La normativa ambiental dictada por el Estado

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LA NORMATIVA AMBIENTAL DICTADA POR EL ESTADO EN EL AÑO 2004 101
LA NORMATIVA AMBIENTAL DICTADA
POR EL ESTADO EN EL AÑO 2004
Carmelo Urrutia Garro
Profesor de Derecho Administrativo UPV – EHU
I. PRESENTACIÓN
II. ORGANIZACIÓN ADMINISTRATIVA DEL MEDIO AMBIENTE
III. AGUAS
IV. COSTAS
V. ESPACIOS NATURALES PROTEGIDOS
VI. CONTAMINACIÓN ATMOSFERICA
VII. BIOTECNOLOGÍA
VIII. AGRICULTURA
IX. CONTAMINACIÓN NUCLEAR
I. PRESENTACIÓN
Ha de empezarse esta crónica señalándose la incidencia que ha tenido en el
marco de la política medioambiental estatal el cambio de Gobierno que ha tenido
lugar en los primeros meses del año, que ha afectado en particular a algunos sectores tan relevantes como es el del Agua, además de suponer también una modificación en el plano orgánico, marcado esencialmente por la nueva estructuración
del Ministerio de Medio Ambiente.
También cabe destacar por su profusión la aprobación de diversas normas sobre
contaminación atmosférica, dictada para dar cumplimiento a las exigencias
impuestas por la legislación normas de la unión Europea, normativa nacional de
entre las que destacan en particular la regulación del régimen de comercio de los
derechos de emisión de gases de efecto invernadero así como la aprobación del
Plan Nacional de Asignación de derechos de emisión.
Se incluye además las reseñas de todas las normas dictadas en el sector medioambiental así como las de algunas que, sin tener como objeto directo la regulación
este ámbito mismo, si regulan actividades que presentan una incidencia sobre el
mismo.
II. ORGANIZACIÓN ADMINISTRATIVA DEL MEDIO AMBIENTE
Son diversas las modificaciones que ha experimentado este Ministerio principalmente por efecto del cambio de gobierno que tuvo lugar en el mes de Marzo, lo
que ha supuesto por tanto una nueva estructura orgánica además de un cambio en
el nombramiento de sus órganos directivos. Ello no obstante, hay que reseñar previamente las modificaciones que de tal Departamento se llevaron a cabo con anterioridad, como son las que tuvieron tuvo lugar por medio del Real Decreto 181/
2004, de 30 de Enero, publicado en el BOE nº 27, de 31 de Enero de 2004, por el
cual se reorganizan las estructuras de la Dirección General del Instituto Nacional
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de Meteorología y en el que se procedió a reordenar las Subdirecciones incluidas
en ésta.
La posterior aprobación del Real Decreto 562/2004, de 19 de Abril, una vez que
tuvo lugar el señalado cambio de Gobierno, fija las estructuras orgánicas de los departamentos ministeriales y establece en su articulo 15 las que corresponden al Ministerio
de Medio Ambiente, que son objeto de desarrollo detallado por el Real Decreto
1477/ 2004, de 18 de Junio, publicado en el BOE n º 148, de 19 de Junio de 2004.
Tal norma estructura el Departamento en una Subsecretaría de Medio
Ambiente, en una Secretaría General para el Territorio y la Biodiversidad, con
rango de subsecretaría, y una Secretaría General para la Prevención de la
Contaminación y del Cambio Climático, con rango igualmente de subsecretaria.
Todas ellas tiene la consideración de órganos directivos.
De la Secretaría General para el Territorio y la Biodiversidad dependen las
Direcciones Generales para la Biodiversidad, de Aguas y la de Costas. Se le adscribe además el Organismo Autónomo Parques Nacionales y se le asigna la dependencia funcional de los centros de formación y sensibilización ambiental. En particular a la Dirección de Aguas se le asignan las Confederaciones Hidrográficas, la
Mancomunidad de los Canales de Taibilla y el Parque de Maquinaria.
De la Secretaría General para la Prevención de la Contaminación y del Cambio
Climático dependen las Direcciones Generales de Calidad y Evaluación Ambiental,
el Instituto Nacional de Meteorología, que sigue manteniendo la configuración de
Dirección General, y con el mismo rango la Oficina Española del Cambio
Climático. Por ultimo cabe reseñar que se adscribe funcionalmente a este
Ministerio en el ámbito que afecta a sus competencias el Centro de Estudios y
Experimentación de Obras Publicas (CEDEX), sin perjuicio de la dependencia
orgánica de este respecto del Ministerio de Fomento.
También es oportuno citar aquí el Real Decreto 1194/2004, de 14 de Mayo,
publicado en el BOE n º 120 de 14 de Mayo, por el que se ha procedido a reorganizar las Comisiones Delegadas del Gobierno. De entre las cuatro creadas Situaciones de Crisis, Política Autonómica, Asuntos Económicos, Asuntos de
Investigación Científica y Desarrollo e Investigación Tecnológica - hay que señalar
la participación del Ministerio de Medio Ambiente estas dos ultimas.
En tercer lugar hay que reseñar también en este apartado la creación de la
Comisión de Coordinación de Política de Cambio Climático, por el Real DecretoLey 5/ 2004, de 27 de Agosto, publicado en el BOE n208, de 28 de Agosto, por el
que se regula el régimen de comercio de derechos de emisión de gases de efecto
invernadero (reseñado en el apartado correspondiente), con el objeto de coordinar las políticas de la Administración del Estado y las de las Comunidades
Autónomas y procurar la colaboración entre ellas a efectos de aplicar el régimen de
comercio de derechos de emisión y el cumplimiento de las obligaciones internacionales y comunitarias de información exigido por aquél.
Está presidida por el Secretario General para la Prevención de la Contaminación
y del Cambio Climático e integrado por diversos vocales en representación de cada
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uno de los Departamentos de la Administración del Estado, uno por cada
Comunidad Autónoma, uno por cada una de las ciudades autónomas de Ceuta y
Melilla, y uno en representación de las Entidades Locales, designado por la asociación de ámbito estatal con mayor implantación.
Esta misma norma prevé la creación de otro órgano como es una Comisión
Interministerial que asume las funciones de Autoridad Nacional a la que se le asigna diversas funciones referida a las obligaciones asumidas por la firma del
Protocolo de Kyoto, entre otras la actuación como órgano de relación con respecto a las Autoridades Nacionales designadas por otros países para la promoción de
proyectos de desarrollo limpio y aplicación conjunta. Se le atribuye también la
competencia para suscribir convenios de colaboración con las Comunidades
Autónomas para fomentar y facilitar el desarrollo de los mecanismos basados en
proyectos del protocolo de Kyoto o la Convención Marco de Naciones Unidas sobre
Cambio Climático.
En otro ámbito, debe mencionarse la regulación de la Comisión Nacional de
Bioseguridad realizada en el Capitulo II del Titulo I del Real Decreto 178/ 2004, de
30 de Enero, publicado en el BOE n º 27, de 31 de Enero, que aprueba el
Reglamento general para la ejecución y desarrollo de la Ley 9/2003, de 25 de Abril,
reguladora del régimen jurídico de la utilización confinada, liberación voluntaria y
comercialización de organismos modificados genéticamente.
Prevista en el artículo 13 de esta última norma, se configura como órgano colegiado de carácter consultivo de la Administración del Estado y de las Comunidades
Autónomas. Está presidida por un funcionario representante de la Administración
del Estado e integrada por diversos vocales en representación de los
Departamentos ministeriales de esta, de las Comunidades Autónomas y representantes de instituciones científicas. Sus funciones son esencialmente de carácter asesor y consultivo destacando en particular la competencia para emitir informes preceptivos en los procedimientos de otorgamiento de autorizaciones que hayan de
otorgarse en esta materia. Se recogen además previsiones sobre su funcionamiento
interno entre las que se incluye el funcionamiento mediante grupos de trabajo y
grupos de expertos, destacando en particular la obligación impuesta a sus miembros de canalizar toda la información que posean a través de su Presidente para su
conocimiento exterior absteniéndose de cualquier manifestación o comunicación
o declaración.
Igualmente se regula en el mismo Capítulo II del Título I de esta norma el
Consejo Interministerial de Organismos Modificados Genéticamente, compuesto
íntegramente por representantes de los Departamentos ministeriales de la
Administración del Estado, pues es un órgano propia de ésta, previéndose al respecto el régimen de intervención de cada uno de ellos según sea la competencia
ejercida por este Consejo y en particular según sea el tipo de autorización que en
cada caso se haya de otorgar.
En el marco de la actividad agraria y sus implicaciones medioambientales hay que
citar la creación por medio del Real Decreto 172/2004, de 30 de Enero, publicado
en el BOE n º 37 de 12 de Febrero, que modifica el Real Decreto 708/2002, de 19
de Julio, que establece el Programa de Desarrollo Rural para medidas de acompa-
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ñamiento de Política Agraria Común, de un órgano denominado Comité de
Seguimiento de las medidas de acompañamiento, cuya competencia es el realizar
el seguimiento y evaluación de las medidas de acompañamiento de la Política
Agraria Común en vistas a la determinación de los porcentajes de financiación
comunitaria de las ayudas a las medidas agroambientales y las indemnizaciones
compensatorias en zonas desfavorecidas, así como a las ayudas para el cese anticipado en la actividad agraria y forestal de tierras agrícolas. Su composición incluye
un Presidente y un Vicepresidente, representantes ambos de la Administración del
Estado, y varios vocales también nombrados entre miembros de Departamentos
Ministeriales - Agricultura y Medio Ambiente - pudiendo participar también como
vocales representantes de las Comunidad Autónomas que lo deseen o incluso
representantes de las organizaciones agrarias mas representativas, actuando con
voz pero sin voto.
Por lo que se refiere a la competencia orgánica en materia de Costas, por medio
del Real Decreto 2182/2004, de 12 de Noviembre, publicado en el BOE n º 27 de
16 de Noviembre, se ha creado el Centro para la Prevención y Lucha contra la
Contaminación Marítima y del Litoral que, bajo la configuración de una Dirección
General, se encuadra en el Ministerio de la Presidencia encomendándole la función de coordinar las actuaciones de la Administración del Estado y la colaboración
con las Comunidades Autónomas y entidades locales en materia de prevención y
lucha contra la contaminación derivada del trafico marítimo.
Ello supone la supresión de los órganos creados para hacer frente a las necesidades provocadas por la catástrofe del buque “Prestige”, que se mantienen de
manera transitoria hasta que finalice el proceso de pago de las compensaciones
económicas e indemnizaciones. En tal sentido quedan derogados el Real Decreto
1/2003, de 3 de Enero, (modificado por el Real Decreto 1341/ 2003, de 24 de
enero) por el que se crea el Comisionado para las actuaciones derivadas de la catástrofe del buque “Prestige”, el Real Decreto 101/ 2003, de 24 de Enero por el que
se crean los Comisionados de los Ministerios de Fomento, Medio Ambiente y el
Coordinador del Ministerio de Defensa para las actuaciones de los respectivos
Departamentos y el Real Decreto 1220/ 2002, de 22 de Noviembre (modificado por
el Real Decreto 4/ 2003, de 3 de enero, y por el Real Decreto 102/ 2003, de 24 de
enero) por el que se crea la Comisión Interministerial para el seguimiento de los
daños ocasionados por el buque “Prestige”. Las funciones desempeñadas por estos
órganos pasan a ser ejercidas por el Centro para la Prevención y Lucha contra la
Contaminación Marítima y del Litoral, salvo aquellas relacionadas con los acuerdos
transaccionales con particulares, las convenciones de colaboración con las
Comunidades Autónomas y corporaciones locales y los expedientes de compensación de determinadas perdidas económicas, que se atribuyen al Ministerio de
Economía y Hacienda.
En el mismo Real Decreto se crea como un órgano colegiado de la
Administración del Estado la denominada Comisión Ejecutiva para la Prevención y
Lucha contra la Contaminación Marítima y del Litoral. Su composición incluye
representantes de los Departamentos ministeriales - Defensa, Fomento, Medio
Ambiente, Interior - así como del Ente “Puertos del Estado”, pudiendo participar
los Delegados del Gobierno en las Comunidades Autónomas e incluso representantes de éstas.
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Sobre tal presupuesto sus funciones son de coordinación de la actividad de los
órganos citados y en su caso con las Comunidades Autónomas en la prevención y
lucha contra la contaminación marítima y del litoral.
III. AGUAS
El cambio de gobierno acaecido tras las últimas elecciones generales ha tenido
una incidencia directa en la política de aguas que se ha plasmado en la modificación por el Real Decreto-Ley 2/2004, de 28 de junio, - publicado en el BOE n º 148,
de 19 de Junio -, de la Ley 10/2001, de 5 de Julio, por la que se aprobó el Plan
Hidrológico Nacional.
Dictado bajo el presupuesto de la urgente y extraordinaria necesidad, como en
el Preámbulo de tal norma se explica son las deficiencias relativas a aspectos tales
como los erróneos cálculos sobre su dimensión económica, las repercusiones
ambientales y los aspectos técnicos las circunstancias que justifican esta modificación que afecta profundamente al Plan Hidrológico Nacional.
Así, estas nuevas medidas derogan los preceptos contenidos en el Capitulo III del
Titulo I de la Ley que regulan el trasvase de aguas entre el Bajo Ebro y las cuencas
hidrológicas internas de Cataluña, del Júcar, del Segura y del Sur, y suponen la
aprobación por contra de proyectos urgentes que pueden contribuir a la mejora de
los recursos para las cuencas con déficit o con problemas de sobreexplotación y
contaminación de acuíferos.
Sobre estos presupuestos, este Real Decreto-Ley 2/2004, que ha sido convalidado
por Resolución de 29 de Junio de 2004, determina en primer lugar la modificación
del articulo 36 cuyo apartado 5 recibe una nueva redacción conforme a la cual se
declaran de interés general las obras incluidas en los Anexos II y III, aplicándose
los efectos previstos en la Ley de Aguas sobre la declaración implícita de utilidad
publica. De estos dos Anexos citados, el señalado con el ordinal III es nuevo, y en
él se recogen “Nuevas actuaciones de interés general” referidas a las Cuencas
Hidrográficas del Sur, del Segura, del Júcar, y las Cuencas Internas de Cataluña;
además se crea un nuevo Anexo IV, donde se recogen las actuaciones que tienen el
carácter de prioritarias y urgentes referidas a las Cuencas Hidrográficas del Sur, del
Segura, del Júcar, del Ebro y las Cuencas Internas de Cataluña.
En segundo lugar ha de mencionarse la aprobación del Real Decreto
2129/2004, de 29 de octubre, publicado en el BOE nº 268, de 6 de Noviembre, que
modifica el Real Decreto 650/1987, de 8 de Mayo, por el que se definen los ámbitos territoriales de los organismos de cuenca y de los planes hidrológicos.
Por decisión del Decreto 301/1963, de 14 de febrero, que es objeto de derogación
por este nuevo Real Decreto, se incluyeron a Ceuta y Melilla dentro del ámbito de la
Confederación Hidrográfica del Sur, integración que no quedó afectada por el posterior Real Decreto 650/1987, de 8 de Mayo que en aplicación de la Ley de Agua definió los ámbitos territoriales de los organismos de cuenca y de los planes hidrológicos.
El traspaso de competencias sobre la Confederación Hidrográfica del Sur que se
realiza por el Estado a favor de la Comunidad Autónoma de Andalucía determina
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la necesidad de excluir a estas dos ciudades del ámbito de aplicación de una entidad que va a quedar bajo la competencia de otra Comunidad Autónoma, razón por
la cual se incluyen ahora en la Confederación Hidrográfica del Guadalquivir, la
cual sigue bajo la orbita de la Administración del Estado. Por tal razón se lleva a
cabo la modificación de este Real Decreto 650/1987, que a partir de ahora incluye
dentro del ámbito de la Confederación Hidrográfica del Guadalquivir a Ceuta y
Melilla.
Como consecuencia de ello se prevé la subrogación de derechos y obligaciones
así como la asunción de medios personales y materiales por parte de la
Confederación Hidrográfica del Guadalquivir; asimismo se prevé la incorporación
de representantes de Ceuta y Melilla a la Junta de Gobierno de tal Corporación y
al Consejo del Agua.
IV. COSTAS
Hay que reseñar en primer lugar, en el plano internacional, la publicación de las
Enmiendas al Convenio para la protección del Mar Mediterráneo contra la
Contaminación, hecho en Barcelona el 10 de Junio de 1995, que de acuerdo a las
mismas pasa a denominarse Convenio para la protección del Medio marino y de la
región costera del Mediterráneo.
Ya dentro de la legislación estatal dictada sobre Costas hay que mencionar la
aprobación del Real Decreto 253/2004, de 13 de Febrero, publicado en el BOE n
º 39, de 14 de Febrero, que establece medidas y prevención de lucha contra la contaminación en las operaciones de carga, descarga y manipulación de hidrocarburos
en el ámbito marítimo y portuario.
Se dicta en desarrollo de la Ley 27/1992, de 24 de Noviembre, de Puertos y
Marina Mercante, al amparo por tanto del articulo 149.1.20 CE – Marina Mercante
- y en concreto del articulo 6.1.f) que establece como competencia estatal la prevención de las contaminación marítima provocada por buques, plataformas fijas e
instalaciones que se encuentren en zonas en las que el Estado español ejerce derechos soberanos. Aún cuando se observa que no es una norma dictada al amparo del
titulo competencial “medio ambiente”, lo cierto es que su contenido claramente
medioambiental justifica el que se incluya en esta crónica.
Se recogen en este Real Decreto disposiciones de prevención contra tal contaminación cuando tenga su origen tanto en la carga y descarga y manipulación de
hidrocarburos como en las operaciones de suministro de combustible a buques.
Tales medidas son de obligado cumplimiento por las autoridades y empresas que
estén a cargo de cualquier instalación marítima - puertos, astilleros, plataformas
petrolíferas, desguaces de buques, instalaciones de recepción de residuos de hidrocarburos - donde se manipulen hidrocarburos a granel, incluidas las dedicadas al
suministro de combustible a buques con medios fijos o flotantes.
Entre las medidas que se incluyen al efecto se contempla la elaboración por los
sujetos obligados de un Plan interior de contingencias por contaminación marítima accidental, donde se han de recoger los medios de prevención y lucha contra la
contaminación previstos en cada terminal y punto de carga y descarga, siguiendo
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los criterios fijados en el Anexo I de este Real Decreto. El mismo ha de acompañarse de un Estudio de condiciones ambientales en el que ha de tenerse en consideración la influencia de las condiciones metereológicas y oceanográficas de la
zona, de acuerdo a los criterios recogidos en el Anexo II de la norma.
Se prevén además concretas especificaciones técnicas que han de incluirse en el
citado plan para terminales o puntos de carga o descarga de hidrocarburos que realicen sus operaciones en muelles o pantalanes fijos o flotantes así como otras particulares para terminales o puntos que posean campos de boyas o monoboyas de
carga.
En cuanto a la atribución de la competencia para la aprobación de los Planes y
los estudios correspondientes, ello depende del lugar de ubicación de las instalaciones. Respecto de las enclavadas en el litoral, corresponde a la Comunidad
Autónoma su aprobación cuando sea competente por razón del territorio; las situadas mar adentro han de ser aprobadas por el Ministerio de Fomento, mientras que
las ubicadas dentro del ámbito portuario de ámbito estatal, corresponde a la
Autoridad portuaria su aprobación. En los tres casos se requiere el informe previo
de la Capitanía marítima correspondiente.
Con relación al suministro de combustible a granel a buques tanto en muelles
como fuera de estos - radas, bahías, fondeaderos -, se impone a las empresas que
realicen tal actividad la obligación de disponer de equipos de contención y recogida, adecuadas a las características del suministro que realicen. Ello ha de quedar
recogido en una Memoria donde se ha de incluir además una propuesta de los
medios de prevención y los sistemas de respuesta ante un posible derrame, todo
ello de acuerdo a los planes interiores de continencia. La competencia para su
aprobación es de la Capitanía correspondiente, salvo que el suministro se realice
en muelle, siendo entonces responsabilidad de la autoridad portuaria.
Estas exigencias se reducen cuando se trata de suministro mediante aparatos surtidores situados en muelles, las cuales también han de ser recogidas en una memoria cuya aprobación es competencia de la autoridad portuaria competente mediando el informe previo de la Capitanía. Por último se recoge el correspondiente apartado donde se establece el régimen sancionador donde se limita a establecer en realidad las normas de aplicación a las infracciones cometidas por incumplimiento de
las previsiones de este Real Decreto.
Por último, se considera pertinente reseñar en este apartado, aunque no tiene
como objeto medidas de naturaleza medioambiental, citar la aprobación del Real
Decreto-Ley 4/ 2004, de 2 de julio (BOE n º 160, de 3 de julio) por el que se adoptan determinadas medidas relacionadas con los daños ocasionados por el accidente del buque “Prestige”. En el mismo se modifican algunas de las medidas contempladas en el anterior Real Decreto-Ley 4/ 2003, de 20 de Junio - en sus artículos 2º
y 7º, que son ahora derogados - referidas a las condiciones y requisitos de financiación y pagos de las indemnizaciones derivadas de los acuerdos transaccionales y
convenios de colaboración; en concreto se suprimen los limites monetarios establecidos en éste, y se atribuye al Instituto de Crédito Oficial la competencia para
realizar los pagos y el establecimiento de compensaciones de las perdidas económicas en la actividad pesquera y marisquera.
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V. ESPACIOS NATURALES PROTEGIDOS
Dentro de este apartado hay que citar la aprobación del Real Decreto 435/ 2004,
de 12 de Marzo, norma que publicada en el BOE nº 73, de 25 de Marzo, viene a dar
cumplimiento a la previsión recogida en el articulo 25 de la Ley 4/1989, de 27 de
Marzo de Conservación de los Espacios Naturales y de la Flora y Fauna Silvestre que
prevé la realización de un inventario nacional de zonas húmedas. Se dicta en tal
sentido en el ejercicio de la competencia estatal sobre la legislación básica de
Medio Ambiente prevista en el articulo 149.1.23 CE.
La finalidad de tal instrumento es conocer su evolución e indica, en su caso, las
medidas de protección que hayan de incluirse en los Planes Hidrológicos de
Cuenca. Su elaboración y mantenimiento es competencia del Ministerio de Medio
Ambiente.
Ha de ser por medio de una resolución motivada dictada por este órgano estatal,
mediando propuesta previa de la Comunidad Autónoma, que han de incluirse en
el Inventario de zonas húmedas los espacios que reúnan las características fijadas
en el Anexo I, conforme a la clasificación que en este se incluye (Humedales costeras, Humedales interiores, Humedales artificiales o modificados y Otros casos) y
aquellos otros que tengan expresamente atribuida tal condición de zona húmeda
en virtud de una norma especifica de protección; tal inscripción ha de recoger además los datos mínimos que se fijan en el Anexo II, que han de ser aportados por la
Comunidad Autónoma. Será necesaria además la notificación previa al organismo
de cuenca para que éste informe y en el caso de humedales costeros, al órgano
competente estatal en materia de costas. Tales informes han de ser emitidos en el
plazo de dos meses desde la notificación transcurridos los cuales sin que ello se
haya hecho efectivo ha de entenderse que la opinión de tales organismos es favorable a la inclusión. A su vez la Dirección General citada ha de poner en conocimiento de la Comisión Nacional de Protección de la Naturaleza las inscripciones
realizadas.
En cualquier caso esta inclusión no supone que se modifique el régimen de protección al que esté sometido pues la misma presenta únicamente efectos estadísticos y de utilidad para la investigación. Además tal inventario de libre acceso y consulta permanente por los particulares, que ha de hacerse efectiva de acuerdo a los
cauces contenidos en la normativa reguladora del derecho de acceso a la información en materia de medio ambiente.
VI. CONTAMINACIÓN ATMOSFÉRICA
Es en este ámbito de la contaminación atmosférica donde cabe apreciar una
mayor actividad normativa estatal pues son diversas las normas dictadas.
En primer lugar, en el plano internacional ha de hacerse referencia a la publicación en el BOE nº 251, de 18 de Octubre de 2004, del Instrumento de Adhesión de
España al Protocolo de 1997 hecho en Londres el 26 de Septiembre de 1997, que
enmienda el Convenio internacional para prevenir la contaminación atmosférica
ocasionada por los buques, 1973, que ya fue objeto de una primera modificación
por el Protocolo de 1978.
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También en este marco se ha ratificado por medio de Instrumento de 18 de Mayo
de 2004 del Convenio de Estocolmo sobre contaminantes orgánicos persistentes .
Ya en el plano de la legislación nacional ha de citarse en primer lugar la aprobación del Real Decreto 1796/2003, de 26 de Diciembre, que establece las normas
reguladoras del ozono en el aire ambiente, y que ha sido publicado en el BOE nº
11, de 13 de Enero de 2004.
Aun cuando esta norma se aprobó en el año 2003, su publicación en el Boletín
Oficial del siguiente año 2004 justifica el que se incluya en esta crónica.
Sobre la habilitación reglamentaria otorgada al Gobierno por la Ley 38/1972, de
22 de Diciembre, se dicta este Real Decreto para incorporar al Derecho Español el
contenido de la Directiva 2002/3/CE del Parlamento Europeo y del Consejo de 12
de Febrero de 2002, relativa al ozono en el aire ambiente, que establece el régimen
jurídico comunitario sobre el ozono troposférico presente en la baja atmósfera.
Supone por tanto la derogación del Real Decreto 1494/1995, de 8 de Septiembre,
sobre Contaminación Atmosférica por ozono. En consecuencia también se dicta al
amparo de la competencia estatal sobre legislación básica de medio ambiente además de la competencia en materia de sanidad, previstas respectivamente en los
apartados 23 y 16 del articulo 149.1 CE.
El objeto de esta regulación es el establecimiento de objetivos de calidad del aire
y regular su evaluación, mantenimiento y mejora en relación con el ozono troposférico y determinar además la información a la población y a la Comisión Europea
de los niveles ambientales de tal contaminante. A este respecto se establecen los
valores objetivos de las concentraciones que deben alcanzarse en un plazo inmediato - tres años o cinco a partir del 2010 - o a largo plazo, en el 2020, los cuales son
fijados en el Anexo I de la norma. Ello exige que las Comunidades Autónomas elaboren una lista de las zonas y aglomeraciones en las que los niveles evaluados de
ozono – determinados conforme a los criterios establecidos en la propia norma sean superiores a los establecidos con el objeto de adoptar los planes y programas
necesarios que permitan cumplir con los niveles máximos fijados, que deben coordinarse e integrarse con los planes y programas que contemplan otro tipo de contaminantes; ello no es óbice para que respecto de aquellas zonas y aglomeraciones
que cumplan los niveles se realicen actuaciones y apliquen medidas para preservar
y garantizar tal cumplimiento. En particular, cuando exista riesgo de superación del
umbral de alerta – es decir, la concentración de ozono que en una breve exposición
puede suponer un riesgo para la salud humana, según los parámetros determinados en el Anexo II -, deben elaborar planes de acción para evitar la superación de
aquél, planes que pueden incluir la suspensión de actividades causantes de las emisiones, incluidas la circulación de vehículos, la utilización de productos o el funcionamiento de instalaciones industriales.
Se contempla también la circunstancia de la presencia de concentraciones de
ozono que, proviniendo de otros países pueda afectar al Estado español o, en sentido contrario, que teniendo su origen en éste afecta a países limítrofes, es decir, la
contaminación transfronteriza. En el primero de los casos, una vez detectada tal
situación y habiéndolo comunicado así las Comunidades Autónoma afectadas, se
prevé que por el Ministerio de Asuntos Exteriores se realicen las necesarias gestiones para solucionarlo, entre las que se incluyen la realización de planes y progra-
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mas comunes; en el segundo de los casos citados, se prevé únicamente la necesaria
comunicación por el mismo Ministerio al Estado afectado.
En cuanto a la evaluación de los niveles de emisión, ha de realizarse de acuerdo
a los criterios establecidos en el Real Decreto sobre la base de un número mínimo
de puntos de muestreo para mediciones fijas (estaciones urbanas, suburbanas, rurales, y rurales remotas), determinadas según índices de población, previstas en los
Anexos V y VI respectivamente.
Por ultimo se regula en el Anexo III el régimen de informaciones detalladas y los
plazos de remisión en los que éstas deben facilitarse a la Administración del Estado
por las Comunidades Autónomas y las entidades locales, con el objeto de que aquélla las remita a la Comisión Europea. Todo se completa con la previsión de que el
incumplimiento de lo previsto en este Real Decreto ha de ser castigado conforme
a las prescripciones recogidas en la Ley 38/ 1972, de 22 de Diciembre, de protección del ambiente atmosférico y en la Ley 14/1 986, de 25 de Abril, de Sanidad.
En segundo lugar ha de reseñarse la aprobación del Real Decreto 430/2004, de
12 de Marzo, publicado en el BOE nº 69, de 20 de Marzo, por el que se establecen
nuevas normas sobre limitación de emisiones a la atmósfera de determinados
agentes contaminantes procedentes de grandes instalaciones de combustión, y se
fijan ciertas condiciones para el control de las emisiones a la atmósfera de las refinerías de petróleo. Esta norma viene a sustituir al Real Decreto 646/ 1991, de 22
de Abril, por el que se establecieron nuevas normas sobre limitación de emisiones
a la atmósfera de determinados agentes contaminantes procedentes de grandes
instalaciones de combustión, y se fijan ciertas condiciones para el control de los
limites de emisión de SO2 en la actividad del refino de petróleo, a la que deroga
expresamente.
La modificación está justificada pues el Real Decreto 646/ 1991 se dictó sobre la
base de la Directiva 88/609/CEE del Consejo, de 24 de Noviembre de 1988, que ha
sido derogada por la nueva Directiva 2001/81/CE, de 23 de octubre de 2001. Esta
Directiva, enmarcada en el V Programa de Acción Comunitaria en materia de
Medio Ambiente, establece valores limites de emisión de SO2, NO y partículas más
estrictos que su antecesora, fijando además criterios diferentes en cuanto a los
topes de emisión.
En particular contempla dos opciones que pueden asumir los Estados miembros:
por una parte el cumplimiento individual, ajustándose a los valores límites recogidos en su Anexo III a IV; por otra, el establecimiento de un Plan nacional de reducción de emisiones, con libertad de actuación para cada instalación individual. Esta
segunda opción es la que se hace efectiva en este Real Decreto 430/2004 que, como
se indica en el mismo tiene la consideración de legislación básica dictada al amparo del articulo 149.1.23 y 25 CE.
En particular el campo de aplicación de este reglamento es doble: por una parte
regula las emisiones a la atmósfera de dióxido de azufre, óxido de nitrógeno y partículas procedentes de grandes instalaciones de combustión; y por otra regula ciertas condiciones para el control de emisiones a la atmósfera de las refinerías de
petróleo.
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Respecto de las instalaciones de combustibles - definidas como cualquier dispositivo técnico en el que se oxiden productos combustibles a fin de utilizar el calor
así producido - se aplica a aquellas cuya potencia nominal sea igual o superior a 50
MW (megavatios térmicos), cualquiera que sea el tipo de combustible que utilicen
y se destinen a la producción de energía, excepto aquellas que usen de manera
directa los productos de combustión en procedimientos de fabricación.
Como se ha apuntado el instrumento para la reducción de emisiones es el Plan
nacional de reducción de emisiones, que ha de tener en consideración el conjunto de instalaciones existentes, y que debe ajustarse al cumplimiento de los topes de
emisión establecidos en los Anexos I (SO2) y II (NOX), sin perjuicio todo ello de
respetar a su vez las previsiones de la normativa sobre prevención y control integrado de la contaminación y las disposiciones sobre calidad del aire ambiente.
Pueden eximirse del cumplimiento de las previsiones del Plan aquellas instalaciones cuyo titular se comprometa a limitar su funcionamiento hasta un número máximo de horas (20.000), en el plazo comprendido entre 1/1/2008 y 31/12/2015, lo
cual ha de acreditarse documentalmente.
Con relación a las instalaciones ya existentes, y con el objeto de acomodarse al
régimen de emisiones establecidos en este Real Decreto, se prevé el establecimiento de programas de reducción de emisiones anuales totales conforme a los criterios
establecidos en los Anexos I y II de esta norma, programa que ha de incluir un
calendario y los procedimientos concretos, correspondiendo la competencia para
su elaboración al órgano titular de la competencia sustantiva. Tales topes de emisión pueden ser modificados cuando se produzca un cambio sustancial e inesperado de la demanda de energía, si ello da lugar a serias dificultades técnicas.
Los valores límites recogidos en los Anexos del Real Decreto han de ser tomados
en consideración en el otorgamiento de las autorizaciones de construcción o en su
caso de explotación, estableciéndose al respecto valores diferentes según sea el
momento de presentación de las solicitudes. Así, respecto a aquellas instalaciones
cuya solicitud de construcción o explotación se haya presentado antes de la fecha
de entrada en vigor de este Real Decreto, los limites de emisión son los establecidos en los apartados A de los Anexos III y IV respectivamente, siempre que empiecen a funcionar en el plazo de un año desde tal fecha; por contra, aquellas cuyas
solicitudes de construcción o explotación se presenten una vez vigente este Real
Decreto, han de adaptarse a los valores limites de emisión establecidos en los apartados B de los Anexos III y IV.
Para el caso particular de que el objeto de la autorización sean instalaciones equipadas con una caldera mixta - que admiten dos o mas tipos de combustible - se establecen criterios específicos de determinación de los valores limites de emisión.
Tanto unas como otras autorizaciones han de incluir las correspondientes previsiones y procedimientos aplicables a situaciones de mal funcionamiento o avería del
equipo de reducción, previéndose al respecto un régimen de excepciones al cumplimiento de los límites, así como de suspensión de las obligaciones de cumplimiento de los topes en situaciones excepcionales (grave penuria, interrupciones de
suministro, etc...). Además, las autorizaciones señaladas han de incluir la regulación
de las condiciones de expulsión de los gases residuales que en todo caso ha de rea-
112 Carmelo Urrutia Garro
lizarse de forma controlada por chimenea o una infraestructura similar que salvaguarde la salud humana y el medio ambiente. Toda esta regulación se completa con
las correspondientes previsiones de información entre Administraciones Publicas,
Estados miembros y a la Comisión Europea así como la previsión de actuaciones de
medición y evaluación de emisiones y valoración de resultados. En lo que respecta a
las Refinerías de petróleo, su regulación se contiene en el Decreto 833/1975, de 6
de Febrero, modificado por el posterior Real Decreto 646/ 1991, de 22 de Abril, que
a su vez fue modificado por el Real Decreto 1800/ 1995, de 3 de Noviembre, que
introdujo determinadas condiciones para el control de los limites de emisión SO2
en la actividad del refino. Este nuevo Real Decreto 430/2004. introduce a su vez nuevas modificaciones que consisten en el establecimiento de valores máximos de emisión de SO2 procedentes de la regeneración de catalizadores de las unidades de craqueo catalítico en lecho fluido (FCC) sin perjuicio de la aplicación de las previsiones contenidas en la Ley 16/2002, de 1 de Julio de Prevención y Control integrado
de la Contaminación. En cuanto a los niveles de emisión, se establece que las referencias recogidas en el Decreto 833/1975 a los mismos han de entenderse a partir
de ahora referidas a los fijados en este Real Decreto 430/2004.
Se fijan además los límites de rendimiento de las nuevas plantas de recuperación
de azufre que se instalen en las refinerías de petróleo a partir de la entrada en vigor
de este Real Decreto. Por último el cumplimiento de estas regulaciones se garantiza con el señalamiento del correspondiente régimen sancionador con remisión
especifica a las previsiones de la Ley 38/1972, de 22 de Diciembre, de Protección
del Ambiente Atmosférico y la Ley 16/2002, de Prevención y Control Integrado de
la Contaminación.
Igualmente en este apartado se recoge la reseña del Real Decreto-Ley 5/ 2004,
de 27 de Agosto, publicado en el BOE n208, de 28 de Agosto, que regula el régimen de comercio de derechos de emisión de gases de efecto invernadero.
En el marco del cumplimiento de los compromisos adquiridos en la Convención
Marco de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático y más concretamente por
la ratificación del Protocolo de Kyoto, la Unión Europea dictó la Directiva
2003/87/CE, del Parlamento Europeo y Consejo Europeo, de 13 de octubre de
2003 por la que se establece un régimen para el comercio de derechos de emisión
de gases de efecto invernadero en la Comunidad. Es la transposición de esta
Directiva el objeto de este Real Decreto-Ley 5/ 2004, de 27 de Agosto. El porqué
de la utilización de una norma de tal naturaleza, basada en los presupuestos de
extraordinaria y urgente necesidad, se justifica en su Preámbulo en donde se hace
referencia a la necesidad de cumplir el calendario de aplicación previsto en la
Directiva, el previo conocimiento por las empresas de las obligaciones a las que han
de quedar sujetas para tener en cuenta las inversiones que sean necesarias, así
como el acompasamiento con las adaptaciones realizadas en el resto de Estados
miembros, para que los agentes económicos españoles se encuentren en una situación de igualdad con respecto a sus competidores comunitarios. En tal sentido esta
norma - convalidada por Resolución de 16 de Septiembre de 2004.-, se dicta en el
ejercicio de la competencia sobre legislación básica en materia de Medio Ambiente
que el articulo 149.1.23 atribuye al Estado - excepto la Disposición Adicional
Segunda - así como al amparo de la competencia sobre bases y coordinación de la
planificación general de la actividad económica.
LA NORMATIVA AMBIENTAL DICTADA POR EL ESTADO EN EL AÑO 2004 113
En cuanto al ámbito de aplicación de la norma se extiende a las actividades y
gases incluidos en su Anexo I (Dióxido de carbono generado en Actividades energéticas, Producción y transformación de metales férreos, industrias minerales).
Para la coordinación de las políticas de cambio climático de la Administración del
Estado y las de las Comunidades Autónomas se crea la Comisión de Coordinación
de Políticas de Cambio Climático cuya reseña ya se ha realizado en el apartado
correspondiente de esta crónica.
Se establece en la norma el contenido mínimo que ha de incluirse tanto en las
solicitudes de autorización de emisión de gases de efecto invernadero exigidas a las
instalaciones en donde se desarrollen las señaladas actividades, como el de las autorizaciones que se hayan de otorgar por el órgano competente. Estas autorizaciones
pueden incluir dos o mas instalaciones ubicadas conjuntamente, entre las que exista una relación de índole técnica y pertenezcan al mismo titular. El plazo de otorgamiento es de tres meses previéndose que si el mismo transcurre sin contestación
expresa se entiende denegada por silencio negativo. Cualquier alteración que afecte a la instalación o el cambio de su titular ha de ser puesta de manifiesto al órgano competente que está habilitado para modificar la autorización original, de
acuerdo a los cambios introducidos. Esa autorización puede extinguirse por el cierre de la instalación, por su no puesta en funcionamiento, salvo causa justificada y
como consecuencia de la imposición de una sanción. Todas estas circunstancias otorgamiento, modificación, extinción - han de ser comunicadas al Registro
Nacional de Derechos de emisión.
Se admite igualmente la agrupación de instalaciones y la atribución conjunta de
derechos de emisión para todas ellas conjuntamente mediante una autorización
única. Ello exige que se cumplan diversos requisitos como son la identidad en cuanto a la actividad realizada por todas ellas, que todas ellas cuenten con autorización
de emisión de gases de efecto invernadero y que designen un administrador fiduciario, que es quien ha de asumir la gestión y representación en los procedimientos de transmisión de derechos y entrega de los mismos.
La determinación del número total de derechos de emisión se realiza por medio
del Plan Nacional de Asignación, un instrumento de vigencia temporal sucesiva - el
Primer Plan se extiende durante el periodo 1/1/2005 al 1/1/2008, y el Segundo y
sucesivos tienen una vigencia de 5 años -, donde se establece además el procedimiento de asignación. Tanto los criterios que se han de seguir para su elaboración
como los criterios que han de guiar la metodología de asignación individual de los
derechos se recogen detalladamente en este norma, previéndose al respecto que
han de tenerse en cuenta las alegaciones en los trámites de información pública y
consulta así como en las mesas de dialogo social que se prevé crear. Su aprobación
es competencia en todo caso del Gobierno del Estado por medio de un Real
Decreto, previa consulta igualmente a las Comunidades Autónomas. En el momento de elaboración del Plan ha de tenerse en cuenta además la necesaria reserva de
derechos para nuevos entrantes y los criterios de distribuir tales derechos.
La asignación individualizada de los derechos de emisión para el periodo de
vigencia del Plan exige la previa solicitud de los titulares de las instalaciones ante el
órgano competente de cada Comunidad Autónoma, que ha de remitirlo al
Ministerio de Medio Ambiente para que éste lo traslade al Consejo de Ministros,
114 Carmelo Urrutia Garro
quien será el competente para determinar mediante Resolución los derechos que
se asignan, jugando también aquí el silencio negativo por el transcurso de tres
meses sin resolución expresa. Esta asignación es gratuita para el periodo de vigencia del Primer Plan – salvo para la reserva de nuevos entrantes - y se rebaja en un
90 % para el Segundo.
En cuanto a la naturaleza jurídica de estos derechos, se configuran los mismos
como derechos subjetivos cuya titularidad originaria - incluidos los de las reservas
de nuevos entrantes- se atribuye a la Administración del Estado, que es por ello
competente para su enajenación, cancelación y asignación; es un derecho que una
vez obtenido puede ser transmitido y que tiene una vigencia que se corresponde
con la del Plan Nacional. Y es que la adquisición de estos derechos que no se reserva en exclusiva a los titulares de la actividad realizada, pues se permite su adquisición por personas físicas o jurídicas que no tengan tal condición
En cuanto al origen de estos derechos puede encontrarse tanto en el Plan nacional español, como en el Plan nacional de otro Estado miembro de la Unión
Europa, de otro tercer Estado que sea parte del protocolo de Kyoto o incluso de
una unidad de reducción de emisiones certificada. Conforme a ello la transmisión
puede tener lugar entre personas físicas o jurídicas de la Unión Europea o los terceros Estados mencionados, con base en su caso en un convenio internacional.
El proceso de atribución de los derechos que se prevé asignar se articula mediante una transferencia de una cuenta de haberes de la Administración del Estado, a
la que se asignan originariamente, a la cuenta de haberes de cada titular de la instalación o administrador fiduciario, o incluso un tercero no titular, mecanismo que
se aplica también a los derechos asignados a nuevos entrantes, una vez que la instalación, en este caso, se ha puesto en funcionamiento.
Para garantizar la contabilidad y publicidad de este tráfico de derechos se constituye el Registro nacional de derechos de emisión que, con carácter publico y adscrito al Ministerio de Medio Ambiente, ha de recoger todas las operaciones relativas a la titularidad, transmisión, transferencia, entrega, retirada y cancelación de
los derechos de emisión, así como la suspensión de la capacidad para trasmitir los
mismos.
Estas previsiones se completan además con el establecimiento de obligaciones de
información de las emisiones realizadas que ha de realizarse a través de un informe
verificado de acuerdo a los criterios que se recogen en el Anexo IV de esa norma y
que ha de realizarse por organismos acreditados. Los resultados y valoraciones positivos o negativo de tal informe, que han de realizarse por el órgano autonómico
competente, se han de hacer constar en el Registro Nacional de Derechos de
Emisión. En el caso de que el órgano autonómico no estime correctos los informes
aportados o estos no se hayan remitido, puede proceder a realizar la inscripción de
acuerdo a la estimación que realice aplicando los criterios recogidos en la autorización otorgada. En tales casos hasta que no se produzca la inscripción, no es posible la transmisión de derechos.
Todo este régimen se cierra con el establecimiento del correspondiente catálogo
de infracciones y sanciones que además de fijar los criterios de graduación de san-
LA NORMATIVA AMBIENTAL DICTADA POR EL ESTADO EN EL AÑO 2004 115
ciones y determinar la competencia para su imposición, recoge además una previsión sobre la adopción de medidas provisionales.
En desarrollo de las previsiones recogidas en la normativa anteriormente citada
se ha aprobado el Real Decreto 1866/2004, de 6 de Septiembre, publicado en el
BOE 216, de 7 de Septiembre, por el que se aprueba el Plan Nacional de
Asignación de derechos de emisión 2005-2007.
Este Plan encuentra su justificación en el mandato establecido en la Directiva
2003/78/CE del Parlamento Europeo y el Consejo, de 13 de Octubre de 2003, por
la que se establece un régimen para el comercio de derechos de emisión de gases
de efecto invernadero en la Comunidad, que modificó la Directiva 96/61/CE del
Consejo.
El artículo 9 de la primera de las normas comunitarias citadas establece la obligación de los Estados Miembros de elaborar un Plan de Asignación en el que se
determine la cantidad total de derechos de emisión que prevé asignar durante los
periodos contemplados en la misma así como el procedimiento de asignación.
Tales previsiones incluyen un primer periodo de tres años, que empieza a contar
desde el año 2005, uno siguiente de cinco años, a contar desde el año 2008, y los
periodos subsiguientes de cinco años.
Sobre tal base, el Plan que este Real Decreto aprueba tiene una vigencia que se
extiende al periodo comprendido entre los años 2005 y 2007 y se dicta al amparo de
las competencias estatales en materia de bases y coordinación de la planificación
general de la actividad económica y de legislación básica sobre Medio Ambiente, previstas respectivamente en los apartados 13 y 23 del articulo 149.1 CE. La elaboración
del mismo ha corrido a cargo del Grupo Interministerial del Cambio Climático.
En cuanto a su contenido, incluye un primer apartado en donde se recoge un
Cuadro Resumen de los pasos y temas claves en la elaboración del Plan (PNA), recogiéndose los Principios Básicos del Plan de Asignación. A continuación especifica en
su apartado Segundo la Cantidad Total de Derechos que se asignan. En tercer lugar
se establece el Reparto de derechos por actividades. En su apartado Quinto se recogen los Aspectos Técnicos. En el siguiente apartado Sexto se hace referencia a la
normativa comunitaria y en el Séptimo se establece el Procedimiento de
Información Pública. Se incluye por ultimo un listado de instalaciones que quedan
sometidas a su ámbito de aplicación en un Anexo A.
Además en el PNA se determina la metodología de asignación individual e incluye una reserva para nuevos entrantes así como la metodología para la asignación de
los derechos incluidos en la misma. Esta reserva se integra por todos los derechos
que se reservan por el Plan para las instalaciones cuya entrada en funcionamiento o
ampliación está prevista para el periodo de vigencia del plan y aquellos derechos ya
asignados pero no transferidos a la cuenta de haberes de los titulares de instalaciones cuya autorización de emisión se extinga por alguna de las causas legales.
También es oportuno señalar en esta sección la modificación introducida en La
Ley 16/2002, de 1 de Julio, de Prevención y Control integrado de la
Contaminación, por medio de citado Real Decreto-Ley 5/ 2004, de 27 de Agosto,
116 Carmelo Urrutia Garro
por el que se regula el régimen de comercio de derechos de emisión de gases de
efecto invernadero. En concreto se ha añadido un apartado 2 a su artículo 22 estableciéndose en el mismo que en el caso de instalaciones sujetas al Real Decreto-Ley
5/ 2004, de 27 de Agosto, por el que se regula el régimen de comercio de derechos
de emisión de gases de efecto invernadero, la autorización no ha de incluir valores
límites para las emisiones limites de tales gases, a menos que sea necesario para
garantizar que no se provoque contaminación local significativa.
Se especifica sin embargo que ello no se aplica a las instalaciones excluidas temporalmente del régimen de comercio de derechos de emisión de gases de efecto
invernadero, de acuerdo a lo que se dispone en la disposición transitoria cuarta del
citado Real Decreto-Ley 5/ 2004.
El contenido de esta autorización puede incorporarse a la autorización ambiental integrada regulada en la propia Ley 16/2002, de 1 de Julio, según las condiciones que al respecto establezcan las Comunidades Autónomas.
Por último, se considera pertinente citar en esta crónica dos normas que afectan
a la protección del Medio Ambiente aunque no sea éste el objeto principal de su
regulación.
Así en primer lugar el Real Decreto 2127/2004, de 29 de Octubre, publicado en
el BOE n º 262, de 30 de Octubre, por el que se regulan los requisitos de seguridad
de las embarcaciones de recreo, de las motos náuticas, de sus componentes, y de las
emisiones de escape y sonoras de sus motores. Si bien es cierto que esta norma se
dicta a propuesta del Ministerio de Fomento y que su objeto original es el desarrollo de la normativa comunitaria dictada para armonizar las legislaciones nacionales
a efectos de eliminar los obstáculos al comercio y condiciones desiguales de competencia en el mercado interior, en el Preámbulo del mismo se hace referencia a la
necesidad de integrar determinados requisitos en materia de protección del medio
ambiente en aras a fomentar un desarrollo sostenible, y en particular garantizar la
protección del medio ambiente marino, pues regula los requisitos básicos de construcción y las emisiones de escape y emisiones sonoras producidos por las embarcaciones de recreo y motos náuticas.
En segundo lugar el Real Decreto 122/2004, de 23 de Enero, publicado en el
BOE n21, de 24 de Enero, por el que se modifica el Real Decreto 957/2002, de 13
de Septiembre, que regula las Inspecciones Técnicas de Vehículos industriales que
circulan por territorio español, en tanto que en el mismo se procede a la revisión
de los limites de emisión aplicables en las inspecciones técnicas de vehículos industriales y se fijan las condiciones específicas para las emisiones de gases de escape
para cada tipo de motor (diesel o gasolina).
VII. BIOTECNOLOGÍA
Con el objeto de desarrollar la Ley 9/2003, de 25 de Abril, de la utilización confinada, liberación voluntaria y comercialización de organismos modificados genéticamente, se ha dictado el Real Decreto 178/2004, de 30 de Enero, por el que se
aprueba el Reglamento general para su ejecución, que ha sido publicado en el BOE
n º 27, de 31 de Enero.
LA NORMATIVA AMBIENTAL DICTADA POR EL ESTADO EN EL AÑO 2004 117
Este Real Decreto, que tiene carácter de legislación básica dictada en desarrollo
de la competencia estatal en materia de medio ambiente - 149.1.23 CE – y sanidad
- 149.1.16 CE - (excluidos los artículos 1, 5, 6, 7, 8, 9.2º párrafo, 24.2. y 3, 25.5 y 6
donde se regulan los órganos de la Administración del Estado), se estructura como
una norma de artículo único en virtud del cual se aprueba el Reglamento, y diversas Disposiciones Adicionales, Finales y una Derogatoria Unica, en la que se deroga el Real Decreto 951/1997, de 20 de Junio que, dictado para el desarrollo de la
extinta Ley 15/1994, de 3 de Junio, - derogada por la Ley 9/2003 -, aun permanecía vigente.
En el Reglamento, tras definirse el objeto y ámbito de aplicación y establecerse
las definiciones de los conceptos que en ella se usan, se regula en el Titulo II la utilización confinada, la liberación voluntaria con fines distintos a su comercialización
de organismos modificados genéticamente.
Con respecto a la utilización confinada establece en primer lugar la clasificación
y regula con detalle los requisitos que se han de cumplir para poder realizar esta
actividad; igualmente se detallan el procedimiento que se ha de seguir tanto para
la comunicación previa a la Administración como para obtener la autorización,
exigibles estas últimas cuando la actividad suponga un riesgo moderado o alto, y
más en concreto el contenido de esta autorización así como el plazo de su otorgamiento y notificación. También se especifican detalladamente el contenido de los
Planes de Emergencia para aquellos supuestos en los que se presenten fallos en las
medidas de confinamiento que supongan un riesgo grave para la salud humana y
el medio ambiente, cuya elaboración corresponde a las Comunidades Autónomas,
así como las obligaciones de información y medidas que hayan de adoptarse en
caso de accidente, las cuales se han de poner de manifiesto ante la Administración
del Estado para que ésta a su vez las remita a la Comisión Europea.
En lo relativo a la liberación voluntaria de organismos modificados genéticamente con fines distintos a su comercialización, tras fijarse igualmente su concepto y ámbito de aplicación, se regula detalladamente el procedimiento de otorgamiento de la autorización correspondiente, regulación que se extiende al contenido de las solicitudes que se hayan de presentar, la presentación en sí ante el órgano competente, la gestión y tramitación interna - que puede incluir la consulta a
expertos y en todo caso un trámite de información publica con un plazo de 30 días
-, así como el informe previo y preceptivo de la Comisión Nacional de
Bioseguridad.
Este procedimiento culmina con una resolución que ha de ser expresa en todo
caso y notificada, que puede prever en su caso la imposición de condiciones para
el ejercicio de la actividad permitida. De todas las resoluciones que se dicten en esta
materia ha de informarse a la Comisión Europea, cualquiera que sea el sentido de
la misma, explicándose en caso denegatorio las razones de ello. A su vez, obtenida
la autorización, el titular de la misma debe informar al órgano competente del
resultado de la liberación voluntaria realizada. Este procedimiento general encuentra como alternativa un procedimiento simplificado en virtud del cual basta una
única autorización para el caso particular de que se efectúen varias liberaciones
voluntarias de vegetales modificados genéticamente a partir de una misma planta
receptora.
118 Carmelo Urrutia Garro
En tercer lugar, con respecto a la comercialización de organismos modificados
genéticamente como productos o componentes de los productos, tras recogerse el
concepto y ámbito de aplicación, se regula también el procedimiento de otorgamiento de las solicitudes detallándose los requisitos exigidos en cuanto al contenido de la solicitud, la presentación de la misma, el procedimiento de su otorgamiento así como el contenido de ésta, incluyéndose también una regulación de su
plazo de vigencia, renovación en su caso y seguimiento.
Con respecto al contenido de la solicitud se prevé que se propongan por la
Administración el Estado o la Comisión Europea criterios y requisitos de información que sirvan de orientación a la hora de presentar las solicitudes. Se especifica
también detalladamente el procedimiento de tramitación de la solicitud presentada, tanto cuando esta presentación tenga lugar ante las autoridades españolas
como cuando se realice en otro estado miembro de la Unión Europea. En todo
caso ha de intervenir el Consejo Interministerial de organismos modificados, bien
sea realizando el Informe de Evaluación en el primer caso - estableciéndose el plazo
de tres meses para su emisión desde la presentación de la solicitud - o bien examinando aquellos Informes realizados por los organismos nacionales correspondientes en el segundo caso, a efectos de exigir ampliación de información y presentar
observaciones. En todo caso el Informe de Evaluación que realice, sea positivo o
negativo, ha de ponerse en conocimiento de la Comisión Europea y los demás
Estados miembros para que estos a su vez presenten observaciones.
En cuanto a la autorización en sí - que ha de otorgarse por escrito y ha de incluir
un plan de seguimiento, de acuerdo a las previsiones recogidas en la Ley 9/2003,
de 25 de Abril -, tiene una duración de diez años siendo susceptible de renovación,
lo cual a su vez es objeto también de un específico procedimiento detallado en este
Real Decreto que es semejante al anteriormente referido.
Este seguimiento incluye la presentación de informes que acrediten el cumplimiento de las condiciones establecidas en la autorización y puede dar lugar a la
adaptación del plan.
Se regula también la denominada “trazabilidad”, que no es más que el seguimiento del rastro de los organismos modificados y los productos elaborados a partir de los mismos a lo largo de las cadenas de producción y distribución regulándose la información que por escrito han de aportarse por los operadores que realicen tales actividades y los requisitos de custodia de tales datos, así como los de etiquetado e información al consumidor. Además del régimen particular de cada una
de las actividades reguladas, éstas se someten a unas normas comunes que incluyen
la exigencia de presentación de informaciones adicionales cuando aparezcan nuevos datos sobre riesgos para la salud o el medio ambiente que puedan afectar a las
actividades autorizadas así como en aquellos casos en los que tales riesgos puedan
provenir de la modificación de tales actividades; también se someten todas ellas a
obligaciones de información tanto al público – con una referencia especifica al etiquetado, como a la Comisión Europea, y dentro del marco establecido por la normativa sobre los derechos de propiedad intelectual y la libertad de acceso a la información en materia de medio ambiente. Se especifica además que en todos los procedimientos regulados, la ausencia de una resolución expresa significa su desestimación por aplicación del mecanismo del silencio administrativo.
LA NORMATIVA AMBIENTAL DICTADA POR EL ESTADO EN EL AÑO 2004 119
Esta regulación se completa con el establecimiento del sistema de vigilancia y
control que prevé el régimen de inspección que han de realizar los agentes de la
autoridad, y el catálogo de infracciones y sanciones, que se complementan con
medidas cautelares, medidas provisionales y obligaciones de reposición.
Por ultimo debe reseñarse que la Disposición Adicional Primera del Real Decreto
procede a crear el Registro Central de organismos modificados genéticamente en
cumplimiento de la previsión contenida en la Disposición Adicional Tercera de la
citada Ley, registro que es único para todo el Estado y tiene su sede en la capital.
Los datos que consten en el mismo han de ser tratados informáticamente y están a
disposición del publico, regulándose ello por la normativa sobre derecho de acceso a la información en materia de Medio Ambiente, con los límites referidos al
derecho a la intimidad y al secreto comercial e industrial.
VIII. AGRICULTURA
Incluimos en este apartado una referencia al Real Decreto 172/2004, de 30 de
Enero, anteriormente citado, que modifica el Real Decreto 708/2002, de 19 de
Julio, que estableció el Programa de Desarrollo Rural para medidas de acompañamiento de Política Agraria Común pues si bien su objeto es la regulación del
Programa de desarrollo rural relacionados con la Política Agraria Común, lo cierto es que en el mismo se le atribuye la naturaleza de bases estatales en materia de
medio ambiente. Las modificaciones que esta norma introduce se refieren a la
determinación de los porcentajes de financiación comunitaria de las ayudas a las
medidas agroambientales y las indemnizaciones compensatorias en zonas desfavorecidas así como a las ayudas para el cese anticipado en la actividad agraria y forestal de tierras agrícolas. Igualmente incluye una previsión de creación de un órgano
denominado Comité de Seguimiento de las medidas de acompañamiento, cuya
reseña se hace en el apartado correspondiente de este crónica; por ultimo se establece un nuevo Anexo II en sustitución del anterior.
IX. CONTAMINACIÓN NUCLEAR
En último lugar hacer una referencia a la aprobación del Real Decreto
1546/2004, de 25 de Junio, publicado en el BOE nº 169, de 14 de Julio, por el que
se aprueba el Plan Básico de Emergencia Nuclear pues aun cuando no se dicta en
ejercicio de competencia medioambiental alguna, en la medida en que las actividades nucleares y radiológicas tienen una evidente incidencia en este ámbito, se
considera conveniente dejar cuando menos constancia en esta crónica de la aprobación de tal instrumento de protección nuclear.
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