AL EXCMO. AYUNTAMIENTO DE MAJADAHONDA A LA ALCALDÍA PRESIDENCIA D._______________________________, mayor de edad, funcionario del Ayuntamiento de Madrid prestando servicios en el Cuerpo de Policía Municipal, cuyas demás circunstancias ya constan al Ayuntamiento, y señalando como domicilio a efecto de notificaciones el sito en _____________________________________, por medio del presente escrito comparezco y como mejor proceda en Derecho, DIGO: Que por medio del presente escrito, viene a formular RECLAMACIÓN ADMINISTRATIVA en solicitud de concesión y reconocimiento de los días de vacaciones y de libre disposición, generalmente denominados como días “canosos,” generados por este funcionario por su antigüedad en la función pública, todo ello de conformidad con las siguientes, ALEGACIONES PRIMERA.- El fundamento de la presente reclamación se encuentra en el reconocimiento de la concesión y disfrute de los días de vacaciones por antigüedad, los denominados días “canosos”. SEGUNDA.- Para tal petición, lo primero que debemos abordar es la normativa existente reguladora de esta clase de supuestos. Como bien es sabido, tanto el Estatuto Básico del Empleado Público como la normativa local contenían el derecho al disfrute de determinados días adicionales de vacaciones y de libre disposición derivados de la antigüedad en la función pública. En concreto, la Resolución de 21 de junio de 2007, de la Secretaría General para la Administración Pública, que contenía las Instrucciones de 5 de junio de 2007, para la aplicación del Estatuto Básico del Empleado Público en el ámbito de la Administración General del Estado y sus organismos públicos (Publicada en el BOE nº 150 de sábado 23 de junio de 2007), dentro de su Punto 7 “Permisos y Vacaciones (art. 48-51)” determinaba: 1 “Se añaden los siguientes nuevos supuestos de permisos, que son comunes para el personal funcionario y el personal laboral:” 7.b) Vacaciones (art. 50 y 51). Sigue vigente, de acuerdo con lo señalado en el apartado 1 de estas Instrucciones, el artículo 68.2 de la Ley de Funcionarios Civiles del Estado de 1964, aprobada por decreto 315/1964 de 7 de febrero, en la redacción dada por el artículo 51 de la Ley 53/2002 de 30 de diciembre… “Asimismo tendrán derecho a un día hábil adicional al cumplir los quince años de servicio, añadiéndose un día más al cumplir los veinte, veinticinco y treinta años de servicio, respectivamente, hasta un total de 26 días hábiles por año natural.” De igual forma, el artículo 48.2 EBEP reconocía respecto a los días de libre disposición lo siguiente: 2. Además de los días de libre disposición establecidos por cada Administración Pública, los funcionarios tendrán derecho al disfrute de dos días adicionales al cumplir el sexto trienio, incrementándose en un día adicional por cada trienio cumplido a partir del octavo. Esto es, se reconocía la concesión de un día hábil de vacaciones a partir de los quince años de servicio, añadiéndose un día más al cumplir los veinte, veinticinco y treinta años de servicio, al igual que dos días adicionales de libre disposición al cumplir el sexto trienio, incrementándose en un día adicional por cada trienio cumplido a partir del octavo. En el caso de este funcionario se tenían reconocidos por tal concepto un total de ____ días en cómputo anual (___ días de vacaciones y ___ días de libre disposición). TERCERA.- Si bien, esta situación legal se vio suprimida y coartada por la publicación del Real Decreto-Ley 20/2012 de medidas para garantizar la estabilidad presupuestaria y de fomento de la competitividad. Su publicación y efectividad entró en vigor en fecha 14 de Julio de 2012, siendo que desde este momento quedaron sin efecto el reconocimiento y posibilidad de disfrute de dichos días. 2 CUARTA.- Ante esta realidad esta parte se ve en la obligación de interponer la presente reclamación, entendiendo que el derecho y reconocimiento de tales días generados por la antigüedad en la función pública se encuentra consolidado a todos los efectos. Esto es, con su conducta la Administración está yendo en contra del principio de seguridad jurídica. En relación con lo dispuesto en el Convenio Europeo para la Protección de los Derechos Humanos y las Libertades Fundamentales de 1950 y lo dispuesto en el art. 10 de la Constitución Española, insistimos en que la normativa de aplicación antedicha (RDL 20/2012) infringe el principio de seguridad jurídica del art. 9.3, restringiendo derechos individuales y vulnerando los derechos consolidados del personal a quien se dirige, afectándoles retroactivamente, en contra del mandato constitucional. De esta forma, los días de vacaciones y libre disposición generados a consecuencia de la antigüedad en el desempeño y pertenencia a la función pública, se configuran como un derecho consolidado dentro de la relación bilateral y sinalagmática de prestación de sus servicios a la Administración, por lo que no puede restringirse o limitarse en forma alguna. El Tribunal Constitucional vino ya a resolver el debate de los derechos adquiridos en su Sentencia num. 99/1987, de 11 de junio, al resolver el recurso de inconstitucionalidad planteado respecto de la Ley 30/1984, de 2 de agosto, de medidas para la reforma de la función pública (que, recordemos, en tanto no se aprueben las correspondiente leyes de desarrollo del Estatuto Básico del Empleado Público continua vigente en lo que a la estructura retributiva de la función pública se refiere), << … Cabe indicar que la eficacia y protección del derecho individual -nazca de una relación pública o de una privadadependerá de su naturaleza y de su asunción más o menos plena por el sujeto, de su ingreso en el patrimonio del individuo. Por eso se ha dicho que la doctrina -y la práctica- de la irretroactividad sólo es aplicable a los derechos consolidados, asumidos, integrados en el patrimonio del sujeto, y no los pendientes, futuros, condicionados y expectativas, según reiterada doctrina del Tribunal Supremo …>> 3 Para continuar señalando, << … que, por ello, hay que reiterar la solución mantenida por la sentencia de este Tribunal antes citada (108/1986 de 29 julio), al decir que la invocación del principio de irretroactividad no puede presentarse como una defensa de una inadmisible petrificación del ordenamiento jurídico (SSTC 27/1981 de 20 julio, 6/1983 de 4 febrero, entre otras), y de ahí la prudencia que la doctrina del Tribunal Constitucional ha mostrado en la aplicación del referido principio, señalando que sólo puede afirmarse que una norma es retroactiva, a los efectos del art. 9.3 CE, cuando incide sobre “relaciones consagradas” y “afecta a situaciones agotadas”, y que “lo que se prohíbe en el art. 9.3 es la retroactividad entendida como incidencia de la nueva Ley en los efectos jurídicos ya producidos de situaciones anteriores, de suerte que la incidencia en los derechos, en cuanto a su proyección hacia el futuro, no pertenece al campo estricto de la irretroactividad” (STC 42/1986 de 10 abril). …>> Entendemos que existe una quiebra total y absoluta de los principios de irretroactividad de las disposiciones restrictivas de derechos individuales y de seguridad jurídica proclamados en el art. 9.3 de nuestra Constitución. Certeza, predecibilidad y confianza en el ordenamiento vigente son exigencias por razón de la seguridad jurídica que, de acuerdo con el viejo axioma “tempus regit actum”, conducen a establecer el principio general conforme al cual las normas son, por regla general, irretroactivas, salvo que excepcionalmente en ellas mismas se disponga lo contrario. Así ha sido proclamado por la jurisprudencia –incluso con anterioridad a nuestra Constitución- de forma reiterada (SSTS Sala 1ª 16 de enero de 1963, de 22 de diciembre de 1978, 19 de octubre de 1982 y 25 de mayo de 1995), de manera que, con independencia del grado de retroactividad que se atribuya a la ley posterior, incluso para admitir un grado débil o mínimo, es preciso que ésta así lo disponga, sin perjuicio de que ello no deba entenderse en el estricto sentido de que lo haga expresamente, pues, a falta de previsión expresa, jurisprudencia y doctrina admiten también la retroactividad que resulta tácitamente de la norma posterior (SS. 26 de mayo 1969 y 7 de julio de 1987), retroactividad tácita que ha venido 4 atribuyéndose tradicionalmente a las normas interpretativas, a las complementarias, de desarrollo o ejecutivas, a las que suplan lagunas, a las procesales, y en general, a las que pretenden eliminar situaciones pasadas incompatibles con los fines jurídicos que persiguen las nuevas disposiciones, pues de otro modo no cumplirían su objetivo (SSTS de 26 de noviembre de 1934, 17 de diciembre de 1941, 5 de julio de 1986 y 9 de abril de 1992). Pero, llegados a este punto, deben hacerse dos precisiones: la primera, que no puede colegirse que existe retroactividad tácita del mero hecho de que la nueva ley, como es lógico, se haya inspirado en la experiencia pretérita (Sentencia de 5 de noviembre de 1986); la segunda, que la aplicación retroactiva de una norma, sea porque tácita o expresamente resulte de ésta, no puede suponer en ningún caso que resulten obviados o menoscabados derechos adquiridos, o situaciones beneficiosas o favorables nacidas al amparo de la normativa cuando se produjo el hecho, pues tal cosa iría en contra de lo señalado en el ya mencionado artículo 9.3 de la Constitución, que prescribe de modo absoluto la aplicación restrictiva de derechos individuales. Y es que, sin género de dudas, el derecho a las vacaciones anuales retribuidas está incluido entre los derechos fundamentales de la Carta de la Unión Europea y, por ello, no puede ser interpretado de manera restrictiva, por cuanto han de entenderse consolidados los días que este funcionario había generado a consecuencia del tiempo de servicio prestado en la Administración, al igual que los que pudiera ir generando en tanto en cuanto se encuentre en vigor el RDL 20/2012. QUINTA.- Por todo ello, se ha de reconocer el derecho de esta parte a la concesión y disfrute de los días de vacaciones y libre disposición denominados “canosos”. La estimación de la presente solicitud ha de conllevar el reconocimiento de tales días en cómputo anual y de forma permanente al entender los mismos consolidados. En todo caso, y si se reputara imposible el disfrute de dichos días en tiempo, esta parte solicita que, subsidiariamente, se proceda a su compensación económica a razón de jornada ordinaria. 5 En virtud de lo expuesto, SOLICITO.- Que teniendo por presentado este escrito se sirva admitirlo y tenga por presentada reclamación administrativa en solicitud de concesión y reconocimiento de los días de vacaciones y de libre disposición, generalmente denominados como días “canosos,” generados por este funcionario por su antigüedad en la función pública, para, tras los trámites legales de pertinente aplicación, dictar resolución expresa por la que se acuerde reconocer el derecho de este funcionario a la consolidación y disfrute de tales días o, subsidiariamente y para el caso de resultar imposible dicho disfrute, su compensación económica a razón de jornada ordinaria. Por ser de Justicia que solicito en Majadahonda a ___ de _____ de 2014. Fdo. 6