Revista de Derecho Privado E-ISSN: 1909-7794 [email protected] Universidad de Los Andes Colombia V., Pablo Ángel; Estrada V., Laura La protección del derecho a la libre competencia mediante la acción de grupo: una lección aún por aprender Revista de Derecho Privado, núm. 45, enero-junio, 2011, pp. 1-27 Universidad de Los Andes Bogotá, Colombia Disponible en: http://www.redalyc.org/articulo.oa?id=360033194012 Cómo citar el artículo Número completo Más información del artículo Página de la revista en redalyc.org Sistema de Información Científica Red de Revistas Científicas de América Latina, el Caribe, España y Portugal Proyecto académico sin fines de lucro, desarrollado bajo la iniciativa de acceso abierto Privado La protección del derecho a la libre competencia mediante la acción de grupo: una lección aún por aprender Pablo Ángel V. Laura Estrada V. Universidad de los Andes Facultad de Derecho Revista de Derecho Privado N.o 45 Enero - Junio de 2011. ISSN 1909-7794 La protección del derecho a la libre competencia mediante la acción de grupo: una lección aún por aprender Pablo Ángel V.* Laura Estrada V.** Resumen Abstract La libre competencia es un derecho colectivo reconocido por la Constitución Política colombia- The right to a free market is explicitly recognized by the Colombian Constitution as a collective na, razón por la cual la comunidad en su conjunto, debe velar por su protección. No obstante, en la actualidad la Superintendencia de Industria y Comercio (sic) parece ser el único interesado right, for this reason it is a duty of the community as a whole to seek its guard. Nevertheless, in present times the Superintendencia de Industria y Comercio (sic) is the sole protector of such right en su protección. Por esta razón, ante el des- due to the lack of interest from other members conocimiento de la comunidad jurídica en esta materia, este trabajo pretende demostrar cómo la acción de grupo es una herramienta legal idónea, pero aún inexplorada en el panorama jurídico colombiano, para proteger este derecho of the community in the transgressions of this collective right. For this reason, this article´s purpose is to inform and create consciousness of the applicability of this legal instrument to protect such right in a context of ignorance of tan importante. A partir de lo anterior se exponen las diversas ventajas de esta figura para la protección del derecho a la libre competencia, its benefits that has provoked its sub-utilization. In response to this reality, we expose a series of advantages of using this collective litigation se exploran las posibles causas de su subutilización, se presenta la experiencia de los Esta- institution in the protection of the right to a free market, as well we try explain the reasons that dos Unidos como un caso exitoso de protección may have given place to the lack of use of the * ** Estudiante de décimo semestre de Derecho de la Universidad de Los Andes, con opción de grado en Gobierno. Actualmente, se desempeña como coordinador de la Especialización en Tributación de la Universidad de los Andes. Estudiante de décimo semestre de Derecho de la Universidad de Los Andes. Actualmente, se desempeña como coordinadora de la Especialización en Derecho de los Negocios Internacionales de la Universidad de los Andes. a este derecho por esta vía y se analiza cómo en el país hubiese podido utilizarse exitosamente class action in this matters, we then present how the United States of America has accom- esta herramienta de litigio colectivo en tres casos históricos de prácticas anticompetitivas. plished a successful level of protection of this right through class actions and finally, we analy- Palabras clave: derecho a la libre competencia, acción de grupo, prácticas anticoncurrenciales, indemnización de perjuicios. ze three Colombian cases of violations of the antitrust law in which class actions could have been used in order to obtain a full protection of the right to a free market. Keywords: right to a free market, class action, antitrust law violations, full repair of damages Sumario Introducción - I. LA ACCIÓN DE GRUPO EN COLOMBIA - II. LA PROTECCIÓN A LA LIBRE COMPETENCIA III. PRÁCTICAS QUE ATENTAN CONTRA LA LIBRE COMPETENCIA - IV. VENTAJAS DE LA ACCIÓN DE GRUPO COMO ESTRATEGIA DE LITIGIO - V. VENTAJAS DE LA ACCIÓN DE GRUPO COMO HERRAMIENTA PARA PROTEGER EL DERECHO A LA LIBRE COMPETENCIA - VI. LA ACCIÓN DE GRUPO PARA LA PROTECCIÓN DEL DERECHO A LA LIBRE COMPETENCIA EN EL PANORAMA COLOMBIANO - VII. LA ACCIÓN DE GRUPO COMO MECANISMO PARA LA PROTECCIÓN DEL DERECHO DE LA COMPETENCIA EN EE.UU. - VIII. ¿CÓMO HABRÍA PODIDO UTILIZARSE LA ACCIÓN DE GRUPO PARA PROTEGER EL DERECHO A LA LIBRE COMPETENCIA EN COLOMBIA? ANÁLISIS DE TRES CASOS - IX. CONCLUSIÓN - Bibliografía como para erradicar por completo este tipo de El presente escrito tiene como objeto estudiar la protección del derecho a la libre competen- prácticas anticompetitivas que atentan contra la libertad de mercado, pilar de nuestro Estado. Es por esta razón que el objetivo del presente cia por medio de la acción grupo en Colombia, analizando su viabilidad, su aplicación actual y la conveniencia de ampliar su utilización. Este trabajo está motivado por el ánimo de proponer escrito es darle a conocer a la comunidad jurídica la existencia de soluciones alternativas a las mecanismos alternativos para la protección integral del derecho de la competencia, en tanto un derecho que, por su entidad, corresponde a la comunidad en su conjunto salvaguardar. se observa cómo, en la práctica, las investigaciones administrativas por parte de la Superintendencia de Industria y Comercio (sic) han sido el único desincentivo para este tipo de conductas tan nocivas para un Estado que se sustenta en una economía de mercado. Siendo la libre competencia un derecho que la misma Constitución reconoce como colectivo, resulta imperioso que todos los actores afectados reaccionen, condenando este tipo de prácticas, para no dejar duda de la nocividad de éstas. Bajo esta óptica, se demostrará cómo la acción de grupo se presenta como una herramienta efectiva para la obtención de este fin. Merece resaltarse el hecho que en Colombia, históricamente, la acción de grupo no se ha presentado como alternativa para la protección del derecho a la libre competencia, lo cual se explica principalmente por el desconocimiento de los beneficios que presenta esta forma de litigio colectivo. Por ello resulta imperioso poner de presente ante la comunidad jurídica, especialmente abogados litigantes, la conveniencia de acudir a la acción de grupo para proteger el derecho a la libre competencia, por tratarse de una herramienta idónea para lograr este fin, así La protección del derecho a la libre competencia mediante la acción de grupo: una lección aún por aprender Introducción eminentemente administrativas mediante las cuales, de manera colectiva, se puede proteger Así, se demostrará que la acción de grupo se presenta como una herramienta efectiva para proteger este derecho de todos los colombianos y las colombianas pues no sólo permite obtener la reparación de los perjuicios que se causan con este tipo de medidas que atentan contra la libre competencia, sino, más importante aún, sirve de instrumento de disuasión para que éstas no se vuelvan a presentar. En primer lugar, se hará una descripción de la normatividad y jurisprudencia colombiana respecto de las acciones de grupo y del derecho a la libre competencia. Luego, se hará una exposición de las conductas que constituyen violaciones al derecho de la competencia a la luz de la normatividad vigente. Posteriormente, se analizarán las ventajas que provee la acción de grupo como estrategia de litigio y particularmente las ventajas de este tipo de acción para proteger el derecho a la libre competencia. Seguiremos con un análisis del estado actual de la utilización de la acción de grupo para la protección del derecho a la libre competencia en el panorama colombiano, donde además se buscará dar una posible explicación a la falta de implementación Enero - Junio de 2011 - Universidad de los Andes - Facultad de Derecho - Revista de Derecho Privado N.o 45 5 Pablo Ángel V. - Laura Estrada V. de esta herramienta. A continuación, se hará que sufrieron un daño por una misma causa. un estudio de derecho comparado sobre la utilización de la acción de grupo como mecanismo para la protección del derecho “antitrust” en los Por ello, esta acción sólo procede una vez se ha causado el daño y no como mecanismo preventivo de éste. De igual manera, esta acción Estados Unidos. En último lugar, se realizará un análisis de tres casos colombianos de conduc- permite que una persona lidere el grupo, el cual será representado por un apoderado judicial tas anticompetitivas en los cuales se hubiera podido hacer uso de la acción de grupo, de ma- que presentará una sola demanda en nombre de éste, invocando la protección incluso de su- nera que se hubiesen obtenido mayores beneficios para los afectados y para la sociedad en su jetos que aún no se han vinculado al proceso, pero que en todo caso están legitimados para conjunto. acogerse a él por haber sufrido un daño causado por el mismo hecho.1 I. LA ACCIÓN DE GRUPO EN COLOMBIA Con la Constitución de 1991 se introdujo en Colombia un sistema de protección de derechos que permite una acción conjunta por parte de los afectados por un mismo hecho para obtener la indemnización de los perjuicios sufridos por dicho grupo de personas. Es así como la acción de grupo permite la reparación de los daños sufridos por una multiplicidad de personas, las cuales se han visto perturbadas por un mismo hecho dañoso. Esta acción busca optimizar los recursos del aparato judicial al permitir a un mismo juez conocer, en un solo proceso, múltiples pretensiones individuales de indemnización de perjuicios. Ello supone por tanto, una superación de la estructura procesal clásica que partía de la existencia de un solo sujeto en cada extremo de la relación procesal. Mediante la acción de grupo un conjunto de personas que se han visto afectadas por una misma causa y proveniente de una misma fuente de responsabilidad, puede solicitar el pago de una indemnización por los perjuicios individuales que esta situación les haya ocasionado. Su finalidad es siempre una compensación monetaria, dada la naturaleza resarcitoria de la acción de grupo, pues persigue el reconocimiento y pago de la indemnización por los perjuicios causados. De ahí que pueda decirse que la acción de grupo tutela intereses individuales pues, a pesar de originarse en los daños ocasionados a un número plural de personas que deciden acudir ante la justicia en acción única para obtener la respectiva reparación, lo cual podría suponer que se refiere a intereses comunes, lo cierto es que los intereses se pueden individualizar en relación con el daño cuya indemnización se persigue2. Es decir, “lo que se pretende reivindicar Las acciones de grupo son un instrumento tras- 6 plantado del derecho anglosajón donde han sido concebidas con el fin de resarcir los perjui- 1 Bejarano Guzmán, Ramiro. Procesos Declarativos. Cuarta Edición. Editorial Temis. Bogotá, 2008. cios individuales de un grupo plural de sujetos 2 Corte Constitucional. Sentencia C-215 de 1999. M.P.: Martha Victoria Sáchica de Moncaleano. Enero - Junio de 2011 - Universidad de los Andes - Facultad de Derecho - Revista de Derecho Privado N.o 45 centiva a que algunos agentes económicos, que una compensación pecuniaria que será percibida por cada uno de los miembros del grupo que se unen para promover la acción”3. bajo la estructura tradicional de indemnización individual carecen de estímulos suficientes para iniciar un proceso por su cuenta por tratarse de Las acciones de grupo tuvieron su origen en las daños que no ameritan el desgaste de un proceso judicial, acudan al aparato judicial en busca “class actions” de Estados Unidos, razón por la cual éstas, tal y como fueron reguladas por la Ley 472 de 1998, presentan una similitud con las primeras. Por ejemplo se trata de acciones que pueden ser utilizadas para proteger diferentes clases de derechos e intereses ya sea individuales o colectivos. Al respecto, la Corte Constitucional sostuvo que “en cuanto se refiere a las acciones de clase o de grupo, hay que señalar que éstas no hacen relación exclusivamente a derechos constitucionales fundamentales, ni únicamente a derechos colectivos, toda vez que comprenden también derechos subjetivos de origen constitucional o legal”4. La Corte Constitucional ha reconocido que la acción de grupo ha demostrado ser un instrumento eficiente para avanzar en la solución de los graves problemas de acceso a la justicia además de la protección de sus derechos. De esta forma, los pequeños daños sufridos por un grupo significativo pueden ser aliciente para iniciar un proceso que permita la indemnización de todas aquellas personas que merecen ser resarcidas. La anterior consideración contribuye a la justicia en tanto actos que por su insignificancia individual jamás hubiesen llegado a ser conocidos por un juez, ahora pueden ser objeto de un proceso colectivo, impidiendo que, por ejemplo, en el derecho de la competencia los actores del mercado actúen contrario a éste sin recibir sanción alguna. A continuación se explicarán algunas cuestiones de esta acción con el fin de poner de presente algunas de sus particularidades que permiten comprender mejor este instrumento legal. de satisfacer el principio de economía procesal al facilitar la indemnización de todas aquellas personas afectadas por un mismo hecho. Este Conforme a la regulación contenida en la ley 472 de 1998, para que proceda la acción de grupo se deben observar los siguientes requisitos5: beneficio no sólo se predica de los actores sino también de la parte demandada en tanto le permite realizar una sola defensa, evitando así los En primer lugar, la acción debe ser interpuesta costos de múltiples litigios y las eventuales decisiones contradictorias por tratarse de casos llevados por jueces distintos en tiempos diferentes. Asimismo, constituye un mecanismo que in3 Ibíd. 4 Ibíd. La protección del derecho a la libre competencia mediante la acción de grupo: una lección aún por aprender es un interés personal cuyo objeto es obtener a favor de un número plural de personas, lo cual supone la necesidad de contener pretensiones que cobijen a un número plural de afectados. Ello no obsta para que la demanda sea presentada por un solo miembro del grupo, con tal que se indiquen los nombres de los demás afecta5 Bejarano guzmán, óp. cit. Enero - Junio de 2011 - Universidad de los Andes - Facultad de Derecho - Revista de Derecho Privado N.o 45 7 Pablo Ángel V. - Laura Estrada V. dos, o cuando menos se suministren criterios por circunstancias comunes lo que lo convierte claros para su identificación6. Adicional a ello, debe acreditarse que ese grupo de personas a favor de quienes se está actuando está confor- en grupo para efectos de la legitimación para iniciar una acción de grupo. mado, cuando menos, por veinte personas. Es decir, debe probarse que existen no menos de veinte afectados que legítimamente pudieran hacerse parte en el proceso por haber resultado lesionados por el mismo hecho. Debe aclararse que el hecho que al finalizar el proceso no se logre completar este número no obsta para que el juez se pronuncie sobre el fondo del litigio. Por otro lado, los artículos 3 y 46 de la ley 472 de 1998 definen la acción de grupo como aquella “interpuesta por un número plural o un conjunto de personas que reúnen condiciones uniformes respecto de una misma causa que originó perjuicios individuales para dichas personas”. De lo anterior tenemos que “el interés en las acciones de grupo se define en función de la afectación en circunstancias comunes”7, por lo que todas las personas que integran el grupo deben haber resultado lesionadas por hechos o causas comunes. En lo que respecta al grupo debe hacerse una última precisión. Éste no debe estar preconstituido como grupo antes del daño, como equivocadamente lo sostuvo el Consejo de Estado en un momento8, sino que es precisamente el daño 6 Consejo de Estado. Sala de lo Contencioso Administrativo. Sección Tercera. Sentencia del 1 de Junio de 2000. Consejero Ponente: Ricardo Hoyos Duque. 7 Corte Constitucional. Sentencia T-728 de 2004. M.P.: Jaime Córdoba Triviño. 8 8 Consejo de Estado. Sala de lo Contencioso Administrativo. Sección Tercera. Sentencia del 2 de febrero de 2001. Consejero Ponente: Alier Eduardo Hernández. Por último, debe tenerse presente que la acción de grupo está sujeta a un término de caducidad de dos años, contados a partir del momento en que se causó el daño o cesó la acción vulnerante causante de éste. Por esta razón sólo podrá iniciarse la acción de grupo si no ha transcurrido este término, pues de lo contrario habría que acudir a la acción individual de indemnización de perjuicios. En cuanto a quienes pueden hacer parte de una acción de grupo, la titularidad de dicha acción está en cabeza de todas las personas naturales y jurídicas que hubieren sufrido un perjuicio individual causado por el hecho común. Excepcionalmente, el Defensor del Pueblo y los Personeros podrán interponer dichas acciones en nombre de cualquier persona que se lo solicite o que se encuentre en situación de desamparo o indefensión. Los afectados deben actuar por medio de abogado y en caso de existir varios abogados representantes de los afectados, se conformará un comité del que será vocero aquel abogado que represente al mayor número de víctimas o el que sea designado por el comité. El demandante se reputa representante de todos aquellos que hayan resultado afectados por los hechos objeto de la acción de grupo y que no se han hecho parte del proceso, solicitando su inclusión. De esta manera, todos los afectados son partes en el proceso pues están representados en éste por el demandante, razón por la cual todo lo que se decida en él tendrá efectos Enero - Junio de 2011 - Universidad de los Andes - Facultad de Derecho - Revista de Derecho Privado N.o 45 Conforme a lo establecido en el artículo 50 de la posibilidad de que los afectados soliciten su inclusión para intervenir directamente en vez de continuar siendo representados por el deman- la Ley 472 de 1998, la jurisdicción de lo contencioso administrativo, por medio de los jueces administrativos en primera instancia y de los Tri- dante. El artículo 55 de la Ley 472 establece dos modalidades por medio de las cuales las perso- bunales en segunda instancia, conocerá de las acciones de grupo dirigidas contra las entidades nas afectadas pueden hacerse parte del proceso: el primero, antes de la apertura a pruebas, públicas o las personas privadas que desempeñen funciones administrativas. Por su parte, la mediante la presentación de un escrito en el que se indique el daño sufrido, su origen y el deseo jurisdicción civil conocerá de las demás acciones de grupo, por medio de los jueces civiles del de acogerse al fallo y de pertenecer al grupo; el segundo, dentro de los veinte días siguientes a la publicación de la sentencia, suministrando la circuito en primera instancia y de los Tribunales Superiores del Distrito en segunda. Para conocer del proceso será competente el juez del lu- misma información y siempre que su acción no haya prescrito o caducado. En este último caso no se podrá solicitar una mayor indemnización por daños extraordinarios y tampoco habrá lugar gar donde ocurrieron los hechos o el del domicilio del demandado a elección del demandante. a que se incremente el monto total de la indemnización por la inclusión de nuevos miembros después de la sentencia. Por otro lado, quienes no desean ser representados por el demandante, ni quedar vinculados por la sentencia o el acuerdo de conciliación, deben solicitar su exclusión del grupo, mediante escrito que debe ser presentado dentro de los cinco días siguientes al vencimiento del traslado de la demanda. De no haberse solicitado la exclusión oportunamente, el miembro del grupo podrá solicitar, dentro de los veinte días siguientes a la publicación de la sentencia, que ésta no tenga efectos con respecto a él demostrando que sus intereses no fueron representados en forma adecuada por el representante del grupo o que hubo errores graves en la notificación. A quien le sea concedida la exclusión podrá acudir a la jurisdicción competente mediante la acción de indemnización de perjuicios para obtener su reparación. La protección del derecho a la libre competencia mediante la acción de grupo: una lección aún por aprender frente a todos ellos. Es por ello que la ley prevé Una vez iniciado el proceso y admitida la demanda, la ley prevé un mecanismo de notificación bastante eficaz para que los integrantes del grupo que no han intervenido en el proceso conozcan de éste y puedan solicitar su inclusión o exclusión del grupo. En efecto, el juez deberá valerse de uno o varios medios masivos de comunicación o de cualquier medio eficaz para comunicar de la existencia del proceso. Vemos como la ley faculta al juez para escoger el medio que considere más apropiado para efectuar la comunicación a todos los afectados, lo cual podría contribuir a que un mayor número de personas se hagan parte del proceso. Surtida la notificación y vencido el término de traslado del demandado para que se pronuncie sobre la demanda, el juez debe fijar fecha para la audiencia de conciliación con el fin de que las partes exploren la posibilidad de llegar a un acuerdo. En caso de lograrse un acuerdo, éste deberá ser aprobado por el juez y de ser Enero - Junio de 2011 - Universidad de los Andes - Facultad de Derecho - Revista de Derecho Privado N.o 45 9 Pablo Ángel V. - Laura Estrada V. así, el acta que contiene el acuerdo hace tránsito a cosa juzgada y presta mérito ejecutivo. El acuerdo deberá ser publicado en un medio de comunicación de amplia circulación nacional. Según lo establecido en el artículo 65 de la Ley 472, la sentencia que acoja las pretensiones del grupo dispondrá el pago de una indemnización colectiva, que contenga la suma ponderada de las indemnizaciones individuales y además señalará los requisitos que deben cumplir los beneficiarios que no han solicitado su inclusión al grupo a fin de que puedan reclamar la indemnización correspondiente. Esta sentencia se publicará en un diario de amplia circulación nacional, con la prevención a todos los afectados por los mismos hechos que no concurrieron al proceso, para que presenten su solicitud de inclusión dentro de los veinte días siguientes a la publicación, para reclamar la indemnización. La sentencia tendrá efectos de cosa juzgada en relación con quienes fueron parte del proceso y de las personas que, perteneciendo al grupo, no solicitaron su exclusión. Debe mencionarse que aquellos que hayan resultado afectados por los hechos objeto de la acción de grupo y que no hayan solicitado oportunamente su inclusión o exclusión habrán perdido para siempre la oportunidad de obtener una reparación. El demandado deberá pagar la indemnización al Fondo para la Defensa de los Derechos e Intereses Colectivos, el cual será administrado por el Defensor del Pueblo, el cual se encargará de efectuar el pago a los afectados que se hicieron presentes durante el trámite del proceso, como a aquellos que soliciten su inclusión dentro de los veinte días siguientes a la publicación de la 10 sentencia y cumplan con los requisitos establecidos en la sentencia. Adicionalmente, la Defensoría del Pueblo se encargará de decidir las solicitudes de inclusión presentadas oportunamente y procederá a efectuar el pago a quienes resulten aceptados. A efectos de la determinación del monto de la indemnización que corresponde a cada uno de los miembros del grupo, el juez podrá dividir el grupo en subgrupos pues, de acuerdo con lo probado, puede constatarse que hubo quienes resultaron lesionados en mayor medida que otros. Es por ello que el apoderado del grupo debe probar los daños sufridos por todos los miembros del grupo y de aquellos afectados que no se hicieron presentes para que el monto de la indemnización decretada alcance para cubrir a todas las víctimas. II. LA PROTECCIÓN A LA LIBRE COMPETENCIA El régimen económico ocupó un lugar de gran importancia para el Constituyente de 1991 donde se le dio al país un marco propio de una economía social de mercado cuyo principio rector es la libertad económica que consiste en la facultad “que tiene toda persona de realizar actividades de carácter económico, según sus preferencias o habilidades, con miras a crear, mantener o incrementar un patrimonio.”9 Esta libertad está compuesta por la libertad de empresa, la cual es el fundamento de la actividad particular, y la libre competencia que supone el derecho a competir en el mercado sin ser discriminado. 9 Consejo de Estado. . Sala de lo Contencioso Administrativo. Sección Tercera. Sentencia del 13 de Agosto de 2008. Consejera Ponente: Ruth Stella Correa Palacio. Enero - Junio de 2011 - Universidad de los Andes - Facultad de Derecho - Revista de Derecho Privado N.o 45 portancia en una sociedad de mercado como la señala que la libre competencia es un derecho de todos que otorga al Estado la responsabilidad de impedir que se obstruya o restrinja la nuestra, razón por la cual nos compete a todos velar por su protección para que no se presenten conductas anticompetitivas que operen en libertad económica y evitar el abuso de la posición dominante que pudiesen llegar a tener detrimento de toda la comunidad. Así, la Corte Constitucional ha insistido en que “se concibe a los agentes económicos. Así, se protege constitucionalmente la libertad económica de dichos la libre competencia económica, como un derecho individual y a la vez colectivo, cuya finalidad agentes para acceder al mercado en condiciones de libre concurrencia, como también las es alcanzar un estado de competencia real, libre y no falseada, que permita la obtención del condiciones de competencia que permiten a los consumidores escoger libremente los bienes o servicios ofrecidos, según sus preferencias de lucro individual para el empresario, a la vez que genera beneficios para el consumidor con bienes y servicios de mejor calidad, con mayores calidad o precio.10 garantías y a un precio real y justo. Por lo tanto, el Estado bajo una concepción social del mercado, no actúa sólo como garante de los derechos económicos individuales, sino como corrector Así se manifestó en los debates de la Asamblea Nacional Constituyente donde se expresó que “cuando la competencia económica no es libre o es desleal o injusta se produce un daño que afecta no sólo a determinados productores de bienes y servicios o a los consumidores respectivos, sino también al conjunto de la colectividad. Por el contrario, cuando la competencia no adolece de estas fallas, es decir, cuando es libre, leal y justa, el mercado, mediante la acción de las fuerzas de la oferta y la demanda, se torna eficiente y provee grandes beneficios a la comunidad.”11 De ahí que la libre competencia se haya consagrado como un derecho colectivo de gran im10 Consejo de Estado. Sala de lo Contencioso Administrativo. Sección Tercera. Sentencia del 10 de febrero de 2005. Consejera Ponente: María Elena Giraldo Gómez. 11 Asamblea Nacional Constituyente, Informe de ponencia sobre el régimen económico, libertad de empresa, competencia económica, monopolios e intervención del Estado, Ponentes Iván Marulanda, Guillermo Perry, Jaime Benítez, Angelino Garzón, Tulio Cuevas y Guillermo Guerrero en Gaceta Constitucionalnúm. 46, Bogotá, lunes 15 de abril de 1991, pp. 7 a 12 La protección del derecho a la libre competencia mediante la acción de grupo: una lección aún por aprender El inciso segundo del artículo 333 de la C.P. de las desigualdades sociales que se derivan del ejercicio irregular o arbitrario de tales libertades. Por ello, la protección a la libre competencia económica tiene también como objeto la competencia en sí misma considerada, es decir, más allá de salvaguardar la relación o tensión entre competidores, debe impulsar o promover la existencia de una pluralidad de oferentes que hagan efectivo el derecho a la libre elección de los consumidores, y le permita al Estado evitar la conformación de monopolios, las prácticas restrictivas de la competencia o eventuales abusos de posiciones dominantes que produzcan distorsiones en el sistema económico competitivo. Así se garantiza tanto el interés de los competidores, el colectivo de los consumidores y el interés público del Estado.”12 12 Corte Constitucional. Sentencia C-815 de 2001. M.P.: Rodrigo Escobar Gil. Enero - Junio de 2011 - Universidad de los Andes - Facultad de Derecho - Revista de Derecho Privado N.o 45 11 Pablo Ángel V. - Laura Estrada V. Es por esta razón que el artículo 88 de la Consti- debe mencionarse que la Ley 155 de 1959, el tución expresamente reconoce la posibilidad de iniciar una acción de grupo ante una conducta que atente contra la libre competencia en detri- Decreto 2153 de 1992, y la Ley 1340 de 2009 constituyen el régimen general de la protección de la competencia. A lo largo de estas disposi- mento de los derechos particulares de terceros, ya sean competidores, consumidores u otros ciones el legislador ha establecido el marco de referencia que permite identificar las conductas miembros de la cadena productiva. contrarias a la libre competencia económica, a la luz de las cuales el juez de la acción de grupo De lo anterior puede concluirse que, para que se den unas condiciones de libre competencia es necesario que tanto oferentes como demandantes tengan la posibilidad de participar en el mer- Así, se pueden identificar tres grupos de conduc- cado sin restricciones que operen en beneficio de algunos de ellos.13 De ahí que la libre competencia supone “la ausencia de obstáculos entre competidores en el ejercicio de una actividad económica lícita y, por tanto, excluye todas las diversas formas de prácticas anticoncurrenciales que puedan eventualmente desvirtuarla.”14, razón por la cual el derecho de la competencia está encaminado a proteger todo el andamiaje constitucional antes mencionado. tas que falsean la competencia, entre las que encontramos los actos y acuerdos contrarios a la libre competencia y las conductas abusivas de la posición de dominio. A continuación se pasará a explicar cuando se configura cada una de estas infracciones. III. PRÁCTICAS QUE ATENTAN CONTRA LA LIBRE COMPETENCIA definición que ofrece el artículo 45 del Decreto 2153 de 1992, habrá un acuerdo contrario a la Con un ánimo meramente ilustrativo y sin la intención de ser exhaustivo, a continuación se expondrán las conductas que, a la luz de la legislación vigente, constituyen prácticas anticoncurrenciales y que, por lo tanto, darían lugar al inicio de una acción de grupo. En primer lugar, 12 debe analizar si hubo una transgresión a este derecho colectivo. En primer lugar, habrá una transgresión al derecho de la competencia cuando dos o más agentes económicos realicen acuerdos contrarios a la libre competencia. Con base en la libre competencia cuando dos o más empresas realicen un “contrato, convenio, concertación, práctica concertada o conscientemente paralela” que tenga por objeto o como efecto: (i) la fijación directa o indirecta de precios; (ii) determinar condiciones de venta o comercialización discriminatoria para con terceros; (iii) la repartición de mercados entre productores o entre 13 Consejo de Estado. . Sala de lo Contencioso Administrativo. Sección Primera. Sentencia del 26 de Noviembre de 2009. Consejero Ponente: Rafael E. Ostau De la Font Pianeta. distribuidores; (iv) la asignación de cuotas de producción o de suministro; (v) la asignación, repartición o limitación de fuentes de abaste- 14 Angarita Barón, Ciro, La libertad económica en la jurisprudencia de la Corte Constitucional: aproximación fugaz, en VV.AA. Constitución Económica Colombiana. El Navegante Editores. Bogotá, 1997. P. 172 cimiento de insumos productivos; (vi) la limitación a los desarrollos técnicos; (vii) subordinar Enero - Junio de 2011 - Universidad de los Andes - Facultad de Derecho - Revista de Derecho Privado N.o 45 fico, tiene la posibilidad de determinar, directa obligaciones adicionales que por su naturaleza no constituían el objeto del negocio; (viii) abstenerse de producir un bien o servicio o afectar o indirectamente, las condiciones de ese mercado. El solo hecho de ostentar la posición dominante no puede considerarse, per sé, como sus niveles de producción; (ix) la colusión en las licitaciones o concursos o los que tengan como una infracción al derecho de la competencia. Ésta sólo se presenta cuando el agente econó- efecto la distribución de adjudicaciones de contratos, distribución de concursos o fijación de mico que ostenta esta condición abusa de ella, incurriendo en alguna de las siguientes prácti- términos de las propuestas; o (x) impedir a terceros el acceso a los mercados o a los canales cas, enunciadas en el artículo 50 del Decreto 2153: (i) la disminución de precios por debajo de comercialización15. de los costos cuando tengan por objeto eliminar uno o varios competidores o prevenir la entrada o expansión de éstos; (ii) la aplicación de En segundo lugar, constituyen prácticas anticoncurrenciales los actos contrarios a la libre competencia, que son todos aquellos “comportamientos de quienes ejerzan una actividad económica”16 que: (i) infrinjan las normas sobre publicidad contenidas en el estatuto de protección al consumidor; (ii) influencien a una empresa para que incremente los precios de sus productos o servicios o para que desista de su intención de rebajar los precios; o (iii) negarse a vender o prestar servicios a una empresa o discriminar en contra de ésta cuando ello pueda entenderse como una retaliación a su política de precios.17 La última serie de actos que atentan contra la competencia económica es el abuso de la posición dominante. Según el artículo 45 del Decreto 2153 de 1992, existe posición dominante cuando uno de los oferentes, en razón de su alto grado de participación en un mercado especí- 15 Artículo 47. Decreto 2153 de 1992 16 Artículo 45. Decreto 2153 de 1992 17 Artículo 48. Decreto 2153 de 1992 La protección del derecho a la libre competencia mediante la acción de grupo: una lección aún por aprender el suministro de un producto a la aceptación de condiciones discriminatorias para operaciones equivalentes, que coloquen a un consumidor o proveedor en situación desventajosa frente a otro consumidor o proveedor de condiciones análogas; (iii) las conductas que tengan por objeto o como efecto subordinar el suministro de un producto a la aceptación de obligaciones adicionales, que por su naturaleza no constituían el objeto del negocio, sin perjuicio de lo establecido por otras disposiciones; (iv) la venta a un comprador en condiciones diferentes de las que se ofrecen a otro comprador cuando sea con la intención de disminuir o eliminar la competencia en el mercado; (v) vender o prestar servicios en alguna parte del territorio colombiano a un precio diferente a aquel al que se ofrece en otra parte del territorio colombiano, cuando la intención o el efecto de la práctica sea disminuir o eliminar la competencia en esa parte del país y el precio no corresponda a la estructura de costos de la transacción; o (vi) obstruir o impedir a terceros el acceso a los mercados o a los canales de comercialización. Enero - Junio de 2011 - Universidad de los Andes - Facultad de Derecho - Revista de Derecho Privado N.o 45 13 Pablo Ángel V. - Laura Estrada V. IV. VENTAJAS DE LA ACCIÓN DE GRUPO COMO ESTRATEGIA DE LITIGIO El uso de la acción de grupo como mecanismo para buscar la tutela efectiva del derecho a la libre competencia es una herramienta que amerita ser explorada con mayor rigor en la práctica debido a las múltiples ventajas que ofrece. A continuación se presentarán las ventajas que ofrece la acción de grupo en general, para posteriormente explicar las ventajas que representa esta acción para la protección del derecho a la libre competencia. En primer lugar, vale la pena destacar que la acción de grupo elimina la asimetría que existe cuando el demandante acciona de manera individual, pues éste carece del conocimiento y el manejo de economías de escala. Lo anterior se traduce en pocos incentivos para el demandante individual y mayor grado de impunidad para quienes están realizando prácticas anticompetitivas. Así, la acción de grupo permite al demandante hacer uso de las economías de escala para lograr el resarcimiento de los perjuicios de todo un grupo, contribuyendo además a sancionar las conductas atentatorias de la libre competencia.18 Como segunda medida, quizá una de las ventajas más destacables del uso de la acción de grupo en temas de competencia es evitar la doble litigación frente a un mismo hecho dañino 18 14 Rosenberg. David. Avoiding Duplicative Litigation of Similar Claims: The Superiority of Class Action vs. Collateral Estoppel vs. Standard Claims Market. Harvard University. John M. Olin Center for Law, Economics, and Business. Diciembre de 2002. del demandado. Lo anterior tiene como efecto optimizar los recursos de la rama judicial al resolver en un sólo proceso las pretensiones y consecuentes indemnizaciones de todo un grupo afectado por un miso hecho dañoso. Así, se optimizan recursos económicos y de tiempo en tanto cada etapa procesal, incluida la posterior como lo sería la apelación, ocurre sólo una vez, teniendo ello como resultado que se decidan de manera definitiva temas que serían comunes de todas las demandas individuales. Esta ventaja es de gran importancia en nuestro país que tiene altos índices de congestión judicial. De igual manera, al impedirse los múltiples litigios, en tanto la sentencia de la acción de grupo tiene efecto de cosa juzgada, se fortalece la seguridad jurídica al evitar la posibilidad de que existan fallos contradictorios (lo cual es altamente probable cuando se inician acciones individuales separadas por un mismo hecho y posiblemente ante jueces diferentes). Asimismo, al concentrarse todas las reclamaciones en un mismo proceso se le da al juez una visión global del litigio a resolver, lo cual le permite tomar una mejor decisión pues, si cada proceso se tramitase por separado, las dificultades probatorias de los casos de derecho de la competencia podrían llevar al juez a decisiones erradas. Sumado a lo anterior, debe considerarse que un juez que conoce de un proceso colectivo como la acción de grupo, por la trascendencia social del litigio, estará dispuesto a dedicarle más tiempo a cada decisión, que si estudiara cada reclamación por separado, para que éstas sean lo más justas posible. Ello lleva a tener una mejor administración de justicia, especialmente necesaria en nuestro Enero - Junio de 2011 - Universidad de los Andes - Facultad de Derecho - Revista de Derecho Privado N.o 45 so separado por un posible miembro del grupo, ciales afecta la calidad de las providencias. salvo que éste haya pedido su exclusión dentro de la oportunidad señalada por la ley. Por ello, la sentencia con la que culmine el proceso de Del mismo modo, los costos de un pleito para ambas partes en lo concerniente a los honorarios de los abogados suelen ser altos y por lo tanto bajo el esquema tradicional de litigio individual se afecta en gran medida el patrimonio de las partes. Con la acción de grupo, los costos de un abogado, que bajo el esquema tradicional puede ser un gran desincentivo para un posible demandante, se dividen entre el grupo pues un mismo apoderado judicial representará a todos los miembros. En cuanto al demandado, éste también optimiza sus recursos si sólo tiene que pagar un abogado para que lo represente en un caso de acción de grupo, en contraposición a si tuviera que pagar honorarios a su apoderado por cada acción individual de indemnización de perjuicios que iniciara cada miembro del grupo.19 Asimismo, en los procesos entre grandes compañías y particulares suele haber una asimetría de poder, que se genera por la capacidad económica de las primeras. La acción de grupo permite contrarrestar esta asimetría pues la unión de todos los afectados permite contar con la asesoría legal de un mejor abogado, lo cual les otorga un mayor poder de litigación. Por otro lado, una ventaja importante que ofrece la acción de grupo es la preclusión de temas y asuntos analizados en dicho proceso. De esta forma, la decisión final de un proceso colectivo como este, al generar efecto de cosa juzgada, una acción de grupo, si es condenatoria, deberá proveer una suma indemnizatoria para todos aquellos miembros del grupo que no se unieron formalmente al proceso pero que, por haber sido perjudicados por el mismo hecho dañoso, pueden hacer uso de su derecho y reclamar su indemnización dentro de un límite temporal preciso. De esta forma, aún frente a las personas que no recibieron ningún tipo de indemnización por no haberse hecho parte en el proceso, la decisión produce efectos de cosa juzgada, no pudiendo ser incoada por tanto una nueva acción por el mismo hecho. Por otra parte, al estar en juego los intereses de un grupo de personas que suele ser amplio, la presión sobre el demandado es grande pues, de ser condenado en el proceso, la indemnización posiblemente será cuantiosa. Lo anterior tiene como efecto que los procesos de acción de grupo se resuelvan con frecuencia entre las partes en la diligencia de conciliación. Este acuerdo, al haberse dado en el curso del proceso de una acción de grupo y siempre y cuando sea aprobado por el juez, genera también efecto de cosa juzgada en tanto el acuerdo se da respecto de todo el grupo y por tanto no podrá incoarse posteriormente una demanda individual basada en los mismos hechos. evita que en el futuro se vuelva a abrir un proce- Desde la perspectiva del abogado que representa al grupo, puede resultar atractivo el cambio 19 de la relación tradicional que se da entre él y su cliente. Lo anterior en razón a que, siendo Ibídem. La protección del derecho a la libre competencia mediante la acción de grupo: una lección aún por aprender país donde la congestión de los despachos judi- Enero - Junio de 2011 - Universidad de los Andes - Facultad de Derecho - Revista de Derecho Privado N.o 45 15 Pablo Ángel V. - Laura Estrada V. apoderado de un grupo, no existe una relación como instrumento para lograr el resarcimiento de tan directa entre el grupo y su abogado. Ello resulta en un mayor grado de libertad y maniobrabilidad del abogado para definir la estrategia de perjuicios ocasionados a un grupo de personas por un mismo hecho dañoso. Este es un campo aún inexplorado en temas de derecho de la com- litigio a seguir pues no está atado a las precisas instrucciones que le da su cliente. Esta circuns- petencia que, de ser usado como herramienta para el resarcimiento de los perjuicios ocasiona- tancia puede servir como incentivo para que los abogados especialistas en casos de competen- dos por el ejercicio de prácticas anticompetitivas, generaría una serie de efectos necesarios y cia den un mayor uso a dicha acción. Ello por supuesto no implica que el abogado pueda des- deseables. Entre dichos efectos cabe destacar el resarcimiento de los perjuicios a todos los afec- conocer los intereses de sus representados que son todos los miembros del grupo, sino que, al haber sido escogido como el representante del tados por un hecho y no sólo a quienes tienen la capacidad de acceder a un abogado de manera individual, el efecto disuasivo para un agente del grupo, ninguno de los miembros tiene poder de darle instrucciones, por lo que el abogado podrá adoptar la estrategia de litigio que a su juicio considere acertada, eso sí, siempre velando por mercado de realizar prácticas anticompetitivas si ve factible la posibilidad de ser condenado a la reparación de todo un grupo, el efecto de cosa juzgada que se genera para dicho hecho dañoso los intereses de sus poderdantes. Debe mencionarse que la acción de grupo acarrea un reto éti- ya sea por sentencia o por acuerdo entre las partes, y la reducción de costos de litigio que impli- co importante para el abogado que representa a los afectados pues, si bien al comienzo es contratado por uno de los miembros del grupo, una vez que es elegido como el representante de ca para ambas partes la acción de grupo versus múltiples demandas individuales. todo el grupo, el abogado debe velar irrestrictamente por los intereses de todos los miembros actuales y potenciales, sin guardar ningún grado de favoritismo hacia aquel que inicialmente lo contrató. Ello supone indagar por los verdaderos intereses del grupo que en muchos casos pueden ir en contravía de los intereses de su cliente inicial. De ahí que el abogado deba armonizar los posibles intereses de sus representados para de esta forma cumplir satisfactoriamente con la labor que le ha sido encomendado. Frente a este punto en particular, resulta pertinente señalar que desde la teoría institucionalista propuesta por Douglass C. North, la acción de grupo como institución trae amplias ventajas pues permite reducir los costos de transacción a partir de la acumulación de pretensiones de diversos agentes y su solución en un sólo proceso. Lo anterior evidencia el carácter eficiente de la institución toda vez que facilita la armonización de diversos intereses en torno a una causa común permitiendo cumplir con los objetivos de todos los involucrados, utilizando la menor cantidad de recursos posible20. Las ventajas anteriormente expuestas ponen de presente la efectividad de la acción de grupo 16 20 Prado. G.A. El Pensamiento Económico de Douglass C. North. LaissezFaire, 9, septiembre de 1998. Enero - Junio de 2011 - Universidad de los Andes - Facultad de Derecho - Revista de Derecho Privado N.o 45 sigan cometiendo estas prácticas. Por ello, en la las ventajas particulares que este mecanismo ofrece para la protección del derecho de la competencia. medida que la acción de grupo permite someter estos asuntos a la jurisdicción y no esperar a que la sic se pronuncie, se logra combatir estas V. VENTAJAS DE LA ACCIÓN DE GRUPO COMO HERRAMIENTA PARA PROTEGER EL DERECHO A LA LIBRE COMPETENCIA Para la protección de las normas sobre derecho de la competencia se debe recurrir a todos los mecanismos que consagra el ordenamiento. Ello implica que la aplicación de estas normas no recae sólo en manos de la sic como autoridad administrativa encargada de velar por su protección, sino que hay otras personas que están legitimadas para hacer cumplir las normas sobre competencia. Sólo en la medida en que se agoten todas las instancias legales para la protección de este derecho se logrará desincentivar y erradicar este tipo de prácticas, al tiempo que se obtiene una reparación integral para los afectados. La acción de grupo como herramienta para proteger el derecho a la libre competencia representa una multiplicidad de ventajas que en el país se han desperdiciado. En primer lugar, la acción de grupo permite superar un problema que se hace latente que es la deficiencia de recursos humanos y económicos, así como otros problemas operacionales, que tiene la sic para hacer frente a todas las prácticas restrictivas de la competencia que se presentan en el país. De esta forma, el grado de impunidad prácticas que estaban quedando en la impunidad. Así, encontramos que la utilización de las acciones de grupo frente a trasgresiones al derecho a la libre competencia permite superar la insuficiente acción de las autoridades administrativas frente a prácticas anticompetitivas que se da por la exposición de éstas a influencias políticas, a conflictos de interés, a su incapacidad de actuar eficientemente por problemas de burocracia, e incluso por la falta de recursos21. Como lo sostiene Richard Posner, para medir el éxito de un sistema de leyes debe mirarse cómo éste afecta el comportamiento de aquellos hacia quienes está dirigida la medida. Es así como en el caso del derecho de la competencia, las compañías, antes de implementar una práctica anticompetitiva, hacen un análisis en el cual toman en consideración las posibles sanciones y la probabilidad de que éstas sean impuestas22. Si las sanciones son altas pero, por la incapacidad del Estado, la posibilidad de que sean impuestas son bajas, las compañías van a tener un incentivo para cometer este tipo de prácticas. En nuestro país, por las razones antes vistas, la sic se ve imposibilitada para castigar a todos los infractores, lo cual ha abierto la puerta a que se multipliquen las prácticas anticompetitivas. Esto lleva a la necesidad de que sean 21 Rosenberg, David & Sullivan, James P. Coordinating private class action and public agency enforcement of antitrust law. Harvard University. John M. Olin Center for Law, Economics, and Business. Agosto de 2005. 22 Posner, Richard A. Antitrust Law. Segunda edición. University of Chicago Press. Chicago, 2001. en esta materia crece cada día, lo cual se ha convertido en un incentivo adicional para que se La protección del derecho a la libre competencia mediante la acción de grupo: una lección aún por aprender A continuación se analizarán con mayor detalle Enero - Junio de 2011 - Universidad de los Andes - Facultad de Derecho - Revista de Derecho Privado N.o 45 17 Pablo Ángel V. - Laura Estrada V. los particulares, los principales afectados por de las leyes sobre competencia porque no sir- la medida, quienes tomen la iniciativa e inicien las acciones de grupo en defensa del derecho a la libre competencia, para que ninguna prác- ven como mecanismo para desentrañar nuevos casos de violaciones al derecho “antitrust” pero, al contrario, generan unas condenas ruinosas. tica que atente contra el mercado quede en la impunidad. De esta forma, se logrará construir Frente a estas críticas merece hacer los siguien- una percepción generalizada de que cualquier conducta contraria a la ley será castigada, lo cual generará un efecto disuasivo de estos actos. Así, se cumple con el fin de disuadir estas prácticas que es el objetivo al que debe apuntar el derecho de la competencia pues prevenir, en vez de reparar por las violaciones, maximiza el puesta excesiva aplicación de la ley que genera unas condenas exageradas, debe decirse que estas condiciones contribuyen a disuadir a los actores económicos de la comisión de prácticas anticompetitivas. Sólo en la medida que exista Ahora bien, hay quienes critican la utilización de las acciones de grupo como mecanismo de protección del derecho de la competencia. Así, se dice que dejar en manos privadas la protección de este derecho genera una excesiva aplicación de la ley, lo cual termina generando costos insostenibles para las empresas, que incluso pueden obligarlas a cerrar sus puertas24. Sumado a ello, se ha encontrado que en la mayoría de las ocasiones en que se acude a las “class actions” una certeza de que serán sancionados o que de serlo la continuidad de la compañía puede verse comprometida, los actores dejarán de recurrir a estas prácticas como mecanismo para maximizar su riqueza. Asimismo, en la medida que las indemnizaciones cuyo pago se ordena en las acciones de grupo están basadas en los perjuicios efectivamente comprobados por el juez, no puede hablarse de un cobro excesivo, sino de la restitución de unas sumas injustamente apropiadas por las compañías. Frente a la pobre contribución para detectar nuevos casos de actos contrarios a la competencia debe en los Estados Unidos se trata de casos en los cuales la Comisión Federal de Comercio se ha pronunciado previamente sobre la existencia de prácticas anticompetitivas25. Como consecuencia, se arguye que es poco lo que estas acciones decirse que, si bien no es el panorama ideal, en la medida en que las condenas de las acciones de grupo hacen excesivamente oneroso la comisión de estas prácticas, se sienta un precedente que disuade a otras compañías de ejecutar este contribuyen a aumentar el grado de aplicación tipo de actos. La gran publicidad que viene ata- bienestar social.23 18 tes comentarios. En lo que respecta a la su- da a las acciones de grupo, tanto para fines de notificación como por su importancia mediática, permite la difusión de estas decisiones, cum- 23 Rosenberg, David & Sullivan, James P., óp. cit. 24 Leslie, Christopher R. Trust, Distrust, and Antitrust. Texas Law Review, Volume 82, Number 3, February 2004. University of Texas. pliendo este objetivo de disuasión. 25 Kauper, Thomas E. & Snyder, Edward A. An Inquiry into the efficiency of private antitrust enforcement: follow-on and independently initiated cases compared. Georgetown Law Journal 1163. Washington, D.C. 1986. Por último, y retomando un argumento presentado con anterioridad, debe recalcarse que Enero - Junio de 2011 - Universidad de los Andes - Facultad de Derecho - Revista de Derecho Privado N.o 45 aquellos que sufren un menoscabo con ocasión de un acto anticompetitivo normalmente no tienen incentivos económicos lo suficientemente importantes para embarcarse en un proceso judicial, por cuanto los daños ocasionados con estas prácticas suelen estar distribuidos entre un gran número de personas, cada una de las cuales sólo sufre un pequeño daño. Ello hace que los costos del proceso superen las pretensiones indemnizatorias, por lo que se genera un alto grado de impunidad. No obstante, con la acción de grupo se permite superar este inconveniente, agregando todos los pequeños intereses, de tal manera que todos puedan recibir su justa reparación. De ahí que la acción de grupo se presente como el mecanismo adecuado para hacer frente a las prácticas anticompetitivas que, por la naturaleza del daño que generan, de otra forma difícilmente llegarían ante un tribunal. De esta forma, se evidencia la conveniencia de utilizar esta acción de indemnización colectiva en la medida que permite generar un desincentivo de las prácticas anticompetitivas, pues su utilización hace que resulte mucho más oneroso para las compañías atentar contra las normas del derecho de la competencia. Esto redunda en beneficio de toda la comunidad pues supone una competencia limpia que favorece, tanto a consumidores, como a los competidores. La protección del derecho a la libre competencia mediante la acción de grupo: una lección aún por aprender VI. LA ACCIÓN DE GRUPO PARA LA PROTECCIÓN DEL DERECHO A LA LIBRE COMPETENCIA EN EL PANORAMA COLOMBIANO A pesar del reconocimiento constitucional de la libre competencia como un derecho de gran trascendencia para el ordenamiento jurídico colombiano y de la posibilidad de protegerlo por medio de la acción de grupo, deja mucho que desear el poco desarrollo que ha tenido esta acción en nuestro país para proteger este derecho. Luego de una búsqueda en el Registro de Acciones Populares y de Grupo (RAP) de la Defensoría del Pueblo26, puede concluirse que en Colombia no se busca la protección del derecho a la libre competencia mediante de las acciones de grupo.27 De éste se pudo constatar que tampoco se busca la protección de este derecho por medio de la acción popular, lo cual resulta paradigmático por ser ésta la vía procesal más adecuada para la protección de derechos e intereses colectivos. En términos generales, no se encontraron más de quince acciones populares en las cuales se buscaba la protección de la libre competencia y ninguna acción de grupo encaminada al resarcimiento de los perjuicios ocasionados por una práctica anticomptetitiva. 26 Visita Realizada a la Defensoría del Pueblo el día 23 de Abril de 2010. 27 Según el artículo 80 de la ley 472 de 1998, corresponde a la Defensoría del Pueblo, organizar y manejar un registro de acciones populares y de grupo en forma centralizada donde deben registrarse todas las acciones de este tipo que se inicien en el país. Por esta razón todos los jueces que conozcan de estos procesos deben enviar a dicha entidad la demanda, el auto admisorio y el fallo que profieran. Enero - Junio de 2011 - Universidad de los Andes - Facultad de Derecho - Revista de Derecho Privado N.o 45 19 Pablo Ángel V. - Laura Estrada V. Lo anterior resulta desalentador en tanto no VII. LA ACCIÓN DE GRUPO COMO MECANISMO PARA LA PROTECCIÓN DEL DERECHO DE LA COMPETENCIA EN EE.UU. se está acudiendo a un mecanismo altamente efectivo brindado por el ordenamiento para la protección de este derecho, lo cual significa un sacrificio a la justicia y a la oportunidad de desincentivar prácticas anticompetitivas por este medio. Una posible explicación y tal vez la principal que se encuentra del por qué de la subutilización de esta figura para proteger este derecho colectivo es el desconocimiento de esta alternativa por parte de la población, y en especial de un sector de abogados que se dedican al área del derecho de la competencia. De ahí que resulta importante realizar una investigación donde se ponga de presente no sólo la viabilidad de acudir a esta acción judicial para obtener la tutela del derecho a la libre competencia, sino también exponer las ventajas que se obtienen de litigar mediante la acción de grupo, todo lo cual parece ser desconocido hasta ahora. Asimismo, ello se puede deber al rol activo que ha venido jugando la Superintendencia de Industria y Comercio para la protección de este derecho, el cual en cierta medida suple la falta de un incentivo lo suficientemente fuerte para que los particulares inicien este tipo de acciones. De esa forma, se crea un imaginario que la protección de la libre competencia es una función eminentemente administrativa que recae en cabeza de la sic, lo cual ha contribuido a opacar la función tan valiosa que pueden llegar a cumplir las acciones de grupo en este campo. No obstante, este postulado desconoce que la protección del derecho a la libre competencia es un asunto que compete a todos, para el beneficio de todos. 20 El caso estadounidense es un buen referente de cómo se ha utilizado la acción de grupo como mecanismo para la protección del derecho colectivo a la libre competencia. Así, se pueden encontrar casos de “class actions” (equivalente a la acción de grupo del ordenamiento colombiano) iniciados tanto por consumidores como por empresas competidoras que se han visto afectados por prácticas anticompetitivas por parte de algún agente del mercado. Existe amplia jurisprudencia donde un gran número de consumidores, que se han visto afectados por prácticas anticompetitivas, han recurrido de manera colectiva ante los tribunales para hacer efectivos sus derechos y buscar el resarcimiento de los perjuicios que se les han ocasionado. El caso Gilchrist c. State Farm resulta de gran significancia por cuanto la Corte del Distrito Norte de la Florida reconoció un grupo de 70 millones de asegurados que se habían visto afectados por las conductas que se demandaban. En este caso, la actora que representaba a este amplio grupo (Gilchrist) alegaba que la asociación por parte de las compañías aseguradoras de vehículos en una entidad formal como lo era la Asociación de Certificación de Partes de Autos buscaba defraudar a los consumidores en tanto dicha asociación sostenía que era viable que dentro de las pólizas se utilizasen repuestos no originales.28 Así, todos los tenedo28 Openjurist Organization. Gilchrist v. State Farm Mutual Automobile Insurance Company. Noviembre de 2004. Disponible en: http://openjurist.org/390/ f3d/1327/gilchrist-v-state-farm-mutual-automobile-insurance-company Enero - Junio de 2011 - Universidad de los Andes - Facultad de Derecho - Revista de Derecho Privado N.o 45 Otro caso de gran relevancia para el presente estudio es la decisión de la Corte Suprema en el caso Illinois Brick Co. c. Illinois mediante el cual se ordenó la indemnización de los compradores directos de productos de unas compañías que habían realizado un acuerdo para la fijación de precios. Para hacer frente a estos acuerdos entre compañías competidoras para fijar los precios de sus productos, la acción de grupo se ha mostrado como una alternativa muy atractiva en cuanto no sólo ha permitido la reparación de los afectados, sino que se ha convertido en un mecanismo que ha contribuido a desincentivar las prácticas anticompetitivas por los altos costos que representa la indemnización del amplio grupo de afectados. En el 2000 la Comisión Federal de Comercio inició investigaciones contra las farmacéuticas Abbot Laboratories, Geneva Pharmaceuticals y Zenith Goldline Pharmaceuticals por haber hecho acuerdos con el fin de que Abbot tuviera el monopolio del mercado del “terazosin hydro- chloride”, restringiendo el mercado de este me- La protección del derecho a la libre competencia mediante la acción de grupo: una lección aún por aprender res de pólizas vigentes se veían afectados por la práctica generalizada de las aseguradoras de satisfacer sus obligaciones contractuales de reparar los vehículos con partes no originales. De esta forma, el acuerdo de las compañías aseguradoras generó un perjuicio para un grupo extremadamente amplio y que, a juicio de la representante del grupo, ello constituía una conspiración que afectaba la libertad del mercado en detrimento de los consumidores. Pese a lo anterior, la Corte encontró que este asunto versaba sobre un incumplimiento contractual y no sobre una violación a las normas “antitrust” y por ello, de conformidad con la legislación americana, desestimó la demanda. dicamento. El acuerdo consistía en que Geneva y Zenith, fabricantes del medicamento genérico de dicho compuesto, se abstendrían de producirlo y comercializarlo en los Estados Unidos hasta que otro competidor entrare a dicho mercado. A cambio, Abbot se comprometió a pagar una suma considerable de dinero. Al final de la investigación, la Comisión Federal de Comercio concluyó que estos acuerdos constituían prácticas contrarias a la libre competencia razón por la cual dichas empresas fueron sancionadas.29 Esta decisión administrativa sirvió de base para que los consumidores del medicamento monopolizado por Abbot iniciaran acciones de clase que condujeron a la reparación del daño ocasionado con el acuerdo. En otra decisión judicial que resolvió una demanda de acción de grupo por violar el derecho a la libre competencia, Schering-Plough y Upsher-Smith fueron condenadas a reparar a sus consumidores por realizar acuerdos para impedir la entrada al mercado de otros competidores. Otro caso similar es el de Elan Corporation y Skyepharma Inc quienes fueron demandadas en varias acciones de grupo por los consumidores del medicamento Naprelan por haber acordado abstenerse de competir entre ellos con la producción y venta de un medicamento genérico del Naprelan. Si bien la práctica sobre la utilización de este mecanismo en los Estados Unidos demuestra que la mayoría de los casos terminan en acuerdo entre las partes, dicho acuerdo se enmarca dentro de una “class action” que por lo tanto im29 Gordon. George G. et al. Recent Pharmaceutical Industry Cases Raising Intelectual Property-Antitrust Issues. Disponible en: http://www.dechert. com/library/Pharmaceutical-Antitrust_Gordon%204-03.PDF Enero - Junio de 2011 - Universidad de los Andes - Facultad de Derecho - Revista de Derecho Privado N.o 45 21 Pablo Ángel V. - Laura Estrada V. plica el reconocimiento de una indemnización sistían en un incremento simultáneo del valor para todos los miembros del grupo que se hagan presentes para reclamarla. Esta dinámica que se da alrededor de la acción de grupo no comercial de la leche, el cual era comprobable mediante la fijación del precio en el empaque. La Resolución número 27762 de 20 de diciem- resulta contraria a las ventajas antes mencionadas de éste mecanismo, pues de manera simi- bre de 1999 de la sic estableció que las conductas eran idénticas, prolongadas en el tiempo y lar a si se hubiera alcanzado una sentencia, la indemnización a pagar constituye un desincen- de forma reiterada, lo cual no podía explicarse mediante un análisis de la estructura interna de tivo para que lo agentes del mercado recurran a prácticas anticompetitivas. costos de esas empresas. Por ello, se sancionó a Colanta Ltda. y Derilac S.A. por incurrir en una VIII. ¿CÓMO HABRÍA PODIDO UTILIZARSE LA ACCIÓN DE GRUPO PARA PROTEGER EL DERECHO A LA LIBRE COMPETENCIA EN COLOMBIA? ANÁLISIS DE TRES CASOS El derecho de la competencia en Colombia es un campo que, pese a estar regulado de tiempo atrás, fue sólo en los últimos años que ha tenido verdadero desarrollo e implementación. Aún así, es mucho lo que falta por explorar en esta área, siendo una de las lecciones aún por aprender la utilización de acciones de grupo para proteger este derecho. A continuación se hará un análisis de tres casos estudiados por la sic por presuntas prácticas restrictivas de la competencia en los cuales se hubiese podido hacer uso de la acción de grupo por parte de los afectados para obtener una reparación. En primer lugar, se estudiará el caso de doce compañías productoras y comercializadoras de leche que fueron investigadas por la sic al encontrar esta entidad méritos suficientes para concluir que éstas realizaban prácticas conscientemente paralelas. Dichas prácticas con22 práctica conscientemente paralela. Esta conclusión fue compartida por la Sección Tercera de la Sala de lo Contencioso Administrativo del Consejo de Estado en decisión del 23 de Enero de 2003 con ponencia del Consejero Manuel Santiago Urueta. Teniendo en cuenta la decisión precedente de la sic y del Consejo de Estado resulta extraño que los consumidores directos e indirectos de estos productos, que son los directamente afectados por la práctica conscientemente paralela llevada a cabo por estas compañías, no hubiesen iniciado una acción de grupo tendiente a obtener el resarcimiento de los mayores costos que debieron pagar con ocasión de esta práctica anticompetitiva. Encontramos que, aún cuando debe aceptarse que resulta difícil que los compradores de la leche al por menor sean los promotores de esta acción por la falta de un interés económico significativo, los grandes compradores de estos productos, como son las industrias que tengan como materia prima los productos lácteos o las cadenas de supermercados, sí tendrían incentivos suficientes para iniciar la acción. De esta forma, una vez iniciada la acción por aquellos a quienes más interesa ob- Enero - Junio de 2011 - Universidad de los Andes - Facultad de Derecho - Revista de Derecho Privado N.o 45 a las arroceras. Por estas razones, la sic decidió pequeños compradores, pudiendo así obtenerse una reparación integral por parte de todos los afectados. Considerando el gran número de sancionar dichas conductas por atentar contra la libre competencia. afectados por una práctica como ésta, por ser la leche un bien de consumo masivo, el alto monto de la indemnización, junto a la sanción previamente impuesta por la sic, sentarían un precedente para desincentivar la implementación de estas prácticas restrictivas de la competencia por parte de las empresas colombianas. Así, por su magnitud, este sería un caso ideal para dar a conocer las ventajas de la acción de grupo como un mecanismo para hacer frente a las violaciones de un derecho colectivo de tal importancia como es el derecho a la libre competencia. Otro caso que hubiese podido dar lugar a la iniciación de una acción de grupo de gran relevancia social es el caso de las Arroceras Molinos Roa S.A. y otros, en el cual se condenó a cinco empresas procesadoras de arroz por acordar entre ellas e imponer un precio de compra a los cultivadores de dicho grano del Huila y el Tolima entre enero y junio de 2004. La práctica consistió en un cambio generalizado de precios en seis ocasiones para los cuales se pudo demostrar que las juntas directivas de las arroceras tuvieron en cuenta la misma información. De igual forma, la sic encontró que los cultivadores recibían financiación de las arroceras, que tenían contratos de venta exclusiva con éstas, y que estaban obligados a vender sus cosechas futuras a estas compañías, so pena de sanciones. Las anteriores circunstancias llevaron a la sic a concluir que existía una disminuida capacidad de negociación por parte de los cultivadores frente La protección del derecho a la libre competencia mediante la acción de grupo: una lección aún por aprender tener una reparación, se arrastraría a aquellos Bajo esta perspectiva, encontramos que hubiese resultado beneficioso para los cultivadores afectados con esta práctica haber iniciado una acción de grupo con miras a recibir una indemnización integral de todos los mayores ingresos que hubiesen podido recibir de haber vendido sus productos a unos precios fijados por las reglas de la oferta y la demanda. De igual forma, la relevancia social que hubiese representado la iniciación de una acción de grupo por parte de estos productores trascendería el caso en cuestión en tanto sienta las bases para que, quienes se encuentren en unas condiciones desiguales de poder, puedan iniciar una acción de este tipo como mecanismo para igualar las cargas, permitiéndose así no sólo una mayor justicia social, sino contribuir al mejor funcionamiento del mercado. De esta forma se observa que existía un incentivo más que evidente para que los cultivadores hubiesen iniciado una acción de grupo, por lo cual causa extrañeza que no se hubiere iniciado una acción de este tipo, que hubiese representado ingresos adicionales y serviría para sentar su posición de rechazo frente a este abuso de poder por parte de las grandes arroceras. Por último, cabe mencionar el caso de las Cementeras Argos, Holcim y Cemex quienes fueron sancionadas mediante Resolución número 051694 del 4 de diciembre de 2008 de la sic, por haber infringido las normas sobre libre competencia. Dicha infracción consistió en un acuerdo para la fijación del precio del Cemento Enero - Junio de 2011 - Universidad de los Andes - Facultad de Derecho - Revista de Derecho Privado N.o 45 23 Pablo Ángel V. - Laura Estrada V. Portland Gris Tipo I y para repartirse el mercado útil para los accionistas de Cementos Andino, de este producto en el mercado nacional. La sic encontró que entre las compañías investigadas al haber podido acceder a una reparación por cuanto, dadas las difíciles condiciones económicas por las que atravesaba la compañía por la hubo intercambio de información reservada y reuniones entre sus directivas, que dieron como resultado una reducción simultánea del precio de dicho cemento de $20.000 a $7000 el bulto. Esta conducta trajo como consecuencia que Cementos Andino, uno de los competidores del mercado oligopólico del cemento, saliera de éste al ser comprado por una de las empresas que hizo parte del acuerdo. Asimismo, esta conducta impidió la entrada de nueva competencia al mercado nacional. Puede evidenciarse que estos actos restrictivos de la libre competencia generaron un perjuicio no sólo al mercado, sino a un grupo particular de empresas que se vieron imposibilitadas para competir en un mercado en estas condiciones. Así, las demás empresas productoras de cemento del país vieron reducidas sus ventas y por ende sus utilidades. Lo anterior constituye claramente un perjuicio que, dada la magnitud del mercado de cemento, puede presumirse que se trata de una suma considerable, que por tanto ameritaba el desgaste de un proceso judicial por parte de los afectados. De ahí que no pueda entenderse cómo no se utiliza la figura de la acción de grupo para hacer frente a esta problemática, que hubiese servido de alivio económico para estas compañías, al tiempo que les disminución en las ventas, vendieron su participación a Cementos Argos por un menor valor al que éstas tenían antes de dicho evento. De ahí que la venta en condiciones desfavorables significó para los accionistas de esta sociedad un detrimento patrimonial que les hubiere facultado para buscar una reparación colectiva por vía de la acción de grupo. Por ello, no puede explicarse cómo no se acudió a este mecanismo para buscar la indemnización del menoscabo patrimonial sufrido, cuando, por las condiciones del caso y el número plural de accionistas, estaban dados todos los incentivos para acudir a ella. Del análisis anterior de tres casos colombianos surge la pregunta sobre por qué no se acudió a la acción de grupo para proteger los derechos vulnerados. Este interrogante se acentúa aún más cuando se sabe que en todos estos casos existía una decisión previa de la sic declarando la existencia de estas conductas anticompetitivas, lo cual facilita el proceso judicial posterior para reclamar la reparación. Adicionalmente, como se vio, nuestras Altas Cortes se han mostrado proteccionistas del derecho a la libre competencia, lo cual también facilita la obtención de un resultado judicial favorable al tener la jurisprudencia de estas Corporaciones a favor. permitiría volver a normalizar las condiciones de mercado que se habían roto. Consecuentemente, encontramos que la acción de grupo hubiese podido ser un instrumento 24 IX. CONCLUSIÓN El derecho a la libre competencia es un derecho al cual se le ha reconocido gran importan- Enero - Junio de 2011 - Universidad de los Andes - Facultad de Derecho - Revista de Derecho Privado N.o 45 logrando así una mayor disuasión a la comisión Jurisprudencia de las Altas Cortes. Ello implica que su protección no sólo recae en manos de la sic como autoridad administrativa encargada de de este tipo de prácticas, no sólo por parte de los infractores, sino de todos los actores del mercado nacional. la materia, sino que se debe recurrir a todos los mecanismos legales disponibles para su pro- La recomendación que se hace cobra mayor tección. Esta es la única forma de desincentivar por completo y así lograr erradicar las prácticas que atentan contra el libre funcionamiento del mercado. Es así como la acción de grupo se presenta como un instrumento idóneo para la protección de la libre competencia, de los derechos de los actores del mercado y de la sociedad en su conjunto. Lo anterior en la medida que ofrece una amplia gama de beneficios que, bajo el esquema que se utiliza actualmente, no son explotados en su totalidad como son, entre otras, la obtención de una reparación por el menoscabo ocasionado por actos anticompetitivos, alcanzando fines de justicia deseables a la luz de nuestro ordenamiento. A pesar de lo anterior, se pudo evidenciar cómo la acción de grupo no ha sido explotada en el país por parte de los actores del mercado frente a actos contrarios a éste, lo cual denota un desconocimiento de esta figura por parte de la población e incluso de los operadores jurídicos. Ello sirve de punto de partida para recomendar el uso de esta institución como un mecanismo idóneo para proteger el derecho a la libre competencia, el patrimonio de los particulares, la legalidad y la justicia. Como se demostró con el estudio de tres casos colombianos, en el país ha habido situaciones propicias para el uso de la acción de grupo que hubiesen dado mayor trascendencia a las prácticas anticompetitivas, La protección del derecho a la libre competencia mediante la acción de grupo: una lección aún por aprender cia tanto por la Constitución Política como por la trascendencia si se tienen en cuenta los antecedentes Norteamericanos en este tema donde, por medio de las “class actions”, se ha logrado un alto grado de desarrollo y protección de este derecho tan importante para una sociedad que se fundamenta en una economía de mercado. Bibliografía Angarita Barón, Ciro, La libertad económica en la jurisprudencia de la Corte Constitucional: aproximación fugaz, en VV.AA. Constitución Económica Colombiana. El Navegante Editores. 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