sin la certidumbre de un uso futuro. Sistemática y
lentamente se conduce al confinamiento total “-... ocho años de duelo sin que entre el aire de
la calle!!!- “
Este desaliento actualiza la Pulsión de Muerte propiciando pasajes al acto cuando las hijas
son expulsadas de la vida. Este pasaje al acto como algo que se ve venir está puesto en las
palabras de Poncia, la vieja criada, que como un oráculo preanuncia “... aqui va a pasar algo
muy grave...’ asi el error trágico presente en toda tragedia oficia como advertencia del
suicidio de Adela como malentendido con respecto a la muerte de Pepe el Romano y permite
la emergencia de la verdad.
Freud señala la función esencial de la confrontación generacional y fraternal en la identidad
adolescente, subrayando el peso de “ hacerse a un lado “ en lugar de confrontar con los
padres por un lado y con los hermanos por otro. Bernarda no está dispuesta para nada “ a
hacerse a un lado”, es mas ya ha determinado para ellas la posición de deshecho que les
dificultará constituirse en objeto causa de deseo. Aun Adela en su intento de rebeldía se
presenta confirmando este lugar aceptando del hombre que dice amar, cualquier lugar que él
destine. Su intento fallido, su desesperación la lleva a ofrecerse sacrificialemente al Dios
oscuro, donde prima la alienación Adela con su suicidio prefiere la muerte antes de renegar
de su deseo o vivir sin gozar, marcando infortunadamente su propia diferencia ante el destino
prefijado para ella.
La fascinación del sacrificio requiere para su realización de amos impostores. “esos dioses
oscuros” a cuya convocatoria es dificil no sucumbir. Y que ningún sacrificio ha de colmar, ni el
mas extremo de todos. Se ofrece el propio cuerpo mortificado para saciar la supuesta
apetencia deseante del Otro quien adquiere asi una existencia plena y sin falta
Así esta fallida liberación imaginaria de Adela, da testimonio de su fracaso cuando se
convierte en un triunfo para su madre, ofreciéndose a su mirada reprobatoria quien
nuevamente la incluye en su propia escena “Vestidla como si fuera doncella, ella ha muerto
virgen, nadie dirá nada...” haciendo fracasar así, la injuria pulsional.
Que podemos decir del sacrificio tras estos muros? estas hijas y las empleadas se inmolan
“bajo protesta” a los mandatos coactivos del Otro, desafiándolos ineficaz y sintomaticamente.
Pues también Poncia no deja de mascullar ante los maltratos de Bernarda “ ...un dia me
hartaré...y me encerraré con ella en un cuarto y la estaré escupiendo un año entero por esto y
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por lo otro...” pero nadie escapa.
El sujeto será lo que hace de si mismo con lo que los otros han hecho de el, haciéndole creer
mediante el imaginario que se trata de una libre elección.
Concluyendo....
Si pensamos la función materna del lado del cuidado y respeto con una legalidad atravesada
por la función del padre, que haya operado sobre ella instaurando una falta, esto no se
cumple en Bernarda “Entonces- volvemos a Lacan- trate de explicar que había algo
tranquilizador. Les digo cosas simples, improviso, debo decirlo. Hay un palo de piedra, por
supuesto, que está ahi, que no potencia, en la boca y eso la contiene, la traba. Es lo que se
llama el falo. Es el palo que te protege si de repente, eso se cierra”
Hijas sacrificadas, mujeres que pierden la oportunidad sensible del amor y el deseo de su
hombre, niñas sin muñecas que no acceden al sueño de la maternidad porque La Madre es
una sola. Bernarda no ha sido atravesada por la función del padre ni ha operado sobre su
deseo materno instituyendo falta alguna
Signos en la estructura que testimonian de esta pasión y su castigo. Cuando se preguntan
por su deseo le responden con la mascarada ilusoria de la escena familiar que prevalece
sobre el sujeto.
Los hermanos son testigos privilegiados de la escena familiar, del hermano, ese conocimiento
íntimo les dará un legado y una referencia de la propia identidad. Los efectos del complejo
fraterno ueden signar el destino de la vida del sujeto y de sus descendientes, y pueden como
muy bien refleja esta obra presentarse de modo tumultuoso y tenebroso en el narcisismo de
las pequeñas diferencias.
La neurosis de estas hijas, sus signos clinicos testimonian de la claudicación deseante,
vengándose masoquisticamente se intenta recuperar un fuerte goce infantil denunciando
inconducentemente el fracaso de los padres o subrogados. Las conductas sintomáticas, el
duelo eterno, la patología consecutiva llaman a resistir la pérdida de fijación al objeto
No hay estado de pérdida, no hay dolor como afecto que atraviese el cuerpo, no hay liberación
posible pues la Caja de Pandora que podría liberarlas queda celosamente cerrada. Bernarda
dentro de los muros de su casa liga lo peor de su duelo, no hay lugar para los cortes.
Siendo como es el deseo de la madre una cuestión vital para la constitución subjetiva, no es
necesario la presencia de su cuerpo en forma permanente y constante. Cuando una madre
quiere ir mas allá de la relación materna el efecto es devastador se puede tornar en un no
dejar vivir. Las hijas de esta trama no han podido tomar la palabra ni atravesar el muro
materno para poder alcanzar una vida donde el dolor adquiriera algo de liviandad para poder
encontrar la existencia por sí mismas.
Nadie ha podido en la Casa de Bernarda Alba como en tantas otras casas, tolerar la inquietud
de la libertad, la castración y perder un amo siempre dispuesto a retornar y capturarnos a
tavés del sacrificio.
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Bibliografía
Freud La novela familiar del neurotico
Fudin Monica Coalescencia fantasmática: el andamiaje de los pactos familiares EFBA
Lacan Seminario 4La relacion de Objeto
Lacan Seminario ll Los cuatro conceptos fundamentales del psicoanalisis
Chemana Roland Dicccionario de Psicoanalisis
Lacan Seminario XVI El sujeto y el otro la alianacion De. Paidos
Chatel Marie Magdeleine A falta del estrago,Una locura de la puvlicacion, la funcion del duelo
Edelp. Octubre 1994 Litoral
Domb Benjamin Mas alla del falo. El deso de la madre De. Lugar
Laurent Eric Hay un fin de analisis para los aninos El nino y su madre Coleccion Diva
Garcia Lorca Federico La casa de Bernarda Alba. Drama de mujeres en los pueblos de
España. De. Librodot. Com
El goce y la ley Acerca del sacrificio pag 117/
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