RECENSIONES 18/7/06 09:28 Página 259 103/03 99/02 pp. 249-270 259-275 Miguel Roiz Reis darle la espalda a la sociología, pero me dejé llevar por el parecer de terceros, y heme aquí La sociedad persuasora con cerca de medio siglo de mi vida dedicado a este extraño saber, que tanto placer me procu- (Barcelona, Paidós, 2002) ra. Y es que, como ya he dicho, el fenómeno de la persuasión es asunto enmarañado y de difícil comprensión. El fenómeno de la persuasión social es cuestión intrincada: no se presta a rápidas y firmes De antiguo me viene el interés acerca de los conclusiones. Cuando echo una mirada a mi procesos psicosociales por medio de los cua- propio pasado —ejercicio melancólico al que les se nos induce razonadamente a creer o ha- me entrego con creciente asiduidad—, buscán- cer alguna cosa; o, para mayor exactitud, que dole explicación a decisiones que han marcado son capaces de provocar cambios de actitudes mi vida, me sobrevienen preguntas como las en nosotros, que en esto consiste la persua- siguientes: ¿qué me hizo seguir el consejo de sión social. Ya en 1967, en mi tesis doctoral so- don Luis Sánchez Agesta de abandonar mis bre la naciente sociedad de consumo españo- estudios jurídicos y prepararme para sociólo- la, escribía: Sea cual sea el poder persuasor go?; ¿por qué acepté sin más la recomenda- de la publicidad, el carácter perverso de la mis- ción del catedrático de la Universidad de Har- ma radica tanto en su intencionalidad básica, vard —a la sazón profesor de Divina incitadora de necesidades nuevas, como en Comedia—, en su visita a Granada, de que que promueve una actitud pasiva en el consu- como primera providencia me matriculara en midor; sobre todo, en los grupos desfavoreci- The Catholic University of America?; ¿qué me dos de la sociedad: en las personas ancianas, movió a dedicarme desde el comienzo mismo las de peor condición económica, los menos de mi ejercicio profesional a la sociología del instruidos, que no sólo se hallan indefensos consumo? No tengo respuesta a estos interro- ante el comerciante inmoral, sino también ante gantes, o, mejor dicho, tengo muchas respues- la organización racionalizada del sistema de tas, pero ninguna me satisface del todo: a prin- producción. La lógica interna de este sistema cipios de los años cincuenta, los estudios no busca la igualación social de las capacida- sociológicos apenas tenían presencia en la des humanas: su finalidad principal es la ob- universidad española; el Departamento de So- tención de lucro que puede conseguirse tanto ciología de CUA no gozaba de predicamento favoreciendo como obstaculizando el desarro- en el mundillo sociológico; y España distaba llo de la racionalidad del consumidor. Y, así, el mucho de ser una sociedad de consumo; ade- sistema productivo tenderá a impulsar aquellas más, por aquel entonces, era una rareza que al características que mejor definen a los diver- universitario español se le ocurriera salir a es- sos sectores de la sociedad: produce el objeto tudiar al extranjero, y aún más si cursaba estu- de estilo o la literatura de vanguardia para los dios en una universidad provinciana. Ante tal estratos sociales selectos; el objeto de mal panorama, lo juicioso por mi parte hubiera sido gusto, la prensa sensacionalista, la música ba259 RECENSIONES 18/7/06 09:28 Página 260 CRÍTICA DE LIBROS rata, para los estratos poco cultivados; con el dora en cuestiones religiosas, difícilmente se resultado general de que las diferencias socia- tornará en lo contrario por mucho que se le les se intensifican o se mantienen en lugar de acose con una propaganda liberal y progresis- aminorarse; tanto la publicidad como la política ta. Estas actitudes constituyen el meollo de su de precios y de productos, y los diversos nive- personalidad y, por ello, apenas son influidas les de renta tienden a favorecer la desigualdad por las técnicas de persuasión de los medios social en el mercado... Hasta aquí mi alegato de comunicación de masas. Cuando el hombre crítico contra la sociedad de consumo, que, por llega a adulto, su configuración psíquica funda- cierto, no gustó a Juan J. Linz, quien me había mental es cosa hecha —aunque nunca definiti- elogiado sin reservas la parte empírica de mi va— y, así, cualquier cambio tiende a ser con- trabajo doctoral, referido al proceso de delibe- gruente y a integrarse en su estructura de ración aplicado a la compra de bienes durade- personalidad. Lo que supone —proseguía— la ros: a su docto parecer, mi reprobación de las negación de la manipulación real y poderosa añagazas publicitarias, incitadoras del consu- del consumidor por la publicidad, cualquiera mo inmoderado, sobrepasaba el estricto marco que sea la forma que adopte: el hombre auste- permitido por los bien traídos datos de mi estu- ro, ahorrador, difícilmente se dejará seducir por dio. los cantos de sirena del anuncio y del escaparate; como tampoco la publicidad es la que de- Dos años más tarde, publicaba en Marketing cisivamente influye en que el hombre generoso Actualidad un artículo con el título «Las técni- con su dinero lo gaste en el último adminículo cas de persuasión en la sociedad de consu- aparecido; se es buen consumidor un poco a mo», y, entre otras cosas, afirmaba: El hombre, pesar de las técnicas publicitarias... Y me de- el animal doméstico por excelencia, es el ani- tengo. Basta con lo transcrito para advertir mi mal que más tiempo requiere para ser confor- notable cambio de postura ante la influencia mado socialmente. Su casi infinita plasticidad ejercida por la publicidad en el consumo de primigenia exige un largo y poderoso proceso bienes: en el breve lapso de un par de años, de educación hasta concretarse en un indivi- había moderado mucho mis juicios al respecto. duo con una personalidad específica. Dicho en ¿A qué se debió esta mudanza?: ¿al comenta- otros términos, porque el infante humano está rio crítico de Linz?, ¿a que el artículo lo publi- abierto a múltiples posibilidades de desarrollo caba en una revista de mercadotecnia y me psíquico, la opción que le es dada requiere de complacía bajarle algo los humos a los publi- mucho tiempo, afecto, castigo, control social cistas?, ¿a que ya por aquel entonces había para lograrse. Cualquier cambio posterior es leído a psicólogos sociales como Asch, Secord igualmente lento y alcanzado no sin resisten- y Backman o Brown?, ¿o a que, después de cia. Los aspectos básicos de la personalidad todo, en mis adentros reinaba, como suele, el se conforman parsimoniosamente y sólo con sentido de la mesura? De nuevo, asoma la re- igual o mayor parsimonia se transforman. Si sistente complejidad del fenómeno de la per- una persona es autoritaria en política, tradicio- suasión. Así que, sin más dilación, paso al exa- nal en lo concerniente a la familia y conserva- men del libro de Miguel Roiz, con el que éste 260 RECENSIONES 18/7/06 09:28 Página 261 CRÍTICA DE LIBROS trata de elucidar su oscura y escurridiza natu- bien en otras ocasiones —atinadamente, a mi raleza. juicio— se manifiesta menos extremoso, como cuando afirma que «... por opresiva que pueda El supuesto básico del libro —nos participa— ser la comunicación de masas y su cultura, es el de que «... desde la consolidación de la quedan siempre zonas de la conciencia o re- sociedad postindustrial como sociedad infor- ductos de la mente, todavía libres y autóno- macional en su fase avanzada..., el control so- mos», lo que le aleja de posturas tópicamente cial como proceso permanente y necesario negadoras del espontáneo ejercicio de la inten- para mantener el orden social capitalista-liberal cionalidad individual. En todo caso, sea su acti- es cada vez menos coactivo... y, en contraste, tud más o menos radical respecto a la natura- es cada vez más persuasivo, está más orienta- leza de la sociedad persuasora, son muchos do hacia la aplicación de técnicas y procedi- los temas tratados en el libro que suscitan in- mientos... cuyo fin es lograr convencer...». En terés por su actualidad y significación. En es- consecuencia con tal aserto, entiende por so- pecial, los incluidos en el capítulo relativo al ciedad persuasora «... a la forma actual de la control persuasivo y los contenidos de la comu- sociedad contemporánea, caracterizada por un nicación de masas, en sus tres apartados, re- tejido social construido... por interacciones, feridos a la información, la opinión pública y las prácticas, acción institucional, etc., y por unos encuestas; al entretenimiento, la evasión y el procedimientos socioculturales... medianamen- espectáculo en la cultura de masas; y a la pro- te opresivos». Más en concreto, Roiz entiende paganda y la publicidad en la sociedad de con- que estas formas persuasivas «... van asocia- sumo. En estas páginas, Roiz no se queda en das tanto al designio y dominio de las élites de el mero análisis abstracto de los temas selec- poder, grupos de presión y centros de decisión, cionados, sino que lo refiere a manifestaciones como al poder tecnológico y simbólico de los concretas de destacada presencia en nuestros modernos medios de comunicación de ma- medios de comunicación de masas. Baste con sas». Queda, así, clara desde un principio la in- fijarse en el examen crítico al que somete a los tención crítica del autor, que mantiene con- programas televisivos basados en simulacros sistentemente a lo largo de la obra. Lo que le de vidas colectivas, y al papel de las encuestas lleva, en ocasiones, a mostrarse categórico, en el marketing político. Respecto a los simula- como cuando sostiene que, en la sociedad per- cros televisivos de vidas colectivas, como es el suasora, «el individuo se encuentra siempre lo- caso del popular Gran Hermano, escribe: «Los calizado y no tiene escapatoria posible, puesto contenidos aparentes de estos programas son que el universo simbólico de los medios es una casi siempre exhibiciones de la intimidad en si- de las formas de la emanación de la jaula de tuaciones límite (como encierros, vida salvaje o hierro, del cerco burocrático sobre la libertad, aislamiento social)... Lo verdaderamente ínti- del que trató Max Weber. Nuestras necesida- mo, es decir, el conjunto de pensamientos y des y deseos giran alrededor de un centro, sentimientos que cada uno guarda en su inte- considerado como la red controladora de los rior, se sustituye por la exhibición de pseudo- contenidos de la comunicación de masas...»; si rrelaciones humanas, siempre forzadas. De 261 RECENSIONES 18/7/06 09:28 Página 262 CRÍTICA DE LIBROS aquí que cuando terminamos de ver el progra- pulación del alma», nos sorprende con la pa- ma sigamos decepcionados, tanto respecto al radoja de que «la falta de retórica es una for- mundo como “parece ser” como respecto a los ma de retórica». Por tanto, no es de extrañar medios, por su limitado poder simulador». Y en que, al contrario de lo que supone Roiz, la lo tocante a las encuestas políticas, tan en seca y distante publicidad informativa venga boga en nuestros días, señala: «La encuesta a resultar el género de publicidad de mayor sirve para conocer y controlar las opiniones y potencia persuasora, ya que —de nuevo, con actitudes de los ciudadanos, pero al trasponer palabras de García Calvo— «uno de los mo- sus resultados a una campaña de marketing dos de hacer a la verdad fascinante puede resulta que el ciudadano se convierte en con- ser el solo hecho de decir la verdad». Con lo sumidor, concebido como aquel que puede, y que, una vez más, hace aparición la enigmá- debe, consumir programas, actuaciones y tica forma de actuar de la persuasión, a la marcas de partidos y de dirigentes políticos, que Miguel Roiz ha procurado dilucidar en su de la misma manera que suele seguir las di- libro. rectrices de los anuncios publicitarios...». Se esté de acuerdo o no con esta suerte de ana- José CASTILLO CASTILLO logías, el símil mercadotécnico tiene al menos la virtud de presentar al lector el mundo de la política desde un punto de vista diferente al acostumbrado, lo que puede servir de ayuda para desenmascarar toda postura insincera y desleal. Y termino, regresando al carácter elu- Will Kymlicka sivo de la persuasión social, con un último comentario acerca de la naturaleza de la publicidad y su influencia en el consumo de bienes. La política vernácula. Nacionalismo, multiculturalismo y ciudadanía Sobre este punto, Roiz hace en particular una afirmación que, analizada atentamente, resul- (Barcelona, Paidós, 2003) ta problemática: «Estoy convencido —escribe— de que si la publicidad fuera más informativa que seductora, no habría crecido tanto Este libro contiene dieciséis ensayos de distin- la industria mediática de los contenidos como ta procedencia, que se inscriben todos ellos en lo ha hecho. Y naturalmente, tampoco el poder el marco teórico presentado por el autor en su persuasor de los medios habría conseguido la libro Ciudadanía multicultural, publicado en influencia tan intensa y el alcance tan extenso 1995. Allí se proponía elaborar una justificación que tiene sobre la población». Pues es el caso liberal de los derechos de las minorías y pro- que la publicidad meramente informativa ya es porcionar principios para valorar la legitimidad en sí persuasora; al menos, a juicio de Agustín de las demandas de los grupos dentro de un García Calvo, quien, en un estupendo artículo marco democrático. Su objetivo era y es res- intitulado «De la cerveza, la poesía y la mani- ponder a la preocupación que suele producir 262