PRELIMINAR La Ciencia Política es asunto serio en mi vida. La he asumido como profesión y la siento como vocación, en el sentido primero que tiene esta palabra. La reconozco como parte del saber práctico, como una filosofía que ha perdido en contemplación para ganar en acción, y cuyo objeto es el bien de la comunidad, o para ponerlo en términos de clásicos, ‘el vivir bueno y virtuoso’ de Platón, ‘la felicidad’ de Aristóteles, ‘el bien común’ de Sto. Tomás de Aquino y los escolásticos. Este vocabulario tiene su origen en una concepción epistemológica y en una interpretación del valor de las definiciones para las ciencias. A mi entender, hacer ciencia es, en última instancia, definir y relacionar las cosas definidas; es usar de las definiciones como herramientas para articular lo que se estudia e integrarlo en un todo sistemático; y, además, no dudo que son ellas las que dicen a cada rama del saber hasta dónde llega su campo de acción, cuáles son los lindes y el lugar en que se encuentran los segmentos que permiten unir unas ciencias con otras. Con tales criterios puse inicio a esta obra, y a lo largo de su elaboración siempre he guardado el propósito de dar definiciones de tipo instrumental, útiles para aclarar, aunque sea parcialmente, el o los sentidos que puede asumir un vocablo cuando es usado con intención técnica por la política. El párrafo anterior deja formulado el objetivo central de este trabajo, el cual ve la luz después de años de lecturas y de tomar notas, tantos años como tiene mi hija María Belén, que es ya una señorita de singular belleza y refinado espíritu; los mismos que llevaron a mi hijo Ignacio desde el tiempo de distraer mi atención en esta obra con sus dulces exigencias de niño, hasta la edad de alcanzar sus cursos universitarios y, con lo allí aprendido y reflexionado, marcarme sus puntos de vista haciéndome correcciones formales que, por cierto, resultaron de gran utilidad. RAÚL ARLOTTI Buenos Aires, julio de 2003 ORGANIZACIÓN DE CADA ENTRADA En líneas generales, presentamos cada voz bajo una estructura organizacional integrada por cuatro grandes partes; a saber: I. Etimología. II. Sentido o Sentidos. III. Comentarios. IV. Bibliografía. I. ETIMOLOGÍA A la mayoría de los vocablos le hemos anotado su etimología. Cuando estos son compuestos ponemos la de cada uno por separado. El objeto de tal forma de presentación es que el lector reconozca desde dónde llegan a nuestra lengua, y, a la vez, pueda enlazarlos en su formulación primera. La excepción, además de aquellas que encuentran su origen en el nombre de un autor p. e. Darwinismo, Marxismo, Stalinismo, Suarismo, etc., la presentan las entradas en que el determinativo se corresponde con las palabras política, político o sus plurales, cuya etimología aparece anotada bajo la entrada correspondiente a POLÍTICA. Para dar contenido a este apartado tuvimos siempre a la mano el magistral Diccionario Etimológico de J. COROMINAS y J. PASCUAL, y en más de una oportunidad fue a M. ALONSO a quien recurrimos para que nos instruyera al respecto. II. SENTIDO O SENTIDOS De cada voz asentamos el o los sentidos que hemos reconocido en su uso por los autores o que hemos elaborado sobre la base de nuestras lecturas. Cuando un vocablo registra más de un sentido, procedimos a organizarlo de la manera siguiente: • Cada uno de los sentidos se anotan bajo letras mayúsculas siguiendo el orden alfabético. • En aquellos casos en que un mismo sentido asume más de una variante lo dividimos en números arábigos. • En los casos en que las variantes necesitan ser divididas, lo hicimos anotándolas en letras minúsculas y siguiendo el orden alfabético. Para dar orden y guardar la sistemática de la obra, organizamos los sentidos que asumen las distintas voces tomando en cuenta los criterios siguientes: 1. Una relación abarcativa: ordenamos los sentidos más generales y abstractos a los más particulares y concretos. 10 RAÚL ARLOTTI 2. Una relación cronológica: anotamos los sentidos desde los más antiguos a los más modernos. 3. Cuando un vocablo adquiere uno o más sentidos por medio de un complementario, trabajamos tomando en cuenta los parámetros siguientes: a. Anotamos la expresión “Acomp. del comp”., abreviatura de “Acompañado del complementario”. b. A continuación el vocablo o expresión de que se trata en letras mayúsculas. c. Si hemos reconocido en la voz más de un sentido con complementario estos se han ordenado siguiendo el orden alfabético, y se ubican después de haber anotado el o los sentidos generales. 4. En los casos en que un vocablo asume un sentido por medio de otro o expresión que le precede, trabajamos tomando en cuenta los parámetros siguientes: a. Anotamos “Precedido de”. b. A continuación el vocablo o expresión de que se trata en letras mayúsculas. c. Cuando en una misma entrada hay expresiones que toman sentido a través de un complementario, las precedidas se ordenan a continuación. d. Si hay más de un sentido con vocablo o expresión precedida se ordenan alfabéticamente. 5. Hay casos en que hemos puesto bajo un sentido aquella significación que le da al término o expresión un autor; para su ordenamiento seguimos el procedimiento siguiente: a. Los autores considerados son, por lo general, clásicos para el pensamiento filosófico, político o social, o reconocidos en el tema. b. A continuación de la palabra “En” anotamos el nombre en mayúsculas. c. Si el vocablo asume diversos sentidos, según distintos autores, los hemos apuntado siguiendo el orden histórico. 6. Cuando a una voz le hemos reconocido uno o más sinónimos estos se ponen como último sentido tanto de los casos generales como particulares. 7. Para las voces consideradas en la disciplina como estructurales a su objeto de estudio o de gran relevancia para la misma, tales como “Democracia”, “Estado”, “Poder”, “Política”, sumamos, por separado, luego de los sentidos principales, algunos casos en que son usadas con un complementario. III. COMENTARIOS En ciertas oportunidades, debajo de cada sentido agregamos algunos comentarios que hacen al mismo. Entendemos que tales agregados ayudan a un mayor reconocimiento y distinción, y, a la vez, amplían lo expresado en la definición. También con ese objeto, en algunos vocablos, hemos sumado, por separado, algunas definiciones representativas de los mismos. IV. BIBLIOGRAFÍA En algunas entradas adjuntamos una bibliografía, la cual guarda el único intento de ser orientadora y que, por cierto, no es exhaustiva ni refleja el estado actual de VOCABULARIO TÉCNICO Y CIENTÍFICO DE LA POLÍTICA 11 la investigación. En ella se apuntan obras provenientes de cuatro lenguas: castellano, francés inglés e italiano, en su mayoría editadas en el último siglo. Son pocas las obras citadas de lengua portuguesa; y muy pocas las de lengua alemana. En aquellos casos en que citamos una obra en un sentido o en sus comentarios, la misma no la reiteramos en el apartado correspondiente a la bibliografía. La gran mayoría de los trabajos apuntados se encuentran en los repositorios públicos y bibliotecas universitarias del país, aunque algunos han sido traídos desde su país de edición. ORIGINALIDAD Y ERRATAS Entendemos que en este tipo de obras no se ha de buscar originalidad. El Diccionario no es una obra de literatura personal, su cometido y finalidad no es inventar, sino recoger y dar unidad a lo que ya han dicho, con autoridad, otros. Este Vocabulario consta de más de trescientas mil palabras, y, con ese número, es forzoso que nos encontremos con un tanto por ciento de errores o fallos. Confiamos en que estas deficiencias van a ser subsanadas por el sensato juicio del lector. ABREVIATURAS Acomp.: Acompañado Acomp. del comp.: Acompañado del complementario C.P.: Ciencia Política s.: sentido o sentidos sin.: sinónimo Soc.: Sociología RR.II.: Relaciones Internacionales Univ.: Universidad, también cuando se usa en las lenguas francesa, inglesa e italiana. El resto de las abreviaturas se corresponden con las reconocidas internacionalmente.