Liderazgo y represión en el seno de la aristocracia femenina azteca

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LIDERAZGO Y REPRESION EN EL SENO
DE LA ARISTOCRACIA FEMENINA AZTECA
Alicia Eguiluz de Antuñano*
Presentación
El objetivo fundamental de este artículo, es presentar un planteamiento inicial con respecto al
problema del liderazgo y la represión, en el seno de la aristocracia azteca.
El punto central de mi argumentación es que, la aristocracia masculina llegó a reconocer en la
mujer su papel esencial en la estabilidad de la familia y, por tanto, su derecho a participar en
los negocios del Estado en condiciones igualitarias al lado de él. Empero, el hombre inhibió
toda posibilidad de que la mujer tomara posiciones de mando, este control se extendió, desde
luego, a toda la sociedad. La mitología fue uno de los vehículos más efectivos a través de los
cuales se ejerció ese tipo de control.
La rigidez del Estado se explica, en parte, por la evolución de una aristocracia sectaria
fuertemente orientada hacia los valores masculinos así como militares; pudo lograr la
estabilidad del Estado, por una parte, a base de la división de la sociedad en castas y, por otra,
al generar una mitología oficial que se desdobló en varias corrientes de pensamiento. Una de
ellas, solamente buscó la dominación a través de la marginación del elemento femenino; la
otra, se orientó en el sentido de su supresión, en ciertas circunstancias.
Dentro de este marco ideológico, el varón fue tratado de manera similar. El hombre habitó bajo
el mismo sistema represivo; sin embargo, fue especialmente vigorosa la represión contra la
mujer, precisamente porque a ella se le negó el acceso efectivo a sustentar posiciones de
mando, a pesar de pertenecer a la clase dominante y de destacar en la organización de la
familia.
Frente a este hecho incontrovertible, la ideología oficial actuó como agente delimitador de las
funciones femeninas; justificó la marginación de ellas y también su supresión; sin embargo,
supo compensar a nivel subjetivo, la privación de esos derechos fundamentales. Este fue
logrado gracias a la elaboración de imágenes femeninas de exagerada importancia, dentro del
panteón azteca.
En las caracterizaciones de numerosas diosas de la mitología, han quedado plasmadas las
virtudes peculiares de su sexo; de las relacionadas con la continuidad de la especie: la
fecundidad; del sustento básico: alimentación; del bienestar social y seguridad colectiva: en la
maternidad, etc. La ideología institucional creó la ilusión de que la mujer sustentaba una
posición de privilegio, incluso más elevada que la del hombre. Pero la reflexión acerca de las
fuentes
documentales
heredadas
de
la
Colonia,
así
como
de
algunos
estudios
contemporáneos, permite reconocer, desde la óptica femenina, la otra realidad de la
aristócrata: su subordinación dependiente y servil a la que estuvo condenada, en esta etapa de
desarrollo incipiente del capital.
* Investigadora del Instituto de Investigaciones Económicas de la UNAM.
En el curso de esta exposición se mencionan, primeramente, los aspectos de la vida familiar
que abrieron el acceso, a la mujer, a su participación en la organización del Estado. Enseguida,
paso a examinar el ámbito ideológico plasmado en la mitología institucional. En tercer lugar, se
analiza la igualdad de la mujer, su individualismo, se desempeño personal en una instancia
particular de la vida: la actividad erótica por la prestación de servicios personales relacionados
con la realización de la hombría. Al final refiero un caso de disidencia femenina sin feminismo,
que termina con la humillación pública y muere a garrote vil, de una mujer para la cual todos los
caminos de su desarrollo estaban cancelados.
El mensaje implícito en algunos mitos, es que cualesquiera que sean los intentos de la mujer
por cualesquiera que sean los intentos de la mujer por alcanzar el poder y predominio sobre el
hombre siempre va a fracasar. Son claros en este sentido, los de Malinaxóchitl y Coyolxauhqui.
En ellos, resalta la nación de que es tarea del hombre subordinar a la mujer rebelde; donde la
subordinación fracasa, la supresión se hace necesaria. Un rasgo general en dos mitos que he
seleccionado es su referencia a la lucha entre el universo femenino y el masculino, cada uno
con sus propios métodos, para lograr la hegemonía.
Hay un conjunto de ritos en que se muestra a la mitología vinculada a prácticas violentas: los
de Xilonen y Uixtocíhuatl. Otra corriente de pensamiento expresó a través de los mitos, el
interés de la mujer por incursionar en un área de la exclusiva competencia del varón: la guerra.
Se examinarán ejemplos de rituales en que la escaramuza presacrificial era un ingrediente
esencial, en preparación de la muerte o mujeres participantes. Toci es uno de los ejemplos. Las
prácticas que asignaron a la mujer un lugar al lado del varón en las ceremonias oficiales, fueron
posiblemente introducidas, en la medida en que tuvo precio pegado por la mujer fue: su propia
vida.
Aunque la disidencia femenina devino imposible en los últimos años del imperio, existen
antecedentes documentales en que se plasma una cierta oposición a la aristocracia masculina
en diversos momentos, antes de iniciada la etapa de asentamiento definitivo y expansión del
Estado. Estos no se analizan en mi exposición.
Dada el carácter altamente represivo de la aristocracia azteca, el desarrollo de la mujer, como
persona individual e independiente, fuera de los conceptos reproductores, fue sumamente
limitado. Por ello no pudo progresar una militancia femenina propiamente dicha. Jamás al
parecer, fue identificada clara y explícitamente, la fuente de control ideológico que la mantuvo
dispersa y alienada.
El último apartado refiere un testimonio que ilustra el hecho de que, a pesar de los mecanismos
de control ejercidos por el universo del varón, que frenaban la participación de la mujer, la
defensa de valores fundamentales de libertad, justicia, independencia e igualdad, constituyó el
motor de una nueva etapa en el desarrollo de ella hacia la modernidad.
En esta etapa de la investigación es posible demostrar que hubo disidencia masculina en el
seno de la aristocracia. Los personajes son bien conocidos: Cuauhtémoc y Cuitláhuac son dos
casos de los más notables. Lo que no se puede demostrar es que hubo aristócratas unidas en
la resistencia popular.
De no existir ningún caso, podríamos suponer entonces, que la represión fue muy efectiva y
más violenta contra ellas, de lo que hoy podemos suponer.
Aristocracia y vida familiar
Afirma J. R. Romero que:
La llamada nobleza prehispánica era un grupo de dimensiones reducidas en
comparación con la cantidad de efectivos que conformaban el grupo de los macehuales
y que, si bien es cierto que su poder no se fundaba en la cantidad de individuos que la
constituían, un descenso en el número de sus miembros se habría reflejado en el
ejercicio del poder que consideraban suyo. Existían cuando menos dos fenómenos que
eran verdaderos peligro para la reproducción del grupo de los pipiltin: la mortalidad
infantil y la guerra… La presencia de estas amenazas lleva a pensar que la poligamia
cumplía con una importante función en lo que atañe a una adecuada reproducción del
grupo…1
Numerosos documentos de la época señalan que la mujer era parte constitutiva del tributo –
también ciertos hombres, por ejemplo, esclavos intercambiados entre grupos potencialmente
enemigos. El intercambio o donación de mujeres fue una práctica que contribuyó al
establecimiento y consolidación de la paz; asimismo a la expansión de las familias dinásticas.
La mujer era un agente eficiente en la concentración del poder en manos del hombre; del
mismo modo, lo era la acumulación de riqueza cuando no había hijos varones primogénitos. La
trascendencia de la participación femenina fue reconocida públicamente, a través de ciertos
mitos. Sin embargo, el tipo de aristocracia dominante bloqueó desde siempre, su ascenso al
poder.
En el apartado siguiente, se examinan brevemente los mitos de Malinaxóchitl y Coyolxauhqui,
como dos ejemplos de disidencia reprimida.
Disidencia y represión: los ritos de Malinaxóchitl y Coyolxauhqui
Malinaxóchitl
Christian Duverger elabora una reseña muy interesante acerca del carácter y función de
Malinozóchitl en la mitología oficial azteca. Basándose en las fuentes originales, aborda la
interpretación de este personaje femenino, desde el punto de vista masculino. Para los fines de
esta investigación, he enfocado el mito, desde el ángulo femenino.
Duverger sugiere la existencia de una secuencia evolutiva que va, de la aparente indiferencia
de Malinaxóchtl por el liderazgo, hasta el logro de la preeminencia por medio de la magia. El
castigo infligido por la aristocracia de los hombres es el abandono secreto de ella en un paraje.
El mito pone de manifiesto la pugna masculino-femenino para alcanzar el poder, así como sus
métodos. Mientras que los sacerdotes de Huitzilopochtli optan por la guerra, ella opta por lo
esotérico, la magia.2
Esta relación mitológica deja bien claro que quien sale triunfante es el hombre sobre la mujer.
Coyolxauhqui
En este mito se plantea esencialmente, la lucha entre dos mujeres. El desenlace es fatal y en él
hombre domina sobre la mujer. No deja lugar a duda de que, es tarea privativa del hombre
subordinar a la mujer. Sugiere este mito, que es necesaria la colaboración masculina par lograr
este fin supremo. La compleja estructura de la historia indica, asimismo, que existe una
valoración ética que cuestiona la capacidad de decisión independiente de la mujer. Y que en
este cuestionamiento quien tiene la última palabra, es el varón.
La historia explicita que Coyolxauhqui, hija de Coatlicue, impugna a su madre por estar encinta.
Coyolxauhqui se erige en lideresa de sus cuatrocientos hermanos que se sienten también
afrentados.
Deciden matar a la madre. Cuando el peligro Coatlicue es inminente, uno de los hermanos
revela a la madre cuáles son las posiciones estratégicas del ejército vengador. En ese
momento,
…Huitzilopochtli viene al mundo. Sale vientre de Coatlicue con las armas en la mano, el cuerpo
adornado para la guerra… ardiendo como un rayo de sol hirió mortalmente a Coyolxauhqui,
cuyo cuerpo hecho pedazos.3
Este relato y otros, conforman la ideología oficial del Estado azteca. Evitarán, hasta los días del
sitio de México, el predominio femenino sobre el masculino.
Esta capacidad represiva no puedo, de ningún modo, desconocer la importancia crucial de la
mujer en la génesis y sustentación del Estado azteca. Se reconoce que la aristocracia
femenina es parte inseparable de la masculina y que juntos, están por encima del común del
pueblo. Conviene, por tanto, asignar un lugar a la mujer en las ceremonias oficiales. Más no se
le va a permitir por ningún motivo, erigirse en dirigente de la aristocracia masculina. Esta, le
concederá el privilegio de participar a su lado, utilizándola en su propio provecho.
Dentro de la clase gobernante, la presión femenina por el liderazgo debió haber sido bastante
fuerte; pero al parecer, esta presión jamás llegó a expresarse.
A continuación se examinan los mitos de Xilonen y Uixtocíhuatl, como ejemplos de violencia
institucional contra la mujer.
Mitos de Xilonen y Uixtocíhualt
Xilonen
La joven que encarnaba a Xilonen encontraba la muerte a manos del sacerdote del fuego:
subía a espaldas de un sacerdote y, por atrás, era decapitada. Después se le abría el pecho
arrancarle el corazón.4
Se puede observar, del paso, que era derecho exclusivo del varón el homicidio ritual de
hombres y mujeres.
Uixtocíhuatl
Uixtocíhuatl bailaba durante diez días…
en el areito, con mujeres que también bailaban y cantaban por alegrarla; eran todas las
que hacían sal, viejas, mozas y muchachas… Todos estos diez días andaba en el baile
y cantaba aquella que había de morir con las otras; pasados los días toda una noche
entera bailaba y cantaba aquella que había de morir, sin dormir, ni reposar… También
bailaban y velaban los esclavos que habían de morir delante de ella.5
Emulación al hombre y erotismo
Algunas prácticas rituales incluían el juego erótico, en otras al parecer, no. Queda claro en este
conjunto de ritos, que la escaramuza presacrificial pudo ser la expresión de las ansias de la
mujer por igualarse al hombre, en una actividad que era de la exclusiva competencia de ellos.
En el rito de Toci se refiere la escaramuza presacrificial y muy posiblemente ésta estuvo
complementada con el juego erótico. Es posible suponer que quien representaba a esta diosa
era de origen no-azteca, es decir, extranjera, por regla general.
El sacrificio de Toci ocurría el décimo tercer día del mes después del zonecalli…
Terminada la escaramuza ritual, y al caer la noche… en el templo de Centéotl…
‘tomábanla uno sobre la espaldas y cortábanle de pronto la cabeza, y luego caliente la
desollaban, y desollada uno de los sátrapas se vestía su pellejo’…6
Una vez consumada la muerte ritual, era desposada con Huitzilopochtli. Luego se le daba el
apelativo de “nuestra abuela”.
El ejemplo anterior sugiere que, en la medida que se expandió el Estado azteca la mujer fue
encumbrada, por la vía del rito, hasta las posiciones más elevadas del panteón y de toda la
sociedad.
El otro aspecto que queda por investigar es la incorporación de mujeres extranjeras en los
rituales sacrificiales. Cabe suponer que en la etapa colonialista, por efecto del intercambio
intertribal, que se hizo imposible su absorción por la vía del matrimonio. De ahí que la
eliminación del excedente de mujeres se haya hecho necesaria a través del sacrificio,
correlativa al creciente número de diosas. El efecto que tuvo esta transformación no se puede
estimar en esta etapa de la investigación; pero es posible suponer que generó corrientes de
oposición clandestina que no llegaron a aflorar.
Otros ejemplos de escaramuza presacrificial se describen a continuación:
…comenzaban luego las mujeres médicas, viejas y mozas a hacer la escaramuza o
pelea, tantas partidas en dos escuadrones… Cuando hacían esta escaramuza o pelea
aquella mujer que estaba disputada para morir, a la cual llamaban la imagen de la
madre de los dioses –a quien la fiesta se hacía- hacía el primer acometimiento contra el
escuadrón contrario…7
Otro ejemplo en que se combina el juego erótico:
Este preludio erótico tenía lugar… durante la fiesta del dios Tezcatlipoca… durante la fiesta del
dios Tezcatlipoca… un mes antes de (la muerte del joven que representaba al Dios) se le
daban por compañeras cuatro mujeres escogidas que encarnaban cuatro diosas… Por su
función, las jóvenes elegidas para ser sus compañeras deben igualar a la diosa del amor…8
La mitología azteca legitimaba esos actos brutales en aras de la preservación de la energía
vital cósmica. Este es el sentido génerico del sacrificio humano entre los aztecas. El sentido
específico ya ha sido mencionado: someter y eliminar a la mujer.
Hubo otra instancia en que el erotismo no tuvo una finalidad ritual, sin embargo estuvo
vinculada a la realización de la hombría entre los representantes del Estado. En el Canto de las
Mujeres de Chalco, del cual se presenta un fragmento, quedo claro el papel de la aristócrata en
la prestación de un servicio personal.
¿Qué significa todo esto?
Así estimo tu palabra,
Compañero en el lecho, tú, pequeño Axayácatl.
Con flores lo entretejo, con flores lo circundo,
Lo que nos une levanto, lo hago despertarse.
Así daré placer
A mi compañero en el lecho, a ti, pequeño Axayacátl
Se alegra, se alegra,
Hace giros, es como niebla.
Acompañante, acompañante pequeño, tú señor Axayácatl.
Si en verdad eres hombre, aquí tienes donde afanarte.
¿Acaso ya no seguirás con fuerza?
Haz que se yerga lo que me hace mujer,
Consigue luego que mucho de veras se encienda.
Ven a unirte, ven a unirte:
Es mi alegría
Dame ya al pequeñín,
El pilón de piedra
Que hace nacer en la tierra.
Habremos de reir, nos alegraremos,
Habrá deleite, yo tendré gloria
Pero no, todavía no desflores,
Compañerito, tú, señor, pequeño Axayácatl.
Yo, yo soy atrapada,
Mi manita da vueltas,
Ven ya, ven ya.
Quieres mamar en mis pechos,
Casi en mi corazón9
Erotismo y homicidio no-ritual
En el inciso presente, se expone el caso de una mujer noble mexica que comete homicidio
múltiple y podría encuadrarse entre los casos en que el hedonismo, como experiencia
individualista e independiente y fuera del ritual, culmina con la supresión física de ellos.
Varios señores mexicanos, entre ellos Axayácatl, enviaron a sus hijas al rey Netzahualpilli para
que éste escogiera esposa legítima. El rey chichameca seleccionó a la hija del rey mexicano.
Por ser todavía muy niña, no pudo desposarla sino que la mandó guardar en un palacio
haciéndola atender por dos mil sirvientes. Su ternura –dice la historia-contrastó muy pronto con
su astucia y liviandad. Protegida por su excepcional posición social como prometida del rey e
hija de monarca, comenzó a entregarse a aquellos mancebos que le agradaban. Daba órdenes
secretas de que se los trajesen “y después de satisfacer sus deseos, les mandaba dar muerte.
Mandaba en seguida hacer una estatua o efigie de la persona con oro y joyas, la hacía poner
en el aposento donde ella habitaba. El número de estas estatuas llegó a ser tan crecido, que
llenaba todo el aposento”.
Un día su prometido le preguntó quiénes eran esas estatuas, a lo que ella respondió que eran
sus dioses. El rey creyó la versión porque sabía que los mexicanos eran afectos a adorar
muchos dioses.
Pero al enterarse el rey de la traición y mentiras de que había sido víctima, la mandó ejecutar
públicamente a garrote vil. Lo mismo se hizo con sus tres amantes que habían sobrevivido a
los asesinatos perpetrados por ella; a éstos, por su rango y alcurnia, se les mandó quemar. En
la ejecución se incluyeron a sus numerosos cómplices de palacio, quienes aclararon su
participación en los homicidios y el lugar donde estaban los cadáveres de las víctimas de la
infeliz princesa.10
Para terminar refiero la defensa de la ciudad por las mujeres sobrevivientes a las matanzas que
se realizaron durante el sitio a México-Tenochtitlan.
Orígenes del liderazgo actual
Por lo que ha quedado expuesto, el origen del liderazgo no puede ubicarse en el periodo
inmediatamente anterior a la conquista de México-Tenochtitlan. Surge precisamente a partir de
este momento crucial del sitio a la ciudad capital del imperio. Prescott describe la participación
de la mujer, de la manera siguiente:
Había entre las filas varias mujeres y aun niños amontonados en las azoteas, desde donde,
aunque sus semblantes y sus miradas extraviadas mostraban la extenuación del hambre,
maldecían y desafiaban con su ceño a los invasores… las mujeres y los muchachos hacían
llover desde su elevada posición abajo, dardos y piedras, pero con mano tan débil que apenas
hacían daño…11
La participación femenina descrita arriba ha sido generalmente soslayada por escritores
contemporáneos de la Conquista. Ha sido llevada a primer plano, la dirigencia de Cuauhtémoc
y otros miembros disidentes de la nobleza, en su lucha contra el extranjero. De hecho, la
mitología oficial del Estado mexicano, hoy como ayer, ha tenido una fuerte orientación
masculina.
Frente a esta situación, toca principalmente a la mujer que labora en la esfera
sociohumanística de la ciencia, dar a los hechos su verdadera dimensión, destacando la
participación femenina en todos los aspectos de la vida social, económica, política, cultural,
etcétera, al lado del hombre.
Lo anteriormente expuesto, se puede asociar con el estudio de la Dra. Guadalupe Hernández,
“Los patrones educativos frenan el desarrollo profesional de la mujer”.12 Este se relaciona con
una encuesta entre ocho mujeres universitarias que sustentan actualmente, posiciones de
liderazgo administrativo.
Los hombres –según las encuestadas- “muestran a menudo reticencia a obedecer porque ‘una
mujer no puede ser tan inteligente como parece’ o porque no puede mandar y menos reprimir a
un hombre…”
La situación descrita arriba, claramente informa acerca de la permanencia de valores
masculinos que se resisten a abandonar la noción de que el poder, es un atributo masculino
por excelencia. Esta valoración, va de la mano con la idea de que el poder “masculiniza” a la
mujer debilitando al hombre.
Hoy, como ayer, se reconoce públicamente la importancia de la mujer en la estabilidad de la
familia y del Estado, por ello puede participar en ciertos círculos políticos y económicos en una
posición de igualdad. Sin embargo, existen todavía vestigios del pasado que hacen pensar que
nuestra sociedad, esta aún hoy fuertemente influida por los valores de una aristocracia
masculina sectaria, militarista y excluyente, que se resiste a compartir el poder con el universo
femenino.
Por otro lado, la encuesta de la Dra. Hernández, revela que la tendencia generalizada entre el
grupo de mujeres es hacia los valores tradicionales de maternidad, familia, hogar carera
profesional y trabajo, en este mismo orden descendente de importancia, también el estudio
revela que la mayoría de ellas, jamás conoció la vida independiente del seno familiar.
Existen, por tanto, limitaciones por parte de las mujeres, a su propio desarrollo por la vía del
liderazgo y la coparticipación con el hombre, fuera del ámbito familiar.
Conclusión
Es necesario investigar, tanto el contenido explícito como el oculto, de la ideología dominante,
a fin de denunciar los elementos que frenan el desarrollo de la mujer por la vía del liderazgo en
todas las áreas de la vida de la sociedad. Solamente por el camino de la inserción de la mujer
en los movimientos de rescate y preservación de los valores universales de justicia,
independencia, dignidad, paz, libertas y respeto para todo lo que existe en nuestro cosmos, es
como este esfuerzo colectivo puede alcanzar su máxima expresión.
Referencias
1
Romero Galván, José Rubén, “La familia noble indígena y la conservación de un poder
disminuido”, Bol. Del Instituto de Investigaciones de Investigaciones Históricas de la UNAM, no.
21, febrero, 1987, 11pp., pp. 4-5.
2
Duverger, Christian, El origen de los aztecas, Grijalbo, México, 1987, 426 pp., pp. 340-341
3
Duverger, op. Cit., pp. 328-329.
4
Duverger, Christian, La flor letal. Economía del sacrificio azteca, FCE, México, 1983, 233 pp.,
p.154.
5
Ídem., cita a Sahagún, p. 121.
6
Ibid., p. 154.
7
Ibid., p. 124.
8
Ibid., pp. 122-123.
9
León-Portilla, Miguel, Literaturas de Mesoamérica, SEP, México, 1984, p. 166.
10
Prescott, William H., Historia de la conquista de México, Porrúa, (Col. Sepan Cuántos,
número 150), México, 1976, 770 pp., p. 509.
11
12
Prescott, W. H., op. cit., pp. 620-621.
“Los patrones educativos frenan el desarrollo profesional de la mujer”, Gaceta UNAM,
septiembre 25, 1989.
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