pdf Ideología y ciencia en "La vida es sueño"

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IDEOLOGÍA Y CIENCIA EN
LA VIDA ES SUEÑO
YSLA CAMPBELL
Universidad Autónoma de Ciudad Juárez
Entre 1543, año en que se publica De Revolutionibus de Copérnico, hasta 1687
cuando sale la Philosophiae Naturalis Principia Mathematica de Isaac
Newton, se produce lo que hoy se conoce por el periodo de la revolución
científica. Las aportaciones de Copérnico, Tycho Brahe, Kepler y Galileo, que
confluyen en la física clásica de Newton, transformaron la imagen del mundo.
En La vida es sueño hay dos razones fundamentales para estudiar las
ideas científicas y su uso: hay una concepción física del universo, y Basilio es
un hombre sabio, dice:
Esos círculos de nieve,
esos doseles de vidrio,
que el sol ilumina a rayos,
que parte la luna a giros;
esos orbes de diamantes,
esos globos cristalinos,
que las estrellas adornan
y que campean los signos
son el estudio mayor
de mis años... (I, vv. 624-633).
Los círculos, doseles o globos son las esferas que sostienen los cuerpos
celestes y se les considera con una existencia material —como el "vidrio"—
cristalina. De hecho, para Copérnico, las esferas poseen una realidad material y
son cristalinas.1 Ya en versos anteriores, Segismundo había expresado su deseo
de "...quebrar al sol / esos vidrios y cristales" (vv. 133-134). Además, en la
segunda jornada, Segismundo habla de "esferas perfetas" (v. 1608).2 Estos
1
Giovanni Reale y Darío Antiseri, Historia del pensamiento filosófico y científico.
Herder, Barcelona, 2a ed„ 1992, t. II, p. 204.
2
Tal idea de perfección excluye los descubrimientos de Galileo sobre la superficie
irregular de la Luna.
[79]
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textos son indicadores de ciertas concepciones astronómicas que responden,
en términos generales,3 al sistema aristotélico-ptolemaico4 que concibe un
universo limitado por las estrellas fijas en el que la Tierra, inmóvil, es el centro,
formado de esferas corpóreas donde se ubican los cuerpos celestes cuyo
movimiento ("esferas perfetas") es circular uniforme. La idea de la inmovilidad
de la Tierra puede ser confirmada porque, aunque se trate de una metáfora, el
Sol aparece como un astro en movimiento, dice Clarín: "cuando se parte el sol
a otro horizonte" (v. 48).
Es necesario, no obstante, considerar la concepción física de los estoicos,
pues también plantea la existencia de esferas. Para esta filosofía, la bóveda
celeste se conforma de cuatro capas concéntricas de las cuales la superior es la
esfera ígnea delimitada por la bóveda celeste, debajo de ella están las esferas
de los siete planetas, y en la inferior la de la luna.5 Clotaldo, en la metáfora
evocada a Segismundo sobre un águila, expresa: "que, despreciando la esfera
/ del viento, pasaba a ser, / a las regiones supremas / del fuego, rayo de pluma
/ o desasido cometa" (vv. 1039-1043). La alusión a las esferas bien podría ser,
como piensa José María Ruano de la Haza,6 una referencia a la cosmología
aristotélica de la disposición de los cuatro elementos, sin embargo, aunque hay
varias concordancias con los peripatéticos, es preciso notar que mientras que
Aristóteles concibe un Dios que es lo trascendente y que desconoce el mundo,
los estoicos lo ven como providencia ordenadora, tal y como figura en la obra.
Ahora bien, la comparación que hace Clotaldo del águila con el "desasido
cometa" (v. 1043), nos permite observar las profundas transformaciones que
estaba sufriendo la astronomía. En principio, el desasimiento significa que no
está sostenido por ninguna esfera, pero además la comparación con el ave que
surca el cielo, nos habla de un espacio aéreo abierto. Los estudios realizados
por Tycho Brahe sobre la trayectoria de un cometa demostraron, en 1577, que
traspasaba las órbitas planetarias. De ahí que la idea de las esferas cristalinas
se viniera abajo para concebir en su lugar un cielo fluido y libre.
Por otra parte, Basilio es llamado Tales y Euclides, cuyo gobierno se da
3
La información proporcionada por el texto no nos permite concluir si las ideas de
Calderón corresponden a la filosofía natural basada en Aristóteles, quien creía en un
universo formado por esferas homocéntricas, en cuya octava esfera se hallaban las estrellas
fijas; o si se trata de los matemathici que sustentaban el sistema ptolemaico de los epiciclos
y los excéntricos. Incluso hay que recordar que Copérnico también cree en la existencia de
esferas cristalinas. Cf ibid., p. 195.
4
Para mayor precisión sobre la concepción de Ptolomeo vid. S. Sambursky, El
mundo físico a fines de la Antigüedad. EUDEBA, Buenos Aires, 1970, pp. 205-207.
5
Wilhelm Capelle, Historia de la filosofía griega. Gredos, Madrid, 1958, p. 427.
6
Introducción a su edición de La vida es sueño. Castalia, Madrid, 1994, p. 174.
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entre tasar (v. 584) y medir las huellas y caminos de las estrellas y signos del
Zodíaco. El rey se autoconsidera como sabio. Dice a la corte:
ya sabéis, que yo, en el mundo,
por mi ciencia he merecido
el sobrenombre de docto [...]
Ya sabéis que son las ciencias
que más curso y más estimo
matemáticas sutiles (vv. 604-614).
Aunque en la época las matemáticas eran un concepto genérico que
englobaba, de acuerdo con Covarrubias, "geometría, música, arismética y
astrología, porque éstas, por excelencia, se llaman sciencias matemáticas",7 la
comparación con Euclides, padre de la geometría, nos remite a un ámbito más
específico. Para Kepler la naturaleza se halla ordenada por reglas matemáticas,
y Copérnico sostiene que el universo tiene una estructura geométrica que
refleja la organización racional de la creación divina. El cálculo de las posiciones
y movimientos de los cuerpos celestes revela las estructuras ordenadas por
Dios. Es preciso recordar que para los estoicos "...sobre todo el cielo estrellado,
patentiza en todas sus regiones [...] un orden establecido y sublime...".8 Basilio
concibe un orden matemático en el universo y lo ve como un libro escrito por la
divinidad —idea que al final de la obra reafirmará Segismundo— al que hay que
descifrar mediante el cálculo y las matemáticas:
...esos orbes de diamantes,
[...] son los libros,
donde, en papel de diamante,
en cuadernos de zafiros,
escribe con líneas de oro,
en caracteres distintos,
el cielo nuestros sucesos,
ya adversos o ya benignos (vv. 628-639).
Curiosamente en el Ensayador, obra publicada en 1623, escribe Galileo:
La filosofía está escrita en este libro grandísimo que continuamente tenemos
abierto ante los ojos (quiero decir el universo), pero no se puede entender si antes
7
Sebastián de Covarrubias, Tesoro de la lengua castellana o española. Alta Fulla,
Barcelona, 1993.
8
Capelle, op. cit., p. 424.
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no se aprende a entender la lengua y a conocer las letras en que está escrito. Está
escrito en lengua matemática, y las letras son triángulos, círculos y otras figuras
geométricas...9
La metáfora del cielo y el libro, por lo visto, estaba muy extendida, personaje
y científico coinciden en la necesidad del cálculo y las matemáticas para
comprender los fenómenos celestes. Sin embargo, los fines son muy distintos,
ya que Basilio hace una referencia a una idea de origen estoico, es decir, la
relación entre macrocosmos y microcosmos en que la disposición de los cuerpos
celestes anuncia acontecimientos humanos. La concepción estoica, al igual
que la aristotélico-ptolemaica, es "geocéntrica y antropocéntrica".'0 De esto se
deriva una posición frente al mundo, pues se cree que el universo fue creado
por Dios para servicio del hombre. En el pensamiento de Galileo, por el contrario,
el hombre ha dejado de ser el centro del cosmos.
Para el rey Basilio el universo está ordenado en función del hombre, ya
que considera que la disposición de los astros encierra un presagio. Así que
cuando conoce los sucesos que le depara el hado por el nacimiento de
Segismundo toma la decisión de actuar. Esta actitud, sea la acción positiva o
negativa, es fundamental en el periodo de la conformación de la ciencia moderna,
ya que al conocimiento del mundo o los sucesos se une la idea de transformarlo." Una conclusión de Paolo Rossi sobre la evolución del pensamiento
mágico al científico nos aclara la postura del rey Basilio:
De la gran tradición de la magia natural del Renacimiento, los modernos recogieron
una idea de fundamental importancia: el saber que tiene por objeto la naturaleza
no es sólo contemplación y no es sólo "teoría". Es también manipulación, operación,
intervención. El dominio y control de la naturaleza son fines constitutivos y
esenciales de la ciencia...12
Basilio, imbuido quizá por la revolución científica, realiza un experimento
con su hijo: "determiné de encerrar / la fiera que había nacido, / por ver si el
sabio tenía/ en las estrellas dominio" (vv. 734-737). Y en la segunda jornada
especifica: "Quiero examinar si el cielo [...] o se mitiga o se templa / por lo
menos, y, vencido / con valor y con prudencia, / se desdice, porque el hombre
/predomina en las estrellas. /Esto quiero examinar" (vv. 1102-1112). Igualmente
9
Reale y Antiseri, op. cit., p. 250.
Capelle, op. cit., p. 425.
" Paolo Rossi, "El científico", en Rosario Villarri et al., El hombre barroco. Alianza,
Madrid, 1992, p. 328.
12
Ídem.
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el procedimiento de suministrarle las drogas es denominado por el rey
"experiencia" (v. 1121). Pero, además de Basilio, otros personajes se refieren a
la experiencia13 como una demostración empírica. Al describir las cualidades
adormecedoras de las drogas, Clotaldo afirma: "No tenemos que argüir, / que
aquesto posible sea, / pues tantas veces, seflor, / nos ha dicho la experiencia..."
Luego habla de "examinar mil venenos" yfinalizael argumento con los siguientes
versos: "Dejando aparte el dudar / si es posible que suceda, / pues que ya
queda probado / con razones y evidencias..." (vid. vv. 1000-1021). La base,
pues, del argumento de Clotaldo es la experiencia y el razonamiento. De acuerdo
con Covarrubias la experiencia implica el experimento, la prueba.
Un rasgo esencial de la revolución científica es la unión de teoría y práctica.
Es de todos conocido que el rasgo más peculiar de la ciencia moderna es el
método y que Galileo funda la ciencia experimental, cuya base son las
experiencias sensatas y necesarias demostraciones. Basilio, pues, pone en
práctica el método experimental de la ciencia (encierro y prueba al príncipe) y
con ello une la teoría (es posible vencer al hado) con la práctica. Al basarse en
el experimento, Basilio requería de técnicas de comprobación, operaciones que
le permitieran controlar su teoría. La forma fue trasladar a Segismundo drogado
al palacio y darle la investidura que le correspondía, con el objetivo general de
observar sus reacciones.
Sin embargo, al fundamentarse la autonomía de la ciencia en el sentido
experimental, entra en pugna con la filosofía y la fe. Basilio pretende, a través
del experimento, obtener una proposición verdadera sobre el ámbito sobrenatural, esto es, se propone llegar a una conclusión metafísica ideológica: que
el sabio puede vencer los designios del hado. De ahí que se llame "prodigio" (v.
301) al experimento, o que Basilio diga a Clotaldo: "que habéis de ser, os aviso,
/ instrumento del mayor / suceso que el mundo ha visto" (vv. 883-885). La
aplicación del método experimental al terreno metafísico era algo inusitado,
hecho que, por paradójico que parezca, aleja el pensamiento de Basilio de los
magos medievales. En la concepción de Cornelio Agrippa de Nettesheim (14861535) expresada en su De occulta philosophia, la magia es la ciencia más
perfecta y la clave de su actividad es la iluminación, es decir, una sabiduría
revelada. Basilio, por el contrario, actúa sobre la realidad y se propone
transformarla mediante la experimentación. La incongruencia radica en que la
problemática planteada es la relación del hombre con la divinidad y si, en
" Clotaldo llama a las acciones realizadas con el príncipe "experiencia" (vv. 10751077); Astolfo llama experiencia a lo que le ocurre (v. 1732); y Segismundo dice: "...y la
experiencia me enseña / que el hombre que vive sueña / lo que es hasta despertar" (vv.
2155-2157).
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efecto, pudo privar de la libertad al hijo, los designios de la Providencia salen
del ámbito de la realidad. Situación que no niega la condición de científico a
Basilio, pues si bien es cierto que la concepción de la ciencia moderna implica
su autonomía respecto a cuestiones de la fe, es preciso señalar que en el
periodo de la revolución científica "se entrelazan la mística neoplatónica, la
tradición hermética, la magia, la alquimia y la astrología".14
De cualquier forma, en términos de Galileo—recordemos sus argumentos
sobre los terrenos distintos de las cosas naturales y la Escritura expuestos en
la carta de 1613 al monje Benedetto Castelli—,15 el experimento de Basilio no es
razonable, pues se mezclan dos ámbitos: el de la experimentación científica, y el
ideológico. En el siglo XVII, principalmente Galileo, distingue dos finalidades
en la ciencia y en la fe: para la primera es el conocimiento basado en experiencias
sensatas y demostraciones necesarias, para la segunda la salvación, cuyo
fundamento es la autoridad de la Escritura.
Pero, además, es necesario tener en cuenta los objetivos políticos y personales, estos últimos hábilmente enmascarados, del rey Basilio al realizar
el experimento, ya que implican un planteamiento ideológico relativo al poder: el
rey no quiere ser derrotado por el príncipe, pues desea permanecer "rey invicto"
(v. 823). Esto, como es lógico, trae como consecuencia una serie de acciones y
procedimientos por parte del rey: en primer lugar, el método que utiliza para
vencer al hado no es público, como es el objetivo de la ciencia, Basilio oculta su
experimento desde el principio. Esto puede deberse a que no hay compatibilidad
entre el método (ciencia/realidad) y la teoría (ideología/ mundo metafísico), y a
su preocupación por el poder. Su intento de "dominio" de las estrellas, encierra
una perspectiva de poder, por ello manipula y miente a la corte sobre la
información dada a Segismundo relativa a su identidad cuando lo llevan al
palacio. Como hemos estudiado en otros trabajos16 a Basilio le interesa sólo su
posición de sabio y no la función del libre albedrío.
En conclusión La vida es sueño, aun sin proponérselo Calderón, da cuenta
del complejo proceso que se sigue para llegar a fundar el método científico.
14
Reale y Antiseri, op. cií., p. 175.
Ibid., pp. 236-237.
16
"Maquiavelismo y tacitismo en La vida es sueño", en Ysla Campbell (ed.), El
escritor y la escena VI. Estructuras teatrales de la comedia. Actas del VI Congreso de la
Asociación Internacional de Teatro Español y Novohispano de los Siglos de Oro (Ciudad
Juárez, 5-8 de marzo de 1997). Universidad Autónoma de Ciudad Juárez, Ciudad Juárez,
1998, pp. 75-83; "Estoicismo y transgresión ideológica en La vida es sueño", Manfred
Tietz (ed.), Texto e imagen en Calderón. Undécimo Coloquio Anglogermano sobre
Calderón (St. Andrews, Escocia, 17-20 de julio de 1996). Franz Steiner, Stuttgart, 1998,
pp. 80, 75-86.
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Finalmente, Basilio se desengaña de su procedimiento científico aplicado al
ámbito ideológico, y afirma: "y en la defensa ya de mi corona / lo que la ciencia
erró venza el acero" (vv. 2486-2487). Los resultados del experimento de Basilio
manifiestan que no realizó una experiencia sensata y una demostración necesaria,
de donde claramente se deduce que la ciencia y su metodología ocupan un
ámbito aparte del mundo metafísico. En la práctica, la obra incide en la idea
moderna de la autonomía de la ciencia respecto a las proposiciones de la fe.
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