OS Fondos de Promoción de Empleo creados en el marco legal de la reconversión industrial, fueron una de las banderas enarboladas por CC. OO. para combatir el proceso de saneamiento de nuestras e~tructuras industriales. La figura d~ los Fondos se convirtió en algo maldito para los compañeros de CC. OO. Y sin embargo, meses más tarde asistimos atónitos a un reciclaje sindical sin precedentes. Primero fue en Altos Hornos del Mediterráneo, ahora es en la Línea Blanca y El Sector Naval. De su puño y letra, el secretario general del Metal de CC. 00., Juan Ignacio Marín, solicitaba hace unos días formalmente la participación del sindicato comunista en los mencionados fondos de promoción de empleo. Como sindicato responsable que desde el primer momento apostamos por la necesidad de la reconversión negociada y sin procedimientos traumáticos, nos alegramos de que por fin los compañeros comunistas se hayan dado cuenta de que los Fondos de Promoción de Empleo no son un invento maligno para echar a los trabajadores a la calle. Pero desde la L misma responsabilidad, no podemos ignorar la demagogia y el doble lenguaje que los compañeros de CC. 00. han venido y siguen utilizando. Es difícilmente explicable que unos Fondos sean una auténtica "puñalada" para los trabajadores y; sin embargo, otros, en los que por fin deciden entrar ellos, sí constituyen una figura plausible para evitar medidas traumáticas en la reconversión. Si se acepta a nivel de concepto y de filosofía de la reconversión la figura de los Fondos de Promoción de Empleo, no cabe la dualidad de que unos valen y otros no. Aunque, como siempre, esas aceptaciones formales, meses después de haber planteado la batalla, se hagan a la chita callando. Pero con ser esta actitud un motivo de evidente contradicción en el sindicato comunista, desde UGT tenemos que seguir denunciando actitudes vandálicas por parte de CC. 00. Recientemente, en Astander, en vísperas de las movilizaciones del día 4, los "compañeros" de CC. OO. arrojaron al patio del astillero las taquillas de los miembros de UGT y posteriormente · las comenzaron a prender fuego. No nos sorprenden actitudes como esta, a las que desgraciadamente estamos acostumbrados desde la transición política. No son hechos aislados ni es la primera vez que las diferencias de modelo y concepción sindical se quieren ventilar por actos violentos y sin sentido en una sociedad democrática, aunque después se lancen cantos de sirena hacia un falso unitarismo, anzuelo que no siempre es desechado por algunos compañeros. Desde UGT-Metal queremos dejar muy claro que, aunque accidentalmente coincidamos en una fotografía concreta, juntos pero no revueltos, como el pasado día 4, nuestro modelo sindical, nuestra política de concertación y diálogo como fórmula para solucionar los problemas y, en definitiva, nuestro comportamiento tanto en la calle como en las fábricas, nada, tiene que ver con el doble discurso de CC. OO., que históricamente ha sabido conjugar a la perfección un lenguaje demagógico ante los trabajadores junto con actitudes que rozan el' totalitarismo. 3